Ensayo
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“Facultad De Derecho”
DESIGUALDAD SOCIAL
De todos los desafíos que actualmente enfrenta la vida pública del país, uno de los
más relevantes se refiere a las oportunidades que la sociedad mexicana tiene para
acceder al desarrollo humano.
La Cuestión Social se presenta hoy como una forma de interpelación hacia el orden
social, económico y cultural impuesto por las formas actuales del Capitalismo. Se
expresa a través de la desigualdad social y la exclusión que afecta a grandes
sectores de la población en todo el planeta en forma peligrosamente inequitativa.
Sobresalen en ella formas singulares de construcción de subjetividad en un contexto
mundial donde la desigualdad se enuncia de forma relevante a partir de niveles
hasta ahora desconocidos de concentración de la riqueza en porcentajes ínfimos de
la población.
Es por esto que en casi todos los casos la desigualdad social conlleva, además de
una situación de marginación y aislamiento, el señalamiento de esos grupos
sociales que se han visto afectados directamente por esta circunstancia.
México es uno de los países más desiguales de América Latina. Aunque en los
últimos años se registraron algunas mejoras en la distribución del ingreso,
relacionadas sobre todo con las remesas y la diversificación de actividades en el
medio rural, la situación sigue siendo crítica. La desigualdad en México es un
fenómeno complejo y multifuncional, que se relaciona y se retroalimenta con la
discriminación ética, de género y de lugar de residencia.
Los resultados de la Enigh 2006 indican que los hogares más pobres tienen una
mayor dependencia de las transferencias (jubilaciones, remesas, regalos, donativos
y becas), como se puede observar en el gráfico. Para el promedio nacional de
hogares, este rubro significó 17,8% del ingreso corriente total. En cambio,
representó 36,3% de los ingresos de los hogares del decil más pobre y 27,7% de
los del segundo decil. Es decir, más de la tercera parte de los ingresos de los
hogares más pobres depende de la ayuda de familiares en el exterior, de los
programas del gobierno y de la asistencia social privada.
Otra razón que podría explicar la mejoría en el ingreso de los sectores más pobres
es la mayor diversificación de actividades en el ámbito rural. Lamentablemente,
parte de esa diversificación implica el involucramiento de los campesinos pobres en
las actividades del narcotráfico: sembrando o transportando droga, participando en
el cuidado de los cultivos y, los más jóvenes, integrando los ejércitos clandestinos
del crimen organizado.Diversos estudios coinciden en que la principal fuente de la
desigualdad en el ingreso proviene de las diferencias en las remuneraciones al
trabajo. Si a los salarios se agregaran además las prestaciones que realmente
reciben las altas burocracias y gerencias privadas, seguramente la distancia
aumentaría.
Para poder mantener su nivel de vida, los hogares se han visto obligados a enviar
a más miembros del grupo familiar a trabajar, como las mujeres, los jóvenes e
incluso los niños, y a aumentar el número de horas que trabajan. Ello explica el
aumento del promedio de perceptores por hogar observado en las encuestas y
también explica una parte del notable incremento de la tasa de participación
femenina en el mercado de trabajo desde los años 70. La necesidad de trabajar
limita el tiempo que los jóvenes permanecen en la escuela. Asimismo, incrementa
el total de horas que los grupos familiares destinan al trabajo por pago en detrimento
de los trabajos de cuidado y domésticos. Los estratos de mayores ingresos pueden
contratar a mujeres de los sectores más pobres para realizar las tareas de cuidado
y domésticas, privando a los hijos de estas de su presencia y afecto.
De acuerdo con los últimos resultados (2011) del Índice de Desarrollo Humano (IDH),
en México cerca de 40% de la población se mantiene en situación vulnerable, en
tanto que las condiciones de desigualdad se acentúan sobre todo en materia de la
brecha de ingresos. En estas condiciones, los instrumentos de política pública
deben orientarse y coordinarse para lograr efectos positivos en la disminución de la
desigualdad, la promoción de la equidad y la erradicación de la pobreza.
Esta cuarta entrega de la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que Nos Une y
Divide a los Mexicanos (ENVUD) explora uno de los temas que dividen
profundamente a los mexicanos: la desigualdad.
La mexicana es, sin lugar a dudas, una sociedad profundamente materialista donde
la gente privilegia valores relacionados con la suficiencia económica y el
cumplimiento de satisfactores mínimos para la supervivencia, por encima de los
valores necesarios para acceder a un país más democrático y desarrollado en
términos sociales
Es claro entonces que el grueso de los mexicanos percibe la escasez y la falta de
oportunidades como problemas que limitan el desarrollo de las potencialidades de
las personas que habitan el país. No obstante, un ejercicio interesante sería
comprobar la validez de esta convicción a nivel estatal.
Una posible lectura de estos resultados es que en estados con alta densidad
poblacional y habitantes predominantemente urbanos, la distribución del ingreso es
percibida con mayor claridad, mientras que en estados con altos índices de
analfabetismo, con población dispersa, predominantemente rural y, por ende, con
menos información, existe menor conciencia sobre la realidad que se experimenta
cotidianamente; por ello, sus habitantes perciben condiciones más igualitarias,
aunque esto no coincida necesariamente con la distribución real del ingreso a nivel
local.
En promedio, 85% de los mexicanos opina que existe mucha pobreza en sus
estados de residencia. En el caso de Baja California Sur, Sinaloa y Veracruz, este
porcentaje se eleva a más de 90%. Por su parte, 56.4% de los mexicanos considera
que debería haber mayor igualdad en la distribución del ingreso, y 57.4% de los
encuestados reconoce al gobierno como el principal responsable de asegurar
condiciones de equidad y mejora en la distribución del ingreso, en comparación con
el 42.6% de la población que opina que los individuos deberían tener mayor
responsabilidad para sostenerse a sí mismos
Ante una percepción poco favorable de las condiciones del país para generar
desarrollo humano, resulta fundamental analizar la percepción de los mexicanos
respecto a la acción gubernamental y la efectividad de ésta para atender los
problemas de interés público. En general, 45% de la población considera que las
tareas más importantes del gobierno deberían ser el combate a la desigualdad
social, la pobreza, la educación, la salud y el bienestar de la gente.
En este sentido, los mexicanos creen que el gobierno debe ser el primer
responsable en la promoción del desarrollo. No obstante, el principal instrumento
con que cuenta el Estado para cumplir con estas funciones, esto es el gasto público,
es regresivo. Es decir, los beneficios de las transferencias gubernamentales se
dirigen a los sectores menos desprotegidos y el acceso a los servicios públicos es
desigual entre la población.
Diversas investigaciones señalan los retos que afrontan la distribución del gasto
público y el diseño de los programas sociales para atender a la población más
vulnerable. El programa de Naciones Unidas adelanta en sus conclusiones del
Índice de Desarrollo Humano 2011 las distorsiones y el distanciamiento entre las
preferencias ciudadanas y la ejecución del gasto público. Problemas como la
corrupción, la captura del gasto por grupos de interés y la pérdida de eficacia de la
administración pública han producido políticas públicas que buscan atender efectos
y no las causas de los problemas; además, los criterios de distribución del gasto en
poco o nada se vinculan con la problemática que se pretende atender.
Así, no sorprende que al analizar la percepción de los mexicanos sobre el nivel de
desarrollo que tienen los servicios públicos se observe que tres cuartas partes de la
población los considera no desarrollados. 58% opina que específicamente los de
salud necesitan desarrollo y 60% piensa lo mismo con respecto a los servicios de
educación, lo que desde otra perspectiva supone una gran oportunidad de mejora
Al revisar la información por clase social se registra que 44.8% de la población que
se considera de clase media baja, obrera y clase baja piensa que los servicios de
educación son de mala calidad, mientras que un porcentaje similar, 44.1% de la
población del mismo grupo social, opina que los servicios de salud son de mala
calidad
Frente a estos resultados, contar con criterios claros de focalización de las políticas
públicas es fundamental para promover condiciones de equidad en la distribución
de los beneficios sociales y equilibrar las oportunidades de desarrollo de la
población. Sin embargo, la formulación de las políticas sociales y su implementación
enfrenta serios obstáculos para lograr llegar a los individuos más vulnerables. Por
ejemplo, al comparar el porcentaje de la población beneficiada por el Programa
Oportunidades y el Seguro Popular con el Índice de Desarrollo Humano ( IDH) por
entidad federativa, se observan diferencias importantes en términos de cobertura.
Así, las entidades donde se registra un mayor porcentaje de cobertura del Seguro
Popular no necesariamente son los estados con menor IDH. Es el caso de Tabasco
(61.3%), Zacatecas (53.5%) y Veracruz (51.3%), de los cuales únicamente Veracruz
y Zacatecas se ubican en un nivel de desarrollo bajo, mientras que Tabasco
mantiene un desarrollo medio. En el caso del Programa Oportunidades, se percibe
la misma situación
La crítica al respecto de los criterios de asignación del gasto ha incluido otros rubros
de transferencias gubernamentales. En ellos se observa una tendencia de
distribución de los recursos públicos que obedece más a criterios inerciales de corto
plazo que a la atención de necesidades reales de la población. Se pierde así el
potencial redistributivo que debería generar el gasto social en el país.
Los casos de corrupción y abuso de los recursos públicos con fines de beneficio
económico o político de los administradores, ejecutores o gestores de obras y
acciones públicas, afectan la efectividad del gasto público y por ende causa conflicto
en el tema de la desigualdad . En este sentido, la política de gasto más que ser vista
como un instrumento de política pública altamente redistributiva, es percibida por la
ciudadanía como un derroche de recursos, o como un mecanismo que sólo la puede
beneficiar si cae en las prácticas de corrupción, lo cual también afecta el sistema de
valores y la misma convivencia democrática del país.
Por otra parte, 49% de la sociedad mexicana considera que deberían reducirse los
impuestos aunque esto significara una disminución de los servicios públicos. En
promedio, únicamente los ciudadanos de tres estados de la República (Nuevo León,
Michoacán y Yucatán) estarían dispuestos a pagar más impuestos si esto les
representa más y mejores servicios públicos. Esto debería llevar a la reflexión de si
efectivamente los planes y programas diseñados por la clase gobernante responden
a los problemas de la agenda pública y de interés nacional y, por otro lado, a evaluar
la capacidad de la administración pública para responder con eficacia y eficiencia a
las tareas de gestión pública que tiene el gobierno para generar condiciones de
desarrollo del país.
(JUSIDMA, 2019)
CAUSAS
En algunos países son los pobres quienes tienen a sus espaldas el pago de
impuestos elevados, los cuales se escapan en ocasiones de su presupuesto.
La desigualdad aumentará si los que menos ingresos tienen siguen pagando más
impuestos que los ricos. Warren Buffet reconoció que paga un porcentaje de
impuestos más bajo que su secretaria; multinacionales como Google, Amazon o
Starbucks pagan menos del 10% de impuestos sobre sus beneficios. Las leyes y
reglas actuales deben cambiar para evitar que los impuestos sobre el consumo o
sobre los salarios sean superiores a los impuestos sobre las rentas del capital.
Hay que poner fin a la hemorragia financiera y robo que provocan la corrupción, la
deuda pública odiosa y la evasión fiscal. Para ello, es imprescindible combatir la
opacidad del sistema financiero internacional, con especial énfasis en la lucha
contra los paraísos fiscales. Según GFI, entre 1970 y 2008, 854.000 millones de
dólares salieron de África hacia el resto del mundo por culpa de la corrupción y los
flujos de capitales ilícitos, el doble de la cantidad recibida como ayuda oficial al
desarrollo en el mismo período.
Privatización.
Desigualdad de género.
Conflicto.
El crecimiento demográfico :
Llegada de emigrantes :
En muchos países se ha producido y se está produciendo un proceso mediante el
cual miles de inmigrantes provenientes de países en conflicto o problemas, han
decidido emigrar. Aunque generalmente se emigra a países con más capacidades
económicas lo cierto es que los recursos no son ilimitados y no alcanzan para los
propios y para los nuevos y obviamente, los gobiernos preferirán repartirlos entre
sus propios habitantes.
El desempleo y subempleo:
Impunidad:
Al no aplicarse las leyes por igual, favoreciendo a unos por sobre otros, existe
impunidad y como nadie paga por delitos de malversación de fondo so de
apropiación indebida de recursos. La gente se siente libre de cometer cualquier cosa
en perjuicio de los más desfavorecidos.
Conflictos internos:
En ocasiones, la violencia y el conflicto no sólo producen pobreza, sino que son un
mecanismo para reforzar y perpetuar el poder de determinados grupos de población
sobre otros, o una vía para consolidar el acceso privilegiado de unos cuantos, a
dinero público o recursos naturales, en su país o fuera del mismo.
CONSECUENCIAS
Desigualdad en la renta.
Mientras mayor sea la desigualdad sin importar del tipo que sea mayor será la
pobreza en el país, pues unos seguirán siendo beneficiados antes que otros.
Problemas sociales:
Por otro lado, los oprimidos nunca logran desarrollar totalmente su potencial, ya que
los recursos necesarios para ello están siendo aprovechados por otros, lo cual
ocasiona una pérdida de potencial humano incalculable. Y la pobreza, lejos de ser
un mal sencillo, es la fuente de numerosas dificultades sumamente arduas de
combatir: el riesgo a la salud, el incremento del crimen, el odio de clases, el deterioro
de la política, etc.
Todo ello garantiza la movilidad social, con independencia de los ingresos familiares
o el lugar en el que se viva. Algo así se consigue empezando por mejorar el
funcionamiento de las instituciones económicas y sociales en conjunto.
Para que las personas eviten estar en una situación de desigualdad económica, lo
principal es que reciban la mejor formación posible, que adquieran conocimientos y
habilidades demandadas en la sociedad. Así, tendrán más opciones de conseguir
trabajo y estabilidad económica.
Los niños y jóvenes con más dificultades para acceder y completar una educación
de calidad y que abandonan sus estudios prematuramente por distintas razones
(por ejemplo, por formar parte de las familias con menor nivel educativo, que
necesitan que trabajen antes de que vayan al colegio o que viven en zonas rurales
alejadas de centros de estudios) suelen tener un menor rendimiento académico, lo
que les lleva a sufrir las consecuencias de las desigualdades en el empleo y en sus
ingresos.
Una vez en el mercado laboral, los trabajadores deberían seguir formándose, tanto
para mejorar en lo ya aprendido como para seguir desarrollando nuevas
capacidades y no quedarse atrás tras los cambios que se producen en el tejido
productivo y ante las nuevas necesidades tecnológicas y sociales.
Como la mayor parte de la renta de los hogares proviene del mercado de trabajo, si
el empleo disminuye o se precariza, los ingresos se reducen en unos trabajadores
frente a otros, generando desigualdad. Por ello, las políticas de crecimiento que
generen empleo tenderán a mejorar la distribución, más aún si el empleo que se
genera es estable y de calidad.
Interacción entre globalización y progreso técnico
La tecnología ofrece excelentes oportunidades a aquellos que pueden
aprovecharlas, sobre todo en mercados globales, pero supone un problema cuando
determinados colectivos no pueden aprovechar las ventajas de esta nueva era,
cuando no tienen los medios, formación o habilidades que requiere este nuevo
entorno económico.
Las guerras son causa directa de las migraciones forzosas en el mundo. Los países
desarrollados pueden mitigar los efectos de estas situaciones atendiendo y
brindando acogida a las personas refugiadas o desplazas internas.
3. Creación de sistemas fiscales justos
Un sistema fiscal justo es aquel en el que cada persona aporta en función de los
bienes y la riqueza que posee. Todos los países deben aprobar leyes orientadas en
ese sentido. Entre otras cosas, porque la evasión fiscal impide que los gobiernos y
las instituciones destinen recursos públicos a las áreas que más lo requieren, y
contribuyen a la fuga de capital a paraísos fiscales o terceros países. Del mismo
modo, es necesario promover prácticas contra la corrupción y la falta de
transparencia.
Los países más desiguales del mundo suelen ser los que presentan mayores
brechas de salarios entre los trabajadores y los altos cargos o empresarios. Esta
brecha es una de las fuentes directas de pobreza y marginación social. También se
debe trabajar en la reducción de la distancia salarial entre mujeres y hombres.
(PARRA, 2018)
En conclusión, la desigualdad o discrimen es un medio de presión por el cual los
miembros de las altas esferas o estratos sociales impiden que las personas que están
en las esferas bajas puedan subir. Esto hablando de cualquier tema es decir política,
ambiental, economía, cultural y educativa entre otras muchas. En tanto las personas de
las clases bajas luchan por llegar arriba para gozar de los beneficios. La desigualdad,
definida como la existencia de diferencias, es omnipresente en la naturaleza.
Tenemos que pensar y luchar por la igualdad, precisamente porque existe una gran
desigualdad en el mundo físico. Que los hombres no son iguales es sólo una verdad a
medias, la otra mitad es que lo son. La interconexión de las diferentes dimensiones de
la desigualdad es una alternativa para comprender la complejidad de este fenómeno.
También muestra que el combate contra la desigualdad tiene que articular acciones en
los tres ámbitos: en el aspecto micro social, en el nivel intermedio y en el ámbito macro
social.