2.9existe Marxismo Ecologico 2006
2.9existe Marxismo Ecologico 2006
2.9existe Marxismo Ecologico 2006
341
La teoría marxista hoy
342
Elmar Altvater
343
La teoría marxista hoy
344
Elmar Altvater
345
La teoría marxista hoy
346
Elmar Altvater
347
La teoría marxista hoy
ción entre una naturaleza limitada que convive con necesidades limi-
tadas (Marx suele referirse al entendimiento aristotélico de las necesi-
dades como reflejando la medida humana) y la ilimitada acumulación
de capital está inscripta en la relación dinero, dado que el metal-dinero,
aparentemente “natural”, muy pronto encuentra límites naturales en
comparación con la demanda económica. El oro circulante en una de-
terminada economía es cuantitativamente insuficiente para la creciente
demanda del comercio y para las intervenciones de los bancos centrales
en su función de “prestamistas de última instancia”. De esta manera, es
lógico sustituir meros símbolos de dinero (papel) como relación social
entre comprador-vendedor y entre acreedor-deudor por oro como “cara
natural del dinero”. El dinero-papel o dinero inmaterial bajo la forma
de bits y bytes puede ser creado en cantidades necesarias para la cir-
culación de la moneda en el mercado mundial. El oro es natural, pero
el oro en tanto dinero es social. En esta función puede ser reemplaza-
do por meros símbolos. Este es un aspecto del desacople de la esfera
económica respecto de los límites sociales y naturales (Polanyi, 1978;
Altvater y Mahnkopf, 2002).
El proceso del trabajo muestra al mismo tiempo efectos produc-
tivos y destructivos; o, para interpretarlo en las categorías de la ter-
modinámica: dada la dualidad del proceso productivo en el cual no
sólo se producen valores de cambio y plusvalía, sino que también se
transforman materia y energía, la entropía necesariamente crece. En
la interpretación de Ilya Prigogine, un crecimiento de la entropía es
la expresión inevitable de la transformación de materia y energía en
el proceso de la evolución natural y –deberíamos agregar– social (Pri-
gogine y Stenger, 1986). Marx interpretaba el desarrollo de las fuerzas
productivas como positivo para la humanidad, porque constituyen la
base de una sociedad comunista en la cual el principio reinante es: a
cada uno de acuerdo a sus necesidades. La limitada restricción en esta
sociedad no es la valorización autorreferencial del capital, sino la me-
dida humana en una sociedad humanizada. Dado que los hombres y
sus necesidades son parte del ciclo de reproducción natural, la nueva
formación social que distribuye riqueza de acuerdo con las necesidades
humanas es también pensada como una sociedad de reconciliación del
hombre con la naturaleza.
El proceso de producción de entropía, sin embargo, es destruc-
tivo porque socava los medios de autorreproducción social y natural.
Al producir valores de uso que potencialmente satisfacen necesidades
humanas, produce también, inevitablemente, deshechos. Cada proceso
productivo está ligado a outputs necesarios, como así también a otros in-
necesarios o incluso perjudiciales. Es físicamente imposible transformar
materia y energía sin producir desperdicios y, en consecuencia, externa-
lidades. Marx es muy consciente del poder de destrucción producido
348
Elmar Altvater
por la acumulación capitalista. Al final del largo capítulo XIII del primer
tomo de El Capital sobre la “Gran Industria”, Marx también menciona la
tendencia de la industrialización de la agricultura, al concluir que, en un
sistema agrícola sujeto al régimen de racionalidad industrial,
cada paso que se da en la intensificación de la fertilidad del suelo den-
tro de un período de tiempo determinado, es a la vez un paso dado en
el agotamiento de las fuentes perennes que alimentan dicha fertilidad.
Este proceso de aniquilación es tanto más rápido cuanto más se apoya
un país, como ocurre por ejemplo con Estados Unidos, sobre la gran in-
dustria, como base de su desarrollo. Por tanto, la producción capitalista
sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de
producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de
toda riqueza: la tierra y el hombre (Marx, 1986: 423-424, Tomo I).
La sustitución de ciclos y regímenes de tiempo-espacio naturales por
ciclos y regímenes de tiempo-espacio industriales en agricultura tiene
un impacto perjudicial sobre el medio ambiente, el natural al igual que
el construido, y sobre el sistema social. Este es un factor fundamental
para el agravamiento de la crisis ecológica del capitalismo y para la
intensificación de los movimientos en su contra.
CRISIS
Hay varios efectos indirectos sobre la naturaleza de la producción ca-
pitalista de valores, dado que la acumulación capitalista es un proceso
impulsado por procesos de crisis. Marx analiza las crisis periódicas de su
tiempo, en primer lugar con respecto a sus efectos sobre las condiciones
de vida y de trabajo de la clase trabajadora. En su época, las crisis eco-
nómicas cíclicas eran una experiencia nueva, mencionadas por primera
vez por Sismondi a comienzos del siglo XIX. Situaciones de extrema
emergencia, como las hambrunas causadas por una mala cosecha o una
catástrofe natural, estaban profundamente grabadas en la memoria de
los pueblos. Siempre había estado claro que las causas de estas crisis es-
tán más allá de la influencia humana, aunque en tiempos precapitalistas
y preindustriales estas crisis habían sido, en alguna medida, causadas
por acciones humanas, tales como el uso excesivo de la tierra y los re-
cursos naturales (la extinción de bosques europeos en la Edad Media)
o las guerras. Pero, desde el nacimiento del capitalismo industrial, las
crisis económicas comenzaron a surgir periódicamente, aumentando la
inseguridad de amplios sectores de la población debido a la pérdida de
puestos de trabajo e ingresos. Marx observaba muy cuidadosamente el
desarrollo de ciclos de crisis desde mediados del siglo XIX, esperando
que la inestabilidad social y económica durante dichas crisis provocara
agitación social y cambio político revolucionario. Pero Marx sabía que
349
La teoría marxista hoy
350
Elmar Altvater
351
La teoría marxista hoy
1 Para la distinción entre tiempo y espacio histórico y físico ver Georgescu-Roegen, 1971).
352
Elmar Altvater
Podemos […] realizar una distinción útil entre el capital fijo inclui-
do en el proceso de producción (por ejemplo, los instrumentos de
producción) y el capital fijo que funciona como marco físico de la
producción (por ejemplo: fábricas). A este último, lo llamo el medio
ambiente construido para la producción. Por el lado del consumo
tenemos una estructura paralela. El fondo de consumo está forma-
do por mercancías que funcionan como ayudas más que como in-
sumos directos del consumo. Algunos artículos están directamente
incluidos en el proceso de consumo (por ejemplo: artículos durables
como cocinas, lavadoras, etc.), en tanto que otros funcionan como
estructuras físicas para el consumo (casas, caminos, etc.). A estos úl-
timos los denomino el medio ambiente construido para el consumo
(Harvey, 1989: 64).
Lo que Harvey llama “medio ambiente construido” hoy es discutido bajo
el rótulo más extenso y abarcativo de “bienes públicos”. No es adecuado
profundizar aquí en los detalles de los discursos sobre bienes públicos
(Kaul et al., 2003; Altvater, 2003; Brunnengrüber, 2003). En la teoría de
Marx, el “medio ambiente construido” es tratado como las “condiciones
generales de producción” que, como regla, tienen que ser provistas por
el estado, al menos mientras el sistema de derechos de propiedad no
esté suficientemente desarrollado como para ofrecer activos seguros a
los inversores privados (Marx, 1974: 422-432). David Harvey resalta la
importancia de la dupla “espacio temporal” en el curso de la acumula-
ción del capital porque esta “no es un sector menor de la economía y es
capaz de absorber cantidades masivas de capital y trabajo, particular-
mente bajo condiciones de rápida expansión e intensificación geográ-
fica” (Harvey, 2004: 63). Más aún, si los gastos en el medio ambiente
construido o en el progreso social demuestran no ser productivos ni
lucrativos, “la sobreacumulación de valores en el medio ambiente cons-
truido o en educación puede volverse evidente con la devaluación de
esos activos (viviendas, oficinas, parques industriales, aeropuertos, etc.)
o con dificultades para pagar deudas estatales en infraestructuras físi-
cas o sociales” (Harvey, 2004: 65). El medio ambiente construido, por
lo tanto, no es sólo parte pasiva del ciclo-crisis, sino la esfera-núcleo de
la acumulación y, consecuentemente, una causa importante de la diná-
mica y la crisis de la acumulación capitalista. Dada esta importancia,
Harvey critica “esas descripciones de la dinámica capitalista de acu-
mulación que o bien ignoran completamente estos temas, o los tratan
como un epifenómeno” (Harvey, 2004: 65).
Consecuentemente, la categoría del medio ambiente construido
es capaz de relacionar la dinámica de la acumulación capitalista con el
papel del medio ambiente. Esta es la razón por la cual James O’Connor
(1988), en un artículo seminal, desarrolla la propuesta para fundar un
353
La teoría marxista hoy
354
Elmar Altvater
355
La teoría marxista hoy
356
Elmar Altvater
VALORIZACIÓN
El proceso de acumulación capitalista tiene lugar en las coordenadas
de tiempo y espacio. En lo que respecta al tiempo, su lógica es la acele-
ración. El aumento de la productividad para la producción de plusvalía
relativa no es otra cosa que la aceleración de la producción y circulación
en todos los procesos para poder producir más productos en la misma
unidad de tiempo. Al acelerar todos los procesos, es posible extender el
alcance de la producción y reproducción capitalista en el espacio. De
este modo, la expansión espacial del capital pertenece a la dinámica de
la acumulación capitalista. La expansión sólo es posible si se eliminan
los límites y fronteras, ya sea que tengan origen en condiciones natura-
les o que hayan sido establecidos por las instituciones políticas. Por eso
Marx escribe en los Grundrisse sobre el mercado mundial como incluido
en la categoría de “capital” desde el principio (Marx, 1974: 311). Hoy
podemos interpretar esta tendencia mencionada por Marx como la glo-
balización moderna. La globalización se ha convertido en una realidad
porque es la emanación real de las potencialidades inmanentes de la
acumulación capitalista. La globalización es el proceso de valorización
357
La teoría marxista hoy
ENTROPÍA
Efectivamente, la irreversibilidad es una categoría decisiva para com-
prender el desarrollo de la naturaleza. Dado que el capital obedece a
una lógica de circularidad, lo natural y el régimen del tiempo capitalista
no son compatibles. El capital debe apropiarse de la plusvalía e invertir-
la nuevamente en el proceso de producción que al final resultará nueva-
358
Elmar Altvater
359
La teoría marxista hoy
CONCLUSIÓN
El concepto marxista de relación naturaleza-hombre es mucho más
apropiado que otros conceptos para comprender las contradicciones
y la dinámica de la relación social entre ser humano y naturaleza, es
decir, de la relación entre la economía, la sociedad y el medio ambiente.
La principal razón consiste en que dicho concepto permite concebir al
ser humano trabajador como alguien que transforma la naturaleza y,
por lo tanto, está incluido en un metabolismo de naturaleza-hombre
que, por un lado, obedece a leyes de la naturaleza cuasi-eternas y, por
360
Elmar Altvater
361
La teoría marxista hoy
BIBLIOGRAFÍA
Altvater, Elmar 1989 “Ecological and Economic Modalities of Time and
Space” en Capitalism, Nature, Socialism. A Journal of Socialist
Ecology, Nº 3, November.
Altvater, Elmar 1992 Die Zukunft des Marktes. Ein Essay über die
Regulation von Geld und Natur nach dem Scheitern des real
existierenden Sozialismus (Münster: Westfälisches Dampfboot).
Altvater, Elmar 1993 The Future of the Market. An Essay on the Regulation
of Money and Nature after the Collapse of ‘Actually Existing
Socialism’ (London/New York: Verso).
Altvater, Elmar 1995 O preço da riqueza (São Paulo: UNESP).
Altvater, Elmar 2003 “Was passiert, wenn öffentliche Güter privatisiert
werden?” en Peripherie, Nº 90-91.
Altvater, Elmar y Mahnkopf, Birgit 2002 Los límites de la globalización
(México: Siglo XXI).
Brunnengrüber, Achim 2003 (ed.) Globale Öffentliche Güter unter
Privatisierungsdruck (Münster: Weszfälisches Dampfboot).
Bunker, Stephen G. 1985 Underdeveloping the Amazon (Chicago: Urbana).
Burkett, Paul 1996 “On Some Common Misconceptions About Nature
and Marx’s Critique of Political Economy” en Capitalism, Nature,
Socialism. A Journal of Socialist Ecology, Nº 3, September.
Coase, Ronald 1960 “The Problem of Social Costs” en Journal of Law and
Economics, Nº 3.
Daly, Herman E. 1991 Steady-State Economics (Washington DC: Island
Press).
Deléage, Jean-Paul 1989 “Eco-Marxist Critique of Political Economy” en
Capitalism, Nature, Socialism. A Journal of Socialist Ecology, Nº 3,
November.
Easterlin, Richard A. 1998 Growth Triumphant. The XXI Century in
Historical Perspective (Ann Harbor: The University of Michigan
Press).
Georgescu-Roegen, Nicholas 1971 The Entropy Law and the Economic
Process (London/Cambridge, Mass.: Harvard University Press).
Harvey, David 1989 The Urban Experience (Oxford: Blackwell Publishers).
Harvey, David 2004 “The ‘New’ Imperialism. Accumulation by
Dispossession” en Panitch, Leo y Leys, Colin (eds.) Socialist
Register. The New Imperial Challenge (London: Merlin Press).
Hobsbawm, Eric 1994 Age of Extremes. The short twentieth century
(London: Pantheon Books).
362
Elmar Altvater
363