Expo Plagio
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Una alternativa a la filtración convencional la ofrecen los filtros de membrana que consisten en
materiales finos capaces de separar sustancias cuando una presión es aplicada a través de
ellos. La exigencia mundial de disponer de agua de mayor calidad ha favorecido el desarrollo
de la tecnología de membranas, dado que estos procesos tienen una capacidad excelente de
separación de sustancias disueltas y se han desarrollado productos que corresponden a ultra-,
nano- y micro- filtración.
La ultra filtración se realiza por medio de membrana de tamaño de poro aproximado entre
0,002 y 0,1 µm y ejercicio de presión para que el agua atraviese la membrana. Con este
tamaño de poro pueden retenerse moléculas con pesos moleculares mayores a 10.000 daltons
y se opera a presiones que oscilan entre 200 y 700 kPa. La ultra filtración impide el paso de
bacterias y la mayoría de los virus, pero es permeable a algunos tipos de virus y de materia
disuelta, como sustancias húmicas. Se recomienda la desinfección con cloro después de la ultra
filtración. Este tipo de procesos puede ser completamente automatizado, no requiere el uso
de compuestos químicos, produce un agua de calidad buena y constante y es de manejo
sencillo. El costo de inversión y operación no es bajo pues se renueva continuamente la
membrana. La mayor parte del material coloidal, especies de alto peso molecular, material
particulado, especies orgánicas e inorgánicas son retenidos en estas membranas. De las
especies biológicas se retienen protozoarios, bacterias y la mayoría de los virus conocidos. En
cuanto a especies metálicas como quelatos de hierro y manganeso requieren un proceso
previo de separación para evitar la descomposición de la membrana. Las membranas para
ultrafiltración se fabrican en forma tubular o de hojas planas con las que se elaboran los filtros.
La ultrafiltración está limitada por el proceso de descomposición de la membrana, ya
mencionado en relación a la micro filtración, y por el costo relativamente elevado [6,9].
4.3. Nanofiltración Las membranas de nanofiltración poseen un tamaño de poro aún menor a
las anteriores, de 0,001 µm. En ellas se retienen moléculas de peso molecular mayor a 1.000
daltons. Las presiones a las que deben trabajar estas membranas son sensiblemente mayores
que las anteriores y usualmente pueden estar entre 600 kPa y 1.000 kPa. Pueden remover
virtualmente todo tipo de bacterias, virus, quistes y material disuelto húmico. Dado el bajo
contenido de materia orgánica presente después de la nanofiltración, no se generan
subproductos de la cloración, si se añade esta sustancia para impartirle un efecto
desinfectante residual al agua. Dado que se remueve una gran cantidad de sustancias disueltas
en el agua, incluso alcalinidad (carbonatos y bicarbonatos), el agua adquiere características
corrosivas una vez tratada por este proceso por lo que generalmente se requiere la adición de
algún álcali para reducir este problema. La presión elevada a la que se maneja el agua genera
altos costos de energía y esto ha provocado un uso muy limitado de esta tecnología [6,9].
Este proceso, también conocido como hiperfiltración, se basa en el uso de una membrana
semipermeable que permite el paso de agua, mas no de iones disueltos. La membrana tiene
poros menores a 10 Å (1 nm). El agua es sujeta a una alta presión que la obliga a pasar a través
de la membrana; todas las sales disueltas permanecen en una solución que se concentra de
sales, motivo por el cual se le conoce como salmuera o agua de rechazo o retrolavado. La
proporción de volumen entre el agua de rechazo y el agua producida da una idea de la
eficiencia del sistema. Si bien la ósmosis inversa puede remover prácticamente cualquier
contaminante orgánico o inorgánico del agua, tiene como desventaja los altos costos de capital
y de operación necesarios, el manejo del agua de rechazo puede convertirse en un problema
pues los contaminantes se concentran en ésta, los pretratamientos son indispensables, las
membranas tienen la tendencia a descomponerse y el agua de rechazo puede llegar a ser 25 a
50% del caudal de alimentación, lo que significa un gran desperdicio de agua [5, 6].
Todas estas tecnologías compiten de cierta manera con la fotocatálisis, cuya efectividad se
centra en dos áreas principales: la desinfección y la remoción de compuestos orgánicos. En la
tabla siguiente se presenta una descripción de las capacidades y limitaciones de las tecnologías
mencionadas. Como se observa, los métodos convencionales de filtración son de manejo
sencillo, costos moderados y eficiencias medias. Por otro lado, los métodos de filtración por
membranas son de manejo más complicado, con costos elevados y eficiencias altas. Las
limitaciones se indican en cada rubro pero en general puede decirse que se agrupan en la
generación de residuos que pueden llegar a considerarse residuos peligrosos, descomposición
de las membranas por presencia de bacterias, desperdicio de agua por la generación de
salmuera o agua de rechazo y recrecimiento de bacterias.