CB 0574035
CB 0574035
CB 0574035
Director
LENIN FLÓREZ GALLEGO
DEDICATORIA
A los hacedores de mi vida: Luis Alfonso Mena Salazar, cuyo legado de amor, disciplina y
laboriosidad guían todos mis pasos, y Mercedes Sepúlveda de Mena, cuya bondad,
dedicación y dulzura constituyen el bálsamo espiritual en mi camino.
4
AGRADECIMIENTOS
A Ana Susen, Santiago José, Luis Alfonso Jr. y Gabriel Jacobo, mi familia, por su
acompañamiento y apoyo siempre. Al director de este Trabajo de Investigación, profesor
Lenin Flórez Gallego, por su paciencia y orientación. Y a los amigos y amigas que
conocieron de este esfuerzo y me animaron con su cariño y entusiasmo.
5
CONTENIDO
RESUMEN .............................................................................................................................8
INTRODUCCIÓN….. ........................................................................................................10
CAPÍTULO I.
CAPÍTULO II.
CAPÍTULO III.
CAPÍTULO IV.
CAPÍTULO V.
CAPÍTULO VI.
6
CAPÍTULO VII.
CONCLUSIONES ............................................................................................................242
ANEXOS ...........................................................................................................................271
LISTADO DE ANEXOS
RESUMEN
Esta investigación hace primero una presentación del impacto nacional y local que tuvo la
aparición de la revista Alternativa, con especial referencia a su significado para una juventud
caleña llena de sueños y de luchas en la década de los años setentas del Siglo XX; luego,
aborda el entorno histórico global y mediático de la época de su circulación, dentro del cual
se destacaban un mundo en plena descolonización, una América Latina sometida por las
dictaduras militares y una Colombia padeciendo los remanentes de un Frente Nacional
bipartidista y antidemocrático; a continuación, toca el papel jugado por García Márquez y el
equipo de intelectuales que participó en esta empresa de periodismo independiente;
seguidamente, identifica y caracteriza cada uno de los grupos culturales e ideológicos que
integraron los equipos de Redacción, Fotografía y Artes; analiza en capítulo contiguo la
actitud de Alternativa frente a las diversas organizaciones insurgentes, de manera especial su
relación con el M-19; hurga posteriormente en los caminos que ella recorrió ante fenómenos
como la crisis de la unidad de la clase obrera y de los sectores de izquierda entre 1975 y 1976,
su rol en el Paro Cívico Nacional de 1977, su vinculación al plebiscito por 500.000 firmas
para forzar la unidad de la izquierda en las elecciones de 1978 y, finalmente, su denuncia
permanente e influyente de la represión y la violación de los derechos humanos por parte de
los gobiernos de Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay Ayala, en 1979 y 1980; y
concluye con el análisis de cómo todo lo anterior dejaba en evidencia una publicación que
contribuyó a la lucha por la generación de espacios contra la arbitrariedad estatal y por la
democracia, aunque su propósito de servir de puente para la unidad crítica de la izquierda no
se pudiera cumplir en los términos y la magnitud que planteó su plataforma fundacional en
1974.
ABSTRACT
This research first made a presentation of the national and local impact that had the
appearance of the alternative magazine, with special reference to its meaning for a Cali youth
full of dreams and struggles in the decade of the seventies of the 20th century; then It
addresses the global historical environment and mediatic from the time of its circulation,
which highlighted a world in full decolonization, a Latin America submitted by military
dictatorships, and a Colombia suffering the remnants of a national front bi-partisan and
undemocratic; following it touch the role played by Garcia Marquez and the team of
intellectuals who took part in this enterprise of independent journalism: and, then, identifies
and characterizes each of the cultural and ideological groups that integrated the Writing,
Photography and Arts teams; analyzes in contiguous chapter Alternative’s attitude against
the divers insurgent organizations especially its relationship with the M-19; then delves into
the ways that she walked around to phenomena such as the crisis of the unity of the working
class and left-wing party between 1975 and 1976, their role in the national civic strike of
1977, his entailment to the plebiscite by 500.000 signatures to force the unit left in the 1978
elections and, finally its permanent and influential denunciation of repression and violation
of human rights by governments Alfonso Lopez Michelsen and Julio Cesar Turbay Ayala, in
1979 and 1980; and concludes with an analysis of how all the above left in evidence a
publication that contributed to the struggle for creating spaces against state arbitrariness and
for democracy, though its purpose to serve as a bridge for the critical unit of the left could
not be in the terms and the magnitude that planted its foundational platform in 1974.
¿Por qué intentar construir una historia de la revista Alternativa? La historia del periodismo
colombiano ha mostrado un peso hegemónico de las publicaciones bipartidistas desde la
formación de la República, que han sido estudiadas de manera más o menos profusa, lo que
no ocurre respecto de la prensa situada en la contracara de la información, en el universo del
periodismo independiente, aquel que contesta con una agenda diferente a la de la denominada
gran prensa nacional. La historiografía de los medios de comunicación en Colombia obedece
en buena medida a una visión limitada que determina qué es y qué no es importante rescatar
de los archivos para ponerlo en la óptica de la sociedad, a través del relato y el análisis. En
la resolución de esa apreciación se sitúan adelante elementos como la trascendencia del
medio en la esfera política del país y sus generadores económicos, es decir, su peso en y para
los poderes privados y estatales. En el caso de Alternativa, las razones para su estudio se
hallan, primero, en la pertinencia que para el desarrollo de los contrapoderes ha tenido y tiene
el periodismo alternativo, como modalidad de comunicación autónoma, que confronta a las
élites gubernamentales y empresariales, y, segundo, en la constatación de su necesidad para
la historia de las fuerzas subalternas1 y las minorías sociopolíticas en el país, cuyo estudio ha
sido realmente escaso.
1
Ver BEVERLEY, Jhon, Políticas de la teoría. Ensayos sobre subalternidad y hegemonía, Caracas, Fundación
Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Galllegos, Celarg, 2011, p. 43: “Para Gramsci, en su formulación
inicial de la idea de clases subalternas en los Cuadernos de la cárcel, el subalterno incluye no solo a los
trabajadores, campesinos y obreros agrícolas, sino también a sectores de los estratos medios y otras
identidades sociales que no están específicamente constituidas en términos de clase”.
11
llevó a cabo una fuerte oposición; por la persistencia de fuerzas insurgentes en la escena
política nacional, que nacieron precisamente en este período; por la implementación de
medidas draconianas (Turbay Ayala), que generaron un clima de violación de derechos
humanos y de cerco a la oposición. El tercer objetivo específico se orientó a identificar los
diferentes grupos que intervinieron en la fundación de la revista y a reseñar el papel jugado
por el núcleo de intelectuales de izquierda que se reunió en torno de su Redacción,
encabezado por Gabriel García Márquez y del que hicieron parte, entre otros, Orlando Fals
Borda, Antonio Caballero, Bernardo García, Enrique Santos Calderón, Jorge Restrepo,
Carlos Vidales, Jorge Villegas Arango, Nirma Zárate, Diego Arango, Jorge Mora, Carlos
Sánchez, Sebastián Arias, Héctor Melo, Carlos Duplat, y muchos más, con quienes
colaboraron, en el rol de columnistas, otros como Salomón Kalmanovitz, Arturo Alape
(Carlos Arturo Ruiz), Daniel Samper Pizano, Eduardo Umaña Luna, Jorge Orlando Melo,
Diego Montaña Cuéllar, Álvaro Tirado Mejía, Jesús Antonio Bejarano, Pepe Sánchez, Diego
Hoyos, Ramiro de la Espriella y Estanislao Zuleta. Un cuarto aspecto fue identificar el rol de
Alternativa como difusor de programas y planteamientos de los diversos partidos,
movimientos y tendencias existentes dentro de la izquierda colombiana en el periodo
histórico objeto del análisis, teniendo en cuenta su carácter de medio alterno aglutinante y no
vocero partidista. Y, finalmente, analizar el papel asumido por Alternativa en su última etapa
de circulación, en la medida en que dejó de cumplir su rol neutral y pasó a convertirse en
portavoz y canal organizativo de un movimiento político electoral (Firmes) que promocionó
candidatos a corporaciones públicas de elección popular e, incluso, llegó a impulsar la
aspiración de miembros de su redacción al Concejo de Bogotá.
agotadas las fórmulas desde la izquierda partidista, llamada por otros clásica o tradicional. Y
como en materia política los hilos son de mediana y larga duración, en este caso tratamos de
realizar una búsqueda de elementos políticos, culturales y mediáticos de lo que pudo haber
quedado de esa experiencia. En todo este ejercicio tuvimos en cuenta que cuando hablamos
de escenarios y espacios democráticos hacemos referencia a medios de información y de
opinión; a agrupamientos amplios de colectividades, fuerzas y voluntades plurales; a
organizaciones políticas, entidades gremiales, ciudadanas, sociales y/o, también, a
expresiones culturales entendidas éstas como ámbitos de diversidad, alternos o de disenso,
defensoras del respeto a los derechos humanos, políticos y cívicos surgidos o fortalecidos en
la época de circulación de la revista e, incluso, manifestados más allá de ese interregno
histórico.
En consecuencia, si hemos de mirar esta investigación desde su valor o importancia, creo que
resulta de significativa novedad, prioridad y oportunidad. Novedad, pues de acuerdo con lo
escudriñado en el estado de la cuestión la producción relacionada con la historia de
Alternativa y de su repercusión en los ámbitos del periodismo independiente es muy escasa.
Prioridad, porque la sociedad colombiana requiere de estudios que desde la universidad le
sirvan para allegar información y análisis de su vida cultural precedente que le permitan nutrir
su conocimiento de la historia, dentro de la cual el periodismo en sus diferentes modalidades
ha jugado y juega roles tan prominentes. Y oportunidad, pues hoy el periodismo alternativo
surge en Colombia como una necesidad frente al predominio de los medios masivos
tradicionales de comunicación que, globalmente, proporcionan sólo una mirada de la realidad
nacional y del mundo, casi siempre comprometida con poderes e intereses específicos que
excluyen otras opciones y otras visiones de la sociedad.
Revisión historiográfica
Al efectuar una revisión historiográfíca de la revista queda en evidencia, como hemos dicho,
la poca producción sobre ella, hasta el punto de que solo un libro, La revista Alternativa:
prensa de oposición y periodismo de izquierda, de Carlos Gerardo Agudelo Castro, aborda
específicamente el tema. Se encuentran referencias, análisis, comentarios y testimonios en
diversos textos, lo mismo que artículos en revistas, especializadas y de información general,
14
Son dos sujetos que marchan en paralelo, pero que se comprenden entre sí. Cuando
‘El Flaco’ Bateman conoce de la propuesta que tenían Enrique Santos y otros
intelectuales de la época de editar una revista como Alternativa, él lo que decide es
apoyar ese esfuerzo unitario que mantuvo durante mucho tiempo, de apoyar ideas
15
nuevas, novedosas, con futuro. Él no tenía ninguna restricción para decir que esa
vaina había que apoyarla.2
Villamizar confirma asimismo el estrecho nexo económico del M-19 con la publicación y la
habilidad política con que Bateman asumió las diferencias surgidas en el seno de la revista,
que condujeron a una ruptura pocos meses después de fundada, a pesar de lo cual él siempre
mantuvo la relación con las partes enfrentadas, pues visualizaba la trascendencia de los
proyectos, más allá de sus diferencias conceptuales y coyunturales:
Dos artículos aparecidos en la revista Número, de finales de 2006 uno y del primer trimestre
de 2007 el otro, resultan pertinentes en relación con el tema específico de esta investigación.3
El primero es un texto con ínfulas literarias en el que el historiador Herbert Braun procura
hacer una exaltación del significado de la revista para la generación de los años 70. Es
respondido por Bernardo García, quien ejerciera como director de la revista entre 1974 y
1976 y ahora, a 40 años de la desaparición de la publicación, asume una actitud crítica de la
misma. Un quinto artículo se presenta remoto en el tiempo, si se le compara con los reseñados
grosso modo en los párrafos anteriores. Se trata de un texto del historiador Nicolás
Buenaventura aparecido en 1974 en la revista Documentos Políticos, en el que el investigador
formulaba acres críticas a las posiciones políticas de Alternativa, esencialmente enmarcadas
dentro de las pugnas ideológicas que los académicos militantes del Partido Comunista de la
época sostenían con Alternativa, vista por ellos como una publicación que asumía un papel
neutral equivocado. Referencias a lo que fue Alternativa en los años 70 y al legado que se
2
ENTREVISTA con Darío Villamizar, autor de la Bateman. Biografía de un revolucionario, realizada en Cali por
Luis Alfonso Mena S. el 15 de julio de 2015.
3
BRAUN, Herbert, “Palabras de guardar. ´Los años setenta de rebeldía Alternativa´”. En: revista Número No.
50, Bogotá, septiembre-noviembre de 2006. Y GARCÍA, Bernardo. “La trilliza revista. ‘Las Palabras de
Alternativa’, según H. Braun”, en: revista Número No. 52, Bogotá, marzo-abril de 2007.
16
1.- Sobre historia del periodismo, un modelo teórico pertinente para esta investigación es
el seguido por César Augusto Ayala Diago en su libro Exclusión, discriminación y abuso de
poder en El Tiempo del Frente Nacional. Una aproximación desde el análisis crítico del
discurso, por la experiencia que transmite en la aplicación del método del análisis crítico del
discurso, que se apoya a su vez en la obra de Teun Van Dijk. El método desarrollado por
Ayala Diago fue útil para la clasificación e interpretación de los textos de Alternativa. Creo,
como él, que “sin hacer de la preeminencia del lenguaje un absoluto, estamos al tanto de su
relevancia en la constitución, representación e interpretación de los hechos históricos del
mundo contemporáneo”.4 Otros referentes teóricos que he clasificado a partir de los ejes
temáticos de esta investigación fueron los siguientes: de varios autores, Medios y nación.
Historia de los medios de comunicación en Colombia, por su actualidad, pues es de los libros
más recientes en la materia; brinda una visión de conjunto de los diversos medios, resulta útil
para situar el contexto de Alternativa en ellos y, además, incluye las memorias de numerosos
periodistas que debaten sobre la prensa en el país. De Charles David Collins, La prensa y el
poder político en Colombia: tres ensayos, por su perspectiva del papel de los medios escritos
en la generación y sostenimiento de poderes económicos y su entronque con el ejercicio de
la política en los años 70. De Gabriel Fonnegra, La prensa en Colombia. ¿Cómo informa?
¿De quién es? ¿A quién le sirve?, por el enfoque crítico que proporciona de los medios de
4
AYALA DIAGO, César Augusto. Exclusión, discriminación y abuso de poder en El Tiempo del Frente Nacional.
Una aproximación desde el análisis crítico del discurso, Bogotá, Universidad Nacional, 2008, p. 22.
17
democracia en el país y de los giros que organizaciones como el M-19 dieron a raíz de las
consecuencias desatadas por sus acciones en la generación de autoritarismo y militarismo,
fenómenos frente a los cuales Alternativa operó como un escudo por sus denuncias constantes
del mismo y su búsqueda de mecanismos de defensa de los derechos humanos. Mataron a
Jalisco. 26 de febrero, el día que todo estuvo a punto de estallar, libro de Luis Aurelio
Ordóñez, que nos entrega pistas de la época de Alternativa en Cali y del ejercicio académico
de uno de sus futuros fundadores, Bernardo García, despedido de su cargo de docente de la
Universidad del Valle en los famosos acontecimientos de febrero de 1971. El libro negro de
la represión. Frente Nacional 1958-1974, del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos,
texto que presenta un minucioso informe sobre 853 casos de represión y violación de
derechos humanos del Estado en el período del Frente Nacional, escrito por una comisión del
organismo, que incluyó a varios de los fundadores de Alternativa. “El M-19 y la subversión
cultural bogotana en los setenta: el caso de la revista Alternativa”, de Paulo César León
Palacios, texto que trabaja a fondo el tema, como ya lo reseñamos. Rojo y más rojo. Taller 4
Rojo; producción gráfica y acción directa, del Equipo Transhistoria, libro de reciente
aparición, clave por los elementos que comparte sobre uno de los grupos fundacionales de
Alternativa, el Taller 4 Rojo, un colectivo de artistas e intelectuales que aportó aspectos
estéticos y conceptuales muy interesantes en el primer período de existencia de la revista.
Además, entre otros, referenciamos los siguientes artículos: “Maoísmo y trotskismo en
Colombia”, de Álvaro Oviedo; “La revista que nació a pesar del poder”, de Carlos Mauricio
Vega; “Nacimiento y caída de la prensa roja”, de Stanislaus Bhor; “Gabo, promotor de
Alternativa y La Jornada”, de Fernando Acosta Riveros; “Atreverse a pensar es empezar a
luchar. Elementos para el análisis de la revista colombiana Alternativa”, de Carlos Gerardo
Agudelo Castro; “Conversando con Antonio Caballero”, de Harold Alvarado Tenorio;
“Revista Alternativa: resistencia comunicativa a la represión y censura del gobierno de Julio
César Turbay Ayala”, de Mauricio Hoyos Echeverri; “El primer año de la Revista
Alternativa”, de Paulo César León Palacios; “La ficción y la información noticiosa televisiva
de los años 70 a través del prisma de la revista ´Alternativa´”, de Fabio López de la Roche;
“Los 40 de Alternativa”, de Steven Navarrete; “20 años de lo mismo”, de Felipe Restrepo;
“Lucha y pensamiento: la revista Alternativa en los años 70”, de Andrés Rodríguez; “Enrique
Santos rememora el paso de Gabo por la revista Alternativa” y “Las duras y las maduras”, de
19
Enrique Santos Calderón; “Las múltiples vidas de 2 Vidales”, de Fredy Yezzed; “Palabras
de guardar. ´Los años setenta de rebeldía Alternativa´”, de Hebert Braun; “La trilliza revista.
‘Las Palabras de Alternativa’, según H. Braun”, de Bernardo García, y “Alternativa y la
prensa revolucionaria”, de Nicolás Buenaventura.
3.- Sobre periodismo independiente y alternativo: Los cinco sentidos del periodista.
(Estar, ver, oír, compartir, pensar), de Ryszard Kapuscinski, nos proporcionó una
perspectiva global de las funciones de los periodistas y de los medios, de sus valores éticos
y de la incidencia del capitalismo en los contenidos periodísticos, como lo detallamos más
adelante. Revolución socialista y comunicación masiva, de Armand Mattelar, cuyas tesis
sobre el papel de las clases subalternas en la delegación de su representación en los
periodistas emisores de información popular son pertinentes, pues hacían parte del debate de
la época, al que no fue ajena Alternativa. El secreto de la pirámide, de Adelmo Genro Filho,
quien controvierte a Mattelar. La prensa sensacionalista y los sectores populares, de
Guillermo Sunkel, que trabaja los conceptos de periodismo alternativo y de periodismo
popular, y sus diferencias con el sensacionalismo; También consideramos en este ámbito los
siguientes textos: Comunicación alternativa y cambio social, de Maximo Simpson Grinberg;
“Medios de comunicación alternativos: la conexión de lo mundial con lo local”, de Peter
Lewis (editor); “¿Cómo hacer colectivamente medios revolucionarios democráticos y con
alto rating?”, de Luis Delgado Arria; “Aprender del sistema dominante, al menos en
cuestiones técnicas”, entrevista del portal Encontrarte con Pascual Serrano; “Otro periodismo
también es posible”, de Pascual Serrano; “¿Tienen alternativa los medios alternativos?”, del
periódico Desde Abajo; “Izquierda política en Colombia ¿qué tan viable?”, de Francisco
Gutiérrez Sanín; y “Del periodismo alternativo a la igualdad de género”, de Stieg Larsson.
4.- Sobre historia política, resalto de Francisco Gutiérrez Sanín, ¿Lo que el viento se llevó?
Los partidos políticos y la democracia en Colombia (1958-2002), en la medida en que brinda
una ubicación en el momento cronológico y político de Alternativa. El texto no sólo hace una
minuciosa y muy documentada radiografía del espectro político de 44 años que comenzaron
con el Frente Nacional, de sus actores, de los partidos políticos y del poder en Colombia, sino
que aborda en algunos tramos el fenómeno de Alternativa y su significado, lo cual resulta
20
5
GUTIÉRREZ SANÍN, Francisco. ¿Lo que el viento se llevó? Los partidos políticos y la democracia en Colombia
(1958-2002). Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2007, P. 236.
21
Los ejes temáticos ubicados en el ejercicio de clasificación y análisis de las 257 ediciones de
Alternativa nos permiten la definición de una identidad de la revista. Esos ejes bien podrían
considerarse, en términos de hoy, su agenda periodística, es decir, aquellos fenómenos y
enfoques que la ocuparon a lo largo de su trayectoria vital y que sin duda configuraron su
tipología como medio de comunicación alternativo. Reiteramos que en este ejercicio es
importante tener en cuenta varios elementos de investigación basados en un trabajo en
archivos de la revista, tanto de la Alternativa fundacional (1974-1980) como de la disidente,
Alternativa del Pueblo (1974-1975). A partir de esa indagación en las colecciones de la
revista, que permitió hacer un seguimiento de los contenidos de ellas (Véase, por ejemplo, el
Cuadro No. 7), surgió un listado de matrices con los ejes temáticos tratados en la publicación,
en los cuales nos apoyaremos. Estos tipos de documentos permiten el desarrollo del objetivo
general de la investigación, lo mismo que de los objetivos específicos. Habida cuenta que los
257 números de la revista Alternativa son la médula de esta investigación, efectuamos un
agrupamiento de los diez ejes definidos en tres bloques:
los derechos humanos, políticos, sociales y culturales. d.- Atención a los procesos electorales,
frente a los cuales mantuvo en principio una actitud de análisis crítico y luego, de
participación.
Para la realización de este trabajo resultaba necesario establecer un marco preliminar con las
características del periodismo alternativo, en el que se movió la revista, derivado del análisis
de los textos sobre el tema detectados en el recorrido historiográfico, y especialmente al
efectuar un seguimiento de las colecciones de la revista. Con Pascual Serrano, Javier Parra6
y otros que han incursionado en una tipología del periodismo alternativo podríamos resumir
las siguientes características:
6
Ver: PARRA, Javier. “Los medios alternativos y su influencia social y política”, extracto de la ponencia “Medios
alternativos del Estado español y su influencia”, ante la Fiesta del Partido Comunista de Aragón, Zaragoza,
España, 5 de mayo de 2007. Y SERRANO, Pascual, “Otro periodismo también es posible”, versión virtual,
Disponible en: <www.pascualserrano.net>.
23
comunicacional tradicional. 10. Rechaza las ataduras comerciales, las prebendas, los halagos
y la lisonja típica del periodismo tradicional. 11. Aunque a veces tiene una influencia directa
escasa, proyecta una influencia indirecta grande. 12. No sólo informa sino que educa y
organiza a las comunidades. 13. No se limita a su papel político. Interactúa en las
comunidades de donde procede. 14. En la práctica ejerce la contrainformación frente a los
grandes medios masivos, que son los que moldean los estados de opinión. 15. Para ello
requiere no sólo claridad política sino solvencia y calidad profesional. Como se ve, un grueso
número de estas características se cumplían en Alternativa y son ellas, más los ejes temático
(su agenda, los fenómenos más recurrentes en sus funciones de informar y opinar), los que
nos definen la identidad de la revista.
Por otra parte, resulta pertinente mirar el contexto histórico de los medios clasificados como
alternativos, ‘underground’, paralelos, y en ello pueden contribuir los antecedentes
planteados por Jesús Timoteo Álvarez:
7
ÁLVAREZ, Jesús Timoteo, Historia y modelos de la comunicación en el siglo XX, Barcelona (Cataluña, España),
Círculo de Lectores, 1987, pp. 276-2777.
24
emisión directa de la información por parte del pueblo y cuestiona la representatividad de los
periodistas como delegados de un mandato:
A renglón seguido, Mattelar recomienda: “En la nueva perspectiva –y con ritmos muy
distintos -, se trata de que el periodista reciba su mandato del poder popular y no merced a
una delegación formal, sino que integrando todas las líneas que permitan que a través de él,
el pueblo no este defraudado en su expresión”. Al discutir tales definiciones, Adelmo Genro
Filho, en su trabajo El secreto de la pirámide, afirma:
8
MATTELART, Armand, Biedma, Patricia y Funes, Santiago, Revolución socialista y comunicación masiva,
Bogotá, Fundación Latinoamericana de Investigación y Formación Social, 1974, pp. 96 y 97.
9
GENRO FILHO, Adelmo, El secreto de la pirámide, Caracas, Agencia Venezolana de Noticias, 2010, p. 133.
10
Ibíd., p. 135.
25
Un aspecto clave en los propósitos de Alternativa es que hasta cierto punto, efectivamente,
ella se propuso representar los intereses subalternos abriendo sus ventanas de par en par a
colectivos y sindicatos, a universitarios y campesinos, en un afán de que ellos sintieran como
suya la revista. Pero, evidentemente, aquí se chocaba con una contrariedad y era que la
publicación no venía de las bases hacia la cúspide periodística compuesta por los intelectuales
que osaron crearla, sino que éstos, interpretando las necesidades de los de abajo, optaron por
crear el medio para que los subalternos se expresaran. Esta contradicción fue una de las
razones de la primera ruptura, de la cual surgió Alternativa del Pueblo, cuyos inspiradores
(Fasls Bordas y otros) no sentían que la Alternativa primigenia representara los intereses de
los oprimidos. Pero los orientadores de la revista primigenia persistieron en la posibilidad de,
como lo plantea Genro Filho, percibir “las inmensas potencialidades culturales, artísticas,
políticas e informativas de los medios de comunicación de masas”, porque la Alternativa de
Santos Calderón, García Márquez y Bernardo García aspiraba a serlo, no quería quedar
relegada al estatus marginal de la mayoría de los medios de comunicación alternativos. Y a
lo mejor, a la luz de años posteriores, con la revista ocurriría lo que el periodista polaco
Ryszard Kapuscinski planteaba:
Conceptualmente, también Kapuscinski nos brinda elementos para el análisis del lenguaje de
la revista cuando abordamos las características de sus modelos periodísticos, que fueron
diferenciadores y definidores de un estilo en el que la información se desarrollaba paralela
con la opinión y la toma de posiciones, una de las tipologías propias no solo del periodismo
alternativo, sino de una modalidad de prensa que encuentra su origen en la dicotomía
europea:
11
KAPUSCINSKI, Ryszard, Los cinco sentidos del periodista. (Estar, ver, oír, compartir, pensar), México,
Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, 2003, p. 16.
26
Dos escuelas de periodismo en la historia del mundo han defendido distintas filosofías
y reconocido distintas raíces: la escuela del periodismo anglosajón y la del periodismo
europeo continental… La primera concibe a la prensa como el cuarto poder: junto al
Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, el periodismo participa en las sociedades
modernas tal como lo conocemos. La fuerza de esta corriente es, precisamente, la
llamada objetividad: la noticia que presenta los hechos tal como sucedieron debe
presentarse separada del comentario que los interpreta desde un punto de vista
determinado. La segunda escuela ve a la prensa como a un actor más en la lucha
política: los periódicos europeos nacieron como instrumentos de partidos y de
gobiernos… Para esta concepción que trata de convencer al lector, noticia y
comentario no existen de modo separado, sino que un artículo debe tener como fin no
solo informar sino también exponer las ideas y posiciones del autor.12
Pero además, los textos asépticos (neutrales, fríos, sin pasión), como los que supuestamente
definen al periodismo anglosajón, regularmente no llegaban al alma del lector, por su
caparazón imparcial. Lo que hace Alternativa es lo contrario, como lo que años después
caracterizaría Kapuscinski, hablando del periodismo en general:
“… esta teoría llamada objetividad es totalmente falsa y produce textos fríos, muertos,
que no convencen a nadie… los mejores textos periodísticos han sido escritos con
pasión, transmiten que uno está verdaderamente vinculado y metido en el asunto del
cual escribe. La emoción da fuerza al texto”.
Los contenidos de Alternativa fueron, en un alto porcentaje, textos e imágenes como los que
recomendaba Kapuscinski: apasionados, comprometidos, que establecían una ruptura con el
prototipo de artículo “imparcial” tan recurrido en medios occidentales.
12
Ibíd., p. 88.
27
existencia de unas clases privilegiadas y su dominio sobre otras subyugadas, al tiempo que
argumenta la supremacía del “orden” como soporte del Estado. Del tronco ideológico
descrito respecto de la izquierda derivan otras posiciones que la identifican, tales como su
defensa de las libertades públicas, del papel del Estado, mientras exista, como responsable y
garante de políticas sociales en beneficio de la población más vulnerable, al igual que de un
Estado laico, respetuoso de la diversidad religiosa, ajeno a la injerencia de las iglesias.
Asimismo, la izquierda, entendida en su globalidad, era en los años 70 antiimperialista,
solidaria con las revoluciones internacionales y contraria a las guerras de invasión, como la
realizada por Estados Unidos contra el pueblo vietnamita, y a las dictaduras, que inundaron
América Latina. Todo lo contario de la derecha, afín a Estados Unidos y cómplice de
dictaduras y de políticas intervencionistas.
Alternativa se definía abiertamente de izquierda, a pesar de los estigmas que en la época una
posición tan de frente podría acarrear, pero no era una opción unívoca, pues en su seno se
movían diversas tendencias (trotskistas, maoístas, leninistas, camilistas, foquistas, fidelistas,
elenas, emes),13 con sus concepciones particulares de las vías de la revolución colombiana,
de las formas de periodismo revolucionario, de la manera de reivindicar los derechos del
pueblo y hasta de asumir las elecciones… En lo que sí parecía haber consenso era en el hecho
de que se quería innovar, partiendo de concebir una izquierda no aferrada a las líneas
internacionales que determinaban las estrategias de todos los partidos, movimientos y grupos
del momento, y asumiendo una posición desde la cual pudiera constituirse en una especie de
faro que alumbraba hacia todas las aguas del océano en el que aparecía el archipiélago de los
grupos de la izquierda nacional.14 Había cansancio también respecto de los discursos
13
Entre los textos sobre el particular, Mauricio Hoyos trae a colación una anécdota según la cual las divisiones
llegaban tal punto, que Jorge Villegas, el investigador social que estuvo en la primera etapa de Alternativa,
“decía que la revista era una casa de citas: unos citaban a Mao, otros a Trotski y otros a Fidel”. Ver: HOYOS
ECHEVERRI, Mauricio. “Revista Alternativa: resistencia comunicativa a la represión y censura del gobierno
Julio César Turbay Ayala”. [Consultado el 21 de febrero de 2015]. Disponible en:
<http://www.redcomunicacion.org/memorias/pdf/2013hohoyos_p.pdf>
14
La división de la izquierda en los años 70 del Siglo XX fue graficada con el sarcasmo y el humor que identificó
en muchos de sus artículos a Alternativa. En un informe sobre una de las tantas crisis de la Universidad
Nacional, se decía: “El Moir se la pasa desenmascarando al PC, el PC al Moir, la URS a los dos, el Bloque a los
tres y los M-L a todos. Y todos quejándose de los M-L, y todos, por una vez unánimes, mostrando un soberano
desprecio por el estudiantado, considerado simple masa de maniobra, simple carne de cañón, simple rebaño
de agitar´”. Ver: Alternativa No. 115, del 22 al 29 de mayo de 1977, “Universidad, tierra de nadie”, p. 3.
28
Además del trabajo con las fuentes bibliográficas y del estudio de varios documentos propios
del funcionamiento interno de la revista, el ejercicio metodológico fundamental de esta
investigación se centró en las colecciones de las revistas (Alternativa y Alternativa del
Pueblo), en una revisión y clasificación de sus temáticas, siguiendo la experiencia de César
Augusto Ayala Diago en su texto sobre el periódico El Tiempo, y en una interpretación crítica
de sus discursos con el propósito de hallar el aporte del medio a la apertura de espacios
democráticos y al rol jugado en la construcción de puentes de unidad en la izquierda
colombiana. Habida cuenta que a través de la hermenéutica se puede efectuar una
interpretación crítica de textos y documentos, el método es pertinente. Asimismo lo es, al
momento de determinar los factores ideológicos y sociopolíticos que definieron la génesis de
Alternativa y las relaciones de poder existentes en la época de su circulación. Por otro lado,
el empleo del análisis crítico del discurso nos permitió el abordaje de los contenidos de la
revista con miras a descifrar sus connotaciones y denotaciones en los hemisferios de la
información, la opinión, la ilustración, la publicidad y las consignas. La consulta testimonial
de fuentes supérstites de la época de circulación de la revista también hizo parte de la
metodología utilizada, con el propósito de otorgar la importancia que merecían aquellos
periodistas, actores comunicacionales y sociales con quienes se recaudaron datos y relatos a
través de entrevistas y conversatorios.
Los capítulos
El resultado de todo este trabajo son siete capítulos y unas conclusiones en los que creemos
haber encontrados unos elementos identitarios de la revista, hallado cuáles fueron los
espacios esenciales en los que se movió y cuáles los que ayudó a abrir en el hemisferio de
una democracia restringida, signada por la aparición de un régimen autoritario (el del
Estatuto de Seguridad) que le correspondió enfrentar y ante el cual se erigió como una de sus
29
confrontación irracional dentro de esa heterogénea izquierda que Alternativa quiso ayudar a
que se entendiera, pero que terminó tirándole la puerta. Finalmente, el capítulo séptimo nos
muestra uno de los aportes fundamentales de la revista en lo que hemos denominado en este
trabajo la lucha por la apertura de espacios democráticos. Ello está claro por el hecho de que,
debido al peso de sus integrantes, a la verticalidad de sus posturas y a la crudeza de sus
plumas, Alternativa se convirtió en un escudo que, con sus denuncias permanentes y su
vigilancia constante, contribuyó a hacer menos gravosa la violación de los derechos humanos
de parte de los gobierno de Alfonso López y Julio César Turbay Ayala, de manera especial
de éste último, convertido en un régimen autoritario en el que la tortura y los consejos de
guerra verbales, amparados en el Estatuto de Seguridad, se convirtieron en una amenaza
cotidiana contra las libertades públicas y el ejercicio de la política en el país. Además, este
capítulo marca el final de la quijotada de Alternativa, que quiso erigirse en el territorio de
encuentro de todas las islas de la izquierda, sin tomar partido. En el remate de su periplo, la
vida le demostró la imposibilidad de tal objetivo. El resultado fue la apertura de su propio
movimiento político, aquello que tanto negó que haría: de su seno nació Firmes, con el que
participó electoralmente y alcanzó a constituirse durante varios años en una confluencia de
tendencias liberales, trotskistas, maoístas y socialdemócratas, con dirección y plataforma
propias, y la orientación de dos académicos de gran prestigio, Luis Carlos Pérez y Gerardo
Molina. En Firmes estaban integrados no pocos de los redactores de la revista, empezando
por Santos Calderón. Su lucha contra la violación de los derechos humanos condujo a abrir
otros escenarios políticos, el del Frente Democrático, una confluencia de mayor amplitud que
Firmes, que congregó fuerzas partidistas y voluntades académicas más allá de la izquierda,
contra los abusos de poder y el autoritarismo. Este es, desde mi óptica, uno de los legados
más importantes de Alternativa: el haber sido una talanquera democrática contra la
arbitrariedad y la violación a los derechos humanos, tarea que desarrolló paralelamente con
la creación del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos y la edición de El libro negro
de la represión. Frente Nacional 1958-1974, en el que participaron varios de quienes
fundarían la revista.
El periodismo y la historia van de la mano. Él y ella son disciplinas hermanas, así como lo
son también de la literatura y la gramática. El periodismo es fuente primigenia de la historia.
Y la historia, fuente inagotable del periodismo. No cabe duda de que la investigación
histórica tiene entre sus fuentes más preciadas las publicaciones periódicas (diarios,
semanarios, revistas, anuarios), además de aquellas manifestaciones de la información y de
la opinión impresas en octavillas, boletines, hojas volantes (‘chapolas’) y otras formas de la
comunicación alternativa. A todas ellas recurren los historiadores para indagar acerca de lo
que ocurría en una determinada época objeto de estudio, habida cuenta que los medios
impresos son la huella del discurrir cotidiano de las sociedades, el reflejo de lo que ellas y
sus actores han hecho y han pensado. E, incluso, de lo que han dejado de hacer. Por ello, las
hemerotecas, recintos donde se conservan las colecciones de revistas y periódicos, son
espacios asiduamente visitados por los historiadores. Al igual que los archivos donde se
guarda toda clase de hojas sueltas y documentos, expresiones de los impulsos y de los
quehaceres humanos.
Ese es el binomio que se ha querido expresar en este trabajo de investigación, realizado por
un periodista sobre la historia política de un medio periodístico, en el que buena parte del
ejercicio consistió en hacer una inmersión en las páginas de una revista contestataria para
luego de contemplarlas, escudriñarlas, leerlas, descifrarlas, clasificarlas, relatarlas,
interpretarlas, entregar una sinopsis de su vida, de sus aportes a la izquierda y a los intersticios
democráticos que pudo abrir o penetrar, así como empezar a dar cuenta sucinta de una
comunidad de escritores, reporteros, artistas, diseñadores, diagramadores, productores,
impresores, idealistas todos, que le apostaron a la empresa de hacer realidad la utopía de una
publicación comprometida con las clases subalternas, con un lenguaje, unas opciones y una
agenda diferentes a las de los medios de las élites.
Al final, la economía de mercado aplastante, las estrecheces del sistema político excluyente,
las persecuciones abiertas o solapadas y las diferencias intestinas, al lado de la falta de visión
estratégica de la izquierda que quiso representar, dieron al traste con esa experiencia, pero
sobrevivió su legado, el que con esta historia aspiramos contribuir a reconstruir para que la
memoria de Alternativa nutra el estudio y los valores de los periodistas de hoy y del futuro,
y de la sociedad toda.
CAPÍTULO I
CUANDO ALTERNATIVA LLEGÓ A CALI
34
En este capítulo haremos un rápido recorrido por la Cali que recibió a Alternativa, con
una juventud rebosante de energías, sueños y ánimo de luchas, que venía de participar
en las jornadas intensas del 26 de febrero de 1971, aquellas que costaron tantas vidas y
esperanzas. Trazaremos, al final, una elipsis en el tiempo, del primer al último número
de la revista.
Muchos despertaron a la vida del goce y la bohemia en esa misma área, que parecía tenerlo
todo. Pasando las fábricas del barrio San Nicolás estaban Honka Monka y Séptimo Cielo,
especies de paraísos del son y de la salsa que llegaban a raudales desde Nueva York y Puerto
Rico. Y muy cerca de allí, sobre toda la Carrera Octava, los grilles de época, que luego, con
el paso del tiempo, involucionaron a lupanares poco recomendables.
En la misma zona, en el barrio Obrero, se hallaban las sedes de muchos de los sindicatos de
trabajadores que los bachilleres y universitarios visitaban con el fin de imprimir en
mimeógrafos prestados sus boletines y proclamas. Era esta una época plena de esperanza
social y de romanticismo revolucionario. De una hoja tamaño oficio doblada a la mitad salía
35
Una vez éstos imprimían las 500 hojas de la resma de papel poroso partían henchidos con el
éxito revolucionario en sus manos, del cual al otro día no quedaba ni un ejemplar. Tan solo
la plantilla de esténcil, una página compuesta de un sintético delicado en el que se grababan
los caracteres de las máquinas de escribir, y en vez de fotografías se trazaban dibujos y
gráficos usando estiletes. Si había sido bien tratado, ese esténcil serviría para una reimpresión
de Unión Estudiantil o de Combate Universitario. Los nombres siempre rondaron los deseos
de unidad y acción, dos presupuestos políticos reiterados de la época.
Así que el centro histórico era todavía importante, como en las capitales de antes. En una
esquina de la Carrera Cuarta con Calle Séptima, a un costado de la iglesia de La Merced, en
la casona en la que dicen que alguna vez se alojó Simón Bolívar en su camino hacia Mulaló,
el Instituto Técnico Nacional de Comercio Simón Rodríguez, Intenalco, desplegaba todos los
días desde las 6:30 a.m. las dos naves de su enorme portón para recibir a unos 700 estudiantes.
36
El portal sólo se cerraba pasadas las 10:00 p.m., cuando partía el último alumno de la sección
nocturna.
Fue allí en esa casona donde tuve mi primer contacto con la revista Alternativa, la publicación
de izquierda que revolucionó el mundo de la prensa colombiana en los años 70 y que
constituyó una ruptura no sólo frente a la prensa de las cúpulas colombianas sino frente a la
forma de hacer periodismo por parte de la izquierda misma. Un profesor de ciencias sociales
había llegado con ella y la había mostrado a algunos de sus alumnos del tercer año de
bachillerato como una gran primicia. El ejemplar que posaba en sus manos hacía parte de los
30.000 que, en un segundo tiraje, hubo de imprimir la revista, luego de que la primera edición
se agotara. Algunos afirman que el gobierno de la época, el de Misael Pastrana Borrero, ya
en sus estertores, ordenó que la edición fuera recogida por la temática que abordaba. En
cualquier caso, era el 19 de febrero de 1974. El 15 había aparecido el primer número en
medio de una expectación inusitada. Tenerla era el gran plus. Circuló como pólvora. Estuvo
poco tiempo en los quioscos del centro, aunque su precio no fuese muy asequible para el
bolsillo de un estudiante: $10 el ejemplar, una cifra nada despreciable para 1974. Los
números que llegaron a Cali volaron.15
15
Cuarenta años después, Enrique Santos Calderón, uno de los fundadores de la publicación, recordaría los
hechos que se unieron para que el número fundacional de la publicación circulara como pólvora: “Desde un
comienzo la idea de Alternativa era que fuera una revista dirigida al gran público, no a sectas, no a militancia,
no a grupúsculos, sino al gran público, y contamos con la afortunadísima coincidencia de que en el primer
número trajimos un artículo exclusivo de Gabriel García Márquez sobre el golpe en Chile y una carátula sobre
cómo operaba la contraguerrilla en Colombia. Esta circunstancia y, además, la torpeza de muchos
atolondrados agentes de la Policía que no estaban acostumbrados a ver una revista de esta índole y la
decomisaran en los quioscos, fueron como la garantía de éxito. Se agotaron diez mil ejemplares que
imprimimos para el primer número en menos de 24 horas. Y así fue realmente el bautizo de Alternativa hace
40 años”. CONVERSATORIO con Enrique Santos Calderón, ex director de Alternativa, en el acto de
presentación de la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2015.
En el conversatorio participaron también Bernardo García, Hernando Corral, Antonio Caballero, Jorge Orlando
Melo, entre otros.
37
ambigua. Para el principal partido de la izquierda entonces ella parecía indefinible. La postura
podía entenderse en la medida en que el Partido Comunista había logrado estabilizar un
semanario (Voz Proletaria, luego, a partir de 1983, sólo Voz) que, con ayuda de maquinaria
proveniente de países socialistas, se imprimía con periodicidad (circulaba todos los jueves)
y con un tiraje aceptable, aunque nunca suficiente. Pero Voz Proletaria era un órgano de
partido, lo cual establecía limitaciones en la definición de la agenda informativa y en el
enfoque de los temas, determinados por una línea editorial circunscrita, en cuanto a los
asuntos fundamentales, a las orientaciones partidarias.
Ese centro de Cali que parecía tenerlo todo y en el que bullían los jovenzuelos soñadores y
los universitarios revolucionarios de los años 70 --muchos de los cuales vivieron con horror
y dolor los días de la matanza del 26 de febrero de 1971, cuando las Fuerzas Armadas en la
presidencia de Misael Pastrana reprimieron a sangre y fuego las protestas en la Universidad
del Valle--, fue el escenario en el que circularon semanalmente las crónicas y los debates
contenidos en la revista, hecha en papel periódico con secciones bien definidas y portadas
caracterizadas por dos puntales: crítica cruda y sin ambages, como corresponde a un medio
verdaderamente alternativo, y creatividad, tanto en las carátulas como en el enfoque de los
textos. La irreverencia de los contenidos y el color de las formas cautivaban a la muchachada.
Los montajes que se burlaban sin tapujos del poder y el desenfado en el tratamiento de los
hechos imponían un sello propio, a la vez diferenciador frente a los artesanales productos
38
revolucionarios del mundo estudiantil como de la estrechez del lenguaje previsible de las
publicaciones partidistas.
Aunque en la época no pudieron identificar bien cuál era ese qué indefinible de la revista, las
críticas comunistas a Alternativa pueden interpretarse ahora, 40 años después, como una
extraña intuición de lo que escondía la publicación. Se trataba de la influencia determinante
en la nueva empresa periodística de una corriente política que procuraría romper paradigmas
de toda clase y, para empezar, el de la prensa de izquierda. Hoy podemos identificar que se
trataba de una agrupación de militantes procedentes de diferentes núcleos que veían agotados
los modelos mundiales que dividían y subdividían a la izquierda colombiana y que,
simultáneamente, creían que los discursos de esa izquierda internacionalista e
internacionalizada, metida más en las disputas de la Guerra Fría que en los problemas de la
guerra interna, debían ser reemplazados por mensajes menos ortodoxos, que llegaran con
fluidez a la gente, sin tanto contexto teórico y con más texto de lo cotidiano, digerible para
el común. En últimas, era la propuesta de hacer una publicación para no iniciados, porque
los iniciados no necesitaban ser convencidos de nada, una revista para “la opinión pública en
general”.
Los años 70 configuraron el elemento temporal de ideación del M-19 a partir de figuras como
Jaime Bateman Cayón, Iván Marino Ospina, Álvaro Fayad, Luis Otero, Carlos Toledo Plata
y varios más que definieron otras formas de organización y de acción y se propusieron usar
lenguajes diferentes en consonancia con reformulaciones políticas que los conducirían a
replantear los esquemas y los dogmas en que se debatían las agrupaciones partidarias de las
izquierdas colombianas.
39
Sin embargo, su gran contradicción del M-19 fue hacerlo apegado al ejercicio de la violencia,
porque, aunque se proponían rediseños de la política, insistían en la fuerza de las armas como
camino. Es decir, su visión renovadora, que hasta cierto punto se plasmaría luego en la
publicación alternativa, no concordaba con una ruptura del método que, como se palpó
después, condujo al M-19 a un empantanamiento en la violencia y a la hecatombe derivada
de la toma del Palacio de Justicia.
Pero para los muchachos de la época, incluidos los de Intenalco Simón Rodríguez, la revista
era simplemente la gran novedad. Así la palpaban los alumnos de los colegios cercanos
esparcidos a lo largo de la Carrera Cuarta y los estudiantes de la Usaca, donde el ejercicio de
la política era más intenso y donde, también, se formaban cuadros de todos los partidos
políticos, no sólo de la izquierda, sino también de la derecha. La Santiago era en la época la
única universidad con facultad para la formación de abogados y ello obligaba a los hijos de
la élite a cursar sus estudios allí si querían permanecer en Cali y no desplazarse a la capital
de la República. Ello explica, asimismo, que años después la dirigencia de la ciudad, proclive
en grado sumo a los partidos tradicionales, estuviera llena de egresados de esta institución.
a la sazón uno de los delfines de la poderosísima familia Santos, heredera del ex presidente
Eduardo Santos, pero se sabe que estuvo desde el principio y terminó fungiendo como
director. El primer equipo editorial lo conformaron, además de García Márquez, los
investigadores sociales Orlando Fals Borda y Jorge Villegas Arango. El director era Bernardo
García, quien desempeñó estas funciones en recorrido largo, hasta cuando rompió con la
revista, en la que sería la segunda crisis interna de ésta-: la primera fue en el número 18,
todavía en 1974, cuando el grupo de Orlando Fals Borda abrió tolda aparte y fundó la revista
Alternativa del Pueblo.
“Amplios sectores de la opinión pública colombiana están sintiendo ahora más que nunca la
carencia de una publicación nacional, periódica, independiente y crítica”, decía la
presentación del número 1 de la revista, aparecido el 18 de febrero de 1974 (Ver imagen No.
1), aunque en la portada figuraba el 15 del mismo mes. “La progresiva concentración de los
medios masivos de información en manos de quienes detentan el poder político y económico
ha permitido que esta minoría oculte, deforme y acomode a su antojo los grandes hechos
nacionales”, añadía el primer párrafo de la nota editorial, denominada Carta al Lector, con el
que se daba inicio a una publicación que imprimiría finalmente 257 ediciones hasta el 27 de
marzo de 1980, cuando circuló su último número. (Ver imagen No.2).
En la definición del perfil de la revista el primer número era franco y nada vergonzante, al
identificarse sin eufemismos como una publicación de izquierda. “No es fácil en Colombia
abrir una ventana por donde entre el viento fresco de un pensamiento de izquierda”, decía la
Carta al Lector del 18 de febrero de 1974 en su tercer párrafo. Y agregaba:
41
“Este esfuerzo es Alternativa, que nace con y desde una posición. Alternativa busca
contrarrestar la ‘desinformación’ sistemática de los medios de comunicación del
sistema y se ha comprometido a servirle en una forma práctica, política y pedagógica
a todos los sectores de la izquierda colombiana”.16
También el tercer párrafo de la Carta al Lector, pero de la edición final, la del 27 de marzo
de 1980, afirmaba, probablemente buscando un enlace con lo escrito seis años atrás:
Parecería que la conclusión es que el propósito de servir “en una forma práctica, política y
pedagógica a todos los sectores de la izquierda colombiana” expuesto al comenzar, se hubiera
cumplido con la conformación de “toda una corriente de opinión y de pensamiento”, como
nos dice la oración reseñada del último editorial.
16
Alternativa, No 1, Bogotá, 15 al 28 de febrero de 1974, “Carta al Lector”, p 1.
17
Alternativa No. 1, Bogotá, 15 al 28 de febrero de 1974, “Carta al Lector”, p 1.
42
Y, para rematar esta analogía, mientras en el quinto párrafo del editorial del número 1 se
hablaba con optimismo de la posibilidad de supervivencia, en el tercero del número 257 se
reconocía el revés. “Este respaldo es la garantía de supervivencia de Alternativa, cuyas
páginas están abiertas a las colaboraciones de nuestros lectores”, decía con alborozo la revista
del 18 de febrero de 1974, haciendo alusión a que antes de circular ya contaba con un número
importante de suscripciones y de personas que aportaban de manera solidaria. “… el
inevitable cierre de la revista no debe tomarse como una derrota o un fracaso. Es un revés
pasajero y temporal como los que se sufren en toda lucha”, expresaba seis años después la
revista del 27 de marzo de 1980, aunque a renglón seguido recuperaba el optimismo y
remataba con un elemento que no era una simple frase de las que se hacen para una despedida
digna:
La última frase no era gratuita. Ante las dificultades financieras que dieron al traste con la
publicación, se dejaba una puerta abierta para facilitar el retorno, del cual, efectivamente,
hubo un intento, pero auspiciado por fundadores de la revista que se habían retirado de ella
cuando a la altura del número 18, el del 14 de octubre de 1974, a ocho meses de la fundación,
se produjo la ruptura del grupo orientado por Orlando Fals Borda reunido en torno de la
Fundación Rosca de Investigación y Acción Social.
La ruptura tuvo origen en divergencias políticas y de orden laboral con el sector que
representaban otros socios fundadores, como eran Santos Calderón y García Márquez,
apoyados por el director, Bernardo García. El sector radical de la revista (después se sabría
18
Alternativa No. 257, Bogotá 27 de marzo de 1980, “Carta al Lector. Mirar hacia adelante”, p 1.
43
que de él hacían parte militantes del M-19 que al mismo tiempo laboraban en la publicación),
identificó las discrepancias laborales, suscitadas por incumplimientos en los pagos a los
trabajadores, como diferencias de clase y entregó poder al abogado Adalberto Carvajal para
que demandara a García Márquez, uno de los accionistas de la empresa periodística y quien
fue identificado como “el patrón”, al lado de Santos Calderón. Y ahí fue Troya. Resultaba
casi una herejía demandar judicialmente al más importante escritor colombiano de ese
momento, premio Rómulo Gallego de Literatura y uno de los letrados más conocidos en el
universo por hacer parte del Boom Latinoamericano.
Treinta y cinco años después, uno de los miembros del equipo editorial fundador de la revista
con quien me entrevisté para efectos de esta investigación, y quien de manera insistente me
pidió reservar su identidad (pues dijo no estar interesado en generar controversias), me
confesó que por instrucciones de Jaime Bateman habían retirado luego la demanda, pues, al
parecer, García Márquez estaba dispuesto a poner su reconocimiento internacional como
escritor al servicio de una candidatura presidencial de la izquierda. Finalmente no cumplió,
pero el reclamo ante la justicia laboral impetrado por los trabajadores de base, como se
denominaron los empleados de Alternativa, fue retirado.
La Alternativa disidente, liderada por Fals Borda y bautizada Alternativa del Pueblo (Ver
imagen No. 3), cambió el eslogan original por el de “Atreverse a luchar es empezar a pensar”.
Su vida fue efímera: solo alcanzó a editar 20 números (desde el 19, pues consideraban como
de su historial los 18 números precedentes, hasta el 38, correspondiente a la quincena del 4
al 17 de agosto de 1975). El esfuerzo sólo duró diez meses. Pero a diferencia de lo que podría
pensarse, no fueron Santos Calderón ni García Márquez quienes se propusieron convertir en
realidad el emotivo discurso de la despedida. Fue Fals Borda, con un equipo nuevo, el que lo
intentó.
La elipsis en el tiempo trazada hasta finales de 1999 nos regresa al centro de Cali y a la
muchachada de jóvenes imberbes y de universitarios barbados que en 1974 trasegaban por
sus calles conformando un hervidero de expectativas y esperanzas. Muchas de éstas se
esfumaron poco después de la primera crisis de Alternativa, la del número 18, cuando los
trabajadores le hicieron huelga al paradigmático García Márquez y empezó a circular otra
revista, “la del Pueblo”, y desaparecía diez meses después. La división trajo desánimo. La
exitosa circulación de la primera Alternativa se vio sometida a la sombra de la disidente, pero
ésta se vendía poco. Todo indicaba que el propósito de aglutinante de las izquierdas
colombianas empezaba a naufragar. La Alternativa original se mantuvo con el concurso de
nuevos periodistas y columnistas.
El último número mostraba como jefe de redacción a Antonio Caballero, además de a Santos
Calderón como director y a un único consejero editorial: García Márquez. En la redacción
estuvieron al final de la revista Jorge Restrepo, Hernando Corral, José Fernando López, Pepe
Pardo, Carlos Gerardo Agudelo y Roberto Pombo. Y había una nómina “de lujo” en materia
de columnistas: Daniel Samper, Eduardo Umaña Luna, Gerardo Molina, Jorge Orlando
Melo, Ramón Pérez Mantilla, Álvaro Villar Gaviria, Diego Montaña Cuéllar, Beatriz de
Vieco, Álvaro Tirado Mejía, Nazareth de Cruz, Antonio Restrepo Botero, Alfonso Jacquin
(miembro del M-19 que murió en la toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985),
Jesús Antonio Bejarano (asesinado en 1999), Pepe Sánchez, Diego León Hoyos, Hugo Ávila,
Camilo Castellanos, Alejandro Brand y María Luisa Mejía.
45
Pero ni esa nómina pudo mantener en pie la circulación y el respaldo a la revista, la crisis
financiera la demolió. El proyecto de dotar a la izquierda colombiana de un medio
ecuménico, de congregación de sus diversas islas había fracasado. Tal vez ello había
empezado a ocurrir entre octubre de 1974 y agosto de 1975, cuando el equipo de redacción
se fracturó y el surgimiento de Alternativa del Pueblo no pudo ser una alternativa frente a la
Alternativa fundacional. Y muchos de los jóvenes bachilleres de los colegios del centro de
Cali pasaron a ser universitarios, o se tuvieron que resignar a quedarse sin universidad e irse
a las fábricas del barrio San Nicolás, o, también, se vieron forzados a ayudar a sus familias
destechadas a invadir los extensos terrenos fangosos de las haciendas situadas a orillas del
río Cauca, al extremo nororiental de la ciudad, y contribuyeron a fundar San Luis, San Luisito
y también el Distrito de Aguablanca…
A manera de conclusión:
El trasegar de Alternativa no fue fácil. Desde un comienzo se avizoraron los nubarrones
amenazantes. Pero ellos no solo vinieron desde fuera, como veremos más adelante, sino
de sus propias huestes. Dividida a poco de dar inicio a su periplo, uno de los grupos a
su interior se quedó con el eslogan original de la revista, “Atreverse a pensar es empezar
a luchar”, mientras el disidente le dio vuelta y armó uno caprichoso: “Atreverse a
luchar es empezar a pensar”. Éste duraría muy poco, apenas 19 ediciones. El grupo
original aguantaría 257. Pero los dos sucumbieron. Luego un tercer contingente quiso
en los años 90 reconstruir el sueño, con un resumen de los dos anteriores: “Sentir,
pensar, actuar”. Pero tres años después también claudicó. Parece el sino de los medios
alternativos independientes, convertidos en especie de utopías. La economía de
mercado, las diferencias políticas y la persecución oficial los mata.
46
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 1, Fuente: Revista Alternativa, edición No. 257,
Bogotá, 15 de febrero de 1974, portada. Bogotá, 27 de marzo de 1980, portada.
Fuente: Revista Alternativa del Pueblo, edición Fuente: Revista Alternativa, Nueva Época,
No. 38, Bogotá, 4 de agosto de 1975, portada. edición No. 1, Bogotá, agosto de 1996, portada.
CAPÍTULO II
LA GÉNESIS DE UNA REVISTA: SU ENTORNO HISTÓRICO Y MEDIÁTICO
Expondremos aquí, grosso modo, cómo estaba el mundo a la hora de ver la luz el primer
número de la revista Alternativa, cuáles eran los fenómenos políticos más importantes
que sacudían el planeta y principalmente América Latina, inundada de regímenes
dictatoriales y convertida en nudo de preocupación de las sociedades progresistas. Y en
el plano local, miraremos hacia atrás, al Frente Nacional, que estaba en sus estertores
con el cuestionado gobierno de Misael Pastrana Borrero, nacido de un fraude que le
quitó las elecciones de 1970 a Gustavo Rojas Pinilla y dio argumentos a gente de
izquierda nacionalista que venía empujando un nuevo 19 de abril. Daremos también
una mirada al mundo mediático alternativo de la época.
La revista Alternativa tuvo su génesis en una etapa de plena conflictividad en los planos
nacional y mundial. No es sino mirar los entornos para darse cuenta del momento: pleno auge
de la revolución cubana, dictaduras militares en Latinoamérica (Ver Cuadro No. 1, en
Anexos), reciente ocurrencia del Mayo Francés19, invasión estadounidense y guerra de
liberación en Vietnam, en lo internacional, y finalización del Frente Nacional, denuncias
sobre hurto de las elecciones presidenciales al rojaspinillismo en 1970, surgimiento de los
más importantes grupos guerrilleros colombianos y efervescencia de los movimientos
estudiantil, obrero y campesino, en la esfera local.
Era la época pos Segunda Guerra Mundial, caracterizada por el ascenso de lo que en materia
económica se conocía como el desarrollismo y, en lo político, por la presencia del fenómeno
bautizado como de la Guerra Fría, de absoluta confrontación ideológica de los dos grandes
sistemas socio-económicos: el capitalismo, liderado por Estados Unidos, y el modelo de
socialismo instaurado por la Unión Soviética. EE.UU. y la Urss, aliados para enfrentar el
nazi-fascismo, volvían a ser los enemigos irreconciliables de antes de la alianza. Así, pues,
19
Ver: RESTREPO, Jorge, La generación rota, Bogotá, Editorial Planeta Colombiana, 2002.
49
el factor internacional resulta determinante en la ubicación de los escenarios en los que nació
Alternativa.
Según el investigador Carlos Gerardo Agudelo Castro, el análisis de Alternativa “es una
contribución a la comprensión de una tipología de prensa practicada en países del llamado
Tercer Mundo, que se define a partir de una variedad de categorías”, tales como “prensa
alternativa, un término ampliamente difundido en el corpus teórico”, y, también, “periodismo
revolucionario, leninista, emancipador, crítico, de izquierda radical y de oposición”. Según
él, “ninguna publicación similar a Alternativa tuvo tanta influencia como generadora de
opinión y como actor de la vida política y cultural del país mientras existió”.20
Sin referirse específicamente al caso de la revista, otro investigador, Luis Evelio Álvarez
Jaramillo, hace una tipificación del momento de cambio de época que nos ocupa: la década
de los años 70 del Siglo XX. Dice Álvarez:
Para sustentar lo anterior, se apoya en autores como Bernardo Subercaseaux, Nicolás Casullo,
Fernando García de Cortázar y Daniel Pecaut.22 Y concluye: “Analistas de la segunda mitad
del Siglo XX coinciden en afirmar que los años 60 y 70 son una época de ruptura con el
20
AGUDELO CASTRO, Carlos. Atreverse a pensar es empezar a luchar. Elementos para el análisis de la revista
colombiana alternativa. Introducción a la disertación doctoral para acceder al título de Ph. D. en periodismo
y comunicación pública en la Universidad de Maryland, Estados Unidos, 2007. Versión en PDF.
21
ÁLVAREZ JARAMILLO, Luis Evelio. Estilos de conocimiento en los estudios de la comunicación mediática en
Colombia. Años 1962 a 1990, Cali, Colección de Tesis Doctorales de Rudecolombia, 2010, pág. 115.
22
Ver las obras de los anteriores autores así: Subercaseaux, Bernardo. “Élite ilustrada, intelectuales y espacio
cultural”, en: América Latina: un espacio cultural en el mundo globalizado, Bogotá, Convenio Andrés Bello,
1999, p. 181. Casullo, Nicolás. Modernidad y cultura crítica, Buenos Aires, Paidós, 1998, p. 175. García de
Cortázar, Fernando y Lorenzo Espinosa, José María. Historia del mundo actual. 1945-1995, I, Memoria de
Medio Siglo, Madrid, Alianza Editorial, 1996, p. 244.
50
Aunque parecía inscrito en una tendencia nihilista, Ruptura tuvo en común con Alternativa
su perspectiva de sustraerse al comportamiento común existente en el gran archipiélago de
la izquierda, dentro del cual cada grupo político se proclamaba, a través de un órgano de
expresión oficial de la tendencia o el sector respectivo, como “el partido de la clase obrera”.
Zuleta, por el contrario, se aprestaba, con el grupo de intelectuales caleños que lo
acompañaba, a editar un cuarto número de Ruptura orientado a demostrar que esa no era la
tarea. Pero el objetivo no se materializó.
“El grupo promotor del periódico no se proponía impulsar un nuevo partido revolucionario,
es cierto, pero actuaba con directrices principistas de índole subversiva y polemizaba
abiertamente con los 30 partidos únicos del proletariado existentes, según el grupo, en
Colombia”, sostiene Jorge Vallejo Morillo en un libro biográfico sobre Zuleta en el que se
hace un recorrido entre anecdótico y político del conocido humanista, que marcó una etapa
muy importante del pensamiento crítico no sólo en las universidades de Cali sino del país.23
23
VALLEJO MORILLO, Jorge. La rebelión de un burgués. Estanislao Zuleta, su vida, Bogotá, Editorial Norma,
2006, p. 197. Zuleta, antioqueño, ocupó, entre otros cargos, el de vicerrector académico de la Universidad
51
Alternativa, como Ruptura, no se proponía tampoco ser el órgano de debate para la creación
de un nuevo partido de izquierda que se proclamara, como los demás, partido de la clase
obrera, siguiendo las orientaciones de Vladimir Ilich Lenin en tal sentido, pero se
diferenciaba en que no proponía una ruptura con esos partidos de izquierda, sino, por el
contrario, servir de centro de encuentro de ellos mismos.
Santiago de Cali, profesor de las universidades Libre de Bogotá, de Antioquia de Medellín y del Valle de Cali.
Doctor honoris causa en psicología de esta misma institución. Fue columnista de Alternativa durante algún
tiempo.
24
Véase Alternativa No. 4, edición del 1 al 15 de abril de 1974, p. 2. Por la importancia de este documento
hacia el futuro de la publicación y en el desarrollo de esta investigación, transcribo en forma completa la Carta
al Lector:
El hecho de que hayamos afirmado que Alternativa no da línea, porque ni es, ni pretende ser una agrupación
política, parece que ha despertado la incredulidad de unos, la inconformidad de otros y la aceptación de no
pocos sectores. En definitiva, lo que se nos pregunta es: “Si Alternativa no tiene una posición política definida,
¿entonces cuál es su punto de referencia para opinar, puesto que es una revista de opinión?”
La inquietud merece una respuesta clara. Vamos a intentarlo con base en la filosofía que inspiró la fundación
de la revista y sigue alentando su desarrollo.
1.- La opinión pública colombiana tiene una información con una sola versión: la de la “gran prensa”. Esto no
quiere decir que ignoremos la prensa gremial y partidista desarrollada por las fuerzas de izquierda. No se trata
de ignorarla, ni de suplantarla, sino de complementarla a un nivel forzosamente distinto: el de la opinión
pública general.
2.- Los estudios, análisis e investigaciones sobre la realidad nacional son numerosos y no pocos resultan
indispensables para la correcta conducción de las luchas sociales, políticas y económicas. No obstante, la
52
Un periódico leninista:
Voz Proletaria, del Partido Comunista Colombiano.
Periódicos maoístas:
1. Tribuna Roja, del Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, Moir;
2. Revolución, del PC-ML Línea Comité Central;
escasa circulación de estas obras por su lenguaje técnico y especializado, las hacen de difícil consulta para los
cuadros políticos y sindicales que más las necesitan. Alternativa busca construir poco a poco ese puente.
3.- Las luchas de obreros, campesinos, estudiantes, maestros y otros sectores populares tienen pocas
posibilidades de expresar en la “gran prensa” sus puntos de vista, la razón de sus reivindicaciones, las
denuncias contra los atropellos y, en fin, sus opiniones sobre los grandes problemas nacionales. Este derecho
de expresión no lo pueden monopolizar los gremios patronales como Andi, SAC, Asobancaria, etcétera. Pero
si los derechos no se mendigan, sino que se conquistan, Alternativa es por lo menos un esfuerzo en esta
dirección.
4.- En fin, la izquierda colombiana tanto sindical como políticamente se encuentra muy dividida. Alternativa
no propicia el “sectarismo político” en la izquierda, pero tampoco plantea la unidad idílica. La revista pretende
contribuir a la consolidación crítica de fuerzas de avanzada, es decir, cimentada en el debate sano y abierto,
en el análisis de la realidad nacional y en la confrontación permanente con las luchas populares. Sea una
muestra de esta intención, el debate que se inicia en esta edición sobre elecciones y abstención.
La filosofía de alternativa, en conclusión, “tiene y nace desde una posición” como medio de comunicación, es
decir, con una política editorial que se ha sintetizado en los cuatro puntos anteriores.
25
OVIEDO, Álvaro. “Maoísmo y trotskismo en Colombia” I y II, en: revista Estudios Marxistas números 13 y 14,
Bogotá, 1977.
53
Periódicos trotskistas:
1. Revolución Socialista, del Bloque Socialista (Sección Simpatizante de la IV
Internacional);
2. Poder Obrero, de la Liga Obrera Comunista, LOC;
3. Poder Obrero, de los Comandos Camilistas, CC;
4. Revolución Permanente, de Espartaco (Sección de la IV Internacional), y
5. Gaceta Socialista, de los Grupos Marxistas Internacionalistas, GMI (simpatizantes de la
IV Internacional).
¿Cuál pudo ser el resultado del objetivo que Alternativa se impuso en principio de ser un
canal de expresión y confluencia de todos los partidos y movimientos de izquierda de la
época? Según Carlos Vidales, uno de los fundadores de la revista:
El resultado de tales empeños estaba más allá de nuestra buena voluntad. Todos los
partidos ‘establecidos’ de la izquierda nos miraron al principio con recelo o con
abierta hostilidad. Creían que éramos un intento de crear algún movimiento que les
quitaría afiliados o seguidores. Poco a poco fueron entendiendo que tratábamos de
contribuir a un debate más limpio, menos “macartista”, pero se produjo la división
interna y se frustró el intento.26
26
ENTREVISTA con Carlos Vidales, ex jefe de Redacción de Alternativa, vía internet Cali-Estocolmo, el 11 de
octubre de 2010. Vidales, nacido en 1939, era hijo del poeta Luis Vidales, trabajó con la Unidad Popular en
Chile y logró escapar a la dictadura de Augusto Pinochet. Luego de vivir varios años en Colombia, sufrió
persecución durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala, que lo señalaba de ser dirigente del M-19, y en
1980 se asiló en Suecia, donde falleció el 6 de noviembre de 2014.
55
Esa doble emergencia de factores sociales dispuestos a la acción política por diferentes vías,
la legal de masas, de un lado, y la alzada en armas no pocas veces voluntarista, del otro,
alarmó y alertó a las clases dominantes de la región y, consecuencialmente, a sus mentores,
los sucesivos gobiernos estadounidenses. Estos dos actores de la contraparte iniciaron la
ofensiva política vestida de contrainsurgencia y de injerencia abierta para dar al traste con
cualquier gobierno de corte medianamente democrático o, simplemente, para conjurar
cualquier avance popular o de carácter insurreccional.
Así que casi tres décadas después, cansados de las dictaduras de José María Bordaberry, en
Uruguay; de Alfredo Stroessner, en Paraguay; de Rafael Videla y otros generales, en
Argentina; de Pinochet, en Chile; de Anastasio Somoza, en Nicaragua, y de otras de la misma
línea de ultraderecha, los pueblos optaron por el recambio, pero el redireccionamiento se
quedó en la mitad del camino, pues aunque asumieron gobiernos civiles, los deseos de
democracia fueron copados por propuestas neoliberales.
En la década de los años 60, Colombia también había vivido una etapa sui géneris, por cuanto
las élites, en aras de defender el sistema bipartidista que tantos resultados les había dado a lo
largo de la historia, decidieron solucionar la crisis causada por la dictadura del teniente
general Gustavo Rojas Pinilla (a quien ellas habían instaurado en el poder mediante un
acuerdo que procuraba frenar la ola de violencia desatada desde el gobierno de Mariano
Ospina Pérez, en 1946-1950, y que había continuado en el del también conservador Laureano
Gómez Castro, en 1950-1953), con un pacto de los dos partidos tradicionales. Nació así el
Frente Nacional.
Las élites colombiana habían aplicado lo que el politólogo holandés Arend Liphart identifica
como el consociacionalismo, es decir, la forma como sociedades fragmentadas se ponen de
acuerdo para mantener la democracia compartiendo el poder. Traducida a buen romance, esta
56
teoría no es más que la aplicación del consenso entre los dos partidos tradicionales para salvar
su régimen bipartidista con la alternación en el poder.27
En el caso colombiano, ese acuerdo fue impuesto a las demás fuerzas políticas con asiento
en la sociedad, que resultaron excluidas. Y fue esa exclusión la que dio origen luego no sólo
a fracciones rebeldes dentro de los mismos partidos tradicionales, como el MRL,28 sino a
movimientos guerrilleros de todas las tendencias ideológicas, según la fragmentación de la
izquierda internacional en los años 60 y 70.
Como afirma Jonathan Hartlyn en Política del régimen de coalición. La experiencia del
Frente Nacional en Colombia:
27
Ver La democracia en sociedades pluralistas (1977), texto en el que Arend Liphart explica su teoría del
consociacionalismo, esto es, acuerdos entre las élites, entre socios, entre amigos para evitar la confrontación
en espacios conflictivos, divididos, y procurar la cohabitación. Se trata, a nuestro modo de ver, de un pacto en
las alturas, como los hechos por los grupos de poder tantas veces en Colombia para preservar sus privilegios
ante el avance de organizaciones populares.
28
Ejemplo de fracciones fue el Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, que lideró Alfonso López Michelsen,
que aunque no tuvo éxito en llegar al gobierno, expresó el malestar de sectores de la misma colectividad
“roja” que se sentían excluidos por las élites de su partido en el pacto del Frente Nacional.
29
HARTLYN, Jonathan. La política del régimen de coalición. La experiencia del Frente Nacional en Colombia,
Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1992, p. 291.
57
editoriales, las noticias políticas y las caricaturas publicados por el periódico El Tiempo entre
1958 y 1974 (el espacio de duración del Frente Nacional), para demostrar la manipulación
desarrollada por el diario contra las terceras fuerzas del momento: el rojaspinillismo,
posterior Anapo, y el MRL.30
Sin embargo, Carlos Vidales cree que Alternativa no fue una respuesta a la refundación
política del bipartidismo expresada en el Frente Nacional. En la entrevista que nos concedió
para esta investigación dijo: “Fue, simplemente, un intento de prensa alternativa en un país
que había perdido esa expresión del periodismo tras la desaparición de las revistas
independientes de las décadas anteriores”, y agregó: “De alguna manera se quiso (al menos
en sus inicios) retomar la senda abierta por el periodismo independiente de Jorge Zalamea
durante las décadas de 1950 y 1960”. Según Vidales,
Enrique Santos Calderón, quien fungiera al final como director de la revista, afirma que en
materia de medios de comunicación de izquierda en los años 70
30
AYALA DIAGO, César Augusto. Exclusión, discriminación y abuso de poder en El Tiempo del Frente Nacional.
Una aproximación desde el análisis crítico del discurso, Bogotá, Universidad Nacional, 2008.
31
ENTREVISTA con Carlos Vidales, ex jefe de Redacción de Alternativa, vía internet Cali-Estocolmo, el 11 de
octubre de 2010.
32
SANTOS CALDERÓN, Enrique. “El periodismo en Colombia. 1886-1986”. En: Nueva historia de Colombia,
Tomo VI, Bogotá, Planeta Colombiana Editores, 1989, p. 129.
58
El entorno periodístico de Alternativa iba mucho más allá de la copiosa gama de medios
partidistas de izquierda radical que hemos reseñado, y tocaba a publicaciones de espectro
más amplio, como el periódico Jornada, de Jorge Eliécer Gaitán, que circuló en la década de
los años 40 del Siglo XX y tuvo como antecedente el periódico Unirismo.33
33
Gloria Gaitán, hija del caudillo liberal, escribió el 6 de octubre de 2010: “El periódico se organizó como
sociedad anónima, con acciones por valor de un peso, el equivalente aproximado a diez mil pesos colombianos
de hoy, sociedad a la que se llamó Editorial Patria. Las acciones fueron vendidas en todo el país, a través de la
impresionante red de comités y directorios municipales y departamentales del Movimiento Gaitanista, que
cubría todo el territorio nacional, llegando hasta los más recónditos confines, incluso, hasta comunidades
indígenas que no hablaban el español”. Ver el portal Discrepando:
http://www.discrepando.com/index.php?option=com_content&view=article&id=669:el-gaitanismo-
proyecto-de-ingenieria-cultural&catid=103:al-dia&Itemid=600.
59
9. La Nueva Prensa, que fue publicada bajo la dirección de Alberto Zalamea, entre 1960 y
1967.
Mención aparte merece un periódico de provincia editado entre 1968 y 1975 en San Vicente
del Chucurí, departamento de Santander, denominado El Trópico, fundado por el periodista
revolucionario Jaime Ramírez. De acuerdo con Stanislaus Bhor, quien desentraña el discurrir
de este medio en una serie de diez informes titulados Nacimiento y caída de la prensa roja,
a través de la historia de este periódico, que alcanzó a circular en los albores de Alternativa
(1974-1975), se puede leer “la historia del periodismo revolucionario, de la prensa de
izquierda”.
Al adentrarse en la historia de Ramírez --periodista del norte del departamento del Cauca de
ideas de izquierda que estuvo vinculado a la Anapo y, desencantado de la lucha legal, se
enroló, como el padre Camilo Torres, en el Ejército de Liberación Nacional--, Bhor traza una
analogía de dos medios situados en puntos geográficos diferentes, uno en la provincia y otro
en la nación, El Trópico y Alternativa respectivamente, pero confluyentes en su ideario:
contrarrestar la información de los medios masivos tradicionales desde la visión del
periodismo alternativo.34
revolucionario que habían quedado en orfandad con la muerte del cura vieron
surgir una influencia inesperada y de mayor peso que el desmoronado Frente
Unido: la Alianza Nacional Popular, Anapo. Es ahí cuando entra Rojas, el
oxímoron:36 un dictador convertido en demócrata.37
Como hemos visto, la relación entre la publicación de izquierda y el partido político estuvo
latente siempre en la década de los años 70 y ella pudo significar una manera de enfrentar la
discriminación y la exclusión, de la que nos habla Ayala Diago, de parte de los diarios de las
élites, como es el caso de El Tiempo, estudiado por él, pero evidenciada en muchos otros
medios de comunicación, especialmente los escritos, que eran los más importantes todavía
en los años de Alternativa y se constituían en orientadores de la opinión pública por su peso
político.
La prosa partidista del siglo XIX fue suplantada por la prensa roja (revolucionaria)
del silgo XX, que predicaba el arribo de la revolución y atacaba a todas las florecillas
que se interpusieran a su paso. Al orientarse la línea política de El Trópico en favor
de la Anapo, predicando anticipadamente el arribo de la revolución con la candidatura
presidencial del dictador demócrata, quedó roto el pacto de poner al periódico por
encima del partidismo.38
Para Bhor, esta decisión generó desbandada dentro de El Trópico. Lo curioso es que, muy
seguramente sin que a la revista de alcance nacional llegara la onda de lo ocurrido en el
periódico de provincia, “el mismo debate se daba por aquellos años al interior de un órgano
de ruptura y línea crítica: la revista Alternativa, el principal medio de izquierda en
Colombia”. Y algo parecido le ocurrió, cuando, al final de su vida, Alternativa terminó siendo
36
Oxímoron: dos palabras opuestas que unidas originan un nuevo sentido.
37
Ibíd.
38
Ibíd.
62
“Si aún la más abstracta de las filosofías guarda un carácter partidista, ¿qué no decir
del periodismo, cuya razón de ser estriba en la política? Un periódico hace efectivas
las tareas de propaganda, por encima de la televisión y la radio, en la medida en que
permite a las diferentes clases dar coherencia a su estrategia, y base, propiciando que
se reúna en torno suyo un plebiscito diario”.39
De conformidad con Sánchez, “El modelo de fortalecimiento del sector financiero, que había
comenzado en el gobierno del presidente Misael Pastrana Borrero, con la creación del sistema
Upac, se vio enormemente fortalecido durante las administraciones de López Michelsen y
Julio César Turbay Ayala”, es decir, durante los tres presidentes vigentes en el período de
circulación de Alternativa, revista en la que la denuncia del significado del sector financiero
de la economía tuvo preponderancia a lo largo de sus 257 números, editorial y gráficamente.41
(Ver imagen No. 7). Sánchez concluye:
39
FONNEGRA, Gabriel. La prensa en Colombia. ¿Cómo informa’ ¿De quién es? ¿A quién le sirve?, Bogotá, El
Áncora Editores, 1984, p. 132.
40
SÁNCHEZ, Ricardo. Crítica y alternativa. Las izquierdas en Colombia, Bogotá, Editorial La Rosa Roja, 2001, p.
147. Sánchez fue dirigente estudiantil en los años 60 y en la actualidad es catedrático e investigador de la
Universidad Nacional de Colombia. Fue también cercano a Bernardo García, quien ejerciera la dirección de
Alternativa en su primera fase.
41
Ibíd., p. 150.
42
Ibíd., p. 154.
63
La preponderancia del capital financiero también es puesta de relieve por Santos Calderón
en su recorrido histórico del periodismo colombiano del siglo XX, y lo hace incluso desde el
momento del Frente Nacional. Curiosamente, Santos, quien desde Alternativa dirigió fuertes
críticas a la voracidad de ese sector, en el rol de historiador y a algo menos de nueve años de
haber concluido la experiencia de la revista, lo miraba con ojos más benévolos: “La otra cara
del relativo alejamiento de la subordinación partidista durante el Frente Nacional es el
paulatino ingreso de los grandes grupos financieros a los medios de comunicación”, dice, y
añade: “Ya no se trata de los directorios políticos como tales, sino de dueños de empresas no
periodísticas que ven en el progresivo control económico de los medios de comunicación una
fuente de múltiple poder”.43
Sin embargo, el auge del capital financiero no representaba para la época un equivalente
progreso en el monto de los salarios de la población trabajadora. El efímero periódico
Ruptura, fundado como hemos comentado por Estanislao Zuleta en Cali, revelaba en julio de
1976 que el salario real de los colombianos (el que refleja lo que se puede comprar con él)
se encontraba en descenso, y para ello retomaba datos del Departamento Administrativo
Nacional de Estadísticas, Dane. Comparaba el salario nominal frente al real así:
Como se aprecia, el deterioro del salario real en comparación con el nominal era progresivo
y ostensible para la época. Esa circunstancia de orden objetivo determinaría muchas de las
fuertes protestas populares, la más importante de las cuales fue la realizada el 14 de
43
SANTOS CALDERÓN, Enrique. “El periodismo en Colombia. 1886-1986”. En: Nueva historia de Colombia,
Tomo VI, Bogotá, Planeta Colombiana Editores, 1989, p. 130.
44
Véase “Características y condiciones de algunas de las luchas recientes de la clase obrera colombiana”.
Periódico Ruptura, julio de 1976, p. 21.
64
septiembre de 1977, a la que Alternativa dedicó casi toda su edición y sobre la que promovió
un debate posterior acerca de sus resultados.
… fue la guerrilla más popular de los años setenta, lo que se explica, entre otros
factores, porque su discurso no se acompañaba del dogmatismo comunista de las otras
guerrillas, por el carisma de sus dirigentes y por la espectacularidad de sus acciones.
Los hechos que ocurrían en Colombia parecían, sin embargo, ir contra la corriente.
En el resto de América Latina, en efecto, ya hacia finales de los 60 y, sobre todo, en
la década siguiente, las esperanzas puestas en la revolución comenzaban a esfumarse.
La muerte del mítico Che Guevara, en 1967, simbolizó, para muchos, el fin de una
época.45
45
ARIAS TRUJILLO, Ricardo, “Del Frente Nacional a nuestros días”, Cap. VII, en: Historia de Colombia. Todo lo
que hay que saber, Bogotá, Taurus, 2006, p. 333.
46
Ibíd.
65
Aunque el balance resulta ecléctico, pues mezcla triunfos con derrotas para formular una
misma argumentación, el planteamiento muestra las esperanzas y las tragedias que
caracterizaron esta época, en cuyo trasfondo se hallaban la Guerra Fría y la implementación
de la política de seguridad nacional por parte de Estados Unidos hacia sus satélites. Esta
última se materializaba en el patrocinio de feroces dictaduras, frente a las cuales la
insurgencia de fuerzas armadas irregulares encontraba el justificante, antes que el factor de
derrota que menciona Arias. (Ver imagen No.8).
47
LÓPEZ DE LA ROCHE, Fabio. Izquierda y cultura política. ¿Oposición alternativa?, Bogotá, Cinep, 1994, p.
109.
66
Es probable que ello haga más valiosa la experiencia de Alternativa, que procuró ponerse por
encima de esa dicotomía, pero, al mismo tiempo, tratando de no confrontar con los
depositarios de ella en la época, habida cuenta que, como hemos dicho, uno de sus objetivos
era contribuir a la concertación de los sectores de la izquierda, a su confluencia en líneas
fundamentales que contrarrestaran su dispersión y su dilapidación de energías en
confrontaciones fratricidas.
Desde el principio, los fundadores de Alternativa trabajaron sobre la base de que harían una
forma de periodismo diferente al de los partidos y grupos de la izquierda del momento, con
una clara proyección hacia conglomerados amplios de la sociedad, pero sin perder el norte
de su procedencia, la izquierda misma, a la cual reivindicaban desde el ángulo ideológico: de
la forma de ver el mundo, de interpretar la realidad, de asumir las relaciones sociales, frente
a una visión hegemónica derivada de la implantación de un régimen político cerrado,
antidemocrático, de exclusión y discriminación.
Ese propósito lo tipifica Paulo César León Palacios en un artículo escrito para la revista del
Departamento de Historia de la Universidad Nacional. Dice:
¿Qué responde Carlos Vidales a planteamientos como el de León Palacios en relación con la
presencia del M-19 en la revista? En la entrevista que le hicimos sostuvo:
48
LEÓN PALACIOS, Paulo César. “El M-19 y la subversión cultural bogotana en los setenta: el caso de la revista
Alternativa”, en Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura No. 35, Bogotá, pp. 189-211.
67
Pero Alternativa no sólo se movió en los escenarios que grosso modo hemos descrito en este
capítulo, sino que se adelantó a muchos medios de la época en relación con un fenómeno que
ha marcado los últimos cuatro decenios de la historia colombiana: el narcotráfico. Ella lo
abordó en su génesis, a través de informes especiales que desnudaban los primeros pasos de
los contrabandistas de la droga en el suelo patrio, traficantes que aparecen, precisamente,
luego de un régimen político cerrado que no sólo incubó la respuesta armada guerrillera al
mismo, sino que, muy probablemente, dejó nacer en su seno de clientelismo y corrupción los
rasgos preliminares que traerían consigo el diagrama del fenómeno. Así lo resume Carlos
Agudelo Castro cuando afirma:
La revista da cuenta de cómo se fraguó la moderna alianza entre la clase política que
venía de 16 años de usufructuar el poder para su propio beneficio a través del Frente
Nacional, un pacto que institucionalizó el clientelismo como forma de gobierno; las
mafias organizadas que se beneficiaban del creciente tráfico ilegal de drogas, que
Alternativa fue la primera en reportar sistemáticamente y otras actividades criminales
como el contrabando…50
49
ENTREVISTA con Carlos Vidales, ex jefe de Redacción de Alternativa, vía internet Cali-Estocolmo, el 11 de
octubre de 2010.
50
AGUDELO CASTRO, Carlos. Atreverse a pensar es empezar a luchar. Elementos para el análisis de la revista
colombiana alternativa. Introducción a la disertación doctoral para acceder al título de Ph. D. en periodismo
y comunicación pública en la Universidad de Maryland, Estados Unidos, 2007. Versión en PDF, p. 58.
68
Sin embargo, el proyecto no pareció haber sido entendido por los actores sociales y políticos
del momento. Así lo sintetiza, de manera contundente, Carlos Vidales:
Creo que la principal lección histórica es que, en aquellos años, ningún partido de la
izquierda colombiana estaba en condiciones de comprender y asumir la grandeza de
un proyecto unitario, amplio, para crear un ámbito de expresión y debates para
todos.51
A manera de conclusión:
Alternativa estuvo confrontando durante sus seis años de vida con varios monstruos
políticos, el primero de los cuales era el Frente Nacional que, a pesar de que en 1974
llegaba a su fin, seguía proyectando sus consecuencias bipartidistas excluyentes sobre
todo el país y generando la irresolución de los males sociales y la irrupción de no pocas
fuerzas insurgentes decididas, por la vía de las armas, a buscar salidas a la crisis.
Aunque proliferaban los periódicos y revistas de izquierda y oposición, estos medios no
tenían ni la fuerza ni la audacia con que aparecía Alternativa, dispuesta a llenar vacíos
y a abrir debates con base en cuatro grandes líneas de acción: 1. Ser un medio de contra-
información. 2. Difundir en lenguaje sencillo investigaciones sobre los problemas de la
sociedad colombiana. 3. Hacer visibles las luchas obreras y populares. Y, sobre todo, 4.
Servir de canal de unión “crítica” de la izquierda.
En el capítulo que sigue mostraremos el aporte del escritor Gabriel García Márquez al
proyecto periodístico objeto de este trabajo y la forma como se relacionaron otros
intelectuales de izquierda con la novel empresa.
51
ENTREVISTA con Carlos Vidales, ex jefe de Redacción de Alternativa, vía internet Cali-Estocolmo, el 11 de
octubre de 2010.
69
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 13, Fuente: Revista Alternativa, edición No. 17,
Bogotá, 5 de agosto de 1974, p. 4. Bogotá, 30 de septiembre de 1974, portada de
El Manifiesto.
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 140, Bogotá, Fuente: Revista Alternativa, edición No. 1, Bogotá, 15 de
14 de noviembre de 1977, p. 28. febrero de 1974, p. 2.
70
CAPÍTULO III
EL APORTE DE GARCÍA MÁRQUEZ A UN PROYECTO
QUE NAVEGÓ EN AGUAS PELIGROSAS
Siempre figuró encabezando el Comité Editorial, pero sin que esto significara una presencia
permanente, aunque para los asuntos fundamentales era consultado y su voz resultaba
determinante. Como cuando se suscitó la escisión del grupo conocido como La Rosca,
liderado por Orlando Fals Borda. En ese momento, García Márquez fue situado como uno de
los tres patrones de la naciente empresa, al lado de Enrique Santos Calderón y de Bernardo
García, ante quienes los periodistas y trabajadores de base debían reclamar por el
incumplimiento de compromisos laborales y frente a los cuales se debía hacer valer la
posición de clase de los explotados dentro de una revista que, paradójicamente, rechazaba la
explotación del hombre por el hombre y reivindicaba el papel de la clase obrera como motor
propulsor de la transformación social. (Ver imagen No. 9).
71
El escritor fue objeto de una demanda laboral por parte de los trabajadores que entregaron
poder al abogado Adalberto Carvajal para que los representara, aunque la decisión, según
reconoce Sebastián Arias, uno de los dos redactores de la etapa inicial, fuera revertida luego,
entre otras razones por consideraciones de orden político, al ser sometida tal osadía al baño
de María respectivo y concluir que un hombre de letras tan reconocido, integrante del boom
literario de la época, no merecía ser expuesto al escarnio público internacional como mal
patrón, pues la empresa periodística en que estaban comprometidos era algo así como un
proyecto de nuevo tipo que implicaba el sacrificio de todos, y al que no podía aplicársele en
las primeras etapas el concepto de la lucha de clases a raja tabla, así, a la luz del momento,
eso fuera lo que se transpirara dentro de un número importante de los trabajadores, vinculados
principalmente a las áreas de diagramación, armada y circulación de la revista.
García Márquez fue importante también cuando, a finales de 1976, debido a las dificultades
económicas que afectaban a la revista, sus directivos decidieron hacer un alto de más de cien
días. En abril de 1977, mes en el que con el número 112 regresó a las calles, García Márquez
escribió:
De modo que aquí está otra vez Alternativa. Vuelve después de un receso de casi
cuatro meses que por supuesto nos sirvió para trabajar menos, para perder menos plata
y tal vez para equivocarnos menos, pero también para reflexionar, como los curas de
otros tiempos, sobre el destino de nuestras almas.52
Más allá de los menesteres de las almas, en las horas amargas García Márquez tenía que estar
para la toma de las decisiones clave:
Sin embargo, volvemos a salir otra vez como semanario y esta vez a 20 pesos. Lo que
quiere decir que los retiros espirituales nos ayudaron a resolver muchos problemas,
menos los que a mi modo de ver son la desgracia de esta revista: la frecuencia y el
precio.53
52
Alternativa No. 112, abril de 1977, “Mis razones contra esta revista”.
53
Ibíd.
72
Problemas que no eran solamente de esta publicación, sino de toda la prensa independiente
y vocera de las izquierdas de la época. El asunto económico lo mortificaba hasta el punto de
verlo como un factor determinante respecto de la clase de gente a la que llegaba Alternativa.
… nos queremos dirigir a un público y llegamos a otro. Hacemos una revista para
pobres que muchos pobres no pueden comprar. Buscamos crear una conciencia
popular, pero a nuestra clientela más accesible no le importa tanto lo social como las
vacaciones en Miami.54
A pesar de estas vicisitudes, o tal vez por ellas, el centro difusor de la producción periodística
de García Márquez en buena parte de la década de los años de 1970 fue la revista para la que
prestó su nombre. Cada que aparecía un gran reportaje o una entrevista de fondo era ella la
primera en difundirlos. Era el gancho para aumentar la circulación, no sólo la primicia
periodística en sí misma. Los artículos del escritor que se bajaba a trasegar el barro de los
reporteros y viajaba por el mundo para describir lo que veía y referir lo que decían los
protagonistas de los grandes sucesos que cubría constituían valores agregados de Alternativa.
En este ámbito era donde estaba su mayor importancia.
Después del receso de cuatro meses, los orientadores de Alternativa efectuaron un balance
en el que se anticipaban a responder la columna de su principal mentor “asumiendo que los
pronósticos pesimistas que expresa Gabo en la página siguiente sobre el destino de las
revistas en Colombia no resulten ciertos”.55 Pusieron en marcha entonces decisiones
editoriales, como la de empezar a publicar columnas de opinión. Seleccionaron
personalidades destacadas con perfil de izquierda, entre las que figuraban, además de García
Márquez, Eduardo Umaña Luna, Daniel Samper Pizano, Diego Montaña Cuéllar, Beatriz de
Vieco, Ramón Pérez Mantilla, Ramiro de la Espriella y Salomón Kalmanovitz.56
Así, pues, Gabo se volvió columnista habitual. Pero su participación periodística venía de
tiempo atrás con la publicación de reportajes57 de gran impacto que merecieron portadas, e
54
Ibíd.
55
Alternativa No. 112, 2 al 9 de mayo de 1977, “Alternativa nueva etapa”, p. 12.
56
Ibíd., “Aquí están, estos son”, pp. 14-15.
57
El concepto de reportaje que manejamos aquí hace referencia al género periodístico de relato que narra
historias extensas y minuciosas en torno de un hilo conductor o eje definido. En tal sentido, establecemos una
73
incluso anuncios previos. Uno de sus trabajos más impactantes por el momento histórico que
corría y por la sensibilidad humana que brotaba cuando se hablaba de él fue el que escribió
sobre el golpe estado de carácter fascista perpetrado por el general Augusto Pinochet Ugarte
en Chile, y cuya primera parte fue publicada para la revista inaugural bajo el título “Chile, el
golpe y los gringos”. La segunda parte apareció en la edición siguiente titulado: “Pilotos
gringos bombardearon La Moneda”.58 Los dos textos son espejo de la clase de periodismo
hecho por García Márquez en la época: comprometido, militante, como él mismo lo
denominó, una conjunción de investigación y juicios de valor.
Evidencia de ello es la siguiente fracción del párrafo con que remataba --de manera
demoledora y apasionada, lleno de dolor y rabia; de ira y, al mismo tiempo, de razón-- la
segunda parte de su trabajo sobre Chile, en el momento de aludir a Allende:
Obsesionado con el tema del golpe en Chile, García Márquez escribió para la edición No. 28
“El combate en que murió Miguel Enríquez”, un testimonio construido a partir del relato que
le hiciera Carmen Castillo, la esposa del líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria,
MIR, durante su exilio en Londres, donde la entrevistó.60 Otro dirigente de la clandestinidad
chilena, Jaime Gazmurri, fue localizado por el escritor colombiano y su entrevista, convertida
en un testimonio que se tituló “Sí, la resistencia chilena existe”.61
diferencia con la crónica, a la que situamos como un género periodístico igualmente de relato, pero que narra
historias en términos breves y con menos minuciosidad.
58
Alternativa No. 1, Bogotá, 15 de febrero de 1974. Alternativa No. 2, Bogotá, 1 de marzo de 1974.
59
Alternativa No. 2, Bogotá, 1 de marzo de 1974.
60
Alternativa No. 28, Bogotá, 28 de marzo de 1975.
61
Alternativa No. 50, Bogotá, 8 de septiembre de 1975.
74
La década de los años 70 del siglo XX fue prolija en acontecimientos políticos de un mundo
que empezaba a cambiar las relaciones entre las numerosas colonias supérstites y sus
metrópolis, de manera especial en África. Los procesos de descolonización en los países
dominados por Portugal marcaron los primeros años de Alternativa. Las guerras de
independencia en Angola, Mozambique, Guinea-Bissau y Cabo Verde no sólo se tradujeron
en crisis internas sino que trasladaron esas crisis a las cúpulas de los imperios de antes, así
que la metrópoli portuguesa también entró en una convulsión inédita que durante tres años
de fricciones y pugnas de poder amagó con la instauración de un nuevo régimen social.
Fueron los tiempos de ascenso de la revolución de los coroneles, dentro de la cual
fraternizaban pueblo y Fuerzas Armadas. Fueron los tiempos de la revolución de los claveles,
iniciada el 25 de abril de 1974, que dio al traste con la dictadura salazarista.
García Márquez se interesó con renovada curiosidad en el caso portugués y escribió tres
artículos que fueron publicados en ediciones sucesivas de Alternativa62, el primero de ellos
con el sugestivo título de “Portugal, territorio libre de América”, que parodiaba la conocida
denominación dada a Cuba desde la fundación de su revolución: Cuba, territorio libre de
América. Esa relación con Cuba no era gratuita si se tienen en cuenta la cercanía del autor
con su principal líder, Fidel Castro, y los trabajaos periodísticos que escribió acerca de la
ayuda de los cubanos al gobierno surgido del proceso independentista en Angola (1975),
encabezado por el presidente Agostinho Neto.
62
El reportaje fue publicado en la edición No. 40, Bogotá, 30 de junio de 1975. Los otros dos se titularon
“¿Pero qué carajo piensa el pueblo?”, en Alternativa No. 41, Bogotá, 7 de julio de 1975, y “El socialismo al
alcance de los militares”, en Alternativa No. 42, Bogotá, 14 de julio de 1975.
75
influjo de la revolución isleña. “La mala noche del bloqueo” se tituló el primero de los
reportajes, publicados bajo el rótulo genérico de “Cuba de cabo arabo”.63
“La cruda verdad, señoras y señores, es que en la Cuba de hoy no hay un solo desempleado,
ni un niño sin escuela, ni un solo ser humano sin zapatos, sin vivienda y sin tres comidas al
día, ni hay mendigos ni analfabetos…”, decía el párrafo inicial del texto, evidencia del
compromiso absoluto, tónica del estilo de la revista que rompía con el tono aparentemente
equidistante y neutral de los medios masivos de comunicaciones de las élites. Alternativa
fue, como hemos dicho, un híbrido de información y opinión, de noticia con visos de crónica
y contenido editorializado. Y García Márquez pudo ser quien abrió el camino para ese estilo
de periodismo que configuró uno de los elementos de ruptura con el relato tradicional, un
camino sobre el que se mantuvo la publicación y que fue definido en el cuarto número, que
caracterizó a Alternativa como “una revista de opinión”.64
En diciembre de 1975 la revista recibió una nueva entrevista con otro actor político de la
clandestinidad en el Cono Sur del continente. García Márquez había hablado “en algún lugar
del mundo” con Alberto Camps, líder de los Montoneros, la guerrilla urbana expresión del
ala izquierda del peronismo, y sobreviviente de una masacre ocurrida bajo la dictadura de
Alejandro Lanusse, en 1972. La entrevista se tituló “Somos un ejército integrado a la vida
cotidiana”.65
Luego vino otro dirigente montonero, Mario Eduardo Firmennich, “el hombre más buscado
por las fuerzas represivas de Argentina, y uno de los más buscados del mundo por los
periodistas”, de quien escribió una entrevista-perfil, “Montoneros: guerreros y políticos”, en
la que García Márquez se esforzó por aparecer escéptico frente a los resultados de la lucha
dada por la guerrilla argentina, en un diálogo que finalmente se descubrió que había ocurrido
“a diez mil metros de altura y en mitad del océano Atlántico”.66
63
Éste apareció en Alternativa No. 51, Bogotá, 15 de septiembre de 1975. Los otros dos reportajes se
titularon “La necesidad hace parir gemelos”, en Alternativa No. 52, Bogotá, 22 de septiembre de 1975, y “Si
no me creen, vayan a verlo”, en Alternativa No. 53, Bogotá, 6 de octubre de 1975.
64
“Carta al Lector”, en Alternativa No. 4, 1 de abril de 1974, p. 1.
65
La entrevista fue publicada en la edición No. 65-66, de diciembre de 1975-enero de 1976.
66
Ibídem.
76
En “El general Torrijos sí tiene quien le escriba”, García Márquez explica para Alternativa
el papel jugado por él en un contacto pedido por el general Omar Torrijos Herrera con líderes
de la izquierda más radical de Panamá, que se sentían perseguidos por el militar y varios de
los cuales estaban en el exilio. Para Torrijos, aquellos eran personas que querían ir más rápido
que él en el proceso de cambios políticos que había iniciado. El escritor colombiano fungió
como mediador y así lo revela en la revista. Consideraba “un desperdicio de fuerza que tantos
militantes de izquierda estén de pleito con el general Torrijos por divergencias puramente
formales, cuando tienen coincidencias de fondo que podrían ser tan útiles para todos estos
malos tiempos de la América Latina”.67
“Rodolfo Walsh, el escritor que se le adelantó a la CIA” es una semblanza de García Márquez
sobre el periodista argentino que, siendo corresponsal de la Agencia Prensa Latina, descubrió
que la Central de Inteligencia Americana entrenaba exiliados cubanos en Guatemala para
invadir la isla. Al final de la semblanza escribe:
Rodolfo Walsh dirigió a la Junta Militar argentina una carta acusatoria que quedaría
para siempre como una obra maestra del periodismo universal. Esa fue la carta que le
costó la vida. La escribió desde la clandestinidad en Buenos Aires, la ciudad hermosa
y desdichada donde su compatriota y colega Jorge Luis Borges, candidato finalista al
67
Alternativa No. 117, Bogotá, mayo de 1977.
68
Alternativa No. 4, Bogotá, 1 de abril de 1974, p. 1.
77
Y como las semblanzas son el género ideal para que los periodistas describan a quienes han
conocido, odiado o amado, siguió con ella y publicó en Alternativa una sobre su admirado
Presidente panameño, titulada “Torrijos, cruce de mula y tigre”. La escribió como ocurre casi
siempre en el periodismo, a propósito de una coyuntura: el plebiscito del 23 de octubre de
1977, en el que el pueblo del istmo se pronunciaría sobre el tratado por el cual Estados Unidos
se comprometía a la transferencia progresiva de la soberanía sobre el Canal. El remate de su
texto es nuevamente sintomático del periodismo militante que defendió en la época:
Al cumplirse diez años de la muerte de Ernesto, el Che, Guevara, García Márquez hizo otra
semblanza para reconstruir su tránsito por el Congo. De nuevo África, territorio que parecía
inspirarle una fascinación especial. “Los meses de tinieblas. El Che en el Congo” tituló el
texto. Seis meses después de su regreso, el Che estaba en Bolivia, país donde fue asesinado.71
Una extensa entrevista con el escritor francés Régis Debray, defensor de las teorías del
foquismo guerrillero, fue publicada a finales de 1977 y principios de 1978. En ella
(“Revolución se escribe sin mayúscula”), aborda de soslayo su experiencia al lado del Che
en Bolivia y niega que esté haciendo una “desmitificación histórica”. Le responde a García
Márquez: “Hay que ver de cerca a los revolucionarios, hombres y mujeres, a los militantes
anónimos que hacen la historia, cada día, sin saberlo”.72
“El golpe sandinista. Crónica del asalto a la ‘casa de los chanchos’”. Así se titula uno de los
relatos periodísticos más famosos de García Márquez, quien entre el 26 y el 29 de agosto de
69
Alternativa No. 124, Bogotá, julio-agosto de 1977.
70
Alternativa No. 126, Bogotá, agosto de 1977.
71
Alternativa No. 134, Bogotá, octubre de 1977.
72
Alternativa No. 146, Bogotá, 26 de diciembre de 1977.
78
En una de las quince fotos que acompañan la crónica y las entrevistas aparece García
Márquez ataviado con boina de guerrillero sandinista, al lado de los comandantes Torres y
Borge. También se publica un croquis del Palacio ocupado y se transcriben las tres
comunicaciones enviadas por el Gobierno a los sandinistas en el marco de la negociación,
con el título de “Las capitulaciones”.73
Los sandinistas habían tomado como rehenes a numerosos funcionarios y diputados del
régimen, entre quienes figuraban José Somoza, sobrino de Anastasio, y J. A. Mora, ministro
del Interior. Para lograr su liberación, el Gobierno no sólo tuvo que excarcelar a buena parte
de los presos políticos solicitados, sino que debió dar garantías para la salida del comando de
Pastora y entregar US$500.000 en efectivo, una apreciable cantidad de dinero en la época.
Además, el propio gobierno somocista acordó con el de Panamá el traslado a la capital de
este país de los guerrilleros asaltantes y de los liberados. Todo un triunfo revolucionario que
Alternativa no dudó en desplegar exultante.
“Aquella noche, la primera del bloqueo, había en Cuba unos 482.560 automóviles,
343.300 refrigeradores, 549.700 receptores de radio, 303.500 televisores, 352.900
planchas eléctricas, 286.400 ventiladores, 41.800 lavadoras automáticas, 3.510.000
relojes de pulsera, 63 locomotoras y 12 barcos mercantes. Todo eso, salvo los relojes
de pulso que eran suizos, había sido hecho en los Estados Unidos. (…) Al parecer,
73
Alternativa No. 178, Bogotá, 4 de septiembre de 1977.
79
había de pasar un cierto tiempo antes de que los cubanos se dieran cuenta de lo que
significaban en su vida aquellos números mortales…”74
Con estos dos párrafos comienza “Los cubanos frente al bloqueo”, otro reportaje de García
Márquez sobre Cuba que se sumerge en la descripción del cerco económico y político
decretado por Estados Unidos contra el país como respuesta a la negativa de sus líderes a
ceder a las presiones geopolíticas e imperiales. El esfuerzo periodístico de García Márquez
en relación con la revolución cubana busca denunciar la arbitrariedad jurídica del bloqueo
económico, la incidencia nefasta sobre la población y poner a la luz la resistencia de los
damnificados, su valoración de la dignidad por encima de la fuerza de la potencia vecina. El
escritor sitúa un foco sobre este fenómeno, decretado en términos de retaliación ideológica
desde 1964 por los gobiernos de EE.UU.:
… nadie hubiera podido imaginar en el incierto año nuevo de 1964 que aún faltaban
los tiempos peores de aquel bloqueo férreo y desalmado, y que había de llegarse a los
extremos de que se acabara hasta el agua de beber en muchos hogares y en casi todos
los establecimientos públicos.75
Finalmente, García Márquez dio el salto al Asía. Había efectuado un largo periplo de
América Latina al África, de ésta a Europa y luego de nuevo a América Latina. El remate de
sus relatos periodísticos en Alternativa fue en el sudeste asiático. La guerra contra la invasión
estadounidense a Vietnam, la resistencia, la reconstrucción aparecen en un extenso reportaje,
pero de soslayo. El visor está en lo que para la época, finales de 1979, escandalizaba: una
supuesta ola de migrantes, de presuntos vietnamitas en estampida por el mundo. La
propaganda contra el nuevo poder, el de los de la resistencia triunfadora, se enfrentaba ahora
a otra guerra, la de la desinformación, tal vez poco valorada por ellos que habían estado tan
ocupados en repeler bombas de napalm que caían por toneladas sobre sus arrozales. En esa
guerra se desfiguraba la verdad y se procuraba destruir lo que no habían podido los morteros
de la invasión: la dignidad de los vietnamitas. Alarmado por lo que se decía de ese que era
otro ícono de la resistencia contra la barbarie moderna, García Márquez vuela a Ciudad Ho
Chi Minh (Ver imagen No. 11) para, según dice, conocer de primera mano la verdad. Y su
74
Alternativa No. 190, Bogotá, noviembre-diciembre de 1978.
75
Ibíd.
80
conclusión, aunque sólo fuera para su conciencia, como él mismo lo aclaraba, es que Vietnam
“… parecía condenada a navegar contra la corriente. Vietnam había sido víctima una vez más
de una conjura internacional”. Y luego apostillaba: “No había remedio: al cabo de tantos
siglos de guerras, Vietnam había perdido una batalla grande en una guerra menos conocida,
pero tan sangrienta como las anteriores: la guerra de la información”. Así quedó escrito en la
serie de tres entregas bajo el título genérico de “Vietnam por dentro”.76
Fueron en total 35 textos de cierto aliento escritos en géneros de relato --porque hasta las
entrevistas tenían ese tono--, en los que García Márquez contribuyó en la definición del perfil
de Alternativa como un medio de contrainformación, con un estilo de narrar los hechos que
rompía con las características generalizadas de los discursos de los medios masivos
tradicionales y que, sobre todo, procuraba visibilizar opciones diferentes a las irrigadas por
esos mismos medios respecto de fenómenos y actores del mundo.
De este modo, pues, el rol de García Márquez no se cumplía en el día a día de la redacción
de Alternativa en una fría oficina bogotana, sino en el otear del reportero a lo largo y ancho
de un globo por el que navegaba en busca de explicar sus conflictos desde otra óptica, la del
periodismo militante que tanto defendió como su camino en aquella década de convulsiones.
En esas se la pasó entre 1974 y 1980.
76
Las tres partes de la serie fueron publicadas así: “Vietnam por dentro”, en Alternativa No. 242, Bogotá,
diciembre de 1979. “El delirante saldo de la guerra”, en Alternativa No. 243, Bogotá diciembre de 1979. Y
“La guerra que se perdió”, en Alternativa 244-245, Bogotá, diciembre de 1979, enero de 1989.
81
No ha perdido el carácter críptico, enigmático del que seguramente hizo gala en la época de
circulación de la revista, pues afirma que no quiere protagonismo ni remover viejas
circunstancias. Deja entrever que no le interesa. De sus palabras se intuye que piensa que las
cosas han cambiado tanto que se ha olvidado de la historia de la Alternativa que transformó
la manera de hacer periodismo en unos años pletóricos de sueños y utopías, sobre todo en los
jóvenes de entonces.
Con Arias abordamos uno de los asuntos medulares que circundan la existencia de la revista:
su carácter. De entrada lo resuelve con una gran síntesis: “Para Gabriel García Márquez y
Enrique Santos Calderón ella debía ser una Alternativa periodística; para Orlando Fals Borda
y para mí debía ser una Alternativa política”. Esa divergencia, que en principio se pudo
resolver de consenso, pues de hecho la revista se proponía un ejercicio de periodismo
político, resultó irreconciliable muy rápidamente y se tornó explosiva con la ruptura
precipitada desde la edición número 18, que circuló entre el 14 al 27 de octubre de 1974, esto
es, ocho meses después de estar en las calles la publicación que había nacido el 15 de febrero
del mismo año.
Arias fue profesor de literatura a los 17 años, una edad muy temprana para estar ya en las
aulas secundarias no como estudiante sino como docente. Ello fue posible porque en 1961
egresó de la Normal de Pasto, es decir, se formó como profesor a la antigua, en la escuela de
maestros que eran las normales. Luego dictó clases en el Colegio Mayor Santiago de Cali,
participó en la fundación del Colegio Camacho Perea y posteriormente se fue a Ibagué.
También enseñó en el Colegio San Luis Gonzaga, en donde, asegura, los hermanos Navarro
Wolf fueron alumnos suyos.
Confiesa que se hizo periodista sin pensarlo cuando tenía 20 o 21 años y militaba en el
Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino, Moec, fundado por Antonio La Rota.
Transcurrían los años 1965 o 1966, no lo precisa. Entonces fue jefe de redacción de una
revista radial semanal llamada Artes y Letras que se transmitía por La Voz del Nevado y
luego pasó a ser difundida por Ecos del Combeima. La había fundado en compañía de Hugo
Caicedo Borrero.
82
También hizo parte del periódico del Núcleo Camilista, que se imprimía de manera gratuita
en la rotativa de El Cronista, diario gerenciado por Alberto Santofimio Botero y en cuyo
suplemento literario participó. Sostiene que el Núcleo Camilista, como fracción del Moec,
fue uno de los orígenes del Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, Moir. De
regreso a Cali, Arias fue instructor de técnicas de comunicación del Centro Agropecuario del
Sena de Buga, donde creó el sindicato que lideró batallas memorables frente a la dirección
del fundador de esa entidad estatal, Rodolfo Martínez Tono. Corría el icónico año de 1971,
que Arias recuerda con especial sentimiento por la muerte de 21 estudiantes a manos de la
Policía de Misael Pastrana Borrero, en las protestas universitarias que tuvieron como
escenario principal a Cali y que se prolongaron hasta Popayán, donde cayó Tuto González.
Después de esta etapa de luchas universitarias Arias se trasladó a Bogotá e ingresó en una
revista de la editorial Zigzag dirigida por Genaro Medina. Era la famosa VEA, de fuerte
contenido judicial, en la que tenía una columna de libros. De ella hacían parte también
Germán Espinosa, Eligio García Márquez y Javier Darío Restrepo, entre otros periodistas de
trayectoria. Arias recuerda con énfasis que allí no se hacía reportería, pues predominaban las
competencias del arte de escribir bien. Las fuentes de información eran los profusos archivos
de revistas internacionales y documentos que poseía el director de la publicación. El conjunto
de esos archivos era una especie de caja mágica a la que recurrían todos en procura de temas
y datos. Así las cosas, “todo se hacía desde un escritorio”.
En VEA estuvo hasta 1972 o 1973, no lo recuerda con exactitud, cuando fue visitado por
José Vicente Kataraín, a quien le habían recomendado a Arias por ser un periodista que
escribía bien. Ya se empezaba a vislumbrar la futura revista, y Kataraín buscaba sus
redactores. Ese fue el primer acercamiento con lo que sería Alternativa. Muy pronto haría
equipo con el primer Comité Editorial, del que recuerda hicieron parte, además de Santos
Calderón y Fals Borda, Bernardo García, Cristina de la Torre y Carlos Vidales. Carlos
Sánchez, hermano del actor Pepe Sánchez, era el fotógrafo y Carlos Duplat, un hombre muy
cercano al M-19, era el diseñador. Arias recuerda también que el primer jefe de redacción
fue Víctor Daniel Bonilla, un antropólogo e indigenista del Cauca, que poco duró en el cargo.
83
Sobre el posible aporte de la revista a una definición identitaria del periodismo alternativo,
Arias sostiene que “las fuentes que nutrían el periodismo colombiano no eran las únicas y el
haber bebido en otras produjo un tipo de periodismo diferente”. Según él, “teniendo un sesgo
ideologista, poseía también un lenguaje irreverente”. Además, cree que hoy en día “el
periodismo de Alternativa no tendría sentido. En Alternativa había textos muy largos,
ensayos”. Sin embargo, por el formato de las revistas, un texto breve puede ser percibido
como largo. Y esa percepción puede ser la que conserve Arias aún hoy.
De todas formas, insiste en las fallas. Sostiene que no había suficiente periodismo de
investigación, que trabajaban sin muchas fuentes, haciendo más deducción que indagación.
“Era un trabajo de audacia, de inspiración, no confirmábamos nada”, explica, pero advierte
que, sin embargo, “la publicación fue impactante para la época, cuando la gente era tan
mojigata”. “Alternativa cumplió, y hoy habría que hacer una revista que fuera alternativa a
Alternativa”, recalca, y advierte que el tiempo ha pasado
A manera de conclusión:
Gabriel García Márquez aportó su prestigio de gran escritor, y eso resulta clave a la
hora de entender, en parte, el éxito editorial y de opinión de la revista. Sin embargo, en
medio de las crisis originadas por posiciones políticas e ideológicas cerradas, hasta
Gabo tuvo problemas. Sebastián Arias, uno de los fundadores de la revista y quien
participó en la creación de la otra, de Alternativa del Pueblo, considera que el problema
de fondo era de concepciones: “Para García Márquez y Santos Calderón ella debía ser
una Alternativa periodística; para Orlando (Fals Borda) y para mí debía ser una
Alternativa política”, nos dijo. Mientras tanto, el escritor nutrió a Alternativa de 35
grandes trabajos, que recibieron gran despliegue, como aquel titulado “Rodolfo Walsh,
el escritor que se le adelantó a la CIA”, una semblanza sobre el periodista argentino
que, siendo corresponsal de la Agencia Prensa Latina, descubrió que la Central de
Inteligencia Americana entrenaba exiliados cubanos en Guatemala para invadir la isla.
IMAGEN No. 9
LAS PRIMERAS DIFICULTADES
Fuente: Revista Alternativa del Pueblo, edición No. 19, Bogotá, 24 de octubre de 1974, p. 2.
86
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 178, Bogotá, Fuente: Revista Alternativa, edición No. 242, Bogotá,
11 de septiembre de 1978, portada. 6 de diciembre de 1979, portada.
CAPÍTULO IV
TAXONOMÍA DE LOS GRUPOS QUE INTEGRARON LA REVISTA
Sin embargo, García Márquez significó un motivo de impulso a todo el proceso que culminó
en la fundación de Alternativa y, además, por la forma como se comprometió con la
publicación luego de estar en marcha, se puede considerar que ella es un legado suyo también,
77
CONVERSATORIO con Enrique Santos Calderón, ex director de la revista Alternativa, en el acto de
presentación de la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
En el conversatorio participaron también Bernardo García, Hernando Corral, Antonio Caballero, Jorge Orlando
Melo, todos ex integrantes de Alternativa. Asimismo, intervino Jaime Abello Banfi, director de la Fundación
Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, FNP. Grabación de audio transcrita por
Luis Alfonso Mena S.
88
sobre todo por el aporte periodístico que hizo, con grandes entrevistas, crónicas y reportajes
escritos en exclusiva para la revista, y por la asesoría que le brindó en sus seis años de
circulación. Así lo evalúa Santos Calderón.
78
Ibídem.
79
FALS BORDA, Orlando y Herrán, María Teresa. “Ideario. La Alternativa que soñamos”. En: revista Alternativa
Nueva Época, No. 1, Bogotá, agosto de 1996.
80
MORA E., Jorge. “Un investigador social. Prólogo a la reedición de la obra de Jorge Aníbal Villegas Arango”.
Periódico El Tiempo. [Online]. Bogotá, 2 de agosto de 2013. [Consultado el 7 de febrero de 2015]. Disponible
en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento-2013/CMS-12968843
89
Duplat (actor de teatro, guionista, dramaturgo, militante del M-19 que había sobrevivido a
las torturas de las que fue objeto durante una detención por militares, en el gobierno de Julio
César Turbay Ayala), Augusto Libreros, Gonzalo Castillo y Víctor Manuel Bonilla, entre
otros.81
En realidad, García no era un “trotsko” acérrimo, sino un hombre de ideas de izquierda, pues,
como él mismo lo dice, el primer intento de fundar una revista con el nombre de Alternativa,
promovido por él en Cali donde laboraba, finalmente falló porque el grupo que lo
acompañaba quería adscribir la publicación a la denominada IV Internacional (trotskista), a
lo cual García se opuso. García venía de estudiar en Lovaiana, Bélgica, había tenido como
compañero de universidad al padre Camilo Torres y en Bélgica fundaron Alternative. Así
que esta es la primera revista con ese nombre. García, profesor de economía, y muchos otros
cuestionaban el silencio de los medios de comunicación sobre los graves hechos que venían
ocurriendo en la Universidad del Valle, donde era profesor en la Facultad de Economía,
hechos que derivarían en los trágicos acontecimientos del 26 de febrero de 1971, cuando la
Fuerza Pública mató a varios estudiantes, entre ellos a uno muy conocido por ser un gran
deportista, al que apodaban ‘Jalisco’. “Los historiadores no tienen en ningún periódico
documentos sobre los incidentes reales que provocaron la muerte del famoso estudiante
‘Jalisco’, que era un voleibolistas, campeón nacional, o de los 20 o 30 muertos que hubo en
la Carrera Décima con Quinta (de Cali)”, recordó García en el conversatorio por los 40 años
de Alternativa, realizado el 27 de noviembre en Bogotá (Ver imagen No. 13). Y agregó: “No
hay documentos, porque sencillamente la prensa no quería publicar”. Y por eso, entre otras
81
FALS BORDA, Orlando y Herrán, María Teresa. “Ideario. La Alternativa que soñamos”. En: revista Alternativa
Nueva Época, No. 1, Bogotá, agosto de 1996.
90
razones, García buscaba fundar un medio de prensa independiente, que dijera la verdad, que
publicara lo que ocurría:
Esa, digamos, fue la segunda indignación por la cual nació Alternativa en Cali, pero
desgraciadamente el grupo que se funde en torno a ese primer núcleo de Alternativa,
con ese nombre, resultó un grupo político, que era el de Ricardo Sánchez, de
(Fernando) Cruz Kronfly, un grupo trotskista, muy simpáticos, por cierto, eran
compañeros nuestros naturalmente, pero que nos exigían que Alternativa fuera un
órgano de la Cuarta Internacional (Socialista), por lo cual no se pudo dar a luz a
Alternativa en ese año.82
82
CONVERSATORIO con Bernardo García, ex director de la revista Alternativa, en el acto de presentación de
la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014. Grabación de audio
transcrita por Luis Alfonso Mena S.
83
ORDÓÑEZ BURBANO, Luis Aurelio, Mataron a Jalisco. 26 de febrero, el día que todo estuvo a punto de
estallar, Cali, Universidad del Valle, 2011, p. 16.
91
Ordóñez recuerda que la maniobra de Ocampo Londoño contra el profesor Bernardo García
y los planes de organismos gringos, los llamados cuerpos de paz, en la Universidad del Valle
desataron la protesta airada y masiva de los estudiantes. Luego vendrían los hechos del 26 de
febreros, la agitación universitaria, la toma del alma máter por militares y la represión que
dejó ocho muertos, entre quienes figuraba Édgar Mejía Vargas, ‘Jalisco’, y 47 heridos. Uno
de los líderes universitarios de esos tiempos, Moritz Ackerman, recuerda, citado por
Ordóñez:
Después, varios profesores, entre ellos García, fueron destituidos. Además, a 16 estudiantes
de economía les fue cancelada la matrícula. Uno de los alumnos afectados fue José Vicente
Kataraín, quien posteriormente ejerciera como uno de los gerentes de Alternativa.86. Así que
el futuro primer director de la revista era un hombre comprometido con las luchas
universitarias y con una historia destacada en la Universidad del Valle.
84
Diario El País, 1 de febrero de 1975, citado por ORDÓÑEZ BURBANO, Luis Aurelio, ibíd., p. 16.
85
Ibíd., p. 57.
86
Ibíd., p. 171.
92
participación de hombres y mujeres que desde las artes gráficas, y con una posición política
rebelde que recogía las experiencias de las luchas estudiantiles recientemente libradas en
1971 (principalmente en Cali, Popayán y Bogotá), le apostaban a una nueva interpretación
de la realidad y de la sociedad.
87
CONVERSATORIO con Enrique Santos Calderón, ex director de la revista Alternativa, en el acto de
presentación de la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
93
de socios promotores figurarían Jorge Villegas y Bernardo García. Este último fungiría
además como primer gerente ejecutivo de la sociedad, en el año 1974.88
Sin embargo, en relación con el impulso económico a Alternativa para su configuración como
empresa, Bernardo García sostiene que nadie aportó dinero en particular y que la revista
empezó a funcionar gracias a que él y los otros promotores de la iniciativa desarrollaron una
intensa campaña previa de suscripciones de apoyo, la cual se facilitó debido a que tanto
García Márquez como Santos Calderón y Fals Borda entregaron listados de sus amigos, a
quienes se dirigieron para que aportaran a un producto periodístico que ni siquiera había
publicado su número cero, y solo confiados en la credibilidad de quienes recomendaban los
aportes.
Álvaro Carrizosa, Fernando Cruz Kronfly, Giovanni Ciardelli, Alfredo Rey Córdoba,
N.N. Bogotá, Édgar Ortegón, Gerardo Molina, Juan Friede, Antonio Montaña,
Georgina Ballera, Fredy Velandia, Alfonso Pérez Gama, Rodrigo Manrique, Daniel
Samper, Ernesto Lleras, Bern Rosenstil, Lucía de Restrepo, Martín Echavarría,
Segundo Bernal, Leila Elgazi, Antonio Cárdenas, N.N. Cali, Ricardo Rojas, Piedad
88
Acta de Constitución de la Sociedad de Responsabilidad Limitada Editorial Alternativa, borrador
mecanografiado, Archivo de Bogotá, sin fecha.
89
CONVERSATORIO con Bernardo García, ex director de la revista Alternativa, en el acto de presentación de
la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
94
Batelly, Gustavo Cárdenas Giraldo, Jorge Ospina, Olga Lucía Acosta, N.N. Cali,
Fabio Lloreda, Susana Amaya Puerto, Clímaco Giraldo Gómez, Libardo Bravo, Jairo
Zúñiga E., José Alberto Delgado, José Cardona, Rubén Trujillo, Pilar Uribe, Myriam
Bonilla, Carlos García Martínez, Juan Gossain, N.N. Palmira, Bernardo Romero
Pereiro, Marta Carrizosa, N. N. Tunja, Laura M. de Jácome, N.N. Cali, Ana María de
Will’s, Armando Vegalara, Nelson Osorio Marín, Jorge Restrepo, Martha Uribe de
Lloreda, N.N. Cali, Ana de Karpf, Jorge Canelas, Luis Bernardo Borrero Quijano,
Sindicato de Empleados de Salud Pública Cali, Eduardo Zárate, Consuelo Luzardo,
Fernando Isaza y Carlos A. Jiménez O.90
Pero a pesar de que Bernardo García fue enfático en su afirmación de que en principio no
hubo cheques de nadie, él mismo, cuando rememora la febril etapa previa a la fundación de
Alternativa, dice que Gabriel García Márquez aportó cien dólares desde antes de que la
revista saliera a la luz pública. Lo recuerda al poner de relieve, a través de un diálogo, la
ayuda recibida del arquitecto Jorge Villegas Arango, que fue quien sugirió llamar al, en los
años 70, ya laureado escritor colombiano para que se vinculara al proyecto, después de que
Bernardo García se quejara de que no había podido ubicar a Enrique Santos para hablar de la
revista.
90
SIN NOMBRE DE AUTOR. “Suscriptores de apoyo”. En: revista Alternativa No. 1, Bogotá, 15-28 de febrero
de 1974, p. 19.
95
El T4R cumplió un papel muy importante en la definición del tono audaz, innovador e
irreverente que hacía atractiva la revista, incluso para públicos no iniciados en la izquierda.
No hay acuerdo sobre el año exacto de surgimiento de este enigmático colectivo, que algunos
sitúan en 1970, y que otros, como la investigadora María Sol Barón Pino, ubican entre
1971/72 y 1975/76.92
Tampoco hay información unificada sobre los integrantes del colectivo, aunque la mayoría
de las fuentes consultadas93 coincide en que además de Diego Arango y Nirma Zárate, del
mismo hacían parte Jorge Mora, Umberto Giangrandi, Carlos Granada y Fabio Rodríguez (o
Fabio R. Amaya). Sin embargo, Jorge Mora, en un artículo en el que destaca la trayectoria
del intelectual tolimense, incluye como uno de los inspiradores del grupo al arquitecto Jairo
Villegas Arango: “Para esta época, da inicio a la gestación y creación de un grupo que trabaje
con los movimientos y luchas populares, lo que se llamó el Taller 4 Rojo y se da a la tarea
de reunir un grupo de personas alrededor de esta idea…”94
Menciona, además, otros cinco nombres de personas que, según afirma, respondieron al
llamado de Villegas: Germán Rojas Niño, dirigente nacional del M-19, responsable, entre
otras áreas, de la de propaganda en esa organización insurgente y quien fuera constituyente
por la AD M-19 en 1991; Gilberto Naranjo, Jacobo Naidorf, quien desde el primer número
91
CONVERSATORIO con Bernardo García, ex director de la revista Alternativa, en el acto de presentación de
la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
92
BARÓN PINO, María Sol. “Desplazar los archivos perdidos. Reflexiones en torno a una investigación sobre
Taller 4 Rojo”. En: Revista de Artes Visuales Errata. [Online] No. 1, Bogotá, Fundación Gilberto Alzate
Avendaño e Instituto Distrital de Arte, Idearte. [Consultado el 5 de febrero de 2015]. Disponible en:
http://revistaerrata.com/ediciones/errata-1-arte-y-archivos/desplazar-los-archivos-perdidos-reflexiones-en-
torno-a-una-investigacion-sobre-taller-4-rojo
93
Nos referimos a María Sol Barón Pino, Fabio R. Amaya, Jairo Mora y Manuel Kalmanovitz. En el libro catálogo
de la exposición Rojo y más rojo. Taller 4 Rojo; producción gráfica y acción directa, realizada en Bogotá en
marzo de 2012, se señala: “El grupo Taller 4 Rojo fue un colectivo vigente durante el primer lustro de la década
de 1970 en el que participaron los artistas Nirma Zárate (Bogotá, 1936-Bogotá, 1999), Diego Arango
(Manizales, 1942), Umberto Giangrandi (Pontedera, Italia, 1943), Carlos Granada (Honda, Tolima, 1933), Jorge
Mora (Bogotá, 1944) y Fabio Rodríguez Amaya (Bogotá, 1950), entre otros”.
94
MORA, Jorge, “Un investigador social. Prólogo a la reedición de la obra de Jorge Aníbal Villegas Arango”.
Periódico El Tiempo. [Online]. Bogotá, 2 de agosto de 2013. [Consultado el 7 de febrero de 2015]. Disponible
en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento-2013/CMS-12968843
96
Con su participación en Alternativa, el T4R buscaba materializar su ruptura con las prácticas
tradicionales que consideraban el arte como asunto de élites, circunscrito a salones y
exhibiciones con destino a unos cuantos adinerados que tenían la capacidad de adquirir obras
“irrepetibles” y de ostentar el costoso consumo. Dice Amaya:
95
Ibídem.
96
AMAYA, Fabio R. “Sobre el Taller 4 Rojo”. En: Revista de Artes Visuales Errata. [Online]. No. 7, Bogotá,
Fundación Gilberto Alzate Avendaño e Instituto Distrital de Arte, Idearte, abril de 2012. [Consultado el 5 de
febrero de 2015]. Disponible en: http://revistaerrata.com/ediciones/errata-7-creacion-colectiva-y-las-
practicas-colaborativas/sobre-el-taller-4-rojo/
97
y su interés por espacios hasta entonces vedados al arte; por defender la idea de que
el artista debe asumir responsabilidades con la sociedad civil; y por promover la
convergencia lúdica y dialéctica entre ética y estética en una sociedad de clases,
racista, excluyente y de mercado, como la colombiana.97
Este grupo, que impactaba con el uso de técnicas que permitían la reproducción de una obra
artística múltiples veces con gran calidad, nutrió a Alternativa en sus primeros números de
propuestas que marcaban diferencia en lo político y lo estético. Alternativa era un espacio
ideal, propicio para resolver las preguntas de Amaya:
¿Cómo hacer para que el trabajo de un artista con inquietudes sociales y políticas no
quedara en el panfleto? ¿Cómo hacer para lograr que el testimonio fuese eficaz y no
se redujera a lo que se criticaba del realismo socialista o de los artistas oficialistas y
vendidos al régimen de turno? Testimonio, denuncia, muy bien, ¿y los valores
estéticos?98
Manuel Kalmanovitz, en artículo publicado en la revista Arcadia, cree, sin embargo, que el
Taller 4 Rojo, al mantener su independencia y no alinearse con ninguna de las tendencias de
la izquierda de la época, en correspondencia con la orientación de Alternativa, estaba
sometido a múltiples presiones:
Y el problema para el Taller, igual que para muchas otras iniciativas de la época que
buscaban ser de izquierda a secas sin afiliarse a partidos establecidos, como la
Editorial Oveja Negra o la revista Alternativa en su primera etapa, es que no contaban
con que la presión para alinearse con alguna corriente sería tan fuerte.99
El Taller 4 Rojo configuró un colectivo de artistas que entendió su trabajo como un acto para
el convulsionado presente de los años 70, no solo como contrapropuesta a la forma de hacer
y difundir el arte en términos tradicionales, sino como contestación a un Estado de
desigualdades e inmerso en una práctica creciente de persecución a los sectores de oposición,
en los que se incluían sus integrantes. Tal vez para evitar las persecuciones que afectaron a
muchos durante los gobiernos de Alfonso López Michelsen y, especialmente, de Julio César
Turbay Ayala, los miembros del T4R preferían no dejar muchas huellas y por ello hoy la
reconstrucción historiográfica y visual de su legado representa un trabajo difícil para los
97
Ibídem.
98
Ibídem.
99
KALMANOVITZ, Manuel. “El rescate del Taller 4 Rojo”. En: revista Arcadia. [Online]. Bogotá, 25 de mayo de
2012. [Consultado el jueves 5 de febrero de 2015]. Disponible en:
http://www.revistaarcadia.com/arte/articulo/suenos-pesadillas-del-arte-rojo/28637
98
investigadores, debido a la ausencia de archivos. La investigadora María Sol Barón Pino, por
ejemplo, quien está tras las huellas de este singular colectivo, así lo cree:
Barón Pino va más allá y formula una hipótesis en tal sentido, considera que el acto de no
dejar huellas pudo obedecer a una decisión deliberada de sus integrantes, y no solo a un
descuido, a una falta de interés en pensar para un “futuro-pasado”, sino a una opción
premeditada de no institucionalizarse, de no dejar elementos que al paso del tiempo sirvieran
para su “domesticación”:
… el Taller 4 Rojo no solo renunció a erigirse como una institución dentro del arte en
su tiempo, por el contrario, actuó como un movimiento conspirativo y subversivo del
orden establecido tanto en el arte como a nivel político y social. En esa medida se
entiende la poca atención que sus miembros tuvieron de hacer un archivo que le diera
legitimidad a su proyecto y prácticas de acción, lo que importaba era tal intervención
directa en el presente sin ocuparse de construir un “futuro pasado” para la historia del
arte colombiano. De ahí que hacer un estudio del Taller 4 Rojo resulte un tema tan
sensible, pues este puede convertirse en un material útil para la máquina de
domesticación, institucionalización, neutralización y naturalización de una
experiencia que reactivó y actualizó lo político en el arte.101
100
BARÓN Pino, María Sol. “Desplazar los archivos perdidos. Reflexiones en torno a una investigación sobre
Taller 4 Rojo”. En: Revista de Artes Visuales Errata, Fundación Gilberto Alzate Avendaño e Instituto Distrital
del Arte, Idearte, abril de 2010. [Online]. No. 1, Bogotá, Fundación Gilberto Alzate Avendaño e Instituto
Distrital de Arte, Idearte. [Consultado el 5 de febrero de 2015]. Disponible en:
http://revistaerrata.com/ediciones/errata-1-arte-y-archivos/desplazar-los-archivos-perdidos-reflexiones-en-
torno-a-una-investigacion-sobre-taller-4-rojo
101
Ibídem.
99
Pueblo. Contra padre e hijo se desató la furia del general Luis Carlos Camacho Leyva,
ministro de Defensa de Turbay Ayala, en el marco de los operativos desarrollados luego del
robo de cinco mil fusiles por parte del M-19 en el Cantón Norte del Ejército en Bogotá.
Pero, a pesar de su aporte, el colectivo Taller 4 Rojo también salió de la revista, como ocurrió
con el grupo de Orlando Fals Borda en 1974, y con el de Bernardo García, en 1976. El T4R
fue excluido en 1975, luego de que exigiera al Comité Editorial que se le concediera
capacidad de decisión al lado de los demás directivos de la revista. El Comité negó tal
petición. Sin embargo, en ella permanecieron Arango y Zárate. En un documento en el que
presentan una exposición sobre la obra del Grupo T4R, producto de una persistente
investigación, los integrantes del Equipo Transhistoria, María Sol Barón Pino y Camilo
Ordóñez Robayo, sostienen:
La indagación histórica sobre el T4R finalmente ha dado sus frutos en varios textos, como El
auge del grabado contestatario en Colombia en los años 60 y 70 (2001-2004), de Clemencia
Arango, y El Taller 4 Rojo: entre la práctica artística y la lucha social (2011) de Alejandro
Gamboa. En junio de 2015 se hizo la presentación del libro Rojo y más rojo. Taller 4 Rojo;
producción gráfica y acción directa, del Equipo Transhistoria, con la autoría de Álvaro
Medina y Gabriela Pinilla.
A lo largo de sus seis años de historia, Alternativa tuvo oficialmente, reconocidos en sus
banderas, siempre ubicadas en la página primera, debajo o a un lado de Carta al Lector
(nombre de su nota editorial), dos directores: Bernardo García (1974-1976) y Enrique Santos
Calderón (1976-1980). Tres jefes de Redacción: Víctor Daniel Bonilla, un antropólogo
caucano que estuvo en el cargo muy poco tiempo, pues ya en el tercer número no figuraba;
102
Ver Rojo y más rojo. Taller 4 Rojo; producción gráfica y acción directa, libro-catálogo de la exposición
realizada con el mismo nombre en Bogotá, efectuada en Bogotá en marzo de 2012.
100
Del Comité Editorial de la revista, órgano que trazaba directrices generales, cuidaba de la
práctica de su filosofía y de su orientación político-ideológica, hicieron parte, además de
García Márquez, Santos Calderón, Bernardo García y Fals Borda (este en la primera etapa),
los redactores Jorge Villegas Arango, Cristina de la Torre, Jorge Restrepo y Héctor Melo.
Parte de su obra fue compilada en un libro patrocinado por la Alcaldía del municipio de El
Líbano, departamento del Tolima, de donde era natural, texto prologado por Mora. En el
libro, parte de una colección denominada La Biblioteca Libanense, fueron incluidos cuatro
103
VILLEGAS ARANGO, Jorge, Petróleo oligarquía e imperio, Bogotá, Editextos Ltda., 1968.
104
VILLEGAS ARANGO, Jorge, Petróleo, colombiano, ganancia gringa, Bogotá, Editextos Ltda., 1973.
105
VILLEGAS ARANGO, Jorge, y otros, La planificación agraria, Bogotá, Universidad de América, 1959.
101
textos: Petróleo colombiano, ganancia gringa, La situación general a final del Siglo XIX, La
colonización de vertiente a final del Siglo XIX y El culebrero.106
Este último libro es un relato basado en la vida de un hombre del pueblo, Francisco Correa,
a quien apodaban ‘El Culebrero’, narra sus peripecias en procura de la sobrevivencia en
medio de cotidianidades abruptas, colmadas de dificultades, para afrontar las cuales saca a
flote la creatividad que le permite ganarse la vida con discursos ingeniosos sobre los más
diversos prodigios y artilugios callejeros. Bernardo García cree que este relato tuvo influencia
en una de las obras más importantes de García Márquez, el Otoño del Patriarca, que el
escritor produjo durante el silencio literario que se autoimpuso como rechazo al golpe de
Estado de ultraderecha perpetrado por el general Augusto Pinochet contra el presidente
constitucional de Chile, Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973. El relato data de
1975. Dice Bernardo García:
Jorge Villegas, el amigo que me llevó donde Gabo, ¿por qué era tan amigo de García
Márquez? En el Archivo de la Biblioteca Luis Ángel Arango está el trabajo de Jorge
Villegas Arango sobre el lenguaje de los culebreros y, obviamente, si quieren volver
a leer El otoño del patriarca, me hacen el favor y se ponen de pie junto a la playa,
junto al mar y lo leen en voz alta, como culebreros, y eso tiene una musicalidad
excelente. Yo creo que eso no le quita a nadie el mérito de haber hecho lo que hizo
Gabo (sic), una belleza de libro, y de inspirarse en el trabajo de Jorge Villegas. Pero
es por eso que Jorge Villegas era muy allegado a García Márquez.107
En colaboración con Diego Arango, Víctor Daniel Bonilla (el fugaz primer jefe de Redacción
de Alternativa) y Horacio Calle, Jorge Villegas Arango también participó en la redacción de
Planas, historia de un genocidio, una investigación sobre la matanza de indígenas de la
comunidad Guahibo, en Planas, departamento del Meta, la cual originó un debate nacional
por las implicaciones que en ella tuvo la participación del Ejército colombiano.
106
RODRÍGUEZ AVELLA, Jorge Armando, Jorge Villegas Arango, cuatro obras cardinales. Biblioteca Libanense
de Cultura. [Online]. El Ágora, un Lugar para el Debate, 17 de julio de 2013. [Consultado el 7 de febrero de
2015]. Disponible en:
https://elagoradebate.wordpress.com/2013/07/17/jorge-villegas-arango-cuatro-obras-cardinales/
107
CONVERSATORIO con Bernardo García, ex director de Alternativa, en el acto de presentación de la
Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2015.
102
Igualmente, hizo parte del equipo de periodistas que investigó el fenómeno de la violación
de los derechos humanos en Colombia durante los 16 años del pacto de cohabitación
bipartidista liberal-conservador y redactó el Libro negro de la represión. Frente Nacional
1958-1974, presentado como un trabajo del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos,
que fue uno de los primeros colectivos de este tipo creados en Colombia, bajo el auspicio de
García Márquez y la coordinación de Santos Calderón. Éste, precisamente, recuerda que la
iniciativa surgió luego de que el escritor ganara el Premio Rómulo Gallego de Literatura, en
el momento, el más importante de América Latina, consistente en cien mil dólares (una
cantidad considerada una fortuna para la época de los años 70) y decidiera donarlos al
Movimiento al Socialismo, MAS, partido que había surgido de una escisión del Partido
Comunista de Venezuela y era liderado por Teodoro Petkoff. La donación, sostiene Santos,
originó un enorme rechazo, principalmente en la izquierda colombiana: “¡Cómo era posible
que García Márquez donara esa plata a la izquierda venezolana, como si la izquierda
colombiana no existiera!”.
El intenso trabajo de Villegas Arango --que incluyó también el cine, el ejercicio como editor
de publicaciones del Departamento Nacional de Estadísticas, Dane; su actividad
internacionalista en Cuba, donde ayudó como arquitecto en planes de vivienda en la provincia
de Santi Espíritu, y, además, la acción directa, pues participaba con las comunidades de los
barrios orientales de Bogotá en sus luchas--, estuvo signado por una especie de carrera contra
el tiempo por la enfermedad que le fue detectada cuando hacía parte del proceso de creación
de Alternativa. Pero Bernardo García recuerda que a pesar de eso continuó aportando en la
configuración del número cero de Alternativa.
108
CONVERSATORIO con Bernardo García, ex director de la revista alternativa, en el acto de presentación de
la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
103
Seguramente fue ese “ser polémico” el que lo condujo a las contradicciones con los directivos
de la revista y a su salida del Comité Editorial: para la edición No. 15 del 2 de septiembre de
1974 ya no aparecía en la bandera de la revista.
Como hemos visto, Jorge Villegas Arango cumplió un papel muy importante en la
preparación de lo que sería Alternativa y en los primeros pasos de la misma. Es un actor que
aparece, de una u otra forma, de manera transversal a los cuatro grupos de intelectuales que
la fundaron. A pesar de su entusiasmo inicial, no resolvió las contradicciones que fueron
surgiendo y se marginó para continuar en otros escenarios sociales su trabajo de producción
intelectual y social. Y algo parecido ocurrió con el T4R, también marginado como colectivo
en 1975, a pesar de su aporte en materia de diseño y arte.
Finalmente, a partir de diferentes testimonios, como los vertidos por Darío Villamizar,
Enrique Santos Calderón, Carlos Duplat y Paulo César León Palacios podemos hablar de un
quinto grupo dentro de Alternativa, si nos atenemos a la presencia de militantes del M-19
como Gerardo Quevedo, quien fuera gerente de la revista; Carlos Sánchez, vinculado a la
109
STEVENSON, José, “Jorge Villegas: dos años”. En: revista Alternativa No. 242, Bogotá, 6 al 12 de diciembre
de 1979, pp. 20-21.
110
Ibídem.
104
Redacción y a la reportería gráfica; Sebastián Arias, Nelson Osorio Marín y Carlos Duplat,
además de Carlos Vidales. Aunque varios de ellos salieron temprano, no es menos cierto que
de diferentes maneras la presencia del M-19 se hizo sentir en la revista, adentro y afuera.
El primer equipo de redactores de Alternativa estuvo compuesto por Eligio García Márquez,
hermano del Nobel de Literatura y quien duró muy poco en esta función (para la edición
No.16, del 16 de septiembre de 1974, ya no aparecía); Sebastián Arias, educador caleño que
venía de laborar en medios de comunicación de la época como la revista VEA, salió con la
ruptura del grupo de Fals Borda y fue nombrado jefe de Redacción de la revista gemela o
paralela (Alternativa del Pueblo); Carlos Vidales, escritor e historiador, quien también salió
en la escisión de Alternativa ocurrida en octubre de 1974 (edición No. 18) y ya para el No.
19 aparecía como coordinador de dirección de Alternativa del Pueblo, cargo en el cual estuvo
hasta la edición No. 22-23 (del 25 de diciembre de 1974 al 15 de enero de 1975), y Cristina
de la Torre, periodista, socióloga y politóloga, esposa de Bernardo García.
De este grupo periodístico ninguno estuvo en la época del cierre de la empresa, en la edición
No. 257 del 27 de marzo de 1980, fecha en la cual la Redacción estaba compuesta por Jorge
Restrepo, Hernando Corral, José Fernando López, Pepe Pardo, Carlos Gerardo Agudelo,
Roberto Pombo.
veían que lo pregonado (lucha contra la injusticia social, por salarios óptimos y
reconocimiento de derechos laborales) se cumpliera.
La segunda se protocolizó con el retiro del llamado grupo de la Universidad del Valle, el de
Bernardo García y Cristina de la Torre, en septiembre de 1976. Fue la eclosión de una crisis
que se venía incubando desde mayo de ese año y que se expresó en una carta dirigida a
miembros del Comité Editorial de la revista, en la que se reclamaba por la negativa de ese
comité de abrir una página de opinión para los miembros del organismo, en la que se
ventilaran “los problemas candentes de la izquierda y del país, con firma responsable”111, y
se plantearan las diferencias existentes entre los miembros de la Redacción de Alternativa,
propuesta que consideraban pertinente como una “válvula de escape” que evitaría represar la
discusión y contribuiría a aliviar las tensiones internas. Resumían en tres las razones:
“Nuestra proposición se ha basado en los siguientes motivos: a.- Siempre han existido
discrepancias políticas en el seno de la revista, que se expresan en la apreciación de
los acontecimientos nacionales. Hemos llegado al punto en que sería lamentable
aplazar el debate, para darle salida a través de tensiones internas, cuyo trasfondo
nunca tendría explicación posible. b.- Usar las crónicas, la versión de las noticias, la
selección del material y otros mecanismos periodísticos de información para expresar
opiniones personales o de grupo (sin firma responsable), tiene el evidente peligro de
sesgar, tergiversar y manipular torpemente la información. Es más correcto que
existan válvulas de escape para que esas opiniones se oxigenen explícitamente, en
forma personal y pública. Se puede informar más objetivamente cuando existe la
posibilidad de opinar. c.- En el momento actual se presentan síntomas de que la
unidad de la izquierda progresa sensiblemente. Es inaplazable contribuir a consolidar
este proceso unitario a través del debate democrático, responsable y serio.112
Así pues, para García y De la Torre, la forma de tramitar las diferencias había llegado a un
punto de no retorno, a pesar de que reconocían que “la experiencia adquirida en el trabajo
sistemático en Alternativa desde su nacimiento nos obliga a aportar opiniones razonadas en
el momento actual de la izquierda”.113
Cristina de la Torre recuerda: “Hubo dos momentos de crisis fuertes, hubo dos rupturas: la
primera, con Orlando Fals Borda, y después hubo diferencias con algunos de los que
111
Carta a Antonio Caballero, Jorge Restrepo, Enrique Santos y María Teresa de Santos, Bogotá, 6 de mayo
de 1976.
112
Ibídem.
113
Id.
106
Pero en realidad hubo más, porque el retiro de Jorge Villegas Arango y la exclusión del Taller
4 Rojo (que en la práctica fue la tercera crisis) también habían impedido que intelectuales
creativos y comprometidos con una concepción comunicacional de izquierda siguieran
prestando su concurso en el desarrollo de la publicación. Y todo indica que la forma como
fueron resueltas las crisis por el grupo de Santos Calderón, con el respaldo (o probablemente
el silencio) de Gabriel García Márquez, siempre fue la misma: medidas verticales, sin
conciliación, así ello significara la partida de elementos humanos valiosos. Tanto, que se
hablaba en la época de la aplicación de la fórmula “santismo-stalinismo”, en alusión a las
decisiones de mayoría tomadas en el Comité Editorial en el que predominaba el peso de la
Fundación Pro Artes Gráficas liderada por Santos Calderón. Las expulsiones pudieron
reflejar, simultáneamente, la necesidad de mantener incólume el medio y su línea editorial
predominante, pero dejaban sin resolver un dilema que ha rondado siempre en los medios de
comunicación: el de democracia o imposición, dilema transformado en dicotomía a la hora
de su dilucidación.
En el fondo, lo que ocurría con la publicación podía haber reflejado las contradicciones que
han caracterizado a otros medios de comunicación que se definen como alternativos y, por lo
tanto, con principios periodísticos, filosóficos, políticos, empresariales, laborales y, sobre
todo, humanos diferentes a los de los medios de élite, pero en los que, a la hora de abordar
su cotidianidad, su lucha por la supervivencia, su pelea por la sostenibilidad, su permanencia
en la selva de las adversidades, su enfrentamiento con el apabullante mundo de los medios
del establecimiento, ingresan en el oscuro uso de los métodos tradicionales de ordenar y
cumplir, sin que la horizontalidad, valor rector de un medio democrático (como debe ser uno
alternativo) sea la norma. Y tal vez ello fue lo que produjo la primera y más grave crisis,
cuando los trabajadores denunciaron malos tratos e incumplimientos de orden laboral propios
114
ENTREVISTA a Cristina de la Torre, ex redactora de la revista Alternativa, programa Semana en Vivo.
[Online]. Bogotá Canal Cablenoticias, 18 de diciembre de 2014. [Consultado: 27 de enero de 2015]. Disponible
en: http://www.semana.com/nacion/multimedia/semana-en-vivo-antonio-caballero-colombia-piensa-la-
izquierda-pero-vota-la-derecha/412655-3
107
de patronos capitalistas, que originaron una polémica agria, descarnada y virulenta, muy al
estilo de la izquierda del momento, en la que las diferencias entre afines se volvían
irreconciliables y los amigos de antes, enemigos en adelante. Una situación que condujo a
pronunciamientos en favor y en contra desde organizaciones gremiales y sindicales, a
desautorizaciones y respuestas inflamadas.
Para algunos de quienes han emprendido el estudio de Alternativa, como Carlos Agudelo
Castro, la historia de la revista se puede dividir en tres etapas: “la primera, del número 1 al
31, cuando cambió de formato y periodicidad; la segunda, del número 32 al 111, cuando
suspendió su publicación por cuatro meses y reorganizó su personal; y la tercera, desde el
número 112 hasta su cierre en el número 257”.115
Cada uno de esos periodos incluyó una profunda crisis de búsqueda de identidad que
forzó al equipo a reexaminar sus principios para aplicarlos al cambiante panorama
político. Cada crisis representó un paso adelante en la ruta desde una posición radical
y dogmática hasta una más informativa e incluyente.
Esto, a pesar de las discusiones dadas a su interior, como lo recuerda Antonio Caballero:
“Escribíamos, a pesar de la dificultad de las divisiones internas y de las discusiones internas,
pues muchas veces había que discutir un artículo durante horas, de todas maneras escribíamos
con una absoluta libertad”.116
Finalmente, vale la pena recordar el balance hecho por Carlos Vidales sobre la experiencia
de Alternativa, al resolver nuestro interrogante acerca de si en la revista se configuró una
escuela, una tendencia intelectual. Y él nos respondió tajantemente:
115
AGUDELO CASTRO, Carlos. “Atreverse a pensar es empezar a luchar”, elementos para el análisis de la
revista colombiana Alternativa.
116
ENTREVISTA a Antonio Caballero, ex jefe de Redacción de la revista Alternativa, programa Semana en Vivo.
[Online]. Bogotá Canal Cablenoticias, 18 de diciembre de 2014. [Consultado: 27 de enero de 2015]. Disponible
en: http://www.semana.com/nacion/multimedia/semana-en-vivo-antonio-caballero-colombia-piensa-la-
izquierda-pero-vota-la-derecha/412655-3
108
No. Siempre ha habido, desde los años iniciales del siglo XX, grupos heterogéneos
de periodistas e intelectuales unidos por un proyecto común, sin dejar de ser
heterogéneos y sin pretender formar núcleos o escuelas. Baste mencionar la pléyade
de cronistas, caricaturistas, columnistas, reporteros y ensayistas de la década de 1920,
que prepararon la caída del régimen conservador, sin que por ello hayan formado
núcleo, partido, agrupación o escuela. Es de esos ejemplos que se nutre la experiencia
de Alternativa.117
A manera de conclusión:
En la Redacción y en la sección de Arte de la revista se expresaron por lo menos cinco
grupos: el primero, integrado por la Fundación de Artes Gráficas, liderada por Enrique
Santos Calderón; el segundo, la Fundación La Rosca de Investigación y Acción Social,
orientada por el sociólogo Orlando Fals Borda; el tercero, que encabezaban el
economista Bernardo García y su esposa, María Cristina de la Torre, y era conocido
como el grupo de la Universidad del Valle; el cuarto era el Taller 4 Rojo, constituido
por artistas que lideraban Diego Arango y Nirma Zárate. Compartían espacios con
todos, personas como Jorge Villegas Arango, un multifacético intelectual transversal a
los diversos grupos. Además, era evidente la presencia del M-19, a través de varios
militantes integrados en la Redacción, la Producción y otras áreas, quienes
conformaban en la práctica un quinto grupo. Sólo el primer grupo se mantuvo hasta el
final, con el acompañamiento de Gabriel García Márquez, que siempre fungió como
consejero editorial. Las diferencias sobre la clase de periodismo que querían
desarrollar, el modelo de sociedad por la que luchaban y las relaciones laborales por las
que propendían incidieron en las numerosas deserciones de grupos y de personas
ocurridas en la revista.
117
ENTREVISTA con Carlos Vidales hecha por Luis Alfonso Mena S. el 11 de octubre de 2010, vía internet.
109
IMAGEN No. 12
LA REDACCIÓN EN LOS AÑOS SETENTA
Alternativa circuló en una época de pleno desarrollo de los movimientos insurgentes del país,
cuando los diversos contingentes de los tres grupos principales pugnaban por su
consolidación (Farc) o la resolución de sus diferencias internas (ELN y EPL), tocados
también, y de qué manera, por los efectos de la Guerra Fría que siguió a la segunda gran
conflagración mundial (luego de 1945) y que dividió en dos grandes bloques el campo
socialista: quienes se identificaban con el papel histórico jugado por la Unión Soviética, y
los que se apartaban de ésta y optaban por el deslinde trazado por la dirección del Partido
Comunista Chino, que desde finales de la década de los años 50 consideraba a Moscú como
un nuevo imperialismo, el “socialimperialismo”. A un lado de estas dos grandes corrientes
aparecía el trotskismo, una parte del cual se declaraba continuadora de la Internacional
Comunista, lo que le otorgaba un cariz europeizante que, además, no materializó en el país
ningún proyecto armado fuerte, así, desde el punto de vista teórico, defendiera la lucha
insurreccional como cuna del poder revolucionario. En la época se proyectaba influyente y
espejo de muchas acciones el triunfo de la Revolución Cubana, que emergía como la
evidencia de que la vía hacia el poder no era otra que la guerrillera, a partir de la generación
de un foco insurgente que se encargara de abrir el camino en el que se unirían otros. Además,
la figura del sacerdote Camilo Torres, caído en su primer combate en las filas del ELN,
iluminaba la senda de una nueva generación soñadora, en la que ya se había instalado para
quedarse otro ícono refulgente y mítico: Ernesto Guevara.
111
Pero tal vez el telón de fondo más interesante e influyente en el surgimiento de la revista lo
constituyó el M-19, organización que configuró una mezcla de nacionalismo, independencia
respecto de las líneas internacionales y audacia táctica, que incluía la extraña apropiación de
las banderas de la Alianza Nacional Popular, Anapo, y de su construcción populista liberal-
conservadora, pues la masa anapista era lo que más importaba al fundador del ‘Eme’, Jaime
Bateman Cayón. A éste y a los líderes procedentes principalmente del Partido Comunista, de
la Juventud Comunistas y de las Farc, como Iván Marino Ospina y Álvaro Fayad, entre otros,
no parecía interesar quien había sido el general Gustavo Rojas Pinilla, el inspirador y dueño
de la Anapo, surgido de las entrañas conservadoras, usado por las élites para tratar de amainar
la violencia bipartidista y ejecutor de un gobierno derivado en dictadura, entre 1953 y 1957,
que no dudó en perseguir con saña al Partido Comunista y a todo lo que desde la izquierda
se opusiera a su gestión autoritaria.
Fue el M-19 la agrupación que mayor influencia tuvo en la revista, como ha sido
documentado por varios autores, a pesar de que algunos de ellos sostienen que las
preferencias de Enrique Santos Calderón, uno de los ejes en la creación de Alternativa, iban
por el lado del Ejército de Liberación Nacional, ELN. Así lo cree Darío Villamizar, un
investigador social que estuvo vinculado al M-19, fue su representante político en Ecuador,
en 1985, y fue deportado de ese país a Colombia luego der ser detenido y sometido a torturas.
Villamizar escribió el libro Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario y en él se refiere
a lo que le expresó Santos sobre su relación con el líder guerrillero, luego de un primer
encuentro, en 1973:
A Santos se le notaba su simpatía por el ELN, pero era bastante abierto a nuevas
propuestas: “Esa fue la vez que conocí a Jaime Bateman. De ahí comienza una
relación muy larga, muy intensa. Era una persona muy desconcertante al comienzo,
con esa pinta que tenía, esa simpatía, esa cosa costeña y esa agudeza política. Él
comenzó a contarme de una lo que estaban haciendo, con muchísima confianza. Me
dijo que sabía que estábamos en el plan de sacar una revista, que creía en la amplitud,
en la unidad crítica de la izquierda, no más sectarismo. Comenzó a hablarme en un
lenguaje que era exactamente las reflexiones en que estábamos nosotros: mamados
de toda la pelea chino-soviética, de todo ese canibalismo ideológico de la izquierda,
112
buscando una cosa muy amplia que pudiera dirigirse al país real y superar todas esas
sectas”.118
En una tarde soleada de esos últimos días de diciembre se reunió con Enrique Santos
Calderón y lo hizo partícipe de lo que se estaba planeando. A Santos le encantó la
idea, por original y novedosa. A su vez le contó al ‘Flaco’ que se encontraban
próximos a lanzar Alternativa, una revista quincenal para aglutinar algunas fuerzas
de la dispersa izquierda, y que al mismo tiempo serviría de laboratorio para hacer un
periodismo distinto, ágil y comprometido… Bateman entendió la coincidencia
histórica entre las dos propuestas. Era un momento de apogeo para la izquierda
armada y la izquierda legal, había credibilidad; eso reafirmó su convicción de que se
abría un horizonte político. Pero claramente le dijo: “Usted en lo suyo, yo en lo mío,
y hagámosle. En esas condiciones se dispuso a apoyar e impulsar la revista ´como
fuera”.119
118
VILLAMIZAR, Darío, Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario, Bogotá, Editorial Planeta, 2002, pp.
251-252.
119
Ibíd., pp. 278-279.
113
La relación entre los dos hombres se manifestó en múltiples momentos, como cuando, en la
campaña de expectativa previa a su lanzamiento oficial, el M-19 publicó en diarios y revistas
su famosa propaganda: “¿Parásitos… gusanos? Espere M-19. ¿Decaimiento… falta de
memoria? Espere M-19. ¿Falta de energía?... Espere M-19”.
Santos, por su parte, los ayudó con algunas ideas y con información sobre cómo llegar
a El Tiempo para colocar los avisos; sugirió que hicieran los pagos en efectivo y para
ello aleccionó a Nelson Osorio. ‘El Mono’ Pedro fue el encargado de contratar la
novedosa publicidad en El Espectador, El Bogotano y El Tiempo. Al finalizar el año
(1973) ya casi todo estaba listo.120
Para Paulo César León, autor de un extenso artículo sobre la relación de Alternativa y el M-
19, los dos proyectos compartían no solo personas y visiones sino también resultados.
Pero más allá de esta realidad, puede decirse que Alternativa correspondió a un momento de
la historia del país en el que conformar guerrillas constituía una forma casi natural de
respuesta desde la izquierda al establecimiento que excluía de la participación política a
cuantos estuvieran por fuera del pacto bipartidista hecho durante el Frente Nacional (1958-
1974), en el marco del cual, como hemos dicho en otro capítulo de este trabajo, surgieron
buena parte de los movimientos insurgentes del Siglo XX en Colombia y a partir de los que
se proyectaron otros en años siguientes, como escisiones o como reflejo. Configuró el país
una generación sub géneris en el mundo, una época en la que los grupos alzados en armas
casi llegan a la veintena, como lo recordaba recientemente el politólogo vallecaucano Libardo
Orejuela Díaz, al hacer un recuento de las organizaciones surgidas luego de la aparición de
120
Ibíd., pp. 278-279.
121
LEÓN PALACIOS, Paulo César, “El M-19 y la subversión cultural bogotana en los setenta: el caso de la revista
Alternativa”, En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, No. 35, Bogotá, Universidad Nacional
de Colombia, 2008, p.210.
114
En la larga lista descrita por Orejuela Díaz (Ver Cuadro No. 5) habría que agregar al Ejército
Revolucionario de Colombia, surgido en 1969, fundado por el guerrillero liberal Roberto
González, conocido como ‘Pedro Brinco’, en el norte del departamento de Antioquia y que
tuvo poca duración.123 A todos los grupos que circulaban por la geografía nacional en su
época Alternativa abrió sus páginas de una u otra forma. No solo al M-19, pues en la
redacción de la revista pervivían simpatizantes de diversas tendencias. Además, el grado de
discusión y cuestionamiento acerca de la validez de la lucha armada en general no había
llegado a los niveles que luego alcanzaría como consecuencia de las divisiones, pugnas y
purgas internas, y de los consiguientes efectos de un accionar prolongado en el tiempo, en
medio de comunidades principalmente rurales que, poco a poco, comenzarían a sentir el
desgaste de la guerra. Así lo refleja, por ejemplo, Hernando Corral, quien llegó a Alternativa
luego del número 100, en una etapa de reestructuración vivida por la revista posterior a la
crisis suscitada por la salida del grupo de Bernardo García.
122
OREJUELA DÍAZ, Libardo, “Palabras de apertura de la III Cumbre Nacional por la Paz. El país que sufre está
fuera de las aulas”, Revista Cuadernos de Paz Vol. 2, No. 4, Cali, Universidad Libre, enero-marzo de 2015, p.
38. El certamen se cumplió en la sede de la Universidad Libre Seccional Cali el 24 de noviembre de 2014.
123
“Movimientos armados en Colombia”, En: http://guerrilascolombia.blogspot.com/p/movimientos-
armados.html, consultado el domingo 15 de marzo de 2015
115
Un hecho que en principio planteó las coincidencias entre el M-19 y Alternativa fue el hurto
de la espada de Bolívar (Ver imagen No. 16) por parte de un comando que dirigieron Bateman
y Álvaro Fayad, el 17 de enero de 1974, tan solo un mes antes del lanzamiento de la revista,
el 15 de febrero del mismo año. Dos fotografías del momento fueron tomadas en la Quinta
de Bolívar. Una de ellas le fue remitida a Alternativa con un comunicado titulado “La espada
libertaria está ya en manos del pueblo”. Darío Villamizar lo evalúa así:
En realidad, Santos Calderón no era el único que tenía contactos con el M-19. Otros, como
Carlos Duplat, un hombre con muchas aptitudes artísticas y quien ingresó a Alternativa a
trabajar en la sección de diseño desde la fundación de la revista, también las tenía. La
diferencia con Santos era que esa cercanía era orgánica: Duplat militaba ya en el EME, como
se lo dijo a Villamizar:
Desde que yo me vínculo con Alternativa vuelvo otra vez al contacto con ‘El Flaco’
Yo armé el primer número de Alternativa en enero de 1974. Bateman se acercó a
Alternativa: veía una gran oportunidad ahí. Periódicamente nos reuníamos, me traía
material, discutíamos, bromeábamos, mamaba gallo y en la revista metíamos toda la
información que podíamos. Cuando él se acerca a mí ya era del M-19 y conmigo ya
se identifica como tal, no había ninguna duda de nada; personalmente me entregaba
los materiales…”.126
124
CONVERSATORIO con Hernando Corral, ex integrante de la redacción de Alternativa, en el acto de
presentación de la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
125
VILLAMIZAR, Darío, Op. Cit., p. 284.
126
Entrevista concedida a Darío Villamizar en Bogotá el 10 de mayo de 1999.
116
gobierno de Julio César Turbay Ayala, luego del robo de cinco mil fusiles protagonizado por
el M-19 en la armería que poseía el Ejército en el Catón Norte de Bogotá. El espectacular
operativo guerrillero, que estuvo precedido de la construcción de un largo túnel desde una
casa situada a cien metros del depósito, culminó en un golpe sin antecedentes, en la noche de
fin de año de 1978. El hijo del gran poeta Luis Vidales no compartió ni esa acción ni otras
que le siguieron. Vidales salió de la revista en octubre de 1974, cuando se produjo la primera
gran crisis de la publicación, e hizo parte, con Carlos Duplat y el grupo de Orlando Fals
Borda, de quienes fundaron una revista alternativa a Alternativa: la revista Alternativa del
Pueblo.
Darío Villamizar, el biógrafo de Jaime Bateman, cree que la relación entre Alternativa y el
M-19 no era un asunto de coincidencias sino de identidades:
No son dos hechos aislados entre sí. Se llega a la fundación del M-19 y a la primera
edición de la revista Alternativa en febrero de 1974, por un acumulado histórico. El
país necesitaba un medio de comunicación independiente de los medios que en ese
momento representaban los intereses de las familias Santos y Cano, El Tiempo y El
Espectador respectivamente, y (la revista) llega a cubrir ese vacío que había, un vacío
donde se requería un medio de comunicación independiente, de alguna manera
pluralista, que reflejara los pensamientos de una revista democrática, pero también de
la izquierda armada, eso no hay que negarlo, nacional e internacionalmente, porque
Alternativa abrió sus páginas a muchísimas voces de muchísimos dirigentes de
organizaciones insurgentes del continente y de otras partes del mundo.127
Lo cierto es que los problemas comenzaron casi con la fundación de la revista, en parte como
reflejo de la composición heterogénea, desde el punto de vista político, de su equipo de
trabajo e, incluso, por la influencia misma del M-19, con la que no todos estaban
sintonizados. Así se lo reconoció Santos Calderón a Darío Villamizar;
127
ENTREVISTA con Darío Villamizar, investigador social y autor de Jaime Bateman. Biografía de un
revolucionario, Cali, 15 de julio de 2015, realizada por Luis Alfonso Mena S.
117
Como hemos dicho, Alternativa del Pueblo desapareció a los nueve meses y diez días de estar
en las calles (desde la edición No. 19, del 24 de octubre de 1974, a la No. 38, del 4 de agosto
de 1975): 19 ediciones en total, pues la de diciembre de 1974 se publicó como doble (Nos.
22-23). Según Vidales, el principal factor fue el económico. “Falta de recursos. En un
momento, el M-19 estuvo tentado de aportar ayudas, pero se resolvió, con muy buen criterio,
que si la revista no era capaz de sostenerse sola, no se le debía dar oxígeno desde afuera”.129
Sin embargo, todo indica que la otra Alternativa, la de García Márquez y Santos Calderón,
continuó siendo oxigenada por el M-19 en momentos clave. “… el M-19 participó en la vida
de Alternativa periodísticamente y, en algunos periodos, económica y administrativamente”,
asegura Paulo César León en el artículo ya mencionado130. Él, además, sostiene que uno de
los gerentes que tuvo la revista, Gerardo Quevedo, era militante del M-19, y agrega a la lista
de miembros del EME que laboraban en la Redacción de Alternativa a Carlos Sánchez, quien
también ejercía como fotógrafo; a Sebastián Arias y a Nelson Osorio Marín, que además de
redactor era reconocido poeta y publicista. Aunque en la época de la primera ruptura dentro
de Alternativa Bateman había tomado partido por el sector de los trabajadores (orientado por
el M-19) y por la Fundación La Rosca de Investigación y Acción, de Fals Borda, nunca
rompió con la revista fundacional, la de García Márquez y Santos Calderón. Así lo recuerda
Carlos Duplat, en la entrevista concedida a Darío Villamizar para su libro sobre Jaime
Bateman:
128
VILLAMIZAR, Darío, op. Cit., p. 293.
129
Ibíd.
130
LEÓN PALACIOS, Paulo César, “El M-19 y la subversión cultural bogotana en los setenta: el caso de la revista
Alternativa”, En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, No. 35, Bogotá, Universidad Nacional
de Colombia, 2008, p. 193.
118
A través del periodista, los guerrilleros obtuvieron la más amplia información sobre
la situación de los grupos de izquierda, las diferentes posiciones ante el debate
electoral de ‘Mitaca’ que se avecinaba, el estado del movimiento obrero y de otras
organizaciones guerrilleras nacionales y del continente.134
131
VILLAMIZAR, Darío, op. cit., pp. 293-294.
132
LEÓN PALACIOS, Paulo César, art. Cit., p. 207.
133
VILLAMIZAR, Darío, op. cit., pp. 294.
134
Ibíd., p. 311.
119
Según Villamizar, “la disposición de Bateman era apoyar a Alternativa. Apoyarla a fondo.
Tan a fondo que comenzó a financiarla”.136
En los términos de lucha por la apertura de espacios democráticos que identificó el ejercicio
periodístico, social y político de Alternativa, la revista traza una parábola de identificación
con Bateman, quien no había dudado en producir rupturas en el campo de la izquierda donde
nació, muchas veces incomprendidas y, seguramente, muchas de ellas equivocadas, para,
desde su óptica, desbrozar caminos de democracia, como lo resume, en la introducción de su
Biografía, Darío Villamizar:
“Bateman fue pionero en proponer una salida distinta a la guerra. Entendió que ese
no podía ser el destino fatal de los colombianos, que sí teníamos ‘una segunda
oportunidad sobre la tierra’. Hacia la reconciliación decidió conducir su accionar.
Movilizó a propios y ajenos en busca de una paz digna y justa. Por ella hizo hasta lo
135
Ibíd., pp. 326-327.
136
Ibíd., p. 327.
120
imposible, tanto que murió tratando de encontrar nuevos escenarios que facilitaran el
diálogo nacional”.137
Este artículo ya empezaba a mostrar una línea de análisis que fue común a muchos de los
publicados a lo largo de seis años por la revista: el influjo del Frente Nacional en el desarrollo
ulterior de la vida política, social y cultural del país, sus efectos negativos como generador
de exclusión y de la irrupción de numerosas expresiones armadas de izquierda que respondían
con su alzamiento a esa dinámica segregadora, lo mismo que a los nuevos fenómenos de
violencia y violaciones de derechos humanos producidos por el establecimiento protector del
pacto bipartidista prolongado. Refería el artículo:
El mismo artículo cuestionaba la manera parcializada como la prensa de las élites había
informado sobre la ofensiva contrainsurgente, reproduciendo de manera amplia los boletines
137
Ibíd., p. 13.
138
Alternativa No. 1, del 15 al 28 de febrero de 1974, “La contraguerrilla. Acciones y persecuciones”, p. 12.
139
Ibíd., p. 12.
121
de las Fuerzas Armadas y desplegando “con lujo de detalles la caída de diversos combatientes
guerrilleros…”, pero cuidándose “de no dar a conocer la otra cara de la campaña
antiguerrillera”. Según el artículo, los medios evitan “que la opinión pública sepa en qué
consisten estas ofensivas, cómo afectan las regiones donde se desarrollan y cuáles son sus
repercusiones concretas sobre la población campesina que las padece”. Luego, el texto se
refería a la Operación Anorí, iniciada el 19 de septiembre de 1973, en desarrollo de la cual
cayeron Manuel y Antonio Vásquez Castaño, dirigentes del Ejército de Liberación Nacional,
ELN. Y abordaba también la ofensiva que en diciembre del mismo año, concluida la
Operación Anorí, desató el Ejército contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, Farc, en las montañas limítrofes de los departamentos del Tolima y del Huila, un
cerco militar que fue roto por la guerrilla el 28 del mismo mes. En su análisis, Alternativa
formulaba un enfoque radicalmente opuesto al de los medios masivos, posición que
empezaría a levantar roncha en los altos estamentos gubernamentales y originaría
prevenciones para la segunda edición por parte de las Fuerzas Armadas, que intentaron
recoger el número dos de la revista. Decía el artículo: “La represión oficial genera violencia
y como resultado de la acción militar en estas regiones, el ‘terreno de batalla’ se ha ampliado
considerablemente y va creciendo simultáneamente el fenómeno del apoyo político a los
grupos que el ejército combate”.140
En el sumario del artículo titulado “¿Y de la espada qué?”, Alternativa aclaraba que publicaba
“el último comunicado del M-19 que, junto con la foto de la espada de Bolívar, fue enviado
a todos los medios de información, pero que ninguno divulgó”.141 El comunicado comenzaba
diciendo: “Bolívar guerrillero y patriota. Bolívar pueblo. Bolívar nuestro vuelve a quitar el
sueño al opresor…” Y remataba así: “Por una Colombia socialista. Con el pueblo, con las
armas, con María Eugenia al poder".
En el No. 1, igualmente, Alternativa publicó una nota titulada “La justicia y los guerrilleros”,
en la que se consultaba al jurista Eduardo Umaña Luna respecto de los consejos verbales de
guerra y la primacía de la Justicia Penal Militar sobre la ordinaria. “La Constitución no puede
140
Ibíd., p. 14.
141
Ibíd., “¿Y de la espada, qué?” p. 24.
122
ser violentada con simples órdenes militares”, respondía Umaña, quien luego sería
columnista de la revista y era tenido en cuenta en esta oportunidad por su reconocida
trayectoria como defensor de los derechos humanos. Umaña agregaba: “… en tiempo de paz
ninguna persona o corporación puede ejercer autoridad judicial distinta a la rama
correspondiente…”142
La contraportada de la edición referenciada fue dedicada a una gran foto del padre Camilo
Torres Restrepo, con ocasión de cumplirse el día de la aparición de Alternativa, el 15 de
febrero de 1974, el octavo aniversario de la caída en combate del cura guerrillero, ocurrida
en Patio Cemento, departamento de Santander, en el maro de operativos contra el ELN
comandados por el entonces coronel Álvaro Valencia Tovar, en 1966. Todo indica que la
fecha conmemorativa de la desaparición del ícono de la revolución colombiana se hizo
coincidir con la de circulación del No. 1 de la revista, como un homenaje a su memoria y
significado. En los números siguientes, Alternativa publicó varios artículos sobre el padre
Torres Restrepo dedicados a reseñar su vida y sus luchas, en una sección que tuvo una gran
importancia dentro de la revista, Historia Prohibida: “¿Cómo llegó Camilo a la revolución?”
titulaba uno143 y “Camilo revolucionario”, el otro.144 En el No. 4 de la revista se daba a
conocer también una información acerca de la unión de las guerrillas del sur del continente,
hecho que reflejaba la respuesta de sectores de izquierda a una época de dictaduras y
gobiernos autoritarios.145 La historia del ELN, con sus deserciones incluidas, también
interesaba a Alternativa, que en la edición No. 6 abordaba el espinoso asunto en un artículo
sobre el caso de Lara Parada: “Quieren un nuevo Jaime Arenas”, y realizaba un interesante
ejercicio de preguntas a un texto publicado por el diario El Tiempo con una declaración del
ex comandante guerrillero. En él procuraba resolver “los dilemas de un desertor” y explicaba
que Alternativa ha querido “desentrañar algunos de los interrogantes que hoy se formula la
opinión pública, y para ello ha dirigido diez preguntas al texto mismo de la declaración de
Lara Parada. Ellas buscan aclarar, precisamente, las cuestiones que El Tiempo omitió a su
142
Ibíd., p 10.
143
Alternativa No. 4, del 1 al 15 de abril de 1974, “Cómo llegó Camilo a la revolución”, p. 30.
144
Alternativa No. 5, del 16 al 30 de abril de 1974, “Camilo revolucionario”, p. 30.
145
Alternativa No. 4, del 1 al 15 de abril de 1974. “Se unen guerrillas del sur del continente”, p.16.
123
acomodo”.146 Esta manera de abordar los hechos fue otra de las fórmulas usadas por la
revista: en muchos artículos sobre temas de coyuntura se apoyaba en publicaciones de la
llamada “gran prensa” para hacer lo que podríamos considerar un análisis del discurso,
diseccionar sus contenidos, descubrir sus contradicciones y elaborar su propia interpretación,
siempre desde una óptica diferente, de contra-información.
Alternativa también dedicó espacio a las diferencias del M-19 con María Eugenia Rojas147,
la hija del caudillo y considerada heredera natural de la Alianza Nacional Popular, Anapo, el
movimiento que el M-19 reivindicaba, aunque muchos de quienes lo integraban eran ajenos
a su génesis, como el mismo Bateman, que lo veía como una masa a encauzar: “Si la Anapo
es la que tienen el pueblo, pues a trabajar con la Anapo”, decía.148
En esa misma tónica en su edición No. 11, en el artículo titulado “Cuatro años de represión:
¿De qué se ríe?”, referido a un balance del gobierno de Misael Pastrana Borrero, el
mandatario de la sonrisa permanente, la revista destacaba la consolidación de las guerrillas
146
Alternativa No. 6, del 1 de mayo de 1974, “La confesión de Lara Parada: ‘Quieren un nuevo Jaime Arenas’”,
pp. 18 y 19.
147
Alternativa No. 9, del 10 de junio de 1974. “El M-19 emplaza a María Eugenia”, p. 10.
148
VILLAMIZAR, Darío, op. Cit., p. 283.
149
Alternativa No. 10, del 24 de julio de 1974, “Algeciras: los muertos resucitan”, p. 13.
124
durante el período del Frente Nacional y la identificaba como una creciente “respuesta
popular” a la violencia institucionalizada del sistema, al tiempo que hacía un balance de los
actos de represión durante el mandato del presidente conservador, teóricamente el último del
periodo del pacto bipartidista prologado. Una de las ilustraciones más impactantes y osadas
fue la de la portada de esta edición, que mostraba al Presidente sonriente y dejando una estela
de huellas de sangre al caminar.
La edición No. 22 traía una nota (“Un no rotundo del ELN”) en la que desvirtuaba rumores
acerca de una masiva entrega de militantes de la guerrilla. En ella se hacía alusión a un
comunicado del ELN y concluía afirmando: “… la guerrilla ni se rinde ni se entrega”.151
Para una de las primeras ediciones de 1975, la No. 25, Alternativa tocó un hecho que
conmocionó a la izquierda colombiana: la muerte a manos del Ejército de Francisco Garnica,
Ricardo Torres y Carlos Alberto Morales. Luego hacer una descripción de la escisión
suscitada en la Juventud Comunista del Valle del Cauca, a la que pertenecían, y de destacar
su participación en las luchas obreras, barriales y estudiantiles de la época, entre 1963 y 1965,
la revista reseña sus actuaciones orientadas a la creación del llamado Partido Comunista ML
y sus esfuerzos para la conformación del EPL.
… los jóvenes parten a las montañas de Guacarí con un grupo de compañeros con el
ánimo de politizar a los campesinos y contribuir así a la formación del brazo armado
de su partido, que posteriormente, y ante la imposibilidad de fundirse con el ELN,
llevará el nombre de Ejército Popular de Liberación. Tarea en que habrían de
encontrar la muerte ellos y otros dirigentes.152
150
Alternativa No. 11, del 8 de julio de 1974, “Cuatro años de represión: ¿De qué se ríe?”, p. 17.
151
Alternativa No. 22, del 9 de diciembre de 1974, p. 6.
152
Alternativa No. 25, del 25 de enero de 1975, “Historia Prohibida: El ejército y el asesinato de tres
revolucionarios”, p. 30.
125
El tono del artículo es de exaltación de los tres jóvenes caídos. “Era el preludio del EPL al
que los tres héroes habían contribuido con su práctica política y su gesto guerrero”, decía el
extenso texto, que ponía de relieve que, en su memoria, tres regionales del PC-ML fueron
bautizados con sus nombres. Alternativa revelaba también facsímiles de documentos
oficiales que probaban las recompensas pagadas por la Gobernación de Humberto González
Narváez a informantes que delataron el sitio donde se encontraban los jóvenes perseguidos.
Finalmente, retomaba un relato del periódico El País de Cali, correspondiente al 7 de
diciembre de 1965, revelaba la forma espantosa como fueron asesinados los tres guerrilleros
y registraba el estado en que fueron hallados sus cadáveres:
En la década de los años 70 las incursiones de las Farc en poblaciones constituían hechos
noticiosos que en la mayoría de los casos recibían cubrimientos desde la óptica oficial, en los
que primaban las versiones procedentes de las oficinas de prensa de los batallones y su
lenguaje predecible y descalificador. Llama la atención, por su enfoque distinto, el despliegue
dado por Alternativa a la toma del municipio de Puerto Rico (Ver imagen No. 18), uno de
los más importantes en la época para el Caquetá. El artículo titulaba: “Las Farc en Puerto
Rico: ‘No fue un asalto, sino una fiesta’. Habla la población”. El texto informaba que la
incursión fue protagonizada por 150 guerrilleros y que la policía retuvo a 110 personas en el
parque principal y sus inmediaciones para ser interrogadas.
Recogiendo algunas verdades que en Puerto Rico corren de boca en boca, se puede
establecer un “sumario” de esa acción. Analizando los hechos, afirma uno de los
sacerdotes que medió entre guerrilleros y policías, a ciencia cierta la guerrilla no quiso
matar a los policías porque “estaban situados de tal manera que hubieran podido llenar
de granadas el cuartel sin haber sufrido ellos el más mínimo problema”. Los vecinos
del cuartel de Policía declararon que los guerrilleros gritaban insistentemente:
153
Ibíd., p. 31.
126
Más adelante, el registro de la toma reproducía declaraciones del sacerdote italiano José
Svanera, vinculado a la parroquia del municipio, quien sostenía que, a la postre, “El asalto
resultó desconcertante porque se convirtió en una verdadera fiesta… Yo no sé de dónde salió
tanta gente. Estaba todo el pueblo en la calle. Rodeaban a los guerrilleros en grandes corrillos
porque ellos estaban divididos en grupitos de a 10 o 15”. El pie de foto de una de las dos
gráficas que ilustraban el artículo era revelador: “Las oficinas de la Caja Agraria, símbolo
del estrangulamiento económico del campesinado y objetivo del ataque de las Farc”. decía.
La descripción de la foto, que mostraba la fachada de la sede del banco estatal llena de
consignas de las Farc, constituía toda una posición editorial, reforzada con un párrafo dentro
del texto de la información en el que se leía: “Cuando la guerrilla destruyó los archivos de la
Caja Agraria, los campesinos tenían porqué alegrarse”. Aunque aclaraba más adelante: “No
obstante, las copias (de los documentos de los créditos) están microfilmadas en Bogotá, y el
gerente local afirmó que esas eran ilusiones y que tendrían que pagar hasta el último
centavo”.155
En su edición No. 44, Alternativa otorgaba amplio despliegue a un nuevo comunicado de las
Farc. “Purga militar: pelea entre gorilas” era el título del artículo que reseñaba el
pronunciamiento de la guerrilla, originalmente aparecido en la revista Resistencia No. 56, de
junio de 1975, en el que, además, rememoraba los bombardeos contra Marquetalia, iniciados
el 18 de mayo de 1964. En el pronunciamiento guerrillero aparecía de nuevo el
cuestionamiento al antiguo recurso del Estado de Sitio que caracterizó la época de circulación
de la revista, la mayor parte del tiempo bajo el espectro de esa medida restrictiva de las
libertades públicas y ciudadanas (Ver cuadro No. 6).
El gobierno del antiguo jefe del MRL ha recurrido al viejo expediente reaccionario
del Estado de Sitio para poner camisa de fuerza a las luchas obreras, estudiantiles y
campesinas y, en general, de todo el pueblo, que no resiste la explotación redoblada
a que es sometido. ¿Cuál es la diferencia entre un gobierno presidido por un
154
Alternativa No. 31, del 28 de abril al 5 de mayo de 1975, “Las Farc en Puerto Rico: ‘No fue un asalto, sino
una fiesta’”, p. 12
155
Ibíd., p. 12.
127
156
Alternativa No. 44, del 28 de julio al 4 de agosto de 1975, p. 14.
157
Alternativa No. 44, del 28 de julio al 4 de agosto de 1975, “Isla prisión Gorgona (I) 600 condenados al
destierro y la opresión”, p. 17.
158
Ver más sobre el particular: MATTA ALDANA, Luis Alberto, Colombia y las Farc-EP. Origen de la lucha
guerrillera. Testimonio del comandante Jaime Guaraca, Tafalla (Navarra, España), Editorial Txalaparta, 1999.
159
Alternativa No. 44, del 28 de julio al 4 de agosto de 1975, “Jaime Guaraca: las ideas firmes, la moral en
alto”, p. 17.
128
Otro caso que recibió amplio despliegue de Alternativa fue el de la muerte a manos del
Ejército de Pedro León Arboleda, uno de los fundadores del denominado Partido Comunista
ML, a quien la revista calificaba como “Un revolucionario hasta el final”, frase con la que se
titulaba el artículo de doble página y que hacía alusión a la fiera resistencia dada por el
insurgente maoísta al ataque desatado contra la casa en la que se alojaba, situada en el barrio
Vipasa, en el norte de Cali. Arboleda, periodista vallecaucano, había sido el sucesor de Pedro
Vásquez Rendón en la Secretaría Política del PC ML y pertenecía al Comando Nacional del
Ejército Popular de Liberación, EPL, al que ingresó en 1968. Su caída ocurrió el lunes 28 de
julio de 1975, a las 7 de la mañana, en operativo en el que participaron, dice la información
de la revista, 500 soldados de la III Brigada del Ejército. La caída de Arboleda ocurría en
medio de una aguda crisis interna en el EPL. “La muerte de Pedro León Arboleda incidirá
seguramente en la división interna que sufre actualmente el PC ML y algunos no descartan
que pueda tener el efecto de congelar la crisis ante la necesidad de enfrentar la ofensiva
militar”, vaticinaba la revista.160 El texto apuntillaba, como solía ocurrir en los artículos de
Alternativa, con una mezcla de información y posición editorial, estilo propio del periodismo
europeo continental, divergente del anglosajón. Decía Alternativa:
160
Alternativa No. 45, del 4 al 11 de agosto de 1975, “La muerte de Pedro león Arboleda: Un revolucionario
hasta el final”, p. 8.
129
hasta el final, la figura de Pedro León Arboleda se convertirá sin duda en un aliciente
para impulsar con más fuerza la lucha de liberación nacional”.161
También las Farc tuvieron presencia en la edición 45, cuando la revista registró una matanza
que en 1975 conmovió al país: la masacre de Otanche, departamento de Boyacá, en la que
perdieron la vida doce campesinos y que fue atribuida con inusitada prontitud a la guerrilla:
“Pocas veces como en esta masacre de Otanche los servicios informativos del Ejército y sus
fieles amigos de El Tiempo destaparon mejor el juego a los ojos de la opinión”, decía la
revista, con sarcasmo, al rechazar la sindicación mecánica. Y agregaba: “Un labriego de
Otanche explicó que ‘los de las Farc nunca atacan a campesinos pobres. Además, tienen
armas modernas, y a esta gente la mataron fue con escopetas de perdigones y con cuchillos:
claro que no fueron los guerrilleros’”.163 Con esta última frase fue titulada la información, en
caracteres rojos.
Como se ve, en su papel de dar cabida a todas las tendencias de la izquierda, legal o armada,
Alternativa era la única publicación de la época en Colombia que en una misma edición podía
pasar de resaltar una información relacionada con la guerrilla maoísta a otra vinculada con la
guerrilla prosoviética, dos estructuras insurgentes de izquierda que no se podían ni ver y que
se combatían mutuamente, entre otras razones, como resultado de la división del movimiento
comunista internacional. Hasta las ediciones de 1975, Alternativa asumía un mismo tono de
161
Ibíd., p. 9
162
Ibíd., “Testimonios del combate”, p.9.
163
Alternativa No. 45, del 4 al 11 de agosto de 1975, Boyacá: “Claro que NO fueron las Farc”, p. 23.
130
En las ediciones 46 y 47, Historia Prohibida desarrolló las partes IV y V de la serie “Las
guerrillas del Llano”. Con el dramatismo de su pluma narradora de la historia colombiana,
Arturo Alape contaba en la edición No. 46 el dolor que para Plinio Murillo, uno de los
combatientes de la guerrilla de Guadalupe Salcedo, significaba la entrega de su movimiento,
en septiembre de 1953, solo tres meses después del golpe de Estado de Rojas Pinilla. “La
humillación de una entrega” titulaba la revista esta IV parte, que traía la foto de Guadalupe
164
Ibíd., “Vida y muerte de Guadalupe Salcedo (II). La Ley de las guerrillas del Llano”, pp. 30.31.
165
ALAPE, Arturo, El bogotazo, memorias del olvido, Bogotá, Círculo de Lectores, 1985.
166
ALAPE, Arturo, Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo, Bogotá, editorial
Planeta, 2004.
167
CONVERSATORIO con Enrique Santos Calderón en el acto de presentación de la Exposición Homenaje
Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
131
Salcedo leyendo el periódico El Tiempo (Ver imagen No. 17), medio que registraba
alborozado la rendición. Murillo entra en las letras de Alape y éste las traslada a Alternativa:
“Llegó la noticia de que habían aterrizado Guadalupe, Aljure y otros más, para que
se hiciera efectiva ese día la entrega, día 13 de septiembre, tres meses después del
golpe de Rojas Pinilla (…) Yo sentía pesar, sentía dolor tener que hacer esto. Pero ya
no tenía remedio. Fui el primero en entregar mi efeá. Duré un rato en silencio. Pensé
cosas, cosas fáciles, como era el meterle otro proveedor y hacer una ráfaga… Todos
los compañeros se hubieran alzado”.168
En la edición siguiente, la No. 47, Alternativa continuaba la serie con el relato sobre el
asesinato de Guadalupe Salcedo, a manos de la Policía, “víctima de una doble traición”: la
del Gobierno y la de su partido, el Liberal. Es un dramático testimonio de los últimos minutos
del líder guerrillero en un taxi, al sur de Bogotá, intercalado con párrafos de una carta dirigida
por Guadalupe a Alberto Lleras, el jefe liberal. Lo mataron con las manos en alto, cuando se
rendía. Dos orificios de disparos de arma de fuego en ellas dan testimonio del homicidio
cobarde. “Para Guadalupe no hubo discursos de la Dirección Liberal. La prensa liberal colocó
al día siguiente la noticia de su muerte en las últimas páginas. Se pidió una comisión
investigadora que hasta hoy no descifró nada”, decía Arturo Alape en la crónica. 170 La última
entrega de la serie trae una descarga contra el liberalismo: “Traición e infamia de la Dirección
Nacional Liberal”, titulaba el artículo que, en esencia, mostraba las diferencias de clase
dentro de ese partido. Ante la persecución de los godos, los altos jerarcas liberales se iban a
cómodos “exilios”: Alberto Lleras, a México; Eduardo Santos, a París; López Pumarejo, a
Londres; López Michelsen, a México. Pero los guerrilleros, la base liberal alzada en armas
168
Alternativa No. 46, del 11 al 18 de agosto de 1975, Historia Prohibida. “Las guerrillas del llano IV. La
humillación de una entrega”, p. 31.
169
Ibíd., p. 30
170
Alternativa No. 47, del 18 al 25 de agosto de 1975, Historia Prohibida. “Las guerrillas del Llano IV. Así
mataron a Guadalupe”, pp. 30-31
132
en los Llanos no tenía otro destino que la tumba, como les ocurrió a Eliseo Velásquez, los
hermanos Bautista, Álvaro Parra, Riquiero Perdomo, Alberto Hoyos, Dumar Aljure,
Guadalupe Salcedo Unda, etc., “… miles y miles hasta llegar a la suma de 200.000 en nueve
años de ignominia, de conciliación, de pacifismo de una dirección política de un partido que
cuenta a su militancia solo a la hora de votar”, decía Alape en el epílogo de su serie. “El
liberalismo le tiene pánico al ascenso popular. Prefiere al socio conservador”.171
La entrevista a Pedro León Arboleda era un documento que reflejaba las tensiones existentes
en el PC ML y el EPL, sumergidos en una fractura que los desperdigaba por lo menos en
cuatro sectores. Pero Arboleda se mostraba optimista y concluía:
171
Alternativa No. 48, del 25 de agosto al 1 de septiembre de 1975, Historia Prohibida. “La guerrilla en los
Llanos: Traición e infamia de la DNL”, p. 31.
133
En la entrevista, Arboleda rememoraba las circunstancias en que nació el PC ML. “Eso fue
en una reunión celebrada el 16 de febrero de 1964. Eran exactamente las 11:20 a.m. cuando
se dio ese histórico acuerdo”, decía, luego de recordar los antecedentes de su trasegar desde
1957 en Cali: “... entre 1959 y 1960 surgen el Moec 7 de Enero, el Fuar, el MLN, la Juventud
Liberal Radicalizada y Arco (que es el PRS)173. Por aquel entonces habíamos hecho trabajo
sindical en Cali, en Fedetav, en unos 139 sindicatos…” Y añadía que entre 1962 y 1963 había
creado con Pedro Vásquez Rendón, Próspero León, Aldemar Londoño y Francisco Garnica,
entre otros, el Comité de Integración de Regionales Comunistas, Cinrec, que se expresaba a
través de la revista Polémica y buscaba fórmulas de organización. “Allí, unos estaban por la
conformación de un movimiento estilo MIR (Movimiento de Integración Revolucionaria), y
otros por un partido bolchevique. Finalmente nos pusimos de acuerdo por el Partido
Comunista (ML)”.174
Ya en edición anterior, la No. 42, en la tercera parte de la serie “La izquierda y el momento
actual”, la revista había consultado a la denominada Tendencia Marxista Leninista Maoísta
del PC ML respecto de su posición sobre la coyuntura, en plena vigencia del ‘Mandato Claro’
de Alfonso López Michelsen, y destacaba que esta organización sufría en ese momento “la
más grave división de su historia, desde que se escindió en 1964 del Partido Comunista”. La
radiografía que trazaba, y que esquematizamos a continuación, no era nada alentadora para
esa colectividad, una de las más cerradas y sectarias del espectro de la izquierda del momento
en Colombia (década de los años70). Las fracciones dentro del PC ML eran estas:
172
Ibíd., “Pedro León Arboleda. Su último reportaje”, p. 4
173
Sobre Arco y el PSR, Rafael Pardo sostiene: “Muchas iniciativas de crear nuevas opciones de izquierda se
agitaron en el país. No todas privilegiaban la lucha armada. Acción Revolucionaria Colombiana, Arco, se creó
en 1960 y en un inicio aglutinó a militantes expulsados del Partido Comunista; luego, en 1962 se transformó
en el Partido de la Revolución Socialista, PRS. El debate con otras tendencias era permanente y la opción de
las guerrillas no era ni mucho menos homogénea”. PARDO RUEDA, Rafael, La historia de las guerras, Bogotá,
Ediciones V Colombia, 2004, p. 424.
174
Alternativa No. 47, del 18 al 25 de agosto de 1975, “Pedro León Arboleda, su último reportaje”, p. 4.
134
1. Línea Comité Central, minoritaria. Era la que controlaba lo que quedaba del EPL. Su
periódico se llamaba Revolución.
2. Línea Proletaria, impulsada por el Regional Carlos Alberto Morales, de Caldas. Esta
fracción era tildada de “populista”. Su periódico se llamaba Tribuna Bolchevique.
3. Línea Marxista Leninista Maoísta, con influencia en el Regional Pedro Vásquez Rendón,
de Antioquia; Regional Ricardo Torres, del Valle, y Regional Ever Hoxha, de Cundinamarca.
Su periódico que se llamaba Liberación.
4. El Regional Bernardo Ferreira Grandel, de Sucre, Magdalena y Guajira, no había tomado
posición alguna.175
Además de las cuatro anteriores fracciones, se podría hablar de una quinta, agrupada en torno
del periódico Alborada. Se trataba de la Corriente M-L de Colombia, cuya consigna era “Por
la construcción del Partido del Proletariado, por la revolución democrática popular y
antiimperialista (camino) al socialismo y contra el revisionismo”.176 En 1975 se daba una
intensa discusión en el campo ML. En la edición No. 57, en la que aparecía el anuncio del
periódico Alborada, también se avisaba la publicación del libro ¿De dónde venimos, hacia
dónde vamos, hacia dónde debemos ir?, de Editorial 8 de Junio y distribuido por Editorial
La Pulga, en el cual debatían varias organizaciones maoístas y otras en trance de definirse
socialistas: Organización Revolucionaria del Pueblo, Unión Revolucionaria Socialista,
Tendencia Socialista, Academia Maoísta, Ligas Socialistas, Bloque Socialista, Espartaco,
Proletarización.177
175
Alternativa No 42, del 14 al 21 de julio de 1975, “La izquierda y el momento actual (III). Habla el PC (ML).
‘El fracaso de López, más claro que su mandato’”, p. 8.
176
Alternativa No. 57, del 27 de octubre al 3 de noviembre de 1975, “Ya salió Alborada”, aviso, p. 5
177
Ibíd., “Ya salió ¿De dónde venimos, hacia dónde vamos, hacia dónde debemos ir, p. 15.
135
En su edición No. 73, la revista incluyó información relacionada con las otras dos tendencias
del PC ML. A un lado de una nueva sección que denominó Cartelera Política, daba espacio
a la llamada Línea Proletaria, tendencia que, en medio de las posiciones extremas que solían
identificar a los militantes del así llamado campo ML, aparecía como la más moderada. Y
ello se expresaba en la entrevista publicada por Alternativa, concedida por Fernando Jiménez
y Manuel Navarro. El primero explicaba que la Línea Proletaria era una fracción del PC ML
surgida en diciembre de 1974 “como un rompimiento con el guerrillerismo, con el
aislamiento del movimiento de masas, con el populismo y con la subestimación de la
importancia de la clase obrera”, y anunciaba su participación en las elecciones de Mitaca (de
concejales y diputados), algo impensable en militantes procedentes de un partido que como
el PC ML era radicalmente abstencionista. Y Manuel Navarro ampliaba que así se lograría
“salir del espíritu de capilla y de aislamiento para conseguir una mayor influencia política de
masas”. Según Jiménez, la militancia de su tendencia por fin se había dado cuenta de que el
PC ML no podía considerarse el partido del proletariado, y por eso hacían parte de un
realineamiento que por la época se propiciaba a través de la convocatoria, hecha por otro
grupo, la Unión Revolucionaria Socialista, URS, de una Conferencia Nacional de Círculos y
Organizaciones Marxistas.179 De tal convocatoria, sobre la que también se informaba en la
revista, hacían parte igualmente la Tendencia Marxista Leninista Maoísta del PC ML, el
Bloque Socialista, los grupos Coyuntura, Teoría y Práctica y Proletario, además del PC ML
Línea Proletaria y la Unión RS. Al caracterizar la situación nacional, estos grupos sostenían
en una declaración de su tercera reunión preparatoria que existía una “bancarrota del
populismo pequeñoburgués” y un “creciente descrédito del revisionismo ante el movimiento
revolucionario y, en especial, ante el movimiento democrático revolucionario del
178
Alternativa No 42, del 14 al 21 de julio de 1975, “La izquierda y el momento actual (III). Habla el PC (ML).
‘El fracaso de López, más claro que su mandato”, p. 9.
179
Alternativa No 73, del 8 al 15 de marzo de 1976, “Línea Proletaria va a las elecciones”, p. 13.
136
Producto de los golpes y del cambio de condiciones, la inmensa mayoría del EPL se
desmovilizó años después, en la terminación de una historia compleja que ha tenido entre sus
reconstructores a Álvaro Villarraga, autor de un voluminoso y abigarrado texto en el que
aborda con detalle lo que ocurrió con uno de los movimientos más radicales y fragmentados
de la izquierda guerrillera colombiana.182
A manera de conclusión:
En su propósito de dar cabida a todas las tendencias de la izquierda colombiana,
Alternativa no podía cerrar las puertas a la insurgencia, aunque ello representara un
permanente riesgo para su estabilidad, pues en múltiples oportunidades fue señalada
por medios y políticos del sistema de ser “el brazo desarmado de la subversión armada”.
Con la visibilización de lo que ocurría con la guerrilla y los pronunciamientos que ella
vertía, estaba haciendo también periodismo independiente y jugándosela por construir
una visión diferente de una realidad que los demás ignoraban o torcían
deliberadamente. Sin embargo, a medida que empezaron a presentarse contradicciones,
Alternativa fue variando su postura “comprensiva”, para empezar a formular
cuestionamientos que conducirían a que sectores de izquierda y de opinión giraran
hacia la búsqueda de salidas no armadas para la crisis del país, como se verá en el
capítulo VII. Por otra parte, quedó claramente dilucidado con la investigación hecha y
180
Ibíd., “Tercera reunión preparatoria. Agrupaciones marxistas llegan a acuerdo”, p. 13.
181
Ibíd.
182
VILLARRAGA SARMIENTO, Álvaro y otro. Para reconstruir los sueños. Una historia del EPL. Bogotá, Fondo
Editorial para la Paz, 1994.
137
el acopio de documentos y testimonios que la soportan, que existió una estrecha relación
entre el M.19 y la revista, no solo por la cercanía que Jaime Bateman Cayón tenía con
Santos Calderón y otros periodistas, sino por la militancia de no pocos de los
trabajadores del medio en el EME.
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 1, Fuente: Revista Alternativa, edición No. 46,
Bogotá, 15 de febrero de 1974, p. 24. Bogotá, 15 de febrero de 1974, p. 30.
IMAGEN No. 18
LA INSURGENCIA VISIBLE IMAGEN No. 19
ESPACIO PARA TODOS
Un recorrido a lo largo de los 257 números editados por la revista Alternativa en sus seis
años de existencia muestra el desarrollo de uno de los propósitos centrales definidos desde el
principio por la publicación: contribuir a la unidad de la izquierda, uno de sus aportes a la
búsqueda de generación de espacios democráticos en Colombia. Tal propósito estuvo
acompañado de un permanente cuestionamiento al bipartidismo acendrado en la época de su
circulación y expresado principalmente en los gobiernos de Alfonso López Michelsen (1974-
1978), el primer mandatario del período pos Frente Nacional, y de Julio César Turbay Ayala,
cubierto por la revista durante menos de dos años de su gestión, hasta el 27 de marzo de 1980,
cuando apareció la última edición.
Este capítulo contiene tres matrices que permiten un acercamiento heurístico a la realidad
política de la época y extraer las conclusiones que, finalmente, derivan en lo que podríamos
denominar el deslinde de los orientadores de Alternativa con el archipiélago de la izquierda
del momento y su inmersión en la experiencia política grupal directa con la creación del
Movimiento Firmes y su participación en la contienda electoral de la llama Mitaca, en marzo
de 1980, cuando presentó candidatos a concejos y asambleas.
140
Uno de los proyectos más importantes del gobierno de López era, sin duda, la convocatoria
de una asamblea nacional constituyente que introdujera reformas en los regímenes municipal
y departamental ligadas a las necesidades de una clase política tradicional que aspiraba a
consolidar el dominio regional alcanzado con la repartición automática del poder pactada en
183
Ver el Cuadro No. 7: “Matrices de Alternativa sobre bipartidismo, coerción policial/judicial y debates en la
izquierda, 1974-1980”, respectivamente.
141
el Frente Nacional. “De por medio existe, no se puede olvidar, un pacto de caballeros entre
godos y liberales para que el proyecto más codiciado de este gobierno sea evacuado en este
año y pueda entrar en 1977 para su aprobación definitiva en segunda vuelta”, recordaba
Alternativa en su edición del 22 al 28 de noviembre de 1976.184 Y agregaba caracterizando
el momento y, también, la etapa que le correspondería confrontar desde el periodismo
alternativo:
Así, para Alternativa eran evidentes dos hechos estratégicos: el fortalecimiento del sistema
bipartidista que tanto dijo combatir López entre 1961 y 1974, y su confrontación con quienes
emergieran como la contraparte del establecimiento, en el que el ‘Mandato Claro’, como se
le conoció al gobierno de López Michelsen, asumía el papel de nuevo gendarme. Ya en la
edición número 94 de la revista se hacía otra caracterización de la gestión de López de manera
precisa. “Un gobierno como todos los demás”, decía un artículo en el que se efectuaba un
balance de dos años del mismo.186
Pero el gobierno de López no sólo fue cuestionado en la órbita política sino también en la de
los derechos humanos. Su práctica de la seguridad tuvo graves repercusiones, que se pueden
referenciar en el Cuadro No. 1 que acompaña este capítulo, y que lo dejan ver como un
mandato durante el cual diferentes expresiones políticas y sociales fueron duramente
golpeadas. No hay que olvidar que una de las protestas sociales más importantes en la historia
184
”Constituyente. Primer round: López se sale con la suya”, en revista Alternativa No. 108, del 22 al 28 de
noviembre de 1996, p. 2-3.
185
Ibídem, p. 3.
186
Alternativa No. 94, del 16 al 23 de agosto de 1976, p. 8-9.
142
187
Ver “Cuando López era rebelde”, en Alternativa No. 3, del 16 al 31 de marzo de 1974, p. 2., lo mismo que
“López arma gabinete de oligarcas”, en Alternativa No. 14, p. 2-3.
188
“Se organiza la represión”, “Si hay torturas en Colombia” y “A propósito del Estado de Sitio. Represión en
América Latina” son los títulos de tres artículos aparecidos en la edición No.1 de Alternativa, del 15 al 28 de
febrero de 1974, que ilustran lo dicho. Ese fue el entorno que recibió a la revista, aún durante el gobierno de
Misael Pastrana Borrero, pero que no cambió durante el de López Michelsen.
143
primeros pasos fueron dados al calor de una propuesta de candidato presidencial único
surgida en abril de 1978.189
De esta forma, podríamos ubicar dos etapas en el sexenio con relación a esta tercera matriz:
una primera, caracterizada por el debate permanente en las páginas de la revista sobre las
posiciones y las orientaciones de las diversas fracciones de la izquierda, con vasta
información sobre sus actividades partidistas, que va desde el nacimiento de la revista hasta
mediados de 1978, y una segunda fase, en la que, como consecuencia de la consolidación de
la propuesta de colectar firmas para respaldar una candidatura única de la oposición, surgiría
precisamente un movimiento que derivaría de ese procedimiento de consulta democrática su
nombre: Firmes (“Firme por un candidato único de la izquierda”, era el eslogan de la
consulta, que alcanzó a recaudar 429.000 firmas de apoyo).190 Es probable que la decisión de
Alternativa de comprometerse con un movimiento de manera franca, rompiendo la
neutralidad que en la primera fase procuró mantener, hubiera derivado del convencimiento
acerca de la imposibilidad de acuerdos unitarios en la izquierda. Pero el esfuerzo en los cuatro
años precedentes fue persistente, podría decirse que producto de una convicción que quiso
practicar a toda prueba, incluso a prueba de la obcecación y el sectarismo que caracterizaron
a no pocos de los grupos en que se hallaba fracturada la izquierda, principalmente como
consecuencia de la división internacional del socialismo. Sin embargo, uno de los fundadores
de la revista, Carlos Vidales, es contrario a esta conclusión. Según él,
189
Entre otros artículos, ver: “Candidatura presidencial de la oposición. Se plantea plebiscito unitario”, en
Alternativa No. 155, del 20 al 27 de marzo de 1978, p. 15; “Candidato presidencial: la esperanza es lo último
que se pierde”, en Alternativa No. 158, del 10 al 17 de abril de 1978, p. 15; “Plebiscito por medio millón. Por
ahí es la cosa”, en Alternativa No. 160, del 24 de abril al 1 de mayo de 1978, p. 2, y “Medio millón de firmas.
¿Contra cuál sistema?”, en Alternativa No. 161, del 1 al 8 de mayo, pp. 2-4.
190
Al respecto, ver, entre otros, los siguientes artículos: “¿500.000 firmas para qué?”, en Alternativa No. 164,
del 22 al 29 de mayo de 1978, pp. 10-11; “Documento del Comité por la Unidad. Hacia un movimiento amplio”,
en Alternativa No. 165, del 29 de mayo al 5 de junio de 1978, pp. 16-18; “El movimiento Firmes, hacia el
encuentro de agosto”, en Alternativa No. 167, del 19 al 26 de junio de 1978, pp. 14-15; “Firmes, un
movimiento en expansión”, en Alternativa No. 169, del 3 al 10 de julio de 1978, p. 7; “Firmes. Orientación
política, la discusión del momento”, en Alternativa No. 171, del 17 al 24 de julio de 1978, pp. 6-7, y “Borrador
de una definición. ¿Qué es Firmes?”, en Alternativa No. 177, del 30 de agosto al 10 de septiembre de 1978,
pp. 16-19.
144
maduración. Por otra parte, como ya he dicho, Alternativa nunca fue un intento de
crear una “nueva izquierda”, sino un intento de ayudar a la izquierda a avanzar y
desarrollarse. 191
Uno de los primeros debates periodísticos promovidos por Alternativa para abrir los espacios
de diálogo endógeno de la izquierda, para “ayudar a la izquierda a avanzar y desarrollarse”,
como planteaba Vidales, tuvo ocurrencia a finales de 1976, a propósito de la propuesta de
convocar una asamblea constituyente formulada por el presidente López. Como en debates
previos, surgió la necesidad de conformar un frente popular de todas las fuerzas adversas al
bipartidismo reencauchado. En esa oportunidad, Alternativa auscultó la opinión de dirigentes
de las principales tendencias, en el marco de una serie denominada “El Frente, un debate al
orden del día”, que centró su ejercicio en el carácter de la revolución colombiana. El debate
empezó con el Partido Comunista. “Para nosotros el carácter de la revolución colombiana es
democrático y agrario, antioligárquico y antiimperialista. La revolución socialista es una
etapa superior. Insistir desde ahora en ella es dejar de un lado aliados potenciales”, dijo Carlos
Romero, miembro del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de la época, en la entrevista
con Alternativa, en la que estuvo acompañado por Jaime Caicedo, quien acababa de asumir
la secretaría general de la Juventud Comunista. 192 En la misma edición en la que apareció la
visión estratégica del Partido Comunista se consignó la de la Anapo Socialista sobre este
tema. Y le correspondió precisamente a Carlos Vidales (el periodista fundador de la revista,
pero retirado de ella en la escisión que la afectó ocho meses después de su aparición), pasar
de entrevistador a entrevistado, esta vez en calidad de dirigente político del ala izquierda de
la Alianza Nacional Popular. En aquella oportunidad, Vidales defendió una posición radical,
como secretario general de la organización política, en compañía de Everth Bustamante,
miembro del Comité Ejecutivo de ese movimiento.193
Lanzamos la propuesta de un Frente de Liberación Nacional (FLN) desde nuestro
Primer Encuentro de Grupos de Base, atendiendo el análisis que nos indica que la
sociedad colombiana está compuesta fundamentalmente por una serie de capas
sociales explotadas con matices diferentes, pero no antagónicos, que están
191
ENTREVISTA con Carlos Vidales, ex jefe de Redacción de Alternativa, 11 de octubre de 2010, Cali-Estocolmo,
vía Internet.
192
Ver “El Frente, un debate al orden del día. Partido Comunista: Contra el consenso oligárquico, consenso
popular”, en Alternativa No. 108, del 22 al 29 de noviembre de 1976, p. 10-12.
193
Ver el artículo “Unión para la revolución, no para la conciliación”, en la misma edición de Alternativa, pp.
12-13.
145
Esta fue la tesis de Vidales. Y agregó: “El límite del FLN llega hasta donde se encuentran
los sectores de clase ligados al gran capital industrial y financiero, sobre el entendimiento de
que romper con la dependencia imperialista es romper con el actual sistema”. (Tiempo
después, Vidales sería dirigente del M-19, y Bustamante engrosarías las filas de la derecha).
Más adelante expuso una tesis que confrontaba directamente con la del Partido Comunista y
el Moir, que entonces impulsaban la Unión Nacional de Oposición, UNO, fórmula de
coalición con la que estas dos organizaciones participaron en las elecciones presidenciales
de 1974. Dijo Vidales:
Treinta y cuatro años después, cuando nos concedió la entrevista, Vidales reconoció el aporte
de Alternativa en la generación de espacios democráticos, aunque no en la magnitud que su
pensamiento estratégico de los años 70 lo pudo haber buscado. Dijo:
194
Ídem., p. 13
195
ENTREVISTA con Carlos Vidales realizada por Luis Alfonso Mena S. el 11 de octubre de 2010, vía Internet.
146
196
Ver “El debate sobre el Frente (II). Moir: “Un programa para el 90%”, en Alternativa No. 109, del 29 de
noviembre al 4 de diciembre de 1976, pp. 16-17.
197
Ricardo Samper sería expulsado del Moir pocos meses después de asumir esta vocería pública, sindicado
de incurrir en desviaciones burguesas por haber invitado a su boda con una integrante de la clase alta
bogotana a dirigentes del establecimiento.
198
Ver “Bloque Socialista: ‘Detener el plan reaccionario de López’”, en Alternativa No. 109, p. 18-19.
147
hoy: “… La teoría de la revolución pacífica es una utopía reformista que sirve a los propósitos
contrarrevolucionarios de la burguesía y del imperialismo. En Colombia es inevitable tener
que derrocar con las armas al actual Estado”.
Y puntualizaba también defendiendo la lucha armada, esta vez como una posición definitoria
de quién es o no un revolucionario: “Para los marxistas es una cuestión de principios el que
el desenlace de la revolución es armado. Es la única vía para derrocar el poder de la burguesía
y Chile es una lección en esta materia”.200 En la misma edición apareció la posición de los
Comandos Camilistas, de los que hacían parte Liga Obrera Comunista y Espartaco, Sección
de la IV Internacional, que se mostraban partidarios de una posición menos abierta que la de
los otros sectores, y proponían la conformación de un frente único obrero.201 El espectro era
complementado en la edición siguiente de la revista, la No. 111, con la consulta a uno de los
199
Ver “Debate sobre el Frente (III). La Unión Revolucionaria Socialista. “Unidad de acción contra la
Constituyente”, en Alternativa No. 110, del 6 al 13 de diciembre de 1976, pp. 20-21.
200
Ídem.
201
Ver el artículo “Hablan Comandos Camilistas, LOC y Espartaco: “Frente Único Proletario, política de largo
alcance”, en Alternativa No. 110, 6 al 13 de diciembre de 1976, pp. 23-24.
148
sectores más radicales del momento, el Partido Comunista Marxista Leninista, escisión del
Partido Comunista Colombiano, que planteaba un frente patriótico tan limitado como el de
los camilistas, pero esta vez desde la óptica maoísta, ligado a una tesis muy difundida en la
época, según la cual “el poder nace del fusil”.202
Paralelo con esta consulta a los partidos de izquierda que se movían en el marco de la
legalidad, Alternativa también auscultaba lo que pensaba la guerrilla del momento, dentro de
la cual las Farc, el ELN, el EPL y el M-19 se declaraban en pleno crecimiento, pues venían
apenas de sus surgimientos en la década de los años 60, los tres primeros, y en la de los años
70, el cuarto. En el plano internacional, acababa de realizarse una de las últimas grandes
cumbres de los partidos comunistas de todo el continente americano, la cual había expedido
una conclusión determinadora de aquella época: “Hay que utilizar todas las formas de
lucha”.203 Ya en oportunidades anteriores la revista había promovido consultas como las
descritas en estas páginas. Desde sus comienzos mismos, como en la edición número 6,
cuando dirigentes populares fueron interrogados respecto de sus expectativas con el gobierno
de López, próximo a iniciarse.204
También en las ediciones 40, 41, 42 y 43 la revista propició otro debate, similar al efectuado
sobre las características de la revolución en Colombia, esta vez con una serie denominada
“La izquierda y el momento actual”, dentro de la cual fueron consultados dirigentes del Moir,
la Unión Revolucionaria Socialista, el Bloque Socialista, la Anapo, el Partido Comunista M-
L y el Partido Comunista Colombiano.205 La generación de espacios de debate se expresará
202
Ver “El debate sobre el Frente. PC (ML): ‘Concretar el Frente Patriótico de Liberación’”, en Alternativa No.
111, diciembre de 1976, pp. 16-17.
203
Ver Alternativa No. 40, del 30 de junio al 7 de julio de 1975.
204
Ver “Hablan dirigentes populares. ¿Qué espera el Presidente de la Esperanza?”, en Alternativa No. 6, del 1
al 15 de mayo de 1974, p. 174.
205
Ver los siguientes artículos publicados bajo la serie “La izquierda y el momento actual”: (I) “Habla Francisco
Mosquera (Moir): ‘No nos intimidan bravuconadas de López’”, en Alternativa No. 40, del 30 de junio al 7 de
julio de 1975, pp. 8-10. “Habla Humberto Molina (URS): ’Organizar el rechazo al estado de sitio’”, Ídem., pp.
11-12. (II) “Habla Camilo González (Bloque Socialista); ‘Romper en las calles el estado de sitio’”, en Alternativa
No. 41, del 7 al 14 de julio de 1975, pp. 8-9. “Habla Jaime Piedrahita (Anapo): ‘Tenemos muchas coincidencias
con la izquierda’”, Ídem., pp. 10-11. (III) “Habla el PC (ML): ‘El fracaso de López, más claro que su mandato’”,
en Alternativa No. 42, del 14 al 21 de julio de 1975, pp. 8-10. En la misma edición se incluía un artículo
sintomático de lo que después ocurriría con la principal alianza dentro de la izquierda del momento: “Malestar
149
en muchas más ediciones, de tal forma que Alternativa cumplía con su papel de ser un
facilitador de los escenarios de unidad dentro de la izquierda. Sin embargo, como dijo
Vidales, esa misma izquierda no estuvo a la altura de esa búsqueda de unidad. Y es muy
probable que 40 años después tampoco lo esté. Su realidad lo está demostrando.
La tentación divisionista
Dentro de los múltiples cubrimientos llevados a cabo por la revista Alternativa merecen ser
abordados de manera especial por lo menos cuatro grandes asuntos: el primero, su papel en
la información sobre la manera como diversos grupos maoístas y trotskistas participaron en
la pugna por tomar el poder de la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia, Cstc;
el segundo, su despliegue del Paro Cívico Nacional de 1977, uno de los hitos de las luchas
sociales más importantes en la historia de la última centuria en Colombia; el tercero, su
participación en todo el proceso de creación del Movimiento Firmes y el apoyo brindado a
éste en los ejercicios electorales de 1978 y 1980; y el cuarto, la denuncia persistente,
documentada y arriesgada de los fenómenos de represión y violación de los derechos
humanos originados en los gobiernos de López Michelsen y Turbay Ayala. Cuatro grandes
bloques de hechos que nos ayudan a dilucidar cuál fue el aporte de la revista a la búsqueda
por abrir escenarios democráticos en Colombia y a brindar claridad sobre el rol jugado por
la izquierda en la generación o, en sentido contrario, en la deconstrucción, de los espacios ya
existentes.
En marzo de 1975 se cumplió el Segundo Congreso de la Cstc, del cual se retiraron los
dirigentes sindicales pertenecientes al Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario,
Moir, por considerar que el Partido Comunista de Colombia, PCC, había “incumplido
acuerdos” preliminares. Hacían referencia a conclusiones del Encuentro Nacional Sindical
celebrado el 19 de octubre de 1973, que contemplaban la creación de una nueva central. La
Cstc había surgida en la década los años de 1960 como respuesta de los sindicatos orientados
por el PCC y sectores independientes a la persecución y expulsión de que habían sido
víctimas por parte de la dirección de la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC,
en la UNO. Se agudizan fricciones entre el PC y el Moir”, pp. 7. (IV) “Habla Álvaro Vásquez (PC): ‘Ampliar la
unidad ante el viraje represivo de López’”, en Alternativa No. 43, del 21 al 28 de julio de 1975, pp. 12-14.
150
206
Según la investigadora Rocío Londoño Botero, “El viraje político de la CTC era coherente con el clima
nacional o internacional de reacción contra la Revolución cubana y con el proyecto de la Alianza para el
Progreso, dirigido por el presidente norteamericano John F. Kennedy. Desde 1950 la CTC y la UTC se habían
venido alineando en la política internacional del gobierno norteamericano a través de la Ciols y la Orit”. Ver: LONDOÑO
BOTERO, Rocío, Crisis y recomposición del sindicalismo colombiano (1946-1980). Consultado el 27 de marzo
de 2015. Disponible en:
http://sutevalle.org/escuela%20Sindical/Modulo%202%20Historia%20del%20sindicalismo/Investigaciones%
20sobre%20el%20sindicalismo%20colombiano/Roc%EDo%20londo%F1o%20botero.doc
207
DELGADO, Álvaro, “Doce años de luchas obreras”, en revista Estudios Marxistas No. 7, 1974-1975, p. 51,
151
expectativa por las esperanzas que ‘El Pollo’ había despertado en sectores sociales que aún
miraban hacia atrás, ilusionados en que el ex líder del Movimiento Revolucionario Liberal,
MRL, mantuviera algunas de sus líneas de “avanzada”, propias de la época en la que
combatió al Frente Nacional. Sin embargo, detrás de esa discusión estaba el asunto de fondo:
la lucha por la hegemonía dentro de la central obrera liderada en el momento por los
comunistas. Como ocurriría en tiempos y escenarios ulteriores, el Moir (fracción maoísta
surgida del Movimiento Obrero Estudiantil Campesinos, Moec 7 de Enero) confundía el
ejercicio partidista con su participación en las entidades gremiales, un comportamiento afín
a todas las tendencias de la izquierda de la época, que no diferenciaban sus intereses de grupo
de los de las organizaciones de masas, a las que, de una u otra forma, buscaban tener como
apéndices, incurriendo en su instrumentalización, en anarcosindicalismo.
En su edición No. 42, del 14 de julio de 1975, Alternativa informaba sobre la denuncia que
hacía el Partido Comunista de las posiciones del Moir, y luego vertía la respuesta virulenta
del movimiento maoísta. Se había desatado una verdadera campaña fratricida de división de
la Cstc, planificada de manera deliberada por el Moir, tarea en la que contaba con el
acompañamiento de colectivos del anchuroso campo ML y, también, del trotskismo, todos
unidos por sus posiciones anti-Partido Comunista. Decía el pronunciamiento del PCC
reseñado por la revista: “En la última convención de la UNO se aprobó por unanimidad una
clara resolución de apoyo a la Cstc y a su segundo congreso unitario. No obstante, es bien
conocida la posición del Moir de romper esa orientación y combatir de la manera más
violenta a la Cstc y al PCC”.208 Y agregaba más adelante: “El Partido Comunista considera
que no contribuye al desarrollo de la unidad popular mantener una falsa ‘alianza’ en que la
dirección del Moir se da el lujo simultáneamente de atacar a la Cstc y mantener paralizada a
la UNO”, por lo que anunciaba diálogos con otros sectores políticos con el fin de dar
continuidad al proyecto de la UNO, a pesar de las posiciones de sus antiguos aliados
maoístas. Alternativa consultó a Ricardo Samper, a la sazón dirigente del Moir: “Por su parte,
directivos del Moir reafirman que ‘la presión de la maquinaria burocrática dentro de la Cstc’
ha significado el incumplimiento de los compromisos pactados y sostienen que seguirán
208
Alternativa No. 42, Bogotá, del 14 al 21 de julio de 1975, “Malestar en la UNO: Se agudizan fricciones entre
el PC y el Moir”, p. 7.
152
El Moir empezó su campaña por una de las franjas grandes del sindicalismo de la época,
Fecode, pues estaba próximo su congreso. En la Asamblea de la Asociación Distrital de
Educadores, uno de sus componentes, dio el primer zarpazo el 30 de julio de 1975 y logró la
desvinculación, con el 60% de los votos de tres mil delegados, según la información de
Alternativa.211 El rosario divisionista continuó y en la edición No. 52 Alternativa, en el tono
de mero registro que había mantenido desde que se inició la crisis, anunciaba más
desafiliaciones: se materializaba la de los trabajadores de Telecom y también la de los
reunidos en la Asociación de Empleados Bancarios, Aceb. La información de Alternativa
209
Ibíd.
210
Álvaro Delgado revelaba sobre el particular: “La Cstc… ha ganado para sus filas organizaciones sindicales
importantes como la de Chrysler Colmotores, Compañía Colombiana de Tabaco, Tejicondor, Celanese
Colombiana, Quintal… la casi totalidad de las empresas cementeras… las más importantes empresas de la
construcción y materiales de construcción, varias empresas del monopolio Coltejer… Eternit Colombiana,
Metalúrgicos Centrales, Empresa Siderúrgica de Medellín, Industrias Metalúrgicas Apolo, distribuidoras de
gas, Aluminio Reynols Santodomingo, Química Industrial, Gaseosas Colombianas-Postobon, Goodyear,
Alimentos Noel-Zenú, Philips Colombiana, Frontino Goldmines…”. Ver: DELGADO, Álvaro, “En torno a la crisis
de UTC”, En: Estudios Marxistas, No. 9, Bogotá, Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1975, p. 43.
211
Alternativa No. 45, Bogotá, del 4 al 11 de agosto de 1975, “El futuro de la UNO. Fecode: centro del debate”,
p. 21.
153
La explicación a la ofensiva protagonizada por el Moir contra la central que orientaban los
comunistas tenía como telón de fondo una propuesta que éstos consideraban inaceptable,
según lo reseñaba Alternativa: “En relación con el problema sindical el PC dice que no acepta
lo que califica de ‘chantaje implícito’ del Moir, consistente en “revisar la actual composición
de la directiva de la Cstc para no desafiliar a Fecode’”.213 La respuesta del Partido Comunista
estaba contenida en una información de doble página en la que la revista reseñaba una extensa
carta del Moir publicada en su periódico Tribuna Roja y que abarcó la no despreciable
cantidad de 32 páginas de esta publicación de tamaño tabloide y en la que predominaban los
textos, casi desprovistos de gráficos. Tal fue la magnitud del documento, en el que el Moir
hacia toda clase de señalamientos contra el PCC, que éste, en su respuesta aparecida en el
periódico Voz Proletaria, lo denominó “el Parto de los montes”.
212
Alternativa No. 52, Bogotá, del 22 al 29 de septiembre de 1975, “Sittelecom se desafilia de la Cstc” y “Aceb
también se desafilia”, p. 15.
213
Ibíd., “La UNO, al rojo vivo. Moir y PC deslindan posiciones”, pp. 10-11.
154
En estos congresos no existen las rencillas ficticias entre mezquinos intereses que son
los “debates políticos” de la burguesía, ni tampoco la ficticia unidad que sigue a esos
debates, hecha de componendas sórdidas. Existen las discusiones y los
enfrentamientos, los choques de corrientes y de partidos, el intenso debate por lograr
la unidad crítica de la clase trabajadora –y no faltan, tampoco, los vicios burocráticos.
Pero su dialéctica no es la dialéctica de los chanchullos y las acusaciones personales.
Porque las disputas internas que allí se ventilan no son las del hervidero de reptiles
del país político, de un país que se muere sofocado por la fetidez de su propia
214
Ibíd., pp. 11-12.
155
descomposición, sino las del país nuevo que acabará por reemplazarlos. Y que no está
dispuesto a heredar la podredumbre.215
El editorial se ubicaba en un punto de análisis que procuraba asumir una posición “de clase”,
partía de una diferenciación cualitativa de la manera como afrontaban la discusión integrantes
de la clase trabajadora (maestros de las capas medias y obreros de la industria petrolera), de
un lado, y voceros de la clase dirigente (representantes de empresarios y latifundistas), del
otro, una caracterización que a la luz de hoy aparece bastante idealista, pues la práctica
mostraría otra realidad: discusiones no tan santas en los dos congresos laborales que, incluso,
conducirían a la revista a formular reparos en el editorial de una de las ediciones siguiente
sobre la verdadera forma de la confrontación surtida en esos encuentros, en los que salieron
a flote actitudes sectarias y oportunistas, en medio de la pugna por imponer lo que Alternativa
le criticaba a la oligarquía: intereses particulares. Y, finalmente, se impondría la división, que
sólo beneficiaba a los enemigos de clase de los trabajadores. La Carta al Lector (sección
permanente de la revista en la que se fijaba la posición editorial) se titulaba en la edición No.
57 “Unidad y sectarismo”. Y, efectivamente, trazaba un panorama distinto al optimista del
de la edición No. 55, que analizábamos más arriba. Podría decirse que la realidad había hecho
aterrizar al editorialista. Comenzaba con desaliento: “Las intensas polémicas que en torno a
afiliaciones y desafiliaciones se libran actualmente en los sindicatos de obreros y empleados
producen desconcierto en las bases”, decía.216 Si bien los debates en estos congresos no
habían sido hervideros “de reptiles del país político”, como decía el anterior editorial en
referencia a la categoría de las discusiones entre los voceros de la clase dominante, tampoco
se podía afirmar que se parecieran mucho al “intenso debate por lograr la unidad crítica de la
clase trabajadora”, pues de por medio habían reinado intereses, sino personales, sí de grupos
y sectas ávidos de poderes hegemónicos, protagonizados por una izquierda en la que los odios
campeaban y las prevenciones, especialmente contra el Partido Comunista, obnubilaban las
mentes y dificultaban los acuerdos. Sin embargo, Alternativa, que había estado circulando
por la línea del centro, finalmente tomó partido en esta discusión al atribuir casi que toda la
responsabilidad de la división a los comunistas, sin tener en cuenta que el reconocimiento de
215
Alternativa No. 55, Bogotá, del 13 al 20 de octubre de 1975, Carta al lector. “Dos clases, dos estilos: dos
países”, p. 1.
216
Alternativa No. 57, Bogotá, del 27 de octubre al 3 de noviembre de 1975, Carta al Lector. Unidad y
sectarismo, p. 1.
156
la personería jurídica a la central en cuya directiva ellos tenían una fuerte influencia,
constituía per sé una victoria política que no se podía echar por la borda, a pesar de que se
hubiera acordado meses atrás convocar un congreso para crear una nueva central, en
momentos en que la Cstc seguía siendo ilegal a la luz del sistema laboral burgués. Las
cegueras de la época en la mayoría de las agrupaciones de izquierda que confrontaban al PCC
asumieron esta decisión como un incumplimiento rotundo a lo acordado y como una actitud
divisionista. El maniqueísmo en las argumentaciones salía a flote. Y Alternativa no pudo
escapar a él: “No es extraño, en tales condiciones, que grupos como el Moir, el Bloque
Socialista, los sectores ML y otros independientes buscaran escapar a esa situación buscando
mejorar su relación de fuerzas frente al PC”, afirmaba el editorial, en tono de justificación,
según el cual era válido dividir para ganar posiciones y variar una correlación de fuerzas. Los
razonamientos principistas, “clasistas” quedan por puertas ante las urgencias grupales. Pero
la crisis era tal, que la revista, en su afán mediador, agregaba aduciendo que el problema
había sido el método: “Pero la táctica empleada –promover las desafiliaciones de la Cstc--,
aunque explicable desde la perspectiva anterior, entrañaba sin embargo el riesgo de
recrudecer el espíritu sectario que la creación de la central unitaria buscaba superar”. Según
la nota,
Los hechos que condujeron al alarmado editorial de Alternativa tuvieron lugar en el Congreso
de Fecode, que había sido asumido por varios de los grupos interesados en la desafiliación
de la Cstc (Moir, Bloque Socialistas, sectores ML y camilistas) como un campo de batalla,
propio del ánimo revanchista enraizado en la izquierda colombiana, que convierte en
enemigo fundamental a quien solamente sería, desde otra visión, “un hermano de clase con
posiciones diferentes”. El encuentro de los maestros tuvo una duración inusitada: una
217
Ibíd.
157
218
Alternativa No. 56, Bogotá, del 20 al 27 de octubre de 1975, “El Congreso de Fecode. Por un puñado de
votos”, p. 32.
219
Ibíd.
158
“A desafiliar”. Este recurso, que viene utilizando el Moir como presión implícita para
resolver a su favor la crisis de la UNO en vísperas de elecciones, se convierte también
en la consigna de los sectores “anti-reformistas”. Que apelaron, sin recato, a todos los
medios para producir el resultado final: 90 votos a favor de la desafiliación y 54 votos
en contra. La aceptación de diez delegaciones irregulares definió la correlación de
fuerzas. Si el ML, el Bloque Socialista, el Moir y los comandos camilistas justificaron
su aceptación de la delegación de derecha que venía por Adida (Antioquia) con base
en su “legalidad”, no aplicaron este criterio para reconocer las delegaciones de
Guajira, Córdoba, Caldas y Caquetá.220
Las cualidades que Alternativa les atribuía a los debates entre los diferentes voceros de la
izquierda (“En estos congresos no existen las rencillas ficticias entre mezquinos intereses que
son los ‘debates políticos’ de la burguesía”), se desplomaban más a medida que se avanzaba
en la lectura del texto de la enviada especial a Cúcuta, quien cuestionaba: “El criterio de la
‘legalidad’ fue tan elástico como el interés de desafiliar a Fecode, común a la derecha de
Antioquia y a los sectores que exhibieron el mayor radicalismo verbal”. Lo anterior podría
explicar el titular del artículo, desplegado por Alternativa a doble página:
220
Alternativa No. 57, Bogotá, del 27 de octubre al 3 de noviembre de 1975, “Del Congreso de Maestros.
¿Hacia dónde va Fecode?”, p. 28.
221
Ibíd., p. 28
159
1.) “El Partido Comunista, que controla la central de izquierda más numerosa, argumenta
implícitamente que la central unitaria solo puede construirse a partir de la Cstc”.
2.) “El ML y el Bloque Socialista buscan fortalecer antes al sindicalismo independiente para
recuperar el terreno que permita construir la central unitaria en pie de igualdad con la Cstc,
y bajo la garantía de practicar la más estricta democracia sindical”.
3.) “La Unión Revolucionaria Socialista (URS) y la Unión de Marxistas Leninistas
comparten este criterio, pero reconocen en la Cstc la más importante agremiación
independiente del proletariado colombiano”, al tiempo que proponen “emular con el PC, en
su propia central, por la dirección política de la Cstc”.
4.) El Moir “parece estar más determinado por negociar su alianza con el PC en la UNO, que
por una política coherente de unidad sindical”.
Sólo una década después, hacía 1985-86, se reconstruirían los puentes que permitirían la
fundación, el 14 de febrero de 1986, de la Central Unitaria de Trabajadores, en la que
confluirían fuerzas de la Cstc, de los bloques de sindicatos independientes surgidos en la
222
Ibíd., p. 29
223
Alternativa No. 56, Bogotá, del 20 al 27 de octubre de 1975, “Se reorganiza Sintrava”, p. 19.
224
Ibíd., “XI Congreso de Fedepetrol: reestructuración por la base”, pp. 6-8.
160
Fecode de invitar a la confederación, de la que hacía poco se habían retirado, para que
participaran en un encuentro en el que se discutiría el proyecto de una central unitaria.225
En 1977, las condiciones de existencia de las clases populares se habían visto seriamente
menguadas por la política oficial y, de acuerdo con datos confiables, 1976 figuraba como el
de costo de vida más caro de los últimos 14 años, pero 1977 se vislumbra peor. La lucha por
mejores salarios, freno al incremento de precios de artículos básicos de la canasta familiar y
generación de empleo eran reivindicaciones apenas elementales en relación con las políticas
de un Gobierno que había defraudado a sus electores. El investigador social Álvaro Delgado,
en un extenso análisis publicado en Estudios Marxistas, revista teórica del Partido Comunista
de Colombia, trazaba el siguiente panorama económico de la época que ilustraba acerca de
las razones objetivas de la protesta:
El índice nacional de precios para obreros subió un 25,9% en 1976 y llegó al 29,7%
en 1977, de acuerdo a los amañados controles oficiales. Otras estimaciones, sin
embargo, afirman que solo entre enero y junio del 77 la proporción de alzas del año
anterior fue desbordada, alcanzando un acumulado de 28,9%; entre julio de 1976 y
julio de 1977, el índice trepó en un 39,7%, y su renglón de alimentos, en más del 50%.
El valor de la canasta familiar para obreros subió de $3.808 en agosto de 1975 a
$4.637 en agosto de 1976 y a $6.426 en el mismo mes del 77; en el último año
estadístico se elevó, pues, en un 38,6%226
Desde el punto de vista de su impacto político y de sus repercusiones sociales, el Paro Cívico
de 1977 fue un éxito porque en las principales ciudades del país fue acatado por amplios
conglomerados poblacionales y sectores organizados de la clase obrera. La movilización
social, que en ciudades como Bogotá, Cali, Barrancabermeja, Barranquilla y Medellín tuvo
efectos de varios días, fue una demostración palpable de capacidad de convocatoria de la
Cstc, la confederación que había sido descalificada en el X Congreso de Fecode y en otros
escenarios del álgido debate sindical de 1975, y señalada de ser un “apéndice del
revisionismo y del reformismo”. Álvaro Delgado caracterizaba así la demostración popular:
225
Alternativa No. 83, Bogotá, del 24 al 31 de mayo de 1976, “Encuentro del Sindicalismo Independiente.
Divergencias sobre la participación de la Cstc”, p. 15..
226
DELGADO, Álvaro, “El paro cívico nacional”. En: Estudios Marxistas, No. 15, Bogotá, Revista Colombiana
de Ciencias Sociales, 1978, p. 60.
162
En todo caso, Alternativa realizó una cobertura de gran importancia sobre los resultados de
la protesta, y le dedicó once de sus 32 páginas, el 30% de su edición No. 132, que traía en
portada una gran fotografía en la que se mostraba el enfrentamiento con la policía
antidisturbios de pobladores de barrios del sur bogotano, debajo de un gran titular en rojo
que decía: “Un paro de verdad”, todo en un fondo negro, que hacía más impactante la
carátula. Ésta, en sí misma, constituía una posición editorial de reivindicación de la justeza
227
Ibíd., 58.
228
COMITÉ Ejecutivo Central Comunista, “El paro cívico, una batalla popular”. En: Documentos Políticos No.
127, Bogotá, Revista del Partido Comunista de Colombia, septiembre-octubre de 1977, pp. 21-22.
163
229
Alternativa No.22, del 9 al 22 de diciembre de 1974, “Una Navidad caliente”, pp. 14-15.
164
La respuesta del Gobierno de López Michelsen al paro del 14 de septiembre de 1977 fue la
de una represión generalizada (Ver imagen No. 22) que dejó una cifra calculada de 20
muertos, centenares de personas heridas y miles de detenidos. Fue tal la cantidad de personas
privadas de la libertad por su participación en la protesta, que los gobiernos de las diferentes
capitales departamentales y del Distrito Especial de Bogotá habilitaron escenarios públicos
para su concentración. Recogiendo “la experiencia” chilena de los días del golpe militar del
general Augusto Pinochet contra el gobierno constitucional de Salvador Allende, cuando el
Estadio Nacional de Santiago de Chile fue dispuesto como centro de detención y de torturas
de miles de simpatizantes de la Unidad Popular, en Bogotá y Cali, las plazas de toros de
Santamaría y Cañaveralejo, respectivamente, también fueron dispuestas como grandes
cárceles. A lo largo de todo el día, ellas recibieron a centenares de jóvenes estudiantes,
trabajadores y mujeres que participan en el paro, y muchos de ellos fueron sometidos luego
a procesos judiciales a cargo de jueces policiales y militares. El editorial de la edición No.
132 de Alternativa sobre la protesta se titulaba “El paro enseña”, y sostenía, precisamente,
que “… más de 20 muertos confirmados en la madrugada del jueves (15 de septiembre) eran
el provisional trofeo de caza del señor Presidente”. 230
Según la nota, que aludía a la
intervención de López por televisión en la noche del paro en la que dio a conocer su propia
versión amañada de lo ocurrido, “… el Presidente tuvo razón en una cosa: este no fue un paro
laboral sino algo de mayor envergadura: un paro popular”. Alternativa explicaba su
valoración de paro:
Los obreros que asistieron a sus fábricas, cautos ante la amenaza de perder su trabajo,
que en las actuales condiciones del país equivale al hambre para toda la familia,
dejaron encargados a todas sus familias de regar de tachuelas las calles y enfrentarse
a la fuerza Púbica, que salió a reprimirlas. Esa fue la enseñanza que el Presidente, a
regañadientes, tuvo que sacar del paro, visible en las medidas de militarización
tomadas para enfrentarlo: una respuesta de orden público para un movimiento que fue
espontáneamente seguido por el público.231
El tono del editorial se desarrolló en los diferentes artículos de las diez páginas restantes
dedicadas al paro, en las que había escasas alusiones a los organizadores, la Cstc, el PCC y
movimientos afines a éstos en los ámbitos juvenil, estudiantil y de mujeres. El editorial
remataba con una valoración general y afirmaba que el paro había sido “… una formidable
230
Alternativa No. 132, Bogotá, del 19 al 26 de septiembre de 1977, Carta al lector. “El paro enseña”, p. 1.
231
Ibíd.
165
experiencia en la lucha de las masas colombianas y de las bogotanas en primer lugar, que ha
dejado una valiosa escuela organizativa y que ha de convertirse en forzosa referencia de los
próximos combates populares”. En el artículo titulado “¡Bogotá, paro es paro!”, la revista
hacía un seguimiento de la forma como se cumplió la protesta desde las cero horas del
miércoles 14 de septiembre hasta las 8:00 de la noche, en uno de cuyos apartes refería:
9:00 a.m. La principal entrada a Bogotá, la Autopista del Sur, entre Soacha y Bosa,
barrios Venecia y Delicias, está totalmente militarizada con unidades de lanceros que
ya no logran controlar al pueblo que se desboca y bloquea la vía con piedras, vidrios,
tira piedra y riega tachuelas y aceite. Se percibe detrás un paciente trabajo de
preparación y organización. Pero los grados de conciencia que se manifiestan son
muy desiguales; espontaneismo puro, anarquismo inclusive, hasta brigadas
organizadas, especialmente del Partido Comunista, principal impulsor del paro.232
En el mismo informe, Alternativa insistía: “El paro ha sido promovido y organizado por la
clase obrera, pero en la acción concreta se ve falta de dirección, anarquismo, la orfandad
política de las masas, aun cuando no se debe negar la presencia de casi todos los militantes
de la izquierda”.233 En su ánimo de terciar en las diferencias dentro de la izquierda, la revista
era benévola. Otra opinión tenían los organizadores, que se sintieron abandonados por gran
parte de los grupos de la izquierda sectaria, encerrada en sus propias creencias de capilla. En
su análisis del paro, Álvaro Delgado trazaba la siguiente radiografía de la participación de
las diversas tendencias de la izquierda, mencionando primero la posición de la Liga Marxista-
Leninista y de los Comandos Camilistas, que en el paroxismo de lo absurdo afirmaban: “Los
revisionistas del partido de Vieira, representantes por excelencia en nuestro país del voraz
socialimperialismo ruso, trabajan febrilmente en cumplimiento de los planes neocolonialistas
y socialfascistas de sus amos, los nuevos zares, de dominar nuestra patria”. Delgado aludió
también al cubrimiento de Alternativa, y la calificó con dureza respecto de sus preferencias:
“La revista liberal Alternativa, de clara orientación anticomunista y evidente simpatía por el
trotskismo y el maoísmo, se vio forzada a confesar que los sectores ML ‘se han opuesto
activamente al movimiento en todos los medios sindicales donde tienen alguna
influencia…’”234 Y continuaba Delgado:
232
Ibíd., “Bogotá. ¡Paro es paro!”, p. 3
233
Ibíd., p. 4.
234
Art. cit., p. 96.
166
“La actitud del Moir y de los trotskistas más anticomunistas fue diferente: estuvo
enmarcada por el oportunismo… Mientras las diversas tendencias ML se
pronunciaron destapadamente contra el paro cívico, el Moir fue el grupo que más se
esforzó por hacer abortar la protesta unitaria mediante la agitación de una protesta
nacional paralela –que nunca organizo efectivamente, desde luego--. Así hay que
entender su táctica en las huelgas de Ecopetrol y en el magisterio oficial, planeadas
por las agrupaciones ultraizquierdistas para entorpecer el paro nacional unitario.235
En realidad, el Paro Cívico Nacional fue una acción largamente preparada que había contado
con el respaldo de muchos sectores, entre ellos de la intelectualidad progresista de la época
que, encabezada por Gabriel García Márquez, consejero editorial de Alternativa y uno de sus
ejes fundamentales en las épocas de crisis --como la que acababa de atravesar desde finales
de 1976 hasta su reaparición el 1 de mayo del 77--, se pronunciaron abiertamente en favor de
la protesta. Lo hicieron mediante un documento que, obviamente, puso iracundo al presidente
235
Art. cit., p. 91.
236
Citado por DELGADO, Álvaro, “El paro cívico nacional”. En: Estudios Marxistas, No. 15, Bogotá, Revista
Colombiana de Ciencias Sociales, 1978, p. 97.
167
López, acostumbrado a rodearse de gente del arte y la cultura y quien había estado cerca de
núcleos intelectuales reunidos en torno de revistas como Mito y La Nueva Prensa, para no
hablar de quienes lo acompañaron en su periódico La Calle y en su revista Sett (Ver más en
el Capítulo II). Delgado recordaba en su artículo la larga lista de artistas adherentes al paro,
en la que figuraban, además de García Márquez, Luis Vidales, Ciro Durán, Felisa Bursztyn,
Antonio Roda, Enrique Grau, entre otros.237
En medio de la censura a la prensa que de manera soterrada impuso el Gobierno, las agencias
internacionales llamaban a Alternativa para informarse de lo que estaba sucediendo. “Es
obvio que la información oficial y la de la radio quieren tapar el sol con una mano. Nunca
antes se había escuchado tanta información internacional por la radio”, recordaba la revista.
A las 4:30 p.m., según el recuento de Alternativa, “El gobierno anunciaba el toque de queda,
ya totalmente desbordado por los acontecimientos. Era el más potente reconocimiento del
éxito absoluto del paro en la capital del país”. Y a las 8:00 p.m., “Después del toque de queda
y (de) la alocución de López, se presentan desafíos frontales a la tropa en cuatro sitios claves:
Quirigua, Minuto de Dios, 68 con 68 y Fontibón, donde tropas de la FAC (Fuerza Aérea
Colombiana) dan muerte a tres personas…”238 El colofón de esta información remarcaba de
nuevo sobre las lecciones de la protesta y recababa acerca de la necesidad de la unidad de la
izquierda y de “proponer los medios para no dejar inconcluso un movimiento tan
esplendido”. Según Alternativa:
237
Decía Delgado: “El 7 de septiembre (de 1977) la influyente Corporación Colombiana de Teatro y un grupo
de intelectuales y artistas se sumaban solidariamente al movimiento, en declaración suscrita, entre otros, por
Gabriel García Márquez, Luis Vidales, Antonio Roda, Enrique Grau, Marco Ospina, Jacinto Jaramillo, Enrique
Buenaventura, Jorge Alí Triana, Carlos Mayolo, Pedro Alcántara, Augusto Rendón, Pepe Sánchez, Jairo
Mercado, Isaías Peña, Felisa Bursztyn, Jorge López, Jorge Silva, Marta Rodríguez, Ciro Durán, Mario Mitrioti,
Enrique Forero, Luis Crump, Fernando Vélez, Hernando González, Juan José Bejarano, Umberto Valverde,
Rafael Buitrago, Jaime Echeverri, Nelson Osorio Marín, Piedad Ávila, Fernando Oramas, Beatriz de Vieco, Julio
Roberto Bermúdez, Eduardo Márceles D´Conte, Rosa Elena Lamprea, Carlos Sánchez, Camilo Hernández,
Consuelo Mejía, Henry Luque Muñoz, Germán Rey, María Cristina Laverde…”. Ver: art. cit., p. 73.
238
Alternativa No. 132, Bogotá, del 19 al 26 de septiembre de 1977, “Bogotá, ¡Paro es paro!”, p. 5.
239
Art. Cit., p. 5.
168
En otro informe titulado “¿Cuántos murieron?”, la revista afirmaba que “Si sumáramos no
más las distintas llamadas telefónicas y los relatos de testigos oculares sobre gente abaleada
por la Fuerza Pública recibidos por esta revista ese día, los muertos subirían de 50.
Oficialmente se reconoció que en Bogotá resultaron muertas quince personas, casi todas en
enfrentamientos. Sin embargo, ya desde las doce del día un oficial de la Estación Cien de
Policía había informado que el número de muertos ‘se acercaba a veinte’”. 240 Sin embargo,
Rocío Londoño, en su ensayo sobre la crisis y recomposición del sindicalismo colombiano,
calcula en 30 el número de los muertos por la represión contra el paro en todo el país, y cree
que los logros del movimiento no fueron tan sustantivos como los evalúan otros estudiosos
del tema. Londoño afirmaba:
La abierta condena por parte de los partidos tradicionales, los gremios y la Iglesia; el manejo
intransigente que el Presidente dio a las peticiones sindicales; la muerte de treinta personas
y las detenciones y sanciones producidas fueron factores que estimularon una posición más
autónoma y crítica de las confederaciones UTC y CTC y un cuestionamiento de la asociación
simplista que la izquierda hacía entre estas centrales y los partidos tradicionales y el
gobierno.241
En otro texto de la edición No. 132, titulado “El pueblo sintió la medida de su fuerza”, sin
firma, como la gran mayoría de sus artículos, Alternativa tocaba el asunto económico de la
protesta, que se orientaba a la exigencia de incremento de salarios. “Lo cierto es que la
reducción salarial no les ha servido para nada y la inflación que ha vivido el país solo ha
beneficiado a empresarios y terratenientes… Pese a ello, los candidatos del sistema se han
apresurado a condenar el paro y a cerrar filas en torno al Gobierno”, decía la revista. 242 Y
señalaba más adelante: “Sus argumentaciones sobre el paro solamente intentan ocultar la
irreconciliable oposición entre ganancias y salarios, entre explotadores y explotados”.
“Antioquia. Barrios si, fábricas no”, era el título de otro artículo de Alternativa, en el que
insistía en su tesis de que el paro había sido ante todo popular y no tanto obrero, señalaba que
240
Alternativa No. 132, Bogotá, del 19 al 26 de septiembre de 1977, “¿Cuántos murieron?”, p. 5.
241
LONDOÑO BOTERO, Rocio, art. cit., p. 21.
242
Alternativa No. 132, Bogotá, del 19 al 26 de septiembre de 1977, “’Ilegal’, pero arrollador. El pueblo sintió
la medida de su fuerza”, p. 7.
169
en las barriadas del norte de Medellín la respuesta de las comunidades pobres había sido
grande y, además, informaba que se había reportado la muerte de cinco personas como
consecuencia de la represión contra la protesta. “En el resto del país”, texto destinado a
registrar lo que había ocurrido en ciudades distintas a la capital y a Medellín, empezaba sin
embargo afirmando que “los bogotanos, en quienes no se fincaban muchas esperanzas,
efectuaron una demostración de descontento y protesta que no se veía desde el Bogotazo del
9 de abril del 48”, que el cese de actividades había sido “intenso especialmente en
Barranquilla, Cali y Barrancabermeja” y que en menor grado se registró en Pasto,
Chiquinquirá, y Duitama. Particular despliegue mereció lo sucedido en Cali, donde “el
transporte cesó en un 70%, aunque funcionaron con algunos problemas el servicio bancario
y oficinas del centro de la ciudad. La (fábrica) Good Year, Croydon, Fumigadoras El Triunfo
e Industrias Atila no funcionaron durante todo el día”.243 En la capital del Valle se registró la
detención de más de 150 personas que fueron concentradas en la Plaza de Toros y sometidas
a retención durante varios días. Además, cinco obreros del Ingenio San Carlos que
participaron en la protesta fueron arbitrariamente detenidos por la Policía. En el texto
“Barranca: la guerra de la pulga”, Alternativa dedicaba espacio aparte a lo ocurrido en
Barrancabermeja, puerto petrolero conocido por su compromiso obrero y cívico. “Ante la
magnífica organización del paro y la combatividad de las gentes, el ejército respondió en
forma brutal: los que caían en sus manos eran golpeados en la vía pública, ante los ojos y el
repudio de la población”, reportó el enviado especial de la revista a la ciudad del Magdalena
Medio, quien decía haber sido testigo de vejámenes de militares contra una integrante de la
Unión Sindical Obrera, USO, e informó que habían sido allanadas más de 20 casas y
detenidas más de 200 personas.244
Mientras todo esto ocurría, la campaña electoral seguía su marcha, y al parecer este era el
espacio que más interesaba a varias de las fuerzas que poco le habían aportado a la
preparación y realización del Paro Cívico Nacional. Ello se reflejaba de manera palpable en
la edición No. 132, pues una vez culminados los textos del cubrimiento de la movilización
del 14 de septiembre, la revista reseñaba la llegada de Consuelo de Montejo, directora de El
243
Ibíd., “En el resto del país”, p. 11
244
Ibíd., “Barranca, la guerra de la pulga, p. 11.
170
245
Alternativa No. 132, Bogotá, del 19 al 26 de septiembre de 1977, “María Eugenia y Consuelo: listas”, p. 12.
171
En la edición siguiente, la No. 134, del 26 de septiembre de 1977, Alternativa dedicaba casi
trece páginas a repasar los efectos del Paro Cívico Nacional. En esta edición el editorial
volvía a estar dedicado al análisis del movimiento social desarrollado el 14 de septiembre y
comenzaba fustigando al gran responsable de la protesta, López Michelsen, quien olvidando
todos sus discursos en favor de los sectores populares cuando encabezó una de las tercerías
enemigas del Frente Nacional, ahora, en el poder, se dedicaba a gobernar para su clase social,
la gran burguesía industrial y financiera, apoyado en la represión. “El presidente López debe
estar descubriendo a estas horas que de los tres millones de votos con que inició su mandato
ya no le queda un centavo, y que el año que le falta va a tener que capearlo girando cheques
chimbos sobre su saldo en rojo”, decía el editorial, en el lenguaje típico de la revista,
metafórico y desparpajado,246 luego de cuestionar el oportunismo de los conservadores
ospino-pastranistas, que al principio, por sus diferencias con el lopismo, por lo menos no
condenaron el paro, “convencidos de que tres meses de abyecto oportunismo compensan
treinta años de persecución al sindicalismo”. En suma, el editorial insistía en que el paro “No
fue una explosión ciega de cólera y de venganza, sino un movimiento largamente preparado,
una protesta consciente y deliberada del pueblo”.
En el tono sarcástico y a veces macondiano del lenguaje alternativo, la revista volvía sobre
la alocución presidencial del día del paro, y le recordaba a López Michelsen la forma
displicente con que había asumido los anuncios del movimiento popular, cuando utilizó la
vieja táctica de menospreciar los reclamos y las acciones populares y, luego, cuando éstas les
estallan en las manos a los gobernantes, minimizar sus resultados como ocurrió con López,
para quien el paro “no existió” (curiosa actitud que se repetiría en otras circunstancias de la
historia social colombiana). “López y el paro. Una tachuela por cada voto engañado” se
titulaba el artículo de seguimiento:
Para el autor del artículo, con el sarcasmo afilado, “en manos de esas tres personas,
asesoradas por el canciller Indalecio Liévano, quedó la misión patriótica y republicana de
evitar el tenebroso paro subversivo”. La alusión a Liévano no era gratuita, pues dentro de la
intelectualidad progresista se le veía como un historiador de avanzada, que había contribuido
a divulgar otra visión de la historia colombiana, de manera especial con su obra Los grandes
conflictos sociales y económicos de nuestra historia, ampliamente reproducida en revistas
liberales y mediante varias ediciones. El artículo decía:
247
Art. cit., “López y el paro. Una tachuela por cada voto engañado”, p. 2
248
Art. cit., p. 3.
249
Ibíd., “Las centrales obreras. Diálogo con condiciones”, p. 4.
173
paro, en la que se debatían las acciones a desarrollar luego del paro del 14 de septiembre. La
gráfica estaba acompañada de un pie de foto que terminaba con la consigna de los cuatro:
“… mantener la unidad”. Sin embargo, al parecer todo allí no eran sentimientos sinceros de
unidad. Stephen J. Randall, en una extensa biografía titulada Alfonso López Michelsen. Si
vida, su época, sostiene: “Años más tarde, Tulio Cuevas, a cargo de la UTC y también figura
destacada en la huelga de los Seguros Sociales, antes del paro cívico general, declaró para El
Espacio que quizás había sido un error convocar al paro de septiembre de 1977”. Randall
agregaba basándose en un memorando que le había preparado López Michelsen, con fecha
28 de noviembre de 2006, para su biografía que Cuevas había ido más allá en su tardío
arrepentimiento, reflejo de las pugnas entre las fracciones de derecha y extrema derecha en
el conservatismo, el ospino-pastranismo, de un lado, y el alvarismo (laureanismo), del otro:
Alternativa hizo también en su No. 133 lo que en muchos otros: abrir sus páginas para el
debate de la izquierda. En esta oportunidad, como era de esperarse, para que diversos sectores
se pronunciaran sobre los resultados y lecciones del Paro Cívico (“La izquierda opina. Gran
salto en el proceso de unidad”). En el debate participaron Álvaro Vásquez, por el Partido
Comunista; Carlos Toledo Plata, por la Anapo Socialista; Carlos Jiménez, por la Unión
Revolucionaria Socialista; Socorro Ramírez, por el Bloque Socialista (luego PST), y Carlos
Bula, por el Moir. Estaban allí las principales fuerzas de la izquierda en el momento, aunque
no había representantes de los sectores ML y camilistas, tal vez los más recalcitrantes
opositores a priori al paro. Todos coincidieron en la importancia del movimiento, así su
participación hubiera sido muy desigual o de última hora, como hemos visto a lo largo de
este capítulo. Vásquez puso de relieve el proceso de preparación del paro desde el 15 de
mayo, fecha en que la Cstc lanzó la propuesta, y respondiendo a un interrogante de la revista
señalaba que “no se puede afirmar que no hubo dirección o no había organización. Lo que
sucede es que, como lo han demostrado muchos acontecimientos históricos, es imposible
250
RANDALL, Stephen J., Alfonso López Michelsen. Si vida, su época, Bogotá, Villegas Editores, 2007, p. 483.
174
tener una dirección y control absoluto sobre un movimiento amplio de masas”. 251 Toledo
Plata, representante a la Cámara, sostuvo que en su departamento, Santander, falló la unidad
de la izquierda, pero indicó que “en todo caso las masas ganaron confianza en sus propias
fuerzas”, en tanto que Jiménez señaló que “… el paro cívico mostró sus virtudes, como forma
de organización de masas, mucho más eficaz que la organización sindical, ya que se puede
luchar con más efectividad contra el régimen”. Bula, de acuerdo con el texto de Alternativa,
“… se abstuvo de explicar por qué, si en la semana que precedió al 14 de septiembre tapizó
la ciudad de afiches conmemorativos de la muerte de Mao Tse Tung, no puso o no quiso
colocar en cambio carteles ni murales llamando al Paro Cívico”. Finalmente, Ramírez
propuso “un encuentro nacional de las cuatro centrales y del sindicalismo independiente para
darle continuidad al movimiento y que se estudien las condiciones para un nuevo paro
cívico”.252 Nuevas convocatorias a paros cívicos si hubo, pero no unidad de las centrales
obreras y del sindicalismo independiente.
Elda Morales Rodríguez, Édgar Eduardo Moreno, Celina de García, Jorge Ernesto
Arévalo, Tarsicio Reyes, José Luis Pulido, Pablo Monroy, Ismael León, Hernando
251
Ibíd., “La izquierda opina. ‘Gran salto en el proceso de unidad’, pp. 4-5.
252
Ibíd., p. 5.
175
Pegote Castañeda, Josefina Rico, Pablo Álvarez, Gloria Ayala, Wilson Arizmendi,
Armando Jiménez, Luis Alfredo López, Luis Alfonso Blanco, Jorge Ramírez, Elías
Montoya, José Fernández, Hugo López, Francisco Pedraza y dos hombres aún no
identificados.253
Por otra parte, la cifra de heridos era incalculable, pero la de detenidos si se pudo cuantificar,
pues hubo por lo menos 3.800 en Bogotá, según registros que quedaron de los lugares en
donde fueron concentrados: además de la Plaza de Toros de Santamaría, como es sabido,
también fueron empleados como centros de concentración de presos el Velódromo Distrital,
el Coliseo El Campín y varias comisarías. Una semana después del Paro, la Cstc denunciaba
que 74 personas seguían retenidas, varias de las cuales fueron condenadas a penas de entre
60 y 80 días de arresto.254 En cuanto a despidos, se calculaba que la cifra superaba los 700
en todo el país. En su edición No. 238, Alternativa incluyó también varios testimonios dados
por familiares de las personas asesinadas, e incluso dio a conocer nombres de agentes del F-
2 (el servicio secreto de la Policía de la época) sindicados por testigos de haber disparado
contra manifestantes que murieron en los choques ocurridos entre pobladores y agentes
antidisturbios en barrios populares de Bogotá. Uno de esos casos fue el de Josefina Rico, a
manos de un teniente de la Policía. El padre de la joven, Ecce Homo Rico, relató a un
reportero de la revista lo ocurrido:
253
Ibíd., “Balance de la represión. Nadie responde por los muertos”, p. 6.
254
Ibíd.
176
La serie de artículos sobre el paro finalizó con un interesante análisis que conjugaba
elementos conceptuales con hipótesis acerca del significado de esta protesta social. El escrito
estaba firmado por Vemece F. Rojas, un nombre que no figuraba en la plantilla de redacción
de la revista y podría tratarse de un colaborador que habría ofrecido el texto como aporte a
las reflexiones numerosas que siguieron a la realización del Paro Cívico. De todas formas, el
texto, titulado “Las lecciones del 14 de septiembre. ¿Para qué sirvió el paro?”, tenía un gran
despliegue de tres páginas, se enmarcaba dentro del ánimo de la revista de hacer visibles
distintas posturas y su inclusión de manera tan destacada evidenciaba afinidad con el mismo.
El artículo defendía el carácter político, no meramente reivindicativo, del paro; lo definía
como “insurreccional” (lo cual resultaba una exageración y un desenfoque, pues la huelga, a
pesar de su éxito, no tenía ese tono, ni por sus objetivos ni por las fuerzas que lo soportaban,
y así lo dejaron en claro sus organizadores); sostenía que el Gobierno buscaba absorber
mediante maniobras (del Consejo Nacional Salarial) la protesta para “institucionalizarla”;
defendía la necesidad de que las fuerzas protagónicas del paro no se dejaran “integrar” (ser
sometidas por la institución), y consideraba como positivo no haber alcanzado reivindicación
alguna, tópico también muy discutible, porque si bien el paro fue en la práctica una medición
política de fuerzas de sectores populares con el Estado, no estaba desprovisto del objetivo de
hacer efectivos logros en materia de salario, costo de vida y empleo que favorecieran al
grueso de la población. Alcanzar los propósitos relacionados con esas reivindicaciones era
muy importante para el movimiento (ver punto 7). Finalmente, desconocía rotundamente el
papel jugado por la principal fuerza proponente e impulsora del paro, la Cstc, y lo
circunscribía todo al “papel superior de las masas” y a que “el verdadero sujeto de la
insurrección (sic) era la clase obrera”, posición equivocada y que estaba en la tónica de los
argumentos de última hora expuestos por analistas vinculados a sectores de izquierda que, de
manera prejuiciada, partían del desconocimiento del rol jugado por la confederación dirigida
por los comunistas en el éxito del movimiento. Por lo polémico de los planteamientos
vertidos en este análisis, trazamos una sinopsis de ellos:
1.- “El paro fue político, estaba dirigido esencialmente a enfrentar el aparato estatal para
presentar una simple demostración de fuerza, de organización, que alentara las luchas
posteriores y determinara un cambio posterior de la conducta gubernamental”.
177
2.- “La separación conceptual con la cual se pretende analizar el movimiento es una auténtica
trampa. Lleva implícita la consideración de que lo reivindicativo no es político y de que lo
político trasciende el campo normal y aceptable de lo reivindicativo”.
3.- “El paro del 14 es típicamente un caso de lucha reivindicativa que simultáneamente es
lucha política, pero que no se adelanta a través de los canales institucionales del Estado. Y
esto es precisamente lo que preocupa a las clases dominantes y a su Estado”.
4.- “… a pesar de que el Gobierno y los órganos de expresión de la burguesía han calificado
el paro como un fracaso, se han visto sacudidos violentamente por el movimiento y, así
quieran ocultarlo, saben de su honda trascendencia”.
5.- “Lo alcanzado en Bogotá por la huelga, eminente y radicalmente política… debe
servirnos… de lección para entender cómo, en un momento dado, se nos puede tomar por
sorpresa y darle un viraje de 360º a la enorgullecedora institucionalidad colombiana”.
6.- “Si alguna lección ha de sacarse del paro del 14 de septiembre ninguna más importante,
entonces, que la demostración práctica de cómo puede conducirse la lucha reivindicativa por
fuera de los mecanismos de integración y control del Estado capitalista”.
7.- “Hay que estar alertas para evitar que la ideología del sistema haga aparecer las reuniones
del Consejo de Salarios y del Trabajo como una ‘conquista’ de paro, y que la ya inmediata
elevación del salario mínimo y la presentación próxima de proyectos modificatorios de la
legislación laboral, se presenten como los logros del movimiento revolucionario”.
8.- El paso subsiguiente no pude ser, por lo tanto, atender a los convites integradores del
Gobierno”, pues “López combina adecuadamente la integración y la represión”.
9.- “Las características de la insurrección mostraron que era posible hacer entrar en crisis los
elementos integrados y represivos del sistema”.
10.- “El Gobierno intentó la integración, pero la fuerza del movimiento impidió el arreglo
del conflicto por la vía claudicante de la negociación”.
11.- “La censura a los medios de comunicación era tan burda y descarada que hasta los menos
conscientes se rieron de los comunicados oficiales”.
12.- “Fuerzas policivas y militares fueron incapaces de restablecer el orden donde quiera que
la acción popular saboteó el transporte, saqueó los almacenes y fábricas y atacó abiertamente
a los agentes de la ‘autoridad legítima’”.
178
13.- “El paro demostró, una vez más, que las organizaciones no sustituyen a las masas en su
lucha, y que son éstas las que espontáneamente condujeron y dirigieron su propia acción”.
14.- “No hubo, pues, alza de salarios ni de prestaciones, pero se alcanzó algo mucho más
importante. Se conoció y vivió la virtualidad de la lucha reivindicativa para hacer germinar
en ella la cimiente de la lucha revolucionaria.
15.- “Se hizo retroceder la capacidad integradora y represiva del régimen, y se hizo
conciencia sobre la propia capacidad organizativa y de lucha de la clase obrera y de las clases
explotadas”, pues “El verdadero sujeto de la insurrección (fue) la clase obrera”.255
“Es preciso asociar en torno de cinco o seis principios programáticos a los sectores
populares, a los grupos que sienten la importancia de esta hora y que, por razones
distintas, se han lanzado cada uno por su lado, dejando en tranquila prosperidad a los
enemigos que están en el Gobierno, en la oligarquía y en los dominios
supranacionales del capitalismo”.256
Los dos académicos, que poco tiempo después harían parte del movimiento Firmes, también
hacían en su carta una precisa caracterización de las causas objetivas del paro:
255
Alternativa No. 133, Bogotá, del 26 de septiembre al 3 de octubre de 1977, “Las lecciones del 14 de
septiembre. ¿Para qué sirvió el paro?”, pp. 8-10.
256
Ibíd., “Carta a las centrales obreras: ‘Del entendimiento cívico al político’”, p. 12.
179
257
Ibíd., “El alza de salarios puede ser anti-inflacionaria”, p. 14.
180
sería verdaderamente asombroso. Por ejemplo, en un artículo escrito en 2002 para la revista
colombiana El Malpensante, su visión sobre esa burguesía “voraz e insaciable” que tanto
criticaba dio un giro de 180º y su opinión se identificaba ahora con la del magistrado Oliver
Wendell Holmes (1841-1935), miembro de la Corte Suprema de los Estados Unidos, quien
“creía que la burguesía era una clase más creativa y cosmopolita que la de los trabajadores,
pero entendió y quiso garantizar que éstos tuvieran todas las garantías legales para defenderse
de sus patrones”. Además, Kalmanovitz denostaba de las transformaciones sociales que en
el año 77 creía factibles. Decía en El Malpensante quien fuera después de trotskista, miembro
de la Junta Directiva del Banco de la República, la entidad gendarme de la macroeconomía
del establecimiento:
El debate se profundizó y Alternativa volvió a abrir sus páginas para polemizar sobre la
izquierda y las centrales obreras, a propósito de una movilización popular que se proponía
para el 18 de noviembre y a raíz de otras acciones, como la huelga llevada a cabo por la
Unión Sindical Obrera, USO. En esta oportunidad eran consultados Caros Jiménez, de la
Unión Revolucionaria Socialista (agrupación de tendencia neotrotskista), Camilo González,
del PST, un vocero no mencionado de la Liga Comunista Revolucionaria, LCR (también
trotskista), Teófilo Forero, del Partido Comunista, y Otto Ñáñez, del Moir. La presentación
de esta nueva consulta cuestionaba que la unidad de las centrales obreras para el Paro Cívico
no se reflejara en el respaldo a la huelga en la Ecopetrol.
Alternativa ha considerado que se debe estimular un debate para aclarar los factores
que puedan contribuir al fortalecimiento del movimiento sindical. Con ese fin ha
interrogado a dirigentes de los partidos de izquierda sobre las perspectivas de unidad
real de las centrales obreras y, concretamente, sobre si la que existe actualmente, fue
258
KALMANOVITZ, Salomón, “Mis padres y yo”, En: El Malpensante, No. 40, Bogotá, agosto 1 a septiembre 15
de 2002, p. 96.
181
La tónica de las intervenciones de los tres dirigentes socialistas y del vocero maoísta era más
o menos la misma: reconocimiento del éxito del Paro Cívico de septiembre, pero
recriminaciones a la Cstc por no hacer más e, incluso, según Molina, por haber perdido la
iniciativa luego del paro, o según el portavoz de la LCR, por haber preferido “buscar alianza
con sectores patronales” en el caso de la huelga petrolera. Forero, por su parte, respondía:
“La huelga de la USO fue heroica y titánica a pesar de la represión del militarismo, pero fue
un golpe para ellos y todo el movimiento. A pesar de lo que se ha dicho, nosotros les
prestamos solidaridad… les abrimos nuestros sindicatos”.260 La revista alentaba desde su
portada la manifestación de protesta convocada para el 18 de noviembre contra las políticas
de López Michelsen y por un incremento salarial del 50%, el levantamiento del Estado de
Sitio y la libertad de todos los presos políticos y sindicales, la derogatoria de las sanciones a
los sindicatos y el reintegro de los despedidos por haber participado en las jornadas del 14 de
septiembre. En página interior Alternativa destacaba la nueva convocatoria y la solidaridad
con los sectores obreros que continuaban en conflicto y con el pliego unificado de las
centrales obreras. La lucha por los objetivos del Paro del 14 seguía. También en su Carta al
Lector (editorial) de la edición No. 140, Alternativa procuraba asumir de nuevo una posición
de clase en dos sentidos: primero, con la caracterización del bloque de poder existente en la
crítica coyuntura del 77, y, luego, con el llamado a responder a las clases hegemónicas
minoritarias constitutivas del statu quo con la movilización de las mayorías de las clases
desposeídas. Decía el editorial sobre lo primero:
El Estado colombiano, tal como existe hoy, solo presta servicios a una minoría cada
día más estrecha. A una clase empresarial, terrateniente, financiera y especuladora,
cuyos bienes y ganancias defiende con todo su aparato legislativo, judicial y
represivo, aunque cada día logre menos proteger sus vidas. A una clase política entre
la cual reparte el botín administrativo y los dineros públicos.261
259
Alternativa No. 140, Bogotá, del 14 al 21 de noviembre de 1977, “La izquierda y las centrales obreras. Falta
mucho para la unidad”, pp. 14.
260
Ibíd., p. 15.
261
Alternativa No. 140, Bogotá, del 14 al 21 de noviembre de 1977, “Carta al Lector. El movimiento se muestra
andando”, p. 1.
182
Y sobre lo segundo,
Por eso no hay que esperar a que lleguen las elecciones para demostrar, con la
abstención o el voto por los partidos de oposición, que no son los cocientes y los
consensos lo que le importa a las mayorías populares. Eso hay que demostrarlo desde
ahora, y demostrarlo andando. Saliendo a la calle el 18 de noviembre en la
manifestación que organizan las cuatro centrales obreras por cosas que sí importan:
el alza del costo de vida, el desempleo, el estado de sitio, el terrorismo laboral, la
inseguridad, los salarios, la tierra, las libertades de organización y de protesta.262
Pero resulta interesante tener en cuenta del cúmulo de artículos analizados sobre el Paro
Cívico, sus efectos y reflexiones ulteriores publicados por Alternativa, una misiva aparecida
en la sección Cartas del Lector de la edición No. 133, en la que un ciudadano identificado
como Héctor Resman escribía:
Ahí, en ese párrafo de la carta del lector --que la revista rotuló sugestivamente “¿Un paro
‘robado?’”-- estaba uno de los interrogantes palpitantes surgidos del Paro Cívico de 1977,
que se constituía también en una lección permanente para el movimiento social y la izquierda
en Colombia. La pregunta seguiría latiendo por décadas, a pesar de los esfuerzos posteriores
realizados por multiplicidad de viejos y nuevos actores, como los expresados en el
Movimiento de los Inconformes (1975), el Encuentro de los Colombianos (1976), el Frente
Democrático (1980), la Unión Patriótica (1985), la Alianza Democrática (1990), el Frente
Amplio contra la Impunidad (1998), el Frente Social y Político (1999), el Polo Independiente
(2003), la Alianza Democrática (2003), el Polo Democrático (2005),264 entre otros proyectos
de frentes populares, coaliciones de izquierda o/y alianzas progresistas.
262
Ibíd.
263
Alternativa No. 133, Bogotá, del 26 de septiembre al 3 de octubre de 1977, “Cartas de los lectores. Un paro
robado. Reflexión interesante de un lector, p. 25.
264
Ver sobre los recientes procesos políticos en la izquierda a: SANDOVAL M., Luis Ignacio, Polo Democrático
Alternativo. ¿Hacia dónde? ¿Con quiénes?, Bogotá, Ediciones Ántropos Ltda., 2009, pp. 26, 39, 133-135.
183
A manera de conclusión:
Resulta evidente que a pesar de los espacios abiertos por la revista en sus páginas para
la búsqueda de la unidad crítica, la izquierda no superaba las grandes barreras
políticas, ideológicas y de diversos intereses grupales, que la sumían en lo que hemos
denominado la tentación divisionista, la cual no le permitía responder de manera eficaz
a los desafíos que le imponía un régimen político cada vez más represivo y excluyente.
Ejemplo claro de ello fue el intenso debate generado en torno del II Congreso de la Cstc,
que despertó los ímpetus hegemónicos de los diversos sectores de la izquierda, y condujo
a una absurda e increíble campaña promovida por el maoísmo en sus múltiples
vertientes, con la ayuda de otras corrientes, para lograr desafiliaciones masivas de la
central obrera, por el solo hecho de que ella era dirigida por militantes del Partido
Comunista. A pesar de la antropofagia en una izquierda sectaria y víctima de su
obnubilación política, en la época se cumplió el Paro Cívico Nacional, el 14 de
septiembre de 1977, con resultados que lo convirtieron en una de las protestas sociales
más importantes del Siglo XX. El paro generó de nuevo un gran debate, en el cual
Alternativa participó de manera prominente con el análisis de aquellos acontecimiento,
que la obligaron incluso a asumir la crítica frente a tendencias que eran más de sus
afectos.
184
IMAGEN No. 20
LA TENTACIÓN DIVISIONISTA EN LA IZQUIERDA
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 57, Bogotá, 27 de octubre de 1975, pp. 28-29.
185
265
ÁLVAREZ DEL REAL, María Eloísa (directora), Almanaque Mundial 1981, Panamá, Editorial América S.A.,
1980
187
demostrar una fuerza que le permitiera a cada una tener una carta de presentación ante sus
congéneres de la izquierda, más que frente al escenario político nacional. Pero al final, en la
contienda con Turbay Ayala y Belisario Betancur, en el choque con la maquinaria liberal-
conservadora, la derrota fue aplastante: reunidas las tres votaciones, sumaban solo el 2,5%
del total. La propuesta del plebiscito en la izquierda estuvo precedida de varios intentos a
los que Alternativa no fue ajena. Uno de ellos se denominó Movimiento de los Inconformes,
una idea propuesta por Luis Caros Pérez, quien desempeñara la rectoría de la Universidad
Nacional por designación de Alfonso López, un nombramiento que despertó muchas
suspicacias y que no fue entendido en toda su magnitud en sectores de la izquierda
recalcitrante. El lanzamiento de aquel movimiento tuvo lugar en noviembre de 1975 en
Bogotá. Una idea similar fue propuesta por la Unión Nacional de Oposición, que convocaba
el Encuentro de los Colombianos para el 7 de agosto de 1976. Entre quienes integraron la
comisión organizadora del Congreso Nacional de los Inconformes figuraban Magda
González, William Ospina, Saturnino Sepúlveda, Hernando Garavito y Eduardo Garay.266
Casi tres años y medio después de aquel intento, la inconformidad seguía, ante la tentación
divisionista inveterada en las huestes de la izquierda, en muchas ocasiones más preocupada
de sus disputas endógenas que en visualizar un panorama de amplitud política.
En su Carta al Lector de la edición No. 165, del 29 de junio de 1978, luego de una sugestiva
portada ilustrada con un montaje en el que medio rostro de Turbay había sido superpuesto
sobre el de Betancur y viceversa, Alternativa hablaba de las “Lecciones del futuro”, para lo
cual se retrotraía al pretérito y explicaba su posición sobre el presente:
266
Alternativa No. 83, Bogotá, del 24 al 31 de mayo de 1976, “El Movimiento de los Inconformes. “La partida
de nacimiento es lo de menos”, p. 7.
267
Reforma de la Administración Pública realizada durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, el tercer
mandato del Frente Nacional.
268
Alternativa No. 165, Bogotá, del 29 de mayo al 5 de junio de 1978, “Carta al Lector. Lecciones del futuro”,
p. 1.
188
Del tercero del establecimiento en la lid, el general Álvaro Valencia Tovar --quien comandó
los operativos en que cayó abatido por el Ejército en Santander el padre Camilo Torres
Restrepo--, la revista afirmaba que simplemente “medra al amparo de un clima propicio para
sus tesis de ‘renovación nacional’”, al tiempo que caracterizaba ese clima como “la
descomposición generalizada en que han sumido al país los sucesivos gobiernos del Frente
Nacional y que tuvieron en López Michelsen un presidente que batió todas las marcas”. Y
sobre el plebiscito mediante el cual el Comité de Unidad recaudó firmas clamando por la
unidad de los tres candidatos de la izquierda, la nota editorial partía de la consideración según
la cual “el panorama de la izquierda es uno de estancamiento electoral”, destacaba la
iniciativa “de las 500.000 firmas” y fijaba su posición que, a nuestro modo de ver, marcaría
el viraje político de la revista hacia un nuevo camino, el de, en la práctica, tomar partido por
una opción diferente a la de las múltiples expresiones en las que permanecía dividida de
manera casi irremediable la izquierda colombiana:
Por eso, nos acogemos a la posición adoptada ante estas elecciones por el Comité de
Unidad que coordinó el plebiscito, y al cual pertenece esta revista, en el sentido de
dejar en libertad a quienes firmaron por la unidad para que actúen en la forma que
estimen más efectiva con las fuerzas de oposición al sistema. Un respaldo a los tres
candidatos de la izquierda, semejante al que propusimos para las elecciones de
febrero, sencillamente no nos sale. Sobre todo después de que los tres han persistido
en una política de división y sectarismo, que no fue corregida pese al claro rechazo
que recibió en las urnas. Solo cabe esperar que esta vez sí sepamos sacar todos las
enseñanzas del nuevo y previsible descalabro.269
El liberal Julio César Turbay fue electo como nuevo presidente con 2.502.681 votos,
contra 2.356.620 del conservador Belisario Betancur. Como muchos lo habían
pronosticado, los resultados para la izquierda fueron catastróficos: sus tres candidatos
apenas llegaron a 2,5% de la votación: (Julio César) Pernía obtuvo 97.234 votos;
(Jaime) Piedrahita alcanzó 27.059 y Socorro Ramírez cerca de 6.000.270
269
Ibíd., p. 1.
270
VILLAMIZAR, Darío, Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario, Bogotá, Editorial Planeta, 2002, p. 344.
189
Pero Alternativa no estaba sola en esta campaña. El mismo Villamizar refiere la importancia
que Bateman, el líder del M-19, le otorgaba a esta iniciativa y la forma como se comprometió
en su impulso, para lo cual contaba con la participación de quienes él llamaba sus “amigos
intelectuales”. Afirma Villamizar:
271
VILLAMIZAR, Darío, Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario, Bogotá, Editorial Planeta, 2002, p. 343.
272
Alternativa No. 165, Bogotá, del 29 de mayo al 5 de junio de 1978, “Perspectivas electorales. La victoria del
Turbosaurio”, p. 2.
190
Para enfrentar ese poder del Frente Nacional prolongado, descrito en forma metafórica y
cruda, Alternativa asumía desde junio de 1978 un camino nuevo, con un acumulado de firmas
que debían tener repercusiones. Y las tuvo. Según Darío Villamizar, el viejo amigo de la
revista Jaime Bateman Cayón, dirigente del M-19, fue de los primeros en visualizar la
importancia política de ese acumulado y de la necesidad de que el esfuerzo de su recolección
no se perdiera: había que darle un significado y es cuando del slogan ¡Firme! surge el
movimiento Firmes (Ver imagen No. 26). Dos verbos con parecida composición fonética que
fungían como continuador uno del otro. Por eso, en tres páginas posteriores dentro de la
misma edición, Alternativa reproducía el texto completo del Comité Nacional por la Unidad
con el balance de la tarea impuesta en procura de la unidad de la izquierda. Del Comité hacía
parte la revista, representada por Enrique Santos Calderón, al lado de Gerardo Molina, Luis
Carlos Pérez, Humberto Molina, Alejandro Brand (destacado futbolista del Club Millonarios
y de la Selección Colombia de Fútbol) y Pepe Sánchez (actor de televisión), entre otros. El
informe de Alternativa señalaba: “Hay que traducir en una serie de iniciativas precisas lo que
el plebiscito expresó con claridad: una voluntad de unidad popular contra el sistema de los
273
Benidorm y Sitges hacen referencia a las dos ciudades españolas donde se reunieron Laureano Gómez, ex
presidente conservador, y Alberto Lleras Camargo, ex presidente liberal, para pactar la caída del gobierno del
general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957) y la instauración del Frente Nacional (1958-1974). Sobre este
acuerdo bipartidista dice Gutiérrez Sanín: “La noción central de lo que significaría el Frente Nacional estaba
bien establecida por los pactos de Benidorm y Sitges: después de la caída de la dictadura vendría un periodo
de repartición paritaria del poder legislativo y de la burocracia para impedir otro enfrentamiento fratricida, lo
que en el lunfardo de los arquetipos del Frente Nacional se llamaba la convalencia democrática”. GUTIÉRREZ
SANÍN, Francisco, ¿Lo que el viento se llevó? Los partidos políticos y la democracia en Colombia (1958-2002),
Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2007, p. 77.
274
Según el Diccionario de la Real Academia Española, Basilisco: “Animal fabuloso al cual se atribuía la
propiedad de matar con la vista”
275
Alternativa No. 165, Bogotá, del 29 de mayo al 5 de junio de 1978, art. cit. pp. 2-3.
191
“demuestran que en Colombia existe una poderosa corriente de opinión que busca la
unidad popular frente al régimen de opresión y de engaño que rige en el país. Hay
429.000 colombianos que se niegan a aceptar pasivamente que sus luchas diarias y
concretas por la tierra, por la educación, por el trabajo se sigan dando desorganizadas
y sueltas y que quieren que todas ellas se recojan en una lucha política unitaria que
les dé perspectiva y aliento”. 276
El texto hacía una evaluación de las contradicciones existentes en las fracciones de la clase
dirigente, pero se centraba fundamentalmente en las que afectaban de manera crítica la
unidad de las fuerzas que reivindicaban los derechos del pueblo y se proclamaban de
izquierda; cuestionaba que no hubiera una dirección política de las luchas sociales en el país,
criticaba que los sectores que se llaman del campo revolucionario dedicaran sus esfuerzos a
“dirimir sus propias pugnas internas o a polemizar sobre las divergencias internacionales”,
que “resultan incomprensibles para un pueblo empeñado en una diaria batalla por la
supervivencia”. Proponía, en consecuencia, “la creación de un amplio movimiento político
para luchar aquí, para luchar ahora”, y aclaraba que no se trataba de crear un movimiento
contra ninguno de los partidos o fuerzas de las izquierdas, y tampoco de fundar una
“federación de partidos de la oposición, ni un frente de organizaciones autónomas: es decir,
una nueva lista de siglas separadas no solo por un guion sino por un proyecto”, con lo que
solo se lograría trasladar al seno del nuevo movimiento sus polémicas sectarias. En la
convocatoria de ¡Firme! incidieron sustancialmente la obstinación sectaria de las izquierdas
en materia electoral y la experiencia del Paro Cívico Nacional, cuyo éxito empezaba a
diluirse, pues su enorme logro como escenario de confrontación con el Estado y sus clases
dirigentes no pudo ser encauzado políticamente, y la unidad de acción de las cuatro centrales
obreras y de un sector del sindicalismo independiente se fue esfumando progresivamente
hasta desaparecer. Frente a tal diagnóstico se imponía entonces, como lo señalaba el
documento del Comité por la Unidad:
276
Ibíd. “Documento del Comité por la Unidad. Hacia un movimiento amplio”, p. 16.
192
1.) una salida política (para “enfrentarse con unidad política al doble enemigo de los
colombianos… la oligarquía y el imperialismo norteamericano”),
2.) con un movimiento independiente (“en Colombia y por nuestro pueblo”), que se
constituya en
3.) una alternativa popular de poder, pues…
Por falta de esa alternativa de poder –es decir, de una propuesta política convincente,
global, referida a la vida real de los colombianos y afincada en su tierra, capaz de
captar organizadamente la adhesión masiva de los oprimidos del país y de encauzarla
hacia el logro de sus propios intereses, sin entregarla en manos de caudillos de la
burguesía--, la larga historia de los luchadores en Colombia solo se ha traducido en
victorias parciales y en triunfos limitados que hay que reconquistar una y otra vez. Se
ganan las batallas, pero se pierden las guerras. En lo político, desde el engaño de las
Capitulaciones comuneras hasta la estafa del Mandato Claro, pasando por el fraude
contra la Anapo, la traición del MRL y la puñalada por la espalda a las guerrillas del
Llano, la historia del pueblo colombiano ha sido la historia de una frustración.277
277
Ibíd., pp. 17 y 18.
278
Ibíd., p. 17.
193
izquierda en diáspora, y cobrarle su ceguera: “A ese ritmo, la izquierda solo estará lo bastante
‘fortalecida’ como para tomarse el poder y pretender cambiar la realidad en Colombia dentro
de cincuenta o sesenta mil años”. Pero en el editorial, titulado “Elecciones: 37 por ciento de
la realidad” (cifra en alusión al porcentaje de votantes en Colombia), Alternativa tenía
reservada la alerta final, untada con un fieltro de esperanza: refiriéndose a la que denominaba
“estrechísima realidad electoral del país”, concluía el texto:
… tal vez el haberse visto arrojada a escobazos de ahí le sirva para explorar y
profundizar los campos mucho más anchos y ricos en donde ya tiene influencia real:
lo sindical, lo cívico, lo comunal, lo universitario. En una palabra, lo real. Cuando lo
haga, lo electoral empezará a llegar por añadidura.279
Pero Alternativa no cesó en sus críticas, y en la misma edición No.166, al continuar el análisis
de los resultados de las elecciones de 1978, afirmaba que sorprendía “el drástico descenso en
la votación del Frente impulsado por el Moir a la mitad de lo que obtuvo por sí solo este
partido en las parlamentarias de 1976”. En el artículo, titulado con todo el peso de la sátira
“Otro cero a la izquierda”, clavaba este dardo: “En lo que a elecciones se refiere, la oposición
de izquierda camina como el cangrejo”. Para Alternativa era sintomático que en los comicios
de 1974 la izquierda hubiera alcanzado el 12,4 de la votación (8,8% de la Anapo de María
Eugenia Rojas, y 3,2% de la UNO), mientras que ahora se había bajado al 2,5%. Sin embargo,
reconocía que “tal vez el único elemento consolador fue la nítida derrota propinada por el
Partido Comunista a Valencia Tovar”.280 En la portada, dedicada a Turbay con una expresión
cargada de doble sentido (“Con los más honestos y capaces”), Alternativa ya anunciaba:
“¡Firme! Del plebiscito al movimiento”.
Poco tiempo después del plebiscito y del debate generado por los malos resultados de la
izquierda, el 26 de agosto de 1978 nació el movimiento Firmes, una sencilla y lógica
consecuencia de la campaña denominada ¡Firme! En la fundación del movimiento tuvo que
ver también, como hemos dicho, Jaime Bateman, quien, con su olfato político y su
perspectiva para la creación de eslóganes y consignas cautivantes, aprovechó la cercanía suya
279
Alternativa No. 166, Bogotá, del 5 al 12 de junio de 1978, “Elecciones: 37 por ciento de la realidad”, p. 1.
280
Ibíd., “La oposición en las urnas. Otro cero a la izquierda”, p. 5.
194
y la del M-19 para promover la traslación de ¡Firme! a Firmes. Enrique Santos Calderón
recuerda el paso dado y reconoce la influencia determinante no solo de Bateman sino también
de Álvaro Fayad en que la campaña ¡Firme! hubiera derivado en el movimiento Firmes: “Eso
fue una idea en gran parte de ‘El Flaco’ (Bateman) y Álvaro Fayad. La idea de desembocar
en un movimiento político fue de ellos, la campaña salió de Alternativa”. Según Santos
Calderón, en entrevista que concedió a Villamizar, representantes de la revista fueron
invitados un fin de semana a un hotel en Melgar: “Nos dijeron que eso no se podía quedar en
un plebiscito, que ahí estaba la semilla de un movimiento de masas y que debía darse un
brinco y convertir ese plebiscito de opinión en un movimiento que no fuera un partido
clásico”.281 Debido a lo anterior, según Villamizar, “hay quienes sostienen que Firmes fue
una fuerza ‘legal’ del M-19, su expresión política pública”, pero agrega que “si bien es cierto
que la presencia en él de reconocidos dirigentes del grupo lo comprometía demasiado,
también es cierto que destacados dirigentes de Firmes no tuvieron nada que ver con el M-
19”, y menciona los casos de Gerardo Molina y Luis Carlos Pérez, ex rectores de la
Universidad Nacional, al lado de otros líderes de la izquierda no propiamente afines al M-
19. Además, Firmes tenía un Comité Nacional, del que hacían parte, además de las
mencionadas arriba, otras personas como Pepe Sánchez y Humberto Molina, de la URS.
Entre quienes colaboran muy de cerca figuraban Daniel Samper Pizano, columnista de
Alternativa, y Antonio Caballero, que ya hacia parte de su Redacción. Todo este equipo se
distribuyó el trabajo orientado a la realización del Segundo Encuentro Nacional de Firmes,
entre el 25 y el 26 de agosto. La información suministrada por Alternativa indicaba que el
primer día se trabajaría en una asamblea cerrada con la participación de delegados de los
comités creados en todo el país y que el segundo, en la tarde, se realizaría un acto de masas.
De la amplitud del movimiento daba cuenta la nota aparecida en el No. 174, del 7 de agosto
de 1978, en la que se anunciaba como hecho sobresaliente la adhesión a Firmes del
denominado Frente Patriótico y Revolucionario de Nariño, Frepar, organización que había
orientado varios paros cívicos en la región, lo mismo que del colectivo magisterial
Organicémonos, de Florencia, Caquetá, y un sector de la Anuc del mismo departamento,
orientado por Félix Pastrana. Desde otras ciudades del país, como Cali, Montería, Santa
281
VILLAMIZAR, Darío, Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario, Bogotá, Editorial Planeta, 2002, p. 344.
195
Así que el colectivo Firmes estaba en plena marcha, y aunque Santos Calderón había
atribuido gran parte de la iniciativa de su creación al M-19, lo cierto era que la revista estaba
totalmente comprometida no solo en la difusión de la información relacionada con su proceso
de organización, sino que lo asumía como aspecto de su agenda con la participación de parte
de su equipo de Redacción, como hemos visto. Es probable que la atribución de la idea al M-
19 constituyera una forma de mantener la línea editorial fundacional de no tomar partido y,
en tal sentido, continuar generando, al menos públicamente, la percepción de que la revista
seguía fiel a su propósito de servir de canal de unidad crítica de la izquierda. Empero,
Alternativa cumplía un papel determinante en la construcción del nuevo movimiento y en esa
tónica se mantendría hasta el final. Simultáneamente, la revista le apostaba con nuevos bríos
a la promoción de la acción de masas: “Los cuatro años que vienen serán los de la oposición
social y extraparlamentaria: de las huelgas, de las tomas de tierras, de los paros cívicos”,
auguraba en su editorial el No. 174 de la revista.283
En la edición No. 177, del 28 de agosto, Alternativa dedicaba cuatro páginas para presentar
el documento que sirvió de base para la discusión en la reunión de delegados convocada para
el 25 de agosto, en el marco del Segundo Encuentro Nacional. “¿Qué es Firmes?”, se titulaba.
Se trataba de un extenso texto preparado por el Comité Nacional de Firmes que sería
aprobado como resolución política del referido certamen y que contenía los lineamientos
programáticos del movimiento en construcción. El documento definitivo, mucho más extenso
282
Alternativa No. 174, Bogotá, del 7 al 14 de agosto de 1978, “Firmes. El 26 de agosto: II Encuentro Nacional”,
pp. 12-13.
283
Ibíd., “Carta al Lector. Oposición extraparlamentaria”, p. 1.
196
aún que el publicado por Alternativa, fue leído en la clausura del Encuentro, cumplida en el
Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá. Fundamentalmente, el documento caracteriza al
movimiento, incluyendo algunos postulados que ya había adelantado la Redacción de
Alternativa en su edición No. 165 y titulado “Hacia un movimiento amplio”. Una sinopsis
del nuevo texto es la siguiente:
1.) “Somos un movimiento amplio, democrático y popular… caben en él todos los
colombianos decididos a cambiar esta realidad desapacible y opresiva que vivimos”.
2.) “Firmes no pretende pegar con babas a los distintos grupos de la izquierda, ni mucho
menos unirlos con guiones a los grupos de izquierda… para formar un frente de partidos: los
que lleguen al movimiento se disuelven en él”.
3.) “Firmes es democrático en cuanto a sus concepciones estratégicas y objetivos de largo
plazo: un socialismo que aplique y enriquezca todas las libertades y todas las formas de
participación política de los colombianos eliminando la dominación de pequeñas minorías”.
4.) “Firmes es democrático también en su estructura y organización interna”.
5.) “… nuestro movimiento es también nacional… y en consecuencia no podemos hallar
soluciones importadas… y también en cuanto se opone a cualquier forma de dominio
extranjero”.
6.) Firmes es independiente de “los centros de poder en que se divide el campo socialista…
La no alineación “no se refiere al conflicto entre capitalismo y socialismo: no somos
capitalistas sino socialistas”.
7.) “Somos un movimiento popular… que debe intentar una amalgama de las dos grandes
tradiciones de rebelión de nuestra historia… la del radicalismo populista… y la de la
izquierda marxista, que ha acompañado en el último medio siglo las luchas obreras…”.
8.) “Firmes no tiene sino dos enemigos: la oligarquía y el imperialismo”.
9.) “La oposición genérica, mecánica y abstracta a un gobierno no es el mejor camino”.
10.) “El haber mirado el poder como algo lejano en el tiempo y abstracto en su naturaleza ha
circunscrito a muchos revolucionarios al campo cerrado de la retórica”.284
284
Alternativa No. 177, Bogotá, del 28 de agosto al 4 de septiembre de 1978, “Borrador para una definición.
¿Qué es Firmes?, pp. 16-19.
197
Aunque, como se ve a partir del anterior resumen del documento, se trata de una declaración
de principios que mezcla conceptos programáticos con valoraciones coyunturales, contiene
también aspectos novedosos como la definición del carácter del movimiento como socialista
en el plano nacional y neutral en el mundial, y/o como la mezcla que hace de radicalismo
populista –por su tradición histórica, que viene desde los comuneros y pasa por la Anapo y
el gaitanismo hasta las guerrillas liberales-- y de marxismo “expresado en diversos partidos
y grupos leninistas, trotskistas y maoístas”. De esas dos vertientes, especifica el texto, se
propone recoger “la capacidad de imaginación y de convocatoria popular de la una” (el
populismo) “y la seriedad y la conciencia histórica de la otra” (el marxismo). Es, en el fondo,
la misma filosofía que ha inspirado a la revista desde un comienzo. Y, también, la que ha
identificado al M-19 en su carta de navegación. Nacionalismo, neutralidad internacional,
imaginación popular y conciencia histórica serían los cuatro elementos con los que
podríamos esquematizar los tres proyectos a estas alturas: el periodístico, el político amplio
y el político armado.
Una vez definido su programa y un equipo más o menos consolidado de trabajo, Firmes
empezó a ganar un espacio dentro del espectro político colombiano, siempre con el respaldo
mediático clave de Alternativa, que asume su compromiso como si el movimiento fuera su
hijo. Y hace todo lo posible para que su crecimiento sea acelerado y con buena salud. Así
desemboca a su participación en las elecciones de Mitaca (cuerpos colegiados municipales y
departamentales) de 1980, y lo hace con listas propias. Allí Alternativa hace su aporte. Ya al
movimiento habían ingresado diversas figuras desprendidas de otras agrupaciones, como
Carlos Bula Camacho o César Pardo Villalba, o prestigiosos académicos como Diego
Montaña Cuéllar o Elizabeth Ungar, entre otros. Y muchos de ellos son tenidos en cuenta
para el diseño de las listas a concejos y asambleas. Por ejemplo, en Bogotá la plancha de
Firmes al Concejo Distrital (Ver imagen No. 26) estaba integrada por Gerardo Molina, Luis
Carlos Pérez, Carlos Bula Camacho, Enrique Santos Calderón, Diego Montaña Cuéllar,
Humberto Molina, Luis Alberto Daza, Consuelo Araujo Noguera, Elvira Romero, Alejandro
Brand, Pepe Sánchez. Héctor Molina, Eduardo Vanegas, Ana Fernanda Urrea, Elizabeth
Úngar, Antonio Caicedo, Jesús María Antolinez, Victoria Garzón, Raúl Sánchez. La de
aspirantes a la Asamblea de Cundinamarca la encabezaban: César Pardo y Hernando
198
285
Alternativa No. 250, Bogotá, del 7 de febrero de 1980, “Firmes. Quién es quién en listas”, p. 7.
286
Alternativa No. 256, Bogotá, del 20 de marzo de 1980, “Izquierda y elecciones. De la parálisis al retroceso”,
p. 9. “Firmes. Participación decorosa”, p. 10. Más información sobre estos comicios en: Alternativa No. 255,
Bogotá, del 13 de marzo de 1980, “Bogotá. Un Concejo singular”, p. 7. “Firmes se hizo sentir”, p. 9. Alternativa
No. 249, Bogotá, del 31 de enero de 1980, “Así pinta la Mitaca”, p. 4. “Firmes. El Frente democrático y las
elecciones de marzo”, p. 10.
287
Alternativa No. 185, Bogotá, del 23 al 30 de octubre de 1978, “Congresos de UNO y PSR”, p. 15.
199
Porque se han vuelto unos partidos manejados por las grandes maquinarias, cuyo
único interés era el reparto del botín y no los verdaderos problemas del país. A esto
ha venido a sumarse el crecimiento de los grupos económicos, sobre todo el sector
financiero, que –como en todos los países— se ha volcado sobre los partidos políticos,
colonizándolos y como ya no hay en ellos criterios ideológicos para analizar y
resolver los problemas, lo que priman son los intereses económicos del grupo.288
Agudelo Villa, dirigente del Frente Liberal (que la revista calificaba como de izquierda) y
quien acababa de salir derrotado en una contienda interna con el elegido presidente Turbay
Ayala, denunciaba ahora en tono enfático: “La incapacidad de los partidos tradicionales para
presentar salidas políticas nos está llevando a un Estado policiaco”. Y, en efecto, ese Estado
policiaco ya estaba en marcha con Turbay. Y se ensañaba con la oposición. Era la respuesta
del nuevo Gobierno a los reclamos populares. En la misma edición en la que aparecía la
entrevista, Alternativa publicaba la denuncia de las centrales obreras, que a la sazón ya tenían
posiciones divergentes frente a las políticas estatales, pero persistían en permanecer en el
denominado Consejo Nacional Sindical. En el comunicado, rechazaban las alzas en los
combustibles, reclamaban la nacionalización del transporte y llamaban a los trabajadores a
“protestar enérgica y unitariamente contra este nuevo atraco a los salarios de los
colombianos”.289 Y Firmes también se pronunciaba contra las alzas, a través de Gerardo
Molina, quien decía: “Denuncio el castigo incesante por parte del Ejecutivo a los magros
288
Ibíd. “Hernando Agudelo Villa: Los grupos financieros han colonizado a los partidos”, pp. 17-18.
289
Ibíd., “Centrales y alzas. Encauzar la protesta”, p. 5.
200
presupuestos de las clases bajas y medias con esta política de alza continua del costo de vida,
sin que haya la correspondiente elevación de los salarios y los sueldos”.290
Uno de los casos a los que hacemos referencia es el que padeció la señora Esther Julia de
Gómez, a quien la Policía, en medio del clima de intolerancia y autoritarismo imperante en
1974, le mató a uno de sus hijos. En carta dirigida a la Redacción de la revista, escrita a
máquina, con un tono que traslucía firmeza social y solidez conceptual, la atribulada madre
narraba con claridad y cuidado en el manejo del lenguaje las circunstancias en que fue
asesinado su hijo. Alternativa, en su edición No. 15, del 2 de septiembre de 1974, tituló la
carta “Asesinaron a mi hijo”. Por el significado del documento y por el resumen que él puede
290
Ibíd., “Firmes. Contra las alzas”, p. 19
291
Artículo 121 de la Constitución Colombiana de 1886: “En caso de guerra exterior o de conmoción interior
podrá el presidente, con la firma de todos los ministros, declarar turbado el orden público y en estado de sitio
toda la República o parte de ella. Mediante tal declaración, el Gobierno tendrá, además de las facultades
legales, las que la Constitución autoriza para tiempos de guerra o de perturbación del orden público y las que,
conforme a las reglas aceptadas del derecho de gentes, rigen para la guerra entre nacionales”.
201
292
Alternativa No. 15, Bogotá, del 2 de septiembre de 1974, “Asesinaron a mi hijo”, p. 28.
202
El relato del crimen oficial hecho por una madre que tuvo el valor, en medio de su profundo
dolor, de tomar fotografías y de redactar su testimonio, resulta paradigmático de la actitud
consciente de una persona que encuentra en su caso el de miles de conciudadanos, pero
también de la confianza que le inspiraba a ella la existencia de un medio de comunicación
como Alternativa, al cual dirigía su misiva tan solo tres días después del hecho.
Otro caso dramático fue el denunciado por la revista en su edición No. 83, correspondiente
al 24 de mayo de 1976. La portada de esa edición era reveladora y, al mismo tiempo,
impactante: “¡Mátenme de una vez!”, era el título puesto en letras de más de 30 puntos, luego
de un antetítulo esquinero que anunciaba: “¡Exclusivo! El caso M-19. Habla torturado”, todo
superpuesto sobre la reproducción de la carta manuscrita enviada a la revista por Gustavo
Arias Londoño, un abogado sindicado en ese momento de pertenecer al M-19 y sometido a
toda clase de vejámenes en una guarnición del Ejército Nacional. En páginas interiores se
podía leer de la misiva fechada el 17 de mayo de 1976 desde la Cárcel Modelo de Bogotá:
“subrepticiamente el día sábado 14 de abril de 1976, a las 6:30 a.m., tocaron a la puerta de
mi casa; mi hija de 28 meses abre y se encuentra con que cuatro ametralladoras le apuntaban
a ella, a mi esposa y al suscrito”. Así comienza el relato de una seguidilla de torturas y
sufrimientos posteriores que hace preguntar a la revista: “Si esto le sucede a un abogado,
detenido en Bogotá, que cuenta con la debida asistencia jurídica, ¿qué suerte correrán las
decenas de campesinos que las Fuerzas Militares detienen todas las semanas en las llamadas
‘zonas de guerra’?” El epílogo del testimonio es de espanto, porque a los colgamientos,
golpes y más suplicios siguieron otros delitos:
293
Alternativa No. 83, Bogotá, del 24 al 31 de mayo de 1976, “Testimonio de un torturado en Bogotá. Les
supliqué que me mataran”, pp. 2-4.
203
294
CONVERSATORIO con Enrique Santos Calderón, ex director de Alternativa, en el acto de presentación de
la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
204
Sindical Obrera, USO, a través de Eliécer Benavides. También hacían parte del organismo,
Santos Calderón, Carmen de Rodríguez, Ricardo Villa Salcedo y Nirma Zárate, quien era
una de las diseñadoras de Alternativa.295 Poco después, Santos Calderón y Corral se retiraron
del Comité debido, según dijeron, a “una izquierda muy radical, muy fundamentalista, muy
caníbal en el sentido de que había que defender a unos presos políticos y a otros no”.
Gobierno de Alberto Lleras Camargo: 1958-1959, 27; 1960, 16; 1961, 48.
Gobierno de Guillermo León Valencia: 1962, 55; 1963, 58; 1964, 43; 1965, 42.
Gobierno de Carlos Lleras Restrepo: 1966, 45; 1967, 58; 1968, 22; 1969, 28.
Gobierno de Misael Pastrana Borrero: 1970, 32; 1971, 72; 1972, 88; 1973, 134; 1974, 85.
Esta secuencia muestra claramente que el libro pudo documentar muchos más casos
perpetrados durante los gobiernos conservadores que entre los liberales, aunque la
responsabilidad debe ser políticamente compartida por tratarse el Frente Nacional de un
régimen de gobiernos intercalados.296 (Ver gráfico No. 2). El mismo libro devela que:
Bajo el pacto del Frente Nacional, el Estado de Sitio continúa. De los 192 meses de
duración (Ver cuadro No. 6) del Frente Nacional, 126, o sea, dos de cada tres meses,
fueron sufridos bajo la siniestra modalidad del Estado de Sitio. Sumando solo los
muertos que aparecen en los diarios (4.956) durante los 5.840 días de la pesadilla del
Frente Nacional, resulta casi un asesinato diario, un dirigente popular caerá cada 24
horas (obrero, campesino, estudiante), segado inexorablemente durante estos 16 años
de brutalidad y muerte. Y no están todos los que son, porque este es un recuento
parcial en que solo aparecen los que por su notoriedad alcanzaron a quedar
consignados en los diarios. Nunca se sabrá la inmensa masa de muertes anónimas.297
295
Ver: COMITÉ de Solidaridad con los Presos Políticos, Libro negro de la represión. Frente Nacional 1958-
1974, Bogotá, Editorial Gráfica Mundo Nuevo, 1974, p. 205.
296
Cifras derivadas de la cuantificación hecha de la relación de denuncias contenidas en el Libro negro de la
represión. Frente Nacional, 1958-1974.
297
COMITÉ De Solidaridad con los Presos Políticos, Libro negro de la represión. Frente Nacional 1958-1974,
Bogotá, Editorial Gráfica Mundo Nuevo, 1974, pp. 10-11.
205
En 1978, los casos de represión se multiplicaban. En su edición No. 187, del 6 de noviembre,
la portada de Alternativa mostraba cuatro fotografías de líderes sociales bajo el título
“REPRESIÓN” (Ver imagen No. 23). Sobre las imágenes de cada uno de ellos aparecía en
una palabra lo que les había ocurrido: José Manuel Martínez Quiroz (asesinado), Omaira
Montoya (desaparecida), Pedro Pablo Bello (asesinado), Carlos Reyes Niño (torturado). Y
en páginas interiores, un informe escalofriante: “Allanamientos, torturas, asesinatos.
Represión a discreción”.298 El caso de Omaira Montoya fue uno de los que mayor repercusión
tuvo. La joven bacterióloga fue desaparecida en 1977 en Barranquilla por agentes del F-2 de
la Policía en compañía de Mauricio Trujillo, quien, de acuerdo con la información de
Alternativa, acababa de ser condenado en un consejo verbal de guerra. Su caso es sintomático
de la violación de los derechos de humanos, pues nunca apareció, a pesar de que el presidente
del tribunal que juzgó a Trujillo afirmó que nada vinculaba a Omaira Montoya al expediente
del procesado. Según la revista, de nada sirvió tampoco que la familia de Omaira estuviera
emparentada con el general Bernardo Lema Henao y con el general Abrahán Varón Valencia,
ministro de Defensa en el momento de la desaparición de la bacterióloga. Treinta y seis años
después de esta denuncia, Mauricio Trujillo Uribe estuvo en el acto de presentación de la
exposición que con ocasión de los 40 años de creada Alternativa organizó el Archivo de
Bogotá. En el certamen intervinieron algunos de los fundadores de la revista, en un
conversatorio de casi dos horas, apartes del cual son mencionados en varios tramos de este
trabajo. Y allí, en ese acto conmemorativo, al destacar el aporte de Alternativa, hizo alusión
al caso de su compañera, Omaira Montoya:
… el periodo de Turbay Ayala fue uno de los periodos más represivos que ha tenido
Colombia en los últimos tiempos y la revista tenía el valor de denunciar situaciones
de violaciones de los derechos humanos. Me tocó personalmente con el caso de
Omaira Montoya Henao, exactamente. Incluso ustedes dedicaron una portada a este
caso de mi compañera.299
298
Alternativa No. 187, Bogotá, del 6 al 13 de noviembre de 1978, “Allanamientos, torturas, asesinatos.
Represión a discreción”, pp-2-3.
299
Intervención de Mauricio Trujillo Uribe en el Conversatorio con fundadores de la revista Alternativa, en el
acto de presentación de la Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de
2015. Transcripción de grabación de audio hecha por Luis Alfonso Mena S.
206
Trujillo agregó que la importancia de Alternativa obedeció, en primer lugar, a que “el haber
confrontado las tesis de la lucha armada abrió camino a un pensamiento de izquierda
democrática, que fue importante para quienes, de una u otra manera, considerábamos que no
había otras vías en ese momento”; en segundo lugar, a que dio voz “a los diferentes sectores
que no tenían expresiones a través de los grandes medios”, además de un tercer aporte clave,
el ya expresado de denunciar sin ambages “hechos difíciles que estaban ocurriendo,
principalmente en el periodo de Turbay Ayala”. Para Trujillo, estas fueron “tres líneas de
trabajo, tres frentes, tres ventanas que dieron por resultado que la revista de ustedes fue
realmente espectacular”.
Los otros tres casos de la portada de la edición No. 187 también estaban documentados en el
informe de páginas interiores. Sobre el caso de Carlos Reyes Niño se afirmaba que lo único
que había originado en el Gobierno era una carta del presidente López Michelsen en la que
negaba, sin soportes, que en Colombia hubiera torturas. En relación con la muerte de José
Manuel Martínez Quiroz, de la cual se sindicaba al B-2 (servicio de inteligencia del Ejército
Nacional en la época), simplemente se desvirtuaba cualquier responsabilidad oficial. Lo
hacía el general Miguel Vega Uribe, de quien dependía el mando sobre ese organismo. Nada
se respondía tampoco respecto del asesinato del diputado Pedro Pablo Bello, dirigente del
Partido Comunista de Colombia, ocurrido en un bus urbano. Ni en relación con otros
numerosos casos denunciados por la revista, como la muerte violenta de Fabio Alberto
Vásquez, detenido en el Batallón Voltígeros de Montería. Sobre este caso ocurrió algo
peculiar: los periodistas que indagaron y revelaron el crimen fueron estigmatizados. Las
torturas infligidas a otro activista popular, Eduardo Barrios Gnecco, en agosto en Riohacha,
también seguían impunes. Vásquez falleció. En el artículo de Alternativa se hacía, además,
un balance de los informes difundidos por la revista sobre torturas contra activistas políticos
y personas sindicadas de pertenecer a los movimientos alzados en armas perpetradas en la
Escuela de Caballería de Usaquén, al norte de Bogotá, lugar convertido en tenebroso y temido
centro de suplicios. Se denunciaban, igualmente, otras bases de vejámenes en Cimitarra, el
Bajo Cauca Antioquieño, Medellín, Yacopí, Urabá, Montería, Remedios, Tinajas, en el
Tolima. De igual forma, fueron denunciados abusos contra huelgas obreras, como la de
Incametal, en Medellín, y contra jornaleros, en fincas cafeteras de Chinchiná. Pero los casos
207
¿Qué había detrás de toda esta ofensiva represiva? Estaba en pleno furor la aplicación del
Estatuto de Seguridad, expedido mediante el Decreto 1923 del 6 de septiembre de 1978, con
el que el gobierno de Turbay aspiraba a reemplazar las medidas de excepción del Estado de
Sitio permanente, pero que se había convertido en una norma draconiana para frenar la
protesta social y, de manera especial, el auge de las acciones de las organizaciones alzadas
300
Los estudiantes detenidos eran: Néstor Mora, Luis Gabriel Castellanos, Édgar Leonel Ruiz, José Domingo
Páez, Luis Eduardo Ramírez, Carlos Arturo Escobar Lozano, Carlos Galvis Beltrán, Fabio Humberto Ruiz, Álvaro
Torres Rojas, Emilio Sánchez Alcina, Josué Enrique Sáenz, José Darío Tabares, José Orlando Ardila, Jusato
Elpidio Rosero, Pedro José Vaca López, José Omar Escobar Toro, Duvier Castaño Benavides, Jaine Arias
Cárdenas, Carlos Arturo Valderrama Becerra, Carlos Eduardo Maldonado Granados, Guillermo León Martínez
Gómez y Camilo Alberto Rodríguez. Ver: Alternativa No. 187, Bogotá, del 6 al 13 de noviembre de 1978,
“Allanamientos, torturas, asesinatos. Represión a discreción”, p.4.
301
Alternativa No. 187, Bogotá, del 6 al 13 de noviembre de 1978, “Allanamientos, torturas, asesinatos.
Represión a discreción”, pp. 2-3. Ver las ediciones de Alternativa números 82, 83, 85 sobre casos en las
Caballerizas de Usaquén; 96 y 130, en Cimitarra, Santander; 114, en Bajo Cauca; 121, en Medellín; 122, en
Yacopí; 126, en Urabá; 164, en Montería; 170, en Remedios, 182, en el Tolima, y 185, en Chinchiná, Caldas.
208
en armas, una de las cuales acababa de aparecer en la escena política nacional: el M-19. Al
amparo de las normas vigentes, todavía operaba la justicia penal militar para los civiles
señalados de incurrir en rebelión, sedición y asonada. Estaban en marcha, pues, nuevas
formas de coerción con la realización masiva de redadas y la conversión de los delitos
políticos en comunes. Según el director del Departamento Administrativo de Seguridad,
DAS, Rafael Poveda Alfonso: “Ahora el delito político está siendo objeto de amplios
cambios doctrinarios”. Y Alternativa concluía: “El secreto está ahí… Bajo el gobierno de
Julio César Turbay, y empezando con el Estatuto de Seguridad, se le está dando un vuelco
definitivo a la democracia formal que todavía tenemos en Colombia”.302 La revista advertía
con alarma que con la aplicación del Estatuto de Seguridad, y bajo el pretexto de combatir la
subversión, la inseguridad y la droga, el país estaba pasando al control directo de los
militares. Y la administración de justicia se encontraba en buena parte en manos de tribunales
castrenses. “Es el camino de la uruguayización, iniciado en tiempos de López Michelsen”,
agregaba la revista, haciendo alusión a la dictadura civil instaurada en los años 70 por José
María Bordaverry, considerado como mandadero de los militares en la República Oriental
del Uruguay, y quien desatara una oleada represiva con la excusa de combatir a la guerrilla
urbana de los Tupamaros. Con razón Alternativa insinuaba que el verdadero mandatario en
Colombia era el general Miguel Vega Uribe, comandante de la poderosa y tenebrosa en la
época Brigada de Institutos Militares, BIM.
302
Alternativa No. 187, Bogotá, del 6 al 13 de noviembre de 1978, “Allanamientos, torturas, asesinatos.
Represión a discreción”, p.4.
303
Ibíd., “Estatuto de Seguridad, un creciente plebiscito de protesta”, p. 4.
209
304
Ibíd., p. 5
210
Ni las disposiciones de alta policía, ni los decretos urgentes de Rafael Reyes, que
tanta alarma ocasionaron, ni la Ley 219 de 1928, calificada de heroica por los
dirigentes y las masas del Partido Liberal, ni las crónicas convocatorias de consejos
verbales de guerra, a partir de 1944, como consecuencia del golpe militar que depuso
momentáneamente a Alfonso López Pumarejo, son equiparables a los agravios que el
decreto 1923 irroga a lo poco que resta en Colombia de una filosofía política tolerante
y democrática. Cincuenta años después de expedida la ley heroica y cuando se
indicaba que jamás volvería a experimentarse un modelo siquiera parecido, el
gobierno encontró en esos anacrónicos preceptos un antecedente digno de imitarse,
pero agregándole mayor audacia en el cercenamiento de las libertades y más
facilidades en la aplicación de los castigos. 305
Pero, ¿cuáles eran los contenidos del Estatuto de Seguridad? Fernando Calderón resumió en
un análisis sobre la norma los principales decretos dictados en virtud del estado de sitio por
el gobierno de López Michelsen que constituirían luego el cuerpo del Estatuto:
1. Decreto 2132: Concede a los alcaldes facultades para decretar el toque de queda,
prohibir manifestaciones y reuniones públicas, trasladando a la jurisdicción penal
militar la rebelión, sedición, asonada, asociación para delinquir, instigación y
apología del delito, incendio, robo bancario, extorsión, etc.
2. Decreto 2193: Traslada a la competencia militar los delitos de homicidio y
lesiones personales que se cometan contra militares en servicio activo o
funcionarios públicos.
3. Decreto 2194: Traslada a la justicia militar los delitos de fabricación, distribución
y porte de armas sin licencia.
4. Decreto 2195: Los alcaldes menores de Bogotá y los alcaldes municipales quedan
facultados para condenar a arrestos hasta por 180 días a quienes realicen reuniones
sin permiso, obstaculicen el tránsito, coloquen letreros ultrajantes, etc. Solo podrá
interponerse recurso de reposición.
5. Decreto 329: Complementa el decreto anterior, al extender a los comandantes de
estación de Policía la facultad de condenar.
6. Decreto 2578: Se establece una caución de buena conducta, de tipo hipotecario,
prendario o personal, que puede ser exigida por los alcaldes municipales o
inspectores de Policía a quienes posean antecedentes penales, anden por las calles
en actitud sospechosa, invadan predios sin justo título, etc.
7. Decretos 1678, 968 y 1162: Conceden a los rectores de varias universidades
públicas facultades extraordinarias.
8. Decreto 2473: Se realizan traslados de fondos presupuestarios para gatos de
funcionamiento de la Policía Nacional
305
Alternativa No. 188, Bogotá, del 13 al 20 de noviembre de 1978, “Firmes y el Estatuto. No queda espacio
inmune a pesquisa”, p. 10.
211
9. Decreto 070: Concede a las Fuerzas Armadas y Policivas, así como a los cuerpos
de inteligencia, el derecho virtual a matar.306
Una décima norma que podríamos agregar derivada del Estatuto es el Decreto 2482 que
autorizaba a los presidentes de los consejos de guerra verbales suspender la lectura de los
expedientes en las audiencias de juzgamiento, con lo cual se limitaba aún más el derecho a
la defensa de los procesados en los juicios regidos por militares contra civiles.
Otro Decreto, el 2289, ordenaba el envío a la isla prisión Gorgona de los condenados en
primera instancia por el delito de homicidio agravado. Sin embargo, fue declarado
inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia.
Y según el análisis de Luis Carlos Pérez, “los artículos 11 y 12 del Estatuto de 1978 entrega
los contraventores a los comandantes de brigada, Fuerza Naval o base aérea y a los jefes de
Policía, suprimiendo la revisión de las decisiones de éstos en un grado superior, pues contra
las condenas solo procede el recurso de reposición”, con lo cual, de acuerdo con Pérez, se
violaba el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos aprobado por la Organización
de las Naciones Unidas en 1966 y ratificado por la Ley 74 de 1968.307
306
CALDERÓN, Fernando, “Estado de sitio, militarismo y Estatuto de Seguridad (I)”, En: Documentos Políticos,
No. 134, Bogotá, Revista del Partido Comunista de Colombia, Enero-Febrero de 1979, pp. 19-20.
307
Alternativa No. 188, Bogotá, del 13 al 20 de noviembre de 1978, “Firmes y el Estatuto. No queda espacio
inmune a pesquisa”, p. 11.
308
VALLEJO MEJÍA, Maryluz, A plomo herido, una crónica del periodismo en Colombia (1880-1980), Bogotá,
Planeta, 2006, p. 332.
212
De acuerdo con Maryluz Vallejo, “la aparición de Alternativa en 1974 marcó otro hito en el
periodismo investigativo nacional con su estilo irreverente y riguroso” y añade que hasta su
cierre en 1980 “se dedicó a denunciar las irregularidades del gobierno de López Michelsen y
a demostrar la inconstitucionalidad del Estatuto de Seguridad de Julio César Turbay por las
violaciones a los derechos humanos y la libertad de prensa”. 309 Además, como se recuerda
en el libro ¡Basta ya! Memorias de guerra y dignidad, el Estatuto de Seguridad, expedido en
plena vigencia del Estado de Sitio, era un arma para combatir el auge del movimiento
guerrillero, que siguió a un periodo de cierta lentitud de éste (situado por algunos entre 1966
y 1977). El Estatuto “no solo endureció la pena para el delito de rebelión –que pasó de 5 a 9
años para quienes tomaran parte en el alzamiento y de 8 a 12 años para quienes lo lideraran–
sino que… atribuyó el juzgamiento de este y los demás delitos políticos a la justicia penal
militar”.310 De esta forma, los consejos de guerra verbales se generalizaron. Según Gonzalo
Sánchez, el Estatuto “trató por igual a insurgentes y movimientos sociales” y, para hacerlo,
recurrió a la experiencia de las dictaduras de la época:
Por su parte, el historiador Marco Palacios considera que el Estatuto de Turbay fue replicado
en dos ocasiones en la década de los años 80, durante el gobierno de Virgilio Barco, lo cual
atribuye a los ímpetus autoritarios y arbitrarios de los gobernantes colombianos:
309
Ibíd., p. 220.
310
SÁNCHEZ, Gonzalo (coordinador) y otros, ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, Bogotá,
Centro de Memoria Histórica, 2013, p. 208.
311
SÁNCHEZ, Gonzalo, “Una guerra con pasado, pero sin futuro”. En: Semana, No. 1.582, Bogotá, Agosto 27 a
septiembre 3 de 2012.
213
Para Luis Carlos Pérez, en suma, el Estatuto de Seguridad no fue un cuerpo jurídico sino un
instrumento político: “Trátase de un desafío a la opinión popular, para que ésta no se
manifieste de acuerdo con las circunstancias y necesidades que deba afrontar”. Y apostillaba:
“No quedan, pues, espacios ni ocupaciones inmunes a la pesquisa a la punición”.313 En suma,
el Estatuto no era otra cosa que el medio por el cual los sectores financiero e industrial de la
burguesía, aliados de grandes propietarios de tierras,314 más el agregado ahora de la “clase
emergente”, pretendían cerrar el paso al ascenso de las luchas de los sectores populares y
arreciar la guerra contra la insurgencia, también en auge desde 1977. Y así lo había planteado
con su lenguaje de factura literaria el editorial de la revista correspondiente a le edición No.
178, titulado felizmente “El primer diente”. Decía: “El gobierno de Turbay apenas acaba de
nacer y ya le salieron dientes”. Lo expresaba por los anuncios de las medidas policivas ya
gestadas en el vientre de un gobierno recién posesionado, pero alarmado por la
conmemoración del gran Paro Cívico del 14 de septiembre de 1977. En opinión del
editorialista, las medidas para controlar, como decía la prensa afín al establecimiento, los
“posibles desórdenes en las actividades programadas por las organizaciones de izquierda”,
más parecían “el primer ensayo general de lo que será la militarización de la vida colombiana
bajo el nuevo gobierno”.
312
PALACIOS, Marco, Entre la legitimidad y la violencia. Colombia 1875-1994, Bogotá, Grupo Editorial Norma,
1995, p. 333.
313
Alternativa No. 188, Bogotá, del 13 al 20 de noviembre de 1978, “Firmes y el Estatuto. No queda espacio
inmune a pesquisa”, p. 11.
314
Ver: Alternativa No. 177, Bogotá, del 4 al 11 de septiembre de 1978, “Política agraria de Turbay. El
latifundio ha muerto, viva el latifundio”, p. 19.
214
comandante Cero.315 Fue una verdadera primicia periodística que, rubricada por el futuro
Premio Nobel, le garantizó a la revista una circulación masiva y fue vendida por Alternativa
como “exclusiva mundial”. Se trataba del primer gran golpe del Frente Sandinista de
Liberación Nacional que en julio de 1979 daría al traste con el gobierno despótico y corrupto
de Anastasio Somoza. La otra información, destacada en las páginas centrales, era la noticia
del Encuentro Nacional de Firmes, cumplido el sábado 26 de agosto en el Teatro Jorge
Eliécer Gaitán, que estuvo colmado. El día anterior, 300 delegados de todo el país habían
puesto a rodar, definitivamente, el nuevo movimiento político de izquierda, uno más en el
amplio archipiélago de la izquierda colombiana, pero con unas características muy
particulares: tenía como uno de sus ejes de rodamiento a una revista nacida cuatro años atrás,
que parecía dispuesta a apostarle a aquello a lo que había sido reticente: hacer política
partidista. El encuentro constató que Firmes crecía y que muchos que no tenían partido o
estaban desesperanzados de los existentes recalaron en este movimiento. En el encuentro
participaron delegados fraternales del MAS de Venezuela, el único partido político al que
García Márquez confesó alguna vez que había pertenecido oficialmente,316 lo mismo que de
la Liga Socialista de ese país y del MIR de Bolivia. El director de Alternativa, Enrique Santos,
hizo la presentación de la Declaración Política, que fue leída en su totalidad luego por Eddy
Armando y Rubén Carvajalino, militantes del M-19. Un delegado del Valle del Cauca,
Adolfo Álvarez, fue el encargado de presentar el informe sobre las tareas de la organización.
Las intervenciones de fondo estuvieron a cargo de Carlos Pantoja, de Nariño, Nazareth
Moreno de Cruz, del Valle, y columnista de Alternativa; Héctor Molina, presidente de la
Federación de Trabajadores de Cundinamarca; Trino Morales, presidente del Consejo
Indígena del Cauca, Cric; Humberto Molina, dirigente de la Unión Revolucionaria Socialista,
USR, quien anunció la disolución de esta agrupación para integrarse completamente en
Firmes; Álvaro Tirado Mejía, de Antioquia y colaborador de Alternativa; José Buriticá, líder
315
Ver: Ibíd., “El golpe sandinista. Crónica del asalto a la casa de los Chanchos”, pp. 2-10.
316
En entrevista concedida a la Revista Nacional de Cultura del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes de
Venezuela, titulada “Conversaciones con Gabriel García Márquez” y hecha por Armando Durán, No. 185, julio-
agosto de 1975, pp. 28-29, García Márquez reconoce que si fue militante de un partido político: “El
Movimiento al Socialismo, MAS, de Venezuela, que es mi partido, aunque yo soy colombiano, está empeñado
en la discusión pública de este problema y parece convencido de que no será posible despejar el camino de la
revolución en América Latina dentro de la concepción tradicional de las izquierdas”. Reproducido en: GARCÍA
MÁRQUEZ, Gabriel, Periodismo militante, Buenaventura, Son de Maquina Editores, 1978, pp. 17.
215
campesino del Tolima; Carlos Bula Camacho, ex concejal de Bogotá recién salido del Moir,
e Isaías Tristancho, de la Unión de Trabajadores de Santander, Utrasan.317 En el mismo acto
reseñado por Alternativa fue leída la lista de los colectivos que hasta ese momento se habían
disuelto en Firmes, además de la URS: Anapo Independiente, Anapo Socialista, Unión
Comunista Revolucionaria, UCR, la Organización Comunista Ruptura, OCR, el Frente
Patriótico de Nariño, la Unión de Lucha Revolucionaria de Barranquilla y varios grupos
regionales más. Además, David Aljure, senador del Movimiento Independiente Liberal, MIL,
dirigió una carta en la que proponía crear un comité de diálogo para el entendimiento. Según
decía la información de Alternativa, el encuentro se caracterizó por su espíritu unitario, “el
rechazo al sectarismo, al esquematismo y a la división por pugnas internacionales que tanto
perjuicio han causado a la izquierda colombiana” y por la ratificación de ser “un movimiento
que aspira a convertirse en una nueva alternativa política para el pueblo colombiano”.318 En
la misma edición, Diego Montaña Cuéllar, histórico dirigente revolucionario, anunciaba a
través de su columna en Alternativa su adhesión a Firmes. Argumentaba tal determinación
afirmando que “El problema central, que parece resuelto por Firmes, es la estrecha relación
entre la lucha por la democracia y la lucha por el socialismo”.319
317
Alternativa No. 178, Bogotá, del 4 al 11 de septiembre de 1978, “El Encuentro Nacional de Firmes. Un
despegue de verdad”, pp.16-18.
318
Ibíd., p. 18.
319
Ibíd., “Estamos con Firmes”, p. 13.
216
Redacción, Antonio Caballero, que era el editor también del periódico del movimiento y
quien, haciendo gala de su cualidad de dibujante, caricaturizaba el binomio Turbay Ayala-
Camacho Leyva, el Mindefensa (Ver imagen No. 24). Caballero recuerda cómo fue su tarea
con el periódico de Firmes:
320
CONVERSATORIO con Antonio Caballero, en el acto de presentación de la Exposición Homenaje Alternativa
40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2015, transcrito de grabación de audio por Luis Alfonso Mena
S.
321
ENTREVISTA con Fred Kaim Torres, líder estudiantil de los años 70, realizada en Cali por Luis Alfonso Mena
S. el 16 de marzo de 2015.
217
Firmes surge en un manejo un poco oportunista que auspició el PST, surge también
con la solidaridad con Nicaragua. Imagínese que el PST llamaba públicamente a
reclutar gente para llevarla a combatir a Nicaragua, lo hacía públicamente, en carteles,
¿usted se imagina una guerrilla reclutada así?
La mayor oleada represiva se experimentó luego del golpe dado por el M-19 al Ejército con
el hurto de cinco mil fusiles guardados en un sótano del Cantón Norte del Ejército en Bogotá.
Más de 400 personas señaladas de pertenecer al M-19 o de colaborar con él fueron detenidas
y sometidas a consejos de guerra verbales. El asalto a la armería del Ejército en la noche del
31 de diciembre de 1978 significó un duro golpe, el primero de envergadura del M-19 al
establecimiento, y un revés para el envalentonado gobierno de Turbay Ayala. La
construcción de un túnel a lo largo de cien metros desde una casa cercana al cantón militar
sin que la información se filtrara constituyó una audaz y osada acción de ingeniería civil que
requirió de mucha planificación e intenso trabajo, dejó mal posicionado al Ejército y desató
las iras de los altos mandos militares. El golpe constituía todo un desafío que Turbay,
Camacho Leyva y el alto mando no estaban dispuestos a resistir. Reaccionaron con prontitud,
aprovechando los varios errores que cometió el grupo guerrillero, las huellas profusas dejadas
322
Alternativa No. 227, Bogotá, del 23 al 30 de agosto de 1979, “Notas de la Redacción. Traviesos Brigadistas”,
p. 2.
218
323
Alternativa No. 196, Bogotá, del 22 al 29 de enero de 1979, “Golpes y contragolpes. El destape del M-19”,
p. 4.
219
324
El Artículo 28 de la Constitución Política de 1886 decía: “Aun en tiempo de guerra nadie podrá ser penado
ex post facto, sino con arreglo a la ley, orden o decreto en que previamente se haya prohibido el hecho y
determinándose la pena correspondiente. // Esta disposición no impide que aun en tiempo de paz, pero
habiendo graves motivos para temer perturbación del orden público, sean aprehendidas y retenidas mediante
orden del Gobierno, y previo dictamen de los ministros, las personas contra quienes haya graves indicios de
que atentan contra la paz pública. // Transcurridos diez días desde el momento de la aprehensión sin que las
personas retenidas hayan sido puestas en libertad, el Gobierno procederá a ordenarla o las pondrá a
disposición de los jueces competentes con las pruebas allegadas, para que decidan conforme a la ley. (Art. 5º
del Acto Legislativo No. 1 de 1968). [Decreto No. 3642 de 1981].
220
Sin embargo, Alternativa atribuía el destape de Toledo Plata “a la necesidad que sentía el
movimiento, sometido a las más extravagantes teorías sobre su procedencia y objetivos, de
concretar una identidad a través de un dirigente político de reconocida trayectoria
revolucionaria”.325
Mientras nuevos debates se cernían en la izquierda y la derecha, más personas eran detenidas.
Alternativa informaba en artículo siguiente titulado “A dios rogando y con el mazo dando”,
que una de ellas era el actor Carlos Duplat, quien había hecho parte del equipo de Arte de
Alternativa en sus comienzos. La revista se apresuró a aclarar: “Al cierre de edición se
conoció que fueron detenidos Hugo Vásquez Vásquez y Carlos Duplat, antiguo colaborador
de Alternativa, quien se retiró a finales de 1974 por discrepancias en la orientación de la
revista”.326 Se notaba el afán por salvar cualquier responsabilidad seguramente para evitar
medidas contra la revista o integrantes de la misma, habida cuenta los señalamientos que
siempre se habían hecho sobre ella, principalmente por sus relaciones con dirigentes del M-
19. Pero las detenciones habían comenzado desde octubre de 1978, pues en la misma edición
No. 196 se informaba de la detención de 30 estudiantes sindicados de pertenecer al Comando
Pedro León Arboleda, PLA, quienes habían sido llevados a consejo de guerra verbal. Y que
similar situación habían corrido 20 personas acusadas de pertenecer a las Farc. Además, a
tres años de prisión en la isla Gorgona fueron condenados los estudiantes Hugo Martínez e
Isauro López, de la Universidad del Valle, y Fernando Isaza, alumno de bachillerato, por
violaciones al Estatuto de Seguridad. Así, se estrenaba otra decisión de Turbay, en el sentido
de autorizar la remisión de los infractores del Estatuto a la tenebrosa isla prisión sobre el
Pacífico colombiano. Ante toda esta ofensiva represiva y sus repercusiones no solo en
materia de afectación de su propia estructura, sino, y principalmente, de su incidencia
negativa en el recrudecimiento del irrespeto a los derechos políticos de la población, el M-
19 empezaba a repensar su accionar, y Alternativa ya lo anunciaba: “Este desafío al Ejército
podría marcar un viraje en la forma de accionar practicada hasta ahora por el M-19”, decía
la revista en referencia al robo de las armas y a la ola represiva que suscitó. Y agregaba:
325
Ibíd., art. Cit., p. 3.
326
Ibid., “Allanamientos y detenciones. A Dios rogando y con el mazo dando”, p. 6.
221
Se observa de todos modos una discrepancia entre los efectos políticos y represivos
desatados por el golpe y la insistencia de este movimiento en sus últimos boletines en
la necesidad de desarrollar un amplio frente en defensa de las libertades democráticas.
Porque una de las consecuencias inmediatas de la acción fue la de producir más
recortes a estas libertades y fortalecer momentáneamente a los sectores más
reaccionarios y militaristas dentro del Gobierno.327
Según López de la Roche “una de las contribuciones centrales del M-19 a la renovación de
la izquierda está asociada a la revalorización de la democracia como valor y como ideal
estratégico de ordenamiento económico, político-social y cultural de la sociedad”, en
contraposición con la concepción generalizada en la mayoría de las tendencias de la izquierda
colombiana, que consideraban la democracia “como una falacia de la oligarquía, como una
entidad meramente formal y ‘burguesa’”. Decía el investigador:
Podemos afirmar, entonces, que fue esa coyuntura represiva y antidemocrática la que
le permitió al M-19 revisar de manera más clara lo que había sido su visión anterior
de la democracia y, algo muy importante, con ese gran sentido de la oportunidad que
le había caracterizado, percibir el descontento de amplios sectores de la opinión con
la escalada represiva turbayista y levantar la bandera de los derechos humanos y de
las libertades democráticas, que tanta popularidad y simpatía le diera cuando la
organización se tomó la sede de la Embajada de la República Dominicana en 1980
para denunciar ante el mundo las torturas y demás abusos del régimen de Turbay. 329
Es claro que en ese viraje del M-19, y del que pudieron tener otros grupos más adelante, de
una forma o de otra, tuvieron alguna incidencia las reflexiones expuestas en Alternativa,
como las que se hacían en el análisis-balance “El destape del M-19”. Es un mérito que le
reconocen muchos y que a la luz de hoy va apareciendo a medida que más estudiosos ponen
327
Alternativa No. 196, Bogotá, del 22 al 29 de enero de 1979, “Golpes y contragolpes. El destape del M-19”,
p. 4.
328
LÓPEZ DE LA ROCHE, Fabio, Izquierdas y cultura política, ¿oposición o alternativa?, Bogotá, Centro de
Investigación y Educación Popular, Cinep, 1994, pp.281- 282.
329
Ibíd., 282.
222
sus ojos sobre la historia de la revista. Pero, además, como hemos dicho, Alternativa hizo un
aporte muy importante con la denuncia sistemática de los hechos de represión y violación de
los derechos humanos, que contribuyeron a deslegitimar las políticas coercitivas y de
seguridad nacional desarrolladas por sucesivos gobiernos, dado el alcance internacional de
sus denuncias. De manera continua publicaba balances de la marcha de los consejos de guerra
verbales, de las redadas y detenciones masivas, de la represión en los campos, de lo que
ocurría con indígenas y comunidades pobres de barriadas y de persecución contra estudiantes
u obreros.
Por eso, a continuación presentamos cuatro bloques de denuncias, entre muchos otros
publicados por la revista, que pueden ilustrar acerca de su aporte a la denuncia de la violencia
oficial, lo cual derivó en que los gobiernos se vieran obligados, en alguna medida, a tenerlos
en cuenta, no porque quisieran, si por las repercusiones internacionales, especialmente.
1.) “Democracia a la colombiana. Con licencia para matar” es un recorrido día a día de los
hechos ocurridos durante 1978, relacionados con 35 muertes que han quedado en total
impunidad y que fueron perpetradas por organismos del Estado sobre dirigentes sindicales,
populares, políticos y estudiantiles que “han estado vinculados a grupos políticos de izquierda
o que de alguna u otra forma han levantado su protesta contra el orden institucional vigente
en el país”. De acuerdo con la revista, “sin pretender cubrir todos los atropellos,
arbitrariedades, injusticias, y todas las muertes causadas por organismos del Estado, estas 35
vidas cobradas en 1978… no son sino la muestra del estado de guerra que ha declarado la
oligarquía contra el pueblo colombiano”.330 En el informe se mencionaban uno por uno los
casos, mes a mes, con sus nombres y circunstancias. (Ver cuadro No. 8). Entre los casos más
destacados figuraba el informe sobre Juan David Álvarez, estudiante del colegio de Santa
Librada de Cali, asesinado por la Policía durante disturbios ocurridos el 7 de marzo de 1978.
De igual forma, el de otro estudiante, Patricio Silva, de 19 años, de la Universidad Nacional,
muerto a bala en enfrentamientos con la Policía ocurridos dentro del alma máter, un hecho
que conmovió no solo a la comunidad universitaria sino a todo el país. Un tercer caso
330
Alternativa No. 194-195, Bogotá, del 25 de diciembre de 1978 a 22 de enero de 1979, “Democracia a la
colombiana. Con licencia para matar”, p. 15.
223
relevante fue el de Avelino Ul, líder indígena y concejal de la UNO en Toribio, departamento
del Cauca, asesinado por ‘pájaros’ (paramilitares conservadores de la época), a sueldo de
terratenientes. En la misma edición, en el artículo titulado “Justicia militar. Torturen primero,
condenen después”, se registraba que en 1978 fueron convocados siete consejos verbales de
guerra en Bogotá y dos en Medellín. En estos últimos fueron condenados tres activistas por
pertenecer al Frente Revolucionario de Unidad Popular, Frup, entre ellos el escritor Efer
Arocha. En otro juicio militar fueron condenadas 36 personas sindicadas de pertenecer al
ELN. En Bogotá, en uno de los consejos de guerra, 19 personas fueron condenadas a 328
años de prisión. Además, se denunciaba que había cinco juicios castrenses más, en los que
fueron condenados siete estudiantes, cuatro de ellos pertenecientes a la Escuela Superior de
Administración Pública, Esap. Simultáneamente, se esperaban las sentencias en los juicios a
29 universitarios sindicados de pertenecer al PLA y contra siete alumnos de la U. Nacional.
“Como se ve, los militares no están jugando a los soldaditos de plomo”, concluía el informe
de Alternativa, que reclamaba el respeto a los derechos humanos y procesales de por lo menos
150 presos políticos en ese momento.331 De igual manera, en la edición 194-195 se informaba
sobre la creación de la Fundación para la Defensa de los Derechos Humanos, Habeas, de la
que fue nombrado como su primer presidente el consejero editorial de Alternativa, Gabriel
García Márquez. La fundación era auspiciada por jefes de Estado, religiosos, ex presidentes
y otras personalidades, tomaba el nombre de la expresión jurídica habeas corpus (derecho a
la libertad de los reos detenidos arbitrariamente) y “surgía con el propósito de estructurar y
proyectar con más fuerza y eficiencia la solidaridad mundial con los presos políticos,
desaparecidos y exiliados de América Latina y el Caribe”, según le explicó García Márquez
a Alternativa. La fundación aparecía en momentos críticos para Colombia por la violación
de los derechos humanos en el gobierno de Turbay Ayala, y expresaba mucho interés en la
situación en Uruguay, Paraguay, El Salvador y Guatemala, “víctimas de la más feroz
represión”. Los escritores Julio Cortázar, de Argentina, y Nicolás Guillén, de Cuba, figuraban
entre los convocantes de la fundación.332
331
Ibíd., “Justicia militar. Torturen primero, condenen después”, p. 14.
332
Ibíd., “Habeas: de verdad por los derechos humanos”, p. 6.
224
2.) El segundo bloque de denuncias fue publicado por Alternativa en su edición No. 208, del
16 de abril de 1979, bajo el título “Detenciones. El B-2 se los llevó…” (Ver cuadro No.
9). Y como experimentando desesperanza por la continuidad impune de tantos actos de
represión oficial, el lead de la información decía: “Otra semana más con amanecidas
militares, allanamientos, helicópteros, asilados, detenciones, vendas, metralletas”, y en el
segundo párrafo agregaba: “La orden del día en las diferentes brigadas militares del país es
allanar, detener e interrogar, dentro de la ola de represión que no ha parado desde principio
de año”. Y pasaba a enumerar los casos, correspondientes a otra cifra alta: 35, aunque la
publicación advertía que “son muchos más los casos de allanamientos y arrestos que no
trascienden y solamente se conocen en las caballerizas militares y los sótanos de
interrogatorio”. Entre los 35 casos enumerados figuraban los de Carlos Mora, instructor del
Sena, y Nory Sánchez Vargas, a quienes el B-2 les allanó su casa de Cali y se los llevó. En
la capital del Valle del Cauca los detenidos eran llevados a unas caballerizas situadas en el
Batallón Pichincha, en el sur de la ciudad, que se hicieron tristemente célebres por la crueldad
de los suplicios a los que eran sometidos los retenidos allí. En el mismo informe se avisaba
de la liberación del anciano poeta Luis Vidales, a quien el B-2 había detenido al no encontrar
a su hijo Carlos en el sitio de allanamiento. Ni siquiera el hecho de que Vidales fuera
reconocido como una gloria de las letras colombianas impidió que fuera sometido a malos
tratos.333 Según la información, la táctica del B-2 (temido servicio secreto del Ejército)
consistía en liberar por algunos días a los detenidos, hacerles estrechos seguimientos y luego
volver a retenerlos. Así, pues, el afán represivo no se detenía y la Brigada de Institutos
Militares, BIM, informaba que faltaban por lo menos 200 capturas más de militantes del M-
19, movimiento del que hasta esa fecha (16 de abril de 1979) tenían detenidos a 185, lo mismo
que a 53 del Movimiento Autodefensa Obrera y a 83 de las Farc. Un total de 321 presos
políticos. Las quejas por la arbitraria detención del poeta Luis Vidales, uno de los fundadores
del Partido Comunista y autor del libro emblemático Suenan timbres, llevaron al comandante
de la BIM, general Miguel Vega Uribe, a asegurar que el intelectual “fue tratado
correctamente”. Sin embargo, Alternativa, convertida en piedra en el zapato de las versiones
oficiales y oficiosas, cuestionó tal aseveración:
333
Alternativa No. 208, Bogotá, del 16 al 23 de abril de 1979, “Detenciones. El B-2 se los llevó…”, p. 15.
225
En la misma edición, Alternativa incluía una información que, en realidad, constituía todo
un editorial, pues en ella fijaba su posición crítica frente a acciones de la guerrilla que
empezaba a cuestionar seriamente, en lo que algunos consideraron un giro, pues la revista
pasaba del tono de exaltación de la mayoría de las operaciones insurgentes, a una actitud de
rechazo a aquellas que consideraba injustificables e inmersas en el concepto de terrorismo.
Sostenía, además, que esas acciones servían finalmente a los militares, “interesados en
demostrar, por cualquier medio, que la subversión política es la barbarie”. La reflexión estaba
contenida en un texto titulado “Policías asesinados. Estupidez criminal”, que se refería
principalmente a los homicidios de agentes de la Fuerza Pública “por grupos que creen estar
realizando de ese modo actos revolucionarios, como los cometidos en las últimas semanas
por el grupo Pedro León Arboleda, PLA”, el comando maoísta surgido hacia 1975, como
escisión del Ejército Popular de Liberación, EPL. Más adelante sostenía la revista: “Nada
hay más condenable por criminal y estúpido, que matar a un policía por el simple hecho de
que está uniformado, y en consecuencia constituye en teoría ‘el brazo armado del sistema’”.
Y puntualizaba en su estilo irónico: la Oficina de Prensa del Gobierno “puede relamerse de
que haya policías muertos y viudas y huérfanos. Porque ahí no hay tiro perdido para el
Gobierno y sus mentores militares. Tanto los guerrilleros urbanos muertos como los policías
urbanos muertos constituyen una ganancia neta”.335
Entre tanto, tal como lo hizo en otras ediciones, Alternativa publicó en la No. 208 una carta
manuscrita de uno de los estudiantes sindicados de pertenecer al Movimiento Autodefensa
Obrera que lograron asilarse en la Embajada de México en Bogotá. Se trataba de Jesús
Antonio Franco Galeano, quien en su misiva denunciaba las torturas a que fue sometido por
el F-2 de la Policía y el B-2 del Ejército cuando estuvo retenido, sindicado de violar el
334
Ibíd., “Notas de Redacción. Buen trato”, p. 10.
335
Ibíd., “Policías asesinados. Estupidez criminal”, p. 6
226
3.) El tercer bloque de denuncias se titulaba “El Cric. Blanco de la represión” y estaba
contenido en la edición No. 233, del 4 de octubre de 1979. De conformidad con el mismo,
“hasta los resguardos ha llegado el Estatuto de Seguridad para convertirlos en verdaderas
zonas de guerra”.338 (Ver cuadro No. 10). El informe estaba elaborado con base en denuncias
hechas en una mesa redonda convocada por el Centro de Investigación y Educación Popular,
Cinep, sobre los indígenas y el Estatuto de Seguridad, y denunciaba los fenómenos que
estaban afectando a las comunidades nativas del norte del Cauca, tales como “la
militarización de las zonas de los resguardos, el asalto de las cooperativas por parte de
unidades de Fuerza Pública, el asesinato de un centenar de indígenas a manos de bandas de
‘pájaros’ contratados por los terratenientes, torturas y detenciones de líderes”. Allí mismo, el
Comité Regional Indígena del Cauca afirmaba que “los militares acusan a varios de nuestros
compañeros de haber participado en el robo de armas del Cantón Norte en Bogotá”.
336
Ibíd., “Testimonio. Asilado en la Embajada de México relata torturas”, pp. 8-9.
337
Ibíd., “El Evangelio según Alleg”, p. 9.
338
Alternativa No. 233, Bogotá, del 4 al 11 de octubre de 1979, “El Cric. Blanco de la represión”, 22.
227
lo más reciente lo constituye sin duda la deducción que hace la Redacción de Alternativa
sobre los partes médicos de un mismo tono u origen de las muertes de no pocos activistas de
izquierda muertos en sitios de reclusión o a manos de agentes del Estado. “Se ha vuelto moda
la muerte de personas por ‘paro cardiaco’ o ‘edema pulmonar’ en las instalaciones del
Ejército”, empieza diciendo el artículo, precedido de la fotografía de una de las víctimas,
Gustavo Manjarrés, dirigente sindical de los Ferrocarriles Nacionales, muerto en la Base
Militar de Tolemaida, donde se hallaba siendo procesado, en hecho ocurrido el 29 de octubre
de 1979. Otro joven activista de nombre Luis Sánchez corrió la misma suerte en el puerto
militar El Marfil, ubicado en el municipio de Puerto Boyacá. Dos casos fueron puestos de
relieve por la revista: el de Vicente Camelo, muerto en la Base Aérea de Palanquero, en La
Dorada, departamento de Caldas, y el del concejal Darío Arango, en el campo de
concentración instalado por el Ejército en la hacienda Guasimal, en el municipio de Puerto
Berrio.339 “Los comunicados de los mandos militares señalan como causa de la muerte un
edema pulmonar, en el caso de Manjarrés, y un paro cardiaco, en el del joven Sánchez”,
aunque todo indicara que habían fallecido víctimas de las torturas a las que fueron sometidos.
En el mismo documento, entre decenas de casos, se destacaba el de dos estudiantes
sindicados de pertenecer al Movimiento Autodefensa Obrera, MAO, y de haber participado
en el asesinato del ex ministro Pardo Buelvas, quienes tendrían que ser regresados al
continente, al ser declarado inexequible (inconstitucional) el Decreto 2289 con base en el
cual habían sido confinados en la isla prisión Gorgona. En el mismo artículo se informaba
del juicio iniciado a 50 miembros de comunidades indígenas del Cauca, entre ellos Jesús
Avirama, presidente del Cric. De igual forma, se daba a conocer la noticia de la detención de
Álvaro Fayad Delgado, uno de los fundadores y dirigentes del M-19.
Uno de los certámenes destacados que diversas fuerzas sociales y políticas convocaron para
hacer frente a la represión sistemática desatada por el Gobierno de Turbay fue el gran Foro
por los Derechos Humanos, que se realizó entre el 30 de marzo y 1 de abril. Al certamen, que
fue instalado por Alfredo Vásquez Carrizosa, adhirieron dirigentes políticos y
parlamentarios, entre los que se contaban los liberales Hernando Agudelo Villa, Luis Carlos
339
Alternativa No. 238, Bogotá, del 8 al 15 de noviembre de 1979, “Detenciones. De moda los paros cardiacos”,
p. 14.
228
Galán, Roberto Arenas Bonilla, Fabio Lozano Simonelli, Jaime Pinzón, el ex alcalde Emilio
Urrea, Jaime Vidal Perdomo, Apolinar Díaz Callejas, David Aljure y otros. Por el lado
conservador figuraban J. Emilio Valderrama, Roberto Gerlein, Gilberto Alzate Ronga y
parlamentarios de la Costa Atlántica y Antioquia. Doce de los veinte concejales de Bogotá
adhirieron igualmente. Del sector de izquierda y la oposición se encontraban, entre otros, los
parlamentarios comunistas Gilberto Vieira, José Cardona Hoyos, Humberto Criales de la
Rosa y Hernando Hurtado. También, Gerardo Molina, Luis Carlos Pérez, Carlos Bula, José
Gutiérrez y otros dirigentes de Firmes. Por parte de las organizaciones sindicales se
destacaban la CGT, la Cstc, filiales de la UTC y CTC como Utrasan y Fetracun, Unimar,
Asmedas y otras. Asimismo, organizaciones de periodistas, de abogados, el Instituto de
Derecho Procesal, las facultades de derecho, las universidades Central, Autónoma, Inca,
Distrital, Libre y de Risaralda. De la comunidad intelectual adhirieron los pintores Alejandro
Obregón, Omar Rayo, Pedro Nel Gómez, Pedro Alcántara; la escultora Felixa Burztein; el
escritor Gabriel García Márquez; los cineastas Ciro Durán, Jorge Silva, Carlos Álvarez,
Mario Mitriotti; lo mismo que más de 50 artistas de televisión, entre ellos Ronald Ayazo,
Judy Enriquez, María Eugenia Dávila, Alí y Yamile Humar, Gilberto Puentes, Hugo Pérez y
Hernando Casanova. 340
Las denuncias sobre atropellos y actos violatorios de derechos humanos continuaban, como
la realizada por la revista con ocasión de la detención de René Peñaloza, trabajador del área
de Producción de Alternativa. La retención ocurría en el marco de las acciones contra el M-
19 desarrolladas en todo el país por las Fuerzas Armadas.341 La izquierda vivía un clima de
incertidumbre y terror por la ofensiva oficial y por las constantes revelaciones sobre los
suplicios a que eran sometidos los detenidos. Las denuncias se contaban por centenas.342
340
Alternativa No. 202, Bogotá, del 5 de marzo de 1979, “Derechos humanos. Convocan gran foro nacional”,
p. 10. Alternativa No. 205, Bogotá, del 26 de marzo de 1979, “Foro por los derechos humanos. Obispos
adhieren”, p. 14.
341
Alternativa No. 202, Bogotá, del 5 de marzo de 1979, “Detenido empleado de Alternativa”, p. 11.
342
Al respecto pueden consultarse otras ediciones e informes así: No. 203, Bogotá, del 12 de marzo de 1979,
“Foro nacional. Una verdadera amplitud política”, p. 17. “El caso M-19. Más asilos y detenciones”, p. 16. “Santa
Helena, Tolima. Fusilado niño de 15 años”, p. 15. “Torturas. El ritual de decir no”, p. 14. “Iglesia y derechos
humanos. Denunciar toda injusticia”, pp. 2-6. Alternativa No. 205, Bogotá, del 26 de marzo de 1979, “Tortura.
Testimonios del Cauca”, p. 17. “En Estados Unidos. Acusando al gobierno colombiano”, p. 19. Alternativa No.
229
En efecto, la Primera Convención Nacional de Firmes se cumplió con una asistencia nutrida
y la participación de representantes de numerosas organizaciones de la izquierda. La
convención se realizaba entre el 8 y el 9 de noviembre, un poco más de un años después de
229, Bogotá, del 6 de septiembre de 1979, “Al año del estatuto”, p. 1. “Allanamiento a Jesuitas. Otro palo de
ciego”, p. 8. Alternativa No. 236, Bogotá, del 25 de octubre de 1979, “Consejos de guerra. Estreno del 2482”,
p. 7. “Exclusivo. Habla el desaparecido de Tunja: ´Existe un grupo paramilitar que secuestra, tortura y
ejecuta´”, p. 10. Alternativa No. 243, Bogotá, del 12 de diciembre de 1979, “Código Penal. Nuevas penas,
nuevos delitos”, p. 8. Alternativa No. 246, Bogotá, del 10 de enero de 1980, “Informe médico. ¿De qué murió
Darío Arango?”, p. 22. Alternativa No. 249, Bogotá, del 31 de enero de 1980, “M-19. Carta abierta a Turbay”,
p. 14. Alternativa No. 257, Bogotá, del 27 de marzo de 1980, “La Embajada Dominicana. Hacia un arreglo”, p.
14. “Hablan los presos del M-19”, p. 15.
343
Alternativa No. 238, Bogotá, del 8 al 15 de noviembre de 1979, “Carta al Lector. Frente Democrático: aquí
y ahora”, p. 1. Más información sobre el Frente Democrático se pueden encontrar en: Alternativa No. 243,
Bogotá, del 12 de diciembre de 1979, “El Frente Democrático. Se protocolizan acuerdos”, p. 11. Alternativa
No. 249, Bogotá, del 31 de enero de 1980, “Firmes. El Frente Democrático y las elecciones de marzo”, p. 10.
230
344
Alternativa No. 239, Bogotá, del 15 al 22 de noviembre de 1979, “Convención Nacional de Firmes.
Amplitud, unidad, madurez”, pp. 16-18.
231
Finalmente, el Frente Democrático se abrió paso, sin una composición tan amplia como se
había propuesto en un principio, con la participación de fuerzas como Firmes, la Anapo, el
PCC, el MIL y la UNO, con una plataforma mínima de cinco puntos para la acción política
inmediata, al tiempo que definió la elaboración conjunta de un proyecto de programa y su
participación unificada en la campaña electoral de 1980, para cuerpos colegiados, y la
presentación de un programa y un candidato únicos a las elecciones presidenciales de 1982,
345
Ibíd., “Polémica. ¿Se puede improvisar un paro cívico?”, p. 12.
232
“que interpreten los intereses de la inmensa mayoría de los colombianos”, según informaba
Alternativa en su edición No. 246, del 10 de enero de 1980.346
(En esta edición, además, se publicaba una denuncia muy grave en materia de derechos
humanos: el testimonio rendido por un militar retirado, el cabo segundo Germán Pinzón,
quien se había asilado en la Embajada de Costa Rica debido a que no soportó ser testigo de
torturas en las Fuerzas Armadas. El testimonio fue presentado por Alternativa como “una
auténtica primicia internacional”, tratándose de un militar que reconocía, con pleno
conocimiento de causa, “las torturas hechas por sus compañeros de armas en la Base Aérea
de Palanquero”).347
346
Alternativa No. 246, Bogotá, del 10 de enero de 1980, “Frente Democrático. Declaración por la unidad”, p.
14.
347
Ibíd., “Exclusivo. Habla el militar asilado. ‘No soporté que torturaran’”, p. 4.
348
Ibíd., “Frente Democrático. Declaración por la unidad”, p. 14.
233
Según Melo, entre 1977 y 1979 la revista “fue creando un ambiente para un cambio en cierta
manera dentro de la visión de la izquierda”, con la idea de que “era necesario buscar
alternativas diferentes a las tradicionales, a la de la lucha armada guiada por tres o cuatro
modelos internacionales”. El historiador, que tenía en la revista una columna y colaboraba
con informes especiales y análisis, traza en cierta medida una parábola de la vida de
Alternativa desde sus primeros pasos hasta su etapa electoral:
349
CONVERSATORIO con Jorge Orlando Melo, en el acto de presentación de la Exposición Homenaje
Alternativa 40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
234
Esa búsqueda de una salida, de una alternativa nueva, se expresó mucho en algo que
desde el primer número de Alternativa se hablaba y era la necesidad de la unidad de
la izquierda… Yo creo que nunca en la izquierda ha habido alguien que esté contra la
unidad. Siempre se está contra la unidad alrededor de los demás, pero alrededor de
uno nunca se está en desacuerdo. Pero Alternativa no tenía un movimiento político y
lo que creó, de alguna manera --que es otra forma de ambigüedad--, fue… en el año
78-79… un movimiento en el cual un poco de gente dijo: “Firmemos que queremos
un candidato único de la izquierda”. Y se creó Firmes… Alternativa se volvió un poco
un vocero informal simultáneo de Firmes, por una parte, era lo más claro, y, en cierta
manera, un vocero indirecto de la necesidad de proteger a la izquierda reprimida por
la violación de derechos humanos, era el sitio donde uno encontraba todos los
elementos de lucha contra el Gobierno por la violación de derechos humanos y todos
los elementos de información.
Para Melo, varias instituciones defensoras de estos derechos tienen que ver, de una u otra
forma, con Alternativa, partiendo del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos --en el
que participaron Enrique Santos Calderón, Jorge Villegas Arango, Nirma Zárate y Hernando
Corral, entre otros integrantes de la Redacción de la revista--, pasando por la Asociación de
Familiares de Desaparecidos, Asfades, y terminando, eventualmente, en el Comité de
Derechos Humanos, dirigido por el ex canciller Alfredo Vásquez Carrizosa, con
participación de la izquierda del momento. De conformidad con Jorge Orlando Melo,
Alternativa estaba en su mejor momento cuando desapareció, ella fue “un fracaso
económico”, pero, al mismo tiempo, “fue un triunfo político”. Sobre todo por “haber creado
en Colombia una conciencia masiva, pública, amplia de defensa de los derechos humanos,
que continuó jugando muy fuerte en los períodos siguientes”.
Hernando Corral, quien fuera redactor de Alternativa desde 1976, discrepa de Melo y señala
que “Alternativa se acabó porque el sistema no la aguantaba más”, reconoce que había
problemas económicos, pero advierte que “Enrique Santos asumió toda esa crisis de los
últimos años de Alternativa económicamente”. Para Corral, lo más importante, que no hay
que olvidar, es que “a Alternativa le pusieron una bomba (Ver imagen No. 25), que a la casa
de Enrique Santos le pusieron una bomba y las amenazas eran permanentes, porque
Alternativa era muy radical”. Corral rememora, por ejemplo, que en el último periodo
“Álvaro Gómez se dedicó a escribir editoriales diciendo que Alternativa era el brazo
desarmado de la subversión, hasta el punto que el general Camacho Leyva pidió, en un
consejo de ministros, la detención de todos nosotros”.350 Así lo testimonia Corral, para
ilustrar que la opción por la democracia en Alternativa no fue un camino de rosas:
350
CONVERSATORIO con Hernando Corral, en el acto de presentación de la Exposición Homenaje Alternativa
40 Años, Archivo de Bogotá, 27 de noviembre de 2014.
236
Corral insiste: “Había problemas económicos, pero había problemas políticos y si no nos
pasó nada, si quedamos vivos, fue porque lo pensaron dos veces, porque estaban García
Márquez, Enrique Santos, Antonio Caballero, personas de poder en este país”. Según el ex
dirigente sindical, “a los demás nos hubieran pegado un tiro en una calle y no hubiera pasado
nada”. Para él, la revista desato las iras de la clase dominante: “el establecimiento estaba muy
incómodo con Alternativa”, e insiste en que “eso no lo podemos olvidar”, sobre todo “a la
gente joven hay que aclararle estas cosas… contarlo para los jóvenes que no conocen de cerca
estas historias”, porque el de la revista fue “un momento de desapariciones, de muertes, de
persecución política”. Y asegura que los atentados contra la revista fueron cometidos por
servicios de inteligencia militar “para tratar acallar a Alternativa”.
Por su parte, Hernán Darío Correa, otro de los participantes en el Conversatorio realizado
con ocasión de los 40 años de la fundación de Alternativa, y quien militara en la tendencia
socialista trotskista desde 1969, señala que al gobierno de Turbay no se le puede “subsumir
simplemente en el énfasis de represión, del Estatuto de Seguridad que marcó, sin duda, uno
de los límites de proyectos como Alternativa. Turbay introduce es un giro en el país de unos
sectores emergentes ligados a la delincuencia”. Y añade: “El país emprende desde esos años
una ruta, ese es el debate que hay hoy, la disputa entre núcleos tradicionales de las oligarquías
regionales con sectores emergentes que han querido reinventar el país”. Más adelante
recuerda que, en la época, ya “López Michelsen abandonaba definitivamente, para los
sectores dominantes, perspectivas de una reforma agraria en Colombia”. Según él, “Turbay
genera una inflexión en su propuesta de organizar bloques de poder en Colombia de otra
manera”. Y luego trae a colación un elemento clave para el balance histórico: “El otro tema
para la reflexión sobre los límites de esos empeños de la izquierda de los 70 tiene que ver
con la expansión de la clase media”.351 La izquierda de la época, escindida en múltiples siglas
cada una de las cuales reclamaba ser el partido de la clase obrera, sin que realmente la
representara, tenía una composición muy fuerte de clase media. Y la revista reflejaba también
esa clasificación. Correa caracteriza así el decenio de los años 70:
351
CONVERSATORIO con integrantes de la Redacción de Alternativa, en el acto de presentación de la
Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, intervención de Hernán Darío Correa, Archivo de Bogotá, 27 de
noviembre de 2014. Transcripción de grabación de audio de Luis Alfonso Mena S.
237
…había una expansión de la clase media muy notable, que marcaba un peso muy
grande frente a proyectos de clase obrera, de poder obrero, de revolución socialista,
etc. Para mí ahí está el extravío, por ejemplo, del ELN, profundo en el sentido de no
haber descifrado nunca qué pasaba en las ciudades… Finalmente esa clase obrera con
la que estuvimos interpelando todos los 70 se empieza a desaparecer por la
desindustrialización en que se embarca el país en los 80. La clase obrera se acabó. El
sindicalismo pasó de un 14% histórico, a un 3% que tenemos hoy, a parte de todas las
modificaciones hoy del capitalismo globalizado. Es importante ver cómo las
fracciones dominantes optaron por un desarrollo muy ligado al narcotráfico y al
paramilitarismo…
En síntesis, para Correa, “estos ciclos de desarrollo y violencia, con transformaciones incluso
urbanas muy profundas, pueden ayudar a explicarnos el éxito, los límites y la naturaleza de
muchas de esas experiencias para no darnos golpes de pecho”, pues considera que no se
puede seguir insistiendo en que la crisis de la izquierda depende solo de su sectarismo. “Me
parece que ese debate hoy, con el reingreso de la insurgencia, si se quiere, por fin, histórico,
es un debate que no pude tener ese sesgo simplemente de una izquierda eternamente sectaria,
dividida…”
Para otro lector de Alternativa, Alberto Herrera, ingeniero con inquietudes periodísticas,
como él se define, “hoy, 34 años después de que se acabó Alternativa, lo que se hizo, lo que
se denunció, lo que se escribió no está muerto” Y a renglón seguido considera que 40 años
después de fundada la revista la escisión en la izquierda si es un asunto determinante: “esa
división está más clara que nunca. Es entre los que apoyaron la lucha armada y los que nunca
estuvimos de acuerdo con ella”. Agrega que, desde su punto de vista, “en estos 40 años se ha
formado una corriente democrática que de verdad ha jugado su papel, y que lo ha jugado hoy
más que nunca evitando un régimen autoritario y paramilitar en Colombia”. Para él, los
últimos 40 años “no han pasado en vano; por el contrario, hoy más que nunca nos
identificamos en que Colombia tiene una salida, como no la tuvo 40 años atrás”.352
Entre tanto, para la periodista María Cristina de la Torre, quien hiciera parte de la Redacción
de Alternativa hasta septiembre de 1976, el balance del ciclo vital de la revista es sencillo:
352
CONVERSATORIO con integrantes de la Redacción de Alternativa, en el acto de presentación de la
Exposición Homenaje Alternativa 40 Años, intervención de Alberto Herrera, Archivo de Bogotá, 27 de
noviembre de 2014, transcrita de grabación de audio por Luis Alfonso Mena S.
238
“Nació con dos ideas fundacionales importantes. La primera, abrir una ventana de expresión
para la izquierda, y la segunda, propender por la unidad de la izquierda. Lo primero se logró
con creces, lo segundo era imposible”. A la luz de 2015, sostiene que un sector amplio de la
izquierda de hoy sería muy parecido a la izquierda que buscó ser o ayudar a construir
Alternativa, aunque las preeminencias en los sectores revolucionarios eran diferentes, más
partidarios de la lucha armada, críticos acérrimos de lo que se denominaba el “reformismo”,
el “revisionismo” y el “pacifismo”:
Santiago Rojas, quien tuvo a su cargo la investigación para la exposición en homenaje a los
40 años de Alternativa, destaca que la revista es “una gran fuente de investigación y de
memoria histórica”. Según dice, “para la izquierda es muy relevante ver lo que pasó en esos
años, aceptar las dificultades históricas que ha tenido para encontrar espacios de
convergencia, aprender de los errores del pasado y ver cómo se mueve hacia adelante”.354
Antonio Caballero, que fuera jefe de redacción de Alternativa desde 1977, dice que “… a
pesar de la dificultad de las divisiones y de las discusiones internas, pues muchas veces había
que discutir un artículo durante horas, de todas maneras escribíamos con una absoluta
libertad”. Caballero, además, establece diferencias calve con lo que ocurría hace 40 años:
Aunque la izquierda haya crecido numéricamente, sin dudarlo --es decir, unos
resultados como los que obtuvo Carlos Gaviria en las elecciones presidenciales (de
2006) en la época de Alternativa era una cosa absolutamente inimaginable, que no se
podía ni siquiera soñar--, hace 40 años ocurría lo contrario: Álvaro Gómez podría
decir que Colombia era un país conservador que votaba liberal. Ahora, según una
353
ENTREVISTA a Cristina de la Torre, exredactora de la revista Alternativa, programa Semana en Vivo.
[Online]. Bogotá Canal Cablenoticias, 18 de diciembre de 2014. [Consultado: 27 de enero de 2015]. Disponible
en: http://www.semana.com/nacion/multimedia/semana-en-vivo-antonio-caballero-colombia-piensa-la-
izquierda-pero-vota-la-derecha/412655-3
354
ENTREVISTA a Santiago Rojas, investigador de la exposición Homenaje a 40 Años de Alternativa, programa
Semana en Vivo. [Online]. Bogotá Canal Cablenoticias, 18 de diciembre de 2014. [Consultado: 27 de enero de
2015]. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/multimedia/semana-en-vivo-antonio-caballero-
colombia-piensa-la-izquierda-pero-vota-la-derecha/412655-3
239
encuesta que publica Semana de Gallop, es un país que piensa a la izquierda, pero que
vota a la derecha. Hace 40 años había más periódicos y revistas en Colombia que los
que hay hoy. Hoy todo eso prácticamente ha desaparecido. Yo creo que es un
problema mantener la prensa, independientemente de si es de izquierda o no es de
izquierda, mantener la prensa independiente, una prensa independiente de
ultraderecha tampoco sería fácil de mantener ahora.355
Alternativa fue una visión muy temprana de los acontecimientos actuales de América
Latina de manera que yo no me circunscribiría con Alternativa al mapa colombiano,
sino que lo trascendería a América Latina, es una tesis para América Latina, la unión
de pequeñas minorías, la propuesta de reformas evolutivas del Estado. Que es lo que
hace Alternativa y en eso hay un rompimiento con Frente Unido y con los partidos
que se proclaman marxistas-leninistas, y es que Alternativa propone un cambio
revolucionario, pero en evolución permanente. Alternativa dio un marco conceptual
y político a lo que hoy está ocurriendo en América Latina. Entonces no nos
355
ENTREVISTA a Antonio Caballero, ex jefe de Redacción de la revista Alternativa, programa Semana en Vivo.
[Online]. Bogotá Canal Cablenoticias, 18 de diciembre de 2014. [Consultado: 27 de enero de 2015]. Disponible
en: http://www.semana.com/nacion/multimedia/semana-en-vivo-antonio-caballero-colombia-piensa-la-
izquierda-pero-vota-la-derecha/412655-3
356
Sobre el periódico Frente Unido, Kaim Torres explica: Su propio nombre lo dice. En el comité de redacción
de Frente Unido estaba el Partido Comunista, estábamos nosotros el ML, estaba la Jmrl (Juventud del MRL),
estaba la Democracia Cristiana, que en Colombia estuvo un poco a la izquierda por mucho tiempo. Camilo
Torres logró eso, aglutinarnos… Si ese líder hubiera permanecido vivo la suerte del país sería diferente. Era un
líder magnífico, carismático, capaz de unir, pero Jaime Arenas, que era una persona muy atractiva
políticamente, lo convenció para esa escaramuza de ir al monte.
357
ENTREVISTA a Fred Kaim Torres, líder estudiantil de los años 70, realizada en Cali por Luis Alfonso Mena S.
el 16 de marzo de 2015.
240
Kaim Torres coincide con otras voces tenidas en cuenta para esta investigación y sostiene:
“Alternativa fue un escudo contra la represión. Es decir, no se podía reprimir fácilmente
porque Alternativa lo decía y le tenía miedo el Estado, porque cualquier nota de la revista era
reproducida por agencias internacionales en las que tenía mucha influencia”. De esta manera,
según Kaim, el que libró la publicación “fue un combate con lanza y con escudo. Si nos
vamos con la lanza sola, nos acribillan; si nos vamos con el escudo solo, no hacemos nada.
Hay que ir con lanza y con escudo. Alternativa fue un escudo”. El periodista concluye que
“sin Alternativa la represión habría sido más violenta y sin Alternativa no hubieran surgido
los dirigentes que fueron apareciendo”.
A manera conclusión:
Hemos dicho que Alternativa realizó aportes muy importantes, que no han sido
reconocidos en su verdadera magnitud, ni por la historiografía ni por el espectro
político nacional, en la apertura de espacios para la izquierda, tanto por la búsqueda
de su unidad --así pareciera una tarea romántica de éxitos imposibles y resultados
absolutamente impredecibles--, como por la denuncia de un estado cada vez más
autoritario y militarista, represivo e indolente ante las desigualdades sociales, denuncias
que tuvieron honda repercusión nacional y mundial y constituían un gran escudo de
protección de la izquierda y la oposición; y, finalmente, por los escenarios de amplitud
política que propició, una vez fracasada la misión autoimpuesta de redimir a la
izquierda de su histórica fragmentación, primero con la participación decidida en la
creación del movimiento Firmes y, luego, con el auspicio del Frente Democrático y su
participación en los comicios de 1980. La historia de Alternativa es también, la historia
de la izquierda colombiana, un espejo de ella en una etapa de exclusión y hegemonía
bipartidista, el periodo pos Frente Nacional.
241
242
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 187, Fuente: Revista Alternativa, edición No. 205,
Bogotá, 6 de noviembre de 1978, portada. Bogotá, 26 de marzo de 1979, p. 5.
IMAGEN No. 25
EL ATENTADO A ALTERNATIVA IMAGEN No. 26
¡FIRME!.. Y DESPUÉS, FIRMES
Fuente: El Espectador, edición No. 24.468, Bogotá, Fuente: Revista Alternativa, edición No. 250,
12 de noviembre de 1975, portada. Bogotá, 7 de febrero de 1980, p. 7.
243
CONCLUSIONES
d.) la visibilización de las formas de respuesta de las comunidades y de sus acciones (huelgas
obreras, paros cívicos, movilizaciones campesinas, protestas barriales, agitación estudiantil,
acciones insurgentes) a lo largo del país;
e.) el otorgamiento de voz a las clases subalternas, lo mismo que a sus mecanismos de
agrupación (sindicatos, asociaciones agrarias, gremios estudiantiles, colectivos de base,
guerrillas);
f.) la crítica de los medios de comunicación de las élites y de su papel dentro del soporte del
statu quo;
g.) la difusión de la multiplicidad de mecanismos de expresión con que las fuerzas
alternativas hacían contrainformación o simplemente respondían al avasallante poder del
bipartidismo totalizante;
h.) el destacar las formas diversas y alternas de arte y cultura;
i.) servir de canal de difusión de estudios sobre la otra historia, la narrada desde abajo, que
en la “gran prensa” y en la gran escuela del sistema no bullían;
j.) presentar desde otra óptica lo que ocurría en el mundo, de manera especial en América
Latina, África y los países del llamado Tercer Mundo;
k.) dar cabida a articulistas que escribían desde miradas distintas a las de los columnistas y
editorialistas de los medios de la burguesía dominante.
l.) otorgar importancia a la información regional y a sus corresponsales, con los cuales formó
toda una escuela de periodismo desde abajo.
Pero al lado de esas temáticas, Alternativa desarrolló, y fue una de nuestras hipótesis, un
ejercicio fundamental: trató de abrir espacios de participación democrática a sectores
excluidos por el sistema y sus sucesivos regímenes políticos. Y lo hizo tocando por lo menos
tres aspectos medulares:
a.) los efectos del Frente Nacional sobre la cultura política del país;
b.) la denuncia de la represión y la violación de los derechos humanos perpetradas por los
gobiernos enmarcados en sus 16 años de pacto y en los años de su prolongación fáctica, y
c.) la lucha porque la izquierda colombiana tuviera un medio, aunque fuera uno solo, en el
que todas sus islas se pudieran expresar, al tiempo que en él se divulgaran sus ejecutorias y
se promoviera el debate en procura de una utópica unidad.
Asimismo, la revista dio cabida de manera permanente y hasta cierto punto audaz, a riesgo
de la censura y de las interpretaciones de mala fe procedentes de la derecha (que incluso
ocasionaron dos atentados terroristas en su contra), a la mayoría de los movimientos alzados
en armas de la época (M-19, ELN, EPL, Farc, Comando PLA, ADO) y contó la historia de
otros que, surgidos en la época del Frente Nacional (el Moec 7 de Enero de Antonio Larrota,
o las guerrillas del Vichada, del médico Tulio Bayer, por ejemplo), fueron tributarios de las
insurgencias aparecidas durante el Frente Nacional.
Quedó muy claro a lo largo del recorrido por la historia de Alternativa el nexo que no pocos
de los integrantes del equipo de la revista tenían con el M-19, especialmente con su creador
y máximo líder, Jaime Bateman Cayón (‘Pablo’ o ‘El Flaco’), de quien varios de los
militantes de la organización guerrillera e investigadores sociales aseguran que contribuyó a
la financiación de la publicación en varios tramos de su circulación. Fue evidente, de igual
manera, la identidad en términos políticos de los fines de la revista con los del movimiento
alzado en armas, por lo menos en tres puntos:
c.) la generación de un nuevo lenguaje que procuraba romper con el acartonado y monótono,
predecible y partidista, de la inmensa mayoría de los medios de prensa de los partidos y
tendencias de la izquierda del momento.
Las oleadas represivas desatadas por los gobiernos de Pastrana Borrero, López Michelsen y,
especialmente, de Turbay Ayala como reacción a las luchas populares pero, también, a las
acciones de las guerrillas, fueron generando una reacción contraria a la violación de los
derechos humanos de detenidos y personas perseguidas. Particular crudeza revistió la
instauración del Estatuto de Seguridad, con la consiguiente serie de medidas autoritarias y
violatorias de los derechos ciudadanos, con detenciones masivas y confinamiento en centros
de torturas de centenares de hombres y mujeres sindicados de pertenecer a los movimientos
insurgentes, entre quienes muchos eran señalados sin pruebas y arbitrariamente. Las
denuncias e investigaciones realizadas por Alternativa fueron de tal naturaleza que
indudablemente contribuyeron a generar una conciencia ciudadana de rechazo a tales
procedimientos, ya en los estertores de su existencia, durante los primeros meses de 1980.
Aunque finalmente por diversos problemas Alternativa cerró, su periplo dejó logros
importantes, en la medida en que su denuncia del autoritarismo terminó desacreditando la
violencia contra la oposición, y esto repercutió en los procesos de diálogo iniciados por
posteriores gobiernos con las guerrillas.
Asimismo, podría decirse que la revista contribuyó a generar una nueva mentalidad en
sectores de izquierda, al asumir, sobre todo al final de su circulación, una actitud crítica frente
a determinadas tácticas y acciones de la insurgencia.
que facilitara su expresión sin tomar partido, por lo menos teóricamente. Lo hizo en variados
espacios en los que se expresó la izquierda política y social:
Agudelo Villa, Gilberto Alzate Ronga, Fabio Lozano Simonelli, Roberto Arenas, Apolinar
Díaz Callejas, Jaime Vidal Perdomo y Jaime Pinzón López.
a.- Una verdad de Perogrullo: el éxito de esta modalidad de periodismo comienza con su
estabilidad económica, pues a lo largo de la historia muchas empresas de su naturaleza, con
todo el entusiasmo y justificación que tuvieron, fracasaron. Y aunque detrás de Alternativa,
como lo detectamos en esta investigación, se encontraban al principio cinco grupos
fundadores que, podría pensarse, luego de identificarlos, serían garantía por lo menos de su
sostenibilidad, no ocurrió así. Detrás estaban Gabriel García Márquez con su reconocimiento
mundial, sus aportes monetarios cada tanto y su cercanía con el grupo de Enrique Santos
Calderón y su Fundación Pro Artes Gráfica, que figuraba a la sombra de las acciones que el
conocido columnista tenía con su familia en El Tiempo, el periódico más poderoso del país;
en segundo lugar, el grupo de Orlando Fals Borda y la Fundación La Rosca de Investigación
y Acción Social, con recursos derivados de la ayuda internacional que recibía; en tercer lugar,
Jaime Bateman Cayón y el M-19, de quienes se reconoce su enorme influencia, no solo
política sino económica en los momentos críticos de la revista. Había dos grupos más, el de
Bernardo García (procedente de la Universidad del Valle) y el del Taller 4 Rojo de Bogotá,
que aportaban iniciativa, periodismo y arte, pero no recursos económicos. A pesar de todo lo
anterior, la revista claudicó por la falta de financiación, además de factores políticos y
desacuerdos internos. Los mecanismos del mercado terminaron haciendo estragos en la
publicación, cuyos únicos avisos eran pequeños anuncios de librerías y editoriales de
izquierda. Solo un aviso de una empresa grande se publicó en sus páginas (edición No. 232,
del 27 de septiembre de 1979, p. 12). Era de la empresa de automóviles Fiat, que no volvió a
aparecer por intrigas desde las altas esferas del Gobierno.
251
b.- El periodismo alternativo, por definición, implica una dirección más o menos horizontal
que permita la participación democrática de los componentes del colectivo laboral en la toma
de decisiones. En Alternativa las diferencias entre los grupos que la integraban y la falta de
recursos económicos suficientes atentaron siempre contra su estabilidad. La adopción de
determinaciones desde un mando vertical (hasta el punto de que a Santos Calderón y su grupo
se les tildaba de ser el “santo-estalinismo” en la revista) parece haber sido una experiencia
que generó crisis en la publicación y demostró que en ella se reproducía en micro lo que
flagelaba a la izquierda de la época en macro: no se sabían resolver las diferencias con el tino
necesario entre humanistas y forjadores de nuevas ideas. Las crisis de septiembre de 1974 (la
salida de Fals Borda y el grupo de trabajadores de base influenciados por el M-19, que incluso
demandaron por incumplimiento de sus deberes laborales a García Márquez, a quien
identificaron como un patrón capitalista más) y de finales de 1976 (el retiro de Bernardo
García y María Cristina de la Torre por diferencias con Santos Calderón y su Fundación en
el manejo y orientación política de la revista), amén de otras crisis menores, como la generada
con el gerente José Vicente Kataraín, o la ocurrida con la mayoría de los integrantes del grupo
Taller 4 Rojo (artistas altruistas que reclamaban mayor participación en la toma de
decisiones), ponen en evidencia que la elaboración de la coexistencia de posiciones
divergentes, aunque identificadas en los asuntos fundamentales (un nuevo modelo de país, la
necesidad de la revolución social, incluso el socialismo como ideal estratégico) es una tarea
aplazada, que hizo parte también de la urgencia de generar escenarios democráticos internos.
Como se ve, la revista no estuvo exenta de la reproducción de comportamientos típicamente
capitalistas en lo laboral, una circunstancia que siempre ha atentado contra empresas
alternativas, pues si bien la disciplina y el cumplimiento de tareas deben identificar un
proyecto laboral serio (y ello es absolutamente necesario), también es cierto que la
solidaridad, el compañerismo y el cumplimiento de los derechos laborales en primer lugar, y
como en ninguna otra entidad, deben ser soportes de la empresa alternativa.
c.- Alternativa fue una revista que reflejó el pensamiento y la acción de capas medias
radicalizadas, que terminaron asumiendo, con el paso de los años, posiciones moderadas,
luego de los golpes represivos del sistema y de la vida misma. La revista fue objeto de
intentos de censura oficial al principio y de atentados terroristas de derecha luego (uno contra
252
la sede y otro contra el director, Santos Calderón), aparte del cerco económico. Alternativa
siempre se movió en medio de una gran paradoja: pretendía contribuir a la generar conciencia
y unidad en las clases populares, en el proletariado y el campesinado, pero su centro de
circulación eran sectores de la pequeña burguesía y las capas medias, universitarios,
intelectuales y empleados. Un dilema hasta hoy no resuelto por la prensa de oposición y en
el periodismo de izquierda en Colombia.
d.- A la luz de hoy, resulta paradójico que la experiencia de unidad promovida por Alternativa
de manera temprana no fructificara en la tierra donde se propuso, pero sí ocurriera en otras
tierras hermanas de América Latina, en donde procesos de frentes políticos y unidad de
minorías han contribuido a la asunción al poder gubernamental de movimientos amplios,
plurales como los que buscaba la revista, a partir de su experiencia con los procesos de unidad
por la defensa de los derechos humanos, la formación de Firmes y su contribución posterior
al Frente Democrático.
FUENTES DOCUMENTALES
253
Carta de Bernardo García a Antonio Caballero, Jorge Restrepo, Enrique Santos y María
Teresa de Santos, Bogotá, 6 de mayo de 1976, Archivo de Bogotá.
La colección de Alternativa del Pueblo, que empezó a circular como disidencia de la anterior
a partir del número 19 (24 de octubre a 6 de noviembre de 1974), se encuentra también en
soporte físico, clasificada por tomos de la siguiente manera:
1 (agosto de 1996).
2 (septiembre de 1996),
3 (octubre de 1996)
5 (diciembre de 1996).
18 (abril de 1998).
21 (marzo de 1999).
255
22 (mayo-junio de 1999).
FUENTES ORALES
ENTREVISTA con Fred Kaim Torres, líder estudiantil de los años 70, Cali, 26 de marzo de
2015.
FUENTES PERIODÍSTICAS
BRAUN, Herbert. “¿Qué pasó con los intelectuales en Colombia?”. En: revista Número No.
31, Bogotá, diciembre de 2001-enero de 2002.
CANO, Ana María y otra. “Carlos Soria. ´La noticia es una vulgar mercancía´”. En: diario
El Mundo, Medellín, viernes 17 de julio de 1981.
DUZÁN, María Jimena. “No pierdo las esperanzas…”. En: Semana, No. 1582, Bogotá,
agosto 27 a septiembre 3 de 2012.
GARCÍA, Bernardo. “La trilliza revista. ‘Las Palabras de Alternativa’, según H. Braun”, en:
revista Número No. 52, Bogotá, marzo-abril de 2007.
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. “Bateman: un misterio sin final”. En: Semana, No. 70,
Bogotá, 6 al 12 de agosto de 1983.
GÓMEZ BUENDÍA, Hernando. “Mil semanas de política”. En: Semana, No. 1000, Bogotá,
julio 2 al 9 de 2001.
KALMANOVITZ, Salomón. “Mis padres y yo”. En: El Malpensante, No. 40, Bogotá, 1 de
agosto a 15 de septiembre de 2002.
REDACCIÓN DE SEMANA. “El Tiempo en bluyines”, En: Semana, No. 13, Bogotá, 3 al 9
de agosto de 1982.
257
REDACCIÓN DE VOZ. “¿Hacia dónde va el periodismo popular?” En: Separata Voz, No.
1605, Bogotá, agosto 30 de 1990.
ROMERO OSPINA, Roberto. “Habla María Teresa Herrán sobre la pelea de los grandes
medios. Los trapos sucios al sol”. En: Voz, Bogotá, febrero 13 de 1992.
SÁNCHEZ, Gonzalo. “Una guerra con pasado, pero sin futuro”. En: Semana, No. 1582,
Bogotá, agosto 27 a septiembre 3 de 2012.
SANTOS CALDERÓN, Enrique. “El libro de López”. En: Semana, No. 989, Bogotá, 16 al
23 de abril de 2001.
VALENCIA, León. “El más grande fracaso”. En: Semana, No. 1582, Bogotá, agosto 27 a
septiembre 3 de 2012.
VARIOS. “La Alternativa que soñamos”, en: revista Alternativa, Nueva Época, No. 1, agosto
de 1996.
VEGA, Carlos Mauricio. “La revista que nació a pesar del poder”. En: Semana, No. 1582,
Bogotá, agosto 27 a septiembre 3 de 2012.
VIDAL, Margarita. “El dictador de este país es el general Camacho Leyva. Entrevista a Darío
Echandía”. En: Cromos. Edición 95 años, No. 4812, Bogotá, 17 de junio de 2011.
WALSH, Rodolfo. “Carta abierta a la junta militar argentina”. En: Semanario Cultural El
Pueblo, Cali, domingo 4 de septiembre de 1977.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
_____________. Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo.
Bogotá, Editorial Planeta Colombiana, 2004.
ARAM, Aharonian. Vernos con nuestros propios ojos. Apuntes sobre comunicación y
democracia. Caracas, Fundación Editorial El Perro y la Rana, 2013.
ARIAS TRUJILLO, Ricardo. “Del Frente Nacional a nuestros días”. En: Historia de
Colombia. Todo lo que hay que saber. Bogotá, Editora Aguilar, 2006.
ARIZA, Patricia y otros. Bateman. Testimonio múltiple sobre Jaime Bateman Cayón.
Político, guerrillero, caminante. Bogotá, Planeta, 1992.
CACUA PRADA, Antonio. Historia del periodismo colombiano. Bogotá, Ediciones Sua,
1983.
CEPEDA VARGAS, Manuel. “Colombia: ´un Vietnam silencioso´”. En: Problemas. Revista
Internacional, No. 5, Bogotá, Revista Teórica e Informativa de los Partidos Comunistas y
Obreros, marzo 31 de 1987.
COLLINS, Charles David. La prensa y el poder político en Colombia: tres ensayos. Cali,
Universidad del Valle-Cidse, 1981.
COMISIÓN DEL COMITÉ CENTRAL. Treinta años de lucha del Partido Comunista de
Colombia. Bogotá, Ediciones Los Comuneros, 1976.
260
CHILD, Jorge. Fin del Estado. Desestabilización política, caos institucional. Bogotá,
Grijalbo, 1993.
DELGADO, Álvaro. “Doce años de luchas obreras”. En: Estudios Marxistas, No. 7, Bogotá,
Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1975.
_________________. “En torno a la crisis de UTC”. En: Estudios Marxistas, No. 9, Bogotá,
Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1975.
_________________. “El paro cívico nacional”, En: Estudios Marxistas No. 15, Bogotá,
Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1978.
FALS BORDA, Orlando. ¿Por qué el socialismo ahora? Retos para la izquierda
democrática. Bogotá, Fundación Nueva República, 2003.
FAZIO VENGOA, Hugo. Después del comunismo. La difícil transición en Europa central y
oriental. Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1994.
FERRO MEDINA, Juan Guillermo y otra. El orden de la guerra. Las Farc-EP: entre la
organización y la política. Bogotá, Centro Editorial Javeriano, 2006.
FLOREZ, Lenin. “Notas sobre el trabajo del historiador en Colombia”. En: Estudios
Marxistas, No. 9, Bogotá, Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1975.
FONNEGRA, Gabriel. La prensa en Colombia. ¿Cómo informa? ¿De quién es? ¿A quién le
sirve? Bogotá, El Áncora Editores, 1984.
GARCÍA CANCLINI, Néstor. “De los medios a las mediaciones: lecturas inesperadas”. En:
Mapas nocturnos. Diálogos con la obra de Jesús Martin-Barbero. Bogotá, Universidad
Central, 1998.
261
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel y otros. Los sandinistas. Bogotá, Editorial la Oveja Negra,
1979.
GIRALDO, Manuel. Crónica oculta del conflicto. Caracas, Fundación Editorial El Perro y
la Rana, 2010.
GONZÁLEZ, Beatriz. “Gráfica crítica entre 1886 y 1900”, En: Medios y nación. Historia de
los medios de comunicación en Colombia. Bogotá, Editora Aguilar, Altea, Taurus,
Alfaguara, 2003.
GUTIÉRREZ SANÍN, Francisco. ¿Lo que el viento se llevó? Los partidos políticos y la
democracia en Colombia (1958-2002). Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2007.
HERRÁN, María Teresa y otro. Ética para periodistas. Bogotá, Tercer Mundo Editores,
1995.
_________________. Reflexiones a partir del debate sobre el libro Cambiar el mundo sin
tomar el poder. Caracas, Monte Ávila Editores, 2006.
JARAMILLO PANESSO, Jaime. La espada de Bolívar. El M-19 narrado por José Yamel
Riaño en conversación con Jaime Jaramillo Panesso. Medellín, Fondo Editorial ITM, 2006.
JARAMILLO URIBE, Jaime. “Prensa política y cultura en el siglo XIX”. En: Medios y
nación. Historia de los medios de comunicación en Colombia. Bogotá, Editora Aguilar,
Altea, Taurus, Alfaguara, 2003
JIMENO, Ramón. Oiga hermano. La promesa que será cumplida. Bogotá, Ediciones
Macondo, 1984.
KAIM TORRES, Fred. ¿En Colombia por qué dejamos matar? Magnicidios/genocidios,
desde la conquista hasta la octava república. Coedición Fica-La Casa Grande, 2015.
KAPUSCINSKI, Ryszard. Los cinco sentidos del periodista. (Estar, ver, oír, compartir,
pensar). México, Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, 2003.
LEÓN, Juanita y otro (editores). Años de fuego. Grandes reportajes de la última década.
Bogotá, Editorial Planeta Colombiana, 2001.
LEÓN PALACIOS, Paulo César. “El M-19 y la subversión cultural bogotana en los setenta:
el caso de la revista Alternativa”. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura,
No. 35, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2008.
MATTA ALDANA, Luis Alberto. Colombia y las Farc-EP. Origen de la lucha guerrillera.
Testimonio del comandante Jaime Guaraca. Tafalla (Navarra, España), Editorial Txalaparta,
1999.
MEDINA, Álvaro. “´Mito´, una revista de la burguesía”. En: Estudios Marxistas, No. 14,
Bogotá, Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1977.
MELO, Jorge Orlando (coordinador). Colombia hoy. Perspectivas hacia el Siglo XXI.
Bogotá, Siglo XXI Editores, 1991.
MELO, Héctor. “Quien controla los medios de comunicación en Colombia”. En: Teoría y
práctica en América Latina, No. 11, mayo 1978.
NOVOA, María Ester y otra. Régimen y sistema político colombiano II. Bogotá, Escuela
Superior de Administración Pública, Esap, 2008.
ORDÓÑEZ BURBANO. Luis Aurelio, Mataron a Jalisco. 26 de febrero, el día que todo
estuvo a punto de estallar. Cali, Universidad del Valle, 2011.
264
OVIEDO, Álvaro. “Maoísmo y trotskismo en Colombia”. En: Estudios Marxistas, No. 13,
Bogotá, Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1977.
RAMOS GARBIRAS, Alberto y otro. Populismo radial en Cali. Cali, Universidad Libre
Seccional Cali, 1993.
RANDALL, Stephen. Alfonso López Michelsen. Si vida, su época. Bogotá, Villegas Editores,
2007.
RESTREPO, Juan. “Colombia en la prensa española”. En: Medios y nación. Historia de los
medios de comunicación en Colombia. Bogotá, Editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara,
2003.
RESTREPO, Laura. Historia de una traición. Bogotá, Plaza & Janes, 1986.
REYES, Gerardo. “Los rastrilladores colombianos”. En: Medios y nación. Historia de los
medios de comunicación en Colombia. Bogotá, Editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara,
2003.
RINCÓN, Omar. “De lo unicultural masivo a las identidades sociales”. En: Medios y nación.
Historia de los medios de comunicación en Colombia. Bogotá, Editora Aguilar, Altea,
Taurus, Alfaguara, 2003.
RODRÍGUEZ BAQUERO, Luis Enrique y otros. Historia de Colombia. Todo lo que hay
que saber. Bogotá, Aguilar y Aldeas Taurus Alfaguara, 2006.
SANDOVAL, Luis. Polo Democrático Alternativo. ¿Hacia dónde? ¿Con quiénes? Bogotá,
Centro de Pensamiento Democracia Hoy, 2009.
266
SALAZAR PALACIO, Hernando. La guerra secreta del cardenal López Trujillo. Bogotá,
Ediciones Temas de Hoy, 1996.
SALGAR, José. “Periodismo del siglo XX y perspectivas para el siglo XXI”. En: Medios y
nación. Historia de los medios de comunicación en Colombia. Bogotá, Editora Aguilar,
Altea, Taurus, Alfaguara, 2003
SILVA, Renán. Prensa y revolución a finales del Siglo XVIII, Contribución a un análisis de
la formación de la ideología de independencia nacional. Bogotá, Banco de la República,
Colección Bibliográfica Historia Colombiana, 1988.
SIN NOMBRE DE AUTOR. “El paro cívico, una batalla popular”. En: Documentos
Políticos, No. 127, Bogotá, Revista del Partido Comunista de Colombia, septiembre-octubre
de 1977.
SIN NOMBRE DE AUTOR. Acuerdos de Paz. Bogotá, Red de Solidaridad Social, 1999.
SORELA, Pedro. El otro García Márquez. Los años difíciles. Biografía. Bogotá, Editorial
Oveja Negra, 1989.
SUÁREZ, Jaime Hernán. “Tribuna del pueblo”. En: Documentos Políticos, No. 134, Bogotá,
Revista del Partido Comunista de Colombia, enero-febrero de 1979.
VALLEJO MEJÍA, Maryluz. A plomo herido. Una crónica del periodismo en Colombia
(1880-1980). Bogotá, Planeta, 2006.
VALLEJO, Víctor Hugo. Génesis del periodismo en el Valle del Cauca. Cali, Academia de
Historia del Valle del Cauca, 2005.
VÁSQUEZ BENÍTEZ, Edgar. Historia de Cali en el siglo XX. Sociedad, economía y cultura.
Cali, Universidad del Valle, Esap Valle, 2001.
268
VÉLEZ RAMÍREZ, Humberto y otro. Militares, guerrilleros y autoridad civil. El caso del
Palacio de Justicia. Cali, Universidad del Valle y Universidad Javeriana, 1993.
VILLA RODRÍGUEZ, Fabio. “Política petrolera del Frente Nacional”. En: Estudios
Marxistas, No. 8, Bogotá, Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 1975.
VILLARRAGA SARMIENTO, Álvaro y otro. Para reconstruir los sueños. Una historia del
EPL. Bogotá, Fondo Editorial para la Paz, 1994.
WEBGRAFÍA
BHOR, Stanislaus. Nacimiento y caída de la prensa roja. En: El Magazín Online, Bogotá,
Magazín del diario El Espectador, 21 de noviembre de 2010 y ss. [Consultado el 21 de
noviembre de 2010]. Disponible en:
<http://blogs.elespectador.com/elmagazin/2010/11/21/nacimiento-y-caida-de-la-prensa-
roja-en-pdf/>
269
GUTIÉRREZ SANÍN, Francisco. “Izquierda política en Colombia: ¿qué tan viable?” En: El
Malpensante No. 119, Bogotá, mayo de 2011. Disponible en:
<http://elmalpensante.com/articulo/1911/izquierda_politica_en_colombia_que_tan_viable>
LEÓN PALACIOS, Paulo César. “El primer año de la Revista Alternativa”, Ponencia
presentada en el 3er Foro Nacional de Comunicación Alternativa, Bogotá, 2007. [Consultado
el 21 de noviembre de 2010]. Disponible en:
<http://prensarural.org/spip/spip.php?article549>
LÓPEZ DE LA ROCHE, Fabio. “La ficción y la información noticiosa televisiva de los años
70 a través del prisma de la revista ´Alternativa´”. En: Historia de los noticieros televisivos
en Colombia 1954-1980, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la
Universidad Nacional. [Consultado el 5 de febrero de 2015]. Disponible en:
<http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/folios/article/view/12771/11700>
270
MELO, Jorge Orlando. “La libertad de prensa en Colombia: pasado y perspectivas actuales”.
En: Fortalezas de Colombia, Banco Interamericano de Desarrollo, 2004. Disponible en: <
http://www.jorgeorlandomelo.com/libertad_prensa.htm>
SANTOS CALDERÓN, Enrique. “Enrique Santos rememora el paso de Gabo por la revista
´Alternativa´”. [Consultado el 5 de febrero de 2014]. Disponible en:
<http://www.eltiempo.com/gente/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-
10385624.html>
SERRANO, Pascual, “Otro periodismo también es posible”, versión virtual, Disponible en:
<www.pascualserrano.net>
SIN NOMBRE DE AUTOR. “La ´Triple A´”, Centro de Investigación y Educación Popular,
Cinep. [Consultado el 8 de diciembre de 2011]. Disponible en:
<http://www.verdadabierta.com/documentos/historia/paramilitares/general/154-el-
surgimiento-del-mas-en-los-anos-80-cinep/file>
YEZZED, Freddy y otra. “Las múltiples vidas de 2 Vidales”. En: El Malpensante No. 149,
Bogotá, febrero de 2014. Disponible en:
<http://www.elmalpensante.com/articulo/3043/las_multiples_vidas_de_2_vidales>
271
ANEXOS
CUADRO No. 1
MAOÍSTAS
274
GRUPOS TROTSKISTAS
Nombre Carácter de la Vías de la Caracterización Caracterización Posición frente a
revolución revolución y de la Urss de Cuba la Cstc
formas de lucha
Bloque Socialista, Armada. Guerra Estado obrero Estado obrero de Portadora del
Socialista (hoy dirigida por la civil contra el burocratizado. transición en el burocratismo y el
Partido clase obrera y su poder burgués. No hay peligro cual la burocracia reformismo del
Socialista de los partido. Las Revisó el de restauración se opone al movimiento
Trabajadores, tareas abstencionismo. del capitalismo. ejercicio directo sindical.
PST) democráticas Proponen Las masas han del poder por
serán realizadas “candidatura sido separadas parte del
por la obrera”. del ejercicio del proletariado. Se
revolución poder. divorcia
socialista. paulatinamente de
Contra los la clase obrera y
“frentes las masas
estratégicos de trabajadores de
conciliación de América Latina.
clases”.
Liga Comunista Revolución Armada. Estado obrero Las revoluciones Participación en
Revolucionaria permanente. Preeminencia de burocratizado. triunfantes son todos los
(LCR). (Fusión Frente único. las formas de No hay peligro fracasos parciales sindicatos sin
de Liga Obrera Proletario, con lucha que de restauración y vienen tener en cuenta su
Comunista, organizaciones desarrollan las del capitalismo. mejorando en orientación
Comandos de masas, masas en el Esperan un autocrítica. La política.
Camilistas y obreras, momento actual: “renacimiento” revolución
Espartaco). campesinas y de manifestaciones, del marxismo y yugoslava es
otros sectores huelgas, paros, del comunismo menos mala que la
explotados. etc. Formas de en los países rusa; la china
Programa de violencia que socialistas. mejor que la
276
CÍRCULOS MARXISTAS
Nombre Carácter de la Vías de la Caracterización Caracterización Posición frente
revolución revolución y de la Urss de Cuba a la Cstc
formas de lucha
Ruptura ML- Liberación Fortalecimiento Revisionismo en Dominada por la Reformista,
Proletario (hoy, nacional de las vías legales, pugna con el Urss. burocrática,
Organización democrática incluida la imperialismo por conciliadora.
Comunista socialista. En parlamentaria. las materias Con la URS y
Ruptura) las conclusiones Acumular fuerzas. primas, Proletario
de la primera aceptando la impulsan los
Conferencia de posibilidad de un comités de lucha
Organizaciones enfrentamiento por la unidad
Marxistas bélico. sindical (Clus).
suscriben la Atacar el
idea del carácter reformismo de la
socialista de la Castc desde
revolución. dentro y desde
fuera.
Unión Comunista Democrática Armada. “No Tomó la vía Dominada por el Inconsecuente
Revolucionaria popular, confundir capitalista, social- con la política
(UCR) antiimperialista, participación adoptó la política imperialismo. unitaria. Por una
(Desprendimiento parte de la electoral con social- central unitaria,
de la Corriente revolución cretinismo imperialista. independiente y
ML) socialista parlamentario”. clasista que
proletaria Formas de lucha agrupe a las
mundial. A que garantice la fuerzas
partir de la participación de antipatronales
primera las masas, (incluida la
conferencia de incluidas la Cstc), hacia la
Organizaciones violencia y el central única.
Marxistas terror.
plantea que la
revolución es
proletaria en su
etapa
democrática.
277
CUADRO No. 3
Comité editorial: Gabriel García Márquez, Orlando Fals Borda, Jorge Villegas
Arango.
Director: Bernardo García.
Jefe de Redacción: Víctor Daniel Bonilla.
Gerente: José Vicente Kataraín.
Redacción: Eligio García Márquez, Sebastián Arias, Carlos Vidales, Cristina de la
Torre.
Artes: Diego Arango (coordinador), Taller Cuatro Rojo.
Diagramación y Armada: Carlos Duplat (coordinador), Susana Rodríguez.
Fotografía: Carlos Sánchez, Consuelo Izquierdo.
Producción: Jacobo Naidorf (coordinador).
Servicio de documentación: Armando Ojeda, María Emilse Puentes.
Estudios y Reportajes: Grupos asociados y Red Nacional de Corresponsales.
Impresión: Ediciones Álamo.
REVISTA ALTERNATIVA 2 (1-15 DE MARZO 1974)
Novedad
Impresión: Herrera Hermanos.
REVISTA ALTERNATIVA 20
Novedad
Comité Editorial: Gabriel García Márquez, Fundación Pro-Artes Gráficas.
Comité de Redacción: Bernardo García, Director; Cristina de la Torre, redacción;
Jorge Restrepo, redacción; Héctor Melo, colaborador; María Teresa de Santos, Artes;
Jorge Mora: fotografía-armada.
Gerente: José Vicente Kataraín. Editor: Roberto Araujo.
Servicios Informativos: Red de Corresponsales y grupos asociados en todo el país,
Inter Press Service.
REVISTA ALTERNATIVA 26 (10-26 DE FEBRERO 1975)
Novedades
Comité de redacción: Bernardo García, Director, Cristina de la Torre, Héctor Melo,
Jorge Restrepo.
Artes: María Teresa de Santos, Manuel Vargas, Jorge Mora.
Novedades
Comité Editorial: Gabriel García Márquez, Cristina de la Torre, Bernardo García,
José Vicente Kataraín (gerencia), Héctor Melo, María Teresa de Santos (artes), Enrique
Santos Calderón, Jorge Restrepo, Manuel Segura (producción).
Diagramación: Manuel Vargas.
CUADRO No. 4
RESUMEN DEL EQUIPO HUMANO DE ALTERNATIVA EN SEIS AÑOS
NOMBRE FUNCIÓN
Bernardo García Fundador, miembro del Comité Editorial, director
282
CUADRO No. 5
CUADRO No. 6
Año 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74
Enero X P P P X X X P X X
Febrero X P P P X X X P X X X
Marzo X P P P X X X P X X X
Abril X P P P X X X X X X X
Mayo X P P P X X X X X X X X X
Junio X P P P X X X X X X X
Julio X P P P X X X X X X X X
Agosto X P P P X X X X X X X X
Septiembre P P P P X X X X P X X X X
Octubre P P P X X X X X P X X X X
Noviembre P P P X X X X X P X X X X
Diciembre X P P X X X X X P X X X
Convenciones
X: Estado de Sitio total.
P: Estado de Sitio parcial.
En blanco: Sin Estado de Sitio.
Fuente: COMITÉ DE SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLÍTICOS. Libro negro de la represión. Frente
Nacional 1958-1974. Bogotá, Editorial Gráfica Mundo Nuevo, 1974, p. 203.
CUADRO No. 7
discuta el socialismo”
Página 28
38 16 al 23 de junio - Allanada la Universidad
de 1975 del Valle. El nuevo
experimento lopista.
Página 12
- Universidad Nacional.
Fracasó el experimento
liberal. Páginas 13 y 14
39 23 al 30 de junio - El 13 de junio. La ilusión - Hablan dirigentes
de 1975 anapista. Página 11 estudiantiles. Cómo fue la
toma de la U. del Valle
40 30 de junio al 7 - La izquierda y el
de julio de 1975 momento actual (I). Habla
Francisco Mosquera (Moir)
“No nos intimidan
bravuconada de López”
Páginas 8, 9 y 10
- Habla Humberto Molina
(Unión Revolucionaria
Socialista) “Organizar el
rechazo al estado de sitio”.
Páginas 11 y 12
- América Latina. Cumbre
de Partidos Comunistas.
“Hay que utilizar todas las
formas de lucha”.
41 7 al 14 de julio - La pelotera liberal. Lleras - La izquierda y el
de 1975 divide para multiplicar momento actual (III).
Habla el P.C. (M-L) “El
fracaso de López más claro
que su mandato”. Páginas
8, 9 y 10
43 21 al 28 de julio - La izquierda y el
de 1975 momento actual (IV).
Habla Álvaro Vázquez
(Partido Comunista)
“Ampliar la unidad ante
viraje represivo de López”.
Páginas 12, 13 y 14
44 28 de julio al 4 - Informe especial. El
de agosto de Caracol de López. Páginas
1975 20 y 21
46 11 al 18 de - Actualidad política.
agosto de 1975 Amordazar a la izquierda.
Páginas 2, 3 y 4
47 18 al 25 de - Contra la represión.
agosto de 1975 Organizaciones políticas
impulsan frente unitario.
Página 5
- Habla “Espartaco”. El
Estado fuerte de López
Michelsen. Página 32
49 1 al 8 de - La crisis de UTC y CTC.
septiembre de Un radicalismo tardío
1975
50 15 al 22 de - Actualidad política. El - A dos años del fascismo
septiembre de chisme y la rabieta. Página en Chile. La izquierda
1975 8 rompe en las calles el
estado de sitio.
52 22 al 29 de - La UNO al rojo vivo.
septiembre de Moir y P.C. deslindan
1975 posiciones. Páginas 10 y 11
53 29 de septiembre - La candidatura de Lleras. - Debate de la UNO en el - Censura y militares.
al 6 de octubre El que es prematuro repite. congreso. ¿Quién Periodistas rechazan
de 1975 Página 5 promueve el crimen? amenaza. Página 4
Páginas 12 y 13 - Cauca. Cornelio amenaza
indígenas.
54 6 al 13 de - Bertha-Contralor- - El decreto1553. Un
octubre de 1975 Generales. Las crisis Bumerang. Páginas 16 y 17
dormidas del régimen.
Páginas 2 y 3
- Proyectos del gobierno.
La prensa al paredón.
Páginas 4 y 5
56 21 al 28 de - Candidato de la UNO al
octub ede 1975 llerismo. ¿Quiénes son los
idiotas útiles? Páginas 2 y 3
- El congreso de Fecode.
Por un puñado de votos.
58 3 al 10 de - El Consejo de guerra de
noviembre de Medellín. Firmeza ante
1975 condenas. Página 8
59 10 al 17 de - Bucaramanga. López tira - Derecha Vs. Izquierda. - El estatuo del periodista.
noviembre de a matar. Páginas 2, 3 y 4 Purga en Anapo. Páginas 8 Un “mico” para Varón.
1975 - La telenovela liberal. El y 9 Página 11
padrino saca la mano. - Actualidad política. La
Página 6 Unión RS va a elecciones.
Página 10
- Actualidad política. Sigue
discusión en el BS. Página
10
292
- Realidades electorales. La
- Llamamiento a la
encrucijada liberal-
izquierda. Alerta al pueblo
conservadora. Páginas 8 y 9colombiano. Página 7
- Llleras: el gran derrotado.
- Izquierda. Cifras y
Página 9 comparaciones. Página 10
- El 1º de mayo. Tropezón
en la unidad. Página 32
81 10 al 17 de - El discurso de López. Un - Bula Camacho. Frente - La Policía Nacional.
mayo de 1976 trapecista en apuros. Unido contra el sectarismo. Crece el malestar. Página 5
Páginas 2, 3 y 4 Páginas 6, 7, 8 y 9 - En los campos de
Colombia. Cómo se tortura,
como se asesina.
82 17 al 24 de - Habla Manuel Bayona - La crísis en la Policía
mayo de 1976 Carrascal, presidente de la Nacional. Se tambalea el
UNO. “Foro de “Papa Verde”. Páginas 2, 3
inconformes, hijo de la y 4
UNO”. Páginas 18, 19 y 20 - M-19. Brutales torturas a
- Cómite ejecutivo de detenidos. Página 5
Fecode. “Frenar el - La Universidad Militar.
movimiento no frena la ¿Se saldrán con la suya?.
represión. Páginas 21 y 22 Página 6
- Los inconformes. ¿En - Habla Villamil. “Tengo
torno a la UNO? Página 21 cremallera en la boca”.
Página 12
84 31 de mayo al 7 - Actualidad política. La - Entrevista a Andrés - Más testimonios. Sí hay
de junio de 1976 jugarreta de los godos. Almarales. “Anapo tiene torturas, señor Presidente.
Página 5 los días contados”. Páginas Página 8
2, 3 y 4
- La unidad sindical (II).
“La unidad auténtica no
puede ser excluyente”.
Página 10
- Línea Proletaria se
fusiona con Unión R.S.
85 7 al 14 de junio - Antonio García. “Nunca - Habla otro torturado.
de 1976 he sido un socialista “¡Vaya y mire, señor
vergonzante”. Páginas 12, Presidente!”. Páginas 8, 9 y
13, 14, 15 y 24 10
- Unidad sindical (III).
Comités Amplios
Sindicales (CAS) por la
Central Unitaria. Página 21
86 14 al 21 de junio - Antonio García. - Acción cívico-militar. La
de 1976 “Colombia: absolutismo cara “amable” de la
político y liberalismo represión. Páginas 6 y 7
económico”. Páginas 10 y
11
- Balance de Ríopaila. “La
huelga le quedó grande a la
izquierda”. Páginas 12, 13
y 14
295
143 2 al 12 de - La campaña de la
diciembre de izquierda. Cierre de fin de
1977 año. Página 23
167 19 al 26 de junio - Los planes de Turbay. Los - El movimiento “Firmes”. - El caso Reyes Niño. A
de 1978 eunucos de harén. Páginas Hacia el encuentro de propósito de la tortura.
2y3 agosto. Páginas 14 y 15 Página 6
- El nuevo Frente Nacional.
El que mama de último…
Páginas 4 y 5
168 26 de junio al 3 - Belisario y Turbay. La - Barranquilla propone. Un
de julio de 1978 oposición no es un buen “Firmes!” en cuada cuadra.
negocio. Página 6 Página 7
169 3 al 10 de julio - Gaitán Mahecha. ¿Y al - Firmes. Un movimiento
de 1978 alcalde quién lo ronda? en expansión. Página 7
Páginas 2, 3 y 4
- San Pedro, San Juan y
Santofimio. Déle que es
fiesta. Página 6
170 10 al 17 de julio - Guillermo Hernández - M-19, Farc, ELN.
de 1978 Rodríguez. “El Noticias de la unidad
bipartidismo es un hueso guerrillera. Página 7
duro”. Páginas 16, 17 y 18 - Firmes. Sale el periódico,
crecen los comités. Página
11
171 17 al 24 de julio - Bula y Pardo se retiran del - El F-2 y la prensa. La ley
de 1978 Moir. Página 4 del silencio. Página 4
- Firmes. Orientación - Los muertos del contador.
política, la discusión del ¿Quién le pone el cascabel
momento. Páginas 6 y 7 al F-2? Página 5
- Una misma lucha. - Torturados acusan. Del
Socialismo y democracia. dicho al hecho. Página 14
Páginas 16, 17 y 18
172 24 al 31 de julio - La izquierda liberal. - Encuentro campesino de
de 1978 Muchos son los llamados. Firmes. Página 14
Página 6
306
190 27 de noviembre - Justicia y Estatuto. Estado - Guillermo Fergusson. Un - Las torturas. Cortina de
al 4 de de revés. Página 15 médico político. Páginas 8 humo. Página 6
diciembre de y9 - Represión en el Magdalena
1978 Medio. Si por acá llueve…
Páginas 16 y 17
191 4 al 11 de - Luis Carlos Galán. - Firmes. Firmas por la - Cogobierno militar.
diciembre de “Liberalismo: seriedad o democracia. Página 15 Declaración de guerra.
1978 aniquilamiento”. Páginas Páginas 2 y 3
16, 17 y 18 - Torturas. Que las hay, las
hay. Páginas 4 y 5
192 11 al 18 de - Firmes. Encuentro, - Tres nuevos asesinatos. El
diciembre de balance y tareas para el 79. silencio del gobierno.
1978 Páginas 14 y 15
193 18 al 25 de - J. Emilio Valderrama. “La - Militares y Estatuto. A
diciembre de democracia está escarmentar se dijo! Páginas
1978 amenazada”. Páginas 16, 4 y 5
17 y 18
- Firmes. Exitoso encuentro
nacional. Página 19
196 22 al 29 de - Golpes y contragolpes. El - Allanamientos y
enero de 1979 destape del M-19. Páginas detenciones. A Dios
2, 3, 4 y 5 rogando y con el mazo
dando. Páginas 5 y 6
308
instituciones en
demolición.
218 21 al 28 de junio - El viaje presidencial.
de 1979 Turbay Súper-estrella.
Páginas 8, 9 y 10
219 28 de junio al 5 - La interminable gira - “Por qué no le creo nada, - Detenciones. El precio de
de julio de 1979 presidencial. El renacuajo señor Turbay”. la libertad. Página 6
paseador. Página 15 - María Eugenia Rojas. “La - Torturas. Los violadores
democracia colombiana ha del Pichincha. Páginas 7 y 8
sido una ficción”. Páginas - Allanamientos en La
12, 13 y 14 Dorada. La violencia era
igual. Página 9
- Los presos políticos.
Pabellón 1, Piso 5. Páginas
10 y 11
220 5 al 12 de julio - Turbay otra vez. Regreso
de 1979 sin gloria. Páginas 10 y 11
- Enrique Pardo Parra. La
clientelización del
liberalismo. Páginas 21, 22
y 23
222 19 al 25 de julio - El congreso y las
de 1979 reformas. De Laureano a
Turbay.
223 26 de julio al 2 - Un años de Turbay. - Firmes propone Frente - Consejo de guerra. Hasta
de agosto de Mejorando la imagen. amplio. el fiscal reconoce torturas.
1979 Páginas 4 y 5 Páginas 18 y 19
- Un año de política
económica. Cuando pa´
Chile me voy. Páginas 6 y 7
- El caso Santofimio. El
señor de Ibagué cae por
tercera vez. Página 8
- La crisis liberal. Los
jefecitos no pudieron.
Páginas 10 y 11
- Bula Hoyos. Los
orgasmos del clientelismo.
Página 11
225 9 al 16 de agosto - Liberales. La crisis - Gerardo Molina.
de 1979 milimétrica. Página 6 “Rescatar la democracia”.
Páginas 14 y 15
226 16 al 23 de - Firmes. Repercusión de - Torturas. El señor
agosto de 1979 una propuesta. Página 23 Presidente no es el único.
Páginas 10 y 11
227 23 al 30 de - Conservadores. La - Familiares de los presos
agosto de 1979 disputa del botín… Marín políticos. Del llanto a la
de do pingüe. solidaridad. Páginas 14 y 15
311
228 30 de agosto al 5 - Reforma de la Justicia. El - Firmes. Crece respaldo a - Torturas. Más pruebas…?
de septiembre de Presidente ya no asusta. Frente Democrático. Página 10
1979 Página 8 Página 19
- El marxismo
desbloqueado. Páginas 24,
25, 26, 27 y 28
229 6 al 13 de - Partidos tradicionales. La
septiembre de hora de las
1979 reconciliaciones. Página 9
230 13 al 20 de - Política económica. El - Firmes. Convención y
septiembre de pataleo de los gremios. elecciones, tareas del
1979 Páginas 4, 5, 6 y 7 momento. Páginas 15 y 16
- Congreso. Las reformas
se negocian. Página 8
231 20 al 27 de - Burocracia. La roya del
septiembre de Estado. Páginas 4, 5, 6 y 7
1979 - Liberales. Atrapados sin
salida.
232 27 de septiembre - El despelote liberal. - Jean Ellestein. “Urge una
al 4 de octubre Páginas 4 y 5 nueva vía al socialismo”.
de 1979 Páginas 23, 24 y 25
CUADRO No. 8
315
cuando
protestaba contra
abusos de las
autoridades.
Adalberto Estudiante de 9 de Aguachica, Muerto a bala en
Alvear Indesco. noviembre Cesar. enfrentamientos
a piedras con las
autoridades.
Avelino Ul Concejal de la 26 de Toribio, Cauca. Muerto por
UNO. noviembre pájaros a sueldo
de los
terratenientes.
Melchor Líder 28 de Pivijay, Muerto en
Manuel estudiantil. noviembre Magdalena. Pivijay,
Orozco Magdalena,
cuando tomaba
un baño en un
pozo de una
finca de un
latifundista quien
ordeno a la
fuerza pública
desalojarlo
proponiéndole
tremenda golpiza
que le causó la
muerte.
Rudesindo Militantes de la Diciembre Urabá, Muertos por
Arias y UNO. Antioquia. unidades del
Florentino Ejército en
Guzmán acciones de
represión.
Alberto Rabelo Dirigente Diciembre Medellín, Su cuerpo
universitario Antioquia. apareció en un
potero de
Medellín.
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 194-195, diciembre 25 de 1978 a enero 22 de 1979.
CUADRO No. 9
319
CUADRO No. 10
320
CUADRO No. 11
321
Nombre del Centro de detención y tortura Circunstancias por las que atravesó
detenido
Vicente Camelo Base Aérea de Palanquero, de La Detenido, falleció según el ejército por
Dorada (Caldas) “paro cardiaco” o “enema pulmonar”.
Darío Arango Hacienda Guasimal de Puerto Detenido, falleció según el ejército por
Berrio “paro cardiaco” o “enema pulmonar”.
Gustavo Segundo Base Militar de Tolemaida Detenido, con señales de tortura
Manjarrés Riveros evidentes, muerte ocasionada por
insuficiencia renal y no por un edema
pulmonar como había indicado
inicialmente el ejército.
Luis Sánchez Puesto Militar “El Márfi” en Detenido junto con otros seis
Puerto Boyacá. compañeros, según el ejército falleció
debido a un “paro cardiaco”.
Jose Sifail Ortega Base Militar de Campo Seco en Torturado por parte de militares
Cimitarra vestidos de civil pertenecientes a la base
militar de Campo Seco.
Alfredo Camelo y Cárcel de la isla de Gorgona Enviados por el decreto 2289 a la isla de
Manuel Bautista Gorgona, acusados de asesinar al
González exministro Pardo Buelvas
Consejos de Guerra El 5 de noviembre de 1979 se inició
Consejo contra ocho personas
indiciadas de pertenecer a las Farc, el 26
de noviembre del mismo año se
conocieron sentencias sobre la Corte
Marcial que se adelantó contra
integrantes del PLA donde se condenó a
seis personas y se absolvieron seis más,
en el Batallón de la Policía Militar se
continuo con el consejo de guerra a
presuntos miembros del ELN.
Álvaro Fayad Bogotá Detenido por militares indiciándolo de
ser uno de los dirigentes del M-19.
Fuente: Revista Alternativa, edición No. 239, 8 al 15 de noviembre de 1979, p. 15.
GRÁFICO No. 1
322
GRAFICO No. 2
323
450 411
400
350
300
250
198
200
153
150
91
100
50
0
Gobierno de Alberto Gobierno de Guillermo Gobierno de Carlos Gobierno de Misael
Lleras Camargo León Valencia Lleras Restrepo Pastrana Borrero
Fuente: COMITÉ DE SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLÍTICOS. Libro negro de la represión. Frente
Nacional 1958-1974. Bogotá, Editorial Gráfica Mundo Nuevo, 1974