Taller Integración de Metabolismo
Taller Integración de Metabolismo
Taller Integración de Metabolismo
Resumen
Taller: Integración del metabolismo
Hemos visto como se extrae la energía útil de los combustibles y como se utiliza para
impulsar las reacciones biosintética y las vías de transducción de señales. Ya hemos
tratado caso de la regulación energética en el organismo cuando hemos considerado las
acciones de la insulina y el glucagón. El glucagón, segregado por las células alfa del
páncreas tiene efectos opuestos a los de la insulina. La leptina y la adiponectina,
segregada por el tejido adiposa, trabajan conjunto mente con la insulina en la regulación
de la homeostasis energética. Como todas las transformaciones de energía, la energía que
ingerimos y la gastamos de la ley de la termodinámica. Todos somos conscientes de que
muchos de nosotros, especialmente en el mundo desarrollo, nos estamos convirtiendo en
obesos o ya hemos alcanzado. El contenido de glucosa, tanto en las células como en el
organismo completo, depende de su ingreso, síntesis y consumo. Este flujo se encuentra
regulado por señales que son generadas en respuesta a los cambios del estado energético.
A nivel orgánico, la sensación de hambre y saciedad, modulada por el hipotálamo,
desemboca en la producción de neuropéptidos que estimulan a órganos como el páncreas,
intestino y tejido adiposo, que responden y promueven la producción de hormonas, como
la insulina y el glucagón, cuyos receptores generan a nivel celular el aumento o
disminución del metabolismo de la glucosa. Esta regulación a nivel celular incluye la
activación de factores de transcripción de diferentes enzimas, así como su fosforilación,
lo que lleva a un control de su actividad. La fina regulación energética del organismo es
un ejemplo claro de la compleja función de la homeostasis celular.
El adipocito representa la unidad básica del tejido adiposo, constituyendo entre uno y dos
tercios del mismo6,7. El resto del tejido está formado por células sanguíneas, endoteliales
y precursores de los adipocitos con distintos grados de diferenciación, fundamentalmente
fibroblastos, aunque también aparecen pre adipocitos, células mesénquimas
probablemente diferenciadas y células grasas muy pequeñas6. El adipocito tiene su origen
a partir de células precursoras o preadipocitos, las cuales, bajo el estímulo de numerosas
hormonas, citoquinas, factores de crecimiento y nutrientes, inician un proceso de
diferenciación morfológica y funcional hasta convertirse en un adipocito maduro, lo que
se conoce como adipogénesis, proceso que está presente durante toda la vida7,8.