Dieeea07 2021 Joscas Astropolitica
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Análisis
07/2021 20 de mayo de 2020
(actualización 17 de febrero de 2021)
La astropolítica en un mundo
pospandémico
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Resumen:
Desde el comienzo de la globalización, las potencias estatales han pugnado por situarse
en una posición de ventaja en la carrera espacial que se avecina. A esta competición se
le han sumado organizaciones y actores de carácter privado, motivadas por los ingentes
beneficios que pueden obtener del espacio exterior. Sin embargo, la explotación y
transporte de los recursos, unido al control del espacio y al riesgo de proliferación nuclear
está configurando una militarización espacial. Es posible que la pandemia de la COVID-
19 sirva como catalizador de muchos acontecimientos que se están produciendo a escala
mundial, pudiendo ser uno de ellos la utilización masiva del espacio, buscando nuevas
oportunidades en una situación de riesgo definida por la crisis.
Palabras clave:
*NOTA: Las ideas contenidas en los Documentos de Análisis son responsabilidad de sus autores, sin
que reflejen necesariamente el pensamiento del IEEE o del Ministerio de Defensa.
Abstract:
Keywords:
Introducción
El cambio de siglo comenzó de una manera tenue, pero, en cierto modo, colaborativa,
en lo que se refiere a la conquista del espacio por parte de la humanidad. La situación
creada tras la desaparición de la antigua Unión Soviética tuvo su reflejo en proyectos
como la utilización de la estación rusa Mir por parte de agencias espaciales extranjeras
y los proyectos ruso-estadounidenses Apolo-Soyuz o Suttle-Mir. Uno de los principales
logros en materia de cooperación fue la creación de la Estación Espacial Internacional
(ISS, por sus siglas en inglés) que previsiblemente continuará en servicio hasta la mitad
de la presente década.
Durante lo que llevamos de siglo, hemos sido testigos de un incremento exponencial del
número de satélites que proporcionan servicios de comunicaciones, datos, observación
o posicionamiento, lo que ha llevado a concluir la necesidad de una mejor gestión del
espacio cercano a nuestro planeta.
Igualmente, hemos presenciado cómo al papel tradicional que poseían los Estados se
ha sumado a la conquista del espacio organizaciones, corporaciones empresariales o
individuos que han visto posibilidades una gran rentabilidad en un futuro que se configura
como no tan lejano.
Por desgracia, las relaciones entre los Estados no han sido precisamente idílicas a
medida que ha ido avanzando el siglo, del que pronto habremos recorrido su cuarta parte.
La situación actual es incierta y es posible que la pugna por la hegemonía en un mundo
multipolar se acelere tras la crisis económica en ciernes que se prevé como
consecuencia de la pandemia global de la COVID-19. Si el pulso mayor se encuentra
entre el revisionismo chino y el continuismo estadounidense, no es menos cierto que
Rusia intenta mantener su estatus como potencia internacional y que otros Estados se
configuran como potencias regionales en sus respectivas áreas de influencia.
con la defensa y que además varios de ellos hayan adquirido la capacidad de destruir
los dispositivos satelitales de sus adversarios.
Entretanto, los avances tecnológicos y los que se prevé que estén por llegar
próximamente, van a permitir en breve la explotación de los recursos energéticos y
minerales que se pueden encontrar en la Luna o asteroides.
Todo este panorama configura un futuro incierto, no exento de riesgos, pero lleno de
posibilidades que se abre ante nuestros ojos. Sin embargo, haciendo una aproximación
historicista al fenómeno de la geopolítica, siempre que se han encontrado recursos se
han producido pugnas por el control de estos y por las vías de comunicación por las que
se transportan. En esta pugna será ineludible la existencia de fuerzas armadas que no
se posicionarán precisamente a requerimiento de los militares, sino bajo la demanda de
aquellos que buscan la protección de sus bienes e intereses.
Como paso previo a hacer referencia a los conceptos relacionados con la astropolítica
es oportuno hacer una definición del espacio que rodea a la Tierra, en la que se
distinguen las siguientes órbitas 1,2.
La órbita LEO (Low Earth Orbit) u órbita baja, es una franja que abarca entre los 160 y
2000 kilómetros de altura. La rapidez de los satélites con respecto a la superficie del
planeta les permite a recorrer una órbita completa en un breve espacio de tiempo. En
esta órbita se encuentra localizada la ISS y muchos satélites meteorológicos y de
observación. La órbita SSO (Sun Sincronous Orbit) u órbita sincrónica solar, es un tipo
de órbita polar baja (entre los 200 y 800 kilómetros) que permite pasar sobre un
determinado punto de la superficie terrestre todos los días a la misma hora. Esta órbita
es muy útil para emplazar satélites de observación o meteorología.
1
European Space Agency (ESA), “Types of orbits”. Disponible en:
https://www.esa.int/Enabling_Support/Space_Transportation/Types_of_orbits Consultado 05/05/2020.
2
“Low earth orbit, medium and high earth orbits”, Technobyte. Disponible en:
https://www.technobyte.org/low-medium-high-earth-orbits-types-of-orbits/ Consultado 05/05/2020.
La órbita MEO (Medium Earth Orbit) constituye la órbita intermedia que se encuentra
comprendida entre los 2 000 y 36 000 kilómetros y el periodo orbital de los satélites que
se encuentran en ella suele ser de varias horas. En esta región se suelen posicionar los
satélites de defensa y observación, así como los de posicionamiento de uso dual. Cabe
destacar la presencia de constelaciones de los satélites de posicionamiento GPS
norteamericano, Glonass ruso, Galileo europeo o Beidou chino. También se han sumado
a los anteriores los sistemas QZSS de Japón y IRNSS de India 3.
La órbita HEO (High Earth Orbit), u órbita alta, queda definida por la región más allá de
los casi 36 000 kilómetros de la órbita GEO y los puntos donde alcanzan los límites de
la atracción terrestre. En esta zona suelen posicionarse satélites de observación
astronómica o determinados satélites «espía» 4.
Existen zonas prohibitivas alrededor del planeta por el alto grado de ionización de las
partículas que se encuentran en ellas y que se denominan Cinturones de Van Allen. La
localización de estas partículas se debe a que la Tierra se comporta como un gigantesco
imán, estableciendo a su alrededor un campo magnético denominado magnetosfera
terrestre 5.
3
ZHAO, Gang, et al. Comparison on orbit precisions of different types of navigation satellites based on
SLR tracking data. Proceedings of the 18th International Workshop on Laser Ranging, Goar, Germany.
2013. p. 1-3.
4
CAPDEROU, Michel. Handbook of satellite orbits: From kepler to GPS. Springer Science & Business,
2014, p. 426.
5
JOHNSON-GROH, Mara, “Studying the Van Allen Belts 60 Years After America’s First Spacecraft”, NASA,
Jan. 31, 2018. Disponible en: https://www.nasa.gov/feature/goddard/2018/studying-the-van-allen-belts-60-
years-after-america-s-first-spacecraft consultado 06/05/2020.
6
CONWAY, JC, “Lagrangian Real Estate: Places in Space”, Towers of Earth, December 10, 2013.
Disponible en: https://jcconway.com/2013/12/10/lagrangian-real-estate-places-in-space/ Consultado
06/05/2020
Figura 2. Puntos de Lagrange en el sistema Tierra-Luna. Fuente. Conway, JC, “Lagrangian Real
Estate: Places in Space”, Towers of Earth, December 10, 2013, disponible en:
https://jcconway.com/2013/12/10/lagrangian-real-estate-places-in-space/ Consultado 06/05/2020.
Sin embargo, desde la perspectiva del control militar del espacio los puntos L4 y L5, o
puntos troyanos, son especialmente interesantes respecto a su estabilidad para
mantener una posición en ellos. Entre estos puntos se configura un espacio de batalla
de dos triángulos equiláteros con vértices en los respectivos puntos, la Tierra y la Luna.
Desde ellos, una fuerza militar tendría la capacidad para permitir o denegar el tráfico en
el sistema, permitir o denegar el uso militar o civil de determinadas órbitas, lanzar
ataques sobre la Tierra, la Luna o cualquier punto de la ruta entre ellas o detectar y tomar
acción contra cualquier amenaza proveniente de cualquier punto del sistema 7.
7
STINE, George Harry. Confrontation in Space. Prentice-Hall, 1981, p. 58.
demostró que mantenía esta capacidad 8. En el ámbito espacial, estas acciones provocan
la dispersión de gran cantidad de restos en el espacio. Teniendo en cuenta la congestión
de las órbitas terrestres, se podrían producir daños sobre otros dispositivos aislados o
que formen parte de una constelación, pudiendo afectar a un sistema completo. Para
buscar una razón a estas acciones, hay que observar el despegue de China como
potencia con aspiraciones sobre el mar de la China y su disputa a EE. UU. Al mismo
tiempo, los chinos han comenzado a posicionarse potencia en tecnología cuántica y se
encuentran en disposición de cuestionar la hegemonía estadounidense en su región 9.
Inspirados por las ideas de Darwin y Mahan, el británico Harold McKinder estudió los
Estados como organismos vivos dentro de un sistema. Basándose en el predominio
naval británico, los conflictos más importantes se producirían entre las potencias
marítimas y las terrestres 11.
Este geógrafo definió el mundo en torno a una zona central, a la que llamaría «área
pivote» y posteriormente «tierra corazón». La aparición de un invento tecnológico, como
fue el ferrocarril, podía facilitar que la potencia terrestre que controlase esta zona pudiese
proyectar su poder hacia el resto de la periferia del continente euroasiático, al que
consideraba como el «mundo-isla». Esta concepción suponía que la hegemonía que
hasta entonces habían tenido las potencias marítimas pasaría a manos de las potencias
terrestres.
8
ZOHURI, Bahman. Directed-Energy Beam Weapons. Springer, 2019, p. 21.
9
Para una lectura en mayor profundidad sobre la Revolución en Asuntos Militares (RMA) que ha provocado
la implantación de las tecnologías cuánticas se sugiere la lectura de: CASTRO TORRES, José Ignacio. La
segunda revolución tecnológica en la mecánica cuántica y su aplicación a las tecnologías de la defensa.
Documento de Análisis IEEE 25/2019. Disponible en:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2019/DIEEEA25_2019JOSCAS_Cuantica.pdf
10
MAHAN, Alfred T., The Interest of America in Sea Power, Present and Future. North Stratford: Ayer
Company Pub, 1918.
11
MACKINDER, Halford John., “The geographical pivot of history”, The Geographical Journal Vol. 23, Nº4,
Royal Geographical Society, 1904, pp. 421-437.
El corolario de las teorías Mckinder afirmaba que quien gobernase en Europa del este
dominaría la tierra corazón; quien gobernase dicho corazón terrestre dominaría la isla
mundial y quien gobernase la isla mundial controlaría el mundo 12. Este postulado sería
muy útil para sentar las bases de la astropolítica un siglo después.
Los primeros estudios sobre las relaciones futuras en el espacio se deben a George
Harry Stine quien, finalizando el siglo XX, acuño el término de «astropolítica» y determinó
varias «áreas de operaciones militares» en el espacio que circunvalaba la Tierra 13. John
M. Collins fue más allá, definiendo mayores «regiones militares» espaciales basándose
en las teorías de los «pozos de gravedad» de Richardson, unidas a los postulados
geopolíticos de McKinder 14. Para Collins, quien rigiese el espacio circunsterrestre,
dominaría el planeta Tierra; quien rigiese la Luna dominaría el espacio circunsterrestre;
y quien rigiese sobre los puntos L4 y L5 dominaría el sistema Tierra-Luna 15.
12
Ibid.
13
STINE, George Harry. Confrontation in Space. Op. Cit., p. 54.
14
COLLINS, John M. Military Space Forces: the next 50 years. Potomac Books, 1989, p. 7.
15
Op. Cit. p. 1.
16
DOLMAN, Everett C. “Astropolitik: The Classical Geopolitics in the Space Age”, Frank Cass Publishers,
London 2002, p. 12.
Dolman comparaba el espacio exterior que rodea a la Tierra con el «creciente exterior»
(outer crescent) de Mckinder, porque permitía limitar las posibilidades estratégicas de un
posible rival y, al mismo tiempo, daba la oportunidad de la proyección de una fuerza
espacial que ejerciese un control indirecto sobre un actor hegemónico sobre el planeta.
Contra todo concepto sobre la consideración del espacio como un gran vacío insondable,
la visión de Dolman permitía establecer algo parecido a los accidentes geográficos y que
denominó «peculiaridades astrodinámicas» 18. Las áreas gravitacionales tenían una
similitud con las montañas y valles y la fuerza gravitatoria podría ser el equivalente de
las pendientes topográficas. Entre estas zonas veía discurrir ríos y océanos de recursos
y energías que se distribuían y concentraban alternativamente. Los peligros se
identificaban con las regiones de radiación.
17
Op. Cit. p. 8.
18
Op. Cit. p. 61.
Este espacio se hallaría dividido en cuatro regiones diferenciadas para su estudio 19. La
primera de ellas se denominaría Terra y abarcaría toda la Tierra y su atmósfera hasta
llegar al punto justo de la más baja altitud en que un cuerpo pudiese orbitar alrededor de
esta sin necesidad de propulsión.
19
Op. Cit. p. 70.
Dolman enlazó todas estas regiones mediante «sendas orbitales», constituyendo vías de
comunicación de gran interés, porque las órbitas estables permitirían no gastar
combustible para el traslado de los vehículos espaciales De este modo, se podrían
economizar recursos, haciendo viable el transporte de materias primas y abaratando sus
costes.
20
DAVID, Leonard, “Will the US Military Space Force's Reach Extend to the Moon?”, Space Insider,
September 27, 2018. Disponible en: https://www.space.com/41943-space-force-extend-earth-moon-
space.html consultado 06/05/2020.
21
GERSTENMAIER, William; CRUSAN, Jason, “Cislunar and Gateway Overview”, NASA HQ. Disponible
en: https://www.nasa.gov/sites/default/files/atoms/files/cislunar-update-gerstenmaier-crusan-v5a.pdf
Consultado 06/07/2020.
22
“New Heartland: What is behind the US’ new space rush?”, United Word International, 04/09/2020.
Disponible en: https://uwidata.com/9764-new-heartland-what-is-behind-the-us-new-space-rush/
Consultado 07/05/2020.
La cuarta y última región, que define Dolman como «espacio solar», consistiría en todo
aquello que se encontrase más allá de la órbita lunar, pero dentro del sistema solar.
Quizá en un futuro se puedan explotar los recursos en los planetas más próximos y de
las lunas de Júpiter o Saturno. Además, en esta zona se encuentran numerosos
cometas, cuya órbita podría acercarse a la Tierra lo suficiente para ser explotados en la
próxima era neoindustrial 23.
23
DOLMAN, Everett C. “Astropolitik: The Classical Geopolitics in the Space Age”, Op. Cit. p. 61.
transitorios). En todo caso esta presencia evitaría que otro actor, estatal o no, desplegase
medios militares o no militares sin una coordinación o autorización con la potencia
hegemónica. La tercera fase, que podría solaparse con las anteriores en el tiempo,
llevaría a la creación de una «agencia de coordinación espacial» para realizar la
definición de los requerimientos necesarios y separar y coordinar los proyectos de
carácter civil y militar 24.
24
Op. Cit. p. 157.
25
BARTELS, Meghan, “NASA Wants to Encourage Private Space Stations”, Space.com, October 9, 2019.
Disponible en: https://www.space.com/nasa-commercial-space-stations.html Consultado 06/05/2020.
26
LOVEGREN, Natalie. Chemistry on the moon: the quest for helium-3. 21st Century Science and
Technology, 2014, p. 1.
En 2020 esta empresa llegó a la ISS con la nave tripulada «Demo 2», con el mismo
modelo de cohete. Este hecho supuso el comienzo de la rentabilidad comercial de la
órbita LEO, ya que se pulverizaron los costes por kilo de carga desde los 54.500 a los
2.720. Sin embargo, observando el fenómeno en términos estratégicos ha supuesto que
EE. UU haya dejado de depender del programa ruso Soyuz, que utilizaba por ser mucho
más rentable que las lanzaderas espaciales 28.
Entretanto, la NASA ha abierto la ISS a los negocios de carácter comercial para fomentar
el acceso de la industria estadounidense a unas condiciones que le permitan la
rentabilidad en la órbita terrestre baja (LEO). Además, la NASA se ha focalizado en la
próxima misión tripulada a la Luna, donde espera llegar con un hombre y una mujer y en
la que contará con la participación del sector privado 30. La nueva Administración Biden
ha mostrado su compromiso con el denominado «Programa Artemis» a través del que
“el gobierno norteamericano trabajará junto a la industria y socios internacionales para
enviar astronautas a la superficie de la Luna” 31
27
FOUST, Jeff. “SpaceX Falcon 9 launches Dragon, lands first stage”, SpaceNews, April 8, 2016.
Disponible en: https://spacenews.com/spacex-falcon-9-launches-dragon-lands-first-stage/ Consultado
07/05/2020.
28
“SpaceX launch marks a new era in the privatisation of space”, TRT World, 4 Jun 2020. Disponible en:
https://www.trtworld.com/magazine/spacex-launch-marks-a-new-era-in-the-privatisation-of-space-36971
Consultado 10/06/2020.
29
ETHERINGTON, Darrell, “Virgin Galactic becomes the first public space tourism company on Monday”
TechCruch, October 24, 2019. Disponible en: https://techcrunch.com/2019/10/24/virgin-galactic-becomes-
the-first-public-space-tourism-company-on-monday/ Fecha de la consulta 07/05/2020.
30
“NASA Opens International Space Station to New Commercial Opportunities, Private Astronauts”, NASA.
Disponible en: https://www.nasa.gov/press-release/nasa-opens-international-space-station-to-new-
commercial-opportunities-private Fecha de la consulta 07/05/2020.
31
HOWELL, Elizabeth. “US still committed to landing Artemis astronauts on the moon, White House
says” Space.com, 04 February 2021. https://www.space.com/biden-administration-commits-to-artemis-
moon-landings (consultado 10/02/2021)
En relación con la minería espacial, merece la pena citar que ya hay intereses privados
con intenciones sobre este nuevo negocio. Las compañías Deep Space Industries y
Planetary Resources se encuentran focalizadas en la explotación de los recursos
provenientes de los asteroides, mientras que otras empresas como Moon Express y
Shackleton Energy Company han manifestado su orientación hacia la explotación de los
recursos lunares. A la vista de lo anterior es posible que una nueva «fiebre del oro» de
recursos minerales críticos asalte las ansias de la humanidad en el siglo XXI 33.
Las teorías de Dolman y sus predecesores están todavía por ser comprobadas. Sin
embargo, los primeros pasos de la realidad apuntan en este sentido, aunque con ciertos
matices. Se observa que EE. UU. está buscando la colaboración de las agencias
espaciales y empresas occidentales, aunque está por ver si el presidente Biden será
continuista con esta orientación. Por su parte, China ha desarrollado su propio programa
Shenzhou sobre un cohete «Larga Marcha» de uso dual. Mientras, sigue su proyecto
para construir la estación espacial Tiangong 34.
En este nuevo reparto de cartas, las reglas del juego no parecen ser las más adecuadas
para los intereses de actores estatales, organizaciones, grupos e individuos, ya que el
OST de 1967 ha quedado superado por los acontecimientos. No obstante, el tratado
32
JAMASMIE, Cecilia. “Experts warn of brewing space mining war among US, China and Russia”.
Mining(dot)com, February 2, 2021 https://www.mining.com/experts-warn-of-brewing-space-mining-war-
among-us-china-and-russia/ (consultado 10/02/2021)
33
RUIZ DOMÍNGUEZ, Fernando. Minería espacial: el nuevo reto de la inteligencia económica.
Documento de Opinión IEEE 102/2018, disponible en:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2018/DIEEEO102_FERRUI_MineriaEspacial.pdf
Consultado 07/05/2020.
34
KIANG, Charlotte, “Human Spaceflight In 2020: What Lies Ahead”, Forbes, Dec 15, 2019. Disponible
en: https://www.forbes.com/sites/charlottekiang/2019/12/15/human-spaceflight-in-2020-what-lies-
ahead/#394607a05219 Consultado 08/05/2020.
Ante la situación que se avecina, hay terceros interesados en sacar el máximo partido
de las oportunidades que se presentan. Este es el caso de Luxemburgo quien, sin
abandonar los principios que todavía rigen en el OST, estableció la ley de 20 de julio de
2017 sobre la exploración y el uso de los recursos espaciales, reconociendo el derecho
a la apropiación de los recursos del espacio. La China National Space Administration
(CNSA) ha firmado un acuerdo de cooperación en materia espacial con las autoridades
de Luxemburgo. Los luxemburgueses, con una economía dominada por la banca, se han
posicionado los primeros para establecer el centro de negocios global relacionado con
la minería espacial 36.
Los estadounidenses han desarrollado en los últimos años un cuerpo legislativo para
justificar sus futuras actuaciones. La ley de competitividad comercial de los lanzamientos
espaciales de 2015 estableció que los actores empresariales tienen el derecho de
apropiarse de aquellos recursos que sean capaces de extraer del espacio. A esta ley le
siguieron las cuatro directivas de la Administración Trump. La primera trata de vigorizar
de nuevo la exploración humana del espacio por parte de EE. UU. La segunda
reestructura y organiza los procedimientos para el uso comercial del espacio. La tercera
regula la gestión del tráfico nacional a través del espacio; y, finalmente, la cuarta
establece la creación de una fuerza militar en el espacio. Tras la legislación emitida han
comenzado a revisar su Directiva de Política Espacial para adaptarla a la nueva
situación 37.
35
“Treaty on Principles Governing the Activities of States in the Exploration and Use of Outer Space,
including the Moon and Other Celestial Bodies”, The United Nations Office for Outer Space Affairs.
Disponible en: https://www.unoosa.org/oosa/en/ourwork/spacelaw/treaties/introouterspacetreaty.html
Consultado 08/05/2020.
36
SARAH SCOLES, “China Wants to Make a Mark in Space—But It'll Need a Little Help”, Wired,
02.14.2018. Disponible en: https://www.wired.com/story/china-wants-to-make-a-mark-in-spacebut-itll-
need-a-little-help/ Consultado 08/05/2020.
37
SMITH, Marcia, “space council to update 2010 national space policy”, Spacepolicyonline, May 6, 2020.
Disponible en: https://spacepolicyonline.com/news/space-council-to-update-2010-national-space-policy/
Consultado 08/05/2020.
De nuevo surgen problemas cuando se prevé la congestión del espacio que necesitan
los satélites para operar. Con el tiempo, las órbitas más usadas estarán físicamente
colapsadas de dispositivos, para los cuales no existe un criterio de pertenencia de
determinado lugar en el espacio. Igualmente, esta miríada de objetos necesita
frecuencias para comunicarse con sus estaciones de control terrestre 39.
Por su parte, sobre la Tierra, parece que los programas de reducción de armamento no
presentan perspectivas halagüeñas, aunque habrá que esperar a los resultados de la
extensión del Tratado New START, sobre reducción de armas nucleares estratégicas.
Por ello, se entiende el repunte en la proliferación de sistemas antimisiles y el énfasis en
la creación de armamento antisatélite (ASAT), mientras se investiga con profusión en las
armas de energía dirigida como perturbadores, microondas, haces de partículas, láser o
impulso electromagnético, tal y como en su día predijese John J. Klein 40.
Además, muchos de los programas de SLV se superponen con el de los ICBM, que
pueden portar cabezas nucleares. Es posible que ante el riesgo de proliferación nuclear
las armas satelitales puedan ser utilizadas para contrarrestar esta amenaza, a la vez que
deban ser protegidas 41.
Conclusiones
38
“Mitigating space debris generation”, ESA. Disponible en:
https://www.esa.int/Safety_Security/Space_Debris/Mitigating_space_debris_generation Consultado
08/05/2020.
39
VEDDA, James A.; HAYS, Peter L. “Major Policy Issues in Evolving Global Space Operations”, The
Mitchell Institute for Aerospace Studies/Air Force Association, 2018.
40
KLEIN, John J. Space warfare: Strategy, principles and policy, Milton Park, Routledge, 2006, pp. 52-53.
41
GRUSH, Loren, “The military is looking at ways to intercept nukes from space-—but experts say it’s not
feasible”, The Verge, Jan 20, 2019. Disponible en: https://www.theverge.com/2019/1/20/18188332/space-
based-interceptors-icbms-missile-defense-review Consultado 07/05/2020.
Lo que está claro es que tarde o temprano se va a poner en marcha este concepto
novedoso de mercantilismo espacial y el papel que antaño jugaban los Estados va a ser
ocupado además por otros actores, con claros intereses sobre los recursos que parece
que están cada vez más cerca de constituirse como una opción viable.
A lo largo de la historia, siempre que han existido fuentes de materias primas y vías de
comunicación, se han producido conflictos por el control de ambos conceptos desde
posiciones de dominio o negación de estos. Por ello, el futuro no tan lejano que preconiza
Dolman en el espacio estará configurado con instalaciones de extracción, hubs de
canalización de recursos, instalaciones industriales y rutas de comunicación. Es
prácticamente impensable que los actores que los posean no los protejan, los que no los
tengan quieran arrebatárselos y las rivalidades pugnen por evitar que lleguen a manos
de actores competitivos.
Una nueva era se abre con rapidez ante los ojos de la humanidad. Dependiendo de cómo
configuremos nuestro futuro esta será de prosperidad o miseria. Sin embargo, lo que los
patrones geopolíticos a lo largo de la historia nos demuestran es que, pase lo que pase,
se producirán conflictos y habrá que estar preparados para afrontarlos.