Extranjeria y Nacionalidad 2

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Derecho de la

nacionalidad
PID_00248430

Mònica Vinaixa Miquel

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Índice

Introducción............................................................................................... 5

Objetivos....................................................................................................... 6

1. La nacionalidad: concepto, principios rectores y fuentes....... 7


1.1. Noción de nacionalidad .............................................................. 7
1.2. La competencia exclusiva del Estado en materia de
nacionalidad y sus límites .......................................................... 8
1.3. Las fuentes del derecho español de la nacionalidad ................... 11
1.3.1. Fuentes internas ............................................................. 12
1.3.2. Fuentes internacionales ................................................. 13

2. La adquisición de la nacionalidad española............................... 15


2.1. Introducción ................................................................................ 15
2.2. Criterios de adquisición o atribución automática ...................... 16
2.2.1. Ius sanguinis..................................................................... 16
2.2.2. Por adopción de menores de edad ................................ 18
2.2.3. Ius soli.............................................................................. 21
2.3. Criterios de adquisición no automática ..................................... 26
2.3.1. El criterio de adquisición no automática de la
nacionalidad española de origen: la opción .................. 27
2.3.2. Criterios de adquisición no automática de
la nacionalidad española derivativa: opción y
naturalización por carta de naturaleza o por
residencia ....................................................................... 34
2.4. La adquisición de la nacionalidad española por
consolidación .............................................................................. 51

3. La pérdida y la conservación de la nacionalidad española..... 54


3.1. La pérdida de la nacionalidad española ..................................... 55
3.1.1. Causas de pérdida voluntaria de la nacionalidad
española ......................................................................... 55
3.1.2. Causas de pérdida involuntaria o por sanción .............. 59
3.1.3. Nulidad de la adquisición de la nacionalidad
española ......................................................................... 60
3.2. La conservación de la nacionalidad española ............................ 61

4. La recuperación de la nacionalidad española............................ 64

5. La doble nacionalidad y la apatridia........................................... 67


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5.1. Concepto de doble nacionalidad o plurinacionalidad y de


apatridia ....................................................................................... 67
5.2. Tipos de situaciones de doble nacionalidad o
plurinacionalidad ........................................................................ 68
5.2.1. Doble nacionalidad o plurinacionalidad en sentido
propio y en sentido impropio ....................................... 68
5.2.2. Doble nacionalidad o plurinacionalidad prevista
por los convenios internacionales y por las
leyes españolas o no prevista por los tratados
internacionales ni por la ley española (situaciones
patológicas) .................................................................... 69
5.3. La resolución de los conflictos positivos y negativos de
nacionalidad ................................................................................ 72

6. La prueba de la nacionalidad........................................................ 75

Resumen....................................................................................................... 79

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 81

Solucionario................................................................................................ 87
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Introducción

El derecho de la nacionalidad es la disciplina que estudia los criterios y me- Nota


canismos a través de los cuales las personas físicas pueden adquirir, conser-
La regulación prevista en otros
var, perder y recuperar la nacionalidad española. La adquisición, conservación, ordenamientos jurídicos en
pérdida y recuperación de la nacionalidad española serán los temas que cons- materia de nacionalidad solo
se tendrá en cuenta a modo
tituirán el núcleo duro de este primer módulo de la asignatura. Es importante de ejemplo.

poner de relieve que, en este primer módulo sobre el derecho de la naciona-


lidad, se estudiará única y exclusivamente el derecho español de la naciona-
lidad. Es decir, solo se estudiarán los mecanismos de adquisición, conserva-
ción, pérdida y recuperación de la nacionalidad española previstos en el orde-
namiento jurídico español, y no la regulación sobre esta materia prevista en
otros ordenamientos jurídicos.

En este módulo, también se analizarán los medios de prueba de la nacionalidad


española y los conflictos positivos y negativos de nacionalidad, es decir, la
doble nacionalidad o plurinacionalidad y la apatridia.

De manera previa, y a título introductorio, se hará referencia a las diferentes


nociones del concepto de nacionalidad, al concepto de ciudadanía de la Unión
Europea, a los principios rectores de este ámbito del derecho (el principio re-
lativo a la competencia exclusiva del Estado y sus límites y el principio tempus
regit actum) y a las fuentes normativas, tanto internas como internacionales,
que configuran el ordenamiento jurídico español en materia de nacionalidad.
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Objetivos

Los objetivos principales de este módulo son:

1. Conocer los mecanismos y los requisitos de adquisición de la nacionalidad


española.

2. Conocer las causas de pérdida de la nacionalidad española y cómo evitarla


a través de la conservación.

3. Conocer los requisitos para recuperar la nacionalidad española.

4. Conocer los supuestos de doble nacionalidad y la situación de apatridia.

5. Conocer los medios de prueba de la nacionalidad española.


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1. La nacionalidad: concepto, principios rectores y


fuentes

En este apartado, estudiaremos el concepto de nacionalidad y los diferentes


significados que esta noción puede tener según el contexto de estudio, así
como los principios rectores y las fuentes del derecho de la nacionalidad.

1.1. Noción de nacionalidad

El concepto de nacionalidad tiene un carácter o un contenido polivalente y


susceptible de expresar diferentes acepciones:

• La nacionalidad�de�hecho o noción�sociológica�de�la�nacionalidad se
refiere a la colectividad de personas que se individualiza como un grupo
homogéneo por el hecho de compartir un origen común, una misma len-
gua, tradición, raza, religión, etc.

• La nacionalidad�de�derecho o acepción�política�de�la�nacionalidad se
refiere al vínculo jurídico que une al individuo con el Estado al que perte-
nece, y que lo convierte, de este modo, en una de sus partes integrantes:
la población. Cada Estado tiene competencia exclusiva para decidir y fijar
qué condiciones ha de cumplir un individuo para adquirir, conservar, per-
der y recuperar su nacionalidad. La nacionalidad de derecho se configura
como el instrumento básico para que el individuo pueda disfrutar de la
protección de los derechos y libertades de las personas, tanto en un ámbito
interno como internacional.

• La nacionalidad�como�estado�civil o como�estatus�de�la�persona. En al-


gunos ordenamientos jurídicos, como el español, se considera la naciona-
lidad como un estado civil, y así lo demuestra el título I del libro I del Có-
digo civil, relativo a «Las personas», y la instrucción de la DGRN, de 16 de
mayo de 1983, en la cual se afirma que «la nacionalidad, más que un de-
recho, es un estado civil y, como tal, un complejo de derechos y deberes».

• La nacionalidad�como�derecho�fundamental. En el ámbito internacio-


nal, el derecho a la nacionalidad ha sido reconocido como un derecho
fundamental por el artículo 15 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos de 1948, y por el artículo 24.3 del Pacto de Derechos Civiles y
Políticos de 1966. Ciertamente, esta dimensión de la nacionalidad tendría
que haber quedado reflejada en la Constitución española de 1978, pero
por desgracia no se aprovechó la ocasión para hacerlo.
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• Finalmente, tenemos que hacer referencia a otro concepto que se encuen- Nota
tra estrechamente relacionado con el de nacionalidad, que es el de ciuda-
Véase la petición de decisión
danía�europea. La ciudadanía europea es el estatuto del que disfrutan las prejudicial planteada por Raad
personas que ostentan la nacionalidad de un Estado miembro de la Unión van State (Países Bajos) en el
marco del as. C-221/17, el 27
Europea. Por lo tanto, la ciudadanía europea es un estatuto o una condi- de abril del 2017, relativa al
control de las condiciones para
ción que se añaden o se superponen a la de «nacional de un Estado miem- la pérdida de la nacionalidad
de un Estado miembro y, en
bro de la Unión Europea». De hecho, no se puede ostentar la ciudadanía consecuencia, para la pérdida
europea si no se ostenta previamente la condición de nacional de un Es- de la ciudadanía de la UE.

tado miembro de la UE.

Artículo 20 TFUE

«Será ciudadano de la Unión Europea toda persona que ostente la nacionalidad de un


Estado miembro.»

Ejemplo

M. S., de nacionalidad italiana, es ciudadano de la Unión Europea puesto que ostenta la


nacionalidad de un Estado miembro de la UE. En cambio, T. P., de nacionalidad austra-
liana, no es ciudadano de la Unión Europea porque ostenta la nacionalidad de un Estado
que no es miembro de la Unión Europea.

1.2. La competencia exclusiva del Estado en materia de


nacionalidad y sus límites

Uno de los principios rectores del derecho de la nacionalidad es que los estados
tienen competencia� exclusiva para legislar sobre esta materia, tal y como
establece el artículo 149.1.2 CE de 1978. También se pronunció en este sentido
el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) en la sentencia de 6 de abril de 1955,
dictada en el caso Nottebohm.

El artículo 149.1.2�CE dispone lo siguiente:

«El Estado tiene competencia exclusiva en materia de nacionalidad, inmigración, emi-


gración, extranjería y derecho de asilo.»

Es el Estado español el que fija los principios constitucionales y las condicio-


nes que los individuos tienen que cumplir para adquirir, conservar, perder y
recuperar –en caso de pérdida– la nacionalidad española. En definitiva, es el
Estado español el que determina quiénes son los nacionales españoles.

La normativa española en materia de nacionalidad es unilateral, es decir, que


solo establece cómo se adquiere, conserva, pierde y recupera la nacionalidad
española.

Ejemplos
Nota

A través de la normativa española en materia de nacionalidad, no podemos saber si el Los estados tienen competen-
francés que adquiere la nacionalidad española pierde o no pierde por este motivo su na- cia exclusiva para legislar en
materia de nacionalidad.
cionalidad. La pérdida o no de la nacionalidad francesa viene regulada por la legislación
francesa en materia de nacionalidad.
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A través de la normativa española en materia de nacionalidad, tampoco podemos saber


mediante qué mecanismos un español puede adquirir la nacionalidad francesa. Esta cues-
tión queda regulada por la normativa francesa en materia de nacionalidad.

Una de las acepciones del término nacionalidad que hemos destacado es la de


la nacionalidad como vínculo jurídico-político, es decir, como vínculo entre el
individuo y el Estado. Cada Estado es el que atribuye al individuo la condición
de «nacional».

Actualmente se empieza a apreciar un cambio de actitud al respecto, a pesar


de que sigue predominando el principio de la competencia exclusiva del Es-
tado en materia de nacionalidad. Un ejemplo de ello son las recientes refor-
mas del derecho de la nacionalidad, que se han ido produciendo en el ámbito
del derecho comparado, y que siguen mostrando un acusado particularismo
respecto a los objetivos de política legislativa y una clara reticencia a conferir
cualquier tipo de soberanía sobre esta materia a la comunidad internacional.
Así, por ejemplo, mientras que la UE ha adoptado varias normas en materia
de extranjería, no ha hecho lo mismo en materia de nacionalidad.

Los criterios que utiliza cada Estado para determinar cómo se adquiere, con-
serva, pierde y recupera su nacionalidad son heterogéneos, puesto que no to-
dos los estados incorporan una regulación uniforme sobre la adquisición, la
conservación, la pérdida y la recuperación de su nacionalidad.

Ejemplo
Ved también

En el ordenamiento jurídico español, el principal criterio de adquisición de la nacionali- Sobre los criterios de adquisi-
dad española de origen es el ius sanguinis, mientras que en países como Estados Unidos, ción de la nacionalidad espa-
ñola de origen, podéis ver el
Perú y Argentina tiene primacía el criterio del ius soli.
apartado «Criterios de adquisi-
ción o atribución automática».

El ius�sanguinis es el criterio a través del cual se atribuye a los individuos la nacionalidad


del Estado del que son nacionales sus progenitores. Por ejemplo, según el artículo 17.1a
Cc, son españoles de origen los hijos de padre o madre españoles.

El ius�soli es el criterio a través del cual los estados atribuyen su nacionalidad a los indi-
viduos por el hecho de haber nacido en su territorio. Por ejemplo, según el artículo 4
del Reglamento de la Ley de nacionalidad de 1996 del Perú, son peruanos los nacidos
en territorio peruano.

Esta heterogeneidad puede dar lugar a los denominados conflictos�positivos


y negativos�de�nacionalidad.

Los conflictos�positivos�de�nacionalidad surgen cuando una persona cumple Ved también


las condiciones para ser nacional de dos o más estados. Es la llamada situación
Sobre los conflictos positivos y
de la doble�nacionalidad�o�plurinacionalidad. Mientras que los conflictos negativos de nacionalidad, po-
negativos�de�nacionalidad se producen cuando una persona no cumple las déis ver el apartado «La doble
nacionalidad y la apatridia».
condiciones previstas por la legislación de ningún Estado para ser considerada
nacional de alguno. Es la llamada situación de apatridia.

Nota
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Como consecuencia del principio en virtud del cual los estados tienen competencia ex-
clusiva para legislar en materia de nacionalidad y de la heterogeneidad existente entre
los diferentes derechos estatales en esta materia respecto a los criterios de adquisición,
conservación, pérdida y recuperación de la nacionalidad, surgen los denominados con-
flictos positivos (doble�nacionalidad�o�plurinacionalidad) y negativos de nacionalidad
(apatridia).

Sin embargo, el hecho de que los estados tengan competencia exclusiva para Nota
legislar en materia de nacionalidad no significa que el ordenamiento jurídico
STIJ de La Haya, de 6 de abril
internacional se mantenga ajeno al respecto, sino que este, de manera explícita de 1955, caso Nottebohm.
o implícita, impone límites a esta competencia estatal, tal y como estableció
el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en el caso Nottebohm.

Los límites�impuestos�por�el�derecho�internacional�público a la competen-


cia exclusiva de los estados en materia de nacionalidad, que estos tienen que
respetar al legislar sobre la materia, son los siguientes:

• El principio�de�efectividad: los estados, a la hora de determinar quiénes


son sus nacionales, están obligados a observar la existencia de una relación
auténtica o de un vínculo efectivo entre el propio Estado y el individuo. Si
no es así, la nacionalidad no se podrá hacer valer ante terceros. Este límite
fue aceptado con rotundidad por el TIJ en el caso Nottebohm.

• La normativa�internacional�sobre�derechos�humanos: la nacionalidad
es un derecho fundamental que tienen todas las personas por el hecho de
serlo (art. 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y art.
24.3 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos) y, como tal, opera como
límite a la competencia exclusiva de los estados para legislar en materia
de nacionalidad.

• La acción de las normas�consuetudinarias�internacionales: las normas


consuetudinarias internacionales son costumbres, usos o prácticas que se
han ido consolidando en un ámbito internacional hasta convertirse en
verdaderos límites al principio de la competencia exclusiva de los estados
para legislar sobre esta materia. Sin embargo, actualmente no hay demasia-
das normas consuetudinarias sobre la materia, puesto que la mayoría han
ido quedando contenidas expresamente en las legislaciones estatales. Por
ejemplo, una norma consuetudinaria internacionalmente admitida era la
de que los hijos de funcionarios diplomáticos y consulares nacidos en el
territorio en el que sus padres estaban acreditados no podían adquirir la
nacionalidad de aquel Estado. Esta norma, desde hace ya unos años, se
encuentra recogida expresamente en el artículo 17.1b, apartado 2.º del Cc.

Desde hace unos años, a raíz de la STJUE, de 2 de marzo del 2010, Janko Rott-
man, as. C-135/08, también se puede apreciar que el TJUE� tiene� atribuida
competencia para verificar si la�normativa�y�las�decisiones�en�materia�de
© FUOC • PID_00248430 11 Derecho de la nacionalidad

nacionalidad�adoptadas�por�los�estados�miembros�de�la�UE�son�o�no�com-
patibles�con�el�derecho�de�la�Unión�Europea. Por lo tanto, este es un nuevo
límite que viene impuesto por la UE y que también hay que tener en cuenta.

STJUE de 2 de marzo del 2010, Janko Rottman, as. C-135/08

El Sr. Rottman, nacional austriaco de origen, adquirió la nacionalidad alemana y como


consecuencia de la adquisición de esta nacionalidad, perdió la nacionalidad austriaca.
Posteriormente, las autoridades alemanas tuvieron conocimiento de que el Sr. Rottman,
durante los trámites para adquirir la nacionalidad alemana, había ocultado su imputación
en un procedimiento penal en Austria, motivo por el cual, de acuerdo con el derecho
alemán, revocaron la naturalización del Sr. Rottman por considerar que había adquirido
la nacionalidad alemana de manera fraudulenta.

El Sr. Rottman quedó en situación de apatridia, puesto que no ostentaba ni la naciona-


lidad austriaca ni la nacionalidad alemana. Además, al no ostentar la nacionalidad de
ningún Estado miembro de la UE, el Sr. Rottman perdió la condición de ciudadano de
la Unión Europea y, en consecuencia, el derecho a disfrutar de los derechos y libertades
comunitarias. Por estos motivos, el Sr. Rottman recurrió la resolución de revocación de
la nacionalidad alemana ante las autoridades alemanas, alegando que esta infringía el
derecho internacional público y el derecho de la Unión Europea. Las autoridades alema-
nas paralizaron el procedimiento y plantearon una cuestión prejudicial al TJUE, el cual
respondió argumentando que cualquier Estado miembro de la UE puede revocar a un
ciudadano de la UE la nacionalidad de su Estado adquirida de manera fraudulenta, siem-
pre que la revocación respete el principio de proporcionalidad entre las circunstancias
del caso y la gravedad de la infracción. El TJUE corrobora en esta sentencia el principio
de la competencia exclusiva de los estados para determinar quiénes son sus nacionales,
pero el TJUE también puntualiza que la normativa de los estados miembros de la UE
debe respetar el derecho de la UE, es decir, que el derecho y las decisiones en materia de
nacionalidad de los estados miembros de la UE están sometidos al control jurisdiccional
del TJUE, que es el órgano que se encarga de verificar la compatibilidad de las decisiones
y de la normativa de los estados miembros de la UE en materia de nacionalidad con el
derecho de la UE.

1.3. Las fuentes del derecho español de la nacionalidad

El ordenamiento jurídico español no dispone de un código de la nacionalidad, Nota


tal y como sucede en muchos otros países. La mayor parte de la doctrina ha
El régimen sustantivo español
defendido, como solución más adecuada para solucionar los problemas que en materia de nacionalidad se
se plantean sobre la materia, la necesidad de unificar el tratamiento de la na- encuentra contenido en los ar-
tículos 17 a 26 Cc.
cionalidad en un texto único y codificado. Sin embargo, esta solución no ha
prosperado y así lo ponen de manifiesto las diferentes leyes que a lo largo del
tiempo se han ido adoptando para reformar las normas del Código civil en
materia de nacionalidad (arts. 17 a 26 Cc).

La mayor parte de las normas del derecho español de la nacionalidad son nor-
mas�de�origen�interno�o�estatal, es decir, normas que han sido adoptadas por
el legislador español (fuentes�internas). Y el motivo es que el Estado español
tiene competencia exclusiva para legislar en materia de nacionalidad.
© FUOC • PID_00248430 12 Derecho de la nacionalidad

A pesar de que las fuentes del derecho español de la nacionalidad son princi- Nota
palmente internas, hay que destacar que en el ordenamiento jurídico español
Las fuentes del derecho espa-
también hay normas�de�origen�internacional sobre la materia (fuentes�in- ñol de la nacionalidad son tan-
ternacionales), a pesar de que son escasas. to internas como internaciona-
les, pese a que predominan las
primeras, dado que el Estado
español tiene competencia ex-
1.3.1. Fuentes internas clusiva para legislar sobre esta
materia.

Las fuentes�internas en materia de nacionalidad en el ordenamiento jurídico


español son, fundamentalmente:

• Artículo 11 de la Constitución española de 1978 (CE).


• Artículos 17 a 26 y artículos 9.9 y 9.10 del Código civil (Cc).
• Ley del Registro Civil (LRC) y Reglamento del Registro Civil (RRC).
• Circulares e instrucciones de la Dirección General de los Registros y del
Notariado (DGRN).

La normativa española en materia de nacionalidad se encuentra contenida,


principalmente, en los artículos�17�a�26�del�Código�civil�español, los cua-
les constituirán nuestro objeto de estudio en los apartados 2 a 4 del presente
módulo.

Originariamente, las normas en materia de nacionalidad se encontraban con-


tenidas en el texto constitucional (Constitución de 1812, 1836, 1845, 1869 y
1876). A partir de la adopción del Código civil español de 1889, la regulación
de esta materia se incorporó en este texto, en particular, y como ya hemos
señalado, en los artículos 17 a 26 Cc. Estos artículos 17 a 26 del Código civil
han sido reformados en diferentes ocasiones por distintas leyes estatales (leyes
de 1954, 1975, 1982, 1990, 1993, 1995, 2002, 2007, 2011 y 2015), aunque las
principales leyes de reforma del Código civil español en materia de nacionali-
dad son la Ley 18/1990 y la Ley 36/2002.

Es muy importante tener presente que en el derecho de la nacionalidad rige


el principio� tempus� regit� actum, es decir, que debe aplicarse la regulación
vigente en el momento en el que se plantean los hechos (el nacimiento del
individuo, la adopción, la opción a la nacionalidad española, la pérdida, la
recuperación etc.). En esta asignatura, la regulación que será objeto de estudio
será la vigente actualmente, sin perjuicio de que en ocasiones tengamos que
consultar la redacción de los artículos 17 a 26 Cc otorgada por leyes de reforma
del Código civil anteriores.

Ejemplos

En el año 1992, nació en Barcelona un niño hijo de madre española y padre australiano.
Para saber si este menor adquirió o no la nacionalidad española en el momento de su
nacimiento, hay que tener presente lo que establecía el Código civil español en su redac-
ción vigente en el año de su nacimiento. En el año 1992, las disposiciones del Código
civil en materia de nacionalidad eran los artículos 17 a 26 Cc, redactados según la Ley
18/1990. Por lo tanto, se tiene que aplicar el artículo 17.1 Cc, redactado según la Ley
18/1990, el cual tenía la misma redacción que el actual artículo 17.1 Cc, dado que este
precepto no ha sido modificado con posterioridad a esta ley. En aplicación del artículo
© FUOC • PID_00248430 13 Derecho de la nacionalidad

17.1a Cc redactado según la Ley 18/1990, este menor adquirió la nacionalidad española
por ius sanguinis, por el hecho de ser hijo de madre española.

Las mujeres españolas que celebraban matrimonio con extranjeros antes del año 1975
perdían por razón de matrimonio la nacionalidad española si adquirían la nacionalidad
de su marido (art. 23.3 del Código civil español en su redacción otorgada por la Ley de
1954). A partir de la reforma introducida por la Ley de 1975, las mujeres españolas ya no
pierden la nacionalidad española por el hecho de contraer matrimonio con un extran-
jero. Por lo tanto, si se nos plantea actualmente si una mujer española que adquirió la
nacionalidad de su marido extranjero al contraer matrimonio en 1968 perdió o no la
nacionalidad española por razón de matrimonio, tendremos que consultar la normativa
vigente en el momento de la celebración del matrimonio (1968) y no la normativa vi-
gente actualmente. En el año 1968, la redacción vigente del Código civil en materia de
pérdida de la nacionalidad española era la otorgada por la Ley de 1954, en virtud de la
cual la mujer sí que perdió la nacionalidad española por razón de matrimonio, al haber
adquirido la nacionalidad extranjera del marido (art. 23.3 Cc).

Los españoles que perdían la nacionalidad española, y que la querían recuperar antes de
la reforma del Código civil introducida por la Ley 36/2002, tenían que renunciar a su
nacionalidad, salvo que fueran nacionales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas,
Guinea Ecuatorial o Portugal. En cambio, los españoles que perdieron la nacionalidad
española y que la quieren recuperar en la actualidad ya no es necesario que renuncien a su
nacionalidad para poder recuperar la nacionalidad española, sea cual sea la nacionalidad
que ostentan. Por ejemplo, un nacional británico que fue nacional español quiere recu-
perar la nacionalidad española en la actualidad (octubre del 2017). En este caso, debemos
tener en cuenta el régimen de recuperación vigente en la actualidad, es decir, la redacción
del artículo 26 Cc otorgada por la Ley 36/2002, en cuya aplicación, para poder recuperar
la nacionalidad española, tiene que residir legalmente en España, declarar su voluntad
de recuperar la nacionalidad española ante el encargado del Registro Civil e inscribir la
recuperación en el Registro Civil español. Ahora bien, no es necesario que renuncie a la
nacionalidad británica para recuperar la nacionalidad española. En cambio, si hubiera
solicitado la recuperación de la nacionalidad española en el 2000, el régimen que se le
hubiera aplicado sería el vigente en aquel momento, es decir, la redacción del artículo
26 Cc otorgada por la Ley 29/1995, en virtud de la cual tendría que haber cumplido los
requisitos antes mencionados y, además, haber renunciado a la nacionalidad británica.

1.3.2. Fuentes internacionales

Las fuentes�internacionales del ordenamiento jurídico español en materia de


nacionalidad son:

• Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nota

Las únicas fuentes internacio-


• Pacto de Derechos Civiles y Políticos. nales que se tendrán en cuen-
ta en este módulo son los con-
venios de doble nacionalidad
• Convenios bilaterales de doble nacionalidad celebrados entre España y paí- con países iberoamericanos.
Véase el apartado «La doble
ses iberoamericanos. A pesar de que el artículo 11.3 CE autoriza al Estado nacionalidad y la apatridia».
español a concertar tratados de doble nacionalidad con los países iberoa-
mericanos o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vin-
culación con España, en la actualidad España solo lo ha hecho con países
iberoamericanos.

• Convenios bilaterales para intercambiar información en materia de nacio-


nalidad.

• Convenios para resolver los problemas de prestación del servicio militar


con países iberoamericanos, Portugal, Francia e Italia.
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• Convenio europeo para la reducción de los casos de pluralidad de nacio-


nalidades y obligaciones militares, llevado a cabo en Estrasburgo el 6 de
mayo de 1963, y el posterior hecho en Estrasburgo el 24 de noviembre de
1977.

• Convenios de 10 de septiembre de 1964, 8 de septiembre de 1976 y 15 de


septiembre de 1977, relativos a la prueba de la nacionalidad.
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2. La adquisición de la nacionalidad española

2.1. Introducción

La nacionalidad española se puede adquirir tanto de manera no�automática


como de manera automática. La diferencia entre cada uno de estos mecanis-
mos, como veremos más adelante, se encuentra en la necesidad o no de que
intervenga la voluntad del interesado para que prospere la adquisición de la
nacionalidad española. En los supuestos de atribución�o�adquisición�auto-
mática, el interesado no manifiesta su voluntad de adquirir la nacionalidad
española sino que es el Estado español el que le atribuye automáticamente
la nacionalidad por el hecho de encontrarse en una determinada situación o
cumplir unas condiciones, por ejemplo, por el hecho de ser hijo/a de padre o
madre español/a (ius sanguinis). En cambio, en los supuestos de adquisición
no�automática para que el interesado adquiera la nacionalidad española es
necesario que este manifieste su voluntad de adquirirla. Por ejemplo, para ad-
quirir la nacionalidad española por residencia en territorio español, por carta
de naturaleza o por opción, es necesaria la manifestación de voluntad del in-
teresado.

También hay que precisar que la nacionalidad española se puede adquirir des-
de el momento�del�nacimiento (por ejemplo, la nacionalidad española ad-
quirida por ius sanguinis), o bien en un�momento�posterior�al�nacimiento
(por ejemplo, la adquisición de la nacionalidad española por el hecho de resi-
dir en territorio español, por carta de naturaleza o por opción).

La nacionalidad española puede ostentarse de�origen o de�manera�derivati-


va. La nacionalidad�de�origen es una nacionalidad más protegida que la na-
cionalidad�derivativa, tal y como se pone de relieve en los artículos 11.2 CE
y en los artículos 25.1 Cc y 24.1 apartado 2.º Cc, relativos a la pérdida de la
nacionalidad española.

Artículo 11. 2 CE

«Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.»

Artículo 25.1 Cc

«Los españoles que no lo sean de origen perderán la nacionalidad: a) Cuando durante un


periodo de tres años utilicen exclusivamente la nacionalidad a la que hubieran declara-
do renunciar al adquirir la nacionalidad española. b) Cuando entren voluntariamente al
servicio de las armas o ejerzan cargo político en un Estado extranjero contra la prohibi-
ción expresa del Gobierno.»
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De este precepto se desprende que los españoles derivativos pueden perder la


nacionalidad española de manera involuntaria o por sanción, mientras que
los españoles de origen solo la pueden perder de manera voluntaria.

Artículo 24.1 apartado 2.º Cc

«La adquisición de la nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea


Ecuatorial o Portugal no es bastante para producir, conforme a este apartado, la pérdida
de la nacionalidad española de origen.»

A contrario sensu, la adquisición de la nacionalidad de cualquiera de los países


mencionados en el artículo 24.1, apartado 2.º Cc sí supone la pérdida de la
nacionalidad española derivativa.

Todos los supuestos de adquisición�o�atribución�automática de la nacionali-


dad española dan lugar a la adquisición de la nacionalidad�española�de�ori-
gen (véase el apartado siguiente), mientras que en los casos de adquisición�no
automática la nacionalidad�española que se adquiere es, en la mayor parte
de los casos, derivativa (véase el apartado «La conservación de la nacionalidad
española»), salvo algunos casos en los que es de origen (podéis ver el apartado
«La pérdida de la nacionalidad española»).

2.2. Criterios de adquisición o atribución automática

Los criterios de adquisición o atribución automática de la nacionalidad espa-


ñola son aquellos que suponen que el individuo se haga nacional español por
el hecho de encontrarse en una determinada situación o en unas determinadas
circunstancias, es decir, sin que sea necesario que aquel manifieste su voluntad
de adquirirla. En estos casos, al no intervenir la declaración de voluntad del
interesado, el Estado español atribuye la nacionalidad española de origen al
interesado de manera automática. Los criterios de atribución automática de la
nacionalidad española son tres:

• El ius�sanguinis.
• Por la adopción�de�menores�extranjeros�por�parte�de�nacionales�espa-
ñoles.
• El ius�soli.

Todos estos mecanismos dan lugar a la adquisición de la nacionalidad�espa- Nota


ñola�de�origen.
Los criterios de adquisición o
atribución automática dan lu-
2.2.1. Ius sanguinis gar a la adquisición de la na-
cionalidad española de origen.

La adquisición de la nacionalidad española por ius sanguinis o, lo que es lo


mismo, por filiación o por derecho de sangre, consiste en la adquisición de la
nacionalidad española por el hecho de ser hijo de padre o madre españoles.
© FUOC • PID_00248430 17 Derecho de la nacionalidad

Según el artículo 17.1 a) Cc, «Son españoles de origen los nacidos de padre o Ius sanguinis
madre españoles», y esto es así con independencia del lugar de nacimiento de
Son españoles de origen los hi-
la persona y de la nacionalidad que ostente el otro progenitor. jos de padre o madre españo-
les, con independencia del lu-
gar de nacimiento y de la na-
Ejemplos cionalidad que ostente el otro
progenitor.

El hijo de padre español y madre italiana nacido en Italia es español de origen por el
hecho de ser hijo de padre español, con independencia de haber nacido en Italia y de ser
hijo de madre italiana. En este caso, de acuerdo con la legislación italiana, que del mismo
modo que el derecho español parte del carácter prioritario del criterio del ius sanguinis
(art. 1.1 de la Ley núm. 91 de 1992), este individuo también ostentará la nacionalidad
italiana por el hecho de ser hijo de madre italiana. En definitiva, este individuo será doble
nacional español e italiano de origen, puesto que cumple las condiciones previstas por
las dos legislaciones para ostentar ambas nacionalidades.

El hijo de padre y madre españoles nacido en Italia es español de origen desde el momento
de su nacimiento por ius sanguinis.

A través del criterio del ius�sanguinis, se atribuye la nacionalidad�española


de�origen al hijo de español/a de manera automática desde el momento del
nacimiento.

La reforma del Código civil en materia de nacionalidad introducida por la


Ved también
Ley de 1982

Sobre la adquisición de na-


Es importante destacar que a partir de la Ley de reforma del Código civil de 1982, los cionalidad española por resi-
dencia en el territorio español,
hijos de madre española adquieren la nacionalidad española de origen por ius sanguinis.
véase el apartado «La naturali-
Con anterioridad a la mencionada ley, solo adquirían la nacionalidad española de origen zación».
por ius sanguinis los hijos de padre español. El motivo de la reforma introducida por el
legislador español a través de la Ley de 1982 era adaptar la redacción del Código civil al
principio de igualdad y no discriminación por razón de sexos, previsto en el artículo 14
de la Constitución española de 1978.

¿Cómo se resolvía la diferencia de trato que recibían, a partir de la entrada en vigor de la


Ley de 1982, los hijos de española nacidos antes de la Ley de 1982 y los hijos de española
nacidos después de la adopción de la mencionada Ley? La diferencia de trato entre estos
hijos, que se encontraban en las mismas circunstancias pero en momentos diferentes,
quedó resuelta a través de la disposición transitoria 2.ª de la Ley 18/1990, de reforma del
Código civil en materia de nacionalidad, en virtud de la cual los que no fueran españoles
al entrar en vigor la citada Ley, y lo pudieran ser de acuerdo con la misma, podían optar a
la nacionalidad española de origen si ejercían el derecho de opción dentro de un plazo de
dos años, a contar desde la entrada en vigor de la Ley. La Ley 18/1990 entró en vigor el 7
de enero de 1991 y, por lo tanto, los beneficiarios de la disposición transitoria 2.ª podían
ejercer el derecho de opción hasta el 7 de enero de 1993. En el caso de no haber ejercido
este derecho dentro del plazo indicado, los hijos de madre española nacidos antes de
1982 ya no pueden adquirir la nacionalidad española de origen por ius sanguinis, pero sí
pueden adquirir la nacionalidad española derivativa a través de un régimen privilegiado,
que es por residencia de un año en territorio español por el hecho de no haber ejercido
oportunamente el derecho de opción (art. 22.1b Cc).

Actualmente, y desde hace muchos años, en el derecho español de la nacio-


nalidad el ius sanguinis es el principal criterio de atribución de la nacionalidad
española de origen. Este es un criterio que, a diferencia del ius soli, favorece
a los hijos de emigrantes españoles que nacen en el extranjero, puesto que
adquieren la nacionalidad española por el hecho de ser hijos de padre o madre
español, con independencia de cuál sea el lugar de su nacimiento.

Ejemplo
© FUOC • PID_00248430 18 Derecho de la nacionalidad

El hijo de españoles nacido en Estados Unidos adquiere la nacionalidad española de ori-


gen por ius sanguinis pese a haber nacido en el extranjero. Hay que precisar que este in-
dividuo, de acuerdo con el derecho norteamericano, también adquiere la nacionalidad
norteamericana desde el momento de su nacimiento por el hecho de haber nacido en
Estados Unidos. La legislación norteamericana en materia de nacionalidad, a diferencia
de la española, se basa en el criterio del ius soli (art. 301 de la Inmigration and Nationality
Act, actualizada en el 2013). Por lo tanto, nos encontramos ante un doble nacional, en
este caso, español y norteamericano.

El elemento esencial del artículo 17.1a Cc es el hecho de ser�hijo�natural�o


biológico�de�un�español. Este precepto no comprende a los hijos en sentido
legal, como por ejemplo, los hijos adoptivos. En consecuencia, la determina-
ción�de�la�filiación se presenta como una cuestión preliminar a la atribución
de la nacionalidad española por ius sanguinis.

Los requisitos que se han de cumplir para que prospere la atribución de la


nacionalidad española de origen por ius sanguinis son los siguientes:

• El hijo/a tiene que ser menor de dieciocho años.


• Se debe haber determinado su filiación respecto a un español o española.
• La determinación de la filiación debe haberse producido antes de que el
hijo/a cumpla los dieciocho años.

En los supuestos en los que la filiación respecto a un español queda determi-


nada un tiempo después del nacimiento, pero siempre antes de que el indivi-
duo cumpla los dieciocho años, la atribución de la nacionalidad española, de
acuerdo con el artículo 112 Cc, tendrá efectos retroactivos tanto si el benefi-
ciario ya tiene otra nacionalidad como si no la tiene.

Artículo 112 Cc

«La filiación produce sus efectos desde que tiene lugar.»

La pérdida de la condición de «hijo de español/a» supone la pérdida de la


nacionalidad española, salvo que la pérdida de la nacionalidad suponga una
situación de apatridia.

Ejemplo
Apatridia

En el supuesto de que se dicte una sentencia impugnando la filiación de un menor res- La apatridia es la situación en
pecto a un español, aquel perderá la condición de nacional español. Ahora bien, si con la que se encuentran las per-
sonas que no ostentan ningu-
la pérdida de la nacionalidad española el individuo se queda en situación de apatridia,
na nacionalidad. Esta es una si-
este conservará la nacionalidad española, no la perderá. tuación que se debe intentar
evitar, puesto que el derecho
La pérdida de la nacionalidad española como consecuencia de la impugnación a ostentar una nacionalidad es
un derecho fundamental de
de la filiación de un menor respecto a un nacional español no se encuentra, sin todas las personas, reconocido
en la Declaración Universal de
embargo, contemplada entre las causas de pérdida de la nacionalidad española Derechos Humanos (art. 15) y
previstas en los artículos 24 y 25 Cc. en el Pacto de Derechos Civiles
y Políticos (art. 24.3 Cc).

2.2.2. Por adopción de menores de edad

Según el artículo 19.1 Cc:


© FUOC • PID_00248430 19 Derecho de la nacionalidad

«El extranjero menor de dieciocho años adoptado por un español adquiere, desde la adop-
ción, la nacionalidad española de origen.»

En este caso, el individuo adquiere la nacionalidad española de origen, del


mismo modo que los hijos biológicos de español/a, pero no desde el momento
de su nacimiento, sino desde el momento de la constitución de la adopción,
tal y como establece el artículo 19.1 Cc.

El artículo 19.1 Cc hace referencia a un supuesto diferente al contemplado en


el artículo 17.1a Cc, puesto que se refiere a:

• Hijos adoptivos, no a hijos biológicos. Los hijos adoptivos no pueden ad-


quirir la nacionalidad española por ius sanguinis en aplicación del artículo
17.1a Cc, en la medida en que no son hijos biológicos de padre o madre
española.

• Hijos adoptivos extranjeros, es decir, que en el momento de ser adoptados


generalmente ostentan otra u otras nacionalidades.

• Hijos adoptados por español/a.

El artículo 19.1 Cc, del mismo modo que el artículo 17.1a Cc, hace referencia Ved también
a menores de dieciocho años. Sin embargo, esto no significa que los extranje-
La adquisición de la naciona-
ros mayores de dieciocho años que hayan sido adoptados por españoles no lidad española de origen por
puedan adquirir la nacionalidad española de origen. Si esta es su voluntad, la parte de extranjeros mayores
de edad adoptados por espa-
pueden adquirir, pero lo tienen que hacer a través de otro mecanismo, que es ñol será analizada en el aparta-
do «El criterio de adquisición
la opción, tal y como establece el artículo 19.2 Cc. no automática de la nacionali-
dad española de origen: la op-
ción».
La opción

La opción es un mecanismo de adquisición no automática de la nacionalidad española, a


través del cual los extranjeros acostumbran a adquirir la nacionalidad española derivati-
va, a pesar de que en algunos casos a través de este mecanismo también se puede adquirir
la nacionalidad española de origen, como por ejemplo en el caso de extranjeros mayores
de edad adoptados por españoles. Es decir, que los extranjeros mayores de edad adop-
tados por españoles, a diferencia de los extranjeros menores de edad, no adquieren la
nacionalidad española de origen de manera automática, sino que lo hacen de manera no
automática a través del mecanismo de la opción, tal y como dispone el artículo 19.2 Cc.

La CE de 1978 equipara a los hijos biológicos y los hijos adoptivos, puesto


que exige que unos y otros reciban un mismo trato con independencia de que
tengan un origen diferente: el nacimiento, los hijos biológicos, y la adopción,
los hijos adoptivos. Con la finalidad de conseguir la equiparación en el trato,
el artículo 19.1 Cc atribuye a los menores extranjeros adoptados por español
la nacionalidad española de origen, es decir, la misma nacionalidad que se
atribuye a los hijos biológicos de padre o madre española a través del ius san-
guinis. La diferencia es, sin embargo, que los menores extranjeros adoptados
por español la adquieren a partir del momento en el que se dicta la resolución
de adopción, mientras que los hijos biológicos la adquieren desde el momento
de su nacimiento.
© FUOC • PID_00248430 20 Derecho de la nacionalidad

En cualquier caso, para que la adquisición de la nacionalidad española de ori-


gen por parte del menor adoptado produzca efectos, es necesaria la inscripción
de la adopción en el Registro Civil español (art. 330 Cc). No es necesaria, en
cambio, la inscripción de la adquisición de la nacionalidad española, de la cual
ya queda constancia en la inscripción de la adopción.

Las adopciones que se pueden inscribir en el Registro Civil español son úni-
camente aquellas adopciones válidas o que puedan producir sus efectos en el
territorio español, es decir, las adopciones�plenas. Las adopciones simples o
menos plenas no son válidas en el territorio español; por lo tanto, al no poder
ser inscritas en el Registro Civil español, no comportan la adquisición de la
nacionalidad española de origen, tal y como se desprende de la lectura del ar-
tículo 30.3 de la Ley 54/2007, de adopción internacional, de 28 de diciembre
del 2007 (más conocida como la LAI), en relación con el artículo 19 Cc.

Adopción plena y adopción simple

La adopción�plena es la adopción que supone una ruptura del vínculo de filiación entre
el hijo adoptivo y sus padres biológicos.

La adopción�simple es la adopción que no supone una ruptura del vínculo de filiación


entre el hijo adoptivo y sus padres biológicos. Este tipo de adopción está prevista por la
legislación de países como por ejemplo Nepal o El Salvador. La legislación española no
contempla la adopción simple como una adopción válida.

El artículo 30.3 de la LAI dispone que:

«La adopción simple o no plena no será objeto de inscripción en el Registro Civil español
como adopción ni comportará la adquisición de la nacionalidad española con arreglo al
artículo 19 del Código civil.»

Una vez que el menor extranjero ha sido adoptado, ostentará la nacionali- Nota
dad española y la nacionalidad o las nacionalidades que ostentaba antes de
El párrafo 3 del artículo 19 Cc
la adopción. Por lo tanto, será un doble nacional o plurinacional hasta el mo- se incorporó a través de la Ley
mento de emanciparse, momento a partir del cual puede perder la nacionali- 26/2015, de 28 de julio, de
modificación del sistema de
dad española si concurren las causas de pérdida de la nacionalidad española protección a la infancia y a la
adolescencia.
previstas en el artículo 24 Cc. De acuerdo con el artículo 19.3 Cc, si de acuer-
do con el derecho del país de origen del menor adoptado este mantiene su
nacionalidad, esta también será reconocida en España. Nos encontramos, por Ved también
lo tanto, ante una situación�de�doble�nacionalidad�prevista�o�reconocida
Véase el apartado «Doble na-
por�la�ley�española. cionalidad o plurinacionalidad
prevista por los convenios in-
ternacionales, por las leyes es-
Adquisición de la nacionalidad española de origen por adopción de pañolas o no prevista por los
menores tratados internacionales ni por
la ley española (situaciones pa-
tológicas)».
Los menores extranjeros adoptados por español adquieren la nacionalidad española de
origen desde el momento de la constitución de la adopción.
© FUOC • PID_00248430 21 Derecho de la nacionalidad

Finalmente, es importante destacar que, de acuerdo con el artículo 180.3 Cc,


la extinción de la adopción no supone la pérdida de la nacionalidad españo-
la. Por este motivo, la extinción de la adopción no figura entre las causas de
pérdida de la nacionalidad española previstas en los artículos 24 y 25 Cc.

2.2.3. Ius soli

La adquisición de la nacionalidad española de origen por ius soli consiste en la Ius soli
adquisición o la atribución de la nacionalidad por el hecho de haber nacido en
El hecho de haber nacido en
territorio español y concurrir, además, las circunstancias enumeradas en los territorio español no es por sí
apartados b), c) o d) del artículo 17.1 Cc. Es decir, el hecho de haber nacido en solo un criterio de atribución
de la nacionalidad española de
territorio español no es por sí solo un criterio de atribución de la nacionalidad origen. Para la atribución de
la nacionalidad española de
española de origen. origen por ius soli, es necesa-
rio que el individuo haya naci-
do en territorio español y que,
En la redacción originaria del Código civil de 1889, el ius soli era el principal además, concurran las circuns-
tancias previstas en los apar-
criterio de adquisición de la nacionalidad española de origen, mientras que tados b), c) o d) del artículo
17.1 Cc.
el ius sanguinis era un correctivo del primero. Con posterioridad, y todavía
en la actualidad, el orden se ha invertido, dado que el principal criterio de
adquisición de la nacionalidad española de origen es el del ius sanguinis. El ius
soli es un criterio de adquisición residual o subsidiario, que opera en defecto
del primero.

Ejemplo del carácter residual del ius soli en el derecho español de la


nacionalidad

La persona nacida en España que es hija de padre o madre españoles adquiere desde el
momento de su nacimiento la nacionalidad española de origen por el hecho de ser hija
de padre o madre españoles (ius sanguinis), pero no por el hecho de haber nacido en
territorio español (ius soli).

El ius soli tiene como objetivo evitar, por un lado, la perpetuación de genera-
ciones de extranjeros en España (art. 17.1b Cc) y, por otro, las situaciones de
apatridia originaria (art. 17.1c y d Cc). En muchas ocasiones, la atribución de
la nacionalidad española por ius soli sirve para evitar la situación de apatridia
originaria en la que se pueden encontrar los niños nacidos en territorio espa-
ñol que, en el momento de su nacimiento, no cumplen los requisitos o las
condiciones para adquirir la nacionalidad de sus progenitores.

El artículo 17 Cc contempla tres supuestos diferentes de adquisición de la na-


cionalidad española de origen por ius soli, los cuales se analizan a continua-
ción.

1) Según el artículo 17.1b Cc:

«Son españoles de origen los nacidos en España de padres extranjeros si, al menos, uno de
ellos ha nacido en España. Se exceptúan los hijos de funcionario diplomático o consular
acreditado en España.»

Este artículo 17.1b incorpora una regla general y una excepción.


© FUOC • PID_00248430 22 Derecho de la nacionalidad

La regla general consiste en la atribución de la nacionalidad española de origen


por ius soli a toda persona que haya nacido en territorio español, siempre y
cuando su padre o su madre también hayan nacido en España. En este caso,
la atribución de la nacionalidad española de origen se atribuye de manera
automática por la estrecha vinculación que supone el hecho de que tanto el
hijo como alguno de sus progenitores hayan nacido en territorio español.

Ejemplo

En junio del 2017 nace en Barcelona (España) una niña de padres de nacionalidad norte-
americana. El padre nació en Illinois (Estados Unidos) en 1980, y la madre en Barcelona
(España) en 1982. En este caso, la niña adquiere la nacionalidad española de origen por
ius soli en el momento de su nacimiento, dado que tanto ella como su madre han nacido
en territorio español. La niña no adquiriría la nacionalidad española de origen por ius
soli en el caso de que su madre hubiera nacido en Estados Unidos o en cualquier otro
país extranjero.

El motivo por el que se exige esta doble vinculación (hijo/a nacido en España y Ved también
padre o madre también nacido en territorio español) no es otro que el de evitar
Véase el apartado «La naturali-
la perpetuación de generaciones de extranjeros sin ningún tipo de vínculo zación», relativo a los criterios
con el territorio español. Por lo tanto, de acuerdo con el artículo 17.1b Cc, de adquisición no automáti-
ca de la nacionalidad españo-
la persona que nace en territorio español no adquiere por este solo hecho la la y, más concretamente, a la
adquisición de la nacionalidad
nacionalidad española de origen por ius soli. Sin embargo, tal y como veremos española a través del mecanis-
mo de la naturalización por re-
más adelante, solo por el hecho de haber nacido en España, con posterioridad sidencia.
a su nacimiento sí que podrá adquirir la nacionalidad española a través de
un régimen muy privilegiado, que es el de la adquisición por residencia en
territorio español durante el periodo de un año (art. 22.2a Cc).

Ejemplo

No adquiere la nacionalidad española por ius soli la hija de alemanes nacidos en Alemania
que nace en Palma de Mallorca (España) durante las vacaciones de verano del 2017. El
hecho fortuito de que la hija de dos alemanes nacidos en Alemania nazca en territorio
español no supone un vínculo suficiente con el territorio español como para atribuirle
de manera automática, desde el momento de su nacimiento, la nacionalidad española
de origen por ius soli.

La regla general del artículo 17.1b Cc tiene una excepción, puesto que no se
aplica a los hijos nacidos en España de los funcionarios diplomáticos o consu-
lares extranjeros acreditados en territorio español. Los funcionarios diplomá-
ticos o consulares quedan sometidos a un régimen especial regido por el prin-
cipio de soberanía. El motivo que justifica esta excepción es la escasa vincula-
ción real entre el individuo y el territorio español. Sin embargo, la mayor parte
de la doctrina critica el hecho de que el legislador español siga manteniendo
en el apartado final del artículo 17.1b Cc esta excepción, en la medida en que
el motivo que la justifica se reproduce actualmente en otros casos.

Ejemplo

El hijo del cónsul australiano acreditado en España que nace en territorio español no
adquiere por ius soli la nacionalidad española de origen.
© FUOC • PID_00248430 23 Derecho de la nacionalidad

2) Según el artículo 17.1c Cc:

«Son españoles de origen los nacidos en España de padres extranjeros, si ambos no tienen
nacionalidad o la legislación de ninguno de ellos le atribuye al hijo una nacionalidad.»

El artículo 17.1c Cc contempla dos supuestos de atribución de la nacionalidad


española de origen por ius soli: en primer lugar, el de los nacidos en España
hijos de padres apátridas y, en segundo lugar, el de los nacidos en España que
son hijos de extranjeros cuya legislación o cuyas legislaciones nacionales –
en el supuesto de que estos ostenten diferentes nacionalidades (matrimonio o
pareja mixta)– no atribuyen al hijo su nacionalidad.

En el primero de los casos, para evitar la apatridia originaria del hijo de apátri-
das nacido en territorio español, el Estado le atribuye la nacionalidad española
de origen por ius soli.

En el segundo de los casos, nos encontramos cuando los padres del nacido en
territorio español son nacionales de países basados estrictamente en el criterio
del ius soli y, por lo tanto, su legislación no otorga su nacionalidad a los hijos
de sus nacionales nacidos en el extranjero; en definitiva, cuando se trata de
legislaciones que no contemplan el ius sanguinis como criterio de atribución
de la nacionalidad.

En este segundo supuesto, cuando se invoca el artículo 17.1c Cc es necesario


probar el contenido de la ley o de las leyes del Estado del que son nacionales
los progenitores del nacido en territorio español. Y una vez comprobado el
contenido del derecho o derechos del Estado del que son nacionales los pro-
genitores de la persona nacida en territorio español, pueden pasar dos cosas:

• Que se constate que esta legislación o estas legislaciones no atribuyen la


nacionalidad a los hijos de los nacionales nacidos fuera del territorio, su-
puesto en el que el Estado español les atribuirá la nacionalidad española
de origen por ius soli para evitar su apatridia originaria.

• Que se compruebe que la legislación o las legislaciones de los estados de


los que son nacionales sus progenitores –en caso de que ostenten nacio-
nalidades diferentes– sí que le atribuyen su nacionalidad o, al menos, una
de ellas. En este caso, dado que no se trata de un supuesto de apatridia
originaria, puesto que el nacido en España adquiere la nacionalidad o las
nacionalidades de sus progenitores, no se le atribuirá la nacionalidad es-
pañola de origen por ius soli.

Ejemplos

La legislación peruana sigue estrictamente el criterio del ius soli, de forma que los hijos
de peruanos nacidos en territorio español no pueden adquirir la nacionalidad peruana
de sus progenitores por el hecho de haber nacido fuera del territorio peruano (art. 4 del
Reglamento de la Ley de nacionalidad de 1996). En este caso, el Estado español, para
© FUOC • PID_00248430 24 Derecho de la nacionalidad

evitar que los menores se encuentren en una situación de apatridia originaria, les atribuye
de manera automática la nacionalidad española de origen.

El hijo de padre peruano y de madre italiana nacido en territorio español no adquiere


la nacionalidad española de origen por ius soli desde el momento de su nacimiento, al
no encontrarse en una situación de apatridia originaria. No adquiere la nacionalidad
peruana del padre por el hecho de haber nacido fuera del territorio peruano –como hemos
dicho, el derecho peruano se basa estrictamente en el criterio del ius soli–, pero sí adquiere
la nacionalidad italiana de la madre por ius sanguinis. El derecho italiano en materia
de nacionalidad, del mismo modo que el derecho español, se basa en el criterio del ius
sanguinis (art. 1.1 de la Ley núm. 91 de 1992).

El artículo 17.1c Cc, actualmente, beneficia a los nacidos en España hijos de


nacionales de países cuyo derecho de la nacionalidad se basa estrictamente en
el criterio del ius soli, como por ejemplo los hijos de argentinos, bolivianos,
colombianos, costarricenses, cubanos, guineanos y peruanos, entre otros.

La vía registral adecuada para determinar la aplicabilidad, en cada caso con-


creto, del artículo 17.1c Cc es el expediente de declaración de la nacionalidad
española con valor de simple presunción, que decide en primera instancia el
encargado del Registro Civil del domicilio del interesado (art. 335 del Regla-
mento del Registro Civil). Este órgano es competente tanto para instruir como
para resolver el expediente.

En el año 2007, la DGRN adoptó la Instrucción de 28 de marzo del 2007, sobre


competencia de los registros civiles municipales y otras reglas relativas a los
expedientes de declaración de la nacionalidad española con valor de simple
presunción. Con esta instrucción, la DGRN quería evitar la aprobación irregu-
lar o indebida que varios órganos registrales españoles venían haciendo de los
expedientes registrales tramitados por los interesados, con el objetivo de lograr
la nacionalidad española con valor de simple presunción. Las irregularidades
más comunes eran, por un lado, la apreciación indebida de la competencia pa-
ra la tramitación de estos expedientes y, por otro, la falta de aplicación en estos
expedientes de los criterios y de la doctrina contenidos en las resoluciones de
la DGRN respecto a los supuestos en los que procede o no la declaración de la
nacionalidad española, en particular, en los supuestos previstos en el artículo
17.1c Cc. A través de esta instrucción, la DGRN publicó cinco directrices, de
las cuales solo destacaremos las dos más relevantes.

Una de las principales directrices de la mencionada instrucción de la DGRN


es la primera, que establece que a los efectos de aplicar el artículo 17.1c Cc es
imprescindible que se tenga en cuenta el contenido de la legislación en mate-
ria de nacionalidad del país o países de los que son nacionales los progenitores
del nacido en territorio español, puesto que su contenido puede ser objeto de
reforma. Así, por ejemplo, Chile, Brasil y Ecuador eran países que antes de las
reformas del 2005, 2007 y 2008, respectivamente, se basaban estrictamente
en el criterio del ius soli, pero a partir de la reforma de su derecho de la nacio-
nalidad, y con el objetivo de evitar la apatridia originaria de los hijos de sus
nacionales nacidos en el extranjero, flexibilizaron el criterio del ius soli.
© FUOC • PID_00248430 25 Derecho de la nacionalidad

La flexibilización del criterio del ius soli en la legislación ecuatoriana

Con anterioridad a la reforma del 2008, la Constitución ecuatoriana de 1978 establecía


lo siguiente en su artículo 6:

«Es ecuatoriano por nacimiento: 1. El nacido en territorio nacional y 2. El nacido en


territorio extranjero: a) de padre o madre ecuatoriano por nacimiento, que estuviere al
servicio de Ecuador o de algún organismo internacional o transitoriamente ausente del
país por cualquier causa, si no manifiesta voluntad contraria; b) de padre o madre ecua-
toriano por nacimiento; c) de padre o madre ecuatoriano por nacimiento, que manifes-
tare su voluntad de ser ecuatoriano entre los dieciocho y los veintiún años de edad, no
obstante residir en el extranjero.»

La legislación ecuatoriana en materia de nacionalidad, anterior a la reforma del 2008, se


basaba en el criterio del ius soli pero no de manera estricta, puesto que los nacidos en el
extranjero también podían adquirir la nacionalidad ecuatoriana de manera excepcional
si se cumplía alguna de las circunstancias del artículo 6.2. Sin embargo, a partir de la
entrada en vigor de la Constitución ecuatoriana en noviembre del 2008, las personas
a las que nos hemos referido no siempre pueden adquirir la nacionalidad española de
origen por ius soli a partir del artículo 17.1c Cc en la medida en que, según el artículo 7
de la Constitución ecuatoriana: «Son ecuatorianos por nacimiento [...]. 2. Las personas
nacidas en el extranjero de padre o madre nacidos en Ecuador y sus descendientes hasta
el tercer grado de consanguineidad».

La otra directriz relevante de la instrucción de la DGRN del 2007 es la quin-


ta, que propugna la nulidad de la declaración de nacionalidad española con
valor de simple presunción cuando el artículo 17.1c Cc ha sido aplicado de
manera errónea, por el hecho de que el derecho extranjero se ha interpretado
incorrectamente.

En el año 2008, la DGRN, conocedora de las reformas introducidas en Chile,


Brasil y Ecuador, adoptó la Circular de 16 de diciembre del 2008, sobre la apli-
cación del artículo 17.1c Cc respecto a los hijos de extranjeros nacidos en Es-
paña, con el objetivo de facilitar a los registros civiles la aplicación del men-
cionado precepto en cuanto a los hijos de chilenos, brasileños y ecuatorianos
nacidos en España y de garantizar el principio de seguridad jurídica.

En consecuencia, si las legislaciones de los estados de los que son nacionales


los progenitores del nacido en territorio español flexibilizan el criterio del ius
soli para evitar la apatridia originaria de los hijos de sus nacionales nacidos
en el extranjero, automáticamente se reducen la aplicación del artículo 17.1c
Cc y, por lo tanto, las atribuciones de la nacionalidad española de origen por
ius soli.

3) Según el artículo 17.1d Cc:

«Son españoles de origen los nacidos en España cuya filiación no resulte determinada. A
estos efectos se presumen nacidos en territorio español los menores de edad cuyo primer
lugar conocido de estancia sea el territorio español.»

Esta disposición hace referencia a aquellas personas que nacen en territorio


español cuya filiación no está determinada. Si se desconoce su filiación, la per-
sona, lógicamente, no puede adquirir ninguna nacionalidad por ius sanguinis.
De tal manera que, para evitar una situación de apatridia originaria, se le atri-
© FUOC • PID_00248430 26 Derecho de la nacionalidad

buye la nacionalidad española de origen por ius soli por el hecho de haber na-
cido en territorio español. Asimismo, el artículo 17.1d Cc también compren-
de a aquellos menores que se encuentran en territorio español, siendo este su
primer lugar de estancia conocido. Responden a este perfil los menores aban-
donados en territorio español.

La cuestión que se plantea es si la nacionalidad española obtenida a través de


la mencionada disposición es una nacionalidad provisional o definitiva. Y la
respuesta es que se trata de una nacionalidad adquirida de manera definitiva,
es decir, de una nacionalidad que se mantiene a pesar de que, con posteriori-
dad, se determine la filiación de la persona a la que se le atribuyó la naciona-
lidad española y resulte que la legislación del Estado del que es nacional como
mínimo uno de sus progenitores le atribuya al hijo su nacionalidad. La misma
solución se hace extensiva a aquellos casos en los que, con posterioridad al
nacimiento, se determina el lugar donde nació el menor al que se le atribuyó la
nacionalidad española por ius soli, bajo la presunción de que este había nacido
en territorio español, al ser este su primer lugar de estancia conocido. En estos
casos, el individuo pasará a ostentar dos o más nacionalidades y la pérdida
de la nacionalidad española solo se producirá si, una vez emancipado, incurre
en alguna de las causas de pérdida de la nacionalidad española previstas en
el artículo 24 Cc.

2.3. Criterios de adquisición no automática

Los criterios de adquisición no automática de la nacionalidad española son


todos aquellos en los que interviene la declaración de la voluntad del intere-
sado. Las personas, a partir de la mayoría de edad, tienen capacidad de obrar y
capacidad para valerse por sí mismas, salvo algunos casos. En consecuencia, a
un mayor de edad no se le puede atribuir de manera automática una naciona-
lidad no deseada o no querida, sino que, para adquirirla, este ha de manifestar
su voluntad.

A través de estos criterios de adquisición no automática, de manera general, el


individuo adquiere la nacionalidad�española�derivativa, excepto en algún
caso en el que este adquiere la nacionalidad�española�de�origen. El único
mecanismo de adquisición no automática que da lugar a la nacionalidad es-
pañola de origen es el de la opción. Sin embargo, la opción es, por naturaleza,
un mecanismo para la adquisición de la nacionalidad española derivativa.

En primer lugar, analizaremos la adquisición no automática de la nacionalidad


española de origen a través del mecanismo de la opción y, a continuación,
expondremos los mecanismos de adquisición no automática de la nacionali-
dad española derivativa, entre los cuales encontramos la opción y, además, la
naturalización, que a su vez se basa en dos modalidades de adquisición dife-
renciadas: por�carta�de�naturaleza y por�residencia�en�territorio�español.
© FUOC • PID_00248430 27 Derecho de la nacionalidad

2.3.1. El criterio de adquisición no automática de la


nacionalidad española de origen: la opción

Las disposiciones que ofrecen o que han ofrecido a los extranjeros la posibili- Ved también
dad de adquirir la nacionalidad española de origen a través del mecanismo de
Podéis ver el apartado «Crite-
la opción son: los artículos 17.2 y 19.2 Cc, la disposición transitoria 2.ª de la rios de adquisición no automá-
Ley 18/1990, la disposición adicional 7.ª de la Ley 52/2007 y la disposición tica de la nacionalidad espa-
ñola derivativa», relativo a la
final 6.ª de la Ley 20/2011. Hay que decir, sin embargo, que actualmente las adquisición de la nacionalidad
española por residencia de un
únicas disposiciones que están vigentes son los artículos 17.2 y 19.2 Cc. El año en territorio español.
resto de las disposiciones, tal y como veremos, fijan un plazo para ejercer el
derecho de opción que ya ha prescrito. En consecuencia, a fecha de hoy ya no
se puede ejercer el derecho de opción a la nacionalidad española de origen a
partir de ninguna de estas disposiciones. Sin embargo, lo que sí pueden hacer
sus beneficiarios es adquirir la nacionalidad española por residencia de un año
en territorio español, por el hecho de no haber ejercido oportunamente –en
su momento– la facultad de optar, tal y como prevé el artículo 22.2b Cc. En
este caso, sin embargo, la nacionalidad española que adquirirán es derivativa,
no de origen.

A continuación, se analizan las cinco disposiciones relativas al derecho de op-


ción a la nacionalidad española de origen.

1)�Por�determinación�de�la�filiación�respecto�a�españoles�o�del�nacimiento
en�territorio�español�con�posterioridad�a�los�dieciocho�años�(art.�17.2�Cc)

El artículo 17.2 Cc establece lo siguiente:

«La filiación o el nacimiento en España cuya determinación se produzca después de los


18 años de edad, no son por sí solos causa de adquisición de la nacionalidad española.
El interesado tiene entonces derecho a optar por la nacionalidad española de origen en
el plazo de dos años a contar desde aquella determinación.»

Esta disposición hace referencia a todos aquellos casos en los que se supone
que una persona ha nacido en el extranjero o que es hija de padres extranjeros,
es decir, a aquellos supuestos en los que se considera que la persona por ius
soli o por ius sanguinis es extranjera y, una vez cumplidos los dieciocho años,
se descubre que en realidad había nacido en España o que es hija de padre o
madre español y que, por lo tanto, debería ser española de origen, de acuerdo
con el artículo 17.1 Cc.

En este caso, a la persona no se le puede atribuir automáticamente la nacio-


nalidad española de origen, puesto que tiene más de dieciocho años, sino que
esta podrá ejercer su derecho de opción a la nacionalidad española de origen.
El legislador español pretende, de esta manera, evitar que a un mayor de dieci-
ocho años se le atribuya una nacionalidad contra su voluntad o una naciona-
lidad con la que no tiene ningún tipo de vínculo o tiene un vínculo reducido.
© FUOC • PID_00248430 28 Derecho de la nacionalidad

En el supuesto de que el interesado desee adquirir la nacionalidad española,


tendrá que ejercer el derecho�de�opción dentro del plazo de dos años, a contar
desde la determinación de la filiación o de su lugar de nacimiento, cumpliendo
en cualquier caso los requisitos que enumera el artículo 23 Cc, los cuales son
comunes para la adquisición de la nacionalidad española por opción, carta
de�naturaleza y residencia.

El plazo de dos años no persigue otra finalidad que la de evitar los cambios
bruscos de nacionalidad. La nacionalidad española de origen se adquirirá des-
de el momento en el que se ejercite el derecho de opción. Por lo tanto, nos
encontramos ante un supuesto en el que la persona adquiere la nacionalidad
española de origen en un momento posterior al de su nacimiento.

Para que entre en funcionamiento el artículo 17.2 Cc, es necesario que con-
curran los requisitos siguientes:

• Que se determine la filiación del interesado respecto a un español o su


nacimiento en España.

• Que la determinación se produzca después de que el sujeto haya cumplido


los dieciocho años.

• La determinación después de los dieciocho años debe ser considerada co-


mo un hecho nuevo o no conocido con anterioridad.

• El interesado debe ejercer el derecho de opción dentro del plazo de dos


años, a contar desde la determinación de la filiación o nacimiento en Es-
paña.

• El interesado debe cumplir los requisitos enumerados en el artículo 23 Cc.

Ejemplo

A raíz de una prueba de paternidad solicitada por M. W., de nacionalidad australiana y


madre de A. W., de 19 años y también nacional australiano, se descubre que A. W. es hijo
de F. P., de nacionalidad española, con quien M. W. había tenido una relación poco antes
de nacer su hijo. M. W. y A. W. residen en Nueva York (Estados Unidos) y F. P en Bilbao
(España). En este caso, el Estado español no le puede atribuir la nacionalidad española
por el hecho de ser hijo de padre español (el criterio del ius sanguinis solo opera respecto
a los hijos biológicos menores de edad), dado que A. W. tiene 19 años y no se le puede
obligar a adquirir la nacionalidad española, es decir, una nacionalidad con la que no
tiene ningún tipo de vinculación. Lo que sí puede hacer A. W. es ejercer el derecho de
opción en aplicación del artículo 17.2 Cc, dentro del plazo de dos años a contar desde la
determinación de la filiación respecto a F. P., de nacionalidad española.

En opinión de algunos internacional-privatistas, la solución que incorpora el


artículo 17.2 Cc es excesiva en la medida en que, a pesar de que es justo que
una persona de la que se determina, una vez que ya ha cumplido dieciocho
años, que es hija de español/a o que nació en España, pueda adquirir la na-
© FUOC • PID_00248430 29 Derecho de la nacionalidad

cionalidad española, no lo es que pueda adquirir la nacionalidad española de


origen puesto que se trata de una persona que no ha tenido ningún vínculo
con el territorio español.

El artículo 17.1b Cc, relativo a la adquisición de la nacionalidad española por Ved también
ius soli, cuando para la atribución de la nacionalidad española de origen exi-
Sobre la adquisición de na-
ge que tanto el hijo como uno de sus progenitores hayan nacido en España, cionalidad española por resi-
lo que persigue es, precisamente, evitar la perpetuación de generaciones de dencia en el territorio español,
véase el apartado «La naturali-
extranjeros en territorio español. Si tenemos en cuenta esta preocupación del zación».

legislador español, no se explica por qué motivo el artículo 17.2 Cc le ofrece


al interesado la posibilidad de optar por la nacionalidad española de origen.
Una buena solución, según algunos autores, hubiera sido ofrecer en estos su-
puestos la posibilidad de adquirir la nacionalidad española por residencia de
un año en territorio español, es decir, a través de un régimen muy privilegia-
do. En este caso, la nacionalidad adquirida sería la derivativa, no la de origen,
solución que es razonable si consideramos que el interesado no tiene vínculos
con el territorio español. En el supuesto de que esta propuesta hubiera llega-
do a prosperar, el legislador español hubiese tenido que incorporar un nuevo
apartado al artículo 22.2 Cc, que es la disposición que enumera los casos en
los que se puede adquirir la nacionalidad española por residencia de un solo
año en territorio español.

2)�Por�la�adopción�de�extranjeros�mayores�de�dieciocho�años�por�parte�de
nacionales�españoles�(art.�19.2�Cc)

El artículo 19.2 Cc establece que los extranjeros mayores de dieciocho años


adoptados por español/a podrán optar a la nacionalidad española de origen si
ejercen el derecho de opción dentro del plazo de dos años, a contar desde la
constitución de la adopción.

La diferencia entre los extranjeros menores de edad y los extranjeros mayores


de edad adoptados por español/a es que el extranjero menor de edad adquiere
la nacionalidad española desde el momento de la constitución de la adopción,
sin necesidad de que tenga que declarar su voluntad de adquirir esta naciona-
lidad; mientras que el extranjero mayor de dieciocho años, para adquirir la
nacionalidad española, debe manifestar su voluntad de adquirirla ante el juez
encargado del Registro Civil dentro del plazo de dos años, a contar desde la
constitución de la adopción. El Estado no le puede atribuir la nacionalidad
española de manera automática al ser mayor de edad.

En el supuesto de que el extranjero mayor de dieciocho años ejerza su derecho


de opción dentro del plazo establecido, este ostentará la nacionalidad española
de origen desde el momento en que se perfeccione la opción.

La constitución de las adopciones se rige por la ley española (art. 18 LAI), la


cual, concretamente en el artículo 175.2 Cc, establece que excepcionalmente
será posible la adopción de mayores de edad o de menores emancipados cuan-
© FUOC • PID_00248430 30 Derecho de la nacionalidad

do inmediatamente antes de la emancipación haya existido una situación de


acogida o de convivencia estable con los futuros adoptadores de, al menos,
un año.

El artículo 18 de la LAI dispone lo siguiente:

«La constitución de la adopción por la autoridad competente española se regirá por lo


dispuesto en la ley material española en los siguientes casos: a) cuando el adoptando
tenga su residencia habitual en España en el momento de la constitucion de la adopción.
b) Cuando el adoptando haya sido o vaya a ser trasladado a España con la finalidad de
establecer su residencia habitual en España.»

El artículo 178.2 Cc, por su parte, establece que:

«Únicamente podrán ser adoptados los menores no emancipados. Por excepción, será
posible la adopción de un mayor de edad o de un menor emancipado cuando, inmedia-
tamente antes de la emancipación, hubiere existido una situación de acogimiento con
los futuros adoptantes o de convivencia estable con ellos de, al menos, un año.»

En los casos que el extranjero mayor de edad adoptado por español haya estado
en situación de acogida o convivencia con anterioridad a la constitución de
la adopción, el extranjero mayor de edad tiene dos maneras de adquirir la
nacionalidad española en dos momentos diferentes:

• Antes de constituirse la adopción: por residencia de un año en territorio Ved también


español, por el hecho de haber estado sujeto legalmente a la tutela, guar-
Sobre la adquisición de la na-
da o acogida de un ciudadano o institución españoles durante dos años cionalidad española por resi-
consecutivos. Este mecanismo, previsto en el artículo 22.2c Cc, también dencia de un año en territorio
español, podéis ver el apartado
resulta operativo incluso en el supuesto de que esta situación persista en «La naturalización».

el momento de la solicitud.

• Después de constituirse la adopción: ejerciendo el derecho de opción a


la nacionalidad española dentro del plazo de dos años, a contar desde la
constitución de la adopción, tal y como dispone el artículo 19.2 Cc.

La diferencia entre los dos mecanismos de adquisición es que el tipo de nacio-


nalidad que adquirirá el adoptado es diferente: la nacionalidad española deri-
vativa, si utiliza el mecanismo de la residencia antes de constituirse la adop-
ción; y la nacionalidad española de origen, si utiliza el mecanismo de la op-
ción una vez constituida la adopción.

La cuestión que se plantea es si, una vez constituida la adopción, el individuo


puede ejercer el derecho de opción a la nacionalidad española de origen cuan-
do previamente ya ha adquirido la nacionalidad española derivativa a través
del mecanismo de la residencia, según el artículo 22.2c. Algunos autores con-
sideran que la respuesta debe ser positiva, mientras que otros, que son la ma-
yoría, entienden que la respuesta debe ser negativa, en la medida en que la
© FUOC • PID_00248430 31 Derecho de la nacionalidad

opción es un mecanismo de adquisición de la nacionalidad española reserva-


do a los extranjeros y, por lo tanto, un mecanismo que no pueden utilizar los
nacionales españoles.

La finalidad que perseguía el legislador español cuando redactó el artículo 19.2


Cc era la de asimilar los hijos adoptivos a los hijos naturales o biológicos. Y,
más concretamente, conseguir que los extranjeros mayores de edad adoptados
por españoles recibiesen el mismo trato que los hijos naturales o biológicos
cuya filiación respecto a un nacional español queda determinada con poste-
rioridad a su mayoría de edad.

3)�Las�personas�que�no�eran�españolas�al�entrar�en�vigor�la�Ley�18/1990�y
que�lo�serían�en�aplicación�de�los�artículos�17�o�19�Cc�(disposición�transi-
toria�2.ª�de�la�Ley�18/1990)

Según la disposición transitoria 2.ª de la Ley 18/1990:

«Quienes no sean españoles a la entrada en vigor de esta Ley, y lo serían por aplicación
de los artículos 17 o 19 del Código civil, podrán optar por la nacionalidad española de
origen en el plazo de dos años a contar a partir de la entrada en vigor de la presente Ley,
y en las demás condiciones previstas en los artículos 20 y 23 de dicho Código.»

Los beneficiarios del derecho de opción previsto en la disposición transitoria


2.ª de la Ley 18/1990 eran:

• Los hijos de madre española nacidos antes de la Ley 51/1982, los cuales
no eran considerados españoles de origen según la legislación anterior,
siempre y cuando la madre fuese española en el momento del nacimiento
del hijo.

• Los adoptados menores de edad que hubieran sido adoptados en forma


plena antes de la Ley de 1982; a partir de esta Ley de 1982, los adoptados
en forma plena adquieren la nacionalidad española.

• Los nacidos en España antes de 1954 que fueran hijos de padres extranjeros
también nacidos en España.

En aplicación de la citada disposición, para que la adquisición de la naciona-


lidad española de origen fuera válida era necesario que el interesado ejerciese
el derecho de opción dentro del plazo de dos años, a contar desde la entrada
en vigor de la Ley 18/1990, es decir, que el derecho de opción se podía ejercer
hasta el 7 de enero de 1993, puesto que la Ley 18/1990 entró en vigor el 7 de
enero de 1991. Además, el interesado también tenía que cumplir los requisitos
previstos en el artículo 23 Cc.
© FUOC • PID_00248430 32 Derecho de la nacionalidad

4)�Los�hijos�e�hijas�de�padre�o�madre�originariamente�españoles�y�nietos�y
nietas�de�abuelo�o�abuela�que�sufrieron�persecución�y�maltratos�durante
la�dictadura�franquista�(disposición�adicional�7.ª�de�la�Ley�52/2007)

La Ley 52/2007, de 26 de diciembre (conocida como la Ley de la memoria his-


tórica), tenía por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de aquellos que
sufrieron persecución o violencia por razones políticas, ideológicas o de creen-
cia religiosa durante la Guerra Civil y la dictadura, promover su reparación
moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, así como adoptar
medidas complementarias, destinadas a suprimir elementos de división entre
los ciudadanos (art. 1 de la Ley). El único precepto de la Ley que hace referen-
cia al derecho de la nacionalidad es la disposición adicional 7.ª, que reconoce
a los hijos de padre o madre originariamente español y a los nietos o nietas de
aquellos que perdieron o tuvieron que renunciar a la nacionalidad española
como consecuencia del exilio la posibilidad de optar a la nacionalidad espa-
ñola de origen.

En cualquier caso, para poder adquirir la nacionalidad española de origen, los


beneficiarios de esta disposición tenían que ejercer el derecho de opción den-
tro del plazo de dos años, a contar desde la entrada en vigor de la disposición.
Hay que precisar que la Ley de la memoria histórica entró en vigor el 28 de
diciembre del 2007, pero hasta un año más tarde, el 28 de diciembre del 2008,
no entró en vigor la citada disposición. Por lo tanto, el 28 de diciembre del
2010 era, en principio, la fecha tope para que sus beneficiarios, si lo deseaban,
ejercieran el derecho de opción a la nacionalidad española de origen, a partir
de la disposición adicional 7.ª de la Ley 52/2007. Sin embargo, el Consejo de
Ministros, a través de la Resolución de 1 de marzo del 2010, amplió este plazo
un año más, es decir, hasta el 28 de diciembre del 2011.

Con posterioridad a esta fecha del 28 de diciembre del 2011, los beneficiarios
de la disposición adicional 7.ª ya no pueden ejercer el derecho de opción a
la nacionalidad española de origen pero, tal y como se ha avanzado antes, sí
pueden adquirir la nacionalidad española derivativa por residencia de un año
en territorio español (art. 22.2b Cc).

La disposición adicional 7.ª amplió el número de beneficiarios del derecho de


opción a la nacionalidad española de origen y, más concretamente, a recono-
cer una legítima pretensión a los emigrantes españoles.

5)�Los�nietos�y�nietas�de�mujeres�españolas�exiliadas�que�conservaron�la
nacionalidad�española�pese�a�haber�celebrado�matrimonio�con�extranjero
con�posterioridad�al�5�de�agosto�de�1954�(disposición�final�6.ª�de�la�Ley
20/2011)

La disposición final 6.ª de la Ley 20/11, de 21 de julio, del Registro Civil, reco-
noce la posibilidad de ejercer el derecho de opción a la nacionalidad española
de origen previsto en la disposición adicional 7.ª de la Ley 52/2007 a los nietos
© FUOC • PID_00248430 33 Derecho de la nacionalidad

de las mujeres españolas exiliadas que conservaron la nacionalidad española


después de haber celebrado matrimonio con un extranjero con posterioridad
al 5 de agosto de 1954; siempre y cuando estas no hubieran transmitido la
nacionalidad española a sus hijos por haber adquirido los mismos la naciona-
lidad de su padre.

Los beneficiarios de esta disposición podían ejercer el derecho de opción a la


nacionalidad española de origen dentro del plazo de un año, a contar desde
la entrada en vigor de la Ley. La Ley 20/2011 entró en vigor tres años después
de su publicación en el BOE, concretamente el 23 de julio del 2014, pero la
disposición final 6.ª lo hizo solo un año después de la publicación de la Ley,
es decir, el 23 de julio del 2012. Por lo tanto, sus beneficiarios podían ejercer
el derecho de opción hasta el 23 de julio del 2013.

Para que la adquisición de la nacionalidad española por opción, en aplicación


de cualquiera de estas disposiciones, sea válida, es necesario que se cumplan
los requisitos previstos en el artículo 23 Cc, que son comunes para la adqui-
sición de la nacionalidad española por opción, por residencia y por carta de
naturaleza. Los requisitos son los siguientes:

a) Que el mayor de 14 años y capaz para prestar una declaración por si solo
jure o prometa fidelidad al rey y obediencia a la Constitución y a las leyes.

b) Que la misma persona declare que renuncia a su nacionalidad anterior,


salvo que sean naturales de países mencionados en el apartado 1 del artículo 24
Cc, es decir, nacionales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea
Ecuatorial, Portugal y los sefardíes originarios de España.

Ejemplo

El nacional argentino que quiere optar a la nacionalidad española no necesita renunciar


a la nacionalidad argentina para poder adquirir la nacionalidad española; en cambio, el
nacional británico que quiere optar a la nacionalidad española sí debe renunciar a su
nacionalidad para poder adquirir la nacionalidad española.

Hay que poner de relieve que los sefardíes� originarios� de� España quedan
excluidos del cumplimiento del requisito de la renuncia desde la entrada en
vigor, el 1 de octubre del 2015, de la Ley 12/2015, de 24 de junio, en materia
de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de Espa-
ña. La disposición final 1.ª de esta ley modifica la redacción del artículo 23
Cc, al incluir a los sefardíes dentro del grupo de personas que no tienen que
renunciar a su nacionalidad para poder adquirir la nacionalidad española por
opción, residencia o carta de naturaleza.

El cumplimiento del requisito�de�la�renuncia a la propia nacionalidad plantea


algunas dudas y problemas. La nacionalidad es un vínculo entre el individuo
y el Estado, y por este motivo la renuncia expresa a la propia nacionalidad
no es un acto unilateral, sino bilateral. Así pues, cuando un extranjero para
poder adquirir la nacionalidad española renuncia a su nacionalidad, dando así
© FUOC • PID_00248430 34 Derecho de la nacionalidad

cumplimiento al artículo 23b Cc, no por este motivo perderá su nacionalidad.


La renuncia expresa a la propia nacionalidad solo supondrá su pérdida si se
inicia un expediente de pérdida de la nacionalidad ante las autoridades del
país de origen o ante las autoridades consulares acreditadas en España del país
de origen del interesado y estas la validan, pero no, en cambio, si el interesado
simplemente renuncia a su nacionalidad ante las autoridades españolas.

c) Que la adquisición se inscriba en el Registro Civil español. La inscripción


de la adquisición de la nacionalidad española por opción, residencia o carta
de naturaleza es un requisito constitutivo, es decir, que si no se efectúa la ins-
cripción de la adquisición de la nacionalidad española a través de cualquiera
de estos tres mecanismos en el Registro Civil, esta adquisición no será válida.

Con la reforma introducida por la Ley 18/1990, se incorporó como novedad


que el optante o su representante legal cuando inscriben la adquisición de la
nacionalidad española a través del mecanismo de la opción tienen que ma-
nifestar de manera expresa la vecindad�civil, común o foral, que quieren ad-
quirir. De este modo quedó derogada la norma anterior, que establecía una
presunción a favor de la vecindad civil común.

2.3.2. Criterios de adquisición no automática de la nacionalidad


española derivativa: opción y naturalización por carta de
naturaleza o por residencia

La adquisición de la nacionalidad�española�derivativa se produce en un mo-


mento posterior al nacimiento y como consecuencia de un acto voluntario del
interesado: la manifestación de su declaración de voluntad. Si el interesado no
declara su voluntad de adquirir la nacionalidad española, no la adquirirá.

Nota

Originariamente, en cambio, la�adquisición�derivativa�de�la�nacionalidad�española


podía�producirse�de�manera�voluntaria o de�manera�necesaria/involuntaria. Así, por
ejemplo, con anterioridad a la adopción de la Ley de 1975, la nacionalidad española de-
rivativa se podía adquirir por razón de matrimonio, puesto que la mujer seguía la nacio-
nalidad del marido (art. 22 Cc en su redacción originaria de 1889 y art. 23.3 Cc según
la Ley de 1954). A partir de la Ley de 1975, la nacionalidad del marido deja de condicio-
nar la nacionalidad de la mujer. Asimismo, con anterioridad a la Ley de 1982, se podía
adquirir de manera derivativa la nacionalidad española por dependencia familiar, puesto
que los hijos seguían la nacionalidad de su padre (art. 18 Cc en su redacción originaria
de 1889). A partir de la Ley de 1982, los hijos ya no siguen la nacionalidad de su padre
y el motivo es la influencia de los principios constitucionales, en particular del princi-
pio de igualdad y no discriminación por razón de sexos previsto en el artículo 14 de la
Constitución española de 1978.

Los criterios o mecanismos de adquisición no automática de la nacionalidad


española previstos en el Código civil son la opción y la naturalización. Y
dentro de los mecanismos de adquisición por naturalización, encontramos la
carta�de�naturaleza y la residencia.
© FUOC • PID_00248430 35 Derecho de la nacionalidad

La opción

La disposición que regula la opción es el artículo 20 Cc, el cual se debe poner en


relación con el artículo 23 Cc. También hay que mencionar otra disposición, a
pesar de que ya no está en vigor, que regulaba el mecanismo de la opción y que
daba lugar a la adquisición de la nacionalidad española derivativa, que es la
disposición transitoria 3.ª de la Ley 18/1990. Primero se expondrá el artículo 20
Cc y, a continuación, se hará una breve referencia a la disposición transitoria
3.ª de la Ley 18/1990.

En relación con el artículo�20�Cc, hay que hacer referencia a los siguientes


aspectos: los beneficiarios del derecho de opción, las personas legitimadas para
ejercer el derecho de opción, la autoridad ante la que se deberá ejercer este
derecho y los requisitos de validez.

1)�Beneficiarios�del�derecho�de�opción�previsto�por�el�artículo�20�Cc

Según el artículo 20.1 Cc, en su redacción otorgada por la Ley 36/2002, tienen
derecho a optar por la nacionalidad española:

a)�Las�personas�que�estén�o�hayan�estado�sujetas�a�la�patria�potestad�de
un�español

Este apartado no incluye, por supuesto, a los hijos naturales y adoptivos me-
nores de dieciocho años de nacionales españoles, ya que estos quedan sujetos
a los artículos 17 y 19 Cc. El artículo 20.1 Cc se refiere a los menores extranje-
ros sometidos a la patria potestad de extranjeros que han adquirido la nacio-
nalidad española.

Es importante destacar que este apartado tiene un ámbito de aplicación am-


plio, puesto que incluye tanto a las personas que estén bajo la patria potestad
de un español, como a las personas que hubieran sido sometidas a la patria
potestad de un español en algún momento de su vida, aunque no lo estén en
el momento de solicitar la adquisición de la nacionalidad española.

Este apartado a) del artículo 20.1 Cc solo hace referencia a la patria�potestad,


a diferencia de lo que preveía esta disposición en su redacción otorgada por
la Ley de 1982, que incluía también a los sometidos a la tutela. Actualmente,
los menores extranjeros sometidos a la tutela de españoles pueden adquirir la
nacionalidad española derivativa a través del mecanismo de la residencia en
territorio español, pero no a través de la opción basada en el artículo 20.1a
Cc. Los menores extranjeros sometidos a tutela se benefician de un régimen
privilegiado, ya que pueden adquirir la nacionalidad española por residencia
de un solo año en territorio español (art. 22.2c Cc).
© FUOC • PID_00248430 36 Derecho de la nacionalidad

b)�Aquellas�personas�cuyo�padre�o�madre�hubieran�sido�originariamente
españoles�y�nacidos�en�España

La finalidad de este apartado, que fue añadido por la reforma introducida por
la Ley 36/2002, es proteger a los descendientes de los emigrantes españoles.
Según el apartado b) del artículo 20.1 Cc, solo tienen derecho a optar por la
nacionalidad española los hijos de padre o madre que hubieran sido origina-
riamente españoles y que hubiesen nacido en España. La redacción de este
apartado fue criticada, porque establece una clara diferencia de trato entre los
hijos de personas originariamente españolas y nacidas en España y los hijos de
personas originariamente españolas nacidas fuera del territorio español. Las
primeras pueden optar por la nacionalidad española, mientras que las segun-
das no pueden hacerlo. La idea era dotar a esta disposición de un ámbito de
aplicación personal más amplio pero, tal y como se desprende de su redacción,
la disposición tiene un ámbito de aplicación personal limitado.

En realidad, este grupo de beneficiarios ya estaba contemplado con anteriori- Ved también
dad por la disposición transitoria 3.ª de la Ley 18/1990, pero esta disposición
La disposición transitoria 3.ª
transitoria quedó derogada por la Ley 29/1995, de 2 de noviembre, de reforma de la Ley 18/1990 se analiza a
del Código civil en materia de recuperación de la nacionalidad española. continuación, después del es-
tudio del artículo 20 Cc. Y en
el siguiente apartado, se desta-
can las diferencias entre las dos
c)� Las� que� se� encuentren� comprendidas� en� el� segundo� apartado� de� los normas jurídicas.
artículos�17�y�19

A este grupo de beneficiarios, ya se ha hecho referencia en el apartado «El


criterio de adquisición no automática de la nacionalidad española de origen:
la opción». En estos casos, de manera excepcional, el ejercicio del derecho de
opción da lugar a la adquisición de la nacionalidad española de origen.

2)�Personas�legitimadas�para�ejercer�el�derecho�de�opción

Una de las novedades más destacables introducidas por la Ley 18/1990 fue el
reconocimiento del derecho de optar a los menores de 14 años y a los inca-
pacitados a través de su representante legal. Con anterioridad a la reforma de
1990, regía el principio según el cual la opción era una facultad personalísima
e indelegable. De este modo, se consigue que los miembros de una misma fa-
milia puedan ostentar la misma nacionalidad sin necesidad de esperar a que
los menores adquieran la mayoría de edad para ejercer el derecho de opción.

Según el artículo 20.2 Cc, en su redacción otorgada por la Ley 36/2002, la


declaración de opción será formulada:

a) Por el representante legal del optante, menor de 14 años o incapacitado.


© FUOC • PID_00248430 37 Derecho de la nacionalidad

b) Por el propio interesado, asistido por su representante legal, cuando aquel


sea mayor de 14 años o cuando, estando todavía incapacitado, así lo permita
la sentencia de incapacitación.

c) Por el interesado, por sí solo, si está emancipado o es mayor de dieciocho


años.

La opción caducará a los 20 años de edad, es decir, que si el interesado ya ha


cumplido los 20 años, su derecho de opción ya habrá caducado. Sin embargo,
si el optante no estuviese emancipado según su ley personal (la ley personal
de las personas físicas es, según el artículo 9.1 Cc, su ley nacional), al llegar
a los dieciocho años el plazo para optar se prolongará hasta que transcurran
dos años desde la emancipación o adquisición de la mayoría de edad. En esta
situación, se encuentran todos aquellos extranjeros nacionales de países donde
la mayoría de edad se adquiere a una edad posterior a los dieciocho años (por
ejemplo, en Japón la mayoría de edad se adquiere a los veinte años y, por lo
tanto, el japonés de 20 años que quiere optar a la nacionalidad española podrá
ejercer su derecho de opción hasta los veintidós años; en Camerún, Egipto y
Pakistán, la mayoría de edad se adquiere a los veintiún años, de tal manera que
los nacionales de estos países podrán optar a la nacionalidad española hasta
los 23 años).

Hay que precisar que, a pesar de que en principio, de acuerdo con el artículo
20.2b apartado final, el derecho de opción caduca a los 20 años de edad, las
personas a las que se refiere el apartado b) del artículo 20.1 Cc, es decir, los hijos
de padre o madre que hubieran sido originariamente españoles y nacidos en
España, pueden ejercer este derecho sin límite de edad: el derecho de opción
no les caduca (art. 20.3 Cc).

d) Por el interesado, por sí solo, dentro de los dos años siguientes a la total
recuperación de la plena capacidad. Salvo que el derecho de opción haya ca-
ducado conforme al apartado c). En el supuesto de que una eventual incapa-
cidad hubiera impedido al interesado ejercer el derecho de opción dentro del
plazo previsto, este se prolongará dos años, a contar a partir del momento de la
recuperación de la capacidad. Si antes de perder la capacidad el plazo hubiese
caducado, el derecho de opción ya no se podrá ejercer.

3)�Autoridad�competente

El actual artículo 20 Cc indica la autoridad ante la cual el interesado debe ejer-


cer el derecho de opción. Sin embargo, tal y como establecía el artículo 20 Cc
redactado por la Ley de 1982, el derecho de opción se tendrá que ejercer ante el
encargado del Registro Civil del domicilio del interesado, y si este no coincide
con el Registro Civil del lugar de nacimiento del optante, podrá declarar ante
el encargado del Registro Civil del lugar de nacimiento.
© FUOC • PID_00248430 38 Derecho de la nacionalidad

En caso de que el interesado resida en el extranjero, podrá formular la decla-


ración ante el encargado del Registro Consular correspondiente o, en caso de
residir en un país en el que no hay oficina consular, podrá formular la decla-
ración de opción en un documento debidamente autentificado y dirigido al
Ministerio de Asuntos Exteriores (art. 230 RRC), el cual lo enviará al Registro
Civil competente para su inscripción.

4)�Requisitos�de�validez

Para que la adquisición de la nacionalidad española por opción sea válida, es Ved también
necesario que se cumplan los requisitos previstos en el artículo 23 Cc, que
Estos requisitos del artículo 23
son comunes para la adquisición de la nacionalidad española por opción, por Cc son los que ya se han indi-
residencia y por carta de naturaleza. cado en el apartado «El criterio
de adquisición no automática
de la nacionalidad española de
origen: la opción».
Además de esto, y como ya se ha mencionado, la disposición�transitoria�3.ª
de� la� Ley� 18/1990 también regulaba la opción a la nacionalidad española
derivativa. Esta disposición establecía lo siguiente:

«Las personas cuyo padre o madre hubiese sido originariamente español y nacido en Es-
paña podran optar por la nacionalidad española en el plazo de 3 años a contar desde la
entrada en vigor de esta ley. Para el ejercicio de este derecho será necesario que el intere-
sado resida legalmente en España en el momento de la opción. No obstante, este requisi-
to podrá ser dispensado en los términos previstos en el art. 26.1a Cc para la recuperación
de la nacionalidad.»

Esta disposición no beneficiaba a los emigrantes españoles que habían perdi-


do la nacionalidad española, puesto que la opción es un mecanismo previs-
to para extranjeros, no para españoles. En este supuesto, los emigrantes eran
personas que habían ostentado la nacionalidad española pero que la habían
perdido. Por lo tanto, para poder volver a ser españoles, tenían que recuperarla
de acuerdo con el artículo 26 Cc, no adquirirla a través del mecanismo de la
opción.

Los beneficiarios de esta disposición eran los hijos�de�padre�o�madre�origi-


nariamente�españoles�y�nacidos�en�España�que�perdieron�la�nacionalidad
española�antes�de�producirse�su�nacimiento�en�el�extranjero. En definitiva,
la disposición transitoria 3.ª se refería a las personas a las que hace referencia
el actual artículo 20.1b Cc, a pesar de que la regulación prevista en las dos
disposiciones no es idéntica.

Los beneficiarios de la disposición transitoria 3.ª podían ejercer el derecho de


opción dentro del plazo de tres años, a contar desde la entrada en vigor de
la Ley 18/1990, es decir, hasta el 7 de enero de 1994, puesto que la Ley entró
en vigor el 7 de enero de 1991. Este plazo, sin embargo, con posterioridad se
prorrogó dos años más, hasta el 7 de enero de 1996 (Ley 15/1993), y después
se prorrogó todavía un año más, hasta el 7 de enero de 1997 (Ley 29/1995).
Por lo tanto, en la actualidad ya no se puede utilizar esta disposición para
adquirir la nacionalidad española por opción, puesto que el límite temporal
para ejercer este derecho de opción era el 7 de enero de 1997. La disposición
© FUOC • PID_00248430 39 Derecho de la nacionalidad

transitoria 3.ª de la Ley 18/1990 quedó derogada por la Ley 29/1995, de 2 de


noviembre, por la cual se modifica el Código civil en materia de recuperación
de la nacionalidad española.

La disposición transitoria 3.ª exigía que el interesado en poder optar a la na- Nota
cionalidad española tenía que residir legalmente en España y, a pesar de que
Hay que destacar que el artícu-
su texto no lo decía expresamente, para que la adquisición de la nacionalidad lo 23 Cc, redactado según la
española por opción según esta disposición fuera válida, también era necesa- Ley 18/1990, no eximía a los
sefardíes del requisito de la re-
rio que el interesado cumpliese los requisitos enumerados en el artículo 23 Cc, nuncia a su propia condición
para poder adquirir la naciona-
redactado en su versión otorgada por la Ley 18/1990. lidad española por opción, re-
sidencia o carta de naturaleza.

Los beneficiarios de esta disposición que no ejercieron el derecho de opción


dentro del plazo fijado por la misma, desde la reforma introducida por la Ley
36/2002, pueden ejercer el derecho de opción sin límite de edad y sin nece-
sidad de residir legalmente en territorio español, de acuerdo con el artículo
20.1b Cc. Otro mecanismo que pueden utilizar para adquirir la nacionalidad
española en caso de no haber optado dentro del plazo fijado por la citada dis-
posición es el de la naturalización por residencia de un año en territorio espa-
ñol, según el artículo 22.2b Cc.

Las diferencias entre la disposición�transitoria�3.ª�de�la�Ley�18/1990 y el


artículo�20.1b�Cc son dos, fundamentalmente. Mientras que la disposición
transitoria 3.ª exigía que el interesado tuviese su residencia legal en España
y que ejerciera el derecho de opción dentro del plazo de tres años, a contar
desde la entrada en vigor de la Ley 18/1990, el artículo 20.1b Cc no exige que
el optante tenga su residencia legal en España y no limita su edad para ejercer
el derecho de opción, es decir, la opción no caduca, tal y como dispone el
artículo 20.3 Cc.

La naturalización

La naturalización es un mecanismo de adquisición no automática de la na-


cionalidad española, y para su operatividad requiere, tal y como dispone el
artículo 21.4 Cc, que concurran dos elementos:

• Una decisión de la autoridad competente, que conceda al interesado la


posibilidad de adquirir la nacionalidad española.

• La posterior declaración de voluntad del interesado de adquirir la nacio-


nalidad española. Una vez que el interesado ha recibido la notificación
concediéndole la autorización para adquirir la nacionalidad española por
naturalización, ya sea por carta de naturaleza o por residencia, este tiene
180 días desde la recepción de la notificación para comparecer ante la au-
toridad competente y cumplir los requisitos enumerados en el artículo 23
Cc –que son comunes para la adquisición de la nacionalidad española por
© FUOC • PID_00248430 40 Derecho de la nacionalidad

opción y por naturalización–, pasados los cuales la concesión caduca (art.


21.4 Cc).

La autoridad competente es el encargado del Registro Civil del domicilio del


interesado; en el supuesto de que este resida fuera de España, podrá hacer la
declaración ante el Registro Consular correspondiente o, si se encuentra en un
país en el que no hay oficina consular, mediante un documento debidamente
autentificado y dirigido al Ministerio de Asuntos Exteriores, el cual lo hará
llegar al encargado del Registro Civil competente a través del Ministerio de
Justicia.

La naturalización comprende dos mecanismos de adquisición: la carta�de�na-


turaleza y la residencia�en�territorio�español.

Según el artículo 21.3 Cc, las personas que podrán formular la solicitud de
adquisición de la nacionalidad española por carta de naturaleza y por residen-
cia son: el interesado emancipado o mayor de dieciocho años, el mayor de 14
años asistido por su representante legal, el representante legal del menor de
14 años y el representante legal de la incapacidad o el incapacitado, por sí solo
o debidamente asistido, según resulte de la sentencia de incapacitación.

1)�La�carta�de�naturaleza�(artículos�21�y�23�Cc,�artículos�4�y�41�de�la�Ley
29/2011�y�Ley�12/2015)

Según el artículo 21.1 Cc:

«La nacionalidad española se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecional-


mente mediante Real decreto, cuando en el interesado concurren circunstancias excep-
cionales.»

En relación con este artículo, hay que centrar la atención en dos expresiones:
circunstancias�excepcionales y discrecionalmente.

En relación con las circunstancias�excepcionales, la cuestión que se plantea


es a qué circunstancias excepcionales se refiere el legislador español, en la me-
dida en que el artículo 21.1 Cc no precisa qué factores o qué circunstancias
pueden justificar que el individuo adquiera la nacionalidad española por carta
de naturaleza. A través de un análisis de la práctica española relativa a la con-
cesión de la nacionalidad española por carta de naturaleza, se pueden diferen-
ciar cuatro grupos de situaciones o de circunstancias que justifican la operati-
vidad de este mecanismo de adquisición de la nacionalidad española, que son:

a) Cuando el interesado, debido a circunstancias excepcionales no imputables


a él mismo, no tipifica los requisitos exigidos por la ley para adquirir la nacio-
nalidad española a través de ningún otro mecanismo.

Ejemplo
© FUOC • PID_00248430 41 Derecho de la nacionalidad

La cónyuge extranjera de nacional español que trabaja como funcionario de la UE en


Bruselas y que vive con su esposo en Bélgica, ni a corto ni a largo plazo podrá cumplir con
el requisito que se les exige a los cónyuges extranjeros de nacionales españoles para poder
adquirir la nacionalidad por residencia en territorio español, que es el de residir en terri-
torio español durante un año de manera legal, continuada e inmediatamente anterior a
la solicitud (art. 22.2d Cc). En la misma situación se encuentra la extranjera casada con
español de profesión marino mercante, que por razón de su trabajo se encuentra durante
muchos meses fuera del territorio español. El artículo 22.2d Cc no puede resultar opera-
tivo si en el momento de la solicitud hay separación legal o de hecho entre los cónyuges,
de forma que la esposa del español marino mercante no podrá adquirir la nacionalidad
española porque durante los periodos en los que su esposo se encuentra fuera del terri-
torio español por motivos laborales, se encuentra separada de hecho de su esposo.

b) Cuando el interesado se encuentra en unas circunstancias capaces de ex-


presar un arraigo con España similar al contemplado en otras situaciones por
la propia ley.

Ejemplo

El Código civil, en el artículo 22.2c, reconoce a los extranjeros menores de edad some-
tidos a la tutela de un español o de una institución española la posibilidad de adquirir
la nacionalidad española por residencia de un año en territorio español; en cambio, no
pueden adquirir la nacionalidad española a través de este régimen privilegiado de adqui-
sición por residencia de un único año en territorio español los padres extranjeros que se
encuentran a cargo de sus hijos españoles, y que viven con ellos en territorio español.
En estos casos, puesto que se trata de una situación muy similar a la contemplada en el
artículo 22.2c Cc, en la práctica ha habido casos en los que se ha reconocido la posibili-
dad de que los padres extranjeros a cargo de sus hijos españoles y residentes en España
adquieran la nacionalidad española por carta de naturaleza.

c) Cuando el interesado ha llevado a cabo importantes aportaciones de carác-


ter científico, cultural, literario, deportivo, etc. a la sociedad española. Se trata
de la denominada «nacionalidad honoris causa». Es la más conocida de las si-
tuaciones que dan lugar a la adquisición de la nacionalidad española por carta
de naturaleza

Ejemplo

El escritor Mario Vargas Llosa, de nacionalidad peruana, adquirió la nacionalidad espa-


ñola por carta de naturaleza por sus importantes aportaciones a la vida literaria españo-
la; los atletas Orlando Ortega y Niurka Montalvo, los dos de nacionalidad cubana, entre
otros muchos deportistas, adquirieron la nacionalidad española por carta de naturaleza
por sus importantes aportaciones en el ámbito del deporte español.

d) Cuando el interesado, por un motivo u otro, merece ser compensado. Den-


tro de este grupo, se incluyen las víctimas de los atentados terroristas, los
miembros de las Brigadas Internacionales y los sefardíes originarios de España.

Víctimas�de�los�atentados�terroristas

El Gobierno español, pocos días después de los atentados terroristas del 11


de marzo del 2004 que tuvieron lugar en Madrid, adoptó el Real decreto
453/2004, de 18 de marzo, que ofrece a las víctimas y familiares de las víctimas
que murieron en los atentados la posibilidad de adquirir la nacionalidad espa-
ñola por carta de naturaleza. Dos años después, el 30 de diciembre del 2006,
se produjo otro atentado terrorista en la terminal 4 del aeropuerto de Madrid
© FUOC • PID_00248430 42 Derecho de la nacionalidad

y el Consejo de Ministros, el 26 de febrero del 2007, concedió la nacionalidad


española a siete familiares de los dos jóvenes ecuatorianos que murieron en
este atentado.

En el año 2011, el legislador español adoptó la Ley�29/2011,�de�22�de�sep-


tiembre,�de�reconocimiento�y�protección�integral�de�las�víctimas�del�te-
rrorismo. A través de esta ley, el legislador español reconoce como circunstan-
cia excepcional que justifica la adquisición de la nacionalidad española por
carta de naturaleza el hecho de ser víctima del terrorismo (art. 41 de la Ley
29/2011). Según el artículo 4 de la mencionada ley, «las personas fallecidas
o que han sufrido daños físicos y/o psíquicos como consecuencia de la activi-
dad terrorista y que, a los efectos de la ley, son consideradas como víctimas
del terrorismo» son titulares de los derechos y prestaciones reconocidos por
la Ley 29/2011.

Miembros�de�las�Brigadas�Internacionales

En enero de 1996, el Gobierno español adoptó el Real�decreto�39/1996,�de�19


de�enero,�sobre�concesión�de�la�nacionalidad�española�a�los�combatientes
integrantes�de�las�Brigadas�Internacionales�en�la�Guerra�Civil�española. El
mecanismo que se arbitró fue el de la carta de naturaleza, conforme al artículo
21.1 Cc. De este modo, el Estado español reconocía la tarea de defensa de la
libertad y de los principios democráticos que llevaron a cabo los voluntarios
de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil, entre los años 1936 y
1939. El problema es que para la adquisición de la nacionalidad española, los
interesados tenían que renunciar a su nacionalidad, motivo por el cual pocos
brigadistas adquirieron la nacionalidad española. El legislador español, cons-
ciente del rigor de esta exigencia, cuando adoptó la Ley�52/2007,�de�26�de
diciembre�(Ley�de�la�memoria�histórica), eximió del requisito de la renuncia
a la nacionalidad anterior al colectivo integrado por las Brigadas Internacio-
nales (art. 18). Esta supresión posteriormente quedó recogida en el Real�de-
creto�1792/2008,�de�3�de�noviembre,�sobre�concesión�de�la�nacionalidad
española�a�los�voluntarios�integrantes�de�las�Brigadas�Internacionales.

Sefardíes�originarios�de�España

El 1 de octubre del 2015, entró en vigor la Ley�12/2015,�de�24�de�junio,�en Nota


materia�de�concesión�de�la�nacionalidad�española�a�los�sefardíes�origina-
Se denomina sefardíes a los ju-
rios�de�España. Con esta ley, el Estado español pretende reconciliarse con las díos que vivieron en la penín-
comunidades sefardíes que fueron expulsadas de España en 1492. sula ibérica y, en particular, a
sus descendientes.

El artículo 1 de la Ley 12/2015 dispone que tienen que concurrir circunstan-


cias excepcionales para poder conceder la nacionalidad española por carta de
naturaleza, conforme al artículo 21.1 Cc, a los sefardíes originarios de España:
que prueben que son sefardíes y que tengan una especial vinculación con Es-
paña.
© FUOC • PID_00248430 43 Derecho de la nacionalidad

Para probar que ostentan la condición�de�sefardíes, tendrán que aportar un


certificado expedido por el presidente de la comisión permanente de la Fede-
ración de Comunidades Judías de España, por el presidente o cargo análogo de
la comunidad judía de la zona de la residencia o ciudad natal del interesado o
por una autoridad rabínica competente (art. 1.2 de la Ley).

Para acreditar�la�especial�vinculación�con�España, se podrán aportar los si-


guientes medios probatorios, que serán valorados en su conjunto: certificados
de estudios de historia y cultura españolas expedidos por instituciones oficia-
les o privadas con reconocimiento oficial; acreditación del conocimiento del
idioma ladino o haketia; inclusión del interesado o de sus familiares ascen-
dientes en la lista de familias sefardíes protegidas por España; parentesco de
consanguinidad con personas que obtuvieron la naturalización por la vía es-
pecial del Real decreto de 20 de diciembre de 1924; realización de actividades
benéficas, culturales o económicas a favor de personas o instituciones españo-
las o en territorio español; así como aquellas que se desarrollen en apoyo de
las instituciones orientadas al estudio, conservación y difusión de la cultura
sefardí, o cualquier otra circunstancia que demuestre fehacientemente su es-
pecial vinculación con España (art. 1.3 de la Ley). Para acreditar esta especial
vinculación con España, también se exigirá la superación de dos pruebas: una
prueba del conocimiento del idioma español (DELE) y una prueba de conoci-
mientos de la Constitución española y de la realidad social y cultural españo-
las (art. 1.5). Solo deberán hacer estas pruebas los mayores de dieciocho años
y las personas que no tengan la capacidad modificada judicialmente. Los me-
nores y personas con la capacidad modificada judicialmente solo tendrán que
aportar certificados de sus centros de formación, residencia, acogida, atención
o educación especial en los que hubieran sido inscritos (art. 1.5, apartado final
de la Ley).

Es importante destacar que, para poder adquirir la nacionalidad por carta de


naturaleza, a los sefardíes originarios de España no se les exige que residan en
territorio español.

Los interesados que cumplan estos requisitos tendrán que presentar la solici-
tud dentro del plazo de tres años, a contar desde la entrada en vigor de la Ley,
es decir, como máximo hasta el 1 de octubre del 2018 (disposición adicional
1.ª de la Ley).

Después de que los solicitantes reciban la notificación o la resolución de con-


cesión, tendrán que cumplir una serie de requisitos en el plazo de un año desde
la notificación de la resolución, entre los cuales destacan: la aportación de un
certificado según el cual no tienen antecedentes penales el cumplimiento de
los requisitos previstos en el artículo 23 Cc (prometer fidelidad al rey y obe-
diencia a las leyes y a la Constitución española, y solicitar la inscripción de
la adquisición en el Registro Civil). Es importante destacar que desde el 1 de
© FUOC • PID_00248430 44 Derecho de la nacionalidad

octubre del 2015, ya no es necesario que renuncien a su nacionalidad anterior,


tal y como establece la disposición final 1.ª de la Ley 12/2015, por la cual se
modifica el artículo 23b Cc.

Nota

A través de los reales decretos 893/2015, de 2 de octubre, y 322/2016, de 5 de agosto, se


concedió la nacionalidad española por carta de naturaleza a determinados sefardíes ori-
ginarios de España, por concurrir en los mismos circunstancias excepcionales conforme
al artículo 21 Cc. La primera sefardí en obtener la nacionalidad española en aplicación
de la Ley 12/2015 fue una mujer de 80 años que residía en París. El 4 de abril recibió la
notificación de la DGRN a través de la cual se le informaba de la concesión de la naciona-
lidad española, y el 28 de abril firmó el acta de juramento de fidelidad al rey y obediencia
a las leyes y a la Constitución española. Actualmente, ya han tenido lugar muchísimas
solicitudes de adquisición de la nacionalidad española presentadas por parte de sefardíes,
algunos de los cuales ya han probado su origen sefardí.

En cualquiera de las situaciones que se han analizado hasta aquí, después de


que se haya constatado que concurren circunstancias excepcionales en el in-
teresado, el Gobierno español, discrecionalmente, puede conceder o no la
nacionalidad española por carta de naturaleza, siempre que no se infrinjan los
límites de seguridad. En ningún caso puede ser una decisión arbitraria.

La carta de naturaleza es un mecanismo utilizado para otorgar discrecional-


mente la nacionalidad española a personas que no pueden adquirirla a través
de ningún otro mecanismo, es decir, un mecanismo previsto para resolver las
deficiencias técnicas del sistema o, lo que es lo mismo, para resolver todas
aquellas situaciones que no se pueden resolver con la ley en la mano. Es lo
que se denomina un «cajón de sastre».

La concesión de la nacionalidad española por carta de naturaleza es tramitada


por el Ministerio de Justicia y otorgada por el Consejo de Ministros a través de
Real decreto (artículos 63 LRC y 223 RRC). La concesión o denegación de la
nacionalidad española por carta de naturaleza agota la vía administrativa. Sin
embargo, contra la resolución se puede interponer un recurso de revisión de
acuerdo con la normativa sobre procedimiento administrativo común.

2)�La�residencia�en�territorio�español�(artículos�21�a�23�Cc)

Según el artículo 21.2 Cc:

«La nacionalidad española también se adquiere por residencia en España, en las condi-
ciones que señala el articulo siguiente y mediante la concesión otorgada por el Ministro
de Justicia, que podrá denegarla por motivos razonados de orden público o interés na-
cional.»

a)�Diferentes�plazos�para�la�adquisición�de�la�nacionalidad�española�por
residencia

El artículo 22.1 y el artículo 22.2 Cc diferencian una serie de plazos para po-
der adquirir la nacionalidad española por residencia en territorio español, que
vienen fijados en función de la situación personal del interesado y de la na-
© FUOC • PID_00248430 45 Derecho de la nacionalidad

cionalidad que este ostenta. El plazo general y ordinario para la adquisición de


la nacionalidad española por residencia en territorio español es de diez�años
(art. 22.1 Cc).

Nota

La doctrina internacional-privatista critica el hecho de que el plazo general y ordinario


para adquirir la nacionalidad española por residencia sea, conforme al artículo 22.1 Cc,
de diez años, fundamentalmente por dos motivos. En primer lugar, porque en la mayoría
de las legislaciones de países cercanos a España el plazo general y ordinario para adqui-
rir la nacionalidad por residencia suele ser de cinco años; y, en segundo lugar, porque
de acuerdo con la normativa en materia de extranjería –véase el módulo «Derecho de
extranjería (I): fuentes y regímenes»–, las autorizaciones de residencia permanente o de
larga duración se pueden obtener una vez que el extranjero ha residido cinco años en
territorio español, no diez años.

Ahora bien, este plazo se reduce a:

• Cinco�años, cuando el interesado haya obtenido refugio político en Espa-


ña (art. 22.1 Cc).

• Dos�años, cuando se trata de nacionales de países estrechamente vincu-


lados con España, es decir, de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas,
Guinea Ecuatorial, Portugal, o de sefardíes (art. 22.1 Cc).

• Un�año, en aquellos casos en los que el vínculo del extranjero con el Esta-
do español viene dado por su integración social y/o cultural en la sociedad
española o bien por su estrecha relación familiar con nacionales españoles
(art. 22.2 Cc). En estos casos, nos encontramos ante un régimen�privile-
giado�de�adquisición�de�la�nacionalidad�española�por�residencia.

Nota

La doctrina internacional-privatista también ha calificado de excesivo y estricto el hecho


de que el legislador español exija a los refugiados, que es un colectivo que merece un
trato privilegiado o especial, cinco años de residencia en territorio español para poder
adquirir la nacionalidad española, en la medida en que este, como se ha destacado, es el
plazo general y ordinario para adquirir la nacionalidad por residencia en muchos países
de nuestro entorno geográfico más cercano.

Será suficiente el tiempo�de�residencia�de�un�año para:

• La persona que haya nacido en territorio español (art. 22.2a Cc).

• La persona que no haya ejercido oportunamente la facultad de optar (art.


22.2b Cc).
© FUOC • PID_00248430 46 Derecho de la nacionalidad

• La persona que haya sido sujeta legalmente a la tutela, guarda o acogida Nota
de un ciudadano o institución españoles durante dos años consecutivos,
Podéis ver la SAN de 7 de sep-
incluso si continuara en esta situación en el momento de la solicitud (art. tiembre del 2016 (ROJ: SAN
22.2c Cc). 3319/2016), por la cual se de-
niega la nacionalidad española
en virtud del régimen privile-
giado de un año de residencia
• La persona que en el momento de la solicitud llevara un año casada con en territorio español previsto
en el artículo 22.2c Cc, por no
español o española y no estuviese separada legalmente o de hecho (art. haberse constatado el trans-
22.2d Cc). A los efectos de lo que dispone este apartado, se ha de entender curso de dos años de residen-
cia continuada en régimen de
que tiene residencia legal en España el cónyuge de funcionario diplomáti- tutela de una institución espa-
ñola, siendo el solicitante me-
co o consular acreditado en el extranjero (art. 22.3, apartado 2.º Cc). En la nor de edad.
misma situación que el cónyuge o la cónyuge de un funcionario diplomá-
tico español acreditado en el extranjero, se pueden encontrar los cónyuges
Nota
de nacionales españoles que trabajan en el extranjero, pero en este caso
no se entiende que el cónyuge o la cónyuge tenga su residencia en España. Véase la SAN de 24 de
mayo del 2017 (ROJ SAN
2025/2017), en la que se de-
• El viudo o viuda de española o español, si en el momento de la muerte del clara que la recurrente sí podía
adquirir la nacionalidad espa-
cónyuge no existiera separación legal o de hecho (art. 22.2e Cc). ñola por residencia de un año
en territorio español, por estar
casada con un español y no es-
• El nacido fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que origina- tar separada legalmente o de
hecho. En este caso, se discutía
riamente hubieran sido españoles (art. 22.2f Cc). si los dos cónyuges convivían o
no en el mismo domicilio, cir-
cunstancia que la AN, en apli-
Nota cación del artículo 69 Cc, pre-
sumió.

En términos generales, el artículo 22.2a Cc combina el hecho de haber nacido en España


con el de residir en el territorio español; el artículo 22.2b incluye un correctivo para los
supuestos en los que el beneficiario podía haber optado a la nacionalidad española pero
no lo hizo; los artículos 22.2c, d y e Cc constituyen un vehículo para mantener la unidad
jurídica de la familia, puesto que ofrecen la posibilidad de que toda la familia pueda
ostentar la misma nacionalidad; y el artículo 22.2f pretende beneficiar a la segunda y a
la tercera generación de emigrantes españoles.

b)�Requisitos�para�la�adquisición�de�la�nacionalidad�española�por�residen-
cia

Para que la adquisición de la nacionalidad española por residencia, con inde- Nota
pendencia de cuál sea el plazo exigido según el caso, resulte válida, es nece-
Para que prospere la solici-
sario que el interesado cumpla los requisitos enumerados en los artículos 23, tud de adquisición de la na-
22.3 y 22.4 Cc. cionalidad española por resi-
dencia, no es necesaria la po-
sesión de recursos económi-
cos suficientes por parte del in-
Nota
teresado en el momento de la
solicitud; véase la SAN de 22
de marzo del 2017 (ROJ SAN
Los requisitos previstos en el artículo 23 Cc ya han sido destacados en el apartado «El 1090/2017).
criterio de adquisición no automática de la nacionalidad española de origen: la opción»,
ya que son comunes para la adquisición de la nacionalidad española por opción, por
carta de naturaleza y por residencia.

Según el artículo 22.3 Cc, es necesario que la residencia sea:

En primer lugar, legal: la residencia debe ser conforme a la normativa en ma-


teria de extranjería.
© FUOC • PID_00248430 47 Derecho de la nacionalidad

Ejemplo

El argentino que reside legalmente en España y que, por lo tanto, tiene regularizada su
situación, puede solicitar la adquisición de la nacionalidad española siempre y cuando
concurran los requisitos enumerados en los artículos 23, 22.3 y 22.4 Cc. En cambio, el
argentino que reside en España ilegalmente («sin papeles») no puede solicitar la adquisi-
ción de la nacionalidad española por el solo hecho de vivir en España.

Nota

Véase la SAN de 7 de septiembre del 2016 (ROJ: SAN 3323/2016), en la cual la Audiencia
fija criterios para el cómputo del periodo de residencia y precisa que la residencia «legal»
a la que se refiere el artículo 22 Cc se adquiere por la obtención de la autorización de
residencia que corresponda, y que esta no se puede confundir con la simple permanencia
en el territorio español; la SAN de 19 de septiembre del 2016 (ROJ: SAN 3383/2016), en
la que la AN concluye que la estancia en España por estudios o a partir de una tarjeta de
estudiante no equivale a la residencia legal requerida a efectos de adquirir la nacionalidad
española por residencia conforme al artículo 22.3 Cc; y la STS de 26 de septiembre del
2016 (ROJ: 4148/2016) sobre naturalización por residencia por parte de un extranjero
casado con española que disponía de la tarjeta de familiar de residente comunitario. En
este caso, el TS concluyó que la simple pérdida de vigencia de la tarjeta de familiar de
residente comunitario no supone que, necesaria y automáticamente, su titular pase a
encontrarse en situación ilegal en España.

En segundo lugar, la residencia debe ser continuada: la continuidad de la re- Nota


sidencia en territorio español se valora más en términos de vinculación efec-
Véase la SAN de 20 de oc-
tiva que por la presencia física del interesado en el territorio español. En el tubre del 2016 (ROJ: SAN
supuesto de que el interesado efectúe salidas del territorio español, lo deberá 3749/2016), por la cual se
confirma la concesión de la na-
comunicar a las autoridades españolas. cionalidad española a un indi-
viduo a pesar de sus ausencias
del territorio español durante
catorce meses en un periodo
Es importante destacar que no hay ningún plazo establecido a través de nor- de diez años.
mas, o de manera jurisprudencial, para cuantificar la duración de la ausencia
como criterio indicativo de la falta de continuidad.
Nota

En tercer lugar, hay que decir que no se puede solicitar la adquisición de la Véase la SAN de 6 de abril del
2017 (ROJ SAN 1030/2017).
nacionalidad española por residencia hasta que no hayan transcurrido los diez,
cinco, dos o un año fijados por el artículo 22 Cc.

Ejemplo

El argentino que se traslada a España no puede solicitar la adquisición de la nacionalidad


española por residencia de dos años en territorio español hasta que no lleve dos años
residiendo legalmente en territorio español (art. 22.1 Cc). Y el extranjero que contrae
matrimonio con nacional española, y que quiere adquirir la nacionalidad española por
residencia en el territorio español, en el momento de la solicitud deberá demostrar que
ha residido legalmente en España durante el periodo de un año (art. 22.2d Cc).

Por otro lado, hay que decir que según el artículo 22.4 Cc, el interesado tendrá
que justificar, en el expediente regulado por la legislación del Registro Civil,
buena� conducta� cívica y suficiente� grado� de� integración� en� la� sociedad
española.

En cuanto a la buena�conducta�cívica, se trata de un concepto jurídico in-


determinado en la medida en que el artículo 22 Cc no precisa cuáles son los
factores o circunstancias que deben concurrir para considerar que una perso-
© FUOC • PID_00248430 48 Derecho de la nacionalidad

na tiene una buena conducta cívica. Por este motivo, las autoridades tendrán
que examinar caso por caso las circunstancias que rodean al interesado para
calificar si tiene o no una buena conducta cívica.

Sin embargo, a través de un análisis de la práctica jurisprudencial, se pueden


extraer las siguientes conclusiones generales: la inexistencia de antecedentes
penales no necesariamente significa que el individuo tenga una buena con-
ducta cívica y la existencia de antecedentes penales tampoco supone necesa-
riamente que este tenga una mala conducta cívica, particularmente cuando
ha transcurrido un largo periodo de tiempo desde que el interesado cometió el
delito o la infracción que generó los antecedentes penales. La lejanía o proxi-
midad de la condena penal tiene influencia en la apreciación de la existencia
o no de una buena conducta cívica.

En la práctica, son bastantes los casos en los que las autoridades españolas Nota
deniegan la nacionalidad española por residencia porque el interesado no de-
Véase la SAN de 7 de julio del
muestra tener una buena conducta cívica. En ocasiones, también se deniega 2016 (ROJ: SAN 2678/2016),
por caducidad del certificado de antecedentes penales, que tiene una duración en la cual la Audiencia consi-
dera justificada la buena con-
de un año. Hay que destacar, sin embargo, que en ocasiones los certificados ducta cívica del interesado me-
diante certificado de antece-
de antecedentes caducan por la lentitud de las autoridades al tramitar los ex- dentes penales emitido por el
país de origen sin fecha de ex-
pedientes. En este caso, no se puede penalizar a los interesados con la denega- pedición, puesto que se emi-
ción de la nacionalidad española por residencia por no haber demostrado el tió electrónicamente; y la STS
de 23 de septiembre del 2016
cumplimiento de este requisito. (ROJ: STS 4115/2016), por la
cual se concede la nacionali-
dad española con un certifica-
Nota do de antecedentes penales
caducado.

En relación con el requisito de la buena conducta cívica previsto en el artículo 22.4 Cc,
también se puede destacar la SAN de 11 de octubre del 2016 (ROJ: SAN 3851/2016), por
la cual se admite un recurso contra una resolución denegatoria de la nacionalidad por
residencia, dado que la interesada sí que cumplía los requisitos para su concesión. La
recurrente había sido detenida por haber cometido presuntamente un delito, pero pos-
teriormente se dictó una interlocutoria de sobreseimiento porque se comprobó que no
había habido delito, motivo por el cual no se le podía denegar la nacionalidad españo-
la por el hecho de no concurrir el requisito de la buena conducta cívica previsto en el
artículo 22.4 Cc.

Y en cuanto al suficiente�grado�de�integración�en�la�sociedad�española, el
artículo 22.4 Cc tampoco desarrolla cuáles son los factores que se han de tener
en cuenta para constatar que un extranjero está suficientemente integrado en
la sociedad española, a pesar de que en la práctica se han venido tomando
en consideración elementos como el conocimiento del idioma español y la
adaptación al estilo de vida y a las costumbres de la sociedad española.

Nota

La DGRN, con el propósito de comprobar el cumplimiento de esta condición, en su ins-


trucción de 26 de junio del 2007 propuso que el juez encargado del Registro Civil llevase
a cabo una audiencia personal al interesado. A través de esta entrevista, se detectaban
muchos casos de matrimonios de conveniencia o fraudulentos, es decir, de matrimonios
celebrados entre español y extranjera o entre extranjera y español, generalmente proce-
dentes de países con una estricta política migratoria, con el fin de conseguir regularizar
© FUOC • PID_00248430 49 Derecho de la nacionalidad

su situación en España a través de su matrimonio con español/a (véase la Resolución de


la DGRN de 31 de enero del 2006).

Se da la circunstancia de que en Barcelona, para comprobar si las personas que quieren


adquirir la nacionalidad española por residencia están o no integradas en la sociedad es-
pañola, en el 2011 se empezó a someter a los interesados a un cuestionario de preguntas
como, por ejemplo: «¿Quién es el presidente de la Generalitat de Cataluña?»; «¿Cómo
se llama la esposa de Mariano Rajoy?»; «¿Qué año empezó la Guerra Civil española?»;
«Indique el nombre de cinco reyes españoles»; «¿Forma parte España de la Unión Euro-
pea?», etc. El error en la respuesta de alguna de estas preguntas fue el motivo que justifi-
có la denegación de la solicitud de la nacionalidad española por residencia en muchos
casos. En uno de los casos, la interesada respondió que el presidente de la Generalitat de
Cataluña era el Sr. Joan Laporta, y en otro caso, el interesado no supo decir el nombre de
la esposa del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Este tipo de prueba hizo
que empezaran a circular modelos de cuestionario entre los interesados en adquirir la
nacionalidad española por residencia. Este tipo de prueba se había criticado en la medida
en que, a través de las preguntas, se acababa sometiendo a los extranjeros a una prueba
de cultura general española, cuando el artículo 22 Cc no exige que el interesado tenga
conocimientos de la cultura española, sino que esté suficientemente integrado en la so-
ciedad española.

En ocasiones, se ha invocado la poligamia como motivo para denegar la ad-


quisición de la nacionalidad española por residencia en territorio español. El
argumento que se ha utilizado es que el interesado polígamo no ha demostra-
do el suficiente grado de integración en la sociedad española (véase la STS de
19 de junio del 2008). A pesar de que no toda situación personal extraña al
ordenamiento jurídico español implica necesariamente una falta de integra-
ción en la sociedad española, en este caso el Tribunal Supremo concluyó que
la poligamia «no es nada extraño al ordenamiento jurídico sino que más bien
atenta contra el orden público español por las connotaciones discriminatorias
que este tipo de prácticas supone para las mujeres». Posteriormente (véase STS
de 28 de marzo del 2009), el TS confirmó la concesión de la nacionalidad es-
pañola a un senegalés, a pesar de que este era polígamo. En este caso, el TS
priorizó las circunstancias del interesado (residía en España, tenía su puesto
de trabajo en territorio español, hablaba correctamente castellano, etc.) por
delante de su poligamia. Según el TS, en este caso denegar al interesado la na-
cionalidad española por residencia por el hecho de que era polígamo suponía
denegarle toda posibilidad de integración en la sociedad española.

Hay que decir, finalmente, que el 8 de noviembre del 2015 entró en vigor el
Real�decreto�1005/2015,�de�6�de�noviembre,�por�el�cual�se�aprueba�el�Re-
glamento�que�regula�el�procedimiento�para�la�adquisición�de�la�naciona-
lidad�española�por�residencia (disposición final 6.ª del RD). A partir de esta
fecha, los extranjeros interesados en adquirir la nacionalidad española por re-
sidencia que demuestren haber residido en España durante los periodos pre-
vistos en el artículo 22 Cc tendrán que seguir el procedimiento previsto en el
nuevo Reglamento (art. 2).

El procedimiento se inicia con la presentación de una solicitud, conforme al


modelo normalizado, por parte del interesado (art. 4 del Reglamento), a la que
se tendrán que acompañar una serie de documentos (art. 5 del Reglamento):
certificado de nacimiento del país de origen legalizado y traducido; pasaporte
(ninguno de estos dos documentos se tendrá que aportar cuando se trate de
© FUOC • PID_00248430 50 Derecho de la nacionalidad

refugiados o de apátridas); documentación que acredite su grado de integra-


ción en la sociedad española en los términos a los que se refiere el artículo
6 del Reglamento; el pago de una tasa y su justificante; y la documentación
que acredite que se encuentra en cualquiera de las circunstancias previstas en
el artículo 22.2 Cc, que son las que le permitirán beneficiarse de un plazo de
residencia de un año en territorio español. En determinados casos, por ejem-
plo, cuando se trate de menores, también se tendrán que aportar otros docu-
mentos.

Desde el 8 de noviembre del 2015 hasta el 30 de junio del 2017, los interesados
podían continuar presentando las solicitudes de adquisición de la nacionali-
dad española por residencia ante el encargado del Registro Civil de su domi-
cilio en formato papel, pero desde el 30 de junio del 2017 todas las solicitudes
se tienen que presentar en formato electrónico (disposición transitoria 2.ª del
RD).

Para demostrar que tienen un suficiente�grado�de�integración�en�la�sociedad


española, los interesados deberán�superar�dos�pruebas:

• Una prueba o examen para la obtención del diploma�de�español�como Nota


lengua�extranjera (DELE), que como mínimo tendrá que ser del nivel A2.
En las pruebas DELE efectua-
Quedan dispensados de esta prueba los que ya tuviesen el diploma y los das el 14 de julio del 2017, un
nacionales de países iberoamericanos (art. 6.5 del Reglamento). 20 % de las personas que se
examinaron resultaron no ap-
tas. Información extraída de:
https://examenes.cervantes.es/
• Una prueba que acredite el conocimiento�de�los�valores�históricos,�cons- es/dele/que-es.
titucionales�y�socioculturales�de�España (CCSE).

La DGRN será la que dictará la propuesta de resolución, valorando conjunta-


mente todos los informes y la documentación indicada, y el Ministerio de Jus-
ticia resolverá a la vista de la propuesta de la DGRN. El procedimiento tendrá
que quedar resuelto en el plazo de un año desde la presentación de la solicitud
a la DGRN (art. 11 del Reglamento). La resolución se tendrá que notificar al
interesado, el cual, si esta es estimatoria, deberá comparecer en el plazo de 180
días ante el encargado del Registro Civil para cumplir los requisitos previstos
en el artículo 23 Cc. En el supuesto de que la resolución sea denegatoria, el
interesado podrá interponer recurso de reposición en los términos y plazos
previstos por las normas generales de procedimiento administrativo común
(art. 14 del Reglamento).

Nota

En relación con el requisito de la integración�en�la�sociedad�española (art. 22.4 Cc),


podéis ver la SAN de 12 julio del 2016 (ROJ: SAN 2796/2016), en la cual la AN apreció
que no procede la denegación de la nacionalidad española al interesado por no poseer un
suficiente grado de integración en la sociedad española, por el insuficiente grado de co-
nocimiento del castellano que suponía el hecho de no saber qué significaba la expresión
«en casa del herrero, cuchillo de palo»; la SAN de 28 de septiembre del 2016 (ROJ: SAN
3627/2016), que deniega la nacionalidad española al interesado por el hecho de desco-
nocer el nombre de la capital de España; y la SAN de 24 de noviembre del 2016 (ROJ:
SAN 4308/2016), que confirma la denegación de la nacionalidad española a un ciuda-
© FUOC • PID_00248430 51 Derecho de la nacionalidad

dano pakistaní que llevaba trece años residiendo en territorio español, por el hecho de no
contestar a preguntas sobre ríos de España y sobre la utilidad que tienen las elecciones.

También es necesario señalar la SAN de 12 de julio del 2016 (ROJ: SAN 2799/2016), en
la cual la AN decidió retrotraer las actuaciones seguidas en el marco de un expediente de
adquisición de la nacionalidad española por residencia en la medida en que el juez en-
cargado del Registro Civil denegó la nacionalidad española a la recurrente por falta de in-
tegración en la sociedad española, sin haber comprobado correctamente si cumplía o no
este requisito. La anulación de las actuaciones del juez encargado del Registro Civil tam-
poco podía suponer la concesión de la nacionalidad española a la interesada, puesto que
faltaban elementos de juicio suficientes para demostrar el cumplimiento del mencionado
requisito. Según la AN, la anulación del acto recurrido tenía que comportar la realización
por parte del juez encargado del Registro Civil de una nueva entrevista a la interesada,
y era necesario que el juez dejara constancia tanto de las preguntas planteadas como de
las respuestas dadas por la recurrente, así como que motivara la decisión adoptada.

También es importante destacar la Resolución de la DGRN de 9 de septiembre del 2016,


que fue dictada en el marco de un caso en el que se había denegado la nacionalidad espa-
ñola por residencia en Melilla de un menor de edad extranjero cuyos padres no superaron
la entrevista para verificar su integración en la sociedad española. La DGRN argumenta
en la citada resolución que, en los casos de adquisición de la nacionalidad española por
residencia por parte de menores, ni a estos ni a sus progenitores se les puede exigir el
cumplimiento del requisito de la integración. En estos casos, los padres de los menores
son sus representantes, no sus promotores.

2.4. La adquisición de la nacionalidad española por


consolidación

La consolidación es un mecanismo de adquisición de la nacionalidad espa-


ñola que se incorporó al Código civil con la Ley 18/1990. También se deno-
mina posesión de estado o usucapión, en la medida en que la nacionalidad
española se adquiere por el transcurso del tiempo.

Según el artículo 18 Cc:

«La posesión y utilización continuada de la nacionalidad española durante diez años,


con buena fe y basada en un titulo inscrito en el Registro Civil, es causa de consolidación
de la nacionalidad, aunque se anule el título que la originó.»

La consolidación de la nacionalidad española hace referencia a aquellas per-


sonas a las que se les había atribuido la nacionalidad de origen o de manera
derivativa y con posterioridad se descubre que no se les podía atribuir la na-
cionalidad porque, por ejemplo, no eran hijos de español/a o no habían naci-
do en territorio español. Con la consolidación se pretenden evitar los cambios
bruscos de nacionalidad, es decir, que las personas que durante mucho tiempo
han poseído y utilizado la nacionalidad española creyendo que son españoles,
dejen de serlo.

La consolidación la declarará el juez encargado del Registro Civil o el encarga-


do del Registro Consular del país donde este vive, a través de un expediente
con valor de simple presunción.

Los requisitos para la consolidación son:


© FUOC • PID_00248430 52 Derecho de la nacionalidad

• Posesión y utilización con buena fe de la nacionalidad española: pueden


poseer la nacionalidad española tanto los menores como los mayores de
edad, sin embargo, los únicos que la pueden utilizar, es decir, que pueden
ejercer los derechos inherentes a esta nacionalidad, son los mayores de
edad o los emancipados. Para que pueda producirse la consolidación, el
interesado debe haber utilizado de manera exclusiva la nacionalidad espa-
ñola. El requisito de la buena fe se presume, de forma que la carga de la
prueba recaerá sobre quien la niegue. En cualquier caso, el interesado debe
ignorar que los datos en los que se basa la utilización de la nacionalidad
española son inexactos o están viciados y, por lo tanto, son susceptibles
de invalidar la causa que fundamenta su posesión.

• Justo título inscrito en el Registro Civil, en el que conste que ha adquirido


la nacionalidad española: debe haber un justo título inscrito en el Registro
Civil en el que conste la atribución o adquisición de la nacionalidad espa-
ñola. A pesar de que con posterioridad se declare la invalidez o la nulidad
de este título, se produce la consolidación. Lo más importante es que el
título esté inscrito en el Registro Civil, y que del mismo se deduzca la ad-
quisición o atribución de la nacionalidad española.

• Plazo de diez años, a contar desde que se empieza a poseer y utilizar la na-
cionalidad española: para que la consolidación prospere, es necesario que
el interesado haya utilizado la nacionalidad española durante diez años, a
contar desde el momento en el que se empieza a poseer y a utilizar.

En la práctica, la consolidación es un mecanismo de adquisición de la nacio-


nalidad española que se ha utilizado y se utiliza muy poco. Además, en la ma-
yor parte de los casos, la consolidación se deniega por el incumplimiento de
alguno de los requisitos mencionados.

Ejemplo

Resolución de la DGRN de 30 de marzo de 1992. En este caso, una mujer de nacionalidad


británica contrajo matrimonio con un nacional español el 5 de julio de 1975. En aquel
momento, las autoridades españolas le indicaron que había adquirido la nacionalidad
española por razón de su matrimonio con un nacional español, y se le expidió el DNI
como nacional española. A partir de entonces, la mujer empezó a ejercer los derechos
inherentes a la nacionalidad española. Cuando le caducó el DNI, acudió a una comisaría
para tramitar su renovación, momento en el que se le comunicó que no se le podía re-
novar puesto que no ostentaba la nacionalidad española. La interesada argumentó que
adquirió la nacionalidad española cuando contrajo matrimonio con su marido español
en 1975, y que así se le comunicó en aquel momento.

El problema en este caso es que la regulación del Código civil en materia de nacionalidad
vigente en el momento en que contrajo matrimonio no era la otorgada por la Ley de
1954, que establecía que la esposa seguía la nacionalidad del marido, sino la de la Ley de
1975, conforme a la cual la mujer ya no sigue la nacionalidad de su esposo. Por lo tanto,
las autoridades españolas le informaron mal, puesto que tuvieron en cuenta la regulación
prevista por la Ley de 1954, no la de la Ley de 1975. En realidad, la mujer británica no
adquirió la nacionalidad española por razón de su matrimonio con un nacional español.
La interesada solicitó la consolidación de la nacionalidad española, puesto que la había
venido ostentando y poseyendo con buena fe, pero su petición fue denegada porque las
autoridades constataron que el certificado de matrimonio inscrito en el Registro Civil no
establecía que la mujer británica hubiese adquirido la nacionalidad española por razón
© FUOC • PID_00248430 53 Derecho de la nacionalidad

de matrimonio. Al no haber un título inscrito en el Registro Civil del que se desprendiera


esta circunstancia, la interesada no podía consolidar la nacionalidad española.
© FUOC • PID_00248430 54 Derecho de la nacionalidad

3. La pérdida y la conservación de la nacionalidad


española

La pérdida�de�la�nacionalidad�española se puede producir de manera volun-


taria o de manera involuntaria. Las causas de pérdida voluntaria afectan tan-
to a españoles de origen como españoles derivativos, mientras que las causas
de pérdida involuntaria o por sanción solo afectan a los nacionales que han
adquirido la nacionalidad española de manera derivativa, no a los nacionales
españoles de origen. Y así se desprende tanto del artículo 11.2 CE como del
encabezamiento del artículo 25.1 Cc.

Según el artículo 11.2 CE:

«Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.»

Según el artículo 25.1 Cc:

«Los españoles que no lo sean de origen perderán la nacionalidad: a) por utilización


exclusiva durante un plazo de tres años de la nacionalidad extranjera a la que hubieran
renunciado al adquirir la nacionalidad española, b) por entrar voluntariamente al servicio
de las armas o ejercer un cargo político en un Estado extranjero contra la prohibición
expresa del Gobierno.»

Por lo tanto, a contrario sensu, los españoles de origen no podrán perder de Nota
manera involuntaria la nacionalidad española por ninguna de las causas con-
Los artículos 11.2 CE, 25.1 Cc
templadas en el artículo 25 Cc. y el artículo 24.1 apartado final
del Cc ofrecen un trato más
privilegiado a los españoles de
Los españoles que se encuentran en las circunstancias que pueden comportar origen que a los españoles de-
rivativos.
la pérdida voluntaria de la nacionalidad española, si lo desean, en los casos
contemplados en los artículos 24.1 y 24.3 Cc, pueden evitar la pérdida de su
nacionalidad declarando su voluntad de conservarla ante el juez encargado
del Registro Civil (art. 24.1, párrafo 1.º Cc) (conservación�no�automática),
tal y como veremos a continuación. En algunos casos, la conservación� de
la�nacionalidad�española�es�automática, es decir, que no es necesario que
el interesado declare su voluntad de conservarla ante el juez encargado del
Registro Civil para evitar su pérdida (art. 24.1, párrafo 2.º Cc).

Además de la pérdida involuntaria, en casos muy concretos el individuo tam-


bién puede ser sancionado con la nulidad de la adquisición de la nacionalidad
española (art. 25.2 Cc).
© FUOC • PID_00248430 55 Derecho de la nacionalidad

3.1. La pérdida de la nacionalidad española

Las causas de pérdida de la nacionalidad española previstas por el Código ci-


vil, en su redacción vigente actualmente, son las causas de pérdida voluntaria
(art. 24) y las causas de pérdida involuntaria (art. 25.1 Cc). El artículo 25.2 Cc
también contempla la nulidad de la adquisición de la nacionalidad española.

3.1.1. Causas de pérdida voluntaria de la nacionalidad española

Los españoles, tanto de origen como derivativos, pueden perder voluntaria-


mente la nacionalidad española:

a) Por adquisición� voluntaria� de� otra� nacionalidad (art. 24.1, párrafo 1.º
del Cc)

Esta causa de pérdida refleja la libertad que tiene todo individuo para cambiar
de nacionalidad. Sin embargo, esta libertad no es absoluta, puesto que para que
se produzca la pérdida de la nacionalidad española, es necesario que concurran
una serie de requisitos, que son:

• El interesado debe adquirir otra nacionalidad. Requisito que tiene por ob-
jeto evitar la apatridia.

• El interesado debe estar emancipado.

• El interesado debe tener residencia habitual en el extranjero. Este requisito


tiene por finalidad garantizar la efectividad de la nueva nacionalidad que
adquiere el individuo.

• Tienen que haber transcurrido tres años desde la adquisición de la nacio-


nalidad extranjera. Una vez transcurrido este plazo, la nacionalidad espa-
ñola se pierde de manera automática, salvo que dentro del plazo indicado
el interesado declare su voluntad de conservarla ante el juez encargado del
Registro Civil (art. 24.1, párrafo 1.º Cc).

b) Por utilización�exclusiva�de�la�nacionalidad�extranjera�adquirida�antes
de�la�emancipación (art. 24.1, párrafo 1.º Cc)

Las personas que durante su minoría de edad han ostentado una nacionalidad
extranjera junto con la española pierden la nacionalidad española si, una vez
emancipadas, utilizan exclusivamente la nacionalidad extranjera.

Los requisitos que tienen que concurrir para que se produzca la pérdida son:

• Utilización exclusiva de la nacionalidad extranjera.


• Estar emancipado.
• Tener su residencia habitual en el extranjero.
© FUOC • PID_00248430 56 Derecho de la nacionalidad

• Que hayan transcurrido tres años ininterrumpidos desde la emancipación.


Una vez transcurrido este plazo, la nacionalidad española se pierde de ma-
nera automática, salvo que dentro del plazo indicado el interesado declare
su voluntad de conservarla ante el juez encargado del Registro Civil (art.
24.1, párrafo 1.º Cc).

No se producirá la pérdida de la nacionalidad española si el interesado de-


muestra que, dentro del plazo de tres años a contar desde la emancipación,
ha utilizado la nacionalidad española. Son indicios que demuestran que una
persona utiliza la nacionalidad española: otorgar documento público como es-
pañol/a, tener documentación española en vigor, comparecer ante un cónsul
español, etc. En estos casos, se invalidará el plazo de tres años, y este se tendrá
que empezar a computar de nuevo. Por lo tanto, el interesado muy fácilmente
puede evitar la pérdida de la nacionalidad española mediante su utilización.
En este caso, no es necesario que declare su voluntad de conservarla ante el
juez encargado del Registro Civil.

En relación con estos dos supuestos de pérdida voluntaria previstos en el ar- Ved también
tículo 24.1 Cc, es importante destacar que los interesados pueden evitar la
Podéis ver el apartado «La con-
pérdida de la nacionalidad española si dentro del plazo de tres años a contar servación de la nacionalidad
desde la adquisición voluntaria de la nueva nacionalidad, en el primer supues- española».

to, y desde la emancipación, en el segundo supuesto, declaran�su�voluntad


de�conservarla�ante�el�juez�encargado�del�Registro�Civil (art. 24.1, párrafo
1.º Cc). Esta posibilidad la tienen tanto los españoles de origen, como los es-
pañoles derivativos.

En los casos en los que los españoles declaran su voluntad de conservar la na- Ved también
cionalidad española, nos encontraremos ante situaciones�de�doble�naciona-
Véase el apartado «La doble
lidad�o�plurinacionalidad�previstas�por�la�ley�española. nacionalidad y la apatridia».

También hay que destacar que la pérdida�de�la�nacionalidad�española�de


origen� no� se� producirá si la nacionalidad extranjera adquirida voluntaria-
mente o utilizada de manera exclusiva antes de la emancipación es la de paí-
ses iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal, puesto
que, en virtud del párrafo 2.º del artículo 24.1 Cc, la adquisición de la nacio-
nalidad de estos países no es suficiente para producir la pérdida de la naciona-
lidad española de origen. En cambio, los españoles�derivativos�sí�perderán la
nacionalidad española conforme a cualquiera de las dos causas previstas en el
artículo 24.1 Cc si adquieren la nacionalidad de cualquiera de los países men-
cionados, excepto que declaren su voluntad de conservarla.

Ejemplos
Ved también

El español�de�origen que adquiere voluntariamente la nacionalidad�australiana perderá Véase el apartado «La conser-
la nacionalidad española conforme al artículo 24.1 párrafo 1.º Cc, siempre y cuando vación de la nacionalidad es-
pañola».
concurran los requisitos mencionados, si no declara su voluntad de conservarla ante el
juez encargado del Registro Civil.
© FUOC • PID_00248430 57 Derecho de la nacionalidad

El español�de�origen que adquiere la nacionalidad�portuguesa no es necesario que de-


clare su voluntad de conservar la nacionalidad española ante el juez encargado del Regis-
tro Civil para evitar la pérdida de la nacionalidad española puesto que, según el artículo
24.1 párrafo 2.º Cc, la adquisición de la nacionalidad portuguesa no supone la pérdida
de la nacionalidad española de origen. En este caso, el español de origen conservará su
nacionalidad de manera automática.

El español�derivativo, tanto si adquiere la nacionalidad�australiana como si adquiere


la nacionalidad�portuguesa, tendrá que declarar su voluntad de conservar la naciona-
lidad española ante el juez encargado del Registro Civil si quiere evitar la pérdida de la
nacionalidad española, en aplicación del artículo 24.1 Cc.

Los mismos ejemplos son válidos cuando el español, de origen o derivativo, no adquiere
voluntariamente una nacionalidad extranjera, sino que utiliza exclusivamente la nacio-
nalidad extranjera que había venido ostentando junto con la nacionalidad española an-
tes de la mayoría de edad o de la emancipación.

c) Por renuncia�expresa a la nacionalidad española (art. 24.2 Cc)

Cuando un español pierde la nacionalidad española por renuncia expresa a


su nacionalidad, es porque no quiere ostentar la nacionalidad española. Por
lo tanto, en este caso no se contempla la posibilidad de que evite la pérdida
mediante la declaración de voluntad de conservarla ante el juez encargado del
Registro Civil.

Los requisitos que tienen que concurrir para que se produzca la pérdida de la
nacionalidad española por renuncia son:

• Estar emancipado. En la medida en que solo pueden utilizar o disponer de


su nacionalidad los mayores de edad o emancipados, solo podrán renun-
ciar a la nacionalidad española las personas que estén emancipadas o que
sean mayores de edad.

• Ostentar la nacionalidad española. El interesado, para poder renunciar a la


nacionalidad española, debe ostentarla, puesto que no se puede renunciar
a aquello que no se tiene.

• Tener la residencia habitual en el extranjero.

• Ostentar otra nacionalidad. Este requisito se exige para evitar situaciones


de apatridia. No tendrán efecto las renuncias a la nacionalidad española
que se produzcan antes o simultáneamente a la adquisición de otra nacio-
nalidad.

En muchos casos, este último requisito es de difícil cumplimiento puesto que


hay legislaciones, como por ejemplo la andorrana, que para otorgar su nacio-
nalidad a una persona extranjera exigen que esta previamente haya renuncia-
do a su nacionalidad anterior. Por lo tanto, nos podemos encontrar con casos
© FUOC • PID_00248430 58 Derecho de la nacionalidad

en los que el interesado no puede dar cumplimiento a las exigencias previstas


por la ley española y por la ley del país cuya nacionalidad quiere adquirir, por
el hecho de que estas son contradictorias y llevan a un círculo vicioso.

Ejemplo

El español que quiere renunciar a la nacionalidad española y adquirir la nacionalidad


andorrana, para poder renunciar a su nacionalidad conforme a la ley española, necesita
haber adquirido previamente la nacionalidad andorrana (art. 24.2 Cc); y, de acuerdo con
la legislación andorrana, para adquirir la nacionalidad de este país es necesario que pre-
viamente haya perdido la nacionalidad española (art. 22.2 ley andorrana), puesto que la
ley andorrana no permite la doble nacionalidad. En la práctica, y con el fin de compati-
bilizar las dos legislaciones, la española y la andorrana, la DGRN ha permitido que los
españoles renuncien a la nacionalidad española antes de ostentar la nacionalidad ando-
rrana solo si hay claros indicios de que el Principado de Andorra les concederá la nacio-
nalidad andorrana. Generalmente, los ciudadanos españoles que disponen del pasaporte
andorrano suelen obtener la nacionalidad andorrana.

d) Los nietos�de�emigrantes�españoles que ostentan la nacionalidad española


por el hecho de ser hijos de padre o madre españoles, y que hayan nacido
y residan en el extranjero, perderán la nacionalidad española si no declaran
su voluntad de conservarla dentro del plazo de tres años a contar desde su
mayoría de edad o emancipación (art. 24.3 Cc).

La Ley 36/2002 introdujo este nuevo supuesto de pérdida voluntaria de la na-


cionalidad española con el fin de proteger a la segunda generación de emi-
grantes, no a la primera.

Los requisitos que tienen que concurrir para que se produzca la pérdida son:

• Ostentar la nacionalidad española.


• Ser hijo de padre o madre españoles.
• Haber nacido en el extranjero.
• Los padres deben haber nacido en el extranjero.
• Tener la residencia habitual en el extranjero.
• No haber declarado la voluntad de conservar la nacionalidad española an-
te el encargado del Registro Civil dentro del plazo de tres años a contar
desde su emancipación o mayoría de edad.

Si se formula la declaración de voluntad de conservar la nacionalidad española


dentro de este plazo, no se producirá la pérdida de la nacionalidad española.
En este caso, también nos encontraríamos ante un supuesto�de�doble�nacio-
nalidad�previsto�por�la�ley�española.

El legislador español, con el fin de evitar una situación no deseada o no queri- Ved también
da como es la de la doble nacionalidad o plurinacionalidad, restringió la apli-
Véase el apartado «La doble
cación de esta causa de pérdida a las personas que llegaran a la mayoría de nacionalidad y la apatridia».
edad o a la emancipación después de la entrada en vigor, el 9 de enero del
2003, de la Ley 36/2002 (disposición adicional 2.ª de la Ley 36/2002). Es decir,
© FUOC • PID_00248430 59 Derecho de la nacionalidad

que no se verán afectadas por esta causa de pérdida, a pesar de cumplir los seis
requisitos mencionados, las personas que ya hubieran llegado a la mayoría de
edad o a la emancipación en esta fecha.

3.1.2. Causas de pérdida involuntaria o por sanción

Estos supuestos de pérdida de la nacionalidad española tienen su origen en


alguna infracción cometida por el interesado. La pérdida involuntaria o por
sanción solo afecta a los españoles derivativos, no a los españoles de origen.

El artículo 25.1 Cc dispone que los españoles que no lo sean de origen perderán
la nacionalidad española de manera involuntaria:

a) Por utilización�exclusiva�durante�tres�años�de�la�nacionalidad�extranjera
a�la�que�hubieran�declarado�renunciar los extranjeros cuando adquirieron
la nacionalidad española (art. 25.1a Cc, en su redacción otorgada por la Ley
36/2002, que es la vigente actualmente).

El artículo 23b Cc exige a los extranjeros que quieran adquirir la nacionalidad


española por opción, carta de naturaleza o residencia, que renuncien a su na-
cionalidad, salvo si son nacionales de países iberoamericanos, Andorra, Filipi-
nas, Guinea Ecuatorial, Portugal o sefardíes. Si resulta que renuncian, pero la
utilizan de manera exclusiva durante tres años consecutivos, serán sanciona-
dos con la pérdida de la nacionalidad española. Tenemos que recordar que,
por el hecho de renunciar a una nacionalidad, esta no se pierde, por lo tanto,
esta nacionalidad se podrá seguir utilizando conforme a la legislación de este
Estado.

Ejemplo

Un australiano renuncia a la nacionalidad australiana para adquirir la nacionalidad es-


pañola por residencia conforme al artículo 23b Cc. Si durante un periodo de tres años
utiliza exclusivamente la nacionalidad australiana a la que renunció cuando adquirió la
nacionalidad española, podrá ser sancionado con la pérdida de la nacionalidad española
conforme al artículo 25.1a Cc.

b) Por el hecho de entrar�voluntariamente�al�servicio�de�las�armas�o�ejercer


un�cargo�político�en�un�Estado�extranjero�contra�la�prohibición�expresa
del�Gobierno (art. 25.1b Cc).

Ejemplo

El español que adquirió la nacionalidad española por opción, carta de naturaleza o resi-
dencia, y que ejerce un cargo político en Francia contra la prohibición expresa del Go-
bierno español, pierde la nacionalidad española de conformidad con el art. 25.1b Cc.

Con la Ley 36/2002, se suprimió el apartado a) del anterior artículo 25.1 Cc,
según el cual «los españoles que no lo sean de origen perderán la nacionalidad
española cuando por sentencia firme fueran condenados a su pérdida, confor-
me a aquello establecido en las leyes penales». A partir de esta reforma, desapa-
© FUOC • PID_00248430 60 Derecho de la nacionalidad

rece la pérdida de la nacionalidad española como pena, con el fin de adaptar la


redacción del Código civil en materia de pérdida de la nacionalidad española
a la regulación prevista en el Código penal de 1995, el cual ya no contemplaba
la pérdida de la nacionalidad española como pena o sanción penal.

Actualmente, ya no son causas de pérdida involuntaria de la nacionalidad es-


pañola las basadas en motivos que también constituían el fundamento de al-
gunos mecanismos de adquisición involuntaria de la nacionalidad española y
que se encontraban previstas en leyes anteriores, como por ejemplo:

• La pérdida�de�la�nacionalidad�española�por�razón�del�matrimonio: per- Ved también


dían la nacionalidad española las mujeres españolas que celebraban ma-
Véanse los mecanismos de ad-
trimonio con un extranjero (art. 23.3 Ley de 1954). A partir de la Ley de quisición involuntaria de la na-
1975, el matrimonio dejó de ser una causa de pérdida de la nacionalidad cionalidad española contem-
plados en el Código civil espa-
española. ñol antes de la adopción de las
Leyes de 1975 y de 1982, en
el apartado «Criterios de ad-
quisición no automática de la
• La pérdida�de�la�nacionalidad�española�por�dependencia�familiar: per- nacionalidad española derivati-
dían la nacionalidad española los hijos de padres españoles que perdían va».

la nacionalidad española, siempre y cuando ostentaran su patria potestad


(art. 23.5 Ley de 1954 y artículos 19.3 y 23.3 de la Ley de 1975). A partir
de la Ley de 1982, los hijos sometidos a la patria potestad de su padre ya
no seguían la nacionalidad de este. Por lo tanto, la dependencia familiar
a partir de este momento dejó de ser una causa de pérdida de la naciona-
lidad española.

La supresión de estas dos causas de pérdida involuntaria de la nacionalidad


española previstas por la legislación anterior respondió a la voluntad del legis-
lador de adaptar las normas del Código civil a los principios constitucionales
de igualdad y no discriminación por razón de sexo (art. 14 CE); y al principio
en virtud del cual los españoles de origen no pueden ser privados de su nacio-
nalidad (art. 11.2 CE).

La cuestión que se plantea es si todas aquellas pérdidas de la nacionalidad es-


pañola producidas conforme a cualquiera de estas dos causas no contempla-
das por el Código civil en su redacción actual siguen siendo efectivas. Y la
respuesta la encontramos en la disposición transitoria 1.ª de la Ley 18/1990.
Según esta disposición:

«La adquisición o la pérdida de la nacionalidad española conforme a la legislación ante-


rior mantienen su efecto, aunque la causa de adquisición o de pérdida no esté prevista
en la legislación actual.»

3.1.3. Nulidad de la adquisición de la nacionalidad española

El artículo 25.2 Cc no regula ninguna causa de pérdida, sino la nulidad de la


adquisición de la nacionalidad española.
© FUOC • PID_00248430 61 Derecho de la nacionalidad

El artículo 25.2 Cc dispone, desde la reforma introducida por la Ley 18/1990,


que:

«La sentencia firme que declare que el interesado ha incurrido en falsedad, ocultación
o fraude en la adquisición de la nacionalidad española produce la nulidad de tal adqui-
sición [...].»

A pesar de que este tipo de infracción se sanciona con la nulidad, los terceros de
buena fe (hijos ya nacidos, hijos adoptivos, cónyuge, etc.) no pueden resultar
perjudicados, tal y como dispone el artículo 25.2 Cc.

Ejemplo

El búlgaro que adquirió la nacionalidad española ocultando datos personales o aportando


datos falsos es sancionado con la nulidad de la adquisición de la nacionalidad española.
Ahora bien, sus hijos, españoles por ius sanguinis, por el hecho de ser hijos de padre
español en el momento de su nacimiento, no se verán perjudicados por este hecho y
seguirán ostentando la nacionalidad española.

La acción de nulidad la tendrá que ejercer el ministerio fiscal, de oficio o en


virtud de denuncia dentro del plazo de quince años desde que se tiene cono-
cimiento del fraude.

La sanción prevista por la Ley 18/1990 en casos de adquisición fraudulenta


de la nacionalidad española

Con anterioridad a la reforma introducida por la Ley 18/1990, se sancionaba con la pér-
dida de la nacionalidad española a las personas que hubieran falseado, ocultado o come-
tido fraude a la hora de adquirirla, pero a partir de la Ley 18/1990, este tipo de infracción
se sanciona con la nulidad. En la medida en que se trata de una adquisición viciada de
origen, no se puede hablar de adquisición ni, por lo tanto, de pérdida de la nacionalidad.
Para que haya pérdida, es necesario que previamente se haya producido adquisición.

La pérdida de la nacionalidad española, ya sea voluntaria o involuntaria, se Ved también


produce de pleno derecho una vez concurren las circunstancias previstas en los
Véase el apartado «La recupe-
artículos 24 o 25 Cc, respectivamente. Sin embargo, la�pérdida�tiene�que�ser ración de la nacionalidad espa-
objeto�de�inscripción�en�el�Registro�Civil�español�(art.�68.1�LRC). Es decir, la ñola».

pérdida de la nacionalidad española se produce de manera automática cuando


concurren los requisitos legalmente establecidos en los artículos 24 o 25 Cc, de Nota
manera que su inscripción en el Registro Civil solo tiene efectos probatorios.
La inscripción de la pérdida en
La inscripción de la pérdida en el Registro Civil español es declarativa, no el Registro Civil no es un requi-
constitutiva, a diferencia de la inscripción de la adquisición de la nacionalidad sito constitutivo. La pérdida se
debe inscribir en el Registro Ci-
española por opción, carta de naturaleza o residencia, y de la recuperación de vil de manera obligatoria, pero
solo tiene efectos probatorios
la nacionalidad española, que son un requisito de carácter constitutivo. Si no o declarativos.
se inscribe la adquisición por opción, carta de naturaleza o residencia o, en su
caso, la recuperación, estas no son válidas.

3.2. La conservación de la nacionalidad española

La nacionalidad española se puede conservar de�manera�no�automática, y en


estos casos es necesaria la declaración de voluntad del interesado de conservar
la nacionalidad española ante el juez encargado del Registro Civil (artículos
24.1 y 24.3 Cc), y de�manera�automática (art. 24.1, párrafo 2.º Cc). En este
© FUOC • PID_00248430 62 Derecho de la nacionalidad

segundo caso, los interesados no tendrán que declarar su voluntad de conser-


var la nacionalidad española ante el juez encargado del Registro Civil. Solo
pueden beneficiarse de la conservación automática los nacionales españoles
de origen.

Las personas que conservan, de manera no automática o automática, la na- Ved también
cionalidad española y que además ostentan otra u otras nacionalidades son
Véase el apartado «La doble
doble�o�plurinacionales. nacionalidad y la apatridia».

1)�La�conservación�no�automática

La conservación no automática de la nacionalidad española se encuentra pre-


vista en:

• El artículo 24.1, párrafo 1.º Cc. Esta disposición permite a los nacionales Ved también
españoles evitar la pérdida de la nacionalidad española por adquisición
Véanse los supuestos de pérdi-
voluntaria de otra nacionalidad o por utilización exclusiva de la naciona- da de la nacionalidad española
lidad extranjera que ostentan junto con la nacionalidad española, previa- previstos en los artículos 24.1
y 24.3 Cc en el apartado «Cau-
mente a la emancipación o adquisición de la mayoría de edad, si compa- sas de pérdida voluntaria de la
nacionalidad española».
recen ante el juez encargado del Registro Civil y declaran su voluntad de
conservarla dentro del plazo de tres años a contar, respectivamente, desde
la adquisición de la nacionalidad extranjera o desde la emancipación.

• El artículo 24.3 Cc. Este precepto también permite evitar la pérdida de la


nacionalidad española a los nietos de emigrantes españoles que ostentan la
nacionalidad española por ser hijos de padre o madre españoles, y que han
nacido y residen habitualmente en el extranjero, mediante la declaración
de su voluntad de conservar la nacionalidad española ante el encargado del
Registro Civil, dentro del plazo de tres años a contar desde su mayoría de
edad o emancipación. Sin embargo, solo pueden disfrutar de esta opción
las personas que cumplan todos estos requisitos y que hayan adquirido la
mayoría de edad o se hayan emancipado con posterioridad al 9 de enero
del 2003, que es la fecha en la que entró en vigor la Ley 36/2002.

2)�La�conservación�automática

La conservación automática de la nacionalidad española se encuentra prevista


en el artículo 24.1, párrafo 2.º Cc. Según este precepto, los españoles de origen
que adquieran la nacionalidad de los países iberoamericanos, Andorra, Filipi-
nas, Guinea Ecuatorial o Portugal, no perderán la nacionalidad española de
origen por el hecho de haber adquirido voluntariamente la nacionalidad de
cualquiera de estos países o de haber utilizado exclusivamente cualquiera de
estas nacionalidades ostentadas junto con la nacionalidad española antes de
la emancipación. En estos casos, no es necesaria la declaración de voluntad de
© FUOC • PID_00248430 63 Derecho de la nacionalidad

conservar la nacionalidad española por parte del interesado ante el encargado


del Registro Civil, sino que la nacionalidad española se conserva de manera
automática.

Ejemplos

El español que adquirió la nacionalidad española de origen por ius sanguinis y que ad-
quiere la nacionalidad argentina conserva automáticamente la nacionalidad española de
origen.

El español que adquirió la nacionalidad española por opción, carta de naturaleza o por
residencia en territorio español, y que adquiere la nacionalidad argentina, para evitar la
pérdida de la nacionalidad española de origen deberá declarar su voluntad de conservarla
ante el juez encargado del Registro Civil dentro del plazo de tres años a contar desde la
adquisición de la nacionalidad argentina.

La nacionalidad española y el proceso independentista catalán

Una cuestión de absoluta actualidad que se vive en Cataluña y en España, a raíz del con-
flicto derivado del proceso independentista y la proclamación unilateral de la República
de Cataluña el 27 de octubre del 2017, es la relativa a la eventual pérdida y conservación
de la nacionalidad española por parte de los ciudadanos que adquieran la nacionalidad
catalana (véanse los mecanismos de adquisición de la nacionalidad catalana previstos en
los artículos 7 y 8 de la Ley de transitoriedad).

Según el artículo 24.1 Cc, el español que adquiera la nacionalidad catalana perderá la na-
cionalidad española por adquisición voluntaria de otra nacionalidad una vez transcurri-
dos tres años a contar desde su adquisición, salvo que declare su voluntad de conservar la
nacionalidad española ante el encargado del Registro Civil dentro de este plazo (art. 24.1,
párrafo 1.º Cc). Además, en la medida en que la Ley de transitoriedad (art. 9) dispone que
la atribución de la nacionalidad catalana no exige la renuncia de la nacionalidad españo-
la ni de cualquier otra, en este caso el individuo ostentará la doble nacionalidad española
y catalana. De este modo, por el hecho de ser español también seguirá disfrutando de la
condición de ciudadano de la UE, condición que no ostentará en tanto que catalán si
Cataluña deja de ser un Estado miembro de la UE. La ciudadanía de la UE le permitiría
al doble nacional español-catalán disfrutar de los derechos y libertades de la UE.

Hay que subrayar, además, que los españoles de origen que adquieran la nacionalidad
catalana no pueden, por este hecho, ser privados de su nacionalidad (art. 11.2 CE).

Diferente será en el supuesto de que el español de origen o derivativo renuncie expresa-


mente a la nacionalidad española, de conformidad con lo establecido en el artículo 24.2
Cc, puesto que perderá la nacionalidad española y, en consecuencia, si Cataluña queda
fuera de la UE, la condición de ciudadano de la UE.

Si se califica la situación como una sucesión de estados, el Código civil, en su redacción


actual, no contempla esta circunstancia como una de las causas de pérdida de la nacio-
nalidad española. Sin embargo, la normativa internacional dispone que, en estos casos,
el interesado tendrá la posibilidad de elegir la nacionalidad del nuevo Estado o Estado
sucesor (catalana) o la nacionalidad del Estado predecesor (española). Es decir, que no
contempla la posibilidad de que el individuo ostente las dos nacionalidades, salvo que el
Estado sucesor y el Estado predecesor celebren un convenio de doble nacionalidad.

También puede suceder que el Estado español incorpore en el Código civil una nueva
causa de pérdida automática de la nacionalidad española, en virtud de la cual esta se pro-
duzca por adquisición voluntaria de la nacionalidad catalana. En este caso, el individuo
también perdería la condición de ciudadano de la UE, pero el contenido de la normativa
española en materia de nacionalidad quedaría sometido al control por parte del TJUE de
su compatibilidad con el ordenamiento jurídico de la UE según el principio de propor-
cionalidad, de conformidad con la jurisprudencia Janko Rottman.
© FUOC • PID_00248430 64 Derecho de la nacionalidad

4. La recuperación de la nacionalidad española

Para que un individuo pueda recuperar la nacionalidad española, es impres-


cindible que este previamente la haya ostentado y que, posteriormente, la ha-
ya perdido o no la haya conservado.

La reforma más importante introducida en el Código civil español en mate-


ria de recuperación de la nacionalidad española se produjo a través de la Ley
29/1995, de 2 de noviembre, por la que se modifica el Código civil en mate-
ria de recuperación de la nacionalidad española. Posteriormente, el legislador
español introdujo algunas modificaciones a través de la Ley 36/2002, a pesar
de que esta Ley del 2002 conserva la estructura y el esquema sobre la materia
introducidos por la Ley de 1995.

La Ley�29/1995 introdujo dos regímenes de recuperación de la nacionalidad


española. Un régimen�especial�o�privilegiado para los emigrantes, hijos de
emigrantes (art. 26 Cc) y mujeres españolas que perdieron la nacionalidad por
razón de matrimonio antes de que entrara en vigor la Ley de 1975 (disposi-
ción transitoria 2.ª de la Ley 29/1995); y un régimen�general para todas las
personas que no se encontraran en las circunstancias anteriores, que hubiesen
ostentado la nacionalidad española, que la hubieran perdido y que la quisie-
ran recuperar (art. 26 Cc). La Ley�36/2002 conserva estos dos regímenes de
recuperación, especial y privilegiado, pero a diferencia de la Ley 29/1995, no
incorpora ninguna disposición que haga extensivo el régimen privilegiado a
las mujeres españolas que por razón de matrimonio perdieron la nacionalidad
española antes de la Ley de 1975.

Nota

Se desconoce si la ausencia de referencia a las mujeres españolas que perdieron la nacio-


nalidad por razón de matrimonio antes de la Ley de 1975 responde a un olvido del legis-
lador o a una omisión voluntaria. Ciertamente, las disposiciones transitorias solo están
vigentes durante la vigencia de la Ley que las incorpora, pero si en la práctica se siguiera
este principio, esto supondría que todas las mujeres españolas que perdieron la naciona-
lidad por razón de matrimonio antes de la Ley de 1975, en aplicación de la redacción
del artículo 26 Cc según la Ley 36/2002, dejarían de recibir un trato privilegiado. Si no
se continúa aplicando a estas mujeres la regulación de la disposición transitoria 2.ª de
la Ley 29/1995 en relación con el artículo 26 Cc, habrá desaparecido de nuestro ordena-
miento jurídico una regulación que tenía por objeto proteger a las mujeres y reparar las
injusticias con las que el ordenamiento jurídico las había tratado antes de la entrada en
vigor de la Ley de 1975.

El artículo 26 Cc, en su redacción otorgada por la Ley 29/1995, establecía lo siguiente:

«Quien haya perdido la nacionalidad española podrá recuperarla cumpliendo los siguien-
tes requisitos: a) Ser residente legal en españa. Este requisito no será de aplicación a los
emigrantes e hijos de emigrantes. En los demás casos podrá ser dispensado por el minis-
tro de Justicia e Interior cuando concurran circunstancias excepcionales. b) Declarar ante
el encargado del Registro Civil su voluntad de recuperar la nacionalidad española y su
© FUOC • PID_00248430 65 Derecho de la nacionalidad

renuncia, salvo que se trate de naturales de los países mencionados en el art. 24, a la
nacionalidad anterior. c) Inscribir la recuperación en el Registro Civil.»

La disposición transitoria 2.ª de la Ley 29/1995 establecía lo siguiente:

«La mujer española que hubiera perdido la nacionalidad por razón de matrimonio, con
anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 14/75, podrá recuperarla de conformidad con
lo previsto por el artículo 26 del Código civil para el supuesto de emigrantes e hijos de
emigrantes.»

Según el artículo 26.1 Cc, en su redacción otorgada por la Ley 36/2002, los
requisitos que se tienen que cumplir de manera acumulativa para poder recu-
perar la nacionalidad española son los siguientes:

• El interesado necesita tener su residencia legal en España, salvo que se trate


de un emigrante o hijo de emigrante. Las mujeres españolas que perdieron
la nacionalidad española por razón de matrimonio antes de la Ley de 1975
no figuran expresamente entre los beneficiarios del régimen privilegiado,
pero en la práctica se las exime del cumplimiento de este requisito. El re-
quisito de la residencia legal en España también puede quedar dispensado
por el Ministerio de Justicia e Interior cuando concurran en el interesado
circunstancias excepcionales. Viene a ser como una carta de naturaleza en
materia de recuperación, no de adquisición, de la nacionalidad española.

• El interesado deberá declarar su voluntad de recuperar la nacionalidad es-


pañola ante el encargado del Registro Civil.

• El interesado no necesita renunciar a la nacionalidad que ostenta, sea cual


sea esta nacionalidad. Esta es una de las principales novedades incorpo-
radas en materia de recuperación de la nacionalidad española por la Ley
36/2002. La supresión de la renuncia a la nacionalidad que se ostenta co-
mo requisito para poder recuperar la nacionalidad española provoca que,
en la práctica, aumenten los supuestos de doble nacionalidad o plurina-
cionalidad.

Nota

En aplicación del artículo 26 Cc redactado según la Ley de 1995, para poder recuperar
la nacionalidad española el interesado sí que tenía que renunciar a la nacionalidad que
ostentaba, salvo que esta fuera la de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea
Ecuatorial o Portugal.

• Por último, debe inscribirse la recuperación de la nacionalidad española en


el Registro Civil español. La inscripción de la recuperación en el Registro
Civil es un requisito constitutivo: si no se inscribe, la recuperación no es
válida.

Nota

La inscripción de la adquisición de la nacionalidad española por opción, carta de natura-


leza o residencia, del mismo modo que la inscripción de la recuperación de la nacionali-
dad española, es un requisito constitutivo. Si la adquisición o, en su caso, la recuperación
no se inscriben, estas no son válidas. En cambio, la inscripción de la pérdida de la na-
© FUOC • PID_00248430 66 Derecho de la nacionalidad

cionalidad española es meramente declarativa. La pérdida se produce de pleno derecho


después de que concurran las circunstancias previstas en los artículos 24 o 25 Cc.

El artículo 26.2 Cc, redactado según la Ley 36/2002, dispone que no podrán
recuperar o adquirir la nacionalidad española, sin una previa habilitación con-
cedida discrecionalmente por el Gobierno, las personas que se encuentren en
cualquiera de los supuestos previstos en el artículo 25 Cc, que son aquellos
que llevan a la pérdida involuntaria o por sanción de la nacionalidad española
o a la nulidad de su adquisición.

Ejemplo

La persona que adquirió la nacionalidad española por opción, carta de naturaleza o resi-
dencia, y que la perdió por haber utilizado durante un periodo de tres años la naciona-
lidad extranjera a la que renunció cuando adquirió la nacionalidad española (art. 25.1a
Cc), solo podrá recuperar la nacionalidad española si previamente obtiene una habilita-
ción concedida discrecionalmente por el Gobierno (art. 26.2 Cc). Es razonable que si el
Estado español la sancionó con la pérdida de la nacionalidad española por el hecho de
haber cometido una infracción, sea el mismo Estado el que le retire la sanción y la auto-
rice a recuperar la nacionalidad española.

Con la reforma introducida por la Ley 36/2002 en materia de recuperación de


la nacionalidad española también se suprimió el apartado b) del artículo 26.2
Cc redactado según la Ley 29/1995, que establecía que no podían recuperar o
adquirir la nacionalidad española sin una previa habilitación concedida por el
Gobierno los hombres que hubiesen perdido la nacionalidad española sin ha-
ber cumplido el servicio militar o prestación social sustitutoria, estando estos
obligados a su cumplimiento. Sin embargo, la habilitación no era necesaria
cuando la declaración de recuperación la formularan hombres de más de 40
años (la Ley de 18/1990 eximía de la previa habilitación para poder recuperar
la nacionalidad española a los hombres de más de 50 años). Este apartado se
suprimió con el fin de adaptar la redacción del Código civil a la legislación
vigente en aquel momento (2002), en la medida en que en España el cum-
plimiento del servicio militar o de la prestación social sustitutoria ya no era
obligatorio.
© FUOC • PID_00248430 67 Derecho de la nacionalidad

5. La doble nacionalidad y la apatridia

5.1. Concepto de doble nacionalidad o plurinacionalidad y de


apatridia

La doble nacionalidad o plurinacionalidad y la apatridia, conocidas también,


respectivamente, como los conflictos positivos y negativos de nacionalidad,
son situaciones que se producen como consecuencia del principio en virtud
del cual los estados tienen competencia exclusiva para legislar en materia de
nacionalidad; y del carácter heterogéneo de las legislaciones de los diferentes
estados en materia de nacionalidad.

Es doble o plurinacional la persona que ostenta dos o más nacionalidades.


Cuando una persona cumple los requisitos para ostentar la nacionalidad del
Estado A y también para ostentar la nacionalidad del Estado B, esta es doble
nacional. Si además también cumple los requisitos para ostentar la naciona-
lidad del Estado C, entonces es plurinacional.

Ejemplos

Situación de doble�nacionalidad: el hijo de madre italiana y padre español nacido en


España es doble nacional de origen italiano-español por ius sanguinis, puesto que adquiere
la nacionalidad italiana por el hecho de ser hijo de madre italiana (art. 1.1 Ley núm. 91
de 1992), y la nacionalidad española por el hecho de ser hijo de padre español (art. 17.1a
Cc). El Estado italiano es el que le atribuye la nacionalidad italiana por ius sanguinis, y el
Estado español es el que le atribuye la nacionalidad española por ius sanguinis.

Situación de doble�nacionalidad: el hijo de padre y madre españoles que nace en terri-


torio peruano es doble nacional español-peruano desde el momento de su nacimiento,
puesto que adquiere la nacionalidad española de origen por ius sanguinis (art. 17.1a Cc)
por el hecho de ser hijo de padres españoles, y la nacionalidad peruana por ius soli por
el hecho de haber nacido en territorio peruano (art. 4 del Reglamento de la Ley de na-
cionalidad de 1996).

Situación de plurinacionalidad: si el hijo de madre italiana y padre español nace en te-


rritorio peruano, este será plurinacional puesto que adquirirá por ius sanguinis la nacio-
nalidad italiana y la nacionalidad española, y por ius soli la nacionalidad peruana.

La apatridia, por el contrario, es aquella situación en la que se encuentra la


persona que no cumple los requisitos para ostentar la nacionalidad de ningún
Estado. El apátrida lo puede ser bien porque nunca adquirió ninguna nacio-
nalidad, bien porque la adquirió pero la perdió y no la recuperó.
© FUOC • PID_00248430 68 Derecho de la nacionalidad

En principio, estas son situaciones no queridas o no deseadas por el derecho Nota


internacional, por la comunidad internacional y por los estados, a pesar de
Según el artículo 15.1 de la
que, tal y como veremos, en muchas ocasiones los legisladores estatales, cuan- Declaración Universal de los
do legislan sobre esta materia, aceptan las situaciones de doble nacionalidad Derechos Humanos, «Toda
persona tiene derecho a una
o plurinacionalidad. La apatridia, en cambio, es una situación contra la que se nacionalidad».

intenta luchar a través de diferentes mecanismos, en la medida en que vulnera


el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que reco-
noce como derecho fundamental el derecho de todas las personas a ostentar
una nacionalidad.

El Estado español, para evitar la apatridia originaria de los nacidos en España Ved también
que son hijos de padre y madre apátridas, o de padres nacionales de países
Véase el apartado «Ius soli» en
que no atribuyen a los hijos de sus nacionales nacidos en el extranjero su cuanto a la adquisición o atri-
nacionalidad, les atribuye la nacionalidad española de origen por ius soli (art. bución automática de la nacio-
nalidad española de origen por
17.1c Cc). ius soli en aplicación del artícu-
lo 17.1c Cc.

5.2. Tipos de situaciones de doble nacionalidad o


plurinacionalidad

Encontramos diferentes tipos de situaciones de doble nacionalidad o plurina-


cionalidad, en función de la operatividad o inoperatividad de cada una de las
nacionalidades que se ostentan, y de si se trata de una situación contemplada
por las leyes y los tratados internacionales o no.

5.2.1. Doble nacionalidad o plurinacionalidad en sentido propio


y en sentido impropio

Según la utilización que se haga de cada una de las nacionalidades, el individuo


ostentará la doble nacionalidad en sentido propio o en sentido impropio.

La doble� nacionalidad� o� plurinacionalidad� en� sentido� propio es aquella


situación en la que el individuo ostenta simultáneamente dos o más naciona-
lidades y todas ellas son operativas. Por ejemplo, los dobles nacionales de ori-
gen por ius sanguinis pueden utilizar simultáneamente las dos nacionalidades.

Ejemplo

El hijo de madre italiana y de padre español, que desde el momento del nacimiento
adquiere de manera automática por ius sanguinis la nacionalidad italiana de la madre y la
nacionalidad española del padre, puede utilizar simultáneamente las dos nacionalidades.
Es decir, las dos nacionalidades son operativas.

La doble�nacionalidad�o�plurinacionalidad�en�sentido�impropio es aquella
situación en la que el individuo ostenta simultáneamente dos o más naciona-
lidades y solo una de ellas es operativa; y la otra nacionalidad se encuentra
en situación de latencia. Por ejemplo, el doble nacional español y argentino
que adquirió la condición de doble nacional según el convenio bilateral de
© FUOC • PID_00248430 69 Derecho de la nacionalidad

doble nacionalidad celebrado entre España y Argentina ostenta dos naciona-


lidades, pero solo una de ellas es operativa. La otra nacionalidad que ostenta
se encuentra en situación de latencia.

5.2.2. Doble nacionalidad o plurinacionalidad prevista por los


convenios internacionales y por las leyes españolas o no
prevista por los tratados internacionales ni por la ley
española (situaciones patológicas)

Podemos diferenciar tres tipos de situaciones de doble nacionalidad o plurina-


cionalidad, según si se trata de situaciones previstas o no en el ordenamiento
jurídico español.

1)�Situaciones�de�doble�nacionalidad�o�plurinacionalidad�previstas�por�los
convenios�bilaterales�de�doble�nacionalidad

A pesar de que el artículo 11.3 CE autoriza al Estado español a celebrar trata-


dos o convenios de doble nacionalidad con los países iberoamericanos y con
aquellos que tienen una importante vinculación histórica con España, actual-
mente España solo ha celebrado convenios de doble nacionalidad con países
iberoamericanos. Todos estos convenios se celebraron en los años sesenta y
setenta.

Nota

El artículo 11.3 CE establece que:

«El Estado español podrá concertar tratados de doble nacionalidad con los países iberoa-
mericanos o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vinculación con Es-
paña. En estos mismos países, aun cuando no reconozcan a sus ciudadanos un derecho
recíproco, podrán naturalizarse los españoles sin perder su nacionalidad de origen.»

Los convenios de doble nacionalidad celebrados entre España y los países ibe-
roamericanos hace bastantes años que han caído en desuso por los motivos
siguientes: por un lado, porque incorporan una doble nacionalidad impropia
y, por lo tanto, los doble nacionales no pueden utilizar simultáneamente las
nacionalidades que ostentan; por el otro, porque el procedimiento previsto en
el artículo 11.3 CE es mucho más favorable que el de los convenios bilaterales
de doble nacionalidad, puesto que permite a los españoles de origen adquirir
la nacionalidad de cualquier país iberoamericano sin necesidad de renunciar
a la nacionalidad española de origen. Además, desde la entrada en vigor, en
enero de 1991, de la Ley 18/1990, los nacionales de los países iberoamerica-
nos pueden adquirir la nacionalidad española por residencia de dos años en
territorio español, sin tener que renunciar a su nacionalidad de origen (art.
23b Cc). En definitiva, son convenios que no ofrecen ningún tipo de ventaja
a sus beneficiarios.
© FUOC • PID_00248430 70 Derecho de la nacionalidad

Los convenios de doble nacionalidad celebrados entre España y los países


iberoamericanos

Los convenios bilaterales de doble nacionalidad incorporan un régimen propio y dife-


renciado, pero tienen algunos aspectos comunes. Todos ellos exigen que el interesado en
adquirir la nacionalidad del otro país se traslade a su territorio, fije su domicilio en aquel
territorio y adquiera la nacionalidad de aquel país conforme a los mecanismos previstos
en su ordenamiento jurídico. Algunos convenios de doble nacionalidad consideran que
la nacionalidad operativa es la última adquirida, y otros consideran que es la que coin-
cide con el domicilio del interesado.

Ejemplo

Un argentino que quiere adquirir la nacionalidad española según el convenio de doble


nacionalidad entre España y Argentina deberá trasladarse a España, fijar su domicilio en
el territorio español y adquirir la nacionalidad española conforme a los artículos 22 y 23
Cc, es decir, por residencia de dos años en territorio español.

2)�Situaciones�de�doble�nacionalidad�o�plurinacionalidad�previstas�por�la
ley�española

Con la reforma del Código civil introducida por la Ley 36/2002 se modifica-
ron, entre otras disposiciones, los artículos 24 y 25 Cc, relativos a la pérdida
de la nacionalidad española, y el artículo 26 Cc, relativo a su recuperación.
Entre estas modificaciones destacan, fundamentalmente, la incorporación de
la posibilidad por parte de los nacionales españoles de conservar, en determi-
nados casos, la nacionalidad española, evitando de este modo su pérdida; y
la supresión del requisito de la renuncia a la propia nacionalidad por parte
de aquellas personas que perdieron la nacionalidad española y que la quieren
recuperar, sea cual sea la nacionalidad que estas ostentan.

Más recientemente se han adoptado: la Ley 26/2015, de 28 de julio, de modifi-


cación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, a través de la
cual se incorpora el artículo 19.3 Cc, que reconoce la nacionalidad extranjera
al menor extranjero adoptado por español si este, de acuerdo con su ley nacio-
nal, conserva su nacionalidad de origen; y la Ley 12/2015, de 24 de junio, en
materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de
España, que incluye dentro del grupo de beneficiarios previstos en el artículo
23b Cc que no tienen que renunciar a su nacionalidad o condición para ad-
quirir la nacionalidad española por opción, carta de naturaleza o residencia, a
los sefardíes originarios de España (disposición final 1.ª de la Ley 12/15).

A través de todas estas modificaciones el legislador español ha� aumentado


considerablemente el número de supuestos�de�doble�nacionalidad�o�pluri-
nacionalidad�previstos�por�la�ley�española, y reconocidos con anterioridad.
Estos supuestos son los siguientes:

• El artículo 19.3 Cc reconoce una situación de doble nacionalidad en la


medida en que establece que el menor extranjero adoptado por españoles
adquiere�la�nacionalidad�española�de�origen desde el momento de la
constitución de la adopción y, al mismo tiempo, que le será reconocida la
© FUOC • PID_00248430 71 Derecho de la nacionalidad

nacionalidad extranjera de origen si, de acuerdo con el sistema jurídico de


su país de origen, conserva�su�nacionalidad.

• El artículo 23b Cc reconoce la doble nacionalidad en la medida en que no


exige�que�renuncien�a�su�nacionalidad los nacionales de países iberoa-
mericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal y los sefardíes,
cuando estos adquieren la nacionalidad española por opción, carta de na-
turaleza o residencia en territorio español.

• El artículo 24.1 Cc permite a los nacionales españoles que adquieren vo-


luntariamente otra nacionalidad que declaren�su�voluntad�de�conservar
la�nacionalidad�española dentro del plazo de tres años, a contar desde la
adquisición de la nueva nacionalidad.

• El artículo 24.1 Cc permite a los emancipados o mayores de edad que du-


rante la minoría de edad han ostentado la nacionalidad española, y que
una vez emancipados utilizan exclusivamente la nacionalidad extranjera,
que declaren�su�voluntad�de�conservar�la�nacionalidad�española den-
tro del plazo de tres años a contar desde la emancipación o adquisición de
la mayoría de edad. Si no declaran su voluntad de conservarla dentro de
este plazo, pierden la nacionalidad española.

• No pierden la nacionalidad española, y por tanto la�conservan, los eman-


cipados o mayores de edad que durante la minoría de edad han ostentado
la nacionalidad española y una nacionalidad extranjera, si estos, al llegar
a la emancipación o mayoría de edad, no utilizan exclusivamente la na-
cionalidad extranjera (art. 24.1 Cc). En este caso, la utilización simultánea
de las dos nacionalidades paraliza la pérdida de la nacionalidad española
y no es necesario que el interesado declare su voluntad de conservar la
nacionalidad española ante el encargado del Registro Civil.

• El artículo 24.1, apartado 2.º Cc dispone que los españoles de origen que
adquieren la nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas,
Guinea Ecuatorial y Portugal, no pierden la nacionalidad española de ori-
gen por adquisición voluntaria de cualquiera de estas nacionalidades, ni
tampoco si durante la minoría de edad han ostentado la nacionalidad es-
pañola y la nacionalidad de cualquiera de estos países y al llegar a la eman-
cipación o mayoría de edad utilizan exclusivamente la nacionalidad ex-
tranjera, no la española. Es la denominada conservación�automática.

• El artículo 24.3 Cc permite que la segunda generación de emigrantes es-


pañoles nacidos en el extranjero, que residen en el extranjero y que ad-
quieren la nacionalidad del Estado donde tienen su residencia habitual,
declaren�su�voluntad�de�conservar�la�nacionalidad�española dentro del
plazo de tres años, a contar desde la emancipación o mayoría de edad.
Ahora bien, para reducir el aumento de supuestos de doble nacionalidad
o plurinacionalidad, el legislador español limitó la operatividad de esta
© FUOC • PID_00248430 72 Derecho de la nacionalidad

disposición a las personas que adquirieran la mayoría de edad o que se


emanciparan después de entrar en vigor la Ley 36/2002, es decir, con pos-
terioridad al 9 de enero del 2003.

• Según el artículo 26 Cc, redactado a partir de la Ley 36/2002, los españo-


les que perdieron la nacionalidad española y que la quieren recuperar no
tienen�que�renunciar�a�la�nacionalidad�que�ostentan, sea cual sea esta
nacionalidad.

3)�Situaciones�de�doble�nacionalidad�o�plurinacionalidad�no�previstas�por
la�ley�española�(situaciones�patológicas)

Las situaciones de doble nacionalidad o plurinacionalidad no previstas por la


ley española, también conocidas como situaciones�patológicas, son las que
se producen como consecuencia de las diferencias existentes entre las distintas
legislaciones nacionales en materia de nacionalidad.

Un ejemplo típico de situación de doble nacionalidad o plurinacionalidad no


prevista por los tratados internacionales o por la ley española es la doble na-
cionalidad o plurinacionalidad de origen, que es aquella situación que surge
cuando las legislaciones de diferentes estados atribuyen a una persona su na-
cionalidad desde el momento de su nacimiento, de tal manera que desde este
momento la persona tiene atribuidas diferentes nacionalidades. Es una situa-
ción que surge al margen de lo previsto en los tratados internacionales y en
la ley española.

Ejemplo

La hija de madre italiana y de padre español que nace en territorio español adquiere des-
de el momento de su nacimiento la nacionalidad italiana de la madre y la nacionalidad
española del padre por ius sanguinis, de acuerdo con la legislación italiana y con la legis-
lación española (art. 1. de la Ley núm. 91 de 1992 y art. 17.1a Cc, respectivamente).

5.3. La resolución de los conflictos positivos y negativos de


nacionalidad

Los artículos 9.9 y 9.10 Cc son dos normas que resuelven los conflictos�posi-
tivos�y�negativos�de�nacionalidad en aquellos litigios derivados de relaciones
privadas internacionales en los que se tienen que aplicar las normas de con-
flicto del título preliminar del Código civil, que disponen que la ley aplicable
es la «ley personal» o, lo que es lo mismo, la «ley nacional».

Surge un problema cuando un juez español debe aplicar una norma de con-
flicto que le conducirá a la aplicación de una ley personal (ley nacional) de
un individuo que tiene doble nacionalidad o es apátrida: ¿cuál será la ley na-
cional aplicable?
© FUOC • PID_00248430 73 Derecho de la nacionalidad

El artículo 9.1 Cc dispone lo siguiente:

«La ley personal de las personas físicas es la determinada por su nacionalidad. Dicha ley
regirá la capacidad y el estado civil, los derechos y deberes de familia y la sucesión por
causa de muerte.»

El artículo 9.9 Cc establece lo siguiente:

«A los efectos de este capítulo, respecto de las situaciones de doble nacionalidad previstas
en las leyes españolas se estará a lo que determinen los tratados internacionales, y, si
nada estableciesen, será preferida la nacionalidad coincidente con la última residencia
habitual y, en su defecto, la última adquirida.

Prevalecerá en todo caso la nacionalidad española del que ostente además otra no prevista
en nuestras leyes o en los tratados internacionales. Si ostentare dos o más nacionalidades
y ninguna de ellas fuera la española, se estará a lo que establece el apartado siguiente.»

Y el artículo 9.10 Cc dispone que:

«Se considerará como ley personal de los que carecieren de nacionalidad o la tuvieren
indeterminada, la ley del lugar de su residencia habitual.»

De la lectura de los artículos 9.9 y 9.10 Cc se desprende lo siguiente:

1) En los casos en los que se trate de situaciones�de�doble�nacionalidad�pre-


vistas�por�los�tratados�internacionales, se estará a lo que estos determinen
y, si estos no disponen nada al respecto, será preferida la nacionalidad coinci-
dente con la última residencia habitual y, en su defecto, la última adquirida.
Los convenios bilaterales de doble nacionalidad que España tiene suscritos con
países iberoamericanos no ofrecen una respuesta uniforme sobre cuál debe ser
la nacionalidad dominante, a pesar de que la mayoría, sea de manera directa
o indirecta, reconocen que la nacionalidad activa es la del último domicilio.

2) En los supuestos�de�doble�nacionalidad�previstos�por�la�ley�española,
hay dos soluciones posibles. La primera es la que se basa en aplicar los criterios
subsidiarios utilizados en defecto de tratado internacional, es decir, la nacio-
nalidad coincidente con la última residencia habitual y, en su defecto, a la
última adquirida (art. 9.9, párrafo 1.º Cc). Mientras que la segunda solución,
adoptada tanto por la DGRN como por la doctrina mayoritaria, es la que opta
por dar preferencia a la ley española. En definitiva, se aplica en estos casos
la misma solución contemplada por los supuestos de doble nacionalidad no
previstos por la ley española (art. 9.9, párrafo 2.º Cc).

3) En los casos de situaciones�de�doble�nacionalidad�no�previstas�por�los


tratados�ni�por�las�leyes�españolas, hay que diferenciar dos situaciones:

• Si el individuo ostenta la nacionalidad española y una nacionalidad ex-


tranjera prevalecerá, en todo caso, la nacionalidad española. Es decir, se
da preferencia a la nacionalidad española.
© FUOC • PID_00248430 74 Derecho de la nacionalidad

Nota

En el ámbito del derecho comparado, las legislaciones de muchos países de nuestro en-
torno más cercano para resolver el conflicto entre la nacionalidad del foro (la del propio
país) y una nacionalidad extranjera también acostumbran a dar preferencia a la propia
nacionalidad. A pesar de que Suiza, por ejemplo, incluso en estos supuestos otorga pre-
ferencia a la nacionalidad efectiva, es decir, a la nacionalidad con la que el individuo
esté más vinculado.

• Si el individuo ostenta dos nacionalidades extranjeras, se estará a lo que


establezca el artículo 9.10 Cc (que es la disposición que resuelve los con-
flictos negativos de nacionalidad), en virtud del cual la ley personal será
la ley del lugar de la residencia habitual.

Nota

En el ámbito del derecho comparado, las legislaciones de muchos países de nuestro en-
torno más cercano para resolver el conflicto entre dos nacionalidades extranjeras utilizan
el criterio de la nacionalidad efectiva o, lo que es lo mismo, de la nacionalidad con la
que el individuo esté más vinculado.

4) En los supuestos�de�apatridia, se considerará que la ley personal es la ley


de la residencia habitual (art. 9.10 Cc).

Los apátridas no tienen nacionalidad y, por lo tanto, no tienen ley personal (o


ley nacional). Por eso se propone como solución que la ley que se ha de tener
en cuenta respecto a estas personas sea la del lugar de su residencia habitual.

Ejemplo

Cuando en el marco de un litigio derivado de una relación privada internacional, a un


apátrida que reside habitualmente en España se le debe aplicar su ley personal (o nacio-
nal), dado que no tiene nacionalidad, se le aplicará la ley de su residencia habitual, por
tanto, la ley española. Si en lugar de residir en España residiera en Alemania, se le apli-
caría la ley alemana.
© FUOC • PID_00248430 75 Derecho de la nacionalidad

6. La prueba de la nacionalidad

Los medios de prueba de la nacionalidad admitidos en el derecho español son


los siguientes:

1)�El�Registro�civil

El Registro�civil constituye la prueba de los hechos inscritos en el mismo, en-


tre los cuales destaca la nacionalidad, entre muchos otros (art. 1.7 LRC). Solo
en caso de falta de inscripción, o cuando no se pueda certificar el asentamien-
to, se admitirán otros medios de prueba.

De acuerdo con el artículo 2.2 de la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro


Civil (LRC):

«El Registro Civil tiene por objeto hacer constar oficialmente los hechos y actos que se
refieren al estado civil de las personas y aquellos otros que determine la presente Ley.»

Según el artículo 4 de esta misma Ley 20/2011:

«Tienen acceso al Registro Civil los hechos y actos que se refieren a la identidad, estado
civil y demás circunstancias de la persona. Son, por tanto, inscribibles: […] 5º. La nacio-
nalidad y la vecindad civil […].»

Por lo tanto, el Registro Civil debe cumplir una importante función probato-
ria de la nacionalidad. Sin embargo, el valor probatorio de los asentamientos
registrales sobre nacionalidad varía según si se trata de la adquisición de la
nacionalidad española originaria, de la nacionalidad española derivativa, de
la pérdida o de la recuperación de la nacionalidad:

• La adquisición de la nacionalidad española por opción, carta de naturaleza


y residencia, así como la recuperación de la nacionalidad española, dan
lugar a inscripciones específicas al margen de la inscripción de nacimien-
to. Estas inscripciones disfrutan del valor probatorio general que propor-
cionan las inscripciones del Registro Civil y, tal y como dispone el artículo
68 LRC, tienen eficacia constitutiva, es decir, son un elemento integrante
del acto de adquisición (art. 23c Cc) y de recuperación de la nacionalidad
(art. 26c Cc).

• En cambio, la pérdida de la nacionalidad española se produce de mane-


ra automática o ipso iure cuando concurren las circunstancias legalmente
previstas por la ley. Sin embargo, la inscripción de la pérdida en el Registro
Civil es obligatoria, tal y como dispone el artículo 68.1 LRC. La idea es
conseguir que haya una equivalencia o correspondencia entre la realidad
© FUOC • PID_00248430 76 Derecho de la nacionalidad

(españoles que han perdido la nacionalidad española) y el registro (la ins-


cripción de estas pérdidas en el Registro Civil).

Nota

Debemos destacar que, generalmente, al tratarse de extranjeros nacidos fuera de España,


la inscripción de la adquisición de la nacionalidad exigirá la previa inscripción del na-
cimiento del interesado en el Registro Civil. Cuando no se disponga del certificado de
nacimiento del extranjero, habrá que recurrir a la tramitación de un expediente de naci-
miento fuera de plazo. Una vez concedida la nacionalidad española, si esta no se puede
inscribir porque no se dispone del certificado de nacimiento, se procederá a su anotación
y, con posterioridad, cuando se reciba la certificación extranjera de nacimiento, esta se
inscribirá mediante el inicio de un expediente de inscripción fuera de plazo y se cance-
lará la anotación.

Nota

Artículo 68 de la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil. Inscripción de la nacio-


nalidad y de la vecindad civil:

«1. La adquisición de la nacionalidad española por residencia, carta de naturaleza y op-


ción, así como su recuperación y las declaraciones de voluntad relativas a la vecindad, se
inscribirán en el registro individual. Estas inscripciones tendrán carácter constitutivo.

No podrá inscribirse la nacionalidad española adquirida por cualquiera de las vías que
reconoce el ordenamiento jurídico si no se ha efectuado la inscripción previa de naci-
miento.

La inscripción de la pérdida de la nacionalidad tendrá carácter meramente declarativo.

2. Para efectuar las inscripciones relativas a la nacionalidad y a la vecindad civil será


título suficiente aquel a través del cual se haya reconocido la nacionalidad española o la
vecindad civil que corresponda.»

En el ámbito registral también están los expedientes registrales previstos en el


artículo 92 LRC, como el expediente�registral�con�valor�de�simple�presun-
ción. Este expediente supondrá una declaración y será objeto de anotación
marginal, puesto que no hay un asentamiento registral específico de adqui-
sición de la nacionalidad española. Los supuestos más frecuentes en los que
se inicia el expediente de declaración de la nacionalidad con valor de simple
presunción son los de las solicitudes de adquisición de la nacionalidad por ius
soli (artículos 17.1b y 17.1c) y por consolidación (art. 18 Cc).

Hay que destacar que la adquisición o atribución de la nacionalidad española


de origen por ius sanguinis, por ius soli o por adopción de menores extranje-
ros no es objeto de un asentamiento específico en el Registro Civil. En estos
supuestos, lo que se inscribe es el nacimiento de los hijos de padre o madre
español, los nacidos en territorio español y la adopción del menor extranjero
adoptado por españoles. Por lo tanto, la nacionalidad española de origen se
puede probar mediante la inscripción del nacimiento. La adquisición de la na-
cionalidad española por consolidación tampoco es objeto de una inscripción
específica en el Registro Civil español. En estos casos, se puede iniciar un ex-
pediente gubernativo de presunción de la nacionalidad española.
© FUOC • PID_00248430 77 Derecho de la nacionalidad

Nota

Artículo 92. Declaraciones con valor de simple presunción:

«1. Previo procedimiento registral, puede declararse con valor de simple presunción:

[…]

b) La nacionalidad, vecindad civil o cualquier Estado, si no consta en el Registro Civil


[…].»

Artículo 93. Carácter, anotación y publicidad de las declaraciones con valor de simple
presunción:

«1. Las declaraciones con valor de simple presunción tienen la consideración de una
presunción legal iuris tantum.

[…]

3. La anotación de las declaraciones es obligatoria y precisará la fecha a la que estas se


refieren.»

2)�La�sentencia�firme�obtenida�en�un�procedimiento�ordinario

Otro medio de prueba, aunque excepcional, es la sentencia�firme obtenida


en un procedimiento ordinario. A través de una sentencia, se puede establecer
la nacionalidad con efectos definitivos. En la práctica, sin embargo, en pocas
ocasionas se recurre a la vía judicial y se ejercita una acción meramente decla-
rativa de la nacionalidad.

Hay que destacar que los medios registrales son rápidos, sencillos y gratuitos,
mientras que la vía judicial es lenta, compleja y tiene un coste económico. Los
medios registrales son más eficaces.

3)�El�certificado�de�nacionalidad�española

En el año 1999, la DGRN adoptó la Instrucción de 14 de abril de 1999 sobre el


certificado de nacionalidad española. A través de esta instrucción, se introdujo
un nuevo medio de prueba de la nacionalidad al crearse un certificado�ad
hoc�de�nacionalidad. Este medio de prueba, hasta la fecha desconocido en
España, era ya habitual en la mayoría de los países europeos de la Comisión
Internacional para el Estado Civil (CIE).

A través de este certificado, se agiliza y se facilita la prueba de la nacionali-


dad española, especialmente a los españoles que residen en el extranjero. El
certificado ha de ser expedido por jueces o por funcionarios diplomáticos o
consulares.
© FUOC • PID_00248430 78 Derecho de la nacionalidad

Posteriormente, el 1 de diciembre del 2010, entró en vigor en España el Con-


venio relativo a la expedición de certificados de nacionalidad, hecho en Lis-
boa el 14 de septiembre de 1999. A través de este convenio, los estados parte
se comprometen a expedir certificados de nacionalidad que serán destinados
a ser utilizados como prueba de la nacionalidad por parte de sus nacionales
ante las autoridades extranjeras de los otros estados contratantes (art. 2). Los
certificados emitidos de acuerdo con el convenio serán reconocidos en todos
los estados contratantes (art. 4.1). Las disposiciones del convenio no impiden
la utilización de otros documentos habitualmente admitidos para probar la
nacionalidad (art. 14).

El certificado de nacionalidad será expedido a petición de la persona cuya na-


cionalidad se certifica, previa solicitud motivada, o de cualquier otra persona
que tenga un interés jurídico legítimo que lo justifique (art. 3.1); dentro de un
plazo razonable (art. 3.4); por la autoridad competente (art. 3.2), que será de-
signada por cada Estado en el momento de la firma, ratificación, aceptación o
aprobación del convenio (art. 6.1); conforme al modelo que figura en el anexo
I del convenio y redactado en lengua francesa y en la lengua de la autoridad
que lo expide (art. 7.1). Estos certificados están dispensados de traducción, le-
galización o cualquier formalidad equivalente (art. 13.3).

4)�Documento�nacional�de�identidad�(DNI)�y�pasaporte

Tradicionalmente, ha habido bastantes dudas y diferentes opiniones en torno


al valor probatorio de la nacionalidad española que tienen el DNI y el pasa-
porte. Recientemente, la LO 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la se-
guridad ciudadana, ha reconocido valor probatorio a estos dos documentos,
tal y como se desprende de la lectura de los artículos 8.1 y 11.1 de esta Ley.

El artículo 8.1 de la LO 4/2015 dispone lo siguiente:

«El DNI es un documento público y oficial que tiene suficiente valor probatorio por sí
solo para la acreditación de la identidad y los datos personales del titular.»

Mientras que el artículo 11.1 dispone lo siguiente:

«El pasaporte español es un documento público, personal, individual e intransferible que,


salvo pacto en contrario, acredita la identidad y la nacionalidad de los españoles en el
extranjero y dentro del territorio español, en las mismas circunstancias que los españoles
no residentes.»
© FUOC • PID_00248430 79 Derecho de la nacionalidad

Resumen

En el derecho de la nacionalidad, rige el principio en virtud del cual los estados


tienen�competencia�exclusiva�para�legislar�en�materia�de�nacionalidad. Es
decir, que cada Estado tiene libertad para legislar sobre esta materia, es decir,
para decidir cómo se adquiere, se pierde, se conserva y se recupera su naciona-
lidad. Sin embargo, esta no es una libertad absoluta, sino que tiene una serie
de límites que vienen impuestos principalmente por el derecho internacional
público. En consecuencia, las�leyes�de�los�diferentes�estados�en�materia�de
nacionalidad�son�muy�heterogéneas, puesto que no regulan la adquisición,
pérdida, conservación y recuperación de la nacionalidad del mismo modo.

La regulación unilateral de las normas estatales en materia de nacionalidad y


su heterogeneidad genera los denominados conflictos�positivos�y�negativos
de�nacionalidad, o en otras palabras, situaciones de doble�nacionalidad�o
plurinacionalidad y de apatridia. Las situaciones�de�apatridia son las que
los legisladores estatales tienen que intentar evitar a través de todos sus me-
dios para no vulnerar el principio reconocido en un ámbito internacional, en
virtud del cual toda persona tiene derecho a ostentar una nacionalidad. El de-
recho español de la nacionalidad utiliza el mecanismo de adquisición de la
nacionalidad española por ius soli para hacer frente a la apatridia. En lo que
respecta a la doble�nacionalidad�o�plurinacionalidad, se pueden distinguir
situaciones�propias o impropias, así como situaciones�previstas�por�los�tra-
tados�internacionales o por�la�ley�española, y situaciones no previstas ni por
los tratados ni por las leyes, denominadas situaciones�patológicas.

Por el hecho de que los estados tengan competencia exclusiva para legislar en
materia de nacionalidad, no podemos concluir que las fuentes normativas en
materia de nacionalidad sean todas ellas fuentes�internas, puesto que tam-
bién hay fuentes�de�origen�internacional. Las principales fuentes internas en
materia de nacionalidad en el Estado español son la Constitución�española
y los artículos�17�a�26�del�Código�civil. En estos artículos del Cc se incluye
el régimen sustantivo en materia de adquisición, pérdida, conservación y re-
cuperación de la nacionalidad española.

Hay que destacar que los artículos 17 a 26 Cc han sido objeto de varias refor-
mas legislativas, las cuales, dado que en el derecho de la nacionalidad rige el
principio�tempus�regit�actum (los actos se rigen por la ley vigente en el mo-
mento en que estos se producen), se han de tener en cuenta. Sin embargo, el
objeto de nuestro estudio ha sido la regulación actualmente vigente en mate-
ria de adquisición, pérdida, conservación y recuperación de la nacionalidad
española.
© FUOC • PID_00248430 80 Derecho de la nacionalidad

Los mecanismos� de� adquisición� de� la� nacionalidad� española pueden ser
automáticos (no es necesaria la intervención de la voluntad del interesado) y
no�automáticos (sí es necesaria la intervención de la voluntad del interesado).
Entre los mecanismos de adquisición�automática de la nacionalidad españo-
la, destacan el ius�sanguinis, el ius�soli y la adquisición�de�la�nacionalidad
española� por� adopción� de� menores� extranjeros� por� parte� de� nacionales
españoles. Estos tres mecanismos llevan a la adquisición de la nacionalidad
española�de�origen. En derecho español, el principal criterio de adquisición
de la nacionalidad española de origen es el ius sanguinis. Los mecanismos de
adquisición�no�automática de la nacionalidad española son la opción y la
naturalización por carta de naturaleza o por residencia en el territorio espa-
ñol. Estos mecanismos llevan a la adquisición por parte del interesado de la
nacionalidad�española�derivativa, a pesar de que el mecanismo de la opción,
en determinados supuestos, conduce a la adquisición de la nacionalidad espa-
ñola de origen.

La nacionalidad española se�puede�perder�de�manera�voluntaria y de�mane-


ra�involuntaria. Los españoles de origen solo pueden perder la nacionalidad
española voluntariamente, pero no por sanción. Mientras que los españoles
derivativos la pueden perder tanto de manera voluntaria como de manera in-
voluntaria o por sanción. En algunos casos, las causas de pérdida voluntaria
de la nacionalidad española se pueden evitar mediante la conservación� de
la�nacionalidad�española, que puede ser automática (no es necesario que
intervenga la voluntad del interesado) o no�automática (sí que es necesaria
la intervención de la voluntad del interesado para evitar la pérdida de la na-
cionalidad española).

Los españoles que hayan perdido la nacionalidad española o que no la hayan


conservado la pueden recuperar sin necesidad de renunciar a su nacionalidad.
Sí será necesario, como regla general, que los interesados residan legalmente
en España, a pesar de que el cumplimiento de este requisito no se exige a
algunas personas e, incluso, puede ser dispensado por parte del ministro de
Justicia si concurren circunstancias excepcionales.

Finalmente, para probar�que�se�ostenta�la�nacionalidad�española, el orde-


namiento jurídico español dispone de varios medios, entre los cuales destacan
las inscripciones�del�Registro�Civil, la sentencia�judicial�firme (poco utili-
zada en la práctica), el certificado�de�nacionalidad, el DNI y el pasaporte.
© FUOC • PID_00248430 81 Derecho de la nacionalidad

Ejercicios de autoevaluación
1. La competencia para legislar en materia de nacionalidad recae en...

a) las comunidades autónomas.


b) el Estado.
c) la Unión Europea.
d) la DGRN.

2. El Estatuto de ciudadano de la Unión Europea lo ostentan...

a) los nacionales de la Unión Europea.


b) los residentes en la Unión Europea.
c) los nacionales de países europeos.
d) los nacionales de estados miembros de la Unión Europea.

3. Actualmente, en España el principal criterio de atribución de la nacionalidad española de


origen es...

a) el ius sanguinis.


b) el ius soli.
c) la naturalización.
d) la opción.

4. La atribución de la nacionalidad española por ius soli se produce...

a) por el solo hecho de haber nacido en territorio español.


b) por el hecho de haber nacido en territorio español y cumplir las condiciones estipuladas
en los artículos 17.1b, c y d Cc.
c) por el hecho de haber nacido en territorio español y residir habitualmente en España.
d) por el solo hecho de residir habitualmente en el territorio español.

5. El extranjero menor de edad adoptado por español adquiere la nacionalidad española...

a) de origen por atribución automática desde el momento de su nacimiento.


b) derivativamente por opción.
c) derivativamente por carta de naturaleza.
d) de origen por atribución automática, desde el momento de la constitución de la adopción.

6. El extranjero mayor de edad adoptado por español puede adquirir la nacionalidad espa-
ñola...

a) por atribución automática.


b) por opción.
c) por carta de naturaleza.
d) por ius sanguinis.

7. La nacionalidad española adquirida por el adoptado mayor de edad es...

a) de origen.
b) derivativa.
c) por consolidación.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta, porque los mayores de edad no pueden
ser adoptados.

8. La nacionalidad española de origen...

a) está igual de protegida que la nacionalidad derivativa.


b) es una nacionalidad más protegida que la derivativa.
c) es una nacionalidad menos protegida que la derivativa.
d) supone más deberes y obligaciones que la derivativa.
© FUOC • PID_00248430 82 Derecho de la nacionalidad

9. Para que la adquisición de la nacionalidad española por residencia sea válida, es necesario
que el interesado cumpla los requisitos siguientes:

a)  Jurar fidelidad al rey y obediencia a la Constitución y a las leyes españolas; renunciar
a la nacionalidad que se tiene, salvo que se trate de nacionales de países iberoamericanos,
Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal o sefardíes; inscribir la adquisición en el
Registro Civil español; que la residencia sea legal, continuada e inmediatamente anterior a la
solicitud y demostrar buena conducta cívica y suficiente grado de integración en la sociedad
española.
b) Que la residencia sea legal, continuada e inmediatamente anterior a la solicitud y demos-
trar buena conducta cívica y suficiente grado de integración en el territorio español.
c)  Renunciar a la nacionalidad que se tiene e inscribir la adquisición de la nacionalidad
española en el Registro Civil español.
d) No es necesario el cumplimiento de ningún requisito.

10. El mecanismo de la opción da lugar a la adquisición de la nacionalidad española...

a) de origen.
b) derivativa.
c) de origen o derivativa, según el caso del que se trate.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

11. Los nacionales españoles de origen pueden perder su nacionalidad...

a) voluntariamente.
b) involuntariamente.
c) voluntariamente e involuntariamente.
d) Nunca pueden perder la nacionalidad española.

12. Los nacionales españoles derivativos pueden perder la nacionalidad...

a) voluntariamente.
b) involuntariamente.
c) voluntariamente e involuntariamente.
d) Nunca pueden perder la nacionalidad española.

13. La inscripción de la pérdida de la nacionalidad española en el Registro Civil español tiene


una eficacia...

a) constitutiva.
b) declarativa.
c) definitiva.
d) nula.

14. La inscripción de la adquisición de la nacionalidad española por residencia, por opción


y por carta de naturaleza tiene una eficacia...

a) declarativa.
b) constitutiva.
c) nula.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

15. En la actualidad, para poder recuperar la nacionalidad española,...

a) el interesado debe renunciar a su nacionalidad en cualquier caso.


b) el interesado no necesita renunciar a su nacionalidad, con independencia de la naciona-
lidad que ostente.
c) el interesado debe renunciar a su nacionalidad, salvo que tenga la nacionalidad de cual-
quier país iberoamericano, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal.
d) el interesado debe renunciar a su nacionalidad, salvo que tenga la nacionalidad de cual-
quier país iberoamericano, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o que sea sefardí.
© FUOC • PID_00248430 83 Derecho de la nacionalidad

16. Para poder recuperar la nacionalidad española,...

a) es necesario que el interesado, en todo caso, tenga residencia legal en España.
b) es necesario que el interesado tenga residencia legal en España, salvo que se trate de emi-
grantes o de hijos de emigrantes. Este requisito no puede ser dispensado en ningún caso.
c) es necesario que el interesado tenga residencia legal en España, salvo que se trate de un
emigrante o de hijos de emigrantes. Este requisito puede ser dispensado por el Ministerio de
Justicia cuando concurran circunstancias excepcionales.
d) La nacionalidad española nunca se puede recuperar después de haberla perdido, se deberá
adquirir de nuevo.

17. La doble nacionalidad o plurinacionalidad, en sentido propio, es aquella situación en la


cual la persona...

a) disfruta simultáneamente de dos o más nacionalidades.


b) no disfruta simultáneamente de dos o más nacionalidades.
c) ostenta una doble nacionalidad prevista por los tratados o convenios internacionales.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

18. La conservación de la nacionalidad española...

a) exige una declaración de voluntad por parte del interesado en todo caso.
b) no es posible en el derecho español de la nacionalidad.
c) puede ser no automática o automática.
d) requiere una resolución previa emitida por el juez encargado del Registro Civil.

19. Actualmente, España tiene concertados convenios de doble nacionalidad con…

a) Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y países iberoamericanos.


b) países iberoamericanos, únicamente.
c) Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal, países iberoamericanos y con algunos paí-
ses de la UE.
d) países iberoamericanos y con la comunidad sefardí.

20. ¿Cuál de las disposiciones del Código civil en materia de nacionalidad exige, para su ope-
ratividad, que se averigüe el contenido del derecho extranjero en materia de nacionalidad?

a) El artículo 17.1a Cc.


b) El artículo 20 Cc.
c) El artículo 17.1c Cc.
d) El artículo 21.1 Cc.

21. La adquisición de la nacionalidad española por adopción es válida...

a) si la adopción es plena.


b) si la adopción es simple.
c) tanto si la adopción es plena como si es simple.
d) La nacionalidad española no se puede adquirir a través de la adopción.

22. ¿Cuáles son los plazos que prevé el derecho español para que un extranjero casado con
española pueda adquirir la nacionalidad por residencia en territorio español?

a) Diez años.
b) Cinco años.
c) Dos años.
d) Un año.

23. La opción es un mecanismo de adquisición que...

a) siempre tiene un plazo de caducidad.


© FUOC • PID_00248430 84 Derecho de la nacionalidad

b) nunca tiene un plazo de caducidad.


c) tiene o no tiene un plazo de caducidad, dependiendo de las circunstancias en las que se
encuentra el interesado.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

24. Las personas que no han ejercido oportunamente el derecho de opción dentro del plazo
indicado por la ley pueden adquirir la nacionalidad española...

a) por residencia de dos años en territorio español.


b) por residencia de un año en territorio español.
c) por consolidación.
d) por carta de naturaleza.

25. Para que la adquisición de la nacionalidad española por carta de naturaleza sea válida,...

a) el interesado no necesita renunciar a su nacionalidad en ningún caso.


b) el interesado debe renunciar a su nacionalidad con independencia de la nacionalidad que
ostente.
c) el interesado debe renunciar a su nacionalidad, salvo que sea nacional de países iberoa-
mericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o sefardí.
d) el interesado debe renunciar a su nacionalidad solo si es nacional de países iberoamerica-
nos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o sefardí.

26. La doble nacionalidad en el ordenamiento jurídico español...

a) solo está prevista en la ley española.


b)  está prevista en los convenios internacionales de doble nacionalidad celebrados entre
España y los países iberoamericanos y en la ley española.
c) es siempre patológica.
d) solo se encuentra regulada en los convenios bilaterales de doble nacionalidad.

27. La renuncia a la propia nacionalidad es un acto...

a) bilateral.
b) unilateral.
c) que no es posible, ya que nadie puede renunciar a su nacionalidad.
d) que supone su pérdida de manera automática.

28. ¿Puede el nacional español perder la nacionalidad española por renuncia expresa de su
nacionalidad?

a) Sí, de manera automática desde el momento de la renuncia.


b) No, si no ha adquirido previamente otra nacionalidad.
c) Sí, pero puede evitarlo si declara su voluntad de conservarla ante el juez encargado del
Registro Civil.
d) Sí, tres años después de la renuncia.

29. En el derecho español de la nacionalidad, ¿cuál es el principal mecanismo de adquisición


de la nacionalidad española para evitar la apatridia?

a) El ius sanguinis.


b) La residencia.
c) La carta de naturaleza.
d) El ius soli.

30. La adquisición de la nacionalidad española mediante fraude u ocultación se sanciona


con...

a) la pérdida de la nacionalidad española.


b) pena de prisión de seis meses.
c) la nulidad de la adquisición.
d) una multa de 6.000 €.
© FUOC • PID_00248430 85 Derecho de la nacionalidad

31. Las víctimas de los atentados terroristas pueden adquirir la nacionalidad española...

a) por consolidación.
b) por residencia de un año en territorio español.
c) por ius soli.
d) por carta de naturaleza.

32. La nacionalidad honoris causa es aquella nacionalidad adquirida…

a) por las víctimas de los atentados terroristas.


b) por los sefardíes originarios de España.
c) por los refugiados.
d)  por las personas que han llevado a cabo importantes aportaciones a la vida científica,
cultural, económica, deportiva, etc. española.

33. La hija de alemanes nacidos en Alemania que nace en España durante las vacaciones de
verano del 2017 puede adquirir la nacionalidad española de origen...

a) por ius soli, según el artículo 17.1b Cc.


b) por ius sanguinis, según el artículo 17.1a Cc.
c) por residencia en territorio español, de manera automática desde el momento de su naci-
miento, según el artículo 22.2a Cc.
d)  por residencia en territorio español, en un momento posterior a su nacimiento y si lo
desea, según el artículo 22.2a Cc.

34. Los sefardíes originarios de España, para poder adquirir la nacionalidad española por
carta de naturaleza conforme a la Ley 12/2015, tienen que demostrar…

a) buena conducta cívica y suficiente grado de integración.


b) que residen legalmente en España.
c) que son sefardíes y que han nacido en España.
d) que son sefardíes y que tienen una especial vinculación con España.

35. Los sefardíes originarios de España que quieren adquirir la nacionalidad española por
carta de naturaleza pueden presentar la solicitud de adquisición...

a) del 1 de octubre del 2015 en adelante y de manera indefinida.


b) hasta los 20 años de edad.
c) dentro del plazo de tres años, a contar desde el 1 de octubre del 2015.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

36. ¿Cuál es la principal prueba de la nacionalidad española?

a) El DNI.
b) El pasaporte.
c) Los asentamientos del Registro Civil.
d) El certificado de nacionalidad.

37. Las fuentes del derecho español de la nacionalidad son…

a) todas internacionales.
b) todas internas.
c) de la Unión Europea.
d) tanto internas como internacionales.

38. El principio relativo a la competencia exclusiva del Estado para legislar en materia de
nacionalidad...

a) solo genera conflictos negativos de nacionalidad.


b) genera conflictos positivos y negativos de nacionalidad.
© FUOC • PID_00248430 86 Derecho de la nacionalidad

c) solo genera conflictos positivos de nacionalidad.


d) no genera ningún tipo de conflicto.

39. El mecanismo de adquisición de la nacionalidad española que se considera como un


cajón de sastre es...

a) la consolidación.
b) la naturalización por residencia.
c) la naturalización por carta de naturaleza.
d) la opción.

40. La consolidación es un mecanismo de adquisición de la nacionalidad española que exige


la concurrencia de una serie de requisitos:

a) Posesión y utilización de buena fe de la nacionalidad española, justo título inscrito en el


Registro Civil y transcurso del plazo de diez años, a contar desde que se empieza a utilizar
la nacionalidad española.
b) Residencia legal en España y declaración de voluntad del interesado.
c) Posesión y utilización de buena fe de la nacionalidad española y justo título inscrito en
el Registro Civil.
d) La consolidación no está prevista en el Código civil español.
© FUOC • PID_00248430 87 Derecho de la nacionalidad

Solucionario
Ejercicios de autoevaluación

1.�b

2.�d

3.�a

4.�b

5.�d

6.�b

7.�a

8.�b

9.�a

10.�c

11.�a

12.�c

13.�b

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15.�b

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18.�c

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25.�c

26.�b

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28.�b

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30.�c

31.�d

32.�d

33.�a

34.�d
© FUOC • PID_00248430 88 Derecho de la nacionalidad

35.�c

36.�c

37.�d

38.�b

39.�c

40.�a

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