El documento presenta un recurso de apelación restringida contra una sentencia condenatoria por el delito de uso indebido de influencias. En 3 oraciones:
1) El recurrente argumenta que su detención y procesamiento fueron irregulares ya que no existían los requisitos legales para privarlo de libertad. 2) Además, sostiene que el tribunal no consideró sus elementos de prueba ni su teoría de defensa y ya tenía un criterio de culpabilidad antes del juicio. 3) Pide que se revoque la sentencia condenatoria al
El documento presenta un recurso de apelación restringida contra una sentencia condenatoria por el delito de uso indebido de influencias. En 3 oraciones:
1) El recurrente argumenta que su detención y procesamiento fueron irregulares ya que no existían los requisitos legales para privarlo de libertad. 2) Además, sostiene que el tribunal no consideró sus elementos de prueba ni su teoría de defensa y ya tenía un criterio de culpabilidad antes del juicio. 3) Pide que se revoque la sentencia condenatoria al
El documento presenta un recurso de apelación restringida contra una sentencia condenatoria por el delito de uso indebido de influencias. En 3 oraciones:
1) El recurrente argumenta que su detención y procesamiento fueron irregulares ya que no existían los requisitos legales para privarlo de libertad. 2) Además, sostiene que el tribunal no consideró sus elementos de prueba ni su teoría de defensa y ya tenía un criterio de culpabilidad antes del juicio. 3) Pide que se revoque la sentencia condenatoria al
El documento presenta un recurso de apelación restringida contra una sentencia condenatoria por el delito de uso indebido de influencias. En 3 oraciones:
1) El recurrente argumenta que su detención y procesamiento fueron irregulares ya que no existían los requisitos legales para privarlo de libertad. 2) Además, sostiene que el tribunal no consideró sus elementos de prueba ni su teoría de defensa y ya tenía un criterio de culpabilidad antes del juicio. 3) Pide que se revoque la sentencia condenatoria al
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SEÑOR PRESIDENTE Y JUECES TÉCNICOS DEL TRIBUNAL PRIMERO
ANTIOCURRUPCIÓN Y CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES
Interpone Recurso de Apelación Restringida Presidente. Dr. Quiroga
Otrosí 1ro.- Medios de prueba IANUS: 201612606-E
Otrosí 2do.- Audiencia de fundamentación caso: LPZ1614691
Otrosí 3ro.- Domicilio procesal
ANGHELO JAIRO SARAVIA ALBERTO, de generales conocidas, en el proceso penal seguido en mi contra, por la presunta comisión del delito de Uso indebido de Influencias, ante su Autoridad con respeto expongo y pido: INTERPONE RECURSO DE APELACION RESTRINGIDA En aplicación estricta de lo determinado en el Art. 407 del Código de Procedimiento Penal, dentro del plazo conferido por el Art. 408 del mismo cuerpo legal, tengo a bien interponer Recurso de Apelación Restringida, contra la Sentencia No. 71/2021, de fecha 12 de julio de 2021, y su Auto Complementario de fecha 14 de septiembre de 2021, dejando constancia que la misma en su integridad se me notificó en fecha 20 de septiembre de 2021, lo que apertura el plazo para la interposición del Recurso, aspecto que se debe tener presente a los fines del cómputo. Dicha Sentencia, me declara Autor del delito de Uso Indebido de Influencias, tipificado en el Art. 146, del Código Penal, condenándome a sufrir la pena de “Cuatro Años” de Privación de Libertad, a cumplir en el Penal de San Pedro, de la ciudad de La Paz. El Recurso se funda y tiene asidero legal porque la Sentencia de referencia aplica erróneamente, la norma sustantiva, así como también inobserva las normas adjetivas, lo que constituyen defectos de sentencia así como defectos absolutos que no se pueden convalidar, por lo que citando de manera fundada y separada los agravios sufridos con la indicada Resolución, nos permitimos exponer los siguientes argumentos de orden legal: 1. Antecedentes. La presente causa se inició como consecuencia de una armada Acción Directa, dirigida por Funcionarios de la Fiscalía, la misma que se desarrolla en fecha 12 de noviembre de 2016, la que motiva el origen del proceso y también el desarrollo de acciones investigativas, a los fines de determinar la existencia de un hecho y también la probable participación de los denunciados en los mismos. A ese efecto el Legislador determinó la necesidad de desarrollar acciones de investigación en una Etapa denominada Preparatoria, que según lo estipulado en el Art. 277, del Código de Procedimiento Penal, tiene como fin preparar el probable juicio que se podría desarrollar, así como también acreditar la defensa del imputado o procesado. A ese efecto el desarrollo de la Etapa Preparatoria debe ser la que permita el avance del proceso en una siguiente etapa que permita el poder ante estrados Judiciales determinar la existencia del hecho ilícito y la participación del imputado en los mismos para que a la finalización de dicho debate se llegue a una conclusión del proceso mediante la emisión de una Sentencia, la misma que debe fundarse en aspectos objetivos y que sean advertidos en la tramitación de la causa, en función al principio de Inmediación. En el proceso que nos ocupa y que se constituye en análisis, como se podrá advertir, la Fiscalía no realizó casi ningún acto investigativo, y simplemente me llevó a juicio oral conjuntamente los demás imputados, con las acciones investigativas desarrolladas en el primer momento del proceso, en este caso en la intervención policial y la recolección de indicio de prueba a partir de funcionarios policiales, pero posterior a ello en función a las pruebas presentadas, olvidando su rol Constitucionalmente establecido y en defensa de la sociedad, el trabajo de investigación fue pobre y simplemente se obtuvo mi detención preventiva, pero a pesar de ello y de esta negligencia se me acusó y se postuló ante el Tribunal de Sentencia la necesidad de condenarme, pero a pesar de estas vicisitudes, el Tribunal, asume como criterio decisorio, las dudas que se generaron a partir de dichos elementos que no demuestran o no permitieron reconstruir de forma impecable, como los hechos sucedieron y como es posible que mi persona deba sufrir una condena. Estos aspectos serán desglosados en el presente recurso y ante la afectación de mis derechos me permito recurrir mediante Apelación Restringida. 2. Del recurso de Apelación Restringida. Fui condenado a Cuatro Años de Privación de Libertad, luego de encontrarme culpable del delito de “Uso Indebido de Influencias”, sin haber revisado los antecedentes que ilustran el proceso, como se podrá advertir de los siguientes argumentos. 2.1. Errónea aplicación de la Ley Sustantiva, lo que constituye en Defecto de la Sentencia, en base a lo dispuesto en el Art. 370 – 1), del Código de Procedimiento Penal; Desde nuestra perspectiva de defensa, y el trabajo desarrollado en el proceso, hemos generado un debate por el que nos permitimos de manera frontal, desplegar nuestra oposición a cualquier condena, en función al planteamiento que desarrolla la Fiscalía y las acciones acontecidas en fecha 12 de noviembre de 2016. Pues de ser denunciante, de forma por demás irregular y extraña aparezco siendo acusado de un hecho, vinculado a la conformación de un grupo o Consorcio y presuntamente haber influenciado en determinadas personas para favorecerme, adecuando así presuntamente mi conducta a los delitos de Consorcio de Jueces, Fiscales, Abogados y Policías, así como al delito de uso Indebido de Influencias e Incumplimiento de Deberes. Soy irregularmente aprehendido y la causa se desarrolla en mi contra, pues a los fines de que cualquier funcionario policial o Fiscal, pueda privarme de mi libertad, todas las condiciones determinadas en nuestro ordenamiento procesal, se debieron advertir y cumplir, es decir, que en función a lo establecido en el Art. 23, de la Constitución Política del Estado, solo previas las formalidades y ante la necesidad de privación de libertad de una persona, ante la probabilidad de Flagrancia, es que el Derecho denominado Libertad puede ser restringido. En el caso que nos ocupa, los hechos acontecen presuntamente desde el medio día del sábado 12 de noviembre de 2016, cuando funcionarios policiales, intervienen legítimamente ante la existencia de un hecho ilícito de extorsión donde mi persona resultaba siendo la víctima, pues se me estaba pretendiendo extorsionar, sumas de dinero, por parte de otro de los acusados (intermediario). Luego de verificado este hecho, se dispuso por parte de los funcionarios policiales dirigirse a otro lugar para verificar la información recabada inicialmente. Para luego ser conducidos todos ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de la ciudad de El Alto, mi persona llega al indicado lugar, de forma independiente y sin que mi libertad se haya limitado, hasta ese momento. Posterior a ello, de forma irregular se dispone una Acción Directa por la funcionaria Gladys Villazanti. Ticona, por orden de los Fiscales que se encontraban en dependencias de la FELCC, entre ellos Ramiro Jarandilla, Javier Flores, Ruddy Terrazas y otros. Esta conducta resulta siendo ilegal, pues ninguno de los componentes del Art. 230, del Código de Procedimiento Penal, se veían comprometidos, es decir, que no existía razón para privarme de mi libertad, ya que no existía un delito a punto de cometerse en plena ejecución, o alguien que esté persiguiéndome luego de presuntamente cometido el hecho, no existía flagrancia y no procedía aprehensión alguna. A pesar de ello, los fiscales a cargo de la armada investigación, ordenan a la Investigadora que me aprehenda conjuntamente mi hermano y otro ciudadano William Quispe Vallejos, que ya tenía esa condición desde el inicio del operativo. Este argumento propuesto desde nuestra defensa, nunca fue tomado en cuenta por el Tribunal de Sentencia, es decir que nuestro paso por el Juicio Oral, fue efímero, irrelevante e insignificante, ya que el Tribunal ya con anterioridad tenía un criterio formado sobre mi culpabilidad y de nada sirvió mi procesamiento, pues la Sentencia estaba dictada desde que mi persona fue aprehendida, inclusive. A partir de mi defensa reclamé ante las Autoridades, de las acciones irregulares y de la inexistencia de delito, acreditando una teoría de defensa desde la producción de los mismos medios de prueba que fueron presentados por los Acusadores, que en ningún momento permitieron superar el mas mínimo test de responsabilidad penal, pero lamentablemente nuestra postulación nunca fue atendida, esta argumentación se hace necesaria, puesto que en la Sentencia no se valoraron mis elementos de prueba ni se los mencionaron y nuestra defensa no mereció una respuesta objetiva, ya que nunca acepté la comisión de un delito ya que nunca participé en un caso con relevancia penal. Entrando en materia, y ejercitando mi Derecho a la Defensa, desde y a partir del Recurso de Apelación Restringida, el Tribunal de Sentencia, luego del debate, sin considerar mi planteamiento defensivo, ni menos mis elementos de prueba, llegó a la conclusión de que mi persona sería Autor y Culpable del delito de Uso Indebido de Influencias (art. 146 CP), y absolviendo a mi persona de los demás delitos acusados, en este caso Consorcio de Jueces, Fiscales, Abogados y Policías, así como Incumplimiento de Deberes. El Tribunal a tiempo de resolver por mi absolución, determinó la insuficiencia de elementos de prueba para acreditar la existencia de todos los componentes del los delitos referidos, en particular y en lo que respecta el delito de Consorcio, resolvió por la insuficiencia de elementos de prueba que acrediten el beneficio económico que mi persona hubiera buscado o hubiera recibido. Resulta relevante hacer esta mención, pues desde mi perspectiva, este era el nexo causal, del postulado efectuado por la Fiscalía, entre ambos tipos penales, tanto para el delito de Consorcio, así como para el delito de Uso Indebido de Influencias, entonces el haber resuelto de la manera que lo desarrolla el Tribunal, resulta siendo Incongruente procesalmente, frente a las acusaciones efectuadas en mi contra, que como tengo descrito, tenían como elemento común, en cuanto a la subsunción de mi conducta a ambos delitos, el beneficio económico que tendría, supuestamente por evitar la devolución de dineros a favor de los acusadores, así como para que los denunciantes retiren una denuncia que presentaron en mi contra. Por lo que si el Tribunal a momento de resolver por mi absolución estableció la falta de elementos de prueba que acrediten la demostración de todos los componentes del delito de Consorcio y en particular el Beneficio Económico, y al estar este componente, vinculado al del Uso Indebido de Influencias, en lo que respecta el mismo beneficio, como era posible de que el Tribunal, sin advertir el Principio de Predictibilidad, me encuentre culpable de un delito y absuelto del otro si ambos tienen un componente común, vinculado a los supuestos dineros entregados a mi persona, y con ello evitar la persecución en mi contra, de un proceso iniciado con anterioridad. Desde mi perspectiva, el postulado efectuado por el Acusador no pudo ser probado, en todos sus componentes, mas aun cuando el Tribunal resolvió por la inexistencia de beneficios en mi favor, a tiempo de absolverme. Sin embargo y al margen de que no se pudo acreditar por parte del acusador de todos los elementos constitutivos de los delitos acusados, el tribunal de Sentencia, realiza de forma arbitraria, realiza un ejercicio, supliendo el rol del acusador, a efectos de resolver por mi condena, pues ni en las acusaciones y menos en el debate, los componentes establecidos en la Sentencia, fueron propuestos y lo mas interesante, nunca fueron acreditados, pasando el Tribunal, de ser el tercero imparcial, a ser un acusador mas, ya que a titulo de llegar a la verdad histórica de los hechos, se olvidaron el rol de administrar justicia en función a lo visto y oído, sin atribuirse roles inquisitivos, de ser quien deba llevar adelante el proceso, como si fuera el acusador público, lo cual en un sistema de derecho acusatorio adversarial, no resulta siendo permisible. Estos argumentos nos permiten concluir, de manera muy sencilla, que los roles de los sujetos procesales no fueron cumplidos, por capricho de los participes, para simplemente pretender encontrarme culpable. No otra cosa se entiende de los argumentos, lejos de probanza del Tribunal, como el hecho de expresar, de que a los fines de la condena en el delito de Uso Indebido de Influencias, quien hubiera desarrollado esa conducta, sería otro de los acusados y condenados y no así mi persona, pues se indica, que el Mayor Fredy Valda Revilla, hubiera influenciado en los personeros del DACI y GICE, para favorecerme. Ahora bien, a partir del texto sancionador contenido en el Art. 146, del Código Penal, la conducta que resulta siendo delictual y punible, resulta siendo la del funcionario público, que en el ejercicio de sus funciones, influencia o hace uso de su condición para conseguir beneficios para si o para un tercero, es decir, que se sanciona, al que desarrolla, esa actividad, pero no así, a quien presuntamente hubiera recibido el favor o el beneficio, y lamentablemente sin que exista el mismo. A partir de la taxatividad de la norma, en el caso de que fuera cierta la teoría del tribunal de Sentencia, obviamente haciendo abstracción de mi defensa, solo la conducta del Mayor Freddy Valda Revilla debería ser sancionada, y no así la mía, que simplemente soy el supuesto beneficiario, pues el artículo 146, sin la modificación de la Ley 1390, determina lo siguiente: “La servidora o el servidor público o autoridad que directamente o por interpuesta persona y aprovechando de las funciones que ejerce o usando indebidamente de las influencias derivadas de las mismas obtuviere ventajas o beneficios, para sí o para un tercero, será sancionado con privación de libertad de tres a ocho años y multa de cien a quinientos días.” A partir de dicho presupuesto sustancial, la sanción únicamente puede recaer en quien hace uso de dicha influencia, que según el texto de la sentencia únicamente sería Freddy Valda Revilla, no así mi persona, pues no se consigna sanción, para el que se hubiera supuestamente beneficiado, dejando constancia y reiterando que nunca se demostró la existencia de un hecho y menos la participación de ambos en el delito de referencia. En primer termino, me cabe expresar, que no tengo participación en los hechos que se me atribuyeron y menos consideramos que el argumento realizado por el Tribunal es correcto, es decir condenar a los acusados, frente a una teoría huérfana de argumentos y en particular de elementos probatorios, o en su caso, cuando los elementos de prueba que cursan en el proceso, no se les dio una correcta valoración, como veremos en un nuevo acápite y mas adelante, pero como se resuelve y como se tiene de lo declarado, se hubiera pactado desarrollar un operativo y es el mayor Freddy Valda Revialla quien influencia, no así mi persona, según el Tribunal. Indicamos que es incorrecta esa argumentación, pues no se ha demostrado que efectivamente los hechos hubieran acontecido de la manera que se declara. Por lo que a los fines de reclamar como agravio la incorrecta aplicación de la norma sustantiva, es preciso indicar lo siguiente. Según el texto referido en la norma sustantivo, es decir, en el Art. 146, del Código Penal, tiene diversos componentes o elementos constitutivos, en el orden objetivo y subjetivo, advertimos que el mencionado tipo penal, resulta siendo un delito Propio, es decir solo puede ser cometido por el funcionario público, que goza de cierta cualidad, pues no cualquier funcionario puede estar dentro de los alcances de dicho precepto sancionador. Pues un funcionario que no tiene subalternos, por ejemplo, no podrá efectivizar su supuesta capacidad o poder, por sobre un funcionario que tenga un rango o una condición superior, dentro de una escala, obviamente sin la utilización de un tercero. Entonces este tipo penal, esta destinado a determinados funcionarios que pueden o tienen la capacidad de hacer valer su condición por sobre otro funcionario o tercera persona, que se encuentra en un nivel inferior o existe un nivel de dependencia. La finalidad de desarrollar o explanar una conducta de superioridad por sobre otra persona, tiene un fin, y este es conseguir beneficios, personales para si o terceros. Con relación al particular, de la lectura de la Sentencia, estos elementos en ningún momento fueron considerados, para dictar una decisión en mi contra, pues en ningún momento en lo que respecta mi persona se pudo determinar, cual fue mi conducta, como funcionario público (Fiscal), en quien influencié, que es lo que hice para influenciar en alguien y de esa manera empezar a revisar los demás componentes del tipo penal. Si no se pudo establecer de alguna conducta desplegada de mi parte y haberse determinado una inacción, no es posible encontrarme culpable del delito de Uso Indebido de Influencias, que sanciona al que ejerce o desarrolla una conducta activa y preponderante a los fines de la aparición del delito. Pretender adecuar mi conducta a la condición de ser el hombre detrás del que actúa, como prevé el tipo penal, probablemente hubiera sido un elemento interesante de discusión en el proceso, pero por imperio del articulo 342, la acusación es la base del juicio oral y en dicho pliego acusatorio, jamás se me investigó por tener una conducta vinculada al particular y menos se me acusó por esa supuesta acción, lo que implica que no es posible llegar a una conclusión totalmente subjetiva, como lo hace el Tribunal, sin determinar efectivamente que mi persona, desarrolla alguna acción, para adecuar mi conducta al tipo penal referido, peor cuando este tipo penal es de propia mano, es decir, que el funcionario que influencia debe hacerlo personalmente. Si no existió conducta y menos persona influenciada, por mucho poder que pudiera o no tener, si no hice uso de el, no existe delito. Pasa lo mismo con el elemento vinculado a conseguir beneficios, como consecuencia del despliegue de las funciones que se ejercen y de las cuales se pretende hacer uso, por encima de tercero. Como consecuencia y existencia de dicho elemento, cual hubiera sido el beneficio que mi persona hubiera obtenido de la presunta conducta desplegada, y definitivamente no se pudo advertir o resolver esta cuestionante, en cuanto a que es lo que recibí, mas aun cuando he sido absuelto del delito de Consorcio de Jueces, Fiscales, Abogados y Policías, al no existir ningún beneficio económico y menos haberse acreditado la conformación del mismo; pero si los argumentos referidos y establecidos a tiempo de absolverme de dicho delito, se encuentran vinculados a la falta de acreditación de beneficios, como era posible hacer una evaluación del delito de Uso Indebido de Influencias, en lo que respecta este componente. Hasta el momento desconozco efectivamente cual el beneficio que obtuve o si alguien lo hizo en este caso, pero lamentablemente el Tribunal llega a la conclusión de que existió el mismo, sin indicar, menos establecer cual sería el mismo, pues se concluye, que el operativo fue organizado, con un fin de beneficiarme. El delito de Uso Indebido de Influencias, resulta siendo uno de resultado y de consumación instantánea, y en función al verbo rector del mismo, en cuanto al nexo entre la conducta y el resultado en el delito, la obtención de beneficios es la que determina la concurrencia o no del delito, pues el termino “obtuviere”, demuestra la existencia de un beneficio, que pasa a manos del autor del hecho o de tercero. En el caso que nos ocupa de ninguna manera se llegó a probar la existencia de algún beneficio, que hubiera sido buscado por mi persona y menos que hubiera existido, materialmente y objetivamente acreditado como existente, es más y como se verá mas adelante, el concepto de beneficio se traduce en uno de índole netamente económico y esto lo podremos revisar y conocer a tiempo de ver la Doctrina Legal Aplicable del Tribunal Supremo de Justicia. Por otro lado, el Tribunal a tiempo de dictar la Sentencia, determina que mi accionar se vería acreditado como delictual, ya que buscaba demostrar mi poder, como Fiscal del Ministerio Público y de esa manera por la existencia de un proceso en mi contra, estaba buscando una vendetta personal, en contra de dos personas, en este caso el ciudadano Melquiades Mamani Quispe y Herminio Pucho Llanqui, que como consecuencia de ello, es que se arma un operativo ocasional, movilizando a dos grupos de inteligencia, para que estas personas sean privadas de su libertad. Esta afirmación resulta siendo falsa y estas conclusiones no se hallan demostradas en el proceso, pues debo entender que el beneficio, sería acallar a estas personas, para evitar mi juzgamiento en una causa paralela o ajena a la presente, obviamente estos argumentos vinculados a lo denunciado en párrafos anteriores. Dos consideraciones a realizar, que nos parecen por demás importantes. El primero es que en ningún momento, se logró el supuesto beneficio, de acallar a los que me denunciaron, pues paralelamente a este proceso, existe otra causa en etapa de juicio oral, es decir, que nunca se obtuvo algún beneficio, en el caso de que la teoría del tribunal en la Sentencia sea correcta o evidente, lo que implica la falta de consumación del hecho, pues nunca se obtuvo nada, a mas de pasar casi dos años en la cárcel. El segundo elemento relacionado a la falsedad de la conclusión, pues como se tiene de los antecedentes del proceso, de las declaraciones que fueron presentadas, de los informes que fueron elevados por los funcionarios policiales del DACI y GICE, mi persona a quien denunció, no era ni a Melquiades Mamani y menos a Herminio Pucho, ya que a quienes denunciamos, era al ciudadano Willam Quispe Vallejos y su esposa, pues el mencionado, era el que me estaba pidiendo dinero, era a él a quien se le entregó los primeros Bs. 20.000, que fueron secuestrados y que por cierto desaparecieron del ámbito de investigación. En función a dicha denuncia, es que se activa la necesidad, no de desarrollar un operativo, sino mas bien de verificar la información y la denuncia sentada, pues según los datos del proceso, las declaraciones vertidas por los funcionarios del DACI y GICE, los informes que los mismos presentaron, se establece que la denuncia fue sentada en contra de William Quispe Vallejos, y no así en contra de Melquiades o Herminio, denunciantes en la presente causa. Entonces, si denuncio la extorsión en curso de parte del mencionado ciudadano, cual la razón por la que el Tribunal concluya que mi persona quería privar de libertad de estas dos personas Melquiades Mamani y Herminio Pucho? Que es lo que efectivamente aconteció; mi persona denuncia una extorsión de parte de William Quispe Vallejos, que efectivamente me hacía un pedido de dinero, y es así que los funcionarios policiales, se movilizan, reitero, no para realizar un operativo, sino mas bien, para corroborar, la información brindada por mi persona, sobre el delito que se estaba cometiendo en mi contra. Es así y como consecuencia de la necesidad de establecer la existencia de un hecho, en el que soy victima y como victimario se encontraba William Quispe, es que se determina corroborar dicha información, constituyéndose las dos entidades de Inteligencia Policial, para corroborar la veracidad o no de mi denuncia. Que es lo que acontence en el momento que dichos funcionarios intervienen; ellos pudieron ver, que realmente mi persona estaba siendo extorsionada, y como consecuencia de ello, se dispone, ante la flagrancia, la aprehensión de William Quispe Vallejos, por parte de funcionarios policiales, pues existía la solicitud de dinero y también el desplazamiento del mismo, a favor de la persona a la que denuncié, ya que se secuestraron los Bs. 20.000, que había entregado. Pero, a partir de la declaración del aprehendido en flagrancia y en el momento de la intervención, ya que el mencionado indicó que él era simplemente un intermediario, es que los funcionarios policiales de DACI y GICE, deciden “ellos”, remitirse o ir al lugar donde vive el señor Melquiades, no a solicitud mía y menos por una orden mía, sino mas bien, pues corroboraron la información brindada por mi persona, en primera instancia denunciando a William Quispe, y paralelamente ante la necesidad de seguir indagando, por lo acontecido, reitero, no a solicitud mía y peor por una orden, ya que no lideraba ningún operativo, sino mas bien era la víctima de un hecho, corroborado por los funcionarios policiales que operaron y ante la información brindada por el ya aprehendido, es que se toma la decisión de seguir avanzando. Como consecuencia de ello se constituyen a dicho domicilio para continuar corroborando lo informado por el señor William Quispe. Ya en el lugar, advierten ciertas cuestiones que les llamó la atención, y que supuestamente a pesar de que mi persona pedía que se aprehenda a Melquiades y Herminio, los mencionados nunca fueron privados de su libertad, o mejor dicho, los mencionados nunca fueron aprehendidos, pues los que lideraban el operativo, no decidieron hacerlo, ya que no estaban influenciados de ninguna manera por mi persona, al no existir una relación entre ambos o un pacto anterior para privar de libertad a estas personas. Este elemento resulta siendo muy importante, pues si mi persona o el ciudadano Valda, hubieran influenciado sobre estos funcionarios policiales, estaríamos con toda seguridad, frente a la innegable aprehensión de estas personas, Melquiades y Herminio, lo que en los hechos nunca aconteció, por lo que nace la pregunta, en quienes influencié?, como lo hice? y si así fuera, por que no se aprehendió a los señores Melquiades y Herminio?, en que momento las influencias sobre funcionarios de DACI y GICE, se desvanecieron, para no aprehender a estas personas? Definitivamente estas debieron ser las cuestionantes a superar a los fines de dictar una Sentencia en mi contra, en función al postulado efectuado por la Fiscalía y los demás acusadores. Primero, si no se aprehendió al señor Melquiades y Herminio, pues ellos nunca fueron denunciados por mi persona, sino únicamente a Willam Quispe Vallejos, cual la razón por la que el Tribunal, indica que mi persona armó dicho operativo, para aprehender a estas personas, pues como se tiene de los elementos de prueba, quienes decidieron ir al domicilio del señor Melquiades fueron los funcionarios policiales y no así como una pretensión mía. Segundo, si no se aprehende a estas personas, cual el beneficio que mi persona hubiera recibido, de dicho operativo, que según el Tribunal sería ilegal. Al no haberse demostrado lo advertido a momento de dictarse la Sentencia, estamos frente a la imposibilidad de que mi conducta se haya subsumido al delito de Uso Indebido de Influencias, pues los componentes del tipo no fueron acreditados. El haberse dictado una Sentencia Condenatoria en mi contra, sin antes haber revisado la acusación y desarrollar sus propias conclusiones en cuanto a la presunta existencia del hecho, permite colegir que se aplicó erróneamente, la norma sustantiva a tiempo de condenarme, pues para que la condena pueda emerger, la conducta del imputado debe subsumirse perfectamente a lo descrito en la norma penal, en este caso cubrir todos los presupuestos normativos sancionadores, lo que en los hechos nunca aconteció, ya que no se demostró el uso de mi influencia, ni frente a funcionarios policiales y menos frente a un tercero, menos ante el Mayor Freddy Valda Revilla, quien simplemente como funcionario policial, hizo y cumplió su deber, no debemos perder de vista, que el policía no deja de serlo en fin de semana o trabajando en otras dependencias, que al sentir de lo determinado en el Art. 286 – 1), del Código de Procedimiento Penal, tiene la obligación de denunciar y hacer todo acto que este a su alcance, para proteger a la sociedad, que se encuentra en riesgo o peligro, como fundamental rol de la policía (art. 168 CP). Es decir que al no haberse demostrado que mi persona ejerció su influencia en determinada persona, no era posible condenarme y menos sin haberse probado la existencia de un beneficio que debe ser netamente económico, permitirse a partir de las influencias que pudiera tener para conseguir un beneficio, lo que en los hechos nunca aconteció. Lo que demuestra que la condena dictada en mi contra, al no subsumirse perfectamente la conducta del imputado al delito nunca pudo aparecer, pues se dispuesto la privación de libertad de un inocente, que simplemente ejercía sus derechos, al verse afectados por la conducta de un tercero. 2.2. Doctrina Legal Aplicable. El Auto Supremo No. 65, de Sucre 27 de enero de 2007, determinó lo siguiente: “c) Delito de Uso Indebido de Influencias.- El articulo 146 del Código Penal establece: El funcionario público o autoridad que, directamente o por interpuesta ´persona y aprovechando de las influencias derivadas de las mismas obtuviere ventajas o beneficios, para si o para un tercero será sancionado con presidio de dos a ocho años y multa de cien a quinientos días´. Realizando el juicio de imputación objetiva y disgregando cada uno de los elementos objetivos que lo constituyen, tenemos los siguientes: 1.- calidad de funcionario público. 2.- La acción (de beneficiarse) sea directa o por interpuesta persona. 3.- Aprovechar de esas funciones que ejerce. 4.- Cuando indebidamente de las influencias que derivan de su cargo obtenga beneficios para si o un tercero; de ahí, que como elemento del juicio de imputación subjetiva tenemos: la acción dolosa del imputado.” A partir del texto glosado, que cabe puntualizar el mismo se encuentra inserto en el pliego acusatorio, comprendemos cuales los elementos que hacen a la existencia de este delito, entre ellos efectivamente realizar una conducta de forma directa o por interpuesta persona, para beneficiarse, directamente, este beneficio definitivamente debe ser materializado para establecer la concurrencia o no del tipo penal, entendido desde nuestra perspectiva en un beneficio que debe tener matices económicas, o sea que necesariamente se debe establecer la existencia del mismo, que en los hechos no aconteció, pues nunca se materializó, lo que el Tribunal pretende hacer ver, extra petita, inclusive, pues la fiscalía nunca propuso como beneficio, la aprehensión de los denunciantes en la causa, si no mas bien, el evitar que otro proceso continúe. Auto Supremo No. 221, de 7 de junio de 2006, emitido por la Sala Penal Primera, que en cuanto al Principio de Legalidad nos expresa: “Dada la importancia del principio de legalidad y la correspondencia estricta que necesariamente debe existir entre el comportamiento y la descripción del tipo penal, el juzgador en resguardo del principio de legalidad deberá cuidar que ese encuadramiento de la conducta esté inserto en la calificación antijurídica del tipo penal; caso contrario incurrirá en error in iudicando al condenar al imputado por delito inexistencia, lo que demanda su reposición en respeto de las garantías del debido proceso.“ En función a lo descrito en el texto glosado se tiene que a los fines de la adecuación de una conducta a un tipo penal, se deben reunir todos y cada uno de los elementos constitutivos del delito, no sin antes revisar y establecer sobre la capacidad de imputabilidad del sujeto activo del proceso, lo que en los hechos no acontece pues no se desarrollo una correcta fundamentación y menos una valoración de los elementos de prueba para determinar la posibilidad de sanción. 2.3. Que no exista fundamentación de la Sentencia o que esta sea insuficiente o contradictoria. Defecto comprendido en el Numeral 5), del Art. 370, del Código de Procedimiento Penal. En lo que respecta el presente agravio y siguiendo las directrices establecidas en el Art. 370 – 5), del Código de Procedimiento Penal, estamos totalmente convencidos que la Sentencia no cuenta con una Fundamentación. En primer lugar, comprendemos que a partir de lo descrito por el Art. 124, del Código de Procedimiento Penal, norma que regula la actuación de las Autoridades Jurisdiccionales, los miembros de un tribunal tienen la obligación de resolver las causas y paralelamente emitir fallos, como en el caso que nos ocupa (Sentencia), a fundamentar las mismas, entregando un resultado y un fallo en el marco de lo descrito en la norma, estableciendo y cumpliendo diversos protocolos y requisitos, a los fines de la comprensión de la determinación, mas aun al ser una Sentencia y un fallo que da fin al proceso, pues a partir del conocimiento y de la comprensión de la decisión, se llega al convencimiento de que la Sentencia resulta siendo el fiel reflejo de lo acontecido a lo largo del tratamiento del proceso en sede de juicio oral, pues a partir de ella una persona, como resulta siendo el imputado, debe cumplir la determinación, y adquiere mayor relevancia frente a una sanción grave, como lo son Cuatro Años de Privación de Libertad. Solo a partir de la lectura simple de la Sentencia y de la fundamentación, se llega al convencimiento de que no existía otro mecanismo por recorrer y que la sanción es justa y debe acatarse. Ahora bien, en función a los lineamientos emitidos por el mas alto Tribunal protector de Derechos Constitucionales, se tiene por demás establecido que las decisiones y resoluciones, no necesariamente deben ser ampulosos, no necesariamente deben contar con una gran cantidad de considerandos, y lo que definidamente se prohíbe es la copia de argumentos de los sujetos procesales, o la transcripción de los elementos de prueba, o las declaraciones, pues a partir de ello, se genera una suerte de incomprensión de los argumentos y de las citas o copias de declaraciones o elementos de prueba, pues lamentablemente a tiempo de desarrollar esta transcripción y copia de pruebas o su contenido, evitamos la sencilla comprensión de la Sentencia y también se genera una duda, de las razones por las que no se pretendió comprender y entender de diversa manera la intención probatoria de los sujetos procesales. En el caso que nos ocupa, debemos partir indicando que el Ministerio Público a tiempo de presentar y ofrecer sus elementos de prueba, en su Acusación desarrolla una división de ideas, la primera vinculada a la acreditación del hecho, en función a las pruebas documentales y testificales, pero paralelamente también se pretende acreditar la necesidad de sanción. Ahora bien, a partir del postulado efectuado líneas arriba entre las condiciones de validez de la Sentencia, a partir de lo regulado por el Art. 124, del Código de Procedimiento Penal, y lo modulado por el Tribunal Constitucional, en cuanto a la innecesaria copia de argumentos de los sujetos procesales y también sobre la falta de necesidad de que las Sentencias sean ampulosas, consideramos y lo aseguramos sin temor a equivocarnos, que la decisión que me encuentra culpable, lamentablemente no cuenta con argumentación y menos una fundamentación que nos permita comprender las razones de la decisión. La Sentencia impugnada, es ampulosa y paralelamente es una copia textual de los actuados desarrollados en el proceso. En su obiter, copia todas las acciones que se desarrollaron en el proceso penal, en cuanto a la presentación de incidentes, mi declaración y también mi postulado defensivo a partir de mi defensa técnica, posterior a ello advertimos una trascripción de algunas de las partes de los documentos que se produjeron en el proceso, en particular del acusador público, es decir que la Sentencia que cuenta mucha paginas, en su contenido solo tiene una copia de las pruebas que fueron producidas y presentadas en el Juicio Oral, en mas de un 70%. Este acápite tiene como denominativo “FUNDAMENTACIÓN PROBATORIA”, lo que nos debería permitir comprender que a partir de este momento de la Sentencia, conoceremos objetivamente las razones de la decisión, pero como tengo anunciado, las Autoridades Jurisdiccionales, solo indicaron que elementos de prueba se estaba revisando y copian los conceptos vertidos en dichos elementos de prueba, así como una transcripción de los audios que fueron grabados. Lo que resulta siendo preocupante, es que los elementos de prueba presentados por mi persona, ni se los menciona, lo cual resulta siendo extraño y también prohibido, que si bien me adherí a varios de los elementos de prueba presentados por el Ministerio Público, también propuse elementos de prueba que no fueron considerados, como los que resultan siendo los codificados según el memorial de ofrecimiento de prueba como 1.25., relacionado a Copias simples del proceso preparatorio del Juzgado Cuarto de Sentencia de la ciudad de La Paz, que acreditaron en alguna medida mi postulado, sobre el proceso armado en mi contra, la utilización de terceras personas, para sentar denuncias en mi contra, como resulta siendo el ciudadano Germán Mancilla, entre otros documentos que ni se mencionan en la determinación, que no básicamente estaban relacionados a la necesidad de aminorar mi pena, sino mas bien a la necesidad de acreditar mis postulados de defensa, este elemento de prueba no es considerado, no se expresa que existe y menos se le otorga un valor, positivo o negativo, desconozco las razones por las que el Tribunal a tiempo de pronunciarse, no hace uso de este elemento, para en alguna medida, aceptar mi postulado defensivo o en su caso, denegar mi posibilidad de absolución, al haberse acreditado de la existencia de actos previos al 12 de noviembre de 2016, por el cual recibí ataques frontales, inclusive con falsedades, como el hecho de expresar en una denuncia en mi contra, por parte de terceras personas, que a nombre de la CONALJUVE, sin pertenecer a dicha entidad, se me denuncia y como consecuencia de ello se estaría desarrollando la denuncia en mi contra, lo que originó en el proceso que presuntamente quería acallar. Este primer elemento no se ha cumplido por las Autoridades Jurisdiccionales, pues no se pronuncian con relación a mis elementos de prueba. En segundo termino es necesario concluir de la siguiente manera. En lo que respecta el presente reclamo, la copia de argumentos y los elementos de prueba, la transcripción de las declaraciones no resulta siendo la fundamentación que establece la normativa, con relación a la Fundamentación Probatoria, prometida por el Tribunal a tiempo de insertar ese denominativo al acápite referido. A ese efecto el Art. 124, del Código de Procedimiento Penal, determina de forma textual lo siguiente: “Las sentencias y autos interlocutorios serán fundamentados. Expresarán los motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba. La fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos o la mención de los requerimientos de las partes.”, por lo descrito por el Legislador, se tiene que las Autoridades Jurisdiccionales a tiempo de resolver el conflicto puesto a su consideración, deben evitar el exceso en el volumen de la Sentencia, pues la misma debe ser cualitativa y no cuantitativa, mas argumentos y menos cantidad de copias, que simplemente confunden en su comprensión, otorgando respuestas que definitivamente sean comprensibles, evitando las reiteraciones o las copias innecesarias, pues lo que cada testigo declaró en el proceso, se halla registrada en un acta física, es decir, la transcripción de la misma, y al presente en soportes audiovisuales (CD´s), lo que implica que la fundamentación probatoria, no debería ser la copia de dichas declaraciones o la simple mención de los documentos judicializados, los otros elementos de prueba, como los audios que fueron desdoblados. En los hechos y de la lectura prolija del fallo, en este elemento denominado Fundamentación Probatoria, el Tribunal, incumple con los presupuestos determinados en la Ley y me genera una inseguridad total, en cuanto a la fundamentación requerida, no pudiéndose establecer a partir de dicho contexto, las razones de la Condena, pues lo único que se desarrolló es una copia de los elementos de prueba y las declaraciones vertidas, y ningún elemento de prueba, tiene una conclusión, como el expresar, que determinado documento o elemento de prueba, adquiere un valor esencial, o viceversa, determinar, las razones por las que alguna prueba no sería suficiente, es decir que no se le entrega un valor. Ahora bien, no se puede alegar que en el siguiente considerando de la Sentencia se encuentra la motivación, pues según la decisión, ese corresponde a otro acápite dividido por el Tribunal, que tiene otro denominativo, que resulta siendo la valoración de las pruebas, que supuestamente hubiera desarrollado el Tribunal, pues está consignado con otro denominativo y como otro momento de la Sentencia, el hecho de haber consignado a esta parte del fallo, como la Fundamentación, esto impedía que se copien las declaraciones y menos se indiquen que pruebas se produjeron en el proceso, sino mas bien explicar las razones por las que se llega a la conclusión de la Sentencia, como el elemento esencial de la determinación y es donde mi persona debería encontrar la respuesta a todos los planteamientos de las partes, en vez de fundamentación, ello debería tener otro contexto, debería ser consignado como los antecedentes de la causa y no como la fundamentación, esta actuación definitivamente establece en la arbitrariedad del fallo, no pudiendo suplirse con los demás elementos con las que cuenta la Sentencia, pues para ello y como respuesta a nuestra postulación, el Legislador, entendió como otro presupuesto a ser reclamado, al ser otro defecto de Sentencia. Ante la evidente falta de fundamentación, por la simple copia de argumentos, se tiene que este defecto de la Sentencia se halla plenamente acreditado y como consecuencia de ello corresponde la Nulidad de la Sentencia. 2.3.1. Doctrina Legal Aplicable. El Auto Supremo No. 248/2012-RRC, de 10 de octubre, determinó lo siguiente: “Concluido el juicio oral, corresponde al Juez o Tribunal de Sentencia, emitir la Sentencia que corresponda a través de una resolución debidamente fundamentada que comprenda una fundamentación descriptiva, analítica o intelectiva o jurídica, lo que supone la precisión del conjunto de hechos que se tienen por ciertos o debidamente probados con los requisitos de claridad y previsión; la transcripción sintética pero completa del contenido de la prueba; la valoración propiamente dicha de la prueba o el análisis de los elementos de juicio con que se cuenta; la calificación jurídica de la conducta desplegada por el imputado, lo que importa analizar los elementos del delito como la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad, esto es la labor de adecuación o no del hecho al presupuesto normativo; y la aplicación de la pena; solo así se permitirá que los sujetos procesales y cualquier persona que lea la Sentencia, comprenda de donde obtiene el Juez o el Tribunal, la información que le permite llegar a una conclusión, solo de esa manera, la Sentencia se explica por si sola; incurriéndose en fundamentación insuficiente por la ausencia de cualquiera de los elementos o requisitos señalados; por ende, en el defecto previsto por el art. 370 inc. 5) del CPP, (…)” A los fines de lo determinado en nuestra normativa, no es posible que las Autoridades Jurisdiccionales, puedan simplemente referir que elementos de prueba, son los que se produjeron en juicio, sino mas bien otorgarles un valor, positivo o negativo, establecer la conducencia y utilidad de los medios de prueba, para llegar a una conclusión que se refleje en la Sentencia, en el caso que nos ocupa, se transcribe determinados elementos de prueba, pero en el momento preciso de la fundamentación, no se hace referencia a la utilidad de dichos documentos, en su integridad, no simplemente algunos documentos. El Auto Supremo No. 468/2017-RRC de fecha 27 de junio de 2017, resuelve en cuanto a la motivación lo siguiente: “De ahí́ que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser expresa, clara, legitima y lógica. a) Expresa: porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros actos, o a las constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley exige que el juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando sus propias argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él, para arribar a la conclusión. b) Clara: en la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan, aún por los legos. c) Completa: la exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las partes en los diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos decisivos que justifican cada conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas las cuestiones esenciales o fundamentales que determinan el fallo. En este sentido, cualquier aspecto de la indagación susceptible de valoración propia, asume individualidad a los fines de la obligación de motivar; y sobre la base del principio de exhaustividad habrá́ falta de motivación, cuando se omita la exposición de los razonamientos efectuados sobre un punto esencial de la decisión y sobre los hechos secundarios alegados en el mismo, porque la obligación de motivar alcanza también a ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual el Tribunal llega a la conclusión sobre la causa petendi. La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe referirse al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las denuncias formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre en un vicio de incongruencia. El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en los que las partes han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen el objeto del recurso. Al conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano judicial incurre, en las formas de incongruencia conocidas como ultra petita, citra petita o extra petita partium. d) Legítima: la legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las denuncias formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del proceso. Por lo tanto, el fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas del objeto particular del recurso deducido, no esta debidamente motivada. e) Lógica: finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad, de ahí́ que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de un modo integral, empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas de la sana critica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es decir, sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”. De la lectura de la Sentencia se concluye, que el Tribunal no ha cumplido con la correcta motivación del fallo, al simplemente mencionar que elementos de prueba cursan en el expediente de Juicio Oral y no otorgarles un valor, lo que implica un incumplimiento a las reglas para pronunciarse. El Auto Supremo No. 762/2017-RRC, de fecha 05 de octubre de 2017, determina: “III.3. Obligación de los Tribunales de emitir resoluciones fundadas en derecho y motivadas adecuadamente. Las resoluciones para su validez y eficacia, requieren cumplir determinadas formalidades, dentro las cuales se encuentra el deber de fundamentarlas y motivarlas adecuadamente, debiendo entenderse por fundamentación la obligación de emitir pronunciamiento con base en la ley y por motivación el deber jurídico de explicar y justificar las razones de la decisión asumida, vinculando la norma legal al caso concreto; al respecto, el Auto Supremo 111/2012 de 11 de mayo, señaló que: “Este deber se halla sustentado en el principio lógico de la razón suficiente; al respecto, Juan Cornejo Calva, en su publicación ‘Motivación como argumentación jurídica especial’, señala: ‘El derecho contemporáneo ha adoptado el principio de la Razón Suficiente como fundamento racional del deber de motivar la resolución judicial. Dicho principio vale tanto como principio ontológico cuanto como principio lógico. La aplicación o, mejor, la fiel observancia, de dicho principio en el acto intelectivolitivo de argumentar la decisión judicial no solamente es una necesidad de rigor (de exactitud y precisión en la concatenación de inferencias), sino también una garantía procesal por cuanto permite a los justificables y a sus defensores conocer el contenido explicativo y la justificación consistente en las razones determinantes de la decisión del magistrado. Decisión que no sólo resuelve un caso concreto, sino que, además, tiene impacto en la comunidad: la que puede considerarla como referente para la resolución de casos futuros y análogos. Por lo tanto, la observancia de la razón suficiente en la fundamentación de las decisiones judiciales contribuye, también, vigorosamente a la explicación (del principio jurídico) del debido proceso que, a su vez, para garantizar la seguridad jurídica. En definitiva, es inexcusable el deber de especificar por qué, para qué, cómo, qué, quien, cuando, con que, etc., se afirma o niega algo en la argumentación de una decisión judicial en el sentido decidido y no en sentido diferente. La inobservancia del principio de la razón suficiente y de los demás principios lógicos, así como de las reglas de la inferencia durante la argumentación de una resolución judicial, determina la deficiencia en la motivación, deficiencia que, a su vez, conduce a un fallo que se aparta, en todo o en parte, del sentido real de la decisión que debía corresponder al caso o lo desnaturaliza. Esa deficiencia in cogitando, si es relevante, conduce a una consecuencia negativa que se materializa en una decisión arbitraria, (injusta)." Por otra parte, la fundamentación y motivación de Resoluciones implica el deber jurídico de explicar y justificar de forma lógica y con base en la Ley, las razones de la decisión asumida en apego al principio de congruencia, que es aquella exigencia legal que obliga a establecer una correlación total entre la pretensión de quien recurre y la decisión de la autoridad jurisdiccional; es decir, a la existencia de concordancia entre lo planteado por las partes y la decisión asumida por el Juez o Tribunal; pero además, exige la concordancia o coherencia entre los fundamentos de la Resolución y su parte resolutiva, caso contrario la resolución podría incurrir en vicio de incongruencia que puede ser interna o externa. Lo expresado demuestra la falta de fundamentación de la sentencia, pues se extraña como el Tribunal de Sentencia omite referirse a los extremos señalados al largo del juicio y en expreso lo señalado en alegatos finales, dando un carácter de invisibilización a los derechos del acusado, contradiciendo los elementos más esenciales del Debido Proceso, el mismo que parte del Art. 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos. Siguiendo los lineamientos de nuestro Estado caracterizado por ser un Estado de Derecho por lo tanto asume como preeminente el ejercicio y goce de los derechos humanos, más aun cuando se está frente al poder punitivo del Estado, es así que se hace necesario y de conformidad al Bloque de Constitucionalidad establecido en el Art. 410 de la Constitución Política Estado siguiendo los lineamientos jurisprudenciales como la SC 010/2010, las sentencias de instancias internacionales tienen un carácter vinculante para nuestro Estado, en ese entendido la Corte Interamericana de Derechos Humanos señala de manera expresa: “77. La Corte ha señalado que la motivación “es la exteriorización de la justificación razonada que permite llega a una conclusión”. El deber de motivar las resoluciones es una garantía vinculada con la correcta administración de justicia, que protege el derecho de los ciudadanos a ser juzgados por las razones que el Derecho suministra y otorga credibilidad a las decisiones jurídicas en el marco de una sociedad democrática. 78. El Tribunal ha resaltado que las decisiones que adopten los órganos internos que puedan afectar derechos humanos deben estar debidamente fundamentadas, pues de lo contrario serian decisiones arbitrarias. En este sentido la argumentación de un fallo debe mostrar que han sido debidamente tomados en cuenta los alegatos de las partes y que el conjunto de pruebas ha sido analizado”. Veamos como la Corte IDH, señala de manera expresa la necesidad de fundamentación, principio desconocido en la Sentencia, considerando que el Tribunal de Sentencia en ningún momento se refiere a la prueba documental, de la defensa como elementos de defensa, es decir omite dar crédito a todas las alegaciones de la defensa, resumiendo a hacer una transcripción de las partes que considera necesario para una incriminación, omitiendo señalar los extremos referidos por la defensa y el valor probatorio solicitado para cada prueba aportada en juicio. 2.4. Que la Sentencia se base en hechos inexistentes o no acreditados o en valoración defectuosa de la prueba. Defecto de Sentencia comprendido en el Art. 370 – 6). Esta causal de interposición del recurso se divide en dos presupuestos, que los consideramos totalmente acreditados en función a los siguientes argumentos. 2.4.1. Con relación a que la Sentencia se basa en hechos inexistentes o no acreditados. De los antecedentes cursantes en el Cuaderno de Juicio, se tiene que las Autoridades Jurisdiccionales a tiempo de resolver el meollo jurídico, establecieron en diversos considerandos, en particular en la valoración de los medios de prueba o en el acápite Valoración Intelectiva de la Prueba, diversos aspectos, que en el entender del Tribunal, fueron demostrados. Determinaron o resolvieron por que mi persona buscaba y hubiera logrado la aprehensión de los denunciantes Melquiades y Herminio y que ese sería el elemento que acredita el beneficio, ya que se indica de manera textual en la Sentencia: “(…) corresponde la aplicación de la sanción penal que manda la ley al haberse demostrado con suficiente prueba que los acusados haciendo valer su jerarquía acordaron el inicio de un proceso ilegal e irregular utilizando funcionarios de elite de inteligencia para obtener la aprehensión de dos personas requeridas por Anghelo Saravia sin que exista el debido proceso.” Con relación a este acápite de la Sentencia y como tenemos informado con anterioridad, en ningún momento los mencionados ciudadanos fueron aprehendidos, pues a los fines de la comprensión de la medida cautelar, que resulta siendo la Aprehensión, necesariamente debió existir un Informe de Acción Directa, que hubiera sido emanada de la Autoridad competente, en este caso de los funcionarios policiales, ya sea del DACI o GICE, donde y como consecuencia de encontrárselos en flagrancia, se hubiera dispuesto su privación de libertad, para luego ponérselos frente a la Autoridad Fiscal, para que resuelva sobre su situación jurídica, o se aplique lo determinado en el Art. 228, del adjetivo de la materia, para que sea un Juez Cautelar, quien los libere, pero todos estos pasos procedimentales nunca acontecieron, por lo que las Autoridades que me juzgaron, en ningún momento pudieron acreditar la “APREHENSIÓN”, de estas dos personas, o que en algún momento se haya puesto en riesgo, por lo menos, ya que no era mi persona la que lideraba algún operativo, no existía alguna influencia de parte mía o del Mayor Freddy Valda Revilla para que esto acontezca, sino mas bien el fin era la de corroborar la información brindada por mi persona, en lo que respecta la denuncia en contra de William Quispe, que por la información ofrecida por el indicado, es que se procedió por parte de funcionarios policiales a constituirse en el domicilio del señor Melquiades, y no a solicitud mía o por influencia de interpuesta persona. Por lo que establecer que estas personas fueron aprehendidas, no resulta siendo una conclusión probada por algún elemento de prueba, judicializada y producida en la audiencia de juicio oral, ahora bien, no se puede confundir, con el arresto, que se pudo producir, que el mismo resulta siendo un acto totalmente diferente a la aprehensión, pues para ambos casos, se reúnen distintos elementos, el usar el termino aprehensión por parte del Tribunal acredita la falta de pulcritud en sus decisiones y peor aun en la falta de acreditación de lo establecido. Esta postulación adquiere relevancia, cuando según el Tribunal, se hubiera llegado a ese fin de aprehender a estas dos personas y que este sería el beneficio esperado, para evitar que los mismos, continúen o desistan de una acción iniciada en mi contra, pero en el caso de acreditarse que efectivamente no se produjo dicha aprehensión, entonces el resultado y el componente vinculado al beneficio nunca existió, obviamente sin reconocer ningún hecho. Por otro lado, el Tribunal llega a la conclusión de que mi persona y el Mayor Freddy Valda Revilla, hubiéramos pactado el desarrollo de un operativo circunstancial y que como consecuencia de ello se hubiera movilizado a dos entidades de Elite dependientes de la Policía Boliviana, que tienen como fin desarrollar trabajos de inteligencia, para la prevención y contención de la delincuencia en casos de impacto social. Sobre el particular, me pregunto, a partir de que elemento de prueba, se llegó a la conclusión de que mi persona y el Mayor Freddy Valda, tomamos dicha determinación, como es que el Tribunal asume como cierto, el propósito supuesto que nuestras personas tenían con la finalidad de realizar dicho operativo casual. Esta afirmación no se halla demostrada por ningún elemento de prueba que se haya producido o se haya desfilado a lo largo del proceso en sede de juicio oral, ninguno de los testigos y menos los elementos de prueba, demostraron por lo menos la existencia de una llamada entre nosotros y menos cual el contenido de la misma, como el acto doloso de generar casualmente la necesidad de operar o desarrollar un operativo para que mi persona sea beneficiado, el Tribunal de forma subjetiva resuelve o concluye con que presuntamente esto hubiera acontecido, en cuanto a coordinar el operativo con un fin especifico. Esta afirmación y conclusión a la que arriba el Tribunal, no cuenta con algún sustento probatorio, y emerge única y exclusivamente del imaginario de las autoridades, pues nadie postuló la existencia o la conformación circunstancial, de la decisión de operar para aprehender a los denunciantes, mas aun que como tengo descrito, lo que se ha denunciado o a quien se denunció, es al señor Willam Quispe Vallejos, y no así al señor Melquiades o Herminio. Entonces la conclusión arribada, se funda en meras suposición jamás acreditadas a lo largo del proceso en sede de juicio oral. Resulta siendo esencial la fundamentación o la probanza con relación a este acápite, pues de no resolverse o no establecerse la existencia de un pacto, entre los acusados y sobre los cuales se dicta la Sentencia, no existiría la posibilidad de recrear, como o de que manera el hecho aparece y comienza a desplegarse, para concluir con su consumación o dejarlo en tentativa. Entonces, desde nuestra perspectiva, esa fue la única razón por la que el Tribunal, para cumplir con el Principio de Certeza, desde su imaginario determinan, que supuestamente mi persona y el Mayor Freddy Valda, hubiéramos pactado el desarrollo de un operativo circunstancial. Lo que demuestra que con la finalidad de no dejar cabos sueltos, comienza la invención del Tribunal de generar una perfecta relación que hubiera permitido resolver de la forma que se lo hizo, es decir, acreditar la existencia de un pacto anterior al hecho, para generar beneficios, pero como tengo expresado, sin que exista un solo elemento de prueba que demuestre o acredite esta conclusión. Por lo que la Sentencia se funda en elementos no acreditados de ninguna manera, dejando constancia que el delito de Consorcio, que tiene que ver con la creación de un grupo irregular, fue desestimado por el Tribunal, al no reunirse los elementos constitutivos del delito, entre ellos esa conformación y pacto de realizar acciones irregulares, lo que motiva el reclamo en este acápite y también en la necesidad de que se revise el fallo dictado. 2.4.2. Con relación a la valoración defectuosa de la prueba. A tiempo de efectuarse la valoración de los elementos de prueba, el Tribunal incurre en los mismos defectos que fueron denunciados con anterioridad en el periodo de observar la fundamentación, pues cuando se realiza este ejercicio, se copia los elementos de prueba, o algunas de las partes para determinar o establecer la existencia del hecho y mi participación, sin que exista una mínima valoración correcta que permita llegar a una conclusión, dejando de lado todos los documentos y su valoración integral, así como mis elementos de prueba y mi postulado Pasemos a centrarnos en los elementos de prueba que fueron presentados y judicializados, que no fueron valorados correctamente. Entonces a los fines de establecer que el resultado obtenido en la Sentencia es razonable y emerge de los datos del proceso y de los elementos de prueba que fueron producidos debemos efectuar una revisión de los mismos y de la correcta valoración que se le pudo otorgar a los elementos de prueba, pues a la conclusión de que se arriba, es que soy responsable de los hechos motivo de juzgamiento. Por los elementos de prueba que fueron desfilados en el proceso, se tienen diversos informes que fueron emanados por funcionarios policiales, como en este caso resultan siendo los codificados como MP-14, que en lo esencial determinan lo siguiente. En lo que respecta el informe emitido por el funcionario policial, NO. 01/2017, de fecha 18 de enero de 2017, firmado por el Mayor Henry Pinto, se establece como y la manera en que dicho personal, dependiente del GICE, resuelve por participar de un acto cotidiano, y natural, como lo es participar de una acción directa, luego de corroborar, la existencia de un hecho delictual, en función a la denuncia brindada y la existencia de elementos suficientes que acreditan la necesidad de proceder con la aprehensión o no de determinada persona, en este caso el señor William Quispe Vallejos, a quien mi persona atribuye los hechos vinculados a una extorsión. Ahora bien, en dicho elemento de prueba, se advierte que el funcionario que suscribe dicho informe, expresó que el GICE, es una unidad dependiente de la Policía Boliviana, que tiene un grado de dependencia con la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, que tiene como rol y función participar en hechos y casos vinculados a la Ley 1008, pero también a otros hechos delictuales, como el mismo lo expresa, de impacto social, dando un catalogo de los delitos que atienden, entre ellos los hechos de extorsión, entre otros, entonces al haber denunciado de mi parte una extorsión, no existía limitante para poder participar y desarrollar la corroboración de dicha denuncia. No existiendo ninguna limitante para poder efectuar la misma, mas aun cuando, los funcionarios policiales, se reportaron a su mando natural, llegando a la Máxima Autoridad de la entidad policial, en este caso el Coronel Felipe Almaraz, quien también fue informado por parte del Mayor Valda y también por parte del funcionario de GICE, en este caso el Mayor Henry Pinto, quien fue autorizado no solo por el Mayor Valda a desarrollar el trabajo de forma conjunta al DACI, si no también por el Coronel referido, quien de forma textual determinó que trabajen juntos y autorizó y dio la orden para que se pueda destacar el personal, para la corroboración de la denuncia. Entonces este elemento de prueba, no fue considerado o no fue valorado en su verdadera dimensión, que acorde a las llamadas telefónicas, entre el Mayor Valda, y el Coronel Felipe Almaraz, se determinó, que no fue una operación estrictamente armada o desarrollada por nuestras personas, sino mas bien, que la Máxima Autoridad, tenía conocimiento del mismo. Pasa lo mismo con el elemento de prueba codificado como MP-15, de fecha 18 de enero de 2017, firmado por el Capitán Freddy Felipe Vargas Gutiérrez DACI, quien hace conocer como o de que manera se desarrolla el trabajo, vinculado a la corrobación de la información brindada por mi persona, para activar los mecanismos de persecución penal, es mas según lo informado, ni una denuncia es necesario para poder activar los mecanismos vinculados a estas dos reparticiones, ante la flagrancia del hecho y al ser casos de impacto social. De dicho elemento de prueba que no fue valorado de la mejor manera, se advierte de todas las acciones que se efectuaron a tiempo de la corroboración de la denuncia, en primer termino explicando la forma en que se arriba al lugar de los hechos, las acciones que se desarrollaron para efectos de disponer la aprehensión de Willam Quispe Vallejos y de su esposa, la necesidad de avanzar al bien inmueble del señor Melquiades Mamani, así como de las acciones que se desarrollaron en el lugar referido, indicando que todas las acciones fueron reportadas a su inmediato superior o a su mando natural, sin que exista una oposición para seguir avanzando en las acciones. Estos elementos de prueba demuestran de manera sencilla, que los funcionarios policiales obraron siguiendo ordenes, no mías o del Mayor Valda, sino mas bien de sus mandos naturales, con pleno conocimiento del Coronel Felipe Almaraz, quien fungía como Director de la FELCC, lo que demuestra que mi persona no tuvo alguna participación en los hechos, pues no pude influenciar en nadie, ya que en caso de haberlo hecho, el señor Melquiades Mamani y el señor Herminio Pucho, oficialmente hubieran sido aprehendidos, y en realidad nunca tuvieron esa condición, el haber solicitado que se desarrolle el mismo y no haberse cumplido por los funcionarios policiales, permite establecer, que no tengo el poder que me atribuyen, que no tenía la capacidad de poder hacer que oficiales policiales puedan acatar mis pedidos, anulando de forma clara la posibilidad de influenciar en algún personero dependiente de la Policía Boliviana, reitero, en caso de ser tan influyente como se me pretendió mostrar, seguramente todos hubieran cumplido con mis pedidos y nunca hubiera sido aprehendido por funcionarios, por ordenes de la Fiscalía, lugar donde prestaba mis funciones. Estas dos entidades, y los personeros tanto del DACI como el GICE, recibieron ordenes de parte de la Máxima Autoridad, como es el caso de Coronel, Felipe Almaraz, quien ordenó que ambas entidades trabajen de manera conjunta, para determinar o desarrollar el operativo, es esta persona quien da el visto bueno, para que se pueda operar de manera conjunta, lo que demuestra, que esta actividad policial, no nace de la ideación mía o del Mayor Valda, sino mas bien que tiene el respaldo de la entidad y la Autoridad, encargada y llamada por Ley, para poder activar el mismo. Entones estos elementos de prueba no fueron valorados de manera correcta a los fines de emitir el fallo. Conjuntamente dicha información, existen las llamadas telefónicas, que no merecieron consideración por parte del Tribunal codificadas como MP-20, donde advertimos la conversación entre el Mayor Valda y el Coronel Felipe Almaraz, donde de manera textual se tiene: “YA HABLA CON VARGAS Y CON EL HAGAN EL OPERATIVO.”, que es lo que refirió el Coronel Almaraz, es decir que de forma textual, la mencionada Autoridad, luego de recibir el reporte de lo acontecido, ordena que se desarrolle un operativo, lo cual me libera de toda posibilidad de ser participe de un hecho delictual. En primer termino, yo no hablé o le pedí o influencié en el Coronel Felipe Almaraz, para que se desarrolle el mismo, sino mas bien un funcionario policial, le reporta de la necesidad de corroborar mi denuncia, vinculada a la extorsión y de realizar un operativo. En segundo termino, los funcionarios policiales, como es el caso de los personeros del GICE, también hablaron con el coronel Almaraz y textual la conversación refiere: “MI CORONEL LE HA DADO PARTE EL MAYOR VALDA SOBRE EL TEMA DE EXTORSIÓN DEL FISCAL SARAVIA? ¿CUÁLES SON LAS LINEAS SOBRE ESO JEFE ATENDEMOS? CLARO COORDINEN NOMAS APOYENLE, CUIDADO QUE CON ESOS COJUDOS NO HAY CASO DE PELEARSE TAMBIEN PORQUE DESPUES JODEN. YA POSITIVO. AYUDENLE NO MÁS. YA POSITIVO.” Por el medio de prueba indicado, se tiene que no solo fue un planteamiento de defensa el vertido en la audiencia de juicio oral, si no mas bien, fue acreditado, que este operativo, no emergió de la simple idea y del uso de influencias de los acusados, pues tuvo conocimiento pleno la Máxima Autoridad de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen, para efectuar el operativo de forma conjunta, entre el DACI y GICE, medios de prueba que lamentablemente no fueron valorados y se concluye, por la existencia de un armado operativo, y que el Mayor Valda hubiera influenciado en los funcionarios de esas dos reparticiones, dándole un sentido distinto a la grabación de la conversación entre el Mayor Valda y el Mayor Henry Pinto Arancibia, dándole una interpretación a la conversación alejada de la realidad, obviando los otros elementos de prueba que fueron referidos anteriormente. De igual manera y como lo habíamos referido con anterioridad, de nuestra parte también hemos ofrecido y presentado elementos de prueba, que en su mayor parte efectivamente son una repetición de los argumentos que fueron presentados por el acusador principal, pero paralelamente presentamos elementos de prueba, que acreditan en alguna medida mi postulado de defensa, pues a lo largo de todo el proceso, reclamamos, que la causa fue armada en mi contra, por determinadas personas, que usaron tanto a los denunciantes, como a otras personas, como al ciudadano Germán Mancilla, para apertura una persecución en mi contra, para poder lograr mi privación de libertad y evitar que continúe en mi cargo de fiscal, estos elementos de prueba codificados en el punto 1.25., del ofrecimiento de prueba, no tuvieron o merecieron ni siquiera su nombramiento en ninguna etapa de la dictación de la Sentencia por parte del Tribunal, se ha obviado de tal manera, que definitivamente mi postulado defensivo, no ha merecido ninguna atención y menos una consideración, violando de esa manera mi derecho a conocer decisiones motivadas. Por lo que convencidos como estamos, sin temor a equivocarnos, resolvemos por la incorrecta valoración de los elementos de prueba presentados, producidos y judicializados en la causa. Lo señalado constituye una violación a los derechos humanos, es así que se tiene del caso “Niños de la Calle” Villagran Morales y otros Vs. Cuatemala, cuando señala: 232. En lo referente a la apreciación de las pruebas, se observa que los tribunales internos desestimaron por irrelevantes o tacharon absoluta o parcialmente ciertos testimonios importantes aplicando criterios que merecen reparos (….)” 233. Visto en su conjunto el proceder de aquellos jueces, se hace evidente que fragmentaron el acervo probatorio y luego procedieron a enervar, caso por caso, los alcances de todos y cada uno de los elementos probatorios de la responsabilidad de los imputados. Esto contraviene los principios s de valoración de la prueba, de acuerdo con los cuales las evidencias deben ser apreciadas en su integralidad, es decir, teniendo en cuenta sus relaciones mutuas, y la forma como prestan soporte unas a otras o dejan de hacerlo, De esa manera el Estado dejó de cumplir con la obligación de investigar efectivamente y adecuadamente los hechos de que se trata, en violación del artículo 1.1. de la Convención Americana, en conexión con el artículo 8 de la misma” 2.4.3. Doctrina Legal Aplicable. Auto Supremo 65/2012-RA de 19 de abril, se señaló que: “El tercer momento es la fundamentación analítica o intelectiva, en la que no sólo se trata de apreciar cada elemento de juicio en su individualidad, sino de aplicar conclusiones obtenidas de un elemento a otro, lo que implica, una apreciación en el conjunto de toda la prueba judicializada. En este momento, la autoridad judicial competente de emitir una sentencia, deberá dejar constancia de los aspectos que le permitieron concluir en el caso de las declaraciones testificales porque consideró coherente, incoherente, consistente o inconsistente, veraz o falsa la declaración de los testigos, es decir, expresar tanto las razones que se tiene para creer a alguno o algunos de los testimonios, como las razones que se tiene para rechazar o desechar otro u otros; similar tarea deberá ser desarrollada respecto a la prueba documental y pericial, debiendo dejarse constancia sobre el merecimiento o desmerecimiento de cada prueba así como su relevancia o no”. El Auto Supremo 342 de 28 de agosto de 2006, y 207 de 28 de marzo de 2007 y 319/2012-RRC de 4 de diciembre, entre otros, fueron concretos al afirmar que toda resolución debe ser expresa, clara, completa, legitima y lógica. “i) Expresa porque se debe señalar los fundamentos que sirvieron de soporte para sustentar su tesis, sin remisión a otros actos procesales; ii) Clara, en sentido que el pensamiento del juzgador debe ser aprehensible, comprensible y claro, no dejando lugar a dudas sobre las ideas que expresa el juzgador; iii) Completa, debiendo abarcar los hechos y el derecho; iv) Legítima; ya que, debe basarse en pruebas legales y válidas. Para que exista legitimidad en la denuncia de valoración defectuosa de la prueba en la Sentencia, el Tribunal de alzada debe realizar el análisis de iter lógico por el que se evidencie la correcta o incorrecta valoración de la prueba efectuada por el Juez de Sentencia; y, v) Lógica, que es el requisito transversal que afecta a los otros requisitos; debiendo la motivación, en términos generales, ser coherente y debidamente derivada o deducida, pero utilizando las máximas de la experiencia, la psicología y las reglas de la sana critica.” El Auto Supremo 5/2007, de forma sencilla resuelve: “La exigencia de motivación es una garantía constitucional de justicia, fundada en el régimen republicano de gobierno que, al asegurar la publicidad de las razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias, permiten el control del pueblo, sobre su conducta, resguardando con ello a los particulares y a la colectividad contra las decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde también a otros fines, ya que podrán los interesados conocer las razones que justifican el fallo y decidir su aceptación o fundar su impugnación por los medios que la ley concede. Al mismo tiempo brinda al Tribunal de alzada el material necesario para ejercer su control, y finalmente sirve para crear la jurisprudencia, entendida como el conjunto de las enseñanzas que derivan de las sentencias judiciales.” Auto Supremo 085/2013-RRC, se precisó: “Como se tiene desarrollado ampliamente por este Tribunal, cabe recordar que entre las vertientes de trascendencia de la garantía constitucional al debido proceso, se encuentra la debida fundamentación de toda resolución judicial, que debe ser observada por todos los Tribunales de justicia, incluidos los de apelación. La motivación implica que la autoridad que dicte un fallo, en este caso en apelación, tiene la ineludible obligación de exponer los razonamientos que le llevan a asumir una decisión, ya sea en uno u otro sentido; dicho de otro modo, implica la exigencia de una fundamentación de hecho y de derecho, que sustenta la parte dispositiva del Auto de Vista; además, esta obligación abarca el inexcusable deber del Tribunal de apelación, de pronunciarse sobre cada uno de los aspectos cuestionados o reclamados, no pudiendo acudirse a criterios restrictivos u omisivos que tiendan a evadir una respuesta a todos los reclamos del apelante, en cuyo caso se vulneraría la garantía al debido proceso.” En todos los casos la Doctrina Legal Aplicable, prohíbe evitar pronunciarse con relación a los elementos de prueba, de igual manera obliga a las autoridades a pronunciarse con relación a todos los componentes de lo debatido, evitando los subjetivismo y solamente basándose en los elementos objetivamente acreditados en el proceso. El Auto Supremo 228/2018-RRC de 10 de abril, analizó las denuncias de afectación al principio de congruencia contenido en el art. 398 del CPP y revalorización de la prueba, con el argumento que el Auto de Vista impugnado resolvió cuestiones que no fueron expresamente denunciadas por el apelante, así como, emitió criterio valorativo en torno a testificales producidas en juicio oral. En el análisis de fondo el precedente en descripción manifestó: “En juicio de esta Sala el Tribunal de apelación en este particular, asumió una posición contraria y contradictoria a lo previsto en el Auto Supremo 354/2014-RRC de 30 de julio, pues su análisis no se enfocó en el control respecto a la correcta aplicación de las reglas de la sana crítica en la Sentencia, ejerciendo el control, no sólo de legalidad de la Sentencia, sino de la logicidad o razonamiento lógico-jurídico empleado a momento de valorar la prueba, sino anteponiendo una valoración propia sobre la del Juez de mérito”; con ese antecedente se resolvió por dejar sin efecto el Auto de Vista impugnado, reiterando la doctrina legal del Auto Supremo 354/2014-RRC de 30 de julio: “Ahora bien, el control respecto a la correcta aplicación de las reglas de la sana crítica en la Sentencia, corresponde al Tribunal de apelación conforme disponen los arts. 51 inc. 2) del CPP y 58 inc. 1) de la Ley del órgano Judicial (LOJ); en ese entendido, el citado Tribunal, se encuentra facultado para ejercer el control, no sólo de legalidad de la Sentencia, sino de la logicidad o razonamiento lógico-jurídico empleado a momento de valorar la prueba, que debe encontrarse traducida en la fundamentación probatoria del fallo, lo que no implica, que el Tribunal de alzada pueda rever los hechos u otorgar valor distinto o revalorar los medios probatorios, sino, ejercer control respecto a la justificación del fallo; sin embargo, esta labor, debe a su vez encontrase debidamente fundamentada…” Por otra parte el Auto Supremo 266/2014-RRC de 24 de junio, tuvo como eje de análisis un supuesto de revalorización de prueba en apelación restringida, en el que se alegó que “el Auto de Vista impugnado, en forma ilegal ingresó al establecimiento de hecho sobre la base de revalorización de prueba…cuando el Tribunal de alzada presenta claras sugerencias sobre la re tipificación de los hechos por el delito de Asesinato” ; así como sostenerse que sostuvo la existencia de errónea aplicación de la ley sustantiva en la sentencia en base “a supuestos fácticos que el Tribunal de juicio no aceptó, pues no estaban sustentados en pruebas de cargo”. El examen de fondo develó que la denuncia era evidente pues Tribunal de alzada había incurrido en revalorización de prueba al sugerir la comisión del delito de Complicidad en relación a Asesinato. Se sentó la siguiente doctrina legal: “En ese contexto el Tribunal de alzada al resolver el recurso de apelación restringida, tiene el deber de ejercer el efectivo control de la valoración de la prueba realizada por el Juez o Tribunal de Sentencia, a efecto de constatar si se ajusta a las reglas de la sana crítica y que se halle debidamente fundamentada; sin embargo, esto no supone un reconocimiento a la posibilidad de que aquel Tribunal pueda ingresar a una nueva revalorización de la prueba (por la característica de la intangibilidad de la prueba) o revisar cuestiones de hecho (intangibilidad de los hechos), como también realizar afirmaciones imprecisas, incorrectas o alejadas de la realidad; porque de hacerlo desconocería los principios rectores de inmediación y de contradicción que rigen la sustanciación del juicio penal, incurriendo en un defecto absoluto no susceptible de convalidación emergente de la vulneración de los derechos a la defensa y al debido proceso” Por la Doctrina Legal Aplicable, se tiene que nuestro reclamo se halla plenamente acreditado, pues no se realizó una correcta valoración de los elementos de prueba formulados, por lo que a los fines de la verificación de la Fundamentación en cuanto a lo vertido por las Autoridades Jurisdiccionales, se hace preciso que el Tribunal de Alzada, revise no las pruebas como tal, para determinar cierta acción sino mas bien, a efectos de resolver por la falta de valoración lógica y razonada de las pruebas. Petitorio Por lo anteriormente expresado al amparo de la previsión legal contenida en los Arts. 407 y 408, ambos del Código de Procedimiento Penal, tenemos a bien Interponer Recurso de Apelación Restringida contra la Sentencia signada con el No. 71/2021, de fecha 12 de julio de 2021, y su Auto Complementario, de fecha 14 de septiembre de 2021, por lo que cumplidos los tramites establecidos en la Ley, antecedentes se remitan ante la Sala Penal de Turno, del Tribunal Departamental de Justicia, a efectos de que previa la valoración de los antecedentes, Repare el Error advertido a lo largo del presente recurso, disponiendo se ANULE la Sentencia, y en consecuencia disponga el REENVÍO de la causa a un nuevo Tribunal, a efectos de que se lleve adelante un nuevo proceso de Juicio Oral en mi contra. Otrosí 1ro.- Medios de prueba A los fines de lo determinado en el Art. 410 tengo a bien en ofrecer los siguientes medios de prueba: Documentales.. Acusación formulada en mi contra. Auto de Apertura de Juicio Oral. Las pruebas que fueron codificadas por el Ministerio Público. Las pruebas codificadas por mi persona. Los que solicito sean remitidos todos los elementos de prueba conjuntamente el recurso, los mismos fueron producidos en la Audiencia de Juicio Oral. Otrosí 2do.- Audiencia de Fundamentación Al amparo de la previsión legal contenida en el Art. 412 del Código de Procedimiento Penal, tengo a bien en solicitar por el tribunal de Alzada, se señale Audiencia Pública a los efectos de ampliar los fundamentos expuestos en el presente memorial. Otrosí 3ro.- Domicilio procesal Para conocer futuras diligencias informo que mi domicilio procesal se encuentra ubicado en la calle Loayza, casi esquina Mercado Edificio De Ugarte Ingeniería Piso 5, Oficina 502. El correo electrónico de mi abogado defensor es [email protected] y sus teléfonos celulares son 70431220 y 77709618. Ciudadanía: Madelen Daniela Cruz M. C.I. 6177501 L.P. Justicia. La Paz, 11 de octubre de 2021