Apoyo A Los Padres
Apoyo A Los Padres
Apoyo A Los Padres
Los temas tratados en la serie son escogidos de manera tal que reflejen los sectores
en que se desarrollan las investigaciones y avanzan los conocimientos, abordando
las áreas más significativas de los derechos del niño, y aquéllos en los cuales una
comprensión más cabal de las implicaciones derivadas es decisiva para el éxito de
los programas ocupados en el diseño de políticas y su aplicación concreta.
Estas publicaciones se proponen ser útiles para los defensores de los derechos de
los niños y las familias, para los responsables de la elaboración de políticas a todos
los niveles y para toda persona que trabaje por mejorar las condiciones de vida, la
calidad de las experiencias y las oportunidades existenciales de los niños pequeños
de todo el mundo.
EDITORES DE LA SERIE
Martin Woodhead
John Oates
Child and Youth Studies Group (Grupo de Estudios sobre el Niño y el Joven)
The Open University (La Universidad Abierta)
Milton Keynes, Reino Unido
ASESORES DE LA SERIE
Robert Myers, consultor independiente, México
Maureen Samms-Vaughan, directora ejecutiva, Early Childhood Commission
(Comisión para la Primera Infancia), Jamaica
Para conseguir más copias de ésta y otras publicaciones de la serie La Primera Infancia en
Perspectiva, visite el sitio: www.bernardvanleer.org Apoyo a los padres
Otros títulos de la serie:
La calidad del cuidado en los primeros años: Relaciones de apego
Transiciones en la vida de los niños pequeños: La primera infancia y la enseñanza primaria
La diversidad y la primera infancia: El desarrollo de identidades positivas Editor
Programas eficaces para la primera infancia
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de la presente publicación puede ser reproducida,
almacenada en sistemas de recuperación de datos, transmitida o utilizada de cualquier otra
manera o a través de cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopias, grabaciones o de
cualquier otra forma, sin la autorización escrita del editor o una licencia emitida por la Copyright
Licensing Agency Ltd. Es posible recibir informaciones sobre tales licencias solicitándolas a la
Copyright Licensing Agency Ltd., con sede en 90 Tottenham Court Road, Londres W1T 4LP.
Referencias bibliográficas...................................................................... 48
Fotografías ............................................................................................ 51
Prefacio
Actualmente los gobiernos toman cada vez más medidas destinadas a identificar y suministrar
servicios a los padres que, según se piensa, necesitan ayuda adicional para cumplir con su papel
en la crianza.
Tales políticas se pueden justificar partiendo de la base de los derechos del niño pequeño, como
asimismo de la creciente evidencia que demuestra hasta qué punto numerosos problemas
relacionados con el desarrollo, la conducta y la salud mental de los niños más grandes y los
adolescentes se remontan a la primera infancia y, en particular, a la crianza recibida.
Los programas para la infancia temprana suelen comprender un foco de atención específico
concentrado en la ayuda a los padres a fin de que logren construir relaciones de apego seguras con
sus hijos, dado que existen experiencias fehacientes según las cuales la inseguridad en las relaciones
de apego en la primera infancia está vinculada con peores resultados evolutivos y dificultades
de comportamiento en la infancia posterior y la adolescencia. Otros programas están dirigidos a
promover una crianza positiva y un apoyo activo al aprendizaje del niño. Mientras que algunos
programas emplean métodos peculiares para alcanzar objetivos determinados, muchos otros tienen
finalidades más amplias, como mejorar la alimentación, la salud y la educación, pues reconocen
que la crianza depende del contexto, que puede no brindar siempre un soporte adecuado.
Que los programas sean eficaces y apropiados o no es una cuestión que deben tomar en cuenta
muy seriamente los diseñadores de políticas y los defensores de los derechos del niño. También
hay interrogantes fundamentales que es indispensable plantear para decidir si las suposiciones
relativas a la “buena” crianza en las cuales se basan los diferentes modelos de intervención
aplicados en distintas regiones del mundo toman suficientemente en consideración la gran
variedad de maneras en que los padres ayudan a sus hijos a vivir una vida feliz. La presente
publicación examina los argumentos en favor de las intervenciones de apoyo a los padres, se
ocupa de la diversidad de tipos de crianza fortalecedora que existen a nivel mundial e invita a
los diseñadores de políticas, activistas y profesionales a evaluar críticamente las políticas que se
proponen influir en el modo en que los padres desempeñan su papel en la crianza de sus hijos.
Resulta evidente que toda decisión acerca de cuál(es) programa(s) conviene adoptar o imitar
en cada situación específica debe recordar que es inconcebible un enfoque “de talla única”.
Los hechos hablan claro: los programas eficaces son aquéllos “confeccionados” en función
de los desafíos y prioridades locales en materia de crianza, así como de las circunstancias
culturales y socioeconómicas. Este documento trata principalmente de programas nacidos en
países occidentales económicamente privilegiados, basados en la investigación y evaluados
minuciosamente. Es necesaria mucha cautela cuando se supone que puedan ser pertinentes en
una dimensión global.
Esta publicación se centra concretamente en programas dirigidos a optimizar las prácticas y
habilidades de los padres. Se analiza toda una serie de distintos enfoques posibles, mediante
el uso de ejemplos contrastantes, junto con los motivos por los cuales es oportuno elegir cada
solución particular.
John Oates
Editor
ix
I. La crianza y el bienestar infantil
• Es evidente que existen tres objetivos universales de la crianza: la supervivencia y la salud, el propio
mantenimiento económico y la consecución de metas culturales.
• Cuando las necesidades básicas para la supervivencia física de los niños se ven amenazadas, los
padres tienden a prestar menos atención a otros objetivos.
2
La habilidad de criar niños no siempre es intuitiva: sufre la
influencia de la historia personal de los padres, las características
del niño y los sistemas que rodean a la familia
Capacidades para la crianza
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ecológico de Bronfenbrenner (1979) para el desarrollo humano. Este modelo, basado en
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conjuntos de sistemas, coloca las relaciones entre padres e hijos dentro del contexto de
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un microsistema compuesto por la familia (por ejemplo, las relaciones madre–hijo, padre– a
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hijo, madre–padre); por su parte, el microsistema está situado dentro de un mesosistema
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de conexiones entre la familia y la comunidad, y éste, a su vez, se ubica dentro de sistemas M
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abstractos aún mayores (macrosistemas), que incluyen los valores y costumbres culturales
(Bronfenbrenner, 1979). Cada uno de estos sistemas o contextos ejerce influencia tanto
dentro de su propio nivel como en interacción con los demás sistemas. Esto significa que
existen numerosos factores que no sólo influencian la crianza y las relaciones entre padres
e hijos, sino también pueden ser influenciados por ellas.
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(Waylen y Stewart-Brown, 2008, pág. 4)
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El modelo ecológico de Bronfenbrenner (en la página de enfrente) muestra de qué manera las
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relaciones entre padres e hijos se encuentran encajadas en complejos sistemas estratificados
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(Bronfenbrenner, 1979). lu
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Instituciones
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• La crianza que reciben los niños tiene un impacto considerable en su desarrollo posterior.
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• Las influencias en juego a la hora de criar un niño son muchas y complejas. ed
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Servicios de
asistencia social
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Los efectos de la crianza son influenciados por factores
culturales y genéticos
Calidad de la crianza
6
En cualquier situación la resiliencia es esencial para la capacidad
del individuo de desarrollarse plenamente
Fomento de la resiliencia
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La protección del niño contra Se ha descubierto que hay tres conjuntos de factores de riesgo
relacionados con las crisis en la crianza
el riesgo
Una noción clave que ha dominado el panorama de las investigaciones sobre la crianza y
el apoyo a las familias es la de “riesgo” y de “familias en riesgo”, generalmente definidas
como aquéllas en que los padres atraviesan serias dificultades con el cuidado infantil,
o donde se considera que existen altas probabilidades de que surjan dificultades si no
se interviene. Los “factores de riesgo” son variables que, como han demostrado las
investigaciones, están relacionadas con elevados niveles de maltrato infantil, y que, según
se supone, surten efectos desfavorables, minando las habilidades de crianza de los padres
o su capacidad de hacer frente a las exigencias del cuidado infantil. Hoy en día existe un
conjunto de investigaciones relativamente amplio acerca de los contextos en que ocurre
el maltrato infantil y sobre las características de las “familias en riesgo”. En buena parte de
estos estudios, la atención está dirigida a afinar la comprensión de los tipos de familia que
pueden encontrarse en riesgo de convertirse en escenario de abusos, a fin de establecer así
modelos tanto para la predicción como para la prevención del maltrato infantil.
[...]
Se ha descubierto que hay tres grupos de factores de riesgo que están característicamente
relacionados con las crisis en la crianza. En primer lugar, en el plano comunitario o de
exosistema, el vivir en un entorno indigente, que se caracteriza por una alta concentración
de familias pobres y elevados niveles de problemas sociales y ambientales, ha sido
mencionado frecuentemente como un factor de riesgo (Garbarino y Kostelny, 1992;
Coulton y otros, 1995). En segundo lugar, en el plano familiar y del hogar, un nivel
considerable de pobreza y desventajas sociales y materiales, que se caracteriza por la
crianza puesta en práctica por uno solo de los padres, los bajos ingresos, el desempleo, las
viviendas menesterosas, la alta movilidad y otros fenómenos similares, constantemente
han emergido como correlatos clave de los problemas de crianza (Gil, 1970; Pelton,
1981; Straus, Gelles y Steinmetz, 1980; Creighton, 1988). En tercer lugar, en el plano de
las características individuales de los miembros de la familia, una reducida capacidad
de enfrentar la tensión en las tareas de la crianza, junto con la tendencia a manifestar
reacciones extremas al estrés, también parecen incrementar el riesgo de que se produzcan
dificultades en el cuidado de los niños.
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Las opiniones de los niños son importantes y deben ser tomadas
en cuenta en los programas de apoyo a los padres
Escuchar a los niños
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INTERROGANTES CON INCIDENCIA
EN POLÍTICAS ø ø ø
14
II. Programas de apoyo a los padres
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EE.UU.: la Asociación de Enfermeros y El programa Nurse–Family Partnership se concentra en mejorar la
salud prenatal, el cuidado del niño y la planificación del futuro
Familias, programa de visitas a domicilio
• La NFP emplea enfermeros con capacitación específica que visitan a las familias necesitadas de
apoyo y establecen buenas relaciones con ellas.
• La construcción de relaciones con las familias comienza durante el embarazo de las madres y
continúa después del parto.
• En toda una serie de evaluaciones ejecutadas minuciosamente se ha demostrado que la NFP
produce beneficios positivos.
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El nombre de Āhuru Mōwai alude al carácter fortalecedor del
Nueva Zelanda: Āhuru Mōwai, entorno y el programa destaca la importancia de los valores
culturales maoríes para la crianza del niño
un programa para padres maoríes
“Āhuru Mōwai” significa “refugio seguro” en el idioma maorí de Nueva Zelanda. Es el nombre
dado a un programa de apoyo a los padres creado por el Ministerio Neozelandés de Desarrollo
Social en 1991 como parte de la iniciativa “Los Padres como Primeros Maestros” (Hendricks y
Balakrishnan, 2005). Está dirigido específicamente a los nativos neozelandeses y fue elaborado
con la asistencia de educadores de padres de etnia maorí, en base a la filosofía tradicional maorí
respecto al desarrollo infantil y los objetivos de la crianza. El nombre alude también al entorno
nutriente del seno materno y el programa subraya los valores culturales maoríes relacionados con
el cuidado de niños:
aroha amor incondicional
manaakitanga cuidado de los demás
whanaungatanga parentela
whakapapa legado ancestral
wairuatanga espiritualidad
tuakana-teina roles recíprocos entre el maestro y el alumno
te mana o te tamaiti derecho fundamental a la autodeterminación.
El programa está centrado en el concepto de “educadores de padres”, figuras que provienen de
un sinfín de disciplinas y también incluyen padres que, en su momento, fueron beneficiarios de los
servicios del programa. La “capacitación” de los educadores se basa en la cultura maorí y cubre
cinco áreas clave: las tradiciones orales, el desarrollo infantil, los métodos de apoyo a los padres,
los derechos del niño y el derecho a la autodeterminación, y la seguridad y la salud. La formación
se organiza a nivel nacional y se exige que los educadores de padres posean un Diploma de
Enseñanza para la Educación de la Primera Infancia u otro título equivalente.
El programa se realiza mediante visitas personales a domicilio y reuniones de grupo, y a través
de contactos y puntos de referencia en los servicios locales. Comienza antes del nacimiento del
niño y prosigue hasta que el niño cumple 3 años. Respeta los principios del Te Whaariki, que es el
programa nacional neozelandés para la educación de la primera infancia, y se propone alentar a
los padres a convertirse en los primeros, más importantes y útiles maestros del niño.
Āhuru Mōwai es administrado en toda Nueva Zelanda, en las comunidades tanto urbanas como
rurales.
John Oates, profesor de rango de psicología del desarrollo, Grupo de Estudios sobre el Niño y el
Joven, La Universidad Abierta, Reino Unido
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La Triple P aspira a construir un entorno “adecuado para
las familias” a fin de ayudar a los padres y proporcionarles
mayor autonomía
Australia: la Triple P
La Triple P (Positive Parenting Program, Programa para Padres Positivos) es un sistema desarrollado
en Australia y único en su género, estructurado en varios niveles y con base en la población, para
el apoyo a los padres y las familias (Sanders y otros, 2003). Se propone prevenir serios problemas
de conducta, emocionales y evolutivos en los niños mediante el aumento de los conocimientos,
las habilidades y la confianza en sí mismos de los padres. Comprende cinco niveles diferentes
de intervención, los cuales operan en un proceso escalonado que respalda a los padres desde
que el niño nace hasta que cumple 16 años. Para lograr mejoras significativas en la competencia
necesaria para la crianza, se aplica un enfoque centrado en la salud de la población. La Triple P,
ejecutada por profesionales capacitados, aspira a construir un entorno “adecuado para las familias”
a fin de ayudar a los padres y proporcionarles mayor autonomía. Su objetivo son los contextos
sociales que influencian a los padres en la vida cotidiana, como por ejemplo los medios de
comunicación, los servicios para la atención primaria de la salud, la red de guarderías, el sistema
escolar, los lugares de trabajo, las organizaciones religiosas y el sistema político en su conjunto.
La Triple P:
• cuenta con sólidas experiencias: recibe una buena acogida y es eficaz con una vasta gama
de familias, que provienen de distintos grupos socioeconómicos, son de diferentes tipos y
pertenecen a varios grupos étnicos y lingüísticos
• proporciona beneficios a los niños y sus padres gracias a la reducción de las tasas de maltrato
infantil, la disminución de los problemas de conducta, la mejora de las relaciones entre
padres e hijos, el aumento de la confianza en sí mismos y la autosuficiencia de los padres, el
decrecimiento de los casos de depresión, estrés, cólera y conflictos familiares, el incremento de
la capacidad de los padres de desempeñarse bien en su empleo, y el refuerzo de la resiliencia
de los padres
• combina enfoques universales y específicos de manera tal que las familias con situaciones más
complejas puedan recibir un apoyo más intensivo
• aplica el principio de “intervención mínima suficiente”, intentando adaptar el nivel de apoyo a
las necesidades de las familias
• tiene múltiples grados de intensidad: los cinco niveles de intervención utilizan principios
coherentes de crianza positiva
• emplea esquemas flexibles de administración: se puede ejecutar en grupos grandes o
pequeños, individualmente, por teléfono y como programa de autoayuda
• adopta un marco autorregulador donde los padres establecen sus propios objetivos
• trabaja en diferentes culturas
• cubre una amplia franja de edad, desde la primera infancia hasta la adolescencia
• es sumamente rentable
• posee un sistema estandarizado de formación y cualificación para los profesionales.
• El programa de la Triple P extiende sus actividades a lo largo de toda la infancia.
• Uno de los rasgos clave es la “crianza positiva”.
Matthew Sanders, profesor de psicología clínica, Universidad de Queensland, Brisbane, Australia
• La intensidad de las intervenciones se adapta al nivel de las necesidades.
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Los programas The Incredible Years se desarrollaron para promover
la crianza y la enseñanza positivas, capaces de reforzar la habilidad
de resolver problemas y la competencia social de los niños
EE.UU.: Los Años Increíbles
Los programas para padres The Incredible Years (Los Años Increíbles), puestos en marcha
hace más de 25 años por la Prof. Carolyn Webster-Stratton y sus colegas, con base en
Seattle, han sido evaluados rigurosa y positivamente en comunidades situadas en Gales e
Inglaterra, además de Estados Unidos. Los programas fueron creados con la finalidad de
promover una crianza comprobada mediante investigaciones y prácticas de enseñanza
positivas que refuercen las habilidades para resolver problemas y la competencia social de
los niños, reduciendo al mismo tiempo las agresiones en el hogar y en la escuela.
[...]
El enfoque se basa en el empleo de “videograbaciones modelo”, según el cual los padres
discuten videoclips en que se ven otros padres mientras ponen en práctica toda una
serie de estrategias para enfrentar situaciones de la vida cotidiana con sus hijos. Las
videograbaciones representan familias pertenecientes a un variado abanico de contextos.
El programa BASIC pone de relieve las destrezas de crianza que han demostrado su
utilidad para fomentar la competencia social de los niños y reducir los problemas de
conducta, como por ejemplo las estrategias eficaces y no violentas para controlar los
comportamientos negativos.
Entre los temas principales figuran los siguientes:
• cómo jugar con su hijo
• cómo ayudar a su hijo a aprender
• elogios y estímulos eficaces
• cómo motivar a su hijo
• cómo ser coherentes con los límites y las reglas
• cómo tratar la mala conducta (por ejemplo, usando el método de tiempo-fuera)
• solución de problemas.
[...]
Numerosas evaluaciones de los dos lados del Atlántico, llevadas a cabo mediante pruebas
aleatorias de control, han mostrado que los métodos de The Incredible Years funcionan
eficazmente como tratamiento en ambientes clínicos con padres de niños que padecen
trastornos de conducta (Webster-Stratton, 1984; Scott y otros, 2001) y también cuando
se trabaja preventivamente con padres de niños de edad preescolar provenientes de la
comunidad en general (Webster-Stratton, 1998; Gardner y otros, 2004; Scott y otros, 2006).
• Los programas The Incredible Years proponen modelos videograbados de estrategias para la
crianza.
• El foco de atención es promover las destrezas sociales y disminuir los comportamientos negativos.
• Las evaluaciones han mostrado los buenos resultados del trabajo efectuado tanto en los hogares
como en clínicas.
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La VIPP destaca la importancia crucial de las reacciones
Países Bajos: sensibles de los padres frente a las necesidades emocionales de
sus hijos pequeños
la promoción de una crianza positiva
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La estrategia de base regional de Sure Start permite
Inglaterra: proporcionar un suministro de servicios eficaz a quienes viven
en zonas desfavorecidas sin estigmatizar a los beneficiarios
los centros infantiles Sure Start
El Programa Local Comienzo Seguro (Sure Start Local Programme, SSLP) es una iniciativa lanzada
en 1999 que en 2004 contaba ya con más de 500 centros y que, desde entonces, ha seguido
extendiéndose hasta cubrir prácticamente todas las zonas desfavorecidas de Inglaterra. Los
programas han sido diseñados con la finalidad de ofrecer:
1 divulgación y visitas a domicilio
2 apoyo a las familias y a los padres
3 apoyo para que las experiencias de juego, aprendizaje y cuidado infantil que tienen los niños
sean de buena calidad
4 atención primaria y comunitaria de la salud, y asesoramiento sobre la salud infantil, la salud
familiar y la salud en el desarrollo
5 apoyo a las personas con necesidades especiales, como por ejemplo ayuda para acceder a
servicios especializados.
Los centros del SSLP han logrado añadir servicios extra para satisfacer necesidades locales (como
por ejemplo asesoramiento en materia de deudas, ocupación y subsidios) y se han realizado
esfuerzos específicos para maximizar las posibilidades de acceso de las familias.
Los centros del SSLP fueron fundados con el objetivo de atender a todos los niños menores de 4
años y a sus familias en las áreas señaladas. Esta estrategia de base regional permite proporcionar
un suministro de servicios relativamente eficaz a quienes viven en zonas desfavorecidas sin
estigmatizar a los beneficiarios: se pone la mira en las áreas necesitadas, pero, dentro de cada
región así definida, los servicios son universales. El control comunitario se ejerce mediante la
colaboración con los actores locales, reuniendo a todas las personas de la comunidad local
interesadas en la infancia, incluidos los padres y representantes de los sectores sanitario, asistencial,
educativo, privado y voluntario.
Debido a la autonomía local, que es una característica fundamental del control comunitario en el
SSLP, los centros no tienen un “protocolo” prescrito de servicios que promueva el cumplimiento
de un modelo preestablecido, aunque todos deben brindar un conjunto de servicios esenciales,
seleccionados en función de experiencias concretas. De tal manera, cada programa tiene la
libertad de mejorar y crear servicios del modo que considera más apropiado, con finalidades
generales y algunos objetivos específicos (por ejemplo, reducir la incidencia del bajo peso neonatal
o favorecer el desarrollo lingüístico del niño), pero sin la obligación de detallar exactamente cómo
se han de suministrar tales servicios. Esta libertad local ha producido una gran diversidad en los
programas (Department for Children, Schools and Families, 2009).
Edward Melhuish, profesor de desarrollo humano, y Jay Belsky, director, Instituto para el Estudio
de Cuestiones lnfantiles, Familiares y Sociales, Birkbeck, Universidad de Londres, Reino Unido
• Los programas Sure Start fueron diseñados para las localidades desfavorecidas.
• La naturaleza del programa se adapta a las necesidades locales y, por lo tanto, presenta contenidos
muy variados.
• Dado que en cada una de las áreas atendidas el programa es universal, se reduce el riesgo de
estigmatización de los individuos.
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Entre los países europeos hay diferencias en cuanto al desarrollo
El apoyo a los padres en cinco de los servicios y a cómo las políticas y los esquemas globales de
servicios atribuyen prioridades a los distintos enfoques
países europeos
Un estudio encargado por el Departamento para los Niños, las Escuelas y las Familias del gobierno
de Inglaterra (Boddy y otros, 2009) ha examinado los programas y servicios de apoyo a los padres
de cinco países europeos (Alemania, Dinamarca, Francia, Italia y los Países Bajos).
Los distintos enfoques aplicados para el apoyo a los padres están vinculados a diferentes esquemas
de asistencia social, como también a diferentes maneras de concebir lo que significa una “buena”
crianza y cómo puede o debe apoyarla el Estado. Entre los países varía la medida en que se
ejecutan programas de apoyo a los padres, y también varía el relativo énfasis que se pone, durante
las intervenciones, en la figura parental como individuo, en la pareja progenitor–hijo, o en la
familia en su conjunto.
La naturaleza del apoyo está determinada por la capacitación profesional de quienes suministran
los servicios. En Europa continental la labor de apoyo a los padres a menudo es llevada a cabo por
personal con títulos en pedagogía social. Los datos relativos a modelos de intervención menos
estructurados y más individualizados, en países como Francia e Italia, refuerzan la observación de
Moran y sus colegas (2004, pág. 121) según la cual en el apoyo a los padres “no existe la talla única”.
La investigación ha puesto de relieve que, en cuanto a la accesibilidad, los servicios universales y
aquéllos con objetivos bien definidos constituyen un todo continuo:
• el apoyo puede estar entrelazado con los servicios universales (como en Dinamarca), de
manera tal que el apoyo a los padres se activa como parte de un servicio universal (por ejemplo
la salud o el cuidado infantil) y frecuentemente es suministrado por el personal que trabaja en
las instalaciones con acceso universal
• el apoyo puede contar con accesibilidad universal (en Alemania y Francia) y ser suministrado
mediante servicios de acceso abierto, gracias a lo cual el servicio está a disposición de todos
pero es necesario que los padres o la familia se decidan a acceder al servicio
• el apoyo puede ser específico (en todos los países), en cuyo caso los padres y las familias deben
ser identificados según ciertos criterios para acceder al servicio.
Entre los países se han registrado diferencias en cuanto a la medida en que habían desarrollado
servicios a cada uno de los niveles y en cuanto a la manera en que las políticas y los esquemas
globales de servicios atribuían prioridades a los distintos enfoques para el suministro de los
servicios de apoyo. Sin embargo, la mayoría prestaba apoyo a todos los niveles de accesibilidad
y servicios que estaban dirigidos tanto a las familias con necesidades específicas como a todas las
familias en general.
30
INTERROGANTES CON INCIDENCIA
EN POLÍTICAS ø ø ø
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III. ¿Qué método funciona?
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“Debemos saber lo que significa para nosotros la ‘crianza’, de
los aspectos en que nos proponemos ayudar a los padres y de
la diferencia que puede marcar nuestra contribución”
Marcar la diferencia
Para saber cómo brindar mejor apoyo a los padres primero necesitamos saber qué método
funciona y cómo aplicarlo. Para ello debemos tener idea de lo que significa para nosotros
la “crianza”, de los aspectos en que nos proponemos ayudar a los padres y de la diferencia
que puede marcar nuestra contribución.
Hay tres maneras de pensar que uno puede “marcar la diferencia”. La primera es
considerar que el apoyo hace que la crianza sea más agradable y controlable, aunque los
padres podrían criar a sus hijos perfectamente sin recibir apoyo. Con este tipo de apoyo la
crianza será buena, pero sin él será, de todos modos, ”adecuada”.
El segundo significado de “marcar la diferencia” implica la puesta en práctica de alguna
forma de valoración del “rendimiento” de la crianza tal como se refleja en el desarrollo
infantil; por ejemplo, si la educación del niño procede satisfactoriamente o si el niño
despliega una sensación positiva de su propia identidad y personalidad, y otros resultados
del mismo tenor. Con toda razón podríamos deducir que el apoyo a los padres marca
la diferencia si el niño hace mayores progresos de este modo, aunque no estemos en
condiciones de determinar con precisión cómo el apoyo modifica la crianza.
La tercera manera de intentar “marcar la diferencia” tiene que ver con el propósito de
producir un impacto en los asuntos y comportamientos problemáticos relacionados con
la crianza misma, que pueden abarcar desde los problemas vinculados a las dificultades
emocionales y de conducta o los retrasos en el desarrollo intelectual hasta cuestiones
más serias, como una crianza que pone al niño en peligro de sufrir “daños graves”. Por
supuesto, esto no siempre significa que tales problemas surjan simplemente por el efecto
que surte la crianza en el desarrollo del niño. Los problemas de la crianza se pueden
producir por las dificultades del niño o es posible que exista una interacción que funciona
en una vertiginosa espiral descendente, donde los problemas de un lado alimentan los
del otro. Para marcar la diferencia en la crianza suele ser indispensable ocuparse de ella
mediante una labor intensa sobre los temas cruciales de la infancia.
• El suministro de apoyo puede hacer que la crianza se convierta en una tarea menos estresante y
más agradable.
• Los programas de apoyo pueden reducir el peligro de que los niños sufran daños emocionales
y físicos.
• Un apoyo eficaz a los padres puede mejorar el bienestar de los niños.
36
Hay que ofrecer a los padres los instrumentos necesarios para
que se sientan seguros en el trato con sus hijos
El trabajo con los padres
Existe una toma de conciencia cada vez mayor acerca de las cuestiones relacionadas con la
“crianza”, debido al gran auge de los “programas de apoyo a los padres” y al asesoramiento
que brindan tanto los profesionales de la salud física y mental tradicional como la prensa, las
emisiones radiofónicas y televisivas y los medios informáticos. Este fenómeno tiene un aspecto
positivo: refuerza a los padres y las familias, permitiéndoles comprender mejor el desarrollo
infantil y controlar mejor las dificultades emocionales, psicológicas o de conducta. Sin embargo,
el inconveniente de esta “cultura de la crianza” es que, según algunos, un exceso de información
puede confundir y debilitar a los padres, llevándolos a practicar una “crianza paranoica” (Furedi,
2001) o una “crianza de riesgo cero” (Gill, 2007), que reduce las oportunidades para el desarrollo.
Además, por desgracia, estos medios pueden servir de tribuna a personas que no están capacitadas
específicamente ni en cuestiones de desarrollo infantil ni en enfoques terapéuticos basados en la
experiencia para el tratamiento del niño y la familia.
Existen varios enfoques basados en la experiencia para la colaboración con los padres, que toman
en cuenta los distintos factores psicológicos y han demostrado dar buenos resultados. La terapia
cognitivo-conductual (Cognitive Behavioural Therapy: CBT), que se ocupa de la relación entre
los pensamientos, los sentimientos y la conducta, produce ciertamente buenos resultados para
los niños y las familias, particularmente cuando presentan dificultades vinculadas a la ansiedad
(Fonagy y otros, 2002). La formación en materia de habilidades parentales, que combina la
observación del niño y la familia por parte del terapeuta, sesiones clínicas terapéuticas y educativas
y una labor sobre la solución de problemas y la definición de objetivos, proporciona apoyo de
probada eficacia a las familias con niños que muestran problemas de conducta (como observan,
por ejemplo, Webster-Stratton y Spitzer, 1996). Las terapias familiares y sistémicas que ven los
problemas individuales del niño como manifestaciones de dificultades más arraigadas dentro
del sistema familiar surten buenos resultados, por ejemplo en el caso de familias con niños que
presentan trastornos alimentarios (Fonagy y otros, 2002).
Un profesional capacitado debe aplicar un enfoque holístico en el tratamiento de los padres,
los niños y las familias. No existe un enfoque único que funcione siempre de la mejor manera,
porque para trabajar con las familias hacen falta una perspectiva amplia y un reconocimiento de
sus necesidades específicas. Fundamentalmente, hay que ofrecer a los padres los instrumentos
necesarios para que se sientan seguros de sí mismos en el trato con sus hijos. Estos instrumentos
pueden ser destrezas específicas, pueden consistir en una mayor capacidad de penetración
respecto a otras cuestiones emocionales presentes en la familia que el niño expresa mediante su
conducta, o pueden corresponder a la facultad de provocar cambios en el funcionamiento de la
familia (Byron, 2007). Los niños se desarrollan plenamente gracias al amor, el respeto, los límites
claros y la fuerte autoestima; los profesionales que trabajan con los padres deben pensar en
términos holísticos acerca de la familia entera y “confeccionar” enfoques basados en la experiencia
a la medida de las necesidades que deben satisfacer.
Tanya Byron, especialista en psicología clínica y rectora, Universidad de Edge Hill, Reino Unido
• Existe una toma de conciencia cada vez mayor por parte de la opinión pública acerca de la
importancia de la crianza.
• Es importante evitar que se debilite la autoridad de los padres.
• Las intervenciones eficaces emplean un enfoque holístico y refuerzan la confianza en sí mismos de
los padres para el cumplimiento de su tarea.
38
Los programas eficaces de apoyo a los padres deben reconocer y
abordar las numerosas razones por las que los padres pueden no
recurrir a sus servicios
Barreras para la participación
Siguen existiendo lagunas que nos impiden comprender qué es lo que convence a los
padres a participar o no [en los programas de apoyo] y los datos disponibles no son
abundantes. Sin embargo es posible identificar un cierto número de mensajes útiles.
• Algunas razones comunes de una limitada participación de los padres son:
– la falta de conocimientos acerca de la existencia de servicios locales y de cómo
podrían ayudarlos
– una ubicación inadecuada o poco conveniente
– las dificultades para acceder a los servicios (como el transporte, la escasez de tiempo
y la accesibilidad de los lugares de reunión)
– los costes (evidentemente las tasas son un factor disuasivo)
– la sospecha y la estigmatización (como la percepción de la organización que
suministra el servicio y el miedo de ser considerados “malos padres” o inclusive
“abusadores de niños”)
– temores relacionados con la privacidad y la confidencialidad (como la preocupación
de tener que exponer sus problemas ante otros padres en reuniones de grupo)
– los servicios mal coordinados
– la cultura general practicada por algunos servicios (como la “aversión al riesgo” en
los protocolos aplicados, la selección de los beneficiarios, los pagos forzados y el
miedo de una excesiva atención por parte de medios de comunicación hostiles)
– la resistencia a recurrir a servicios prestados en razón de necesidades particulares
(como la enfermedad mental, el abuso de sustancias o los prontuarios penales).
• Algunos grupos de padres que acceden menos que otros a los servicios de apoyo son:
– los padres [en comparación con las madres]
– los padres discapacitados
– los padres de adolescentes
– ... las familias pertenecientes a minorías étnicas
– los padres que solicitan asilo
– las familias sin techo o nómadas
– las familias rurales.
• Hay muchas razones por las que los padres pueden desaprovechar las oportunidades que les
brindan los servicios de apoyo.
• Para incrementar la participación puede ser útil mejorar las informaciones y el acceso, y superar los
temores y la estigmatización.
40
Los programas que han cumplido con los principios de las buenas
Cómo evaluar los programas de prácticas tienen mayores probabilidades de resultar eficaces y
mejorar los resultados para los padres y los niños
apoyo a los padres
Es posible evaluar la calidad de un programa de apoyo a los padres aplicando las pautas
internacionales para el suministro de servicios que se concentran específicamente en el apoyo a los
padres y las intervenciones de base familiar (por ejemplo: Carr, 2000; Chambless y Hollon, 1998;
Moran y otros, 2004; National Institute for Clinical Excellence (NICE) (Instituto Nacional para la
Salud y la Excelencia Clínica), 2007). Según dichas normas, se identifican cuatro elementos que se
pueden emplear como base para definir los programas de alta calidad:
1 la especificación de la población destinataria y su conformidad con la oferta del programa
2 el contenido, los procedimientos y los materiales del programa
3 los procesos de capacitación, supervisión, apoyo e implementación
4 las evaluaciones del grado de eficacia del programa para obtener los resultados que pretende.
Tomando estos criterios como regla de oro para evaluar los programas específicos, las instancias
decisorias pueden determinar el nivel de conformidad.
Aunque puede suceder que muchos programas aún no hayan sido examinados rigurosamente
según la regla de oro en cuanto se refiere al elemento número 4, es razonable esperar que al
menos hayan enfocado los principios fundamentales de todo programa de buena calidad según
la definición de los cuatro factores mencionados. Esto puede contribuir significativamente a
garantizar, como mínimo, que un programa no sea perjudicial para los padres y/o para sus hijos.
Una vez evaluados sistemáticamente, los programas que han cumplido con estos requisitos tienen
mayores probabilidades de resultar eficaces y mejorar los resultados para los padres y los niños.
Sascha Kowalenko, psicóloga clínica, Congreso de Aborígenes de Australia Central, Alice Springs,
Australia
• Es posible emplear normas internacionales para evaluar los programas de apoyo a los padres.
• Una evaluación sistemática, que utilice criterios reconocidos, puede contribuir a asegurar la eficacia
de tales programas.
• La especificación de la población destinataria del programa, su contenido y sus procesos de
formación, apoyo y supervisión son focos de atención importantes para la evaluación.
42
Aunque una evaluación inicial de los Programas Locales Sure Start
Cómo se evalúan los centros reveló resultados desiguales, un segundo estudio descubrió una
gran cantidad de efectos positivos
infantiles Sure Start en Inglaterra
A la Evaluación Nacional de Sure Start (National Evaluation of Sure Start: NESS) fue comisionada la
tarea de estudiar los Programas Locales Sure Start (Sure Start Local Programmes: SSLP), analizando
la naturaleza de las comunidades en que opera el SSLP, la implementación de los programas y su
impacto en los niños, las familias y las comunidades, así como su rentabilidad (Belsky y otros, 2007).
La primera fase de la evaluación comparó el comportamiento de miles de niños de 9 meses y 36
meses de edad, y de sus familias, que vivían en 150 áreas cubiertas por el SSLP, con homólogos
en 50 comunidades destinadas a acoger nuevos programas Sure Start en un futuro próximo.
Los resultados revelaron pequeños efectos positivos y negativos (Belsky y otros, 2006). Si bien
las familias relativamente menos desfavorecidas sacaban algún provecho del programa, para
las familias más necesitadas los efectos resultaron ser contrarios. En lo específico, las madres no
adolescentes de las zonas donde operaba el SSLP practicaban una crianza menos negativa y sus
hijos de 3 años de edad manifestaban menos problemas de conducta y mayor competencia
social. Sin embargo, los niños de las localidades con centros del SSLP que provenían de familias
desocupadas, o vivían con uno solo de los padres, o eran hijos de madres adolescentes, tenían
resultados peores que sus homólogos en cuanto a capacidad verbal y, en particular, los hijos de
madres adolescentes presentaban también más problemas de conducta y menos competencia
social. Los datos negativos pueden ser consecuencia de que el SSLP no consiguió intervenir
precisamente en las familias que más necesitaban su ayuda.
En una segunda fase de la evaluación, los niños observados junto con sus familias durante la
primera fase, cuando tenían 9 meses de edad, fueron nuevamente estudiados a la edad de
3 años, y se los comparó con homólogos de zonas con situaciones de desventaja parecidas
donde no había centros del SSLP. Los resultados de la segunda fase demostraron los múltiples
beneficios de la exposición al SSLP y prácticamente ningún efecto negativo: en comparación
con sus homólogos, los padres de las áreas donde trabajaba el SSLP utilizaban más servicios, se
empeñaban de manera más comprensiva en la crianza y tenían hijos con mayor competencia
social (Melhuish y otros, 2008a).
El aumento cuantitativo de la exposición de niños y familias al SSLP y las mejoras en la calidad de
los servicios ofrecidos por los centros a lo largo del tiempo pueden explicar por qué la primera fase
de la evaluación de impacto reveló algunos efectos negativos del programa en el caso de los niños
y las familias más desfavorecidos y por qué la segunda fase de la evaluación demostró, en cambio,
efectos beneficiosos prácticamente para todos los niños y familias que vivían en las zonas donde
estaba presente el SSLP (Melhuish y otros, 2008b).
Edward Melhuish, profesor de desarrollo humano, y Jay Belsky, director, Instituto para el Estudio
de Cuestiones lnfantiles, Familiares y Sociales, Birkbeck, Universidad de Londres, Reino Unido
• Los resultados de una evaluación inicial de los programas Sure Start revelaron pequeños efectos
positivos y negativos.
• Los efectos negativos eran particularmente evidentes en las familias más desfavorecidas.
• La segunda evaluación demostró numerosos efectos positivos y ningún efecto negativo digno de
mención.
44
INTERROGANTES CON INCIDENCIA
EN POLÍTICAS ø ø ø
46
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contemplan el atardecer a orillas del río Meno en el centro de Frankfurt. © Wolfram Steinberg/
VISUM/Still Pictures
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Apoyo a los padres proporciona un sucinto cuadro general de
programas y experiencias importantes en este sector. Es una excelente
fuente de informaciones para los diseñadores de políticas, los
profesionales y los estudiantes.
www.bernardvanleer.org