La Constitución de 1828
La Constitución de 1828
La Constitución de 1828
La constitución de 1828 puede ser considerada con propiedad la primera constitución del Perú
independiente, pues no solo fue redactada después de la guerra de separación de la monarquía
católica, que concluyó después de la capitulación de los Castillos del Real Felipe en enero de
1826, sino que fue también promulgada cuando ya no se encontraban en nuestro territorio
ninguna fuerza auxiliar extranjera.
Mas su importancia primordial no ha radicado en lo antes dicho sino sobre todo en que esta
Carta magna procuró ser el justo medio entre las dos tendencias constitucionales que se
debatían en el Perú en los albores de la República, el convencionalismo de los constituyentes
de 1822 y el cesarismo de los libertadores de 1824.
Es por esta razón que ella ha podido representar en la historia peruana la matriz sobre la cual
se han repensado todas nuestras leyes fundamentales hasta 1978, fecha en que la tradición que
con ella se inició llegó a su fin. Al valorar su importancia fundacional para nuestra historia
constitucional Manuel Vicente Villarán (1870-1958) acertadamente la denominó como la
madre de nuestras constituciones.
Ante el levantamiento en el puerto del Callao, el Ministro de Guerra del Perú, el General
Tomás de Heres, redactó en una relación (24-II-1827) que dirigió al Libertador en la cual
explicaba el carácter singular del motín:
“Es muy natural que al imponerse de lo que he escrito, crea V. E. que la división colombiana fue
seducida por los anarquistas del Perú. Pero para que fuera mayor nuestra desgracia, no ha sido así mi
General. Jamás el país había presentado más fundadas esperanzas de orden y tranquilidad. Los
corifeos de las innovaciones Vidaurre y Mariategui, convencidos de que no podían hacer nada, se
habían acercado al gobierno, después de haberlo pretendido muy servilmente. El primero estaba muy
contento con la esperanza de ser Censor, si tenían estos buenos sueldos; había despedido su tertulia, y
en cuantas ocasiones podía se esforzaba en dar muestras de su arrepentimiento. El segundo se había
comprometido a escribir un periódico por cuenta del gobierno…” 1
Como se puede apreciar el inesperado cuartelazo militar debilitó al Consejo de Gobierno que
presidía el General Andrés de Santa Cruz y ello dio una impensada oportunidad a los
soterrados opositores radicales del régimen bolivariano quienes, bajo la conducción de Manuel
Lorenzo de Vidaurre (1771-1841) y de Francisco Xavier Mariátegui (1792-1884)
aprovecharon esta difícil situación para levantar a los descontentos de Lima (27-I-1827) y
después de reunirlos en la plaza de armas lograr reconstituir el cabildo recientemente abolido
por la constitución bolivariana. Amparados en el inveterado prestigio virreinal de este cuerpo
político los notables también exigieron el restablecimiento de la carta de 1823 y la
convocatoria a un Congreso General Constituyente para proceder a la elección inmediata de
un nuevo Presidente y Vice Presidente.
En la tarde del 27 de enero de 1827 Vidaurre, con la representación de los sediciosos de Lima,
se dirigió a Chorrillos para conferenciar con el Presidente Santa Cruz que se aprestaba a
marchar a Jauja para resistir el motín liberal. Después de una larga conversación se acordó
evitar una confrontación intestina y dar paso a un gobierno provisorio bajo la presidencia del
mismo General Santa Cruz pero relevando al hombre fuerte del régimen bolivariano, el
Ministro de Gobierno José Maria Pando (1787-1840).2 quien fue sustituido en el cargo por el
mismísimo Vidaurre que, como primera medida en el nuevo gabinete, decretó (28-I-1827):
“...debe prestar oído atento a los justos deseos de los pueblos; y por esto es que este mismo día
convoca a un congreso constituyente que examine, arregle y sancione la carta que deba regirnos” 3
Para liderar la nueva Constituyente los liberales triunfantes trajeron de su exilio en Chile a su
máximo jefe, Francisco Xavier Luna Pizarro (1792-1855), quien fue recibido y aclamado por
sus partidarios el 29 de Abril de 1827 mientras se desplazaba desde el puerto del Callao hacia
la ciudad de Lima en un coche descubierto en compañía del ministro Manuel Lorenzo de
Vidaurre. El nuevo Ministro del Interior también anunció que el ex presidente José de la Riva
Agüero podía regresar de su destierro en Europa sin ningún temor por el juicio que se le
seguía en ausencia, todo lo cual satisfizo a sus partidarios entre quienes había importantes
figuras conservadoras como el Presbítero Nicolás Garay y el periodista Mariano Tamarría.
Abiertas las sesiones bajo la presidencia de Luna Pizarro se presentó el Mariscal Santa Cruz
quien dio un extraordinario mensaje al congreso y se retiró de la sala de sesiones después de
“...sin previo aviso, con el objeto de sorprender a los diputados amigos de Santa Cruz y de Riva
Agüero, que habían unido sus fuerzas alrededor del primero, Luna Pizarro anunció que ese día se
haría la elección en sesión permanente” 4
De esta manera inesperada los liberales postularon a José de La Mar para la presidencia, quien
por lo demás no se encontraba en el Perú sino ejerciendo la Jefatura Política de Guayaquil. La
celada tuvo éxito y fue electo junto con un vicepresidente, el también liberal Manuel Salazar y
Baquíjano quien asumió interinamente la presidencia desde el 10 de junio hasta el 22 de
agosto de 1827 fecha en que llegó La Mar a Lima para asumir su nuevo cargo.
Indudablemente esta elección se hizo traicionando a Santa Cruz a quien la mayoría liberal, por
intermedio de Vidaurre, había asegurado su apoyo. En una carta particular dirigida al General
Gutiérrez de la Fuente, Santa Cruz calificó la maniobra como un “brusco y sorpresivo ataque,
igual al que pueden hacer a un caminante desarmado unos bandoleros de oficio”. En los
siguientes años de anarquía el Perú seria el gran perjudicado por la postergación del más
grande de sus hijos.
El nuevo Congreso Constituyente inició sus sesiones tomando severas medidas que generaron
una gran polémica porque significaban nuevamente la instauración de un despotismo
legislativo como en 1822. Es así que se canceló la designación de Obispos que había hecho el
gobierno anterior, también se intervino la judicatura y se cesó a los magistrados que habían
simpatizado con Bolívar como ocurrió con Benito Laso que perdió su vocalía en la Corte
Superior de Arequipa. 5
Durante los debates de leyes y artículos constitucionales se verificó que los liberales de Luna
Pizarro habían conformado una sólida mayoría que iba imponiendo sus teorías para el Perú sin
dar tregua a la oposición. Más aún, cuando un tema sin mayor importancia mostró que podía
hacer surgir una disidencia peligrosa en el seno del congreso, el despotismo legislativo no se
hizo esperar. Sobre esto Basadre nos dice que:
“La discusión de los artículos constitucionales sobre la ciudadanía, motivó acalorados debates...Un
sector del Congreso, con Luna Pizarro, intentó considerar entre los peruanos a los españoles
residentes en la Republica. Vidaurre se opuso vigorosamente a este proyecto. Un antiguo guerrillero
convertido en diputado, Ninanvilca, planteó entonces la separación de los diputados hispanófilos” 6
La respuesta al radical Vidaurre, quien se encontraba enemistado con el liberal Luna Pizarro
tras el doblez de la elección presidencial, fue contundente; el 27 de diciembre de 1827 fue
detenido y acusado de conspiración conjuntamente con un diputado indígena, el cacique
4 Basadre, Jorge. Historia de la República del Perú, Lima 1983, Tomo II. p.192
5 El Congreso convalidó las duras medidas represivas tomadas por el gobierno contra los campesinos
monárquicos que se alzaron en armas en 12 de noviembre de 1827 bajo la dirección del brigadier Antonio Navala
Huachaca quien, al mando de un ejército realista de indígenas llegó a tomar la ciudad de Huanta en el
Departamento de Ayacucho.
6 Basadre, Jorge.Historia de la República del Perú, Lima 1983, Tomo II. p.201
Ninanvilca, conocido partidario de Riva Agüero, siendo ambos desaforados. 7
El juramento de la nueva carta se proyectó para el 5 de abril de ese año pero la ceremonia
debió ser postergada debido al terremoto ocurrido el 30 de marzo, fecha calamitosa en que el
presidente La Mar recorrió las calles en ayuda a los damnificados y dio todo su sueldo en
limosnas. Finalmente la primera constitución del Perú independizado se juramentó el 19 y 20
de abril de 1828
II La Constitución fundacional
Desde antes de la instalación del Congreso General Constituyente de 1828 surgió un intenso
debate periodístico sobre el contenido de la nueva carta destacando los proyectos
constitucionales que presentaron de manera singular Manuel Lorenzo de Vidaurre y Mariano
Esteban Llosa. El primero publicó en el diario “El Discreto” un bosquejo que resumía sus ideas
políticas de espíritu antimilitarista y anticlerical muy influenciadas por el utilitarismo de
Jeremías Bentham (1748-1832) mientras que el segundo fue autor de otro proyecto
constitucional bajo la inspiración de Rousseau que mantenía en su texto las líneas matrices
asambleístas de la constitución peruana de 1823.
Frente a la gran cantidad de propuestas el Congreso Constituyente designó una comisión para
redactar la Ley de Bases de la Constitución8 que quedó conformada al día siguiente de la
instalación solemne, el 5 de junio 1827 y poco después, el día 16 del mismo mes, se puso en
debate el proyecto que definía las líneas matrices que tendría la nueva Constitución. Una vez
aprobada la Ley de Bases el día 23 de julio de 1827 otra comisión asumió la responsabilidad de
redactar el texto de la nueva Carta y presentarla al pleno para su discusión.
Uno de los temas más importantes en el debate del texto de la nueva constitución fue el de la
tolerancia religiosa que promovió Vidaurre y que se ventiló en la prensa encontrando como
defensor a Francisco Xavier Mariategui y como detractor al canónico José Ignacio Moreno
quien al final se impondría al aprobarse por inmensa mayoría la confesionalidad católica de la
Republica.
7 En defensa de los acusados de conspiración se sublevó el guerrillero Huavique el 23 de abril de 1828 pero el
intento fue infructuoso. Poco después de este suceso Vidaurre fue expatriado a Estados Unidos donde escribió
su conocida obra sobre Las Facciones en los Gobiernos.
8 La comisión estuvo integrada por Francisco Valdivieso que la presidía. Mariano Alejo Álvarez, Justo
Figuerola, Juan Antonio Torres, Evaristo Gómez Sánchez, Manuel Jorge Terán, sus secretario Fermín Pando
y Rufino Macedo
Otro de los temas que generaron un vivo debate entre los diputados fueron el Federalismo que
no logró entusiasmar la mayoría y es por eso que se escuchó en la tribuna a Luna Pizarro
señalar que:
La explicación del desafecto de los liberales peruanos o colorados por el federalismo que
inspiraba a casi todos los liberales iberoamericanos radicaba en que la fuente ideológica de
estos últimos era la Constitución Norteamericana mientras que la fuente de los primeros era la
Constitución de Cádiz, que significaba un modelo de monarquía parlamentaria pero
esencialmente unitaria. En este sentido se entiende que la inspiración directa de la constitución
peruana de 1828 haya sido la constitución unitaria de las Provincias Unidas del Río de la Plata
de 1826 en la que los liberales de aquel país trataron de conciliar el republicanismo
norteamericano con el unitarismo gaditano para enfrentar a los conservadores platenses que,
en un caso singular en el continente, aspiraban al federalismo y no al centralismo.
Sin duda alguna el debate sustancial de la constituyente fue la elección entre el régimen federal
y el régimen unitario al que se llamaba “consolidado en la unidad” o también una mixtura entre
ambos como bien lo ha señalado Valentín Paniagua en su interesante trabajo sobre la
constitución peruana de 1828.10
Los más enérgicos opositores al federalismo fueron los autoritaristas o “persas” que defendían
una “República en la forma central” en torno a sus figuras más eminentes como el entonces
director del quincenario “Mercurio Peruano”, Don José Maria Pando quien criticaba los efectos
negativos del federalismo según apreciaba en Méjico. Ahora bien, este debate no presentó
posiciones fuertemente encontradas pues la mayoría colorada afirmaban junto a Luna Pizarro
(30-VII-1827) que:
“... para organizar al estado en federación, seria preciso desorganizarlo antes, como en
efecto se desorganizaría con una transición tan intempestiva...” 11
Motivo por el cual los colorados peruanos resultaron siendo unitarios pero no centralistas y de
ahí nació la tendencia para crear un “régimen interior mixto”, que preparase el camino para
una futura federación que, en palabras del mismísimo radical Vidaurre, era aun una “fórmula
prematura”. Otro de los decididos defensores del régimen unitario y descentralizado como
antesala federal fue el diputado Francisco Pacheco que aspiraba a que los departamentos se
experimentasen su administración propia como paso para una federación autentica, idea que al
final se impuso sobre la tesis del centralismo extremo.
9 Blanco, José Félix y Ramón Aspurúa .Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador,
Caracas, 1979 .T XI, p. 490
10 Paniagua Valentín, La constitución de 1828 y su proyección en el constitucionalismo peruano. En
Revista electrónica de Historia Constitucional. Junio 2003
11 Blanco, José Félix y Ramón Aspurúa .Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador,
Caracas, 1979 .T XI, p. 490
anualmente y era bicameral lo cual mejoraba su diseño en relación a la carta de 1823 que tenia
una asamblea omnipotente. Por eso se componía de una cámara de senadores y una cámara de
diputados cuyos miembros durarían cuatro años pero serían renovados bianualmente por
mitades. Sobre esta formula Manuel Vicente Villarán observó que desde entonces:
“La desgraciada idea de la renovación parcial pasó a las constituciones posteriores hasta
1920”12
La relevancia del legislativo también se puede apreciar por la relación que este poder público
tenía con los cuerpos descentralizados. La exposición preliminar del proyecto decía en este
sentido que:
“Las juntas Departamentales se han colocado en seguida del Poder Legislativo, como cuerpos
deliberantes, a quienes se concede una parte considerable de la formación de las leyes
particulares de sus respectivas provincias. Son una imagen de los legislativos de los Estados
Federados con todas las atribuciones que es posible designarles a fin de que los
departamentos se predispongan a recibir oportunamente su independencia en los negocios
domésticos” 13
El poder ejecutivo, quedaba a un lado del legislativo e indudablemente era menos sólido y
eficiente que el de la constitución cesarista de 1826 pero resultó más armonioso y equitativo
que el de carta asambleista de 1823 pues el presidente tenía iniciativa de ley y contaba con un
veto eficaz que, para poder ser superado, requería de dos tercios de los votos de los diputados
y la mitad de los votos de los senadores en el momento de la insistencia.
El constitucionalista José Pareja Paz Soldán describe las limitadas facultades del Ejecutivo con
las siguientes palabras:
“El presidente era responsable directamente por los actos de su administración y era tan
rigurosa en exigir esta responsabilidad que permitía acusar al Presidente de la República por
una serie de delitos excluidos de otras constituciones. Compartía esa responsabilidad –
disidencia con el régimen norteamericano- con los Ministros de Estado. Establecía el refrendo
ministerial, contenida ya en la Constitución de 1823 y en el propio Estatuto Provisional de
San Martín… Su mandato duraba cuatro años y podía ser reelegido, pero una sola vez. Había
un Vicepresidente con las mismas calidades que el Presidente, que lo remplazaría en caso de
impedimento o vacancia. Por ausencia de ambos desempeñaría la Jefatura del Poder
Ejecutivo, el Presidente del Senado” 14
Aquí se observa como el jefe del Estado podía ser acusado constitucionalmente por cualquier
acto de su gobierno sin que el refrendo ministerial sirviera como un atenuante, de ello
resultaba que se concebía en teoría ministros independientes en la administración que en
verdad eran solo secretarios accesorios en la responsabilidad. El mismo Pareja nos explica que
además:
“El Poder ejecutivo se encontraba limitado por las funciones que correspondían a las juntas
departamentales, por la aprobación que necesitaba del Senado para los nombramientos de
Ministros Diplomáticos, Cónsules, coroneles y demás oficiales superiores, por la ingerencia
obligada del Consejo de Estado en asuntos graves y por el control legislativo de las Cámaras
15
En esta Ley fundamental se estableció por primera vez una institución que tendría una larga
vigencia hasta mediados de siglo XIX. Nos referimos al Consejo de Estado al que se concebía
como un cuerpo delegado del parlamento que entraba en acción durante el receso del congreso.
La introducción del proyecto constitucional lo describe diciéndonos que:
“El Consejo de Estado por su misma composición y naturaleza de sus funciones, es un cuerpo
independiente del Ejecutivo. En receso de la legislatura, hace las veces de Senado
Conservador, el es una garantía más de la constitución, cuyo cumplimiento vela: aconseja al
poder ejecutivo en los negocios arduos y graves que puedan ocurrir, y desempeña varias
atribuciones del senado, que se si demorasen hasta la reunión de esta cámara, ocasionarían
retardos perjudiciales a la administración” 17
Mas en contra de ésta visión positiva del Consejo de Estado surgió la crítica de José María de
Pando que lo consideraba un organismo híbrido que no se ubicaba bien dentro de un balance
de funciones por eso, en el Mercurio Peruano señalaba:
“…la organización del consejo de estado rompe completamente el equilibrio de los poderes,
erige en despotismo la legislatura, y condena al gobierno a una nulidad absoluta,… 18
El poder judiciario que diseñó la Constitución quedó ubicado a un lado del preeminente
poder legislativo. El maestro José Pareja y Paz Soldán nos dice que:
“La constitución se refería extensamente al Poder Judicial, aunque introdujo pocos cambios
en relación con las anteriores. Los jueces eran inamovibles, salvo destitución por sentencia
legal. E lPresidente de la República nombraba, a propuesta en terna del Senado, a los vocales
de las Cortes Suprema y Superior y a los Jueces de Primera Instancia, a propuesta en terna de
la respectiva corte superior….Creaba tribunales especiales para el comercio y la minería.
Incurría en el error de establecer jurados para las causas criminales aunque mientras se
organizaba aquellos, seguirán conociendo de los procesos, los Jueces permanentes.”19
La Corte Suprema compuesta de siete vocales y un fiscal era la última instancia que conocía
los recursos de nulidad estableciéndose expresamente que quedaba abolido un viejo recurso
jurídico conocido como “De injusticia notoria” (Articulo 124). Conocían las causas en
segunda instancia las Cortes Superiores y antes que estas los jueces de primera instancia
sustanciando los juicios civiles con deliberaciones privadas (Artículo 122) y los juicios
criminales de manera pública y mediante un jurado que debía ser establecido por ley (Articulo
123), pero paradójicamente esta norma nunca se llegó a promulgar.
Antes de finalizar el análisis de la Constitución cabe anotar dos puntos interesantes expuestos
“No tienen carácter alguno representativo, ni puede en ningún caso tomar parte ni intervenir
bajo ningún pretexto en los asuntos que se versan sobre intereses nacionales y que
corresponden a alguno de los tres poderes de la república. Sus peticiones a las autoridades
deben ceñirse exclusivamente a las necesidades domésticas de los pueblos”. 20
Esta dura desautorización al papel representativo de los antiguos cabildos abiertos resultaba
en los hechos una condena a la mismísima restauración del Municipio de Lima ocurrida el 27
de Enero de 1827 y que había dado origen a la convocatoria del congreso constituyente que
estaba redactando tal cláusula restrictiva
“La constitución garantiza la libertad civil, la seguridad individual, la igualdad ante la ley, y
la propiedad de los ciudadanos….”21
Fue con esta redacción que se consolidó en el Derecho Constitucional peruano el afecto de
políticos y juristas por las grandes declaraciones de principios abstractos que muchas veces no
tuvieron su correlato en verdaderas instituciones arraigadas en la realidad. Por eso el siempre
crítico Pando no dejó pasar estos postulados idealistas sin decir de ellos que:
“Los autores de la constitución tenían tan alta idea, y quería dar un sello tan sagrado a estas
cuatro condiciones esenciales de toda reunión de hombres de razón, que no supieron como
esperar su sentir, si no es adoptando esta forma nueva y extraña: pero quizás hubieran
descubierto la equivocación que padecían, reflexionando que no basta que la constitución
diga, yo afianzo, yo aseguro, yo salgo garante. Es preciso algo mas, no consiste en frases, sino
en instituciones”22
El más notable observador de las instituciones clásicas, Cicerón, en su famosa obra donde
hace un alegato judicial a favor de Milon sostiene como un elevado principio jurídico la
sentencia “Silent enim leges, inter arma”23,. Este aforismo que se ha repetido
intermitentemente en el derecho desde el tiempo de los romanos se pudo verificar
históricamente en el Perú de 1828 debido al eclipse que sufrió nuestro orden constitucional
durante el tiempo que vivimos el conflicto con la Gran Colombia. Por esos aquí es pertinente
explicar el significado que, para nuestra historia constitucional, tuvo la Intervención Militar
peruana en Bolivia y la Guerra con la Gran Colombia, sucesos ocurridos en 1828, puesto que
impidieron la inmediata ejecución de la Ley Fundamental en su integridad.
En realidad estos conflictos tuvieron su origen en dos razones importantes, la primera fue la
pésima política de Bolívar al definir las fronteras del Perú con sus vecinos y que le generó
resistencias hasta de los sectores conservadores que lo apoyaban como se puede apreciar en el
20 Ugarte del Pino, Juan Vicente. Las constituciones del Perú .Lima, 1978.
21 Ugarte del Pino, Juan Vicente. Las constituciones del Perú .Lima, 1978.
22 Pando, José Maria, En el Mercurio Peruano, Lima, mayo de 1833
23 Callarán Las Leyes cuando hablan las armas
caso del Canciller Pando. La segunda razón deriva del feroz espíritu de revancha que
envenenaba a los liberales peruanos contra el Libertador, al grado que hicieron que este
sentimiento se convirtiera en una política internacional.24
El conflicto internacional con Bolívar se inició cuando el Ejército del Sur del Perú intervino
en Bolivia para poner fin a la anarquía que había estallado en ese país. El 28 de abril de 1828
había habido un motín en Chuquisaca25 en el que resultó herido el Presidente Sucre, ese
mismo día un cabildo abierto reunido en la Universidad de la ciudad escribió a Agustín
Gamarra, Jefe del Ejército sur peruano pidiéndole auxilio. Fue así como en Mayo las tropas
peruanas cruzaron el Desaguadero sin encontrar mayor resistencia y permanecieron en el Alto
Perú hasta el 6 de julio fecha en que se firmó el tratado de Piquiza por el cual se acordó el
retiro de Sucre de Bolivia y con él todas las fuerzas bolivarianas.
Ante este éxito el Partido Liberal peruano se propuso ayudar a los liberarles colombianos de
Francisco de Paula Santander que se estaban enfrentando a la dictadura de Bolívar en la Gran
Colombia. Esta segunda intervención desencadenó la ira del Libertador y la inmediata
declaratoria de guerra al gobierno del Mariscal La Mar. El problema era serio porque el Perú
no estaba preparado para esta confrontación a la que fue llevado por una imprudente
diplomacia ideológica.
Al principio hubo algunos éxitos en la campaña naval como la heroica toma de Guayaquil por
la escuadra peruana al mando del almirante Guise quien murió valientemente en esta
operación, pero poco después se perdió el navío “Presidente” calamidad que detuvo la
avanzada marítima. El fracaso final llegó con la campaña terrestre que trató de asegurar el
control del puerto en el Guayas. Primero la sorpresa de Saraguro (13-II-1829) donde se perdió
el parque y esto causó la posterior derrota de Tarqui (27-II-1829). Esta suma de desgracias
militares obligaron al mismo La Mar a firmar el tristemente celebre armisticio de Girón que
indignó a la opinión pública.
Debido a los graves reveses del Ejército del Norte se hizo necesario el auxilio del Ejército del
Sur, al mando del general Antonio Gutiérrez de La Fuente que se embarcó inmediatamente vía
el Callao en ruta hacia la frontera norteña. Pero en el Cuartel General de Piura las divisiones
internas entre los oficiales peruanos se fueron profundizando. De una parte muchos oficiales
recelaban del Presidente La Mar porque había nacido en Cuenca y lo veían como un extranjero
que ejercía el mando contraviniendo el articulo 85 de la nueva Constitución, en tanto que
algunos otros dejaban caer la sutil sospecha de que la responsabilidad de los desaciertos
militares era del General Agustín Gamarra, jefe del Estado Mayor en campaña.
Al llegar a Lima con el ejército de reserva el General Gutiérrez de la Fuente se informó que el
ambiente público de la capital repudiaba al gobierno liberal que ejercía el Vicepresidente
Salazar y Baquíjano. El desconcierto se manifestó en una junta de notables que reunió un
cabildo abierto el 4 de junio de 1829 donde invocaron que el Ejército del Sur resolviese la
grave crisis de la república como así lo hizo, porque se apreciaba que:
24 Curiosamente los liberales habían sido en un origen los mayores propagandistas de Bolívar pero
paulatinamente generaron un resentimiento contra el Libertador porque desde 1825 empezó a
desplazarlos para favorecer a los conservadores.
25 El 24 de diciembre de 1827 hubo un pronunciamiento popular en La Paz al mando del General Pedro Blanco
proclamando la Republica del Alto Perú con el deseo de lograr una reunificación panperuana pero el proyecto se
frustró al ser detenido Blanco y asesinado el 31 de diciembre de 1827 hecho que permitió la supervivencia de la
“Republica Bolívar” que gobernaba desde Chuquisaca Antonio José de Sucre
“La situación del Perú es la mas critica y peligrosa en la que un país pueda encontrarse....El que hoy
día se haya a la cabeza de la republica,...., se ha entregado, desde que se constituyó, a una facción
que mirando solo las venganzas, insensiblemente le hace prescindir de todo bien público,..” 26
Un comerciante danés entonces residente en Lima, Heinrich Witt, nos narra los hechos que
siguieron:
”El 5 de junio en la mañana el Jefe de Estado Mayor De La Fuente, (...) acompañado de dos edecanes,
se presentó ante Salazar y Baquijano (...), sostenía que los oficiales de su tropa y algunas otras
personas le habían pedido que tomara en sus manos las riendas del gobierno, ya que la administración
hasta ese momento había colocado al país en la total ruina y, por lo tanto, le pedía a Salazar que
abandonara su oficina. El viejo noble acató esto y él y sus ministros abandonaron el Palacio y se
dirigieron a sus respectivas casas. Esa misma tarde La Fuente hizo su entrada escoltado por dos
selectas compañías del batallón Zepita y tomó posesión del palacio y del gobierno.” 27
En la madrugada del 6 de junio de 1829 en Piura, antes de saberse las noticias de Lima y con
una precisión cronométrica el Presidente La Mar fue arrestado al grito de “¡No mas
extranjeros, no mas!”. Poco después el Estado Mayor al mando del General Gamarra
reconoció al gobierno provisorio de Gutiérrez de La Fuente que en su manifiesto fechado ese
mismo día confirmaba que:
“La facción que ha rodeado a los encargados del ejercicio del poder ejecutivo,... ha arrastrado a
imprudencias y desaciertos que altamente han comprometido el honor y la seguridad de nuestra patria.
Una guerra insensata y fratricida, provocada artificiosamente,... una invasión del territorio extranjero
ejecutada con la mas insigne indiscreción” 28
El cambio de gobierno en el Perú puso fin de inmediato a todas las suspicacias del gobierno de
la Gran Colombia y abrió las negociaciones diplomáticas Larrea-Gual que buscarían un
tratado definitivo. La esperada reconciliación llegó el 20 de enero de 1830 cuando el
Libertador Simón Bolívar dirigió un mensaje al Congreso Admirable al que declaraba:
“Me congratulo....por las muestras nada equivocas de benevolencia que hemos recibido del gobierno
peruano, confesando noblemente que fuimos provocados a la guerra con miras depravadas. Ningún
gobierno ha satisfecho a otro como el del Perú al nuestro, por cuya magnanimidad es acreedor a la
estimación más perfecta de nuestra parte” 29
26Blanco José Félix y Ramón Aspurúa, Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador,
Caracas, 1979, Tomo XIII, p. 542-543
27 Witt, Heinrich. Diarios 1826-1842, Lima, 1988 Tomo I. p.,311-312
28 Blanco, José Félix y Ramón Aspurúa, Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador,
Caracas, 1979. Tomo XIII, p. 545
29 Blanco José Félix y Ramón Aspurúa, Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador,
Caracas, 1979. Tomo XIV, p. 120
diputados:
“..., la crisis que ataca nuestro actual régimen administrativo, y mas que todo, las defecciones
meditadas en dos o mas de nuestros departamentos, exigen impresionantemente de vosotros un remedio
clásico que nos traiga de una vez por todas la paz y la ventura. Cual debe ser este, la misma carta lo
indica en uno de sus artículos: La convención nacional”30
El texto expreso de la Constitución había estipulado que pasado cinco años de su promulgación
se debería reunir una convención nacional para analizar la conveniencia de realizar reformas a
la Ley fundamental, salvo que por una situación extraordinaria se debiera convocar de manera
anticipada a la referida convención nacional.
El deseo de anticipar la revisión de la Constitución fue una idea recurrente entre los partidarios
de un gobierno fuerte que consideraban que los poderes otorgados al Ejecutivo en la carta de
1828 eran muy débiles y que el legislativo mantenía demasiadas prerrogativas a su favor. Fue
así que el 19 de Diciembre de 1829 al asumir el General Agustín Gamarra la presidencia
constitucional de la república después de las primeras elecciones realizadas con la constitución
de 1828 el nuevo Jefe de Estado sostuvo ante los diputados que:
“Muchos pueblos han manifestado su displicencia a la gran carta; y emitido, sin embargo su opinión
acerca de la necesidad de reformarla. A vosotros toca apreciarla; atendiendo a la voz que de en medio
de la nación se levanta pidiendo la enmienda de las actuales instituciones, y que las sucedan cuanto
antes, otras que estén exenta del principio desorganizador de que aquellas adolecen, aparezcan
revestidas de la pompa de la esperanza y selladas con el carácter venerando que en si envuelve todo lo
útil, y conforme a la índole, usos y costumbres nacionales. (...) Considerad que, destruido el orden,
perecen la paz y la libertad, (...) resolveos por un partido generoso y magnánimo (...) encomendando su
guarda a un Ejecutivo responsable, justo y fuerte” 31
Pero estas palabras no se concretaron en una reforma integral de la carta y Gamarra tuvo que
gobernar los cuatro años de su periodo legal sosteniendo una constitución en la que no creía.
El mismo Presidente se preguntaba:
“Yo seré el custodio de las leyes,... pero ¿podré conciliar tan arduas obligaciones con el
estado actual del Perú bajo formas políticas desnudas del prestigio que hace fácil y grata la
obediencia, y tan opuestas al espíritu publico?”32
30 Blanco: José Félix y Ramón Aspurúa, Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador,
Caracas, 1979. Tomo XIII, 617
31Blanco José Félix y Ramón Aspurúa, Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador, Caracas,
1979. Tomo XIII, p.159
32 Baltes Peter .Pando Colaborador peruano de Bolívar, Tesis. Lima, 1968. p.51
IV El Solio y la Tribuna.
Esto que pudiera parecer un defecto en el buen diseño de un equilibrado sistema de pesos y
contra pesos entre los poderes públicos respondió, fundamentalmente a un plan
predeterminado por los liberales cuyo poder se asentaba en el parlamento, quienes siempre
aspiraban a limitar el poder de los conservadores que defendían las prerrogativas de la
Presidencia. Así los primeros acrecentaron exajeradamente las facultades del legislativo
procurando recortar los atributos presidenciales en tanto que los partidarios de un gobierno
fuerte y eficaz se negaban a aceptar la supremacía de la discusión parlamentaria sobre la
decisión ejecutiva.
‘Dieron constituciones que tendian a hacer a la oligarquia civil, desde su reducto del
congreso, la colaboradora obligada de la faccion militar posesionada del ejecutivo” .”34
Indudablemente la figura mas importante de este proyecto político de liberalismo peruano fue
Francisco Javier de Luna Pizarro, líder indiscutido de aquel partido y al que se le acusó
siempre de tener “la lujuria del mandar al que manda”. Por eso de él dijo el ex presidente
Riva Agüero que:
“ Jamás s e ha conocido en el Perú un demagogo mas orgulloso: sus odios han sido eternos,
siempre vengativo con todo aquel que no se le ha prosternado. Este hombre siempre ha
querido mandar en el Presidente de la republica: lo consiguió en las épocas del Presidente La
Mar... y también durante el mando de D. Manuel Salazar. La dirección de aquel, fue la
perdida de esos gobernantes”35…
Pero si acaso esta crítica del conservador ex mandatario pudiera parecer parcializada lo escrito
por la radical Flora Tristán imposible de ser acusada de conservadora confirman el mismo
criterio:
“ me parece que esta por debajo de su reputación... Ese viejo es el Marat del Perú . Por lo demás no he
encontrado en él ninguna amplitud de miras. Mostraba la pasión de un demoledor, pero no los planes de
un arquitecto”36
El entendió, como ningún otro, que en los inicios del Perú republicano desvastado por la
guerra de la emancipación el discurso retórico era ineficaz para el engrandecimiento del país y
sólo las virtudes severas que representaban los héroes de la independencia podían lograr algo
para la consolidación de las nuevas patrias. Por eso con gran valentía escribió en el diario La
Verdad el 9 de abril de 1833 una idea que resumía su credo constitucional:
“El soldado ha recibido una educación severa y estricta, conoce sus obligaciones y no ha
aprendido a transigir con ellas; hace lo que le mandan, y como le han mandado observar la
constitución, la observa sin discutirla ni tergiversarla. Los señores de la oposición, por el
contrario, pertenecen generalmente al foro; a ese embolismo de falacias y sutilezas donde se
encuentran razones para todo, para lo blanco y para lo negro, para lo derecho y para lo
torcido...Para el Ejercito todo esto es griego. La ley es su norma y no sale de ella. Entre
obedecer y no obedecer; entre subordinación legal o rebeldía, el soldado peruano no sabe
encintrar termino medio”37
Pero si los argumentos de Pando en contra de la supremacía del congreso sobre el ejecutivo no
fueron suficiente para evidenciar las graves consecuencias políticas que originó un modelo
constitucional que no estableció competencias claras entre ambos poderes sino que los
condenó a mantenerse en dos posiciones enfrentadas es bueno recordar la carta que el
presidente Gamarra le escribió al vicepresidente La Fuente el 28.7.1830 a escasos siete meses
de haber asumido el mando donde le decía:
“...si V viera como están los pueblos, se convencería que es la constitución la que esta
disolviendo al país: no hay obediencia no hay autoridades no hay quien quiera trabajar, en
una inmensa desmoralización: Las cárceles llenas de asesinos es el resultado de la impunidad
y el libertinaje. Los Diputados del Congreso, son todos sacados por la intriga, lo mismo que
las juntas departamentales y todos estos son decididos contra la actual administración. Yo no
encuentro mas remedio que la pronta reforma de nuestro Código fundamental, porque
continuando dos años mas el actual orden de cosas se pierde indispensablemente el Perú, y
los resortes de la administración quedan enteramente disueltos. Convencion ,mi amigo, no hay
otro remedio. El congreso no se reúne porque no hay diputado que quiera moverse de su
casa...”. G38
Esta visión resultó premonitoria pues en los años que siguieron el gobierno de Gamarra tuvo
que develar hasta catorce rebeliones entre las cuales destaca la revolución federalista de
Escobedo en el Cuzco (6.9.1830). Ahora bien, es indudable que la mas sorprendente
conspiración contra el gobierno fue aquella que protagonizó el vicepresidente Antonio
Gutiérrez de la Fuente . En 1831 el presidente Gamarra marchó hacia los departamentos del
sur con el objeto de entrevistarse con el recientemente electo presidente de Bolivia, general
Andrés de Santa Cruz y así poner fin a un conjunto de conflictos económicos entre los dos
países limítrofes. Al partir quedó encargado de la presidencia el general La Fuente. El
historiados Mendiburu recuerda que durante esta gestión interina :
37 ( n36. 9.4.1833)
38 (Tauro: 1952 ,p.207) 28.7.1830/p207)
“ ...La Fuente se conducia bien en el mando y guardaba armonia con las camaras , pero
estas lanzaban proyectos y resoluciones que con razon inquietan a Gamarra, contra quien
se dirigian claramente, sin que La Fuente diese pruebas de querer evitarlo.” 39
A esto se sumó la animadversión que sentía el partido del ex presidente Riva Agüero por La
Fuente, situación que derivó en la clausura del diario rivagüerista “El Centinela de la
Libertad” y el arresto de su director Mariano Tramarría junto con el coronel Francisco Vidal,
edecán de Gamarra.
Para abril de 1831 fecha en la cual se aproximaba la reapertura del parlamento las sospechas
de una conspiración por parte de la Fuente en contra del presidente de la república que se
encontraba ausente de la capital. El 16 de ese mes estalló un tumulto popular organizado por
la esposa del presidente Gamarra doña Francisca Subyaga conocida como la Mariscala quien
había tomado contacto con los rivagueristas que eran archi enemigos de La Fuente. Esa
noche el prefecto de Lima, general Elespuru se dirigió a la casa de La Fuente al mando del
batallón Zepita y éste tuvo que huir por los tejados durante la noche para asilarse en la
Corbeta norteamericana Saint Louis cuyo capitán al darle asilo al vicepresidente derrocado le
dijo:
“... yo fondee en este puerto en el mismo momento en que Ud. Marchaba a Lima a deponer al
Vicepresidente. De esas cosas se dejan discipulos herrera 40
Durante esos días de vivió un momento de tranquilidad política donde la posición rivagüerina
se acercó al oficialismo Gamarrista celebrando la caída del vicepresidente La Fuente. El
diario “La Miscelánea” en su número de 29 de Abril de 1831 expresaba en un poema estos
sentimientos:
39 men 105
40 155 santiago tavara
Y que manden unidos los dos
Asi solo el peru sostendra
Su grandeza y antiguo esplendor; 41
Esta alianza que en ese entonces parecía duradera fue en gran parte obra de una figura
excepcional por su valor, coraje y habilidad política que la tradición y la literatura peruana
han dado un lugar relevante la esposa del presidente Gamarra conocida como Doña Pancha,
La Mariscala de la que un dicho popular afirmaba:
El 2.8.1831 se reunió el Congreso y resolvió con cierto desgano dar una Ley declarando
vacante la vicepresidencia que había ejercido La Fuente. Así se cerraba un capítulo mas de
confrontación entre la tribuna parlamentaria y el solio presidencial donde el arma de guerra
había sido la figura del vicepresidente. El historiador Mendiburu que a raíz de esta
experiencia sintió profundo desafecto por la institución de la vicepresidencia nos explica su
interpretación de lo que entonces ocurrió con las siguientes palabras:
“Para los liberales Gamarra era criminal porque depuso a La Mar, pero no lo era La Fuente,
que depuso a Salazar, porque La Fuente se les sometia y podia servirles de instrumento contra
otro... Así son y serán los liberales y, como el Presidente era Gamarra , claro es que debían
trabajar por que el Vicepresidente se le separase...En esta época se palpo, por la vez primera
lo que hoy es casi un axioma: ...no puede haber Vicepresidente y que..., por grande que sea su
honradez y buena fe, o ha de ser rival y emulo del presidente por obra de los liberales o ha de
ser objeto de la desconfianza , sospechas y precauciones del Presidente.”42
41 (Herrera 182)
42 ( Men 160)
junta departamental protesto 4.10.30 y la disolvio 7 10.30
16 dic 30 cest acuso a camaras
16 abril tumulto popular
pando no apoyo el golpe
juntas oligarquicas
disolucion junta
caida la fuente e interinos no vices
El 19 de Marzo de 1832 fue fusilado el capitán Rossel autor de una conspiración frustrada que
fue descubierta antes de hacerse del poder. Santiago Tavara en su História de los Partidos
(1862 ) nos cuenta que:
Lo cierto era que dos días después de esta ejecución el diario “El Conciliador” había publicado
un artículo del liberal Manuel Lorenzo de Vidaurre, a quien el Presidente invitaría al despacho
de gobierno tras su justificacíon de esta tremenda medida:
Con estas palabras quedaba planteada la doctrina de Vidaurre sobre las facultades
extraordinarias que debían asistir al Ejecutivo para preservar el orden de los vientos de la
anarquía. Pocos años después en 1833, anotando su texto titulado “Artículos Constitucionales
que son de agregarse a la Carta para afianzar nuestra libertad política” el mismo Vidaurre se
ratificaba diciendo que:
43 (TAVARA:p103)
44 ( Basadre II 269)
45
En especial fue Simón Bolívar quien hizo gala de este recurso excepcional a lo largo de sus
campañas libertadoras. Pero, como dice Santiago Távara:
”…cuando el libertador fracaso en el Perú en sus proyectos, se tomo horror a la dictadura, y
no sabiendo el modo de proveer a las necesidades eventuales, se adopto el medio de autorizar
para estos casos, con el nombre de facultades extraordinarias, nombre importado de
Colombia, que principio a figurar en la Constitución de 1828, continuo en la misma forma, en
la del 34, y en la de 1839...” 46
Congreso 14 revoluciones
La constitución de 1856 art 55- 21 la de 1867 59-21. la 69 es mas moderda 59-20. 1920 35 y
36. articulo 70 const 1933 ley de seguridad interior
Es con todo lo dicho con lo que observamos el origen de lo que hoy conocemos como Estado
de Excepción y que constituyen suspensiones ilimitadas del ordenamiento constitucional pero
no un poder excepcional que suspende la legalidad con el fin de evitar que esta sea destruida
como fue la dictadura clásica romana en la que se inspiró la “doctrina de Vidaurre” para
impedir que la Constitución naufragara ante las centellas del desorden.
La
45 (Vidaurre p368)
46 (Távara :p89)
2 de noviembre 1832 lista de infracciones a la constitucion
presidia vigil duro 12 dias el 17 subio el tacneño
rebeliones expatriaciones
federalismo sur
facultades extraordinarias
vidaurre
nota b
El 2 de noviembre de 1832 se abrieron las sesiones del congreso peruano presentándose aquel
día una lista de infracciones a la Constitución por parte del diputado Francisco de Paula
González Vigil quien subió a la tribuna y después de increpar al ejecutivo por imponer
excesivas contribuciones, doblar el impuesto sobre el papel sellado, desterrar del país a
ciudadanos, disolver juntas parlamentales y vulnerar garantías constitucionales dijo en un
vibrante discurso “yo debo acusar, yo acuso” .
Este hecho concitó la mayor atención de la oposición liberal que no había podido lograr con la
revolución de desestabilizar el gobierno de Gamarra sino que ahora intentaba el camino de la
confrontación y acusación constitucional. Consciente de esta realidad José Rufino Echenique,
quien llegaría a ser presidente del Perú veinte años después, recordó que en aquel entonces:
Después de haber soportado el Ejecutivo durante doce días una ofensiva parlamentaria
insistente y acalorada, una votación decidida se pronunció en contra de la acusación y
finalmente la exculpación del presidente Gamarra quien después de esas jornadas escribió una
carta el 18.11.1832 al líder de sus opositores liberales Francisco Javier de Luna Pizarro
señalándole:
““.Era menester probar la constitución por todos sus extremos, a fin de que llegado el caso de
“como nuestro deber nos obliga a la imparcialidad, tenemos que decir, que
la acusación fue incompleta por una parte y exagerada por la otra. No se menciono lo del 16
de Abril, y se aglomeraron en el las pequeñeces” …“En cuanto a nosotros no podemos dar
una prueba mas incontrovertible de que procuramos cumplir nuestro deber, que el juicio que
hemos emitido acerca de un hecho, que pertenece a nuestro partido, cuyo autor es un hombre
esclarecido, universalmente respetado, con cuya amistad nos honramos”.. , 49
48 (Tauro:1952:p243-244).
49 (Tavara: 1862p101)
Tribunal siete vocales 1856
Tribunal supremo de responsabilidad 1865
/////////////////////////////////////////////
promulgada el 18.3.28
II la constitucion politica
basadre tomo II
V “Callaran montaneamente las leyes para salvar las leyes”
1826/30.5,150-1828/48.23-1834/51.27-1839/55.26
Manuel Lorenzo de Vidaurre (1773-1841)
Unitarios y federalista?
Manuel del rio hizo el primer presupuesto
poderes extraordinarios 2/3 del congreso / guerra justficar
congreso de 1830 no se reunio 31 adverso, 32 hostil=
admistia desde28 ley 18.5. 1831
ley contra expatriaciones 1832 /rebelion tribunales ordinarios salvo en guerra 1832
odservadas e insistencia / gamarra no las promulgo y orbegoso puso el cumplase 1834
veto / insistencia/ promulgacion
+‘Articulos Constitucionales que son de agregarse a la Carta, para afianzar nuestra libertad
politica. Lima 1833 PCons aiii 96
-Callaran por un momento las leyes para que / montesquio velo estatuas
Yo Debo Acusar, Yo Acuso
debate del 7 de nov de 1832 infracciones durante el receso de camaras, segun el CE y Com.
const, estas eran ; poner contribuciones, doblar el impuesto sobre el papel sellado, desterrar del
pais a un ciudadano, disolver la junta dep mediante expulsion de tres miembros de ella y violar
las gar const
telleria por enf 27-9/1-11-32
27.9.32 renuncio
Bibliografía
Anónimo
-Varias observaciones a la Constitución. Lima: s. e., 1831
Aljovín, Cristóbal.
-Caudillos y constituciones. Lima, 1999.
Altuve, Leonardo.
-Choquehuanca y su arenga a Bolívar. Buenos Aires, 1991.
Basadre, Jorge.
-Historia de la Republica. T. II y III Lima, 1983
Baltes, Peter
-José Maria Pando colaborado peruano de Bolívar de Gamarra. Tesis PUC Lima,
1968
Blanco, José Félix y Ramón Aspurúa
-Documentos para la Historia de la Vida Pública del Libertador, Caracas, 1979
Echenique, José Rufino
-Memorias para la Historia del Perú. Lima, 1952.
Figuerola, Justo:
Discurso pronunciado en la discusión de las Bases. Lima: s, e., 1827.
Gómez Sánchez, Evaristo:
-Discurso pronunciado en la tribuna del Congreso por el señor Diputado Gómez
Sánchez sobre Bases de Constitución”. En El Eco de la Opinión del Perú, Nº 8, Lima,
30 de agosto de 1827, pp. 1-3.
Herrera, Dante
-Rebeliones que intentaron desmembrar el Sur del Perú. Lima, 1961
Llosa Benavides, Mariano:
-Discurso pronunciado en la tribuna del Congreso el día 22 de julio sobre el Sistema de
Gobierno que más conviene al Perú, por el señor Diputado Llosa Benavides”. En El
Eco de la Opinión del Perú, Nº 5, Lima, 19 de agosto de 1827, pp. 1-2.
Monguío, Luis.
-Don José Joaquín de Mora y el Perú del Ochocientos. Madrid, 1967
Pando, José Maria
-Constitución. En Mercurio Peruano Nos 27-31, 34-38, 41-42, 47-50 y 54-61. Lima,
marzo a julio de 1833.
Pacheco, Francisco
-Esclarecimiento a la Constitución dada al Perú en el año 1828. Lima, 1828
Pacheco, Toribio.
-Cuestiones Constitucionales. Lima, 1996
Paniagua, Valentín.
-La constitución de 1828 y su proyección en el constitucionalismo peruano. En Revista
electrónica de Historia Constitucional. Junio 2003
Pareja Paz Soldán, José.
-Derecho Constitucional Peruano y la Constitución de 1979.Lima, 1981.
-El congreso constituyente y las constituciones de 1823 y1828. En Revista del Foro
N.2. Abril- Junio, 1976
Tauro del Pino, Alberto
-Francisco Xavier Luna Pizarro. Escritos Políticos. Lima, 1950.
-Epistolario del Gran Mariscal Gamarra. Lima, 1952.
Ugarte del Pino, Juan Vicente.
-Las constituciones del Perú .Lima, 1978.
Vidaurre, Manuel Lorenzo.
-Discurso pronunciado sobre las Bases de la Constitución .Lima ,1827.
Villaran Manuel Vicente
- Páginas Escogidas, Lima, 1962
UIT, Heinrich
-Diarios 1826-1842, Lima, 1988