Modelo Educativo 2021
Modelo Educativo 2021
Modelo Educativo 2021
DIRECTORIO
colaboradores
Universidad de
Guadalajara
La presente obra cuenta con la dictaminación No. 210922 AIRI del Comité Editorial
del Centro Universitario de Ciencias de la Salud: Dr. José Francisco Muñoz Valle,
Presidente; Lic. Patricia Yokogawa Teraoka, Secretario; Lic. Gustavo López Pérez,
Secretario Técnico; Dra. Teresita De Jesús Villaseñor Cabrera, Directora De La Col-
ección De Publicaciones Científicas; Lic. Javier Alonso López Chávez, Director De
La Colección De Difusión; Dr. Luis Gómez Hermosillo, Director De La Colección
De Libros De Texto; Mtro. Huber Leobardo Sandoval, Director De La Colección De
Divulgación; Mtro. Guillermo González Estévez, Comisión De Análisis, Impacto Y
Relevancia; Científica, Curricular, Social e Institucional; Dr. José María Muriá Ro-
uret, Profesor Dictaminador Invitado Externo.
ISBN: 978-84-18791-32-1
Hecho en México
Made in Mexico
Contenido
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Prólogo
L
a puesta a punto del Modelo Educativo del Centro Universitario
de Ciencias de la Salud (CUCS) es resultado de intensos debates,
discusiones y acuerdos en los que participaron las y los integrantes
de esta comunidad para valorar la pertinencia de cada una de las tres
dimensiones que integran el Modelo.
La revisión, era una actividad que se tenía pendiente desde hace apro-
ximadamente una década y, por ello, cuando presenté mi proyecto para
asumir el cargo de Rector de este centro y con el proceso de actualización
del Plan de Desarrollo 2020-2025, visión 2030, nos propusimos impulsar
esta tarea cuyo resultado nos ayudará para mantener y mejorar la calidad
educativa del Centro Universitario, pero al mismo tiempo, para continuar
desarrollando nuestras actividades con coherencia y pertinencia, for-
mando a las y los estudiantes a partir de las competencias profesionales
integradas necesarias para su ejercicio profesional con responsabilidad
social.
Realizar el presente trabajo, diez años después de la presentación del
Modelo Educativo del CUCS 2010, ofreció la oportunidad de incorporar
elementos sustanciales e innovadores que, en su conjunto, cimientan el
principal objetivo del CUCS: ofrecer, a las y los estudiantes, una formación
integral, de calidad, significativa, relevante y pertinente.
La puesta a punto del Modelo Educativo refleja coherencia en la
relación entre los principios ideológicos, filosóficos y pedagógicos de la
Universidad de Guadalajara y del propio centro, así como aquello que
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entendemos por ser humano, sociedad, estudiante, docente, proceso de
enseñanza-aprendizaje y sistemas de evaluación. De la misma manera,
con la estructura académico-administrativa y de organización curricular,
se dará soporte a la formación integral de los futuros profesionales de la
salud egresados de nuestro Centro Universitario.
La estructura del Modelo Educativo del Centro Universitario de Cien-
cias de la Salud 2021, contempla tres apartados principales: Dimensión
Filosófica – Social, Dimensión Académica – Administrativa y Dimensión
Pedagógica – Didáctica.
En la Dimensión Filosófica – Social se abordan los fundamentos
filosófico-institucionales, sociológicos y epistemológicos que orientan
los procesos educativos del CUCS. En la Dimensión Académica – Admi-
nistrativa se explicita la organización y desarrollo curricular, su estructura
académica – administrativa, así como procesos de gestión que ordenan
los procedimientos educativos del Centro Universitario. Finalmente, en
la Dimensión Pedagógica – Didáctica, se presentan los fundamentos
conceptuales y metodológicos que dan sentido a los procesos de ense-
ñanza aprendizaje en el CUCS, así como a las formas de comprender a
los actores principales (estudiantes y docentes), a la planeación (programa
e instrumentación didáctica), la evaluación del aprendizaje, la tutoría y
las prácticas profesionales.
Aunque este documento refleja los fundamentos que orientarán el
trabajo de cada uno de los integrantes del centro, el valor de su vigencia
y pertinencia no lo podremos identificar sin dar el paso más importante,
que es, su puesta en práctica. En ese sentido, debemos lograr que toda
la comunidad lo comprenda y para ello, es necesario difundirlo por los
diversos medios institucionales disponibles, así como formar y capacitar
al personal docente, directivo y administrativo, para que a su vez, ellos
logren transmitirlo a la comunidad estudiantil.
El modelo fortalece la identidad del Centro y guiará las acciones
a seguir ante los desafíos de la educación superior y que enfrentarán
nuestros egresados para adaptarse a los grandes cambios disruptivos que
representa la cuarta revolución industrial, la educación 4.0, la era digital,
la inteligencia artificial, el big data, el internet de las cosas, la realidad
virtual, la nanotecnología y la robótica; porque todos ellos modifican la
10
forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos y exigen nuevos
perfiles de profesionales que atenderán las demandas actuales y futuras
de la salud, la sociedad y del mercado laboral.
Finalmente, agradezco a todas y todos los participantes en este tra-
bajo, a las y los académicos, directivos y administrativos, cuyo tiempo,
dedicación y empeño, permiten, el día de hoy, poner a disposición de
nuestra comunidad y de la sociedad este documento. Gracias a todos.
11
Presentación
L
a presente obra denominada Modelo educativo del Centro Universi-
tario de Ciencias de la Salud 2021. Puesta a punto, es el resultado del
trabajo de un grupo de académicos que han analizado, recopilado
y reflexionado diversas fuentes documentales y experiencias, logrando
acuerdos y consensos que permitieron dar paso a la presente publicación.
Su contenido tiene como propósito presentar los referentes institu-
cionales, así como los fundamentos sociales, curriculares, pedagógicos
y de organización que orienten a la comunidad universitaria del CUCS
en sus prácticas educativas para: facilitar la organización del proceso de
enseñanza-aprendizaje; entender y planear el tipo de formación profesio-
nal que se pretende; evaluar y actualizar los planes de estudio o diversificar
la oferta educativa; así como definir cómo se operarán dichos planes y qué
roles habrán de desempeñar los diferentes actores en el proyecto educativo.
Si bien el modelo educativo del CUCS 2021, integra la experiencia
alcanzada en sus más de 10 años de operación, su actualización se reco-
noce como una necesidad ante las condiciones actuales en la formación
de recursos humanos para la salud, contexto en el que predomina la incer-
tidumbre y lo complejo así como las tendencias educativas marcadas por
las tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento (TAC); lo anterior
nos permite definirlo como un modelo educativo innovador acorde al Plan
de Desarrollo Institucional visión 2030 de la Universidad de Guadalajara
y el del Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
13
Introducción
L
a educación superior a lo largo de la historia ha sufrido diversos
procesos de transformación y desarrollo estrechamente relacionada
a los contextos históricos y tendencias educativas. La Universidad
de Guadalajara no ha sido ajena a estas transformaciones al dar respuesta
a las demandas por la mejora de la calidad y pertinencia de la formación
de recursos humanos en los diferentes niveles educativos a fin de atender
a las necesidades sociales.
Es entonces que en 1989 se inició un proceso de transformación deno-
minado “Reforma Universitaria”, al transitar de un modelo napoleónico
de organización académico-administrativa, a una “Red universitaria”;
pasando a una Red de Centros Universitarios, un Sistema de Educación
Media Superior y un Sistema de Universidad Virtual; presente en todo el
estado de Jalisco, con una estructura de organización por departamentos
y divisiones que fortaleció las funciones sustantivas de docencia, investi-
gación, extensión y vinculación.
Como resultado de amplios foros de discusión para fundamentar la
Reforma, se identificaron problemas relacionados con la masificación y
concentración de servicios universitarios; la ineficiencia administrativa
y condiciones insatisfactorias de trabajo y estudio; improvisación de la
planta docente; obsolescencia en programas de estudio y falta de diversi-
ficación de oferta educativa; la escasa producción de conocimientos; insu-
ficiencia financiera y dependencia casi exclusiva de subsidios, así como
la escasa presencia de la Universidad no sólo en el impulso al desarrollo
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económico, social y cultural de la entidad; sino también en el fomento
cultural y deportivo.
El análisis de estos problemas permitió identificar ejes que orientaron
el proceso de transformación universitaria. Estos ejes fueron: planeación,
descentralización y regionalización (Red Universitaria); modernización
y flexibilización académico-administrativa; actualización curricular y
nuevas ofertas educativas; fortalecimiento de la investigación y el pos-
grado; profesionalización del personal académico; vinculación con el
entorno social y productivo; fortalecimiento de la extensión, la difusión
y el deporte; y la diversificación de las fuentes de financiamiento.
En el marco de esta reforma el 2 de mayo de 1994 se crea el Centro
Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), con una estructura depar-
tamental y matricial; en 1996 se cambia de un sistema académico admi-
nistrativo rígido por un modelo curricular semiflexible y por créditos
académicos.
En 1998, el CUCS a partir del programa de desarrollo curricular
(PDC), definió estrategias y acciones para evaluar la situación del pre-
grado tanto en sus componentes internos como externos; a partir de los
resultados y de actualizar los programas educativos, se contó con una
nueva propuesta curricular más pertinente que incorporó las necesidades
sociales y demandas de diversos sectores de la sociedad.
También como parte del PDC, se estructuraron una serie de docu-
mentos que fundamentaron el rediseño de los planes de estudio, bajo el
enfoque de competencias profesionales integradas (CPI); mismos que
fueron puestos en operación a partir de marzo del año 2000.
En este recuento, es importante señalar el esfuerzo institucional por
responder de manera permanente, no sólo a las exigencias de entornos
histórico y sociales cada vez más cambiantes y globales, sino también a la
necesidad de incorporar y adecuar las nuevas tendencias educativas, que
impactan su modelo educativo; un referente más reciente es la obra titu-
lada Modelo educativo siglo XXI presentada por el entonces Rector General
de la Universidad de Guadalajara (2007). En su contenido, se delinearon y
marcaron directrices de un proyecto educativo universitario; se explicita
el concepto de sociedad y el tipo de personas que se pretende formar, y
también los fundamentos sociológicos, teorías y enfoques pedagógicos
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que guían la práctica educativa; es un documento orientador del ser y
quehacer universitario; es también propositivo respecto a la necesaria
articulación de las acciones, de los hábitos individuales y colectivos, con
las normas institucionales que conforman la cultura institucional. Se
advierte el énfasis en la transición de un modelo educativo tradicional
centrado en la docencia a un modelo donde se reconoce el protagonismo
del estudiante, centrado en aprendizajes significativos.
Por otra parte, en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud, con
el antecedente del PDC y la propuesta de Modelo educativo del CUCS del
2010, es que se plantea su actualización en el camino para avanzar en los
ejes que orientan desde su origen a la Red Universitaria, así como en la
concreción del proyecto educativo, que se explicita en los fines y objetivos,
así como en la normatividad universitaria.
En 2020, como resultado de la actualización del Plan de Desarrollo
del CUCS se decide analizar y actualizar el modelo educativo 2010, la
estrategia para su revisión fue la implementación de un seminario taller
realizado entre los meses de febrero y julio del 2021 en el que se reflexionó
sobre el Modelo Educativo del CUCS a partir de los nuevos contextos
históricos, sociales, culturales, educativos, institucionales y de los avan-
ces científico tecnológicos en el ámbito de la salud. Como resultado se
presenta a la comunidad universitaria la obra Modelo Educativo del Centro
Universitario de Ciencias de la Salud 2021. Puesta a punto.
En este documento se mantienen los planteamientos fundamentales
del Modelo Educativo 2010, algunos se enriquecen y otros se actualizan
al reconocer situaciones sociales, educativas y de salud, pero con miras
a un futuro que le demanda a la institución ser más abierta, flexible e
innovadora, encausando cambios para la mejora de su entorno y de la
calidad de vida de su comunidad y de la sociedad.
El modelo educativo en el CUCS se entiende como una visión sinté-
tica de teorías y enfoques filosóficos, educativos, académicos y pedagó-
gicos que orientan a los profesores y a los especialistas en sus prácticas
educativas y docentes; sus componentes son referentes conceptuales que
describen las partes y elementos de la propuesta educativa (Tünnermann,
2008; Farfán et al., 2010).
17
El modelo educativo como ideario, orienta la formación y educación
que ofrece, la estructura organizacional, el tipo de gestión académica
administrativa con la que se opera y los aspectos pedagógico didácticos
que orientan el desarrollo del proceso educativo. En este sentido, su fun-
ción básica es proporcionar un marco global de referencia que, aunque
se refiere especialmente a la docencia, permita la actuación coordinada
y eficaz de toda la comunidad universitaria para el desarrollo de todas las
funciones que la universidad cumple.
Por último, este modelo educativo, resume y presenta parte de su
realidad, es referencia, guía e ideal, y como tal, es inacabado y debe ser
enriquecido al paso del tiempo, aspecto fundamental para mantener con-
gruencia entre el modelo educativo con la organización y gestión aca-
démica, así como su vigencia para orientar procesos de planeación, de
operación y de evaluación académica. Se organiza en tres dimensiones:
Dimensión Filosófica – Social, Dimensión Académica - Administrativa
y Dimensión Pedagógica - Didáctica.
La Dimensión Filosófica – Social aborda los elementos filosóficos
institucionales, sociales y epistemológicos que lo sustentan. Los funda-
mentos filosóficos aluden a las aspiraciones de la Universidad, a cómo
caracteriza y describe su quehacer, su vinculación con su contexto y su
contribución hacia la sociedad; identifica su Misión y Visión, así como los
valores, principios y objetivos con los que se compromete.
Con base a lo anterior, asume su función social como institución uni-
versitaria al reconocer una realidad social de la que es parte y las necesi-
dades y posibilidades educativas, así como al ser humano que pretende
formar y al tipo de sociedad a la que aspira.
En lo epistemológico, desde las perspectivas del estructural construc-
tivismo y del pensamiento complejo se explica la concepción, producción,
utilización y difusión del conocimiento, así como el sentido y significado
que tiene el conocimiento para la vida de los seres humanos. Explicitar
estos fundamentos, ayuda a comprender al sujeto que conoce y reconocer
el esfuerzo/proceso que éste hace por indagar e interpretar el objeto que
es conocido.
La Dimensión Académico - Administrativa aborda los elementos de
organización y desarrollo curricular, la propuesta educativa de las compe-
18
tencias profesionales integradas, la estructura académica - administrativa
y la gestión académica.
También desde el pensamiento complejo, se explicita el concepto
de currículum y de desarrollo curricular vinculados a la concepción de
las competencias profesionales integradas; reconoce la semi-flexibilidad,
el sistema de créditos, la departamentalización y la matricialidad como
principios que apoyan la organización de la propuesta académica curri-
cular en el CUCS; así mismo, incorpora un conjunto de elementos que
caracterizan la operación y gestión académica - administrativa.
La Dimensión Pedagógica - Didáctica aborda los elementos relacio-
nados con el proceso de enseñanza aprendizaje desde el constructivismo;
el concepto de profesor como mediador y un alumno responsable de sus
aprendizajes; la planeación e instrumentación didáctica que orientan los
procesos de enseñanza aprendizaje; la tutoría, la evaluación del apren-
dizaje y de las CPI; y las prácticas profesionales como momentos que
propician la formación en situaciones y escenarios de la realidad.
Los elementos pedagógico - didácticos, parten de una visión inte-
gral, contextualizada y de un enfoque teórico metodológico tendiente a
lo multi, inter y transdisciplinar desde donde se impulsa una formación
integral de los profesionales vinculados al campo de la salud.
Así, el presente modelo educativo es una construcción teórica formal
que, fundamentada científicamente, interpreta, diseña y ajusta la realidad
educativa a una necesidad histórica concreta de la institución, contribu-
yendo con ello a satisfacer las necesidades de la sociedad en la formación
de profesionales para la salud con calidad y pertinencia.
19
1. Dimensión Filosófica - Social
L
os elementos que integran esta dimensión tienen sus antecedentes
más recientes en el libro titulado Competencias Profesionales Integra-
das. Una propuesta para la evaluación y reestructuración curricular en
la educación superior, en dicho documento, se plantea que:
21
1.1 Fundamentos filosóficos institucionales
22
A nivel nacional, uno de sus principales fundamentos filosóficos es el
artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos, en el que se define a la educación superior como un derecho humano,
basada en el respeto irrestricto a la dignidad de las personas, con enfoque
de igualdad sustantiva, cuyo carácter obligatorio es responsabilidad del
Estado. Además, indica que:
23
Además, indica que la educación sienta las bases para la regeneración
ética, la transformación social y el crecimiento inclusivo.
En el contexto nacional, el modelo educativo del CUCS asume los pre-
ceptos filosóficos expresados por la Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en su propuesta para
renovar la educación superior en México, visión 2030, en donde expresa la
importancia de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad
y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos,
así como de la responsabilidad social de las universidades al contribuir en
el desarrollo regional, participar en la construcción de una sociedad más
próspera, democrática y justa con el fin de abatir la desigualdad, consolidar
el desarrollo sustentable, social y económico formando mejores profesio-
nistas, ciudadanos y seres humanos (ANUIES, 2018).
A nivel de la Universidad de Guadalajara, los fundamentos filosóficos
que orientan este modelo educativo se sostienen en la Ley Orgánica de la
Universidad, en donde la UdeG es reconocida por su pensamiento huma-
nista y sus principios de equidad, justicia, inclusión social y respeto a la
diversidad; plantea que la educación es el motor que impulsa el desarrollo
social, económico y cultural; además, define como sus fines y funciones:
la formación integral de sus estudiantes, el desenvolvimiento pleno de
sus capacidades y su personalidad, fomentar en sus estudiantes la tole-
rancia, el amor a la patria y a la humanidad, así como la conciencia de
solidaridad en la democracia, en la justicia y la libertad; con un propósito
de solidaridad social (UdeG, 2006a).
Los fundamentos filosóficos de la Universidad de Guadalajara, que
lo sustentan, se concretizan en la siguiente afirmación:
24
mación tendrán como líneas rectoras el humanismo, la interdisciplinarie-
dad, la innovación y la sostenibilidad; basados en la igualdad y equidad,
reconociendo la multiculturalidad. La inclusión de los objetivos del desa-
rrollo sostenible es el compromiso universitario para contribuir con la
iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas buscando asegurar
el desarrollo justo, inclusivo y equilibrado de toda la humanidad y para
ello, orienta el trabajo de la Universidad en torno a cuatro propósitos
sustantivos: Docencia e innovación académica; Investigación y transfe-
rencia tecnológica y del conocimiento, Extensión y responsabilidad social
y Difusión de la cultura.
Con base en los referentes antes mencionados, en este Modelo se
destaca a la educación superior como un derecho y bien público que se
debe garantizar por igual para todos los seres humanos, que impulsa el
desarrollo integral y pleno de la persona, amplia las libertades funda-
mentales, favorece la comprensión, la tolerancia a la diversidad, capacita
a la persona para participar efectivamente en una sociedad libre; es una
educación libre de todas las formas de discriminación contra cualquier
persona, grupo o segmento de la población, es para todos y a lo largo
de la vida y se estructura en torno a los cuatro pilares de la educación
(aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender
a ser). Además, es base de la investigación, la innovación y la creativi-
dad y para la construcción de una sociedad del conocimiento inclusiva y
diversa; tiene la responsabilidad social de mejorar la comprensión sobre
cuestiones sociales, económicas, científicas y culturales, pero también
para responder a ellas, desde una mirada interdisciplinar y transdiscipli-
nar, promoviendo el pensamiento crítico, autocrítico, creativo, reflexivo e
innovador; también promueve la ciudadanía activa, ética y comprometida
con la construcción de la paz y no violencia, así como la defensa de los
derechos humanos, la búsqueda de la justicia y el desarrollo sostenible.
Los elementos presentados, permiten asumir que la educación supe-
rior es un fenómeno social complejo, un proceso humano y social cons-
ciente y responsable, un encargo que la sociedad hace a una institución
para que resuelva asuntos de interés común y forme integralmente seres
humanos. Se trata de una actividad social, orientada a la transmisión,
construcción y reconstrucción social de conocimientos acumulados histó-
25
ricamente por la humanidad. Implica un conjunto de prácticas orientadas
al desarrollo de habilidades, competencias, actitudes, valores, métodos,
técnicas, conocimientos esenciales para que, quienes participan de ellas,
tengan la capacidad de identificar, formular y resolver problemas de su
entorno y de la vida con relevancia y sentido social.
Además, se asume que este nivel educativo potencia la esencia de la
persona y amplía las oportunidades, las capacidades y las libertades del
ser humano para insertarse con relevancia en la sociedad y para generar
una convivencia armónica con sus semejantes. Así mismo, como fenó-
meno social, transcurre dialécticamente en un proceso constante de acer-
camiento a la realidad, está estrechamente vinculada y comprometida
éticamente con la búsqueda de la verdad, a través de sus componentes
subjetivo y objetivo, histórico y concreto.
Este proceso educativo se genera y concreta en un contexto formali-
zado a través de una propuesta curricular y un marco institucional que
establece las condiciones que regulan las prácticas educativas y de con-
vivencia en el logro de un objetivo común y define la relación entre la
universidad y su contexto. Por otro lado, la actividad educativa implica for-
mas diversas de estructurar el pensamiento humano y el saber científico,
a través de métodos y técnicas distintas para comprender, argumentar,
explicar y demostrar la realidad.
En síntesis, el Modelo Educativo del CUCS se sostiene en los siguien-
tes fundamentos filosóficos: como parte de la Benemérita Universidad
de Guadalajara está orientado a la formación de profesionales para la
salud con un fuerte componente científico y humanista; con principios
de equidad, solidaridad, justicia, inclusión social y respeto a la diversidad
y multiculturalidad que deriva en una sólida formación intencionada,
de calidad, integral, interactiva, flexible, crítica, reflexiva, significativa,
relevante, global, pertinente y socialmente comprometida. Privilegia el
respeto a los derechos de las personas, la dignidad, las libertades, la equi-
dad y la cultura de la paz; así como la conciencia y responsabilidad social
y ambiental, que permita a sus egresados responder a las necesidades de
la sociedad y contribuir, desde la inter y multidisciplinariedad e innova-
ción, a la solución de problemas y al desarrollo sostenible, social, cultural,
26
científico, tecnológico, humanístico, productivo y económico de la región
y el país, con énfasis en el ámbito de la salud.
En continuidad con sus versiones anteriores, en esta puesta a punto
del Modelo Educativo, se asume que la educación tiene como principal
encomienda la formación del ser humano como profesional integral,
ético, competente, crítico, reflexivo, innovador, en constante transforma-
ción, con responsabilidad social y comprometido con la transformación
de la sociedad en sus diferentes ámbitos, con una postura científica, esté-
tica y humanista, que no se agota en el ámbito universitario, sino que se
extiende fuera de él.
Los fundamentos institucionales se cristalizan en la misión y visión,
así como los valores y principios con los que el CUCS se identifica y com-
promete.
Misión
Visión
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y difusión de conocimiento; contribuye también al desarrollo sostenible
y a la formulación colaborativa de políticas e iniciativas en salud para
beneficio de la sociedad.
Valores y principios
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universitario, busca reafirmar el puente entre pasado y futuro, entre tradi-
ción e innovación y continuar desarrollándose con pertinencia y calidad.
Con planteamientos como los anteriores, la institución busca res-
ponder ante una sociedad del siglo XXI identificada por algunos autores
como “sociedad VUCA” (volátil, incierta, compleja y ambigua) también
caracterizada por la hiperconectividad, la novedad y el constante cambio;
pero a la vez frágil, no lineal y en muchos aspectos incomprensible. Este
contexto demanda entre otros aspectos, formas diferentes de pensar y de
hacer las cosas (Echeverría y Martínez, 2018).
Por ello, es importante tener presentes concepciones básicas que
desde un marco social orientan el quehacer de la institución. Estos fun-
damentos remiten al cómo la institución educativa se concibe, cuál es su
razón de ser, su función social a partir de reconocer una realidad social
de la que es parte, al cómo se vincula con ella y al concepto de hombre y
de sociedad a la que aspira y contribuye a formar y construir.
Es de resaltar que la acepción de “hombre” al que se alude en este
apartado, refiere a un constructo que se hace desde la filosofía y la sociolo-
gía, y que considerando los aspectos de género (como construcción social),
el “hombre” refiere en general, a una condición humana que reconoce la
diversidad que existe en una sociedad, es decir, reconoce que hombres y
mujeres comparten la condición como seres humanos (De Gutiérrez, 2019).
Al respecto, este Modelo se inspira en la idea del desarrollo integral
del ser humano, como punto de partida y fundamento de cualquier tipo
de reflexión educativa; como un ser en desarrollo permanente y en rela-
ción con los demás y con su entorno. El CUCS contribuye a la formación
de un ser humano inteligente, autónomo, crítico, creativo, capaz de vivir
en paz, con salud, felicidad y de manera digna (Farfán, et al., 2010).
Los asuntos humanos no son solo de orden natural. Un ser humano es
complejo y multidimensional, es decir, simultáneamente físico, biológico,
psíquico, cultural, social, afectivo, racional e histórico. Este ser es al mismo
tiempo sujeto-individuo, parte de una sociedad y parte de una especie;
que “…se alimenta de conocimientos comprobados, pero también de ilu-
siones y de quimeras; es un sujeto-individuo que vive, sufre, ama, odia en
una vorágine de relaciones humanas”. Para su estudio y comprensión no
debe reducirse a una definición o fragmentarlo en estructuras formales
29
“…no puede ser descontextualizado (ni descontextualizarse) porque la
autonomía del ser humano emana de una gama ilimitada y expansiva de
interacciones con sus semejantes” (Grinberg, 2015, pp. 62-63).
Es fundamental considerar que estas interacciones ocurren simul-
táneamente con lo que se ha identificado tradicionalmente como natu-
raleza. Sin embargo, se parte de concebir a una naturaleza no separada,
sino reunificada con la sociedad y con la persona, como una más de las
especies que habitan el mundo, en las que las interacciones son perma-
nentes, recíprocas y circulares. Se requiere concebir a la esfera antropo-
sociológica no solo en su dimensión biológica, sino también en su dimen-
sión física y cósmica:
30
u organizaciones que son condición, límites y referentes de apoyo para
la acción; al ser interiorizadas por los sujetos como representaciones o
mundos subjetivos constituidos principalmente por formas de sensibili-
dad, de percepción, de representación y de conocimiento (Giménez, 1997
y Farfán, et al., 2010).
De acuerdo con esta perspectiva, la sociedad es producida por las
interacciones entre individuos, pero una vez producida, actúa retroac-
tivamente sobre ellos y los produce. La sociedad es dinámica, y es posi-
ble transformar contextos sociales específicos a partir de las constantes
interacciones sociales en las que están en juego tanto la identidad como
los intereses compartidos de los actores, referentes que guían su com-
portamiento social.
Es así como la relación del hombre con la sociedad es permanente, ya
que la sociedad se encuentra en cada uno de nosotros y nosotros le damos
forma. Podemos observar la sociedad y el ambiente (contexto) exterior,
pero también podemos observar (o imaginar) otras sociedades reales o
posibles (Morin, 2001). Es una relación en la que se reconoce que el ser
humano tiene a su alcance la posibilidad de cambiar, de regenerarse y
de regenerar a la sociedad. A partir esta concepción de la sociedad, en
el CUCS se aspira a contribuir con la formación de profesionales para
el campo de las ciencias de la salud, y a la construcción de una sociedad
saludable, justa y feliz. Una sociedad en la que el conocimiento sea un
valor fundamental del desarrollo humano, donde el laicismo y la plu-
ralidad del pensamiento tengan lugar. El proyecto educativo del CUCS,
aspira a crear una sociedad cada vez más humana en la que es posible
convivir con lo diverso, en el respeto, el diálogo, la justicia, la solidaridad,
la interculturalidad y el cuidado del medio ambiente (Farfán, et al., 2010).
El ser de la sociedad son las instituciones y las significaciones que
los sujetos tengan de ellas, y solo pueden existir si los individuos se com-
prometen a desarrollarlas en razón de sus principios, valores, intereses
e ideología; lo que implica también, limitar su autonomía y libertad per-
sonal, para que estas puedan sobrevivir en contextos globales complejos.
El campo y el habitus son dos modos o maneras de existencia de lo social;
al campo pertenecen las instituciones y al habitus la acción individual.
31
En este sentido el CUCS, como institución y como comunidad uni-
versitaria, considera que es a través de fortalecer este proceso de creación
en cada sujeto y en cada comunidad, que se va transformando la idea que
tienen de sí, de su papel y de su lugar en la sociedad. Como institución
de educación superior, se plantea, a través de los diversos procesos de los
que participa, contribuir a una sociedad del conocimiento , en la que se
pretende compartir un saber tomando en consideración la pluralidad,
heterogeneidad y diversidad cultural de las sociedades; y utilizar aque-
llas herramientas que permitan hacer accesible el conocimiento a cada
vez más comunidades para un desarrollo social sostenible. Es decir, una
sociedad en la que el conocimiento se reconoce como fundamental para
el desarrollo de los procesos tanto educativos como económicos, políti-
cos y culturales generales de la sociedad. Lo anterior implica, preparar
para el mañana a quienes estudian en el Centro Universitario, con nuevas
metodologías y tecnologías para la enseñanza, el aprendizaje y la comuni-
cación. Formar profesionales en salud para aprender a aprender, para ser,
para vivir juntos, para hacer a lo largo de la vida y en esa nueva sociedad
llena de incertidumbres, ambigüedades y grandes contradicciones; socie-
dad con problemas cada vez más multidimensionales, transnacionales,
y globales -planetarios-.
En este escenario, en el que el futuro no está asegurado, la cultura
es dinámica y cambiante, es un referente que perpetúa la estabilidad y
subsistencia de cada sociedad, le confiere originalidad e identidad y se
transmite de generación en generación; son usos, costumbres, saberes,
valores, creencias, visiones del mundo a partir de las que se crean esferas
culturales e identidades.
La universidad posee y valora una cultura desde la que reconoce sus
fortalezas y se enriquece de la diversidad (multiculturalidad, heteroge-
neidad, pluralidad, diversidad) que existe en su entorno local, nacional
y mundial (UdeG, 2007). También, el proyecto educativo con el que se
identifica el CUCS, valora el pasado, actúa en el presente en respuesta
a las demandas socioeducativas y científico tecnológicas, y construye
futuros para generar respuestas pertinentes a problemas relevantes del
conocimiento, la tecnología y la sociedad; con miras a una sociedad en
la que se apuesta por:
32
…una educación en la que la convivencia y la cooperación humanas se consti-
tuyan en un eje básico para el desarrollo armónico de las dimensiones del ser
humano, pasando por la posibilidad de su mejoramiento económico y su valora-
ción como ser histórico-social; así como construir las condiciones mínimas para
generar las trasformaciones en los diversos contextos de la práctica profesional
y en la misma sociedad. (Farfán, et al., 2010, p. 20)
Una educación que tiene como principal encomienda la formación del ser
humano como un profesional integral, competente, crítico, reflexivo y compro-
metido con la transformación social en el marco de los principios filosóficos
universitarios que le dan identidad; un profesional competente que aprende a
través de múltiples relaciones en procesos innovadores, con calidad, con ética,
con una postura científica, estética y humanística...
33
Otro aspecto que se refuerza en el modelo a través de la formación
profesional, es una educación intercultural. De acuerdo con Dietz (2017)
al entrelazar los paradigmas (multicultural, intercultural funcionalista e
intercultural crítica) se puede: “… garantizar un análisis de las diversida-
des mucho más rico, matizado, profundo y multidimensional, mediante
la combinación de las identidades y los conceptos paradigmáticos sub-
yacentes de desigualdad, diferencia y diversidad” (p. 195).
En este sentido, se propone, fortalecer una visión intercultural crítica
en la que se tomen en cuenta los intereses y la cosmovisión de los pueblos
originarios, de las minorías étnicas, grupos minoritarios, o de los de estu-
diantes que provienen de otros contextos de vida o entornos culturales.
Una educación que, desde una concepción de diversidad, reconozca el
carácter plural, multisituado, contextual y, en consecuencia, necesaria-
mente híbrido de cualquier identidad cultural, étnica, religiosa, de género
o de grupo social. Dar prioridad al tipo y calidad de las relaciones inter-
grupales dentro de una sociedad, genera la necesidad de avanzar en el
desarrollo de una opción innovadora en educación intercultural cons-
truida a través de un diálogo que, con y desde la gente, tome en cuenta
saberes y necesidades de los diversos grupos e individuos, y propicie un
desarrollo incluyente en el que la interculturalidad se base en una noción
de cultura mucho más híbrida, procesual y contextual (Crocker, 2015).
Por otra parte, también se plantea avanzar en una perspectiva de
educación socioambiental, que resalte la problemática del cambio cli-
mático planetario y la posibilidad de vivir en equilibrio con la naturaleza,
para ello será necesario considerar en la formación profesional, aspectos
como: propuestas relacionadas con la soberanía y seguridad alimentaria,
la prevención y tratamiento de enfermedades con propuestas holísticas,
la recuperación de las propiedades nutricionales y medicinales de las
dietas tradicionales, así como, la reflexión de saberes a través del diálogo
intercultural desde la sustentabilidad fuerte, entre otros.
Se trata de promover una educación en sustentabilidad contraria a la
sobreexplotación de los recursos naturales y a la aculturización de nues-
tras sociedades (Porras, 2016); requiere generar propuestas que refuercen
la sustentabilidad de los espacios escolares universitarios, así como la
participación con y entre las comunidades educativas para superar una
34
visión antropocéntrica tradicional que privilegia las preferencias y nece-
sidades humanas, por una visión ética y moral que considere no solo el
bienestar y beneficio de nuestra especie, sino la continuidad sustentable
de otras especies y de la naturaleza en general (Crocker, 2020).
Rescatar los aspectos socioambientales y modos de vida sustenta-
bles, y hacer de sus objetivos parte de la vida cotidiana de los miembros
de la comunidad del CUCS, requiere que los diseños curriculares, los
programas académicos y los procesos educativos sean permeados por
esta preocupación sobre las consecuencias de nuestra actuación para el
bienestar de los individuos y de la sociedad.
El CUCS considera una nueva realidad social con grandes desarrollos
e innovaciones tecnológicas, una fuerte presencia de las tecnologías de
la información y la comunicación y de la interacción digital; condiciones
que busca aprovechar no solo para responder a escenarios emergentes y
para propiciar la mejora de la calidad de vida de las personas, sino tam-
bién para mantener una formación profesional pertinente y propiciar
desde diversos escenarios el aprendizaje de cualidades profesionales de
sus estudiantes para la toma de decisiones, el manejo de contingencias y
el desenvolvimiento adecuado ante diversas situaciones sociales, perso-
nales, profesionales y laborales.
Finalmente, el reto del CUCS en su relación con la sociedad, es res-
ponder a los grandes desafíos del siglo XXI: el tránsito de una sociedad
industrial y tecnológica con enormes desigualdades, a una sociedad
de la información y la comunicación, hoy identificada como la cuarta
revolución científico industrial. En este contexto, el Centro Universitario
asume el reto de contribuir en la formulación colaborativa de políticas e
iniciativas en salud para beneficio de la sociedad, así como de impulsar un
proyecto educativo enmarcado en el pensamiento complejo como aspecto
inherente a la condición humana, que requiere su comprensión concep-
tual y aplicativa para consolidar el enfoque educativo por competencias
profesionales integradas, que además de las competencias profesionales
y las técnico instrumentales, ponga especial atención al desarrollo de las
competencias socioculturales, entre ellas, las participativas y personales
que permitan al profesional de la salud responder a diferentes contextos
y situaciones complejas.
35
1.3 Fundamentos epistemológicos
36
minadas estructuras sociales; que en conjunto con estructuras de pen-
samiento se objetivan (materializan) en sistemas simbólicos (lenguaje,
mito, palabra escrita, cibernética, ciencias, filosofías, entre otros), reglas,
instituciones y organizaciones; que si bien tienen su génesis en el sujeto y
la sociedad, funcionan como agentes externos involuntarios que dirigen,
condicionan y limitan su acción; pero al mismo tiempo son interioriza-
dos inconscientemente, determinando sus percepciones, pensamientos,
representaciones y acciones, característicos de una cultura (habitus) así
como la naturaleza de la realidad que construye el sujeto cognoscente
(Bourdieu, 1987 y Panofky, como se cita en Dukuen, 2021).
Lo anterior lleva a reconocer la relación dialéctica entre estructuras
sociales y estructuras cognitivas del individuo que van dando forma y
contenido al conocimiento y permiten la constitución de conciencia.
En síntesis, el conocimiento es reflejo activo y dinámico de la realidad
en la conciencia de la persona, es producto de la interacción sujeto-objeto
en un contexto sociocultural históricamente determinado y constituye
una aproximación sucesiva y permanente de aprehensión y transforma-
ción de la realidad.
37
2. Se debe evitar el conocimiento fragmentado y buscar la vinculación
de las partes que componen el todo, así como sus mutuas relaciones
e influencias; que permiten aprehender los objetos en su contexto y
en un mundo complejo.
3. En la educación es fundamental concebir al ser humano integrando
la totalidad de sus dimensiones tanto en lo físico, biológico, psíquico,
social, cultural e histórico, de manera que cada uno tome consciencia
de su identidad individual compleja, así como de su identidad común
a los demás seres humanos.
4. Tanto el desarrollo planetario como la identidad personal deben
constituir uno de los mayores objetos de la educación.
5. La ciencia incluye certezas, pero también incertidumbres. La educa-
ción debe también incluir la enseñanza de la incertidumbre en las
ciencias.
6. La comprensión es al mismo tiempo medio y fin de la comunicación
humana. La comprensión mutua entre humanos, tanto próximos
como extraños, es vital para las relaciones humanas.
7. La ética debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que
el ser humano es al mismo tiempo individuo y parte de una sociedad.
Esto tiene dos finalidades ético-políticas, establecer la democracia y
concebir la humanidad como comunidad planetaria.
38
cismo generalizado, que permita reflexionar sobre cualquier forma, proceso
o resultado del conocimiento (Morin, 1988 y 1990).
Siguiendo a Morin (2001), se asume en principio a la complejidad
como un tejido constituido por elementos heterogéneos, pero insepa-
rablemente asociados; eventos, acciones, interacciones, retroacciones,
determinaciones, azares, contradicciones que constituyen fenómenos, en
este caso educativos y de formación de recursos humanos para el campo
de la salud.
En la educación, particularmente en el campo de las ciencias de la
salud, la complejidad es mayor debido a los múltiples actores, fenóme-
nos de salud enfermedad y contextos múltiples que participan; lo que
requiere de un abordaje que respete esa complejidad sin que esto afecte
orden y claridad, pero que a su vez genere autoorganización, en este caso
en los procesos de enseñanza aprendizaje de las CPI.
Así, se concibe a la salud, desde una perspectiva del pensamiento
complejo, como una condición relativa, que resulta de la interacción per-
manente, compleja y dinámica de los factores biológicos y sociales presen-
tes al nacer, a los que posteriormente se agregan los factores psicológicos,
así como la responsabilidad personal y de las situaciones del contexto
social (Bircher, 2005), que se encuentra en movimiento permanente y no
tiene determinantes fijos.
En este mismo sentido, por ciencias de la salud se entiende al con-
junto de disciplinas científicas y prácticas profesionales que se plantean
coordinar y dirigir acciones para proteger, preservar, fomentar, prevenir
y restaurar la salud, y en lo particular, combatir la enfermedad; actúan de
manera multidisciplinaria, interdisciplinaria y transdisciplinaria con el
apoyo de los aportes de las ciencias sociales, naturales y exactas (Aréchiga,
1997; Vargas y Palacios, 2014; CUCS, 2020). La diversidad de acciones que
lo anterior implica, plantean desde una perspectiva política y ética del
pensamiento complejo influir en la esperanza y en la calidad de vida, y en
una actitud de apertura ante la salud, la enfermedad, la muerte y la vida.
Por lo anterior, en el campo de las ciencias de la salud, es esencial
educar en el pensamiento complejo y potenciar su aplicación, para ello
es necesaria la interacción de seres con opiniones fundamentadas, que
reflexionan desde una visión globalizadora y holística, pero a la vez reco-
39
nocen las particularidades de los contextos y problemas sociales; que
plantean interrogantes y buscan respuestas; que construyen su conoci-
miento.
Para asegurar que el conocimiento y su construcción sean válidos, se
realiza un abordaje epistemológico, científico y social para analizar, com-
prender e intervenir la realidad. Una búsqueda intencionada que supere
el conocimiento meramente instrumental y en diálogo transformativo, se
genere un conocimiento que abra nuevos horizontes.
En resumen, la falta de certezas y la incertidumbre según Morin,
tendrá que considerarse como una oportunidad más para repensar la
realidad, el presente y el futuro; para centrar la atención en el proceso de
construcción de una realidad más abierta, incluyente, saludable y justa.
El CUCS asume el reto de la construcción de conocimiento y la formación
de sujetos sociales y colectivos en un contexto globalizado con grandes
logros científicos y tecnológicos, pero también con grandes crisis y desa-
fíos. Condición que le requiere mantener una educación de calidad para
la formación de los profesionales de la salud, en la que se fortalezcan
aspectos como: el desarrollo humano, la educación permanente, la inter-
nacionalización, la interdisciplinariedad; una educación en valores y para
la democracia, entre otros.
40
2. Dimensión Académica –
Administrativa
A
tendiendo los avances recientes en políticas y estrategias para el
desarrollo de la educación superior a nivel internacional, nacio-
nal, y los correspondientes a la Universidad de Guadalajara, la
Dimensión académica administrativa refiere aspectos sobre la estructura
y organización, que permiten no solo orientar los procesos y resultados
del quehacer educativo del CUCS, sino sobre todo facilitar la concreción
del presente Modelo Educativo a través de las formas de relacionarse y
de convivencia en la comunidad del Centro.
En esta dimensión se reconoce la investigación educativa como base
para el seguimiento, evaluación, retroalimentación y mejora de los pro-
cesos que se describen en los tres componentes de esta dimensión: Orga-
nización y desarrollo curricular, Estructura académica administrativa y
Gestión académica administrativa, que se abordan a continuación.
41
2.1.1. Currículum y desarrollo curricular
Currículum
42
educativas en general; como esquema o proyecto de enseñanza y de inves-
tigación; reconoce su función social, y como proyecto o plan, expresión
formal y material, campo práctico y actividad discursiva, académica y de
investigación. Además, se enriquece su concepción desde el contexto del
pensamiento complejo.
Currículum y complejidad
43
proyecto de enseñanza conlleva posiciones epistemológicas, psicológicas,
pedagógicas y educativas en general; asimismo, como un proceso y un
puente permanente entre la teoría y la práctica, entre el proyecto y la
implementación del proyecto educativo; como una guía que orienta los
procesos de enseñanza y la práctica pedagógica. Finalmente, se asume
que el currículum se puede y debe analizar e investigar desde diferentes
perspectivas teóricas y metodológicas y por diversos actores involucrados.
Desarrollo curricular
44
y de sus principios y valores considerando las políticas y la normatividad
de la Universidad.
Una característica más del curriculum es lo integrado o integral,
desde el que se pretende superar la fragmentación con la que se presentan
el conocimiento y la realidad, por lo tanto, impacta tanto en la selección
y organización de contenidos, como en la planeación e implementación
de las unidades de aprendizaje (Torres, 1994 y Ortiz, 2017).
Desde esta perspectiva, el currículum toma en cuenta los problemas
de la vida real y los asuntos significativos o temas urgentes que surgen de
la sociedad; implica una perspectiva curricular histórica amplia, holís-
tica y global, que busca formar personas autónomas, activas, críticas,
reflexivas, democráticas y solidarias a través de aprendizajes significativos
(Torres, 1994). Esta concepción, al igual que la del currículum complejo,
favorece la formación por Competencias Profesionales Integradas del
centro universitario.
Por otra parte, lo integrado plantea abordar el currículum de manera
multi e interdisciplinar (Torres, 1994), característica contemplada desde
la creación del Centro Universitario, al reconocer una concepción mul-
tiprofesional e interdisciplinar de las ciencias de la salud y resaltar la
necesaria unidad y colaboración entre las disciplinas vinculadas a la salud
(Comisión Académica Especial del Consejo de Planeación de Ciencias
de la Salud, 1994).
Así, la integralidad se concreta por un lado al establecer las com-
petencias profesionales integradas, como resultado del análisis de los
contextos socioeconómicos y su vinculación con los problemas y necesi-
dades sociales y de salud; y por otro, al articularse con los elementos de la
estructura y organización curricular y las diversas prácticas educativas en
las que se involucran estudiantes, docentes, investigadores, evaluadores,
gestores, administrativos y directivos.
En lo pedagógico didáctico, la integralidad está presente al privilegiar
el aprendizaje significativo relevante y situado, que pretende superar la
fragmentación del saber a partir de experiencias, temas organizadores
o problemas de interés para la persona y la sociedad; en los procesos de
enseñanza aprendizaje a través de las actividades educativas que propi-
45
cian la relación permanente entre la teoría y la realidad, y entre la teoría
y la práctica; así como en las evidencias del aprendizaje y su evaluación.
En la organización, la integralidad tiene que ver con la participación
colegiada, colaborativa y coordinada de las instancias académicas (prin-
cipalmente departamentos, academias, comités consultivos curriculares
o juntas académicas) con las instancias administrativas, para articular y
atender las necesidades de la formación de los estudiantes de los diversos
programas educativos.
Considerando simultáneamente lo curricular, lo pedagógico didác-
tico y lo organizacional, el currículum integrado implica propiciar avances
y síntesis multi, inter y transdisciplinarias a través de sucesivos niveles de
complejidad, que faciliten a los estudiantes integrar los saberes previos
con la construcción del nuevo conocimiento, y desarrollar las competen-
cias que orientarán el futuro actuar de los egresados del centro universi-
tario en la vida cotidiana, laboral y profesional.
46
texto social específico, como un proceso dialéctico al confluir relaciones
sociales, estructuras sociales, hábitos tipificados y el conocimiento de esa
realidad que poseen sus actores
El concepto de CPI construido en el CUCS desde 1999, se sustenta
en un enfoque holístico y construccionista, concebido como la articula-
ción de los conocimientos científicos, disciplinares y culturales con las
acciones profesionales, para enfrentar los problemas de la realidad; arti-
culación que se concreta al relacionar un conjunto de atributos, tareas y
juicios de valor, necesarios para el desempeño de acciones profesionales
de los egresados en el mercado laboral y su entorno social (Ramos, 1999).
También se reconocen los aportes de organismos internacionales
(Proyecto DeSeCo) de los que resalta, por su cualidad de transversalidad,
el concepto de competencias para la vida (Rychen y Hersh, 2004), que
incluyen a las competencias socioculturales y las técnico-instrumentales.
Así, las competencias profesionales integradas, son de tres tipos: socio-
culturales, técnico instrumentales y profesionales (Farfán, et al., 2010).
Las competencias socioculturales aportan valores y elementos moti-
vacionales, sociales, socioemocionales y de comportamiento ético. Éstas
se estructuran en la interacción que tiene el sujeto con la complejidad
del contexto en el que actúa. Las competencias socioculturales o para
la vida, se refuerzan a través de la interacción del sujeto en los espacios
sociales e institucionales que configuran los diferentes niveles educativos
y constituyen la base para adquirir las competencias profesionales en el
nivel de educación superior.
Las competencias técnico-instrumentales desarrollan habilidades,
destrezas y aptitudes que permiten, como individuo o grupo, participar
de manera efectiva en todos los campos sociales relevantes en la sociedad
del conocimiento.
Las competencias profesionales incluyen saberes teórico-prácticos,
sustentados en el desarrollo científico tecnológico de campos disciplina-
res y profesionales que demanda el desempeño de una profesión deter-
minada en los segmentos del mercado laboral.
En las competencias socioculturales y las técnico-instrumentales,
como competencias transversales, se ubican las hoy llamadas habilidades
blandas (soft skills), que se desarrollan durante la formación profesional
47
y preparan al sujeto para cualquier actividad social, laboral, profesional
y también en la vida personal (Echeverría y Martínez, 2018).
En conclusión, las CPI se conciben como un proceso tanto cognitivo
como sociocultural e histórico, que permite al sujeto individual y social
construir y poner en acción un conjunto de saberes teóricos prácticos y
formativos (valores) en interacción con un contexto social global y sus-
tentable. Se concretan en saberes desarrollados por los estudiantes y pro-
movidos por los profesores, saberes que se integran en: las competencias
socioculturales para el tránsito del sujeto en las distintas circunstancias
de vida; las competencias técnico-instrumentales, que permiten a indivi-
duos y grupos participar de manera efectiva en todos los campos sociales
relevantes; y las competencias profesionales para el desempeño crítico
reflexivo de una profesión en contextos sociales complejos. Es a partir
de las competencias profesionales integradas, con sus tres tipos, que se
construyen los perfiles de egreso de los programas educativos.
48
aprendizaje, que guardan una secuencia temporal previamente definida;
seriaciones dadas por prerrequisitos que se reflejan en el mapa curricular
de los planes de estudio.
En particular, el sistema semiflexible en este Modelo Educativo se
caracteriza por lo siguiente:
• Centrado en el aprendizaje de los alumnos.
• Se pueden elegir algunas materias del plan de estudios.
• Se puede elegir entre distintas orientaciones o especializaciones del
plan.
• En determinados momentos de la formación, interactúan alumnos
de distintas carreras.
• Potencialmente, un alumno puede cursar su carrera en distintos Cen-
tros Universitarios.
• El alumno identifica su avance con base en el número de créditos
acumulados.
• Exige mayor participación y responsabilidad de los alumnos, y
• Mayor profesionalización y actualización de los profesores.
49
Con respecto a los criterios normativos sobre la flexibilidad, en el
Reglamento General de Planes de Estudio (2006b), se establecen reglas
que el estudiante de pregrado debe cumplir respecto al avance en su for-
mación, al inscribir unidades de aprendizaje por ciclo escolar que sumen
un total mínimo de 30 o máximo de 90 créditos, siendo el promedio de
60; y sobre el plazo máximo para cursar el plan de estudios de pregrado
o posgrado, señala que no podrá ser más del doble de la duración normal
prevista.
En síntesis, la semiflexibilidad se refiere a la posibilidad que tiene el
alumno para elegir sobre el tiempo y el tipo de conocimientos o conteni-
dos de las unidades de aprendizaje requeridas para una carrera; por su
parte, el sistema de créditos considera los conocimientos acumulados y
su medición cuantitativa, establecidos para terminar la carrera.
Además, un sistema semiflexible y con una administración por cré-
ditos demanda del alumno responsabilidad respecto a su aprendizaje,
y responsabilidad institucional de proporcionar las herramientas nece-
sarias para favorecer nuevos aprendizajes; también permite una mayor
vinculación entre la formación profesional y los posibles espacios de la
práctica y del futuro ejercicio profesional, y facilita al CUCS responder
con propuestas de formación más oportunas y pertinentes ante una época
cambiante y muy dinámica.
50
con otras carreras, se orientan a un aprendizaje genérico del ejercicio
profesional.
3. Área de formación especializante: comprende bloques de materias
articuladas entre sí respecto a un ámbito del ejercicio profesional.
4. Área de formación optativa abierta: comprende unidades de aprendi-
zaje o materias diversas que pueden tener ciertos niveles de seriación,
orientada a enriquecer y complementar las formaciones profesio-
nales.
51
• Científico (epistémico-metodológico)
• Educación y comunicación social e intercultural (ético, derechos
humanos, social)
• Gestión de proyectos (profesional, laboral y de vida)
Departamentalización y matricialidad
52
Los departamentos y las divisiones en el CUCS, consideran desde su
conformación la propuesta de que los programas educativos participen
de una estructura matricial o matricialidad curricular; es decir, desde
una lógica en la que se entrelaza la estructura departamental con la orga-
nización y el desarrollo curricular (Pérez y Huerta, 1998). Las unidades
de aprendizaje, de acuerdo a su objeto de estudio, están adscritas a los
departamentos, independientemente de la carrera en la que se impartan
o requieran, condición que favorece el aprendizaje inter, multi y trans-
disciplinar y los departamentos participan en varios programas educa-
tivos. Cada programa de estudio transcurre por varios Departamentos
de acuerdo con sus áreas, ejes curriculares, momentos de formación y
campos disciplinares u objetos de estudio (CUCS, 1994). Por lo tanto, para
el CUCS, no es posible abordar por separado la departamentalización y
la matricialidad.
Con este referente se da la adscripción de los académicos a los depar-
tamentos. Los profesores tienden a especializarse y son compartidos por
varias carreras, en este sentido, un profesor altamente especializado
puede atender en un curso a alumnos de diferentes programas educati-
vos. Los profesores se agrupan al interior del departamento en academias,
espacio colegiado que les permite intercambiar visiones y experiencias
profesionales, favorece la constante revisión y actualización de las unida-
des de aprendizaje y de los planes de estudio, así como vincular la docen-
cia con la investigación y con diversas acciones de extensión/servicios
en el campo de las ciencias de la salud, hacia los sectores de la sociedad.
Este tipo de estructura evita la fragmentación y duplicidad al integrar
y optimizar los recursos humanos, la infraestructura y los materiales. Con-
dición que facilita a los estudiantes tener acceso a un conocimiento mul-
tidisciplinario y a una formación más integral, sin perder la especificidad
y especialización propias de cada carrera o área disciplinar (CUCS, 1994).
Así, cada departamento participa, en diverso grado, en las carreras, en
función de las necesidades de formación de los programas de pregrado y
posgrado; al desarrollar cursos o actividades académicas que correspon-
den a su disciplina, área de conocimiento o de especialidad con el que el
departamento se identifica.
53
La estructura departamental matricial en el CUCS reúne diversos
requerimientos para formar recursos humanos de calidad en distintas
disciplinas del área de la salud. Permite a través del trabajo realizado
desde las academias, centros de investigación, laboratorios o institutos,
responder a cada uno de los proyectos curriculares en los que participa,
y a la vez, propicia el desarrollo de las funciones sustantivas o cumplir
con los propósitos señalados en los Planes de Desarrollo Institucionales.
La participación de diversas instancias en la formación profesional
(Divisiones, Departamentos, Coordinaciones de carrera, entre otras),
plantea la necesidad de una permanente comunicación y colaboración y
del trabajo en equipo, no solo para ofrecer de manera conjunta acciones
académicas y servicios educativos requeridos por un programa educa-
tivo, sino también para evaluar la implementación, y en su momento,
proponer su actualización. En este sentido existe una estrecha relación
entre los elementos del Modelo Educativo hasta aquí expuestos, con las
condiciones normativas, organizativas y financieras para la operación de
una institución educativa, que para el caso se describen a continuación.
54
nización de las comisiones que la componen y hacer propuestas al
Consejo General Universitario (UdeG, 2006a).
Para el mejor ejercicio de sus funciones, la Rectoría del Centro cuenta con
una Secretaría Académica y una Secretaría Administrativa, dependencias
auxiliares responsables del proyecto del Centro Universitario desde los
diferentes ámbitos del trabajo académico-administrativo.
2.2.3. Secretaría Académica: entre sus funciones están la de integrar en
un proyecto global los diferentes ámbitos del trabajo académico, apo-
yar los procesos de actualización disciplinar e innovación educativa,
coordinar la ejecución y supervisión de estrategias y programas para
el fortalecimiento académico, así como acciones de apoyo para el
desarrollo científico, tecnológico, de extensión y difusión de las acti-
vidades realizadas (UdeG, 2021b).
55
rar la calidad del programa y orientar a las y los alumnos inscritos en el
programa con aspectos relacionados a su trayectoria académica.
El CUCS cuenta con las siguientes Coordinaciones de programas
educativos de pregrado:
Carreras Técnicas:
• Carrera en Enfermería
• Carrera en Enfermería Semiescolarizada
Licenciaturas:
• Licenciatura en Cirujano Dentista
• Licenciatura en Cultura Física y Deportes
• Licenciatura en Enfermería
• Licenciatura en Enfermería, Modalidad a Distancia
• Licenciatura en Medicina (Médico Cirujano y Partero)
• Licenciatura en Nutrición
• Licenciatura en Psicología
• Licenciatura en Ciencias Forenses
• Licenciatura en Podología
56
Coordinación de Extensión: planifica y evalúa los programas del Centro
en cuanto a difusión cultural, fomento deportivo, servicio social y vin-
culación; así mismo, coordina e integra las propuestas de programa de
extensión y difusión de las instancias del CUCS y promueve convenios
con otras instituciones.
Coordinación de Servicios Académicos: coordina las actividades de induc-
ción a estudiantes de primer ingreso, el otorgamiento de becas, programas
de formación docente del centro, servicios de orientación profesional,
tutoría y apoyos al proceso de enseñanza aprendizaje, además, promueve
las acciones de intercambio académico y el desarrollo de la cultura biblio-
tecaria.
Coordinación de Tecnologías para el Aprendizaje: planea el desarrollo de
modalidades educativas no convencionales, promueve la utilización de las
tecnologías y en general de la supervisión, la operación y mantenimiento
del equipo computacional del centro. Además, facilita la capacitación del
personal en el desarrollo de habilidades para el uso de las tecnologías de
la información y comunicación como apoyo a los procesos formativos.
Coordinación de Planeación: supervisa y evalúa los programas de desa-
rrollo del Centro Universitario, así mismo da soporte a las tareas de pla-
neación, presupuestación y evaluación, y propone políticas de desarrollo
del centro.
Coordinación de Posgrado: coordina y regula las políticas, criterios y
prioridades de desarrollo de los programas de Maestría y Doctorado del
Centro Universitario, entre ellas el garantizar la aplicabilidad de la nor-
matividad, favorecer el ingreso y permanencia en el padrón del Programa
Nacional de Posgrados de Calidad. Así mismo, se encarga de supervisar
y dar seguimiento a la calidad y pertinencia de la oferta educativa de los
siguientes posgrados:
Maestrías:
• Maestría en Actividad Física y Estilo de Vida
• Maestría en Ciencias de la Salud Ambiental
• Maestría en Ciencias de la Salud de la Adolescencia y la Juventud,
Modalidad a Distancia Virtual
• Maestría en Ciencias de la Salud en el Trabajo
• Maestría en Ciencias Socio-Médicas
57
• Maestría en Educación Física y Deporte
• Maestría en Enfermería Gerencial
• Maestría en Gerontología
• Maestría en Gestión de la Calidad y Seguridad en los Servicios de
Salud
• Maestría en Microbiología Médica
• Maestría en Neuropsicología
• Maestría en Nutrición Humana con Orientación Materno-Infantil
• Maestría en Patología y Medicina Bucal
• Maestría en Psicología Clínica
• Maestría en Psicología de la Salud
• Maestría en Psicología Educativa
• Maestría en Psicología Social
• Maestría en Salud Pública
Doctorados:
• Doctorado en Ciencias Biomédicas
• Doctorado en Ciencias de la Nutrición Traslacional
• Doctorado en Ciencias de la Salud Ocupacional
• Doctorado en Ciencias de la Salud Pública
• Doctorado en Ciencias en Biología Molecular en Medicina
• Doctorado en Ciencias Socio-Médicas
• Doctorado en Farmacología
• Doctorado en Genética Humana
• Doctorado Interinstitucional en Psicología
• Doctorado en Microbiología Médica
58
• Especialidad en Enfermería en Gerontología y Geriatría
• Especialidad en Enfermería en Pediatría
• Especialidad en Enfermería en Salud Pública
• Especialidad en Enfermería Neonatal
• Especialidad en Enfermería Obstétrica
• Especialidad en Enfermería Oncológica
• Especialidad en Enfermería Quirúrgica
Especialidades Odontológicas
• Especialidad en Ortodoncia
• Especialidad en Endodoncia
• Especialidad en Periodoncia
• Especialidad en Prostodoncia
• Especialidad en Prótesis Maxilofacial
• Especialidad en Odontopediatría
Especialidades Médicas:
• Especialidad en Alergia e Inmunología Clínica
• Especialidad en Alergia e Inmunología Clínica Pediátrica
• Especialidad en Anatomía Patológica
• Especialidad en Anestesiología
• Especialidad en Anestesiología Pediátrica
• Especialidad en Angiología y Cirugía Vascular
• Especialidad en Biología de la Reproducción Humana
• Especialidad en Calidad de la Atención Clínica
• Especialidad en Cirugía Bariátrica y Metabólica
• Especialidad en Cardiología
• Especialidad en Cirugía Cardiotorácica
• Especialidad en Cirugía General
• Especialidad en Cirugía Laparoscópica
• Especialidad en Cirugía Oncológica
• Especialidad en Cirugía Oncológica de Cabeza y Cuello
• Especialidad en Cirugía Pediátrica
• Especialidad en Cirugía Plástica y Reconstructiva
• Especialidad en Coloproctología
59
• Especialidad en Dermatología
• Especialidad en Dermatología Pediátrica
• Especialidad en Endocrinología
• Especialidad en Endoscopía Ginecológica
• Especialidad en Epidemiología
• Especialidad en Gastroenterología
• Especialidad en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica
• Especialidad en Genética Médica
• Especialidad en Ginecología Obstetricia
• Especialidad en Ginecología Oncológica
• Especialidad en Geriatría
• Especialidad en Hematología
• Especialidad en Hematología Pediátrica
• Especialidad en Hemodinamia Cardiología Intervencionista
• Especialidad en Imagenología Diagnóstica y Terapéutica
• Especialidad en Infectología
• Especialidad en Infectología Pediátrica
• Especialidad en Medicina de Rehabilitación
• Especialidad en Medicina de Urgencias
• Especialidad en Medicina del Enfermo en Estado Crítico
• Especialidad en Medicina del Trabajo y Ambiental
• Especialidad en Medicina Familiar
• Especialidad en Medicina Integrada
• Especialidad en Medicina Interna
• Especialidad en Medicina Materno Fetal
• Especialidad en Medicina Paliativa y del Dolor
• Especialidad en Nefrología
• Especialidad en Neonatología
• Especialidad en Neumología
• Especialidad en Neumología Pediátrica
• Especialidad en Neurocirugía
• Especialidad en Neurología
• Especialidad en Oftalmología
• Especialidad en Oncología Hematología Pediátrica
• Especialidad en Oncología Médica
60
• Especialidad en Oncología Médica
• Especialidad en Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello
• Especialidad en Oncología Pediátrica
• Especialidad en Otorrinolaringología Pediátrica
• Especialidad en Patología Clínica
• Especialidad en Pediatría
• Especialidad en Psiquiatría
• Especialidad en Radio-Oncología
• Especialidad en Retina Médica y Quirúrgica
• Especialidad en Reumatología
• Especialidad en Traumatología y Ortopedia
• Especialidad en Urgencias Pediátricas
• Especialidad en Urología
• Especialidad en Urología Ginecológica
61
Unidad de Enseñanza Incorporada: tramita las solicitudes de instituciones
particulares para obtener reconocimiento de validez oficial de estu-
dios, coordina, supervisa acciones y programas de apoyo académico
a los planteles educativos que cuentan con reconocimiento de validez
oficial de estudios en el ámbito de su competencia.
2.2.6. Divisiones
62
El Centro Universitario de Ciencias de la Salud cuenta con tres divisiones
que integran a 19 departamentos según la siguiente distribución (UdeG,
1995).
División de Disciplinas Básicas:
• Departamento de Biología Molecular y Genómica
• Departamento de Ciencias Sociales
• Departamento de Disciplinas Filosófico, Metodológico e Instrumen-
tales
• Departamento de Fisiología
• Departamento de Microbiología y Patología
• Departamento de Morfología
• Departamento de Neurociencias
• Departamento de Psicología Aplicada
• División de Disciplinas Clínicas
• Departamento de Clínicas Médicas
• Departamento de Clínicas Quirúrgicas
• Departamento de Clínicas de Salud Mental
• Departamento de Clínicas Odontológicas Integrales
• Departamento de Enfermería Clínica Aplicada
• Departamento de Clínicas de la Reproducción Humana, Crecimiento
y Desarrollo Infantil
• División de Disciplinas para el Desarrollo, Promoción y Preservación
de la Salud
• Departamento de Salud Pública
• Departamento de Psicología Aplicada
• Departamento de Ciencias del Movimiento Humano, Educación,
Recreación, Deporte y Danza
• Departamento de Enfermería para la Atención, Desarrollo y Preser-
vación de la Salud Comunitaria
• Departamento de Odontología para la Preservación de la Salud
63
ejecutar y evaluar los planes y programas académicos, atendiendo las
políticas institucionales. Entre sus funciones se encuentran, el proponer
a su Consejo Divisional las acciones necesarias para mejorar el funcio-
namiento de sus respectivas unidades académicas; la creación, supresión
o modificación de los departamentos y sus unidades, así como elaborar
propuestas de planes y programas docentes, de investigación y difusión.
Así mismo, definen, junto con las Coordinaciones de Programas Educa-
tivos, la orientación y contenidos de los diferentes cursos que estén bajo
responsabilidad del Departamento (UdeG, 2006a y 2021b).
2.2.8. Departamentos
64
La estructura académico administrativa referida, muestra que el Centro
Universitario de Ciencias de la Salud fue concebido con una organización
matricial que permite el trabajo flexible, integral y transdisciplinar para
que las funciones de docencia, investigación, vinculación y difusión se
logren con calidad, pertinencia y en concordancia con las necesidades
locales para crear impacto social.
65
giados de programa educativo, departamentos, divisiones y de centro uni-
versitario, antes de su dictaminación por el Consejo General Universitario.
Al aprobarse un nuevo programa educativo se nombra un Coordina-
dor del programa y al Comité consultivo curricular (o Junta académica
en el caso de los posgrados) conformado por académicos de los diferen-
tes departamentos que inciden en el programa (UdeG, 1995); es deseable
que en este comité también participen representantes de instituciones
empleadoras, alumnos y egresados.
El Coordinador de Programa educativo, junto con su Comité consul-
tivo curricular/Junta académica, interactúa con los Directores de División
y Jefes de Departamento en la definición y atención de necesidades para el
desarrollo y operación del plan de estudios correspondiente (CUCS, 2019).
Las coordinaciones de programas educativos elaboran periódica-
mente el documento institucional denominado “Plan de Gestión” con
base al Plan de Desarrollo Institucional y Plan de Desarrollo del Centro
Universitario.
Como parte de esta gestión se realiza investigación educativa, actuali-
zación y evaluación continua para el desarrollo curricular del programa;
que implica entre otras acciones: coadyuvar a la integración de la secuen-
cia y programación académica de unidades de aprendizaje. Dar segui-
miento a la trayectoria escolar de sus estudiantes desde su ingreso con
cursos de inducción, asesorías, tutorías, detección oportuna y atención
de problemas como reprobación, rezago y deserción y los procesos de
titulación; además de realizar estudios de seguimiento de egresados y
estudios de empleadores que retroalimentan periódicamente la pertinen-
cia, actualización y mejora de la calidad del programa educativo.
Como parte de la gestión para el desarrollo de las unidades de apren-
dizaje las Academias, como unidades departamentales colegiadas, son las
responsables del consenso de los criterios en los procesos educativos; en
lo que respecta a contenidos temáticos, métodos pedagógicos, técnicas
de enseñanza-aprendizaje, cronogramas de actividades, medios y apoyos
didácticos, y procedimientos de evaluación; además de considerar los
contenidos temáticos de los ejes transversales en los programas de las
unidades de aprendizaje para la formación integral de estudiantes en
(CUCS, 2019).
66
Con el fin de dar seguimiento a la secuencia y congruencia hori-
zontal de contenidos temáticos de las unidades de aprendizaje, tanto los
comités consultivos curriculares como las propias academias promueven
reuniones con otras academias y entre departamentos para la revisión de
los saberes prácticos, teóricos y formativos de dichos programas para el
desarrollo de las CPI establecidas en el perfil de egreso de los planes de
estudio.
67
2.3.3 Gestión de ingreso, promoción, permanencia de
personal académico
68
colaboración o intercambio en alguna institución académica nacional
o internacional.
69
• Apoyos económicos o becas dirigidos a los estudiantes de escasos
recursos, que pertenecen a comunidades indígenas, que viven con
alguna discapacidad, y madres solteras.
• Apoyo para el desarrollo de lenguas extrajeras a través de los pro-
gramas Foreign Languages Institucional Program, Global Learning
Center, Filex, entre otros.
70
de la cultura sobre las múltiples discapacidades en la que se sensibiliza y
motiva a la integración de profesores y estudiantes sin discapacidades. De
igual forma se ofrecen cursos en línea tipo Massive Online Open Courses
(MOOC) con temas de inclusión para profesionales de la salud y miem-
bros de la red universitaria.
En apoyo a la Sustentabilidad el CUCS favorece el eficiente uso de los
recursos ambientales y servicios del centro universitario que puedan ser
controlados dentro del alcance definido en el Sistema de Gestión Ambien-
tal (SGA). A través del Comité de Sostenibilidad que orienta la implemen-
tación y continuidad de programas para fomentar la responsabilidad y
la importancia de actuar en conformidad con la política ambiental en la
comunidad universitaria.
El CUCS a través de la Coordinación de Servicios Académicos apo-
yan el fortalecimiento de entornos promotores de salud, se promueve la
adopción de estilos de vida saludable entre los miembros de la comu-
nidad. Esta propuesta considera la participación activa de estudiantes,
académicos, administrativos, entre otras figuras, con el propósito de crear
espacios y promover comportamientos que fomentan la salud, a la vez que
se evitan aquellos comportamientos patogénicos. Algunas intervenciones
están orientadas a la promoción de la salud, ofreciendo opciones para
vivir con salud, por ejemplo, manejo del estrés, promoción de la actividad
física, hábitos alimenticios saludables, calidad del sueño, evaluación y
modificación de estrategias de afrontamiento, entre otras. En conjunto
estas acciones de prevención y promoción contribuyen a generar una
cultura del cuidado de la salud y al desarrollo integral de los miembros
de nuestra colectividad.
71
Evaluaciones internas. La investigación educativa se orienta al desa-
rrollo de estudios sobre el seguimiento, evaluación, retroalimentación
y mejora de los procesos de las gestiones antes mencionadas. La Junta
Divisional del CUCS es la que establece las políticas y estrategias para esta
actividad y de ahí, a través de las secretarías Académica y Administrativa,
se derivan acciones de investigación educativa a las distintas coordina-
ciones; así como lo correspondiente a las divisiones y sus departamentos.
Evaluaciones externas. Los programas educativos de pregrado ofer-
tados, en concordancia con las políticas institucionales de gestión de
calidad, están en constante evaluación no solamente por órganos cole-
giados internos, sino también por organismos externos pertenecientes
al Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES), los
Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior
(CIEES), las opiniones técnicas de la Comisión Interinstitucional para la
Formación de Recursos Humanos para la Salud (CIFRHS), así como por
organizaciones internacionales (OUI Grana) que bajo rigurosos criterios
y estándares de calidad, dan cuenta del estado de los mismos.
Por su parte los programas educativos de posgrado evalúan la calidad
de sus procesos internos y sus resultados, a través del Programa Nacio-
nal de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (CONACyT).
El CUCS evalúa sus programas a través del desempeño de sus estu-
diantes por los exámenes del Centro Nacional de Evaluación para la Edu-
cación Superior (CENEVAL), Examen Nacional de Admisión de Residen-
cias Médicas (ENARM), entre otros.
Como parte de la evaluación externa también se consideran los
estudios de pertinencia, de egresados y la participación en rankings. Los
estudios de pertinencia constituyen un asunto prioritario para la crea-
ción y actualización de sus Programas Educativos con la finalidad de dar
a conocer su coherencia con el contexto y las necesidades demandadas
por la sociedad.
Asimismo, mantiene una activa participación en los rankings desa-
rrollados por organizaciones externas, lo que constituye un ejercicio de
opinión y percepción de docentes y empleadores de los egresados de este
Centro Universitario.
72
Con ello, el CUCS reitera su compromiso con la mejora de la calidad
de sus Programas Educativos para que, las y los estudiantes obtengan una
formación de excelencia que se demuestre en su desempeño profesional.
73
3. Dimensión Pedagógica - Didáctica
L
a dimensión pedagógico didáctica del Modelo Educativo del CUCS
es una construcción teórico formal científicamente fundamentada.
En ella se establecen los lineamientos generales para interpretar,
diseñar y operar los asuntos educativos asociados a la estructura orgánica,
el modelo curricular y la gestión académico administrativa del Centro
Universitario.
En ese sentido, tiene una función orientadora, normativa, técnica y
ética, de carácter dinámico y procesual; está ubicada en el plano específico
de las acciones pedagógicas y didácticas que requieren los procesos de
enseñanza aprendizaje, esto es, se integra por las estrategias relaciona-
das con las prácticas, modalidades e interacciones en que intervienen
los diversos sujetos que participan de los actos formativos, de manera
particular, pero no exclusivamente, sobre docentes y estudiantes.1 De
acuerdo con Gómez, citando a De Agüero (2004) se trata de:
75
así como de la concepción del ser humano y de sociedad que se desean formar
a través de la escuela (p. 4).
76
zajes, la tutoría académica y las prácticas profesionales como escenario
relevante del enfoque por CPI.
77
…la gente necesita (desarrollar) la capacidad de dar sentido a la información, de
señalar la diferencia entre lo que es y no es importante y, por encima de todo,
de combinar muchos bits de información en una imagen general del mundo.
En el caso del CUCS, este y otros temas son tanto o más relevantes en rela-
ción con el conocimiento y las habilidades empíricas que se desarrollan
alrededor de la formación práctica (clínica, comunitaria, profesional) en
los que la teoría se presenta como un saber basado en la experiencia del
docente que se comparte en forma personal, individual y en pequeños
grupos en forma casuística, particular y deliberativa, en el contexto de
la trasmisión de una serie de actitudes y habilidades relacionadas con
principios y valores a través de las prácticas tuteladas con los aprendices
(Núñez, 2008).
Estos desafíos a los que hemos aludido antes, requieren incorporar
nuevas formas de enseñar y aprender. Existen diversas acepciones para
cada uno de estos términos.
En el caso de la enseñanza, la gama se extiende desde su significado
etimológico, la enseñanza (del latín insignare que se traduce como “la
acción de comunicar algún conocimiento”), hasta la diversidad de desig-
naciones que obedece a la infinidad de funciones y responsabilidades que
el profesorado asume y despliega en la práctica diaria (Monereo, 2000).
Sin embargo, en todos los casos, hay una distinción básica entre ense-
ñanza e instrucción que es preciso resaltar. Así, Stenhouse (1987), desde
una perspectiva curricular, concibe a la enseñanza como:
… las estrategias que adopta la escuela para cumplir con su responsabilidad. (La)
Enseñanza no equivale meramente a la instrucción, sino a la promoción siste-
mática del aprendizaje mediante diversos medios, y la estrategia de enseñanza
constituye un importante aspecto del currículo. (p. 87)
78
las habilidades prácticas, sino que, por el contrario, implica la educación
de una clase de intelectuales para el desarrollo de una sociedad libre y
democrática.
De esta manera, el concepto de enseñanza se refiere, en un primer
término, a un conjunto de métodos, estrategias y técnicas que se aplican
intencionadamente para propiciar un aprendizaje.
Esta distinción es insuficiente, dado que, desde el contexto de la edu-
cación por competencias profesionales integradas, no cualquier forma de
enseñar es pertinente para promover aprendizajes acordes a este enfo-
que educativo. En efecto, se requiere de procedimientos que faciliten y
estimulen el aprendizaje de las competencias profesionales y técnico-
instrumentales, y junto con ellas, las competencias socioculturales, que
fomentan las cualidades humanas consideradas valiosas para educar
estudiantes en el contexto de la formación para la ciudadanía, es decir,
como personas activas, críticas y participativas en los múltiples contextos
culturales y profesionales en los que interactúan.
El CUCS, acorde con el Plan de Desarrollo, 2020-2025, visión 2030, se
ha pronunciado por “impulsar un modelo educativo innovador enfocado
al estudiante y centrado en el aprendizaje” como elemento estratégico
(UdeG, 2020). Al establecer una propuesta educativa que toma como
eje al estudiante y al aprendizaje, no minimiza ni desaparece la función
de la enseñanza; antes bien, la pone al servicio de esta perspectiva, por
lo que, de cierto modo, adquiere mayor importancia y demanda mayor
atención, dado que se requiere diversificar los métodos, las estrategias y
las técnicas para formar individuos que se ubiquen en los problemas de
la realidad socio laboral, en el contexto de la saturación e incertidumbre
de información propia de la sociedad del conocimiento y de un mundo
global cambiante.
En ese sentido, para formar estudiantes autónomos y crítico-reflexi-
vos, que sean corresponsables de su propio desarrollo en un proyecto de
vida, se plantea promover un aprendizaje significativo y relevante. Signi-
ficativo, porque se reconoce que los seres humanos son entes semióticos,
esto es, “entidades constructoras de semiosis, (capaces) por tanto de (la)
transformación de los sentidos individuales que hacen posible el pensa-
miento y de los significados colectivos que se comparten en la comuni-
79
cación con otros” (Rengifo, 2006, p. 21), que desde su origen, aprenden
y construyen significados relacionados con sus intereses en contextos
concretos tanto de su vida cotidiana como históricamente condicionados.
La complejidad para abordar el aprendizaje resulta de la naturaleza
multiforme de los significados. Al respecto, Pérez (2010) afirma que:
Por ello, para que el aprendizaje sea significativo, es necesario que esos
significados sean aprehendidos y asimilados en las estructuras de pensa-
miento y en las representaciones de la realidad que socialmente han cons-
truido los estudiantes; además, requieren conformarse como artefactos
socioculturalmente construidos, que sirven para intervenir y transformar
la realidad.
Por otra parte, el Modelo Educativo del CUCS considera que el apren-
dizaje es relevante porque le permite al ser humano adquirir significados
que se consideran útiles para sus propósitos vitales, y porque prepara al
individuo para afrontar la realidad desde diferentes puntos de vista. Lo
relevante es útil porque aporta a las estudiantes un sentido necesario para
clarificar y afrontar los problemas básicos de la vida personal y profesio-
nal, para ampliar sus horizontes de conocimientos, sus sensibilidades y
afectos.
Para que el aprendizaje sea significativo y relevante debe cumplir dos
condiciones. En primer lugar, el contenido (saber) debe ser potencialmente
significativo, tanto desde el punto de vista de la estructura interna (signifi-
catividad lógica: no debe ser arbitraria ni confusa), como desde el punto de
vista de su posible asimilación (significatividad subjetiva: en relación con la
estructura cognoscitiva y afectiva del estudiante, elementos pertinentes y
relacionales). Además, debe ser técnico, práctico y crítico, lo que le permi-
tirá reconocer que ni la teoría ni la práctica están al margen de los procesos
políticos, económicos y culturales dominantes (Giroux, 1990).
80
En segundo lugar, el estudiante debe tener una actitud favorable
(querer hacer) para aprender significativamente con los problemas de
la realidad sociolaboral, es decir, debe estar motivado para integrar lo
que aprende en la realidad actual en relación con sus saberes previos, lo
que le permitirá asumir un papel activo en los escenarios de aprendizaje
(aula, laboratorios, biblio hemerotecas, redes, campos de práctica clínica
y comunitaria, entre otros) y le dará la oportunidad de reflexionar críti-
camente.
Los procesos de significación y relevancia del aprendizaje están muy
relacionados con su utilidad. Que los conocimientos aprendidos sean
aplicados en los procesos de interacción sociolaboral, es decir, que pue-
dan ser efectivamente utilizados cuando las circunstancias en las que
se encuentre el estudiantado así lo exijan, debe ser una preocupación
constante de la educación que promueva en el centro.
Por otra parte, el proceso mediante el cual se produce el aprendizaje
significativo relevante requiere una intensa actividad por parte del estu-
diantado, que incluye:
a. Tener claridad de su proyecto de vida, construido a partir de sus inte-
reses e historia sociofamiliar.
b. Tener contacto lo más temprano posible con los problemas prácticos
de la realidad social, profesional y laboral, y no solo al final de su for-
mación. Este punto, dentro de la estructura de los planes de estudio y
de acuerdo con el diseño de cada carrera, se ubica principalmente en
las áreas de formación básico común, básico particular, especializante
y optativa abierta.
c. Adquirir, esto es, hacer propios tanto el nuevo conocimiento como
la producción de significados relacionados. Esto se hace a través de
actividades de estudio, en las cuales se establecen relaciones entre
el nuevo contenido y los elementos ya disponibles en su estructura
cognoscitiva. Ello implica para el alumno, una posición activa que
permita juzgar o decidir su mayor o menor pertinencia, identificar
los matices de los conceptos relacionados, reformularlos, ampliarlos
o diferenciarlos en función de lo que se está aprendiendo.
81
d. Utilizar el nuevo conocimiento para interpretar y buscar soluciones
a los problemas de la realidad con juicio crítico-reflexivo, en sentido
amplio, aplicarlo.
82
situado, en todo momento aparece el estudiante como el actor principal
del acto educativo.
Debido a la irrupción de la tecnología y disponibilidad casi ubicua
de conocimientos a través de estos medios…
83
naturaleza humana mediante la responsabilidad consigo mismo, con los
demás y con el entorno desde una perspectiva sustentable (aprender a
ser). A ello se agrega la necesidad de que el alumno aprenda a analizar
problemas de la realidad con juicio crítico-científico y busque soluciones
a los problemas de su realidad personal y sociolaboral (saber analizar y
transformar la realidad).
Todos estos elementos están enmarcados en una concepción de socie-
dad y del ser humano, desde la cual se propone buscar un aprendizaje
significativo relevante. Implica reconocer el potencial de los estudian-
tes para utilizar las posibilidades de creación y recreación para tratar de
incidir en la transformación del medio en el que participan y que estén
dirigidos por el interés de una mayor equidad, inclusión y diversidad
étnica, en aras de los derechos y el desarrollo de “todos los miembros de
la comunidad universitaria, sobre todo de quienes, por razones económi-
cas, alguna discapacidad, origen étnico, lengua o nacionalidad, género o
preferencias sexuales, o cualquier otra causa” sufren discriminación o sus
derechos han sido vulnerados (UdeG, 2018b, p. 14).
84
les, técnicas, laborales y profesionales de calidad” para que contribuyan
al desarrollo de la sociedad (UdeG, 2007, p. 60).
En ese sentido, ser estudiante del CUCS es un compromiso que se
asume personal y voluntariamente por hombres y mujeres que quieren
ser partícipes en la construcción de conocimientos teóricos, técnicos y
metodológicos para ofrecer servicios de salud de calidad y hacer frente a
los problemas y retos de su entorno a nivel local, nacional e internacional,
como profesionales y ciudadanos responsables. El estudiantado se forma
de manera consciente para orientar sus acciones, valores y principios
hacia el bien común, con responsabilidad social, honestidad, integridad,
ética y calidad. Por ello, orientan su proceso de aprendizaje a partir de
las competencias que integran el perfil de egreso del programa educativo
que estudian.
La concepción que se tiene de ser estudiante se sustenta en la pers-
pectiva del constructivismo en la cual se considera al estudiante como
una construcción propia y que participa activamente en la construcción
y reconstrucción de conocimiento, poniendo en operación conocimientos
previos y a través de la interacción con otros (Pimienta, 2009).
Las y los estudiantes son quienes dan vida a la Universidad. A dife-
rencia del profesorado, que tiende a permanecer en ella gran parte de
su vida laboral, el estudiantado está de paso; sin embargo, su presencia,
aunque temporalmente más corta, se percibe como permanente, pues la
escuela se compone de una sucesión indeterminada de generaciones de
estudiantes.
Ser estudiante implica diversidad, pero también integralidad, es decir,
cada estudiante es diverso, tienen historias, niveles de desarrollo, domi-
nios, formas de pensar, aprender, sentir y actuar distintas entre sí. Sin
embargo, cada estudiante es visto como ser humano integral y se asume
que su desarrollo requiere atención en los aspectos físico, espiritual, social
y mental.
El enfoque educativo está centrado en el estudiante y en el apren-
dizaje; en ese sentido, se entiende al estudiante como un sujeto que no
está aislado, sino como participante en “grupos en sus múltiples contex-
tos culturales, de clase social, raciales, históricos y sexuales, junto con la
85
particularidad de sus diversos problemas, esperanzas y sueños” (Giroux,
1990, p.177).
La diversidad de estudiantes y de sus procesos de aprendizaje se
hace evidente cuando, ante una misma situación de aprendizaje o ante
una misma actividad programada por el profesorado, activan diferentes
saberes y obtienen resultados diversos. Esta diversidad orienta las deci-
siones pedagógico-didácticas que implementan los docentes para guiar
los procesos formativos del estudiantado.
Son los estudiantes quienes, en último término, construyen, enrique-
cen, modifican, diversifican y coordinan sus esquemas de vida tanto social
como profesional; son los verdaderos artífices del proceso de aprendizaje;
de su participación activa depende, en definitiva, la construcción de su
propio conocimiento. Por lo que asumen un papel activo dentro del aula,
son crítico reflexivos y constructores de su realidad social, para lo cual,
interactúan en distintos escenarios, incluido el educativo, laboral, social,
familiar y con otros actores, como compañeras y compañeros, docentes,
profesionales, directivos y la sociedad en general.
De acuerdo con Coll y Solé (2014) el verdadero agente, protagonista
principal y responsable último del aprendizaje es el estudiante; este
aprendizaje es el resultado de la interacción del estudiante con otros estu-
diantes, docentes, profesionales, materiales, problemas de su entorno,
situaciones de la vida y contenidos escolares. En el transcurso de estas
interacciones y con la mediación e instrumentación educativa docente,
el estudiantado dota de significado a los contenidos escolares y lo hacen
al desplegar una actividad mental constructiva que les conduce a una
reestructuración de sus esquemas de conocimiento, esta actividad opera
simultáneamente con procesos cognitivos, afectivos, emocionales y moti-
vacionales.
El papel del estudiantado se puede caracterizar por las siguientes cua-
lidades: es sujeto activo, crítico, reflexivo, inclusivo, innovador, empren-
dedor, responsable, disciplinado, comprometido con su proceso forma-
tivo, el principal protagonista del aprendizaje, que analiza y soluciona
problemas que se presentan mediante situaciones reales y complejas de
su realidad social y profesional en un contexto local, nacional y global;
crea y recrea el nuevo conocimiento y su realidad social; mantiene una
86
reflexión crítica sobre el proceso seguido para la construcción del nuevo
conocimiento; desarrolla, con base en su participación activa, una con-
ciencia crítica frente a los procesos histórico sociales en los que participa.
El estudiantado asume la corresponsabilidad de su proceso forma-
tivo, lo que le ayuda a rehacerse a sí mismo de forma continua, son apren-
dices creativos que reconocen la complejidad de la formación profesional
integral y aprovechan las experiencias para aprender a lo largo de la vida
desde un enfoque sostenible.
Frente a los problemas del contexto, situaciones de aprendizaje o
casos de estudio, las y los estudiantes identifican las competencias y tipos
de saberes que deberán movilizar, al tiempo que reorientan o regulan
su acción para proseguir en la dirección que les llevará a alcanzar los
propósitos formativos que persigue él mismo y sus docentes y al finalizar
su actuación, evalúa los resultados de su propia actuación e identifica
aquellas acciones que puede mejorar.
Al momento de enfrentar situaciones de aprendizaje, el estudiantado,
además de poner en acción sus conocimientos y saberes, también pone
en acción su autoconcepto, su autoestima y su autoeficacia. Es decir, las
creencias y percepciones sobre sus propias capacidades, la valoración
de sí mismo frente a situaciones de aprendizaje y la percepción sobre las
capacidades de sí mismo para resolver eficientemente una tarea (Mone-
reo, 2007).
El estudiantado domina las tecnologías de la comunicación que favo-
recen los procesos de enseñanza aprendizaje y las utiliza con responsabili-
dad como mediación y apoyo para aprender. Esto facilita su participación
en ambientes de aprendizaje híbridos, con gran soporte tecnológico.
El estudiantado sabe gestionar la información, organizarla, analizarla
y seleccionarla con juicio crítico y desde un enfoque científico. Cuando se
comunican, estructuran inductiva y deductivamente argumentos científi-
cos sólidos que sustentan sus respuestas o soluciones a casos o problemas
que se le presentan como mediaciones para el aprendizaje.
Ser estudiante implica aprender de los procesos de evaluación y hacer
de la evaluación una experiencia de aprendizaje que incrementa su deseo
y motivación para aprender (Moreno, 2016). Además, toman la evaluación
como una retroalimentación que les ayuda a evaluarse a sí mismos, a otros
87
compañeros y a las actividades de enseñanza aprendizaje en las que parti-
cipa. Este proceso les ayuda a participar activamente en la reconstrucción
de los procesos de enseñanza-aprendizaje en los que se involucra.
88
ayuda al aprendiz a reconocer todos los rasgos significativos del objeto que
se aprende” (p.21). Por otra parte, los autores mencionan que el docente
elimina todo lo azaroso que un aprendizaje pudiera tener y “es experto
en el reconocimiento de la cognición del aprendiz, reconoce cualquier
momento cognoscitivo y de esa manera puede ayudarlo a clarificar y
desmenuzar los factores y los mecanismos que convergen en el hecho
social” (p. 27).
El docente es en primer término, una persona que como tal, es quizás
el aspecto más importante a considerar al hablar del profesorado univer-
sitario. El profesor enseña con base en sus saberes, pero también enseña
por lo que es. “Se diría que la dimensión personal del profesorado se
hace invisible en el ejercicio profesional. De esta manera el docente es él
mismo, es lo que siente y lo que vive” (Zabalza, 2009, p. 69). Como persona,
buena parte de su capacidad de influencia en el alumnado se deriva pre-
cisamente de lo que es, de la forma en que se presenta y de las diferentes
maneras de relacionarse con ellos. Por esto mismo, ser profesor requiere
de competencias propias y diversificadas.
Tales definiciones son solamente el punto de partida para compren-
der su papel en este modelo educativo innovador. Delors (1997) describe
una serie de cualidades que debe tener un profesor o profesora com-
petente los cuales están relacionados con los saberes propuestos por la
UNESCO (1996) y que se presentan a continuación.
El saber, implica una serie de conocimientos para comprender
situaciones y problemas relativos a la práctica docente, en donde cobra
relevancia la formación para la docencia, la enseñanza y la gestión de
aprendizajes con sentido y significado en la vida cotidiana y la práctica
profesional de los alumnos y del propio docente.
Saber hacer, hace referencia al conjunto de conocimientos para
actuar con habilidad y propiciar respuestas concretas ante los proble-
mas generados en la práctica; para ello se requiere de una formación
y educación continua en los dominios del campo disciplinar en el cual
ejerce la docencia.
Saber ser, contiene las actitudes y valores que se establecen en las
actividades educativas, lo que demanda una formación humana y ética
profesional.
89
Saber convivir, hace alusión a la valoración de las creencias vincu-
ladas al modo de desarrollar la actividad docente, en donde se requiere
una formación para comprender su realidad social e interactuar como
sujeto en su gremio.
Con base en los saberes mencionados antes, se reconoce que el profe-
sorado de nivel universitario y su caracterización en un modelo educativo
requiere de una conceptualización profunda sobre la persona que tiene
bajo su responsabilidad, la labor social de formar ciudadanos profesio-
nistas responsables y atentos a la satisfacción de las necesidades sociales
(Bain, 2007).
Para definir el perfil profesional del profesorado se recurre por lo
general a Perrenoud (2004). Por su parte Zabalza (2009) propone diez
competencias como marco para concretar la identidad y el desarrollo
profesional de los docentes universitarios y son las siguientes: planificar
el proceso de enseñanza y aprendizaje; seleccionar y presentar conte-
nidos disciplinares; ofrecer información y explicaciones comprensibles;
manejar las TIC y TAC; gestionar las metodologías propias de trabajo
didáctico y las tareas de aprendizaje; relacionarse constructivamente con
los alumnos; tutorizar a los alumnos; evaluar los aprendizajes; reflexionar
e investigar sobre la enseñanza; e implicarse institucionalmente. Dichas
competencias son el marco que sirve de referencia para ir aclarando y
resaltando la docencia como territorio profesional que requiere de una
formación específica.
Por tal razón, conducir el proceso de enseñanza y aprendizaje no es
suficiente, se necesita un profesorado dispuesto a llevar al estudiantado a
límites más retadores sobre el conocimiento y de mayor impacto en ellos.
Los objetos de aprendizaje son complejos y como ya se mencionó antes
esto implica la implementación de diversas estrategias y metodologías
para la enseñanza con la intención de motivar y enlazar los nuevos cono-
cimientos con los aspectos cognitivos o situaciones que los estudiantes
saben, conocen o han vivido y que les permite encontrar el sentido de su
aplicación.
El docente es un conocedor de los procesos de aprendizaje y “se sus-
tenta en las ciencias cognitivas para la implementación de acciones que
involucren tanto la heterogeneidad de estos procesos como la diversidad
90
de estilos de aprendizaje del alumnado en las propias condiciones eco-
lógicas, económicas y sociales” (Mateos, 2001, p. 78).
La profesora o el profesor debe ser guía en el aprendizaje para plan-
tear al alumnado situaciones complejas y desafiantes y para ello los motiva
a identificar sus necesidades de información, a fortalecer sus estrategias
de aprendizaje y sus recursos cognitivos para intentar la solución de los
problemas. Al ser facilitador favorece el desarrollo del pensamiento crí-
tico2, entendido éste como una competencia cognitiva (la categorización,
la comprensión y la formulación de juicios) y la adquisición de bases
metodológicas para perfeccionar el conocimiento de forma progresiva y
continua (Dewey, 1989).
El profesorado se actualiza, de ser necesario, en nuevas habilida-
des docentes para lograr que los estudiantes ejerciten el desarrollo de
la reflexión crítica y la argumentación. Todo lo anterior permite que el
profesorado asegure un proceso de enseñanza y aprendizaje de calidad
mediante actividades diseñadas con base en técnicas didácticas como el
aprendizaje colaborativo, en foros de discusión tanto presenciales como
no presenciales.
Además de guía y facilitador, el profesorado se caracteriza por su
papel de mediador pues se encuentra en una red conformada por la pro-
puesta curricular y el estudiante, entre éste y su relación con el conoci-
miento, y entre el alumno y la propia realidad histórico-social; es decir,
el profesorado y alumnado son mediados por el contexto institucional y
social. Con sus intervenciones, de manera planificada, el docente posibi-
lita que las acciones de aprendizaje se orienten a la actividad autoestruc-
turante del alumno (Coll, 2007).
El profesorado interviene en un medio ecológico complejo, el centro
universitario y el aula; un escenario psicosocial vivo, cambiante que se
encuentra determinado por la interacción simultánea de múltiples fac-
tores y condiciones. Gimeno y Pérez (1999) fundamentan la idea de que al
interior de este “ecosistema complejo y cambiante se enfrentan problemas
2 Para Glaser, “el pensamiento crítico es una actitud y aplicación lógica de habilidades en el
contexto de resolución de problemas” (citado en Behar-Horenstein & Niu, 2011, p. 26).
91
de naturaleza primordialmente práctica, problemas de decisión y evolu-
ción incierta y en gran medida imprevisible” (p. 413), que no se solucionan
mediante la aplicación de una receta técnica o un procedimiento. Los
problemas del aula exigen tratamiento específico, porque son producto
de sujetos únicos, irrepetibles e históricos, que se encuentran condicio-
nados por las situaciones propias del contexto y de la propia dinámica
institucional y del aula.
En síntesis, el profesorado es el “mediador entre el alumno y la cul-
tura a través de su propio nivel cultural, por la significación que asigna
al currículum en general y al conocimiento que transmite en particular,
así mismo por las actitudes que tiene hacia el conocimiento o hacia una
parcela especializada del mismo” (Cano, 2008, p. 29). El entendimiento
del profesorado como mediador en el conocimiento del estudiante es un
factor determinante para la función docente. Éste desarrolla la capacidad
de diseñar y promover sistemas de cuestionamiento e indagación que le
permite tomar decisiones con respecto a las estrategias más propicias
para generar conexiones lógicas y reorganizar los contenidos del plan de
estudios, así mismo elabora estrategias de retroalimentación del alcance
de las competencias logradas.
En este mismo sentido, el rol de orientador y tutor favorece la colabo-
ración activa con el sector productivo para el diseño e implementación de
programas que sean considerados durante la enseñanza con la ventaja de
mantenerse en contacto o inserto en el campo profesional (Mateos, 2001).
El papel del docente determina la interrelación de los actores del pro-
ceso de enseñanza y aprendizaje, dicha interrelación se genera y ocurre
en una acción recíproca básica (interacción) entre dos sujetos: estudiante
y docente que son sujetos biopsicosociales que tienen una formación
previa, un carácter histórico y son actores y participantes de la sociedad
en un momento y tiempo determinado lo que incide determinantemente
en el saber ser de cada uno en su interacción.
El intercambio de conocimientos, experiencias y actitudes que se
establecen entre ambos actores se percibe en una relación didáctica con-
siderada concreta, compleja y continua en su duración. En este trayecto
compartido, el docente diseña, aplica y evalúa estrategias didácticas de
manera informada, crítica y consciente; mientras que el estudiante, como
92
profesional en etapa de formación, desempeña su actividad académica de
manera activa, colaborativa, analítica y crítica, para desarrollar las compe-
tencias profesionales establecidas en el perfil de egreso de su carrera. La
relación didáctica es de suma importancia para que se cumpla de manera
óptima el proceso formativo, pues en ella acontecen diversas interacciones
que constituyen el bagaje académico, técnico-instrumental y sociocultural
que definirá el ejercicio profesional del egresado en su contexto.
En el mismo sentido, las profesoras y los profesores universitarios
“se caracterizan por ser personas reflexivas enfocadas en la organización
del aprendizaje y trabajan de manera colaborativa en comunidades de
autoaprendizaje” (Torres, 1999, p. 23). Las academias, como comunida-
des de aprendizaje, presentan una estructura cambiante, revitalizada,
con sentido de responsabilidad compartida a partir del intercambio de
experiencias y tienen como fin último la formación integral y de calidad
científica, tecnológica y humanística del estudiantado para el desarrollo
de las CPI.
El profesorado actúa e interviene de manera oportuna y pertinente
en el proceso de enseñanza al fomentar la autonomía y el desarrollo de un
conjunto de competencias, relacionadas con la integración a los colectivos
sociales que demandan su atención (grupos marginados, excluidos, entre
otros). Lo anterior se logra impulsando, como medio de aprendizaje, las
estancias de movilidad del estudiantado pues la movilidad e internacio-
nalización componen un entorno formativo que se alimenta de valores
disciplinares e interdisciplinares tanto en el ámbito académico como en
el social. De esta manera el estudiantado se introduce en contextos cul-
turales y educativos diferentes que le aportan saberes formativos para
incorporar experiencias y visiones multiculturales e interculturales que
coadyuvan en la conformación de su identidad.
Las funciones docentes se visualizan en un escenario complejo
cuando se desarrolla la docencia desde el enfoque formativo por CPI; este
tipo de educación presenta al profesorado nuevas demandas y exigen-
cias. Requiere asumir su quehacer profesionalmente, manejar a plenitud
su disciplina y estar preparado pedagógica y didácticamente para elabo-
rar, interpretar e implementar programas de estudio por CPI; además,
demanda reforzar una actitud abierta, flexible y sensible para responder
93
a las necesidades de aprendizaje del estudiante y de la competencia para
analizar y resolver problemas complejos de la realidad sociolaboral.
En este Modelo Educativo se asume que el profesorado desarrolla
acciones como: planificar, coordinar, orientar y evaluar las actividades del
alumnado, pues su aprendizaje se promueve en el aula, los laboratorios,
talleres y en los espacios laborales y para ello el docente posee las compe-
tencias que se espera desarrolle el alumnado. Las principales estrategias
docentes utilizadas en los programas universitarios incluyen: actividades
teamwork, discusiones, actividades para resolver problemas, estudios de
caso, proyectos, lecturas, entre otros.
En definitiva, el profesorado debe mantener una actitud de inda-
gación permanente, fomentar el aprendizaje de competencias (generar
entornos de aprendizaje), mantener una continuidad del trabajo indivi-
dual al trabajo en equipo (apostar por proyectos educativos integrados)
y favorecer el desarrollo de un espíritu ético.
El profesor y profesora son conscientes del papel social y transfor-
mador que cumplen como actores histórico-sociales en el proceso forma-
tivo (Liston y Zeichner, 1993). En este sentido la función docente tiende a
ser plural. Asume al mismo tiempo el papel de acompañante, mediador,
gestor de conocimientos y crítico. Así, en su papel de gestor y promotor
del aprendizaje, establece las condiciones y situaciones que lo propician
y requiere conocer y dominar la variedad de perspectivas pedagógicas y
metodológicas que le ofrecen gran diversidad de herramientas didácticas
para enfrentar las diferentes circunstancias del alumnado en los diversos
grupos. El profesorado, además de tener que adaptar las metodologías de
enseñanza al nuevo entorno, tiene ante sí el reto de adquirir conocimien-
tos, habilidades y actitudes digitales que motivan al alumnado a hacer un
uso crítico de la tecnología no sólo en el aula, sino también en casa, en su
vida social y en sus entornos de recreación.
El profesorado participa en la construcción de respuestas colectivas
a los retos que plantea la revolución digital a la educación. Los profesores
y profesoras aprenden a ser competentes digitales, pero más importante
aún es resignificar y adaptar su competencia docente a un mundo digi-
talizado (Tejada, 2009). Para ello utilizan de manera eficaz y eficiente los
nuevos recursos tecnológicos (alfabetización digital) en sus actividades
94
profesionales (docentes, de investigación, de gestión) y personales. Poseen
competencias instrumentales para el uso de programas y los recursos
de internet, pero sobre todo desarrollan competencias didácticas en lo
general y en lo particular para la implementación de estos medios en los
distintos roles docentes.
En este Modelo Educativo el profesorado desarrolla entre otras, las
siguientes habilidades: creación y edición de audio digital, utilización de
marcadores sociales para compartir los recursos con/entre el alumnado,
uso de blogs y wikis para generar plataformas de aprendizaje en línea
dirigidas al estudiantado, diseño y utilización de imágenes digitales para
el aula, uso de contenidos audiovisuales y videos para involucrarse en el
trabajo de grupo, utilización de infografías para estimular visualmente al
alumnado, uso de las redes sociales para conectarse con colegas y crecer
profesionalmente, ser capaz de detectar el plagio en los trabajos de sus
estudiantes, recuperar contenido Web apto para el aprendizaje en el aula,
capacitarse en la comprensión de cuestiones relacionadas con derechos
de autor y uso honesto de los materiales y aprovechar las herramien-
tas digitales para crear instrumentos y cuestionarios de evaluación para
aprendizaje.
Gestionar procesos innovadores en el aula y el centro (CUCS) son
importantes, el profesorado de educación superior conoce, a través de
una disciplina determinada, los contenidos a enseñar y su traducción en
niveles de desempeño y competencias a lograr. En este caso la compe-
tencia docente se refiere a la organización y animación de la situación de
aprendizaje. “El enriquecimiento de la práctica de la docencia se percibe
a través de la comprensión de esta actividad como una acción colectiva
asumida por una comunidad con posibilidades de compartir y socializar
experiencias y proyectos”; en donde los espacios hacen posible acordar
objetivos comunes y estrategias congruentes para alcanzarlos, así como
compartir los significados (Tejada y Ruiz, 2016, p.33).
El logro de la implementación de este modelo implica la formación
docente, en donde se prioriza la experimentación de situaciones educa-
tivas, la elaboración de textos y de materiales didácticos, así como la pla-
neación e instrumentación didáctica anticipada de los cursos. Lo anterior
95
implica un proceso de gestión administrativa y académica para mejorar
continuamente la planeación y la formación docente.
Las características de los sistemas educativos de diferentes países
demuestran que son más innovadores en la medida en que la formación y
el aprendizaje permanente de profesores es considerado como uno de sus
principales indicadores de calidad educativa. En este tenor, la responsabi-
lidad del cambio y la innovación no corresponde sólo al profesorado, sino
a todo el sistema educativo que se concreta en los modelos innovadores
orientados al proceso de transformación (Perrenoud, 2004). Finalmente,
el reto es construir procesos de formación y trayectos formativos consen-
suados e innovadores para el profesorado universitario.
96
En ese sentido, es en el profesorado del CUCS, como individuo y
como cuerpo colegiado, en quien recae la tarea de planear la enseñanza
y el aprendizaje, considerando los principios pedagógico didácticos, en
base a los que fundamenta sus decisiones (Stenhouse, 1987); también es
quien instrumenta el programa de la Unidad de aprendizaje, a partir de
organizar una serie de momentos o pasos. Para lo cual el profesorado
debe considerar, desde un primer momento, el perfil de egreso de los
programas educativos de los estudiantes, pues en este perfil se refieren las
competencias profesionales, socioculturales y técnico-instrumentales que
se relacionan con el aprendizaje a lograr en cada Unidad de aprendizaje.
97
3. Principales tipos de competencias (una de cada tipo): profesionales,
socioculturales y técnico-instrumentales del perfil de egreso, a las
que aporta la Unidad de aprendizaje.
4. Unidad de competencia: considera tres elementos, acción, contexto
y finalidad. Para su redacción se responden las siguientes preguntas:
¿qué hace? (acción sobre el objeto de aprendizaje), ¿cómo y en dónde
lo hace? (contexto social complejo) y ¿para qué lo hace? (finalidad de
la acción).
5. Saberes a desarrollar: Saberes prácticos (qué tiene que saber hacer),
saberes teóricos (qué tiene que saber) y saberes formativos (qué acti-
tudes y valores asume), necesarios para alcanzar la Unidad de com-
petencia.
6. Contenidos de enseñanza aprendizaje (temas y subtemas): teórico
disciplinares, prácticas laboratoriales o prácticas profesionales, cohe-
rentes con los saberes previos.
7. Estrategias de enseñanza aprendizaje por CPI. Se priorizan estra-
tegias o metodologías didácticas globales (Aprendizaje Basado en
Problemas, Aprendizaje Orientado a Proyectos, Aprendizaje Basado
en Caso, Aprendizaje Cooperativo, Aprendizaje Colaborativo, etc.),
para abordar cada uno los contendidos establecidos previamente.
Por su carácter global, las estrategias de enseñanza aprendizaje
solo se refieren genéricamente en el programa de la Unidad de apren-
dizaje, pero en otro momento, en la instrumentación didáctica (que
se muestra en el siguiente apartado), se especifican cada uno de los
pasos o actividades que se requieren para el desarrollo de estas estra-
tegias.
8. Evaluación del aprendizaje: Señala evidencias de aprendizaje, crite-
rios de desempeño, contexto de aplicación, elementos de calificación
y acreditación; así como la evaluación del proceso enseñanza-apren-
dizaje por estudiantes, docentes y academias.
9. Referencias bibliográficas, hemerográficas y vínculos digitales de
consulta.
98
3.4.2 Instrumentación didáctica por CPI
99
Las actividades de apertura o de inicio generalmente las desarrolla
el profesor, dependiendo del momento del curso. Ejemplo de ellas son:
presentaciones, exposiciones, demostraciones, contextualizaciones, ejem-
plos, a través de los cuales orienta el abordaje del contenido, resalta pun-
tos de interés y delimita el alcance de las actividades por realizar.
Las actividades de desarrollo o de proceso las realiza el estudiante,
de manera individual y/o colectiva, a partir de una variedad de acciones
que implican indagar y sistematizar información para conocer, organi-
zar, comprender, analizar o aplicar los contenidos, o bien, para elaborar
proyectos o generar propuestas de solución a problemas o situaciones. En
función del aprendizaje a lograr, algunos ejemplos de actividades conven-
cionales son: preguntas generadoras, elaboración de cuadros, diagramas
o mapas cognitivos o diversas técnicas grupales (Pimienta, 2012).
El proceso de enseñanza aprendizaje también se apoya en actividades
o formas de trabajo no convencionales que combinan estrategias presen-
ciales con entornos virtuales como el aula invertida, el uso de herramien-
tas tecnológicas como los simuladores y plataformas digitales (Moodle,
Google Classroom, Meet, Schoology, Coursera, Zoom, Skype, etc.); además,
hacen uso de las redes sociales (Facebook, YouTube, Twitter, Google, Whats-
App, Instagram, TiK-Tok, entre otros).
Todas las Unidades de aprendizaje, incluso las denominadas “teóri-
cas”, se implementan mediante estrategias de enseñanza aprendizaje, que
además de propiciar el conocimiento y la comprensión, también requie-
ren la aplicación en contextos teóricos o prácticos de los aprendizajes
adquiridos (Bellocchio, 2010).
El tercer momento de la instrumentación se refiere a las activida-
des de cierre y es cuando, como resultado las actividades desarrolladas,
se evalúa el resultado del proceso de enseñanza aprendizaje a partir de
las evidencias o productos esperados, que permiten acercarse al cum-
plimiento o cumplir con lo señalado en el apartado de las evidencias de
aprendizaje del programa del curso.
100
3.5 Evaluación del aprendizaje
101
tivos). Además de acuerdo con la normatividad universitaria y según el
momento en que se desarrolle es: inicial, de proceso y final; y de acuerdo
con el proceso: diagnóstica, de orientación o reorientación, predictiva o
de control (UdeG 2006c).
La evaluación del aprendizaje en el Centro Universitario es coherente
con los principios filosóficos, sociales, académicos y pedagógico didácti-
cos planteados en este Modelo en el que se asume el enfoque educativo
por CPI. Para atender a las diversas formas, estrategias y propósitos de
esta evaluación, el CUCS se plantea como prioridad la capacitación y
actualización permanente y continua de los docentes más cuando, en el
caso de la evaluación por CPI y dada su complejidad, no existe un agente
evaluador único ya que implica procesos de autoevaluación, coevaluación
y heteroevaluación (Tejada y Ruiz, 2016).
Durante el proceso de evaluación el docente implementa cuatro
acciones básicas: 1) planifica el proceso de evaluación; 2) diseña meca-
nismos de evaluación; 3) recolecta evidencias de aprendizaje; y 4) retroa-
limenta el proceso de enseñanza aprendizaje al dimensionar e identificar
problemáticas de los estudiantes en diversos momentos y aspectos a través
de la formación. Estas acciones permiten aprovechar una de las princi-
pales ventajas del carácter integrado de las CPI, asociadas a la evaluación
formativa, en la que resalta la importancia de los procesos y, por tanto, la
posibilidad de realizar ajustes en función no solo de las necesidades de los
estudiantes, sino también de los resultados de su aprendizaje en general.
Si bien, para el profesorado la evaluación es como un sensor perma-
nente del aprendizaje que le permite reorientar sus acciones pedagógico
didácticas hacia los aprendizajes previstos con apoyo de metodologías,
instrumentos o contextos más apropiados; también los resultados son
importantes no solo para evaluar las competencias de los alumnos sino
también las competencias de los docentes, administrativos y directivos
(Moreno, 2016).
Para evaluar el aprendizaje de las CPI, se sugiere no perder de vista
que cada uno de los aprendizajes esperados se vincula, en lo general,
con una propuesta curricular, y en particular, con un perfil de egreso
estructurado.
102
Al asumir que las competencias son definidas, reconocidas y anali-
zadas solo a partir de la acción y la práctica en contextos determinados
(Ríos y Herrera, 2017), hace necesario considerar situaciones e instrumen-
tos que permitan al alumno demostrarlas y hacerlas visibles a través de
evidencias de aprendizaje. Dichas evidencias pueden ser de diverso tipo
e índole, e integran un conjunto de saberes complejos. Estas evidencias
“… identifican los productos o resultados del aprendizaje (reportes de
prácticas, exámenes, proyectos, portafolios, informes, ensayos, debates,
etc.) que involucran los saberes prácticos, teóricos y formativos en función
de contextos sociales, disciplinares y profesionales” (Huerta, et al., 2014).
La valoración de las evidencias de aprendizaje se basa en criterios de
desempeño, e implica establecer con claridad las condiciones y el grado
de calidad de los resultados esperados. Los criterios de desempeño son
integrales y formativos, deben establecerse con precisión considerando:
• El conjunto de saberes prácticos, teóricos y formativos como aspectos
a reconocer en la evidencia.
• Las condiciones o circunstancias (problemas, situaciones o contextos)
en las que se realizará la ejecución o presentará la evidencia.
• La forma o procedimiento que debe seguirse en la ejecución o en la
elaboración de la evidencia.
• El grado de calidad (características) con el que se realiza la evidencia.
• Los instrumentos de evaluación, como apoyo para recolectar infor-
mación sobre la ejecución de la evidencia.
• La retroalimentación al estudiante sobre su proceso y avance en el
aprendizaje.
• La autoevaluación y coevaluación entre los participantes del proceso
de enseñanza aprendizaje.
103
ratorios o campo de trabajo), y diversas herramientas digitales (Edmodo,
Profits, Kahoot, entre otros).
Cabe mencionar que, si bien las evidencias se convierten en los ele-
mentos desde los que se define la calificación, los criterios de desempeño
precisan la escala o rango de posible calificación para cada elemento (evi-
dencia). Se espera una correspondencia entre la diversidad de evidencias
solicitadas al alumno a través de un curso y los elementos considerados
para definir la calificación; por lo mismo, mientras más evidencias (pro-
ductos y resultados en diferentes momentos, situaciones y contextos) se
tomen en cuenta, mejor evaluado será el aprendizaje. Si bien en el CUCS
no se establecen niveles del dominio de las competencias, es mediante la
calificación (en la escala de 0 a 100) que se valora del grado de aprendizaje
alcanzado.
Así, un desafío en la educación por CPI, es mantener la coherencia
desde de lo planteado en la propuesta curricular en relación con los per-
files de egreso y el reconocimiento de nuevos contextos sociolaborales y
profesionales, con la necesidad de planear, implementar y desarrollar
acciones y prácticas pedagógico didácticas para determinar los apren-
dizajes de las competencias y evidenciar la apropiación de los saberes
integrales complejos. También, en la evaluación del aprendizaje de CPI
se espera una mayor colaboración de los principales actores del proceso
de enseñanza y aprendizaje, con el propósito de realizar una evaluación
más participativa y democrática. (Ríos y Herrera, 2017).
3.6 Tutoría
104
La tutoría se considera un elemento fundamental para la construc-
ción y desarrollo de las competencias profesionales integradas e implica
un acompañamiento personalizado (o de un grupo reducido de estudian-
tes), por docentes formados y actualizados de manera continua en el
ejercicio de la tutoría, con el propósito de potenciar la formación integral
del estudiantado, alcanzar su maduración y autonomía para elevar la cali-
dad del proceso formativo, facilitar la adaptación en sus primeros años
y apoyo en su proceso de titulación, identificar problemas psicológicos
o de hábitos de estudio, con el fin último de disminuir la reprobación,
deserción, rezago académico y elevar la eficiencia terminal.
Además, el tutor guía al tutorado en los procesos académico adminis-
trativos y en la toma de decisiones sobre su trayectoria escolar.
La actividad tutorial se sustenta en el Artículo 126, fracción IV del
Estatuto General, y en los Artículos 37, fracción IV y 39, fracción III del
Estatuto del Personal Académico de la Universidad de Guadalajara. Asi-
mismo, responde a uno de los objetivos estratégicos del Plan de Desarrollo
Institucional del CUCS (2019-2025, Visión 2030). Para fortalecer y guiar
las actividades relacionadas con la tutoría se cuenta con el Programa Ins-
titucional de Tutorías (PIT) que implementa sus acciones a través de la
Coordinación de Servicios Académicos.
La tutoría se lleva a cabo bajo las siguientes modalidades: individual,
grupal, presencial, en línea, a distancia y mixta, mediante el apoyo de
recursos tecnológicos, orales y escritos. La actividad tutorial involucra a
diversos agentes, como son: el estudiantado, el profesorado, la o el coordi-
nador del programa educativo, los responsables de tutorías de los Depar-
tamentos y los responsables de tutoría de cada una de las Divisiones del
Centro Universitario. Mismos que se vinculan en la cotidianeidad del
proceso educativo no sólo para consolidar conocimientos y desarrollar
competencias, sino también para promover el desarrollo integral del ser
humano partiendo del aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a
vivir juntos y aprender a ser (UNESCO, 2019).
105
3.6.1 Implementación de la tutoría
106
Tabla 1
Momentos de la tutoría
107
Momento de Aspectos Acciones a Temas sugeridos
la tutoría claves considerar por el
tutor
Egreso Disminución Evaluación del Orientación
del índice de cumplimiento del en prácticas
reprobación, plan de acción profesionales y
eficiencia tutorial servicio social
terminal Seguimiento del Emprendimiento
egresado hasta la
titulación
Promoción Orientación para
del posgrado la titulación
y/o educación
continua
Proyecto de vida
Elaboración de
currículum vitae
Inserción laboral
Figura: Momentos de la tutoría Académica.
Fuente: elaboración propia a partir de ANUIES (2011) y Universidad de Guadalajara
(2010).
108
Finalmente se puede decir que en el Centro Universitario se reconoce
la importancia de las tutorías para el desarrollo y crecimiento profesional
de nuestros estudiantes, motivo por lo cual se diseñan cursos permanen-
tes de actualización en tutorías para el profesorado a partir de los progra-
mas institucionales de formación docente.
109
como herramientas de trabajo, la necesidad de reforzar y desarrollar habi-
lidades blandas (liderazgo, autocontrol, trabajo en equipo).
Las prácticas profesionales se constituyen como un mecanismo de
transición o “puente”, entre la universidad y el mundo laboral, que resulta
determinante para el futuro de los jóvenes en formación; por lo que en
este tránsito y desde el currículum, también logran desarrollar las compe-
tencias necesarias para el emprendimiento y con ello reducir los riesgos
que implica la falta de empleabilidad.
Por otro lado, la realización de prácticas profesionales obligatorias,
incluidas dentro del currículum, se orienta al desarrollo de los siguientes
Objetivos para el Desarrollo Sostenible planteados en la agenda global de
la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU, 2018):
• Objetivo 4. Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad
y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
• Objetivo 5. Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las
mujeres y las niñas.
• Objetivo 8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo
y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para
todos.
110
En el proceso se fomenta el desarrollo de la identidad profesional y se
comprueba el logro de las CPI que se manifiestan en entornos complejos.
Además de los beneficios vinculados al desarrollo de las competen-
cias expresadas en el perfil de egreso del programa educativo cursado,
la realización las prácticas profesionales representan una oportunidad
para que el practicante identifique otros beneficios que se concretan en
aspectos materiales y en ocasiones económicos. Al reconocer en la prác-
tica su nivel de dominio de las CPI, se espera que dichos beneficios apoyen
el desarrollo personal del estudiantado desde un enfoque de equidad
e inclusión y por ello el CUCS se esfuerza por reconocer la realización
de las prácticas profesionales como experiencia de trabajo, liderando en
los sectores del campo profesional que tal actividad sea una verdadera
plataforma de impulso al mundo laboral.
El Centro Universitario de Ciencias de la Salud regula el desarrollo
de las prácticas profesionales en los diversos escenarios y modalidades,
considerando tanto las de tipo presencial como las virtuales y mixtas. La
práctica profesional es supervisada por asesores y/o tutores internos y
externos, quienes son responsables de mantener el enlace con el mercado
laboral de la profesión.
La práctica profesional es una de las vías privilegiadas a través de las
que la universidad se vincula con los sectores público, privado y social.
En lo académico es importante porque curricularmente un egresado que
ha tenido un acercamiento con la realidad que pretende transformar, es
más apto para el ejercicio pleno de la profesión y está mejor preparado
para el mundo del trabajo. Desde estos espacios se retroalimenta y valora
la pertinencia del conocimiento promovido en los futuros profesionales,
de acuerdo con el avance en el campo del saber. Los resultados en este
ámbito dan pauta para responder a la pregunta: la institución ¿cumple
sus objetivos o debe formular un cambio?
En síntesis, los principios básicos para la realización de las prácticas
profesionales son: ser riguroso y crítico en cuanto al tratamiento de los pro-
blemas profesionales que le son propios, lo que requiere de reelaboración
de saberes procedentes de diferentes fuentes; reconocer, valorar y mejorar
las pautas profesionales de actuación en contextos cotidianos y concretos y,
por último, abordar los aspectos éticos que toda intervención social plantea
(Floyd y Gordon, 1998).
111
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Modelo Educativo CUCS 2021
se terminó de editar en noviembre de 2021
en los talleres gráficos de Ediciones de la Noche
Madero #687, Zona Centro
Guadalajara, Jalisco, México.
www.edicionesdelanoche.com