Factores Condicionantes
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Factores Condicionantes
Como senalabamos al principio del capitulo 38, la doctrina de la expiacion es el punto en el cual el caracter organico de la
teologia queda mas visible. Nuestras ideas sobre las otras doctrinas infl uyen en gran manera en nuestras conclusiones sobre esta
area. Asi que empezamos revisando el trasfondo desde el que construimos nuestra propia doctrina sobre la expiacion.
La naturaleza de Dios Al igual que los pasajes biblicos aparecen dentro de un contexto, lo mismo hacen las doctrinas. Abstraer
una doctrina de su contexto produce distorsion en la misma. En cualquier asunto de estudio teologico, el contexto mas amplio
es, por supuesto, la doctrina de Dios, especialmente cuando se trata de una relacion con Dios, como en la expiacion. La
naturaleza de Dios es de santidad perfecta y completa. Esto no es un asunto optativo o arbitrario; es la manera de ser de Dios
por naturaleza. Al ser contrario a su naturaleza, el pecado le resulta repulsivo a Dios. El es alergico al pecado, por asi decirlo.
No puede soportarlo.
Estatus de la ley El segundo factor importante a considerar cuando elaboramos nuestra teoria sobre la expiacion es el estatus de
la ley espiritual y moral de Dios. No se deberia pensar en la ley como si fuera algo impersonal y ajeno a Dios, sino como una
expresion de la persona y la voluntad de Dios. No manda amar ni prohibe el asesinato solo porque decide hacerlo. De su misma
naturaleza surge la aceptacion de ciertas acciones y la prohibicion de otras. Dios dice que el amor es bueno porque el mismo es
amor. Mentir es malo porque Dios mismo no puede mentir. Esto signifi ca que, en efecto, la ley es como una copia escrita de la
naturaleza de Dios. Cuando nos relacionamos con ella, ya sea de forma positiva o negativa, no nos estamos relacionando con un
documento impersonal o un conjunto de regulaciones. Mas bien, estamos obedeciendo o desobedeciendo al mismo Dios.
Desobedecer la ley es serio, no porque la ley tenga algun valor o dignidad inherente que debe ser conservada, sino porque
desobedecerla es en realidad un ataque a la naturaleza de Dios. Por tanto, el legalismo – la actitud de que la ley debe ser
obedecida por el bien de la misma – es inaceptable. En realidad hay que entender la ley como un medio de relacionarse con un
Dios personal. Algunos ponen objeciones a la idea de que la naturaleza de Dios se puede expresar en forma de proposicion, que
la voluntad de Dios es, en cierta forma, codifi cable. Tras esta objecion parece encontrarse un cierto escepticismo kan tiano:
nunca podemos conocer las realidades ultimas, porque la unica base de conocimiento valida es el sentido de la percepcion.
Desde luego las declaraciones que dicen expresar la voluntad de Dios (la ley) trascienden la experiencia sensorial y por tanto
debemos considerarlas carentes de fundamento. Tambien existe con frecuencia una objecion segun el concepto de Friedrich
Schleiermacher de que la religion no es principalmente un asunto de doctrina, sino de sentimientos. Pero si mantenemos que
Dios es una realidad objetiva, y que ha revelado una verdad racional, objetiva sobre si mismo, seguro que hay espacio para la
ley como representacion objetiva de su voluntad, e incluso de su naturaleza. Por tanto, la violacion de la ley, ya sea por
transgresion o porque no se ha podido cumplir con ella, acarrea las serias consecuencias de poder ser castigado y especialmente
de morir. A Adan y Eva se les dijo que el dia que comieran de la fruta prohibida sin duda moririan ( Gn. 2:15-17). El Senor le
dijo a Ezequiel que “el alma que peque, esa morira” ( Ez. 18:20). Segun Pablo “la paga del pecado es muerte” ( Ro. 6:23) y “el
que siembra para su carne, de la carne segara corrupcion” ( Ga. 6:8). Hay un vinculo defi nido entre el pecado y el estar
expuesto a ser castigado. En particular en la ultima cita (Ga. 6:7-8) resulta evidente la conexion causa – efecto entre el pecado y
el castigo. Sin embargo, en todos los casos se entiende que el castigo es inevitable, y no una simple posibilidad.
La condición humana Otro factor crucial en nuestra forma de entender la expiacion es la naturaleza y condicion de la
humanidad. Hemos senalado antes (pp. 643-48) el hecho de la depravacion total, con lo que no queremos decir que los humanos
sean tan perversos como sea posible, sino que al fi nal son incapaces de hacer nada para salvarse o salir por si mismos de su
situacion de pecadores. Al ser esto asi, era necesario que la expiacion, hacer por la humanidad lo que era necesario hacer, fuera
llevada a cabo por alguien en nombre de la humanidad.
Cristo Nuestra manera de entender la naturaleza de Cristo es crucial aqui. Anteriormente senalamos que Cristo es a la vez Dios
y hombre (capitulos 33- 35). Es la eterna, preexistente, Segunda Persona de la Trinidad. Es Dios en el mismo sentido y en el
mismo grado que el Padre, un sentido en el que ningun otro humano ha sido ni sera divino nunca. A su deidad anadio
humanidad. No abandono su deidad en ningun aspecto, unicamente el ejercicio independiente de sus atributos divinos. Para
nosotros la humanidad de Jesus signifi ca que su muerte expiatoria es aplicable a los seres humanos. Como Jesus era realmente
uno de nosotros, pudo redimirnos. No era uno de fuera intentando hacer algo por nosotros. Era un genuino ser humano
representandonos al resto de seres humanos. Esto queda implicito en lo que Pablo dice en Galatas 4:4-5: “Dios envio a su
Hijo…. nacido bajo la ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley.” No es solo que Jesus sea humano; es que es
completamente humano. No solo tomo la naturaleza fisica de un ser humano, sino tambien toda su composicion psicologica.
Sintio toda la extension de las emociones humanas normales. Por tanto, fue capaz de redimir a toda la naturaleza humana,
porque asumio todo lo que signifi ca ser realmente humano. Ademas, la muerte de Jesus tiene valor sufi ciente para redimir a
toda la humanidad. La muerte de un humano normal y corriente casi no tiene valor sufi ciente para cubrir sus propios pecados,
mucho menos los de toda la humanidad. Pero la muerte de Jesus tiene un valor infi nito. Como Dios, Jesus no tenia por que
morir. Al morir hizo algo que Dios nunca hubiera tenido que hacer. Como no tenia pecado alguno, no tenia que morir para
pagar por sus propios pecados. Por tanto su muerte puede redimir los pecados de toda la humanidad.
El sistema de sacrificios del Antiguo Testamento La muerte redentora de Cristo debe verse tambien teniendo en cuenta el
contexto del sistema de sacrifi cios del Antiguo Testamento. Antes de la muerte redentora de Cristo era necesario ofrecer sacrifi
cios con regularidad para compensar los pecados que se habian cometido. Estos sacrifi cios eran necesarios no para que
ejercieran una obra reformadora en el pecador o en otros para que no se pecara mas, sino para expiar el pecado, que de forma
inherente merecia castigo. Se habia producido una ofensa contra la ley de Dios y por tanto contra Dios mismo, y esto habia que
repararlo. La palabra hebrea mas utilizada en el Antiguo Testamento para los diferentes tipos de expiacion es __3 (kaphar) y sus
derivados. La palabra signifi ca literalmente “cubrir.” 1 Uno se libraba del castigo interponiendo algo entre el pecado cometido y
Dios. Asi Dios veia el sacrifi cio expiatorio en lugar del pecado. La ocultacion del pecado signifi caba que la pena ya no tenia
que exigirse al pecador.2 Se deberia senalar que la expiacion tenia un efecto objetivo. Los sacrifi cios se ofrecian para apaciguar
a Dios. A los amigos de Job, por ejemplo, se les instruyo para ofrecer sacrifi cios para que Dios no los tratara segun sus
imprudencias. Dios se habia enojado mucho porque ellos no habian dicho la verdad sobre el ( Job 42:8). Es mas, se ofrecio un
sacrifi cio como sustituto del pecador. 3 Este sacrifi cio llevaba la culpa del pecador. Para que fuera efectivo, tenia que haber
cierta conexion, algun punto en comun, entre la victima y el pecador por quien se habia ofrecido ese sacrifi cio. Varios otros
factores eran necesarios para que la expiacion surtiera el efecto deseado. El animal sacrifi cado debia carecer de fallos, de
defectos. Aquel por el que se realizaba la expiacion tenia que presentar el animal y poner sus manos sobre el: “lo ofrecera a la
puerta del Tabernaculo de reunion... Pondra su mano sobre la cabeza del holocausto, y le sera aceptado como expiacion” ( Lv.
1:3-4). Presentar el animal y poner las manos sobre el constituia una confesion del pecado por parte del pecador. El poner las
manos simbolizaba una transferencia de la culpa del pecador a la victima. 4 Despues, el ofrecimiento o la expiacion era aceptado
por el sacerdote. Aunque las porciones legales del Antiguo Testamento tipifi can con considerable claridad el caracter
sustitutivo y de sacrifi cio de la muerte de Cristo, los mensajes profeticos van incluso mas alla. Establecen la conexion entre los
sacrifi cios del Antiguo Testamento y la muerte de Cristo. Isaias 53 es el mas claro de todos. Despues de describir la persona del
Mesias y de senalar la naturaleza y extension de la iniquidad de los pecadores, el profeta hace alusion al sacrifi cio de Cristo:
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se aparto por su camino; mas Jehova cargo en el el pecado de todos
nosotros” (v. 6). La iniquidad de los pecadores es transferida al siervo sufriente al igual que en los ritos del Antiguo Testamento
los pecados eran transferidos al animal sacrifi cado. La imposicion de manos era una anticipacion de la aceptacion activa del
creyente de la obra expiatoria de Cristo.
Nuevo testamento Jesus veia su muerte como un rescate. Sin especifi car a quien se debia pagar ese rescate, o de que control
debian ser liberados los esclavos, Jesus indico que dar su vida iba a ser el medio a traves del cual muchos se verian libres de sus
ataduras (Mt. 20:28; Mr. 10:45). La palabra ______ (lutron—“rescate”) y sus cognadas se utilizan 140 veces en la Septuaginta,
normalmente teniendo en mente la liberacion de algun tipo de esclavitud a cambio del pago de una compensacion o del
ofrecimiento de un sustituto.5 Cristo tambien se vio a si mismo como nuestro sustituto. Este concepto se ve particularmente en el
evangelio de Juan. Jesus dijo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn. 15:13). Estaba
estableciendo un principio de amplia aplicacion; estaba ordenando a sus discipulos que se mostrasen unos a otros el mismo
amor que el les habia demostrado. Pero como estaba hablando la vispera de su crucifi xion, puede haber poca duda de lo que
tenia en mente. Desde luego estaba pensando en la muerte vicaria que estaba a punto de sufrir. Hay otras indicaciones de que
Jesus se veia a si mismo como un sacrifi cio. Dijo en su gran oracion sacerdotal “Por ellos yo me santifi co a mi mismo, para
que tambien ellos sean santifi cados en la verdad” (Jn. 17:19). El verbo aqui es 2__)8_ (hagiazō), un termino comun en los
contextos sobre sacrifi cios. C. K. Barrett dice: “el lenguaje es igual de adecuado para la preparacion de un sacerdote que para la
preparacion de un sacrifi cio; por lo tanto es doblemente adecuado para Cristo.
Sacrificio Ya hemos senalado varias referencias a la muerte de Cristo como un sacrifi cio. Estas aparecen en el Antiguo
Testamento (especifi camente en Is. 53), en las ensenanzas de Cristo y en las narraciones del Evangelio, y en Pablo. Ahora
suplementaremos nuestro entendimiento de este concepto senalando lo que dice en particular el libro de Hebreos sobre este
tema. En Hebreos 9:6-15 la obra de Cristo se vincula al Dia de la expiacion del Antiguo Testamento. Se describe a Cristo como
sumo sacerdote que entro en el Lugar santisimo para ofrecer el sacrifi cio. Pero el sacrifi cio que Cristo ofrecio no fue el de la
sangre de machos cabrios o becerros, sino su propia sangre (v. 12). De esa manera aseguro “la redencion eterna.” Se traza un
contraste muy vivido entre el sacrifi cio de animales, que tiene un efecto unicamente limitado, y el de Cristo, cuya muerte tiene
efecto eterno. Mientras que los sacrifi cios mosaicos tenian que ser ofrecidos de forma repetida, la muerte de Cristo fue un
sacrifi cio de una vez y para siempre por los pecados de la humanidad (v. 8). Un pensamiento similar se expresa en Hebreos
10:5-18. Una vez mas la idea es que en lugar de ofrendas quemadas, se sacrifi co el cuerpo de Cristo (v. 5). Fue una ofrenda
realizada una vez y para siempre (v. 10). En lugar de la ofrenda diaria del sacerdote (v. 11), Cristo ofrecio “una vez para
siempre un solo sacrifi cio por los pecados” (v. 12). En el capitulo 13, el escritor vincula la muerte de Cristo con la ofrenda por
el pecado del Antiguo Testamento. Cristo murio para santifi car a la gente a traves de su sangre. Por lo tanto se nos exhorta a
que salgamos y vayamos hacia el y soportemos los mismos abusos que el soporto (vv. 10-13). Lo que es especial en el sacrifi
cio de Cristo, y muy importante a tener en cuenta, es que Cristo es a la vez la victima y el sacerdote que ofrece el sacrifi cio. Lo
que eran dos partes en el sistema levitico de sacrifi cios se combinan en una sola en Cristo. La mediacion de Cristo que empezo
con su muerte, continua incluso ahora en su intercesion sacerdotal por nosotros.
Propiciación En nuestra discusion del material paulino sobre la expiacion, hemos senalado la controversia sobre si la muerte de
Cristo fue propiciatoria. Debemos senalar que el concepto de propiciacion no esta limitado a los escritos de Pablo. En el sistema
de sacrifi cios del Antiguo Testamento, se hacia la ofrenda ante el Senor y tenia efecto tambien ante el: “el sacerdote la hara
arder en el altar sobre la ofrenda quemada a Jehova. Asi hara el sacerdote expiacion por el pecado que haya cometido [el
pecador], y sera perdonado” ( Lv. 4:35). A la vista de la ira de Dios contra el pecado, la declaracion de que se le presentarian
ofrendas y del perdon que vendria a continuacion, parece deducirse que este versiculo apunta hacia una pacifi cacion de Dios.
Sustitución Hemos senalado que Cristo murio por nuestro bien o por nosotros. Pero .es correcto hablar de muerte sustitutoria,
es decir, murio realmente en nuestro lugar? Diversas consideraciones indican que Cristo realmente ocupo nuestro lugar.
Primero, hay toda una serie de pasajes que nos indican que nuestros pecados fueron “transferidos” a Cristo, el “cargo” con
nuestra iniquidad, “se le hizo pecado” por nosotros. Un ejemplo destacable es Isaias 53: “Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se aparto por su camino; mas Jehova cargo en el el pecado de todos nosotros” (v. 6). “Fue contado con
los pecadores, habiendo el llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores” (v. 12b). Al ver a Jesus, Juan el Bautista
exclamo: “!Ese es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Jn. 1:29). Pablo dijo: “Al que no conocio pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en el” ( 2 Co. 5:21), y “Cristo nos redimio de la maldicion de
la Ley, haciendose maldicion por nosotros” ( Ga. 3:13). El escritor de la carta a los hebreos dijo: “tambien Cristo fue ofrecido
en sacrifi cio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecera por segunda vez, ya no para cargar con pecado
alguno, sino para traer salvacion a quienes lo esperan” ( He. 9:28). Y evidentemente teniendo Isaias 53:5-6, 12 en mente, Pedro
escribio: “El mismo llevo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados,
vivamos a la justicia. !Por su herida habeis sido sanados!” ( 1 P. 2:24). La idea comun en estos pasajes es que Jesus cargo con
nuestros pecados; le fueron transferidos o transmitidos de nosotros a el. Como el llego a ser pecado, nosotros hemos dejado de
ser pecado o pecadores. Una evidencia mas son las preposiciones utilizadas para designar la relacion especifi ca entre la obra de
Cristo y nosotros. La preposicion que sugiere con mas claridad la sustitucion es ___$ (anti). Esta palabra en contextos no
soteriológicos signifi ca claramente “como sustituto de” o “en lugar de.” Por ejemplo, Jesus pregunto: “.Que padre de vosotros,
si su hijo le pide pan, le dara una piedra? .O si le pide pescado, en lugar de pescado le dara una serpiente?” (Lc. 11:11). En
Mateo 2:22 la palabra se utiliza en conexion con un hijo que sucede a su padre: “Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre
Herodes.” Y en 1 Corintios 11:15 Pablo observa que, siendo impropio que una mujer ore con la cabeza descubierta (v. 13), en
lugar de velo la naturaleza le ha dado el cabello. Cuando observamos pasajes en los que la preposicion ___$ se utiliza para
especifi car la relacion entre la muerte de Cristo y los pecadores, esta misma idea de sustitucion esta claramente presente. A. T.
Robertson observa que ___$ signifi ca “en el lugar de” o “como sustituto de” cuando aparece en contextos donde “dos
sustantivos colocados en oposicion uno a otro son equivalentes y pueden ser intercambiados.” 14 Por tanto, al igual que se tiene
en mente la sustitucion en frases como “ojo por ojo” de Mateo 5:38, tambien lo esta en casos como Mateo 20:28: “Como el Hijo
del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.” Robertson dice que pasajes
doctrinales importantes como Mateo 20:28 y Marcos 10:45 “ensenan el concepto sustitutivo de la muerte de Cristo, no porque
___$ signifi que en realidad “en lugar de,” que no es cierto, sino porque el contexto deja cualquier otra idea resultante fuera de
la cuestion.”15 La misma idea surge en 1 Timoteo 2:6, donde se utiliza una posicion diferente de la preposicion (/___—huper),
pero aparece ___$ en una forma compuesta en el nombre ___$_"____ (antilutron—“rescate”).
Reconciliación La muerte de Cristo tambien pone punto fi nal a la enemistad y alejamiento existente entre Dios y la humanidad.
Nuestra hostilidad hacia Dios ha sido eliminada. Las Escrituras normalmente destacan que hemos sido reconciliados con Dios,
esto es, que el ha jugado el papel activo; nos ha reconciliado con el. Segun esto, los defensores de la teoria de la infl uencia
moral sostienen que la reconciliacion es estrictamente obra de Dios. 21 .Tienen razon? Para responder, tenemos que senalar,
primero, que cuando la Biblia exhorta a alguien a reconciliarse con otro, la hostilidad no necesariamente tiene que ver con la
persona a la que va dirigida la exhortacion. 22 La declaracion de Jesus en Mateo 5:23-24 corrobora esta opinion: “Por tanto, si
traes tu ofrenda al altar y alli te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja alli tu ofrenda delante del altar y ve,
reconciliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda.” Fijemonos que el hermano es el que se siente
mal y el que lleva dentro de si la animosidad; no hay indicacion alguna de que el portador de la ofrenda sienta ningun tipo de
hostilidad. Sin embargo, es a este ultimo al que se le pide que se reconcilie con su hermano. De forma similar, aunque Dios no
siente animosidad, es el que obra para que se produzca la reconciliacion. Otra referencia biblica notable a este respecto es la
palabra de Pablo en Romanos 11:15. La reconciliacion del mundo ahora es posible gracias al rechazo de los judios. En el
rechazo de los judios, Dios toma la iniciativa, separando a Israel del favor divino y de la gracia del evangelio. La reconciliacion
del mundo (gentiles) esta en contraste con el rechazo de Israel. Se entiende por tanto que la reconciliacion tambien es un acto de
Dios; el acto de que el mundo reciba su favor y de que el los trate de una forma especial. Por importante que sea que los
humanos se vuelvan hacia Dios, el proceso de reconciliacion implica principalmente que Dios vuelva su favor hacia ellos.
Las implicaciones de la expiación sustitutiva La teoria sustitutiva de la expiacion de la muerte de Cristo, cuando se
capta en toda su complejidad, es una verdad rica y signifi cativa. Tiene varias implicaciones importantes para nuestra forma de
entender la salvacion:
1. La teoria de la sustitucion penal confi rma la ensenanza biblica de la depravacion total de todos los seres humanos. Dios no
habria llegado tan lejos como para dejar que su preciado Hijo muriese si no hubiese sido absolutamente necesario. Los humanos
eran absolutamente incapaces de suplir su propia necesidad.
2. La naturaleza de Dios no tiene una sola cara, ni existe tension entre sus diferentes aspectos. No es unicamente justo y
exigente, ni amoroso y generoso. Es justo, hasta el punto de necesitar que se le proporcione un sacrifi cio por el pecado. Y
amorosamente, hasta el punto de proporcionar el mismo ese sacrifi cio.
3. No existe otra manera de salvacion que no sea la gracia, y especifi camente la muerte de Cristo. Tiene un valor infi nito y por
tanto cubre todos los pecados de toda la humanidad para siempre. Un sacrifi cio fi nito, por el contrario, ni siquiera podria cubrir
todos los pecados de la persona que lo esta ofreciendo.
4. Hay seguridad para el creyente en lo que se refi ere a su relacion con Dios. Como base de la relacion, la expiacion de la
muerte de Cristo es completa y permanente. Aunque nuestros sentimientos pueden cambiar, la base de nuestra relacion con Dios
permanece inamovible.
5. Nunca debemos tomar a la ligera la salvacion que tenemos. Aunque es gratuita, tambien es costosa, porque le costo a Dios el
sacrifi cio mas grande. Por lo tanto debemos estarle siempre agradecidos por lo que ha hecho; debemos amarle e imitar su
caracter generoso.