Capitulo 9 Proceso TO en SM
Capitulo 9 Proceso TO en SM
Capitulo 9 Proceso TO en SM
Capítulo 9
1. Objetivos
2. Introducción
3. Conceptos básicos
3. 1. La ocupación en la vida
3. 2. La relación terapéutica en Terapia Ocupacional
3. 3. Cualidades terapéuticas
3. 4. Técnicas para desarrollar la relación terapéutica en salud mental
4. Visión general del proceso de Terapia Ocupacional
4. 1. La evaluación
4. 2. La intervención
4. 3. Los resultados
5. Razonamiento clínico del terapeuta ocupacional en salud mental
6. Planificación del tratamiento
7. Planificación y redacción de objetivos de tratamiento en salud mental
8. Identificación de principios y métodos de tratamiento
8. 1. Principios generales
8. 2. Destrezas de la vida cotidiana
8. 3. Destrezas de productividad
8. 4. Destrezas de tiempo libre
9. Estudio de caso
10. Resumen del capítulo
11. Preguntas de autoevaluación
12. Referencias bibliográficas
1. OBJETIVOS
Conocer integralmente el proceso de Terapia Ocupacional en salud mental
Identificar y fundamentar la intervención de Terapia Ocupacional
Desarrollar el razonamiento clínico del terapeuta ocupacional en salud mental
Conocer estrategias de intervención específicas de la disciplina
Desarrollar conocimientos en la planificación y redacción de objetivos ocupacionales
Incrementar destrezas en la resolución de problemas de intervención terapéutica
2. INTRODUCCION
La filosofía que rodea y acompaña toda intervención de Terapia Ocupacional es asistir
a otra persona (paciente, usuario, cliente o asistido)1 a desarrollar y utilizar sus habilidades de
la manera más funcional y autónoma posible. El proceso de tratamiento tiene este objetivo
final.
En primer lugar es importante clarificar algunos términos que serán utilizados durante
el desarrollo de este capítulo. El concepto de ser humano “funcional se utiliza cuando la
persona es capaz de cumplir con las exigencias de sus roles ocupacionales, es decir, realizar
de la manera más autónoma posible las actividades y las tareas relacionadas o exigidas a sus
roles ocupacionales. Por ejemplo, el seños Juan de 35 años de edad desempeña los roles
ocupacionales de estudiante universitario, trabajador, amigo, miembro de familia (hijo,
esposo). Juan es considerado funcional si cumple con las exigencias y expectativas internas y
externas de esos roles. Si tomamos en análisis uno de esos roles, el de estudiante podemos
considerar que las expectativas internas y externas del rol de estudiante son: ir a la
universidad, pagar las cuotas, estudiar, rendir exámenes y recibirse. El término autónomo está
relacionado al concepto de apoyo de terceros. Una persona puede ser autónoma para la
realización de sus tareas cotidianas con cierto grado de apoyo de terceros. Este apoyo de
terceros pueden ser adaptaciones o graduaciones de los objetos o tareas, o también incluye el
apoyo o asistencia de otra persona. Con lo cual si revisamos la frase original dijimos que toda
intervención de Terapia Ocupacional tiene el objetivo de asistir a otra persona (paciente,
usuario, cliente o asistido) a desarrollar y utilizar sus habilidades de la manera más funcional
y autónoma posible, implica poder facilitar en desempeño de sus roles ocupacionales con el
1
Estos términos van a ser utilizados de manera indistinta sin desconocer que tienen connotaciones diferentes.
grado de apoyo de terceros necesario.
Este capítulo va a proveer una revisión general del proceso de Terapia Ocupacional,
profundizando en aspectos o ejes de contenido prácticos que faciliten al lector su aplicación
en el ejercicio profesional como terapeuta ocupacional en salud mental. No se detendrá en
profundizar cada una de las etapas del proceso de Terapia Ocupacional ya que este está
ampliamente presentado en el Marco de Trabajo de Terapia Ocupacional (AOTA, 2008). El
proceso de evaluación del usuario sólo se nombrará en este capítulo, ya que el lector
encontrará el desarrollo de este tema en el capítulo 13 de este libro. Se trabajarán conceptos
relacionados al desarrollo del razonamiento clínico, es decir, al proceso complejo de
emociones y conocimientos con el cual el terapeuta analiza la situación del paciente y genera
ideas para la intervención. También se presentarán guías para la redacción de objetivos de
tratamiento y de informes o registros del servicio de Terapia Ocupacional. Para finalizar se
presentarán las estrategias más frecuentes de intervención para personas con problemas de
salud mental.
3. CONCEPTOS BASICOS
3. 1. LA OCUPACIÓN EN LA VIDA
Las personas con problemas mentales tienen dificultad no sólo con el control de sus
pensamientos y sentimientos, frecuentemente presentan problemas en realizar las actividades
cotidianas, que la mayoría de las personas las consideramos dadas. Terapia Ocupacional es un
recurso importante para tratar este tipo de problemas. Los terapeutas ocupacionales somos
especialistas en la vida cotidiana, es decir, facilitamos la organización y desempeño de las
actividades diarias de manera funcional y autónoma. En esta consideración de actividades
diarias están incluidas todas las áreas del desempeño ocupacional: actividades de la vida
diaria (AVD), actividades de la vida diaria instrumentales (AVDI), educación, trabajo,
participación social, juego y esparcimiento u ocio (AATO, 2008).
Al pensar las actividades de manera funcional ya sabemos que incluye una relación
directa con los roles ocupacionales del usuario, por ello, estas deben ser actividades
significativas y con propósito. Las vidas de los seres humanos están comprometidas en
cientos de actividades que ocupan sus horas de vigilia. Estas ocupaciones tienen un profundo
impacto en cómo la persona se siente física, emocional y espiritualmente (Pellegrini, 2007).
Las ocupaciones pueden proveer sentido de satisfacción y bienestar, o pueden crear niveles de
estrés, desequilibrio e insatisfacción. Desde las Ciencias de la Ocupación, la Terapeuta
Ocupacional Florence Clark (2001), define ocupación “como las actividades individual y
culturalmente significativas en las cuales los seres humanos se comprometen”. Aquí, el
énfasis está en el significado de las ocupaciones tienen para cada persona. Todas las
actividades que los individuos realizamos están consideradas en la categoría general de
ocupación. El foco central está ubicado en “cómo el individuo elije y orquesta sus
ocupaciones en el fluir de la vida y cómo, en el tiempo, las ocupaciones definen la esencia de
la persona, la identidad moral y dan origen a ciertos modos de pensar” (Zemke & Clark,
1996). En 1990, Elizabeth Yerxa sostuvo que el ser humano es un ser ocupacional y el
impulso de estar ocupado tiene raíces evolutivas, psicológicas, sociales y simbólicas. Por ello,
solo una actividad con propósito iniciada por persona, es una ocupación. Desde esta
concepción se amplia el significado de la ocupación, se puede sostener que el propósito de
una ocupación tiene lugar sólo dentro del contexto de la vida de cada persona, siendo este el
autor de su propia historia (Pellegrini, 2007). Las personas hacen elecciones de ocupaciones,
las cuales comprometen sus días y al hacer esto, se desarrolla su identidad ocupacional, y se
constituyen en seres ocupacionales. Según Hasselkuss (2002), el significado de una ocupación
emana del realizarse como persona, crecer y transformarse. Los terapeutas ocupacionales
facilitan la realización personal del paciente. Esta facilitación incluye un análisis minucioso
de las ocupaciones, analizando las exigencias de la tarea, contexto, roles de las personas,
diagnósticos médicos, limitaciones y fortalezas de la persona y su familia (Pellegrini, 2007).
Todas las actividades que realiza el ser humano, tienen forma en diferentes contextos, no
siempre es posible clasificar las ocupaciones basándose sólo en el conocimiento de las
mismas aisladamente. Conociendo los contextos en que la ocupación tiene lugar, es dónde se
puede discernir en qué área del desempeño se la puede categorizar. Por ejemplo, escribir
puede ser categorizado como una actividad de ocio (al escribir una carta relatando las últimas
vacaciones) o como una actividad educativa o laboral (al hacer una nota formal al gerente de
una empresa) o como una actividad necesaria para el automantenimiento (como en el caso de
completar un cheque para pagar un servicio). Sólo considerando las ocupaciones en los
contextos donde ellas tienen lugar, es cuando el terapeuta ocupacional puede clasificarlas.
Para finalizar el tema de las ocupaciones, reflexionaremos sobre las dos dimensiones
que toda actividad tiene: una visible en la cual se incluye el desempeño o ejecución de la
tarea, lo observable; y otra dimensión invisible, no observable ni concreta. Esta incluye el
significado que esta ocupación tiene para la persona, es el modo en que el individuo
caracteriza esa ocupación en términos personales relevantes. Como las ocupaciones
significativas son la dimensión invisible y no observable, para conocer el significado que
tienen para los pacientes sólo se logra PREGUNTANDOLES a ellos, escuchando sus historias
cuidadosamente, con el tiempo necesario para comprender las situaciones desde sus puntos de
vista. El programa terapéutico será efectivo solo si el terapeuta ocupacional es capaz de
diseñar experiencias terapéuticas que “encajen” dentro de los contextos de vida de las
personas asistidas. En el proceso terapéutico de terapia ocupacional se incorpora el
significado de la ocupación, lo invisible, y el desempeño valorable, lo visible. Así se facilita
construir historias terapéuticas en donde los pacientes pueden nutrirse y sostener la
recuperación y adaptación; proveyendo coherencia para desarrollar una vida significativa.
Desde este razonamiento clínico lo central del proceso terapéutico es poder descubrir el
significado y facilitar el desarrollo de ocupaciones con propósito para la persona. Ahora
estamos en condiciones de preguntarnos ¿qué pasa o cómo hacemos un proceso terapéutico
significativo y con propósito en personas con trastornos mentales?
3. 3. CUALIDADES TERAPÉUTICAS
SENSIBILIDAD: En la relación terapéutica, esta cualidad es tener una alerta hacia las
necesidades del paciente, es leer los mensajes que da, principalmente los no verbales
(lenguaje corporal, mirar hacia abajo, morderse los labios, cerrar el puño, etc).
RESPETO: El paciente necesita ser reconocido como una persona única, individual,
con intereses y valores propios, los cuales pueden ser muy diferentes a los del
terapeuta. Tener en cuenta las diferencias culturales.
Early (1996), sostiene que es importante a tener en cuenta en toda relación terapéutica
las asociaciones inconscientes se hacen en la relación con otras personas, que
corresponden más al pasado que a la relación actual. A continuación se presentan
brevemente los conceptos de transferencia y la contratransferencia que surgen en una
relación terapéutica. La autora no es una especialista en este tema, pero considera
importante presentarlo para que sea considerado y profundizado por el lector. La
transferencia ocurre cuando una persona (habitualmente el paciente) inconscientemente se
relaciona con el terapeuta como si fuera otra persona. Frecuentemente esa otra persona es
alguien importante en la vida del paciente. Por ejemplo, el paciente comienza a actuar
como si el terapeuta fuera su madre, que siempre lo cuidó y ayudó a enfrentar situaciones
difíciles. La contratransferencia en cambio ocurre cuando el terapeuta inconscientemente
actúa según el rol que el paciente le otorga, en este caso como su madre, y comienza a
hacer favores especiales, lo trata distinto, realiza bromas diferentes con este paciente que
con el resto. Es crucial poder reconocer que la transferencia y la contratransferencia
ocurren en niveles inconscientes; esto hace que sea difícil poder manejarlo. Una relación
terapéutica con estas características no beneficiaría al paciente. Sin embargo, si el
terapeuta puede reconocer la transferencia del paciente podrá moverse del lugar que el
paciente le otorga y tendrá la posibilidad de ofrecer un nuevo modelo de relación. Es
importante que el terapeuta ocupacional tenga esto en consideración y reconozca la
necesidad del autoconocimiento y reflexión que la supervisión o los espacios propios de
terapia podrán ayudarlo.
4. 1. LA EVALUACIÓN 1
1
En el capítulo 13 se encuentra el detalle del proceso de evaluación de Terapia Ocupacional en Salud Mental.
preocupaciones del cliente acerca de llevar a cabo sus ocupaciones y las actividades de la vida
diaria, y se determinan las prioridades del cliente (AOTA, 2008).
4. 2. LA INTERVENCIÓN
4. 3. LOS RESULTADOS
FIGURA 1
Para responder a la segunda pregunta, ¿cuáles son las opciones posibles? El terapeuta
debe respaldarse en sus conocimientos teóricos y experiencia profesional, revisar que
opciones fueron útiles en otros pacientes de similar situación, que dice la bibliografía de la
disciplina sobre casos similares para finalmente tener un borrador de ideas posibles de
tratamiento.
La tercer pregunta ¿qué debería hacerse?, está relacionada a los aspectos éticos del
tratamiento. Como Rogers (1983) sostiene, “Simplemente porque un objetivo parezca
técnicamente posible no significa que debe considerarse como tal”. Este en la manera de lo
posible debe ser pensado con el paciente, el terapeuta debe tratar de persuadirlo para que el
paciente acepte el tratamiento que el terapeuta considera que es la mejor opción para esa
persona en ese momento y contexto. Muchas veces por el contexto, diagnóstico y estado del
paciente esta situación puede convertirse en un dilema ético para el terapeuta. Sólo la madurez
del razonamiento clínico puede darnos certeza sobre la elección tomada.
Bonder (1995) y Early (1996) sostienen que existen cuatro categorías de intervención
en Terapia Ocupacional: tratamiento (otras veces llamado restauración funcional),
mantenimiento de la función, rehabilitación, y prevención. El foco de la intervención difiere,
dependiendo de dichas categorías. El tratamiento o restauración funcional se dirige a
cambiar o modificar el proceso subyacente de la enfermedad; los principios y técnicas de la
integración sensorial se incluyen en esta categoría. Early (1996) sostiene que no es claro que
la intervención de terapia ocupacional realmente afecte el proceso subyacente de la
enfermedad en la mayoría de los desórdenes psiquiátricos. No conocemos aún lo suficiente
del proceso subyacente de la enfermedad para afirmar o refutar esto. El mantenimiento de la
función esta dirigido a asistir al paciente/cliente a utilizar las capacidades remanentes que
tiene. Frecuentemente este es el foco de la intervención en pacientes/clientes con
enfermedades crónicas o progresivas tales como la esquizofrenia y las enfermedades mentales
orgánicas. Dentro de este enfoque el terapeuta ocupacional focaliza la intervención en crear
ambientes que sostengan y estimulen al paciente en cuidar de sus necesidades y hacerse cargo
de su propia vida, del modo que él pueda hacerlo, durante el mayor tiempo posible. Así
terapia ocupacional asiste al paciente/cliente en mantener sus habilidades funcionales. La
rehabilitación está focalizada en restaurar las habilidades del paciente para funcionar luego
que el proceso de enfermedad esta siendo tratado médicamente. El paciente/cliente pierde su
habilidad para funcionar como resultado de la enfermedad; esta pérdida de función
frecuentemente es llamada discapacidad residual. Mismo si el proceso de enfermedad ha sido
estabilizado (en psiquiatría esto ocurre frecuentemente con la prescripción de psicofármacos),
el paciente/cliente no puede desempeñar sus actividades de la vida diaria y llevar a cabo sus
roles ocupacionales como antes de la enfermedad. El término habilitación es utilizado en
cambio, para distinguir la intervención en pacientes/clientes quienes nunca antes habían
desarrollado esas habilidades funcionales. Por último la prevención esta dirigida a intervenir
antes de que ocurra la disfunción. Habitualmente se aplica cuando se atacan las causas del
problema frente a situaciones de riesgo de disfunción. Un ejemplo es un grupo de actividades
de apoyo para hijos de padres alcohólicos.
Manteniendo estas categorías en mente, cada objetivo puede ser escrito en una frase de
modo que se focalice en la rehabilitación, habilitación, mantenimiento de la función, o
prevención. Los objetivos deben comenzar siempre con verbos, tales como, “desarrollar,
restaurar, aumentar...” indicando el énfasis en la rehabilitación o habilitación. El
mantenimiento de la función se focaliza en los objetivos comenzando “mantener la habilidad
para”, y en la prevención los objetivos se focalizan comenzando “prevenir la disfunción en la
habilidad para”. Los verbos o acciones que aquí se presentan, son sólo a modo de ejemplo. Lo
importante es que todos son SIEMPRE objetivos del paciente. Es decir, queremos que el
paciente incremente, aumente, disminuya, etc..... por eso no podemos incluir nuestros
objetivos como terapeutas o nuestras estrategias en la planificación de los objetivos del
paciente. Por ejemplo si decimos como objetivo: facilitar el desarrollo de las actividades de
arreglo personal o estimular la autonomía en el vestido, estas son estrategias u objetivos del
terapeuta, no del paciente. Salvo que nosotros quisiéramos que el paciente se estimule o se
facilite. Nosotros vamos a facilitar o motivar la actividad en el paciente, pero no es el objetivo
del paciente.
Los objetivos del plan de tratamiento deben ser escritos de manera que describan lo
más claramente posible que es lo que el paciente va a hacer. Los objetivos deben seguir una
lógica con los problemas que fueron seleccionados por el paciente/cliente y el equipo como
importantes. Cuanto más específica sea la descripción del problema, más fácil será escribir los
objetivos correspondientes. Considere el siguiente ejemplo:
Por ejemplo, “el Sr. Juan X. tiene baja autoestima como es evidenciado por su cabello sucio,
el ajamiento de su ropa y la falta de higiene bucal”, es una presentación más orientada
comportalmentalmente. Sin embargo algo cuestionable es, si estos comportamientos reflejan
baja autoestima o quizás otra cosa. Por lo cual es preferible utilizar descripciones que
contengan comportamientos observables en lugar de aquellas que reflejan problemas
intrapsíquicos. A continuación se presentarán algunos ejemplos que coinciden con este
criterio:
a. El Sr. Juan L. tiene pobre higiene, como es evidenciado por su cabello sucio, falta
de higiene bucal y su olor corporal.
Una vez que los problemas han sido adecuadamente descriptos como comportamientos
ocupacionales, los objetivos que corresponden pueden redactarse con claridad y facilidad. Los
objetivos y metas de tratamiento deben ser expresados en términos que describan como el
paciente/cliente va a proceder o que es lo que él hará una vez que los objetivos se hayan
alcanzado. Algunos ejemplos de objetivos a largo y a corto plazo y como el paciente va a
proceder se describen a continuación:
Al alcanzar los objetivos propuestos el Sr. Juan L. lavará sus cabellos dos veces a la semana
se bañara diariamente, y lavará sus dientes dos veces al día; en forma autónoma.
A fin de facilitar el aprendizaje y compresión, se presentan a continuación algunos
ejercicios con los casos de la Sra. Julia y de la Sra. Marina antes presentados. La resolución
de los mismos se encuentra al finalizar el apartado. Se debe recordar que en la redacción de
los objetivos no se debe incluir los componentes o destrezas del desempeño, ellos los
consideramos en las adaptaciones, estrategias y graduación de la actividad. Estos pueden ser
considerados integralmente, es decir, como una falla de memoria o de concentración dificulta
la tarea. Pero no se planifican objetivos en relación a los componentes, sino a nivel de la
función ocupacional.
Caso Julia:
.....................................................................................................................................................
......................................................................................................................................................
......................................................................................................................................................
Caso Marina:
....................................................................................................................................................
......................................................................................................................................................
......................................................................................................................................................
Estos objetivos deben estar escritos en términos comportamentales, así todas las
personas (paciente, profesionales, familiares) sabrán cuando los objetivos serán alcanzados.
Por el contrario, es imposible coincidir cuando será alcanzado si el objetivo es presentado de
esta manera: “El Sr. Juan L. aumentó su autoestima”; no es un modo comportamental de
medir el logro.
Early (1996), sostiene que los objetivos deben ser siempre relevantes, comprensibles,
medibles, comportamentales y alcanzables. Un objetivo es relevante cuando refleja la
situación de la vida del paciente y sus metas futuras. Es comprensible cuando es desarrollado
en lenguaje sencillo y en términos observables. Es medible cuando contiene un criterio para
alcanzarlo. El mejor criterio es presentarlo en términos cuantitativos (números), en lugar de
cualitativos. Por ejemplo, “bañarse una vez al día” es adecuadamente más medible que “tener
una adecuada higiene”. De ser posible es importante poder incluir el tiempo o fecha en la cual
el objetivo podría ser alcanzado. Un objetivo es comportamental cuando está focalizado en lo
que el paciente/cliente debe hacer para alcanzar o lograr ese objetivo. Es alcanzable cuando
es algo que el paciente/cliente es capaz de cumplirlo dentro de un período de tiempo
razonablemente corto.
También se debe considerar que los objetivos son renovables, lo alcanzo y lo renuevo. No
hace falta planificar objetivos para toda la vida del paciente.
Ejemplos:
El paciente será capaz de desempeñar dos actividades de ocio durante el fin de semana
con un amplio apoyo de terceros.
El paciente será capaz de localizar dos recursos comunitarios gratuitos de ocio cercanos a
su hogar, al final de la próxima sesión de tratamiento.
El paciente iniciará y mantendrá conversación con otra persona del grupo, al menos una
vez durante la sesión.
c. Caso Marina: La Sra. Marina L. ha sido despedida de varios trabajos como resultado de
peleas y discusiones con sus superiores.
8. 1. PRINCIPIOS GENERALES
FIGURA 2
Estos van desde el nivel más pequeño, las actividades, al nivel más alto los roles.
Utilizando este concepto, la base de la pirámide es la actividad, la cual consiste en un
comportamiento específico orientado hacia una meta. El segundo nivel están las tareas
definidas como el conjunto de actividades que comparten un propósito reconocido en el
desarrollo de la tarea. En el nivel más alto de la pirámide están los roles, que se definen como
los lugares distintivos en la sociedad otorgados por ese rol (Christiansen, 1991). Para que una
ocupación sea una ocupación, debe existir compromiso, motivación e involucración de la
persona que la desempeña. Esto hace la diferencia entre una ocupación y una manualidad o
actividad “suelta”. Como terapeutas para poder facilitar la involucración en el hacer, esta debe
estar relacionada al nivel más alto de la pirámide: los roles ocupacionales. Cada uno de los
roles que desempeñamos cada uno de nosotros tiene tareas y actividades relacionadas al rol.
Por ejemplo, el rol de ama de casa, tiene tareas relacionadas a este rol, como limpieza del
hogar o la preparación de la comida. Bien, cada una de estas tareas relacionadas a este rol,
tiene actividades designadas a esta tarea, por ejemplo, la limpieza del hogar tiene actividades
como preparación de los artículos de limpieza, limpieza y el orden; o la preparación de la
comida incluye actividades como compra de los alimentos, la limpieza de las verduras,
cocción, limpieza y servir. Es decir, niveles más simples, que forman una tarea relacionada a
un rol. Vamos a incluir otro ejemplo a fin de seguir clarificando, si tomamos el rol de
estudiante, este según el nivel de desempeño que tomemos puede incluir diferentes tareas,
como por ejemplo: aprobar una materia. Esta tarea incluye las siguientes actividades:
inscribirse en la asignatura, concurrir a clase, realizar los trabajos prácticos, aprobar los
examenes parciales, regularizar la materia y aprobar el examen final de la misma. Todas son
actividades, relacionadas a una tarea del rol de estudiante. En la figura 3 se muestra a un
paciente en el Taller de Estudio de un hospital de día.
FIGURA 3
Bien si pensamos esto en relación al tratamiento del paciente, debemos conocer en
principio los roles ocupacionales más significativos del paciente, para saber priorizar luego las
tareas y actividades relacionadas a estos roles. Lo ideal sería poder ofrecer espacios
terapéuticos para la práctica de tareas reales relacionadas a sus roles de vida. Por ejemplo, que
en nuestro diagrama de actividades podamos contar con un espacio de “Taller de estudio”,
dónde los usuarios puedan prácticar las destrezas relacionadas a su rol de estudiante
(comunicación interacción, organización de la tarea, toma de apuntes, presentación de
trabajos, etc.). Pero si no fuera posible ofrecer espacios para la práctica de tareas reales
relacionadas a sus roles de vida? Qué ofrecemos? Lo que debemos aplicar con mayor arte y
ciencia es el análisis de la actividad, para ello en principio analizamos las exigencias y
destrezas del desempeño requeridas para llevar a cabo cualquiera de las actividades, de las
tareas del rol ocupacional priorizado. Así con una clara identificación de las demandas de la
actividad y de las destrezas de ejecución requeridas; en el ejemplo del rol de estudiante, las
funciones mentales (cognitivas) son las más requeridas para el desempeño del rol. Luego de
esta identificación, analizamos los requerimientos de todas las opciones posibles a ser
ofrecidas en nuestros servicios de terapia ocupacional, y priorizamos aquellas que faciliten la
práctica y desarrollo de la función cognitiva con mayor fuerza. Por ejemplo, si nuestro
servicio de terapia ocupacional cuenta con dispositivos de artesanías, trabajo corporal,
natación, arte, cocina, entre otros. El de contexto de las artesanías, es el más optimo para la
práctica del componente cognitivo (secuencia de actividad, orden, prolijidad, toma de
decisión, atención, memoria, pensamiento lógico, patrones de movimiento, etc. Resumiendo,
si no podemos ofrecer tareas reales relacionadas al rol ocupacional directo del usuario,
debemos ofrecer actividades que faciliten el desarrollo de las destrezas necesarias para
desempeñar esos roles. De esta manera las actividades que ofrezcamos en la terapia serán
significativas y con propósito.
También es importante, considerar el desafío justo de la actividad ofrecida como terapia.
No podemos ofrecer actividades que estén muy por debajo de las posibilidades del paciente,
ya que estas no facilitan la motivación, sino que aburren y son alienantes. Tampoco se pueden
ofrecer actividades que estén muy por arriba del nivel funcional del usuario, ya que estas
inhiben y refuerzan el fracaso y baja autoestima del paciente. Las personas con problemas
mentales tienen dificultades en saber que pueden o no hacer, la enfermedad mental desdibujó
su identidad ocupacional, ya no identifican qué pueden hacer, para qué son buenos o qué les
cuesta. Habitualmente pueden hablar de sí mismos antes de la enfermedad, pero les resulta
dificil identificar el aquí y el ahora. Por esto, como terapeutas ocupacionales no nos podemos
dar el lujo de reforzar situaciones de indefención o fracaso (ofreciendo actividades que no
cumplan con el desafío justo). Es imprescindible un razonamiento clínico claro que sustente la
re construcción de una identidad ocupacional funcional y con refuerzo positivo en el hacer:
“Lo que hago puedo hacerlo con este grado de apoyo y con este nivel de autonomía”.
Es crucial recordar que la OCUPACIÓN es la herramienta básica de la Terapia
Ocupacional, es lo que nos diferencia de otros profesionales. El análisis y razonamiento de los
elementos antes presentados (actividad, tarea, rol, ocupación, desafío justo de la actividad,
análisis de la actividad, entre otros) y su utilización en la terapia son los métodos de
intervención de la disciplina. Muchos otros profesionales pueden utilizar actividades en su
espacios terapeúticos (por ejemplo, en pediatría los logopedas, psicólogos, kinesiólogos, etc
utilizan el juego) pero el razonamiento clínico de la ocupación nos hace únicos. Debemos
sentirnos claros y orgullosos de nuestro hacer, valorando qué se ofrece y cómo se ofrece en la
terapia. Es a través de la participación e involucración en las actividades que los pacientes
desarrollan y practican sus destrezas, aprenden acerca de sí mismos, aumentan su sentido de
competencia, toman decisiones, expresan sentimientos y construyen su identidad ocupacional.
8. 3. DESTREZAS DE PRODUCTIVIDAD
En este apartado se incluyen las destrezas relacionadas a la educación y al trabajo. Las
personas con problemas de salud mental tienen por lo general grandes dificultades en estas
áreas. Presentan pobres hábitos laborales ya que tienen una historia educativa y laboral con
escasas posibilidades de práctica, que acarrea una identidad ocupacional productiva pobre.
Igualmente la mayoría de personas con problemas mentales crónicos tienen un alto deseo de
trabajar y sentirse productivos. Los terapeutas ocupacionales orientados al área laboral,
evalúan el potencial y las posibilidades reales del paciente en esta área, para poder asistirlos a
desarrollar hábitos laborales y sostenerlos en el tiempo. Las personas con problemas mentales
logran aprender y adquirir un empleo, aprendiendo tareas específicas, pero su mayor desafío
es el poder sostenerlo en el tiempo. Muchas veces tienen una historia laboral de muchos
trabajos, pero de escasa duración el los mismos. Es importante ofrecer grupos de manejo del
estrés que faciliten el aprendizaje y anticipación de situaciones de resolución de problemas
concretos, como la relación con sus superiores, el aprendizaje de nuevas tareas, la solicitud de
asistencia, etc. En relación al estudio, los pacientes con problemas mentales crónicos,
presentan dificultades en la organización de la tarea, secuencia y destrezas de comunicación
interacción. Nuevamente grupos de manejo del estrés, resolución de problemas, grupos de
estudio para la toma de apuntes, realización de resúmenes, entre otros son imprescindibles.
Mucha práctica y repetición con modelo de rol que facilite la identificación de las destrezas
del rol de estudiante. Si estos roles no son posibles para algunos usuarios, es importante
considerar para el equilibrio ocupacional y su realización personal, el desarrollo del rol de
voluntario. Recordemos que si el paciente no puede trasladarse o realizar en forma directa este
rol productivo, la ocupación puede ser el puente hacia la inclusión e integración en la
comunidad. Valoremos los espacios de voluntariado, como talleres de reparación de juguetes,
preparación de recetas, costura, carpintería, dónde los productos puedan ser donados y
valorados por otros dispositivos en la comunidad. La técnica y el hacer deben estar al servicio
de la ocupación, aplicando nuestro arte para el desarrollo de la naturaleza ocupacional de las
personas que incrementan su sentido de pertenencia en la comunidad.
En ellas están incluidas las destrezas de ocio y esparcimiento, es decir, aquellas que no
son obligatorias ni están relacionadas al trabajo. Bonder (1995) sostiene que las actividades de
ocio y esparcimiento re-crean la capacidad laboral, restableciendo la energía y refrescando el
espíritu. Estas actividades implican placer en la actividad, reflejan intereses, valores y
preferencias del individuo. En las personas con problemas mentales estas destrezas son todo
un problema, habitualmente las elijen pero presentan grandes dificultades en disfrutarlas y
discriminar su grado de interés. Por ello, es importante facilitar la identificación de
actividades de interés, explorando habilidades, posibilidades y recién luego tener expectativas
de desempeño autónomo. Las personas con problemas de salud mental, necesitan un alto
apoyo de terceros para poder identificar qué actividades son placenteras para ellos, y
requirieren más apoyo aún en poder relajarse y disfrutar. Muchas veces se incluyen en las
actividades pero no logran disfrutarlas. Desde el tratamiento, el terapeuta ocupacional debe
utilizar estrategias de exploración de actividades de ocio y esparcimiento que desarrollen
estrategias de planificación, toma de decisión, técnicas de relajación y desempeño de estas
actividades, para recién luego poder identificar actividades de interés. Otra de las dificultades
que presentan habitualmente es la falta de organización y manejo del tiempo de manera
funcional, tienen mucho tiempo libre u ocioso, pero no pueden organizar la utilización del
mismo. Pasan todo el fin de semana “mirando televisión”, pero no pueden luego identificar
qué programa vieron, de qué se trató y qué les gustó o desagradó del mismo. Podemos utilizar
como estrategia una planificación de “tareas” a completar del fin de semana, el terapeuta
puede organizar con el o los pacientes en un grupo de ocio actividades de fin de semana, con
una guía de preguntas a completar sobre el programa visto, esta guía servirá de apoyo de
terceros. Por ejemplo, de qué se trató, cómo se llamaban los personajes principales, qué
personaje le gustó más, etc. Es decir, facilitar la identificación de indicadores de interés. Se
sugiere que esta actividad sea realizada en primer lugar con alto apoyo de terceros en algún
espacio de terapia, así el paciente tendrá un modelo de comportamiento a incorporar. Los
clubes de fin de semana son de gran utilidad para organizar y realizar actividades de ocio y
esparcimiento con la coordinación de algún terapeuta o asistente. Recordemos que las
actividades de ocio y esparcimiento son un modelo de menor exigencia de comportamiento, lo
cual facilita el ensayo y error sin la presión del resultado final. En estas actividades podemos
también trabajar el arreglo personal, la higiene, el vestido, la comunicación interacción, etc.
sin la presión que sentimos en la realización de actividades productivas. Podemos motivar al
paciente a arreglarse y vestirse para una salida de fin de semana. Así le damos el propósito al
arreglo personal el cual facilita la motivación y significado.
En esta área también podemos incluir las actividades artesanales, recordemos que el
contexto y significado personal es el que define el valor o categoría de la actividad. Una
actividad de telar puede ser considerada como productiva si se realiza en un contexto laboral o
de terapia, pero si esta se realiza en el sillón de nuestra casa mientras miramos televisión
puede tener el valor de una actividad de esparcimiento u ocio. La persona es la que define el
dilema de diferenciación de las áreas del desempeño ocupacional, es el valor que ella le da no
el valor que tiene para el terapeuta! Entre las actividades de ocio y esparcimiento podemos
incluir, mirar televisión, jugar en el ordenador, buscar información en Internet, realizar juegos
de mesa, caminar, escuchar música, mirar un partido, jugar algún deporte, realizar una
artesanía, hacer jardinería, leer, descansar, pasear la mascota, tener un hobby, ir al cine o
teatro, realizar actividades sociales, realizar ejercicios, entre otros. Finalizando, ser capaz de
elegir y disfrutar actividades de ocio y esparcimiento es esencial para la salud (Early, 1996).
Las personas con problemas mentales muchas veces tienen dificultades en identificar
actividades de interés, los terapeutas ocupacionales debemos facilitar la exploración de
nuevas ocupaciones de tiempo libre que mejoren el equilibrio ocupacional de las personas.
Recordando el alto apoyo de terceros que necesitan en actividades no obligatorias. Se debe
facilitar la identificación, la organización y el desempeño de actividades de tiempo libre tanto
en la rutina cotidiana semanal, como en el fin de semana.
9. ESTUDIO DE CASO
Paciente que es derivado por el director del hostal al hospital de día con el objetivo de
organizar su rutina, integrarlo en espacios grupales y disminuir su tiempo ocioso. En el
informe de derivación en médico tratante lo describe como un paciente tranquilo, aislado y sin
ningún tipo de participación en las actividades. En forma quincenal sus dos hijos, Malena de 5
años y Julián de 7 años concurren al hostal a visitarlo. Antonio los espera con ansiedad y
alegría, pero luego durante el tiempo de visita no logra compartir ni comunicarse con sus
hijos. Antonio pasa todo el día tocando su guitarra encerrado en la habitación.
Luego fue motivado para armar una carpeta que facilitara el orden y cuidado de sus
partituras. Después de cada actividad nueva, Antonio necesitaba volver a sólo ser el músico
del taller. Esto fue considerado como una pausa terapéutica en su rutina, se abre, comparte y
vuelve a sí mismo a procesar la información. Es sabido que los pacientes con esquizofrenia
tienen saturación de estímulos sensoriales y necesitan descansos o momentos de asilamiento
durante las actividades, en este caso el descanso era volver a su “centro” a reforzar su
identidad ocupacional y no sentirse amenazado por tanta “socialización y apertura”. Los
tiempos con los pacientes con esquizofrenia crónica son largos, pero esto no quita que no sean
fructíferos en su tratamiento. Luego de esta etapa de apertura y refuerzo, llegó el momento de
ocuparse del encuentro con sus hijos, su médico manifestó que los chicos ya no concurrían tan
frecuentemente y que consultaba a terapia ocupacional para ver si podíamos hacer algo? Qué
desafío! En momentos informales Antonio comentaba la visita de sus hijos, pero al
preguntarle qué hacían juntos, sonreía y no decía nada más. Los cuidadores del hostal
comentaban que el los recibía pero que al rato los chicos miraban televisión en el salón y
Antonio tocaba la guitarra solitariamente. En esta etapa se vio conveniente comenzar a
realizar un tratamiento más individual, se organizó una entrevista para evaluar que pensaba y
que le preocupaba de ese rato de visita. Por el grado de enfermedad de Antonio era imposible
en ese momento pensar en responsabilidades del rol de padre. Durante la entrevista Antonio
manifiesta que está preocupado porque sus hijos no concurren tan frecuentemente como antes,
que están solo un rato y se van. El paciente pudo identificar situaciones reales que le
preocupaban, mucho más de lo que cualquiera hubiera pensado. Entonces en ese mismo
momento la terapeuta ocupacional le comenta que ella conoce niños de esa edad y que
habitualmente les gusta jugar, pintar e ir a la plaza. Por ello se le propone participar en uno de
los talleres de terapia ocupacional para preparar y construir el mismo material de juego
(pinturas, carpetas con dibujos, juegos de mesa, etc) y aprender juegos en el ordenador o
computadora. A partir de ese momento Antonio participaba dos días por semana en los talleres
de producción y reciclado de juguetes de la institución, luego sus compañeros le enseñaron
juegos en el ordenador, muchos de ellos relacionados a la música! Así se fue construyendo su
rol de padre con ocupaciones que servían de puente y conexión con sus hijos. Nuevamente la
magia de la actividad estuvo presente.
FIGURA 7
Luego de construir las bases de la relación terapéutica los objetivos planificados fueron:
Recordemos que los objetivos son renovables, al alcanzar estos “simples” objetivos los
renuevo y mido nuevamente el alcance y grado de apoyo.
1
Es importante clarificar que no se consideró identificar o explorar actividades de interés, ya que en esa etapa de
tratamiento la actividad estaba identificada (tocar la guitarra), y se decidió partir desde el lugar en que se
encontraba el paciente.
evidencia (exige usar un lenguaje apropiado al interlocutor y sustentar la intervención en
fundamentos teóricos y de investigación). La planificación del tratamiento incluye la
identificación de problemas ocupacionales que deben priorizarse para la planificación de
objetivos de tratamiento. Estos objetivos deben ser medibles, comportamentales, observables,
alcanzables en el tiempo y relevantes a las necesidades del paciente. Existen muchas maneras
de alcanzar los objetivos, diferentes teorías guiarán las modalidades y estrategias de
intervención. Lo importante es tener sustento teórico en dónde descansar y fundamentar
nuestras intervenciones cotidianas, el hacer por hacer no es Terapia Ocupacional. Las
actividades ofrecidas en la terapia deben estar relacionadas a los roles de vida de la persona
asistida, y el razonamiento clínico del terapeuta debe tener claro el grado de apoyo de terceros
que requiere para poder asistir, graduar o adaptar la actividad para facilitar la autonomía de la
persona.
10. ¿Qué estrategias puede considerar para el tipo de dificultades antes presentadas?
12. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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