Capitulo 9 Proceso TO en SM

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Referencia bibliogrática:

Autores: Sánchez, O; Polonio, B. & Pellegrini, M. (2013). TERAPIA OCUPACIONAL


PSICOSOCIAL, teoría y técnicas para la autonomía personal. Editorial Medica
Panamericana. España.

Capítulo 9

PROCESO DE TERAPIA OCUPACIONAL

Mariel Pellegrini Spangenberg

1. Objetivos
2. Introducción
3. Conceptos básicos
3. 1. La ocupación en la vida
3. 2. La relación terapéutica en Terapia Ocupacional
3. 3. Cualidades terapéuticas
3. 4. Técnicas para desarrollar la relación terapéutica en salud mental
4. Visión general del proceso de Terapia Ocupacional
4. 1. La evaluación
4. 2. La intervención
4. 3. Los resultados
5. Razonamiento clínico del terapeuta ocupacional en salud mental
6. Planificación del tratamiento
7. Planificación y redacción de objetivos de tratamiento en salud mental
8. Identificación de principios y métodos de tratamiento
8. 1. Principios generales
8. 2. Destrezas de la vida cotidiana
8. 3. Destrezas de productividad
8. 4. Destrezas de tiempo libre
9. Estudio de caso
10. Resumen del capítulo
11. Preguntas de autoevaluación
12. Referencias bibliográficas
1. OBJETIVOS
 Conocer integralmente el proceso de Terapia Ocupacional en salud mental
 Identificar y fundamentar la intervención de Terapia Ocupacional
 Desarrollar el razonamiento clínico del terapeuta ocupacional en salud mental
 Conocer estrategias de intervención específicas de la disciplina
 Desarrollar conocimientos en la planificación y redacción de objetivos ocupacionales
 Incrementar destrezas en la resolución de problemas de intervención terapéutica

2. INTRODUCCION
La filosofía que rodea y acompaña toda intervención de Terapia Ocupacional es asistir
a otra persona (paciente, usuario, cliente o asistido)1 a desarrollar y utilizar sus habilidades de
la manera más funcional y autónoma posible. El proceso de tratamiento tiene este objetivo
final.

En primer lugar es importante clarificar algunos términos que serán utilizados durante
el desarrollo de este capítulo. El concepto de ser humano “funcional se utiliza cuando la
persona es capaz de cumplir con las exigencias de sus roles ocupacionales, es decir, realizar
de la manera más autónoma posible las actividades y las tareas relacionadas o exigidas a sus
roles ocupacionales. Por ejemplo, el seños Juan de 35 años de edad desempeña los roles
ocupacionales de estudiante universitario, trabajador, amigo, miembro de familia (hijo,
esposo). Juan es considerado funcional si cumple con las exigencias y expectativas internas y
externas de esos roles. Si tomamos en análisis uno de esos roles, el de estudiante podemos
considerar que las expectativas internas y externas del rol de estudiante son: ir a la
universidad, pagar las cuotas, estudiar, rendir exámenes y recibirse. El término autónomo está
relacionado al concepto de apoyo de terceros. Una persona puede ser autónoma para la
realización de sus tareas cotidianas con cierto grado de apoyo de terceros. Este apoyo de
terceros pueden ser adaptaciones o graduaciones de los objetos o tareas, o también incluye el
apoyo o asistencia de otra persona. Con lo cual si revisamos la frase original dijimos que toda
intervención de Terapia Ocupacional tiene el objetivo de asistir a otra persona (paciente,
usuario, cliente o asistido) a desarrollar y utilizar sus habilidades de la manera más funcional
y autónoma posible, implica poder facilitar en desempeño de sus roles ocupacionales con el

1
Estos términos van a ser utilizados de manera indistinta sin desconocer que tienen connotaciones diferentes.
grado de apoyo de terceros necesario.

Desde el momento en que el terapeuta recibe la derivación o información de la


concurrencia de un usuario al servicio de Terapia Ocupacional cada acción debe estar dirigida
hacia esta meta. Nada de lo que hagamos debe estar fuera de esa filosofía. El terapeuta
ocupacional debe incluir, de la mejor manera posible, al paciente y su familia en el proceso de
tratamiento, explicando el cómo y el porqué de la intervención ocupacional. Esta es una
manera respetuosa de realizar la terapia y de facilitar la involucración y compromiso en el
tratamiento.

Este capítulo va a proveer una revisión general del proceso de Terapia Ocupacional,
profundizando en aspectos o ejes de contenido prácticos que faciliten al lector su aplicación
en el ejercicio profesional como terapeuta ocupacional en salud mental. No se detendrá en
profundizar cada una de las etapas del proceso de Terapia Ocupacional ya que este está
ampliamente presentado en el Marco de Trabajo de Terapia Ocupacional (AOTA, 2008). El
proceso de evaluación del usuario sólo se nombrará en este capítulo, ya que el lector
encontrará el desarrollo de este tema en el capítulo 13 de este libro. Se trabajarán conceptos
relacionados al desarrollo del razonamiento clínico, es decir, al proceso complejo de
emociones y conocimientos con el cual el terapeuta analiza la situación del paciente y genera
ideas para la intervención. También se presentarán guías para la redacción de objetivos de
tratamiento y de informes o registros del servicio de Terapia Ocupacional. Para finalizar se
presentarán las estrategias más frecuentes de intervención para personas con problemas de
salud mental.

3. CONCEPTOS BASICOS

3. 1. LA OCUPACIÓN EN LA VIDA
Las personas con problemas mentales tienen dificultad no sólo con el control de sus
pensamientos y sentimientos, frecuentemente presentan problemas en realizar las actividades
cotidianas, que la mayoría de las personas las consideramos dadas. Terapia Ocupacional es un
recurso importante para tratar este tipo de problemas. Los terapeutas ocupacionales somos
especialistas en la vida cotidiana, es decir, facilitamos la organización y desempeño de las
actividades diarias de manera funcional y autónoma. En esta consideración de actividades
diarias están incluidas todas las áreas del desempeño ocupacional: actividades de la vida
diaria (AVD), actividades de la vida diaria instrumentales (AVDI), educación, trabajo,
participación social, juego y esparcimiento u ocio (AATO, 2008).

Al pensar las actividades de manera funcional ya sabemos que incluye una relación
directa con los roles ocupacionales del usuario, por ello, estas deben ser actividades
significativas y con propósito. Las vidas de los seres humanos están comprometidas en
cientos de actividades que ocupan sus horas de vigilia. Estas ocupaciones tienen un profundo
impacto en cómo la persona se siente física, emocional y espiritualmente (Pellegrini, 2007).
Las ocupaciones pueden proveer sentido de satisfacción y bienestar, o pueden crear niveles de
estrés, desequilibrio e insatisfacción. Desde las Ciencias de la Ocupación, la Terapeuta
Ocupacional Florence Clark (2001), define ocupación “como las actividades individual y
culturalmente significativas en las cuales los seres humanos se comprometen”. Aquí, el
énfasis está en el significado de las ocupaciones tienen para cada persona. Todas las
actividades que los individuos realizamos están consideradas en la categoría general de
ocupación. El foco central está ubicado en “cómo el individuo elije y orquesta sus
ocupaciones en el fluir de la vida y cómo, en el tiempo, las ocupaciones definen la esencia de
la persona, la identidad moral y dan origen a ciertos modos de pensar” (Zemke & Clark,
1996). En 1990, Elizabeth Yerxa sostuvo que el ser humano es un ser ocupacional y el
impulso de estar ocupado tiene raíces evolutivas, psicológicas, sociales y simbólicas. Por ello,
solo una actividad con propósito iniciada por persona, es una ocupación. Desde esta
concepción se amplia el significado de la ocupación, se puede sostener que el propósito de
una ocupación tiene lugar sólo dentro del contexto de la vida de cada persona, siendo este el
autor de su propia historia (Pellegrini, 2007). Las personas hacen elecciones de ocupaciones,
las cuales comprometen sus días y al hacer esto, se desarrolla su identidad ocupacional, y se
constituyen en seres ocupacionales. Según Hasselkuss (2002), el significado de una ocupación
emana del realizarse como persona, crecer y transformarse. Los terapeutas ocupacionales
facilitan la realización personal del paciente. Esta facilitación incluye un análisis minucioso
de las ocupaciones, analizando las exigencias de la tarea, contexto, roles de las personas,
diagnósticos médicos, limitaciones y fortalezas de la persona y su familia (Pellegrini, 2007).
Todas las actividades que realiza el ser humano, tienen forma en diferentes contextos, no
siempre es posible clasificar las ocupaciones basándose sólo en el conocimiento de las
mismas aisladamente. Conociendo los contextos en que la ocupación tiene lugar, es dónde se
puede discernir en qué área del desempeño se la puede categorizar. Por ejemplo, escribir
puede ser categorizado como una actividad de ocio (al escribir una carta relatando las últimas
vacaciones) o como una actividad educativa o laboral (al hacer una nota formal al gerente de
una empresa) o como una actividad necesaria para el automantenimiento (como en el caso de
completar un cheque para pagar un servicio). Sólo considerando las ocupaciones en los
contextos donde ellas tienen lugar, es cuando el terapeuta ocupacional puede clasificarlas.

Para finalizar el tema de las ocupaciones, reflexionaremos sobre las dos dimensiones
que toda actividad tiene: una visible en la cual se incluye el desempeño o ejecución de la
tarea, lo observable; y otra dimensión invisible, no observable ni concreta. Esta incluye el
significado que esta ocupación tiene para la persona, es el modo en que el individuo
caracteriza esa ocupación en términos personales relevantes. Como las ocupaciones
significativas son la dimensión invisible y no observable, para conocer el significado que
tienen para los pacientes sólo se logra PREGUNTANDOLES a ellos, escuchando sus historias
cuidadosamente, con el tiempo necesario para comprender las situaciones desde sus puntos de
vista. El programa terapéutico será efectivo solo si el terapeuta ocupacional es capaz de
diseñar experiencias terapéuticas que “encajen” dentro de los contextos de vida de las
personas asistidas. En el proceso terapéutico de terapia ocupacional se incorpora el
significado de la ocupación, lo invisible, y el desempeño valorable, lo visible. Así se facilita
construir historias terapéuticas en donde los pacientes pueden nutrirse y sostener la
recuperación y adaptación; proveyendo coherencia para desarrollar una vida significativa.
Desde este razonamiento clínico lo central del proceso terapéutico es poder descubrir el
significado y facilitar el desarrollo de ocupaciones con propósito para la persona. Ahora
estamos en condiciones de preguntarnos ¿qué pasa o cómo hacemos un proceso terapéutico
significativo y con propósito en personas con trastornos mentales?

3.2. LA RELACIÓN TERAPÉUTICA EN TERAPIA


OCUPACIONAL
Un tratamiento requiere de colaboración mutua entre el paciente y el terapeuta,
sostenida por la relación terapéutica. Esta tiene elementos centrales que la sustentan. Sin ellos
la Terapia Ocupacional puede reducirse sólo a la aplicación estéril de conocimientos
científicos en vacío. Tener interés en asistir a otra persona es una de las razones por la cual
muchos estudiantes elijen Terapia Ocupacional. Nosotros como profesionales especialistas en
la ocupación asistimos a los pacientes primeramente utilizando actividades, la ocupación es lo
central en la terapia; también los ayudamos del modo en que nos relacionamos con ellos,
motivándolos a ser más conscientes de sus habilidades y a aumentar su certeza o locus de
control interno y desarrollar la imagen de sí mismos. El relacionarse con otras personas es
una destreza utilizada por todos los profesionales de la salud, exige la habilidad para escuchar
y comunicarse con otra persona. Relacionarse con las personas con problemas mentales
requiere de destrezas mucho más altas que el relacionarse con las personas en general. Los
pacientes psiquiátricos, muchas veces no han tenido muchas o buenas experiencias al
relacionarse con otras personas, no se han hecho comprender, no han manifestado sus
necesidades de una manera socialmente aceptable, no han podido identificar manifestar
claramente sus sentimientos frente a una situación, y así podríamos enumerar muchos otros
ejemplos. Ser consciente de sí mismo y del paciente y ser capaz de saber manejar y controlar
que comunicamos como terapeutas es lo que se denomina el uso terapéutico del Yo. El Marco
de Trabajo de Terapia Ocupacional de la AOTA (2008), lo define como “el uso planificado de
la personalidad, introspección, percepciones y juicio del profesional de terapia ocupacional
como parte del proceso terapéutico”. Es importante clarificar que es un modo diferente de
relacionarnos, ya que el propósito de esta relación es distinto a nuestras relaciones con el resto
de las personas. La relación terapeuta - paciente no es igualitaria. El paciente espera que el
profesional, en este caso el terapeuta ocupacional sea capaz de ayudarlo con sus problemas,
que lo ayude a sentirse mejor; en cambio las expectativas del terapeuta son de ayudar a la
persona asistida. El propósito de esta relación es ayudar al paciente a identificar los problemas
cotidianos, planificar metas y objetivos razonables de intervención y llevar a cabo el
tratamiento para trabajar en base a esos objetivos. Early (1996), sostiene que para comprender
la naturaleza de la relación terapéutica es útil entender dos importantes diferencias que existen
entre esta relación y la relación que uno puede tener por ejemplo con un amigo. La primera
diferencia es que en la relación con un amigo ambos esperan algo del otro; en cambio en la
relación terapéutica el paciente espera recibir ayuda y el terapeuta espera poder ayudarlo, pero
ninguna expectativa de devolución de esa ayuda es esperada. La segunda diferencia es que en
una relación de amigos ambas partes son responsables de sostener la relación. En cambio,
sostiene Early, en la relación terapéutica, el terapeuta es responsable del desarrollo y
mantenimiento de una buena relación con el paciente. Relacionarse con los pacientes es una
destreza, y como toda destreza se desarrolla con la experiencia, sólo con esfuerzo y práctica.

3. 3. CUALIDADES TERAPÉUTICAS

 EMPATÍA: Es la habilidad de comprender como la otra persona se siente, ponerse en


su lugar sin confundirse. El terapeuta no sólo debe tratar de ver las situaciones desde
la perspectiva del paciente sino esforzarse por ponerse en su lugar. El escuchar lo que
el paciente dice y estimularlo a ampliar los puntos de vista colabora a comprender sus
sentimientos. Cuando el paciente siente que el terapeuta realmente comprende lo que
le pasa, este disfrutará de poder comunicar más sobre sí y el compromiso con el
tratamiento se incrementa.

 SENSIBILIDAD: En la relación terapéutica, esta cualidad es tener una alerta hacia las
necesidades del paciente, es leer los mensajes que da, principalmente los no verbales
(lenguaje corporal, mirar hacia abajo, morderse los labios, cerrar el puño, etc).

 RESPETO: El paciente necesita ser reconocido como una persona única, individual,
con intereses y valores propios, los cuales pueden ser muy diferentes a los del
terapeuta. Tener en cuenta las diferencias culturales.

 CALIDEZ: Early (1996) la define como “el sentido de amistoso, interesado y


entusiasta que el terapista contagia. (sonrisa, contacto visual, cercanía física, posturas
del cuerpo, tono de voz y otros comportamientos no verbales). Dependen de cada
situación y de la posibilidad del paciente de tolerar el acercamiento del terapeuta.

 AUTENTICIDAD: Es la habilidad de abrirse a la situación. Para poder lograr esto el


terapeuta debe en primer lugar ser consiente de sí mismo y sentirse cómodo consigo
mismo (aceptar errores, no tener siempre las respuestas, no necesitar ponerse a la
defensiva, etc.).

 ESPECÍFICO: Es el arte de plantear cosas de manera simple, directa y concreta y


focalizar sólo en lo que es más relevante - no inferir.

 INMEDIATEZ O EL AQUÍ Y EL AHORA: Es la práctica de dar una devolución o


feedback justo después de que el evento haya sucedido. También este término incluye
la idea de focalizar la atención del paciente en el aquí y ahora, los pacientes muchas
veces están preocupados en cosas que ellos no tienen control y están menos
capacitados para tomar decisiones reales en la vida cotidiana y de relacionarse con los
demás.

3.4. TÉCNICAS PARA DESARROLLAR LA RELACIÓN


TERAPÉUTICA EN SALUD MENTAL

En realidad podemos hablar de técnicas o características a tener en cuenta, pero estas


no deben considerarse un “listado de recetas”, sino simplemente son estrategias explícitas
útiles para desarrollar una relación terapéutica con personas con trastornos mentales.
En primer lugar, si nos situamos en el primer encuentro con un nuevo paciente, se
puede sugerir hacer un primer encuentro simple y breve. Cuando el paciente se encuentre
en algún espacio común, como el comedor por ejemplo, acérquese y preséntense. De
manera simple describa qué puede lograr del tratamiento en Terapia Ocupacional y
acuerde para un nuevo encuentro. El paciente internado habitualmente en sus primeros
días se siente abrumado de encontrar tanta gente que le hace preguntas. En segundo lugar,
si queremos que él exprese sus sentimientos debemos utilizar un lenguaje y preguntas
apropiadas. Las preguntas abiertas son facilitadoras de la expresión de sentimientos y
emociones. Considere también que si la concurrencia al servicio de terapia ocupacional es
obligatoria para ese paciente, no pregunte si quiere venir, solo diga que es horario de
concurrir a Terapia Ocupacional. Como terapeuta debe respetar los silencios, los propios y
los del paciente. Por otro lado, muchas veces los pacientes encuentran muy difícil
expresarse o sienten que no es interesante lo que él está diciendo, por ello es importante
dar respuestas mínimas (Ajá, uhm, qué más …) es decir, manifestaciones de estar
escuchando e interesado en lo que el paciente dice. Es importante a su vez observar el
lenguaje no verbal o corporal del paciente y facilitar la expresión verbal de los
sentimientos. Ayude al paciente en organizar los temas, en general los pacientes con
problemas de salud mental tienen dificultad en la organización de sus pensamientos e
ideas, de ser necesario pida clarificación del tema al paciente retomando la idea principal
y la secuencia de hechos hasta dónde usted haya comprendido. Finalmente movilice lo
que usted pueda contener, es decir, prometa sólo lo que pueda cumplir y no pregunte
temas que no puede manejar o que están fuera del alcance del servicio poder trabajarlos.

Early (1996), sostiene que es importante a tener en cuenta en toda relación terapéutica
las asociaciones inconscientes se hacen en la relación con otras personas, que
corresponden más al pasado que a la relación actual. A continuación se presentan
brevemente los conceptos de transferencia y la contratransferencia que surgen en una
relación terapéutica. La autora no es una especialista en este tema, pero considera
importante presentarlo para que sea considerado y profundizado por el lector. La
transferencia ocurre cuando una persona (habitualmente el paciente) inconscientemente se
relaciona con el terapeuta como si fuera otra persona. Frecuentemente esa otra persona es
alguien importante en la vida del paciente. Por ejemplo, el paciente comienza a actuar
como si el terapeuta fuera su madre, que siempre lo cuidó y ayudó a enfrentar situaciones
difíciles. La contratransferencia en cambio ocurre cuando el terapeuta inconscientemente
actúa según el rol que el paciente le otorga, en este caso como su madre, y comienza a
hacer favores especiales, lo trata distinto, realiza bromas diferentes con este paciente que
con el resto. Es crucial poder reconocer que la transferencia y la contratransferencia
ocurren en niveles inconscientes; esto hace que sea difícil poder manejarlo. Una relación
terapéutica con estas características no beneficiaría al paciente. Sin embargo, si el
terapeuta puede reconocer la transferencia del paciente podrá moverse del lugar que el
paciente le otorga y tendrá la posibilidad de ofrecer un nuevo modelo de relación. Es
importante que el terapeuta ocupacional tenga esto en consideración y reconozca la
necesidad del autoconocimiento y reflexión que la supervisión o los espacios propios de
terapia podrán ayudarlo.

4. VISION GENERAL DEL PROCESO DE TERAPIA OCUPACIONAL


Como se expresó anteriormente, la idea general que existe detrás de toda intervención
de Terapia Ocupacional es asistir al paciente a desarrollar y utilizar las habilidades que
necesita para poder funcionar de la manera más autónoma posible, dentro de los límites de sus
posibilidades, mejorar su salud y su participación ocupacional. El Marco de Trabajo para la
Práctica de Terapia Ocupacional: Dominio y Proceso (AOTA, 2008) presenta en detalle todo
el proceso de Terapia Ocupacional, en este capítulo se hará referencia a lo trabajado en ese
texto a modo de presentación general, y se profundiza en como esos lineamientos pueden ser
aplicados en salud mental. El Marco de Trabajo define el proceso de Terapia Ocupacional
como: “el modo en que los profesionales de terapia ocupacional ponen en práctica sus
conocimientos para proporcionar servicios a los clientes”. El proceso incluye la evaluación,
la intervención y el seguimiento de los resultados.

4. 1. LA EVALUACIÓN 1

La evaluación se centra en buscar información sobre lo que el paciente quiere y


necesita hacer, determinar lo que el paciente puede hacer y ha hecho, e identificar los factores
que actúan como apoyo o limitación a la salud y la participación. Este incluye el perfil
ocupacional y el análisis del desempeño ocupacional.

EL PERFIL OCUPACIONAL: es el primer paso en el proceso de evaluación y nos


proporciona un conocimiento del historial y experiencias ocupacionales del cliente, sus
patrones de vida, intereses, valores y necesidades. Se identifican los problemas y

1
En el capítulo 13 se encuentra el detalle del proceso de evaluación de Terapia Ocupacional en Salud Mental.
preocupaciones del cliente acerca de llevar a cabo sus ocupaciones y las actividades de la vida
diaria, y se determinan las prioridades del cliente (AOTA, 2008).

EL ANÁLISIS DEL DESEMPEÑO OCUPACIONAL: es el paso del proceso de


evaluación en el que se identifican de manera más específica los problemas actuales y
potenciales del cliente. A menudo se observa el desempeño en su entorno real para identificar
qué factores facilitan el desempeño y cuáles lo limitan. Se tienen en cuenta las destrezas y los
patrones de ejecución, el entorno y contextos, las demandas de actividad y las características
del cliente, pero sólo se seleccionan aquellos aspectos que pueden ser evaluados
específicamente. Se identifican los resultados que se deseen (AATO, 2008).

4. 2. LA INTERVENCIÓN

El proceso de intervención consiste según el Marco de Trabajo (AATO, 2008) en


facilitar la participación en la ocupación relacionada con la salud, a través de las medidas
adoptadas por los profesionales de Terapia Ocupacional en colaboración con el cliente. La
información obtenida en el proceso de evaluación es utilizada para organizar el plan de
intervención, la aplicación de la intervención y la revisión de lo hecho.

PLAN DE INTERVENCIÓN: El plan guiará las acciones tomadas que se desarrollarán


en colaboración con el cliente. Estará basado en una selección de teorías, marcos de referencia
y evidencia. Se confirman los resultados que se deseen (AOTA, 2008).

LA APLICACIÓN DE LA INTERVENCIÓN: Son las acciones en curso que se toman


para influir y apoyar el progreso en el desempeño del cliente. Las intervenciones se dirigen
hacia los resultados identificados. Las respuestas del cliente se supervisan y se documentan.

REVISION DE LA INTERVENCIÓN: Una revisión del plan de intervención y del


proceso así como del progreso hacia los resultados esperados.

4. 3. LOS RESULTADOS

El resultado global del proceso de la intervención de Terapia Ocupacional es apoyar la


salud y la participación en la vida mediante el compromiso con las ocupaciones. Los
resultados se definen como dimensiones importantes de la salud, que se atribuyen a las
intervenciones, e incluye la capacidad para la función, las percepciones de salud y la
satisfacción con el cuidado. Son el resultado final del proceso de Terapia Ocupacional y
describen lo que puede lograr la intervención de terapia ocupacional con los clientes. (AOTA,
2008). Ahora bien, pero ¿cómo se aplica el proceso de terapia ocupacional en personas con
problemas de salud mental?

5. RAZONAMIENTO CLÍNICO DEL TERAPEUTA OCUPACIONAL EN


SALUD MENTAL

Cuando el terapeuta se enfrenta a la tarea de desarrollar un plan de tratamiento que sea


significativo y que esté relacionado a la vida de la persona con problemas mentales, necesita
un acercamiento lógico para obtener información acerca del paciente y utilizar esto para la
planificación de objetivos y métodos de intervención. Entiéndase como acercamiento lógico
aquel que el terapeuta planifica y tiene “control” desde su razonamiento clínico. Dentro de
este “control” incluimos el análisis de las ocupaciones y sus contextos, objetivos alcanzables,
comportamentales y medibles en el tiempo, desafío justo de las actividades ofrecidas en la
terapia (alcanzables para el paciente), graduación del apoyo de terceros, etc. Todo lo que se
ofrece en la terapia no es por casualidad, el terapeuta debe tener claro las razones de sus
estrategias y medios utilizados en la terapia desde su razonamiento clínico. Se define como
razonamiento clínico al conjunto de sentimientos y conocimientos que el terapeuta
ocupacional tiene, por ello puede sostenerse que requiere arte y ciencia. El profesional debe
poder seleccionar las técnicas, métodos y teorías que sean más eficientes y optimas para cada
paciente. Rogers (1983) ha identificado una serie de preguntas que faciliten la reflexión
profesional en la toma de decisión, estas se encuentran en la figura 1.

FIGURA 1

La primera pregunta es “cómo es el estado o nivel funcional del paciente?, es una


pregunta de valoración. Antes que el terapeuta comience a pensar en los objetivos y
estrategias del tratamiento debe conocer y comprender quién es el paciente, qué problemas
tiene, qué fortalezas tiene, y cuáles son las cosas que lo motivan para el tratamiento?. El
terapeuta ocupacional analiza los datos obtenidos del proceso de evaluación para responder a
estas preguntas. El tratamiento no es “inocente” o de “casualidad”, este debe tener certeza y
sustento en los datos obtenidos. Por esto debemos ser cuidadosos en la selección de las
evaluaciones que utilizaremos para la valoración del paciente, no todas las evaluaciones son
útiles o posibles para todos pacientes o para todos los contextos. El terapeuta selecciona los
instrumentos de evaluación en base a los datos que tiene del paciente como edad, diagnóstico,
roles ocupacionales pasados y actuales, historia, y dispositivo y tiempo de tratamiento. No es
lo mismo el tratamiento de un paciente con diagnóstico de esquizofrenia que un paciente con
trastorno bipolar internado por un episodio maníaco, que seguramente a diferencia del anterior
no necesitará tratamiento en sus actividades de la vida diaria.

Para responder a la segunda pregunta, ¿cuáles son las opciones posibles? El terapeuta
debe respaldarse en sus conocimientos teóricos y experiencia profesional, revisar que
opciones fueron útiles en otros pacientes de similar situación, que dice la bibliografía de la
disciplina sobre casos similares para finalmente tener un borrador de ideas posibles de
tratamiento.

La tercer pregunta ¿qué debería hacerse?, está relacionada a los aspectos éticos del
tratamiento. Como Rogers (1983) sostiene, “Simplemente porque un objetivo parezca
técnicamente posible no significa que debe considerarse como tal”. Este en la manera de lo
posible debe ser pensado con el paciente, el terapeuta debe tratar de persuadirlo para que el
paciente acepte el tratamiento que el terapeuta considera que es la mejor opción para esa
persona en ese momento y contexto. Muchas veces por el contexto, diagnóstico y estado del
paciente esta situación puede convertirse en un dilema ético para el terapeuta. Sólo la madurez
del razonamiento clínico puede darnos certeza sobre la elección tomada.

6. PLANIFICACION DEL TRATAMIENTO

El tratamiento de Terapia Ocupacional está pensado para lograr facilitar el desempeño


ocupacional autónomo, coherente con los roles de la persona. Esto es un verdadero desafío
para los terapeutas en salud mental. Las personas con problemas mentales tienen grandes
dificultades en la expresión de sus sentimientos, manifestación de intereses y organización de
las tareas, por ello los conocimientos teóricos y clínicos del terapeuta no siempre son
suficientes para tomar la decisión correcta. Muchas veces sabemos que el paciente tiene como
diagnóstico algún tipo de esquizofrenia y que esto le acarrea dificultades en el desempeño
funcional, por ejemplo, del rol de estudiante desde hace un año y medio. Su arreglo personal e
higiene se encuentran deteriorados y su habilidad para organizarse en su dieta diaria es
marginal. A diferencia del tratamiento en disfunciones físicas, en el campo de la salud mental
no tenemos una radiografía o un estudio que determina el nivel de la lesión y por ende el nivel
de disfunción. En salud mental, sabemos que la medicación puede tratar algunos síntomas,
pero no se tiene certeza de las causas de la esquizofrenia y de los tipos de tratamiento. La
investigación en nuestra disciplina en este campo es un camino a seguir desarrollando.

Mientras tanto, ¿cómo podemos ayudar al paciente? Deberíamos en primer lugar


revisar los resultados del proceso de evaluación para poder identificar los problemas y
dificultades en el desempeño ocupacional, luego se deben identificar las potencialidades o
fortalezas del paciente y las debilidades o limitaciones. Este punto es esencial, habitualmente
los terapeutas podemos dar un listado enorme de las limitaciones y dificultades del paciente,
pero no resaltamos ni podemos dar cuenta las fortalezas y potencialidades. De mi parte
sugiero hacer un listado con dos columnas, una de ellas con las limitaciones y dificultades
observadas e identificadas en el paciente y en la segunda columna con las potencialidades o
fortalezas. Veremos que inicialmente nuestro listado de limitaciones será mucho mayor que el
de potencialidades, pero ¿cómo podemos pensar un tratamiento holístico y motivador si sólo
vemos el lado vacío de la botella?. Luego de la identificación de fortalezas y limitaciones se
elaboran los objetivos a largo y corto plazo, es importante poder seleccionar y priorizar
objetivos de tratamiento, no todo es posible en el mismo tiempo, existen etapas que deben
poder organizarse en pasos alcanzables, como los peldaños de una escalera. No podemos
esperar llegar al quinto piso si aun no hemos llegado al primero, aunque esto parece obvio, no
lo es en el hacer profesional. Muchas veces los objetivos son tan generales o tan amplios que
nunca se alcanzaran en esta etapa del tratamiento. Por ejemplo, si decimos desarrollar la
autonomía en las actividades de la vida diaria, es un objetivo tan amplio que no se renovará
nunca, ya que incluye tantas actividades que es imposible medirlas y tratarlas en la misma
etapa. Por ello hablamos de poder PRIORIZAR los objetivos, esto significa dar un orden de
importancia o urgencia según el contexto, paciente y momento de la enfermedad. En muchos
casos, especialmente en pacientes crónicos, luego de la evaluación podríamos hacer un listado
de quince o veinte objetivos a trabajar, pero no todos tienen el mismo nivel de urgencia o
importancia. Algunos objetivos por su naturaleza deben alcanzarse antes que otros. Por
ejemplo, primero necesita desarrollar algunas habilidades en el reconocimiento del dinero y
recién luego en el manejo del presupuesto. Ya hemos presentado cuatro etapas (revisión de
resultados de la evaluación, identificación de problemas de desempeño, identificación de
fortalezas y limitaciones y planificación de objetivos), en quinto lugar podemos incluir la
identificación de principios de tratamiento y finalmente la selección de métodos de
intervención. Estos puntos se desarrollarán en profundidad en este capítulo, pero me gustaría
reflexionar en relación a los roles que habitualmente tenemos los terapeutas en las
instituciones. Hemphill, B. (1990) sostiene que muchas veces el rol del terapeuta ocupacional
es el de “proveedor de actividades”. Las actividades proveídas son artesanías, juegos de salón,
talleres de manualidades, estos pueden distraer al paciente de su enfermedad pero no ayudan
al paciente a desarrollar las habilidades que necesita para vivir fuera de la institución y
sobrevivir en su comunidad. Ella recomienda que los terapeutas nos focalicemos en
desarrollar la autonomía, utilizando o no estas actividades.

7. PLANIFICACIÓN Y REDACCIÓN DE OBJETIVOS DE


TRATAMIENTO EN SALUD MENTAL

Para poder planificar objetivos de tratamiento en personas con problemas de salud


mental, debemos en primer lugar clarificar algunos términos que muchas veces se utilizan sin
tener el claro el significado de los mismos. Esto es importante para el desarrollo del
razonamiento clínico del terapeuta ocupacional, el cual se utiliza no solo para la toma de
decisiones en el tratamiento sino para fundamentar teóricamente su postura y rol profesional.

Recordemos que el objetivo de la intervención de terapia ocupacional esta dirigido a


ayudar al paciente/cliente a funcionar de la manera más autónoma posible, dentro de los
límites de su diagnóstico y contexto.

Bonder (1995) y Early (1996) sostienen que existen cuatro categorías de intervención
en Terapia Ocupacional: tratamiento (otras veces llamado restauración funcional),
mantenimiento de la función, rehabilitación, y prevención. El foco de la intervención difiere,
dependiendo de dichas categorías. El tratamiento o restauración funcional se dirige a
cambiar o modificar el proceso subyacente de la enfermedad; los principios y técnicas de la
integración sensorial se incluyen en esta categoría. Early (1996) sostiene que no es claro que
la intervención de terapia ocupacional realmente afecte el proceso subyacente de la
enfermedad en la mayoría de los desórdenes psiquiátricos. No conocemos aún lo suficiente
del proceso subyacente de la enfermedad para afirmar o refutar esto. El mantenimiento de la
función esta dirigido a asistir al paciente/cliente a utilizar las capacidades remanentes que
tiene. Frecuentemente este es el foco de la intervención en pacientes/clientes con
enfermedades crónicas o progresivas tales como la esquizofrenia y las enfermedades mentales
orgánicas. Dentro de este enfoque el terapeuta ocupacional focaliza la intervención en crear
ambientes que sostengan y estimulen al paciente en cuidar de sus necesidades y hacerse cargo
de su propia vida, del modo que él pueda hacerlo, durante el mayor tiempo posible. Así
terapia ocupacional asiste al paciente/cliente en mantener sus habilidades funcionales. La
rehabilitación está focalizada en restaurar las habilidades del paciente para funcionar luego
que el proceso de enfermedad esta siendo tratado médicamente. El paciente/cliente pierde su
habilidad para funcionar como resultado de la enfermedad; esta pérdida de función
frecuentemente es llamada discapacidad residual. Mismo si el proceso de enfermedad ha sido
estabilizado (en psiquiatría esto ocurre frecuentemente con la prescripción de psicofármacos),
el paciente/cliente no puede desempeñar sus actividades de la vida diaria y llevar a cabo sus
roles ocupacionales como antes de la enfermedad. El término habilitación es utilizado en
cambio, para distinguir la intervención en pacientes/clientes quienes nunca antes habían
desarrollado esas habilidades funcionales. Por último la prevención esta dirigida a intervenir
antes de que ocurra la disfunción. Habitualmente se aplica cuando se atacan las causas del
problema frente a situaciones de riesgo de disfunción. Un ejemplo es un grupo de actividades
de apoyo para hijos de padres alcohólicos.
Manteniendo estas categorías en mente, cada objetivo puede ser escrito en una frase de
modo que se focalice en la rehabilitación, habilitación, mantenimiento de la función, o
prevención. Los objetivos deben comenzar siempre con verbos, tales como, “desarrollar,
restaurar, aumentar...” indicando el énfasis en la rehabilitación o habilitación. El
mantenimiento de la función se focaliza en los objetivos comenzando “mantener la habilidad
para”, y en la prevención los objetivos se focalizan comenzando “prevenir la disfunción en la
habilidad para”. Los verbos o acciones que aquí se presentan, son sólo a modo de ejemplo. Lo
importante es que todos son SIEMPRE objetivos del paciente. Es decir, queremos que el
paciente incremente, aumente, disminuya, etc..... por eso no podemos incluir nuestros
objetivos como terapeutas o nuestras estrategias en la planificación de los objetivos del
paciente. Por ejemplo si decimos como objetivo: facilitar el desarrollo de las actividades de
arreglo personal o estimular la autonomía en el vestido, estas son estrategias u objetivos del
terapeuta, no del paciente. Salvo que nosotros quisiéramos que el paciente se estimule o se
facilite. Nosotros vamos a facilitar o motivar la actividad en el paciente, pero no es el objetivo
del paciente.

¿Cómo escribir objetivos de tratamiento funcionales en Terapia Ocupacional?

Los objetivos del plan de tratamiento deben ser escritos de manera que describan lo
más claramente posible que es lo que el paciente va a hacer. Los objetivos deben seguir una
lógica con los problemas que fueron seleccionados por el paciente/cliente y el equipo como
importantes. Cuanto más específica sea la descripción del problema, más fácil será escribir los
objetivos correspondientes. Considere el siguiente ejemplo:

a. El Sr. Juan L. tiene baja autoestima.

b. La Sra. Julia M. tiene pobre sentido de realidad.


En cualquiera de los casos el problema es confuso, ya que no describe el
comportamiento del paciente/cliente (o nada medible u observable) sino un estado interno que
no se puede verificar. Este podría ser convertido en un problema de comportamiento
específico sí se agrega alguna evidencia observable.

Por ejemplo, “el Sr. Juan X. tiene baja autoestima como es evidenciado por su cabello sucio,
el ajamiento de su ropa y la falta de higiene bucal”, es una presentación más orientada
comportalmentalmente. Sin embargo algo cuestionable es, si estos comportamientos reflejan
baja autoestima o quizás otra cosa. Por lo cual es preferible utilizar descripciones que
contengan comportamientos observables en lugar de aquellas que reflejan problemas
intrapsíquicos. A continuación se presentarán algunos ejemplos que coinciden con este
criterio:

a. El Sr. Juan L. tiene pobre higiene, como es evidenciado por su cabello sucio, falta
de higiene bucal y su olor corporal.

b. La Sra. Julia M. no tiene intereses regulares de esparcimiento/ocio excepto mirar


televisión y beber.

c. La Sra. Marina L. ha sido despedida de varios trabajos como resultado de peleas y


discusiones con sus superiores.

Una vez que los problemas han sido adecuadamente descriptos como comportamientos
ocupacionales, los objetivos que corresponden pueden redactarse con claridad y facilidad. Los
objetivos y metas de tratamiento deben ser expresados en términos que describan como el
paciente/cliente va a proceder o que es lo que él hará una vez que los objetivos se hayan
alcanzado. Algunos ejemplos de objetivos a largo y a corto plazo y como el paciente va a
proceder se describen a continuación:

Objetivos a largo plazo

Incrementar el ejercicio de las actividades de la vida diaria.

Objetivos a corto plazo

Desarrollar las destrezas en actividades de arreglo personal, higiene oral, baño/ducha.

Al alcanzar los objetivos propuestos el Sr. Juan L. lavará sus cabellos dos veces a la semana
se bañara diariamente, y lavará sus dientes dos veces al día; en forma autónoma.
A fin de facilitar el aprendizaje y compresión, se presentan a continuación algunos
ejercicios con los casos de la Sra. Julia y de la Sra. Marina antes presentados. La resolución
de los mismos se encuentra al finalizar el apartado. Se debe recordar que en la redacción de
los objetivos no se debe incluir los componentes o destrezas del desempeño, ellos los
consideramos en las adaptaciones, estrategias y graduación de la actividad. Estos pueden ser
considerados integralmente, es decir, como una falla de memoria o de concentración dificulta
la tarea. Pero no se planifican objetivos en relación a los componentes, sino a nivel de la
función ocupacional.

Caso Julia:

Objetivos a largo plazo:

.....................................................................................................................................................

Objetivos a corto plazo:

......................................................................................................................................................

Al alcanzar los objetivos propuestos el paciente:

......................................................................................................................................................

Caso Marina:

Objetivos a largo plazo:

....................................................................................................................................................

Objetivos a corto plazo:

......................................................................................................................................................

Al alcanzar los objetivos propuestos el paciente:

......................................................................................................................................................

Estos objetivos deben estar escritos en términos comportamentales, así todas las
personas (paciente, profesionales, familiares) sabrán cuando los objetivos serán alcanzados.
Por el contrario, es imposible coincidir cuando será alcanzado si el objetivo es presentado de
esta manera: “El Sr. Juan L. aumentó su autoestima”; no es un modo comportamental de
medir el logro.
Early (1996), sostiene que los objetivos deben ser siempre relevantes, comprensibles,
medibles, comportamentales y alcanzables. Un objetivo es relevante cuando refleja la
situación de la vida del paciente y sus metas futuras. Es comprensible cuando es desarrollado
en lenguaje sencillo y en términos observables. Es medible cuando contiene un criterio para
alcanzarlo. El mejor criterio es presentarlo en términos cuantitativos (números), en lugar de
cualitativos. Por ejemplo, “bañarse una vez al día” es adecuadamente más medible que “tener
una adecuada higiene”. De ser posible es importante poder incluir el tiempo o fecha en la cual
el objetivo podría ser alcanzado. Un objetivo es comportamental cuando está focalizado en lo
que el paciente/cliente debe hacer para alcanzar o lograr ese objetivo. Es alcanzable cuando
es algo que el paciente/cliente es capaz de cumplirlo dentro de un período de tiempo
razonablemente corto.

También se debe considerar que los objetivos son renovables, lo alcanzo y lo renuevo. No
hace falta planificar objetivos para toda la vida del paciente.

Ejemplos:

 El paciente será capaz de identificar intereses en actividades de ocio al finalizar tres


semanas con mínimo apoyo de terceros. Al alcanzarlo, se puede renovar por:

 El paciente será capaz de desempeñar dos actividades de ocio durante el fin de semana
con un amplio apoyo de terceros.

 El paciente será capaz de localizar dos recursos comunitarios gratuitos de ocio cercanos a
su hogar, al final de la próxima sesión de tratamiento.

 El paciente iniciará y mantendrá conversación con otra persona del grupo, al menos una
vez durante la sesión.

Es sabido que el comprometer a los pacientes directamente en la selección de los objetivos


y medir los alcances puede ayudarlos a sentirse más independientes y seguros (Early, 1996).
Esta involucración del paciente en seleccionar y definir objetivos para su propio tratamiento
puede estar limitada por el grado de discapacidad cognitiva o síntomas psicóticos. Sin
embargo, el terapeuta ocupacional debe tratar de comprometerlo lo máximo posible. Los
objetivos de tratamiento deben ser relevantes con las necesidades y valores del paciente y
alcanzables, es decir, realistas para esa persona en este momento de su vida.

Redacción posible de objetivos:

b. Caso Julia: La Sra. Julia M. no tiene intereses regulares de esparcimiento/ocio excepto


mirar televisión y beber.

Objetivos a largo plazo:

Desempeñar actividades de ocio significativas

Objetivos a corto plazo:

Identificar intereses, habilidades y oportunidades de actividades de ocio

Planificar y participar en actividades de ocio en su comunidad

Al alcanzar los objetivos propuestos el paciente logrará identificar y desempeñar dos


actividades grupales de ocio con alto apoyo de terceros en forma quincenal.

c. Caso Marina: La Sra. Marina L. ha sido despedida de varios trabajos como resultado de
peleas y discusiones con sus superiores.

Objetivos a largo plazo:

Desempeñar actividades laborales

Objetivos a corto plazo:

Identificar factores de estrés laboral

Desarrollar destrezas de manejo del estrés saludables/funcionales

Incrementar habilidades de comunicación interacción con sus superiores

Al alcanzar los objetivos propuestos el paciente logrará identificar y controlar situaciones de


estrés laboral y mejorar su rendimiento laboral con apoyo mínimo de terceros al finalizar
tres meses de tratamiento.

8. IDENTIFICACIÓN DE PRINCIPIOS Y METODOS DE


TRATAMIENTO

8. 1. PRINCIPIOS GENERALES

Luego de redactar los objetivos de tratamiento, el siguiente paso es saber cómo


alcanzarlos. En un principio identificamos los problemas ocupacionales y posibles causas; es
decir, consideramos en qué teoría apoyarnos para tratar el problema. Si retomamos el ejemplo
del caso Marina, que tenía dificultades en relacionarse con sus superiores en el trabajo,
podríamos, según la teoría en la cual nos respaldamos, considerar que tiene dificultades de
comunicación interacción por falta de regulación en la respuesta a determinados estímulos
sensoriales (como el volumen alto de la voz), de ser así, nuestra teoría y estrategia de
intervención se basaría en la Teoría de Integración Sensorial. Pero si consideramos que la
causa es por falta de aprendizaje en la manifestación y expresión de sus sentimientos y falta
de modelo de rol, las estrategias de intervención estarían sustentadas en la Teoría del
Comportamiento Ocupacional, y se utilizarían técnicas de práctica y repetición según niveles
de exploración, competencia y logro (ver capítulo 7, Modelos Teóricos en Terapia
Ocupacional).

Una vez identificada la teoría y principios a utilizar se elijen los métodos de


tratamiento, es decir las actividades, ocupaciones, contextos o ambientes, frecuencia y
estrategias a utilizar.
Si analizamos el tema de las actividades, debemos en un principio clarificar y diferenciar
los conceptos de actividad, tarea y ocupación. Christiansen (1991) define a la ocupación como
un término que refiere la involucración o compromiso en la realización de actividades, tareas
y roles con un propósito productivo (tales como, trabajo y educación), de automantenimiento
y/o de relajación, distracción o creatividad (juego y ocio). En cambio, cuando hablamos de
desempeño ocupacional, nos referimos a la realización cotidiana de ocupaciones que
organizan nuestras vidas y satisfacen nuestras necesidades de automantenimeinto, de
productividad y de juego/esparcimiento (Pellegrini, 2007).
Christiansen (1991), desarrolla el concepto de pirámide de las ocupaciones, refiriendose a
las jerarquías o niveles de la ocupación como se representa en la figura 2.

FIGURA 2

Estos van desde el nivel más pequeño, las actividades, al nivel más alto los roles.
Utilizando este concepto, la base de la pirámide es la actividad, la cual consiste en un
comportamiento específico orientado hacia una meta. El segundo nivel están las tareas
definidas como el conjunto de actividades que comparten un propósito reconocido en el
desarrollo de la tarea. En el nivel más alto de la pirámide están los roles, que se definen como
los lugares distintivos en la sociedad otorgados por ese rol (Christiansen, 1991). Para que una
ocupación sea una ocupación, debe existir compromiso, motivación e involucración de la
persona que la desempeña. Esto hace la diferencia entre una ocupación y una manualidad o
actividad “suelta”. Como terapeutas para poder facilitar la involucración en el hacer, esta debe
estar relacionada al nivel más alto de la pirámide: los roles ocupacionales. Cada uno de los
roles que desempeñamos cada uno de nosotros tiene tareas y actividades relacionadas al rol.
Por ejemplo, el rol de ama de casa, tiene tareas relacionadas a este rol, como limpieza del
hogar o la preparación de la comida. Bien, cada una de estas tareas relacionadas a este rol,
tiene actividades designadas a esta tarea, por ejemplo, la limpieza del hogar tiene actividades
como preparación de los artículos de limpieza, limpieza y el orden; o la preparación de la
comida incluye actividades como compra de los alimentos, la limpieza de las verduras,
cocción, limpieza y servir. Es decir, niveles más simples, que forman una tarea relacionada a
un rol. Vamos a incluir otro ejemplo a fin de seguir clarificando, si tomamos el rol de
estudiante, este según el nivel de desempeño que tomemos puede incluir diferentes tareas,
como por ejemplo: aprobar una materia. Esta tarea incluye las siguientes actividades:
inscribirse en la asignatura, concurrir a clase, realizar los trabajos prácticos, aprobar los
examenes parciales, regularizar la materia y aprobar el examen final de la misma. Todas son
actividades, relacionadas a una tarea del rol de estudiante. En la figura 3 se muestra a un
paciente en el Taller de Estudio de un hospital de día.
FIGURA 3
Bien si pensamos esto en relación al tratamiento del paciente, debemos conocer en
principio los roles ocupacionales más significativos del paciente, para saber priorizar luego las
tareas y actividades relacionadas a estos roles. Lo ideal sería poder ofrecer espacios
terapéuticos para la práctica de tareas reales relacionadas a sus roles de vida. Por ejemplo, que
en nuestro diagrama de actividades podamos contar con un espacio de “Taller de estudio”,
dónde los usuarios puedan prácticar las destrezas relacionadas a su rol de estudiante
(comunicación interacción, organización de la tarea, toma de apuntes, presentación de
trabajos, etc.). Pero si no fuera posible ofrecer espacios para la práctica de tareas reales
relacionadas a sus roles de vida? Qué ofrecemos? Lo que debemos aplicar con mayor arte y
ciencia es el análisis de la actividad, para ello en principio analizamos las exigencias y
destrezas del desempeño requeridas para llevar a cabo cualquiera de las actividades, de las
tareas del rol ocupacional priorizado. Así con una clara identificación de las demandas de la
actividad y de las destrezas de ejecución requeridas; en el ejemplo del rol de estudiante, las
funciones mentales (cognitivas) son las más requeridas para el desempeño del rol. Luego de
esta identificación, analizamos los requerimientos de todas las opciones posibles a ser
ofrecidas en nuestros servicios de terapia ocupacional, y priorizamos aquellas que faciliten la
práctica y desarrollo de la función cognitiva con mayor fuerza. Por ejemplo, si nuestro
servicio de terapia ocupacional cuenta con dispositivos de artesanías, trabajo corporal,
natación, arte, cocina, entre otros. El de contexto de las artesanías, es el más optimo para la
práctica del componente cognitivo (secuencia de actividad, orden, prolijidad, toma de
decisión, atención, memoria, pensamiento lógico, patrones de movimiento, etc. Resumiendo,
si no podemos ofrecer tareas reales relacionadas al rol ocupacional directo del usuario,
debemos ofrecer actividades que faciliten el desarrollo de las destrezas necesarias para
desempeñar esos roles. De esta manera las actividades que ofrezcamos en la terapia serán
significativas y con propósito.
También es importante, considerar el desafío justo de la actividad ofrecida como terapia.
No podemos ofrecer actividades que estén muy por debajo de las posibilidades del paciente,
ya que estas no facilitan la motivación, sino que aburren y son alienantes. Tampoco se pueden
ofrecer actividades que estén muy por arriba del nivel funcional del usuario, ya que estas
inhiben y refuerzan el fracaso y baja autoestima del paciente. Las personas con problemas
mentales tienen dificultades en saber que pueden o no hacer, la enfermedad mental desdibujó
su identidad ocupacional, ya no identifican qué pueden hacer, para qué son buenos o qué les
cuesta. Habitualmente pueden hablar de sí mismos antes de la enfermedad, pero les resulta
dificil identificar el aquí y el ahora. Por esto, como terapeutas ocupacionales no nos podemos
dar el lujo de reforzar situaciones de indefención o fracaso (ofreciendo actividades que no
cumplan con el desafío justo). Es imprescindible un razonamiento clínico claro que sustente la
re construcción de una identidad ocupacional funcional y con refuerzo positivo en el hacer:
“Lo que hago puedo hacerlo con este grado de apoyo y con este nivel de autonomía”.
Es crucial recordar que la OCUPACIÓN es la herramienta básica de la Terapia
Ocupacional, es lo que nos diferencia de otros profesionales. El análisis y razonamiento de los
elementos antes presentados (actividad, tarea, rol, ocupación, desafío justo de la actividad,
análisis de la actividad, entre otros) y su utilización en la terapia son los métodos de
intervención de la disciplina. Muchos otros profesionales pueden utilizar actividades en su
espacios terapeúticos (por ejemplo, en pediatría los logopedas, psicólogos, kinesiólogos, etc
utilizan el juego) pero el razonamiento clínico de la ocupación nos hace únicos. Debemos
sentirnos claros y orgullosos de nuestro hacer, valorando qué se ofrece y cómo se ofrece en la
terapia. Es a través de la participación e involucración en las actividades que los pacientes
desarrollan y practican sus destrezas, aprenden acerca de sí mismos, aumentan su sentido de
competencia, toman decisiones, expresan sentimientos y construyen su identidad ocupacional.

8. 2. DESTREZAS DE LA VIDA COTIDIANA


En esta categoría se incluyen todas las destrezas que necesita una persona adulta para
su vida diaria. Se pueden incluir las actividades de la vida diaria (AVD) y las actividades de la
vida diaria instrumentales (AVDI). Si analizamos estas destrezas en personas con problemas
mentales, podemos identificar que los pacientes con esquizofrenias crónicas y desórdenes
orgánicos necesitan habitualmente asistencia en la realización de las mismas. La mayoría de
los tratamientos requiere mucha práctica y repetición para el aprendizaje de las AVD, con
dificultades en la generalización de sus conocimientos. Necesitando nuevos aprendizajes e
intervenciones en la comunidad para la transferencia de conocimientos en nuevas situaciones.
La mayoría de los pacientes con problemas mentales tiene dificultades en el arreglo personal,
son indiferentes en su higiene personal lo que conlleva a que habitualmente tienen olor
corporal, cabello sucio, falta de higiene bucal y su vestido es bizarro con ropa no acorde al
contexto o estación del año. En su alimentación, tienen grandes dificultades en la preparación
y organización de la comida, escasos hábitos saludables de alimentación y una gran ansiedad
en llevarse comida a la boca, lo que acarrea dificultades en mantener modales socialmente
aceptables en la mesa. En la preparación de la comida y limpieza, necesitan desarrollar
hábitos de orden, secuencia, planificación, tiempos, higiene y limpieza, estas actividades
deben realizarse con mucha práctica y repetición, con recetas simples para ser llevadas a cabo
en su hogar y también podemos ofrecer grupos de preparación de comidas en forma grupal, en
un clima distendido y de apoyo grupal. Muchas veces los propios pacientes durante la
preparación de una receta traen recuerdos de estilos familiares o culturales de preparación, etc
que pueden ser incorporados y valorados por el grupo. En las figuras 4 y 5 se muestra un
grupo de pacientes realizando la actividad semanal de preparación de la comida para almorzar
en el hospital de día. Esta actividad tiene lugar los días viernes, lo cual motiva a la
preparación del fin de semana.

FIGURA 4 – Taller de cocina, grupo de pacientes preparando pastas frescas.

FIGURA 5 –Taller de cocina, grupo de pacientes y estudiantes de Terapia Ocupacional en su


práctica clínica, realizando un asadito argentino.

También tienen dificultades en la rutina del sueño, presentando horarios muy


disfuncionales para sostener sus roles de vida y especialmente el de trabajador. En relación a
las AVDI, la mayoría de los pacientes crónicos tienen dificultades en el manejo del dinero y
organización del presupuesto, necesitando un alto apoyo de terceros para la planificación y
organización del mismo. El mantenimiento del hogar es difícil para estos pacientes,
necesitando una estructura o encuadre organizado para poder sostener actividades como
limpieza del hogar, cuidado de plantas, compras. El terapista ocupacional podrá ofrecer un
organigrama fijo semanal para realizar dichas tareas, así este servirá de estructura externa para
la planificación y realización de dichas actividades. Los pacientes logran realizar las tareas
luego de un aprendizaje secuencial y organizado de pasos de la actividad, por ejemplo para el
lavado de la ropa, tener un día fijo para ocuparse de esto, separar la ropa de color de la ropa
blanca, organizar el jabón en el lavarropas, poner el tiempo correspondiente en la máquina de
lavado, colgarla para su secado, etc. Este tipo de secuencia puede organizarse junto con el
paciente en su domicilio y dejarla escrita de manera simple y secuencial. De ser efectiva este
tipo de estrategia puede ser replicada para la organización de compras, cuidado de plantas,
cuidado de mascotas, etc. Recordemos que las personas con enfermedades mentales crónicas
como la esquizofrenia, tienen dificultades en el manejo del tiempo y secuencia de pasos.
Saltean pasos de la actividad y esto conlleva a un resultado disfuncional. Teniendo una buena
evaluación del grado de apoyo de terceros el terapeuta podrá ayudar efectivamente en el
desempeño autónomo y seguro de las actividades. Terapia Ocupacional debe adaptar y
graduar estas actividades a fin de diagnosticar el grado de apoyo de terceros (objetos y
personas) necesario para la autonomía del paciente. Recordemos que autonomía implica
apoyo de terceros, graduación y adaptación de las actividades. Todos podemos ser autónomos
sin ser independientes, es decir, necesitamos asistencia de terceros para realizar actividades, el
profesional de Terapia Ocupacional debe poder definir el grado de autonomía del paciente en
un determinado contexto y momento del tratamiento. Un ejemplo de apoyo de terceros podría
ser el apoyo (gafas o lentes) que utilizo para poder leer o la asistencia del personal de
mantenimiento para levantar cajas de materiales con peso en el taller.

8. 3. DESTREZAS DE PRODUCTIVIDAD
En este apartado se incluyen las destrezas relacionadas a la educación y al trabajo. Las
personas con problemas de salud mental tienen por lo general grandes dificultades en estas
áreas. Presentan pobres hábitos laborales ya que tienen una historia educativa y laboral con
escasas posibilidades de práctica, que acarrea una identidad ocupacional productiva pobre.
Igualmente la mayoría de personas con problemas mentales crónicos tienen un alto deseo de
trabajar y sentirse productivos. Los terapeutas ocupacionales orientados al área laboral,
evalúan el potencial y las posibilidades reales del paciente en esta área, para poder asistirlos a
desarrollar hábitos laborales y sostenerlos en el tiempo. Las personas con problemas mentales
logran aprender y adquirir un empleo, aprendiendo tareas específicas, pero su mayor desafío
es el poder sostenerlo en el tiempo. Muchas veces tienen una historia laboral de muchos
trabajos, pero de escasa duración el los mismos. Es importante ofrecer grupos de manejo del
estrés que faciliten el aprendizaje y anticipación de situaciones de resolución de problemas
concretos, como la relación con sus superiores, el aprendizaje de nuevas tareas, la solicitud de
asistencia, etc. En relación al estudio, los pacientes con problemas mentales crónicos,
presentan dificultades en la organización de la tarea, secuencia y destrezas de comunicación
interacción. Nuevamente grupos de manejo del estrés, resolución de problemas, grupos de
estudio para la toma de apuntes, realización de resúmenes, entre otros son imprescindibles.
Mucha práctica y repetición con modelo de rol que facilite la identificación de las destrezas
del rol de estudiante. Si estos roles no son posibles para algunos usuarios, es importante
considerar para el equilibrio ocupacional y su realización personal, el desarrollo del rol de
voluntario. Recordemos que si el paciente no puede trasladarse o realizar en forma directa este
rol productivo, la ocupación puede ser el puente hacia la inclusión e integración en la
comunidad. Valoremos los espacios de voluntariado, como talleres de reparación de juguetes,
preparación de recetas, costura, carpintería, dónde los productos puedan ser donados y
valorados por otros dispositivos en la comunidad. La técnica y el hacer deben estar al servicio
de la ocupación, aplicando nuestro arte para el desarrollo de la naturaleza ocupacional de las
personas que incrementan su sentido de pertenencia en la comunidad.

8. 4. DESTREZAS DE TIEMPO LIBRE

En ellas están incluidas las destrezas de ocio y esparcimiento, es decir, aquellas que no
son obligatorias ni están relacionadas al trabajo. Bonder (1995) sostiene que las actividades de
ocio y esparcimiento re-crean la capacidad laboral, restableciendo la energía y refrescando el
espíritu. Estas actividades implican placer en la actividad, reflejan intereses, valores y
preferencias del individuo. En las personas con problemas mentales estas destrezas son todo
un problema, habitualmente las elijen pero presentan grandes dificultades en disfrutarlas y
discriminar su grado de interés. Por ello, es importante facilitar la identificación de
actividades de interés, explorando habilidades, posibilidades y recién luego tener expectativas
de desempeño autónomo. Las personas con problemas de salud mental, necesitan un alto
apoyo de terceros para poder identificar qué actividades son placenteras para ellos, y
requirieren más apoyo aún en poder relajarse y disfrutar. Muchas veces se incluyen en las
actividades pero no logran disfrutarlas. Desde el tratamiento, el terapeuta ocupacional debe
utilizar estrategias de exploración de actividades de ocio y esparcimiento que desarrollen
estrategias de planificación, toma de decisión, técnicas de relajación y desempeño de estas
actividades, para recién luego poder identificar actividades de interés. Otra de las dificultades
que presentan habitualmente es la falta de organización y manejo del tiempo de manera
funcional, tienen mucho tiempo libre u ocioso, pero no pueden organizar la utilización del
mismo. Pasan todo el fin de semana “mirando televisión”, pero no pueden luego identificar
qué programa vieron, de qué se trató y qué les gustó o desagradó del mismo. Podemos utilizar
como estrategia una planificación de “tareas” a completar del fin de semana, el terapeuta
puede organizar con el o los pacientes en un grupo de ocio actividades de fin de semana, con
una guía de preguntas a completar sobre el programa visto, esta guía servirá de apoyo de
terceros. Por ejemplo, de qué se trató, cómo se llamaban los personajes principales, qué
personaje le gustó más, etc. Es decir, facilitar la identificación de indicadores de interés. Se
sugiere que esta actividad sea realizada en primer lugar con alto apoyo de terceros en algún
espacio de terapia, así el paciente tendrá un modelo de comportamiento a incorporar. Los
clubes de fin de semana son de gran utilidad para organizar y realizar actividades de ocio y
esparcimiento con la coordinación de algún terapeuta o asistente. Recordemos que las
actividades de ocio y esparcimiento son un modelo de menor exigencia de comportamiento, lo
cual facilita el ensayo y error sin la presión del resultado final. En estas actividades podemos
también trabajar el arreglo personal, la higiene, el vestido, la comunicación interacción, etc.
sin la presión que sentimos en la realización de actividades productivas. Podemos motivar al
paciente a arreglarse y vestirse para una salida de fin de semana. Así le damos el propósito al
arreglo personal el cual facilita la motivación y significado.

En esta área también podemos incluir las actividades artesanales, recordemos que el
contexto y significado personal es el que define el valor o categoría de la actividad. Una
actividad de telar puede ser considerada como productiva si se realiza en un contexto laboral o
de terapia, pero si esta se realiza en el sillón de nuestra casa mientras miramos televisión
puede tener el valor de una actividad de esparcimiento u ocio. La persona es la que define el
dilema de diferenciación de las áreas del desempeño ocupacional, es el valor que ella le da no
el valor que tiene para el terapeuta! Entre las actividades de ocio y esparcimiento podemos
incluir, mirar televisión, jugar en el ordenador, buscar información en Internet, realizar juegos
de mesa, caminar, escuchar música, mirar un partido, jugar algún deporte, realizar una
artesanía, hacer jardinería, leer, descansar, pasear la mascota, tener un hobby, ir al cine o
teatro, realizar actividades sociales, realizar ejercicios, entre otros. Finalizando, ser capaz de
elegir y disfrutar actividades de ocio y esparcimiento es esencial para la salud (Early, 1996).
Las personas con problemas mentales muchas veces tienen dificultades en identificar
actividades de interés, los terapeutas ocupacionales debemos facilitar la exploración de
nuevas ocupaciones de tiempo libre que mejoren el equilibrio ocupacional de las personas.
Recordando el alto apoyo de terceros que necesitan en actividades no obligatorias. Se debe
facilitar la identificación, la organización y el desempeño de actividades de tiempo libre tanto
en la rutina cotidiana semanal, como en el fin de semana.

9. ESTUDIO DE CASO

Paciente Antonio de 34 años de edad, con un diagnóstico de esquizofrenia simple.


Antonio está divorciado, tienen dos hijos de 5 y 7 años de edad que lo visitan a la institución.
Antonio se encuentra viviendo en el hostal de la institución, actualmente concurre en forma
regular a las actividades de hospital de día.

Paciente que es derivado por el director del hostal al hospital de día con el objetivo de
organizar su rutina, integrarlo en espacios grupales y disminuir su tiempo ocioso. En el
informe de derivación en médico tratante lo describe como un paciente tranquilo, aislado y sin
ningún tipo de participación en las actividades. En forma quincenal sus dos hijos, Malena de 5
años y Julián de 7 años concurren al hostal a visitarlo. Antonio los espera con ansiedad y
alegría, pero luego durante el tiempo de visita no logra compartir ni comunicarse con sus
hijos. Antonio pasa todo el día tocando su guitarra encerrado en la habitación.

Luego de la derivación la terapeuta ocupacional, coordinadora del hospital de día, lo


invita en varias oportunidades a concurrir, pero Antonio sonríe y solo agradece. Esta situación
se sostuvo durante varias semanas, en la que en forma diaria la terapeuta lo invita. Luego de
este tiempo la terapeuta concurre al cuarto del paciente y le pide que siga tocando la melodía
que estaba tocando en ese momento, y al finalizar le manifiesta su agrado e interés por su
música, al despedirse lo invita a que al día siguiente él pueda concurrir con su guitarra a tocar
esa melodía mientras se realiza el taller de artesanías con los demás pacientes. Antonio mira y
sonríe. Al día siguiente la terapeuta busca a Antonio para que “toque melodías” en el taller de
terapia. Antonio se levanta y concurre, a partir de concurrir en algunos de los espacios, la
terapeuta planifica y organiza junto con el paciente a qué dispositivos de hospital de día sería
conveniente que concurra para tocar la guitarra. Luego de realizar regularmente esta
actividad, y ser valorado por sus compañeros de grupo, Antonio fue denominado el “músico”.
Ya ocupaba un rol ocupacional, con expectativas internas y externas del rol. En la figura 6 se
ve al paciente desempeñando su rol en una actividad de festejo del hospital de día.
FIGURA 6. Paciente realizando la presentación de un tema musical en la fiesta de fin de año
del Hospital de Día.

Luego fue motivado para armar una carpeta que facilitara el orden y cuidado de sus
partituras. Después de cada actividad nueva, Antonio necesitaba volver a sólo ser el músico
del taller. Esto fue considerado como una pausa terapéutica en su rutina, se abre, comparte y
vuelve a sí mismo a procesar la información. Es sabido que los pacientes con esquizofrenia
tienen saturación de estímulos sensoriales y necesitan descansos o momentos de asilamiento
durante las actividades, en este caso el descanso era volver a su “centro” a reforzar su
identidad ocupacional y no sentirse amenazado por tanta “socialización y apertura”. Los
tiempos con los pacientes con esquizofrenia crónica son largos, pero esto no quita que no sean
fructíferos en su tratamiento. Luego de esta etapa de apertura y refuerzo, llegó el momento de
ocuparse del encuentro con sus hijos, su médico manifestó que los chicos ya no concurrían tan
frecuentemente y que consultaba a terapia ocupacional para ver si podíamos hacer algo? Qué
desafío! En momentos informales Antonio comentaba la visita de sus hijos, pero al
preguntarle qué hacían juntos, sonreía y no decía nada más. Los cuidadores del hostal
comentaban que el los recibía pero que al rato los chicos miraban televisión en el salón y
Antonio tocaba la guitarra solitariamente. En esta etapa se vio conveniente comenzar a
realizar un tratamiento más individual, se organizó una entrevista para evaluar que pensaba y
que le preocupaba de ese rato de visita. Por el grado de enfermedad de Antonio era imposible
en ese momento pensar en responsabilidades del rol de padre. Durante la entrevista Antonio
manifiesta que está preocupado porque sus hijos no concurren tan frecuentemente como antes,
que están solo un rato y se van. El paciente pudo identificar situaciones reales que le
preocupaban, mucho más de lo que cualquiera hubiera pensado. Entonces en ese mismo
momento la terapeuta ocupacional le comenta que ella conoce niños de esa edad y que
habitualmente les gusta jugar, pintar e ir a la plaza. Por ello se le propone participar en uno de
los talleres de terapia ocupacional para preparar y construir el mismo material de juego
(pinturas, carpetas con dibujos, juegos de mesa, etc) y aprender juegos en el ordenador o
computadora. A partir de ese momento Antonio participaba dos días por semana en los talleres
de producción y reciclado de juguetes de la institución, luego sus compañeros le enseñaron
juegos en el ordenador, muchos de ellos relacionados a la música! Así se fue construyendo su
rol de padre con ocupaciones que servían de puente y conexión con sus hijos. Nuevamente la
magia de la actividad estuvo presente.

Si pensamos en la primera etapa de tratamiento en el momento de la derivación a hospital de


día, las características de fortalezas y limitaciones del paciente que se observaron fueron las
presentes en la figura 7.

FIGURA 7

Luego de construir las bases de la relación terapéutica los objetivos planificados fueron:

Objetivos a largo plazo


a. Desarrollar habilidades de participación social
b. Planificar y participar grupalmente en actividades de interés1
Objetivos a corto plazo
a. 1. Desarrollar destrezas de comunicación interacción con sus compañeros
a. 2. Participar regularmente en actividades grupales
b.1. Mantener un equilibrio ocupacional

b. 2. Incrementar destrezas de participación grupal

Al alcanzar los objetivos propuestos el paciente logrará saludar y responder a sus


compañeros de grupo sobre temas musicales, tocar frente al grupo de pares, y concurrir al
hospital de día, al menos dos veces a la semana con un apoyo mínimo de terceros.

Recordemos que los objetivos son renovables, al alcanzar estos “simples” objetivos los
renuevo y mido nuevamente el alcance y grado de apoyo.

10. RESUMEN DEL CAPITULO


El tratamiento de personas con problemas mentales requiere un razonamiento clínico
cuidadoso en cada una de las etapas del proceso de Terapia Ocupacional. La mayoría de los
problemas y consecuencias ocupacionales de las personas con problemas psiquiátricos aún no
está claramente estudiada, y es difícil saber exactamente qué se debe realizar en cada caso o
cómo ayudar al paciente a funcionar de la manera más autónoma y funcional posible. No hay
recetas de intervención, sino guías de ensayo y error con parámetros claros de intervención
ocupacional. Recordemos que Terapia Ocupacional realiza su intervención centrada en la
persona (cada persona tiene su historia ocupacional única que forma su identidad), centrada
en la ocupación (utilizamos la ocupación como herramienta terapéutica) y basada en la

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Es importante clarificar que no se consideró identificar o explorar actividades de interés, ya que en esa etapa de
tratamiento la actividad estaba identificada (tocar la guitarra), y se decidió partir desde el lugar en que se
encontraba el paciente.
evidencia (exige usar un lenguaje apropiado al interlocutor y sustentar la intervención en
fundamentos teóricos y de investigación). La planificación del tratamiento incluye la
identificación de problemas ocupacionales que deben priorizarse para la planificación de
objetivos de tratamiento. Estos objetivos deben ser medibles, comportamentales, observables,
alcanzables en el tiempo y relevantes a las necesidades del paciente. Existen muchas maneras
de alcanzar los objetivos, diferentes teorías guiarán las modalidades y estrategias de
intervención. Lo importante es tener sustento teórico en dónde descansar y fundamentar
nuestras intervenciones cotidianas, el hacer por hacer no es Terapia Ocupacional. Las
actividades ofrecidas en la terapia deben estar relacionadas a los roles de vida de la persona
asistida, y el razonamiento clínico del terapeuta debe tener claro el grado de apoyo de terceros
que requiere para poder asistir, graduar o adaptar la actividad para facilitar la autonomía de la
persona.

11. PREGUNTAS DE AUTO EVALUACIÓN


1. ¿Cuál es la finalidad de la intervención de Terapia Ocupacional en personas con
problemas de salud mental?

2. ¿Qué es autónomo y funcional?

3. ¿Qué características y cualidades tiene la relación terapéutica y cómo pueden


desarrollarse?

4. ¿Cómo esta formado el proceso de Terapia Ocupacional?

5. ¿Qué es el razonamiento clínico y qué características presenta?

6. ¿Qué características tiene la planificación del tratamiento en salud mental?

7. ¿Cómo deben ser los objetivos de tratamiento en Terapia Ocupacional en salud


mental?

8. ¿Qué tipo actividades pueden ofrecerse en un programa terapéutico holístico?

9. Realice un listado de características de las dificultades que los pacientes con


problemas de salud mental pueden presentar en sus destrezas de la vida cotidiana, de
productividad y de tiempo libre.

10. ¿Qué estrategias puede considerar para el tipo de dificultades antes presentadas?
12. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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