Curso Pintura Con Lápices

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Pintura con Lápices

1. INTRODUCCIÓN

2. LOS COLORES

3. EL PAPEL

4. ELEMENTOS DE LIMPIEZA

5. EL ESTUDIO

6. LAS MEZCLAS

7. EJERCICIO 1

8. EJERCICIO 2
Pintura con Lápices de Colores
1. Introducción

Es posible que usted piense “esto de pintar con lápices de colores es cosa de niños” y por ello re-
cuerde su infancia emborronando cuadernos a diestro y siniestro, la mesa, los libros de papá y de
sus hermanos, etc. pero lo cierto es que nadie le enseñó a utilizar adecuadamente los lápices y
usted hizo lo que pudo de forma puramente intuitiva. ¡Claro! Como usted ha crecido y se ha hecho
mayor, ya no usa los lápices de colores ni nada, ¡vamos, que usted no pinta nada!...en el sentido
pictórico, por supuesto. En el otro sentido yo no lo se ni me importa, eso es cosa suya.

Bromas aparte, lo que yo le propongo es que se introduzca en la pintura a través de un medio que
usted conoce, aunque lo tenga olvidado, y por ello le será más fácil que cualquier otro. Además yo
le guiaré de la mano (nunca mejor dicho) para que casi sin darse cuenta usted termine pintando
como nunca imaginó.

Es cierto que las posibilidades de los lápices de colores quedan limitadas a pequeños cuadros ya
que para rellenar una gran superficie a finos trazos puede llegarle la jubilación antes de terminar,
pero para tamaños hasta 210X297 (DIN A 4) es perfectamente válido. ¡Hombre! Si usted quiere
pintar el mismo cuadro hasta que le llegue la jubilación...puede usar un tamaño más grande de pa-
pel.

Supongo que no es necesario que le diga que antes de pintar es necesario saber dibujar pues si
no es así, el color se va a salir de su sitio. Si usted no sabe dibujar, le recomiendo que primero lle-
ve a cabo mi curso TÉCNICAS DE DIBUJO. Después convendrá que haga LA PERSPECTIVA y
para complementar bien su formación de artista, no estaría de más que aprendiera los diferentes
aspectos de cómo VER UN CUADRO.

A partir de aquí solo necesita pintar, pintar y pintar.

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Pintura con Lápices de Colores
2. Los Colores

Bueno, supongo que a estas alturas no tengo que explicarle que es un lápiz ¿o si?
Lo más probable es que aún tenga por ahí alguna caja de cuando era un niño y si usted es ya pa-
dre, lo tiene muy fácil, coja la caja de lápices de uno de sus hijos y ya está; así no tiene que moles-
tarse en ir a comprar una.

La mina de los lápices de colores está constituida por un pigmento, que da el color, y un aglutinante
de ceras especiales. Dependiendo de la finura y dureza de estas ceras, la cantidad y pureza del
pigmento, la resistencia y ductilidad de la madera, los lápices serán de buena calidad o de no tan
buena.

Los buenos lápices suelen estar fabricados con madera de cedro americano que se corta con facili-
dad, al sacarle punta, pero que es lo suficientemente fuerte para proteger la mina. Es fácil compro-
bar si la mina es buena; al trazar se notará que pinta fácilmente, intensamente, fijamente sin que se
rompa la punta. Si no es así, ya sabe como es la calidad del lápiz. En este último caso, mejor los
tira y se compra unos buenos. Recuerde que para trabajar bien y obtener buenos resultados, las
herramientas y utensilios han de ser de calidad.

En cuanto a marcas pues hay unas cuantas muy conocidas: Faber Castell, Caran d’Ache, Staedler,
Stabilo, Conte, etc.

Los hay de dos medidas principalmente: cortos de 9 cm. y largos de 17 cm. Aunque lo más habitual
sea adquirir cajas de 12, 24, 48 ó 72 lápices, recuerde que en ciertos establecimientos puede com-
prar los lápices sueltos, eligiendo usted los colores que realmente le interesan.

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Pintura con Lápices de Colores
3. El Papel

Aunque los lápices pintan sobre cualquier papel, naturalmente hay papeles más adecuados que
otros y si queremos seguir en la línea de calidad, para hacer un buen trabajo, obteniendo los mejo-
res resultados, el mejor a utilizar es el Canson de grano medio de calidad superior. Conviene que
tenga suficiente grano para que la cera de nuestro lápiz se agarre bien.

De cualquier forma, puede usted experimentar con diferentes granos y gruesos, encontrando así el
acabado que más le satisfaga.

Aunque normalmente usará papel blanco, también podemos usar papel de color, en cuyo caso tie-
ne utilidad el lápiz de color blanco para dar las luces.

4. Elementos de Limpieza

Aquí la goma de borrar no tiene más uso que el de aclarar un tono. No es posible sacar blancos
pues lo que se consigue es extender el color y estropear el papel.

Una precaución importante es que si apoyamos la mano sobre el papel para trazar tengamos un
papelito entre nuestra mano y el papel de trabajo, de esta manera evitaremos ensuciar y emborro-
nar nuestro papel de dibujo.

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Pintura con Lápices de Colores
5. El Estudio

Si no tiene una habitación específica para trabajar su arte, siempre podrá habilitar una mesa y una
silla para ponerse a pintar.

Realmente no es muy válido el caballete, salvo que sea inclinable hacia atrás como el de acuare-
la. Normalmente se apoya el tablero sobre el borde de una mesa y la parte inferior sobre nuestras
piernas. También puede ponerlo sobre la mesa y elevar la parte superior apoyando sobre un mon-
tón de libros. La inclinación conveniente debe ser tal que permita que su visión sea perpendicular
a la superficie del tablero.

La iluminación vendrá de arriba y de la izquierda, si es usted diestro, bien sea natural o artificial,
pues así no proyectará sombras de su mano sobre el papel en la zona que esté trabajando.

La mesa, aparte de servir de apoyo a nuestro tablero, nos permitirá tener los demás utensilios:
lápices, goma, papeles de prueba y el modelo que estemos pintando, salvo que se trate de una
persona, en cuyo caso suele ser mejor sentarla en una silla en lugar de en la mesa.

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Pintura con Lápices de Colores
6. Las Mezclas

Después de todos los preámbulos llega el momento de ponernos a trabajar de verdad, es decir, a
pintar. Sin duda, ahora aflorarán a su mente cantidad de recuerdos de su niñez, cuando usted pin-
taba con los lápices, la diferencia ahora será que usted sabrá lo que está haciendo.

Como ya sabe los colores fundamentales o primarios son tres: rojo, amarillo y azul. Con ellos sa-
len todos los demás, incluso el negro. El secreto está en mezclarlos en la proporción adecuada.

Los colores que usaremos serán: azul claro, rojo carmín y amarillo medio.

Por tanto hemos de comenzar por las mezclas, para lo cual, dibujaremos un círculo en el papel y
trazaremos tres diámetros, obteniendo seis sectores. Cojamos nuestro lápiz rojo y rellenemos uno
de los sectores circulares. El lápiz se coge de la forma habitual como para escribir solo que un po-
co más largo, es decir, nuestros dedos deben estar un poco más lejos de la punta.

Es muy importante saber:

1. La punta del lápiz puede afilarse de diversas formas: fina, gruesa, en bisel...
2. La cera es blanda y el papel es duro, pero si no se presiona fuertemente quedarán espa-
cios vacíos debido al grano que nos permitirán rellenarlos con otro color al mezclar y así la mezcla
será óptica. También la cera es algo transparente y por tanto al superponer una capa sobre otra
se comporta como una película.
3. No hay que apretar demasiado para no aplastar el grano del papel.
4. Hay que ir de menos a más. Comenzar por un color claro para luego superponer un co-
lor más oscuro. Al revés no es posible que quede bien.

Cojamos ahora el amarillo, para cubrir otro sector, el siguiente al contiguo del ya pintado en rojo.
De igual manera haremos con el color azul. Así nos quedarán tres

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Pintura con Lápices de Colores
sectores formando una hélice, pintados cada uno con un color primario. Entre cada dos hay uno en
blanco que ahora iremos pintando.
Ahora es muy importante que aprendamos el orden de los colores en que debemos hacer siempre
las mezclas de colores secundarios:

1. Sobre el Rojo el Amarillo para obtener el Naranja


2. Sobre el Azul el Amarillo para obtener el Verde
3. Sobre el Azul el Rojo para obtener el Violeta

Aplicando esta regla, pongamos cada uno de los secundarios entre los primarios que lo componen.

Estos colores obtenidos de la mezcla de dos primarios reciben el nombre de colores secundarios.
Evidentemente si a uno de estos colore secundarios, añadimos más cantidad de uno de sus com-
ponentes, el color derivará más hacia él, obteniendo diferentes matices del mismo color.

No aconsejo el uso del negro para oscurecer, sino en todo caso, usaremos azul ultramar oscuro.
Podemos obtener efecto igual al negro, mezclando azul ultramar con el rojo carmín, poniendo más
azul que rojo. Esta mezcla nos puede servir para oscurecer y será más rica en matices que el ne-
gro.

Bueno, si mezclando dos colores primarios, obtenemos los colores secundarios, mezclando los tres
primarios obtendremos los colores terciarios. Si hacemos predominar el rojo, tendremos el rojo ter-
ciario, si hacemos predominar el amarillo, obtendremos el amarillo terciario y si hacemos predomi-
nar al azul pues... obtendremos el azul terciario. Si equilibramos los tres colores obtendremos casi
el negro.

Para mezclar los tres primarios debemos guardar el siguiente orden: primero aplicamos el azul,
después el rojo y por último el amarillo.

En resumen, hemos visto que solo con tres colores, podemos obtener todos los colores y todo los
tonos, desde muy claros a muy oscuros, incluso negro. Luego pintando, nos daremos cuenta de la
dificultad de obtener ciertos colores de forma idéntica a como los vemos, pero eso no es importan-
te. Es más importante que el conjunto de colores de la obra resulte armónico que obtener el color
exacto que vemos.

Dedique el tiempo que considere oportuno a practicar estas mezclas. Observe como cambia el co-
lor según va añadiendo de un primario u otro. Esta es la clave de todo.

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Pintura con Lápices de Colores
7. Ejercicio 1

En este primer ejercicio vamos a practicar los degradados y mezclas con el fin de coger la expe-
riencia necesaria para después realizar nuestras pinturas.

Aquí hemos resuelto los colores secundarios partiendo de los tres primarios en la primera fila a los
cuales sumamos otro de los primarios en la segunda fila. Así obtenemos los secundarios en la ter-
cera fila. Después efectuamos mezclas con diferente gradación.

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8. Ejercicio 2

Vamos a resolver nuestro primer cuadro, para lo cual partiremos de un pequeño bodegón en el
cual estudiaremos la composición de los elementos, el cromatismo y sus armonías y como resol-
ver las luces y contrastes.

Evidentemente lo primero a resolver será el dibujo que lo realizaremos con el color azul celeste y
los trazos se resolverán de forma suave, con poca presión.

Aunque nosotros hemos llegado a esta solución, ni que decir tiene que usted puede poner los ob-
jetos que quiera y de la forma que quiera, totalmente a su gusto. Conviene que la luz la dirija late-
ral para obtener sombras. Experimente con ello para estudiar los efectos de la luz.

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Una vez decididos los objetos, su posición relativa y la dirección de la luz, no queda más que re-
solver el dibujo y ya resuelto este, comenzaremos a resolver nuestra pintura.

Comenzaremos por definir las zonas de sombra y las rayaremos con el color azul, pues todas las
sombras tienen azul.

Siempre hemos de comenzar a pintar por el fondo, es decir, por todo lo que rodea al motivo prin-
cipal. La razón es que cuando usted pinta un color, a su vez pinta el color complementario, alre-
dedor de la mancha que usted acaba de pintar, por ello, si primero pintase el motivo principal y
después todo lo que le rodea -el resto de la superficie del cuadro- usted tiene que volver a repin-
tar el motivo principal, pues todos los colores habrán cambiado de tal manera que no los recono-
cerá y desde luego no armonizarán con nada.

Por lo dicho anteriormente comience por dar de color a la superficie más grande, el paño, y des-
pués continúe con la zona oscura de la derecha y la librería del fondo. Para el paño azul celeste
claro busque el color que más se le parezca entre sus lápices así trabajará menos, aunque pue-
de jugar con el azul general de antes rayando sin apretar demasiado para conseguir el tono más
ajustado.

Reserve los blancos en las zonas de brillos y vaya de menos a más en la intensidad del color,
aunque si un color resulta excesivamente intenso, podemos rebajarlo con la goma de borrar que
debe estar perfectamente limpia para que no ensucie el color.

Este cuadro está resuelto con los tres colores primarios, salvo que he utilizado un azul celeste
más claro para el paño.

Si para alcanzar un determinado color vemos luego que nos falta del color dado debajo, no hay
problema alguno en añadirlo cubriéndolo luego con el que convenga. Así si hemos pintado un
verde y nos damos cuenta que para conseguir el tono adecuado nos falta azul pues damos color
azul y encima amarillo hasta obtener el tono buscado.

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Pintura con Lápices de Colores
Recuerde que en la realidad los colores casi siempre son terciarios, solo que si los vemos como
secundarios es porque del tercer primario tienen muy poco pero algo suelen tener. Cuando ten-
gamos dudas sobre como obtener determinados colores, lo mejor es tener a mano un papel idén-
tico al del cuadro para hacer pruebas y una vez conseguido realizarlo en el cuadro.

Le recomiendo que se acostumbre a pintar del natural, es decir, que sus modelos sean reales, no
fotografías o cosas similares como, láminas o reproducciones de cuadros.

Lo difícil en la pintura no es la técnica sino ser capaz de percibir los colores de la naturaleza y
una vez percibidos ser capaz de representarlos. Por eso no aprenderemos a interpretar los colo-
res si no los observamos del natural y nos esforzamos por plasmarlos en nuestro cuadro. Anali-
zando los cuadros de otros pintores, podremos deducir que colores ha utilizado él en la represen-
tación de un determinado elemento o material, pero nosotros hemos de desarrollar nuestra pro-
pia visión, pues se es artista si creamos y resolvemos a nuestra manera personal; si copiamos
solo seremos copistas.

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