La Convención de Palermo es un tratado de las Naciones Unidas de 2000 contra el crimen organizado transnacional. Incluye tres protocolos que abordan la trata de personas, el contrabando de migrantes y el tráfico ilícito de armas. La convención y los protocolos buscan armonizar las leyes internacionales sobre estos temas y están bajo la jurisdicción de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
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La Convención de Palermo es un tratado de las Naciones Unidas de 2000 contra el crimen organizado transnacional. Incluye tres protocolos que abordan la trata de personas, el contrabando de migrantes y el tráfico ilícito de armas. La convención y los protocolos buscan armonizar las leyes internacionales sobre estos temas y están bajo la jurisdicción de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
La Convención de Palermo es un tratado de las Naciones Unidas de 2000 contra el crimen organizado transnacional. Incluye tres protocolos que abordan la trata de personas, el contrabando de migrantes y el tráfico ilícito de armas. La convención y los protocolos buscan armonizar las leyes internacionales sobre estos temas y están bajo la jurisdicción de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
La Convención de Palermo es un tratado de las Naciones Unidas de 2000 contra el crimen organizado transnacional. Incluye tres protocolos que abordan la trata de personas, el contrabando de migrantes y el tráfico ilícito de armas. La convención y los protocolos buscan armonizar las leyes internacionales sobre estos temas y están bajo la jurisdicción de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
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La
Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional,
más conocida como la Convención de Palermo, es un tratado multilateral patrocinado por Naciones Unidas en contra del crimen organizado transnacional, fue adoptado en 2000. Sus tres Protocolos (los Protocolos de Palermo) son:1
Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y
Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños; y Protocolo de las Naciones Unidas contra el Contrabando de Migrantes por Tierra, Mar y Aire. Protocolo de las Naciones Unidas contra la fabricación y el tráfico ilícito de armas de fuego Todos estos tres instrumentos contienen elementos de las actuales leyes internacionales sobre trata de personas y el tráfico ilegal de armas. La convención y el protocolo están bajo la jurisdicción de Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD, o UNODC,por las siglas en inglés de United Nations Office on Drugs and Crime). La convención entró en vigor el 29 de septiembre de 2003. Para 6 de octubre de 2008, la convención de Palermo contaba con 147 estados miembros.2
Artículo 12. Decomiso e incautación
1. Los Estados Parte adoptarán, en la medida en que lo permita su ordenamiento jurídico interno, las medidas que sean necesarias para autorizar el decomiso: a) Del producto de los delitos comprendidos en la presente Convención o de bienes cuyo valor corresponda al de dicho producto; b) De los bienes, equipo u otros instrumentos utilizados o destinados a ser utilizados en la comisión de los delitos comprendidos en la presente Convención. 2. Los Estados Parte adoptarán las medidas que sean necesarias para permitir la identificación, la localización, el embargo preventivo o la incautación de cualquier bien a que se refiera el párrafo 1 del presente artículo con miras a su eventual decomiso. 3. Cuando el producto del delito se haya transformado o convertido parcial o totalmente en otros bienes, esos bienes podrán ser objeto de las medidas aplicables a dicho producto a tenor del presente artículo. 4. Cuando el producto del delito se haya mezclado con bienes adquiridos de fuentes lícitas, esos bienes podrán, sin menoscabo de cualquier otra facultad de embargo preventivo o incautación, ser objeto de decomiso hasta el valor estimado del producto entremezclado. 5. Los ingresos u otros beneficios derivados del producto del delito, de bienes en los que se haya transformado o convertido el producto del delito o de bienes con los que se haya entremezclado el producto del delito también podrán ser objeto de las medidas previstas en el presente artículo, de la misma manera y en el mismo grado que el producto del delito. 6. Para los fines del presente artículo y del artículo 13 de la presente Convención, cada Estado Parte facultará a sus tribunales u otras autoridades competentes para ordenar la presentación o la incautación de documentos bancarios, financieros o comerciales. Los Estados Parte no podrán negarse a aplicar las disposiciones del presente párrafo amparándose en el secreto bancario. 7. Los Estados Parte podrán considerar la posibilidad de exigir a un delincuente que demuestre el origen lícito del presunto producto del delito o de otros bienes expuestos a decomiso, en la medida en que ello sea conforme con los principios de su derecho interno y con la índole del proceso judicial u otras actuaciones conexas. 8. Las disposiciones del presente artículo no se interpretarán en perjuicio de los derechos de terceros de buena fe. 9. Nada de lo dispuesto en el presente artículo afectará al principio de que las medidas en él previstas se definirán y aplicarán de conformidad con el derecho interno de los Estados Parte y con sujeción a éste.