Corona de Adviento
Corona de Adviento
Corona de Adviento
La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo
en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de
adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.
Su forma circular, nos recuerda la eternidad de Nuestro Señor, pues Él quien no
tiene principio ni fin. Él es ETERNO.
Por su significado, es una muy importante costumbre que nos prepara, no sólo
vivir estas fechas con un mejor espíritu -«espíritu navideño como dirían
muchos»- sino también, a VIVIR mejor la navidad y a darle su verdadero
significado, que no es otro que el del inicio de nuestra redención.
Tristemente y muy a pesar nuestro, con el pasar del tiempo, esta hermosa
costumbre ha ido desapareciendo de muchos hogares católicos. Recordemos
pues,que la Guirnalda de Adviento, es el primer anuncio que tenemos de la
llegada de nuestro Señor Jesucristo en la Navidad.
Primer Domingo de Adviento
Todos: Hacen la Señal de la Cruz.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo, pecador me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada
siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al
bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos
los santos, y a vosotros, hermanos, que pequé gravemente de pensamiento,
palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.
Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen, al bienaventurado san Miguel
Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y
Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que roguéis por mí a Dios
nuestro Señor. Amén.
Guía: La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta
Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.
El Guía hace la lectura de Juan 3: 7-11:
“No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento
sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va.
Así es todo el que nace del Espíritu.» . Respondió Nicodemo: «¿Cómo puede ser
eso?» . Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? .
«En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos
testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.”
Guía: Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios. Y todo el que ama ha
nacido de Dios y conoce a Dios. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene:
en que Dios envió a su Hijo único. A Dios nadie lo ha visto nunca, pero si nos
amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros. Palabra del Señor.
Todos: Te alabamos Señor.
La persona designada enciende la primera vela.
Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para
salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de
Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con
alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.
El Guía hace la lectura de Marcos 13,33
“Estén preparados y vigilando, ya que no saben cual será el momento”. Palabra
del Señor.
Todos: Te alabamos Señor.
Reflexión.(Breve pausa para meditar).
Todos: Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara,
la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor
Jesús!
Para cantar: “Ven, Ven, Señor, no tardes”
Ven, ven Señor no tardes;
Ven, ven Señor que te esperamos:
Ven, ven Señor no tardes;
Ven pronto Señor.
Todos: Amén.
La persona designada enciende la tercera vela.
Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se
anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar. Preparad sus caminos, porque ya se
acerca. Adornad vuestra alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya
llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.
Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha
tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos,
envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor.
El Guía hace la lectura de Lucas 3:10-18:
«La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?». Y él les respondía: «El
que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para
comer, que haga lo mismo.». Vinieron también publicanos a bautizarse, y le
dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?». El les dijo: «No exijáis más de lo que
os está fijado.» Preguntáronle también unos soldados:
«Y nosotros ¿qué debemos hacer?» El les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no
hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada.» Como el pueblo
estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si
no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua;
pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de
sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el
bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la
quemará con fuego que no se apaga.» Y, con otras muchas exhortaciones,
anunciaba al pueblo la Buena Nueva.
Guía: Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos Señor.
Reflexión. (Breve pausa para meditar).
Todos: Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara,
la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor
Jesús!
Para cantar: “Ven, Ven, Señor, no tardes”
Ven, ven Señor no tardes;
Ven, ven Señor que te esperamos:
Ven, ven Señor no tardes;
Ven pronto Señor.
Noche Buena.
Lector 2: Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros
corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a
día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia. Que junto
con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.
Lector 3: Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y
Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que día a día
intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.
Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos
que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y
podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.
Amén.
Conclusión
Guía: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel,
hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su
cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración final – Todos: Hoy la Virgen da a luz al Trascendente. Y la tierra
ofrece una cueva al inaccesible. Los ángeles y los pastores le alaban. Los magos
caminan con la estrella; porque ha nacido por nosotros, niño pequeñito, el Dios
de antes de los siglos. Amén