3) Locke-Racionalismo Vs Empirismo
3) Locke-Racionalismo Vs Empirismo
3) Locke-Racionalismo Vs Empirismo
ponderían que en vías extrasensoriales, pero a estas no se les suele ha física. Estas dos disciplinas gozaban en el siglo xvn, entre las personas
cer demasiado caso fuera de sus círculos. A excepción de ellas, pues, cultas, de un prestigio enorme. Descartes deseó poner la filosofía a la
lodo el mundo, quien más quien menos, es bastante empirista. misma altura que aquellas dos ciencias, pretendió conferirle un rango
de saber cierto e incontrovertible, convertirla en una disciplina seria,
Sin embargo, durante un episodio señalado de la filosofía euro
con todas las de la ley. Comprendió enseguida que, para lograr este pen
pea las cosas no se entendieron así. Hubo una corriente principal del
samiento sólido (no conjetural, hipotético o aproximativo), necesitaba
pensamiento que desconfió de los datos de los sentidos, que sostuvo
unas bases propias, requería un fundamento específico. Para empezar,
que no se podía construir un conocimiento cierto a partir de la in
no podía dar nada por supuesto: si había algún error en el punto de par
formación sensorial. Que del mismo modo que la vista nos engaña
tida, todo lo posterior quedaría fatalmente viciado, no podría alcanzar
cuando introducimos una rama en el agua de un estanque y creemos
se ese saber seguro que se perseguía. La filosofía no podía partir, pues,
ver que está torcida y malformada, el resto de los sentidos son sum a
de verdades religiosas reveladas aceptadas acríticamente, sin examen.
mente falibles y engañosos. Lo que daría en llamarse línea racionalista
Puesto a no dar por bueno nada de entrada. Descartes llegó a plantear,
de la filosofía, cuyas tres estrellas son Descartes, Leibniz y Spinoza,
a modo de hipótesis de trabajo, que todo el mundo circundante, todo lo
pero que contaba con precedentes ilustres como Platón o Parméni-
percibido a través de los sentidos, fuera falso y engañoso. Llegó a ima
des, receló de que los sentidos fueran merecedores de una confianza
ginar un genio maligno que se divirtiera engañándonos acerca de todo
completa y siquiera parcial en un ámbito de filosofía seria y rigurosa.
cuanto percibimos, que nos hiciera creer, sin ninguna duda, que este ro
Como muchas nociones se entienden mejor por su contrario (el día
ble que vemos y tocamos, cuya resina olemos y podemos saborear, exis
por la noche, la salud por la enfermedad, etc.), para entender en qué
te realmente tal como lo experimentamos, cuando en realidad podría
consiste el empirismo vale la pena hacerse una idea de lo que fue el
ser muy distinto o hasta no existir. Insistamos en que Descartes plantea
racionalismo. Avancemos, para ser exactos, que ambas líneas filosófi
esta posibilidad como hipótesis de trabajo. Lo pone en duda todo, ab
cas no son com pletam ente contrarias ni antagónicas entre sí, que si
solutamente todo, incluso lo aparentemente más incuestionable (a este
hubiera que representarlas geométricamente como círculos com par
planteamiento lo llama «duda metódica»), para encontrar un punto de
tirían un espacio de intersección nada despreciable. Pero lo que sí es
apoyo firme que sostenga todo lo demás. Así las cosas, las percepciones
contrario y opuesto entre ambas líneas es el fundamento, el punto que
sensoriales no ofrecen ninguna garantía para un conocimiento filosó
plantean como inicio de toda su construcción posterior. Y si entender
fico que pretende ser tan sólido como el científico. El hipotético genio
los rasgos básicos del racionalismo ayuda mucho a entender los del
maligno es pensable. Y si el genio maligno es pensable, la duda metódi
empirismo, recordar las ideas principales de Descartes, el creador del
ca está justificada. La pregunta es entonces: puesto que puedo dudar de
primero, nos permitirá comprender la novedad radical de las concep todo cuanto percibo en la experiencia sensorial, ¿existe algo de lo que
ciones de Locke, que puso en marcha el segundo. no me sea posible dudar, que ofrezca una certeza absoluta, incuestio
René Descartes quiso dar a la filosofía un fundamento tan firme y nable? La respuesta, que se resume en el parágrafo siguiente, originó lo
sólido como el que en su tiempo se reconocía a las matemáticas y a la que entendemos por racionalismo.
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Hay algo de lo que no cabe dudar, y es del hecho mismo de es- Frente al conocimiento
deductivo de Descartes (en
Iar dudando. Ni siquiera la más rigurosa e implacable duda metódica la imagen), Locke y los em-
piristas británicos plantearon
puede, a juicio de Descartes, poner en cuestión la duda misma. Existe un conocimiento del mundo
basado en la la observación
ese punto de Arquímedes firme y sólido que buscaba el filósofo. Por
de los fenómenos.
el mismo hecho de pensar puede lograrse una certeza absoluta: la de
estar pensando, la de que hay algo (o alguien) que piensa. La existen
cia del sujeto queda dem ostrada de forma incuestionable, más allá de
cualquier duda metódica y sistemática: «Pienso, luego existo». Des
cartes cree haber hallado en el sujeto pensante el fundam ento firme
a partir del cual escapar de los devastadores efectos de la duda me
lódica y alcanzar un conocimiento seguro y no contam inado por la
experiencia. De esa primera verdad incontrovertible Descartes pasa a
«deducir» racionalmente la existencia de Dios y, a resultas de ello, de
un conjunto de ideas innatas inevitablemente ciertas. Veamos cómo.
sujeto por el mismo Dios, que son innatas. Descartes sostiene haber Esto en cuanto a Europa. Pero ya sabemos que los británicos son
creado un sistema filosófico irrefutable basándose solo en la razón, en distintos. Por algo será que, en su orgullosa insularidad aislacionista,
las ideas innatas, prescindiendo por completo de la experiencia sensi llaman a Europa «el continente», y a la filosofía europea, «filosofía
ble, que ha m antenido entre paréntesis durante todo el proceso de su continental», con un deje condescendiente que no puede pasar des
razonamiento, bajo sospecha, sin ninguna dignidad ni fiabilidad en el apercibido ni al oído más obtuso. Los británicos son distintos a los
plano del pensamiento filosófico serio. En este innatismo a ultranza europeos, y uno de los rasgos caracteriológicos que definen su espe
Descartes está en el mismo bando que Platón y san Agustín. Pero a la cificidad es su proverbial sentido común, el common sense que parece
forma concreta que le da a su pensam iento la llamamos racionalismo. tan indeleblemente inscrito en su ADN nacional. En las Islas Britá
nicas eso de poner en duda los datos de los sentidos, de poner entre
Ahí dejó las cosas Descartes, al que en todos los manuales se presen
paréntesis lo que se ve y se toca, pareció una extravagancia insensata,
ta como el fundador de la filosofía moderna por haberle dado a esta un
algo que no podía ser más que una filigrana exhibicionista de pensa
fundamento autónomo, independiente de la base escolástica-religiosa
dores sofisticados (¡un francés tenía que ser!) o bien una m uestra la
imperante durante toda la Edad Media, y a lo largo de todo el tardo-
mentable de hasta qué extremos de delirio puede conducir el espíritu
medievalismo que se arrastraría durante dos o tres siglos en la cultura
excesivamente especulativo. Es en este punto en el que John Locke
europea. Si bien es cierto que la idea de Dios sigue desempeñando un
entra en la escena epistemológica.
papel esencial en la doctrina cartesiana (nada menos que garantiza la
existencia cierta del mundo, de la fiabilidad de los sentidos con que lo También John Locke admiraba el grado de certeza alcanzado por
percibimos y de las ideas innatas con que lo entendemos), no es ya el las ciencias, y deseaba dotar a la reflexión filosófica, moral y política
punto de partida, que ha pasado a estar ocupado por el sujeto. El car de una solidez semejante con vistas a facilitar a los hombres una he
tesianismo tuvo un éxito clamoroso y fulminante en Europa, pues fue rram ienta epistemológica que, a su vez, propiciara la mejor vida social
aceptado y asumido en casi todos los círculos filosóficos. Europa fue, posible. Pero la senda que enfiló en este propósito no era la misma
en el siglo xvn, racionalista en el sentido técnico de la palabra. No solo que emprendieron los europeos. Estos tenían una confianza ciega (el
los otros dos grandes racionalistas, Leibniz y Spinoza, transitarían por adjetivo es exacto, porque niega el sentido corporal) en que las ideas
esta senda, sino casi todos los demás pensadores europeos de la centu innatas podían dar una explicación esencial y precisa de la realidad
ria. El racionalismo, la creencia en el valor y la validez absolutos de las prescindiendo por completo de la experiencia sensible. Se fijaban en
ideas innatas, capaces de sustentar sistemas filosóficos enteros con una el aspecto deductivo-matemático de la ciencia como modelo. Fren
independencia total de la experiencia sensible, suponía una confianza te a esta confianza, Locke y los empiristas británicos plantean una
absoluta en los conceptos de la razón, en las «ideas claras y distintas» concepción m odesta y naturalista de las facultades humanas. Lo que
de las que hablaba Descartes. Se consideraba que estas ideas podían atrae a Locke de la ciencia es la experimentación, la observación y
proporcionar al pensamiento filosófico la admirada fiabilidad que se re la descripción sistemática, más que la creación de hipótesis abstrac
conocía a las matemáticas y a la ciencia física. tas que tanto fascinaba a los racionalistas europeos. Según una idea
l,it ii/Hstvinologia simsala dejnhn l.tK-ki' 55 r.(» ’Lockc
básica que se desarrollará en las páginas siguientes, pero que ahora A de un elem ento «racionalista» en el em piris
T R E A T 1 S K
podemos apuntar para nuestro propósito actual, Locke no cree (a di O f
mo de Locke. En realidad, lo que entende
ferencia de los cartesianos) que podamos conocer mediante las ideas Human Nature : mos por em pirism o británico no alcanzaría
• R1*M.
innatas la esencia de las cosas o sustancias del mundo: a partir de esta Ají A rrjut rdiMn^m ihea- su plenitud hasta la publicación del Tratado
prtñnmtsl Metburfaf
creencia fundamental, no tiene ya ningún sentido plantear el tipo de sobre la naturaleza hum ana (1739-1740), del
MORAl. SUBJF.CT&
conocimiento deductivo cartesiano, y lo más coherente es estudiar las escéptico escocés David Hume, que le propi
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cosas del m undo mediante la experiencia empírica, es decir, la obser i A a m Um i T u il.
nó una soberana paliza intelectual al racio
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vación de los fenómenos perceptibles. e * -M *
nalismo y a su ciega confianza en las ideas
i>NDKRÍTANDINO.
Este cambio de planteam iento es revolucionario en la historia de <o **>©• innatas: aquí sí cabe hablar de antagonism o
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la filosofía. Los cartesianos y racionalistas en general m antendrán ffscxcm entre los modelos racionalista y em pirista
una concepción de la ciencia fundada en máximas y definiciones (radical). Lo que hizo John Locke en su ‘En
Portada del Tratado so b re la
que forman premisas a priori (independientes de la experiencia), a naturaleza hum ana, de David sayo sobre el entendimiento hum ano (1690)
Hume. fue sim plem ente presentar una teoría propia
partir de las cuales se llevan a cabo deducciones abstractas. Locke
y los principales científicos británicos, si bien com parten con los que difería mucho de la cartesiana.
primeros una concepción de la ciencia como un sistem a coherente
y estructurado, no la entienden como algo que pueda realizarse en
abstracto, desvinculada de los fenómenos de la realidad empírica Sentido y finalidad de la teoría del conocimiento
y a partir de la sola razón. Locke admira a Newton, y entiende que
si este ha podido avanzar tan to en el conocim iento del universo es Una diferencia notable entre Locke y Descartes es que este emprende
porque ha tenido el valor y la iniciativa de mirar las cosas con rigor su investigación filosófica con el objetivo básico de «conocer el cono
e independencia, liberado de todos los prejuicios y falsedades acu cimiento» para fundam entar la meditación, mientras que Locke, pro
mulados con el discurrir de los siglos. Su enfoque naturalista y pre fundam ente religioso, supedita su examen a un objetivo moral: quiere
ciso del conocim iento tardaría poco en imponerse al cartesianism o m ostrar a los hombres cómo deben vivir en este m undo como criatu
incluso en Europa: el ilustrado siglo xvm sería mucho más lockeano ras de Dios, ofrecerles, como dice en el Ensayo, «una obra moralmente
que cartesiano. útil». Es decir, según un estudioso, trata de m ostrar cómo los hombres
Sin embargo, la conciencia del contraste entre los dos modelos pueden emplear sus mentes para saber lo que necesitan saber y creer
epistemológicos no debe llevarnos al extrem o de entenderlos como solo lo que deben creer. El conocimiento no se obtiene por sí mismo,
antítesis perfectam ente contrarias. Locke detectó en el racionalis sino para llevar a cabo un perfeccionamiento moral que abra las puer
mo cartesiano varias insuficiencias y equivocaciones, y procedió a tas de una vida mejor en el próximo mundo. Locke está convencido
enm endarlas con un enfoque distinto. Pero, como se verá, hay más de que algunas creencias son censurables y de que los hombres son