Capítulo 7 Reflexiones Sobre La Formación Profesional de Los Trabajadores/as Sociales en Investigación
Capítulo 7 Reflexiones Sobre La Formación Profesional de Los Trabajadores/as Sociales en Investigación
Capítulo 7 Reflexiones Sobre La Formación Profesional de Los Trabajadores/as Sociales en Investigación
Dentro de las Ciencias Sociales, cada disciplina lucha por lograr su propio
reconocimiento y adquirir relativa autonomía. Al respecto, puede decirse que el
Trabajo Social ha bregado por superar el carácter de subalternidad frente a otras
disciplinas que lo ha identificado desde sus orígenes. Esta subalternidad ha estado
dada principalmente por la impronta interventiva de la profesión, constituida por la
demanda social frente a la disciplina, que no se construyó en torno a la
producción de conocimientos, sino a partir de la necesidad de dar repuesta a los
problemas que expresan la cuestión social.60 Cabe señalar que este planteo no
pretende limitar la producción de conocimiento a una conquista o reposicionamiento
del campo profesional, cuyo fin específico sea permitirle una mejor ubicación y
obtención de dominio en relación a otras profesiones. Si este fuera el sentido,
nuestra reflexión quedaría atrapada en los mecanismos de las estructuras de
justificación de poder y control social. Por el contrario, pensamos a la producción de
conocimiento como un avance o etapa superadora del campo profesional, que nos
permite ir más allá de una mirada superficial y poder llegar a demostrar el carácter
social, histórico y no natural de la sociedad en que vivimos.
58 Para Pierre Bourdieu, la sociedad puede ser pensada como un “espacio” constituida por campos de fuerzas de
relaciones objetivas, donde diferentes tipos de capital (económico, cultural, social, simbólico) que otorgan a quien lo
posee poder en ese campo, definiendo su posición frente a otros agentes. En esta visión sobre la sociedad, los
agentes luchan en cada campo por obtener los distintos tipos de capital, que confieren poder en el espacio social.
(Bourdieu; 1984)
59 Souza Minayo (2009: 69) resume las tesis básicas del Positivismo de este modo: “1) la realidad se constituye
esencialmente de aquello que los sentidos pueden percibir: 2) las ciencias sociales y las ciencias naturales comparten
los mismos fundamentos lógicos y metodológicos: se diferencian sólo en el objeto de estudio; 3) existe una distinción
fundamental entre el hecho y el valor: la ciencia se ocupa del hecho y debe buscar liberarse del valor” Souza Minayo
(2009: 69); (bastardillas en el original).
60 Castel define la cuestión social como “una aporìa fundamental en la cual una sociedad experimenta el enigma de su
cohesión y trata de conjugar el riesgo de su fractura.” (Castel, 1997:20).
Las bases del Trabajo Social son más doctrinarias que científicas, recibiendo una
herencia intelectual conservadora ligada a la Doctrina Social de la Iglesia, al
conservadurismo europeo y a la sociología funcionalista norteamericana. En la
década del ´70, en América Latina, el movimiento de Reconceptualización extendió
el campo de reflexión del Trabajo Social, tomándose a sí mismo como objeto de
estudio, entendiendo su propia historia en la historia de la sociedad y resaltando la
necesidad de producir conocimiento a partir de la práctica. En este período se
comenzó a otorgar gran importancia a la investigación participativa o investigación-
acción de Fals Borda, a la Investigación temática o concientización de Paulo Freire y
en la década del ´80, a la Sistematización de la Práctica (S.P.)61. A partir de 1989,
esta metodología fue parte del proceso de formación de los trabajadores sociales en
la Universidad de Buenos Aires. En ese entonces, el Area de Prácticas Pre-
profesionales de la Carrera de Trabajo Social la definió como “una metodología de
investigación que toma la práctica social como objeto de problematización y
producción de conocimiento útil para describir, caracterizar y conceptualizar los
fenómenos asociados a los problemas sociales”.
61 Los antecedentes más significativos los encontramos en el CELATS, en los trabajos de T. Quiroz y M. Morgan y en la
corriente de trabajos de Educación Popular de Chile.
científicos, publicaciones), es llamativa la escasa producción académica del Trabajo
Social frente a otras disciplinas.
Cazzaniga (2003) plantea que Trabajo Social para Freud, sería un “oficio imposible”
junto al de “educar, curar y gobernar”, en tanto la demanda que se efectúa hacia la
disciplina es la de solución de los problemas sociales. Este mandato genera ciertas
incomodidades en los trabajadores/as sociales y en los estudiantes que se insertan
en distintos espacios institucionales, que pueden describirse como sentimientos de
omnipotencia-impotencia frente los problemas que se presentan y en muchos
ocasiones, una sensación de encontrarse frente a la “invasión” por parte de otros
actores (profesionales de otros campos disciplinares, dirigentes políticos y de
organizaciones de base) que cuestionan los lineamientos técnicos de sus
intervenciones
A pesar de estos problemas, pensamos que el hecho de que el T.I.F tome como eje
el análisis del espacio micro-social en el que se desarrolló la práctica profesional no
resulta una condición negativa o limitante, sino que por el contrario aporta a la
viabilidad del proceso. En la mayoría de los casos, las relaciones que los
estudiantes establecieron con distintos referentes institucionales y con los sujetos
que demandaron la intervención del Trabajo Social durante la práctica pre-
profesional habilitan la “entrada al campo” (que constituye, generalmente, un
punto crítico de la recolección de datos) y facilitan la comprensión de los procesos
sociales que se investigan y el significado que les atribuyen los sujetos que
participan en el estudio. Además, sus experiencias previas favorecen la adquisición
de habilidades para reconocer las dinámicas complejas y multidireccionales que se
expresan en el espacio de lo micro-social, lo que suele traducirse que los problemas
de investigación que plantean los diseños resultan relevantes no sólo para el
62 La sobre-implicación constituye una relación con un objeto (las demandas de la institución, de los sujetos de la
intervención, la teoría, etc.) que impide que el sujeto desarrolle su implicación (interés, compromiso) por otros
objetos. (Loreau, 1990). Así, por ejemplo, nos encontramos con grupos de estudiantes que refieren sólo a los aspectos
“negativos” de la institución, o quienes, por el contrario, parecen idealizarla.
colectivo profesional, sino para la población. De este modo, los T.I.F.s tienden a
efectuar un análisis complejo sobre los múltiples sentidos que entraman la realidad
y de los contextos que constriñen pero que también habilitan la práctica profesional
(Cazzaniga, 2006).
Pensamos que la impronta interventiva del Trabajo Social facilita que los
trabajadores/as sociales adquieran habilidades para identificar los problemas de la
inadecuación de las teorías a la realidad, así como la articulación entre los procesos
macro y micro-sociales. En este sentido, destacamos la importancia para la
disciplina la interrogación sobre las características de los colectivos sociales, los
espacios que ocupan, sus temporalidades, su capacidad de incidir en la orientación
de la sociedad y su relación con el Estado. Son preguntas que remiten al análisis de
los procesos sociales que intervienen en la construcción de las identidades y el
modo en que los sujetos expresan el conflicto e inciden o intentan incidir sobre él.
(Zemelman, 2003).
Elaboración propia. Fuente: Base de datos TIF Base de datos TIF (sobre 146 TIF
aprobados, entre mayo de 2009 y julio de 2010)
Si bien las áreas temáticas son diversas, Clemente (2002) identifica los siguientes
núcleos temáticos desde los cuales el trabajo social puede realizar una contribución
especial al campo de las Ciencias Sociales:
63 Los estudiantes que realizan los TIF completan una ficha en la que se le solicitan algunos datos acerca del mismo.
En el caso del área temática, se les solicita a los estudiantes que opten por un máximo de 2 (dos) áreas temáticas entre
las siguientes: Salud, situación de pobreza/estrategias de supervivencia, familia, sexualidad y género, niñez,
adolescencia y juventud, adultos mayores, participación social/organizaciones y movimientos sociales, trabajo/empleo,
economía social, educación, migraciones, políticas sociales discapacidad y hábitat y vivienda.
Producción y reproducción de condiciones de vida: Alude a los
mecanismos y sistemas que de manera espontánea o inducida tienden a
A partir de la lectura de este gráfico puede afirmarse que si bien el conjunto de los
trabajos presentados abordan los cuatro núcleos temáticos señalados
anteriormente, resultan preponderantes aquellos que dan cuenta de las condiciones
de vida y de las estrategias de reproducción social de los sectores pauperizados.
Podemos decir entonces, que los estudiantes buscan aportar al campo de la
investigación de las Ciencias Sociales, a partir de la descripción y análisis de los
procesos sociales, dando cuenta de las experiencias y perspectivas de los sujetos.
los investigadores (los estudiantes y los docentes tutores que los guían ),
las unidades de análisis (en tanto sujetos de la investigación),
los evaluadores de la producción realizada.
Las complejas relaciones entre estos sujetos deben ser tomadas en cuenta a la
hora de analizar la producción académica realizada, en tanto la estructuración de
relaciones de poder al interior de este espacio condiciona en cierta manera la forma
en la que se expresa el proceso de producción de conocimientos.
Los tiempos académicos: tanto aquellos que determinan los plazos para la
presentación del diseño de investigación y del informe final) como aquellos
vinculados al devenir de la práctica pre-profesional.
Los tiempos de los sujetos que participan en la investigación: los estudiantes,
los docentes, los referentes de las instituciones en los que éstas se efectúan, los
de las instituciones en sí mismas, los docentes que acompañan las
investigaciones. Debe tenerse en cuenta que la disponibilidad del tiempo de los
estudiantes está relacionado no sólo con sus condiciones de vida (por ejemplo,
el tipo de inserción en el mercado laboral y en sus redes familiares) sino
también con el lugar que tiene la producción del TIF en su trayectoria
académica.64
64 Por ejemplo, mientras un gran número de estudiantes comienzan el diseño de investigación al promediar su
trayectoria académica de grado, muchos la efectúan al culminarla.
conocimientos que otorguen visibilidad a las manifestaciones de la cuestión social y
a las condiciones de vida de los sujetos con los que se relacionan los/as
trabajadores/as sociales a partir de las experiencias de las prácticas pre-
profesionales, de su trayectoria académica y de sus propias condiciones de vida, lo
que implica efectuar opciones teóricas, éticas y políticas.
Podemos afirmar que las Ciencias Sociales y el Trabajo Social como subcampo de
éstas, requieren de una discusión y autocrítica continúa para no convertirse en
fuente de justificación de estructuras de poder y productores de insumos necesarios
para el control social. Esto lleva a un continuo cuestionamiento de las categorías
teóricas con las que se nominan los procesos sociales.
Recortar, discutir, conceptualizar a los sectores con que se vincula el Trabajo Social
constituye una necesidad constante en la disciplina, en su intento de distinguir su
campo categorial. Este proceso se caracteriza por la adopción de distintas
corrientes teóricas que difieren en el modo de nominar los objetivos y estrategias
metodológicas que constituyen el espacio profesional, en cada contexto
sociohistórico. Cabe señalar que al nombrar al otro, no sólo se reconoce al sujeto
con el que se vincula la profesión, sino también que se ejerce un poder disciplinar
que opera en la construcción de la subjetividad de las personas con las se relaciona
el Trabajo Social (Cazzaniga, 2006).
Por ejemplo, pueden identificarse profundas diferencias éticas y teóricas entre los
términos con los que se nombra a los sujetos con los que se relacionan los/as
trabajadores/as sociales. Por ejemplo, los términos cliente, asistido y usuario65,
remiten a la relación que se establece entre los sujetos que se vinculan con un
servicio donde los/as trabajadores/as sociales son agentes, mientras que los
términos población marginada, proletariado, pueblo, hacen referencia a lo
colectivo, es decir a un lugar en la estructura social, a una condición de clase o a su
65 El término cliente abstrae a los sujetos de las condiciones concreta de existencia, de las relaciones y significaciones
que lo constituyen como tal y por lo tanto, lo responsabiliza de sus problemas, al posicionarlo como quien ha tiene una
imposibilidad personal para insertarse en el mercado. La noción de asistido significa “acompañar a otro en un acto
público” lo que plantea distintos interrogantes sobre las características del “acto público” (si se trata del ejercicio de
derechos o de efectuar un trámite burocrático) y del “acompañamiento” (si contribuye a la autonomía o al tutelaje, por
ejemplo). El término usuario remite a la intermediación del Estado para la reproducción de la sociedad capitalista, a
través de la oferta de servicios públicos. Si pueden efectuarse a esta denominación las mismas críticas que a las de
cliente, posiciona al Trabajo Social como agente de servicios a los que los usuarios tienen derecho y que se relaciona
con los agrupamientos que promueven su defensa. (Cazzaniga, 2006)
situación socioeconómica66. Por otra parte, también se incorporaron al discurso de
la disciplina términos tales como población objetivo, población con necesidades
básicas insatisfechas (NBI) y población en riesgo 67 , términos técnicos que se
incluyeron en el sustento ideológico de las políticas focalizadas recomendadas por
distintos organismos internacionales que respondían a los linimientos del Consenso
de Washington (Cazzaniga, 2006).
Zemelman (2001) plantea que el pensamiento epistémico puede ser una forma de
afrontar la selección acrítica de categorías teóricas para comprender los fenómenos
sociales. El pensamiento epistémico es una postura, una actitud que tiene cada
persona frente a las circunstancias que quiere conocer. Es decir, partir de la duda
previa, a-teórica sobre el objeto de estudio. Retomando a Bachelard, Zemelman
sostiene que el pensamiento epistémico se ubica entre el riesgo de “poner nombres
viejos a cosas nuevas” y de creer que porque las cosas no tienen nombre son
“innombrables”. La centralidad del pensamiento epistémico es la pregunta y supone
buscar los sentidos que pueden tener las cosas que se están tratando de pensar.
Por eso, el eje del pensamiento epistémico es la construcción de categorías (como
clase social, conflicto, sociedad), que a diferencia de los conceptos teóricos, no
tienen un contenido preciso, sino muchos contenidos.
66 La teoría de la marginalidad impregnó al Trabajo Social a fines de los ´50 durante los 60. Cazzaniga(2006) advierte
que se describe a la población marginal como un sector social sin aspiraciones, sin valores humanos, que no participa
de la vida de la sociedad en general, que mantiene la responsabilización de la comunidad por sus problemas. Las
nociones de proletariado y de pueblo se ligan al movimiento de Reconceptualización, que en los 70 incorpora la teoría
marxista al Trabajo Social. Desde esta visión el pueblo incluiría al campesinado y a las masas obreras, así la cultura
popular fue vista como “autónoma” y “auténtica”, negando la circulación cultural entre clases.
67 Cazzaniga (2006) plantea que el término población objeto despersonaliza e incluso deshumaniza y tiende a
fragmentar la sociedad. También explica que la concepción de población NBI, de Linea de Pobreza (LP) y de Linea de
Indigencia, si bien son estadísticos que permiten describir a grupos poblacionales, deben ser interpretados a la luz de
las experiencias y significados que se le otorgan los sujetos a esas condiciones. Por otra parte, la concepción de
población en riesgo introduce aspectos simbólicos (aunque puede efectuarse una operación semántica que pase de
estar en riesgo a ser riesgoso, peligroso) con un acento economicista, ya que el énfasis se pone en mostrar el gasto
que significará la no atención de la población identificada como tal, lo que produce un corrimiento de la promocion del
derecho a una vida digna.
Consideraciones finales
68
Souza Minayo define a la objetivación como “el proceso de investigación que reconoce la complejidad del objeto de
las ciencias sociales, teoriza, revé críticamente el conocimiento acumulado sobre el tema en cuestión, establece
conceptos y categorías, usa técnicas adecuadas y realiza análisis que son al mismo tiempo específicos y
contextualizados. La objetivación lleva a repudiar el discurso ingenuo o malicioso de de la neutralidad, pero exige
buscar formas de reducir la incursión excesiva de los juicios de valor en la investigación” (Souza Minayo, 2009:51).
expectativas pero han contribuido a que los estudiantes que el tiempo promedio de
presentación del T.I.F. sea de un año después de haber aprobado el diseño. (Ver
Anexo).
Los docentes a cargo del Área de T.I.F. realizamos una permanente revisión y
ajuste de metodología de los instrumentos e insumos de la práctica docente pero
entendemos que la deliberación sobre la formación en investigación se liga a la
discusión sobre el perfil profesional de los egresados de la Carrera de Trabajo Social
de la UBA, debate que forma parte del proceso de actualización del Plan de
Estudios que se está dando en el presente.
Bibliografía
Bourdieu, Pierre (1984) "Espacio social y génesis de las clases" En Sociología y cultura,
México, Grijalbo, 1990, p. 281-309.
Castel, Robert (1997): “La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado”.
Buenos Aires, Editorial Paidós.
Cazzaniga, Susana del Valle (2006): “Los sujetos de la acción profesional”. Ficha de cátedra
de la Facultad de Trabajo Social, Entre Ríos, UNER, (soporte digital).
Cazzaniga, Susana del Valle (2006): “Reflexiones sobre la ideología, la ética y la política en
Trabajo Social” Documento para la discusión presentado a la Mesa Ejecutiva de la Federación
Argentina de Profesionales de Servicio Social, Posadas (soporte digital).
Clemente, Adriana (2002): “Notas sobre investigación, formación y práctica profesional.” En:
Nuevos escenarios y práctica profesional. Una mirada crítica sobre el Trabajo Social. Buenos
Aires, Editorial Espacio.
Demo, Pedro (1997): “Conocimiento Moderno. Sobre ética e intervención del conocimiento”.
San Pablo, Editorial Vozes.
Heller, Mario (1998): “Ética y Ciencia: la responsabilidad del martillo”. Buenos Aires, Editorial
Biblos.
Heller, Mario (2004): “Ciencia incierta. La producción social del conocimiento”. Buenos Aires,
Editorial Biblos.
Loreau, René (1990): “Implicación y sobreimplicación”. (Traducido por María José Acevedo).
Disponible en: http://catedras.fsoc.uba.ar/ferraros/BD/rl%20iys.pdf consulta 17/07/2010.
Souza Minayo, María Cecilia (2009): “La artesanía de la investigación cualitativa”, Buenos
Aires, Editorial Lugar.
Zemelman, Hugo (2003): “Hacia una estrategia de análisis coyuntural”. En: Seone, José,
Movimientos sociales y conflictos en América Latina, Buenos Aires, Programa OSAL, CLACSO.
Disponible en:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/seoane/zemelman.rtf,consulta 1/07/2010.
Zemelman, Hugo (2001): “Pensar teórico y pensar epistémico. Los retos de las ciencias
sociales latinoamericanas”. México, Posgrado Pensamiento y Cultura en América Latina,
Universidad de la ciudad de México. (digitalizado)
ANEXO Nº 1:
DESCRIPCIÓN DE LOS TRABAJOS APROBADOS EN 2009 Y
2010.
Hasta julio de 2010, el formulario fue completado para un total de 146 trabajos. A
través de la construcción de esta base de datos se ha facilitado la sistematización y
análisis de algunos aspectos de los trabajos aprobados, los cuales se incluyeron en
la presentación del presente trabajo.