MODELO Testamento Vital y Doctrina
MODELO Testamento Vital y Doctrina
MODELO Testamento Vital y Doctrina
VOLUNTADES ANTICIPADAS
I.- INTRODUCCIÓN..........................................................................................................................................1
II.- BREVE REFERENCIA HISTÓRICA........................................................................................................3
III.- QUÉ SON LAS VOLUNTADES ANTICIPADAS....................................................................................7
IV.- MODELOS BÁSICOS...............................................................................................................................12
V.- CONSIDERACIONES JURÍDICAS.........................................................................................................16
VI.- JUICIO MORAL.......................................................................................................................................28
I.- Introducción
1
Miembro de Número de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales
de Córdoba. Profesor Titular de Filosofía del Derecho en la Universidad
Católica de Córdoba.
2
Vide en particular al punto Brock, D.; Medidas de calidad de vida en el
cuidado de la salud y la ética médica en La Calidad de Vida, México,
F.C.E., 1996, pág. 135.
3
Desde una perspectiva no médica, sino propiamente cultural-existencial se
pueden revisar diferentes obras que trabajan de alguna manera la idea que
venimos destacando; y todos ellos utilizan como núcleo la trama del dolor
físico. Vide Jünger, E.; Sobre el dolor: seguido de la moralización y fuego
en movimiento, Barcelona, Tusquest, 1995; Sánchez Ferlosio, R.; Ensayos y
artículos, Barcelona, Destino, 1992; Morris, D.; La cultura del dolor,
Barcelona, Andrés Bello, 1994; Ocaña, E.; Sobre el dolor, Valencia, Pre-
Textos, 1997.
la inventiva literaria pudo elaborar una tesis de un mundo sin
enfermedad4. No existe el hombre sano, sino homo infermus 5.
4
Samuel Butler en 1872 fábula un lugar llamado ‘Erhewon’ (anagrama inglés
de no where), el país de ninguna parte donde la enfermedad se castiga como
un crimen y el menor resfriado puede llevarle a uno a la cárcel, mientras
que el asesinato se considera una enfermedad que merece solicitud y
cuidados. Pues por caso se anota que el juez explica la sentencia a un
hombre acusado de tisis pulmonar en estos términos: “Puede que Usted me
diga que no es responsable ni de su nacimiento ni de su educación. Pero yo
le digo que su tisis, ya sea o no culpa suya, es un delito, y mi deber es
velar para proteger a la República contra delitos de esta naturaleza. Usted
podría decirme que se ha convertido en criminal por desgracia; yo le digo
que su crimen es ser un desgraciado” (Vide Bruckner, P.; La euforia
perpetua- Sobre el deber de ser feliz, Barcelona, Tusquets, 2001, pág.
173).
5
Vide Mainetti, J.; Homo infermus, Bs.As., Quirón, 1983.
6
Los mencionados nombres se usan más o menos indistintamente.
Particularmente nosotros hemos preferido algunos años atrás el de
testamentos vitales y así lo hemos considerado en nuestro libro Bioética,
derecho y sociedad- Conflicto, ciencia y convivencia, Córdoba, Alveroni-
EDUCC, 2004. Sin embargo la bibliografía más reciente ha logrado
desplazarlo por el otro que fuera apuntado, y para ello basta advertirlo en
Siurana, J.; Voluntades anticipadas, Madrid, Trotta, 2005.
Quizás también a la luz de ella, sea posible recuperar un
sentido originario que con el tiempo ha recibido una serie de
notables aportaciones, que si bien es cierto han profesado sobre
el mayor conocimiento externo del mencionado instituto
bioético, también es cierto que han traído nuevas connotaciones
a su sentido primitivo, deformándolo de alguna manera y
dejando librada la utilización de ellos a ciertas prácticas
médicas que en realidad no son las que el primigenio
testamento vital quería impedir o promover, tal como luego
indicaremos.
16
Silva Ruíz, P.; El Derecho a morir con dignidad y el testamento vital en
Revista General de Derecho Nº 592-593 (enero-febrero 1994), Puerto Rico,
pág. 435.
para el caso de no mirar el problema así, sólo puede ser
sorteado bajo un criterio dinámico de la noción de medios
proporcionados o no y que sólo él podrá –mutatis mutandi- si es
jurídicamente capaz, calificar la presunta desproporcionalidad
del acto médico que se le proponga 17.
28
En realidad se debería diferenciar para una cabal comprensión del
problema, los ámbitos de la autonomía reducida y competencia disminuida tal
como postulan Beauchamp, T. y McCullough, L.; Etica médica- Las
responsabilidades morales de los médicos, Labor, Barcelona, 1987, pág. 125.
29
Un repaso por los principales capítulos que han formado parte de los
pleitos por mala praxis puede ser consultado en la obra colectiva La
responsabilidad civil por mala praxis profesional, Bs.As., El Derecho-
Depalma, 2000.
30
Se trata de la que fuera ley pionera en España sobre el tema, y resultó
ser aprobada por el Parlamento de Cataluña el 21.XII.00 después de un arduo
proceso de negociaciones y discusiones. La misma entró en vigencia el
12.I.01. La mencionada norma permite a cualquier persona adulta
mentalmente capaz, a redactar ante notario o con la presencia de tres
testigos, dos de los cales no tengan parentesco ni relación patrimonial con
el firmante, un documento en el que exprese anticipadamente las actuaciones
médicas de las que no quiere ser objeto en caso de no poder decidir por sí
mismo. La enfermedad que debe padecer tiene que ser incurable, dolorosa y
mortal y la voluntad expresa puede ser la de oponerse a ser mantenido en
vida por medios artificiales. Cabe señalar que acorde lo que informa la
prensa extranjera las fuerzas políticas han brindado informaciones
contrarias respecto a la misma ley, para los partidos de izquierda
constituye ella una despenalización de la eutanasia pasiva, mientras que
para el Partido Popular no implica nada más que una manera de evitar el
encarnizamiento terapéutico.
31
En la Ley de la Junta de Galicia sobre Consentimiento informado, la cual
en sus artículos 4 bis y 4 ter se ocupa respectivamente de las llamadas
‘voluntades anticipadas’, como así también del otorgamiento del
consentimiento por sustitución. Consignamos en el Apéndice Normativo I, el
texto de la ley.
40
Vide respecto al tema de los deberes positivos y negativos el excelente
trabajo de Garzón Valdéz, E.; Los deberes positivos y su fundamentación en
Revista Doxa Nº 3 (1986), Madrid, Universidad de Alicante, pág. 17 y ss.
41
Se impone señalar, que aunque en la Instrucción el notario hubiera
transcripto la voluntad del deponente de ser sometido a realizaciones
eutanásicas y de ellas liberara de toda responsabilidad civil y/o penal al
equipo médico, al ser ellas contrarias al mismo ordenamiento jurídico,
devienen de irrelevancia jurídica nula. De la misma forma, que para
determinados actos médicos, el sólo consentimiento del enfermo no otorga
legitimidad para su realización, por caso la realización de un aborto que
requiere ciertos supuestos; para las operaciones de cambio de sexo, como
también la esterilización de personas donde se impone la indicación
terapéutica respectiva.
como de ‘Instrucciones o Directivas respecto a Tratamientos
Médicos en caso de Enfermedad Terminal’; negárselo sería
restringirle el mismo derecho que ya le ha sido reconocido por la
jurisprudencia a todo individuo42, como es el de oponerse a
determinados tratamientos médicos, aun cuando de ellos se
puede seguir su misma muerte.
Se deben anotar los autos “Jacobson, Juan”, resuelto por la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Civil, Sala H, 21.II.91 (publicado en La Ley 1991-B-
363); caso “Parodi, Angel Fausto” resuelto en autos “Dirección del Hospital
Interzonal General de Agudos (HIGA) de Mar del Plata s/ Presentación”,
resuelto por el Juzgado de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional
Nº3, Mar del Plata, 18.IX.95 (publicado en El Derecho T.165-360).
Finalmente el caso “Bahamondez, M” in re “Bahamondez, Marcelo s/medida
cautelar”, resuelto por la propia C.S.J.N. con fecha 6.IV.93 (publicado en
El Derecho T. 153-254).
43
Cfr. Lorenzetti, R.; Derecho a rechazar tratamientos médicos y derecho a
morir en la reforma del Código Civil en Jurisprudencia Argentina T. 1994-
II-844.
supuesto estado de enfermedad y prescribir el tratamiento que
requiere que le sea dispensado por los médicos, resulta una
gruesa injusticia.
51
Cfr. artículos 1869, 1872, 1879, 1884, 1889, 1890, 1891, 1907, 3619 y
concordantes del Código Civil.
52
Ha escrito Andrew Varga en orden a las leyes que debieran regular dichos
instrumentos que “El propósito de tal legislación, afirmar el derecho
natural de un paciente terminar a morir en paz, es recomendable y
moralmente justa" (Bioética, Bogotá, Paulinas, 1988, pág. 279).
Bien se ha escrito que atender a las voluntades anticipadas
“significa una aceptación serena de las limitaciones del
organismo, de la ciencia y de la técnica, en contra de actitudes
prometéicas y fáusticas o de un respeto sacral a la vida no
razonable”53.
Considero que la vida en este mundo es un don y una bendición de Dios, pero no es el
valor supremo absoluto. Sé que la muerte es inevitable y pone fin a mi existencia terrena,
pero desde la fe creo que me abre el camino a la vida que no se acaba, junto a Dios.
Por ello, yo, el que suscribe (nombre y apellidos del testador) pido que si por mi
enfermedad llegara a estar en situación crítica irrecuperable, no se me mantenga en vida
por medio de tratamientos desproporcionados o extraordinarios; que no se me aplique la
eutanasia activa, ni que se me prolongue abusiva e irracionalmente mi proceso de
muerte; que se me administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos.
Pido igualmente ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte. Deseo
poder prepararme para este acontecimiento final de mi existencia, en paz, con la
compañía de mis seres queridos y el consuelo de mi fe cristiana.
Suscribo esta Declaración después de una madura reflexión. Y pido que los que tengáis
que cuidarme respetéis mi voluntad. Soy consciente de que os pido una grave y difícil
responsabilidad. Precisamente para compartirla con vosotros y para atenuaros cualquier
posible sentimiento de culpa, he redactado y firmo esta declaración.
Firma:
Fecha:
EXPONGO:
A) Que no se dilate mi vida por medios artificiales, tales como técnicas de soporte vital,
fluidos intravenosos, medicamentos o suministro artificial.
D) Los estados clínicos a las que hago mención mas arriba son:
a. Daño cerebral severo e irreversible.
b. Tumor maligno diseminado en fase avanzada.
c. Enfermedad degenerativa del sistema nervioso y/o del sistema muscular en fase
avanzada, con importante limitación de mi movilidad y falta de respuesta positiva al
tratamiento especifico si lo hubiere.
d. Demencias preseniles, seniles o similares.
e. Enfermedades o situaciones de gravedad comparable a las anteriores.
E) Designo como mi representante para que vigile el documento de las instrucciones sobre
el final de mi vida expresadas en este documento, y tome las decisiones necesarias para
tal fin, a Don/Doña:................................... ............................. ............................., con
DNI: .............................
Fecha:
Firma:
TESTIGOS:
1.Nombre:
DNI.:
Firma:
2.Nombre:
DNI.:
Firma:
REPRESENTANTE:
Nombre:
DNI.
Firma: