Carta Canta
Carta Canta
Carta Canta
Ricardo Palma
1833 – 1919
Carta canta
Don Antonio formó en Barranca una valiosa hacienda, y para dar impulso al trabajo
mandó traer de España dos yuntas de bueyes, acto a que en aquellos tiempos daban los
agricultores la misma importancia que en nuestros días a las maquinarias por vapor que
hacen venir de Londres o de Nueva York. «Iban los indios (dice un cronista) a verlos arar,
asombrados de una cosa para ellos tan monstruosa, y decían que los españoles, de
haraganes, por no trabajar, empleaban aquellos grandes animales».
Junto con las yuntas llegáronle semillas o plantas de melón, nísperos, granadas, cidras,
limones, manzanas, albaricoques, membrillos, guindas, cerezas, almendras, nueces y
otras frutas de Castilla no conocidas por los naturales del país, que tal hartazgo se
darían con ellas, cuando a no pocos les ocasionaron la muerte. Más de un siglo
después, bajo el gobierno del virrey duque de la Palata, se publicó un bando que los
curas leían a sus feligreses después de la misa dominical, prohibiendo a los indios
comer pepinos, fruta llamada por sus fatales efectos mata serrano
Hermano, vamos errados. Conviene que igualemos las cargas; porque si tú llevas
cuatro y yo cinco, nacerá alguna sospecha en el amo.