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Ranyer Cuevas 1-19-4869

TEMA: Continuidad del tema 1

La ética
La experiencia que adquiera la persona en la vida y a
través de la educación y la cultura se asocia al
fenómeno moral para valorar su grado sapiencial y lo
posiciona para hacer juicios de bondad moral; en una
reflexión doctrina íntima y social. El término ética
significa costumbre y, por ello, se ha definido con frecuencia la ética como la
doctrina de las costumbres. Para Aristóteles, éste término es tomado
primitivamente sólo en un sentido adjetivo; se trata de saber si una acción, una
cualidad, una virtud o un modo de ser son o no "éticos". Las virtudes éticas son
para Aristóteles aquellas que se desenvuelven en la práctica y que van
encaminadas a la consecución de un fin, en tanto que las dianética son las
virtudes propiamente intelectuales. A las primeras pertenecen las virtudes que
sirven para la realización del orden de la vida del Estado, la justicia, la amistad,
el valor, etc.

En la evolución posterior del sentido del vocablo, lo ético se ha identificado


cada vez más con lo moral, y la ética ha llegado a significar propiamente la
ciencia que se ocupa de los objetos mora les en todas sus formas, la filosofía
moral.

Antes de describir los problemas fundamentales de la ética tal como la


presentan los filósofos contemporáneos, nos ocuparemos probablemente de la
historia de la ética y de las posiciones capitales adoptadas a lo largo de ella.
La historia de la Ética, como disciplina filosófica, es más limitada en el tiempo y
en el material tratado que la historia de las ideas morales de la humanidad.
Esta última historia comprende el de todas las normas que han regulado la
conducta humana desde los tiempos prehistóricos estudio hasta nuestros días.
Este estudio no sólo es filosófico-histórico, sino que también es social.

Por tal motivo, la historia de las ideas morales, o la descripción de los diversos
grupos de ideas morales, es asunto de que se ocupan disciplinas tales como la
sociología y la antropología.
Opinión personal
La historia de la ética resulta a veces de una amplitud considerable; pues, se
hace difícil con frecuencia, establecer una separación estricta entre los
sistemas morales, objetivo propio de la ética y el conjunto de normas y
actitudes de carácter moral predominantes en una sociedad o en una etapa
histórica dadas.

La mayoría de las personas que tratan este tema, considerando a Sócrates


como el fundador de una reflexión ética autónoma, aun reconociendo que la
misma no hubiera sido posible sin el sistema de ideas morales dentro de las
cuales vivía el filósofo, y especialmente sin las cuestiones suscitadas acerca
de ellas por los sofistas. En efecto, al considerar el problema ético individual
como el problema central filosófico, Sócrates, parecía centrar toda reflexión
filosófica en la ética.

Para la mayoría de los pensadores modernos fue el cuestionamiento del origen


de las ideas morales, pues algunos filósofos encontraron ciertas facultades
innatas del hombre, ya sea de carácter intelectual o bien de carácter emotivo, y
otros plantearon las bases de la ética en una intuición especial o en el sentido
común o en la simpatía o en la utilidad individual o social, otros, finalmente
insistieron en que el fundamento último de la ética sigue siendo la creencia
religiosa o la dogmática religiosa.
La corrupción
La corrupción es una inmoralidad contagiosa que se expande en la globalidad
del universo humano tomando cada vez partes mayores del cuerpo social,
económico y político. La corrupción es la falta de moral, y más que todo
cuando aplicamos la moral en la valoración ética de la acción del hombre; esa
exacta valoración ética del ser humano es lo que falta con frecuencia en la vida
pública, en el quehacer político; en consecuencia, ese divorcio entre la moral y
la política ha causado grandes daños a nuestra sociedad.

Nadie nace culto ni educado; la educación y la cultura son formas que se van
haciendo cada día, pues son valores que adquirimos y nos acompañan hasta la
muerte, en ese proceso se forma el hombre y elige su modo vida y de obrar
para el bien o para el mal.

Para reforzar esta síntesis, me apoyo en el gran maestro dominicano don


Federico Henríquez y Carvajal, cuando siendo maestro les dedicó a sus
discípulos, unos pasajes de su sapiencia. Pienso que su motivación era
disciplinar a sus alumnos educándolos y dice: "Sólo Dios es infalible;
guardémonos de emitir opinión y de formular juicios mientras no conozcamos
los datos y antecedentes del caso" La pasión es pésima consejera. El prejuicio
no es fruto de razón sana, sino de razón enferma; apasionada o interesada.
Hay que ver con los ojos del alma y con espíritu sereno cosas y hombres; con
mayor serenidad aún, si los hombres y cosas nos desagradan.

Nada hay más difícil para la conciencia que distribuir propias y ajenas
responsabilidades. Dios está en nosotros y con el espíritu de justicia; pero
sólo Dios es infalible.

Un concepto equivocado de la vida y de los fines altruistas de la vida, oprimida


por el egoísmo generador de la lucha por la existencia, ha pervertido el criterio
moral del hombre en sus relaciones con sus semejantes. Hay varios factores
que dan como producto la perversión moral del ser humano: herencia,
ignorancia, fanatismo y medioambiente social; los vicios, lo mismo que las
virtudes, se heredan. Es la ley del atavismo, la ignorancia es ciega y a ciegas
anda y lleva al abismo de todas las ignorancias.
Opinión personal
Dice Ortega y Gasset que para gobernar se requiere una credencial ética, una
legitimidad que comprueba los valores, y que sólo así puede nacer en los
gobernados la obligación moral de la obediencia y yo estoy de acuerdo con
eso.

Hoy día, vemos en todo el mundo habitar la corrupción en las estructuras


gubernamentales, erosionando la autoridad y disminuyendo la credibilidad de
los órganos del poder, convirtiéndose en una de las asechanzas más
peligrosas contra la gobernabilidad democrática de nuestros pueblos, de
nuestro país, porque corroe los valores éticos sociales sobre los que descansa
la organización social de la vida comunitaria.

Todos esos comportamientos tienen un nombre: Corrupción. Para hablar de la


corrupción, debemos establecer su etiología. El punto de partida de la etiología
es siempre el presente; su trayectoria se dirige hacia atrás para desarrollar lo
sucedido, para dar una explicación de la tradición, de una institución, de un
fenómeno de la naturaleza.

La corrupción puede ser un problema educativo y cultural, aparte de lo moral,


dada la precaria formación ética que ofrece el sistema educativo, el egoísmo
exacerbado, el afán por tenerlo todo con el menor esfuerzo, inducido a llevar
una vida fácil a través del dinero, buscar una dimensión fuera de lugar y de
tiempo; se establece la ley del más fuerte y del menor esfuerzo, el
desconocimiento de que el trabajo debe ser la única o principal fuente del
patrimonio o riqueza.
 La estética

Lo estético es un placer y gozo que emociona a la persona, al sentir el gusto


del impresionismo valorativo, por la creación o producción que expresa a través
de sus convicciones estéticas y cósmicas, que dan sus ideas, sus
pensamientos y sus sentimientos de acuerdo a sus conocimientos
fundamentales y sus convicciones para dimensionarlos acordes al espíritu y
materia del objeto; dependiendo en mucho su madurez y sensibilidad histórica
y humana.

Se tiene como concepto básico y sintético de la estética, como la teoría de la


sensibilidad, también la toma como la ciencia que trata de la belleza, en todos
los grados; pero también, muchos auto res, filósofos, la llaman "la teoría
fundamental y filosófica del arte", de manera que podemos extraer de aquí, el
concepto más plural, puesto que es el más usado en todos los tiempos, "como
la filosofía de lo bello y el arte".

Aunque con los procesos investigativos modernos, muchos conceptos han


cambiado de rumbo; pero esta tendencia psicológica aún perdura en nuestros
días. Convendrá recordar a Hegel, considerado como uno de los más grandes
filósofos del arte, cuyas doctrinas encierran luminosos principios que nunca se
podrán apagar; el exponen su visión de la estética en las partes siguientes:
concepto metafísico de la belleza, categorías estéticas, física estética, filosofía
del arte e historia de la estética.

Habla también del orden y dice: si nuestras facultades de percepción han de


emplear su actividad de una manera vigorosa, es indispensable que el objeto
tenga cierta multiplicidad de elementos, un ser perfectamente simple, pronto
fatigará su atención y engendraría el hastío; además, el ejercicio armónico de
nuestros diversos medios de conocimientos requiere objetos ricos y variados
que ofrezcan cebo suficiente a las diversas facultades; pero es por otra parte
ley de nuestra inteligencia, que es en sí misma una y simple.
Opinión personal
Otra categoría es la forma de lo sublime: Hegel ha señalado como propia del
objeto sublime cierta oposición entre la forma y el fondo, él dice: que el arte
simbólico es una lucha entre la forma y el fondo, ambos imperfectos y
heterogéneos, y presenta como ejemplos ciertas obras de la arquitectura y
plástica oriental. Lo sublime, dicen, quebrantan la forma, pero esta cualidad no
puede admitirse como característica de lo sublime, puesto que lo sublime
también tiene su forma que manifiesta al exterior su fondo como sucede en
todo objeto bello; sino que su forma es la forma de lo sublime y no la de lo
bello.

Habla también, en esta categoría, de la iluminación: Esta grandeza de lo


sublime como vimos, presenta, además, un carácter singular, pues aquí se nos
ofrece como algo infinito, o en otras palabras indefinido, que excede toda
medida, cuáles límites no alcanzamos a distinguir.

Se dice que el arte imita sólo la bella naturaleza, Hegel responde que elegir ya
no es imitar, la percepción de la imitación está en la exactitud, a Hegel,
tampoco le parece aceptable el sistema de los que ponen por objeto del arte la
expresión; puesto que el arte tiene por fin no representar la forma exterior de
las cosas, sino un principio interno y viviente, sobre todo las ideas, los
sentimientos, las pasiones y las situaciones del alma.

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