Psicobiología de La Drogadicción
Psicobiología de La Drogadicción
Psicobiología de La Drogadicción
de la drogadicción
SANZ Y TORRES
PSICOBIOLOGÍA DE LA DROGADICCIÓN
ISBN: 84-96094-41-3
Depósito legal: M-
El abuso de drogas y la drogadicción son problemas de gran envergadura para
las sociedades occidentales actuales. Sabemos que el uso de drogas va ligado
a la existencia del hombre desde los tiempos más remotos, pero el abuso y la
dependencia de drogas son ahora más prevalentes y extendidos en el mundo
que nunca. Aunque los avances científicos han contribuido enormemente al
conocimiento de los mecanismos que sustentan el abuso y la adicción a las dro-
gas, eso no significa que se pueda disponer de una solución definitiva que supe-
re estos problemas. Ello es debido a que el abuso y la drogodependencia son
complejos problemas sociales y de salud pública, y son también precisos abor-
dajes complejos para solucionarlos.
La mayoría de nosotros conoce a alguien , e incluso tenemos algún fami-
liar, que consume drogas de abuso. Se estima, a grandes rasgos, que más del
40% de la población de las sociedades desarrolladas ha probado alguna droga
ilícita alguna vez en su vida. La dependencia de drogas parece en todos los
niveles sociales, económicos y grupos de edad y, verdaderamente, ninguno
estamos inmunes ante las drogas. Debido a que tanta gente se relaciona de
modo directo e indirecto con la problemática de la drogadicción, muchos pien-
san que tienen conocimientos suficientes sobre esta compleja realidad. Esta
creencia ha producido malas interpretaciones y confusión que se trasladan a la
opinión pública y que dificultan el afrontamiento de estos difíciles retos y su
superación.
Gracias a los avances científicos hoy se puede decir que la drogadicción
es una enfermedad tratable. No obstante, hay una e norme distancia entre lo que
el conocimiento científico nos dice y la aplicación de esos conocimientos por
la gente en las diversas realidades sociales donde aparece esta enfermedad
mental.
Un aspecto importante de lo que la ciencia nos dice respecto a las dro-
godependencias es que se puede diferenciar entre uso, abuso y adicción adro-
gas. Uso de drogas es el consumo de las mismas de forma inapropiada, ya sean
sustancias prescritas o no. Entre otros, este tipo de consumos se dan, por ejem-
plo, cuando se toman drogas no prescritas en exceso y sin supervisión médica.
El abuso implica un patrón de consumo intenso y prolongado en el tiempo, que
puede conllevar riesgos importantes para la salud del sujeto consumidor. La
dependencia, adicción a drogas o drogadicción surge cuando el paciente pre-
Figura 1.1
Figura 1.2
Anteriormente hemos señalado que las drogas, ilegales o no, son omnipresen-
tes en nuestra sociedad. Se estima que entre un 90-95 % de las personas consu-
me alcohol aunque sea esporádicamente. La población expuesta a los efectos
del tabaco es también enorme. Un porcentaje mucho menor consume cocaína,
otros psicoestimulantes o drogas de síntesis, más o menos regularmente. A su
vez, la heroína es consumida también en mucho menor grado que el resto de
las drogas de abuso. Afortunadamente, no todas estas personas expuestas a las
drogas llegan a ser adictas, si no sólo un pequeño porcentaje de ellas. Por ello,
hoy se piensa que existe una vulnerabilidad individual a la drogadicción.
Verdaderamente, no se sabe aún por qué unas personas se hacen dependientes
Figura 1.4
(incluso, rápidamente) y otras no. Entre los factores de riesgo de tipo biológi-
co, numerosos datos de la literatura científica apuntan a factores genéticos que
predisponen a una mayor sensibilidad del sistema neuroendocrino a los efec-
tos reforzantes de las drogas de abuso. Otros factores de riesgo son la presión
de grupo, el entorno familiar, escolar y laboral y el estado mental.
Respecto al estado mental, es interesante señalar que muchos adictos se
ini cian en el consumo de drogas porque consideran que el uso de las mismas
les reporta ventajas psicológicas. Por ejemplo, personas que viven en un esta-
do de ansiedad y estrés crónico y no son capaces de sobrellevar las dificulta-
des de la vida, pueden iniciarse en el consumo de drogas empezando con bar-
bitúricos o alcohol (que son sedantes e incluso tienen ciertas propiedades
amnésicas), obteniendo así una ayuda para solucionar sus problemas.
También, aquellas personas que sufren la vida con depresión, tienen un senti-
do de infe rioridad o que no disfrutan en definitiva de la vida, pueden comen-
zar ingiriendo estimulantes como la cocaína o las anfetaminas. De hecho, se
sabe que el tipo de droga que en última instancia e lige el individuo para ini-
ciarse en el consumo, refleja el estado mental en que se encuentra. Como es
sabido, las drogas alteran en alguna medida la actividad cerebral y, concreta-
mente , modifican la comunicación entre las células nerviosas por su inciden-
cia sobre los sistemas de neurotransmi sores y neuromoduladores. Muchas
enfermedades mentales tienen también su base e n una disfunción de los mis-
mos sistemas cerebrales a los que afectan las drogas. De ahí que exista rela-
ción entre el estado mental de un individuo y la elección de un tipo de droga
en la fase inicial del consumo. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que
más del 50% de los adictos a cocaína tienen una historia previa de desórdenes
mentales, independientemente de su adicción a la cocaína. Estos problemas
mentales suelen ser depresión , ansiedad generalizada y personalidades antiso-
ciales. Los pacientes con depresión son los más inclinados a automedicarse
cocaína para aliviar los síntomas de su enfermedad. Como se sabe, uno de los
efectos de la cocaína sobre el sistema nervioso central es similar al de los anti-
depresivos clásicos y entre los elementos de la sintomatología del síndrome de
abstinencia de la cocaína está la depresión. De hecho, en los tratamientos far-
macológicos de la adicción a cocaína se emplean antidepresivos.
Con frecuencia, en muchos pacientes la dependencia de una droga no es
el principal problema del sujeto. Los adictos normalmente tienen otros muchos
problemas que acompañan al de la adicción. Entre los más comunes, además
de los psiquiátricos, están otros de tipo médico, familiar, penal y de falta de
empleo que, en conjunto constituyen una carga mucho más abrumadora para el
paciente que la propia drogadicción, la cual ha podido ser en parte una de las
vías de escape de esos problemas. El tratamiento de estos pacientes es difícil
porque hay que atender simultáneamente a toda esa problemática junta que, si
se descuida y se interviene sólo en el aspecto de la drogadicció n, produce
muchas veces como resultado final una pérdida de tiempo.
La aceptación de la existencia de una vulnerabilidad individual a ladro-
gadicción ha llevado a considerar que esta enfermedad tiene un desarrollo
similar al de otras de tipo puramente biológico. Es decir, parecida al curso tem-
poral de enfermedades infecciosas, por ejemplo, en las que la susceptibilidad a
la infección de los individuos de la población es diferente. Así, en esas enfer-
medades se conoce que e n general hay tres tipos de factores que determinan si
una persona va o no a padece rlas . Esto es, hay un agente infeccioso (el micro-
organismo); un huésped con características fisiológicas determinadas que es
infectado (la persona), y unas variables ambientales que modulan en mayor o
Figura 1.5 menor grado la infección. En la drogadicción ocurre algo parecido. El agente
es la droga, con variaciones en el tipo de sustancia, la dosis, la pureza, la vía
de administración y la disponibilidad o no de la mi sma. El huésped es el suje-
to, con variaciones en su personalidad, su genética, su historia personal y la
existencia o no de problemas psiquiátricos. Y también hay variables ambienta-
les, como experiencias estresantes previas, la presión de grupo y el entorno
familiar, escolar o laboral, que pueden participar en el inicio y el manteni-
miento de la enfermedad. La consideración de estos tres factores conjunta-
mente en relación con el problema de la vulnerabilidad desde un perspectiva
poblacional (global) plantea una serie de cuestiones que debe reso lver la socie-
dad. Por ejemplo, ¿sería conveniente que la droga estuviera libremente a dis-
posición del que quisiera consumirla?, o dicho de otra forma, ¿ la ampliación
de la oferta haría que pudiera llegar a personas que son vulnerables sin saber-
lo? Del mismo modo, la sociedad debe tener claro que hay que afrontar simul-
táneamente la influencia de esos tres factores. Es decir, hay que aportar recur-
sos económicos no sólo e n tareas de control de la oferta sino en prevención y
educación para la salud y en la mejora de las condiciones sociales que e limi-
nen o palien esos factores de riesgo.
Como las influencias ambientales (psicosociales) son determinantes en
este tipo de enfermedad mental , vamos a introducir a continuación la perspec-
tiva de la investigación social sobre la drogadicción, que añade y amplia los
aspectos del te ma de vulnerabilidad tratado en este apartado.
Los investigadores sociales piensan que existe una estrecha relación entre dro-
gadicción y patrones de desarrollo social. Basándose en la edad a la que un
adolescente empieza a consumir alcohol, se puede predecir como será su ren-
dimiento académico y otras conductas como mentiras, engaños, di sputas, acti-
tudes violentas ... etc. Lo mismo puede decirse respecto a la marihuana, la otra
droga de temprano y gran consumo entre la juventud. Un pronto inic io al con-
sumo de alcohol y/o marihuana demuestra una tendencia haci a:
Estos hechos sugieren que la socialización de los que pueden llegar a ser
drogadictos es diferente en etapas críticas del desarrollo social. Hay varias teo-
rías psicosociales que han intentado explicar por qué se produce el consumo de
drogas entre determinados individuos de la población y en otros no. Como ocu-
rre en cualquier ciencia, ninguna de estas teorías puede dar una explicación
completa de las razones de la drogodependencia e incluso, a veces, difieren
bastante en esas posibles explicaciones. Con todo y con eso exponemos a con-
tinuación las más importantes.
Las teorías basadas en los procesos sociales mantienen que el individuo está
forzado por factores extraños a él o es socializado por otros para consumir dro-
gas. Estas teorías son: la teoría del aprendizaje social, la teoría del control
y la teoría del etiquetado.
La teoría del aprendizaje social sostiene que la drogadicción es una
conducta aprendida socialmente. Este aprendizaje se manifiesta a través de la
imitación, el ensayo y error, la improvisación, el reforzamiento de las conduc-
tas apropiadas y los procesos cognitivos. Esta teoría trata de explicar cómo se
adquiere la conducta de adicción a drogas a través de su interacción con los
miembros del grupo.
La teoría del aprendizaje social destaca la importancia de los grupos pri-
marios, los cuales se caracterizan porque en ellos se comparte un alto grado de
intimidad y espontaneidad y cuyos miembros están unidos por lazos emocio-
nales. Es el caso, por ejemplo, de familias y residente., en una urbanización o
en un barrio concreto. El tipo de interacción que se da en estos grupos respec-
to al consumo de drogas es altamente específica. Por esta interacción se apren-
den técnicas concretas, vivencias y significados apropiados que suelen ir aso-
ciados con una droga determinada. De acuerdo con el sociólogo Becker ( 1966),
la secuencia aprendida de conductas hasta convertirse en drogadicta una per-
sona es la siguiente:
Este tipo de teoría también explica cómo los adultos y ancianos apren-
den una actitud favorable hacia el uso de drogas. A través de los anuncios, la
industria farmacéutica, tabaquera, del alcohol..., va instruyendo e inculcando la
necesidad, las técnicas y los significados apropiados ligados al uso de drogas
que harán sentirse mejor a los usuarios.
La teoría del control destaca la importancia de la socialización positiva.
Se define la socialización como el proceso por el que los individuos aprenden
e internalizan las actitudes, valores y comportamientos precisos para ser
miembros partícipes de la sociedad convencional. La teoría del control man-
tiene que la conducta humana puede llegar a ser des viada socialmente si se deja
sin un control social. Este tipo de investigadores y teóricos insisten en la nece-
sidad de mantenerse unidos a instituciones como la familia, la escuela y otras
de carácter político, social o religioso. De acuerdo con esta teoría, el proceso
de socialización consiste en la creación de sistemas de control internos y exter-
nos, que pueden ser fuertes o débiles.
El control interno estaría determinado por el grado de autocontrol,
grado de tolerancia a la frustración, autopercepción positiva o negativa, con-
secución exitosa o no de metas y tendencia o resistencia a conductas desvia-
das. Los controles internos son los impulsos, disgustos, frustraciones, rebe-
liones y sentimientos de inferioridad que animan a una persona a implicarse
en conductas asociales. Las presiones ambientales, tales como la condición
social, pueden limitar la consecución de objetivos marcados. Esas condicio-
nes pueden ser la pobreza, falta de cultura, desempleo y marginación porrazo-
nes de raza.
El sistema de control externo estaría constituido por la supervisión y la
disciplina (que puede ser efectiva o inefectiva), la formación moral (que puede
ser consistente o inconsistente), la identidad y aceptación personal (que puede
ser positiva o negativa) ... etc. Por ejemplo, hay niños que pasan mucho tiempo
solos en sus casas (porque sus padres están muy ocupados en otras tareas) y
acaban llegando a la delincuencia en parte debido a la ausencia de controles
externos. Otro ejemplo sería el de los padres que no tienen una disciplina con-
secuente con los hijos.
Según esta teoría. si un individuo tiene un sistema de control externo
débil, el sistema de control interno tiene que entrar en funcionamiento para
superar las presiones exteriores. En contraste, si el sujeto tiene un fuerte con-
trol externo por una buena socialización, formación moral y desarrollo de la
autoestima, puede que no precise mucho de su control interno.
En relación con la drogadicción, la teoría del control establece que si
hay una descompensación entre los sistemas internos y externos hay una cier-
ta probabilidad de caer en la droga. Cuando los sistemas de control interno y
externo son débiles, dicha probabilidad es mayor. En la Tabla 1.2 figura una
estimación de la posibilidad de llegar a ser drogadicto en función del grado de
control externo e interno de los individuos.
Otra de las teorías, la del etiquetado, afirma que la imagen que tenemos
de nosotros mismos está en gran parte determinada por los otros miembros de
la sociedad. Esto quiere decir que cada uno de nosotros puede controlar esca-
samente la imagen que nos gustaría representar. Por el contrario, la sociedad
tiene mucho más poder en redefinir nuestra imagen. Según esta teoría, real-
mente nuestra imagen está en las manos de quienes admiramos y n ~petamos.
La idea clave es cómo somos percibidos por nuestra sociedad. Si los miembros
de la sociedad definen nuestras acciones como positivas o negativas, esas defi-
niciones llegan a ser realidad.
Algunos autores que han contribuido a esta teoría piensan que hay cier-
tas categorizaciones negativas que son tan poderosas que incluso dominan
sobre las positivas. Por ejemplo, si decimos que Fulanito es drogadicto, esta
etiqueta es tan fuerte que predomina sobre otras categorías que puede tener
Fulanito como buen profesional o buen deportista, ... etc. Esa etiqueta se con-
vierte en la categoría principal. Una vez que es puesta la etiqueta, es más fácil
para los individuos mantener la imagen asignada por la sociedad. Otros auto-
res sostienen que tras la imposición de una categoría principal negativa se pro-
duce el fenómeno de la interpretación retrospectiva, por la que el grupo
social reconstituye la identidad del individuo etiquetado. Esto supone redefinir
la imagen de la persona en ese grupo.
La teoría del etiquetado sugiere que las categorías que empleamos para
etiquetar a los individuos tienen influencias sobre su autopercepción. Aún en
el caso de que Fulanito no se considere aún drogadicto sino más bien usuario
TABLA 1.2.
La mayoría de las drogas ejercen sus acciones en sitios muy específicos de las
células de los organismos, denominados receptores. Estos sitios suelen ser
moléculas grandes (generalmente proteínas) en los que interactúan las sustan-
cias químicas endógenas de los organi smos llamados ligandos. Algunos ligan-
dos endógenos son los neurotransmisores y las neurohormonas (p.e. la oxito-
cina, la vosopresina, ... etc).
Postsynaptic Example ot
Membrane .........._. PSP Behav1oral Ettect
+
_l'-_I~ HA normal
Aeceptors Sms
2 +
+ ~\~ HA 1
5 ms
3
+ p.__I~ HA normal
5 ms
+
+
+
+ ~l! HA !
5 ms
+
+
HA normal
5
+
J"---__}
5 ms
+
+
6
+ __/'-_\~ HA normal
Sms
+
+
7
.J"".-- -
l~ HA +
Sms
+
+
8 +
~1~ HA normal
5ms
Figura 2.10
Postsynaptic Example ol
Membrane ~ PSP Behav1ora1 Elfect
_0.__I~ HA normal
Receptor Receptors 5 ms
Blocker - •
2
..f'.-_-
I! HA •
5 ms
_0.__I~
+ HA normal
3
5 ms
4 +
~ -
I! HA t
Sms
f'--__ I~
HA normal
5
+
5 ms
~!~
+
6 +
HA t
Sms
7
~I! HA normal
5 ms
.....:; ,
18 • PSIC0810lOGfA DE lA DA
~~~
·"t • ...t.
• RELACIONES DOSIS-RESPUESTA
Las mismas dosis de una droga pueden originar diferentes curvas dosis-
respuesta, según sea la respuesta en estudio. En la figura 2-2 se representa el
efecto de las mismas dosis de anfetamina sobre otra conducta distinta de la
actividad locomotora. En este caso se estudió la esterotipia en roedores. Esta
conducta se caracteriza por un conjunto de comportamientos repetitivos o com-
pulsivos tales como mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás o morder
objetos inexistentes. En esa figura puede verse que la esterotipia aumenta a
medida que aumenta la dosis de anfetamina hasta un punto en que alcanza una
meseta. Cuando llega a esa meseta que indica una saturación de receptores,
aunque se administre el doble de la dosis produce un efecto muy similar.
Aunque no hay una curva dosis-respuesta típica, tomemos con propósi-
tos ilustrativos una similar a la obtenida para la esterotipia producida por la
anfetamina. Esta nueva figura (2-3) nos servirá también para explicar algunos
conceptos. En la figura 2-3 vemos, en primer lugar, que hay dosis que no tie-
nen un efecto apreciable. A partir de una cierta dosis comienzan a destacarse
los efectos. Esa dosis mínimamente efectiva se llama dosis umbral y está seña-
lada con una flecha y la letra a. Por su parte, la dosis a la que se alcanza la
máxima respuesta está señalada con la letra b. La respuesta máxima no siem-
pre se alcanza con la dosis más alta como hemos comentado ya antes. Un con-
cepto importante aparece señalado con la letra c. Este punto señala la dosis
media efectiva, que es la dosis a la que la droga produce efectos en el 50% de
los individuos. Normalmente se indica como EDSO (Dosis Efectiva 50).
Debido a que una sustancia puede ser empleada en diferentes contextos (tera-
peúticos o no), hay que tener presente la existencia de varios EDSO. Así, una
benzodiacepina puede tener una EDSO para sus acciones sedantes y otra para
sus efectos convulsivantes.
Todas las drogas pueden tener efectos letales que, generalmente, depen-
den de las dosis de las mismas. Así, también puede hablarse de una dosis letal
media (LDSO), que es la dosis que causa la muerte en un 50% de los indivi-
duos de la población (en la figura está señalada con la letra d). Desde un punto
de vista terapéutico, se espera que la LOSO de la droga sea considerablemente
más grande que la ED50. El margen de seguridad de una droga se deduce uti-
lizando estos dos conceptos: a la relación entre ambos se llama indice tera-
péutico y se expresa como:
LD 50
= Indice terapéutico
ED 50
En la Figura 2-3, el indice terapéutico es 3 ( 18/6). Para que una droga sea
considerada segura, su índice terapéutico debe estar alrededor de 1OO. Sin
embargo, aunque hay sustancias que tienen un índice terapéutico alto, pueden
tener también efectos secundarios importantes que reducen el margen de segu-
ridad de las mismas. De igual modo, una droga puede tener un índice terapéu-
tico mayor que otra, pero al mismo tiempo puede tener ciertas propiedades que
hagan que los sujetos se la autoadministren e n mayores cantidades que pueda
llegar a ser letales. Es el caso, por ejemplo, de las drogas que producen eufo-
ria. La LD y ED de cualquier droga varía en un rango de un l % (LO 1 ó ED 1)
a 100% . En el caso del alcohol, el LD 1 es de 0,3 5% de alcohol en sangre y el
LD es 0,5 %. Eso quiere decir que si los individuos de una población consu-
. · -~·· -
ser letal y, de hecho, mueren un buen número de personas anualmente por este
motivo.
En el caso del antagonismo, hay que distinguir dos tipos. Uno es el anta-
gonismo farmacológico. Consiste en la unión de una droga a un receptor, por
el que tiene afinidad, pero sin actividad intrínseca o con muy poca. Como con-
secuencia de la unión del antagonista con el receptor, un agonista no puede
unirse a ese sitio (el receptor) para activarlo. Debido a que el antagonista se une
pero no activa (dado que no tiene actividad intrínseca), el efecto resultante es
un bloqueo de la actividad posible del agonista. Si el antagonista es capaz de
disociarse (separarse) del receptor decimos que hay un antagonismo compe-
titivo, porque hay una cierta competitividad por el receptor entre el agonista y
el antagonista. Si el antagonista no es desplazable del receptor, aunque haya
una concentración muy superior del agonista, estamos ante un antagonismo
no competitivo. El resultado en ambos casos es una disminución de la poten-
cia del agonista. Sin embargo, en el caso del antagonismo competetivo, un ago-
nista puede alcanzar aún en presencia del antagonista la máxima eficacia, si
hay una concentración de agonista suficientemente grande para desplazar al
antagonista. En el caso del antagonismo no competitivo, además de una reduc-
ción de la potencia, hay también una reducción de la eficacia, porque todos los
receptores están ocupados por el antagonista o porque el antagonista ha modi-
ficado la estructura del receptor impidiendo así que el agonista pueda ejercer
su acción. Generalmente, los antagonistas no competitivos bloquean la activi-
dad de los agonistas por este último mecanismo. Un ejemplo típico aparece en
los receptores complejos como el del GABA, que es sobre el que actúa el dia-
cepán (Valium). Este receptor tiene varios sitios de unión a los que se fijan
diversos ligandos que modulan su acción inhibidora en el sistema nervioso:
Figura 2.11
Figura 2.12
1 ooactorv 1 U>c...
"""' 1 coer"'•"'
-
Dorsal
: .. ¡
Las interacciones entre drogas son un verdadero problema entre los dro-
gadictos. Normalmente, estas personas son policonsurnidores de drogas, sin
mucha preocupación por las posibles consecuencias de las mezclas de varias
de ellas. Con frecuencia, los adictos a drogas experimentan con combinaciones
de estimulantes, depresores del sistema nervioso y alucinógenos solamente
para ver qué ocurre. Los efectos de estos cócteles no se pueden calcular, su tra-
tamiento de urgencia es difícil y, lamentablemente, a menudo tienen conse-
cuencias fatales.
Antes de poder actuar en el sitio de acción que corresponda a cada droga, ésta
tiene que atravesar varias membranas biológicas. En el caso de las drogas psi-
coactivas, el sitio donde actúan es el sistema nervioso y, en la mayoría de los
casos, sobre receptores más o menos específicos. En la Figura 2-5 se presenta
un esquema de los principales factores farmacológicos que median en los efec-
tos de las drogas. De esa figura puede deducirse que cualquier droga ingerida
por vía oral para ejercer sus acciones en el cerebro, tiene que pasar a través de
una serie de compartimentos biológicos antes de alcanzar las neuronas corres-
pondientes.
Uno de los factores más importantes en la absorción de las drogas es la
concentración a ambos lados de cada membrana que atraviesen. Cuando más
grande sea la diferencia de concentración en uno u otro lado de las membranas
biológicas, más fácil es la difusión desde el lugar más concentrado al menos
concentrado. No obstante, debido a que todas las membranas tienen una gran
composición lipídica, la capacidad de disolución en lípidos es un elemento
importante en la habilidad de una droga para pasar por difusión a través de las
membranas biológicas. Por otro lado, para que las drogas puedan ser transpor-
tadas por el torrente sanguíneo también tiene n que ser algo solubles en agua.
Así, las drogas psicoactivas son solubles en agua y en lípidos en su gran mayo-
ría.
-
r.
• VÍAS DE ADMINISTRACIÓN
Figura 2.1
SIDA, Ja vía intravenosa genera muchas reacciones alérgicas, alteraciones car-
diovasculares y otros efectos secundarios.
Por último, otra vía muy común entre los drogadictos es la de inhala-
ción. A causa de la gran cantidad de capilares que hay en los pulmones, las
drogas alcanzan rápidamente el torrente circulatorio con lo que ejercen pronto
sus efectos y con mayor intensidad que por vía oral. Los problemas asociados
con esta modalidad de administración son irritación de la mucosa pulmonar
que puede causar neumonía y, a largo plazo, cáncer. Además, con esta vía la
droga tienen que ser continuamente inhalada para mantener una concentración
deseada.
En animales de experimentación, Ja vía más empleada es Ja intraperito-
neal, especialmente en roedores de laboratorio. Mediante esta vía Ja droga es
depositada en el peritoneo, desde donde es absorbida por el intestino y de aquí
al torrente sanguíneo. Esta vía es más rápida y más uniforme que la adminis-
tración oral.
Después de que Ja droga ha entrado en el organismo, sea cual sea Ja vía, atra-
viesa varios compartimentos y se distribuye por todo el cuerpo. Debido a la
unión o a Ja disolución en lípidos, la mayoría de las drogas se acumulan en teji-
dos diferentes y no siempre en sus Jugares de acción. En esos sitios de acumu-
lación se producen con frecuencia cuadros tóxicos, corno en el hígado y en el
riñón. Esos Jugares también funcionan corno depósitos de droga, donde se veri-
fica de contínuo un intercambio entre la droga en estado libre y la unida a pro-
teínas en un equilibrio dinámico.
Otro sitio donde las drogas se unen a proteínas es el torrente circulatorio.
La unión de las drogas a las proteínas del plasma enmascara el efecto de
muchas drogas porque puede convertirlas en inactivas, de manera que pueden
ejercer sus acciones sólo cuando estén libres de las proteínas. A menudo, el
complejo droga-proteína es demasiado grande para atravesar las paredes de los
vasos sanguíneos, por Jo que la droga no puede pasar a efectuar su acción en
Jos tejidos diana correspondientes.
Como hemos indicado ya antes, la entrada de las drogas en sangre depen-
de de su Jiposolubilidad. Aquellas sustancias que son solubles en lípidos como
el pentotal, el tetrahidrocannabinol o la rnetanfetamina entran y se distribuyen
rápidamente por todo el sistema circulatorio general. Debido también a esa
propiedad, atraviesan con facilidad las membranas biológicas, llegan al cere-
bro y actúan con mucha rapidez.
A veces, Ja carga eléctrica total de las drogas facilita o dificulta el paso
de estas sustancias a través de las membranas biológicas. Esto es así porque,
además de receptores (a los que se unen las drogas en cuanto ligandos exóge-
nos), hay poros, también de naturaleza proteica, en las membranas de las neu-
ronas. Los poros son canales que permiten o no el paso de moléculas a través
de ellos. La mayoría de los poros son muy selectivos y sólo dejan pasar agua,
iones y moléculas pequeñas. Normalmente, los poros no dejan pasar a las dro-
gas. Además, debido a que los poros regulan la concentración iónica dentro y
fuera de las neuronas, influyen en Ja capacidad de penetración de las drogas a
través de las membranas dependiendo de la carga eléctrica de estas sustancias.
La mayoría de las drogas psicoactivas efectuan sus acciones mediante su
influencia directa sobre el sistema nervioso central. La entrada de las drogas
psicoactivas en dicho sistema y en líquido cefalorraquídeo, necesita de meca-
nismos especiales debido a la existencia de la barrera hematoencefálica. El
cerebro comprende aproximadamente el 2% del cuerpo, pero recibe el 20% del
. .
'·
'<I
Figura 2.2
A diferencia de lo que ocurre con la barrera hematoencefálica, las drogas
psicoactivas pasan fácilmente a través de la barrera placentaria. Se calcula que
un 35% de las mujeres embarazadas consumen drogas psicoactivas, las cuales
pasan por difusión la placenta y se acumulan en cantidades considerables en el
feto en el desarrollo. En este caso, la barrera hematoencefálica está menos
desarrollada y, además, hay menos proteínas plasmáticas que pueden unirse a
las drogas e inactivarlas. Ello supone que la exposición de las drogas al cere-
bro de un feto o de un neonato tiene efectos más rápidos y generales compara-
dos con los del cerebro de adultos.
Después de que las drogas han entrado por una u otra vía en el cuerpo, comien-
zan a ser eliminadas de difere ntes modos. Antes de ser eliminadas sufren una
serie de cambios químicos dentro del organismo. A este proceso se llama
metabolismo o biotransformación. Lo más común es que las drogas sean
metabolizadas antes de ser eliminadas, pero en ocasiones son excretadas casi
sin alteraciones metabólicas. Es el caso, por ejemplo, de la Amanita Muscaria,
un hongo que tiene propiedades alucinógenas, que es eliminada por la orina.
Algunas comunidades de Siberia conocen esta particularidad y reciclan la
droga.
El cambio químico que conlleva la metabolización de las drogas puede
hacer que éstas sean más activas, menos activas o que no sufran ninguna alte-
ración de su actividad intrínseca. Esto quiere decir que metabolismo no signi-
fica inactivación. Si las drogas se descomponen en sustancias químicamente
menos complejas (más simples) se dice que han sido catabolizadas. Por el
contrario, si son transformadas en otras más complejas se dice que han sido
anabolizadas. Por tanto, en el metabolismo pueden darse dos procesos inver-
sos: Catabolismo (descomposición) y anabo lismo (síntesis de moléculas más
complejas).
Es preciso señalar que una misma sustancia puede ser transformada de
las tres formas que indicábamos anteriormente. Por ejemplo, la codeína se
puede metabolizar como: a) un compuesto inactivo, la codeína glucorónida; b)
un compuesto más activo, la morfi na y c) un compuesto iguale mnte activo, la
norcodeína. Dependiendo de cuáles de estas biotransformaci ones sea más rápi-
da, esta droga tendrá uno u otros efectos y una mayor o menor duración en su
acción.
Antes de que una droga sea eliminada completamente del organismo
puede sufrir los siguientes cambios metabólicos:
Casi todos los tejidos del cuerpo son capaces de llevar a cabo alguno de
estos procesos metabólicos, pero los más activos son el hígado los riñones y los
intestinos que también tienen funciones importantes en la eliminación de las
, '~-.. ' r,,. ~·~/;'1~ · t.
Systemic
Circulation
Debido a que las enzimas no son específicas, es decir, que metabolizan
todo tipo de sustancias, incluidas drogas diversas, la elevación del número de
enzimas producida por una droga puede acelerar la tasa de metabolismo de
otra. Por ejemplo, el tabaco produce un aumento del 40% en la tasa de elimi-
nación del cuerpo (aclaramiento) del haloperidol, una droga que es antago-
nista de la dopamina, porque el consumo de tabaco a largo plazo produce un
incremento del sistema enzimático microsomal hepático.
El efecto global de un aumento en los niveles enzimáticos en el hígado
es el de una reducción de la concentración de la droga en el cuerpo, lo cual
genera tolerancia. Como hemos indicado, el consumo prolongado de una droga
produce una inducción enzimática que puede afectar al rápido desarrollo de
tolerancia a otra droga de una clase farmacológica distinta.
Algunas sustancias pueden también inhibir el metabolismo de ciertas
drogas. Por ejemplo, el disulfiramo (comercializado como Antabus) es una
sustancia que se emplea para el tratamiento del alcoholismo. Esta sustancia se
une a los sitios activos del complejo enzimático microsomal hepático e impide
la metabolización del alcohol. Uno de los primeros pasos en el catabolismo del
alcohol es la formación de acetaldehido, que es bastante tóxico. Normalmente,
el acetaldehido se metaboliza a ácido acético, que no es tóxico. El efecto del
disulfiramo es unirse a la enzima que transforma el acetaldehido en ácido acé-
tico. Si en un tratamiento previo de disulfiramo se consume alcohol, los nive-
les de acetaldehido se elevarán, dado que no se puede catabolizar a ácido acé-
tico. Ello producirá naúseas y malestar general que, en principio, evitará que el
alcohólico siga tomando esta droga.
Del mismo modo, el consumo de una droga puede reducir el catabolis-
mo de otra. Cuando ambas drogas comparten la misma vía metabólica. Es el
caso, por ejemplo, de lo que ocurre cuando se toman barbitúricos habiendo
ingerido previamente alcohol. Debido a que las enzimas hepáticas están dedi-
cadas primero a la catabolización del alcohol, en el cerebro habrá mayores
nive les de barbitúricos de los que habría si no se hubiera tomado antes alcohol.
• ' • . f. ~
1. Su liposolubilidad
2. Cómo son secretadas en la orina por las células de los riñones. Esta
secreción puede ser por transporte activo o por difusión pasiva.
3. E l pH de la orina y
4. Su propio pH.
la eliminación de las drogas que son ácidos débiles y disminuye la de las bases
débiles como la morfina. Por el contrario, un aumento de la acidez facilita la
excreción de anfetamina y nicotina.
El cuerpo humano también e limina una pequeña porción de las drogas
por la transpirac ión y la respiración. En el caso del alcohol, por ejemplo, cerca
de 1% es exhalado y por eso se puede detectar con un alcoholímetro.
En el caso de la excreción de las drogas, la edad es también un factor que
determina una tasa diferente. En e l feto, la eliminación de las drogas es más
lenta. Entre los 5 y 1O años la capacidad de excreción es máxima. Se estabili-
za entre los 1O y 40 años y después dec lina gradualmente.
Cualesquiera que hayan sido los factores que han hecho vulnerable a una per-
sona a los efectos de las drogas y el tipo de sustancia de la que se dependa, lo
que caracteriza a todos los adictos es que buscan activamente la droga para
administrársela. Las conductas de búsqueda y autoadministración son la vía
final común de una larga serie de factores y procesos a la que llegan todos los
drogadictos.
El reconocimiento de la importancia de las conductas de búsqueda y
autoadministración como el principal factor común en todos los tipos de
dependencia de drogas es relativamente rec ie nte . Hasta hace pocos años se
pensaba que la drogadicción se definía por los síndromes de abstinencia, y se
asumía que la exposición prolongada a las drogas producía una adaptación de
las células nerviosas. Esta adaptación ocurriría independientemente de que la
droga fuera recibida pasivamente o fuera autoadministrada. Sin e mbargo, hoy
se sabe que los efectos de las drogas en los organismos no son los mismos
cuando éstas son administradas pasivamente por la acción de un investigador
.~
que cuando se las autoadministra el propio sujeto. y que los procesos de apren-
dizaje son de capital importancia en la drogadicción. Este nuevo enfoque con-
sidera que las conductas de búsqueda y autoadministración de drogas son el
principal factor común en todos los drogadictos, en contraposición a la idea
basada en el síndrome de abstinencia que solamente puede aplicarse a deter-
minadas clases de drogas y en particulares circunstancias.
El cambio en la concepción acerca de la drogadicción ha abierto el rango
de posibles mecanismos neurales responsables del inicio y mantenimiento de
la dependencia de drogas. Así, hoy se estudian los efectos agudos y crónicos
de las drogas sobre los mecanismos cerebrales del refuerzo junto a los correla-
tos neurales de las conductas aprendidas. De este modo, la conducta manteni-
da por drogas que actúan como reforzadores puede ser analizada también con
patrones de conductas aprendidas y mantenidas por reforzadores que no son
drogas. Esto ha hecho que aumente la interdisciplinariedad entre las ciencias
dedicadas al estudio de la drogadicción y, especialmente, que sea evidente la
necesidad de una interacción constante entre la neurofarmacología y las cien-
cias experimentales del comportamiento para un conocimiento más profundo
de la dependencia de drogas.
Figura 2.3 La posición teórica actual sobre los condicionantes fundamentales que
intervienen en la drogadicción indica que son cuatro son los factores principa-
les que activan y mantienen las conductas de búsqueda y autoadministración
de drogas:
Decimos que las drogas funcionan como reforzadores positivos más que son
reforzadores positivos porque sus efectos dependen de múltiples variables. Una
droga puede actuar como un reforzador positivo en unas circunstancias y no
hacerlo en otras. La dosis de la droga, las condiciones de acceso a ella y la his-
toria individual previa, son e lementos importantes en la efectividad del refor-
zamiento.
Como sabemos, se consideran reforzadores positivos todos aquellos estí-
mulos que incrementan la frecuencia de la conducta que conduce a su presen-
tación. La capacidad para funcionar como reforzador positivo es la primera y
mínima característica que debe tener una droga para mantener las conductas de
búsqueda y autoadministración. En los estudios con reforzadores naturales
(como la comida), los sujetos (normalmente animales de laboratorio) suelen
ser colocados en una situación experimental en la que, como consecuencia de
la presión de una palanca o la realización de otras conductas operantes, es obte-
nido el refuerzo (por ejemplo, bolitas de comida). En los estudios de autoad-
ministración, la droga es el reforzador positivo de la conducta en lugar de la
comida. En la mayoría de este tipo de experimentos, tras la presión de la palan-
ca, los animales reciben la droga por la activación de una bomba automática
que dispensa la droga a través de un catéter implantado en la vena yugular.
Los estudios de autoadministración han demostrado que, en general,
todas aquellas drogas que se autoadministran los humanos, son autoadminis-
tradas por los animales, y las drogas que no son adictivas en humanos tampo-
co lo son en los animales. Las excepciones a estos resultados han sido los obte-
nidos con los cannabinoides naturales (ya que recientemente se ha demostrado
que algunos cannabinoides sintéticos que son mucho más potentes sí son auto-
administrados), y con el LSD, droga que los animales no se autoadministran.
Primero, porque se piensa que una de las razones por las que los huma-
nos abusan de las drogas es para sentir sus efectos subjetivos característicos.
Hay datos empíricos y experimentales con animales que apoyan la idea de que
los estudios de discriminación de drogas son los mejores modelos animales
' . . . ; ' :. :-..~~~~.x...,; ...
' ' ~ ) .. ~ :~. .
34 • PSICOllOlOGÍA DE lA, DAQG"'t'tl'*· l"
~:...:e .
Figura 2.6
Por todas estas razones, se piensa que la capacidad para percibir e iden-
tificar las características subjetivas de las drogas y los síndromes de abstinen-
cia correspondientes pueden estimular la adquisición y el mantenimiento de
conductas de autoadministración. Los sujetos son capaces de discriminar los
efectos y la potencia de las drogas que les son administradas, de modo que
cuando prueban nuevas drogas que producen similares efec tos a los ya experi-
mentados, estas sustancias mantienen ahora la conducta de autoadministración
o la reinstauran , caso de haber sido extinguida.
Los efectos aversivos de las drogas producen una disminución de las conduc-
tas de búsqueda y autoadministración. Hay muchas drogas adictivas que tienen
componentes aversivos en sus propiedades y estas acciones pueden contrarres-
tar la tendencia hacia su consumo. Desde un punto de vista conductual, los
efectos aversivos de las drogas operan a través de dos procesos principales: el
reforzamiento negativo y el castigo.
En los procedimientos experimentales habituales de reforzamiento
negativo con estímulos aversivos, el sujeto es colocado en una situación con
una palanca cuya presión impedirá o terminará la presentación de un shock
eléctrico u otro estímulo nocivo. El animal es entrenado a apretar la palanca
para que el shock eléctrico no se produzca o para que se acabe. Con el entre-
namiento, el número de respuestas en la palanca se irá incrementando. En esta
situación, el shock es definido como estímulo aversivo porque su aparición
provoca un aumento de las respuestas que impiden o eliminan su presentación
debido al fenómeno del reforzamiento negativo. Por ejemplo, en estudios de
autoadministración intravenosa de nicotina, los animales presionan para evitar
ese estímulo aversivo (por vía endovenosa, la nicotina actúa, a veces, como
estímulo nocivo).
En los procedimientos habituales experimentales de castigo con estímu-
los aversivos, el sujeto es e ntrenado con reforzadores positivos hasta obtener
una buena línea base en una situación similar a la ya descrita. Después de este
entrenamiento, la presión de la palanca resulta en la presentación breve de un
shock eléctrico y del reforzador positivo (por ejemplo, comida). La presencia
del shock eléctrico produce una reducción de la conducta de presión de palan-
ca y esta reducción define al shock eléctrico como estímulo aversivo.
Siguiendo con el ejemplo anterior, para estudiar los efectos del castigo con
nicotina la presión de la palanca produciría comida y nicotina. En estas condi-
ciones, la nicotina puede suprimir la conduela de presión de palanca y funcio-
nar como estímulo de castigo. Así, como vemos, una droga puede actuar como
reforzador positivo, negativo o corno estímulo de castigo según las situaciones
y condiciones en que es administrada.
Los estímulos ambientales parecen asociarse con los efectos de las drogas
mediante procesos de condicionamiento clásico. Diversos estudios han demos-
trado que la asociación de estímulos que eran previamente neutrales con los
efectos de drogas psicoactivas, hace que los estímulos adquieran propiedades
como reforzadores secundarios.
En muchos pacientes, la función de los estímulos condicionados es muy
destacada. Hay miles de estímulos que pueden ser asociados con los efectos de
las drogas. Entre ellos están olores, sonidos, la gente y sensaciones que apare-
cen durante el consumo de la droga y que predicen los efectos de la misma. Los
estímulos condicionados son capaces por sí mismos de producir la sintomato-
logía del síndrome de retirada o de los efectos placenteros. Esta capacidad de
los estímulos condicionados varía con cada paciente y con cada tipo de droga.
En general, es más común que en el caso de dependientes de heroína los estí-
mulos condicionados produzcan sintomatología de la abstinencia, mientras que
en el caso de la cocaína los estímulos condicionados evoquen sensaciones pla-
centeras. Por ejemplo, con frecuencia los cocainómanos afirman que tan pron-
-;,..
, . .,.
Esta metodología fué establecida por Olds y Milner en 1954. Fué una de las
primeras y más importantes metodol ogías que han contribuido a un notable
desarrollo de los estudios expe rimentales sobre drogadicción. Con este méto-
do, los animales reciben pequeñas descargas eléctricas en el cerebro a través de
electrodos implantados en zonas cerebrales determinadas tras la ejecución de
una tarea (normalmente, apretar una palanca). Aunque no está claro cuál es, en
última instancia, el efecto de la autoestimulación, los sujetos se autoestirnulan
con apreciables diferencias entre regiones cerebrales. En particular, las más
altas frecuencias de autoestirnulación eléctrica intracraneal en animales se pro-
ducen en regiones que comprenden el haz medial del cerebro anterior y, den-
tro de las regiones atravesadas por este haz, e l hipotálamo lateral es una de las
zonas donde se produce más autoestirnulación.
Hay diferentes procedimientos para estudiar el efecto de las drogas
empleando la autoestimulación eléctrica intracraneal. El primero y muy utili-
zado se basa en medir fundamentalmente la frecuen cia de presiones de palan-
ca. La presión de la palanca se traduce en la dispensación de una corriente eléc-
trica. Con este procedimiento, a medida que aumenta la intensidad de la
corriente, aumenta el número de presiones de palanca hasta alcanzar un cierto
nivel asintótico. A partir de este nivel, intensidades más altas producen una dis-
minución de la frecuencia de respuestas, dando una curva en forma de U inver-
tida para la frecuencia de respuestas en función de la intensidad de la corrien-
te. Para probar los efectos reforzantes de las drogas con este método, se entrena
a los animales a autoestimularse a una intensidad menor de la máxima y si la
frecuencia de respuestas se incrementa cuando se administra la droga, se con-
sidera que esa sustancia tienen efectos reforzantes positivos. Si la frecuencia de
respuestas disminuye, se considera que la droga no tiene efectos reforzantes y
son más bien aversi vos.
Aunque este método es uno de los más fáciles, tiene la limitación de que
no permite deslindar bien los efectos de la droga sobre el reforzamiento en sí,
de los efectos de la droga sobre la frecuencia de respuestas en sí misma.
Debido a que muchas drogas tienen efectos sedantes o estimulantes es difícil
interpretar lo que significa un cambio en la frecuencia de respuestas de la auto-
estimulación eléctrica. Por ello, se han desarrollado procedimientos que miden
el valor reforzante de las drogas por la intensidad del umbral de estimulación.
Algunos de estos métodos emplean dos palancas. La presión de una de ellas
hace que animal reciba corriente eléctrica en su cerebro con una intensidad
decreciente en función del tiempo. La presión de la otra palanca reajusta la
intensidad a su máximo nivel. Cuando el animal conoce cúal es el efecto de
presionar una u otra palanca, el umbral viene dado por el mínimo de intensi-
dad de corriente que hace que el animal presione la palanca que reajusta la
intensidad de corriente al máximo.
En otros procedimientos que son también independientes de la frecuen-
cia de respuestas y miden el umbral mínimo de estimulación, los sujetos son
entrenados a presionar la palanca para recibir autoestimulación a intensidades
de corrientes variables. Cuando el animal no presiona a una cierta intensidad,
se define el umbral de reforzami ento a esa intensidad. Se considera que la
droga es reforzante si baja el umbral de reforzamiento. Es decir, se supone que
la droga ha activado circuitos cerebrales de refuerzo, lo cual hace que la inten-
sidad necesaria para que la autoestimulación sea reforzante para el animal sea
menor.
;~
(.
\ '.°"'
"'
'- ·~ _;
-----
Figura 2.7
,,, ¡¡'
Figura 2.8
..·.· _--:·_....... _
--
Diversos autores han demostrado que el grado de novedad al que los ani-
males son expuestos en el condicionamiento preferencial, tiene efectos muy
significativos sobre la preferencia de un sitio en los roedores de laboratorio. En
concreto, estos investigadores han comprobado que cuando se administran psi-
coestimulantes, la preferencia por un lugar que muestran los animales no es
sólo consecuencia de las propiedades reforzantes positivas de esas drogas, sino
también de las propiedades psicomotoras de las mismas que producen un
mayor nivel de exploración, aumentando así el grado de familiaridad con la
situación experimental durante el entrenamiento (días 2, 4, 6). En el día de la
prueba sin droga (día 8), el grado de familiaridad influirá en la elección de los
animales, de modo que tenderán a estar más tiempo en el entorno más familiar
(menos novedoso) y a evitar el menos familiar (más novedoso).
La relación entre las propiedades activadoras motoras de los psicoesti-
mulantes y la preferencia condicionada ha sido establecida también por otros
autores, cuyos estudios reflejan que las curvas de dosis-respuestas de la activi-
dad locomotora producida por anfetamina, cocaína, apomorfina o metilfenida-
to son similares a las obtenidas con estas mismas drogas en el condiciona-
miento preferencial al sitio. De los trabajos realizados sobre la influencia del
grado de novedad de la situación experimental en los resultados del condicio-
namiento preferencial puede extraerse la conclusión de que, en general, las
drogas que producen preferencia por un sitio son activantes psicomotores
mientras que las que producen aversión son depresores psicomotores.
,; --
. ..
...
Figura 3.1
• •• ~ >
.
,,,. ·..
'·
Figura 3.2
dopaminérgicas, atenúan la autoadministración de cocaína (Roberts et al.,
1980, 1982; Pettit et al., 1984 ). El mismo resultado se obtiene tras lesiones con
ácido kaínico (Zito et al., 1985). Por otra parte, microinyecc iones de antago-
nistas de receptores de dopamina en el NACC disminuyen la autoadministra-
ción de cocaína (Vaccarino et al., 1985; Corrigall y Vaccarino, 1988; Caine et
al., 1995). Concretamente, se ha demostrado que el SCH23390, antagonista de
los receptores D 1 , al ser inyectado en el NACC o en el núcleo central de la
amígdala, produce un aumento en la conducta de autoadministración de coca-
ína (Caine et al.., 1995), lo cual se ha interpretado como un intento de com-
pensar la pérdida de la eficacia reforzante de la droga, un efecto similar al
observado sobre la frecuencia de respuestas al reducir la dosis de cocaína
(Koob, 1992).
Evidenc ias adicionales sobre una contribución de la dopamina en la
mediación de los efectos de recompensa de la cocaína indican que los anima-
les son capaces de autoadministrarse agonistas de receptores dopaminérgicos,
tales como la apomorfina (Baxter et al., 1974; Woolverton et al., 1984), bro-
mocriptina (Woolverton et al., 1984; Wise et al., 1990) e incluso la misma
dopamina (Guerin et al., 1984). Estos datos han planteado la posibilidad de que
la conducta de autoadministración de cocaína pudiera estar mediada por cam-
bios relacionados con la regulación de los niveles de DA en el NACC, dado que
la dopamina (Guerin et al., 1984) es autoadministrada en e l NACC. Los nive-
les de dopamina en el NACC parecerían, pues, importantes e n esta conducta
dado que las disminuciones de dopamina en e l NACC (Roberts et al., 1977,
1980; Lyness et al., 1979) y la administración de antagonistas dopaminérgicos
en el NACC (Phillips et al., 1983) atenúa la autoadministración de cocaína.
Actualmente se cuenta con dos hipótesis para explicar el significado de
los cambios en la dopamina del NACC y su relac ión con la conducta de auto-
administración de cocaína:
1. Una primera que asume que las propiedades de la cocaína como refor-
zador positivo son consecuencia de su capacidad de aumentar la
dopamina extracelular (Yokel y Wise, 1975; De Wit y Wise, 1977;
Roberts et al., 1977; Wise, 1987; Lyness et al., 1979; Ettenberg et al.,
1982; Ritz et al., 1987; Wise y Bozarth, 1987; Wise y Rompré, 1989).
2. Otra que considera que la reducción de dopamina (Dackis y Gold,
1985) o la supresión de la actividad del circuito que media los efectos
reforzantes de la cocaína (Markou y Koob, 1991) pudiera ser el corre-
lato biológico del deseo intenso por el consumo de la cocaína.
._,:; -·
_
Figura 3.2
ína administrada de forma crónica (Parsons et al., 1991; Robe1tson et al., 199 l;
lmperato et al. , 1992), pero dada la limitación de la resolución temporal de la
microdiálisis por HPLC (se requieren 1O minutos hasta obtener suficiente volu-
men para poder hacer la mediciones), se han descrito discrepancias en los
resultados de los estudios realizados con esta técnica. Así, mientras investiga-
dores como Pettit y Justice ( 1989, 1991) han encontrado que la cocaína auto-
administrada intravenosamente durante 24-48 horas ( aguda) causa un aumen-
to en los niveles de dopamina en el NACC, otros grupos han encontrado que
tales aumentos sólo se producían en el grupo de los animales que se habían
autoadministrado la cocaína de forma aguda y no en Jos animales que lo habí-
an hecho de forma crónica ( al menos una semana) (Hurd et al., 1989, 1990).
No obstante, es difícil determinar si los cambios en los niveles de dopamina
durante la autoadministración intravenosa de cocaína se relacionan más con
una respuesta anticipatoria del reforzador que con la consecuencia reforzante
del mismo.
Por otra parte, el significado conductual de los cambios en los niveles de
dopamina durante la autoadministración de la cocaína es aún más confuso, ya
que los resultados obtenidos con la metodología de la voltametría, que tiene
una resolución temporal excelente (de segundos), muestran contradicciones
con los obtenidos con microdiálisis por HPLC, que acabamos de comentar.
Así, diversos trabajos ( Kiyatkin et al., 1993, 1994, 1995; Gratton y Wise,
1994) han demostrado que los efectos de la cocaína sobre las señales asocia-
das a Ja dopamina en el NACC dependen de Ja fase de Ja adquisición de la con-
ducta de autoadministración y de la presencia de estímulos asociados a la
ingesta de Ja cocaína. Con respecto a Ja fase de autoadministración, los niveles
de concentración de dopamina en el NACC alcanzan su máximo valor justo en
el mome nto en el que el animal ejecuta Ja conducta (cuando se aprieta la palan-
ca), pero luego descienden al recibir la inyección. Este hallazgo puede indicar:
1) que la fluctuación de la DA en el NACC está inversamente correlacionada
con la conce ntración de droga presente en sangre; 2) que la reducción de la
dopamina no parece que sea determinante para que el animal se autoadminis-
tre cocaína; y 3) que Ja liberación de dopamina puede que no sea fundamen-
tal en el refuerzo positivo (Wise et al., 1978; Wise y Rompré, 1989 ) . Por otra
parte, la presencia de un estímulo luminoso asociado a Ja autoadministración
de cocaína produce liberación de dopamina. Este hecho parece indicar que el
sistema dopaminérgico estaría más implicado en la anticipación de la recom-
pensa que en la producción de recompensa. La función anticipatoria de recom-
pensa del sistema dopaminérgico ha sido probada también en estudios con
comida (Ljungberg et al., 1992: Schultz et al., 1992) y con estimulantes psico-
motores (Chang et al., 1991; Kosobud et al., 1992; Woodward y col, 1992).
Por otro lado, diversos estudios electrofisiológicos han comprobado que
la actividad que muestran las neuronas del NACC es fásica en su cadencia de
disparo (Carelli et al., 1993 ). La frecuencia de disparo de estas neuronas dis-
minuye al poco de la inyección de cocaína y se recupera progresivamente hasta
el momento de la siguiente inyección (People y West, 1996). Este patrón de
actividad correlaciona con la autoadministración de cocaína (Peoples y West,
1996), con la concentración de cocaína en sangre y con la cantidad de dopa-
mina extracelular (Pettit y Justice. 1989; Wise et al., 1995). y parece indicar
que las neuronas dopaminérgicas del NACC emiten respuestas anticipatorias
para la obtención de la cocaína. En esta línea, se ha comprobado que los anta-
gonistas dopaminérgicos de los receptores D 1 (SCH 23390) y 02 (pimozida)
son eficaces en bloquear esta respuesta anticipatoria y la respuesta inhibitoria
que sigue a la inyección de la cocaína, pero esto solamente ocurre en neuronas
que exhiben ambas respuestas (Chang et al., 1994 ).
A modo de conclusión, de las aportaciones de estos trabajos se despren-
de que los efectos reforzantes positivos producidos por la cocaína no parecen
estar relacionados de una manera directa con la liberación de DA en el NACC
y que, por tanto, es posible que estén implicadas otras estructuras y/o siste-
mas de neurotransmisión.
-
\ Figura 1.2
nes electrolíticas, administración intracerebral de sustancias, marcado de
receptores de neurotransmisores (fijación y autorradiografía), medidas del
metabolismo cerebral, medidas del recambio de neurotransmisores, etc. Las
metodologías conductuales han sido: la autoestimulación eléctrica intracrane-
al, la autoadministración de drogas, el condicionamiento preferencial al sitio,
el condicionamiento aversivo gustativo y el condicionamiento de aproxima-
ción/evitación. De entre estas metodologías conductuales, las más empleadas
han sido (y son) las tres primeras citadas, por lo que comentaremos resultados
importantes referidos a ellas tres.
Seis años más tarde del establecimiento de la metodología de la autoes-
timulación eléctrica intracraneal, se empezaron a identificar las vías catecola-
mi nérgicas con la técnica de la microscopía de histofluorescencia. Pronto se
vio la correspondencia entre determinadas regiones atravesadas por el haz
medial del cerebro anterior y el sistema mesocorticolímbico dopaminérgico.
Anteriormente, en 1957, Killam y cols. demostraron por vez primera que las
drogas de abuso debían en parte sus propiedades reforzantes a su capacidad
para activar ciertos circuitos cerebrales que sustentaban autoestimulación eléc-
trica intracraneal. Desde entonces, numerosos grupos han presentado resulta-
dos obtenidos del empleo conjunto de metodologías conductuales y neurobio-
lógicas que confirman esa idea y la de la conexión entre circuitos neurales del
refuerzo y el sistema mesocorticolímbico dopaminérgico que se origina en el
área ventral tegmental y envía proyecciones al cerebro anterior.
Varias de las principales proyecciones del sistema mesocorticolímbico
dopaminérgico desde el área ventral tegmental son el núcleo accumbens, el
tubérculo olfatorio y la amígdala central. Además, posiblemente, el núcleo
accumbens sea una de las regiones cerebrales más importantes en las acciones
reforzantes de las drogas de abuso. Entre las razones que reflejan una función
crítica del núcleo accumbens en el refuerzo cerebral están:
Figura 3.8
- ·- -·-- - - - - · - ---·--- - -
·, .
'
...
'
• LA HEROÍNA
Figura 4.7
;' 1 : : • , ;, J ~f
.\lJ . ·
Figura 4.8
... · ~
~ ... ;_
Al poco tiempo de haber consumido la heroína, esta droga cruza con gran faci-
lidad la barrera hematoencefálica. Generalmente, la heroína puede autoadmi-
nistrarse inyectada, esnifada o inhalada y fumada . En la gran mayoría de los
casos, un heroinómano se inyecta hasta cuatro veces al día. La autoadminis-
tración intravenosa proporciona una mayor intensidad y un pronto comienzo de
la euforia (a los 7 ó 8 segundos), comparada con inyecciones intramusculares
(a los 5 ó 8 minutos). Cuando se esnifa y/o fuma, los efectos más intensos se
consiguen a los 1O ó 15 minutos. Todas estas formas de autoadministración son
altamente adictivas, aunque el pico de la euforia no se alcance tan pronto en las
modalidades de consumo no endovenoso.
Cuando la heroína llega al cerebro, se disocian las dos moléculas de mor-
fina y se unen a los receptores opioides, principalmente los del subtipo mu y
delta, que se consideran son los sitios primarios de inicio de los efectos refor-
zantes (euforizantes) de esta droga. La subida eufórica normalmente se acom-
paña de una cálida sensación que parece propagarse por toda la piel, sensacio-
nes de sequedad en la boca y de pesadez en las piernas y, a veces, náuseas,
vómitos y picores intensos. Después de estos efectos iniciales, habitualmente
los consumidores permanecen amodorrados durante horas. Además, las fun-
ciones mentales disminuyen y el latido cardíaco y la respiración se enlentecen
(a veces, demasiado para la vida del sujeto).
~.\,~ !-,,
1
' ·' --
Figura 4.1
so por las subidas eufóricas de la droga y las recaídas, aún después de pasar
muchos meses desde que la sintomatología física citada haya desaparecido.
Además, muchas personas deben mantenerse en tratamiento del dolor con
opioides durante mucho tiempo y no suelen tener problemas para dejar los
opioides, una vez resuelto su problema de dolor por otros medios. Estos hechos
sugieren que los pacientes con dolor crónico no tienen problemas importantes
con la retirada de opioides porque solamente buscan aliviar su dolor, mientras
que los adictos buscan también la subida eufórica.
Existen una serie de tratamientos que son efectivos para combatir la heroino-
manía. Antes de llegar a la fase de tratamiento propiamente dicha, es necesa-
rio que la persona se desintoxique, esto es, que consiga llegar a un estado li bre
de drogas para poder entrar en tratamiento. Durante el mismo, se pretende que
el ex-adicto se mantenga sin consumir drogas ya sea sin medicación o con la
ayuda de cie rtos fármacos . Uno de los mejores tratamientos libres de drogas
son la comunidades terapeúticas, donde los pacientes permanecen entre 3 y 6
meses. Si se precisa emplear fármacos para el mantenimiento de la abstinencia
del consumo de heroína, el programa mejor documentado es el de la metado-
na.
El tratamiento con metadona ha demostrado ser útil y seguro desde hace
más de treinta años. La metadona es un agonista opiáceo que sustituye eficaz-
mente a la heroína, si se administra adecuadamente al paciente. Esta sustancia
no intoxica ni seda al sujeto ni produce efectos que interfieran con las activi-
dades diarias de una persona, como conducir, por ejemplo. Y lo que es más
importante, se ha comprobado que con la metadona en el cuerpo, los adictos
alcanzan con mayor dificultad la subida eufórica, lo cual hace que el consumo
de heroína se vaya extinguiendo progresivamente.
Esta medicación se toma oralmente y sus efectos se mantie nen durante
24 horas, con lo que el sujeto solamente debe tomarla una vez al día. Aunque
se use contínuamente durante 1O años o más, esta sustancia ha demostrado ser
médicamente segura y combinada con tratamientos conductuales y otros de
apoyo, ha permitido que los pacientes vuelvan a una vida normal y se integren
a todos niveles en la sociedad.
. ~.
,, \l.
\1 \.1
Figura 4.2
MACHOS
Control Cannabis
HEMBRAS
Control Cannabis
-~ .
Figura 4.3
-;..
Figura 4.4
Figura 4.5
. '.
puede «acceder» a una serie de artículos que necesita en su vida diaria, desde
comida y ropa hasta la entrada a espectáculos. Por su parte, la terapia cogniti-
vo-conductual pretende ayudar a cambiar en el paciente ciertos pensamientos,
expectativas y comportamientos, y ense ñar a la persona una serie de estrategias
y habilidades que Je permitan enfrentarse a situaciones difíciles y estresantes
que entrañan un posible riesgo de recaída. La combinación de estas terapias
con las farmacológicas ayudan al sujeto a recuperar un repertorio de conduc-
tas adaptativas y restauran el funcionamiento normal del sistema nervioso cen-
tral.
LOS PSICOESTIMULANTES
- -- - - ·- - - - ----- - - · - - - - -- --- . -
- - - - - - -· - - --
• LA COCAÍNA
Es también una droga muy adictiva. Una vez que una persona toma cocaína no
puede predecir o controlar el grado en que continuará tomando esta sustancia.
Igual que en el caso de la heroína, las rutas principales de administración
son la inyectada, la esnifada o inhalada y la fumada. La forma fumada implica
la inhalación de vapores de cocaína y este modo de administración consigue
efectos tan rápidos como los de la endovenosa. La rapidez de la subida eufóri-
ca es mayor, por tanto, con estas dos rutas que con la inhalada. Como ya sabe-
mos, cuanto más rápida sea la absorción más intensa es la subida eufórica. Pero
tam bién cuanto más rápida es la subida eufórica su duración es más corta. En
el caso de la cocaína, la subida eufórica de las formas endovenosa y fumada es
de 5 a 1O minutos, mientras que esnifada es de 15 a 30 minutos. Como en el
caso de otras drogas, el uso continuado reduce el tiempo de subida eufórica.
Puede desarrollarse pronto una importante tolerancia a los efectos de la subida
eufórica en algunos individuos y así muchos adictos buscan reiteradamente la
sensación de euforia que sintieron con la primera administración.
Aunque en nuestro país hasta ahora aún no se extendido mucho, una de
las formas más comunes de obtención de vapores de cocaína es la denomina-
da «crack». Como sabemos, la cocaína es un derivado alcaloide que se obtie-
ne de las hojas del árbol de la planta coca. Con las hojas se hace una pasta de
la que se obtienen dos posibles formas químicas de la cocaína: como hidroclo-
ruro de cocaína y como base libre. Se llama «crack» a la obtención de la forma
de base libre de cocaína a partir del hidrocloruro. Cuando al hidrocloruro se
añade bicarbonato sódico o amoníaco y agua y se calienta para obtener vapo-
res de cocaína base, se oyen sonidos parecidos a «crack» como consecuencia
del calentamiento del bicarbonato sódico y ello ha dado el nombre a esta forma
de inhalación o fumado de vapores de cocaína. Este tipo de administración per-
mite que muy altas dosis lleguen al cerebro en poco tiempo. Esta alta dosifica-
ción y/o un consumo prolongado puede conllevar el desarrollo de psicosis
paranoides, que cursan con una agresividad acusada en los fumadores de crack.
• Efectos de la cocaína
Figura 5.8
B
A
Esta droga es también un agente simpaticomimético y en el sistema nervioso
central ejerce sus acciones euforizantes mediante el bloqueo de la recaptación
de noradrenalina. dopamina y serotonina, aunque parece que son estos últimos
neurotransmisores los más implicados, particularmente el sistema mesocorti-
colímbico dopaminérgico, como ya hemos comentado.
Además de la euforia, la cocaína produce una sensación de alerta, hipe-
ractividad, hipervigilancia, desasosiego, ansiedad , estereotipia, taquicardia,
dilatación de las pupilas, presión arterial elevada, diaforesis y anorexia. Si la
intoxicación es muy importante, puede producirse depresión respiratoria, dolor
pectoral, arritmias cardíacas, ataques y estado de coma.
• Patrones de consumo
Tras la subida eufórica, los efectos placenteros decaen rápidamente, aún cuan-
do hay todavía apreciables niveles de droga en sangre. Ello hace que el usua-
rio consuma altas dosis de forma repetida («binges», en inglés) para prolongar
la subida eufórica. Este consumo compulsivo puede durar un día o más con
varios «chutes» por hora, hasta consumir toda la droga disponible. A este esta-
do sigue otro de caída (o «crash», en inglés) caracterizado por una apreciable
depresión y un profundo cansancio que puede durar varios días, acompañado
por un intenso deseo por la cocaína que durará semanas, si antes no se consi-
gue de nuevo la droga. Algo característico de la cocaína, a diferencia de otras
drogas es que el deseo intenso por la droga se produce como consecuencia de
los efectos euforizantes, m{.s que por los derivados de la sintomatología adver-
sa de la abstinencia. De hecho, hay controversia en la literatura científica sobre
la existencia de dicho síndrome en el caso de la cocaína. Sin embargo, hay evi-
dencias clínicas que señalan que la retirada de esta droga causa disforia y una
serie de síntomas como fatiga, sueños vívidamente displacenteros, insomnio,
aumento del apetito, retardo psicomotor y agitación. La sintomatología citada
puede desencadenarse a las pocas horas o días desde la última dosis. Con fre-
cuencia, es seguida por un síndrome de abstinencia retardado, caracterizado
por una disminución de la actividad, aumento de la ansiedad, aburrimiento,
falta de motivación y una considerable disminución de la capacidad para sen-
tir sensaciones placenteras (o anhedonia).
Este estado disfórico general, cuando es comparado por e l sujeto con el
conseguido por la ingesta de cocaína induce intensos deseos por la droga, el
reinicio del consumo y los ciclos de intoxicación con altas dosis.
• Farmacología de la cocaína
Formas de consumo
Farmacocinética
1 ..,.
! 'F ! ~; ·¡. e ¡·
1
f1":r .,
! r·,,:.:·
r"" - r
. ... !. ~ .:; •• ' f"' • Figura 5.1
. , . '. ~ ·--~ ·-
Figura 5.2
etileno es de los más perjudiciales en humanos puesto que tiene actividad tóxi-
ca en el corazón y en el hígado, fundamentalmente.
En humanos, la excreción urinaria representa del 85 al 90 % del total de
la dosis consumida. De esta cantidad, sólo entre el 1 y 5% es cocaína sin
metabolizar (Jatlow, 1988; !naba et al. 1978). En ratas, la cantidad excretada
por la orina es aproximadamente el 50% de la dosis administrada y sólo un 1%
de la excretada es cocaína pura (Nayak et al., 1976).
Figura 5.4
· ;...
- 1 ,J. • '!
Si bien está claro que la dependencia de cocaína está asoc iada principalmente
a sus particulares acciones sobre el sistema nervioso, es obvio que el consumo
de esta droga tiene otras repercusiones en éste y otros tejidos corporales. De
entre ellos destaca especialmente el sistema cardiovascular donde las acciones
simpatomiméticas de la cocaína producen un cuadro complejo y no muy bien
conocido aún. Así, como sabemos esta droga da lugar a un aumento significa-
tivo de la actividad noradrenérgica en el músculo cardíaco que se refleja en un
incremento de la contractibilidad del mismo y de la actividad cardíaca pero,
debido a sus propiedades anestésicas locales, también reduce estas dos funcio-
nes. En conjunto, la sintomatología cardiovascular más común producida por
la cocaína conlleva la aparición de palpitaciones, bradicardia (a dosis bajas),
taquicardia, arritmias (la más frecuente es la fibrilación auricular, pero tam-
bién se produce fibrilación ventricular, que es la causa más común de muerte
súbita asociada al consumo de cocaína), infartos agudos de miocardio, mio-
carditis y miocardiopatía, y endocarditis. De todas estas patologías, la más fre-
cuente es el infarto agudo de miocardio. En concreto, se ha demostrado que los
consumidores de cocaína tienen un riesgo siete veces mayor que los no consu-
midores de tener un ataque cardíaco no mortal (Qureshi et al., 2001 ).
El sistema respiratorio se afecta también mucho por el consumo de coca-
ína a través de las vías intranasal y fumada. En el primer caso, las patologías
más frecuentes son sinusitis, osteítis y perforación del tabique nasal. En esta
última complicación, junto con la inhalación rápida de cristales de cocaína,
intervienen la vasoconstricción, hipoxia y anestesia de la mucosa nasal. La
cocaína fumada produce patologías como el edema agudo de pulmón; el sín-
drome de pulmón por cocaína o "pulmón del crack" (caracterizado por un
Figura 5.5
'1.t '
-
...
j
:J -
.. )
~
I .;
8 9
Figura 5.6
dolor torácico inespecífico y tos) ; aumento de cuadros asmáticos y aparición
de cuadros de neumotórax, neumomediastino y neuropericardio; y hemorragia
pulmonar.
En el aparato digestivo, los tratornos más comunes son la anorexia ( si
bien esta complicación es producida por las acciones de la cocaína en el SNC),
náuseas, vómitos, diarreas y aunque más raras también se dan complicaciones
de origen isquémico que producen úlceras gastroduodenales con hemorragia y
perforación.
La cocaína causa también daño hepático debido probablemente a que,
aún en pequeña proporción, esta droga se metaboliza mediante una vía oxida-
tiva microsómica hepática que provoca la aparición de metabolitos que actúan
como radicales libres, destacando entre e llos el cocaetileno.
En el sistema visual se produce afectación de los ojos que manifiestan
midriasis, así como vasoconstricción conjuntiva! y nistagmus vertical.
En el sistema neuroendocrino también se producen complicaciones debi-
do a que la cocaína disminuye la concentración de dopamina en el sistema
tuberoinfundibular, lo cual produce un aumento de la secreción de prolactina
(que está normalmente inhibida por la dopamina). Ello conlleva la aparición de
galactorrea en varones y mujeres no gestantes. Por otra parte, esta disminución
de la concentración de dopamina también afecta al hipotálamo, que se mani-
fiesta en una pérdida de la regulación adecuada de control de la temperatura
corporal por parte de esta estructura lo cual resulta en hipertermia. Por otro
lado, como consecuencia de la afectación de otros sistemas hormonales, tam-
bién se han descrito en varones ginecomastia, impotencia y pérdida de la libi-
do.
En mujeres embarazadas, la cocaína aumenta la probabilidad de abortos
espontáneos, así como el incremento en desprendimientos placentarios y la
toxicidad cardiovascular. Asimismo, hay un mayor efecto tóxico de la droga en
el feto por disminución del flujo sanguíneo que llega al útero, aumento de la
resistencia vascular uterina y disminución de la oxigenación del feto .
.. _. . .
'lt . - .~·.
Figura 5.9
_-.,'·
C\J
o
<.'(
o
H1gh receptor lcvc l l c·N rer:eptor íe··1el
unplc:iszrnt responso plo;-isant rospDl'SC
Figura 5.10 . . . . . . . ..
' ) ' )') ')')')')')
Figura 5.11 .. .. . . . . .
') ')') ' ) ' ) ' ) ' )')
a lndividually Group e
housed housed ¡(
-
e 50
o
<J)
; ¡: 1:
U)
tl)
40
<J)
(i> 30 •*
Q_ .¡¡
~ 20
b ' ;( !
' I'
Q.)
~
-o
e
10
-¡¡;
a: o
-------
0.003 0.010.03 0.1
Cocaine
(mg/kg/injection) Figura 5.12 ')')')')')') ' )')
. .. . . ' . ..
¡,.·
Agonistas de
la cocaína
1~;:0~;, - - ~~;;----- ----- ~:::~-:t, S~1199;~ ----- ---- - - - - -
1 Aleatorizados ¡ Prestan et al., 1993
f Me~ilf;;;;~,~- - -t--~
----------------t-- ------------------. _____
contra l~~~-- -- - - --------1-:;~;;~:::~t~~;-~I-;;;~-- - --- - -
L__________, ____ ----- ---------- --- - - ·- ----------+------- --- - - - ------------
~:'};.~~-· ~~ Pslé:OESTIMUlANTES • 83
~f~ ~ k7:~~~· :~; ::~ ' ,_ 1
.i.•• .. . ...
-.....--
~ -
Figura 5.13 •)')') '/'/ ' ) ' ) ' ) ' ) ')')') ' )
(! '
N. Accumbens (Core)
_._Contingente B
1&0
1 -- Salino
Nocrmt1ngente 1
Núcleo
Acci..mbens
140
120
100 .--.
:;----- -------- ........ ~--
-.
(Ccre)
'
....
" ~
'
\ ~O
20
10
Ses iones de extinción
S..s.ones de e><'bnc1ori
._..._ Co nl 1 ngen1~
N. Acc:umbens (Shell) ~li n o
120 ...._ 'loc ont1'lgente
-----
Núcleo
100 Accumbens
.. I
-~
...
1
(Shell)
..
- ~1~no
I - CJ tH
1
- ro cmn
I i
,- "' · ~~
<O j
'
"i
---,---J
10
Sesiones de extinción Oíi 1 0'110
() ' ) () ' ) ' ) ') ' ) ')
'>• SIO"••d•Ud•nc•Ó'> Figura 5.15
Figura 5.16
/.. fc ~·-:·r c 1~~· ~!1.. ,··c::::: ::;é·r.·c J ~1 je r..1
C: (;t :t:. r. o, t i1_c :o1
1\·e ·e · ~. :as
~ocJ 1 11 n e ~o1c ¿~ de! ATV
Figura 5.17
• NICOTINA
·h --
• ALCOHOL
Junto con el tabaco, una de las drogas más importantes en todo el mundo es el
alcohol. La presentación más común de alcohol es en forma de etanol, una
pequeña molécula orgánica de grandes efectos sobre variados órganos de nues-
tro cuerpo.
En las bebidas más habituales, la concentración de etanol suele ser la
siguiente:
Accidentes de tráfico
Accidentes laborales
Asesinatos y actos violentos
Problemas familiares
Abusos sexuales,
Aunque los mecanismos por los que alcohol produce sus efectos aún no están
completamente dilucidados, parece ser que la exposición aguda a etanol esti-
mula a los receptores nicotínicos de acetilcolina y a los serotonínicos del sub-
tipo 5 HT 3. La exposición crónica conlleva la reducción del número de recep-
tores de glutamato, especialmente los del subtipo de NMDA, y la reducción
de canales de calcio dependientes de voltaje, además del aumento de los
receptores de GABA del subtipo A. Ello se traduce en una disminución de la
transmisión del impulso nervioso (el glutamato es un neurotransmisor excita-
dor y el calcio necesariamente debe de entrar para que la liberación del neu-
rotransmisor se produzca) y una potenciación de la inhibición (el GABA es un
neurotransmisor inhibidor). Una vez establecida la dependencia, cuando el
alcohol no está presente son los receptores de glutamato del subtipo de
NMDA los que aumentan, así como los canales de calcio dependientes de vol-
taje, mientras que los receptores de GABA A disminuyen. Es decir, se desen-
cadenan fenómenos neurobiológicos contrarios : es la transmisión excitadora
la que está ahora aumentada y la inhibidora disminuida. Este tipo de cambios
en los sistemas de neurotransmisores se cree que es la base de la sintomato-
logía del síndrome de abstinencia alcohólico, un síndrome que puede conlle-
var hasta la muerte del indivíduo, si no se trata adecuadamente y en el tiempo
preciso.
La dependencia se suele desarrollar en un tiempo relativamente breve,
hecho que es típico de otros depresores del sistema nervioso como las benzo-
diacepinas y los barbitúricos, con los que, además, presenta tolerancia cruza-
da, posiblemente debido a que estas dos últimas sustancias también actúan a
través del complejo receptor del GABA.
Figura 6.1
- - - - - - - - - - - - --------·--
-----·- --- - - - -- - - - - - - -
···, , . . . . '.. >'f. 1
.·;. · ::. .~~{;'
94 •
' . ~~~ : ~¡.. ~·
PSIC0810l0Gflll DE llll DI .
.... ..
..,¿ ' 1.
·-
: . . ~; ·º'"~·..::·
. t"' ...
..,, ' ·~. ,l __¡,, 'l
'!;
• EL LSD
• LA FENCICLIDINA (PCP)
Figura 7.3
Figura 7.4
--
Figura 7.5 /
/
Figura 7.9
los efectos del PCP se ejercen también con la participación del sistema gluta-
matérgico.
Figura 7.10
·i..
• y
.. .
... .
Figura 7.11
'
"''·1
; ~
Figura 7.7
En los últimos años, parece que hay un cierto aumento del consumo de
algunas de estas plantas, principalmente de la Datura stramonium, también lla-
mada Estramonio.
Cuando se dan casos de intoxicación, el tratamiento se basa fundamen-
talmente en la evacuación gástrica del preparado consumido, la administración
de carbón activado y de un laxante de tipo salino. Además puede darse fisos-
tigmina, que es un agonista colinérgico, y ansiolíticos o hipnóticos, entre los
Figura 7.8 cuales se emplearían en primer lugar las benzodiacepinas.
CANNABINOIDES Y DROGAS
DE SÍNTESIS
- - - -- - - - - - -- - - - - ------·- ·--
··--- - - --- -
"
• CANNABINOIDES
Los hunamos somos la única especie del Reino animal que empleamos la plan-
ta Cannabis saliva, de la que se obtienen una serie de derivados que han sido
utilizados desde la más remota antigüedad para la producción de fibras y semi-
llas y para sentir sus efectos euforizantes. La planta es originaria de Asia cen-
tral y actualmente se cría en todo tipo de terrenos con climas templados y tro-
picales. En condiciones favorables de temperatura, humedad y suelo, la planta
puede sobrepasar los 3 metros de altura. Es un vegetal dioico, es decir, que
tiene plantas macho y hembra, que crecen por separado. La planta macho suele
morir después del ciclo de floración y tener mayor tamaño que la hembra. La
riqueza en compuestos psicoactivos de ambas plantas, machos y hembras, al
contrario de lo que se había venido pensando es muy parecida.
La planta posee más de 60 componentes psicoactivos, aunque el más
conocido y el de mayor actividad es el Delta-9-Tetrahidrocannabinol(THC). El
resto de los compuestos no son activos y se desconocen los efectos de la mayor
parte de los mismos.
La mayor parte de los cannabinoides se encuentran en las flores de la
planta hembra, seguida por las hojas y los tallos. No obstante, todas las partes
de 1a planta contienen, en mayor o menor proporción, compuestos psicoacti-
vos. Dependiendo de múltiples factores, entre las que se incluyen el tipo de
cultivo, la calidad el suelo, el clima, la forma de recolección ... etc, las cantida-
des de los mismos pueden variar entre un 0,4 y un 6o/c.
Los preparados de la planta Cannabis sativa se pueden clasificar en tres
grandes grupos:
Figura 8.1
- if' ;
Figura 8.5
" ,>'
~
"' t i -~
I~
'
}
..
....•.
.
'f
;<'
., )/ . ¡,
1 .')
., ' .¡,
,. .
,•. .. \. ~
•
''t
•. ~ .
)..,
:.1
.....~~
1\ '.
:,l
. "
•'
,_i
"''i.! '-1\ l: t
mej oras e n e l tipo de de culti vo y a nue vas varied ades de la pla nta, la riqueza
e n cannabinoides puede llegar a a lcanza r hasta los 150 mg po r ci garrill o, e
inc luso el doble si lo que se fum a es la resina y no las hoj as de la planta.
La riqueza de estos pre parados disminuye con el a lmacenamie nto de la
misma, debido a dos factores princ ipalmente: a) el tiempo transcurrido desde
su recolecc ión y b) las condiciones de humedad de l lugar donde se a lmacene
(a mayor humedad me nor riqueza).
Los pre parad os de canna binoides ocupa n e l p rimer lugar e ntre las drogas
ilegales consumidas en e l mundo y su uso a ba rca a todas las c lases sociales,
grupos é tnicos y nive les socioeconómi cos. Los efectos de su consumo no son
tan inocuos como algunos pretende n defende r, pe ro al mismo tiempo hay que
decir que los cannabinoides tie ne n abundantes propiedades terape úticas pa ra
las que podría n e mplearse e n los casos que otros fá rmacos ya co merciali zados
no sean ta n efectivos.
Ge neralmente estos prepa rados se fum a n, bien en forma de cigarros
de nominados popula rmente po rros, bien e n una pipa de agua. Los consumido-
res suelen inhalar profunda y mantenida me nte el humo pa ra maximi zar la
absorció n del THC y otros componentes ps icoac ti vos por los pulmones. A
groso modo , un porro suele conte ne r entre un 0.5 y un l gramo de cannabi-
noides. Se sabe ade más que la cantidad de THC necesaria pa ra p roducir e fec-
tos en los fum ado res está entre 2 y 22 mili gra mos, depe ndie ndo de que sean
usuarios ocasionales o regula res. La ca ntidad de THC liberada al fumarse un
porro se estima que está e n un rango de l 20 a l 70 % y su biodi sponibilidad varía
entre un 5 y un 24% . Si so lamente 20% de l THC liberado e ntrara en la circu-
lación sa nguínea, la conce ntrac ión de THC e n sangre sería de 4.4 m g. Diversos
estudios con a nimales han de mostrado que la cantidad de THC que llega al
ce re bro es baja, alcanzando un 1% de la concentración máxima e n sangre . Si
e n humanos ocurre algo pa recido, eso sig nifica que llegaría un mínimo de 44
microgramos al cere bro.
Muc hos jóve nes de los países occide nta les se inician en e l consumo de
preparados de cannabino ides, pero eso no significa que llegue n a se r consumi-
dores regulares . En la mayoría de los casos el uso es intermitente y limitado a
dete rminados pe ríodos de la vida: la mayoría de los que se inic ian e n e l con-
sumo lo deja n e ntre los 20 y 30 a ños de edad y pocos continua n consum ie ndo
durante años. Así, en general se estima que el 10% de los que se inician en el
consumo cuando son jóvenes llegan a ser consumidores diarios más tarde, y
entre el 20 y el 309é de los que se inician lo consumen solamente los fines de
semana. Los que consumen diariamente suelen ser varones, tener un nivel de
escolarización inferior, consumir diariamente también alcohol y tabaco y
tomar otras drogas de abuso como psicoestimulantes, sedativos, opiáceos y
halucinógenos. Este perfil del consumidor de cannabinoides sugiere que el
cannabis es la puerta de entrada para el consumo de otras drogas, lo que se
denomina escalada de la drogadicción . Los datos disponibles al respecto indi-
can que no todos de los que consumen regularmente cannabinoides necesaria-
mente se inician en la senda de otras drogas de abuso, pero todos los que con-
sumen otras drogas ilegales han consumido antes de ellas cannabinoides. Este
tipo de datos indican que el consumo de cannabis es un precursor del consumo
posterior de otras drogas de abuso en algunos individuos, y reflejan la necesi-
dad de inte rve nir terapéutica o preventivamente en la población de consumi-
dores de cannabis porque son candidatos idóneos para llegar a ser más tarde
usuarios regulares de otras drogas ilegales, como la cocaína o la heroína.
Figura 8.2
Figura 8.6
por THC, lo que significa que los efectos subjetivos que sienten los animales
cuando tienen estas sustancias en su cuerpo son muy similares. En la misma
línea, se ha encontrado una correlación positiva entre sustancias que generali-
zan a THC y que se unen a receptores de cannabinoides, lo que sugiere que los
similares efectos subjetivos que producen esas sustancias y el THC pueden
estar mediados por la activación de los receptores de cannabinoides.
Los resultados obtenidos con THC en los tres modelos animales citados
hasta ahora parecen sugerir que la administración de THC produce efectos
como reforzador positivo. Sin embargo, es difícil conseguir que animales de
laboratorio se autoadministren THC intravenosamente. Dado que el paradig-
ma de la autoadministración intravenosa de drogas es el mejor modelo para
evaluar directamente los efectos de las drogas como reforzadores positivos, la
dificultad de inducir autoadministración intravenosa de THC en modelos ani-
males sugiere que el THC funciona como un reforzador débil. Ello puede
explicar que el consumo de THC no produzca una dependencia severa y que la
retirada de la droga, en general, no conlleve estados muy adversos, lo que hace
que en la mayoría de los casos los sujetos puedan abandonar el consumo sin
precisar tratamiento farmacológico.
Hasta la fecha, tampoco se había conseguido que los animales se auto-
administraran cannabinoides sintéticos como el CP 55.940 (el doble de poten-
te que el THC) pero, recientemente, se ha demostrado que el cannabinoide sin-
tético WIN 55 .212-2 (que es unas cuatro veces más potente que el THC) es
autoadministrado por ratones intravenosamente. Esta sustancia es un agonista
del subtipo 1 de los receptores cerebrales de cannabinoides (CB 1). Se han con-
seguido ratones transgénicos que no llevan este subtipo de receptor y se ha
comprobado que estos animales no se autoadministran el WIN 55.212-2 , en
comparación con los animales no transgénicos que sí llevan el subtipo de
receptor. Estos resultados indican que los efectos reforzantes positivos de los
cannabinoides pueden ser consecuencia directa de la activación de los recepto-
res de cannabinoides del subtipo CB 1• Igualmente, sugieren que e l THC y otros
cannabinoides sintéticos que no mantienen la conducta de autoadministración
de drogas pueden no ser buenos agonistas del subtipo de receptor CB 1• Por otra
parte, estos datos invalidan al cannabinoide sintético WIN 55.212-2 como fár-
maco con potencialidad terapéutica por el riesgo de crear dependencia en
humanos, como reflejan los resultados obtenidos en ratones.
• DROGAS DE SÍNTESIS
Las drogas de síntesis son sustancias psicoactivas cuyo consumo está especial-
mente extendido en las sociedades actuales desarrolladas, llegando a ocupar el
segundo lugar en frecuencia de consumo de drogas ilegales, después de los
cannabi noides.
..
,¡¡
¡
. :.. f~.
;;,.,
...
)~:=
La presentación de estas drogas en forma de pastillas facilita de por sí la Adam
extensión de su consumo. Pero también influye el hecho de que estas sustan- EVA
cias (al igual que el de los psicoestimulantes y a lucinógenos) no producen
dependencia física observable, y que sus efectos principales son e l promover la Figura 8.15
Figura 8.7
'
Olímpi~o;
r!J
C u(li<I,, s.,.. ¡~ ¡ i;.:a~ · ·<;,mil~v··
:;.t'~
. ~.,..- ·
,
. ~
/ .~ '
.,-
f ...- .
' ~. ·.-. ...
~
'· 1
tf y
t ·~
~-
PA7 Expc.:iic .tc X C:ala.Vé"ll T11lipI111 l 01tuga 'I i11_¡,, TC
,_-
,., ;, ....Pt ~;
,1 ~ -;'·"I
:..i ./
,.., ·· ...,,...·
Ying-~<111¡¡ Ancla Fid\!·,¡;dn indio 1réhi.,I Po._l~tL'
../ /
VIP c.1ra:T.<)"'1 [!dante [)~ltln Pij arn Ir.e¡: Sn~•op}
1 '
•. j. 'i
. 1
Desde los pasados años sesenta se sabe que los derivados de las anfetaminas
causan neurotoxicidad, afectando principalmente al sistema serotoninérgico.
La administración de estos compuestos a animales de laboratorio resultó en
una acusada disminución de las concentraciones cerebrales de serotonina (5-
HT), así como de su metabolito principal, el 5-hidroxi-indol-ácido acético (5-
HIAA) (Pletscher et al., 1963, 1964; Fuller et al., 1965). En estudios posterio-
res se comprobó que los niveles de la enzima clave en la síntesis de serotonina,
la triptófano hidroxilasa (TPH), también se reducían considerablemente cuan-
do se administraban derivados de la anfetamina como la p-cloro-anfetamina
(PCA), y esta disminución perduraba incluso hasta cuatro meses después .
Igualmente, la recaptación de serotonina estaba deteriorada de manera persis-
tente (Sanders-Bush et al., 1975). Más tarde, se demostró que existían altera-
ciones neuroanatómicas en el sistema serotoninérgico como consecuencia de la
administración de una sola dosis de PCA y que se mantenían hasta un mes des-
pués de la administración. Todos estos datos experimentales sugerían que dro-
gas derivados de las anfetaminas causaban un claro daño en el sistema nervio-
so y, particularmente, a la neurotransmisión serotoninérgica.
Nuevos estudios comprobaron, posteriormente, que el neurotransmisor
dopamina (DA) también se afectaba con la administración de drogas de sín-
tesis. Cuando los animales recibían, tratando de imitar las dosis que se auto-
administran los humanos, cinco dosis de 15 mg/kg de metanfetamina a inter-
valos de 6 horas , se observaba una disminución significativa de los niveles de
dopamina, de sus metabolitos principales, el ácido dihidroxifenil acético
(DOPAC) y el ácido homovalínico (HVA), y de la enzima limitante de la sín- Figura 8.9
Figura 8.8
\ p
f ... '*· .....,,
- --
En el estado actual de los conocimientos podemos decir que a grosso modo, los
efectos de las drogas de síntesis parecen realizarse en dos fases: una inmedia-
ta y reversible, y otra a largo plazo e irreversible. Con metodologías modernas
como la microdiálisis intracerebral (un procedimiento que permite averiguar el
Figura 8.11
tipo de neurotransmisores y las concentraciones en que se encuentran en el
líquido extracelular que rodea a las neuronas) se ha comprobado que un efec-
to inmediato de las drogas de síntesis es el de liberar serotonina y dopamina en
el encéfalo de roedores de laboratorio (Gough et al., 1991; Brodkin et al. ,
1993). Además, se inhibe la recaptación de estos dos neurotransmisores (Steele
et al., 1987; Jonson et al., 1991) y la actividad de la enzima MAO-A , que
degrada a dichos neurotransmisores (Leonardi et al., 1994 ). El resultado glo-
bal de estas acciones es que hay un aumento de la concentración extracelular
de serotonina y dopamina lo cual conlleva también un aumento de la tempera-
tura (hipertermia) corporal (Colado et al., 1993). Sin embargo, estos efectos
son reversibles puesto que duran menos de 6 horas, tiempo en el que las con-
centraciones extracelulares de esos neurotransmisores vuelven a la normalidad
después de la administración de las drogas (Gudelsky y Nash , 1996; Mechan
et al., 2002).
Una segunda fase, neurotóxica, aparece entre 24 horas y una semana des-
pués de la administración de las drogas. Durante ese período se produce una
disminución de los niveles cerebrales de serotonina asociada con una disminu-
ción funcional de los sitios de recaptación de este neurotransmisor, lo cual
sugiere la existencia de daño neuronal. Estas alteraciones son diferentes según
la especie animal de laboratorio estudiada. En la rata y en el mono el daño se
circunscribe al sistema serotoninérgico, mientras que en el ratón el sistema
afectado es el dopaminérgico. Concretamente, se ha comprobado que el trata-
miento con MOMA en el ratón influye sobre las neuronas dopaminérgicas de
la sustancia negra que proyectan a cuerpo estriado resultando en una disminu-
ción de la concentración de dopamina en el cuerpo estriado, así como de sus
metabolitos DOPAC y HVA (Logan et al., 1988; O'Callagan y Miller, 1994;
O'Sheaeta/., 2001; Colado et al., 2001).
No conocemos aún los mecanismos por los que, en última instancia, se
causa el daño neurotóxico en el sistema serotoniné rgico. Sin embargo, se pue-
den apuntar algunos factores. Así, cuando se administra MOMA, uno de los
primeros fenómenos que ocurren es la disminución de la actividad de la e nzi-
ma TPH, promovida posiblemente por la oxidación de esa enzima (Stone et al.,
1989). Este proceso de oxidación de la TPH puede ser interferido si se admi-
nistran previamente inhibidores de la recaptación de serotonina (Schmidt y
Taylor, 1990) o agentes antioxidantes como la cisteína (Steranka y Rhind,
1987). Es posible, por tanto, que una de las primeras acciones de la MOMA
sea la disminución o inactivación de los sistemas antioxidantes celulares.
Uno de los agentes antioxidantes celulares más conocidos son los radi-
cales hidroxilo. Este tipo de radicales libres aumentan en el hipocampo como
consecuencia de la administration de MOMA. Sin embargo, cuando se admi-
nistran sustancias que atrapan a esos radicales hidroxilo como es el a-fenil-N-
ter-butil-nitrona (PBN) el daño neurotóxico es menor (Colado y Green , 1995;
Colado et al., 1997).
La afectación de los sistemas antioxidantes celulares por parte de la
MOMA parece ser un primer efecto neurotóxico temprano. Hay otros aconte-
cimientos celulares más tardíos que parecen influir en la neurodegeneración de
los terminales finos de serotonina y que son bloqueados cuando se administran
inhibidores de la recaptación de serotonina incluso hasta 6 horas después de
haber administrado la MOMA (Schmidt, 1987). En estos procesos más tardíos
parece que participa el neurotransmisor dopamina en un modo que depende de
su grado de liberación, tras la administración de la droga.
En general, se puede establecer una graduación en la cantidad de dopa-
mina liberada por las drogas de síntesis más comunes. Así, por ejemplo, la
metanfetamina es muy efectiva en facilitar la liberación de serotonina, pero
menos eficaz en la de dopamina. La MOA es una potente droga liberadora de
•t
.'
Cuerpo celular
Nucleo
El gran problema social que suponen las drogas de abuso nos hace olvidar, a
veces, que algunas de ellas tienen propiedades terapéuticas cuando se admi-
nistran bajo supervisión médica. Esto es, no hay mejores analgésicos que los
opiáceos, siendo el prototipo principal la morfina. Igualmente, la cocaína es un
excelente anestésico local y, actualmente, los cannabinoides ya se emplean
para el tratamiento del glaucoma y como antieméticos. En el caso de drogas
como la MOMA, algunos autores han propuesto que este tipo de sustancias
pueden ser útiles para el tratamiento de trastornos de la personalidad como el
antisocial y otros en los que subyace una clara falta de comunicación interper-
sonal (Tragger, 1988). De hecho, antes de su ilegalización, la MOMA era
empleada por algunos psiquiatras norteamericanos como un fármaco para faci-
litar la partura emocional de los pacientes.
• X · í. Figura 8.16
,'
': ~ -....-.:.:·- .... ~.-" -. . ... _,_,,,. ;. I ,.~ --r.¡:.' '
".... ........',;
I ;¡ '· _......,,__ ¡ .
1 !·
• )f ,¡
,.,1 l \ )\ ! :1 ''
' . \ r : -~:" 1
\j ~;.· ,. l. •c
!, ., -
Figura 8.17
entrenan a los animales para que diferencien las sensaciones internas que les
produce una droga frente a su disolución vehículo (por ejemplo cocaína frente
a suero salino). La medida de la discriminación la da una conducta operante
que ejecutan los animales (por ejemplo, una presión de palanca en los estudios
con ratas y monos). Los animales tienen que elegir para ejecutar la conducta
de presión de palanca un lado del aparato. Por ejemplo, cuando tengan en su
cuerpo la droga inyectada previamente deben presionar en el lado izquierdo y
si tienen la disolución vehículo, en el lado derecho. Al cabo de varias sesiones
de entrenamiento, los sujetos eligen preferentemente una palanca u otra, lo
cual indica que sienten los efectos de la droga frente a la disolución vehículo.
Se dice, entonces, que los animales discriminan los estados subjetivos internos
producidos por la droga. En sesiones posteriores, se prueban otras drogas far-
macológicamente similares o distintas a la inicial.
En los estudios realizados con MBDB, se e ntrenó primero a los sujetos
a que discriminaran MBDB de su disolución vehículo. Posteriormente, se pro-
baron varias drogas distintas tanto psicoestirnul antes (cocaína, anfetamina),
alucinógenos (LSD, DOM, rnescalina), agonistas serotoninérgicos (8-0H-
DPAT, buspirona) e inhibidores de la recaptación de serotonina (fenflurarnina).
Ninguna de estas sustancias sustituyó en sus efectos a los de MBDB, lo cual
sugiere que, para los animales, la droga MBDB no produce estados internos
subjetivos que sean análogos a los de los psicoestirnulantes o los alucinógenos
(Nichols y Oberlender, 1989).
Estos estudios parecen indicar que drogas de síntesis corno la MOMA
pueden constituir el prototipo de una nueva clase farmacológica, distinta a la
de psicoestirnulantes y alucinógenos, y que habría que llamar de alguna forma
por sus efectos característicos, igual que lo hacernos con los opiáceos, canna-
binoides o psicoestimulantes. Uno de los problemas asociados al empleo de
esta posible nueva clase de fármacos serían sus efectos neurotóxicos. No obs-
tante, se han obtenido derivados de la PCA corno e l 6-cloro-2-arninotetralina
(PCAT) o de la MOA corno e l rnetilendioxianfetarninaindano (MDAI) que no
producen neurotoxicidad sobre el sistema serotoninérgico (Fuller et al. 1977;
Nichols y Oberlender, 1989).
Estas drogas sintéticas son activas sobre las proteínas de membranas (recep-
tores) de las neuronas que reconocen a las benzodiacepinas. El Rohipno l es el
nombre popular que se da al flunitracepárn, un antagonista de los receptores
de benzodiacepi nas. E l clonacepárn es .... un agoni sta de estos recep-
tores. E l GHB (ác ido gamma hidroxibuti rato) es simi lar al al gamma arn ino-
butírico y actúa a través de receptores cerebrales propios rec ie ntemente des-
cubiertos.
El Rohipnol produce efectos sedantes e hipnópticos, además de relaja-
ción muscular y amnesia. El consumo de esta droga es preocupante, entre otras
cosas, por su asociación con violaciones de las víctimas. Esta droga puede
darse a las personas sin que el las lo sepan y, mezclada con alcohol, incapacita
a las víctimas de defenderse del ataque sexua l. En ocasiones, la mezcla de
Rohipnol con alcohol puede ser letal.
El clonacepárn suele consumirse asociado con heroína y otros opiáceos,
para potenciar los efectos de estos últimos. Su uso está igualmente asociado a
ataques sexuales. Igua lme nte, e l GHB se ha asociado a agresiones sexuales y
su consumo produce euforia y sedación. Puede consumirse e n forma líquida y
se llama popularmente Éxtasis líquido. Mezclado con alcohol puede producir
náusea y dificultades respiratorias y con metanfetamina aumenta el riesgo de
aparición de coma y ataques. Su consumo puede producir dependencia y su
retirada síntomas como insomnio, ansiedad, temblores y sudoración.
/nhalantes
Los inhalantes son sustancias volátiles consumidas en forma de vapor para pro-
ducir efectos psicoactivos. La mayoría de los consumidores son jóvenes que
encuentran un modo fácil , barato y rápido de drogarse. Afortunadamente, en
nuestro país su consumo es todavía escaso, pero en otros países, especialmen-
te los del tercer mundo, son un grave problema.
En este grupo se incluyen diversos Disolventes de o que contienen pin-
turas, barnices, gasolinas, pegamentos, colas, líquidos correctores de la escri-
tura (como el Typex) ... etc. Gases, como el butano, propano productos refrige-
rantes, éter, cloroformo, halotano y óxido nítrico («gas de la risa»). Aerosoles,
como los esprays para el pelo y desodorantes . Nitritos, como el nitrito de
amilo y el nitrito de isobutilo (o Poppers), que se han consumido preferente-
mente en ambientes homosexuales y ahora en la población en general.
Casi todos estos productos tienen efectos similares a los de los anesté-
sicos. Cuando se inhalan en suficiente cantidad, producen efectos claramente
tóxicos. Al principio de la inhalación, los usuarios notan una ligera estimula-
ción. Si las inhalaciones se hacen de forma repetida, los sujetos se sienten
menos inhibidos, luego con un menor control motor y así progresivamente
hasta quedar inconscientes. Si la concentración de lo inhalado es alta, puede
producir directamente un ataque cardíaco y la muerte. Esto ocurre especial-
mente con aerosoles que contienen compuestos fluorocarbonados y gases
como el butano. Los inhalantes pueden producir también la muerte por asfi-
xia dado que hay un desplazamiento del oxígeno de los pulmones y del cere-
bro.
• ANABOLIZANTES ESTEROIDEOS
Figura 8.13
----·--- -- - -- - - - -- - - - -
En capítulos anteriores se ha expuesto lo que conocemos actualmente
sobre los mecanismos psicobiológicos que están operando en las
drogodependencias. Ese conoc1m1ento permite elaborar abordajes
terapéuticos, tanto farmacológicos como psicológicos y sociales, basados
en evidencias científicas. El contínuo avance, además, de la neurociencia,
la psicofarmacología y la psicología experimental, entre otras ciencias que
hacen que progrese el saber sobre los procesos neurales que participan en la
adicción, se refleja en la disponibilidad de tratamientos que son cada día
mejor. También, un mayor conocimiento de los mecanismos últimos que
parecen estar regulando la dependencia de drogas, ha contribuido a
considerar la necesidad del tratamiento como una ayuda para obtener una
mayor calidad de vida en el paciente y no sólo como un medio para
conseguir la abstinencia absoluta, dado que en muchos pacientes la
cesación total del consumo es una meta inalcanzable.
OBJETIVOS Y ESTRATEGIAS GENERALES elementos para conseguir un estilo de vida sin tóxicos
DE TRATAMIENTO incluyen la motivación para alcanzar la abstinencia y
la adquisición de diferentes pautas de comportamiento
Las diferentes sustancias psicoactivas de abuso pre- que le permitan evitar el consumo de tóxicos. Muchos
sentan diferencias tanto en sus características intrínse- autores consideran que, puesto que el consumo de
cas (potencia adictiva, toxicidad, efectos agudos y cró- sustancias puede acompañarse de una desinhibición, un
nicos) corno en sus características extrínsecas (situación aumento del deseo de otras drogas, una mala capacidad
legal, consideración social, precio, vías de administra- de juicio y un mayor riesgo de recaída, los pacientes
ción). Por otra parte, los sujetos que consumen dichas deben evitar todas las posibles sustancias de abuso. Los
sustancias no forman un grupo de características homo- pacientes que alcanzan una evitación completa de todas
géneas (difieren en factores personales y psicosociales las sustancias de abuso son los que tienen un mejor
de protección y vulnerabilidad, así corno en caracterís- pronóstico a largo plazo.
ticas clínicas, número y tipo de sustancias consumidas,
tiempo de uso, etc.). A pesar de ello, sí se pueden
Mejorar la calidad de vida
identificar unos objetivos y estrategias generales de
tratamiento comunes que deben ser considerados clí- Independientemente del objetivo principal de alcan-
nicamente. Se proponen tres objetivos generales en la zar la abstinencia completa, y dado que no siempre
estrategia terapéutica de estos pacientes 1-2: se cuenta con la situación psicológica y sociofamiliar
• Abandono del consumo de tóxicos. propicia para lograr ese objetivo, e incluso que algunos
• Mejorar la calidad de vida. pacientes rechazan este objetivo, es de especial impor-
• Prevención de las recaídas. tancia plantearse también como objetivo el mejorar
la calidad de vida del paciente aunque mantenga el
Muchos pacientes no son capaces de plantearse estos consumo de tóxicos. Es importante considerar esta
objetivos o sólo están parcialmente motivados para ello, posibilidad cuando nos encontramos con pacientes
en especial en las fases iniciales del tratamiento. Debido con un consumo inveterado incapaces de alcanzar una
a ello es de gran importancia plantear la meta inicial abstinencia en su consumo. En estos pacientes se debe
de alcanzar un grado de motivación y participación del mantener el objetivo de adherencia al tratamiento y un
paciente que consiga mantener un tratamiento a medio abordaje de reducción de daño 3 que permita aminorar
y largo plazo; lo que algunos clínicos llaman «un buen las consecuencias del consumo, como la prevención y
enganche». Para ello a veces puede ser necesario pactar el tratamiento de problemas somáticos (hepatopatías,
objetivos intermedios que posibiliten la implicación y infección VIH, EPOC, etc.) y psicosociales (clínica
el cumplimiento por parte del paciente. depresiva, brotes psicóticos, deterioro relación familiar
y de pareja, alteraciones en capacidades sociolaborales).
Abandono del consumo de tóxicos
Incluso en el caso del alcohol, algunos clínicos han
El objetivo final del tratamiento es el abandono elaborado programas de consumo controlado para quienes
del consumo de tóxicos por parte del paciente. Los no desean la abstinencia. Las características de los
sujetos que más se benefician de estos programas no de la eficacia del mismo. Por ello, la elaboración de una
están del todo claras. Algunos estudios señalan que los estrategia general de tratamiento para pacientes con
mejores resultados con estos programas se obtienen en trastornos por consumo de sustancias debe contemplar
dependientes leves y de corta evolución 4 • Su utiliza- diversos factores específicos de cada paciente6 . Habrá
ción podría estar indicada en personas que consumen que considerar su situación clínica, social, familiar y el
sustancias legales sin contraindicación para ello y que grado de colaboración y motivación que presenta en
deciden preventivamente controlar el posible riesgo de ese momento. Por otra parte, diversos estudios han
incremento de consumo. confirmado que la cantidad y calidad de los servicios
De forma similar, en pacientes no suficientemente terapéuticos recibidos por un individuo con un trastorno
motivados para abandonar su droga de abuso pero sí para por consumo de sustancias es igualmente un importante
mejorar otros aspectos de su estilo de vida, los tratamien- factor predictivo de la evolución de dicho consumo.
tos sustitutivos con agonistas podrían ser una opción Será, pues, de especial trascendencia para la elaboración
adecuada, manteniendo provisionalmente en segundo de un plan de tratamiento la evaluación del paciente
plano el objetivo final de ausencia de consumo. desde un punto de vista global.
Dentro de un plan de tratamiento se considera de
Prevención de recaídas especial importancia los siguientes componentes:
Los pacientes que aceptan establecer el objetivo de • Creación y mantenimiento de una relación terapéu-
alcanzar y mantener una abstinencia absoluta deben tica que favorezca la motivación y participación del
estar preparados para enfrentarse a la posibilidad de paciente.
recaídas. Es importante que los médicos y sus pacientes
• Control del estado clínico del paciente, tanto
conozcan la naturaleza crónica y recidivante de estos
desde el punto de vista somático como psicopa-
trastornos en muchos pacientes. Una reducción de la
tológico.
frecuencia y gravedad de las recidivas puede constituir
un objetivo más realista que la prevención completa de • Elaboración y puesta en marcha de estrategias para
todo episodio posterior. o bien alcanzar la abstinencia completa, o bien redu-
cir los efectos producidos por el consumo de dicha
Debido a ello, los pacientes deben contar con la po-
sustancia.
sibilidad de un plan de tratamiento que incluya métodos
de detección precoz e intervención en los episodios de recaída;, • Elaboración y puesta en marcha de un plan de pre-
y así poder actuar durante la fase de abstinencia para vención de recaídas mediante el análisis de los factores
modificar aquellas situaciones que pueden ser un riesgo que predisponen al consumo de la sustancia, tanto
para nuevos consumos. Las situaciones de alto riesgo externos (entorno social) como internos (alteraciones
suelen acompañarse del deseo compulsivo de la droga: psicopatológicas), y ayudar al paciente a establecer
un fenómeno complejo que se debe a las respuestas estrategias cognitivas y conductuales exitosas frente
fisiológicas agudas o crónicas de los pacientes a la abs- a dichos factores.
tinencia de la sustancia o a sus respuestas condicionadas • Psicoeducación a pacientes y familiares acerca de los
a estímulos asociados a la disponibilidad o abstinencia trastornos por consumo de sustancias.
de la sustancia.
Debe insistirse en que los objetivos del tratamiento
Es de gran utilidad ayudar a los pacientes a identi-
y la elección específica de las medidas terapéuticas
ficar las situaciones que comportan para ellos un riesgo
necesarias para alcanzarlos varían en los distintos pa-
elevado de recaída, que desarrollen habilidades de
cientes y también en un mismo paciente en distintas
afrontamiento y que encuentren respuestas alternativas
fases de la enfermedad. Por otra parte, dado que mu-
al consumo de la sustancia. En este proceso juega un
chos de los trastornos por consumo de sustancias son
papel relevante la mejora de las relaciones familiares,
de carácter crónico, los pacientes pueden requerir un
los cambios en las actividades de ocio, así como la re-
tratamiento a largo plazo, aunque la intensidad y los
estructuración de las relaciones con terceras personas,
componentes concretos del mismo pueden variar a lo
de forma que no se vean siempre rodeados de aquellos
largo del tiempo.
que mantienen un patrón de consumo.
Para la implementación del plan de tratamiento será
DISEÑO DE ESTRATEGIA GENERAL necesaria la elección del tratamiento farmacológico
Y PLAN DE TRATAMIENTO adecuado 7, de las intervenciones psicoterapéuticas ne-
cesarias8 y del contexto asistencial donde dichas inter-
El cumplimiento de un plan de tratamiento a lo venciones se habrán de realizar. A continuación, pro-
largo del tiempo constituye un indicador muy potente fundizaremos en estos tres apartados.
Tratamientos farmacológicos alcoholismo disminuyendo la compulsión al consumo
asociado con la exposición a estímulos ambientales condi-
Tratamiento de la intoxicación cionados. La naltrexona también podría reducir la ingesta
por ocasión una vez iniciado el consumo. Se han ensa-
Los cuadros de intoxicación requieren atención mé-
yado diversas estrategias de intervención sobre el sistema
dica, principalmente cuando aparece una situación de
dopaminérgico, como el uso de tiapride o bromocriptina,
riesgo para el paciente; por ejemplo, sobredosis, o que
con resultados hasta el momento contradictorios. Los
suponga riesgo para terceros. En el caso de determi-
fármacos de acción serotonérgica, principalmente inhibi-
nadas sustancias existen antagonistas específicos, como
dores selectivos de recaptación de serotonina, utilizados
la naloxona para los opiáceos y el flumacenil para las
con este propósito en la deshabituación al alcohol y otras
benzodiacepinas. En general, en todos los casos la base
sustancias no parecen haber mostrado eficacia salvo que
fundamental es la vigilancia de constantes, el soporte
exista asociado un componente afectivo.
vital y el tratamiento sintomático.
Fármacos disuasores
Tratamiento de la abstinencia/desintoxicación
Los ejemplos más destacados de este grupo utili-
Para el tratamiento de los síndromes de abstinencia zados en alcoholismo son disulfiram y cianamida cál-
pueden emplearse fármacos específicos o sintomáticos. cica. Estos fármacos inhiben la actividad del aldehído
Se emplearán tanto para tratar a pacientes que presentan deshidrogenasa. En presencia de un tratamiento activo
cünica de abstinencia, como para prevenir la aparición con disulfiram o cianarnida, el consumo de alcohol da
de síntomas de abstinencia durante los tratamientos lugar a la acumulación de concentraciones tóxicas de
programados de desintoxicación. acetaldehído. Esto se acompaña de una serie de signos y
Diversos estudios señalan que sólo una minoría de síntomas desagradables que pueden ser peligrosos y que
pacientes con dependencia al alcohol o a los opiáceos excepcionalmente podrían resultar mortales. Se emplean
precisa tratamiento farmacológico de la abstinencia o principalmente para disuadir al paciente contra consu-
para la desintoxicación. A pesar de ello, es habitual el mos ocasionales de alcohol. Nunca han de utilizarse sin
uso de fármacos que minimicen la probabilidad de com- conocimiento y autorización del paciente.
plicaciones abstinenciales graves y que proporcionen el
Tratamiento de los trast orn os médicos generales
mayor bienestar posible al paciente. Con ello se busca
o psiquiát ricos asociados
mantener en el paciente la motivación y participación
en el plan de tratamiento. La elevada comorbilidad entre trastornos por el uso
de sustancias y otros trastornos psiquiátricos o medi-
Tratamiento de deshabituación coquirúrgicos implica que muchos de estos pacientes
necesiten un tratamiento específico dirigido a los dife-
Tratamient o sustitutivo. Fármacos agonistas
rentes procesos 9 • Son situaciones que generan variados
En determinadas situaciones, se planteará el empleo problemas asistenciales, que abarcan desde los cambios
de medicaciones agonistas con el fin de reducir el con- farmacocinéticos y dinámicos de la farmacoterapia es-
sumo de drogas ilegales o sustituir dicho consumo por pecífica, hasta una evolución clínica más tórpida.
agonistas pautados bajo supervisión médica. Este trata-
miento puede emplearse tanto en programas que prevén Intervenciones psicosociales
su utilización transitoria para una posterior desintoxica- Aunque los estudios controlados de los efectos
ción, como en programas de mantenimiento indefinido de intervenciones psicoterapéuticas y sociales, por su
bajo un planteamiento de reducción de daño. propia naturaleza, presentan importantes limitaciones
Tratamiento contra los efectos reforzantes . de diseño, diversos resultados sugieren que estas in-
Fármacos antagonistas tervenciones, principalmente las terapias cognitivocon-
ductuales, son útiles, especialmente las realizadas por
En este grupo de fármacos se pueden incluir los que equipos terapéuticos multiprofesionales, coordinados,
bloquean o contrarrestan los efectos subjetivos de la y adaptadas a las necesidades de cada paciente.
droga de abuso; el ejemplo prototípico sería el uso de
la naltrexona en el caso de la adicción a opiáceos. Terapias cognitivo-conductuales:
Fármacos contra la compulsión al consumo, anticraving Terapias cognitivas
En este grupo se encuentran fármacos como la nal- Se centran en: a) modificar procesos cognitivos que
trexona y el acamprosato, que actuarían en el caso del generan las conductas de consumo, b) intervención
en la cadena de fenómenos cogrutivos que conducen Grupos de autoayuda
al consumo de la sustancia, c) ayudar a resolver las
situaciones de deseo agudo o crónico del tóxico, d) fo- Aunque no existen datos objetivos que apoyen su
mentar y reforzar del establecimiento de capacidades y eficacia, la experiencia clínica sugiere que la partici-
conductas sociales compatibles con el mantenimiento pación en grupos de autoayuda puede ser beneficiosa
de la abstinencia de la droga. en el tratamiento de algunos pacientes con trastornos
por consumo de sustancias. Por otra parte, es posi-
Terapias conductuales ble que los grupos de autoayuda sean útiles para al-
gunos pacientes y no para otros. En ciertos pacientes,
Se basan en la recompensa por las conductas de- la filosofía religiosa de determinados grupos, las acti-
seables (por ejemplo, el cumplimiento del tratamien- tudes hacia los tratamientos médicos y psiquiátricos,
to) o el castigo por las indeseables (por ejemplo, aso- y la necesidad de asumir como condición indispen-
ciado a las recaídas). Las recompensas pueden ser de sable una identidad de enfermo «incurable» pueden
refuerzo social. En ellas los familiares, compañeros o provocan el rechazo y un conflicto con los mensajes
terapeutas premian conductas que evidencian o facili- recibidos en otras terapias en curso. En general, es de
tan una evitación de la droga. La terapia de exposición especial importancia evitar mensajes contradictorios
a estímulos con prevención de respuesta consiste en la
en aquellos pacientes que presentan buena evolución
exposición del paciente a los estímulos que inducen el y elevado nivel de integración en grupos de auto-
deseo de consumir la droga, a la vez que se impide
ayuda.
el consumo real de la misma (prevención de respuesta)
y, por tanto, la experiencia de un refuerzo asociado
Medio asistencial de tratamiento
al consumo. Esto permite facilitar los procesos de
extinción del deseo de droga. Las terapias de exposi- Los diversos medios asistenciales de tratamiento
ción aversiva asocian al consumo del tóxico una ex- difieren en cuanto a la disponibilidad de posibilidades
periencia desagradable, pero apenas se utiliza en la terapéuticas, la limitación relativa del acceso a sustancias
actualidad. o al desarrollo de otras conductas de alto riesgo, además
del horario de funcionamiento, del ambiente global o de
Terapias psicodinámicas la filosofía de tratamiento. La elección del medio debe
basarse en las necesidades del plan de tratamiento, el
La psicoterapia de orientación psicodinámica pre-
estado clínico del paciente y las características de los
senta importantes dificultades para su correcta evalua-
contextos disponibles.
ción en cuanto a eficacia en este tipo de trastornos.
Recientemente se han desarrollado diversos tratamien- Las decisiones relativas al lugar de aplicación y a
tos psicodinámicos breves y estructurados. Global- los componentes del tratamiento dependen de factores
mente, en los pacientes con trastorno de personalidad individuales de cada paciente. En principio es preferible
antisocial y con elevado grado de sociopatía los re- utilizar el contexto de tratamiento menos restrictivo
sultados de la psicoterapia psicodinámica no han sido posible que permita la aplicación más segura y eficaz
buenos. del tratamiento.
Los estudios que han comparado la eficacia del
Terapias de grupo tratamiento en función del dispositivo utilizado no son
concluyentes, ya que parece que la mayor eficacia de
Los formatos psicoterapéuticos previamente señala-
los dispositivos hospitalarios frente a los ambulatorios
dos se pueden desarrollar de manera individual o bien
se pierde cuando se realiza un seguimiento superior a
dentro de un funcionamiento grupal. Algunos autores
los seis meses 10 •
consideran que la terapia de grupo es la modalidad de
tratamiento psicoterapéutico preferible para pacientes En términos generales, respecto a la elección del
con dependencia de sustancias. medio asistencial, habrá de tenerse en cuenta, entre
otros, los siguientes factores:
Terapias familiares
• Grado de motivación y capacidad de colaboración
De igual modo, los diferentes tipos de psicoterapia en el tratamiento por parte del paciente, y grado
se pueden desarrollar dentro de terapias familiares. de apoyo familiar y social para cada etapa del tra-
Dichas intervenciones pueden centrarse en la familia tamiento.
nuclear, en el paciente y su cónyuge, en el tratamiento • Existencia de riesgo médico o psicopatológico aso-
simultáneo de pacientes, cónyuges y hermanos, en gru- ciado al estado clínico actual o a los tratamientos a
pos multifamiliares y en redes de relación social. emplear.
• Necesidad de garantías respecto a la posibilidad de capacidad de juicio, que en presencia de una «puerta
consumo y riesgo del mismo en situaciones especia- abierta» es probable que abandonen el programa y
les, por ejemplo: paciente deprimido con ideas de consuman tóxicos, debería plantearse la utilización de
suicidio. una unidad cerrada.
• Necesidad de una estructura, apoyo y supervisión
para mantener un tratamiento seguro, alejado de los Hospitales de día
ambientes y actividades que fomentan el consumo de La hospitalización parcial puede proporcionar una
la sustancia, en el tratamiento a medio plazo. experiencia terapéutica intensiva y estructurada a pa-
• Necesidad de tratamientos concretos que pueden ser cientes con una dependencia de sustancias que requie-
aplicables tan sólo en determinados contextos. ran más servicios de los que se proporcionan en los
• Preferencia del paciente por un contexto de trata- contextos ambulatorios habituales, pero sin llegar a
miento particular, o del terapeuta, en función del precisar una hospitalización completa. Los programas
conocimiento de las características concretas de los de hospitalización parcial han de plantearse también
medios disponibles o sobre la base de experiencias como situación intermedia en los casos de pacientes
preVlas. que son dados de alta y presentan un riesgo elevado
de recaída.
Medio asistencial ambulatorio
Comunidades terapéuticas
El tratamiento ambulatorio de los trastornos por
uso de sustancias es apropiado para los pacientes cuyo En los pacientes con trastornos por consumo de
estado clínico o circunstancias ambientales no exigen opioides, cocaína o múltiples sustancias puede ser útil
un grado de asistencia muy intensivo. Una importante el envío a una comunidad terapéutica en régimen de
ventaja es que supone la máxima normalización de residencia prolongada. Estos programas suelen reser-
la vida del paciente, manteniendo una confrontación varse para los pacientes en los que la probabilidad de
continua frente a los problemas cotidianos y al medio obtención de un beneficio con un tratamiento ambu-
sociofamiliar en que debe desenvolverse. latorio es baja. La comunidad terapéutica proporciona
un entorno cerrado y libre de la droga en el que se
Por otra parte, cualquier programa de tratamiento
utiliza el modelo conductual y la presión social de los
más intensivo (por ejemplo, una desintoxicación hos-
compañeros para modelar un estilo de vida sin consumo
pitalaria) debe completarse con una fase posterior de
de drogas, favoreciendo el aprendizaje de estrategias de
seguimiento ambulatorio que aborde los problemas
afrontamiento y la socialización.
específicos que sólo van a surgir cuando el paciente se
encuentra dentro de su medio sociofamiliar.
BIBLIOGRAFfA
Medio asistencial hospitalario
Santo-Domingo J, Jiménez-Arriero MA. Consenso sobre
El medio hospitalario se precisará no sólo para los diagnóstico y tratamiento del alcoholismo y otras adiccio-
nes. Sociedad Española de Psiquiatría. Madrid: Euromedice;
tratamientos en régimen de internamiento, sino también
2003.
para la atención de pacientes que en determinadas fases Rubio G, Ponce G, Jiménez-Arriero MA, Bobes J. Objetivos y
del tratamiento precisen una atención estrecha por parte estrategias generales del tratamiento de los trastornos por uso de
de otros especialistas médicos. sustancias. En: Bobes J, Casas M, Gutiérrez M, editores. Manual
de Evaluación y Tratamiento de Drogodependencias. Barcelona:
La gama de servicios disponibles en los programas Psiquiatría Editores; 2003. p. 115-27.
de hospitalización incluye de forma habitual la desin- Monasor R, Jiménez M, Rubio G, Ponce G, Jiménez-Arriero
toxicación, la evaluación y tratamiento de los trastornos MA. Reducción de daño. En: García E, Mendieta S, Cervera
médicos generales y psiquiátricos, la psicoeducación y G, Femández JR, coordinadores. Manual SET de Alcoholismo.
la elaboración de un plan de asistencia posterior al alta Madrid: Panamericana; 2003. p. 511-28.
que incluya estrategias para la prevención de recaídas y, Miller WR, Hester RK. Matching problems drinkers with op-
tima! treaonents. En: Miller WR, Heather N, editors. Treating
cuando sea apropiado, para la rehabilitación. Los con- addictive behaviors: Processes of Change. New York: Plenwn
textos cerrados hospitalarios podrían ser necesarios para Press; 1986. p. 17 5-204.
el tratamiento de pacientes con trastornos psiquiátricos Marlatt GA. Relapse prevention. En: Marlatt GA, Gordon
asociados cuyo estado clínico requeriría habitualmente J, editors. Relapse prevention: Maintenance strategies in Treat-
ment of Addictive Behaviors. N ew Cork: Guildford; 198 5.
la asistencia en una unidad de este tipo (por ejemplo, p. 3-70.
clínica psicótica, riesgo autolítico, alteraciones graves Bobes J, Casas M, Gutiérrez M, editores. Manual de Evaluación
de conducta, auto o heteroagresividad). Así mismo, con y Tratamiento de Drogodependencias. Barcelona: Psiquiatría
pacientes con un mal control de los impulsos y con poca Editores; 2003.
Casas M, Collazos F, Ramos-Quiroga J, Roncero C. Psicofar- San Malina L. Consenso sobre patología dual. Sociedad Española
macología de las dependencias. Barcelona: Fundación Promedie; de Psiquiatría. Barcelona: Psiquiatría Editores; 2004.
2004. " Finney ]W, Hahn AC, Moss RH. The effectiveness of impatient
García Usieto E, Mendieta Caviedes S, Cervera Marúnez G, and outpatient treatment for alcohol abuse: The need to focus
Femández Hermida JR. Manual SET de Alcoholismo. Madrid: on mediators and moderators of setting effects. Addiction. 1996;
Médica Panamericana; 2003. 91: 1773-96.
Tratamiento psicológico
''
proceso de recaída. Estas consideraciones desmienten
el hecho de que las recaídas sean irracionales y estén
'i El abuso de drogas no está especialmente asociado
más allá del control del individuo37 •
a un determinado trastorno psiquiátrico, ni tampoco el
abuso de determinadas drogas está limitado a un diag- Las recaídas en el consumo de drogas no pueden
nóstico psiquiátrico específico. Aunque muchos de los entenderse sin una aproximación al concepto de craving.
cambios de conducta, humor y cognición observados son Los craving por el consumo tienden a ser automáticos
el resultado del abuso de drogas o alcohol, éstos se re- y llegan a ser «autónomos»; es decir, pueden continuar
suelven cuando los pacientes realizan un tratamiento de incluso aunque la persona intente suprimirlos38• Los
i: desintoxicación y permanecen libres de sustancias. Sin craving por el consumo son los factores más importantes
\ embargo, en algunos pacientes persisten signos y sín- de abandono terapéutico y resultan los causantes de las
l
tomas indicativos de un trastorno psiquiátrico asociado caídas en el consumo después de largos períodos de abs-
(p. ej., depresión) después de conseguir la abstinencia 34 • tinencia, sobre todo porque resurgen durante y después
Este hallazgo, acompañado de la observación de que del tratamiento 39 • En los últimos años ha aparecido un
muchos de los consumidores prefieren determinadas creciente interés en el estudio del craving. Las aportacio-
~ sustancias (estimulantes frente a depresores), sugiere nes de la psicología cognitiva han jugado cada vez más
que muchos individuos pueden intentar automedicarse un importante papel en la investigación y tratamiento de
1 un trastorno psiquiátrico concomitante con el consumo
de drogas o alcohol. En este contexto, los estudios
la adicción a drogas, enfatizando la necesidad de com-
prensión, regulación e interpretación del craving como
diagnósticos revelan índices diferenciales de trastornos parte de una aproximación estructurada del tratamiento.
concomitantes en el eje I entre subgrupos específicos Por otro lado, investigadores y clínicos han revisado
de consumidores de drogas. Los datos de estos estudios el condicionamiento clásico como un mecanismo que
deben ser considerados con precaución, porque existe puede estar sobre la base de la respuesta del consumidor
una gran variabilidad en la metodología utilizada para de drogas en la relación drogas-estímulos, o señales, en
establecer el diagnóstico, los criterios diagnósticos es- el ambiente. Los tratamientos con dependientes a drogas
pecíficos empleados y el momento temporal en el cual incluyen la intervención en procesos de condiciona-
se realiza el diagnóstico. Algunas de las recomendacio- miento para prevenir recaídas durante la recuperación.
nes sugeridas por grupos de expertos en el abordaje de Las terapias cognitivo-conductuales proporcionan a los
los pacientes que presentan patología dual incluye34 : pacientes estrategias cognitivas para manejar el craving
a) los pacientes con patología dual precisan un progra- y situaciones que induzcan al cravin(º.
ma especial que integre los elementos tanto del trata-
miento psiquiátrico como del de drogodependencias, FASES GENERALES EN EL ABORDAJE INDIVIDUAL
b) tratar de una forma adecuada las manifestaciones clí-
nicas que lo requieran, c) evaluar de forma cuidadosa el En la actualidad, tal y como hemos expuesto, existen
patrón de consumo de sustancias y observar al paciente tres grandes modelos terapéuticos que han revolucio-
sin consumo de sustancias psicoactivas para clarificar el nado el tratamiento psicológico de las adicciones, ya
origen y la evolución de los síntomas, y d) establecer un sean químicas o conductuales. El primero es el modelo
diagnóstico independiente de la adicción sólo cuando transteórico de cambio, el segundo es la entrevista moti-
los síntomas reaparezcan o persistan tras un período vacional, que ha supuesto un cambio en el análisis y
significativo de abstinencia. en el difícil abordaje de la motivación hacia y en el
Tabla 3. Fases del tratamiento
Aceptación y reconocimiento del trastorno adictivo ¡;;-~·:Vi~{~~~~~·.l';;:~..;.-:-;,c;~~
2 Incremento de la motivación hacia el tratamiento .. Análisis fu ncional de la conduda problema
.. Evaluación de la motivación , las aditudes y la conciencia de
3 Dejar de consumir y/o reduor el consumo
trastorno
4 Deshabituación psicológica .. Valoración de los estadios y procesos de cambio
.. Evaluación psicopatológica
5 Mejoría del estado de salud y reducción del daño
.. Elección del método de machmg hacia la desintoxicación
6 Entrenamiento en prevención de recaídas .. Psicoeducación sobre fases del t ratamiento y los mecan ismos
implicados en la desintoxicación
7 Identificación y diagnóstico de la comorbilidad asociada .. Evaluación sociofamiliar y laboral
8 Cambio y desarrollo de nuevos estilos de vida
·~-
9 A1uste y mejora en las áreas familiar, laboral, interpersonal .. Información sobre la desint oxicación: apoyo y previsión del pro-
y económica ceso farmacológico
.. Evaluación y manejo sobre síntomas de intoxicación y/o abs-
tinencia
tratamiento, reconsiderando la importancia del estilo .. Motivación y conciencia sobre las expectativas del proceso
.. Intervención en crisis
del terapeuta en el manejo con los pacientes, pasando
.. Apoyo familiar
del clásico estilo confrontacional hacia la apertura de .. Evaluación psicopatología asociada
otros estilos terapéuticos, como el empático 4 1 • El tercer
modelo es el de prevención de recaídas, con Alan Marlat
.. Evaluación psicopatológica tras la desintoxicación
y Gordon como los autores más representativos en
.. Valoración del proceso de cambio
la defensa del entrenamiento preventivo para reducir .. Prevención de recaídas
la probabilidad de recaídas. La aportación fundamental .. Programas específicos· fam ilia, HHSS, laboral, ansiedad, depre-
de estos modelos ha sido el alejamiento de los pacientes sión, et cétera
y sus terapeutas del «estado de indefensión» en el que
se han visto inmersos durante el proceso de recupera-
ción. El tratamiento de la adicción debe estar sujeto a imprescindible una adecuada evaluación del problema,
la previsión por parte del terapeuta de unos objetivos que sustentará y guiará los objetivos a seguir y en la
generales a conseguir y que citamos en la tabla 1. que se incluirán diversas técnicas de tratamiento en
diferentes momentos de la evolución (Tabla 2).
En el abordaje individual hay que diseñar un plan de
tratamiento específico para cada paciente, lo que hace Dado que el espectro de los trastornos adictivos
incluye alteraciones con diferentes niveles de gravedad
en todas la áreas de la vida de un individuo, y que en
muchos casos son de carácter crónico y/o recidivante,
Técnicas motivacionales y de conciencia del trastorno adic- los programas deben poder absorber a los pacientes que
tivo plantean alteraciones graves, así como a los que pre-
2 Técnicas autoobservacionales sentan menor afectación. En este sentido, y de acuerdo
3 Contratos de contingencia con las recomendaciones del APA42 , en el tratamiento
de los individuos con trastorno por consumo de sus-
4 Programas de actividades
tancias se pueden contemplar las siguientes fases: fase
5 Tareas para casa de evaluación, fase de tratamiento de la intoxicación y
6 Estrategias para afrontar las urgencias y manejo del deseo fase de desarrollo y aplicación de una estrategia global
de consumo de tratamiento. Estas fases del tratamiento' 1· 44 quedan
7 Estrategias para afrontar pensamientos distorsionadores reflejadas en la tabla 3.
8 Estrategias de rechazo de la conduda foco del problema
9 Técnicas de solución de problemas UN PROCEDIMIENTO PARA EL ABORDAJE:
1O Programas para el manejo de: ansiedad, depresión, HHSS, EL MODELO INTEGRADO DE TRATAMIENTO
diagnóstico dual, etcétera PSICOTERAPÉUTICO (MIP)
11 Terapias cognitivas
12 Terapias grupales
El modelo que se presenta en la figura 1 representa
para los autores un procedimiento sistematizado para el
13 Estrategias, técnicas y modelos de abordaje familiar
abordaje psicoterapéutico, tanto de las adicciones quími-
14 Estrategias, técnicas y aportaciones de otros enfoques teó- cas como comportamentales. Se sustenta en los grandes
ricos
modelos ya comentados, englobando sus contenidos y
ADMISIÓN
.___P_si_co_e_d_u_c_a_ci_ó_n_ __,~ ~'_ _in_fo_r_m_a_c_io_·n_ __.
Precontemplación
Generar
Evaluación
general
.....________,/L -
Motivación alternativas
~--
* Individual
*Familiar
* Sociolaboral Información
* Legal
Psicoeducación ~ Paciente
Familia
Recursos
Intervención
l
Contemplación
Evaluación Atribuciones
de estado TCS-TCA
* Intoxicación
~c_o_n_c_ie_n_c_ia_c_io_·n_~I
\·i lnformació~
L
¡ ~
Motivación
~------'
* Desintoxicación
* Deshabituación
Técnicas:
Acción Manejo del craving i--- cognitivas
Evaluación
y conductuales
psicopatológica
1 de recaídas Entrenamiento
en programas
Diagnóstico específicos
diferencial
~-M_a_nt_e_n_im_ie_n_t_º_~~
y técnicas grupo
*Trastorno
por dependencia
* Otros trastornos Prevención Gestión estilo Programa ambiental:
de recaídas de vida social, legal, laboral,
educativo, etcétera
estos estudios, la terapia de incentivos incrementó sig- reja: se entrena a familiares y amigos para que
nificativamente la abstinencia de la cocaína. promuevan actividades sociales reforzantes para el
Una versión particular del empleo de manejo de alcohólico. Por otro lado, la intoxicación conlleva
contingencias con politoxicómanos en programas de la pérdida de estos reforzadores.
metadona es el denominado Therapeutic Workplace. Este 3. Establecimiento de un «club social abstemio». El
programa utiliza el salario como reforzador contin- club ofrece actividades sociales a los pacientes.
gente a la abstinencia (de cocaína y heroína) y a otras Además, a las personas sin trabajo se les instruye
conductas ligadas a la participación en un módulo de en habilidades de búsqueda de empleo.
empleo (puntualidad, aprendizaje, productividad y otras 4. Actividades recreativas no relacionadas con el al-
«conductas profesionales»). El equipo de Kennet Silver- cohol.
man del Johns Hopkins University School of Medicine de 5. Entrenamiento para enfrentarse a las urgencias y
Baltimore ha llevado a cabo varios estudios en donde deseos de beber, y para resistir la presión social.
se ha aplicado esta estrategia, obteniendo excelentes
resultados (reducción del uso de drogas, retención, pun- En lo que se refiere a otras sustancias, así como en
tualidad, productividad y otras conductas profesionales) el tratamiento de la adicción a la heroína, existe todavía
que se mantuvieron a los tres años de seguimiento. una escasa evidencia empírica; en el caso de la cocaína,
el manejo de contingencias y, en particular, el programa
También se ha adaptado esta terapia a poblaciones
de reforzamiento comunitario más terapia de incen-
especiales (pacientes esquizofrénicos adictos a la cocaína
tivo (CRA + Vouchers) 6 se ha probado como un tipo de
y mujeres embarazadas) mostrando buenos resultados.
tratamiento muy efectivo. Integra la aproximación del
En definitiva, el manejo directo de contingencias es reforzamiento comunitario con un programa de manejo
una terapia de probada eficacia para reducir o eliminar de contingencias. Los componentes de la terapia son los
el consumo de drogas, sobre todo en combinación con siguientes: terapia de incentivo (vouchers), habilidades
tratamientos farmacológicos, mientras que la valoración de afrontamiento de consumo de drogas, cambios en el
de sus resultados en programas libres de drogas requiere estilo de vida, asesoramiento en las relaciones de pareja,
aún futuras investigaciones. consumo de otras drogas y abordaje de otros trastornos.
En los trabajos de Higgins y Silverman2, y Silverman 3 El subcomponente de la terapia de incentivo es un
se ofrecen excelentes revisiones acerca de los últimos procedimiento de manejo de contingencias mediante
avances de las técnicas de manejo de contingencias en el que se refuerza sistemáticamente la retención y la
el tratamiento de la adicción a diferentes sustancias. abstinencia. Los pacientes pueden ganar puntos o vales
(vouchers) a cambio de resultados negativos en los análisis
Aproximación de reforzamiento comunitario
de orina. Los vouchers son canjeados por determinados
(CRA)
reforzadores (acceso a bienes o servicios) que contribu-
La aproximac10n de reforzamiento comunitario yen a reforzar los objetivos del tratamiento. El proce-
(Community Reinforcement Approach) (CRA) 4 es un dimiento no sólo incluye recompensa por cada muestra
programa pionero en el tratamiento de alcohólicos negativa, sino que se contemplan incentivos mayores
severos mediante métodos operantes que tiene como por largos períodos de abstinencia continuada.
objetivo reducir el consumo de alcohol e incrementar Los resultados de los ensayos clínicos llevados a cabo
el comportamiento funcional. Aunque se trata de un fundamentalmente por el grupo del Profesor Higgins
procedimiento operante, la CRA cuenta con un formato en la Universidad de Vermont muestran que este
propio que lo diferencia de otras estrategias de manejo programa obtiene tasas de retención y de abstinencia
de contingencias, como las que se han comentado en significativamente superiores a los grupos comparativos.
el apartado anterior.
La CRA se aplica en grupo o individualmente tanto Terapia de exposición a pistas (CET)
con pacientes externos como hospitalizados. Posee un
La terapia de exposición a pistas o señales (Cue
fuerte soporte empírico en el tratamiento del alcoho-
Expusure Treatment) (CET) invoca el condicionamiento
lismo obtenido a través de investigaciones bien contro-
ladas' e incluye los siguientes componentes: respondiente para explicar el uso de drogas. Esto es,
estímulos originalmente neutrales que preceden dicha
l. Uso de disulfiram, facilitado por una persona cer- conducta pueden, después de repetidos apareamientos,
cana al paciente, junto con el empleo de técnicas llegar a ser capaces de provocar respuestas condiciona-
operantes para reforzar la adhesión. das de consumo de alcohol. Estas técnicas están orien-
2. Entrenamiento en habilidades de comunicación, tadas a reducir la reactividad a las señales (cue reactivity)
incluyendo terapia conductual familiar y de pa- mediante procedimientos de control estimular y de ex-
posición. La intervención consiste en la exposición re- que cuenta con gran arraigo, sobre todo en el trata-
petida a señales de preingestión de la droga en ausencia miento del alcoholismo. En la literatura anglosajona
de consumo de ésta (prevención de respuesta), con la se ha acuñado el término de Copinglsocial skills training
consiguiente extinción de las respuestas condicionadas. (CSSI) para referirse a este procedimiento. El plan-
Los estudios sobre los tratamientos que incorporan teamiento que subyace a esta estrategia terapéutica es
la metodología de la exposición a señales en alcoho- que el paciente carece de habilidades adecuadas para
lismo presentan resultados prometedores, pero aún son enfrentarse a situaciones sociales e interpersonales de
muy escasos. Sin embargo, esta estrategia ha tenido la vida cotidiana. Estas deficiencias pueden conllevar
mayor implantación en los problemas de adicción a la aparición de condiciones de estrés que dificulten un
los opiáceos y, aunque estos estudios muestran re- afrontamiento apropiado y eficaz para resistir la presión
sultados esperanzadores, aún existen bastantes dudas social para beber alcohol o usar otro tipo de drogas.
sobre los parámetros de la exposición que deberían El objetivo principal de este tipo de intervenciones
ser solventadas; por ejemplo: el tiempo de exposición es dotar al paciente de las suficientes habilidades de
en relación con la abstinencia y el uso de la droga, la afrontamiento y autocontrol para poder manejar las
duración y la frecuencia de las sesiones de exposición situaciones de riesgo producidas por los estimulas que
para asegurar la habituación y la extinción, la selección desencadenan el deseo intenso de beber.
de las señales estimulares o el método de presentación Los aspectos centrales de este procedimiento inclu-
de las mismas. yen: habilidades interpersonales, asertividad y expresión
Además, en muchos de estos trabajos se hace refe- de emociones, entrenamiento en solución de problemas,
rencia a la dificultad que supone un obstáculo im- afrontamiento de estados cognitivo-emocionales, afron-
portante: la generalización de los esúrnulos fuera del tamiento de eventos vitales estresantes y afrontamiento
marco del tratamiento. En este sentido, algunos auto- de situaciones de riesgo para el consumo7•
res proponen que la utilidad fundamental de la extin- La evidencia cienúfica de la eficacia de los com-
ción pasiva es la de permitir una realización más efec- ponentes terapéuticos esenciales del CSST es extensa.
tiva de las habilidades de afrontamiento, minadas en Varias revisiones y rnetaanálisis muestran que el entre-
ocasiones por la intensa reactividad (ansiedad) ante los namiento en habilidades es superior a otros tratamientos
esúrnulos relacionados con la droga. Así, la exposición o al no tratamiento, y que incrementa la eficacia de
pasiva constituiría la primera fase de la intervención, las intervenciones cuando forma parte de programas
la cual debería ser complementada por estrategias más amplios.
activas de intervención (exposición activa), por ejemplo, En los últimos años también han proliferado los tra-
entrenamiento en habilidades sociales o en habilidades bajos en los que se emplea alguna variante de la terapia
de afrontamiento. cognitivo-conductual junto con terapia farmacológica
(naltrexona o acamprosato). En la mayoría de los casos
TRATAMIENTOS COGNITIVO-CONDUCTUALES se encontró que la terapia combinada era superior a la
utilización aislada de uno de los componentes.
Los programas cognitivo-conductuales (Cogrzitive-
Behavioral Treatment) (CBI) se centran en el entrena- Prevención de recaídas (PR}
miento de determinadas habilidades para responder
de forma adecuada a los antecedentes y consecuentes El modelo de prevención de recaídas (PR) de Mar-
ambientales e individuales (cogniciones y emociones) latt y Gordon 8 se puede considerar como una especie
que mantienen la conducta de beber. Los déficit en ha- de ramificación particular de los programas cognitivo-
bilidades de afrontamiento y determinadas cogniciones conductuales que cuenta hoy en día con una eficacia
desadaptadas son considerados corno el mayor factor demostrada, por lo que puede ser catalogado corno un
de riesgo para el uso de drogas. Aquí se ha optado tratamiento de primera elección.
por distinguir tres modelos de intervención: el entre- La PR contiene tres elementos fundamentales:
namiento en habilidades sociales y de afrontamiento,
la prevención de recaídas (PR) y la terapia conductual 1. Estrategias de entrenamiento en habilidades, que
familiar y de pareja. incluyen tanto estrategias cognitivas corno conduc-
tuales para afrontar situaciones de riesgo: identifi-
cación de situaciones de alto riesgo, entrenamiento
Entrenamiento en habilidades sociales
en habilidades de afrontamiento, autorregistro y
y de afrontamiento
análisis funcional del uso de drogas, estrategias para
El entrenamiento en habilidades sociales es un pro- afrontar el craving y los pensamientos asociados al
cedimiento cognitivo-conductual de amplio espectro uso de sustancias, afrontamiento de las caídas o
'!\-:~~!/
..... ..
~~t
consumos aislados (lapses), asertividad, control de de riesgo y empleo de sesiones extra para el entrena-
estrés, habilidades de comunicación, habilidades miento en habilidades.
sociales generales y entrenamiento en solución de
problemas. Terapia conductual familiar y de pareja
2. Procedimientos de reestructuración cognitiva dise-
La terapia conductual familiar y de pareja se cen-
ñados para proporcionar al paciente pensamientos
tra en el entrenamiento en habilidades de comunicación
alternativos a los que le empujan a consumir, es-
y en el incremento de la tasa de reforzamiento positivo
trategias de imaginación para detectar situaciones
en las relaciones familiares. En realidad se trata de pro-
de riesgo y estrategias para afrontar el EVA (efecto
gramas multicomponentes que incluyen técnicas como
de violación de la abstinencia).
el análisis funcional, la identificación de relaciones con-
3. Estrategias de reequilibrio del estilo de vida (como flictivas que provocan la bebida, la asignación de tareas,
la relajación o el ejercicio físico) para incrementar el control estimular, el contrato conductual, el manejo
las actividades alternativas a la bebida. de contingencias o el entrenamiento en habilidades de
comunicación y de solución de problemas.
No obstante, aunque se trate de un procedimiento
de intervención originariamente bien estructurado, con Este procedimiento se ha empleado sobre todo en
fases y componentes bien diferenciados, en la mayoría de el tratamiento del alcoholismo, y la mayoría de los es-
los estudios no se ha aplicado de forma sistemática, sino tudios han encontrado resultados positivos, mostrando
que se ha utilizado como un método general de afronta- que las técnicas orientadas a mejorar las relaciones
miento de las recaídas en el consumo de drogas. Además, familiares de los pacientes pueden ser un componente
en muchos casos es difícil apreciar las diferencias entre crítico de los programas de tratamiento para el alco-
los componentes de un programa de entrenamiento en holismo. Las distintas investigaciones de los equipos
habilidades de los de un programa de PR. de McCrady y de O'Farrell han marcado la pauta en
este sentido 10 •
Salvando estos inconvenientes, en la actualidad, se
dispone de suficiente evidencia empírica que certifica
la eficacia de la PR en el tratamiento del alcoholismo, CONCLUSIONES
en comparación con el no tratamiento, con el control
placebo, con el consejo médico tradicional o con estra- Existe un importante soporte científico que avala la
tegias de autocontrol. Así mismo, varios estudios meta- eficacia de determinadas técnicas psicológicas en el tra-
analíticos sitúan la PR como tratamiento de elección tamiento de las conductas adictivas. La terapia de con-
para el alcoholismo, y algunos muestran que la PR es ducta (incluyendo la formulación cognitivo-conductual)
más eficaz en el tratamiento de la adicción al alcohol cuenta con tratamientos empíricamente validados que
en comparación con otras sustancias. se consideran estrategias esenciales para el tratamiento
efectivo de la drogadicción (Nacional lnstitute on Drug
En el caso de la heroína, existe una evidente es- Abuse, 1999). Las técnicas operantes (manejo de con-
casez de trabajos bien controlados y una dispersión tingencias), de condicionamiento clásico (exposición) y
y heterogeneidad de los componentes empleados. Sin las técnicas cognitivo-conductuales (entrenamiento en
embargo, en lo que se refiere a la cocaína, la terapia habilidades) y las distintas combinaciones entre ellas
cognitivo-conductual de habilidades de afrontamiento se muestran como los componentes críticos de estos
(CBT), basada en la PR, cuenta con un fuerte apoyo programas.
empírico, destacando los trabajos llevados a cabo en la
Por otra parte, las técnicas conductuales muestran
Substance Abuse Treatment Unit de la Universidad de Yale.
mejores resultados cuando no son utilizadas de forma
Se trata de un programa de corta duración que tiene
aislada, sino dentro de programas multimodales o
dos componentes fundamentales: el análisis funcional
multicomponentes más amplios. Se asume que ambos
y el entrenamiento en habilidades.
enfoques funcionan a través de mecanismos diferentes
Los parámetros de la CBT están perfectamente y que afectan también a aspectos distintos (aunque muy
delimitados, y, de acuerdo con los autores, los in- relacionados entre sí) del problema.
gredientes activos característicos de la CBT son los
Las futuras líneas de investigación han de ir diri-
siguientes 9 : análisis funcional del abuso de la droga,
gidas a resolver algunas deficiencias que mejoren los
entrenamiento en el reconocimiento y afrontamiento
resultados a largo plazo de los programas 11• Entre estas
del craving, solución de problemas, afrontamiento de
cuestiones destacamos las siguientes:
emergencias, habilidades de afrontamiento, examen
de los procesos cognitivos relacionados con el consu- - La investigación del efecto diferencial de las técnicas
mo, identificación y afrontamiento de las situaciones y, sobre todo, de las diferentes combinaciones particu-
lares o secuencias concretas de los componentes, que ventions. Washington, DC: American Psychological Association; ·
1999.
optimicen los resultados con pacientes específicos.
Silverman K. Exploring the limits and utiliry of operant condi-
La descripción y delimitación de la estructura y los tioning in the treatment of drug addiction. Behav Anal. 2004;
parárpetros del tratamiento de algunos de estos pro- 27 :209-30.
gramas, que asegurasen la máxima eficacia y eficiencia Hunt GM, Azrin NH. A communiry-reinforcement approach
to alcoholism. Behav Res Ther. l 973; 1 l :9 l -104.
de las intervenciones.
Miller WR, Meyers RJ, Hiller-Sturmhófel S. The Community-
- La comprobación empíricamente de la validez de Reinforcement Approach. Alcohol Res Health. 1999;23 :1 16-9.
determinadas terapias en el tratamiento de la adic- Budney AJ, Higgins STA Community Reinforcement Approach:
ción a algunas drogas (por ejemplo, CRA y PR en Treating Cocaine Addiction. Rockville, MD: Nacional Institute
la adicción a la heroína, o manejo de contingencias on Drug Abuse; 1998.
y exposición a pistas en la adicción al alcohol). Monti PM, Rohsenow DR, Colby SM, Abrams DB. Coping
and social skills training. In: Hester RK, Miller WR, editors.
La identificación de la combinación idónea entre Handbook of alcoholism rreannent approaches. Effective a!terna-
las características de los pacientes y los factores del tives. Necdham Heights, Massachusetts: Allyn & Bacon; 1995.
tratamiento que incrementen la eficacia de los pro- p. 221-41.
gramas. Marlatt GA, Gordon JR. Relapse prevention. Maintenance
strategies in the treatrnent of addictive behaviors. New York:
- Por último, la realización de estudios que avalen The Guilfod Press; 1985.
la validez externa de algunas de estas estrategias Carro!! K!vl. A Cognitive- Behavioral Approach: Treating Co-
mediante su aplicación en contextos clínicos comu- caine Addiction. Rockville, MD: Nacional lnstirute on Drug
nitarios. Abuse; 1998.
"' O ' Farrel TJ. Marital and family therapy. In: Hester RK, Miller
\-\'R, editors. Hanbook of alcoholism treatment approaches.
BIBLIOGRAFÍA Effective alternatives. Needham H eights, MS: Allyn & Bacon;
1995. p. 195-220.
Nacional lnstirute on Drug Abuse. Principies of drug addiction 11 Secades Villa R, Fernández Hermida JR. Guia de tratamientos
tream1em. \Vashington: U S Deparm1ent of Health and Human eficaces para la drogadicción: alcohol, cocaína y heroína. En:
Services; 1999. Pérez i\11, Fernández JR, Fernández C, Amigo 1, editores. Guía
Higgins ST, Silverman K. Motivating behavior change among de tratamientos psicológicos eficaces l. Madrid: Pirámide; 2003.
illicit-drug abusers: Research on contingenc:y management in ter- p. 107-39.
Entre las múltiples estrategias de intervención que tratamiento. Desde esta perspectiva, las intervenciones
se utilizan en los programas de tratamiento de las psicoeducativas cruzan transversalmente las problemá-
conductas adictivas, es frecuente encontrar actividades ticas adictivas, pudiendo ser parte tanto de estrategias
psicoeducativas. Un primer punto de discusión al ini- preventivas como terapéu ticas. Esta nueva relación
ciar el desarrollo temático de este capítulo, resulta del de las intei-.;enciones psicoeducativas con las estrategias
concepto de ti-atamiento psicoeducativo. ¿Es adecuado preventivas nos refuerzan el concepto de intervención
considerar la existencia de un tratamiento psicoeduca- temprana o de intervención integrada a otras acciones
tivo?, ¿o más bien debemos hablar de -Tnú:rvenciones terapéuticas. En relación con este primer punto de
psicoeducativas como parte de un cúmulo de acciones discusión, podemos concluir que las internenciones psi-
terapéuticas que conforman una de las tantas modali- coeducativas esencialmente contribuyen a:
dades de tratamiento para las personas con conductas
adictivas? La respuesta a esta interrogante se hace evi- • Prevenir los consumos problemáticos y/o las con-
dente a partir de la propia experi encia clínica, donde ductas adictivas (intervenciones psicoeducativas pre-
las intervenciones psicoterapéuticas se han validado ventivas).
sólidamente en las denominadas inten;enciones hreves1 • Trasformar los consumos problemáticos en consumos
para los consumos problemáticos de sustancias lega les responsa bles o con menos riesgos (intervenciones
(tabaco y alcohol). Estas intervenciones breves (brief psicoeducativas breves).
intei-ventions), al ser esencialmente planteadas para su • Educar al paciente y a su familia respecto de las ca-
aplicación en consumidores problemáticos de sustancias racterísticas de la enfermedad, las etapas y procesos
(abusadores), llevan implícitas en su definición la idea de cambio en el tratamiento, prevención de recaídas
de intei-ve11ció11 psicoedurntiva, y no necesariamente la de y estrategias de autocuidado en salud física y mental,
entre otras (intervenciones psicoeducativas como tabaquismo o de enfermedades de transmisión sexual,
parte .de un tratamiento). por desconsideración de esta variable.
• Psicoeducación motivacional: la intervención psicoedu-
La psicoeducación se puede comprender como la ca tiva puede orientarse a que la compresión y la
educación de las personas con determinados problemas conciencia individual y familiar del problema sirva
y dificultades de salud mental en temas que contribuyen de soporte motivacional para los procesos de cambio.
a su recuperación y que les permiten conocer mejor
las características de las dificultades que las aquejan.
Para Freire 2, la educación consiste principalmente MODALIDADES DE PSICOEDUCACIÓN
en «Una práctica de la libertad. Es una inserción critica
del hombre en el proceso histórico, de una acción-reflexión, La psicoeducación se puede realizar a través de se-
en donde las personas hacen y rehacen (transformando) el siones individuales con el paciente, con el paciente y
mundo». Considerando esta definición de la educación su familia, sólo con la familia, en grupos de pacientes
como una práctica liberadora a través de la toma de o en grupos de familias.
conciencia, la psicoeducación adquiere un rol esen- Si bien las modalidades individuales permiten pro-
cial en el manejo de las conductas adictivas, como un fundizar más en algunos temas y aclarar dudas especí-
instrumento esclarecedor y motivador de cambio. El ficas, las modalidades grupales tienen algunos benefi-
proceso de toma de conciencia al cual debe aspirar la cios importantes:
intervención psicoeducativa va mucho más allá de la
entrega de información. La información por sí sola no - El trabajo grupal permite que los integrantes com-
lleva al cambio de conductas, como nos demuestra día partan experiencias comunes, aprendiendo así de las
a día la numerosa población de fumadores y bebedores vivencias de los otros.
que, aun conociendo los problemas derivados de las - Las experiencias compartidas permiten que disminuya
conductas adictivas, continúan su hábito. La psicoedu- la culpa y la vergüenza asociadas al consumo de
cación implica el despliegue y el involucramiento a sustancias, o a tener un hijo/hija consumidor/a. Esto
fondo de la propia persona, con sus vulnerabilidades, facilita la expresión de los problemas existentes y su
capacidades y potencialidades. El acto psicoeducativo, posterior elaboración en un contexto terapéutico.
como intervención, se convierte de este modo no sólo - El trabajo grupal facilita la adquisición de una iden-
en un momento de información recibida o en una tidad individual y colectiva, forjando un sentido de
intervención participativa de buenas intenciones, sino pertenencia y soporte afectivo.
en un encuentro desnudo y clarificador entre el <<SÍ
mismo» y los «otroS>>. A pesar de que las intervenciones psicoeducativas
se han desarrollado ampliamente a nivel individual,
Las intervenciones psicoeducativas en el paciente grupal y familiar, hemos querido dedicar una parte
con problemas de conductas adictivas, de acuerdo con significativa de este capítulo a dialogar sobre la expe-
las características del programa y con los intereses y riencia familiar.
necesidades del individuo y su familia, pueden orientarse
Las intervenciones psicoeducativas familiares se
a conseguir una serie de propósitos, tales como:
construyen a partir de la definición de un individuo
• Comprensión del problema y del proceso terapéutico: múl- que forma parte de un sistema familiar, donde se man-
tiples estudios demuestran 3 que existe una estrecha tienen relaciones de interdependencia entre sus miem-
relación entre la comprensión del proceso terapéutico bros. Incorporar la visión familiar en el tratamiento no
(sentido, metodología y normas) y la adherencia de implica definirla como causante, sino que busca poder
los individuos al tratamiento. identificar las dinámicas familiares que han permitido
• Psicoeducación en salud: la psicoeducación puede buscar la incorporación y mantención de la conducta adictiva.
evitar el agravamiento de las dificultades biopsico- Un fenómeno que ejemplifica la necesidad de incor-
sociales del paciente y mejorar su condición general porar la perspectiva familiar es la descripción habitual
de salud. La preocupación y el conocimiento de las del ambiente familiar de un paciente adicto, frecuente-
conductas de riesgo, el autocuidado de la corporali- mente mediado por una comunicación confusa e indi-
dad y las acciones sanitarias preventivas (salud bucal, recta, cargada de expresiones emocionales, actino out
control ginecológico, sexualidad responsable, etc.) y silencios. Las frases , los comentarios y los problemas
deben ser metas esenciales de cualquier intervención tienden a ser de otros, siendo la exclusión un invitado
psicoeducativa. No debiera ocurrir que personas que permanente que permite vivir «como si» la pieza de
realicen procesos de rehabilitación exitosos para dejar alojados estuviera ocupada, facilitando un discurso ca-
el alcohol mueran posteriormente por problemas de rente de intimidad, vitalidad y automatizado. En este
. ' ~,,;-.
literal escenario, las interacciones se van redescribiendo mas, el cambio en su dinámica requerirá una interven-
en libretos que buscan un aliviador final feliz. Así, ne- ción específica de terapia familiar. Por esto mismo, estas
cesariamente, la intervención psicoeducativa familiar intervenciones psicoeducativas pueden ser complemen-
debe trasformarse en una información clarificadora tadas con otras intervenciones terapéuticas, tales como
que sirva de espejo para dar la bienvenida a la realidad terapia individual, de pareja o de familia.
individual y familiar. Algunas revisiones de intervenciones psicoeducativas
Según el clásico modelo conceptual sistémico de familiares en esquizofrenia y otras enfermedades men-
Stanton4, la conducta adictiva forma parte del patrón tales crónicas nos muestran que las familias expresan
familiar de funcionamiento, con mecanismos de retroali- tres tipos de necesidades6 que hay que acoger:
mentación que se activan para mantener la homeostasis l. Información: los familiares requieren información
familiar. De acuerdo con las observaciones de este tanto de la enfermedad mental y su manejo, como
autor, en la medida que la conducta adictiva del hijo del programa de atención y la manera de acceder
mejora, los padres empiezan a separarse amenazando a recursos comunitarios de ayuda. En la medida
el equilibrio del sistema; mientras que, según dicha que los familiares van acercándose a la enfermedad
conducta empeora, los padres vuelcan su atención hacia se hace necesaria la entrega de información más
el hijo problemático, aliviando la tensión entre ellos y detallada y específica.
conservando el equilibrio familiar. Según Stanton, la
2. Herramientas de comunicación y resolución de problemas:
génesis del uso de drogas estaría en parte relacionada
los trastornos psiquiátricos afectan al clima familiar,
con un intenso miedo a la separación de la familia. Ante
pues muchas veces generan temores y conflictos.
esto el consumo de drogas en el joven que se emancipa
Por esto, las familias requieren recibir herramien-
ofrecería una forma ficticia de resolver este conflicto, ya
tas para mejorar la comunicación, comprensión,
que aparentemente atiende a sus necesidades de indivi-
negociación y enfrentamiento de problemas, espe-
duación, pero al mismo tiempo mantiene la dependencia
cialmente en aquellas familias con alta expresividad
emocional de su familia (pseudoindividuación). Otro
emocional. Generar conversaciones constructivas
discurso de este mismo fenómeno lo constituyen las
para abordar temas conflictivos o tensiones y ayudar
denominadas dinámicas de codependencia, las que gene-
a los miembros de la familia a adquirir herramientas
ralmente desempeñan aquellos miembros de la familia
nuevas en un ambiente protegido, son necesidades
afectivamente más cercanos al drogodependiente. En
habituales.
los casos anteriormente citados, la intervención familiar
educativa se hace vital para comprender las dinámicas 3. Apoyo: los familiares requieren apoyo, por lo que
involucradas en la conducta adictiva y, a partir de este una buena relación con el equipo de salud será
proceso de reconocimiento de las relaciones familiares, importante para lograr confianza y para potenciar
buscar los caminos y las ayudas necesarias para apoyar las etapas del cambio. También es necesario ayudar
efectivamente al individuo en la superación de su pro- a la familia a manejar la relación con el entorno
blema adictivo. social y la estigmatización presente en estas enfer-
medades.
La psicoeducación familiar como estrategia de inter-
vención en los trastornos psiquiátricos comenzó a ser Estas necesidades más generales son coincidentes
incorporada fuertemente ai tratamiento en la década con aquellas observadas habitualmente en la clínica,
de los setenta. Al inicio el trabajo se centró en los entre las cuales se encuentran:
pacientes con diagnóstico de esquizofrenia y sus fami- l. Recibir orientación sobre qué problemas y/o sín-
lias, observándose claramente beneficios en el manejo tomas son de la enfermedad adictiva y cuáles de
de los factores que precipitaban las recaídas'. A partir otro origen. Son habituales las dudas sobre aspec-
de estas primeras experiencias exitosas, se comenzó a tos hereditarios, causas, efectos, consecuencias y
implementar programas psicoeducativos familiares en el comorbilidades. La familia necesita clarificar qué
tratamiento de pacientes con enfermedades psiquiátricas aspectos de las conductas del individuo son del
crónicas. Diversos estudios a lo largo de los años han proceso adictivo y por lo tanto irán pasando, y qué
dado cuenta de la efectividad de esta estrategia de in- conductas tienen que ver con aspectos estructura-
tervención en áreas significativas del tratamiento, como les que necesitarán un terapia más profunda y en
son: prevención y reducción de recaídas, cuidados de ocasiones no se modificarán.
salud general, adherencia y autoeficacia. 2. Recibir orientación sobre cómo ayudar al familiar
Las intervenciones psicoeducativas familiares buscan enfermo y qué cambiar. ¿Quién debe cambiar y
mejorar el funcionamiento familiar, sin dejar de consi- qué? Frente a la intersubjetividad de las relaciones,
derar que en sistemas familiares más rígidos o enfer- la construcción de vínculos de codependencia, la
gran cantidad de información que ofrecen los me- del hábitat o del lugar de trabajo. El GMF es un grupo
dios de comunicación y los miedos habituales a una abierto, no excluyente, integrado a lo sumo por doce
temática desconocida, la familia necesita permanen- familias que viven en la misma comunidad, las cuales
temente recibir intervenciones psicoeducativas que se reúnen una hora y media a la semana, con objeto de
le aporten información clarificadora, herramientas discutir sus · dificultades, problemas y vías de solución,
y apoyo. así corno para compartir las experiencias agradables que
3. ¿Dónde encontrar apoyo emocional para la familia les depara el proceso de busca de la abstinencia. Entre
ante la situación de desgaste psicológico y ante la sus particularidades, el GMF se caracteriza por ser una
permanencia prolongada en el tratamiento? La in- intervención económica, ya que es realizada en .forma
tervención psicoeducativa debe informar y clarificar extrahospitalaria (comunitaria) y abarca un gran número
qué hacer y dónde acudir, cuando la psicoeducación de familias, generando respuestas rápidas a las necesi-
es sobrepasada por la complejidad del problema o dades de orientación, ayuda y tratamiento. Un terna
~
el desgaste del sistema. particular a considerar en los GMF es la activa presencia
' 4. Definir qué miembros de la familia extendida de- de voluntarios o técnicos sociosanitarios (TSS), quienes
' coordinan el quehacer de los grupos dirigidos por pro-
f ben compartir el problema. Incorporar a familiares
>
cercanos en este proceso puede facilitar o complicar fesionales o estudiantes supervisados. Estos voluntarios
el logro de metas terapéuticas, dependiendo de su altamente motivados, sin ser profesionales ni expertos en
compromiso, del tipo de relación que establezcan psicoterapia, se van capacitando para implementar inter-
y del grado de psicoeducación que tengan o logren venciones comunitarias psicoeducativas. A través de esta
desarrollar. amplia participación de voluntarios se busca potenciar
la intervención psicoeducativa preventiva y terapéutica,
5. ¿Qué hacer y cuál es la red de apoyo a utilizar ante
entregándoles a las propias familias y su comunidad
recaídas? La psicoeducación familiar debe entregar
parte de la responsabilidad en la salud mental.
herramientas para prevenir recaídas y enfrentarlas
adecuadamente en caso de ocurrir. La prevención En el diseño de cualquier intervención psicoeduca-
de recaídas es una estrategia psicoeducativa que tiva es esencial considerar las características del o los
debe estar permanentemente trabajándose con la participantes, adaptando el material a entregar y los
familia en el proceso de rehabilitación. temas a discutir a las necesidades o inquietudes propias
de la etapa del ciclo vital individual o familiar. Una
La intervención psicoeducativa familiar puede con-
dificultad habitual a considerar en la elección del tipo
templar una amplia variabilidad en el formato de sus
de psicoeducación a implementar es el nivel intelectual
acciones, considerando los diferentes niveles adictivos,
y el grado de preparación educacional del individuo.
los modelos conceptuales y las posibilidades que ofrez-
Si las diferencias intelectuales o educacionales son
can los sistemas sanitarios. Una intervención familiar
muy heterogéneas, es necesario pensar en modalidades
psicoeducativa estructurada como parte de un proceso
individuales o grupales diferenciadas. Si bien se debe
terapéutico requiere acompañar permanentemente a la
contar con un material preparado para las actividades
familia con información, herramientas y apoyo. Este
psicoeducativas, será necesario adaptar las sesiones y
acompañamiento psicoeducativo en el tiempo, busca
los contenidos a las características del grupo, usando
informar secuencialmente de todos aquellos ternas que
un lenguaje claro y acorde a la situación, alejado de
forman parte de las etapas del ciclo de cambio. Hay
preciosismos técnicos.
momentos para entender la enfermedad adictiva y mo-
mentos para abordar la reinserción en el medio familiar Es recomendable diseñar reuniones de 60 a 90 minu-
y laboral. En cada proceso psicoeducativo familiar se tos, incorporando dinámicas participativas que permitan
debieran definir aquellos ternas que son imprescindi- un clima de encuentro y crecimiento más allá de la
bles de abordar, definiendo sus objetivos, contenidos y educación, considerando la necesidad de apoyo de los
actividades. participantes.
Independientemente de las diferentes posibilidades Finalmente, la psicoeducación emerge como una
de trabajar psicoeducativarnente con la familia, una de herramienta aplicable a distintos contextos, desde la pre-
las modalidades más exitosamente utilizadas en los pro- vención hasta el tratamiento, desde la comunidad hasta
cesos terapéuticos son las intervenciones multifamilia- el espacio terapéutico profesionalizado, cuyos beneficios
res. Un tipo particular de intervención multifamiliar de pueden observarse tanto en la motivación y adherencia
gran crecimiento en Chile y Sudamérica son los grupos al tratamiento corno en el proceso de cambio indivi-
multifamiliares 7 (GMF) de inserción comunitaria, los dual y familiar. La psicoeducación se estructura sobre
que incorporan en la psicoeducación figuras de rele- la base de objetivos acotados y específicos, y debe ser
vancia del entorno corno parientes, amigos y vecinos practicada por recursos humanos competentes, pero no
necesariamente altamente especializados. De esta forma, In: The Cochrane Library, Issue 4, 2004. Oxford: Update
esta modalidad de intervención permite una utilización Software.
Freire P. Pedagogía del Oprimido. México: Siglo Veintiuno
razonable de recursos para la realidad de muchos países
Editores; 1996.
iberoamericanos, actuando preventivamente en la gran Kalawski J. Adherencia a tratamiento en drogodependientes.
base de la pirámide y haciéndose parte de la multipli- Tesina para optar al grado de Master en Drogodependencias.
cidad de intervenciones terapéuticas requeridas en los Universidad de Barcelona, España; 2004.
casos complejos. Stanton MD, Todd TC, et al. Terapia familiar del abuso y adicción
a las drogas. Buenos Aires: Ed Gedisa; 1988.
Dixon L, Adams C, Lucksted A. Update on family psychoeduca-
BIBLIOGRAFÍA tion for schizophrenia. Schizophrenia Bulletin. 2000;26(1):5-20.
Op cit.
Kaner E, Campbell C, Pienaar ED, Heather N, Schlesinger Troncoso M. Abordaje Multifamiliar en las dependencias (GMF).
C, Saunders ]. Brief intervenrions for excessive drinkers in Registro de propiedad intelectual 112.835. Santiago de Chile;
primary care health settings (Protocol for a Cochrane Review). 2002.
Grupos de autoayuda
Terapia
Alcohol Diacepam 30-80 mg/día No hay farmacos recomendados Naltrexona
Cloracepato dipotásico 15-200 mg/día para ninguna sustancia Acamprosat o
Loracepam 3-15 mg/día lnterdictores IRSR
Clometiazol 1344-2680 mg/día Tiapride (?)
Tiapride 600-1200 mg/día
Opiáceos Agonistas opiáceos, metadona, buprenoriina, En la práctica TMN dosis adecuada
dextroproproxifeno, codeína, clonidina Naltrexona
Desintoxicaciones ultrarrápidas - Antidepresivos
- Bzd (pocas sernanas)
Nicotina TSN (parches, chicles, inhalador bucal, aerosol En estudio No tratamiento definitivo
nasal, comprimidos de ch upar) - Antispsicóticos
buprop1on
Cocaína No siempre es necesario Bdz, antidepresivos - Eutimizantes No tratamiento eficaz
ant1psicót1cos En estudio:
- Antidepresivos ant1ps1cóticos
- Eut imizantes
i Tratamiento psicológico
unificar las políticas de lucha contra la drogadicción por el momento ha sido objeto de escasa importancia
desde un punto de vista más asistencial y basado en la en el campo de las adicciones.
evidencia. En este sentido, el tratamiento integrado de
La terapia atencional tiene come objetivo diana
los trastornos adictivos debe atenerse, en lo posible,
posibilitar al paciente la consecución de una posición
a la combinación de aquellas terapéuticas, médicas y
de distanciamiento frente a los contenidos cognitivos
psicológicas, con evidencia científica demostrada.
existentes en su mente, durante el episodio de craving,
Aunque son pocos los estudios realizados al efecto, para posteriormente poderlos manejar. Se trataría, por
existen algunos textos orientativos, como la Guía Clí- tanto, de la adquisición por parte del paciente de la
nica de la Asociación Americana de Psiquiatría 4, así como habilidad para adoptar y mantener una postura inter-
estudios aislados donde se valora la eficacia de la com- nalizada de observador ante los eventos cognitivos que
binación de determinados fármacos con psicoterapias actúan como factores antecedentes desencadenantes del
específicas para el tratamiento de distintas sustancias deseo hacia la droga.
adictivas 5 •
Igualmente conocemos que cualquier proceso de TRATAMIENTO INTEGRADO
tratamiento para los trastornos adictivos no sigue una EN DIFERENTES CONTEXTOS TERAPÉUTICOS
línea recta, sino una especie de bucles que llevan a
etapas anteriores del momento evolutivo o estadio en
El abordaje terapéutico de las adicciones se produce
el que se encuentre el paciente.
en diferentes contextos: ambulatorio, hospitalario y
Es por ello que las estrategias terapéuticas aquí de- residencial. La decisión del contexto terapéutico del
talladas se atienen por un lado a la evidencia científica paciente va a depender de factores como: la gravedad
(tratamientos eficaces o probablemente eficaces), tanto de los episodios de intoxicación y/o abstinencia, la co-
médica como psicológicamente6· 10 , y, por otro, a las morbilidad psiquiátrica, las complicaciones médicas, la
conclusiones que se desprenden de la experiencia clínica afectación del funcionamiento psicológico, primer epi-
de los autores. sodio de tratamiento, recaída o fracaso de tratamientos
No abundaremos en las diferentes propuestas te- previos, las condiciones sociofamiliares favorecedoras o
rapéuticas, ya que habrán sido detalladas en secciones no de su recuperación y su aceptación o resistencia a
anteriores de este tratado. N o obstante, sí queremos tratamiento. Por lo general, se recomienda que el trata-
hacer una breve mención a la terapia atencional, ya que miento se proporcione en el contexto menos restrictivo
Tratamiento psicológico i
en el que se garantice un resultado eficaz y seguro. Facilitar el control sobre la bebida con naltrexona
Tradicionalmente, en función del contexto en que se y acamprosato.
producía el tratamiento, había un mayor énfasis de un Identificación de sintomatología depresiva y
tipo de abordaje en detrimento o incluso supresión de ansiedad y la prescripción de psicofármacos
completa del otro. Así, en régimen hospitalario básica- específicos.
mente el abordaje era farmacológico, descuidando en
el mejor de los casos la utilización conjunta de técnicas Como resumen podríamos concluir que para pro-
porcionar un cuidado clínico óptimo, tanto los psiquia-
motivacionales que se tradujeran en unos objetivos
realistas tras el alta que avanzarán más allá de la fase tras y médicos como los psicólogos deben evitar el
reduccionismo biológico o psicosocial. El mejor plan
de desintoxicación. Por el contrario, en el tratamiento
terapéutico a menudo incluye la combinación tanto de
residencial el peso giraba fundamentalmente en torno
medicación como de psicoterapia. La forma de propor-
a las técnicas psicoterapéuticas.
cionar este tratamiento no es excluyente; dependerá del
Partimos de la premisa de la inclusión en todo plan modelo de atención al que pertenezca el profesional
terapéutico de los trastornos adictivos tanto del abordaje y del propio profesional. El modelo de atención a los
farmacológico como del psicoterapéutico. trastornos adictivos en nuestro país parte del modelo
1. Tratamiento ambulatorio. Parece que el tratamiento biopsicosocial, y los equipos de conductas adictivas son
integrado se produce con mayor fluidez en este multidisciplinares, lo cual deja abierta la posibilidad de
contexto. Por lo general, cuando se establece el plan aplicar el modelo de uno o de dos profesionales. Cree-
terapéutico del paciente, con los diferentes objetivos mos que serán las características del caso concreto las
diana o en los diferentes estadios se incluyen ambos que marcarán la elección de uno u otro modelo.
tratamientos en mayor o menor intensidad, lo que a
veces no ocurre es la revisión de la asignación inicial BIBLIOGRAFÍA
del tipo de tratamiento encronizando al paciente
Puche E, Sancho F, Blasco ], García-Usieto E. Tratamiento
por la falta de uno u otro componente. integrado del Trastorno Límite de la Personalidad En: Tras-
2. Tratamiento hospitalario. Las estancias suelen ser torno Límite de la Personalidad paradigma de la complejidad
psiquiátrica. Editorial Médica Panamericana (en prensa).
breves, normalmente inferiores a un mes, con el
Ziedonis O, Krejci J, Atdjian S. Tratamiento integrado de las
objetivo o bien de desintoxicaciones parciales o de adicciones al alcohol, tabaco y otras sustancias. En: Kay ], editor.
contribuir a su estabilización clínica. Reconociendo Tratamiento integrado de los trastornos psiquiátricos. Barcelona:
la importancia del abordaje farmacológico en este Ars Médica; 2002.
contexto, y de la situación clínica del paciente, www.nida.nih.gov/PODAT/ PODATindex.htm. Principies of
drug addicction treatment: A research based guided. Reprinted
planteamos la posibilidad de no perder la oportu-
July 2000.
nidad de que el mismo profesional contribuya a un American Psychiatric Association. Guía clínica para el trata-
abordaje integrado con diferentes actuaciones: miento de los trastornos por consumo de sustancias. Alcohol,
cocaína y opáceos. Barcelona: Ars Médica; 2001. Traducción al
- Tecnicas motivacionales que faciliten la cumpli- castellano de la Practice Guideline for the treatment of patients
mentación farmacológica y la finalización de este with substance use disorders. Washington: American Psychiatric
tratamiento. Association; 1999.
Kay J. Tratamiento integrado de los trastornos psiquiátricos.
Psi coeducación. Barcelona: Ars Médica; 2002.
- Ajuste de las expectativas con unas metas y obje- Labrador J, Echeburúa E, Becona E. Guía para la elección
tivos realistas que contribuyan a un mayor incre- de tratamientos psicológicos efectivos. Madrid: Ed. Dykinson;
2000.
mento del nivel de conciencia de enfermedad y
Nathan P, Gorman J, Salkind N . Tratamiento de trastornos men-
que vayan más allá de la fase de desintoxicación. tales: una guía de tratamientos que funcionan. Madrid: Alianza;
2002. Traducción al castellano de Treatting Mental Disorders: a
3. Régimen residencial; indudablemente, en este con- guide to what works. Oxford: Oxford University Press; 1999.
texto el pilar fundamental ha sido y continúa SEPYS. Sociedad Española para el avance de la Psicología Clí-
siendo el abordaje psicoterapéutico; en ocasiones nica y de la Salud. La eficacia de los tratamientos psicológicos.
la derivación de los pacientes a un recurso de estas Infocop. 2002;17:25-30.
características es conseguir avanzar en su proceso Secades R, Femández-Hermida]. Guia de tratamientos eficaces
para la drogadicción: alcohol, cocaína y heroína. En: Pérez M,
psicoterapéutico de forma más reglada o estructu- Fernández R, Fernández C , Amigó !, coordinadores. Guía de
rada. No obstante, la utilización de la farmacote- tratamientos psicológicos eficaces l. Adultos. Madrid: Pirámide;
rapia es esencial para: 2003; p. 107-39.
IO
Consenso de la Sociedad Española de Psiquiatría sobre diagnós-
- Facilitar la abstinencia en medio no protegido con tico y tratamiento del alcoholismo y otras adicciones. Euromedice
la utilización de interdictores o naltrexona. Ediciones Médicas, 2003 .
Comunidades terapéuticas
Las comunidades terapéuticas (CT) son recursos de la introspección. Así mismo, se va a ver implicado
especializados de rehabilitación de drogodependientes progresivamente en un régimen de responsabilidades
en régimen residencial que nacen como una alternativa crecientes que le permiten retomar actividades y roles
a los tratamientos convencionales. abandonados, disfrutando simultáneamente de la re-
En la segunda mitad de la década de los setenta, cuperación de su autoestima. El objetivo principal del
cuando las drogas ilegales emergieron en la realidad tratamiento va, por tanto, más allá del logro y man-
social española desbordando las estructuras sanitarias tenimiento de la abstinencia y se propone lograr una
clásicas, comenzaron a aparecer centros de interna- escalada de cambios sucesivos hacia estilos de enfrentar
]. Solé Puig
Fumar preparaciones cannábicas (porros) es una groso: ambos consumos están contraindicados desde la
fuente potencial de problemas 1• 3• De ellos, los más perspectiva de la salud pública. Esperemos que jamás se
importantes en clínica son la adicción+.; - fumar un industrialice la producción y distribución de preparacio-
número de porros (por ejemplo, 1O o más) cada día nes cannábicas para que no se reedite con el cannabis el
durante meses (por ejemplo, 6 o más)- en presencia o grave fracaso sanitario que ha supuesto la producción
ausencia de otros consumos de tóxicos, y la exacerba- masiva de preparaciones tabáquicas, los cigarrillos, en
ción de esquizofrenia1. La coincidencia de uso de can- el siglo precedente y todavía hoy.
nabis y trastorno psicótico es un importante ejemplo Se propone seguidamente el tratamiento específico
de comorbilidad psiquiátrica y diagnóstico dual4• Es del abuso y dependencia de cannabis. Es un desarrollo
irrelevante que todavía se minimicen los riesgos por de una propuesta ya publicada en diferentes etapas de
consumo de cannabis: hace pocas décadas sucedió lo elaboración4· 7-s. Presupone los conocimientos bioquími-
mismo con el tabaco, pero la opinión pública ha tenido cosª que están en la base de la psicofannacología y tam-
que reconocer por fin lo deletéreo de su consuma6. bién los necesarios conocimientos de la psicoterapia 9 ,
Hasta el punto de que actualmente la nicotinodepen- cada vez más presente en psiquiatría. Dentro de la psi-
dencia haya pasado a estar en el primer plano de la coterapia, la cognitivo-conductual se viene considerando
adicción en términos poüticos y de opinión pública, de elección9 • En la pasada década se añadió la terapia de
del mismo modo que la heroinodependencia lo fue incremento motivacional9 • En el campo del tratamiento
'.1 en los años ochenta; el alcoholismo ha seguido siendo del uso de cannabis no ha aparecido, hasta ahora, ningún
también protagonista desde los primeros tiempos de la tratamiento empíricamente validado, pero está claro que
adictología4. De la experiencia histórica con el tabaco si se quiere ofrecer un tratamiento eficiente, no sólo
deberíamos aprender a no repetir los mismos errores en patología dual, sino en el ámbito psiquiátrico, hay
y convencernos de que fumar porros puede ser peli- que prestar farmacoterapia junto a psicoterapia\ y ésta
debe incluir los elementos cognitivo, conductual, moti- En la tabla 2 se completa el gu10n educacional
vacional e interpersonal9 • La idea es, en suma, alcanzar básico con puntos clave, como son las preocupantes
la doble integración terapéutica: integrar medicación y conclusiones de los últimos estudios epidemiológicos y
actitud de consejo médico o psicoterapia por un lado, el cannabis como factor de riesgo para la psicosis.
y por otro integrar las psicoterapias principales desde
el punto de vista clínico-académico, esto es, según una '
, Tabla 2
perspectiva de eclecticismo técnico y/o de integración
Más datos para la psicoeducación
teórica4 .
- masividad del consumo,
- inicio en la adolescencia.
USO DE CANNABIS Y CONSECUENCIAS: - tolerancia social,
ELEMENTOS DE PSICOEDUCACIÓN - dosis crecientes de THC en las plantas y preparaciones
- y baja percepción individual de riesgo;
- también se minimizó el tabaco ..
La principal motivación para abandonar el consu-
El riesgo principal es psiquiátrico
mo de sustancias es interrumpir la exposición a la noxa
- el principal riesgo médico es psicosis y esquizofrenia para-
y sus consecuencias y trastornos asociados, y liberarse noide;
de la dependencia cuando además de abuso, es decir, - en presencia de vulnerabilidad personal o fami liar hay riesgo
consumo perjudicial, hay adicción. En aras de dicha de que se precipite o exacerbe psicosis e incluso esquizofrenia .
motivación, todo tratamiento debe incluir psicoeduca-
ción2 para que el paciente adquiera o recupere la per-
cepción de riesgo mediante información veraz, es decir, TRATAR TRASTORNOS INDUCIDOS
la emanada de la literatura científica. Con la tabla 1 se POR CANNAB/S NO ES TRATAR EL USO
propone un guión educacional básico para el tema de
las consecuencias del consumo de cannabis. El trastorno por dependencia y el de abuso con-
figuran, según la clasificación psiquiátrica americana
(DSM-IV) imperante, los trastornos por uso de sustan-
Tabla 1 cias en sentido estricto. Otros importantes trastornos
-intoxicación, de/in'um, psicosis cannábica con delirio
El cannabis no es letal
o con alucinaciones, ansiedad por cannabis y trastornos
- no suele precisarse desintoxicación,
- no se inyecta, relacionados con cannabis no especificados- configuran
- no hay sobredosis letales, los trastornos inducidos por cannabis. Al respecto, ante
- y hay, relativamente, menor microcriminalidad. el cannabis no hay que ser terapéuticamente inter-
Pero puede ser nocivo vencionista de primera intención, pues los trastornos
- con consecuencias de tipo agudo, como la intoxicación, inducidos tienden a autolirnitarse. Es útil tranquilizar
- consecuencias de tipo subagudo, como ansiedad verbalmente al afectado e incluso prescribir benzodia-
- y consecuencias de tipo crónico, como la adicción. cepinas, a pesar del conocido riesgo adictivo y de que
Consecuencias de tipo agudo supongan un fácil refugio que aleje de afrontar los
- problemas de memoria a corto plazo, por ejemplo, y tam- propios problemas 4 • 1· 8 •
bién El abordaje terapéutico de la dependencia y abuso
- problemas de atención y capacidad de juicio,
- problemas de coordinación y equilibrio, de cannabis constituye el tratamiento de cesación can-
- menor capacidad de reacción , nábica, similar a la tabáquica, pero de rasgos propios: es
- ansiedad, pánico, depresión. psicosis, el tratamiento específico desarrollado en este capítulo,
- aumento de la frecuencia cardíaca, apenas visible en la literatura 4 • En cambio, los trastornos
- y otros.
inducidos por cannabis suelen recibir un tratamiento
Consecuencias de tipo subagudo que no es específico sino genérico, común a la medi-
- es decir, persistentes y que van más allá de la intoxicación, cina psiquiátrica, y. que es de fácil acceso en la litera-
- aunque quizá no permanentes,
tura científica disponible 10 • Por ejemplo, los síntomas
- problemas de memoria, por ejemplo,
- y menor capacidad de aprendizaje. ansiosos inducidos por cannabis se pueden tratar con
ansiolíticos 1º; los síntomas del estado de ánimo indu-
Consecuenoas de tipo crónico
cidos por cannabis, con antidepresivos, estabilizadores
- es decir, a largo plazo,
- y de efecto acumulativo potencialmente permanente,
del humor, litio y otros agentes antimaníacos, corno los
- dependencia, por ejemplo, y también antipsicóticos, y los síntomas psicóticos inducidos por
- tos, bronquitis, enfisema, cannabis se pueden tratar también con neurolépticos.
- cáncer de pulmón La distinción, desde hace tiempo consolidada, entre
- y otros.
trastornos inducidos y trastornos por uso -abuso o
consumo perjudicial y dependencia o adicción-, puede Tabla 4
esquematizarse como sigue:
Cesación de fumar cannabis: fases
- 1. • fase de desintoxicación: consejo médico, tranq uilización
Tabla 3 verbal y posible uso de bupropión u otros antidepresivos e
incluso de benzodiacepinas;
Existen dos objetivos terapéuticos - 2.• fase de deshabituación: terapia individual, gru pal, familiar.
- 1. º Se distingue por un lado el tratamiento de trastornos
Objetivos de la cesación
inducidos, es decir, la intoxicación, la ansiedad y la psicosis
inducidas por el consumo de cannabis, y - aument ar la conciencia de problema,
- 2.º el tratamiento de lo5 trastornos por uso o consumo - desactivar prejuicios y falsas creencias,
propiamente dichos, es decir, el abuso (consumo perjudicial). y - generar expectativas de futuro,
la dependencia: ambos requieren, específicamente, la t erapia - apoyar la motivación por la abstinencia,
de cesación de fumar cannabis. - favorecer habilidades sociales
- y prevenir las recaídas.
Tratamiento de los trastornos inducidos
- 1.• opción: no intervenir
- 2.• opción : tranquilización verbal
- opciones médicas: tranquilizar con benzodiacepinas, valorando pia sustancia (refuerzo primario), la influencia de los
el riesgo adictivo y el riesgo de que sirvan como refugio para compañeros (refuerzo secundario), y en las coartadas
no afrontar problemas; motivacionales y cognitivas del consumo de psicotropos
- o la indicación de ant1psicóticos para sintomatologia que así
(por ejemplo, la individuación adolescente, la distorsión
lo requiera.
atributiva o la negación/minimización)4· 7•8 • Las inter-
venciones terapéuticas han de ser de tipo educativo, de
TRATAMIENTO PARA CESAR DE FUMAR estilo firme pero flexible (semidirectivo), y de alcance
CANNABIS preventivo.
Esquemáticamente suele diferenciarse entre la fase
Lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de desintoxicación, en los primeros días e incluso se-
de expectativas del consumidor ante dicho uso, con-
manas, y la de deshabituación o de mantenimiento, que
dicionadas por el ambiente en que se contextualiza.
dura meses. En la primera se empieza por tranquilizar y
En relación a ello debe recordarse que el cannabis está
dar ánimo al paciente anticipándole síntomas previsibles
sujeto a prohibición legal, es decir, que se persigue su
(deseo/ansia por consumir o craving, por ejemplo). Si
tenencia, producción y distribución. Al mismo tiempo,
procede, el médico indicará antidepresivos: inhibidores
hay gran tolerancia social ante el consumo de cannabis,
selectivos de la recaptación de la serotonina, bupropión
que se considera droga blanda, y hay contextos legales
como en tabaquismo y, en general, los de última ge-
en que se permite la posesión de cantidades módicas
neración por su buen perfil de tolerabilidad. Pueden
para consumo propio. Por tanto, el cannabis, tercera
indicarse benzodiacepinas con la usual cautela. Durante
droga más consumida del mundo tras el tabaco y el
la fase de mantener la deshabituación, que dura meses,
alcohol, se acerca a las pautas de consumo masivo de
lo ideal es que el paciente reciba la mejor psicoterapia
ambos. Un tercer aspecto a tener en cuenta es que quien
individual o grupal posible, con objetivos claros y téc-
consume cannabis puede hacerlo por la sustancia en sí, y
nicas adecuadas 9 •
al mismo tiempo aprovechar su efecto depresor central
para neutralizar la toma previa de psicoestimulantes
(cocaína, éxtasis, anfetaminas) o bien para alargar el CÓMO LOGRAR LA CESACIÓN
DE FUMAR CANNABIS
efecto de la heroína. El efecto embriagante y a veces
psicotomimético del cannabis puede ser deseable -no El tratamiento del uso de cannabis, es decir, de su
sólo hay interacciones farmacológicas no deseables, sino abuso y dependencia, requiere conocimientos y habili-
que están también también las deseadas-, por ejemplo, dades que deben incluir, como mínimo, lo seguidamente
también para alguien con abuso o dependencia de al- esquematizado:
cohol que pretenda «colocarse» más.
El tratamiento de cesación de fumar preparados Tabla 5
cannábicos debería indicarse especialmente en pacien-
Terapia y cannabis
tes con diagnóstico dual4, en los que al mismo tiempo
- El t erapeuta ha de emplear un estilo semidirectivo: firmeza
coexiste el abuso/dependencia de cannabis y trastornos y flexibilidad.
mentales, como esquizofrenia. Esta grave enfermedad - Rigor técnico: informar sin pat ernalismo. .
se considera el principal riesgo para la salud atribuible - Ni poner el grito en el cielo, ni exhibir demagogia.
al consumo de cannabis. Haya o no comorbilidad, la - El auxilio sanitario incluye abogar por los límites.
- El paciente ha de sentirse protagonista de su motivación.
dificultad de abstenerse de la droga reside en la pro-
Tabla 5 (continuación) colectivamente los problemas de cada miembro. Actual-
mente se considera4 que en cuidados de salud mental
El terapeuta ha de saber
es básico ofrecer tanto terapia/counseling individual
- que fumar cannabis permite ir a la contra, cosa que tiene
que ver con la necesidad de individuación del adolescente y
como actividades supraindividuales, como terapia de
del adulto joven; y grupo y psicoeducación. Lo único requerido es que
- que entonces la transgresión y su refuerzo positivo resulta n el responsable de su conducción sea un profesional
un obstáculo motivacional a considerar. con habilidades y conocimientos suficientes, capaz de
La terapia ha de ayudar resolver los obstáculos que puedan surgir.
- a reducir sentimientos extremos como la grandiosidad y el
sentimiento de inferioridad,
- aceptar los términos medios, el día a día,
PAPEL DE LOS FAMILIARES
- a ser realista con las propias capacidades y limitaciones,
- a me1orar la tolerancia a la frustración,
- a reconocer y tolerar los propios sentimientos, Tabla 7 _,
- aprender a manejarlos de forma matizada, Cesación de fumar cannabis: intervención familiar
- aumentar el control de necesidades con componente im-
- existe demanda de información por parte de los progenitores
pulsivo,
a la que se debe responde r con asesoramiento dirigido a
- aumentar la percepción realista de los demás,
- contextualizar y desdramatizar,
- a diferenciarse de las necesidades de los demás,
- analizar cambios de conducta,
- a mejorar en la vinculación y la proximidad con los demás, y
- y orientar el caso;
- a ser capaz de estar solo.
- no caer en actitudes detectivescas ni en exceso de 1nforma-
oón y
- dar opción a sucesivas intervenciones.
El objetivo general4 • 9 es aumentar la conciencia del
problema, desactivar prejuicios y falsas creencias, y ge-
Dada la edad predominantemente juvenil de los
nerar expectativas de futuro. Tecnicas disponibles son el
counseling o consejo sanitario (psicoterapia en sesiones de afectados, ha de haber intervención terapéutica en las
treinta minutos, por ejemplo), la entrevista motivacional familias, que además son las que pueden generar la
demanda. Siempre se asesorará contextualizando, no
(al modo de la utilizada para tratar el alcoholismo en
atención primaria), el aprendizaje de destrezas sociales, dramatizando. Es útil incidir en los cambios de conducta
la prevención de recaídas, y el contrato de contingencias observados e inútil fomentar las actitudes detectivescas
de padres escudriñando las pertenencias del hijo en
(incentivar o desincentivar según resultados y tras un
compromiso adquirido). busca de la droga. El terapeuta ha de medir el caudal
de información para dar opción a escuchar, orientar y
a sucesivas intervenciones dentro de una continuidad;
Tabla 6 en una primera entrevista no puede solucionarse todo.
Cesación de fumar cannabis: terapia grupal Quienes fuman 6 , sean dependientes de nicotina o de
- tiene la ventaja de que rentabiliza las intervenciones, cannabinoides, deberían hallar interlocutores sanitarios
- permite contraponer el grupo terapéutico pro salud al grupo capaces de informar con rigor técnico sobre los riesgos
de proveniencia pro consumo, y de ambos consumos para la salud. No se trata, por su-
- promueve la experiencia supraindiv1dual.
puesto, de que el terapeuta muestre actitudes del tipo
poner el grito en cielo, pero tampoco de que exhiba
Todo lo anteriormente expuesto, derivado del abor- actitudes demagógicamente liberales, más propias de la
daje terapéutico individual, vale también para la terapia especulación que del auxilio sanitario.
de grupo. La ventaja obvia es que ésta rentabiliza las El papel de la familia es importante en terapia de
intervenciones profesionales. En el terreno del consumo adolescentes y a veces también en adultos, pero no
de sustancias, con una marcada dimensión social y de debiera ser determinante. Al igual que en cesación del
grupos de pertenencia, otra ventaja estriba en que el tabaco, cada afectado ha de sentirse protagonista único
grupo terapéutico se contrapone al grupo consumidor. de su motivación de abstenerse de fumar porros. El
Hasta hace algún tiempo, el inconveniente principal consumidor adolescente suele tener la ventaja de que
era que los consumidores de cannabis no demandaban nadie más en casa fuma cigarrillos de cannabis, cosa
terapia de cesación, al modo en que hace anos eran que no es así para los cigarrillos de tabaco. Por tanto,
pocos los tabaquistas en busca de tratamiento. Otros el adolescente fumador de porros suele librarse del
inconvenientes aducidos fueron la interacción no siem- modelado negativo parental directo (padres que fuman
pre fácil entre adultos de diferentes edades - hasta los 17 tabaco), que sí influye claramente en el adolescente
anos de edad, los adolescentes han de recibir atención fumador de cigarrillos. En el caso del cannabis hay, si
diferenciada de los adultos- y la dificultad de conjugar los padres fuman tabaco, modelado parental negativo
indirecto: se imita la forma de autoadministración del positivos se ha preconizado el empleo de urinálisis
psicotropo, o sea fumar. Que sea cannabis y no tabaco lo capaces de diferenciar entre cannabinoides de distinta
que se fume le permite al adolescente entrar en contraste cinética4 · 8 . En la práctica no es imprescindible. Basta
con los padres, enfrentarse a ellos para diferenciarse y con que el terapeuta no pierda de vista algo consus-
sentirse más él mismo. La connotación provocadora tancial al saber médico: que la clínica prevalece sobre
de consumir algo ilícito se adecua perfectamente a el laboratorio. Está bien que los análisis de orina den
este propósito individualizador, bien establecido en negativo, por supuesto, pero lo importante es que el
psicología juvenil. Este refuerzo positivo que emana del terapeuta sepa valorar lo que dice y hace el paciente a
halo transgresor es uno de los principales o bstáculos lo largo del tiempo y administrar los refuerzos positivos
motivacionales en terapia de cesación con adolescentes y negativos -los surgidos de la relación terapéutica y
y adultos jóvenes4 9 • los provenientes del curso de los acontecimientos- con
el mayor sentido de oportunidad y proporcionalidad
CONTROLAR LA SOBRIEDAD que le sea posible.
BIBLIOGRAFÍA
Tabla 8
Cesación de fumar cannabis: controles de orina van den Bree MB, Pickworth WB. Risk factors predicting
- Atención: los cannabinoides pueden persistir semanas; no hay changes in marijuana involvement in teenagers. Arch Gen Psy-
por qué ¡uzgar un consumo remoto. chiatry. 2005 Mar;62(3 ):3 l l -9.
- Recordar que la clínica prevalece sobre el laboratorio . Leweke FM, Gerth CW, Klosterkotter J . Cannabis-associated
- Valorar lo que dice y hace el paciente en el tiempo, y que psychosis: current status of research. CNS Drugs. 2004; 18( l 3):
se sepa administrar el reconocimiento y el reproche con el 895-9 10. Revisión.
mayor sentido de la oportunidad y proporción . !versen L. Cannabis and the brain. Brain. 2003 Jun;l26(Pt 6):
12 52 -70. Revisión.
Solé Puig J, Ramos Atance JA, editors. Cannabinoides: aspec-
Eventualmente, una tecnología a ofertar en terapia tos psiquiátricos y bioquímicos. Barcelona: Ediciones Rol; 200 l.
de cesación cannábica es que los pacientes puedan p. 240.
disponer de controles de orina para detección de can- Bond L, Thomas L, Coffey C, Glover S, Butler H, Carlin JB,
nabinoides y de cuantas sustancias se haya acordado Partan G. Long-term impact of the Garehouse Project on
evitar. Con ello se pretende monitorizar la abstención cannabis use of 16-year-olds in Australia. J Sch Health. 2004
Jan;74(1):23-9.
del consumo de forma suficientemente objetiva. Es
Henry JA, Oldfield WL, Kan OM. Comparing cannabis with
básico no olvidar la posible persistencia de cannabino- tobacco. BJ\1]. 2003 May 3;326(7396):942-3.
luria durante semanas después de abstenerse de fumar Bobes J, Calafat A, editores. Monografía Cannabis. Adicciones
preparaciones cannábicas, en razón de la farmacociné- (Socidrogalcohol), vol. 12, supl. 2, 33O págs., 2000.
tica lenta de los cannabinoides8, es decir, de principios Ramos Atance JA, editor. Cannabis. Comunidad de Madrid:
activos como el tetrahidrocannabinol y el cannabidiol, Harcourt; l 999. 230 págs.
fundamentalmente. Desconocer este hecho podría lle- Solé Puig J. The European Launch of interpersonal psycho-
therapy in the Xth World Congress o f Psychiatry. Eur Psychiatry.
var a que algún paciente se sintiera injustamente re- l 997; 12:46-8.
prochado por asimilarse un consumo remoto al con- !O Budney AJ, Hughes JR, Moore BA, Vandrey R. Review of the
sumo actual o reciente que quebranta el compromiso validity and significance of cannabis withdrawal syndrome. Am
de abstinencia adquirido. Para obviar este tipo de falsos J Psychiatry. 2004Nov; l6l (l1): 1967-77. Revisión.
A lo largo del siglo xx se han desarrollado distintos b) La dependencia alcohólica no sólo comporta pro-
modelos de tratamiento del síndrome de dependencia blemas físicos, sino que tiene importantes repercu-
alcohólica. El modelo de intervención más prevalente siones en el ámbito psíquico individual, así como
en Europa es asimilable al denominado biopsicosociai, en el ámbito familiar y sociolaboral.
cuyas características son las siguientes 1 :
c) El abordaje terapéutico debe tomar en considera-
a) La dependencia alcohólica se define como enfer- ción no sólo al individuo, sino también la familia
medad crónica con tendencia a la recidiva. y su entorno sociolaboral más inmediato.
d) El proceso terapéutico es asumido por un equipo previniendo la aparición del síndrome de abstinencia».
multidisciplinario, que incluye médico, psicólogo, Suele ser la puerta de entrada al tratamiento para la
enfermero y trabajador social. mayoría de los pacientes. Menos del 10% de alcohóli-
e) La rehabilitación es un proceso de reaprendizaje cos presentan un síndrome de abstinencia grave, pero,
lento, en el que el retorno ocasional a las conductas a pesar de ello, la utilización de pautas preventivas del
anteriores (desde consumos ocasionales hasta recaí- síndrome de abstinencia hace más fácil la cesación del
das francas) no es excepcional, y debe entenderse consumo y facilita el establecimiento de una buena re-
como parte integrante del proceso de recuperación. lación terapéutica. Existe una clara tendencia a intentar
f) El proceso terapéutico lo realiza el paciente. Al tera- realizar la desintoxicación a nivel domiciliario, siempre y
peuta le corresponde una labor de acompañamiento cuando se den las circunstancias necesarias y el paciente
y asesoramiento, donde su misión principal ~onsiste no cumpla criterios de ingreso hospitalario (Tabla 1).
en ayudar al afectado a hacer un buen uso de sus Por regla general las pautas farmacológicas Je
propias capacidades en el proceso de rehabilitación. prevención del síndrome de abstinencia alcohólica se
realizan con fármacos que posean tolerancia cruzada con
En el abordaje del paciente alcohólico suele distin- el alcohol, básicamente el clormetiazol y las benzodia-
guirse entre desintoxicación, deshabituación y reinser- cepinas. En todos los casos se propugna la utilización
ción social, aunque existe una marcada tendencia a se- de pautas descendentes que permiten la supresión de
guir el modelo anglosajón, que engloba deshabituación la medicación en un plazo de unos l O días, dado el
y reinserción social bajo el término rehabilitación. potencial adictivo de estos fármacos, especialmente en
enfermos ya dependientes. Algunos autores1 han pre-
INTOXICACIÓN/DESINTOXICACIÓN conizado el uso de «dosis de carga» de diacepam. Esta
técnica consiste en la administración de 10-20 mg de
El tratamiento de la intoxicación eti1ica es sintomá- diacepam cada 2 horas al aparecer los primeros síntomas
tico y las intoxicaciones con alcoholemias inferiores a de abstinencia y hasta conseguir la sedación del paciente,
200 mg/100 ml no requieren ningún tipo de tratamiento, evitando ulteriores dosis, dado que, al tener el diacepam
salvo el reposo. Tampoéo se requieren medidas especia- una semivida larga, evita la reaparición de la clínica de
les en los casos de estupor de corta duración, siempre abstinencia. En la práctica este método es poco utilizado,
que se mantengan las constantes vitales. Cuando se evi- dado que el bienestar del paciente suele ser menor que
dencia riesgo de coma eólico, hay que derivar al paciente con las pautas descendentes antes citadas. Por regla ge-
a las urgencias del hospital general. El aporte de tiamina neral se recomienda el uso de BZD de semivida larga.
(100 mg) sirve como profilaxis de la encefalopaúa de En presencia de una hepatopaúa severa se recomienda
Wernicke, y la posterior administración de soluciones utilizar clormetiazol, loracepam u oxacepam. Aunque
glucosadas (20-40 ML al 50% de glucosa intravenosa) existen otros fármacos que han demostrado su eficacia
puede prevenir la aparición de hipoglucemia27 • Cuando en la prevención del síndrome de abstinencia (tiapride,
se sospeche el consumo de opiáceos o benzodiacepinas, carbarnacepina), su uso no es habitual. No se aconseja
se pueden utilizar naloxona o flumazenil respectiva- tampoco el uso del GHB (no comercializado en España)
mente. En caso de intoxicaciones patológicas, suelen dado su elevado potencial de abuso.
emplearse diacepam o neurolépticos para manejar la
agresividad y la agitación de los pacientes. REHABILITACIÓN
La desintoxicación suele definirse como el «conjunto
de medidas terapéuticas que tienen por objetivo facili- La rehabilitación puede ser definida como el proceso
tar la interrupción controlada del consumo de alcohol, en que el paciente aprende a vivir bien sin consumir
• El paciente acepta mantenerse abstinente mientras dure la desin- • Pacientes con una dependencia intensa o que consumen grandes
toxicación cantidades de alcohol a diario
• Presencia de un familiar responsable que administre la medicación • Patología psiquiátrica asociada o secundaria a alcoholismo
y evalúe SAA • Politoxicomanía
• Permanencia en el domicilio • Patología orgánica severa que suponga riesgo vita l en caso de
• Ausencia de criterios de ingreso hospitalario sintomatología de abstinencia
• Síndrome de abstinenoa presente en el momento de indicar la
desintoxicación
r
1
bebidas alcohólicas. En los últimos decenios se ha principal, cuando las diferencias frente a placebo sólo
pasado de poner el énfasis en la abstinencia, a ponerlo son esperables precisamente en aquellos pacientes que
en la calidad de vida, reconvirtiendo por tanto un rompan la abstinencia y, por tanto, experimenten la
discurso que era básicamente prohibicionista en un reacción aversiva frente al alcohol. En general, parece
planteamiento centrado en los beneficios que comporta demostrado que la eficacia de los fármacos aversivos
el tratamiento. mejora si se consigue aumentar la adhesión al tra-
En el curso de la rehabilitación el médico deberá tamiento con supervisión por parte de un familiar o
utilizar recursos farmacológicos y psicoterapéuticos, persona responsable o asociando el disulfiram a otros
así como instrumentos que permitan monitorizar la programas de tratamiento psicosocial. En España el
abstinencia o los consumos. Ese conjunto de recursos disulfiram suele utilizarse en dosis de 250 mg diarios
terapéuticos, que a continuación se analizan pormenori- en una sola toma y por espacio de 6-12 meses.
zadamente, sólo serán eficaces si se utilizan en el marco La naltrexona y el acamprosato suelen considerarse
de una relación terapéutica sólidamente construida. como fármacos que disminuyen el deseo de beber alco-
La relación terapéutica con el paciente alcohólico hol, aunque ambos tengan propiedades farmacológicas
debe construirse sobre la base de los principios mo- y mecanismos de acción diferentes. El acamprosato
tivacionales, que evitan la confrontación, buscando tiene una moderada acción gabaérgica y una acción
establecer una relación de colaboración. Desde esta antagonista sobre el sistema glutamatérgico, a las que
perspectiva el médico asume que la ambivalencia del se atribuye la acción terapéutica del fármaco . Estudios
paciente («quiero beber y quiero dejar de beber») controlados realizados con más de 3.000 alcohólicos
es consustancial a su condición de adicto. Por ello, en múltiples países europeos han mostrado diferencias
mediante técnicas de escucha reflexiva, el terapeuta significativas frente a placebo en la duración acumulada
promueve que el paciente explore en profundidad su de la abstinencia y en la duración de la remisión estable.
ambivalencia, ayudándole a elaborarla. En otras pala- El efecto de acamprosato es consistente en cuanto al
bras, evitando la confrontación externa el terapeuta mantenimiento de la abstinencia, pero no parece reducir
promueve la confrontación interna, que promueve un los consumos en aquellos pacientes que empiezan a
mayor grado de implicación personal y de motivación beber. Se recomienda su utilización durante unos seis
para el cambio. Como se ha citado anteriormente, en meses y a una dosis de 2 gramos diarios repartidos en 3
este marco el terapeuta utilizará diversos recursos far- tomas. La naltrexona es un antagonista opiáceo. La hi-
macológicos, psicoterapéuticos y de otra índole, que a pótesis más plausible sobre su acción es que, al bloquear
continuación se resumen. el sistema opioide endógeno, la naltrexona atenúa el
efecto reforzador positivo del alcohol, disminuyendo por
FARMACOTERAPIA tanto el ansia para ulteriores consumos. Como ocurre
con acamprosato, la efectividad es superior a placebo
Se han ensayado múltiples fármacos para el trata- y se relaciona con el cumplimiento terapéutico, de ahí
miento de la dependencia alcohólica. En la revisión la importancia de atender suficientemente este aspecto
sistemática realizada por Garbutt3, sólo acamprosato, en los programas de tratamiento. Se recomienda una
naltrexona, y en segundo término el disulfiram, mues- dosis de 50 mg diarios en una sola toma. Son escasos
tran evidencia consistente de eficacia, y son por tanto los trabajos que han evaluado la eficacia de ambos
los únicos fármacos que pueden utilizarse sensu stricto fármacos, aunque los resultados apuntan a una mayor
para tratar la dependencia alcohólica en la fase de eficacia de la naltrexona frente al acamprosatoi. Aunque
rehabilitación. existe poca evidencia científica, es práctica habitual
El disulfiram es el prototipo de los fármacos anti- la utilización combinada de estos fármacos. Algunos
dipsotrópicos o aversivos. Han sido los fármacos más estudios sugieren que la combinación de naltrexona y
usados en el tratamiento del alcoholismo y siguen acamprosato en dosis terapéuticas aumenta la efectividad
estando vigentes en la actualidad. Estos fármacos inter- del tratamiento. Asimismo, otro estudio sugiere que la
fieren el metabolismo del alcohol, inhiben la acción de adición de disulfiram al tratamiento con acamprosato
la aldehidodeshidrogenasa y provocan un incremento mejora sensiblemente los resultados terapéuticos.
de los niveles plasmáticos de acetaldehído, responsable Dada la elevada prevalencia de clínica depresiva
de la sintomatología aversiva. y/o ansiosa en los pacientes alcohólicos, es frecuente
Sorprendentemente el número de estudios que la utilización de fármacos antidepresivos. Los nume-
prueban su eficacia es escaso 4 y en muchos casos pre- rosos estudios realizados hasta la fecha no han podido
sentan problemas metodológicos relevantes. El principal mostrar de forma consistente un efecto directo de los
suele ser la definición de la abstinencia como variable antidepresivos sobre la dependencia y el consumo de
alcohol, aunque es aconsejable su utilización si la clí- inicial, un consejo breve, y algún tipo de seguimiento
nica depresiva se mantiene una vez el paciente se halle ulterior. Miller y Rollnick7 identificaron los compo-
abstinente un mínimo de 3-4 sernanas6 • Tampoco se ha nentes esenciales de las intervenciones breves, resu-
comprobado acción especifica de los estabilizadores del miéndolos bajo el acrónimo FRAMES (Feedback o
ánimo sobre la dependencia, que sin embargo pueden retroalimentación sobre la evaluación, Responsabilidad
estar indicados cuando existe una cornorbilidad con el del propio paciente, Advice o consejo, Menú de opciones
trastorno bipolar. que permita elegir al paciente, Empatia y Self-efficacy o
autoeficacia).
PSICOTERAPIA Corno señala Rodríguez Martos8 en una reciente
revisión, las intervenciones breves consiguen reduc-
Aunque la psicoterapia en un sentido estricto no ciones en torno del 2 5 % del consumo alcohólico,
sea necesaria en todos los enfermos alcohólicos, un permitiendo que alrededor del 45% de los bebedores
correcto abordaje psicoterapéutico que permita el es- excesivos reduzcan sus consumos por debajo de los
tablecimiento de una buena relación terapéutica será límites de riesgo.
indispensable para el éxito del tratamiento.
En el tratamiento del alcoholismo se han ensayado AUTOAYUDA EN ALCOHOLISMO
múltiples abordajes psicológicos. El Proyecto Match
obtuvo resultados parecidos, y en todos los casos muy Las asociaciones de autoayuda constituyen una de
buenos, usando tres tipos de abordajes psicoterapéuticos: las alternativas terapéuticas que se han desarrollado en
cognitivo-conductual, motivacional y orientado a los el mundo occidental. Aunque el modelo más popular
grupos de autoayuda. en medios anglosajones es Alcohólicos Anónimos, en la
Entre los modelos cognitivoconductuales, las técni- Europa vitivinícola se han desarrollado organizaciones
cas de prevención de recaídas desarrolladas por Marlatt de autoayuda que, a diferencia de los anteriores, se ha-
y Gordon han mostrado su eficacia. Una variante de llan coordinadas con los centros asistenciales. En Italia,
efectividad parecida la constituye la terapia conductual Croacia, Eslovenia, etc., suelen denominarse clubes de
de parejas. Es menor en cambio la evidencia sobre la alcohólicos, y tienen un fuerte componente comunitario,
efectividad de las terapias de familia de orientación mientras que en España, Portugal y Francia suelen
sistémica. En líneas generales, los estudios para evaluar ser asociaciones de alcohólicos rehabilitados, con una
la efectividad de los tratamientos psicológicos presentan menor vocación de implantación social y una mayor
problemas metodológicos importantes, especialmente si relación con los centros asistenciales. En todos los
se trata de tratamientos grupales. casos se trata de grupos de autoayuda con programas
de intervención centrados en la abstinencia absoluta,
INTERVENCIONES BREVES con un importante componente dogmático, inspirado
en buena medida por los denominados Doce pasos de
Durante años se ha concebido el alcoholismo en Alcohólicos Anónimos.
términos dicotómicos (se es o no se es alcohólico), A pesar de su popularidad, la evidencia científica
pero en las dos últimas décadas se ha consolidado la sobre la eficacia de los grupos de autoayuda es escasa,
idea de que los problemas generados por el alcohol y la mayoría de los estudios controlados adolecen de
deben entenderse corno un continuum. Fruto de esta importantes limitaciones rnetodológicas 9 •
concepción, apareció el interés por los bebedores de
riesgo, y la posibilidad de intervenir precozmente en ORGANIZACIÓN DE LOS DISPOSITIVOS
ellos mediante técnicas de consejo breve, a ser posible,
ASISTENCIALES
antes de que desarrollen patología severa.
Desde los trabajos pioneros de Wallace hasta la ac- La dependencia alcohólica puede manifestarse con
tualidad, se han realizado múltiples estudios controlados, formas e intensidades diversas, dando lugar, así mismo, a
que avalan la eficacia de las intervenciones breves en múltiples patologías, tanto orgánicas corno psiquiátricas.
bebedores de riesgo. Aunque las intervenciones breves Por dicho motivo, los dispositivos asistenciales deben
se han utilizado con éxito en diversos ámbitos (comu- organizarse teniendo en cuenta el amplio abanico de
nitario, medicina de empresa, urgencias médicas, etc.), posibilidades existente, y teniendo en cuenta que la
es en el campo de la atención primaria de salud donde coordinación entre dispositivos será un elemento crucial,
su utilización se ha sistematizado. dado que los pacientes, especialmente los más severos,
Las intervenciones breves son actuaciones limita- podrán ser asistidos a lo largo de su tratamiento en
das en el tiempo, que deben incluir una evaluación varios de dichos dispositivos.
El mayor énfasis debe ponerse sin ninguna duda en día insuficiente. Una alternativa a estos dispositivos la
la asistencia extrahospitalaria o ambulatoria. En este constituyen las comunidades terapéuticas.
sentido, existe un amplio consenso en considerar los También se han desarrollado diversos tipos de ins-
equipos de atención primaria de salud como el ámbito tituciones intermedias, cuyo uso no se ha generalizado,
más adecuado para la detección de los bebedores de pero de las cuales existen experiencias en múltiples
riesgo y su abordaje mediante técnicas de intervención regiones de España. Así, podemos citar los talleres
breve para la reducción de consumos. Lo mismo se terapéuticos, los pisos protegidos (versión hispana de
aplica, aunque el nivel de consenso sea aquí algo menor, las «half way houses» norteamericanas), hospitales de
en el caso de los pacientes con dependencia moderada día, etcétera.
o incipiente.
Aunque en los últimos decenios el progreso ha
Para la atención especializada de los alcohólicos, sido notable, es obvio que los recursos destinados por
en España se han desarrollado diversos modelos, que el sistema sanitario al tratamiento del alcoholismo son
pueden resumirse en dos: redes asistenciales integradas todavía escasos, existiendo, pues, una insuficiencia de
en los Centros de Salud Mental, y redes independien- recursos que, además, son difíciles de coordinar por sus
tes, que a su vez pueden estar integradas o no en los diversas dependencias institucionales y funcionales.
Centros de Atención Primaria de Salud. Sin ninguna
duda, cuanto más normalizada esté la atención al pa- BIBLIOGRAFÍA
ciente alcohólico, más se facilita su pronto acceso a
los dispositivos asistenciales, y más se contribuye a la G ua! A. 2002 Organización de la estrategia terapéutica. Modelos
desestigrnatización de la enfermedad. de intervención. Adicciones. 2002;14(supl 1):405-40.
Sellers EM, Naranjo CA, Harrison M, Devenyl P, Roach C,
A nivel de dispositivos hospitalarios podemos hablar Sykora K. Diacepam loading: simplified treatment of alcohol
básicamente de tres tipos de unidades: las unidades de withdrawal. Clin Phannacol Ther. 1983;34:822-6.
desintoxicación, las unidades de patología dual y las ' Garbutt JC, West SL, Carey T S, Lohr J(."I\¡, Crews FT. 1999
unidades de media-larga estancia. En las unidades de Pharmacological treatrnent of alcohol dependence: a review of
the evidence. JAA1A. 1999;281 :1318-25 .
desintoxicación se procede a ingresos de corta duración ' Hughes J C, Cook C H. The efficacy of disulfiram; a review of
(5-10 días) con el objetivo de facilitar la interrupción outcome studies. Addiction. 1997;92 :38 1-95.
del consumo y el inicio del proceso terapéutico. Este ' Rubio G ,Jiménez-Arriero MA, Ponce G, Palomo T. N altrexone
tipo de unidades suelen estar en hospitales generales, versus acamprosate: 1 year follow-up alcohol dependence treat-
donde se puede abordar tanto la patología psiquiátrica ment. Alcohol Alcohol. 200 1;36:419-25.
0 Schuckit MA, T ipp J E, Bucholz KK, N urnberger JI Jr, Hessel-
como la somática que el paciente pueda presentar. Las brock VM, Crowe RR, Kramer J. T he life-time rates of three
unidades de patología dual, de reciente creación, atien- majar mood disorders and four majar anxiety disorders in
den a pacientes alcohólicos que presenten comorbilidad, alcoholics and controls. Addiction. 1997;92: 1289-304.
habitualmente trastornos psicóticos. Finalmente, las Miller WR, Rollnick S. La entrevista motivacional. Barcelona:
unidades de media-larga estancia atienden a pacientes Paidós; 1999.
8 Rodríguez Martas A. Efectividad de las técnicas de consejo breve.
con déficit neuropsicológicos importantes y sin apoyo
Adicciones. 2 002; l 4(supl 1):33 7-52.
sociofamiliar. Estas unidades, al igual que las anterio- ' Kownacki RJ, Shadish WR. 1999 Does Alcoholics Anonymous
res, suelen estar ubicadas en centros psiquiátricos, y, work' The result from a meta-analysis of controlled experiments.
en España, el número de camas disponible es hoy en Substance Use & Misuse. 1999;39:1 897-9 16.
\ .. ·,.":',1'· ) . ]•
,. ,.·. 4 ..
.,
;~
:
..
'
;o,
•_. ' • ' .
una serie de posibilidades terapéuticas útiles en el tra- convertido, por detrás del cannabis y de la cocaína, en
tamiento del consumo y abuso de psicoestimulantes, así la sustancia ilegal más utilizada por los más jóvenes. Al
como los síntomas a los que primordialmente se dirigen igual que ocurría con las anfetaminas, prácticamente
y su mecanismo de acción 3 • no existen los consumidores puros de éxtasis, ya que el
Puesto que los aminoácidos tirosina y triptófano 98,7% también consumen alcohol, el 90,5 % tabaco, el
son los precursores de los neurotransmisores dopamina, 86,5% cannabis, el 60,2% cocaína, el 34,5 % anfetaminas
noradrenalina y serotonina, la combinación de esas sus- y el 23,4% alucinónegos. El número de personas en
tancias junto con antidepresivos como la desipramina tratamiento por uso-abuso de esta sustancia se ha ido
podría resultar efectiva. Cabe señalar que en España está incrementando a lo largo de los últimos años (226 en
prohibido el empleo terapéutico de triptófano. 1996 versus 33 5 en 2001), y lo mismo ha ocurrido con
los episodios de urgencias relacionados con su consumo
Si bien los tratamientos de sustitución son amplia-
(1,6% en 1996 frente a 5,2 % en 2001) 2 •
mente utilizados en otro tipo de dependencias, en el
caso de los estimulantes su utilización está únicamente
restringida a algunos centros y a algunos pacientes ASPECTOS CLÍNICOS
concretos. Así, existen estudios que señalan la eficacia
de la utilización de anfetaminas (metilfenidato) en de- La MDMA no puede considerarse una droga adic-
terminados pacientes que han venido consumiendo esta tógena en humanos, y no desencadena, al suprimir su
sustancia por vía oral durante largos períodos de tiempo administración, un síndrome de abstinencia típico, si
en una cantidad estable, que no presentan ninguna evi- bien en test de autoadministración en animales éstos
dencia de trastornos psicóticos y que no han logrado tienden a administrarse MDMA, lo que concuerda con
desintoxicarse utilizando otros medios 3· 4 • el uso recreativo de la droga en humanos.
Los resultados obtenidos de los estudios clínicos no
Intervenciones psicosocia/es permiten concluir que la MDMA tenga el patrón tipo
de las drogas dependígenas, ya que no existe en los
Hasta la fecha se ha sugerido la utilidad de un
consumidores ni dependencia física (síndrome de abs-
amplio número de intervenciones psicosociales en
tinencia) ni dependencia psicológica (deseo compulsivo
el tratamiento del uso-abuso de anfetaminas: terapia
de consumir la droga) .
conductual y cognitivoconductual, técnicas de preven-
ción de recaídas, entrevista motivacional, psicoterapia Existen datos que confirman la tolerancia farma-
psicodinámica, terapia de grupo, terapia familiar o de cológica en algunos consumidores, ya que necesitan
pareja, grupos de autoayuda, comunidades terapéuticas incrementar la dosis para conseguir los efectos subje-
o terapias complementarias, como la acupuntura, ho- tivos iniciales 5•
meopatía, etc. No obstante, la documentación científica
es muy escasa y prácticamente no existen trabajos me- TRATAMIENTO DEL USO Y ABUSO
todológicamente bien desarrollados en los que ponga
de manifiesto la utilidad de estas técnicas. Si escasa ha sido la investigación realizada en el
campo de las anfetaminas, más escasa aún ha sido la
ÉXTASIS: METILENDIOXIMETILANFETAMINA llevada a cabo en el terreno de las llamadas drogas de
(MOMA) síntesis, entre otros motivos por su reciente incorpora-
ción como objeto de consumo de masas. De nuevo un
La MDMA es una base sintética derivada de la abordaje comprehensivo sería, sin duda, la aproximación
feniletilamina y relacionada estructuralmente con la más adecuada.
sustancia estimulante anfetamina y la sustancia aluci-
nógena mescalina, compartiendo propiedades de ambos Tratamiento farmacológico
compuestos. En este apartado se pueden diferenciar dos aspectos,
por un lado el tratamiento de las reacciones agudas
EPIDEMIOLOGÍA consecuentes al consumo de ,1v1DMA, y, por otro, el
tratamiento del consumo crónico.
Durante la última década se ha asistido a un lento
pero progresivo incremento del consumo de éxtasis en Tratamiento de las reacc iones adversas
nuestro país, que llega a situarse en torno al 4,6% en
l. Reacciones adversas de tipo físico
el año 2003 en población de 15-64 años de edad (6,6%
de hombres y 2,5 % de mujeres), siendo la edad media En la mayoría de los casos se ha constatado una
de inicio del consumo de 20,3 años 1• El éxtasis se ha relación entre la aparición de reacciones adversas y
Intervenciones psicosociales europeo, en la puesta en marcha de una serie de me-
didas ambientales y educativas dirigidas a Ja reducción
A la hora de plantear la intervención no farmacoló- de daños 3• ;-6 •
gica del uso-abuso de MDNlA, resulta imprescindible
En la tabla 3, se resume una serie de medidas ge-
tener en cuenta las características de este tipo de con-
nerales de carácter preventivo, que afectan tanto a los
sumo en nuestro medio: policonsumo de fin de semana
locales donde se llevan a cabo eventos que pueden estar
con características de abuso, escasa repercusión en los
relacionados con el consumo de pastillas, como a los
centros de atención para drogodependientes y demanda
propios consumidores.
predominantemente de origen familiar en los recursos
especializados6 .
ALUCINÓGENOS
Las posibilidades de intervención psicológica serían
el resultado de complementar terapias de tipo cognitivo Bajo este epígrafe se incluye un grupo heterogéneo
con terapias comportamentales, y se centrarían en los de sustancias, de origen natural o sintético, capaces de
siguientes aspectos6 (Tabla 2). producir alteraciones de las funciones psíquicas básicas,
de la sensopercepción y de los procesos cognitivos. De
Programas de reducción de daños todos ellos, el más utilizado en nuestro entorno es la
dietilamida del ácido lisérgico (LSD).
Dado que gran parte de la toxicidad aguda de la
MDMA es consecuencia de factores tales como el am-
biente donde se consume con elevadas temperaturas, el EPIDEMIOLOGÍA
policonsumo de sustancias, la realización de ejercicio
intenso, deshidratación o hiperhidratación, entre otras, El consumo de alucinógenos en España ha experi-
mentado un ligerísimo crecimiento durante la última ·¡
en el momento actual se hace gran hincapié, a nivel
década, habiendo llegado a producirse una prevalencia,
en población de 15 a 64 años, en el año 2003 del 3 %
Tabla 2. Intervenciones psicosocia/es en consumidores (4,7% de hombres y 1,3% de mujeres), siendo la edad
de MOMA media de inicio del consumo de 19,9 años'. Cabe señalar,
lntervenoón sobre consultantes en fase de consumo:
de nuevo, las importantes tasas de policonsumo de otras
• Situar la sustancia y sus efectos en el contexto real drogas que se asocian al de esta sustancia (básicamente,
• Reducir las expectativas del usuario hacia los efectos positivos alcohol, tabaco, cannabis y otros psicoestimulantes). La
• Lograr el acercamiento del pacient e para favorecer contactos demanda de tratamiento por uso de esta sustancia es
posteriores
• Informar sobre políticas de redurnón de riesgos
muy escasa, aunque está implicada en, aproximada-
mente, el 2,4% de las urgencias hospitalarias debidas
lntervenoón sobre consumidores que han experimentado efectos a consumo de sustancias psicoactivas2•
adversos:
• Situar la sustancia y sus efectos en el contexto real
• Reducir las expectativas del usuario hacia los efectos positivos ASPECTOS CLÍNICOS
• Lograr un cambio en la relación sustancia-estilo de vida
• Motivar el cese del consumo
Su patrón de consumo es ocasional, produciéndose
Intervención sobre familiares. fenómenos de tolerancia sin síndrome de abstinencia.
• Eliminar actitudes negativas y ambivalentes hacia el consumidor En general, el consumo de alucinógenos se acompaña
• Reducir las situaciones de conflicto de un cuadro somático (derivado de una hiperactividad
• Disminuir respuestas desproporcionadas de la familia
• Enmarcar el problema en su dimensión real
autonómica) y un cuadro psíquico (en el que destacan las
• Fomentar la instauración consensuada de normas de convi- alteraciones de la percepción, fundamentalmente visual;
vencia rara vez se presentan alucinaciones auditivas, aunque es
• Lograr apoyo familiar al tratamiento frecuente la hiperacusia). No obstante, hay que señalar
Modificado de Bobes et al. (1998)' que es difícil establecer un patrón único de respuesta;
]. C. Pérez de los Cobos Peris, B. Gonzalvo Cirac, A. Tejero Pociello y A. Gurrea Escajedo
con los mejores resultados en cuanto al consumo de - Reconocer la necesidad de reducir la disponibilidad de cocaína
- Reconocer la importancia de los estímulos relacionados con el
cocaína durante el último mes y respecto a las puntua- consumo
ciones en la subescala de drogas del Indice de Severidad - Consegu ir períodos breves de abstinencia
de la Adicción. - Identifica r los factores y acontecimientos que llevan a la re-
caída
En la actualidad el enfoque cognitivo-conductual - Tolerar periodos de craving o malestar emocional sin consumir
es el tratamiento psicosocial aplicado por profesionales - Reconocer la relación con el consumo de otras sustancias (es-
de uso más extendido. En nuestro medio cultural tal pecialment e alcohol)
enfoque es fácilmente utilizable en lo que respecta a las Habilidades y recursos
barreras del idioma, puesto que el manual elaborado por - Habilidades y recursos d urante los periodos de abstinencia
K. CarrolF para aplicar este tratamiento de forma siste- previos
matizada está traducido al español. Tal manual contiene - Para mantener un traba jo o relaciones positivas du rante el
consumo activo
una revisión de los estudios que sustentan la idoneidad - Disponibilidad de apoyo por personas que estén al margen del
de este tratamiento, pero sobre todo proporciona al consumo de drogas
lector información clave para la exploración clínica - Forma de ocupar el tiempo cuando no hay consumo
y el manejo de los pacientes afectados. Por lo tanto, - Nivel más alto de funcionamiento antes de consumir coca ína
aunque muchos recursos asistenciales no cuenten con Determinantes del consumo de cocaína
profesionales para aplicar todas las sesiones del manual, - Patrón de consumo (fines de semana, diario . .)
conviene conocerlo para mejorar las posibilidades de - Desencadenantes del consumo
intervención en la práctica clínica habitual. Este aspecto - Consumo con otras personas o en soledad
- Factores asociados al consumo (t rabajo, ocio, sexo, juego . )
se comenta a continuación. - Lugar de compra y consumo de la cocaína
- Modo de financiación y aprovisionamiento de la cocaína
Intervención psicosocial en la práctica clínica - Factores precipitantes tanto exteriores como interiores del
consu mo
El mecanismo de acción del enfoque cognitivo-con- - Ventajas e inconvenientes del consumo de cocaína
- Papel que juega la cocaína en la vida del paciente
ductual consiste básicamente en reducir el acceso a la
números de las personas que le venden la cocaína e, abstinentes de esta sustancia durante la realización del
incluso, él mismo debería cambiar su número para no mismo. Tales resultados sugieren, por tanto, que el
recibir llamadas de los vendedores. Si hacia las cinco disulfiram actúa sobre la dependencia de cocaína sin
de la tarde suele producirse un episodio de craving de necesidad de que medie un efecto disuasor sobre el
cocaína de unos 20 minutos de duración, convendría consumo de alcohol.
que lo supiesen las personas que le pueden ayudar.
Cuando la actividad sexual se asocia intensamente con Eutimizantes
el consumo de cocaína, es recomendable no tener en
la habitación el ordenador a través del cual accede el El topiramato en dosis de hasta 200 mg/ d ha mos-
paciente a Internet. Más allá de estas medidas puramente trado ser superior a placebo para tratar la dependen-
operativas sería ideal tener la capacidad de poder ayudar cia de cocaína en un estudio preliminar, doble ciego
al paciente en el aprendizaje de estrategias para afrontar y aleatorizado 3 • Otros eutimizantes que podrían ser
el deseo de consumir (craving), potenciar la asertividad útiles para tratar la dependencia de cocaína son (se
o detectar las decisiones aparentemente irrelevantes que incluye entre paréntesis la dosis en la que el fármaco
aumentan la probabilidad de consumo. ha mostrado ser eficaz en los estudios piloto): tiagabina
(24 mg/d), ácido valproico (20 mg/kg/d o niveles plas-
máticos >50 µg/mL) y baclofen (60 mg/d).
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Tabla 2. Efectos adversos del bupropión según frecuencia (Martín y Corral, 2003)
Frecuentes (> 1 %) Fiebre
Generales
Poco frecuentes (>O, 1/ 1 %) Dolor torácico, astenia
Poco frecuentes (> O, 1/1 %) Taquicard ia, aumento de la presión arterial (a veces grave), rubor, ACVA
Card1ovasculares
Escasas (> 0,01 / 0, 1) Vasodilatació n, h1potens1ón postural, síncope
Boca seca, alteración gastrointestinal con náuseas, vómitos. dolor abdomi nal.
Gastrointestinales Frecuentes (> 1 %)
estreñimiento
Comunidad terapéutica (C7). Estos programas resi- Kreek M). Medica! safety and side effects of methadone in tol -
erant individuals. ] ournal of the American Medica! Association.
denciales plantean estancias planificadas, del orden de 1973 ;223(6):665-8.
6 a 12 meses, en las que se pone énfasis en la resocia- Payte JT, Khuri ET. Principies of Methadone Dose Oeterrnina-
lización del paciente. La adicción se comprende como tion. l.n: Parrino MW, Consensus Panel Chair. State Methadone
una consecuencia de las deficiencias sociales y psico- Maintenance Treatment Guidelines. Rockville: U.S. Department
of Health and Human Services; 1992. Traducción española
lógicas del individuo, y el tratamiento se concentra en
publicada en Barcelona: Asociación Igia; 1997.
desarrollar la responsabilidad personal. Tanto los otros Kaltenbach K, Silverman N, Wapner R. Methadone Mainte-
residentes como los profesionales participan en este nance During Pregnance. In: Parrino MW, Consensus Panel
proceso como componentes activos del tratamiento. Chair. State Methadone Maintenance Treatment Guidelines.
Rockville: U.S. Department of Health and Human Services; editors. Substance Abuse. A Comprehensive Textbook. 2nd ed.
1992. Traducción española publicada en Barcelona: Asociación Baltimore: Williams & Wúkins; 1992. p. 496-507.
Igia; 1997. Hubbard RL, Mardsen ME, Rachal JY, Harwood HJ, Cavanagh
Ball JC, Ross A. The effectiveness of methadone maintenance ER, Ginzburg HM. Drug abuse treatment: a national study of
treatment: patients, programs, services, and outcome. New York: effectiveness. Carey: University of Nonh Carolina Press; 1989.
Springer-Verlag; 1991. 10
O'Brien WB, Biase DV. Therapeutic Community (TC): A Com-
Kakko J, Dybrandt K, Kreek MJ, Heilig M. 1-year retention and ing of Age. In: Lowinson JH, Ruiz P, Millman RB, Langrod JG,
social functional after buprenorphine-assisted relapse prevention editors. Substance Abuse. A Comprehensive Textbook. 2nd ed.
treatment far heroin dependence in Sweden: a randomised, Baltimore: Williams & Wilkins; 1992 :446-57.
placebo-controlled trial. The Lancet. 2003;361:662-8. 11
WHO (World Health Organization). VVHO Expen Commit-
Rounsaville BJ, Carral! KM. Individual psychotherapy far drug tee on Drug Dependence: Twentieth Report. Technical Report
abusers. In: Lowinson JH, Ruiz P, Millman RB, Langrod JG, Series 551, Geneva, 1974.
Xantinas
M. Casas Brugué, C. Roncero Alonso, X. Castells y ]. A. Ramos Quirogas
Tabla 3. Efectos prodopaminégicos de las metilxan- La cafeína también se utiliza en preparados anti-
tinas gripales y analgésicos, como analgésico codayuvante, y
en el tratamiento del dolor, en medicina paliativa, para
Aumento de la actividad motora
Propiedades gratificantes contrarrestar la somnolencia inducida por fármacos
Reversión del síndrome secundario a destrurnón de vías dopami- opiáceos. Se utiliza en el tratamiento de las crisis de
nérgicas nigroestriatales migraña, debido a su efecto vasoconstrictor. Este efecto
Efectos antiparkinsonianos
ha sido demostrado mediante estudios de neuroimagen,
con PET y SPECT, en los que se ha evidenciado que feinismo. Los síntomas clínicos más frecuentes son
la cafeína produce un descenso difuso de la perfusión intranquilidad, nerviosismo, excitación, pensamiento
sanguínea cerebral. acelerado, alteraciones del sueño, aumento de la acti-
Los efectos estimulantes de las metilxantinas sobre vidad motora y cambios de humor. Simultáneamente
el SNC son utilizados para aumentar la actividad y se suelen presentar palpitaciones, temblores, congestión
disminuir la somnolencia o fatiga. Se ingiere en be- facial, diuresis, molestias gastrointestinales, contraccio-
bidas que contengan cafeína o en comprimidos. Se ha nes musculares y arritmias cardíacas. Este síndrome
propuesto su uso como analéptico en las intoxicaciones clínico suele desarrollarse de forma insidiosa, después de
que cursan con depresión cardiorrespiratoria, aunque su meses o años de consumo. No se conoce con exactitud
uso es muy controvertido en la actualidad. Se está estu- la dosis de cafeína a partir de la cual se desarrolló el
diando su utilidad en el tratamiento de la enfermedad cafeinismo. Cuando se utilizan dosis muy altas - 1O mg-,
del párkinson y del temblor esencial. pueden llegar a producirse convulsiones.
En psiquiatría se ha propuesto el uso de cafeína como El riesgo de desarrollar manifestaciones clínicas
tratamiento en casos no respondedores, en pacientes es alto cuando el consumo de cafeína es superior a
con TDAH o con narcolepsia. Debido a sus efectos 500-600 mg/ día, que equivale a entre 4 y 7 o más tazas
prodopaminérgicos también se ha planteado la utilidad de café o a 7-9 tazas de té al día. Sin embargo, se ha de-
del uso de xantinas en el tratamiento la dependencia de mostrado que con dosis de 250 mg/día también se puede
estimulantes o la reversión de los efectos secundarios de desarrollar cafeinismo en pacientes más sensibles.
los antipsicóticos. Tanto en humanos como en animales Se calcula que un 25 % de la población general de
se ha descrito que se desarrolla tolerancia a los efectos los EE.UU. ingiere más de 500 mg/día y que hasta un
prodopaminérgicos. Dicha tolerancia se podría revertir 10% podría presentar síntomas de cafeinismo 1• Entre
con agentes anticolinérgicos o agonistas dopaminér- los pacientes con trastornos mentales este porcentaje es
gicos3. Por otra parte, se ha utilizado la cafeína para mucho mayor, situándose alrededor del 50%.
aumentar las convulsiones de los pacientes que reciben
terapia electroconvulsiva (TEC). Dependencia de cafeína
ANEXO
' ir, -
JUVENTUD Y JUBILACION
SOCIEDADES JUVENTUD MADUREZ Y VEJEZ
PREINDUSTRIALES y (ESTADO (EDAD
PUBERTAD ADULTO) AVANZADA)
JUBILACION
SOCIEDADES ADULTO Y VEJEZ
INDUSTRIALES INFANCIA PUBERTAD JUVENTUD ADULTO MADURO (EDAD
AVANZADA)
JUBILACION JUBILACION
INFANCIA PREPUBERTAD PUBERTAD JUVENTUD JOVEN ADULTO ADULTO Y VEJEZ CON Y VEJEZ CON
SOCIEDADES ADULTO MADURO RELATIVA ENFERMEDAD
POSTINDUSTRIALES SALUD CRONICA
ADOLESCENCIA
CONDUCTAS DE BUSQUEDA
Y AUTOADMINISTRACION
DE DROGAS
FIGURA 1.2. FACTORES QUE DETERMINAN LA ADICCION A LAS DIFERENTES DROGAS DE ABUSO
TABLA 1.1 PAG.1
1
DROGAS DE ABUSO MAS COMUNES
1
UTILIDAD TIPO DE DEPENDENCIA TOLERANCIA DURACION DE FORMA DE AUTO POSIBLES EFECTOS DE LA SINTOMA TOLOGIA ALGUNOS
TIPO DE DROGA MEDICA LOS EFECTOS ADMINISTRACION EFECTOS SOBREDOSIS DURANTE EL NOMBRES
!EN HORAS! SINDROME DE COMERCIALES Y/O
FISICA PSICOLOGICA
ABSTINENCIA OTROS NOMBRES
NARCOT/COS
MORFINA ANALGESICO, ALTA ALTA SI 3-6 ORAL, FUMADA, EUFORIA, RESPIRACION BROM HIOSCIN, MORFI
ANTIDIARREICO INYECTADA LENTA Y DEBIL, RAPIDE, MORFINA
SOMNOLENCIA, LAGRIMEO, MIRO, MST CONTINUS
PIEL
SUDOROSA, RINORREA,
CODEINA ANALGESICO, MODERADA MODERADA SI 3-6 ORAL, INYECTADA DE PRES ION CONVULSIONES FIORINAL CON
ANTIDIARREICO RESPIRATORIA, CODEINA,
COMA, PERDIDA DEL LASA CON CODEINA,
CONTRACCION APETITO, BISOLVON
DE LAS POSIBILIDAD DE IRRITABILIDAD, COMPOSITUN,
PUPILAS MUERTE CIBALGINA, ALGIDOL
(MIOSIS),
MEPERIDINA ANALGESICO ALTA ALTA SI 3-6 ORAL, INYECTADA CALAMBRES DOLANTINA, PETIGAN
MUSCULARES, MIRO
META DONA ANALGESICO ALTA LIGERA/ALTA SI 12-14 ORAL, INYECTADA METASEDIN, SEDO
RAPIDE, CLORO NONA
OTROS NARCOTICOS ANALGESICO, ALTA/BAJA LIGERA/ALTA SI VARIABLE ORAL, INYECTADA ESCALOFRIOS Y FENTANEST, BUPREX,
(HIDROMORFONA ANTIDIARREICO, SUDORES, VERSTADOL,
NUMORFAN, ANTITUSIGENOS DILAUDID
BUTORFANOL,
METO PON, NAUSEAS
DESOMORFINA,
FENTAMILO,
BUPERMORFINA, ETC.)
TABLA 1.1PAG.2
1
DROGAS DE ABUSO MAS COMUNES 1
UTILIDAD TIPO DE DEPENDENCIA TOLERANCIA DURACION DE FORMA DE POSIBLES EFECTOS DE SINTOMA TOLOGIA ALGUNOS
TIPO DE DROGA MEDICA LOS EFECTOS AUTOADMI- EFECTOS LA DURANTE EL NOMBRES COMERCIALES
!EN HORAS) NISTRACION SOBREDOSIS SINDROME DE Y/O OTROS NOMBRES
FISICA PSICOLOGICA
ABSTINENCIA
DEPRESORES
DEL S.N.C.
BARBITURICOS ANESTESICOS, MODERADA MODERADA SI 1-16 ORAL LO CU A- PIEL ANSIEDAD, GRA TUSMINAL,
ANTICONVU LSIVANTES, A CIDAD SUDOROSA, ISOAMITIL
SEDANTES, HIPNOTICOS, A ALTA VERVO- INSOMNIO, SEDANTE,
FARMACOS ALTA RREICA PUPILAS PLACIDEL
EUTANASICOS EN DILATADAS TEMBLORES,
VETERINARIA (MIDRIASIS).
BENZODIAZEPINAS ANSIOLITICOS, BAJA BAJA SI 4-8 ORAL DESORIEN- PULSO DEBIL DELIRIO, VALIUM, TRANXILIUM,
ANTICONVULSIVANTES, TACION Y RAPIDO, LEXATIN, HALCION,
SEDANTES, HIPNOTICOS CONVULSIONES, LORAMET, ORFIDAL WYETH
METACUALONA SEDANTE, HIPNOTICO ALTA ALTA SI 4-8 ORAL SENSA- COMA. POSIBLE PALLIDAN BERNA,
CION MUERTE SOMMOMED
OTROS ANSIOLITICOS, MODERADA MODERADA SI 4-8 ORAL BORRA- MUERTE EQUANIL, MIL TON
DEPRESORES SEDANTES,HIPNOTICOS CH ERA
ESTIMULANTES
COCA IN A ANESTESICO LOCAL POSIBLE ALTA SI 2-4 INHALADA, FUMA- HIPERAC- AGITACION, APATIA,
DA, INYECTADA TIVACION
ANFETAMINA DESORDENES Y DEFICIT POSIBLE ALTA SI 2-4 ORAL, INYECTADA GENERAL, AUMENTO DE PERIODOS CENTRAMINA, DEXEDRINA,
DE LA ATENCION, LA TEMPERA- LARGOS DE SPANSUVE
NARCOLEPSIA, CONTROL EXCITA- TURA SUEÑO,
DEL PESO CION, CORPORAL
FENMETRACINA CONTROL DEL PESO POSIBLE ALTA SI 2-4 ORAL, INYECTADA EUFORIA, IRRITABILIDAD PRELUDIN
METILFENIDATO DESORDENES Y DEFICIT POSIBLE MODERADA SI 2-4 ORAL, INYECTADA AUMENTO ALUCINA- DE PRES ION, RUBIFEN
DE LA ATENCION, DEL CIONES
NARCOLEPSIA PULSO DESORIENTACION
OTROS CONTROL DEL PESO POSIBLE ALTA SI 2-4 ORAL, INYECTADA Y PRESION CONVUL- CYCERT, DESOCYN,
ESTIMULANTES CARDIACA SIONES, METHEDRINE
!METANFETAMINA, INSOMNIO
FLENFLURAMINA, PERDIDA POSIBLE
DEXTROANFETAMI DEL MUERTE
NA, ETC ... ) APETITO
TABLA 1.1 PAG. 3
ALUC/NOGENOS
VARIANTES DE LAS NINGUNA NO SE CONOCE NO SE CONOCE SI VARIABLE ORAL, ILUSIONES Y EPISODIOS MAS EXTASIS, DROGAS
ANFETAMINAS (STP, INYECTADA ALUCINACIO- LARGOS E DE DISEÑO
DMA, MDA, MDMA, NES DE LA INTENSOS DE
DOM, DOB, ETC) PERCEPCION, "VIAJE",
FENCICLIDINA NINGUNA NO SE CONOCE ALTA SI DIAS FUMADA, ORAL, NO SE CONOCE PCP, POLVO DE
INYECTADA ALTERACION LA EXISTENCIA DE ANGEL, PILDORA DE
DEL SINDROME LA PAZ
OTROS NINGUNA NINGUNA NO SE CONOCE POSIBLE VARIABLE FUMADA, ORAL, DISTANCIA POSIBLE MUERTE SETAS SAGRADAS,
ALUCINOGENOS INYECTADA, SETAS MAGICAS,
(IBOGAINA, INHALADA BELLADONA,
PSILOCIBINA, MANDRAGORAS
PSILOCINA,
BUTOFENINA,
A TROPA BELLADONA,
DA TURA
STRAMONIUM, ETC ...
TABLA 1.1 PAG. 4
UTILIDAD TIPO DE DEPENDENCIA TOLERANCIA DURACION DE FORMA DE POSIBLES EFECTOS DE LA SINTOMA TOLOGIA ALGUNOS NOMBRES
TIPO DE DROGA MEDICA LOS EFECTOS AUTOADMINIS- EFECTOS SOBREDOSIS DURANTE EL COMERCIALES Y/O
IEN HORAS! TRACION SINDROME DE OTROS NOMBRES
FISICA PSICOLOGICA
ABSTINENCIA
CANNABIS
HA CHIS NINGUNA NO SE CONOCE MODERADA SI 2-4 FUMADA, ORAL DEL PARANOIA, DISMINUCION DEL
APETITO, APETITO
ACEITE DE HACHIS NINGUNA NO SE CONOCE MODERADA SI 2-4 FUMADA, ORAL, CONDUCTA POSIBLE EN OCASIONES
DESORIEN- PSICOSIS
TADA
INHALANTES
~
o
E-<
o
~
u
o
,...:¡ MEDIA
~
Q
¡.,.¡
>
H
E-<
u
<
BAJA
t I l J
o 1 2 il n 1C)
DOSIS DE ANFETAMINA (mg/kg)
F I GUR A 2-1
100
<
"""
c..
80
o"""
E-4
ex:
~
E-4
Cf.l
60
~
~
Q
~
40
"")
<
zE-4
~
u
20
ex:
o
c..
o l 1 1 J 1
o 1 2 4 [3 16
F I GUR A 2-2
¡.
(.) (O)
100
90
~
80
o 70
~
u
~
60
~
~ 50
~
~
Q
40
<
Q
30
~
Q 20
~ 10
o
o 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1o 1112 1314 15 16 171819 20 21 22
t t
e d
UNIDADES DE DOSIS DE DROGA
F I GUR A 2-3
10
8
o 6
uH
en
w
t!l
4
~
z
<
o 2
¡...;
u
Czl
e:..
Czl o
1 10 100 1000
DOSIS (mg)
F I G UR A 2-4
TABLA 2-1. INTERACCIONES ENTRE DROGAS Y OTRAS SUSTANCIAS
TRANQUILIZANTES
Nombre· Comercial/Principio Activo
ANTIBIOTICOS
Nombre Comercial/Principio Activo
ANALGESICOS
Nombre Comercial/Principio Activo
ALIMENTOS
QUESO CURADO, CERVEZA, VINO, SARDINAS Antidepresivos (IMAO) Hipertensión, incremento de la actividad cardíaca
SOJA, REPOLLO, NABO, ZANAHORIA Medicacion tiroidea Bloquea la acción del medicamento
ABSORCION DISTRIBUCION
DROGA
./~---------'------
METABOLISMO TRACTO
GASTROINTESTIN
Respiración, lágrimas,
Orina sudor, saliva
Heces
\
EXCRECION EXCRECION EXCRECION
100
o
y
-=
u -11}
---------
ec
-
-~
C>
= ~
~~
-100
Q ~
.... c:r
.... u
~-<
-200
-~
~
=
-
e~
cu
"O -300
~
rJ'j -
=
-400
o .2 4 6 8
Tiempo (Mio.)