Marcapasos y Su Forma D e Uso

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De forma resumida, podemos decir que la misión fundamental del corazón es bombear la

sangre, para que ésta circule de forma continua a través de los vasos sanguíneos
transportando  oxígeno y nutrientes a todas las células del organismo.

Para impulsar la sangre, el músculo cardíaco realiza su función en dos tiempos: una fase de
contracción (conocida como sístole); y posteriormente una fase de relajación (llamada
diástole) para poder llenarse de sangre antes de una nueva contracción.  

Cuando queremos mover una mano, un impulso eléctrico debe viajar, a través de las fibras
nerviosas, desde nuestro cerebro hasta el músculo de la mano para ordenarle que se
contraiga.

Del mismo modo que cualquier otro músculo, el corazón también necesita recibir impulsos
eléctricos que le digan cuándo debe contraerse y cuándo relajarse. Pero la actividad del
corazón, a diferencia de otros músculos, no depende de nuestros deseos, sino que posee un
sistema de conexiones nerviosas que funcionan de modo autónomo, es decir, independientes
de nuestra voluntad. La frecuencia a la que el corazón se contrae cuando estamos en reposo
puede variar entre 60 y 90 veces por minuto; y podemos detectarlo cuando nos palpamos el
pulso.

Vídeo con activación normal del corazón. En amarillo se representa el impulso eléctrico que
“ordena” al músculo cardíaco que se contraiga o que se relaje.

Siguiendo con el ejemplo anterior, cuando sufrimos una lesión en un nervio de la mano se
puede producir una parálisis de la misma; pues bien, los nervios del corazón en ocasiones
también pueden sufrir daños y afectar la función cardíaca.

Cuando se daña alguna parte de este sistema eléctrico, el corazón puede latir de forma muy
lenta o irregular. Para resolver estos casos la ciencia ha desarrollado unos dispositivos
electrónicos capaces de producir estímulos eléctricos y transmitirlos a determinadas zonas del
músculo cardíaco para que éste pueda contraerse a una frecuencia adecuada.

¿Qué es y de qué se compone un marcapasos?

Como hemos mencionado antes, un marcapasos es un dispositivo electrónico diseñado para


producir impulsos eléctricos que puedan estimular al músculo cardíaco en los casos en que
falla la estimulación fisiológica o normal. Los impulsos eléctricos, una vez generados, deben ser
transmitidos al músculo cardíaco; y,  para ello, se requiere un cable (electrodo) que conecte el
dispositivo con el músculo del corazón. De esta forma, podemos decir que este sistema de
estimulación consta de un generador de impulsos eléctricos (marcapasos propiamente dicho) y
un electrodo.

El marcapasos o generador de impulsos es una carcasa metálica pequeña, del tamaño de los
antiguos relojes de bolsillo, que contiene los circuitos electrónicos y la batería del marcapasos.

El cable de estimulación o electrodo, es un conductor recubierto de un tipo de aislante,


que transmite el impulso eléctrico a una determinada zona del corazón.
Los marcapasos son pequeños ordenadores que “vigilan” continuamente el ritmo del corazón;
si en algún momento no se produce un latido cardíaco, el marcapasos  es capaz de detectarlo
y, en ese momento, envía una señal eléctrica a través de los cables (electrodos) para que el
corazón se contraiga.

Los marcapasos pueden estar conectados a


uno o más electrodos dependiendo de las zonas del corazón que necesitemos estimular.

¿Cuándo hay que colocar un marcapasos?

Los marcapasos se implantan por diferentes motivos pero la causa más común es porque la
frecuencia a la que late el corazón es muy lenta (se denomina bradicardia). Cuando la
frecuencia es muy lenta, el corazón no es capaz de bombear la cantidad de sangre adecuada y
la persona puede presentar mareos, pérdida de conocimiento, fatiga, dolor de pecho o incluso
confusión mental. Si nos palpáramos el pulso en este momento, podríamos notar que los
latidos cardíacos van muy lentos.
¿Cómo se colocan los marcapasos?

El implante de un marcapasos requiere una intervención quirúrgica habitualmente realizada


por cardiólogos o médicos intensivistas. Es un procedimiento sencillo y suele tener pocas
complicaciones. En la mayor parte de los casos, se realiza con el paciente despierto o con
sedación ligera.

Normalmente, los marcapasos se colocan en el lado izquierdo, ya que la mayor parte de la


población es diestra y el procedimiento quirúrgico es más sencillo cuando se realiza en ese
lado. Recuerde, si usted es zurdo dígaselo a su médico para que tenga en cuenta este aspecto
antes de la intervención.

Después de administrar anestesia en la zona donde vamos a colocar el marcapasos, pinchamos


una vena que pasa por debajo de la clavícula. A través de esa punción introducimos uno o más
cables hasta el corazón. Tras fijar los cables en las paredes del corazón y comprobar que
funcionan correctamente, se realiza una pequeña incisión en la piel y se coloca el generador
del marcapasos conectado a los cables o electrodos. Finalmente, se sutura la piel dejando todo
el sistema debajo de la misma.

El día después del implante, se le realizará una radiografía del tórax para comprobar que los
electrodos no se hayan desplazado y que no existan complicaciones en relación con la
intervención quirúrgica. En esa visita también se revisará que el marcapasos funcione
correctamente. Si no se aprecian complicaciones y el dispositivo funciona como se espera, se
podrá proceder al alta hospitalaria.
 

¿Qué complicaciones puede tener el implante de un marcapasos?

Como hemos dicho anteriormente, el implante de un marcapasos no es un procedimiento


demasiado complejo, y habitualmente tiene pocas complicaciones. Sin embargo, a pesar de
que las complicaciones no son muy frecuentes (en torno a un 4% en total), en algunos casos
pueden llegar a ser muy importantes.

La complicación más frecuente es la formación de un hematoma donde se aloja el marcapasos.


Los hematomas se suelen resolver por sí solos; pueden producir dolor o molestias; y
únicamente unos pocos son importantes. El mayor problema de los hematomas es que
facilitan las infecciones. En general, el riesgo de infección es bajo (tan sólo un 1% de los casos)
debido a que se toman las precauciones necesarias para evitarlas, pero sus consecuencias
podrían ser muy importantes si la infección se extiende y afecta al corazón.

Otra posible complicación, aunque poco frecuente es la punción accidental del pulmón. La
vena a través de la cual se colocan los electrodos pasa muy cerca del pulmón, y es posible que
se “pinche” la membrana que recubre el pulmón durante el procedimiento. Cuando esto
sucede, se produce salida de aire desde el pulmón, acumulándose aire entre el pulmón y la
pared interna del tórax lo que puede producir dificultad para respirar. A esta complicación la
llamamos neumotórax, y para resolverlo a veces es necesario colocar un tubo en el tórax para
extraer el aire acumulado. Con estas medidas, lo habitual es que el proceso se resuelva
completamente entre 2 o 4 días sin secuelas, pudiendo darse de alta al paciente.

Existen otras complicaciones  más graves (como la perforación cardiaca), que pueden requerir
cirugía cardíaca, pero que, afortunadamente, ocurren de forma muy esporádica.

Me acaban de implantar un marcapasos, ¿Qué cuidados debo de tener con la herida?

Al días siguiente de la intervención, además de revisar el dispositivo electrónico, revisará la


herida una enfermera especializada. En algunos centros se recomienda que, tras realizar la
cura de la herida, no se levante el apósito que se ha colocado hasta ser evaluado de nuevo a
los 7-10 días en la consulta de enfermería. Solo cambiar el apósito si se moja. Sin embargo en
otros hospitales se recomiendan curas diarias por lo que es importante que su enfermera le
explique con detalle las medidas aconsejadas. En la revisión de seguimiento se comprobará
que si la herida ha cerrado adecuadamente y se retirarán los puntos o grapas.

Durante el primer mes, y en especial durante la primera semana, se debe evitar realizar
movimientos bruscos y cargar pesos con el brazo del lado donde se le implantó el marcapasos.
En el caso de las mujeres, recomendamos el uso de sujetador, ya que el peso de las mamas
puede producir desplazamientos del dispositivo.

Recomendamos a nuestros pacientes acudir a la consulta de marcapasos (sin necesidad de


solicitar cita previa) en caso de presentar cualquiera de los signos o síntomas que se
mencionan a continuación:

o Fiebre (temperatura superior a 38°C).

o Dolor intenso en zona de marcapasos.

o Observe supuración y/o sangrado activo de la herida quirúrgica.

 Aumente el tamaño del hematoma en la zona donde se alojó el marcapasos.


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En cualquier caso, no deberían realizarse punciones ni manipular en la zona del marcapasos


por parte de personal no especializado en el manejo de estos dispositivos. El personal de la
unidad de marcapasos asumirá el manejo de cualquier complicación del procedimiento.

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