1º-No Hay Otros Dioses

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No hay otros dioses

Éxodo 20.1-3 (primer mandamiento)

INTRODUCCIÓN:

Hoy vamos a empezar una serie sobre los 10 mandamientos que llamaremos "Los Diez
Mandamientos para hoy"

En la actualidad, la gran mayoría de personas desconoce la existencia de la ley de Dios y


muchos en las iglesias prefieren pasarla por alto. Porque los diez mandamientos resultan
incómodos incluso a muchos creyentes.

En nuestro tiempo no se quiere escuchar acerca de los diez mandamientos. Preferimos


presentar la vida cristiana como una aventura emocionante llena de paz, felicidad y amor.

Para algunos eso es la vida cristiana. Pero al pensar de esa manera, vemos que en la iglesia
escasea la moralidad, el compromiso y la responsabilidad. De ahí que sea necesario volver
nuestra mirada a las palabras que Dios habló.

Hoy en día, los especialistas en evangelización nos dicen que debemos empezar por los
Evangelios. Pero hoy en día muchos inician su obra evangélistica por la ley.

¿Por qué?

(Gálatas 3.24).- Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo, para
que fuéramos justificados por la fe.

Este pasaje nos dice que la ley es lo que lleva a las personas a Cristo. Y un sinónimo de la Ley
son los 10 Mandamientos.

Porque estudiar los diez mandamientos, hoy en día

En Mateo 5.17-19, Jesucristo dijo que no había venido a la tierra para “abrogar la ley o los
profetas” lo que hoy conocemos como Antiguo Testamento. No sólo no anuló los Diez
mandamientos, sino que además enseñó cómo aplicarlos más profunda y espiritualmente.

Cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más importante, Jesús resumió los Diez
Mandamientos y la Biblia entera diciendo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda
la ley y los profetas” (Mateo 22.37-40).

En otras palabras, Cristo reveló el propósito espiritual de los Diez Mandamientos. Los primeros
cuatro nos enseñan cómo amar a Dios y cómo quiere Él que le amemos, mientras que los
últimos seis nos enseñan cómo amar a nuestro prójimo.

Otra de las instrucciones de Jesucristo es: “si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos” (Mateo 19.17). Y, cuando le preguntaron cuáles, mencionó cinco de los Diez
Mandamientos.

Tenemos que darnos cuenta de la importancia de los diez mandamientos, fundamento de las
leyes jurídicas de la mayoría de los países de occidente, que han basado sus constituciones en
los principios que los 10 mandamientos, y que en definitiva, reflejan la ley perfecta de Dios.

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Aunque actualmente muchos de estos gobiernos están rompiendo, tergiversando y
destruyendo a pasos vertiginosos para establecer un nuevo formato de ley donde los
principios de Dios ya no estén presentes, y dan paso a las leyes y pensamientos pecaminosos
del hombre y la sociedad actual.

Hoy veremos el primer mandamiento, que se encuentra en Éxodo 20.1-3.

(Éxodo 20.1-3).- Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy Jehová tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

Moisés y los israelitas vivían en un mundo politeísta, (que admite la existencia de varios
dioses). Un mundo donde la mayoría de las culturas creían en muchos dioses. Como dioses de
la tormenta, dioses del sol, dioses de la tierra, dioses de las cosechas, etc.

Los israelitas habían salido de Egipto y se dirigían a la Tierra Prometida de Canaán. Dios
advirtió a los israelitas sobre Canaán. Les advirtió sobre lo que se iban a encontrar y les
advirtió:

Leemos en Deuteronomio 11.16: "Cuidado, No se dejen seducir. No se descarríen ni adoren a


otros dioses, ni se inclinen ante ellos".

Dios también advirtió a los israelitas que no se casaran con el pueblo de Canaán.
(Deuteronomio 7.3).- Tampoco te unirás en matrimonio con ninguna de esas naciones; no
darás tus hijas a sus hijos ni tomarás sus hijas para tus hijos.

¿Por qué no? No por razones raciales, sino porque Dios sabía que estos matrimonios mixtos
arrastrarían al pueblo de Israel a la adoración de otros dioses.

Esta fue una elección que el pueblo de Israel tuvo que enfrentar una y otra vez. Cuando
entraron con éxito a Canaán bajo el liderazgo de Josué, Josué lanzó el desafío que aún se
mantiene en la actualidad:

(Josué 24.14-15) “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad
de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en
Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si
a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los
dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”.

(1 Reyes 18.21) Más tarde, el profeta Elías desafiaría a la gente: Y acercándose Elías a todo el
pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios,
seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.

Este era el mundo en el que vivían los israelitas, y este era el mundo en el que Dios emitió por
primera vez el primer mandamiento: "No tendrás dioses ajenos delante de mí".

I. ¿Por qué debemos obedecer los diez Mandamientos? por dos cosas importantes (versículo
1-2)

Dios introdujo el primer mandamiento con la doble afirmación registrada en los versículos 1-2:
Y Dios pronunció todas estas palabras: "Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy
Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre".

Esta doble afirmación es realmente una introducción a todos los Diez Mandamientos.

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A.- Porque ÉL es nuestro creador: “Yo soy el Señor tu Dios... "

Primero, está la afirmación del Dios creador: "Yo soy el Señor tu Dios". Cinco veces en los Diez
Mandamientos Dios dice estas palabras: “Yo soy el Señor tu Dios”.

Dios tiene derecho sobre nuestra vida porque es el Creador. Dios nos creó y nos dio la vida. La
expresión “Yo soy el Señor tu Dios” enfatiza la autoridad absoluta de Dios sobre nosotros.

Y nuestra respuesta apropiada al escucharla tiene que ser: reverencia, temor, obediencia y
respeto hacia Dios tu Creador.

Recuerde, estos son los Diez Mandamientos, no las Diez Sugerencias.

B. Porque Él nos ha salvado: “... quien nos sacó de Egipto ".

Pero Dios tiene un segundo motivo, y ese es por medio de la salvación. Dios dijo a los israelitas:
"Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saqué de Egipto, de la tierra de servidumbre". Dios liberó
a Israel de la esclavitud en Egipto. Él nos ha librado de la esclavitud del pecado. Esta afirmación
de la salvación enfatiza el trato de la gracia de Dios con nosotros, y nuestra respuesta
adecuada es el amor, la gratitud y la lealtad.

Si somos cristianos, entonces Dios tiene un doble derecho sobre nuestra vida, tanto por la
creación como por la salvación.

Debemos obedecer sus mandamientos tanto por respeto a Dios como por agradecimiento por
lo que ha hecho.

Ahora vamos a desarrollar este primer mandamiento:

1.- "No tendrás otros dioses".

Veamos ahora el primer mandamiento mismo en el versículo 3: "No tengas otros dioses
además de mí.

La palabra “No” aquí está en “singular". En otras palabras, esta se aplica a cada persona. Se le
habla a cada persona como por su nombre. Cada uno de nosotros es personalmente
responsable ante Dios.

Este primer mandamiento nos alerta de una serie de cosas a tener en cuenta

A) Condena el ateísmo - la creencia de que no hay Dios.

Ahora, ¿qué significa cuando Dios dice: "No tendrás otros dioses"? Significa, ante todo, que se
nos ordena creer en Dios. El primer mandamiento, por tanto, condena el ateísmo, la creencia
de que Dios no existe. Tanto el Salmo 14.1 como el Salmo 53.1 dicen: “El necio dice en su
corazón: 'No hay Dios'”.

B) Condena el agnosticismo: la creencia de que uno no puede saber con certeza si hay un
Dios.

Al imponer la creencia en Dios, el primer mandamiento también condena el agnosticismo, (la


creencia de que uno no puede saber con certeza si existe un Dios). La Biblia dice que podemos
saber que hay un Dios, que Dios nos ha dejado un testimonio a través de la creación que nos
rodea.

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El Salmo 19.1 dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios; los cielos proclaman la obra de sus
manos”.

Romanos 1.18-20 dice: “Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra
toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad. 19
Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo
ha revelado. 20 Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir,
su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de
modo que nadie tiene excusa”.

Entonces este primer mandamiento nos exige:

La fe en el único Dios verdadero.

Si Dios dice, “No tendrás dioses ajenos delante de mí”.

Dios está diciendo eso, exactamente, usted y yo, no debemos tener ningún otro Dios, que no
sea Jehová de los ejércitos, el Creador del universo, el único que merece toda la honra y la
gloria, ayer, hoy y siempre, por los siglos de los siglos.

Jesús ilustró muy bien lo anterior en la historia del joven rico: Lucas 18.18-27 Este hombre
influyente vino a Jesús y le hizo la pregunta de la vida más significativa: ¿Qué se debe hacer
para heredar la vida eterna? Jesús le dijo que debería guardar los mandamientos. El hombre
pensaba que ya los había obedecido, por eso Jesús le dijo que la única cosa que le hacía falta
era venderlo todo y dárselo a los pobres. Pero, ¿Por qué Jesús le dijo eso al joven rico? Le
estaba diciendo que debemos hacernos pobres para entrar al cielo. No.

Lo que Jesús hizo fue tomar el primer mandamiento y aplicarlo a la vida de este hombre. El
Señor sabía que la confianza de este hombre estaba en sí mismo, estaba en lo que poseía. De
modo que Cristo señala la raíz del problema: este hombre estaba controlado por lo que tenía y
no por aquel que se lo había dado. Las riquezas se habían convertido en su dios, y de esta
forma había quebrantado el primer mandamiento.

¿Entonces en que Dios debemos creer? en el Dios que se reveló a Israel como Señor.

Creer en el único Dios verdadero significa, en primer lugar, creer en el Dios que se ha revelado
a sí mismo en la Biblia y que se reveló a Israel como Señor. En Isaías 45.18-22.- “Porque así dijo
Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la
creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. 19 No hablé en
secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscáis.
Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud. 20 Reuníos, y venid; juntaos todos los
sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de
su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren
todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino
yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. 22 Mirad
a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.

Debemos adorar al Dios verdadero y no a un dios genérico, sustituto y universal.

Este 1º mandamiento nos prohíbe

1.- la adoración de dioses falsos.

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Y luego, finalmente, cuando Dios dice: "No tendrás otros dioses", prohíbe la adoración de
dioses falsos. A menudo surge la pregunta:

“Si solo hay un Dios verdadero, ¿por qué Dios habla de 'otros dioses' de todos modos? La
respuesta es: "No hay otros dioses verdaderos, pero a menudo tratamos como Dios a las cosas
que no son Dios debido a nuestros propios deseos pecaminosos".

Todo lo que pones delante de Dios se convierte en tu dios. El primer mandamiento nos
prohíbe valorar algo más que el único Dios verdadero.

Vemos esto a lo largo de las Escrituras. El profeta Jeremías reprendió al pueblo de Israel:
“¿Alguna vez ha cambiado una nación sus dioses? (Sin embargo, no son dioses en absoluto.)
Pero mi pueblo ha cambiado su Gloria por ídolos inútiles”. (Jeremías 2.11)

1 Corintios 8.5-6 dice esto: “Porque aunque haya supuestos dioses, ya sea en el cielo o en la
tierra (como en verdad hay muchos“dioses”y muchos” señores”), sin embargo para nosotros
hay un solo Dios, el Padre, de quien provienen todas las cosas y por quien vivimos; y hay un
solo Señor, Jesucristo, por quien vinieron todas las cosas y por quien vivimos”.

Y finalmente el apóstol Pablo escribe en Gálatas 4.8-9 “Antes, cuando no conocías a Dios, eras
esclavo de aquellos que por naturaleza no son dioses. Pero ahora que conoces a Dios, o más
bien eres conocido por Dios, ¿cómo es que estás volviendo a esos principios débiles y
miserables? ¿Deseas volver a ser esclavizado por ellos?

2.- No tender dioses ajenos delante de Él.

Pasamos ahora a la segunda parte del mandamiento, que es: "No tendrás dioses ajenos
delante de mí". (Éxodo 20.3) Estas dos palabras "delante de mí" son una parte esencial del
mandamiento y se refiere a la prioridad.

Prioridad:

Esas palabras, "ningún otro dios delante de mi" significan que Dios debe ser el primero en tu
vida. Él es tu primera prioridad. Tu lealtad es para él primero. Nada debe ocupar su lugar como
tu primer y mejor amor. No debe permitir que ningún interés rival se instale en su corazón o
en su mente, ya sea la familia, la ambición, el dinero o el orgullo.

Aquí hay algunos ejemplos de las Escrituras de otros dioses que la gente a veces coloca ante el
Dios verdadero.

1) Dinero: "No se puede servir a Dios y al dinero". (Mateo 6.24)

2) Placer - “amadores de los placeres más que de Dios” (2 Timoteo 3.4)

3) Apetito (gula)- “Dios de ellos es su estómago” (Filipenses 3.19)

4) Ídolos (Éxodo 20.4-6) La semana que viene los veremos más claros.

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No es que hagamos a Dios el número uno, luego la familia número dos, el trabajo número tres,
los pasatiempos número cuatro, etc. Dios no nos numera del uno al cien, del uno al mil, del
uno al infinito.

Amamos a nuestros cónyuges, amamos a nuestras familias, trabajamos duro en el trabajo y


perseguimos intereses externos, todo por amor a Dios. ¡Debe ser supremo en todo!

CONCLUSIÓN:

Entonces, ¿cuál es la conclusión cuando se trata del primer mandamiento? Escogerás, adorarás
y servirás al Señor tu Dios, y solo a Él.

Esto es lo que dijo Jesús cuando se le preguntó cuáles son los mayores mandamientos de
todos. Él dijo: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas". (Marcos 12.30) Jesús en realidad estaba citando el pasaje de
Deuteronomio que vimos esta mañana: “Oye, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es.
Ama al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.
(Deuteronomio 6.4-5)

Solo hay un Dios verdadero, y él exige tu lealtad absoluta y tu amor eterno.

Aquí hay algunas palabras finales de aplicación del mensaje de hoy:

1) Pon a Dios primero en tu vida. Él es Dios. Él es el Señor. Ponlo a él primero.

2) Ordena todos tus afectos terrenales bajo tu amor a Dios.

3) No intentes servir a dos amos. No puedes hacerlo de todos modos. Solo te hará sentir
miserable.

4) Haga la elección todos los días “Al final de cada día, pregúntate: ¿Fue Jesucristo mi Señor
hoy? ¿Le serví fielmente hoy? ¿Lo amaba profundamente? ¿Lo adoré exclusivamente?"

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