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CONFLICTO ARMADO EN

COLOMBIA
El Conflicto Armado en Colombia
Decir que la guerra no ha alcanzado sus objetivos, o que no hay un consenso sobre los
orígenes de la misma, parecen argumentos facilistas para uno de los capítulos más trágicos
de la vida política y social del país que todavía no hemos podido cerrar. Sin embargo la
aceptación de estas premisas por parte de los principales actores de este conflicto, el Estado
y la guerrilla de las Farc, constituye un paso fundamental e histórico hacia una reconciliación
que cada vez se ve más cerca. Dice el periódico El Heraldo, en su artículo Las teorías del
origen del conflicto armado en Colombia del 18 de enero de 2015.

Esta afirmación se hace realista en el momento en que nos ponemos a analizar todo lo que ha
vivido el país, desde el inicio de los conflictos cuando los civiles se asesinaban entre en sí
solo por el partido político que apoyaban, liberales versus conservadores, esta apoca estuvo
de 1830 estuvo marcada por la violencia y la tragedia ya que padres de familia fueron
arrancados del seno de sus hogares por haber demostrado que ansiaban la libertad, hermanos
e hijos que se fueron sin despedirse por que un ideal de libertad no se permitía en aquella
época. Aquel fatídico año de 1946 cuando Mariano Ospina decide perseguir y aniquilar a
todo liberal que se encuentre en el país, terminó el periodo pacifico que había conseguido la
conciliación entre los partidos políticos de la época; pero fue también el momento de la
historia que marco el surgimiento de grupos de personas civiles que empuñando armas se
tomaban el poder y la lucha en sus manos matando, masacrando, violando y cometiendo toda
clase de horrores en contra de sus propios hermanos y compatriotas, la creación de los
Chulavitas, fue la que inició con los grupos que hoy mantienen una oleada de guerra, hambre,
miseria, muerte y genocidio, con esos primeros chulavitas se formaron el M19, el MOEC,
las FARC, las AUC, el ELN y las bacrim, todos ellos grupos que buscaban ideales diferentes
a los que imponía un estado falto de conciencia y de acciones para cuidar de su población.

Concluimos de lo anterior que es de elemental lógica que al intentar ponerle fin a un conflicto,
y particularmente a uno que ha durado muchas décadas y ha causado muchos millares de
víctimas, se vuelvan las miradas hacia los causas que lo originaron, hacia las razones
invocadas por las partes y hacia las responsabilidades que recaen en cada una de las fuerzas
beligerantes. Sin esclarecer estos elementos sería imposible eliminar las raíces de los
enfrentamientos, corregir las conductas que los hicieron nacer y que permitieron su continuo
desarrollo y exacerbación, construir un futuro sin conflicto y sanar los destrozos humanos,
sociales y políticos dejados por tantas décadas de violencia, como base de una auténtica
reconciliación.

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