CYBORG

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Oxroroc͡ Cyeonc

también los de
trlsmo
del tecnocuerpo
código.

Cyborgs

El cyborg es nuestra ontología, nos otorga nuestra política.


Haraway, Manifiesto Para cyborgs

Vivimos en la época de la imagineúa cyborg. Definido por primefavez


por Clynes y Kline en 1960 al intentar describir un individuo mejorado
cap^z de sobrevivir en el espacio, y por Haruway (1995:253) como <<un
organismo cibernético, un híbrido de máquinay otganismo, una criatura
de realidad social y también de ficción>, el cyborg (cybernetic organism)
adquiere una repfesentatividad propia en la últim a década del siglo xx.
La estética cyborg remite a la encruciiada dela inteú.az humano/máqui-
na como texto para leer el estatus humano y maquínico del sujeto del si-
glo XXt, así como a la superación de un estadio evolutivo antropocéntrico
y ala interpretación de nuestra cultura ya desde presupuestos no exclusi-
vamente esencialistas o humanos. Así, el cyborg es el texto hecho cafne
que denun ciala escritura no como un proceso inocente cuya interpreta-
ción remite al logos y al origen, sino como textos de subversíón de la es-
crltura mlsma.
Donajilópc Cruddanand
tsIFI ÍOTECA
'rl/n - "f t!
"l-OS
T4 ONrorocfa cyBoRG

La escritura es, sobre todo, la tecnología de los cyborgs, superficies


al aguafuerte.
iJice pc
gr ab adas
¡bcn&
&cndq
La política de los cyborgs es la lucha por el lenguaje y conrra la comuni-
su
cación perfecta, contra el código único que traduce a la perfección todos los
significados, el dogma cenrral del falogocentrismo (Haruway, 1,995 : 3 02) .
&nhr¡
doobeolct
El cyborg tiene una presen cia física y es al mismo tiempo una metáfo_
1n4n e I
riÉr f,¡rm¡
ra, es lenguaje.
b¡ intcrf¡r
munrQlcr(()
son literalmente monstruos, una palabra que comparte algo más que su
mciiio grr
raíz conla parabra dernostrar. Los monstruos poseen un significado (Hara_
simpks c-o
way, L995:62)
hmbre-rn
di¡ o l¿s de
Haraway explica cómo los monstruos han definido siempre los límites
Para FIr
de la comunidad a través del imaginario propio de Occidenre, por ejem-
sión simult
plo, en la Grecia clásica, los centauros y las amazonas rompían con el ca-
vela al misr
non del ser humano masculino griego. En este sentido, el cyborg sería la
minable:
consecuencia lígica de un pensamiento occidental cuyo imaginario se
¡rcIítica se,
basa en la construcción de un ente fusionado con una otredad exterior
a timas>. El I
sí mismo y cuyas acciones y existencia ponen en entredicho lo canoniza-
co no exen
do como humano. Nosotros somos un código escrito, un lenguaje, de una identir
cuya lectura e interpretación depende 7a práctica ética de las sociedades
uniformad,
del código genético. Las nuevas relaciones entre cuerpo y lenguaje mar- El ser h
can el paso de la posmodernidad a otro estado poshumano, de la consi- tal dicotom
deracíón del cuerpo sujeto a biopolítica al cuerpo textual deHaraway, al fa como rg
cuerpo textual de la ingenieúa genética. <El proyecto genoma es una es- Haraway, si
pecie de tecnología del humano posmoderno, que define el genoma le- lo inorgáni
yendolo y escribiéndolo>>, afirmaHaraway, quien ve el paso del organis-
mo al sistema biótico de información que es el humano. El mundo
f.r.d. 1. El tér
ser leído como un problema de códigos, pura información, y el sistema 1966 ú,rcfei
biótico que es el individuo, como un componente más del sistema. lo utilizó en

En su llbro cyborg citizen. Politics for the postbuman Age,chris Ha- Culture?> pa
que el términ
bles Gray, influenciado por Haraway, se pregunta por lo que el cyborg
cogerse bajo
,u|Illilllll

t
.;

GIA CYBORG Crsoncs


r5

uperficies significa para los ciudadanos y encuentra que con esta figwa se inaugu-
ra la era de la poshumanidad,t en la que la evolución ha llegado al esta-
dio en el que es posible manipular los cuerpos y los genes. Las tecno-
la comuni- ciencias surgidas en este momento están transformando rápidamente la
r todos los cultura humana y nuevos géneros surgen aI amparo del cyborg, quedan-
i: 302). do obsoletas las categorías de sexo y género (Gray, 200I:73). Este urriot
agrupa a los cyborgs contemporáneos en función del nivel de integra-
a metáfo- ción humano-máquina que existe en ellos: Los simple controllers serían
las interfaces informacionales que incluyen redes de ordenadores, co-
municaciones humano-ordenador, vacunas y manipulaciones de infor-
ras que su mación genétíca, Ios bio- t e ch i n t e grators serían ampliaciones mecánicas
do lHara- ;imples como las prótesis médicas, y los genetic cyborgs, conexiones
hombre-máquina directas como los exoesqueletos militares de vanguar-
dia o las descargas de conciencias humanas en ordenadores.
rs límites ParaHaruway, el cyborg simbolizaría la lucha política, incluiría la vi-
)or ejem- sión simultánea desde estas dos perspectivas <<ya que cada una de ellas re-
:on el ca- vela al mismo tiempo tanto las dominaciones como las posibilidades ini-
g sería ia naginables desde otro lugar estratégico>>. Observa que la resistencía
inario se política se encuentra en <<esas unídades ciborgánicas monstruosas e ilegí-
-r¡eriot a --imas'>. El manifiesto en pro de los cyborgs es un posicionamiento políti-
anoniza- co no exento de ironía que se posiciona desde la no-identidad, a favor de
n-raje, de :rna identidad monstruosa que sirva como forma de subversión ante el
ciedades -niJormador poder instituido.
ale maf- El ser humano posmoderno es un cyborg que surge de la superación de
la consi- ril dicotomía como un individuo que utllizala tecnologíaftuto de la cultu-
raway, al ra como revolución, y que se anexiona a eIIa físicamente. El optimismo de
; una es- Haraway, sin embargo, no precisa de qué forma o por qué la comunión con
rcma le- J.o inorgánico es una suerte de revulsivo pata los oprimidos. Asumir nues-

organis-
o puede 1. El término posbumano lo usó por primera vez el bioquímico Malvin Klein en
q66 al referirse a las formas de vida en otros planetas. Después,
slstema - Ihab Hassan , en 1977 ,
l. lo utilizó en el ensayo titulado <<Prometheus as Performer: Towards a Posthumanist
Cultu¡e?>> para predecir el fin del humanismo; pero hubo que esperar hasta 1990 pata
rris Ha- que el término se popularizaray apareciese en numerosas publicaciones que pueden re-
cvborg s-oe€rS€ bajo el epígrafe de <<teoría poshumana o poshumanista>>.
.;E __I

t6 ONrorocÍa cyBoRG

úa nafinaleza cyborg nos libera de raza, género y clase como pautas iden-
títarias de un sujeto moderno insostenible en la era cibernética, pero el nú-
mero de individuos conectados a la red o a un móvil sigue estando cir-
cunscrito al mundo blanco occidental. La actitud cyborg en la era de la
informática dela dominación es una polítíca contra el código único, así que
al mismo tiempo reconoce la posición del individuo como oro componen-
te o subsistema sujeto a las leyes probabilísticas que son el modo de opera-
ción del sistema. La traducción del mundo a un problema de códigos (Ha-
raway,7995:279), nosotros como locus de un código genético, escritura
que multiplica el esquema humano-m áqrina, provoca que los organismos
hayan dejado de existir como objetos de conocimiento; una vez que el su-
jeto ha sido reducido a un código, a una escritura, entonces pasa aser
com-
ponente biótico. En último extremo somos información, la base biológica
que se revelaba como un sustrato inalterable ha quedado refutada con el
descubrimiento del genoma humano, que nos denuncia más como escritu-
ra o informaciínmodificable que como carne estárica.
Sín embargo, la política cyborg ando alos cyborgs <<como los
-consider
hijos bastardos del capitalismo blanco>>-, que reniega del origen, preten-
de subvertir el orden de ese tardocapitalísmo abanderado de las posiciones
dicotómicas oponiéndole una liquidez que navega enrre los límites im-
puestos por el logos occidental. Es un ataque conrra la identidad occiden-
tal, contra lo que hacía que se reconociera como igual así misma durante
siglos' La revolución consiste en la fusión de los límites, en la fagocitosís de
lo otro, la pérdida de identidad de lo humano, de lo que era reconocible
como tal, el organismo idéntico a sí mismo, o en la creación de identidades
fluidas. Haruway pretende utilizar el determinismo tecnológico a su favor,
no como una herramienta que cada vez distancia más alos seres según su
nivel adquisitivo, sino como una puerta abierta por la que escapar de nues-
tra condición humana, oprimida, mediatizada, explotada:

La determinación tecnológica es un espacío ideológico abierto a los re-


planteamientos máqui as-organismos como textos codificados para leer v
escribir el mundo (Haruway, 1995: 258).
Cv¡oncs
fl

Esta salida de la condición humana se rcaIiza simbólicamente a través de


la escritura cyborg, narraciones cienciaficcionales obra de mujeres negras
paradigma de la opresión- que despliegan una imagineúa a lo Cro-
-el
nenberg, construyendo una naffativa metafóríca de condiciones humanas
no opresivas, o me¡'or, de condiciones no humanas no opresivas. El cyborg
es un constructo imaginario y una metáforu de salvación por la tecnología.

El cyborg texto, máquina, cuerpo y metáfota, todos teorizados e in-


es
mersos en la práctica en términos de comunicaciones (Haraway, 1995: 364).

La visión que David Cronenberg tiene del cyborg, a diferencia de


Haraway, es pesimistay aún depende del concepto de alienación que se
mantiene en la idea del control que ejercen los mass media sobre los ciu-
dadanos. El cyborg de Haraway, además de ser una promesa y una me-
táfom, tiene un componente de espetanza y optimismo. La alianzahu-
mana con la tecnología es liberadora y no alienante, puede convertirse
en revulsivo para romper el orden establecido. La cyborgizaciín de Cro-
nenberg,2 en cambio, es un proceso degenerativo en el que el sujeto al fi-
nal se autodestruye físícamente u orgánicamente , a favor de una existen-
cia sin carne. La nueva carne su lugar, la carne tecnológica-
-en
tendrá una existencía eterna en los rayos catódicos. La autodestrucción
es producto de la alienación de Ia pantalla la tecnología finalmente es

2. La mente es alienada por las imágenes persuasivas de Videodrome (1982) , perc


dicha alienación afecta al cuerpo y es el cuerpo en sí mismo el que se coloca al mismo
nivel que la tecnología. ¿Es el poder persuasivo de las cintas lo que provoca la alie-
nación o es la simbiosis de las vísceras de Max yla cinta lo que la provoca? Cronen-
berg no establece límites que señalen hasta dónde llega el cuerpo y hasta dónde la
mente de Max. Éste se resiste a los efectos hipnóticos deVideodrome desde el princi-
pio, cuando le dicen que no es el sujeto perfecto alienable, hasta cuando se rebela
contra sus manipuladores y los mata. Esto demuestra que su alienación mental no es
total aun cuando su alienación corporal (lleva instaladauna cinta de vídeo en su es-
tómago) sí lo sea. Cronenberg nos hace pensar que no hay fisuras entre cuerpo y men-
te o que ambos entes intercambian papeles. Así, la alíenación corporal actúa en lugar
de su mente, por eso su cuerpo tecnológico, su mano-pistola, apunta finalmente ha-
cia su cabeza y muere. Nos explica cómo la cyborgización es un proceso en el que el

t
18 ONrorocͿ cyBoRG {!;'!:l

culpable de la muerte orgánica del sujeto, pues al entrar en


conracto con .ü
ella de manera simbiótica consigue que su mente se incline por 3
la exis_
tencia exclusivamente como mente, considerando el cuerpo j
inútil y la
carne de que estamos hechos ahota,inservible. Así se ctealacarne
como
metáfota, porque la nueva carne eterna en realidad no
será más carne
humana, sino pura ímagen.
cronenberg presenta la cyborgizacióncomo producto de una
alienación
que está en la base de un poder panoptizado que
invade la mente y el cuer_
po del sujeto tal y como Foucault explicó, un efecto multiplicado
áho.u po,
el avance tecnológíco.Pam Baudrillard, sin embargo, la explicacióniel
mundo contemporáneo en términos d
nuestra historia ha sido una avent
ción lúdica en la que los humanos

O vivimos el mu
de imágenes (pues t
como abstracción m
hechos), en término
talidad negativa, incluida la d,elahistoria
, el análisis crítico convencional_, o bien
ego: por una parte, jugamos a dominar
el
cas (y desde hace mucho más através
del

c.uerpo lmpone sus propias leyes, ya


no
den ser conside¡adas por separado.
Se

llsmo entre esta filosofía de la carne


v Ia fi_
propone la existencia tttÁu
cuerpo orgánico aftavésde la transbio-orLtt*utda
'itt
moria de un ser humano puede transferirse
así la carne obstáculo o lo orgánico ^=---c
inútil.
manismo. y existencia como imagen, para
pura. Es el paso de la cinta de video
al dl
drillard llama el <<crimen perfecto>>.
OGÍA CYBORG Cr'¡oncs
l9

rntacto con lenguaje, el intelecto y otras muchas cosas), pero, por otra, seríamos sin sa-
ror la exis- berlo el jugador de otro juego (del que tampoco sé cual seúala respuesta)
,inútil y la (Baudrillard . 1998: lL3).
rarne como
más carne El tecnocuerpo o cyborg de Cronenberg es un estado transitorio, una
metamorfosis hacia un modo de existencia superior, dirianlos transhuma-
r alienación nistas, la de información pufa, pura imagen. Cronenberg desestabiliza los
e y el cuer- límites existentes entfe cuefpo y tecnología, cuerpo y mente, 17 años antes
r ahora por de que Lakoff nos defina como mentes cofporalizadas, planteando la inte-
Lcación del resante pfegunta sobfe la posibilidad de existencia de una mente pura sin
;iderar que encafnación corpofal. En contra de taI pretensión transhumanista se en-
na explica- cuentra Lakoff, pafa quien la mente sin encarnación corporal es imposible.
I juego: Pensamos con el cuerpo, o sin é1 no podemos pensar, idea que vendtía a
coffobofaf la hipótesis planteada por Cfonenberg enVideodrome y fehfta-
cnologías y ría la división cartesiana entre los dominios del cuerpo y los del alma
del mundo En este sentido, las narraciones cienciaficcionales escritas por mujeres
ral y de sus negrasr difieren del imaginario cinem atográfico que, desde principios del
determina- siglo pasado, llena las pantallas de cine construyendo el imaginario de un
la historia cyborg blanco, masculino, úna imagen tecnocientífica mtlitañzada.a Se
l-, o bien p..p.rúu así el falogocentrismo hasta en la figura de ese híbrido futuro
dominar el que pfetende explicarnos. La hermenéutica que Haraway practica en los
r través del
textos de escritoras negfas le proporciona una interpretación del cybofg
como de aquel ente capaz de subvertir las dominaciones de taza, sexo y
des no pue- clase, un monstruo ciborgánico y plural. Los cyborgs de la ciencia-ficción
una mente feminista ponen en tela de juicio el estatuto de <<humano>> en tanto que
:uerpo tec- repfesentante de una raz^, una entidad individual y un cuerpo. Los per-
. acaba im- sonajes de estas ficciones fompen con el mito del héroe de raza blanca y
rrgánico en
sexo masculino perteneciente a Ia civllización occidental, subvirtiendo
arne y la fi-
sus fundamentos, y en su lugar llevan el lenguaje hasta límites fronterizos
r eterna sln
cual la me- que rompen pafahibridarse con sefes insospechados de géneros ambiva-
v eliminar lentes. Además:
el transhu-
rtormación 3 Superliminal deYonda Mclntyre y Semilla saluaje de Octavia Butler entre otras.
.
r que Bau- 4. Metrópolis deFútz Lang es precursora del cyborg de Haraway en cuanto el an-
droide Futura es de sexo femenino.
Donajílópr Guarlanamo
BIBLIOTECA
,,LOS
AMoRoéó.s,,
.;)

20 ONrorocÍe cYBoRG

los puntos de vista de los subyugados no son posiciones inocentes. Al con-


trario, son preferidos porque en principio tienen menos posibilidades de
permitir la negación del núcleo interpretativo y crítico de todo conocimien-
to (Haraway, L995: 328).

Aquí es donde observamos la íntima unión que hay hoy entre filosofía
y ciencia-ficción la línea en que Philip K. Dick afirmó que la única
-en
forma de hacer hoy filosofía es escribiendo ciencia-ficción- ámbitos en
los que suele encontrarse una metan affafivametafísica al hilo de cambios
ontológicos factibles propiciados por la técnica, el sustrato humano flui-
dificado, emergente, terminal, metamorfoseado, que exige un esratus on-
tológico de explicación en nuevos pamdígmas tecnológicos. La ciencia-fic-
ción es el género literario que cumple dicha función, eje que vertebra la
experiencia inmediata de una tecnología desarrollada, percibida por el pú-
blico a tavés de la imagen de un mundo futuro cuyas raíces están en éste,
una hipérbole de lo que hay, con los deseos y los temores que la tecnolo-
gía alberya en el imaginario colectivo. Este género sirve a los deseos del in-.
dividuo de liberarse de la thanía de los esquemas científicos y, al mismo
tiempo, revela la fascinación de nuestra civtlizaciónpor la tecnología , taly
como explica Dorfles. En esta doble ambivalencia se construye el imagi-
nario de la técnica también en la ciencia-ficción cinematográfica, de ma-
yor alcance que el texto literario; así, lo visual y lo técnico se constituyen
en una parejaindisoluble que está formando nuestra cultura.
La tecnologíano es otra cosa que la naturaleza;la tecnología,ramá-
quina, somos nosotros mismos, dice Haraway. Nos sirve para liberarnos
de nuestro ser humano, ser idéntico, fijo, estático, reproductor de órde-
nes de realidad injustos.
Las relaciones entre ciencia y tecnología que eran planteadas por
Jür-
gen Habermas como relaciones de dominación sobre la naturaleza a tt^-
vés del crisol de la racionalidad, son repensadas por Hav.way como una
forma de subversión que no busca la dominación de esa naturaleza iner
te de la que nosotros formábamos parte, sino su reinvención, una natuta-
Ieza aparccida como nueva, más justa, que haya borrado definitívamente
las barreras establecidas de género, tazay clase. panHaraway, ciencia y

t
rcÍA CYBoRG Cysoncs
27

rcs. AI con- tecnología son medios para una satisfacción humana plena, tal y como
ilidades de eran entendidos por Marcuse en Eros y ciuilización; pero también son
onocimien- fuente de dominación, por lo que la imaginería cyborg <<puede sugerir
una salida del laberinto de dualismos>> (Hamway, L995:3LI).
Aquel mundo social bipolar de conciencia burguesa y obrera sentaba
re filosofía las bases pata una posible salvación de la humanidad en la lucha de
rc la única
opuestos: productores y dueños de la producción.Lamáquina que per-
mbitos en manecía en la sombra, mero agente de la producción sin derechos, nece-
e cambios sita alcanzar el estatus de cybor g palz que la nueva salvación de la huma-
nano flui- nidad sea llevada a cabo no ya por la unión de los obreros del mundo,
Itatus on- sino de los cyborgs del mund o. La alianza y la comunidad, por tanto la
iencia-fic- hibridación y el comunismo, son el polo dialéctico opuesro a la domina-
ertebra la ción. En el origen de la idea salvadora está el concepto de la unión o co-
por el pú- munión de los semejantes que padecen sufrimiento u opresión. Sin em-
n en éste, bargo, esta tesis de Haraway que conserva intacta del marxismo, no está
l tecnolo- dirigida a salvaguardar ningún concepto absoluto. En general, los térmi-
ns del in- nos opresión y liberación quedan absolutizados tras haber eliminado el
d mismo móvil que los engendró. Estos conceptos adquieren plenamente una es-
vgja, tal y pecie de analogía con el absoluto hegeliano, ya que se imponen al paso
el imagi- del tiempo. La opresión se refiere en Haraway a las condicíones injustas
r" de ma- de seres que ya no son propiamente humanos, es decir, cuya organicidad
nsdtuyen no es el móvil para su preservación. Las propuestas de Haraw ay y Marx
presentan un pensamiento materialista que sin embargo no abandona la
\ la má- idea y 7a apologización de la idea de salvación ni su preservación como
berarnos concepto, en el caso de Haraway, de liberación. Este concepto ha persis-
de órde- tido incluso cuando la forma susceptible de liberarse no posea la ontolo-
gía clásica del efecto del acto liberador.5 La ontologíahíbrida del cyborg
porJür-
7A atta- 5. Para cierta ideología posmoderna la Naturalezay toda la terminología marxis-
xno una ta pueden ser vistas como un juego de palabras que se utilizabacuando aún se creía en
za inet- los significados unitarios y verdaderos de tales conceptos. Cuando a los conceptos se
les da la categoría de fícciones reguladoras del pensamiento y las sociedad., ,on .o.r-
natufa-
sideradas sujetas a epistemes históricas cambiantes en el tiempo, la ontología desapa-
/amente rece en favor del nominalismo. Las cosas ya no son por sí mismas, no hay significaáos
iencia y ocultos que develar ni correspondencias entre los conceptos y la realidad.
.;,

22 ONroroc͡ cyBoRG

humano medio máquina- es el revulsivo para la liberación,


-medio
la misma
de
manera que antes lo era el obrero aprotésico dela fábica.
Así,
el cyborg es presentado por Hataway como .l.r.,oo agente
salvador o li-
berador de la condición humana, pero en este caso de la propia
condi-
ción de humano: liberarnos finalmente de nuestra condición humana
como la forma suprema de liberación del humano. Al mismo
tiempo, el
mecanismo de la liberacíón humana era eliminar algo que
no es propia-
mente nuestro y está en nosotros. Es, sín duda, un mecanismo
de desalie_
nación y la consideración, por tanto, de que debeúa existir
algo puro,
esencial, a lo que habúa que aspirar y salvagu ardar. En el
.uro á. Haru-
way,la alianza con la máquina,príncipio aparentemente contrario
al prin-
cipio de desalienación o liberación del pensamiento clásíco, sin .mburgo
promociona igualmente la liberación de un ente que ya
no es humano. El
concepto de liberación permanece intacto,las condiciones paraTlevarla
a,
cabo que son la ontología del sujeto varían. Lo único que permanece
in-
variable es el propio concepto de liberación mienras se akeran
los de hu-
mano y naturaleza. Sin embargo, la dualidad con que Haraway
define al
cyborg, situándolo en un estadio ontológico a medio camino
entre la rca_
lidad y la ficción, hace que su estatus ontológico eréreo e indefinible
no
pueda ser situado en la historia de la salvacián, sino
en el terreno de la
utopía' Así, el cyborg no es ganntía de redenci ón parula humanidad,
en
el clásico discurso salvífico que arranc aúa deMur*, aunque
no puede se_
pararse tampoco de este contexto si pensamos en lo que,
según Demida,
es salvable de la teoría marxista, a saber, la idea de la
salvación de la hu_
manidad por el advenimiento de un espectro que aún no
estaba encarna_
do efectualmente. Por eso, también .l .o.r..fto de liberación
en Marx
está proyectado fuera de la historia deTasalvación y
dentro del terreno de
7a utopía, aI imaginar un mundo futuro sin división
de clases, o sin géne-
ros, en el caso de Haraway. Podemos aunar así ambos
espíritus mesiáni_
cos en la lectura de los manifiestos de Marx y Haruway
como formas de
invocación ala acción por una transformación del p."r.rrr",
de la misma
forma en que Derrida, en Espectros de Marx, nos ,.rgi.re revivir
y obser-
var el espíritu marxista pan plantear una salida al esiado
actual de cosas.
La especffalidad es una caracterísrica que conforma también Ia
fisura del
LA CYBoRG

Lción, de cyborg de Haraway, <<no es real ni irreal Derrida al definir el es-


ica. Así, -dice
pectro-, lo cual introduce la dimensión de lo fantasmático dentro de lo
dor o lí- político> (Derrida, 2001: 49-56).
a condi- La naturaleza reinventada que propone Hataway parte de la premisa
humana de que se inventó unavez y no funcionó, pero podría volver a unirse con
:mpo, el el humano. Esa esper^nza surge de la idea básica que guió también a
propia- Marx: existe un conflicto entre la Naturalezay eI individuo, de ahí que
desalie- otra organización,social pueda suplir esa desavenencia principal, ese con-
o puro, flicto permanente entre sujeto y objeto. Lo que se encontraránlos ar-
e Hara- queólogos del futuro será a:ún mateia hibridada. Los ultrapositivistas del
al prin- presente apuestan por la total desapaúci6n de la materia humana, algo
mbargo que un arqueólogo de un futuro más lejano no sabrá detectar. La frase de
rano. El Foucault es una premonición: <El hombre está próximo a desaparecer>>.
evarla a Para autores como Haraway,la determinación tecnológica es:
rece in-
;de hu- un espacio ideológico abierto a los replanteamientos máquinas-organismos
efine al como textos codificados para leer y escribir el mundo (Hanway, 1995: 258).
:larca-
ible no Para esta a\tora,la consideración del cuerpo en nuestras sociedades
odela del presente ya no puede ser comprendida en términos foucaltianos. Si,
lad, en para Foucault, los cuerpos habían estado sujetos alapolíticay aI poder,
ede se- era porque aún no se habían constituido en cuerpos legibles, de los que
errida, pudiera extraerse una lectura que no estuviera en el plano de la repre-
: la hu-
sentación. El descubrimiento del código genético nos revela que somos
lcarna- escritura, y toda escritura está en un espacio constituyéndolo. ParuHaru-
rMarx way el poder liberador se encuentra en esos espacios que somos y que
eno de pueden reescribirse, reinventarse, como dijo Foucault. La biotecnología
r géne- pone a disposición del poder la información genética individualparuuna
esiáni- lectura y una función o destino de esa lectura. Pero es precisamente nues-
nas de tra naturaleza texr)al lo que puede hacernos libres, según Hatz.way. La
misma biopolítica de Foucault se revela insuficiente en la era cyborg: la medica-
obser- Iízaciín y la normalización ya no son dominaciones que funcionen, ahora
cosas. se crean redes y comunicaciones.
na del
I I C'd Z tS) O\t\?9x\sH lA l¡l cJ\,1 o ods\¿ trLrolsÁs\s^^o( I N I AA\:f

24 ONrorocÍR cyBoRG

Los métodos de la clínica requerían cuerpos y trabajos,


nosotros tene-
mos textos y superficies. La normalización da paso
al automatismo, redun-
dancia completa. El discurso de ra biopolitica dapaso
al tecnobable (Han_
way,7995:259).

Está reivíndícando un paso del cuerpo ala palabra


o del cuerpo hecho
verbo como forma de reinvención social. Reconocer que la
bropolit ica ya
no es efectiva en Ia en del código genético es tanto una
afftmación valien_
te como esperanzadora, en tanto que aún se reconoce la
capacidad de sub_ ü
versión ante 7a normalización o ei código impuesto o la imposición
de la :.ir
cultura única. Se vuelve ala palabra cuando el cuerpo hablapor sí mismo TTr

de su presente y su futuro, de su longevidad y ,.r, J.f..tos.


Las enferme- :.
dades son lacras eliminables en la sociedad biotecnológica,
los cuerpos ja_ JL
más fueron tan manipulables como ahora ni el destino prdo
ser intercep-
tado de tal forma.
-tr
Haruway, al igual que Foucault, habla de estructuras de dominación, .'
distinguiendo las viejas dominaciones jerárquicas de las nuevas redes
de x

dominación, que asumen la forma de <inform áticasde la dominación>.


El
individuo no es visto como un organismo sujeto a la biopol ítica através
de su cuerpo, sino como un componente biótico que no ostenta privile-
gio alguno sobre otro componente del sistema de información:
<los orga-
nismos biológicos se han convertido en sistemas bióticos, en máquinas
de
comunicación como las oüas>>. por tanto, la política de resisten cia
a la
nueva red de dominación pasa por la asunción de que nosotros
somos
identidades plurimorfas y cambianres, cuya actítud frente ala
tecnología
debe ser caníbal, de apropiación de la ciencia y, ad,emás,por parre
de las
mujeres, ha de constituir un proyecto de liberación; en este caso,
la mu-
jer negra sería el paradigma de la opresión por excelencia.

sin duda, el objetivo principal hoy no es descub¡ir, sino rechazar lo que


somos. Nos es preciso imaginar y construir lo que podríamos
ser (Foucault.
2000:24).
t

1 CYBORG (-\TORGS

'os tene-
Estos pensamientos de Foucault tienen eco en los de Hataway:
. redun-
(Hara-
= El yo dividido y contradictorio es el que puede inrerrogar los posiciona-
mientos y ser tenido como responsable, el que puede construir y
unirse a
conversaciones racionales e imaginaciones fantásticas que cambien
la Histo-
rhecho ria (Haraway, 1995 : 33 1).
ítica ya
valien- Ambos ponen el acento en la idea de un sujeto construido a través
de
le sub- la forma epocal en la que se ubica, episteme concreta, pero al mismo
ndela tiempo vislumbran la posibilidad de transformar esa sucesión de episte_
mismo mes, la Historia, mediante lo que Foucault llamó las <<tecnologías
del yor,
ferme- como aquellas operaciones del sí mismo que permitirían altenr las
con_
pos ja- diciones de poder existentes por medio de operaciones efectuadas
sobre
ercep- el propio cuerpo y alma con el fin de alcanzar cierto grado de felicidad,
de establecer las condiciones de posibilidad de lo que aún no somos:
si-
ación, tuación que, para Hata:way, es también fundamentar pata aceptar las
nue-
les de vas identidades; y así afhma:
n>. El
rravés quizás podamos aprender de nuestras fusiones con animales y
máquinas
rivile- cómo no ser un Hombre, la encarnación del logos occidental (Harawav.
ofga- 7995:297).
ras de
a afa
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