LC Diego

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COMPLICACIONES POR LENTES DE CONTACTO (LC)

Las LC tienen ventajas evidentes desde el punto de vista óptico, laboral, deportivo
y cosmético para millones de usuarios, si bien su uso se ha asociado con ciertos
riesgos.

Dada la gran población actual de portadores de LC a nivel mundial, incluso las


reacciones poco frecuentes pueden afectar a un elevado número de pacientes.

Y de este hecho, deriva la importancia de una correcta adaptación de lentes de


contacto en cada paciente de una forma personalizada, realizando la elección
dela modalidad de lente, del régimen de uso y de las medidas de higiene más
saludables a cada paciente.

RECUERDO ANATÓMICO

Dado que objeto y apoyo de las lentes de contacto es la córnea del ojo, es
importante hacer un pequeño recordatorio anatómico de este importante tejido
ocular.
Es un tejido transparente, lo que le permite realizar una importante función óptica,
dejándose atravesar por los rayos de luz que formarán las imágenes al enfocarse
en la retina. Tiene forma de casquete de esfera de unos 11 milímetros de
diámetro, sus límites se continúan con la conjuntiva y la esclera.

Para una adecuada transparencia corneal, es imprescindible que se trate de un


tejido sin vasos. La nutrición y oxigenación corneal depende, en su capa más
interna de la nutrición y oxigenación aportada por el humor acuoso, líquido que
baña la llamada cámara anterior del ojo, delimitada por la córnea, el iris y la pupila.

La oxigenación de la capa más externa de la córnea depende en un pequeño


porcentaje de los vasos conjuntivales pero fundamentalmente del aire al que está
expuesta. La película lagrimal recoge este oxígeno ambiental y lo transmite a la
córnea de una forma rápida.

Lentes de contacto y superficie ocular.


El funcionamiento de la lentilla es bien conocido. Es una material transparente que
se adapta a la superficie ocular (principalmente a la córnea, aunque las blandas
normalmente se extienden un poco hacia la conjuntiva).

Esta lentilla tiene poder refractivo, es decir, es capaz de desviar la luz, por lo que
es capaz de corregir algunos problemas de graduación del ojo.

Sin embargo, el uso de lentillas produce efectos sobre el ojo:

Efectos directos sobre el área de contacto. La lentilla no deja de ser un cuerpo


extraño en contacto principalmente con la córnea. Por tanto, puede favorecer o
mantener erosiones, úlceras, etc. Por otra parte, también está en contacto con la
parte inferior del párpado superior. Al cerrar y abrir el ojo, el párpado se desliza
sobre la lentilla en vez de sobre la córnea. El tejido que tapiza por dentro al
párpado también es conjuntiva, por lo que la lentilla puede producir un tipo
especial de conjuntivitis crónica, en la cual este tejido reacciona contra un cuerpo
extraño: la lentilla.

También como efecto crónico, el apoyo continuo de la lentilla sobre la córnea


termina disminuyendo la sensibilidad de ésta. Esto se denomina "anestesia
corneal", y esto también favorece la aparición de úlceras (debido a que el ojo no
"siente" un pequeño daño, no pone las medidas adecuadas para evitarlo).
Un uso intensivo de lentillas, con un mayor contacto entre córnea y lentilla puede
producir reacciones inflamatorias.

Efectos sobre la lágrima. Las lentillas interfieren en la dinámica natural de la


lágrima. Es un cuerpo extraño, y la lágrima tiene que situarse, por una parte entre
la córnea y la lentilla, y por otra parte entre la lentilla y el aire (o entre la lentilla y el
párpado cuando tenemos el ojo cerrado o parpadeamos)
.

El porte de lentes de contacto, exige una mayor humectación lagrimal para evitar
molestias en su utilización. Por otro lado, si usamos lentillas blandas el nivel de
exigencia de humectación aumenta pues estas lentillas son como esponjas que
atrapan el agua y necesitan mucha más humedad para no adherirse a la córnea.

Las lentillas semirrígidas, aunque son más incómodas de llevar inicialmente, no


interactúan tanto con la lágrima, por lo que no se hidratan gracias a ésta (y no
"roban" humedad al ojo), y además no se adhieren tanto al ojo cuando falta
lágrima.

Efecto sobre el transporte de oxígeno.


Sabemos que la parte anterior de la córnea "respira" gracias al oxígeno del aire. Si
ponemos una barrera como la lentilla, esa respiración se ve dificultada de forma
considerable. Incluso las lentillas llamadas "permeables al gas", aunque permiten
mejor el paso de oxígeno a su través, ni mucho menos es igual a no llevar lentillas.
La complicación que suele producirse depende de una adaptación "apretada" de la
lentilla que disminuye la calidad de la lágrima existente entre lentilla y córnea.

Una córnea que se asfixia se regenera peor, por lo que es más fácil que se
produzcan úlceras. Además, los nervios también se pueden ver resentidos por esa
falta de oxígeno, por lo que también se favorece la anestesia corneal.

Ante una falta de oxigenación adecuada de forma crónica, los vasos sanguíneos
de la conjuntiva se "acercan" para traer oxígeno. Es decir, estos vasos van
creciendo para invadir la córnea. Normalmente este crecimiento es escaso, no
suele comprometer la trasparencia de la córnea como para que nos impida la
visión, pero la zona periférica de la córnea (que se llama "limbo"), al verse
invadida por estos vasos, deja de funcionar bien viéndose deteriorada la principal
función de esta zona corneal, que es la regeneración de la córnea. De ésta
manera existirá más facilidad para la aparición de úlceras y más dificultad para
que se cierren.

Las complicaciones relacionadas con el uso de LC se producen debido a una


amplia gama de causas:

1. Infecciones corneales.
2. Inflamaciones corneales.
3. Trastornos tóxicos y por hipersensibilidad.
4. Reacciones metabólicas.
5. Complicaciones mecánicas.
6. Complicaciones relacionadas con molestias y sequedad

Infecciones corneales.
Las infecciones corneales son una complicación poco frecuente, pero importante,
del uso de LC. En los casos graves cursa con pérdida de visión debido a la
formación de cicatrices y la perforación. Los casos menos graves también se
asocian a una morbilidad significativa con bajas laborales, imposibilidad de utilizar
las LC, dolor intenso y pérdida transitoria de visión.

En los portadores de LC, las queratitis microbianas son por lo general bacterianas,
aunque también se dan casos debidos a amebas, en particular Acanthamoeba, y
con menos frecuencia, hongos.

El uso de LC es el factor de riesgo predominante en los casos nuevos de queratitis


microbiana. Se estima que cada año, aproximadamente uno de cada 2.500
portadores de LC blandas de uso diario y uno de cada 500 portadores de LC
blandas de uso prolongado padecerán una "presunta" queratitis microbiana.

Los factores de riesgo que condicionan una mayor probabilidad de esta


complicación son muy variados. Entre ellos, destacan los defectos de desinfección
y mantenimiento de las lentes y líquidos de mantenimiento., el abuso horario en el
porte de lentillas, el uso de lentillas de contacto y el uso paralelo de corticoides
tópicos con las lentes.

Queratitis por Acantamoeba


El número de casos de queratitis por Acantamoeba ha aumentado de forma
espectacular en los últimos tiempos. Entre los factores predisponentes se
encuentran los traumatismos corneales asociados con vegetales, el contacto con
insectos o cuerpos extraños trasportados por el viento o la exposición al agua
caliente de una bañera. El factor de riesgo más importante es, con mucho, el
empleo de solución salina de elaboración casera a base de cloro, el uso poco
asiduo de un sistema de desinfección, el porte de LC híbridas (lentes permeables
a los gases con una banda periférica de hidrogel) y el hecho de nadar con las
lentes.

Se trata de una complicación muy grave, dado que no se dispone de


medicaciones efectivas contra este protozoo, siendo estas queratitis, importante
causa de ceguera, en muchos casos bilateral.

Inflamaciones corneales.
Existe una mayor frecuencia de esta complicación en pacientes que portan LC de
hidrogel. El cuadro clínico puede variar muchísimo, desde un pequeño infiltrado
focal, único y asintomático, hasta una reacción inflamatoria sintomática y mucho
más grave.

Se distinguen clínicamente dos tipos de cuadros:

1. Ojo rojo agudo por lente de contacto.


2. Úlcera periférica por lente de contacto.

Ojo rojo agudo por lente de contacto

El "ojo rojo agudo por lente de contacto" o "síndrome de la lente apretada" es


una reacción inflamatoria que se caracteriza por una hiperemia conjuntival y
límbica acentuada, infiltración corneal y dolor. Por definición, se produce sólo
durante el uso prolongado y generalmente se inicia por la mañana temprano. Son
factores de riesgo para padecerlo, el uso de lentes de contacto de uso prolongado,
uso de LC de alto contenido en agua, las lentes muy cerradas (apretadas) y un
episodio reciente de infección de las vías respiratorias altas.

Úlcera periférica por lente de contacto.


Es una reacción inflamatoria aguda que se caracteriza por lesiones pequeñas y
circulares que afectan a todo el espesor del epitelio de la periferia corneal y se
asocian con infiltración estromal. A diferencia de las úlceras bacterianas, esta, no
están causadas por microorganismos contaminantes. Al igual que el síndrome de
la lente apretada, se asocia fundamentalmente con las lentes de uso prolongado.

Reacciones tóxicas y de hipersensibilidad.

Reacciones tóxicas.

La queropatía tóxica se ha atribuido a muchos componentes de las soluciones de


mantenimiento de las lentes o de preparaciones de uso tópico, como el
digluconato de clorhexidina, el alquil trietanol de cloruro amónico, el cloruro de
benzalconio y el ácido sórbico.

En la misma línea están una neutralización insuficiente de peróxido de hidrógeno,


la presencia de restos de enzimas proteolíticas o la trasferencia de surfactante al
ojo.

Reacciones de hipersensibilidad.
Las LC son biomateriales que interaccionan con el ojo durante su uso. Las
proteínas de la lágrima, las bacterias, los cosméticos y los antígenos ambientales
o exógenos pueden adsorberse o adsorberse hacia la superficie o la matriz de la
lente de contacto. Este material puede acumularse, desnaturalizarse con el tiempo
y luego interaccionar con la superficie ocular, comportándose como un alérgeno y
producir una reacción alérgica. Además, las soluciones para el cuidado de las LC
contienen agentes antimicrobianos, conservantes, surfactantes y quelantes que
pueden ligarse a la lente de contacto o penetrar en ella y liberarse durante el
porte.

Una de las reacciones de hipersensibilidad mejor caracterizadas de entre las


relacionadas con las LC es la asociada con el bacteriostático mercurial thimerosal.
La aplicación reiterada produce una reacción local de hipersensibilidad retardada
(se produce después de una larga y reiterada exposición al químico).

Conjuntivitis papilar por lentes de contacto

Se ha comprobado que tanto la hipersensibilidad a los depósitos de las LC


intervienen en la aparición de la conjuntivitis papilar relacionada con las LC. Es
probable que también intervengan factores mecánicos en el mecanismo de
producción.
La conjuntivitis papilar gigante se asocia a depósitos en las lentes, uso
prolongado, recambio poco frecuente, diámetro grande y limpieza insuficiente.

Reacciones metabólicas

Las reacciones metabólicas consisten en edema corneal, necrosis epitelial aguda,


microquistes, neovascularización y estrías corneales. Durante el porte de las
lentes también durante la noche, las secuelas pueden complicarse por la falta de
oxigenación corneal. Se ha comprobado que las lentes desechables reducen de
forma significativa la frecuencia de esta complicación.

Estrías corneales

Las estrías corneales se observan cuando el edema corneal es severo. Además,


las lentes para hipermétropes de hidrogel de bajo contenido en agua constituyen
un factor de riesgo significativo para la aparición de estrías.

Neovascularización corneal
Se ha descrito la aparición de neovasos con todos los tipos de LC, pero la mayor
frecuencia se asocia con las lentes blandas de uso prolongado .Se ha demostrado
que existe una relación entre el grado de hiperemia límbica y una menor
transmisibilidad al oxígeno por parte de la lente blanda.

Microquistes corneales

Los microquistes son pequeñas alteraciones epiteliales que se consideran una


reacción retardada a altos niveles de hipoxia corneal.

Complicaciones mecánicas

La interacción entre la lente de contacto y la córnea puede causar defectos de


epitelio, queratitis, erosiones corneales, abrasiones y lesiones arciformes del
epitelio corneal superior. Las LC blandas, tanto en régimen de uso diario como
prolongado, entrañan un menor riesgo de reacciones asociadas a traumatismos
que las LC rígidas.

· Queratitis
Es la inflamación corneal en la que se producen múltiples defectos de epitelio de
tamaño diminuto y de forma puntiforme que pueden afectar a sectores corneales o
por la contra, ser generalizadas.

Puede producir molestias o pueden no dar síntomas en base a la anestesia


corneal que produce el porte de lentillas crónico.

Estas queratitis se pueden complicar con una reacción defensiva en la que se


acumulan en la córnea las células inflamatorias. Esta infiltración de células
defensivas producen un cuadro más severo, que suele requerir un tratamiento
más cuidadoso.

Los infiltrados corneales tienen un color blanquecino característico, que producen


falta de transparencia corneal y por ello, disminución de la agudeza visual.
Debido a que los infiltrados estériles pueden ser asintomáticos, su verdadera
frecuencia no está bien determinada pero se estima que es superior al 10% de
usuarios/año.

· Lesiones arciformes del epitelio corneal superior

Las lesiones arciformes del epitelio corneal superior pueden asociarse con la
presión mecánica ejercida por el párpado y la lente de contacto sobre la córnea,
con una posible contribución de la hipoxia. Las lesiones arciformes son
fundamentalmente una complicación del uso de lentes blandas y no se han
relacionado con las lentes rígidas.

· Erosiones/abrasiones corneales y úlceras corneales

Se ha observado una frecuencia mayor de estas complicaciones entre los


portadores de lentes rígidas de PMMA y lentes permeables a los gases frente a
los portadores de lentes blandas de uso diario.

Las úlceras corneales son raras como complicación del porte de lentillas, pero se
pueden llegar a producir al quedarnos dormidos con ellas puestas, éstas se
quedan pegadas a la córnea por la falta de lágrima, y tratar de quitarlas se
desprende parte del epitelio. Una úlcera suele doler bastante a diferencia de la
queratitis que puede pasar desapercibida por la anestesia corneal secundaria al
uso de LC.

Cualquier úlcera constituye una peligrosa puerta de entrada para una infección.

El porte de lentes de contacto producen un deterioro de los mecanismos


defensivos naturales del ojo. El parpadeo no “lava” la úlcera, porque ésta queda
bajo la lentilla. No circula bien la lágrima con lo que las bacterias no se ven
arrastradas, se acumulan en la úlcera. La lágrima también se ve alterada y pierde
propiedades bactericidas. Además, la lentilla, como cuerpo extraño en contacto
con la úlcera, es un reservorio de bacterias y otros gérmenes.

Molestias y sequedad
Los síntomas van desde una ligera incomodidad hasta intensos dolores que
pueden conducir a que el paciente no tolere las lentes. Las molestias son el motivo
más frecuente por el que se interrumpe su uso y representan el 30% de dichas
interrupciones. Los factores de riesgo de padecer molestias relacionadas con las
LC son frecuentes en los sujetos con rinoconjuntivitis alérgica y los sujetos
ancianos. Factores ambientales tales como una baja humedad relativa, un tiempo
corto de rotura de la película lagrimal (BUT), aumento de los depósitos en la lente
y la escasa movilidad de ésta por adaptación “apretada” se asocian con quejas de
molestias por sequedad.

Con la comercialización de las lentes desechables mostraron una menor


frecuencia de síntomas en comparación con las lentes tradicionales de uso
prolongado.
Complicaciones asociadas al uso de lentes de contacto blandas

Complicaciones de tipo no infeccioso


Incomodidad y sequedad
El malestar y el ojo seco son la queja más frecuente entre los usuarios de LC
blandas. Se trata de un malestar continuo o intermitente que puede afectar a casi
la mitad de los usuarios. Este malestar limita el uso de las LC en el 20% de los
casos, e incluso un 10% de los usuarios sintomáticos llega a abandonar las LC de
manera definitiva.

El uso de LC puede inducir la aparición de sequedad ocular al reducir la


estabilidad de la película lagrimal y, en consecuencia, aumentando su
evaporación6. El material y forma de la LC, horas de uso, estado de la superficie
ocular, humedad y temperatura ambiental, toma de medicaciones, edad, género y
enfermedades concomitantes son factores que favorecen la sequedad asociada a
LC blandas4.

La lubricación de la superficie ocular con lágrima artificial es esencial para prevenir


y tratar estos síntomas. Hasta un 90% de los usuarios de LC con ojo seco refieren
mejoría con lubricación5. En el 10% restante suele haber algún otro factor
asociado que agrava la sintomatología: medicación tópica (colirios con
conservantes), coexistencia de conjuntivitis alérgica, blefaritis o disfunción de las
glándulas de Meibomio palpebrales, lesiones conjuntivales sobre elevadas
(pinguécula y pterigión) o lesiones corneales (nódulos de Salzmann, distrofias o
erosiones recidivantes)4. La anamnesis y exploración cuidadosa pueden ser la
clave en los casos de evolución tórpida a pesar del tratamiento.

Hipoxia corneal
La córnea es una estructura avascular que requiere ser transparente para llevar a
cabo su función refractiva y visual7. Necesita de la lágrima para nutrirse,
oxigenarse y desechar productos metabólicos8. El uso de LC interfiere con la
lágrima y con su función, pudiendo inducir hipoxia corneal7. Por otro lado, las LC
blandas, por su diámetro, cubren córnea, limbo y conjuntiva perilímbica, creando
un ambiente hipóxico a nivel de las células madre límbicas, especialmente las de
hidrogel7–9. Los usuarios con alta miopía o alto astigmatismo, debido a la
morfología de su córnea y/o a la particular forma de las LC que requieren, son más
susceptibles de sufrir hipoxia corneal.

La hipoxia corneal conduce a la aparición de hiperemia límbica, edema y


adelgazamiento corneal que puede derivar en la aparición de neovascularización
corneal en los casos más severos8. Se ha descrito el uso de LC blandas como el
factor de riesgo más importante para la aparición de neovasos corneales
(implicadas hasta en el 33% de los casos).

Cambiar el tipo de LC a una que presente mayor permeabilidad al oxígeno es una


buena opción en aquellos pacientes con signos de hipoxia corneal. Ante cuadros
más evolucionados con neovascularización progresiva, debe interrumpirse el uso
de LC. En los casos más graves de neovascularización activa los antiangiogénicos
(intraestromales corneales o subconjuntivales), los corticoides tópicos y
antiinflamatorios no esteroideos tópicos están indicados.

Infiltrados estériles

Úlceras periféricas relacionadas con lentes de contacto


Las úlceras periféricas consisten en un defecto epitelial en la zona perilímbica de
la córnea acompañado de un infiltrado estéril en estroma corneal anterior8. Su
etiología está relacionada con hipersensibilidad a agentes microbianos, sobre todo
bacterias grampositivas que colonizan el borde palpebral o las LC como
Staphylococcus aureus8. En el contexto de una erosión epitelial, las toxinas y
agentes inmunógenos penetran en la córnea, favoreciendo la aparición del
infiltrado.

Los principales síntomas son sensación de cuerpo extraño, molestias, fotofobia y


epífora, aunque hasta un 50% de los pacientes pueden ser asintomáticos. Los
infiltrados suelen ser redondeados, menores a 1,5mm y de color blanco-grisáceo,
acompañados de hiperemia conjuntival localizada y mínima reacción inflamatoria
en la cámara anterior del ojo

Varón de 33 años con infiltrado estéril periférico que reconoció abuso de lentes de
contacto (más de 12h diarias). El cuadro mejoró tras el descanso de lentes de
contacto por 2 semanas y tratamiento con colirio de dexametasona durante 5 días.

El tratamiento pasa por abandonar temporalmente las LC hasta la resolución del


cuadro (de 3 a 14 días) y lágrima artificial, que actuará lubricando y diluyendo la
toxina o antígeno responsable del cuadro. Algunos casos requieren corticoides
tópicos y colirio de antibiótico profiláctico. Un 10-25% de pacientes presentan
episodios de repetición, por lo que sería apropiado tomar medidas preventivas
como el tratamiento de la blefaritis concomitante con higiene palpebral.

Ojo rojo agudo relacionado con las lentes de contacto


Se trata de una reacción inflamatoria de la córnea y conjuntiva en contexto de
regímenes extensos de uso (especialmente dormir con ellas puestas). No se trata
de una patología infecciosa, sino de una reacción de hipersensibilidad a
endotoxinas liberadas por bacterias gramnegativas y grampositivas que colonizan
las LC. Los pacientes suelen presentar hiperemia conjuntival unilateral e infiltrados
corneales periféricos sin defecto epitelial asociado, refiriendo habitualmente dolor,
fotofobia y epífora.

Dormir con las LC puestas y LC demasiado apretadas favorecen la aparición de


ojo rojo agudo asociado a LC. Los párpados cerrados producen un ambiente
proinflamatorio controlado que protege al ojo de infecciones. De manera fisiológica
hay un aumento de neutrófilos, activación del sistema de complemento e
incremento en la secreción de IgA, plasmina y albúmina. La presencia de la LC
causa una alteración de este proceso, produciendo un contacto excesivo y
prolongado entre los leucocitos y el epitelio y absorción de plasmina por parte de
la lente. Este proceso, junto a la hipoxia, que se agrava al cerrar los párpados,
contribuye a la aparición del ojo rojo agudo asociado a LC.

El tratamiento requiere del descanso temporal de las LC, lágrima artificial y


seguimiento hasta la resolución del cuadro. En los casos más severos, el
tratamiento con corticoides tópicos y colirio de antibiótico profiláctico puede ser
necesario.

Queratopatía arqueada superior


Se describe como queratopatía arqueada superior al defecto epitelial corneal
superior perilímbico de unos 0,1-0,3mm de ancho y 2-5mm de longitud
acompañado de queratopatía punteada superficial adyacente de manera unilateral
o bilateral asimétrica. Aparece en el 0,2-4,5% de los usuarios de LC blandas en
torno a las 8 semanas tras iniciar o cambiar de LC y se asocia con mayor
frecuencia al sexo masculino, mayores de 40-45 años, córneas curvadas, hipoxia,
deshidratación, lentes de silicona y a la fricción mecánica. Los síntomas
(sensación de cuerpo extraño, irritación) aparecen el 7% de los pacientes,
permaneciendo la gran mayoría asintomáticos.

El tratamiento consiste en abandonar las LC mientras persista el defecto epitelial


(de 1 a 7 días) y lubricación con lágrima artificial. Un 63% de los pacientes
presentan un segundo episodio y hasta un 13% recurrencias a pesar de
tratamiento profiláctico (lubricación), cambio de hábitos y/o cambio de tipo de
lente. Debido a su naturaleza mayoritariamente asintomática y su posible
recurrencia, es necesario el seguimiento de estos pacientes.
Reacciones tóxicas
Los pacientes usuarios de LC pueden presentar reacciones tóxicas, que son, en
mayor medida, debidas a los conservantes de las soluciones desinfectantes de
limpieza de las LC. El más conocido es el thiomersal (también conocido como
timerosal), aunque también tiene una importancia especial el cloruro de
benzalconio o el peróxido de hidrógeno. Generalmente se producen reacciones de
hipersensibilidad retardada y deficiencia de células límbicas.

Los síntomas son inespecíficos e incluyen intolerancia al uso de LC, fotofobia,


epífora y dolor. Clínicamente aparece hiperemia conjuntival progresiva y en la
córnea: conjuntivalización, neovascularización, infiltrados y tinción.

El tratamiento consiste en evitar el tóxico: usar soluciones libres de thiomersal,


realizar un buen aclarado si se aplica peróxido de hidrógeno para la desinfección o
cambio de LC a diarias desechables.

Queratoconjuntivitis límbica superior


La queratoconjuntivitis límbica superior es una enfermedad de etiología
desconocida caracterizada por inflamación de la conjuntiva superior y de la
córnea. En la conjuntiva superior existe una reacción papilar de pequeño tamaño,
engrosamiento e hiperemia. En la córnea la inflamación se manifiesta como
filamentos y queratopatía punteada superficial.

Mujer de 23 años afecta de queratoconjuntivitis límbica superior, se aprecia


hiperemia localizada en conjuntiva bulbar superior.
La etiología no es del todo conocida, se ha relacionado con mecanismos de tipo
infeccioso, inmunológico, mecánico y ojo seco (presente hasta en el 25% de los
casos). La hipótesis más aceptada actualmente asocia la laxitud de la conjuntiva
bulbar superior (de forma congénita o senil), a movimientos constantes por la
apertura y cierre palpebral que favorecen una irritación mecánica crónica cuando
se usa LC blandas. Los signos y síntomas más frecuentes son sensación de
cuerpo extraño, hiperemia, fotofobia y secreción mucoide. Es más frecuente en
mujeres entre los 30-55 años y de forma bilateral asimétrica.

El tratamiento va encaminado a corregir la irritación mecánica por la conjuntiva


laxa: aplicación local de 0,5-1% de nitrato de plata cada 4-6 semanas, crioterapia
local, resección (o termocauterización) de la conjuntiva bulbar superior u oclusión
ocular asociada a acetilcisteína y palmitato de retinol (vitamina A) tópicos.

Conjuntivitis papilar gigante


La conjuntivitis papilar gigante, también conocida como conjuntivitis papilar
inducida por LC, es una complicación muy frecuente del uso de LC. La incidencia
de esta alteración se sitúa entre un 1,5-47,5% dependiendo de las series, siendo
menos frecuente en usuarios de LC desechables de un solo uso. Como posibles
causas encontramos la etiología mecánica y antecedentes de atopia. Los
pacientes que presentan esta afección refieren sensación de quemazón,
hiperemia, secreción y disminución de la tolerancia a las LC.

Varón de 44 años usuario de lentes de contacto blandas multifocales (para


presbicia) que refería sensación de cuerpo extraño en su ojo izquierdo de una
semana de evolución; a la eversión del párpado superior se aprecian papilas
gigantes localizadas en el tercio medio.
En estadios iniciales suele bastar con lubricación con lágrimas artificiales y seguir
las correctas normas de uso de las LC. En caso contrario, se deberá interrumpir el
uso de LC hasta el cese de los síntomas o cambiar a LC de uso diario. En las
formas de tipo generalizadas y/o recurrentes está indicado el uso de fármacos
estabilizadores de mastocitos como el cromoglicato sódico tópico.

Complicaciones de tipo infeccioso

Queratitis infecciosas
La queratitis infecciosa es una complicación poco frecuente pero temible en los
usuarios de LC. El factor de riesgo más importante para la aparición de queratitis
infecciosa es el uso de LC, ya que la hipoxia, el microtraumatismo generado por
las LC y la contaminación de estas contribuyen a su aparición. Más del 50% de los
estuches y hasta un 30% de las soluciones de LC se encuentran contaminados22.
Se ha descrito que la mitad de las LC en usuarios asintomáticos están colonizadas
por microorganismos, principalmente estafilococos coagulasa negativo, aunque un
10% de los usuarios asintomáticos están colonizados por bacterias
gramnegativas. No se ha demostrado que las LC diarias desechables (por su
recambio constante) ni las de silicona (por provocar menor hipoxia), se asocien a
menor incidencia de queratitis infecciosa, aunque las queratitis infecciosas en
usuarios de LC diarias desechables tienden a ser menos severas y con menos
secuelas.

Los principales síntomas son dolor, fotofobia y disminución de la agudeza


visual11. Es frecuente encontrar defecto epitelial con un infiltrado estromal
blanquecino, edema corneal y reacción inflamatoria en cámara anterior que puede
llegar a producir hipopión. Su principal diagnóstico diferencial es el infiltrado de
tipo inflamatorio, y el diagnóstico definitivo requiere de cultivos de muestras
corneales, de la LC y del estuche.
Varón de 30 años usuario de lentes que contacto con queratitis infecciosa en su
ojo derecho. El cultivo microbiológico, sin embargo, fue negativo. Imagen cortesía
de la Dra. Anna Camos.

Diferencias clínicas entre infiltrados de origen inflamatorio e infeccioso

Infiltrado inflamatorio Infiltrado infeccioso


Dolor - ++
Fotofobia +/- +
Epífora +/- +
Disminución agudeza visual - Posible
Localización infiltrado Periferia corneal Central/paracentral
(6mm centrales)
Defecto epitelial Ausente o pequeño Presente
Reacción en cámara anterior -/+ ++
Tamaño <1mm >2mm

Las bacterias son la etiología más frecuente de la queratitis infecciosa; su


incidencia se sitúa en 2 casos cada 10.000 usuarios de LC. Aunque la
colonización de LC es mayoritariamente por estafilococos coagulasa negativos, el
70% de las queratitis bacterianas lo son por gramnegativos, siendo Pseudomonas
spp. el más común.
La queratitis por Acanthamoeba spp. es poco frecuente pero con secuelas
potencialmente graves. Se relaciona con el contacto con agua contaminada:
guardar las LC en agua, manipular las LC con las manos mojadas o aclarar el
estuche con agua de grifo. El 85% de los casos están relacionados con el uso de
LC y se estima su incidencia en 1-33 casos por un millón de usuarios de LC.
Característicamente los pacientes presentan dolor desproporcionado a los
hallazgos clínicos, fotofobia, infiltrado en anillo, defecto epitelial y perineuritis
radial. El protozoo coloniza el estuche de las LC y las LC a través de agua,
causando posteriormente la infección.

Hasta un 21% de las queratitis fúngicas se asocian a LC. Son factores de riesgo
los antecedentes de un traumatismo ocular con material vegetal, tratamiento con
corticoides o enfermedades sistémicas con diminución de la inmunidad.
Clínicamente, los infiltrados suelen ser grisáceos de bordes poco definidos y con
lesiones satélite, aunque estas características no permiten el diagnóstico
diferencial etiológico.

El pronóstico visual está muy relacionado con la celeridad en el diagnóstico y la


instauración del tratamiento. Hasta un 15% de pacientes pueden perder 2 o más
líneas de visión, por lo que es importante conocer el manejo de la patología. Ante
la sospecha de queratitis infecciosa, debe interrumpirse el uso de LC e iniciar
tratamiento antibiótico empírico que cubra bacterias tanto grampositivas como
gramnegativas con el objetivo de erradicar el microorganismo y controlar la
inflamación. En pequeños infiltrados periféricos puede ser suficiente la
monoterapia con fluoroquinolonas, mientras que tendremos que recurrir a colirios
reforzados de vancomicina y ceftazidima en casos más agresivos. Una vez el
antibiograma está disponible, el tratamiento se ajusta al antibiótico más adecuado.

El tratamiento de la queratitis por Acanthamoeba spp. va encaminado a erradicar


quistes y trofozoítos, con fármacos como clorhexidina,
polyhexamethylenebiguanida, biguanida y diamidina.

El colirio ciclopléjico es útil para disminuir el dolor secundario al espasmo ciliar en


las queratitis infecciosas, evitar la aparición de sinequias y minimizar la reacción
inflamatoria de la cámara anterior del ojo, disminuyendo la permeabilidad vascular
de los vasos uveales anteriores.
El tratamiento con doxiciclina oral es útil para prevenir el «melting» o necrosis
corneal. Una vez controlada la infección, la introducción de corticoides tópicos se
relaciona con mejores resultados en agudeza visual a corto plazo, sobre todo en
aquellos pacientes con lesiones centrales y marcada inflamación.

Recomendaciones para usuarios de lentes de contacto blandas


Las LC son una opción segura para la corrección de defectos refractivos cuando
se respetan las más esenciales medidas de higiene y pautas de uso. Es
importante informar bien a la persona que se inicia en el uso de las LC sobre su
manipulación y horas de uso, y también revisar y reeducar a aquellas personas
que sufren o han sufrido algún tipo de complicación. Explicar los riesgos y los
motivos de las precauciones permite que el usuario sea más consciente de los
cuidados que debe llevar a cabo.

Como reglas generales a explicar están las siguientes:

• Evitar regímenes extensos de uso: previene aparición de infiltrados inflamatorios


estériles y de hipoxia corneal.

• Buena higiene de manos y buen secado antes de manipular las LC.

• No dormir con las LC.

• Evitar el contacto de las LC con agua: implica no bañarse con ellas ni guardarlas
en recipientes con agua.

• Seguir las normas recomendadas de reemplazo de las LC, así como cambiar el
estuche cada 1-3 meses. No seguir estas pautas es la causa de hasta el 62% de
los casos de queratitis infecciosa.

• Evitar el uso de soluciones desinfectantes con thiomersal, sobre todo en


pacientes con historia de atopia, que tienen mayor predisposición a sufrir
reacciones tóxicas. En caso de usar sistemas de conservación basados en
peróxido de hidrógeno, es importante explicar que se necesita un buen aclarado
antes de usarlas. También es recomendable usar desinfectantes con agentes
acanthamoebicidas (polyhexamethylenebiguanida o sistemas basados en peróxido
de hidrógeno).

• Tratar la patología de superficie ocular que pueda presentar el usuario, como la


sequedad o la blefaritis.

• Evitar el tabaco, ya que aumenta la probabilidad de tener infiltrados, tanto de tipo


inflamatorio como infeccioso.

Es importante conocer los síntomas de alarma para acudir al oftalmólogo de forma


urgente, de manera que se puedan reducir secuelas en caso de presentar alguna
complicación potencialmente grave. Síntomas como dolor intenso, disminución de
agudeza visual o importante fotofobia deben alertar al paciente.
Conclusión
El uso de LC blandas presenta complicaciones en una frecuencia y grado de
severidad variada: lo más habitual es encontrar síntomas de incomodidad y
sequedad que pueden ser un factor de riesgo para complicaciones menos
frecuentes pero más severas. Lo más urgente ante una compilación por LC es
descartar patología infecciosa, que puede dejar secuelas visuales irreversibles.
Por este motivo, muchas veces a pesar de tener alta sospecha de etiología
inflamatoria se da cobertura antimicrobiana empírica. En los casos de una cierta
severidad, debe realizarse seguimiento hasta la resolución del cuadro.

La clave para evitar complicaciones asociadas al uso de LC es la correcta


educación en el manejo, higiene y pauta de uso. Insistir en medidas preventivas y
en la educación del usuario de las LC blandas permite que su uso sea seguro y
confortable.

Se ha contado con el consentimiento del paciente y se han seguido los protocolos


de los centro de trabajo sobre tratamiento de la información de los pacientes

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