Kekutt Cecilia
Kekutt Cecilia
Kekutt Cecilia
CECILIA KEKUTT
CÓRDOBA
REPÚBLICA ARGENTINA
2015
0
LA FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS NO SE HACE SOLIDARIA CON LAS
OPINIONES DE ESTA TESIS
1
DEDICATORIAS
2
AGRADECIMIENTOS
Debo agradecer de manera especial y sincera al Dr. Alberto Sassatelli por aceptarme a
realizar esta tesis bajo su dirección.
3
INDICE
Resumen ……………………………………………………………………………………………………………………. 5
Abstract .……………………………………………………………………………………………………………………. 6
Planteo del problema……………………………….………………………………………..……………………....7
Objetivos de la Tesis.….…..……………………………………………………………………………………........8
Encuadre Metodológico…………………………………………………………………………………………….…9
Justificación de la Tesis……..……………………………………………………………………………………….10
CAPITULO I
BIOÉTICA Y MUSICOTERAPIA: DOS HACES DE LUZ SOBRE EL ESCENARIO DE LA
INCLUSIÓN ………………………………………………………………………………………………………………..11
1.1 Música y terapia: la emergencia de un nuevo campo disciplinar ………………..………13
1.2 La Bioética: principales hitos y autores .....………………………………………………………….14
CAPITULO II
LA INCLUSIÓN DE LOS NEE EN EL ESPACIO ESCOLAR: POSIBILIDADES Y LÍMITES DE LA
ACCIÓN EDUCATIVA....……………………………………………………………………………………………. 24
2.1 Los paradigmas de integración bajo la lupa de la educabilidad y el formato
escolar............................................................................................................................26
CAPITULO III
UN ESQUEMA CONCEPTUAL REFERENCIAL Y OPERATIVO PARA FACILITAR LA
INCORPORACIÓN DE LA MUSICOTERAPIA EN EL ÁMBITO EDUCATIVO..………………….30
CAPÍTULO IV
LAS DOS CARAS DEL CASO MATÍAS……………………………………………………………………........35
CONCLUSIONES………………………………………………………………………………………………………….42
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………………………………………46
ANEXO. LAS CAPACIDADES DIFERENTES EN ARGENTINA….………………………..…49
4
RESUMEN
PALABRAS CLAVES
Niños y niñas con necesidades educativas especiales. Musicoterapia. Principios
bioéticos. Justicia distributiva. Inclusión escolar.
5
ABSTRACT
This thesis shows how music therapy helps in the inclusion of boys and girls with
special needs in the educational area, we have to recognize them as ethic, historical,
political and cultural human been which integrates a community and not just see them
as people who we need to rehabilitate.
This documental study integrates the bioethics, education and music therapy
resources. The exploration of how the music therapy has the potential to get into the
formal educational system, and propose new question about limits and possibilities to
get into the school vinculating the bioethics principles knowing the existence of the
rights which are in the National Education Law.
The musical therapy is a resource inside the distributive justice, can be used as an
inclusive process for people with special educational needs, using the fulfillment of the
non maleficence to the beneficence.
With the categories of the educational area like educability notion, bonding to the
attention of diversity and the use of rights, we check the paradigms that are in the
process of inclusion/exclusion.
After offering a conceptual, referential and operative scheme to incorporate the
musical therapy to the educational system we present Matia’s case, a systematic
report which help us to integrate the properties and particularities of the musical
therapy convergent with the bioethics, in a sense of induction and deduction.
Keywords:
Boys and Girls with special educational needs, musical therapy, bioethics principles,
distributive justice, educational area.
6
PLANTEO DEL PROBLEMA
1
Ley N° 26.206. Ley de Educación Nacional. Publicada en Boletín Oficial. 28 de diciembre de 2006.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.
7
En este contexto, las preguntas que se plantea este trabajo son:
OBJETIVOS DE LA TESIS
Objetivo General
Contribuir al reconocimiento de los niños y niñas con NEE como sujetos éticos,
políticos, históricos, culturales, desde una perspectiva bioética basada en la justicia
distributiva.
Objetivos Específicos
8
ENCUADRE METODOLÓGICO
9
JUSTIFICACIÓN DE LA TESIS
Este trabajo focaliza las características de un formato escolar que afirma el carácter
universal y obligatorio de la educación pero que ofrece escasas alternativas a los
diversos ritmos y modalidades de aprendizaje.
Frente a esto, la incorporación de la musicoterapia aparece como una alternativa para
generar, sostener y fortalecer experiencias educativas genuinas y potentes que
faciliten a los NEE una apropiación del espacio escolar con vistas al máximo desarrollo
de sus posibilidades y al pleno ejercicio de sus derechos.
La intención de este trabajo es aportar reflexiones y experiencias sobre el
posicionamiento del musicoterapeuta como agente de cambio capaz de estimular
nuevos canales de comunicación que amplíen las alternativas de inclusión de los NEE
en concordancia con las premisas bioéticas.
10
CAPITULO I
2
Escobar Triana, J. (2000) Comprensión sistémica de la salud y calidad de vida. En Bioética y Calidad de
Vida. Colección Bíos y Ethos. Ediciones El Bosque.
3
Esta definición pertenece a la Unidad Regional de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) con sede en Santiago de Chile y fue modificada por el S.J. Alfonso Llano Escobar en la Revista
Selecciones de Bioética Nº 15 del Instituto de Bioética de la Pontificia Universidad Javeriana de
Colombia.
http://puj-portal.javeriana.edu.co/portal/page/portal/Bioetica/1pdfs_docs/revistaseleccionesNo.15.pdf
11
Elliot Eisner como Howard Gardner ponen el acento en la visión artística como un
aporte fundamental para el acompañamiento del desarrollo cognitivo en procesos de
inclusión escolar.
Esquirol, psiquiatra francés del siglo XIX, fue el primero en usar la música como una
alternativa en el tratamiento de pacientes con enfermedades mentales.
En Estados Unidos, desde la Primera Guerra Mundial, los hospitales de veteranos
contrataban músicos como ayuda terapéutica, preparando así el camino para la
musicoterapia. En 1950 se fundó la Asociación Nacional de Terapia Musical.
En la misma época se fundaba en Inglaterra la Sociedad de Terapia Musical y
Música Remedial, que luego cambió su nombre por el de Sociedad Británica de
Musicoterapia, organismo que actualmente extiende el título de Musicoterapeuta.
En Argentina, las primeras referencias a la musicoterapia datan de fines del siglo
XIX. En 1882 aparece en la Gaceta Musical de Buenos Aires, un artículo titulado
“Breves consideraciones sobre la relación que existe entre la música y la medicina”
y en 1884 “La música de los locos” dedicado a informar sobre las experiencias que
4
Gardner, H. (1982) Arte, Mente y Cerebro, una aproximación cognitiva a la creatividad. Barcelona. Ed.
Paidós.
12
se realizaban en el célebre establecimiento de la Salpetriére.5 Ya entrado el siglo
XX, José Ingenieros investiga sobre la aplicación de los fenómenos psicoacústicos, a
través de la música, como terapia psicosomática.
En 1966 se crea la primera Carrera de Musicoterapia en Latinoamérica en la USAL
(Universidad de El Salvador), Buenos Aires.
En 1994, la Universidad de Buenos Aires abre la carrera de Musicoterapia.
El 30 de diciembre de 2006 la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de
Buenos Aires promulga la Ley Provincial de Ejercicio Profesional de Musicoterapia.
Las jurisdicciones provinciales conservan la potestad de legislar sobre su territorio;
de allí que algunas provincias poseen una Ley de Ejercicio Profesional para
Musicoterapeutas y otras no.6 La sanción de la ley de ejercicio profesional en el
Congreso de la Nación ofrece un marco legal a nivel nacional, que las provincias
debieran tomar como referencia para reglamentar el ejercicio profesional en cada
una de ellas.
5
SUÁREZ URTUBEY. P. (2007) Antecedentes de la musicología argentina. Buenos Aires. Editorial de la
Universidad Católica Argentina.
6
Actualmente, las provincias argentinas que cuentan con ley para el ejercicio profesional de la
Musicoterapia son Neuquén (Ley 2.111 del 19/04/1995); Río Negro (Ley 3.112 del 29/07/1997); Chaco
(Ley 4.478. del 06/05/1998); Tierra del Fuego (Ley 710. del 29/06/2006; Buenos Aires (Ley 13.635. del
28/12/2006; vetada parcialmente por Decreto 45/2007).
13
organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las
necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas. La
musicoterapia tiene como fin desarrollar potenciales y/o restaurar las
funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor
integración intra y/o interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de
vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento. (World Federation
of Music Therapy, 1996)7
7
Comité de Práctica Clínica de la World Federation of Music Therapy. Hamburgo.1996.
8
HANS-MARTIN Sass. (2008) Concept of Bioethics. Kennedy Institute of Ethics Journal N°17 pp. 279-295.
9
LOLAS, F. (2008). Bioethics and animal research: A personal perspective and a note on the
contribution of Fritz Jahr. Biol. Res. Santiago 41(1) Pag 119-123
10
POTTER (1971) Bioethics. Bridge to the Future. Prentice Hall. New York.
14
católico que define a la Bioética como el "estudio sistemático de la conducta humana
en el área de las ciencias de la vida y la salud, examinado a la luz de los valores y
principios morales" (Reich, 1978).11
11
REICH, W. (1978) Encyclopedia of Bioethics. Schuster, New York Mencionado en:
http://www.bioetica.uchile.cl/doc/bioeu.htm)
15
prevalencia en ese caso concreto; todos los deberes prima face, esto es, son
principios orientadores de la acción pero admiten excepciones justificadas.
12
GRACIA, D. (1989) Fundamentos de la Bioética. Madrid. Editorial Eudema.
16
El art. 14 aborda la responsabilidad social en salud y se refiere al derecho a la
ampliación del acceso a los sistemas de salud y a los medicamentos esenciales.
El artículo 15 compromete a los países miembros de las Naciones Unidas a
compartir los beneficios resultantes de cualquier investigación científica y sus
aplicaciones con todos los países, en especial con los países en desarrollo.
Estos beneficios incluyen el acceso a los cuidados de salud de calidad, así como
la oferta de nuevas modalidades diagnósticas y terapéuticas o de los productos
resultantes de la investigación.
EE.UU. y Canadá sumados a otros países de la Unión Europea y de otras latitudes
integran organismos internacionales vinculados a la bioética y a su vinculación con la
política, la salud, la educación, la ciencia, la cultura y la economía.
13
Kant, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Traducción de Manuel García Morente.
(2007). Ed. Pedro M. Rosario Barbosa. Puerto Rico.
14
Profesores de la Universidad de Frankfurt
17
también por aplicar este tipo de ética a diversos ámbitos de la vida social. Acuerdan
con Kant en que el mundo moral es el de la autonomía humana, es decir, el de aquellas
leyes que los seres humanos nos damos a nosotros mismos pero discrepan a la hora de
determinar qué significa «nos damos nuestras propias leyes». Ellos consideran que las
personas no llegamos a la conclusión de que una norma es ley moral o es correcta
individualmente, sino a través del diálogo con los demás. Desde la perspectiva de la
razón práctica dialógica se sientan las bases para definir cuáles son las normas
correctas que satisfacen los intereses de todos. Por ejemplo, si queremos averiguar si
una norma es moralmente correcta o no, la ética del discurso propone someterla a un
diálogo en el que participen todos los afectados por la norma.
Al igual que Kant, los partidarios de la ética del discurso centran su preocupación en la
dignidad humana. Ahora bien, ¿de qué somos dignos los seres humanos? La ética del
discurso afirma que cada persona ha de reconocerse como interlocutor válido en
cuantas normas le afecten. Por lo tanto, cuando se delibere sobre la corrección de esas
normas, somos dignos de ser tenidos en cuenta en las decisiones: tenemos que poder
participar en los diálogos en las condiciones más próximas posible a la simetría.
Cualquier sujeto capaz de lenguaje y acción puede participar en el discurso,
problematizar cualquier afirmación, expresar sus posiciones, deseos y necesidades.
El aporte de la ética del discurso nos permite fundamentar la idea de que los NNEE
son, por el mero hecho de ser personas, interlocutores válidos, como sujetos capaces
de lenguaje y acción, en la medida de sus posibilidades. Justamente uno de los
objetivos principales de la musicoterapia es reconocer, consolidar y ampliar esas
capacidades de comunicación. Lo que redundará en mayor autonomía.
Más allá de estos autores que abren un panorama general sobre la bioética, el
enfoque biopsicosocial que proponemos en este trabajo demanda el análisis de
posiciones y autores que han trabajado el concepto de justicia social distributiva, como
John Rawls, Amartya Sen y Marta Nussbaum. Los planteamientos bioéticos de justicia
social y justicia distributiva combinan criterios morales y políticos que son útiles para
enfatizar los derechos de los NNE a una educación inclusiva y para generar políticas
públicas capaces de garantizarlos.
Rawls aporta la Teoría de la Justicia que promueve sociedades pluralistas con
democracia liberal. Esta perspectiva no debiera involucrar solo a quienes trabajan
18
directamente en los procesos de inclusión sino a todos los miembros de la sociedad, ya
que la consideración de la discapacidad no se refiere a la persona, sino “a la forma en
que se estructuran las sociedades; es decir, a la manera como se focalizan y distribuyen
los recursos” (Cruz y Hernández, 2006, p. 146)15.
Para Rawls, la justicia es “la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad
es de los sistemas de pensamiento”, y “siendo las primeras virtudes de la actividad
humana, la verdad y la justicia no pueden estar sujetas a transacciones” (Cruz y
Hernández, 2006, p. 146)16. El concepto de justicia requiere que se establezcan normas
como la cooperación, además de conflicto e identidad de intereses. En estos dos
últimos aspectos se centraliza la idea de adecuada distribución, de acuerdo con la
participación en la producción de bienes. A partir de ello, la teoría rawsliana buscó
establecer los “principios de la justicia social”, con el fin de reconocer los derechos y
deberes, y la forma más ecuánime de recibir los productos de acuerdo con la
cooperación. La idea de la justicia social distributiva es fundamental para obtener una
sociedad bien organizada. Su teoría de justicia social se asienta en los siguientes
principios:
1. Toda persona tiene un derecho igual al conjunto más amplio de libertades
fundamentales que sea compatible con el conjunto de libertades para todos.
2. Las desigualdades sociales y económicas tienen que cumplir dos condiciones: a)
deben ser para el mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la
sociedad y b) deben asociarse a funciones y posiciones abiertas a todos, en
condiciones de igualdad equitativa de oportunidades” (Rawls citado por Cruz y
Hernández, 2006, p. 138) 17.
En el caso de los NNE, el planteamiento se orienta a la aplicación del primer principio
en el logro de iguales libertades; y del segundo, para el logro de una sociedad más
justa y equitativa en sus oportunidades.
En este mismo sentido, la concepción de justicia social distributiva considera la
necesidad de mantener la igualdad, salvo cuando la desigualdad pueda beneficiar a las
personas que por sus condiciones requieran una mayor parte de los beneficios. “Todos
15
CRUZ, I. y HERNÁNDEZ J. (2006). Exclusión social y discapacidad. Colección de textos de
rehabilitación y desarrollo humano. Bogotá. Centro Editorial Universidad del Rosario.
16
RAWLS J. (1997) Teoría de la justicia. Primera reimpresión. México. Fondo de Cultura Económica.
17
RAWLS J. (2002) La justicia como equidad. Una reformulación. Barcelona. Ed. Paidós. Citado por
19
los valores sociales —libertad y oportunidad, ingreso y riqueza, así como las bases del
respeto a sí mismo— habrán de ser distribuidos igualitariamente a menos que una
distribución desigual de alguno o de todos estos valores redunde en una ventaja para
todos”. (Rawls, citado por Rozo Reyes y Monsalve Robayo, 2011.) 18
Para Rawls, la organización de la sociedad adjudica unos bienes primarios de tipo social
(la riqueza, las oportunidades, las libertades, los derechos) y los bienes primarios de
tipo natural, que ya no son distribuidos directamente por las instituciones (talento,
salud, inteligencia, entre otros). Propone que las instituciones actúen de manera justa,
buscando el equilibrio entre la atribución de derechos y deberes para minimizar las
brechas que pueden existir por la repartición de los bienes primarios. Como vemos, la
teoría de Rawls contribuye, en gran medida, a demostrar la necesidad de políticas
estatales de circunstancias especiales para los NEE.
Las múltiples cuestiones que plantean las sociedades pluralistas en el último tercio del
siglo XX no pueden responderse desde un código único, según advierte Adela Cortina.
Es preciso de recurrir a un proceso de deliberación en la esfera pública para descubrir
los valores y los principios de una ética cívica, común a los diferentes grupos. La esfera
pública no puede limitarse a una sociedad civil constituida únicamente por personas
orientadas por intereses universalizables, sino que está formada por asociaciones de
todo tipo y por personas con intereses diversos. En un modelo de deliberación pública
deben participar no sólo los sabios ilustrados (Kant), los ciudadanos (Rawls) o aquellas
personas que se orientan por intereses universalizables (Habermas), sino todos los
afectados por las decisiones. (Cortina, 2002, p. 45-54)19
Ahora bien, ¿cómo llevar adelante ese proceso de deliberación pública teniendo en
cuenta a todos los afectados, sin exclusiones? Para responder a esta pregunta, Cortina
retoma la concepción neoaristotélica de «práctica», como una actividad social
cooperativa que cobra su sentido de perseguir determinados bienes internos, lo que
exige el descubrimiento de ciertos principios de alcance medio que orientan
moralmente la acción, valores que es necesario alcanzar y virtudes que importa
cultivar para poder alcanzar los bienes internos.
18
ROZO REYES Y MONSALVE ROBAYO. (2011). Discapacidad y justicia distributiva: una mirada desde la
bioética. Revista Colombiana de Psiquiatría. Vol. 40. Bogotá.
19
CORTINA, A. (2002) La dimensión pública de las éticas aplicadas. En Ética y formación universitaria.
Revista Iberoamericana de Educación. N° 29.
20
Para repensar una perspectiva de justicia distributiva que no se agote en los
mecanismos de financiación, recurrimos a los aportes de Amartya Sen y Marta
Nussbaum que abordan la idea de justicia social distributiva incorporando las
condiciones para la autonomía, el respeto a la igualdad y la dignidad para cada
miembro de la sociedad.
Para Sen, la justicia no depende solo de los bienes primarios, como en el caso de
Rawls, sino que está asociada a las libertades que, a su vez, se relacionan con las
capacidades, variables según los contextos. Desde esta óptica, las políticas públicas
pueden “convertir” los bienes primarios en capacidades para que las personas logren
estados de bienestar. “La capacidad es un tipo de libertad: la libertad fundamental
para conseguir distintas combinaciones de funciones [o, en términos menos formales,
la libertad para lograr diferentes estilos de vida” (Martínez, 2005, p. 234).20
Las personas en condición de discapacidad tienen menos ventajas individuales y, por
tanto, menos opciones de bienestar. Para este autor, las personas que poseen bajos
ingresos y/o disminuciones en sus capacidades (como es el caso de los NEE) enfrentan
un doble problema: menos oportunidades de percibir ingresos y menos posibilidades
de convertir éstos en capacidades; por lo tanto, no gozan las mismas posibilidades de
bienestar que pueden tener otros grupos poblacionales. La propuesta que surge de su
teorización es brindar a las personas en situación de discapacidad los recursos
necesarios materiales, culturales e institucionales, por parte de la sociedad y el Estado,
y mejorar sus capacidades y, por tanto, su participación social.
Por su parte, Martha Nussbaum elabora una teoría que partiendo del concepto de
justicia evoluciona hacia la noción de equidad. Propone una lista de capacidades en la
que figuran la vida, la salud y la integridad corporal, los sentidos, la imaginación y el
pensamiento, las emociones, el racionamiento práctico, la afiliación con humanos y
otras especies, el juego y el control sobre el ambiente. Para ella, el concepto de justicia
está asociado a la responsabilidad del Estado de garantizar el desarrollo de estas
capacidades en todas las personas. En el caso de las personas con algún tipo de
discapacidad, propone que se realicen los esfuerzos necesarios para que puedan
alcanzar la mejor calidad de vida, incluso quienes padecen discapacidades graves para
que puedan mejorar su bienestar, aunque requieran una protección adicional por
20
MARTÍNEZ, J. (2005) Exclusión Social y Discapacidad. PROMI. Universidad Pontificia Comillas. España.
21
parte de la sociedad. Desde este punto de vista, las concepciones de justicia social
distributiva tienden a la búsqueda de la equidad e igualdad proponiendo
consideraciones éticas en la distribución de recursos para compensar las situaciones
desventajosas que se presentan para algunos sujetos.
Estas ideas también son reafirmadas por Francois Dubet cuando propone construir
una cultura escolar que contribuya a la justicia social y respete la dignidad de sus
miembros, una escuela en la que todos progresen. (Dubet, 2005).21 Según este autor,
la igualdad de oportunidades supone el reconocimiento de cada niño como sujeto
único, singular, irrepetible e igual a los demás, independientemente de sus
desempeños y sus resultados. Se trata de una igualdad que protege a los individuos y
preserva su subjetividad, intentando evitarles la crueldad y el estigma que genera la
internalización del fracaso como algo propio. Este modo de construcción de justicia
educativa procura fortalecer a los alumnos en la imagen de sí mismo, estimulando que
sean algo más que alumnos, es decir, que sean sujetos independientemente de su
mérito y sus diplomas, que sean personas plenas en sus diversos procesos de
aprendizaje.
Aunque el principio de justicia distributiva fue concebido para una aplicación más
centrada en el individuo, logra ascender al terreno colectivo con implicaciones
inmediatas en el desarrollo de políticas públicas, orientadas a la equiparar
oportunidades para el logro de las capacidades y de una vida más plena. En palabras
de Amartya Sen “…ampliar las capacidades humanas y, en consecuencia, las libertades,
que serán fuente de bienestar y mejor calidad de vida, la cual debe estar a cargo del
Estado” (Sen, 2000)22.
La educación, en este sentido, es fundamental para que las personas en condición de
discapacidad puedan ocupar un lugar social, participar en espacios comunitarios y
desarrollar sentido de pertenencia, de logro y de realización personal. La concepción
social de justicia distributiva lleva a revisar las conductas excluyentes que se viven en
el ámbito escolar, a reconocer la discapacidad desde una perspectiva moral y política
al concebir a los NEE como sujetos políticos y de derechos.
21
DUBET, F. (2005) La escuela de las oportunidades. ¿Qué es una escuela justa?” Editorial Gedisa.
Punto Crítico.
22
SEN, A. (2000) Desarrollo y Libertad. Madrid. Editorial Planeta.
22
En este sentido, es mucho lo que puede aportar la bioética en la construcción de un
pensamiento reflexivo y colectivo que perciba la discapacidad, dentro de la diversidad,
como un fenómeno social, que merece el esfuerzo de la sociedad y de los sistemas de
seguridad social en la consecución de mejores niveles de vida. Lo que puede requerir,
subsecuentemente, la asignación de mayores recursos para esta población y, así
mismo, garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación.
23
ROZO REYES Y MONSALVE ROBAYO. (2011). Op. Cit.
23
CAPITULO II
Exploremos los paradigmas que subyacen en los procesos de integración de los NEE a
la escolaridad común desde una perspectiva histórica.
24
STOLKINER, A. (1988) Prácticas en Salud Mental. Revista Investigación y Educación en Enfermería.
Vol VI. Medellín, Colombia.
24
necesidades requerirá poner en juego recursos educativos especiales: se entiende con
esta denominación a aquéllos adicionales o diferentes a los que las instituciones
escolares tienen disponible habitualmente en un lugar y tiempo determinados.
(Warnock, 1978). 25
Este concepto marcó un hito en la educación especial y posibilitó el pasaje a un nuevo
paradigma.
b) El paradigma de la rehabilitación
El concepto de salud-enfermedad que subyace en este modelo corresponde a una
concepción tecnocrática-normativa que, si bien reconoce la dimensión social,
mantiene velado el enfoque positivista de la salud en lo que respecta al concepto de
“anormalidad”26; es decir, considera la salud como satisfacción de necesidades y no
solo como ausencia de enfermedad.
Desde este paradigma, las personas con diversidad funcional ya no son consideradas
inútiles o innecesarias siempre que sean rehabilitadas. Entonces, el fin primordial que
se persigue es normalizar a las mujeres y hombres que son diferentes, aunque ello
implique forzar la desaparición o el ocultamiento de la diferencia que representa la
diversidad funcional. Es imprescindible rehabilitar a la personas y el éxito se valora
según la cantidad de destrezas y habilidades que logre adquirir el individuo (Puig De La
Bellacasa, 1993).27
c) El paradigma social
Este modelo reconoce el proceso de salud-enfermedad como “determinado por la
estructura de producción-reproducción social”28.
Esta posición que asigna una especial relevancia al sujeto activo en cuanto sujeto
social, se corresponde con la Concepción Participativa Integral, expresada por
Stolkiner, que utilizamos en este trabajo como fundamento de nuestra propuesta.
25
El Informe Warnok fue publicado en 1978 por el Comité de Educación liderado por Mary Warnok,
para Inglaterra, Escocia y Gales.
26
STOLKINER A. (1988) Op. Cit.
27
PUIG DE LA BELLACASA, R. (1993) La Discapacidad y la Rehabilitación en Juan Luis Vives. Real
Patronato de Prevención y de Atención a Personas con Minusvalía. Madrid.
28
STOLKINER, A. (1988) Op. Cit.
25
Las causas que originan la diversidad funcional son sociales y mujeres y hombres con
capacidades diferentes pueden contribuir a la comunidad en igual medida que las
personas sin diversidad funcional, desde la valoración y el respeto de su condición.
Desde esta perspectiva, la participación de la población representa la ruptura de la
relación poder-saber y habilita a los técnicos científicos a constituir programas
participativos intersectoriales en colaboración de equipos con metodologías de tipo
transdisciplinarias.
Este modelo parte de la premisa de que la diversidad funcional es una construcción y
un modo de opresión social, que surge de una sociedad que no considera ni tiene
presente a las mujeres y hombres con diversidad funcional. Asimismo, reivindica la
autonomía de la persona con diversidad funcional para decidir respecto de su propia
vida; para ello, se centra en la eliminación de cualquier tipo de barrera que impida una
adecuada equiparación de oportunidades (Barnes y Mercer, 2003)29.
29
Barnes, C., y Mercer, G (2003). Disability. Cambridge. Polity Press.
26
niños y jóvenes que no se ajustan al formato que la propia escuela les propone e
impone” (Baquero, 2007, p. 10)30. Desde su óptica, lo propio de lo humano no es la
capacidad de aprender per se, sino, en todo caso, las posibilidades de constituirse en
sujeto de una cultura.
Desde su punto de vista, la educabilidad resulta una práctica cultural, una actividad
intersubjetiva capaz (o no) de producir desarrollo en los sujetos que participan en ella.
Deja de ser un atributo personal y es concebida como una propiedad de las situaciones
educativas, habida cuenta de las características singulares de los sujetos. El aprendizaje
puede entenderse como variaciones en las formas de comprensión y participación en
las situaciones en las que los sujetos están implicados. El desarrollo se pondera como
el acceso a modos de comprensión y a formas diferentes y novedosas de participación.
Cada comunidad, cada actividad social, incluidas las educativas y las escolares, produce
formas de participación específicas y permite u obtura el acceso a diferentes
posiciones.
Siguiendo esta idea y ubicándonos ya en el ámbito educativo, proponemos una
articulación entre cada uno de los paradigmas de integración, arriba mencionados, con
las posiciones de Baquero.
El paradigma biológico-positivista coincide con las posiciones tradicionales centradas
en el alumno desde un enfoque clínico-médico o patológico individual. La idea es que
los alumnos sospechados de portar alguna anormalidad fracasan por cuestiones
ligadas a su maduración o a su desarrollo psicológico o intelectual. Son ellos quienes
no se ajustan a la propuesta pedagógica y a las expectativas escolares de rendimiento.
Si el aprendizaje no se produce, la razón debe buscarse en los pliegues internos del
sujeto.
Según Baquero, las perspectivas centradas en el déficit parten de una doble
naturalización: de los procesos de desarrollo y del espacio escolar. Por un lado, se
juzga el desarrollo de los sujetos como natural y uniforme, expresando cada sujeto
grados o modos de un único proceso. Esta idea da lugar a un espacio escolar – óptimo
o, al menos, neutral - diseñado para optimizar los aprendizajes de los sujetos
30
BAQUERO, R. (2006) Sujetos y aprendizaje. Buenos Aires Proyecto Hemisférico Elaboración de
políticas para la prevención del fracaso escolar. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la
Nación.
27
estimulando ese desarrollo “natural”. En los hechos, ese desarrollo uniforme de los
sujetos debería armonizar de modo natural con el espacio escolar; si no lo hace, algo
habrá dañado en su naturaleza. Desde esta perspectiva, la escuela impone
condiciones de trabajo altamente homogéneas que impactan sobre una población
claramente heterogénea atribuyendo las razones del fracaso escolar al desajuste de las
condiciones que porta buena parte de la población escolar.
También es posible, desde esta perspectiva, discutir las premisas que subyacen en el
paradigma de la rehabilitación, basado en un modelo de salud-enfermedad y en una
concepción tecnocrática-normativa que, si bien reconoce la dimensión social,
mantiene el enfoque positivista de la salud en lo que respecta al concepto de
“anormalidad”31. En el ámbito educativo este paradigma juzga las capacidades de los
sujetos o las comunidades de acuerdo a su capacidad de adaptación o ajuste a las
condiciones impuestas y puede operar, a sabiendas o no, de un modo violento y
autoritario, excluyendo en los hechos en el mismo acto aparente de incluir.
Para Baquero, el aprendizaje escolar supera la mera adquisición de habilidades o
conocimientos descriptos como un proceso psicológico-individual de despliegue de
una naturaleza infantil suficiente o adecuadamente estimulada e implica un proceso
de apropiación potente y mutua entre sujeto y cultura. Proceso que porta ineludibles
conflictos que no debieran ser reducidos a un problema “técnico”, a menos que
disimulemos su carácter profundamente político. “Esta necesidad de un método único
que expresaría la reinstalación y resonancia posible con la armonía natural recuperada
o a recuperar, constituirá también, retraducida, uno de los supuestos de nuestra
concepción moderna y persistente en buena medida hasta nuestros días en la matriz
evolucionista de curso único y en la lectura de la diferencia como retardo, detención o
desvío de un curso único de desarrollo deseable” (Baquero, 2006).32
Aunque la necesidad de atender a la diversidad forma parte del discurso educativo
estándar, se expresa con más énfasis y más sistemáticamente en el área de la
educación especial. Aquí el problema no radica en su posible expansión sino en lo que
se excluye y en los criterios bajo los cuales se define lo diverso. La sensibilidad frente a
31
STOLKINER A. (1988) Op. Cit.
32
BAQUERO, R. (2006) Op. Cit
28
la diferencia permite a Baquero distinguir dos grados para pensar la heterogeneidad:
una versión débil y una fuerte.
La versión débil percibe lo diverso como una alteridad con respecto a un tipo de
homogeneidad que puede ser relativa al punto de partida de los sujetos de la
educación – su nivel de conocimiento previo, su Coeficiente Intelectual, sus estructuras
de personalidad, su lengua materna, etc.- o respecto a las metas: un mismo logro
relativamente homogéneo sitúa a los aprendices en un punto de diversidad. Esta
perspectiva plantea la existencia de un conjunto o tipo relativamente homogéneo de
sujetos en tanto su punto de partida o características son relativamente comunes y,
por tanto, su distancia a los logros buscados o los medios a través de los que estos
piensan conseguirse resultan también relativamente homogéneos. Es probable que la
lógica de la escolaridad "común" esté fuertemente impregnada de esta concepción de
lo diverso.
La versión fuerte o radical propende que la atención de la diversidad debiera hacerse
cargo de la provisionalidad o carácter político de todo enunciado de homogeneidad
relativa, más aún cuando se lo piensa a la manera de parámetro para la delimitación
de una frontera de inclusión/exclusión. En este caso, la diversidad debe pensarse como
una característica de toda población escolar, aún de aquella que ilusiona con su
aparente homogeneidad (Baquero, 2012). 33
Y es aquí donde los aportes de Baquero enriquecen el paradigma social que utilizamos
en este trabajo como fundamento de nuestra propuesta que considera el desarrollo
máximo de potencialidades de los niños y niñas con capacidades diferentes para lograr
personas autónomas y sujetos morales integrantes de una comunidad.
Lo más importante para el desarrollo de una integración educativa no es garantizar en
el niño un cierto número de conocimientos, hábitos y habilidades en pos de un
aprendizaje exitoso, sino estimular el desarrollo de instrumentos de conocimiento,
posibilitados por la mediación afectiva.
33
BAQUERO, R. (2012) La educabilidad bajo sospecha. Cuaderno de Pedagogía. N°9. Rosario.
29
CAPITULO III
34
MILLECO, R. (2001) E preciso cantar. Musicoterapia, cantos e cançoes. Rio de Janeiro Ed. Enelivros.
30
pequeñas variaciones que pueden ser identificadas y escuchadas en el sonar de
la música”. (Pedersen, 1999)35
Pinker opina que nuestras capacidades musicales son posibles gracias al uso, la
colaboración o la participación de sistemas cerebrales que ya se han desarrollado para
otros propósitos (Pinker, 2007)36. Esto puede tener que ver con el hecho de que no
exista un centro musical único en el cerebro humano, sino que participen una docena
de redes desperdigadas por todo el cerebro. Los seres humanos (con muy pocas
excepciones) podemos percibir la música, los tonos y el timbre, los intervalos, los
contornos melódicos, la armonía y el ritmo. Integramos todos estos elementos y
“construimos” la música en nuestras mentes utilizando muchas partes distintas del
cerebro. A esta apreciación estructural de la música - en gran medida inconsciente - se
añade una reacción emocional a menudo intensa y profunda (Sacks, 2009)37. En este
sentido, la musicoterapia en niños y niñas con necesidades especiales, implica no sólo
una interacción musical - vocal, sino contacto físico, gestos, imitación, el movimiento y
prosodia.
38
Las recientes investigaciones sobre las neuronas espejo (Rizzolati, 2006) presentes
en el cerebro han demostrado que allí se encuentra el fundamento de los procesos de
imitación, empatía e incorporación de habilidades de los otros. Al trabajar
íntimamente unidos en tándem, el musicoterapeuta puede despertar estos procesos y
ampliar las potencialidades comunicativas de los niños y niñas con necesidades
especiales.
Más allá de sus aportes al campo neurológico, la musicoterapia provee recursos para
abordar lo comunicacional, lo sonoro y lo creativo en articulación con la salud
generando la posibilidad de constituir un lazo social distinto al modelo tradicional
educativo que toma la educación musical como un fin en sí mismo.
35
PEDERSEN, I. (1999) Musicoterapia como trabajo de Reorganización y Sostén con pacientes
Esquizofrénicos y Psicóticos En Clinical Appliocations of Music Therapy en Psychiatry. Cap. 2. Ed. Tony
Wigram y Jos Backer. Jessica Kingsley Publisher.
36
PINKER, S. (2007) Cómo funciona la mente. Destino. Barcelona.
37
SACK , O. (2009) Musicofilia. Barcelona. Ed. Anagrama.
38
RIZZOLATTI, G. SINIGAGLIA, C. (2006). Las neuronas espejo: los mecanismos de la empatía
emocional. Ed. Paidós
31
La subjetividad humana se constituye a partir de un proceso complejo determinado
por el contexto histórico – social. El individuo entra al mundo de lo humano por la
puerta de la familia, primer escenario del proceso de socialización. Cuando la madre y
los adultos que lo rodean cumplen positivamente las funciones de sostén y cuidado y
son capaces de receptar y satisfacer las necesidades del bebé en el momento oportuno
están contribuyendo a afianzar su confianza y a desarrollar su capacidad potencial para
la actividad creadora. La ausencia de estas condiciones incrementa las posibilidades de
trastorno emocional en el ser humano.
Un medio facilitador de esa comunicación inicial promoverá el desarrollo de juegos
vocálicos, imitaciones, acompañamientos, repeticiones, gorjeos conjuntos o “bromas
sonoras”; “alimentación mutua” de una sintonía que construye sentimientos de
confianza y seguridad en los pequeños. Las voces, los ruidos cotidianos, familiares y
conocidos son señales que le permiten ubicarse en el espacio, reconocer a las
personas, sentirse seguros, confiados, anticipar situaciones y, además, aprender la
lengua materna. El vínculo entre los padres y el niño en este entorno adquiere las
características de “baño sonoro” (Anzieu, 1990)39 y es capaz de propiciar el
entendimiento y las adaptaciones o regulaciones mutuas que se diferencian de las
actitudes o conductas automatizadas y rutinarias que reemplazan la confianza por el
acatamiento.
Jean Piaget40 hace referencias indirectas al valor de lo sonoro durante los primeros
años de vida de los niños y cuando describe la organización de los esquemas sensorio-
motores en sus acciones e interacciones con objetos y personas de su entorno está
contemplando aspectos como el sonido y el movimiento. En La construcción de lo real
en el niño describe la manera en que niños y niñas van construyendo las nociones de
objeto, espacio, tiempo y causalidad sensorio-motoras hasta lograr la representación
de las mismas teniendo en cuenta elementos visuales, táctiles y acústicos.
Por su parte, Gilbert destaca el valor de la música en las internalizaciones pre-verbales
que encarnan y codifican recuerdos afectivos, los cuales contribuyen, a su vez, a la
regulación del afecto. “La persona busca la música como ámbito continente
temporal/rítmico dentro del cual puede sentirse estimulado y protegido a la vez, como
39
ANZIEU, D. (1990). Las envolturas psíquicas. Buenos Aires Ed. Amorrortu.
40
PIAGET, J. (1976) La construcción de lo real en el niño. Nueva Visión. Buenos Aires.
32
sucedía en la vida neonatal merced a la presencia receptiva de la madre” (Gilbert,
2006).41
Si tuviera que definir al ser humano, expresa Francoise Dolto, diría que es aquel
que tiene el deseo irreductible, la voluntad tenaz, de comunicarse con otro ser
humano; la primera célula embrionaria es ya enteramente una persona, por
cuanto esa célula está animada por el poderoso impulso de unirse al otro y,
ante todo, de unirse y comunicarse con la madre que la protege en su seno. El
otro, pues, ya está ahí, mucho antes del nacimiento, como el interlocutor
inmanente a nuestra humanidad” (Dolto, 1997).42
41
GILBERT, R. (2006) Entre el diván y el piano. Psicoanálisis, música, arte y neurociencia. México–
Buenos Aires. Ed. Lumen
42
DOLTO, F. (1997) La imagen inconsciente del cuerpo. Paidós Ibérica.
43
WINNICOTT, D. (1979). Realidad y Juego. España. Ed. Gedisa
33
para desplegar emergentes ocultos que salen a la luz en ese espacio creado y
construido por el niño, el grupo y el musicoterapeuta. Esta práctica puede brindar la
función de sostén, acompañando, complementando y ofreciendo estos recursos y
permitiendo, a la vez, el despliegue del sujeto.
Aquello que en el terreno artístico puede considerarse como una expresión mediocre,
carente de creatividad, en el encuadre musicoterapéutico puede constituir un
maravilloso momento de autoafirmación, de insight o de crecimiento personal. Desde
este punto de vista, la musicoterapia no reitera los contenidos curriculares de la
educación musical sino que la trasciende aportando visiones y recursos
psicoterapéuticos y generando espacios de intercambio, de comunicación, de
interacción, es decir, de inclusión social y cultural.
34
CAPÍTULO IV
Matías es el hijo mayor de una familia que habita un barrio urbano marginal. Su padre
trabaja como policía y su madre es ama de casa. Comienza su proceso de
escolarización a los 6 años de edad en un jardín de infantes de modalidad común.
Luego de asistir durante tres años a la misma sala, los docentes recomiendan a la
familia realizar un diagnóstico.
El Diagnóstico Funcional de Matías, expedido por el Ministerio de Salud de la Provincia
de Córdoba (Certificado de Discapacidad Ley 22.431) señala: Retraso Mental
Moderado con Deficiencia 12, Minusvalía 1.4/2.3/6.4, Discapacidad 15 – 16; e indica
en Orientación Prestacional: Rehabilitación y Prestaciones educativas.
A partir de este Diagnóstico, Matías ingresa a primer grado de una escuela pública de
enseñanza primaria ubicada en zona periférica de Córdoba capital que incluye a niños
con necesidades especiales y cuenta con jornada extendida y centro de actividades
infantiles los días sábados. En dicha institución, Matías es acompañado por un maestro
integrador. Además, concurre a un Centro privado de rehabilitación donde recibe
diferentes tratamientos: psicopedagogía, fonoaudiología, psicomotricidad y
psicoterapias de orientación a sus padres. Las dos instituciones firman un Acuerdo
para la Integración de Matías dando lugar a los primeros contactos entre los docentes
de la escuela común y los profesionales del centro privado.
Según su informe escolar, Matías asiste a la escuela con todos sus materiales de
trabajo y pulcramente vestido. El padre concurre a todas las reuniones y demuestra
compromiso colaborando con las acciones solicitadas por ambas instituciones. Durante
todo el proceso de integración, Matías denota conexión y concentración en las
actividades lúdicas y musicales, actividades a las que asiste junto con el grupo de pares
de su referencia.
Mediando el primer año de su incorporación a la escuela, la docente de grado, la
docente integradora y el equipo interdisciplinario del Centro privado expresan en un
35
Acta la preocupación “por el poco avance en el proceso de aprendizaje del alumno, es
decir, el poco desarrollo de conocimientos académicos...” La docente de grado agrega
que Matías “no encaja dentro de la grilla de evaluación pensada para todo el grupo –
clase.” A modo de cierre de la reunión, sugieren “continuar trabajando con
adecuaciones curriculares significativas, recortes de contenidos y objetivos, uso de
letras, repartir actividades entre escritura, pegado de letras y letras móviles…”
El proceso de inclusión escolar intenta ser una experiencia piloto que si bien tiene en
cuenta aspectos referidos al desarrollo personal de actitudes y hábitos sociales,
prioriza los aspectos cognitivos puesto que el desarrollo de los conocimientos
académicos no es acorde a la edad que presenta el niño.
Matías sigue asistiendo los últimos dos meses de clase, los días viernes en el horario de
música por sugerencia de la docente de esta área, ya que está en condiciones de
compartir con sus compañeros una variedad de canciones simples y cortas, así como
manipular y conectarse desde lo sonoro a través de instrumentos de pequeña
percusión y el baile. Mientras que debe abandonar los demás cursos debido a que el
resto de los docentes no perciben un avance cognitivo.
El Informe de Progreso Escolar y de Competencias Adquiridas de fines de dicho año,
certificado por la Directora de la escuela de modalidad común, a los fines de ser
presentado en la Dirección de Desarrollo de Políticas Educativas recomienda un
”cambio de ámbito institucional, siendo otra la modalidad de enseñanza – aprendizaje,
la especial, que lo incluya en un curriculum más integralmente, acorde a sus aptitudes”
y aconseja “continuar, en la medida de sus posibilidades, con los tratamientos
específicos”.
¿Fue correcto derivar a Matías a una escuela especial luego de haber intentado su
inclusión en la escuela común? ¿Qué consecuencias subjetivas y objetivas trajo para el
niño esta decisión que podría considerarse como la confirmación de que las
expectativas respecto a su “normalización” no se cumplieron?
Desde nuestro punto de vista, el énfasis estuvo puesto en la adquisición de
competencias y en el rendimiento cognitivo por sobre el desarrollo de sus
potencialidades.
36
4.2 Una referencia vivencial para reflexionar sobre la urgencia de un cambio.
Mi propuesta áulica está basada en la posibilidad de que sean los niños quienes se
apropien del espacio y propongan las actividades a partir de una variedad de
materiales que pongo a su disposición para que conozcan diferentes alternativas. En
esas clases planteamos la búsqueda de la propia musicalidad, utilizamos la experiencia
musical de cada niño/a, buceamos en su historia vital sonoro-musical para estimular
procesos de autorreconocimiento y reconocimiento del otro.
Antes de entrar al aula pienso en Matías y en cada uno de los/as niños/as con los que
comparto este espacio. Recuerdo cómo fue nuestro último encuentro, lo que sentía al
compartir el aula con ellos. Me predispongo en una actitud similar al zen, me despojo
de todo pensamiento externo que inhiba estar en el aquí y ahora de ese momento.
Intento desprenderme de ideas preconcebidas o deseos que puedan bloquear ese
estado creativo.
De entrada, pacto con los niños/a pocos y claros acuerdos: ellos eligen su música. Se
interesan por el equipo de música y quieren poner discos que traen pertenecientes a
37
ídolos populares cuyas letras hablan de sensualidad, amor, asesinatos, pobreza,
escenas presentes en sus vidas cotidianas. Matias trae, como los demás, su CD.
Esta actitud me lleva a confirmar la premisa de que la intensidad de las experiencias
musicales no depende de las técnicas o métodos que se le impongan al estudiante o al
paciente, sino de la calidad y el sentido que ellos le otorguen. Los instrumentos, las
canciones elegidas son vehículos que canalizan modos de relacionarse, significados,
investiduras. Ellos les otorgan atribuciones que ofician de intermediarios de la relación.
En base a sus propuestas, realizo una selección sonora musical de diferentes estilos
que utilizamos para la audición y expresión corporal o relajamiento. Trato de
acercarles diferentes alternativas para que vayan ampliando sus márgenes de libertad
a la hora de expresar su elección. Esta actividad de inicio me ayuda ubicarme en un
“borde” propicio para observar y abrir el juego, de modo que los/as niños/as puedan
tomar la iniciativa y el protagonismo necesarios para enfrentar sus descubrimientos.
Sin prescripciones, ni recetas, trato de ampliar mi libertad para ponerme a su
disposición y comprometerme con ellos en el desarrollo de una experiencia musical.
Pienso en las técnicas que podría usar y las modifico y/o adapto dependiendo la
necesidad de cada uno/a. Trato de escuchar la música que surge allí y me dejo atrapar
por ella y por las respuestas de los/as niño/as hacia ella.
En una de las clases, Matías verbaliza que quiere jugar con los instrumentos de la
pequeña percusión puestos disposición de los/as niños/as; se arrojan sobre ellos, los
exploran, eligen, pelean cuando quieren el mismo instrumento - los más elegidos
suelen ser los membranófonos -, los percuten subiendo la intensidad. Se crea un
pequeño caos y cuando las maestras de las aulas contiguas se quejan del “ruido que
hacemos”, recuerdo un texto de Lapierre y Acouturier (1985) que propone
“…desculpabilizar el ruido y pensarlo como una afirmación sonora del sí mismo”44.
Este espacio sonoro puesto en común que comienza de manera caótica y aleatoria
como un río revuelto contiene todas las formas posibles; es un momento exploratorio
que instaura un cierto tipo de temporalidad. El ritmo aparece espontáneamente y los
instrumentos van acoplándose a esa base. Maravilloso momento de insight, no
44
LAPIERRE, A. y AUCOUTURIER,B. (1985) Simbología del movimiento: psicomotricidad y educación.
Barcelona. Ed. Científico-Médica,
38
planificado, ni dirigido, creador de una usina dinámica que brinda una sensación de
movimiento hacia adelante.
La reacción intuitiva personalizada hacia los/as niños/as impregna mi posicionamiento
en esta actividad. Mi mirada está signada por la formación como musicoterapeuta
cuyo eje fundamental es la experiencia musical en todas sus dimensiones. Por lo tanto,
utilizo la música, los instrumentos, el cuerpo, la voz como intermediarios de
comunicación, como elementos que, en sí mismos carecen de valor. Lo que importa es
la significación que cada niño le otorga. “La música es un mundo enorme en el cual se
puede vivir y trabajar” (Kenneth, 1993)45; el único mundo en que es posible integrar las
melodías, los intervalos o tonos, los estilos de cada uno, su perfil musical y la
diversidad de patologías. Esto es lo que da propósito al trabajo. La idea de encontrar
una continuidad, una forma musical que englobe a todos. Y desde este lugar plural, es
posible desarrollar ideas musicales que no son forzadas puesto que emergen
naturalmente de los propios niños.
Repetir este material sonoro provee un refugio seguro para el desarrollo incipiente del
self del niño. Desde esta perspectiva, utilizo la música como un medio para descubrir y
fortalecer la musicalidad innata en Matias y en cada uno de estos niños y niñas;
musicalidad que surge en relación con el otro, que se pone al servicio del otro.
Cuando reflexiono sobre la incorporación de la musicoterapia en los procesos de
inclusión, pienso en todo lo que se podría lograr con niños como Matias, en las
enormes posibilidades de las experiencias de experimentación sonora para la
afirmación de procesos identitarios y la vivencia de relaciones de calidad con el resto
del grupo.
Matías canta con mediana dificultad, canciones cortas: “¡Qué linda manito que tengo
yo!” “Un elefante se balanceaba”, “El payaso plin plin”, el “Feliz Cumpleaños”.
Manipula instrumentos de la pequeña percusión explorándolos e intercambiándolos
con sus compañeros; por lo general, elige idiófonos. Tiende a producir sonidos
experimentando con instrumentos y otras fuentes sonoras. Responde a las
impresiones de sonido, especialmente de timbre. Siente atracción por la intensidad en
las interacciones, sobre todo por la dinámica fuerte.
45
KENNETH, A. (1993). Being in Music – Foundations of Nordoff-Robbins Music Therapy. MMB. Music
39
Hicimos algunas experiencias musicales como conocer el nombre de instrumentos de
la pequeña percusión por turno y en rueda; se pasaban de a uno los instrumentos y
pronunciaban su nombre por sílabas. Todos pudieron lograrlo sin dificultad, Matías
solo repetía la última sílaba de los mismos, pegándose a sus compañeros que
cantaban.
“El aprendizaje ocurre cuando la experiencia se convierte en un cambio útil de la
conducta” (Taylor, 2010).46 Las experiencias no se almacenan como la información en
una grabadora sino que su valor radica en que cambian la forma en que el individuo
desarrolla habilidades cognitivas entre otras. Carlson explica que es posible “modificar
físicamente la estructura del sistema nervioso por medio de la alteración de circuitos
neurales que participan en la sensación, la acción, el pensamiento y la planeación”
(Carlson, 2010).47
Entonar canciones requiere de la percepción, el uso de la memoria a corto y largo
plazo y la secuenciación de la información hacia adelante y hacia atrás y facilita el
desarrollo de la memoria motora, una importante actividad cognitiva. La melodía, las
letras y las acciones que realizamos en una sesión de musicoterapia son procesadas en
la memoria a corto plazo (o memoria de trabajo) y se almacenan en la memoria a largo
plazo (o memoria de referencia). Es importante tener en cuenta que la ubicación
craneal para estas actividades no es la misma.
La musicoterapia contribuye a que niños y niñas puedan adquirir y utilizar sus
capacidades cerebrales para el procesamiento de nueva información proveniente de
su entorno. Una investigación realizada por Morton et al. (1990)48, en que la
exposición previa a la música mejoró la memoria y disminuyó la falta de concentración,
plantea que la música podría incrementar los niveles de activación cerebral bilateral
mediante la estimulación de las propiedades de procesamiento musical de cada
hemisferio. Los autores citan investigaciones que indican la importancia del nivel de
activación del hemisferio derecho en la mediación de la activación bilateral, por lo que
proponen que la cognición en niños con dificultades de memoria a corto plazo en
46
TAYLOR, D (2010) Fundamentos Biomédicos de la Musicoterapia. Universidad Nacional de Colombia
47
CARLSON, N. R. (2010). Fundamentos de fisiología de la conducta. Madrid: Pearson Educación.
48
Citado en TAYLOR, D (2010)
40
contextos terapéuticos y educacionales podría mejorarse por medio de la pre-
exposición a la música.
Al interrogarse sobre el vivenciar sonoro, Wagner (2008)49 pone el acento en lo musical
como vivencia estética, como reflejo de identidad cultural, como proceso creativo,
como discurso plausible de análisis, en un contexto vincular en el cual entran en juego
aspectos intra e interpersonales. Todo lo cual se incluye en la experiencia sonora
cotidiana, en la que sensación, percepción, emoción, interpretación e imaginación se
mezclan a raíz de estímulos hechos de sonidos y de silencios.
Para Didier Anzieu (1990)50, el espacio sonoro es el primer espacio psíquico; siguiendo
esta perspectiva, Wagner sostiene que la experiencia musical en sí misma cambia la
actitud del musicoterapeuta. Desde esta mirada, la música es considerada como
producto de una capacidad inherente a la persona y no solamente como un producto
cultural de sublimación o una metáfora de lo inefable.
Matías demostró que, como todas las personas, es capaz de establecer una relación
particular con la música y que la naturaleza de esa relación es reflejo de su relación con
el mundo. Por lo tanto, potenciando estos espacios es posible desarrollar procesos de
cambio que, indefectiblemente, se expresarán en otros aspectos de su vida.
49
WAGNER, G. (2008) Musicoterapias Psicodinámicas y Neurociencias: Un diálogo posible. Material de
la cátedra Seminario de Investigación. Universidad del Salvador. Buenos Aires
50
ANZIEU D. (1990) Op. Cit
41
CONCLUSIONES
43
Descubrió y fortaleció su musicalidad innata afirmando un proceso identitario.
Amplió sus capacidades de reconocimiento del otro a través de la vivencia de
relaciones de calidad con el resto del grupo.
Estas vivencias y aprendizajes desarrollados en el ámbito de la musicoterapia, han
abierto una posibilidad para que Matías potencie una imagen de sí mismo,
independientemente de sus méritos cognitivos, adquiriendo herramientas que podrá
transferir a otras situaciones de su vida cotidiana.
51
FERNÁNDEZ, A. (1999). La inteligencia atrapada. Buenos Aires. Nueva Visión
44
incorporación de los aspectos conceptuales y actitudinales planteados en una
permanente variación de procedimientos” (De Castro, 2004). 52
En este ámbito, las expresiones de los NEE en interacción con los demás alumnos de la
escuela común podrían encontrar un soporte a nivel grupal operativo propiciando
transformaciones creativas hacia el cambio tanto para unos como para otros.
“La música es un mundo enorme en el cual se puede vivir y trabajar”53; el único mundo
en que es posible integrar las melodías, los intervalos o tonos, los estilos de cada uno,
su perfil musical y la diversidad de patologías. Es preciso encontrar una continuidad,
una forma musical que englobe a todos. Desde este lugar plural, es posible desarrollar
ideas musicales que no son forzadas puesto que emergen naturalmente de los propios
niños.
52
DE CASTRO, R. (2004) Sonido, Música y Acción. La música en el ámbito educativo y terapéutico.
Buenos Aires. Ed. J. Baudino.
53
AIGEN, K. (1993). Being in Music. Foundations of Nordoff –Robbins Music Therapy. Vol. 1. MMB
Music. Traducción libre al castellano Mayra Hugo.
45
ANEXO
LAS CAPACIDADES DIFERENTES EN ARGENTINA
46
2010. La Presidencia de la Nación, el Consejo Nacional de Coordinación de
Políticas Sociales y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de
Personas Discapacitadas suscriben el Primer Informe de la República
Argentina sobre la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad. Mediante el Decreto Nº 696/2010 del 14 de mayo, se crea el
Programa Nacional de Derechos Humanos estructurado, de acuerdo al art. 2°,
sobre tres ejes de acción prioritaria: igualdad y discriminación, garantías de
acceso a los derechos e inclusión social, en el entendimiento de que los
derechos humanos son universales e interdependientes y, en su conjunto,
forman parte de un sistema armónico que garantiza y protege la vida digna,
libre y autónoma de la persona humana.
54
Ley N° 26.206. Ley de Educación Nacional. Boletín Oficial. 28 de diciembre de 2006. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
47
adecuada como las normas que regirán los procesos de evaluación y certificación
escolar.
48
brindada por equipos multiprofesionales, que posibilite la identificación y
valoración de la discapacidad de las personas con necesidades educativas
especiales, con el objetivo de facilitar su integración y seguimiento en los aspectos
afectivo, intelectual, familiar y social.
49
ARTICULO 5º Transfiérase a los Centros educativos de la Provincia de Còrdoba la
suma de pesos setecientos cuarenta mil (740.000)
50
BIBLIOGRAFÍA
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53
54