Preguntas Productivas - Martens
Preguntas Productivas - Martens
Preguntas Productivas - Martens
«Las preguntas productivas, aquellas que tienen que ver tanto con la actividad
física como con la mental, no son nuevas. Jos Eltgeest (1985) las propuso hace
más de 13 años, pero su utilidad sigue aún sin descubrirse. Cuando los profesores
recurren a una aproximación constructivista para enseñar, se encuentran ante una
pared cuando descubren que sus alumnos fallan cuando requieren hacer las
conexiones necesarias para llegar a un conocimiento deseado. Los profesores
quedan tentados de echarse atrás para dar información en forma de sugerencias
y/o dejar a un lado el trabajo constructivista. Las preguntas productivas dan una
alternativa que, con la práctica, dan a los profesores una manera de resolver este
dilema»
Preguntas Productivas
Muchas de las preguntas formuladas por los maestros van enfocadas a los
alumnos para que recuerden o revisen aspectos o temáticas que ya deben haber
aprendido. La habilidad de los alumnos para hacer esto es acreditada como un
logro. Las preguntas productivas, sin embargo, llevan otra finalidad.
“¿Qué has encontrado que flota?” Les pregunto. Algunos alumnos comienzan con
una lluvia de ideas: “botes, barcos, pelo-tas, tubos,…” mientras que otros toman
cui-dadosamente la plastilina y comienzan a darle otra forma. Acabo de hacer
justamente una pregunta “para enfocar la atención”, y para muchos estudiantes era
esto todo lo que necesitaban. Los alumnos que aún no ven como proceder
necesitan una sugerencia adicional en la forma de una pregunta de Preguntas
Productivas
Si los estudiantes logran atisbar alguna evidencia que está de acuerdo con sus
teorías, una pregunta “para enfocar la atención” los invita a mirar otra vez. Es
frecuente que los estudiantes sugieran que desparramando la plastilina sobre una
gran superficie la haga flotar. Pregúnteles para que comparen lo que ocurre con la
plastilina cuando se le da la forma de una pelota y cuando se le da una forma de
balsa (pregunta “para la comparación”). Esto ayuda a los estudiantes a pensar
sobre todo lo que puede contribuir a la explicación.
Se espera que un estudiante de 2º o 3er grado (grados para los que se pensó la
actividad) no llegue a entender el principio de flotación como lo entiende un adulto.
Entender el hecho de que cambiando la forma hace la diferencia, deja en los
alumnos un fundamento importante para que cuando aparezca el pensamiento
abstracto en años posteriores logre los resultados que se de-sean.
A los niños y niñas más brillantes, quienes están listos para más de un reto, no hay
razón para mantenerlos quietos. Las preguntas productivas que ocasionan que
estos niños y niñas encuentren la correspondencia entre cambiar la forma a la
plastilina y el cambio en el nivel del agua podrían posibilitarlos para comenzar a
pensar sobre el desplazamiento y acercarse realmente a una comprensión
avanzada de la flotación.
Sin embargo, no todos los niños y niñas fueron capaces de enfrentarse con el reto
inicial. Hubo quienes movieron azarosa-mente el lápiz y/o las monedas (o ambos)
y miraban alrededor con frustración cuando observaban el entusiasmo de sus
compañeros de clases cuando crecía su entusiasmo conforme encontraban
resultados exitosos. La maestra buscaba a los menos exitosos con una pregunta
“para la acción” más estructurada: “¿Qué pasa si ponemos la carga en una de las
orillas y al contrapeso en la otra, y acercamos el fulcro (desde el centro) más hacia
las dos monedas?” En este momento, la maestra dejaba a los alumnos para que
se demostraran a sí mismos su capacidad para encontrar una solución al reto
impuesto. Esto se hizo necesario para que es-tos niños y niñas comenzaran a
reconocer el patrón y entonces desarrollar una comprensión de el hecho que las
palancas nos posibilitan para realizar un trabajo con menos es-fuerzo cuando
aplicamos una fuerza a una determinada distancia.
Esta no fue la única actividad que la maestra utilizó para desarrollar una
comprensión del beneficio de este tipo de máquina simple. Otras actividades que
involucran artefactos “sube y baja” posibilitan al maestro utilizar preguntas “para la
comparación” que refuerzan el patrón entre fuerza y distancia. Estas actividades
llevan un poco más de tiempo que meramente enunciarle a los alumnos y alumnas
los tipos de palancas. No existe la más mínima duda de que estos
estudiantes entendieron yrecordarán lo que aprendieron haciendo, y tuvo sentido
lo que hicieron cuando su profesor trabajó como facilitador y guía a través del uso
de preguntas productivas.
Un puente al entendimiento
Hay muchos maestros y maestras que involucran a sus estudiantes en actividades
don-de meten las manos y asumen que si los niños y niñas se divierten con las
actividades, ocurre un aprendizaje y se desarrolla una comprensión. Pocos niños,
sin embargo, son capaces de construir una comprensión por el simple hecho de
participar en una actividad. Las preguntas productivas posibilitan a los maestros y
maestras a crear un puente entre las actividades y los estudiantes. Ellas hacen lo
posible para que todos los interesados en aprender lleguen al conocimiento.
Acá ponemos tanto la bibliografía del artículo, como los referentes (direcciones
web relativas al artículo), tal como en el ejemplo
Bibliografía:
• Eltgeest, J. (1985). The right question at right time. En W. Harlen (Ed.), Primary
Science: Taking the Plunge. Portsmouth, NH: Heine-mann.
• National Research Council. (1966). National Science Education Standards.
Washington, DC: National Academy Press.
• Sink or Float Kit. -Grades 2 and 3. Delta Science Module #38-738-3133, Delta
Educa-tion, P.O. Box 915, Hudson, NH 03051-0915.
• MARY LEE MARTENS es profesora asociada de educación en ciencia en la
SUNY Cor-tland en Nueva York. Traducción de Roberto Sayavedra Soto, el
artículo apareció en la revista Science & Children mayo 1999. Volumen 36.
Número 8. pp. 24 – 27 y 53