Resumen de La Unidad 8 - Ambar Abreu
Resumen de La Unidad 8 - Ambar Abreu
Resumen de La Unidad 8 - Ambar Abreu
Nombre:
Ambar
Apellido:
Abreu
Matricula:
2019-09814
Carrera:
Derecho
Ciudad:
Santo Domingo
País:
República Dominicana
Fecha:
3/12/2020
Ambar Abreu
2019-09814
Introducción
Aquí estaré presentando un resumen de lo unidad 8 de la filiación, expresare sus
clasificaciones procesos e hablare sobre las leyes que lo formaron la ley que lo
mantiene vigente en la actualidad, espero que el resultado sea de su agrado y cumpla
con sus estándares.
Ambar Abreu
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Filiación
La filiación es una relación jurídica existente entre dos personas, en virtud de haber
descendido una de la otra, el vínculo filial puede nacer dentro de una relación
matrimonial, de una unión consensual, o a través del procedimiento de adopción. La
filiación puede ser paterna o materna.
La filiación puede ser clasificada en legítima, natural (ilegítima) o adoptiva, pero esto
solo tiene fundamento después de la creación de la ley 14-94, ya que anterior a esto
había una diferencia evidente entre los hijos naturales e hijo legítimos.
La filiación legitima venia del seno del matrimonio, los hijos resultantes de un
matrimonio eran considerados legítimos y tenía todos los derechos y protección, en el
caso de los ilegítimos o «naturales» eran aquellos nacidos de una unión libre, una
relación adultera o incestuosa, estos no tenían ningún derecho ante la sociedad ni el
estado quien fue severo con ellos y llegaron a nombrarlos como hijos bastardos; en los
casos en los que la filiación adulterina o incestuosa fuese reconocida, los efectos que
generaba eran muy limitados, al extremo de que los hijos “incestuosos” y “adulterinos”
sólo tenían derecho la prestación de alimentos; nunca a la sucesión de su padre.
En la actualidad este término está prohibido ante la ley ya que todos los hijos son
iguales ante la misma, de ahí el hecho de una clasificación jurídica de una filiación en la
actualidad sería incorrecto.
Presunción de paternidad
la prueba de la filiación es el acta de nacimiento, sin embargo, en los casos de hijos
nacidos dentro del matrimonio se puede probar la filiación con la presentación del acta
de matrimonio de sus padres, esto en virtud de que existe una presunción según la cual
los hijos nacidos dentro del matrimonio se reputan hijos del esposo. La presunción de
paternidad es admitida cuando la concepción haya sido dentro del matrimonio. Para
verificar la aplicación de la presunción de paternidad es necesario determinar la
duración del embarazo y la fecha de la presunta concepción.
El Código Civil establece que la duración del embarazo es de 180 a 300 días; por lo
tanto, se considera nacido dentro del matrimonio el niño que ha nacido 180 días
después del matrimonio se permitía el desconocimiento de dicha presunción de
paternidad sólo en los casos en que se probara que el presunto padre se encontraba
ausente durante el transcurso de los trescientos a los ciento ochenta días anteriores al
nacimiento del niño o en los casos de que se probara la existencia de alguna la
imposibilidad física para el marido cohabitar con su mujer.
La paternidad no podrá ser rechazada por el marido, aunque el niño hubiera nacido
antes de los ciento ochenta días posteriores al matrimonio, en los casos en que el
marido hubiese tenido conocimiento del embarazo de la mujer antes del matrimonio.
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Tampoco, si el marido hubiera comparecido ante el Oficial del Estado Civil a tramitar la
inscripción del acta de nacimiento en los registros correspondientes.
Se presume que el hijo es del ex esposo en los casos de que la mujer haya quedado
embarazada dentro del plazo de los diez meses contados a partir de la disolución del
matrimonio.
La presunción de paternidad en cuanto al hijo nacido dentro del matrimonio se ha
considerado irrefragable, pero en la actualidad esto ha sido superado gracias al recurso
científica de ADN así que todo padre o madre que dude de su filiación puede acudir a
estas según lo impuesto en el artículo 60 de la ley 136-03.
La filiación natural
Era considerados como naturales todos los concebidos en una relación consensual o
de unión libre.
Las definiciones citadas en el código penal se remontan a siglos atrás donde esta era
vista con ojos de discriminación y desprecio, en Rep. Dom. se trató de igualar esta
situación a la de los hijos “legítimos”, a través de la Ley 985 sobre Filiación de Hijos
Naturales, de 1945, donde ese establece que ambas legitimaciones tenían el mismo
efecto salvo en sucesoral. No hubo ningún avance en cuanto a la discriminación que
sufrían los hijos naturales; ya que, en cuanto a los derechos sucesorales, no derogó las
reglas del Código Civil, y éstos continuaban teniendo menos derechos que el hijo
legítimo, en la herencia de su padre. Fue a partir de la ley 14-09 que se empezó a
igualar los derechos de los hijos naturales y legítimos, pero en virtud del principio de
irretroactividad de la Ley, las leyes son creadas para el porvenir y no pueden afectar
derechos adquiridos de ahí que las disposiciones contenidas en la Ley 14-94 sólo se
aplican a las sucesiones abiertas después del año 1995, en consecuencia, a los hijos y
descendientes con derechos a sucesiones abiertas antes de la indicada fecha se les
aplican los derechos en base a las reglas anteriores a la Ley 14-94 .
En cuanto a los denominados hijos incestuosos, la Ley 985 sobre Filiación de Hijos
Naturales fue más severa, hasta el punto de que en el artículo 4 se dispuso la
prohibición del reconocimiento de éstos. Las referidas desigualdades en cuanto los
derechos aplicables a los hijos, tomando en cuenta la naturaleza de su filiación fueron
superadas, y en la actualidad con la ley 136-03 en la cual se aplica el principio de
igualdad entre los hijos, principio éste consagrado en el artículo 55 numeral 9 de la
Constitución de la República Dominicana del 26 de enero del 2010, que dispone que
“todos los hijos son iguales ante la ley”.
La prueba de la filiación
La filiación con respecto de la madre se prueba por el simple hecho del nacimiento,
pero para demostrar la filiación con respecto del padre se necesita la declaración
expresa de éste admitiéndolo como su hijo. Cuando el hijo ha nacido dentro de un
matrimonio la filiación se puede probar con la presentación del acta de matrimonio, por
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lo que no es necesaria la declaración del padre, ya que existe una presunción legal
según la cual el hijo nacido dentro del matrimonio se reputa hijo del esposo.
La prueba de la filiación se realiza mediante la presentación del acta de nacimiento; así
lo establece el artículo 62 de la Ley 136-03 Pero en todo caso se podrá recurrir a las
pruebas científicas para confirmar o negar la filiación materna o paterna.
La posesión de estado
A pesar de que el acta de nacimiento constituye la prueba por excelencia de la filiación,
cuando no existe el acta de nacimiento se admite demostrar la filiación mediante la
comprobación de los elementos de la posesión de estado. Al respecto, el artículo 320
del Código Civil establece: “A falta de este título, basta la posesión constante del
estado de hijo legítimo.”
Se puede alegar la posesión de estado sólo en caso de no existir controversias o
debate judicial. De igual manera, el artículo 46 del Código Civil permite que cuando la
filiación no sea objeto de debate judicial la prueba de la paternidad sea libre, en caso
de que los registros no hayan existido o se hayan perdido. Es importante resaltar que a
pesar de la existencia del acta de nacimiento que compruebe la filiación, o del acta de
matrimonio de los padres, o de la posesión de estado, siempre es permitido impugnar
la filiación aparente a través de la comprobación de que dicha filiación no sea la
verdadera, mediante la realización de pruebas del ADN. El artículo 62 de la Ley 136-03
permite dicha comprobación en todos los casos
Legitimación de “hijos naturales”
Durante mucho tiempo existieron marcadas diferencias concerniente a los derechos de
los denominados “hijos legítimos” y los “naturales” las cuales, aunque han sido
superadas es importante conocer para fines de aplicación en cuanto a los derechos
que antes del año 1995 habían sido adquiridos. El artículo 331,332 y 333 del Código
Civil permitían que los hijos ilegítimos podrían ser legitimados en un subsiguiente
matrimonio y de morir el hijo sus descendientes podrían legitimarse del mismo anterior
y provechar sus efectos, de esa manera ambas partes disfrutaban de los «mismos»
derechos.
Reconocimiento voluntario
Este es el acto por el cual una persona confiesa ser el padre o la madre de un hijo
natural. Puede hacerse en el acta de nacimiento del hijo o en un acto auténtico. El
reconocimiento de los hijos nacidos fuera del matrimonio puede ser realizado por el
padre al producirse a través de la declaración ante el Oficial del Estado Civil, por
testamento o mediante un acto jurídico. Así lo establece el artículo 63 de la Ley 136-
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Queda claro que el hijo que no ha nacido aún puede ser reconocido por su padre; sin
embargo, dicho reconocimiento carecería de efecto si la criatura no naciera viva.
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Inclusive se puede realizar el reconocimiento del hijo ya muerto, siempre que éste haya
dejado descendientes.
Conforme el párrafo I del mencionado artículo, en los casos en que el reconocimiento
no se haya efectuado ante el Oficial del Estado Civil, éste está obligado a expedir el
acta correspondiente cuando se le presenta el documento en el que consta dicho
reconocimiento.
Es decir, el plazo para realizar una declaración oportuna de nacimiento es sesenta (60)
días contados a partir de la fecha del nacimiento, cuando el alumbramiento haya
ocurrido en una zona urbana, y si el nacimiento ocurrió en una zona rural, entonces, el
plazo es de noventa (90) días. Si transcurrido dicho plazo no se ha realizado el
reconocimiento de la criatura, la declaración que se realice será tardía, por lo que se
inscribirá en un registro de declaraciones tardías.
Caracteres del reconocimiento voluntario son:
• Es un acto voluntario. Es decir, se requiere de la intención del padre de realizar el
reconocimiento.
• Es de carácter eminentemente personal. El padre no puede delegar en otro la
realización de la declaración.
• Es un acto individual o particular.
• Es de carácter irrevocable, una vez declarado el reconocimiento del hijo, éste no se
puede revocar.
• Carácter declarativo, no atributivo, las declaraciones pueden ser impugnadas con
posterioridad si se comprueba su falsedad.
Reconocimiento judicial
Otra modalidad de reconocimiento es el judicial, el cual se realiza a través de una
demanda judicial interpuesta, según proceda, por la madre, tutor o responsable cuando
se trata de un menor de edad; o por el hijo que pretende reclamar la filiación cuando ha
cumplido la mayoría de edad.
Es decir, cuando el padre no ha realizado el reconocimiento, por ninguna de las vías
señaladas en el artículo 63 de la Ley 136-03, la madre podrá demandar por la vía
judicial el reconocimiento de su hijo; dicha acción la puede ejercer hasta que el hijo
cumpla la mayoría de edad. También el responsable o tutor, podrá iniciar dicha acción
en caso de que la madre del menor falte o esté imposibilitada de hacerlo. Sin embargo,
aunque para éstos el derecho a demandar el reconocimiento prescribe cuando el
menor cumple la mayoría de edad, no es así para el hijo, ya que éste podrá reclamar
su filiación en todo momento, luego de cumplida la mayoría de edad.
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Las demandas en reconocimiento de niños, niñas y adolescentes son competencia de
la sala de lo civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescente, de conformidad con la
letra a) del artículo 211 de la Ley 136-03 que le otorga a dicho tribunal la facultad para
conocer: “Las demandas sobre reclamación y denegación de filiación de los hijos e
hijas y acciones relativas…”
Acciones de reconocimiento de paternidad
Las acciones de reconocimiento o desconocimiento, así como las relativas a conflictos
de filiación son competencia de la sala de lo civil del Tribunal de Niños, Niñas y
Adolescentes, del domicilio del niño, niña y adolescente.
Imprescriptibilidad de las acciones relativas a la filiación
Conforme a la Ley 985 de 1945 el plazo para interponer acciones la madre de un niño
contaba con sólo cinco años para demandar el reconocimiento de su hijo. Más tarde, la
Ley 14-94 denominada Código del Menor estableció que el plazo para dicha acción era
también de cinco años, pero a partir del momento en que el hijo que reclamaba la
paternidad hubiera cumplido la mayoría de edad.
En la actualidad la Ley 136-03, que es el actual Código para el Sistema de Protección y
los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes, las acciones relativas a
la filiación son imprescriptibles para los hijos, por lo tanto, no existe un plazo para
interponerlas. Sin embargo, el derecho de las madres a reclamar la filiación del hijo
prescribe cuando éste ha cumplido la mayoría de edad.
Cuando el reconocimiento que se impugna es el de una persona mayor de edad,
dichas acciones se conocen y deciden en la Cámara Civil y Comercial del Tribunal de
Primera Instancia. En cambio, si lo que está en discusión es la filiación de un menor de
edad se le otorga competencia a la Sala de los Civil del Tribunal de Niños, Niñas y
Adolescentes.
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