Ecualizadores Parte 2 - Sonorización

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SONORIZACIÓN

ECUALIZADORES PARTE 2
TEXTO

USO GENERAL DE EQ PARA EL CONTROL TONAL


¿Qué aspectos de la calidad tonal del sonido pueden y cuales no ser
controlados por un ecualizador? Como se sabe la mayoría de los sonidos
generados involucran dos aspectos básicos: La función de un elemento
vibrante y un resonador. Aunque esta es una forma muy simplista de
describir el “maquillaje” de un sonido, sirve en gran parte como guía en el
entendimiento de lo que puede y no ser controlado por un ecualizador. Un
EQ tiene relativamente poco control sobre el tono o la estructura armónica,
esta estructura es creada en gran parte por el elemento vibrante de la
fuente de sonido, la estructura armónica es a su vez también afectada por la
forma de picar, golpear o cualquier otra manera de generar el movimiento
de la fuente. Veamos varias ilustraciones de lo que NO puede hacer un EQ.
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‣ Si alguien esta cantando o tocando fuera de tono, obviamente hay poco o nada
que el ecualizador puede hacer para compensar el problema.

‣ Si los sobre-tonos creados por un instrumento son inarmónicos o fuera de tono


con respecto a la fundamental (muy común en tambores no afinados) un
ecualizador ciertamente no puede cambiar esto (sin embargo con un tambor, un
buen ecualizador puede ayudar a reducir la respuesta en frecuencia en el intervalo
de los sobretonos).

‣ Si, por alguna razón las resonancias características cambian radicalmente de una
nota a otra (esto pasa más ocasionalmente con voces), el EQ poco puede hacer
para compensar esto. Todo lo que se puede hacer es procurar una colocación
promedio.

‣ Un EQ obviamente no puede compensar ediciones no relacionadas con la


frecuencia, tal como el excesivo sostenimiento u otros problemas dinámicos.
(Problemas dinámicos son muchas veces corregidos con compresores y
compuertas de ruido)
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LO QUE PUEDE HACER UN EQ CON RESPECTO AL TONO


Ajustar o en algunos casos cambiar completamente, la característica tonal percibida del “resonador” (por ejemplo el
cuerpo de la guitarra, el cuerpo del tambor, la abertura del clarinete, etc.), a diferencia del elemento vibrante (por
ejemplo la cuerda, el parche del tambor etc.). Las características resonantes de un instrumento entran en juego
mayormente en el intervalo de frecuencias bajas-a-medias. Por ejemplo si el sonido es demasiado “delgado” o “fino”,
se puede “espesar” o “condensar”, y viceversa.

Reducir resonancias que causan ciertas notas al permanecer arriba de otras

Sobre instrumentos tales como tambores (los cuales tienen un tono particular, un EQ puede sustraer las
fundamentales y los sobretonos bajos (normalmente en frecuencias bajas alrededor de 250 Hz, para adherir o
sustraer profundidad).

Se pueden reducir los sobretonos altos si éstos están resonando o retumbando, estos entran en juego en el intervalo
medio-bajo, usualmente alrededor de 300 Hz a 600 Hz. En el intervalo medio y alto es más el sonido del golpe sobre
en el tambor lo que se encuentra, y por supuesto un EQ tiene control sustancial sobre este aspecto del sonido.

Un EQ puede adherir o sustraer bordes o filos (picos) de frecuencias, los cuales son escuchados, como por ejemplo la
mordedura o picadura de una cuerda de guitarra, el tipo de estallido del sonido de un tambor, los filos y/o sibilancias
de una voz. Estos entran en juego en altas frecuencias. Aquí es donde la regla del elemento vibrante entra en juego
independientemente del resonador. Pero nuevamente, si hay problemas con el elemento vibrante, por ejemplo, una
cuerda (la cual zumba), un EQ puede minimizarlas, pero los sonidos de los filos o la mordedura de la cuerda del
instrumento necesitan ser sacrificadas.
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ESPECTRO DE FRECUENCIAS
A continuación se muestran algunos aspectos psico-acústicos relacionados con intervalos
del espectro audible. Estos aspectos son parte sólo de una idea básica del
comportamiento de las bandas de frecuencias, por lo tanto no se debe tomar como una
regla, debido a la subjetividad del audio.
‣ Frecuencias bajas (60 Hz a 250 Hz)

Contienen las notas fundamentales de la mayoría de los instrumentos, y la ecualización


de ésta banda puede producir un cambio notorio en el balance del programa.
Demasiado refuerzo en tal banda puede hacer que el pasaje musical resulte retumbante.
‣ Frecuencias medias bajas (250 Hz a 2 kHz)

Esta banda entrega cuerpo y riqueza a los sonidos. El excesivo refuerzo de esta zona
puede producir sonidos con efectos nasales o telefónicos, este refuerzo también puede
llegar a ocasionar fatiga auditiva en el oyente.
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‣ Frecuencias medias (2 kHz a 4 kHz)

Estas frecuencias proveen intensidad, presencia y definición. Esta banda resulta la más
importante para el reconocimiento de voz e instrumentos; el mal uso de esta zona puede
conseguir resultados confusos, también puede producir fatiga auditiva.

‣ Frecuencia medias altas (4 kHz a 6 kHz)

Son las frecuencias responsables de la claridad y transparencia de la voz y la mayoría de los


instrumentos. El incremento en la ecualización en algunas zonas de esta banda produce el
mismo efecto sobre nuestro oído que si el pasaje musical se hubiese incrementado 3 dB en
nivel. La atenuación de estas frecuencias produce sonidos transparentes y distantes.

‣ Frecuencias altas (6 kHz a 16 kHz)

Esta banda sirve para controlar el brillo y también la claridad de los sonidos. Un excesivo
refuerzo puede producir sonidos cristalinos, metálicos y siseos en las vocales y en la letra “s”.

‣ Frecuencias muy altas (16 kHz a 20 kHz)

En esta última sección del espectro audible se controlan los extremos agudos, crea sonidos
filosos y puede llegar a generar “hiss”. Esta banda tiene poco contenido musical.
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La primer condición de la corrección con ecualizador es el conocimiento de las


frecuencias que se desean retocar. Un ecualizador constituye un auxiliar práctico
pero bastante complejo en su correcta utilización. Este es el motivo por el cual
la mayoría de los casos un ajuste hecho a “oído” puede llegar a ser
decepcionante. Con el objeto de que el ecualizador rinda al máximo, se
deberán de efectuar con anterioridad una serie de mediciones preliminares.

Para el caso de la corrección acústica de salas y auditorios se pueden presentar


varias soluciones. Aunque el proceso de conjunto es siempre el mismo, en la
práctica se pueden utilizar diferentes elementos como: el analizador de
espectro, el sonómetro, audífonos y grabaciones de prueba.

Para el caso de tratamiento instrumental lo ideal es conocer de la forma más


precisa el intervalo de frecuencias en el que el instrumento a tratar se desarrolla.
A manera de ayuda se muestra la siguiente tabla con algunos aspectos de
instrumentos relacionados con las frecuencias que ellos reproducen.

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