Metabolismo de Las Grasas
Metabolismo de Las Grasas
Metabolismo de Las Grasas
ASIGNATURA : BIOQUIMICA II
TRIGLICERIDOS:
Este tipo de Lípidos es el más abundante en el cuerpo humano y en los alimentos
que ingerimos. A temperatura ambiente, los triglicéridos pueden ser solidos
(grasas) o líquidos (aceites); además constituyen la forma más concentrada de
energía química, pues proporcionan más del doble de energía por gramo que los
carbohidratos o las proteínas. Los excesos de carbohidratos, proteínas y aceites;
se depositan como triglicéridos en el tejido adiposo.
Los triglicéridos se componen de dos clases de unidades estructurales: una
molécula de glicerol y tres de ácidos grasos. La molécula de glicerol está
compuesta de tres átomos de carbono y las tres moléculas de ácido graso se
agregan mediante una reacción de síntesis con deshidratación, una para cada
átomo del glicerol. Con la hidrolisis que es la reacción inversa, una sola molécula
de triglicéridos se desdobla en tres ácidos grasos y glicerol.
El suministro más activo de moléculas de ácidos Grasos es el tejido adiposo.
Los Adipocitos o Células grasas están especializadas en la síntesis y almacenaje
de los triglicéridos. Las gotas de grasa triglicerida ocupan tanto como el 95% del
volumen de la célula.
Como se dijo el reservorio más grande de lípidos proviene del tejido adiposo.
Ahora se procederá a definir qué se entiende por tejido adiposo, su clasificación
y sus respectivas funciones.
TEJIDO ADIPOSO:
El tejido adiposo considerado en su conjunto está constituido por los tejidos
adiposos blanco y pardo. Ambos tienen un origen mesenquimatico común y
se encuentran embriológica e histológicamente vinculados, aunque se han
ido diferenciando para adaptarse a los requerimientos de los organismos.
Desde un punto de vista funcional se ha considerado al tejido adiposo
blanco como un depósito de energía, aunque actualmente se le reconoce
un gran número de funciones que serán descriptas más adelante. El tejido
adiposo pardo, en cambio desempeña una función termo génico, tal vez
amortiguador de ingresos energéticos excesivos.
Tejido adiposo blanco: su función más conocida es la de albergar la mayor
parte de las reservas energéticas, ya que además posee actividad
metabólica y endocrina que influyen sobre sí mismo y sobre otros tejidos.
Como se dijo el tejido adiposo está constituido por los adipocitos y el tejido
intercelular. Los primeros están adaptados para almacenar y liberar ácidos
grasos bajo la forma de triglicéridos, reunidos en una gota citoplasmática
única. El núcleo del adipocito queda ubicado en situación periférica,
dándole el clásico aspecto de anillo de sello.
El tamaño adipositario varia de 10 a 100µ de acuerdo al estado nutricional,
pues los adipocitos modifican su sus diámetros y consecuentemente su
volumen, según almacenen más o menos triglicéridos. Estos cambios son
posibles debido a la elasticidad de su membrana plasmática, que le permite
aumentar notablemente su volumen antes de alcanzar el tamaño “critico”, a
partir del cual se pone en marcha el mecanismo de reproducción
adipocitaria. Cada adipocito subcutáneo almacena hasta 1.2 µgr de
triglicéridos, aunque en los individuos de peso normal su contenido es de
0.4 a 0.6 µgr por célula.
Cada kilogramo de grasa provee unas 9.000 kcal, mientras que cada kg de
tejido adiposo (blanco) unas 7.500.
La capilarización e inervación del tejido adiposo están adaptadas a los
cambios en el metabolismo de los ácidos grasos y por estos motivos está
generosamente irrigado (por lo menos un capilar toma contacto con cada
adipocito). El flujo sanguíneo en el tejido adiposo subcutáneo es de 3 a
4 ml 100 gr –1min-1, mucho mayor que para el músculo esquelético en
reposo (1.5 ml 100 gr -1min-1), delatando su gran influencia y
participación en el metabolismo. Es sensible a múltiples influencias
hormonales y metabólicas que posibilitan un funcionamiento perfectamente
adaptado a su función de reserva energética.
Los ácidos grasos producto de la lipolisis son los combustibles mayores para el
hígado, riñón, musculo esquelético y miocardio12.
El aumento del tamaño del adipocito cambia con más rapidez que su número,
indicando un predominio del mecanismo de hipertrofia sobre el de hiperplasia.
Solo cuando el peso corporal alcanza el 170% del valor ideal, comienza el
proceso de hiperplasia13.
Cuando se produce la obesidad temprana en niños se produce un aumento de la
celularidad (hiperplasia), mientras que en los adultos es más notable el aumento
de tamaño, aunque la hiperplasia como capacidad parece conservarse en el
adulto. El estímulo proliferativo surgiría de los mismos adipocitos al alcanzar estos
su tamaño máximo, aunque también podría partir de otros tejidos.
En el pre adipocitos existe un receptor para los ácidos grasos, que interviene en
el proceso de síntesis de las enzimas necesarias para la diferenciación celular,
estableciéndose así una relación entre factores alimentarios y la activación de las
células pre adiposo que depende de genes y otros factores, relacionados con la
acumulación de triglicéridos.
El metabolismo del tejido adiposo (blanco), está compuesto por la lipogenesis y la
lipolisis.
Se denomina lipogénesis a la síntesis de triglicéridos a partir de glicerol y ácidos
grasos. Lipolisis es la hidrólisis de los triglicéridos en esos mismos constituyentes.
Ambos procesos son simultáneos y el predominio de uno de ellos
determinará la dirección del metabolismo del tejido adiposo.
LIPOGÉNESIS
Los principales tejidos con síntesis de triglicéridos son el tejido adiposo, el hígado
y la glándula mamaria. El proceso se efectúa en el citoplasma y puede resumirse
de la siguiente manera:
Los ácidos grasos libres y los monoglicéridos son absorbidos por los enterocitos
de la pared intestinal. En general, los ácidos grasos con longitudes de cadena
inferiores a 14 átomos de carbono entran directamente en el sistema de la vena
porta y son transportados hacia el hígado. Los ácidos grasos con 14 o más
átomos de carbono se vuelven a esterificar dentro del enterocito y entran en
circulación a través de la ruta linfática en forma de quilomicrones. Sin embargo, la
ruta de la vena porta también ha sido descrita como una ruta de absorción de los
ácidos grasos de cadena larga (McDonald et al., 1980). Las vitaminas liposolubles
(vitaminas A, D, E y K) y el colesterol son liberados directamente en el hígado
como una parte de los restos de los quilomicrones.