Advocaciones Marianas
Advocaciones Marianas
Advocaciones Marianas
INTRODUCCIÓN
BASES DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL, HISTÓRICA Y TEOLÓGICA
INCULTURACIÓN
MATERNIDAD ESPIRITUAL INCULTURADA DE MARÍA
LAS DIVERSAS ADVOCACIONES EN EL MUNDO Y EN LATINO
AMÉRICA
ESTUDIO COMPARATIVO DE ALGUNAS ADVOCACIONES
IMPORTANTES
INTRODUCCIÓN
CONCLUSIÓN
En resumen toda cultura religiosa que se relacione con Dios y la creación se
expresa en manifestaciones características del pueblo creyente. El cristianismo se
manifiesta en la devoción popular con todos los elementos que lo caracterizan: fiestas,
imágenes, reliquias, santuarios, peregrinaciones, procesiones, danzas, plegarias,
novenas, artículos religiosos, velas, ofrendas entre otros. Estos elementos se ordenan a
su vez a los valores fundamentales del ser humano a la luz del misterio de la
Encarnación-Redención en las diferentes ocasiones celebrativas a lo largo del año
litúrgico. (Esquerda Bifét, Diccionario de la Evangelización, B.A.C. Madrid 2003, 629-
632) A su vez estos valores cristianos se encarnan es decir se inculturizan en la realidad
de cada pueblo y cultura y la evangelizan: la búsqueda de Dios, que solo los sencillos
pueden entender, la capacidad de la autodonación y el sacrificio en la defensa de la fe,
valoración de quien es Dios: Padre, providente y misericordioso presente y constante en
su amor que generan el sentido de la verdadera devoción con una fe paciente,
acogedora, entregada hasta la cruz en las realidades del día a día. (Juan Pablo II,
Evangelii Nuntiandi n. 48).
“La auténtica piedad popular basada en la Palabra de Dios, contiene valores
evangelizadores que ayudan a profundizar la fe del Pueblo.”. (C.E.L.A.M. Documento
de Puebla, n. 935). La piedad popular debe ser discernida, renovada continuamente y
formada es decir actualizada a las directrices de la doctrina católica. Eso implica un
continuo acompañamiento pastoral y un itinerario catequético-litúrgico apropiado. (Juan
Pablo II, Evangelii Nuntiandi n. 48 y Catequesis Tradendae n. 54). La piedad popular
mariana es en definitiva: auténtica, necesaria y evangelizadora y se fundamenta en esa
presencia de María, continua, maternal, solícita e intercesora, que el Pueblo de Dios
experimenta continuamente y a la cual se dirige en todas sus necesidades alegrías y
sufrimientos y que a su vez motiva el camino de cooperación de todo cristiano a la obra
de la redención. (Padre Javier Alson Harán SMC, La cooperación de María y de la
Iglesia en perspectiva ecuménica, Tesis Doctoral, I.M.R.I., Dayton OH, 2007, 59-61) El
descuido de su importancia abriría una brecha en el ser ontológico de la persona y de los
pueblos y dejaría abierta la posibilidad y la tentación a sustitutos de diferente índole y
sobre todo abriría una brecha a la problemática de las sectas evangélicas, esotéricas y de
todo tipo:
“Si la Iglesia no reinterpreta la religión del pueblo latinoamericano, se
producirá un vacío que lo ocuparán las sectas, los mesianismos políticos secularizados,
el consumismo que produce hastío y la indiferencia o el pansexualismo pagano.
Nuevamente la Iglesia se enfrenta con el problema: lo que no asume en Cristo, no es
redimido y se constituye en un ídolo nuevo con malicia vieja” (C.E.L.A.M. Documento
de la IIIº Conferencia Episcopal Latino Americana, de Puebla 1979, n.469)