Manejo Integrado Del Picudo Del Chile

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Manejo Integrado del Picudo

del Chile
Distribución e importancia

El picudo del chile (Anthonomus eugenii Cano) En estado adulto (Figura 1), el picudo se
es un insecto plaga nativo de América Central alimenta de las hojas e inflorescencias, mien-
y se ha extendido por todo el continente Ame- tras que las larvas se alimentan de los botones
ricano. Ataca a Solanáceas, principalmente del florales y los frutos, lo que ocasiona pudrición
género Capsicum y Solanum. En el cultivo de y desprendimiento de los frutos. En una infes-
chile puede causar daños de hasta el 100 % tación temprana y severa puede acabar con
durante la etapa de fructificación; y dentro del toda la cosecha; los primeros síntomas son
rubro fitosanitario de esta hortaliza, es la plaga pedúnculos amarillos y cenizos, los cuales
a la cual se destina mayor gasto económico. llegan a marchitarse en el punto de unión con
Las especies hospedaras incluyen hierba mora la planta, lo que culmina con la caída del fruto.
(Solanum nigrum), berenjena (Solanum melon- Algunos frutos infestados se tornan rojos o
gena) y variedades dulces y picosas de chile. amarillos prematuramente y pueden quedar
deformes y pequeños antes de caer al suelo
(Figura 2). Las semillas y los tejidos de donde
las larvas se alimentaron se tornan necróticos
(Figura 3).

Figura 1. A. Adulto del Picudo del chile. B. Frutos de chile infestados, en comparación con
frutos sanos. C. Fruto de chile afectado por el picudo.
Foto: (A) Márquez, P. (USDA-APHIS PPQ); (B) Garza, 2001; (C) Damián, J.
Descripción

El adulto presenta una sola espina fuerte en la mitad del prefemur


con un aparato bucal masticador, lo cual le permite barrenar los
frutos cuajados y las primeras flores para depositar sus huevecillos,
quienes después de 3 a 5 días dentro del fruto comienzan su estado
larval, adquieren movilidad y se modifica su aparato bucal para facili-
tar su alimentación dentro del fruto. Su cuerpo es de color brillante,
mide de 0.8 a 1.5 mm de longitud, la cabeza es grande, blanca con el
extremo negro y las mandíbulas de color café (Elmore et al., 1934).

Después de 13 a 17 días se convierte en Por su alta capacidad reproductiva, después


pupa, comienza a ensancharse, sus ojos se de dos o tres días de su emergencia empieza
manchan y muestran un tinte amarillo, el el apareamiento y el picudo es capaz de
pico toma una coloración café amarillenta ovipositar alrededor de 350 huevecillos en
con el extremo negro y las antenas y élitros toda su vida. Este periodo dura alrededor de
toman un color gris (Mau y Martín, 1994). En un mes y si en el terreno existen trampas
este estado se enfoca en acumular energía y amarillas, en ese momento es cuando su
aguarda el momento indicado para poder presencia se empieza a manifestar, de aquí
salir. la importancia del monitoreo.
Manejo Integrado del picudo

El enfoque integrado es la opción más viable, El monitoreo previene cuantiosas pérdidas


económica y efectiva para el control de este económicas, por lo que en épocas de alta
insecto, dicho esquema debe de considerar: incidencia se debe realizar uno cada 2 ó 3 días
Monitoreo. Debe comenzar antes de la siem- y las trampas se deben cambiar cada 24
bra y aplicarse de manera periódica, del tal horas. Las trampas se recomienda colocarlas
forma que permita la identificación oportuna en dirección horizontal a los vientos domi-
del insecto para tomar acciones enfocadas al nantes (generalmente de este a oeste), donde
control. La inspección de los botones florales, en terrenos chicos (1-5 ha), en cada extremo y
el uso de trampas amarillas con feromonas de una en medio, y en extensiones más grandes
agregación, y la inspección de plantas com- se debe situar una trampa cada 30-50 metros.
pletas o exploración de daños, son elementos Cuando alguna trampa de los extremos tiene
a considerar para un monitoreo eficaz. Hay un número superior de insectos respecto al
que tener en cuenta que por cada día que se ubicado en la zona media del terreno, signifi-
deja de efectuar acciones puntuales para el ca que la plaga está llegando, y si el número
control de la plaga, se producen hasta seis de picudos es igual en dos o más por trampa
huevos por adulto hembra, lo que indica la significa que el cultivo ya está infectado y
importancia de la detección oportuna. habrá que tomar acciones inmediatas de con-
Además, las larvas y pupas se refugian dentro trol.
de los frutos y su control resulta difícil, al
menos con productos químicos de contacto.
Control cultural.

Se recomienda eliminar toda la maleza del terreno y del


perímetro, además de establecer el cultivo dentro de la fecha
de siembra recomendada para la zona, cuyo objetivo es evitar siem-
bras continuas que favorezcan el incremento en las poblaciones del insec-
to. Inmediatamente después de la cosecha es importante destruir la planta me-
diante su incorporación al suelo por medio de la labranza.

Durante el período de fructificación es recomendable recoger los frutos caídos y


enterrarlos (Figura 4), con el propósito de eliminar las larvas, pupas y adultos
que se encuentran en los frutos o que pueden servir de reservorio de la
plaga.

Figura 3. Entierro de frutos para


reducir poblaciones de plaga.
Control biológico.

Las investigaciones en este sentido han sido pocas, sin embargo, exis-
ten algunos autores que han documentado algunos resultados con el
uso de parasitoides, como Catolaccus hunteri Crawford. En México se
han encontrado especies de avispas nativas, pertenecientes a unos
nueve géneros. De estas especies, Triapsis eugenii (familia Broaconi-
dae) encontrada en Nayarit, es el parasitoide más prometedor como
agente de control biológico para el picudo de chile y tiene un nivel de
parasitismo cercano al 30 %. También se debe de considerar el uso de
hongos entomopatógenos como Beauveria bassiana y Metarhizium
anisopliae, donde sus cepas se han evaluado en varios estados del país
y tienen cierta tendencia al control del picudo, además de controlar
otras plagas como mosca blanca y paratrioza.

Control químico.

Se recomienda iniciar las aplicaciones de También tener en cuenta que la mayoría de


insecticidas cuando los niveles de infesta- los adultos están localizados en la tercera
ción sean del 5 % en botones y frutos, o parte superior de la planta. Considerando
cuando se encuentre un adulto por cada que el picudo muestra actividad dos veces
200 plantas, inspeccionando un mínimo de al día, entre 9-10 de la mañana y 5- 6 de la
dos yemas florales, botones o flores por tarde, se puede valorar hacer las aplicacio-
planta, a partir de la etapa de inicio de flora- nes durante estos periodos, aunque es más
ción y durante toda la fructificación. Es recomendable aplicarlo durante la tarde,
importante evitar el uso de insecticidas de pues la humedad relativa y la temperatura
baja eficiencia, así como mezclas de ellas; se son más adecuadas.
deben emplear dosis recomendados por el
proveedor y evitar en la medida de lo posi- Para la elección del producto a parte de su
ble aplicaciones preventivas sin previo efectividad, es importante tener en cuenta
muestreo, ya que se propicia la resistencia las plagas existentes; por ejemplo, si
genética de esta y otras plagas. La aplica- además del picudo del chile se tiene presen-
ción debe estar dirigida a toda la planta y la cia de paratrioza y trips, habrá que elegir un
cobertura debe ser en la totalidad de la producto que controle a los tres o en su
planta, es decir, cubrir hojas (haz y envés), defecto a la mayoría.
yemas florales y frutos.
Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2016. Manejo Integrado del Picudo del Chile. Serie Fitosanidad. Núm. 54. Artícu-
los Técnicos de INTAGRI. México. 4 p.

Fuentes consultadas
Damian, G.J. 2015. Manejo del Picudo del Chile. Conferencia del diplomado en Horticul-
tura Protegida. Intagri-UAl.
Garza, E.U. 2001. El Barrenillo del Chile Anthonomus Eugenii y su manejo en la Planicie
Huasteca. Folleto Técnico No. 14. INIFAP. 23p.
Calvo, D.G.; Pacheco, A.B.; French, J.B.; Alvarado, E. 1989. Analisis Económico del manejo
del Picudo del Chile (Anthonomus Eugenii Cano) en Zacapa Guatemala. Manejo Integra-
do de Plagas. No. 11. Costa Rica. 20p.

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