Contrato de Servicios Profesionales
Contrato de Servicios Profesionales
Contrato de Servicios Profesionales
DERECHO CIVIL V
Nuestro Código Civil trata, en el título XII de la segunda parte del libro V, De los
servicios profesionales y norma el contrato que tiene por objeto esos servicios.
Características:
Elementos:
Elemento personal:
El profesional que asume la obligación de prestar sus servicios, debe ser una
persona individual, pues no es lógica ni prácticamente posible que una persona
jurídica preste un servicio para el que se requiere el poseer un título, grado o
diploma. Por esa razón es inaceptable que los servicios profesionales puedan
prestarse por medio del representante legal o mandatario, ya que la calidad
profesional no es delegable y es de la esencia del contrato que los servicios sean
prestados directamente por el propio profesional y bajo su personal
responsabilidad, aunque ello no le impide contratar personal auxiliar (secretarios,
enfermeros, técnicos de laboratorio o rayos x, topógrafos, investigadores, etc.)
quienes pueden colaborar materialmente con el profesional en la prestación del
servicio y de cuya actuación también responde el profesional.
Además de contar con el título, grado o diploma que le habilite para el ejercicio de
la profesión de que se trate, el obligado a prestar los servicios debe tener la
capacidad para contratar (capacidad de ejercicio).
Finalmente es inherente a la relación del profesional con su cliente, que éste debe
gozar de libertad en cuanto a la forma de lograr el resultado perseguido y que el
profesional no está obligado a someterse al criterio del cliente. En ese sentido el
artículo 12, inciso a) del Código de Ética Profesional del Colegio de Abogados y
Notarios de Guatemala, señala que el abogado no debe supeditar su libertad ni su
conciencia a los caprichos o pasiones del cliente, ni permitirle a éste un acto ilícito
o incorrecto.
Elementos reales:
En armonía con el artículo 1538 CC, el servicio a prestarse debe ser posible,
determinado o determinable, lícito y el cliente debe tener un interés en su
cumplimiento.
En Guatemala, las partes son en principio libres de pactar los honorarios y las
condiciones de su pago (art. 2027 CC), aunque a falta de pacto se aplican las
normas del arancel respectivo, si lo hubiere, y, en su defecto, su fijación
corresponde al juez, quien lo hará tomando en consideración la importancia y la
duración de los servicios y las circunstancias económicas del que debe pagarlos
(art, 2028 CC). Existen aranceles aplicables a una buena cantidad de actividades
profesionales: El colegio de Ingenieros de Guatemala, el Colegio de Arquitectos,
etc. Sin embargo, únicamente los aranceles de Abogados y de Notarios tienen la
calidad de leyes de la República, al haber sido aprobados por los Decretos No,
111-96 y 131-96.