Tradiciones San Vicente de Pusir
Tradiciones San Vicente de Pusir
Tradiciones San Vicente de Pusir
Leyendas y tradiciones
Leyendas dentro de la Comunidad
El Cristo Enterrado
Una de la más afamadas leyendas de San Vicente es la del Cristo enterrado, la cual se
sucede cuando la antigua población habitaba en el Rancho, cuentan los mayores que
existía un curita el cual tenía un cristo muy grande y lo cuidaba con mucha devoción, lo
andaba a traer por todo sitio hasta que al tener una edad considerable el sacerdote al
no querer dejar a nadie decidió enterrarlo junto con monedas de oro y plata que él
humildemente había ahorrado durante toda su vida
Ya fallecido el sacerdote cuenta la historia que solía aparecerse pasado altas horas de la
noche a todos aquellos que deambulaban por la entrada del Rancho, sin dejarles pasar
hasta que prometieran cambiar su vida y la lleven por el camino del bien.
El Túnel
Otra gran leyenda es el túnel de San Vicente donde según los antiguos moradores de
esta población cuentan que en el lado norte,existe un túnel encantado donde todo aquel
que por mala fortuna pasa en la noche se va a topar con una bella señorita que desde
lejos le invita a acercarse y a pasar dentro de un túnel donde ella lo está esperando con
una luz resplandeciente, con sus encantos y por sus puesto con grandes riquezas para
disfrutar el resto de sus vida.
San Vicente tierra donde al llover suelen salir cantidad de churos a la superficie,
convirtiéndose en una actividad económica de sus pobladores, pero cuidado si te llega
la noche y sigues recogiendo churos ellos tienen el encanto de llevarte monte adentro
hasta perderte y llegues a un abismo, donde abrumado por su encanto no dudarás y te
lanzarás al infinito.
Cuentan los pobladores que en sus inicios a San Vicente era muy difícil encontrar
vehículo para llegar, como consecuencia la mayoría de sus pobladores lo hacía a pie,
necesariamente en su ruta se encontraba una pequeña cueva, para lo cual una buena
noche don Juanito Lara(antiguo poblador) logra ver a la distancia un chivo que daba
saltos resplandecientes sin detenerse dirigiéndose a la mencionada cueva, sin dudarlo
don Juanito y su amigo corren presurosos para atrapar al mencionado chivo, sin darse
cuenta que lo único que hacían era adentrarse más a la cueva, cansados y
desorientados, siguen buscando a su chivo, pero lo que encuentran es un pequeño
hueso todo de oro, felices salen de la cueva pensando en la fortuna que habían
encontrado, lo guardan bien en su mochila y al llegar a la casa y destaparlo lo único que
encuentran es un viejo y pequeño hueso de perro, que hace desvanecer todo sueño de
nuestros amigos.
Los moradores de San Vicente tenemos una ruta obligatoria cuando nos vamos hacia
el Este y nos dirigirnos a la población de tumbatú sin saber que en horas de la noche y
especialmente cuando estamos solos en la mitad de sus trayecto existe una cascada
donde si te fijas bien, esta un hombrecillo de estatura pequeña con un sombrero alto,
botas anchas, camisa y pantalón corto, con sus piel arrugada que te queda mirando
fijamente a los ojos y si tú lo regresas a ver te hipnotiza, te hace perder la voluntad y lo
sigues sin saber a dónde te lleva, mucho cuidado es el Duende de San Vicente.
Las Voladoras
Quien no sabe que todo este territorio tiene la fama de poseer mujeres voladoras, que
en luna llena hacen sus conjuros mágicos y con ayuda de sus escobas salen a
distraerse, buscando especialmente hombres solteros o viudos para hechizarlos y
casarse con ellos.[1]
Prueba de esto es que en ese canal de riego bajan culebras, lagartijas y sapos, la gente
temerosa por este acontecimiento, en las noches, no se acercan al río.
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