1er Parcial Practicas Fitopatologia

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UNIVERSIDADA NACIONAL HERMILIO VALDIZAN DE HUÁNUCO

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS


ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AGRONÓMICA

PRÁCTICA Nº 01. EL LABORATORIO DE FITOPATOLOGÍA

El laboratorio de fitopatología está conformado por las especialidades de


Micología y Bacteriología, ambas disciplinas cuentan con procedimientos de
diagnóstico que permiten llegar a determinar especies, sub especies, patovares
o variedades fúngica o bacteriana fitopatógenas en cultivos y semillas hortícolas,
forrajeros, industriales, ornamentales, forestales, frutales u otros

Normas dentro del laboratorio


Siga las siguientes recomendaciones que son generales a tener en cuenta en un
laboratorio

1. Generales
Mantenga las luces apagadas si no hay necesidad de su utilización.
Los grifos de agua se deben manejar con cuidado a fin de no romperlos y
cerciorarse que no se está perdiendo agua inútilmente.

Las llaves de gas que abastecen los mecheros deben estar cerradas, en caso
de fugas informar al Monitor o al profesor directamente.

Si hay fuerte olor a gas cohíbase de encender fuego hasta tanto no desaparezca
el olor a gas. Terminada la práctica cierre correctamente las llaves de paso.

Estar puntual a la hora de entrar al laboratorio, recuerde ese adagio que dice
“Uno llega tarde porque se sabe que lo esperan, si sabe que no lo esperan uno
no llega tarde”. Se da un margen máximo de 5 minutos para su llegada

Está prohibido comer, beber o fumar dentro del laboratorio, esto genera
indisposición general y no ayuda al desarrollo armónico de las prácticas
No se permite juegos ni indisciplina dentro del laboratorio, éste es un sitio donde
el respeto y la academia nos debe ayudar a formar integralmente.

No pierda tiempo, trabaje rápido y con cuidado, sea diligente dentro del proceso
de las distintas prácticas.

Evite el deambular por el espacio físico del laboratorio sin motivo aparente,
céntrese en su trabajo con el grupo de compañeros el cual le correspondió. De
esta manera el trabajo rinde y se hace más armónico.

Finalizada la práctica la mesa de trabajo debe quedar en buen estado y aseada.

Entregue el material de laboratorio asignado en perfecto estado y de manera


limpia. En caso que por accidente se haya fraccionado algunos de los materiales
dados, debe hablar con el profesor de la materia o en su defecto con el monitor.
Es claro que debe reponer el material que averió.

2. Material del laboratorio

Dentro del laboratorio siempre utilizar bata de manga larga blanca


preferiblemente de algodón.

Cuide los lentes del microscopio para que no se manchen con colorantes.

Una vez dentro el laboratorio lave y seque correctamente el material que


previamente le han entregado procurando no ocasionar fracturas del mismo.

Todo el material especialmente los aparatos delicados, como lupas y


microscopios, deben manejarse con cuidado evitando los golpes o el forzar sus
mecanismos.

Jamás pipetee ácidos o Bases fuertes, sustancias toxicas o volátiles


Nunca arroje materiales sólidos (papeles, fósforos, vidrios, etc.) en los sumideros
o vertederos utilice los implementos adecuados para ello.

Evite instalaciones o montajes inestables de aparatos durante las distintas


prácticas.

No pipetear nunca con la boca. Se debe utilizar la bomba manual una jeringuilla
o artilugio que se disponga en el Centro.

Las pipetas se cogerán de forma que sea el dedo índice el que tape su extremo
superior para regular la caída de líquido.

Al enrasar un líquido con una determinada división de escala graduada debe


evitarse el error de paralaje levantando el recipiente graduado a la altura de los
ojos para que la visual al enrase sea horizontal.

Cuando se calientan a la llama tubos de ensayo que contienen líquidos debe


evitarse la ebullición violenta por el peligro que existe de producir salpicaduras.
El tubo de ensayo se acercará a la llama inclinada y procurando que ésta actúe
sobre la mitad superior del contenido y cuando se observe que se inicia la
ebullición rápida se retirará acercándolo nuevamente a los pocos segundos y
retirándolo otra vez al producirse una nueva ebullición realizando así un
calentamiento intermitente. En cualquier caso se evitará dirigir la boca del tubo
hacia la cara o hacia otra persona.

Cualquier material de vidrio no debe enfriarse bruscamente justo después de


haberlos calentado con el fin de evitar roturas.

Los cubreobjetos y portaobjetos deben cogerse por los bordes para evitar que
se engrasen.
Gradilla
Una gradilla es una herramienta que forma parte del material de laboratorio
(química) y es utilizada para sostener y almacenar gran cantidad de tubos de
ensayo, tubos eppendorf u otro material similar.

Pipeta
Es un instrumento volumétrico de laboratorio que permite medir alícuotas de
líquido con bastante precisión. Suelen ser de vidrio.
Probeta
La probeta o cilindro graduable es un instrumento volumétrico que permite medir
volúmenes superiores y más rápidamente que las pipetas aunque con menor
precisión.

Bureta
Las buretas son tubos largos, graduados, de diámetro interno uniforme provistas
de una llave en su parte inferior

Tubo de ensayo
El tubo de ensayo o tubo de prueba es parte del material de vidrio de un
laboratorio de química.

Baño María cromado


Es un dispositivo circular que permite calentar sustancias en forma indirecta es
decir sustancias que no pueden ser expuestos a fuego directo.

Balanza granataria
Es un aparato que permite pesar sustancias su sensibilidad es de 1 décima de
gramo.

Balanza Digital
La balanza digital es un instrumento de medición se caracteriza por dos rasgos
fundamentales: su gran rango de pesaje y su capacidad para obtener el peso
con una precisión asombrosa.
Aro Metálico
Es un componente importante en él para el montaje y construcción de sistemas
para calentar y sujetar.

Cristalizador
Permite cristalizar sustancias

Cápsula de porcelana
Permite carbonizar elementos químicos. Resiste elevadas temperaturas

Crisol de porcelana
Permite calentar compuestos químicos a altas temperaturas

Embudo de separación
Es un embudo que tiene la forma como de un globo existen en diferentes
capacidades como: 250 ml., 500 ml.Se utiliza para separar líquidos inmisibles.

Frasco gotero
Permite contener sustancias que se necesitan agregar en pequeñas cantidades

Embudo de vidrio
Se emplea para trasvasar líquidos o disoluciones de un recipiente a otro y
también para filtrar en este caso se coloca un filtro de papel cónico o plegado.

Matraz Erlenmeyer
Es un utensilio de vidrio que se emplea para contener sustancias los hay de
varias capacidades.

Matraz de destilación
Son matraces de vidrio con una capacidad de 250 ml. Se utilizan junto con los
refrigerantes para efectuar destilaciones.
Matraz aforado
El matraz aforado se usa para preparar soluciones de una concentración muy
precisa debido a que se conoce con un margen de error muy pequeño el volumen
que marca el aforo.

Matraz itacate
Es un matraz de vidrio que presenta un vástago. Están hechos de cristal grueso
para que resistan los cambios de presión. Se utilizan para efectuar filtraciones al
vacío.
Pinzas para crisol
Permiten sujetar crisoles

Piseta
Es un recipiente que se utiliza para contener agua destilada este utensilio facilita
la limpieza de electrodos

Vaso de precipitados
Un vaso de precipitado es un material de laboratorio de vidrio que se utiliza para
contener sustancias disolverlas atacarlas calentarlas y en general cualquier cosa
que no necesite una medida de precisión del volumen.

Soporte Universal
Es un utensilio de hierro que permite sostener varios recipientes
3. Evitar accidentes

Sofoque cualquier principio de incendio con un trapo mojado


Evite inhalar vapores de manera directa de cualquier material. Si es
absolutamente necesario porque la practica así lo requiere opere arrastrando los
vapores con la mano hacia la nariz

Lea con atención las etiquetas que están adosadas a los envases de las
sustancias químicas, evite accidentes por consumo de sustancias químicas del
laboratorio.
Cerciórese antes de coger cualquier material de vidrio hierro y porcelana que
estos se encuentran a la temperatura ambiente para evitar posibles quemaduras
En caso de quemaduras con sustancias químicas o materiales expuestos a altas
temperaturas vaya directamente con el docente a fin de utilizar algún paliativo
para la quemadura.

Evite por si solo hacer combinaciones de sustancias. Hable con el docente si es


procedente hacer algo al margen de lo manifestado en la guía de laboratorio.
Evite cortarse con vidrio cumpliendo las siguientes instrucciones:
a. Nunca trate de insertar tubos de vidrio, termómetros, embudos o cualquier otro
objeto de vidrio en tapones de caucho o cualquier otro objeto sin humedecer el
tapón y el objeto de vidrio.
b. Proteja sus manos con una toalla
c. Para reducir el palanqueo que se ejerce sobre el vidrio mantenga una mano
en el tapón y con la otra tome el material de vidrio muy cerca del extremo que se
va a insertar haga presión y el objeto de vidrio se ira introduciendo lentamente.

Los productos inflamables (gases, alcohol, éter, etc.) deben mantenerse alejados
de las llamas de los mecheros. Si hay que calentar tubos de ensayo con estos
productos se hará al baño María nunca directamente a la llama. Si se manejan
mecheros de gas se debe tener mucho cuidado de cerrar las llaves de paso al
apagar la llama.
Cuando se manejan productos corrosivos (ácidos, álcalis, etc.) deberá hacerse
con cuidado para evitar que salpiquen el cuerpo o los vestidos. Nunca se
verterán bruscamente en los tubos de ensayo, sino que se dejarán resbalar
suavemente por su pared.

Cuando se quiera diluir un ácido nunca se debe echar agua sobre ellos; siempre,
al contrario: ácido sobre agua.

Cuando se vierta un producto líquido el frasco que lo contiene se inclinará de


forma que la etiqueta quede en la parte superior para evitar que si escurre líquido
se deteriore dicha etiqueta y no se pueda identificar el contenido del frasco.

Recomendaciones para el éxito de las prácticas de laboratorio


Antes de realizar una práctica, debe leerse detenidamente para adquirir una idea
clara de su objetivo, fundamento y técnica. Los resultados deben ser siempre
anotados cuidadosamente apenas se conozcan. Cada grupo de prácticas se
responsabilizará de su zona de trabajo y de su material.

Llevar el material solicitado en las distintas prácticas.

Trabajar con diligencia y de manera armónica de tal forma que no se malgaste


el tiempo y pueda terminar la practica en el tiempo estipulado.

Conformar grupos de trabajo de acuerdo a las indicaciones del docente o monitor


y presento los informes de laboratorio con el grupo de trabajo con quien realizo
la practica

Asepsia
Mantener el mayor cuidado en la limpieza del material y del laboratorio mismo
es fundamental para realizar trabajos confiables. El medio ambiente se
encuentra, por lo general, cargado de microorganismos diversos que pueden
contaminar el ámbito de trabajo, por ello es conveniente no descuidar la limpieza
de los materiales, instrumentos y equipo necesario para el trabajo. Los
materiales de vidrio y cualquier otro elemento deben estar profundamente
limpios antes de comenzar el trabajo.

Lavado
Durante los trabajos con microorganismos, específicamente hongos, es
necesario y fundamental trabajar con mucha asepsia, debido a que es
indispensable el mantenimiento de los cultivos puros. Por lo tanto, es
conveniente que luego de lavar todo el material de vidrio, éste sea enjuagado
dos veces con agua destilada, para eliminar todo residuo de detergente antes de
ser esterilizado.

Esterilización
La esterilización de los materiales de vidrio y medios de cultivo nos asegura un
estado de asepsia que permite trabajar sin dificultades cuando se 15 ejecuta en
forma eficiente. La forma más común de esterilización es por medio del calor
seco o húmedo. La esterilización por calor seco se consigue con el uso de un
horno o estufa y es útil en el caso de esterilizar placas Petri y otros materiales de
vidrio. La temperatura a la que se somete el material durante 90 a 120 minutos
debe fluctuar entre 160 y 180 ºc.

Es eficaz siempre y cuando se deje espacio libre para que el aire caliente circule
alrededor de los materiales. La esterilización por calor húmedo o a presión de
vapor de aua se consigue con el uso de una autoclave. (dibujar una autoclave).

Se encuentran de varios modelos y tamaños, pero todas tienen el


mismo principio de funcionamiento. A mayor presión, mayor es la temperatura
de ebullición del agua; cuando la presión aumenta a 15 libras (dos atmósferas),
la temperatura llega a 121.6 ºC. no existe microorganismo que tolere esta
temperatura durante 15 minutos.

El tiempo es el factor que permite que el calor penetre en la masa de


esterilización y se absorba. Cuando se esterilizan medios de cultivo en frascos
de vidrio, se debe asegurar que éstos ocupen no mas de las tres cuartas partes
del frasco para permitir una ligera ebullición sin derramarse por lo mismo las
tapas deben colocarse ligeramente sueltas. Los frascos Erlenmeyer se deben
taponar con algodón para permitir la circulación del vapor.

Los tubos de Ensayo conteniendo medio, se deben colocar en una gradilla o


rejilla.

Tarea:
Dibujar a mano todos los instrumentos y equipos del Laboratorio de
Fitopatología, descritos en esta guía.
UNIVERSIDADA NACIONAL HERMILIO VALDIZAN DE HUÁNUCO
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AGRONÓMICA

PRÁCTICA Nº 02. TOMA Y ENVÍO DE MUESTRAS A LA UNIDAD DEL


CENTRO DE DIAGNOSTICO DE SANIDAD VEGETAL

UCDSV
Para la toma y envío de muestras a la Unidad del Centro de Diagnóstico de
Sanidad Vegetal (UCDSV), los especialistas de Sanidad Vegetal deberán
considerar las indicaciones que a continuación se detallan:

I. TOMA Y ENVÍO DE MUESTRAS ENTOMOLOGICAS:

1. Elección de la muestra en campo: se tratará de observar la presencia de


la plaga en los diferentes órganos de la planta, tanto externa como
internamente. Es indispensable el uso de una lupa de 10x, especialmente
cuando se trata de detectar insectos pequeños por ejemplo trips o en caso
de ácaros. Asimismo, deberán incluirse en las observaciones plantas con
presencia de síntomas iniciales, intermedios y aparentemente sin daño.
2. Los estados inmaduros de lepidópteros, dípteros, coleópteros y otros
insectos, deben ser criados hasta obtenerse los estados adultos, para
facilitar la identificación y luego ser remitidas a la Unidad del Centro de
Diagnóstico de Sanidad Vegetal. Algunas larvas y pupas se conservarán
en alcohol.
3. Los insectos adultos grandes pueden ser montados en alfileres
entomológicos y los pequeños y de cuerpo blando deben ser colocados
en frascos con alcohol al 70%, debidamente identificado con una etiqueta
donde se indique: datos del colector, planta hospedera, localidad y fecha.
4. Los insectos de los órdenes Neuroptera y Lepidoptera pueden ser
guardados entre hojas de papel (sobres o bolsas pequeñas de papel, por
ejemplo) con las alas plegadas sobre el dorso.
5. Los insectos del orden Orthoptera se deben remitir preferiblemente en
sobres entomológicos, debido a que el alcohol puede hacer cambiar la
coloración.
6. Los insectos del orden Hymenoptera se puede remitir en alcohol al 70%,
o en sobres entomológicos.
7. Los insectos del orden Hemiptera de preferencia deben ser enviados en
sobres entomológicos o acondicionados en cajas pequeñas y duras entre
capas de papel toalla.

8. Los insectos de los órdenes Thysanoptera, Coleoptera y Diptera(mínimo


12 individuos entre machos y hembras) deben ser enviados en alcohol al
70%.

9. Los insectos de las familias Diaspididae, Coccidae, Pseudococcidae y


Aphididae, se deben remitir en alcohol al 70%. Los especimenes deben
ser adultos jóvenes, con un número alto de individuos, ya que muchos
pueden estar parasitados. En el caso de áfidos se deben remitir individuos
ápteros y alados, ya que estos últimos tienen mejores características para
la identificación.

10. Los insectos pertenecientes a la familia Aleyrodidae, pueden ser enviadas


introduciendo las hojas con pupas y exuvias pupales en frascos con
alcohol al 70%, también en otro vial se debe adjuntar los adultos; las
pupas y exuvias pupales pueden ser enviadas sin las hojas.

II. TOMA Y ENVÍO DE MUESTRAS FITOPATOLOGICAS:

1. La buena elección de material enfermo facilita la labor de diagnosis,


considerándose una buena cantidad de material fresco que muestre los
síntomas característicos claros y tratando de incluir las fases iniciales o
intermedias de la enfermedad.
2. Mantenga, de ser posible, las muestras refrigeradas después de su
colección hasta que ellas sean remitidas.
3. Para evitar que las hojas se quiebren o encarrujen deben colocarse entre
láminas de papel y luego estas entre cartón, las que deben estar
convenientemente superpuestas, unidas y atadas.
4. En caso de raíces, es necesario que vengan con una pequeña cantidad
de tierra que las rodea para guardar la humedad y observar en laboratorio
la presencia de insectos u otros organismos presentes.
5. No mezcle diferentes componentes de la muestra en la misma bolsa de
envío (ejemplo: en plantas completas separar raíces con suelo de la parte
aérea.
6. Se recomienda el envío constante de muestras de suelo para diagnóstico
de nematodos, ya que estos patógenos generalmente no son
considerados como de importancia, pero, se conoce que muchos de ellos
son causantes de graves enfermedades, así como iniciadores de
problemas radicales fungosos, bacterianos o de virus.
7. Los frutos jugosos deben acondicionarse con algodón u otro material
suave que amortigüe los golpes y estar recubiertos de papel.
8. Embalar el material en una caja de cartón fuerte para prevenir el deterioro
de las muestras durante el tránsito.
9. Identifique las muestras con etiquetas externas e internas. No coloque la
etiqueta interna en contacto con la humedad ni escriba con lapicero, sólo
con lápiz de carbón o lápiz de cera. Es preferible colocar doble bolsa
plástica y colocar la etiqueta en medio de ellas.
10. Despache las muestras de modo que lleguen en días laborables y en el
tiempo más corto al laboratorio.

Otras consideraciones en la colecta de muestras fitopatológicas:


a. Cancros y agallas: Seleccionar ramas o ramillas con agallas jóvenes.
Cortar ramas sanas y afectadas. Colocar las muestras sin humedad en un
papel grueso sellado o en un envase hermético, no en bolsa plástica.
Colecte el suelo circundante al pie de la planta y empaquete en una bolsa
plástica sellada.
b. Marchitez, muerte regresiva, pudriciones radiculares y defoliación:
- Colecte toda la planta, de ser posible, con raíz y suelo. Extraiga las
plantas (herbáceas) cuidadosamente del suelo, de tal forma que las
raíces se mantengan intactas con su rizósfera (suelo alrededor de
las raíces), Coloque las raíces con su rizósfera en una bolsa
plástica; y empaquete la parte aérea con papel toalla y bolsa
plástica sellada.
- En el caso de plantas perennes colecte un manojo generoso de las
raíces alimenticias con su rizósfera y empaquete en una bolsa
plástica sellada; incluya además raíces largas que muestren
pudrición con suelo. Colecte además varias ramas o ramillas con
follaje mostrando un rango de síntomas, empaquete con papel toalla
y bolsa plática sellada. Describa correctamente la sintomatología
observada como decoloración de raíces, cancros, etc.
• Nodulaciones: Colecte suelo y los tejidos con diferentes grados de
síntomas, empaquete conjuntamente en bolsa plástica sellada.
• Manchas foliares (royas, oidiosis, mildius, sarna, antracnosis,
tizones, etc.): Colecte al menos 15 hojas representativas de todos los
estadíos de infección. Para plantas con hojas pequeñas, corte una rama
con sus hojas intactas. Empaquete en papel toalla y luego en bolsa
plástica sellada. Las hojas muy suculentas recibirán el tratamiento
detallado para frutos frescos.
• Quemaduras en puntas y márgenes de las hojas y amarillamientos:
Colecte la planta completa con raíz y suelo, anote la distribución de la
sintomatología en la planta y en el campo, así como las labores culturales
realizadas (aplicaciones de plaguicidas, herbicidas, fertilizantes, etc.).
Empaquete la parte aérea y subterránea separadamente como
anteriormente indicado.
• Deformación de hojas, mosaico, aclaración de venas, manchas
anilladas: Colecte todos los estados representativos, envíe por lo menos
15 hojas de cada síntoma envuelto en papel toalla y con bolsa plástica
sellada. El mantenimiento de muestras frescas es esencial para el
diagnóstico de virus. Anote además detalles de las labores culturales
(especialmente aplicaciones de plaguicidas y fertilizaciones).
• Frutos y otros tejidos frescos o suculentos: Evitar empaquetar frutos
u otros órganos frescos mostrando estados avanzados de pudrición.
Seleccione muestras con estados tempranos de la infección o daño.
Limpie el exceso de humedad y envuelva los frutos o vegetales
individualmente en doble papel toalla seco y colóquelo en una bolsa de
plástico. Añada un material de empaque y envíelo en un contenedor a
prueba de choque (envase hermético con paredes cubiertas por tecnopor
y papel toalla de relleno).
• Flores y frutillos cuajados: Colecte buena cantidad de flores y frutillos
con pedúnculos y ramas, empaquete en papel toalla y luego en bolsa
plástica sellada, evite que la muestra esté húmeda.
• Carbones en espigas, mazorcas, tubérculos: Colecte varias espigas
(cereales, pastos, forrajes, caña de azúcar, etc.) y frutos (mazorcas de
maíz, tubérculos de papa, etc.) y envuélvalos individualmente en papel
toalla y luego en bolsa de plástico selladas.
• Plántulas: Colecte una docena o más de plántulas con suelo o medio
de crecimiento. La Rizósfera sobre las raíces debe estar intacta.
Seleccione plántulas con síntomas de estado temprano e intermedio.
Empaquete la muestra manteniendo el suelo intacto sobre las raíces y
evitando que contacte el suelo con las hojas. Envuelva el suelo con bolsa
plástica sellada y los tallitos y hojas con papel toalla. Coloque la muestra
completa en una bolsa plástica con agujeros en la parte superior.
• Plantas herbáceas: Seleccione una docena de plantas completas,
representando un rango de síntomas. Separe la parte aérea de la parte
subterránea empaquetando esta última en bolsa plástica cuidando que la
rizosfera se mantenga intacta con las raíces. Envolver la parte aérea con
papel toalla y luego en bolsa plástica sellada.

4 2.1. Toma y envío de muestras para detección de Virus Fitopatógenos

INTRODUCCIÓN.

La Virología Vegetal es la disciplina que estudia los virus de plantas en todos sus
aspectos: estructura y composición, efectos, formas de transmisión,
comportamiento ecológico y control.
Los Virus son entidades demasiado pequeñas, solo pueden observarse
utilizando un Microscopio Electrónico. Todos los virus son parásitos y producen
una multitud de enfermedades en todas las formas vivientes (desde humanos,
animales, plantas hasta bacterias y micoplasmas). Aproximadamente la mitad de
los virus conocidos atacan a las plantas. Un virus puede infectar a una especie
de planta o a diferentes Familias de plantas. También una especie de planta
puede estar atacada por uno o muchos virus distintos.

Después de entrar en las células del huésped, los virus se replican, se trasladan
a otras células y finalmente se acumulan en diversos tejidos de la planta. Durante
este proceso, los virus usan el proceso metabólico normal y causan alteraciones,
dando lugar a reacciones del huésped, que se denominan “síntomas”. Este
proceso no es instantáneo, hay un lapso de tiempo entre la entrada del virus en
la célula y la aparición del primer síntoma. Este periodo es conocido como el
periodo de incubación (Bos 1970).

El hecho de que la mayoría de los virus tomen el nombre del síntoma


característico que inducen en su huésped principal destaca la importancia de la
Sintomatología como un criterio para su identificación. Esto fue aceptado en los
inicios de la Virología; actualmente se aceptan como pruebas definitivas su
purificación, observación en el microscopio electrónico y los ensayos serológicos
o moleculares.

1. OBJETIVO.
Dar las pautas para que la muestra sea bien tomada y correctamente remitida
permitiendo un diagnóstico preciso y rápido de la plaga fitosanitaria.

2. CAMPO DE APLICACIÓN.

Especies vegetales (hojas jóvenes con síntomas).

3. PROCEDIMIENTO.
Un gran número de síntomas producidos por infecciones virales dependen de la
interrelación entre el genotipo de la planta, el virus y su variante, y las
condiciones ambientales donde interactúan. Los síntomas pueden ser
distinguidos como:

Locales: son los primeros en presentarse en la planta. En las hojas pueden ser
lesiones cloróticas o necróticas de tamaño y tipos diferente, que dependen del
huésped. Algunas “plantas indicadoras” ayudan a caracterizar un virus.

Sistémicos: resultan de la translocación y acumulación del virus en la planta,


por ello se presentan lejos de las zonas de la planta por donde el virus fue
inoculado. Así los casos de necrosis en los tubérculos de papa. Las infecciones
virales frecuentemente causan alteraciones macroscópicas en las hojas
relacionadas a desviaciones de color: Mosaico o Moteado: son áreas cloróticas
(pálidas) en las hojas. Producidos por la destrucción de cloroplastos y reducción
en la producción de clorofila.

Aclaramiento de las venas: el color es más claro que el normal. Es un síntoma


transitorio y comúnmente precede a los mosaicos.

Amarillamiento: pueden ser anillos, líneas o manchas pequeñas que


contrasta con el color verde de la lámina foliar. Pigmentación anormal:
producción excesiva de algunas sustancias y su translocación irregular, así hojas
con “antocianina” muestran coloraciones púrpura, rojo o azul.
(Antocianescencia). Hojas con “melanina” muestran color marrón o negro
(Bronceamiento).

Otros síntomas pueden ser Desviaciones de forma, tamaño y textura de hojas:


Enrollamiento: foliolos enrollados hacia arriba, puede también ser causado por
Rhizoctonia.
Encrespamiento: los márgenes foliares con apariencia ondulada, asociada con
mosaicos.
Deformación: hojas alongadas o ensanchadas en la lámina foliar.
Rugosidad: crecimiento desproporcionado de las venas y laminas.
Hojas coriáceas: hay acumulación de almidón en las células, asociadas al
enrollamiento.
Enación: sobrecrecimiento de tejido a nivel de la vena principal de la hoja.

Finalmente hay Desviaciones del aspecto general de la planta, tales como:


Enanismo: plantas que emergen tardíamente y son más pequeñas que las
sanas, pueden mostrar además un grado de deformación en tallos y hojas.
Debilidad: tallos delgados y débiles, las plantas pueden tenderse al suelo.
Arrosetamiento: hojas pequeñas y encrespadas en parte terminal del tallo.
Escoba de brujas: proliferación de ramas axilares en los tallos principales,
asociado con enanismo y clorosis foliar.

ELECCIÓN DE LA MUESTRA.

Una buena elección del material foliar infectado, facilita enormemente la labor de
diagnosis, por lo tanto, debe considerarse todo lo anteriormente mencionado.

Es importante indicar que las hojas deben ser jóvenes en estado inicial o
intermedio de la enfermedad, daños avanzados no sirven para el ensayo. De ser
posible acompañe sus envíos con muestras “sanas” para hacer comparaciones

El responsable de cada Dirección Ejecutiva del SENASA debe revisar y aprobar


esta actividad junto con la Hoja de Datos de la muestra.

INFORMACION QUE DEBE ACOMPAÑAR A LA MUESTRA.

Cada muestra debe venir con el Formato de “Remisión de muestra para


Diagnostico de plagas Agrícolas”, para poder correlacionar la sintomatología con
los datos adjuntos.

CONDICIONES DEL EMBALAJE Y REMISION.

El embalaje debe proteger las muestras de accidentes durante el tránsito y


enviadas por el medio más rápido; si es posible entre geles refrigerantes, a fin
de evitar que las muestras lleguen secas o en estado de descomposición.
a. Colocar las hojas foliares entre láminas de cartón bien individualizadas.
b. Los frutos con síntomas deben acondicionarse para evitar golpes.
c. Evitar colocar etiquetas en contacto con humedad, es preferible la escritura a
Lápiz.
d. Marcar el paquete a nombre del Laboratorio de Sanidad Vegetal del SENASA
los despachos deben arribar en días laborables y en el tiempo mas corto.

III. TOMA Y ENVÍO DE MUESTRAS DE MALEZAS

3.1 Elección de la muestra

♦ Las muestras de malezas para su identificación y reconocimiento taxonómico


deben reunir ciertas condiciones indispensables. Estas deben poseer raíz (si
fuera posible), tallo, hojas, flores y frutos, estos dos últimos órganos son
indispensables para lograr una correcta y rápida identificación.
♦ De acuerdo a su hábitat debe considerarse lo siguiente:
- En malezas terrestres; cuando son pequeñas, se debe colectar la planta
en forma completa. En caso contrario tomar una muestra que contenga
parte del tallo, hojas, flores y frutos. El mismo patrón debe seguirse para
colectar malezas parásitas y hemiparásitas.
- En malezas acuáticas; introducir un papel periódico o cartulina suave
debajo de la planta y levantarlo paulatinamente. No debe sacarse la planta
del agua sin estar apoyada en el papel o cartulina, de lo contrario pierde
su forma natural y puede dificultar su identificación.
- En malezas arbustivas; tomar la muestra con una parte de tallo y ramas
con flores y frutos. No debe tomarse ejemplares que solo tengan ramas
estériles.
- En caso de malezas arbóreas; tomar muestras con ramas conteniendo
hojas, flores y frutos de tamaño representativo. Cuando las hojas son de
gran tamaño, tomar parte de la hoja con peciolo adherido a la rama.

Cuando los especímenes colectados contengan bulbos, tubérculos, rizomas


o estolones, si son pequeños incluirlos totalmente en la muestra, pero si son
grandes y gruesos, en la muestra incluir solamente una parte de dicho órgano
(corte transversal o longitudinal)
- Si los frutos son grandes y carnosos, deben separarse de la rama y
embalarlos adecuadamente.
- En todos los casos, colectar material en cantidad razonable, que incluyan
varios ejemplares. Enviar al laboratorio como mínimo 3 ejemplares.
- Siempre debe elegirse ejemplares que no presenten daños de insectos o
patógenos.
- En cada muestra colectada se debe adjuntar una etiqueta donde se anota
datos importantes como:
a. Departamento, Provincia, localidad. altitud, donde se realizó la
colecta.
b. Nombre común de la maleza, hábito de crecimiento y hábitat.
c. También otras características como: color de la flor, porte, uso
conocido y algún otro dato que se estime conveniente.
d. Finalmente anotará la fecha de colección y el nombre del colector.

3.2 Condiciones de embalaje

Las muestras colectadas deben ser embaladas adecuadamente con el fin de


protegerlas durante su traslado. Según el caso tener presente las siguientes
consideraciones:

Cuando van a ser transportadas a corta distancia y pueden llegar el mismo día
al laboratorio, extenderlas (material fresco) dentro de pliegos de papel periódico
y colocarlos entre cartones, estos a la vez dentro de una bolsa de plástico o una
caja de cartón, cuidando que no sufran la acción directa de los rayos solares o
de altas temperatura y trasladarlas inmediatamente al laboratorio.

Cuando las muestras van a ser transportadas a mayores distancias y su traslado


va a demorar varios días, es conveniente prepararlas y acondicionarlas
adecuadamente, siguiendo técnicas especiales que incluyen prensado y secado.
3.3 Envío Las muestras colectadas y acondicionadas adecuadamente, se
remitirán al laboratorio por el medio más rápido posible para su
identificación.

III. TOMA Y ENVIO DE MUESTRAS PARA ANALISIS


NEMATOLÓGICO

En cualquier ambiente que los nematodos se encuentren, su distribución es


irregular. Debido a su poca movilidad, se encuentran localizados en ciertas zonas
de un campo. Como no es posible examinar todo el ambiente en que los
nematodos se encuentran y muchas veces no se sabe en qué zonas están, es
necesario hacer un muestreo.

4. 1 Finalidades del muestreo


4.1.1 CON FINES DE DIAGNOSIS

Se realiza cuando se observan los síntomas en el campo, a fin de relacionar la


sintomatología con la densidad poblacional de nemátodos.

Muestreo de Cultivos anuales

Con un muestreador o una lampita se toman tres muestras por parche (fig 1). La
primera muestra (A) se toma dentro del parche; la segunda (B), en el límite entre
el parche y las plantas sanas; y la tercera (C), fuera del parche donde crecen
plantas aparentemente sanas.

Figura 1: Modelo de parche


Muestreo de Cultivos perennes (frutales)

En árboles se deben tomar muestras alrededor del árbol, justo en la proyección


de la copa, las que luego se mezclan. A veces es recomendable muestrear
árboles con diferentes grados de la enfermedad.

4.1.2 CON FINES DE DETERMINACIÓN DE LA DENSIDAD MEDIA

Se realiza para determinar la población de nemátodos presentes en el campo.


Los resultados se utilizan para decidir las medidas de control a implementar.

Muestreo en cultivos anuales

a. Se recomiendan tomar muestras de 30 puntos por hectárea, siguiendo el


recorrido que se muestra en el grafico 1.
b. Quitar la capa superficial del suelo con la ayuda de una lampita, luego se toma
la submuestra hasta una profundidad entre 0 - 30 cm. las que se juntan en un
balde.
c. Homogenizar y extraer una muestra de aproximadamente 1 kg.
Grafico 1: Tipos de recorrido para la toma de muestra nematológico
Muestreo en cultivos perennes (frutales)
a) Se procede siguiendo el recorrido del grafico 2, al igual que el caso anterior
se recomiendan tomar muestras de 30 puntos por hectárea,
b) Quitar la capa superficial del suelo con la ayuda de una lampita, luego se toma
la submuestra hasta una profundidad entre 20 a 50 cm.
c) Juntar en un balde, homogenizar y extraer una muestra de aproximadamente
1 Kg.

Gráfico 2. Recorrido para la toma de muestras en frutales

4.2 Identificación de las muestras

a) Llenar en bolsas de polietileno, firmes y bien selladas


b) Identificar las muestras, la cual debe llenarse a lápiz para evitar que la
humedad de la muestra borre los datos de identificación. Se deben emplear dos
etiquetas de identificación, una en la bolsa con la muestra y la otra, en la parte
externa.

4.3 Cuidados que deben tenerse con las muestras

a) No maltratarlas o manipularlas demasiado. Algunas especies de nemátodos


son susceptibles al manipuleo.
b) Evitar que se seque o se caliente demasiado.
c) No dejarla expuesta a la acción del sol y transportarla en recipientes
ventilados.
d) Almacenarlas en lugares húmedos y fríos, de 4 a 7oC.
4.4 Remisión de las muestras

Las muestras tomadas deben ser enviadas con todos los datos mencionados
(formato de remisión de muestras para análisis fitosanitario) V.

OTRO TIPO DE MUESTRAS:

♦ Existen otros tipos de organismos que pueden causar daño a los cultivos, como
los caracoles, babosas, roedores, aves, y otros tipos de animales especialmente
en zona de selva. Para ello, debe de tenerse el adecuado criterio para evaluar
los daños producidos.

♦ El envío hacia la Unidad del Centro de Diagnóstico de Sanidad Vegetal, debe


ser consultado con antelación con el fin de tomar una decisión sobre la
posibilidad de analizar las muestras, ya que muchas de ellas deberán derivarse
hacia otras instituciones como las universidades o institutos de investigación,
pudiéndose realizar en el mismo departamento o en Lima. Los Convenios
firmados con estas instituciones serán utilizados para conseguir los fines
deseados.
UNIVERSIDADA NACIONAL HERMILIO VALDIZAN DE HUÁNUCO
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AGRONÓMICA

PRÁCTICA Nº 03. NORMAS DE BIOSEGURIDAD EN EL LABORATORIO DE


FITOPATOLOGÍA

Parte I. Principios generales de Bioseguridad.

1. Objetivos generales y definiciones.


La idea de encontrar mecanismos de protección frente al manejo de productos
tóxicos, microorganismos patógenos, organismos vivos genéticamente
modificados o material clínico contaminado con patógenos, no es nueva y en
muchos países se han dado normas, particularmente relacionadas con estos
elementos de riesgo.

Un segundo impulso para generar tales normativas se dio al producirse un


aumento acoplado y significativo del uso de materiales radioactivos en el seno
de los laboratorios.

Un tercer factor ha también estimulado la necesidad de fomentar normas de


manejo y conductas en los laboratorios, y dice relación con el manejo de
microorganismos y organismos genéticamente modificados, así como con el
empleo de técnicas de Biología Molecular, basado en la tecnología del ADN
Recombinante, Fusión Celular, Mutagénesis y otras. Es decir, manejos
relacionados con la Ingeniería Genética.

Es necesario enfatizar que, particularmente este último aspecto ha concitado


especial preocupación tanto en la comunidad científica como en la ciudadanía
en su conjunto, considerando especialmente que es la base de un incremento
casi explosivo tanto de investigación como de desarrollo de Biotecnologías con
miras a solucionar problemas de salud, producción de alimentos, energía y
descontaminación ambiental.
Todo este conjunto de actividades, miradas desde un punto de vista general,
constituyen una potencial fuente de diseminación de agentes de agresión a un
ecosistema. Ello no significa que todos los productos industriales o el trabajo
experimental constituyan un problema de riesgo, la experiencia así lo demuestra,
pero sin duda hay una parte de ellos que como dijimos encierran un peligro
potencial, ya sea porque de este riesgo se tiene pleno conocimiento o porque
aún no se ha logrado establecer su real significado.

De ahí entonces que es absolutamente imprescindible que los laboratorios de


investigación, la industria y los ensayos de campo, se efectúen en condiciones
absolutamente controladas y que entonces información y prevención constituyen
la piedra angular en materia de Bioseguridad.

Debe mirarse esta legítima preocupación como el intento de proteger el campo


de la investigación y no de detenerlo. Apunta a buscar soluciones a esos
problemas ya indicados. Insistimos, en que, al dar normas de seguridad en este
campo, sólo se pretende lograr que estas actividades se efectúen en forma
controlada de manera tal que se garantice, por un lado, la seguridad personal
(integridad física) de quienes están directamente en el proceso de investigación
y producción, y, por otro lado, y de manera indisociable, la seguridad del
ecosistema adónde van a ir directa o indirectamente estos productos,
provocando agresión a sus componentes bióticos o abióticos.

Es, por tanto, legítimo pensar que dentro de este campo tiene también cabida la
protección, contra otros elementos que no son estrictamente de origen biológico,
pero que, si son capaces de constituir riesgo y agresión, nos referimos a las
medidas de protección en el manejo de las siguientes situaciones:
1. Manejo de tóxicas, sean o no capaces de causar irritación tisular, así como
inflamables o explosivas.
2. Manejo de Energizantes.
3. Manejo de Cancerígenos.
4. Manejo de Hormonas, Antibióticos y otros fármacos, especialmente de efecto
sobre el embrión.
5. Descontaminación y protección ambiental, estrechamente ligada a la
eliminación al ambiente del más variado tipo de productos químicos, biológicos,
radiaciones o desechos industriales. Escape al ambiente de organismos exóticos
o genéticamente modificados.

En una visión lo más amplia posible del problema de protección, tampoco pueden
excluirse las medidas tendientes a eliminar el riesgo de factores físicos, tales
como:
1. Radiaciones no ionizantes (Luz ultravioleta, Infrarrojo, Microondas), Rayo
Láser
2. Ultrasonido
3. Vibraciones
4. Ruidos
5. Quemaduras
6. Exposición prolongada a altas o bajas temperaturas

El punto relativo al riesgo de factores físicos podría estimarse como más


directamente relacionado a acciones de salud, de responsabilidad de los
organismos pertinentes, sin embargo, es evidente como ya lo señalamos, que
ellos están tan directa y estrechamente relacionados con el quehacer científico
que en un análisis global del problema no puede excluirse.

2. Objetivos específicos de Bioseguridad.

Los objetivos específicos de Bioseguridad comprenden una serie de acciones


tendientes al control del riesgo que encierran las actividades en las siguientes
áreas: 1. Manipulación de microorganismos patógenos. 2. Usos de la tecnología
del ADN Recombinante. 3. Manipulación del material infeccioso. 4. Uso de
fármacos, radiaciones y elementos químicos de efecto dañino en el hombre,
probado o no bien definido. 5. Medidas de protección del ambiente. 6.
Manipulación genética de plantas y animales.
Definición de patógeno

Se define como tal a un microorganismo capaz de causar enfermedades tanto


en especies vegetales como animales, incluyendo al hombre e incluso otros
microrganismos, lo que se manifiesta por sintomatología que afecta
drásticamente la fisiología del infectado, con el riesgo de causarle la muerte. El
microorganismo patógeno puede ser una especie dentro de una familia, o una
familia dentro de un género, o una cepa particular dentro del género. En algunas
circunstancias, una cepa definida como no patógena puede comportarse como
patógeno oportunista por baja en las defensas del hospedero. El concepto de
patógeno también se aplica a plásmidos, virus y viroides. Por otro lado, se ha
definido como “no patógenos” las bacterias probióticas, que además de ser
inocuas para el hospedero que las cobija, le aportan algún tipo de beneficio.

En la Figura 1 se muestran las distintas áreas donde es necesario aplicar las


directrices de Bioseguridad.
Figura 1.

3. El riesgo y los niveles de Bioseguridad.

El Riesgo Biológico es aquel susceptible de ser producido por una exposición no


controlada a Agentes Biológicos. Se entiende por agente biológico
“microorganismos, incluidos los modificados genéticamente, los cultivos
celulares y los endoparásitos humanos, que pueden provocar cualquier tipo de
infección, alergia o toxicidad” (Directiva europea nº 90/679). Existe un símbolo
internacional que representa el Riesgo Biológico (Figura 2). Este símbolo y signo
internacional de peligro biológico debe colocarse en las puertas de los locales
donde se manipulen Agentes Biológicos del grupo de riesgo 2 o superior (para
una definición de cada grupo de riesgo ver cuadro 2 en pág. 13, y lista de Agentes
Biológicos en anexo 3).

Figura 2. Símbolo Internacional de Riesgo Biológico

Entre los agentes Biopeligrosos se encuentran: ciertas bacterias, hongos, virus,


rickettsias, chlamidias, parásitos, productos recombinantes, alérgenos, cultivos
de células humanas y animales y los agentes infecciosos potenciales que
contengan estas células, viroides, priones y otros agentes infecciosos (Fuente:
Universidad de Alicante2 ).

El riesgo concierne a aquel que trabaja directamente con estos agentes


biopeligrosos, a aquellos que trabajan en el mismo lugar físico y también a todos
aquellos que estando fuera del lugar podrían estar conscientemente o
inconscientemente en contacto con los desechos producidos por este trabajo de
laboratorio.

De ahí entonces que es necesario tener claridad sobre las diferentes situaciones
de riesgo, así como sobre los niveles de Bioseguridad que permitan proteger
internamente y externamente al Hombre de estas contingencias.
Finalmente, la asignación de un nivel de Bioseguridad deberá tener en
consideración el agente biológico utilizado, las instalaciones disponibles y el
equipo; y las prácticas y los procedimientos necesarios para trabajar con
seguridad en el laboratorio.

3.1. Situaciones de riesgo.

Riesgos por agentes biológicos.

Microorganismos.
El riesgo de infección por microorganismos en el laboratorio se produce por
inhalación, ingestión, contacto directo, a través de la piel o mucosas erosionadas
y/o sanas y a través de la conjuntiva (Cuadro 1).

Cuadro 1. Las vías de infecciones más frecuentes adquiridas en el


laboratorio.

A través de la boca
• Comer, beber y fumar en el laboratorio.
• Pipetear con la boca.
• Transferencia de microorganismos a la boca mediante los dedos o utensilios
contaminados (bolígrafos, lápices, etc.). A través de la piel
• Inoculación accidental con una aguja hipodérmica, otros instrumentos
punzantes o vidrios.
• Cortes, rasguños. A través de los ojos
• Salpicaduras de materiales infecciosos en los ojos.
• Transferencia de microorganismos a los ojos mediante dedos contaminados. A
través de los pulmones
• Inhalación de microorganismos transportados por el aire.
Fuente: Universidad de Alicante, http://www.ua.es/va/centros/facu.ci

Los agentes biológicos se clasifican en cuatro grupos dependiendo de su nivel


de riesgo de infección (cuadro 2).
Cuadro 2. Clasificación de los microorganismos infecciosos por grupos de
riesgo.

Grupo de riesgo 1 (riesgo individual y poblacional escaso o nulo)

Microorganismos que tienen pocas probabilidades de provocar enfermedades en


el ser humano o los animales.

Grupo de riesgo 2 (riesgo individual moderado, riesgo poblacional bajo)


Agentes patógenos que pueden provocar enfermedades humanas o animales
pero que tienen pocas probabilidades de entrañar un riesgo grave para el
personal de laboratorio, la población, el ganado o el medio ambiente. La
exposición en el laboratorio puede provocar una infección grave, pero existen
medidas preventivas y terapéuticas eficaces y el riesgo de propagación es
limitado.

Grupo de riesgo 3 (riesgo individual elevado, riesgo poblacional bajo)


Agentes patógenos que suelen provocar enfermedades humanas o animales
graves, pero que de ordinario no se propagan de un individuo a otro. Existen
medidas preventivas y terapéuticas eficaces.

Grupo de riesgo 4 (riesgo individual y poblacional elevado)


Agentes patógenos que suelen provocar enfermedades graves en el ser humano
o los animales y que se transmiten fácilmente de un individuo a otro, directa o
indirectamente. Normalmente no existen medidas preventivas y terapéuticas
eficaces.
(Fuente: Manual de Bioseguridad 2007; OMS)

Animales de laboratorio.
El riesgo de infección por animales de laboratorio se produce por manipulación
inadecuada de jaulas que los contienen, inhalación de polvo contaminado con el
desecho de los animales, pelos o plumas, mordeduras, rasguños o auto
inoculación involuntaria durante la manipulación de ellos.

Plantas de laboratorio.

En general, se considera mínimo el riesgo a la salud humana asociado al manejo


de plantas genéticamente modificadas (GM). Sin embargo, las implicancias en
la salud humana y animal requieren mayor atención en situaciones en que las
plantas producen productos con actividad biológica nociva, tales como productos
tóxicos, alergenos, etc. Además, las fases de ensayo de campo requieren
especial cuidado y resguardo para impedir la contaminación genética de las
parcelas vecinas y entonces proteger a los investigadores y sus Instituciones de
cualquier acción legal.

Riesgos por agentes químicos.

El riesgo a que se está expuesto por la manipulación de agentes químicos se


produce por:
1. Ingestión, inhalación y/o contacto con la piel, tejidos, mucosas u ojos, de
sustancias tóxicas, irritantes, corrosivas y/o nocivas.
2. Grado de inflamabilidad de la sustancia.
3. Capacidad de las sustancias de liberar energía.

Riesgos por agentes físicos.


El riesgo a que se está expuesto por la manipulación o ingestión de gases o
partículas radioactivas; exposición a radiaciones ionizantes y/o no ionizantes;
exposición a ruidos y vibraciones o a una carga calórica sobre la superficie
corporal y quemaduras, especialmente aquellas que están sin protección.

3.2. Clasificación del riesgo y de los laboratorios de trabajo biológico.

Los agentes biológicos, químicos y físicos, se clasifican según su grado de riesgo


tanto para el individuo como para la comunidad en:
Grupo I
Agentes que en general constituyen un bajo riesgo para los individuos y la
comunidad.

Grupo II
Agentes que constituyen un riesgo moderado para los individuos y limitado para
la comunidad.

Grupo III
Agentes que constituyen un alto riesgo para los individuos y bajo para la
comunidad.

Grupo IV
Agentes que constituyen un alto riesgo para los individuos y para la comunidad.
En relación con el grado de riesgo los laboratorios que manipulan los elementos
que generan este tipo de situación, se clasifican actualmente en 3 categorías:

Laboratorio Básico
Es un recinto de diseño estándar, en el cual la mayoría del trabajo se realiza en
el mesón y se puede trabajar sobre éste con agentes de riesgo del grupo I y II.
Para agentes del grupo II, se recomienda el uso de gabinete de Bioseguridad
clase I.

Laboratorio de contención

Es un recinto cuyo diseño contempla un acceso restringido y barreras de


contención que protegen al operador. Se puede trabajar con agentes de riesgo
del grupo III. El laboratorio debe estar habilitado con un gabinete de Bioseguridad
apropiado para el patógeno que se manipula.

Laboratorio de contención máxima

Es un recinto separado o convenientemente aislado, con sistemas de apoyo


exclusivo y cuyo diseño incluye barreras de contención que dan protección
máxima al personal y/o comunidad y se puede trabajar con agentes de riesgo
del grupo IV.
La prevención del escape y dispersión de agentes de riesgo, se logra mediante
las barreras de contención.

3.3. Barreras de contención.

Las barreras de contención son aquellas que previenen el escape y dispersión


de agentes de riesgo.

Barrera primaria
Es aquella que protege al personal y al ambiente inmediato del agente de riesgo
(vestimenta de uso exclusivo, gabinete de Bioseguridad y equipos provistos de
dispositivos de seguridad).

Barrera secundaria
Es aquella que protege el ambiente externo contra los agentes de riesgo (diseño
del laboratorio e implementación de equipos de seguridad de acuerdo al nivel de
Bioseguridad).

Barrera microbiológica
Es un dispositivo o sistema que evita o limita la migración de microorganismos
entre los espacios situados a ambos lados del mismo y permite controlar la
concentración de microorganismos en el ambiente, dentro de límites prefijados.
Tiene como objetivo proteger al operador o al operador y al proceso.

Barrera microbiológica parcial


Es un dispositivo o sistema que limita la migración de microorganismos entre los
ambientes situados a ambos lados del mismo. En este tipo de barrera se
recomiendan Prefiltros, Filtros HEPA3 así como gabinete de BS clase I o II A o
B (ver Anexo 1), lo cual dependerá del tipo de trabajo que se efectúa en un
determinado laboratorio.
Barrera microbiológica absoluta
Es un dispositivo o sistema hermético, a prueba de filtraciones de aire o gas, que
evita en forma total la migración de microorganismos entre el ambiente confinado
por la barrera y el ambiente exterior de la misma. La barrera microbiológica
absoluta puede confinar al producto o proceso, dejando al operador fuera de la
misma o viceversa. En este caso se recomienda gabinete de BS tipo III

Barrera química
Son dispositivos o sistemas que protegen al operador del contacto con
substancias irritantes, nocivas, tóxicas, corrosivas, líquidos inflamables,
sustancias productoras de fuego, agentes oxidantes y sustancias explosivas. En
este caso se recomiendan los gabinetes de seguridad química clase A, B o C.

Barrera física
Son dispositivos o sistemas de protección individual o colectiva que protegen
contra las radiaciones ionizantes, no ionizantes, ruidos, carga calórica,
quemaduras y vibraciones excesivas.

3.4. Niveles de Bioseguridad.

De acuerdo con el nivel de riesgo, el tipo de laboratorio, la barrera de contención


requerida, los procedimientos y técnicas a usar, se han establecido los siguientes
niveles de Bioseguridad.

Nivel de Bioseguridad I
Es aquel que corresponde a las actividades desarrolladas en un laboratorio
básico, por personal adiestrado en los procedimientos que se ejecutan en él. En
este nivel se trabaja con agentes clasificados en el Grupo de riesgo I por
presentar un peligro mínimo para el personal del laboratorio y para el ambiente.
En el nivel de Bioseguridad I no se requiere equipo especial ni un diseño
específico de las instalaciones. El personal de estos laboratorios es
generalmente supervisado por un científico con entrenamiento en microbiología.
Nivel de Bioseguridad II
Es aquel que corresponde a las actividades desarrolladas en un laboratorio
básico, por personal adiestrado en el manejo de agentes de riesgo del grupo II.
Es similar al nivel I y en él se manejan agentes de peligro moderado hacia el
personal y el ambiente, pero difiere del nivel I en las siguientes características:
1. El personal de laboratorio tiene entrenamiento específico en el manejo de
agentes patógenos.
2. El acceso al laboratorio es restringido cuando se está realizando algún trabajo.
3. Se toman precauciones extremas con instrumentos punzo cortantes
contaminados.
4. Ciertos procedimientos en los cuales pueden salpicar los agentes o aerosoles
se llevan a cabo en gabinetes de trabajo microbiológico.

Nivel de Bioseguridad III

Es aquel que corresponde a las actividades desarrolladas en el laboratorio de


contención. El personal debe contar con adiestramiento específico para el
manejo de agentes de alto riesgo clasificados en el grupo de riesgo III. En el
laboratorio se realiza trabajo con agentes que pueden causar un daño serio y
potencialmente mortal como resultado de la inhalación o exposición a los
mismos. El laboratorio cuenta con un diseño y características especiales
tendientes a proteger al operador y al ambiente. Todos los materiales son
manipulados utilizando vestimenta y equipo de protección siguiendo protocolos
rigurosos. Los laboratorios se mantienen con una presión de aire negativa, lo
cual ayuda a impedir que los agentes nocivos escapen al ambiente.

Nivel de Bioseguridad IV
Es aquel que corresponde a las actividades desarrolladas en el laboratorio de
contención máxima. Este nivel es el que se utiliza para trabajar con agentes
biológicos clasificados en el grupo de riesgo IV por representar un alto riesgo
individual de contagio y que además son un riesgo para la vida. Los agentes
nuevos que presentan características antigénicas, patogénicas u otras similares
a agentes de nivel III y IV son confinados a nivel IV hasta que exista suficiente
información científica para establecer a cuál grupo de riesgo pertenecen.
El personal que trabaja en los laboratorios de nivel IV tiene entrenamiento
específico y extensivo en el manejo de agentes infecciosos, y cuenta con
entrenamiento para trabajar en el ambiente estéril y controlado.

El laboratorio cuenta con un diseño y características especiales tendientes a


proteger al operador y al ambiente. Todos los materiales son manipulados
utilizando vestimenta y equipo de protección de características superiores a las
exigidas para el trabajo en un laboratorio de nivel III.

Los trajes están diseñados para cubrir la totalidad del cuerpo, presentan un
sistema de respiración individual asociado y una leve sobrepresión interna para
evitar así la entrada accidental de partículas infecciosas. Los laboratorios se
mantienen con una presión de aire negativa, lo cual ayuda a impedir que los
agentes nocivos escapen al ambiente.
UNIVERSIDAD NACIONAL HERMILIO VALDIZAN DE HUÁNUCO
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AGRONÓMICA
SECCIÓN HUACRACHUCO

TEMA: CICLO DE LA ENFERMEDAD

CURSO: FITOPATOLOGÍA GENERAL


DOCENTE: Ing. Charles J. Campos Huayanay
4. INFECCIÓN

Es el proceso mediante el cual los patógenos entran en contacto con las células o tejidos
susceptibles de sus hospedantes en los cuales se producen suficientes nutrientes para
ambos.
Durante la infección los patógenos se desarrollan y/o reproducen dentro de los tejidos de las
plantas. Las infecciones efectivas producen los “síntomas, sin embargo, algunas infecciones
permanecen latentes, es decir, no producen síntomas hasta que las condiciones del medio
son mas favorables o bien en otra etapa fenólica de la planta.
Período de incubación

El periodo de incubación es el intervalo de tiempo comprendido entre la inoculación y la


aparición de los síntomas.
Algunos patógenos obtienen sus nutrientes a partir de células vivas y con frecuencia no las
destruyen (parásitos biotroficos); otros destruyen a las células y utilizan sus contenidos
conforme los invaden (parásitos necrotroficos).
Durante el proceso de infección los patógenos liberan enzimas, toxinas y/o reguladores del
crecimiento, que afectan la integridad estructural de las células del hospedante o bien sus
procesos fisiológicos.
En respuesta la planta reacciona con gran variedad de mecanismos de defensa que brindan
diferentes grados de protección de la planta ante el patógeno.
Para que se produzca la infección no basta con el contacto físico entre patógeno y
hospedante, sino que debe cumplir algunas condiciones:
-El parasito debe estar en una etapa patogénica y virulenta.
-Que la planta este en una etapa susceptible al patógeno
-Que las condiciones de temperatura y humedad sean favorables para el patógeno.
Cuando todas esas condiciones son optimas, el patógeno invade a la planta
hospedante hasta el máximo de su potencial, incluso cuando la planta desarrolla
mecanismos de defensa, y como consecuencia se produce la enfermedad.
5. COLONIZACIÓN O INVASIÓN

Los patógenos invaden de manera distinta a diferentes niveles los tejidos de las plantas, así
tenemos:
5.1 HONGOS Y PSEUDOHONHOS:
Pueden presentar los siguientes niveles:
-Micelio superficial: Oidiosis
-Micelio subcuticular: Sarna del manzano
-La gran Mayoría de los hongos y pseudohongos desarrollan en los tejidos de manera
intracelular o intercelular.
-Los hongos que ocasionan marchitez vascular, invaden los vasos xilemáticos de las plantas
5. COLONIZACIÓN O INVASIÓN

5.2 BACTERIAS:
Las bacterias invaden los tejidos de manera extracelular, aunque también pueden crecer dentro,
cuando se disuelvan los constituyentes de la pared.
Las bacterias vasculares invaden los vasos xilemáticos.
5.3 NEMATODOS:
Los nematodos mayormente invaden a nivel intercelular, algunos pueden ser intracelulares. No
invaden todo el tejido, perfora la célula con su estilete para alimentarse.
5.4 VIRUS, VIROIDES, FITOPLASMAS, BACTERIA FASTIDIOSAS:
-Los virus y viroides invaden todo tipo de célula viva, los virus vasculares invaden los tubos
cribosos del floema.
-Los fitoplasmas invaden los tubos cribosos del floema y probablemente algunas células
parenquimaticas adyacentes.
-Las bacterias fastidiosas vasculares invaden los tubos cribosos del floema y los vasos
xilemáticos.
Tipos de Invasión

Según el área de invasión, muchos patógenos solo invaden unas cuantas células o una
pequeña porción de la planta. Esto se puede mantener localizado o extenderse ligeramente a
un ritmo lento. A los patógenos que presentan estas características se consideran que
producen “infecciones o enfermedades sistémicas”.
Los fitoplasmas, las bacterias fastidiosas vasculares, los virus y viroides son sistémicos, es
decir, invaden la mayoría o todas las células susceptibles de una planta.
Los hongos y bacterias vasculares invaden solo unos cuantos vasos de las raíces, del tallo o
de la parte superior de las plantas infectadas, pero invaden la mayoría de los vasos
xilematicos en las etapas finales de la enfermedad. Se consideran también que son
sistemáticos.
Las royas, mildius y carbones son también patógenos sistemáticos.
6. CRECIMIENTO Y REPRODUCCIÓN

La mayoría de los patógenos, aunque produzcan una pequeña mancha, una infección amplia
o la necrosis general de una planta, continua creciendo y extendiéndose de manera
indefinida dentro del hospedante infectado de tal manera que se propaga cada vez mas en
de los tejidos de la planta hasta que esta ultima muere o se detiene el desarrollo de la
infección.
En algunos hongos, mientras que la hifas jóvenes continúan su desarrollo, las hifas originales
van muriendo y desaparecen, de tal manera que la planta infectada presenta varias zonas
donde mantienen su actividad unidades distintas de micelio.
Los hongos vasculares producen y liberan sus esporas en el interior de los vasos y, al ser
transportados por el flujo de agua y savia, invaden los vasos lejos del micelio y al germinar
producen mas micelio que invaden otros vasos.
Las bacterias, fitoplasmas, virus, viroides, nematodos y protozoarios no crecen de manera
considerable, conforme transcurre el tiempo mantienen su forma y tamaño invariable durante
toda su existencia. Estos invaden e infectan nuevos tejidos al reproducirse con gran rapidez y
al aumentar su numero de manera considerable en los tejidos que infectan.
6.1 Movilización

➢Virus y viroides se movilizan a través de los plasmodesmos


➢Virus, viroides, fitoplasmas, bacterias fastidiosas vasculares y protozoarios se movilizan a
través del floema.
➢Las bacterias vasculares se movilizan a través del xilema.
➢Nematodos y protozoarios, y en cierto grado las bacterias, pueden desplazarse por si
mismos en las células.
7. DISEMINACIÓN

7.1 Diseminación Activa


En este tipo de diseminación, los patógenos o sus propágulos utilizan su propia energía para
desplazarse hacia nuevas plantas.
-Los nematodos, zoosporas de algunos hongos y bacterias se desplazan por si misma hasta
cierta distancia. Las hifas y rizomorfos pueden germinar, desarrollarse a través del suelo y
llegan a las raíces de las plantas adyacentes, sin embargo este tipo de diseminación puede
ser muy limitado.
-Las esporas de algunos hongos son expulsadas violentamente desde sus esporoforos o de
esporocarpos mediante un mecanismo de presión que da como resultado la descarga
sucesiva o simultanea de esporas a mas de un centímetro distancia por arriba del nivel del
esporóforo.
-Las plantas superiores parasitarias descargan sus semillas hasta varios metros de distancia.
7. DISEMINACIÓN

7.2 Diseminación Pasiva:


Casi toda la dispersión de los patógenos y/o esporas se llevan a cabo pasivamente con la
participación de agentes de dispersión como el aire, el agua, insectos y otros animales y el
hombre.
7.2.1. Diseminación por el viento
Principalmente disemina las esporas de los hongos que afectan la parte aérea de las plantas,
a veces semillas de plantas parasitas.
Las esporas de los hongos que son secas son fácilmente arrastradas por las corrientes de
aire y transportadas a diferentes distancias.
La mayoría de las esporas de los hongos son muy delicadas y solo pueden ser trasladas en
forma efectiva unos cientos de metros o algunos kilómetros, sin embargo, las esporas de
royas pueden ser transportadas a cientos de kilómetros y pueden ocasionar epifitas de
amplia distribución geográfica.
7. DISEMINACIÓN

7.2.2. Diseminación por el agua


en el suelo, el agua de la lluvia o de riego arrastra bacterias, nematodos, fragmentos de
micelio, esporas y esclerotes de hongos.
En la parte aérea todas las bacterias y muchas esporas de hongos que son exudadas en
mucilago, solamente son desprendidas por el agua de la lluvia o de los sistemas de riego.
El agua de lluvia y el de riego por aspersión atrapan las esporas que quedan suspendidas en
el aire y las hace descender y las deposita en las superficies de las plantas.
Aunque el agua disemina a menores distancias que el viento, propicia el ambiente húmedo
que requieren los patógenos para germinar y penetrar de inmediato.
7. DISEMINACIÓN

7.2.3. Diseminación por insectos, ácaros, nematodos y otros animales


Insectos: los virus son transmitidos por áfidos y cigarritas principalmente, quienes lo llevan
externa o internamente. Los Fitoplasmas y bacterias fastidiosas vasculares son transmitidos
por cigarritas en forma interna.
Muchos otros insectos quedan impregnados externamente de esporas pegajosas de hongos
y de bacterias, y las van depositando sobre las superficies de las plantas o en las heridas que
ocasionan al alimentarse.
La distancia de diseminación depende del tipo de insecto, del tipo de asociación entre el
patógeno y el insecto, y del viento.
Ácaros y nematodos: internamente pueden transmitir virus. Externamente bacterias y
esporas pegajosas de hongos.
La mayoría de los animales (pequeños o grandes) que se desplazan entre las plantas
diseminan hongos, bacterias, semillas de plantas parasitas, nematodos y también virus. La
mayoría se adhiere a las patas o al cuerpo, pero algunos de ellos se encuentran en las partes
bucales.
7. DISEMINACIÓN

7.2.4. Diseminación por el hombre.


El hombre en sus actividades culturales disemina muchos patógenos, por ejemplo, al
manipular las plantas enfermas y sanas con la cual disemina virus como el TMV, hongos
foliares; a través de herramientas contaminadas como tijeras de poda con la cual disemina
bacterias, virus, viroides; al transportar tierras contaminadas en sus calzados o en el equipo
agrícola; al utilizar recipientes contaminados; al realizar trasplantes; al usar semillas y yemas
infectadas; al introducir nuevas variedades a una zona, región o país, y al importar alimentos
u objetos que puedan tener Fitopatógenos exóticos nocivos.
8. SOBREVIVENCIA DEL PATOGENO

Los patógenos pueden sobrevivir fuera de su hospedante desarrollarse en otros sustratos o


en estado latente.
Invernación: es la sobrevivencia en estado latente en temperaturas bajas y sequedad del
verano.
Estivación: es la sobrevivencia en estado latente en temperaturas altas y sequedad del
verano
Hongos: sobreviven como micelio y esporas en los tejidos infectados como tallos con
pudriciones, cancros.
Como micelio entre las escamas de las yemas dormantes, ejemplo: Oidiosis.
Como micelio, esporas de resistencia, esclerotes en los rastrojos y residuos.
Algunos hongos son habitantes del suelo y vive como saprofitos en la materia orgánica, por
ejemplo Pythium, Fusarium y Rhizoctonia.
Los parásitos obligados como las royas heteroicas que infectan dos hospedantes, una
perenne y un anual, sobreviven en el hospedante perenne.
8. SOBREVIVENCIA DEL PATOGENO

Bacterias: Se alojan en los tejidos de las plantas infectadas, semillas, tubérculos, residuos
vegetales o en la materia orgánica del suelo.
Las bacterias muestran una tasa de supervivencia bastante baja cuando son poco
abundantes y se encuentran libres en el suelo; pero sobreviven bien cuando se cubren con
una cubierta polisacarida endurecida y mucilaginosa.
Virus, viroides, Fitoplasmas, baterías fastidiosas vasculares y protozoarios: Sobreviven
en tejidos como las puntas y raíces de las plantas perennes, los órganos de propagación
vegetativa y en las semillas botánicas de algunos hospedantes.
Algunos virus sobreviven dentro de unos insectos vectores, otros virus y viroides en las
herramientas contaminadas y en residuos vegetales.
Nematodos: En general sobreviven como huevos envueltos en una matriz gelatinosa, y
pueden encontrarse en el suelo, en las raíces o en los residuos de éstas.
Algunos nematodos producen etapas juveniles o adultas que pueden permanecer latentes en
semillas, bulbos, suelo, ejemplos: Quistes, anhidrobiosis, criogenia.
Plantas parásitas: Como semillas en el suelo, o en forma vegetativa en el hospedante.
TIPO DE PATOGENOS SEGÚN LA DURACIÓN DEL CICLO DE LA ENFERMEDAD

Desarrollan un solo ciclo de la enfermedad al año. Ejemplo:


1. MONOCICLICO - Carbones de cereales
- Marchitez vascular
- Pudrición de raíces

Produce mas de un ciclo de enfermedad al año o por campaña (2 a 30).


2. POLICICLICO Son diseminados por el viento principalmente y causan epifitias
explosivas.
- Tizón tardío o rancha de la papa
- Oidiosis
- Mancha o tizones foliares
- Royas de cereales
- Mildius

Requieren mas de un año para completar su ciclo de enfermedad.


3. POLIÉTICOS - Marchitez vascular y pudrición de raíces o medula por hongos en
especies perennes
IDENTIFICACION DE UNA ENFERMEDAD DESCONOCIDA “POSTULADO
DE KOCH”

Cundo no se tiene la certeza de que un patógeno cause cierta enfermedad, o no existan


registros anteriores de ello, entonces hay que considerar los siguientes pasos para comprobar
nuestra hipótesis:
1. El patógeno debe encontrarse asociado con la enfermedad en todas las plantas que se
examinen.
2. El patógeno debe aislarse y desarrollarse en un cultivo puro en medios nutritivos y se debe
describir sus características (parasito no obligado). O bien debe permitirse que se desarrolle
en una planta hospedante susceptible (parasito obligado).
3. El patógeno aislado en cultivo puro debe ser inoculado en plantas sanas de las mismas
especies o variedades en que apareció la enfermedad, y debe producir la misma
enfermedad en la planta inoculada.
4. El patógeno debe reaislarse de las plantas inoculadas en un cultivo puro y sus
características deben corresponder a las anotadas en el segundo punto.

Estos postulados no se puede cumplir en todos los casos, como en virus, viroides, Fitoplasmas,
bacterias fastidiosas vasculares y protozoarios porque no se pueden cultivar y no se pueden
reintroducir a las plantas para reproducir los síntomas.
UNIVERSIDADA NACIONAL HERMILIO VALDIZAN DE HUÁNUCO
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AGRONÓMICA

REFORZAMIENTO

FACTORES AMBIENTALES QUE CAUSAN ENFERMEDADES EN LAS PLANTAS

Introducción
Las plantas se desarrollan normalmente dentro de ciertos límites de los distintos factores
que constituyen su medio. Estos factores incluyen la temperatura, la luz, el pH y la
humedad del suelo, la humedad atmosférica, los contaminantes del suelo y de la
atmósfera, los nutrientes y la estructura del suelo. Aun cuando todos estos factores
influyen sobre el crecimiento de todas las plantas en la naturaleza, su importancia es
considerablemente mayor en el caso de plantas que con frecuencia son cultivadas en
zonas que apenas satisfacen los requerimientos para su desarrollo normal. Además, es
frecuente que las plantas cultivadas se desarrollen o mantengan en ambientes
totalmente artificiales (en invernaderos, casas, almacenes, etc.) o sean sometidas a
varios métodos de cultivo (como fertilización, irrigación, aspersión con plaguicidas, etc.)
que pueden afectar su crecimiento en forma considerable.

Características generales
La característica común de las enfermedades no infecciosas de las plantas es que son
el producto de la falta o exceso de algún factor que permite la continuidad de la vida.
Las enfermedades no infecciosas se producen en ausencia de patógenos y, por lo tanto,
no pueden ser transmitidas de plantas enfermas a plantas sanas. Este tipo de
enfermedades pueden afectar a las plantas en cualquiera de sus etapas de desarrollo,
ya sea en la etapa de semilla, plántula, planta madura o fruto y pueden ocasionar daños
en el cultivo, durante el almacenamiento o incluso en el mercado. Los síntomas
producidos por las enfermedades no infecciosas varían en clase y severidad con el
factor particular del ambiente que participa en la enfermedad y con el grado de
desviación de ese factor a partir de su curso normal. Los síntomas van desde ligeros
hasta severos y las plantas que han sido afectadas incluso pueden morir.

Diagnosis
La diagnosis de las enfermedades no infecciosas en ocasiones se facilita por la
presencia, sobre la planta, de síntomas característicos que se sabe se deben a la falta
o al exceso de algún de
terminado factor (figura 10-1). En otras ocasiones, la diagnosis se logra mediante el
examen y análisis cuidadosos de las condiciones climáticas que prevalecían desde
antes de la aparición de la enfermedad, los cambios recientes que se observan en los
niveles de contaminantes del suelo y de la atmósfera en la zona donde se desarrollan
las plantas o cerca de ella y las prácticas agrícolas o los incidentes que se produzcan
durante el curso de estas prácticas, efectuadas antes de la aparición de la enfermedad.
Sin embargo, es frecuente que los síntomas de varias enfermedades no infecciosas
sean muy comunes y se asemejen bastante a los que ocasionan varios virus,
micoplasmas, etc., y muchos patógenos de la raíz. La diagnosis de esas enfermedades
llega a ser un tema bastante interesante, pero de gran complejidad. Es necesario
obtener primero pruebas de que las plantas se encuentran libres de patógenos que
pudieran ocasionar enfermedad y ésta debe reproducirse en plantas sanas después de
haberlas expuesto a condiciones semejantes a las que se piensa son la causa de su
enfermedad. Además para determinar entre los factores del medio ambiente que
ocasionan síntomas similares, el investigador debe sanar las plantas enfermas y de ser
posible cultivarlas bajo condiciones en las que el grado o la cantidad del factor del medio
que se sospeche que participa en la enfermedad, ya han sido ajustadas a su nivel
normal.

Control
Las enfermedades no infecciosas de las plantas pueden controlarse al evitar los valores
extremos en las condiciones del ambiente que son responsables de esas enfermedades,
o bien al blindarles protección a las plantas o al suministrarles sustancias que pudieran
llevar esas condiciones a niveles favorables para el desarrollo normal de las plantas.

Efectos de la temperatura

Las plantas se desarrollan normalmente dentro de límites de temperatura que van de 1


a 40°C, pero la mayoría de los tipos de vegetación se desarrollan óptimamente entre 15
y 30°C. Las plantas perennes y los órganos en reposo, como las semillas y cormos de
las plantas anuales, sobreviven a temperaturas muy por arriba o muy por debajo del
rango normal de temperatura (de 1 a 40°C). Sin embargo, los tejidos jóvenes y en
proceso de crecimiento de la mayoría de las plantas y todo el proceso de desarrollo de
la mayoría de las plantas anuales, habitualmente son muy sensibles a las temperaturas
cercanas a los valores extremos de ese intervalo.

Las temperaturas mínima y máxima a las que las plantas todavía pueden desarrollarse
normalmente, varían de manera bastante amplia con respecto a la especie vegetal y a
la etapa de desarrollo por la que pase la planta durante las temperaturas extremas (altas
o bajas). Debido a esto, algunas plantas como el tomate, los cítricos y otras plantas
tropicales, se desarrollan óptimamente a altas temperaturas, pero son dañadas
considerablemente cuando la temperatura disminuye hasta un valor cercano o inferior
al punto de congelación. Por otra parte, algunas plantas como la col, el trigo de invierno,
la alfalfa y la mayoría de las plantas perennes de las zonas templadas, soportan
temperaturas mucho menores al punto de congelación sin que al parecer sufran daños.
Sin embargo, incluso estas plantas sufren daños y finalmente mueren en caso de que
la temperatura disminuya hasta un valor mínimo.

Las plantas, también difieren en su capacidad para resistir los valores extremos de
temperatura en las diferentes etapas de su desarrollo. Así, las plantas adultas y
endurecidas son más resistentes a las bajas temperaturas que las plántulas jóvenes.
Asimismo, los diferentes tejidos u órganos de una misma planta varían ampliamente en
su sensibilidad a esas bajas temperaturas. Las yemas son más sensibles que las
ramitas mientras que las flores y los frutos recién formados son más sensibles que las
hojas, y así sucesivamente.
Efectos de las altas temperaturas

Por lo general, las plantas se dañan más rápido y en mayor grado cuando las
temperaturas sobrepasan el valor máximo que permite su desarrollo que cuando son
inferiores al valor mínimo. Sin embargo, rara vez se dan en la naturaleza temperaturas
demasiado altas. Las temperaturas altas al parecer despliegan sus efectos sobre las
plantas conjuntamente con los efectos de otros factores del medio ambiente, en
particular la luz excesiva, la sequía, la falta de oxígeno o los fuertes vientos que van
acompañados de una baja humedad relativa. Las altas temperaturas normalmente son
las responsables de los daños de quemaduras de sol (figura 10-2 A) que aparecen sobre
las superficies expuestas al sol de los frutos carnosos y hortalizas, tales como los
pimientos, manzanas, tomates, bulbos de cebolla y tubérculos de papa. En días cálidos
y soleados, la temperatura de los tejidos del fruto que se localizan por debajo de la
superficie expuesta al sol, pueden ser mucho mayor que la que predomina sobre su lado
sombreado y en la atmósfera. Esto causa cambios de color, la apariencia ampulosa y
húmeda y una desecación de los tejidos localizados bajo la cascara que corresponden
a las zonas hundidas de la superficie del fruto. Las hojas de las plantas suculentas,
también pueden formar síntomas de quemadura de sol, especialmente cuando los días
cálidos y soleados llegan después de los períodos de los días nublados y lluviosos. Las
zonas irregulares de las hojas adquieren una tonalidad verde pálido al principio, pero al
cabo de cierto tiempo se colapsan y forman manchas secas de color café. Este síntoma
es característico de las plantas suculentas carnosas de ornato que se mantienen cerca
de las ventanas y con una exposición meridional durante el verano y a principios de la
primavera, cuando los rayos del sol calientan en exceso sus hojas carnosas. Las
temperaturas demasiado altas que predominan a nivel de la superficie del suelo en
ocasiones matan a las plántulas jóvenes (figura 10-2 B) o producen cancros en la corona
de los tallos de las plantas maduras. Al parecer, las altas temperaturas participan
también en el desarrollo de la enfermedad del corazón acuoso de las manzanas (figura
10-2 C) y, aunadas a las bajas concentraciones de oxígeno, en el corazón negro de las
papas

Efectos de las bajas temperaturas

Los daños más notorios que sufren los cultivos son ocasionados por las bajas
temperaturas y no por las altas temperaturas. Las bajas temperaturas, incluso por arriba
del punto de congelación, dañan a las plantas de climas cálidos, como el frijol y el maíz.
También producen un endulzamiento y al freír, la caramelización indeseable de las
papas, debido a que, a bajas temperaturas, el almidón se hidroliza hasta formar
carbohidratos.

Las temperaturas por debajo del punto de congelación ocasionan una gran variedad de
daños en las plantas. Estos daños incluyen el daño ocasionado por las heladas (ardías
a los ápices meristemáticos jóvenes (figura 10-3 A y C) o a las plantas herbáceas y
completar la muerte, debido al frío de las yemas del durazno, cerezo y otros árboles y
la muerte de las flores, los frutos jóvenes y en ocasiones, de las ramitas suculentas de
la mayoría de los árboles. Bandas heladas, que constan de tejido suberoso y sin color
localizado en una banda o en una amplia zona de la superficie del fruto, con frecuencia
aparecen sobre manzanas, peras, etc., después de la llegada de heladas tardías (figura
10-3 D). Las bajas temperaturas de invierno destruyen las raíces jóvenes de árboles
como el manzano y producen también el agrietado de la corteza y el desarrollo del
cancro (figuras 10-3 B y 10-4) de los troncos y ramas grandes en particular de las
superficies expuestas al sol de varios tipos de árboles frutales. Los cortes transversales
de las ramas de esos árboles muestran un anillo negro en la madera o bien una
condición de "corazón negro" en ella. Los tejidos carnosos, como los tubérculos de papa,
sufren daños a temperaturas por debajo del punto de congelación. Los daños varían con
base en el grado en que disminuya la temperatura o con respecto a la duración de las
bajas temperaturas. Los primeros daños sólo afectan los principales tejidos vasculares
y, debido a esto, adquieren un aspecto de necrosis anular; los daños que sufren los
elementos vasculares más finos, que se encuentran distribuidos en el tubérculo, se
asemejan a los síntomas de la necrosis reticular. Los daños más generales afectan las
grandes porciones del tubérculo y propician la aparición de la necrosis denominada
necrosis "manchada" (figura 10-3 E)
Figura 10-3: A) Daños por el frío en hojas y ápices de plantas jóvenes de chícharo
debidas a las heladas tardías. B) Incisión de la corteza del tronco de una manzana
debido a las bajas temperaturas de invierno. C) Daños ocasionados por las heladas
tardías en hojas de un peral durante la emergencia. (Izquierda) decoloración de la
superficie superior; (centro) decoloración y línea necrótica en la superficie superior de la
hoja; (derecha) línea necrótica sobre la superficie del envés. D) Daños por las heladas
en el fruto del manzano. E) Daños por las bajas temperaturas en tubérculos de papa
almacenados. (Foto A y E por cortesía del Departamento de Fitopatología de la
Universidad de Cornell.)

Efectos de las bajas temperaturas sobre las plantas de interiores

Las plantas de interiores (de sombra), ya sea que se cultiven en casa o invernadero,
son particularmente sensibles a las bajas temperaturas que predominan en los lugares
donde crecen y a su transporte desde un invernadero o florería hasta una casa o bien
de una casa a otra. Con frecuencia, las plantas de interior son plantas tropicales
cultivadas lejos de su clima normal. La exposición de estas plantas a las bajas
temperaturas, no necesariamente hasta el punto de congelación, da como resultado su
atrofia y amarillamiento, la caída de las yemas o las hojas, etc. Asimismo, al cultivarlas
en interiores, incluso las plantas locales que se mantienen en un estado vegetativo
bastante suculento se encuentran completamente indefensas ante los efectos de las
bajas temperaturas, en particular de las que están por abajo del punto de congelación.
Las plantas que se mantienen cerca de las ventanas o puertas durante los días fríos del
invierno y en particular durante las noches, se ven sometidas a temperaturas mucho
más bajas que las que predominan en sitios alejados de esas ventanas. De igual forma,
las grietas o roturas de las ventanas, los hoyos de las salidas de los cables de
electricidad que comunican con el exterior, permiten la entrada de aire frío que daña a
las plantas. La disminución de las temperaturas nocturnas por debajo de 12°C hace que
las hojas y en particular las yemas florales de muchas plantas se pongan amarillas y
desprendan.

La exposición de las plantas de interiores a temperaturas por debajo del punto de


congelación durante algunos minutos u horas, mientras sean llevadas o transportadas
en la cajuela de un auto desde el invernadero hasta una casa, da como resultado la
muerte de muchas flores y retoños o el choque inesperado de las plantas, lo cual las
daña y pueden tardar semanas o meses para recuperarse por completo. Dicho estado
de choque con frecuencia se observa en plantas que se han mantenido como plantas
de interior y se les transplanta entonces en el terreno de cultivo durante la primavera,
cuando las temperaturas de la atmósfera, aun cuando no llegan al punto de congelación
son, no obstante, mucho menores que las que prevalecen en el invernadero. Aún sin
que se produzca el efecto de choque, las plantas que crecen a temperaturas casi
siempre cerca de los límites inferior o superior en su intervalo normal, muestran muy
poco desarrollo y producen frutos e inflorescencias más pequeñas y de menor
abundancia.

Figura 10-4: A) Daños por las heladas sobre una planta joven de rododendro en etapa
de crecimiento. B) Agrietado del tallo de rododendro ocasionado por las heladas. (Fotos
por cortesía del Departamento de Fitopatología de la Universidad de Cornell.)
Mecanismos por los cuales las altas y bajas temperaturas ocasionan daños en las
plantas

Los mecanismos mediante los cuales las altas y bajas temperaturas producen daños a
las plantas son bastante diferentes. Las altas temperaturas, al parecer, inactivan
algunos sistemas enzimáticos y aceleran otros, lo cual origina reacciones bioquímicas
anormales y la muerte de la célula. Las altas temperaturas, también propician la
coagulación y desnaturalización de las proteínas, el rompimiento de las membranas
citoplásmicas, la sofocación y posiblemente también la liberación de productos tóxicos
en la célula.

Las bajas temperaturas, por otro lado, dañan a las plantas principalmente al inducir la
formación de cristales de hielo entre las células o en el interior de ellas. El agua pura de
los espacios intercelulares se congela primero a casi 0°C, mientras que el agua del
interior de las células contiene sustancias disueltas que, dependiendo de su naturaleza
y concentración, disminuye el punto de congelación del agua hasta en varios grados
centígrados. Además, cuando el agua de los espacios intercelulares se congela, se
produce un flujo adicional de vapor (agua) desde el interior de las células hacia esos
espacios intercelulares, donde también se congela. El volumen menor de agua de las
células reduce además el punto de congelación del agua intracelular y ésta puede
continuar hasta un cierto nivel sin que se dañe la célula. Sin embargo, por debajo de
ese nivel, se forman cristales de hielo dentro de la célula, los cuales rompen su
membrana plasmática y la dañan e incluso pueden propiciar su muerte.

La formación de cristales de hielo en el agua sobreenfriada dentro de las hojas de las


plantas está afectada en gran medida por el tipo y abundancia de bacterias epífitas
presentes en la superficie de las hojas. Ciertas cepas de algunas bacterias patógenas
(como Pseudomonas syringae) y de algunas bacterias saprofitas, cuando están
presentes sobre o en las cavidades subestomáticas de las hojas (o en su interior),
funcionan como catalizadores en el proceso de nucleación del hielo. La sola presencia
de esas bacterias promotoras de la nucleación del hielo, hace que el agua sobreenfriada
que se encuentra a su alrededor y en las células de las hojas forme cristales de hielo,
lo cual causa daño a las hojas, flores, etc., a temperaturas mucho mayores (-1°C ) que
las que se presentarían en ausencia de esas bacterias (aproximadamente entre -5 y -
10°C). El punto de congelación del agua en las células varía en relación a los tejidos y
especie vegetal; en algunos tejidos de las especies del norte resistentes al invierno, es
muy probable que no se formen cristales de hielo dentro de sus células, aun cuando
disminuya la temperatura. Incluso cuando los cristales de hielo sólo se formen en los
espacios intercelulares, las células y los tejidos pueden sufrir daños ya sea por la presión
hacia adentro que ejercen los cristales de hielo o por el flujo de agua desde su
protoplasma hacia los espacios intercelulares. Esta pérdida (debida al flujo de agua)
ocasiona la plasmólisis y la deshidratación del protoplasma, y después, su coagulación.
La rapidez con la que disminuye la temperatura en un tejido también es importante
debido a que afecta el volumen de agua contenido en una célula y, por lo tanto, el punto
de congelación de sus contenidos. Así, la rapidez con que disminuye la temperatura
provoca la formación de cristales de hielo intracelular, mientras que la lenta disminución
hasta la misma temperatura mínima no permite la formación de esos cristales.
Asimismo, la velocidad de derretimiento rápido inunda la zona comprendida entre la
pared celular y el protoplasto y produce el desgarre y rompimiento de este último en
caso de que sea incapaz de absorber rápidamente el agua proveniente del derretimiento
de los cristales de hielo que hay en los espacios intercelulares.

Efectos del bajo contenido de humedad del suelo

Existe la posibilidad de que las alteraciones en la humedad del suelo, más que cualquier
otro factor del medio, sean responsables de que en grandes extensiones de tierra la
mayoría de las plantas se desarrollan en forma deficiente y sean año tras año
improductivas. Las zonas, ya sean pequeñas o grandes, pueden carecer de agua
durante ciertas temporadas. Los volúmenes deficientes de agua de que disponen las
plantas en esas zonas hacen que muestren un menor desarrollo, se enfermen o incluso
mueran. La falta de humedad también es característica de ciertos tipos de suelo, laderas
o capas delgadas de suelo que se encuentran por debajo de las rocas o la arena, y da
como resultado la aparición de manchas de plantas enfermas, en tanto exista la
posibilidad de que las zonas circunvecinas contengan cantidades suficientes de
humedad y las plantas cultivadas en ellas se desarrollen normalmente. Las plantas que
se desarrollan en suelos con humedad deficiente casi siempre se atrofian, tienen un
color que va del verde pálido al amarillo claro, forman hojas pequeñas, presentan
epinastia, producen escasos frutos y flores y, en caso de que la sequía continúe, se
marchitan y mueren (figura 10-5). Aunque las plantas anuales son mucho más
susceptibles a los períodos cortos de humedad deficiente, incluso los árboles y las
plantas perennes sufren daños al someterse a períodos prolongados de sequía y
muestran además, un menor crecimiento, pequeñas hojas chamuscadas y ramitas
cortas, muerte descendente, defoliación y finalmente, marchitamiento y muerte. Las
plantas debilitadas por la sequía también son más susceptibles a ciertos patógenos e
insectos.

Figura 10-5: A) Planta de Fuchsia sana (izquierda); (centro) planta achaparrada debido
a un suministro deficiente de agua y (derecha) planta marchita por falta de agua. B)
Quemadura foliar debida a un suministro deficiente de agua en la hoja. C) Plantas de
maíz achaparradas, marchitas y destruidas en la parte baja de un terreno que se inundó
durante varios días debido a las fuertes lluvias. D) Área oscura, seca y hendida en una
naranja debida a la disminución de oxígeno durante su almacenamiento.

Efectos del bajo contenido de humedad relativa

La falta de humedad en la atmósfera, esto es, la baja humedad relativa, por lo común
es temporal y rara vez produce daños. Sin embargo, cuando se combina con las altas
temperaturas y ¡la rápida velocidad del viento, hace que el follaje de las plantas pierda
una cantidad excesiva de agua, lo cual favorece la quemadura de las hojas, el
marchitamiento de los frutos y la marchitez temporal o permanente de las plantas.

Las condiciones de baja humedad relativa son, en particular, bastante comunes y


perjudiciales para las plantas de ornato durante el invierno. En los departamentos y
casas modernas, la calefacción proporciona temperaturas adecuadas para el desarrollo
de las plantas, pero con frecuencia seca el aire hasta humedades relativas que van del
15 al 25% y que son similares a las del clima del desierto. El aire es particularmente
seco cerca de las fuentes que emanan calor seco, como en el caso de los radiadores.
Las plantas cultivadas en macetas y que se mantienen en esas condiciones, no sólo
absorben el agua con mucha más rapidez, muestran un menor desarrollo y se empiezan
a marchitar en poco tiempo, sino sus hojas, en particular las que se localizan en la parte
inferior de muchos tipos de plantas, se cubren de manchas o se chamuscan, caen
prematuramente y sus flores súbitamente se marchitan y se desprenden. Todos estos
efectos se observan notablemente cuando las plantas se transportan directamente
desde una florería o un invernadero húmedo hacia una casa con un ambiente cálido y
seco. Por lo general, todas las plantas de ornato requieren de bastante humedad,
mientras que otras requieren baja humedad para desarrollarse adecuadamente y
florecer. Por lo tanto, las plantas de ornato nunca deben colocarse frente a radiadores y
es recomendable que se aumente el grado de humedad con un humidificador comercial,
ya sea humedeciendo de vez en cuando sus hojas con agua o bien colocando la maceta
sobre ladrillos, piedras, etc., y en un gran recipiente de agua, en una caja de plástico o
en otros recipientes.

Efectos del alto contenido de humedad del suelo

La humedad excesiva del suelo donde las plantas crecen es un fenómeno mucho menos
frecuente que la sequía, pero un drenaje insuficiente o la inundación de las plantas
cultivadas en macetas, jardines o terrenos cultivados, provoca daños inmediatos y de
mayor consideración o incluso la muerte de las plantas (figura 10-5 C) que los que
ocasiona la falta de humedad. Un drenaje inadecuado hace que las plantas carezcan de
vigor, se marchiten con frecuencia y hace que las hojas tengan un color verde pálido o
verde amarillento. Cualquier inundación que se produzca durante la estación de
crecimiento de las plantas produce un marchitamiento permanente y la muerte de las
plantas suculentas anuales al cabo de 2 ó 3 días. De la misma forma, las inundaciones
destruyen a los árboles, pero es común que los daños se manifiesten con menor rapidez,
máxime cuando las raíces de esos árboles se han mantenido constantemente
sumergidas durante varias semanas.

Debido a la excesiva humedad del suelo ocasionada por las inundaciones o por un
drenaje insuficiente, las raíces fibrosas de las plantas se pudren, probablemente debido
a un menor abastecimiento de oxígeno. La falta de oxígeno ocasiona tensión, asfixia y
desintegración de la mayoría de las células radicales. Las condiciones anaerobias y
húmedas propician el desarrollo de microorganismos anaerobios que, durante las
etapas de su ciclo de vida, forman sustancias como los nitritos que son tóxicos para las
plantas. Además, las células de la raíz que han sido dañadas directamente por la falta
de oxígeno, pierden su permeabilidad selectiva y permiten que metales tóxicos y otros
compuestos sean absorbidos por la planta. Asimismo, cuando mueren los tejidos de la
raíz, los parásitos facultativos ocasionan más daños, ya que se benefician ampliamente
por el nuevo ambiente. Así, la marchitez de las plantas, que se produce un poco después
de que se ha producido una inundación, tal vez sea el resultado de la falta de agua
(debida a la muerte de las raíces) en los órganos de la planta que se localizan por arriba
del nivel de la superficie del suelo, aunque existe la posibilidad que participen también
las sustancias tóxicas translocadas.

Además de lo mencionado anteriormente, muchas plantas, en particular las de ornato


cultivadas en macetas, muestran varios síntomas que son el resultado de un riego
inadecuado, ya sea que se permita que el suelo se seque demasiado en lugar de que
se riegue varias veces con agua, o bien que las plantas casi siempre se riegen en
exceso. En cualquiera de ambos casos, las plantas a las que se les ha suministrado un
volumen excesivo de agua pierden súbitamente las hojas de su parte inferior o bien se
ponen amarillentas. En ocasiones, aparecen sobre las hojas o tallos de las plantas
zonas húmedas oscuras o negras, o bien sus raíces y la parte inferior de su tallo pueden
ennegrecerse y pudrirse debido a la infección que producen los microorganismos
patógenos, a los que favorece el riego excesivo de las plantas. Estos síntomas se evitan
o controlan al suministrar agua a las plantas sólo cuando el manto del suelo se encuentre
seco, lo cual indica entonces que debe suministrarse un volumen suficiente de agua
para saturar por completo toda la superficie del suelo. Debe evitarse regar las plantas
cuando el suelo aún se encuentre húmedo, especialmente durante el invierno. En caso
de que se riegue el suelo, todo el exceso de agua debe drenarse a través de un hoyo
de drenaje, el cual nunca debe faltar en el fondo de la maceta. Después de un periodo
de sequía, no debe efectuarse un riego excesivo y repetido del suelo, sino un riego
gradual hasta lograr un riego normal. Por lo general, el riego del suelo debe realizarse
lo más uniforme que sea posible.

Otro síntoma común de las plantas de ornato (y en ocasiones de las plantas que crecen
a la intemperie) que se debe a la humedad excesiva, es el denominado edema o
hinchamiento. Este síntoma se caracteriza por la aparición de abundantes
protuberancias pequeñas sobre el lado inferior de las hojas o sobre los tallos. Las
"protuberancias" son pequeñas masas de células que se dividen, expanden y
sobresalen de la superficie normal de la hoja y que en principio forman agallas o
hinchamientos blanco-verdosos. Más tarde, la superficie expuesta de esos
hinchamientos adquieren un color rojizo y una textura de corcho. El edema se debe a
un riego excesivo, especialmente cuando el tiempo se encuentra nublado y húmedo,
pero puede evitarse al disminuir el riego y al mejorar la iluminación y la circulación del
aire en torno a la planta. Muchas otras alteraciones se deben a un riego irregular o
excesivo. Por ejemplo, se sabe que los tomates que se cultivan bajo condiciones de baja
humedad, con frecuencia se agrietan durante su etapa de maduración si se les
suministra súbitamente una humedad excesiva ya sea mediante riego o,
independientemente, cuando caen lluvias copiosas. Asimismo, el corazón amargo de
las manzanas, que se caracteriza por la aparición de pequeñas manchas profundas y
negras sobre la superficie de los frutos, es el resultado de abastecimiento irregular de
humedad, aunque al parecer participa también en el desarrollo de esta enfermedad una
fertilización excesiva en nitrógeno y deficiente suministro de calcio.

Concentraciones inadecuadas de oxígeno

En la naturaleza, las bajas concentraciones de oxígeno casi siempre se relacionan con


las altas temperaturas o con la humedad excesiva del suelo. La falta de oxígeno da
como resultado la desecación de las raíces de diferentes tipos de plantas que crecen en
suelos saturados de agua, como se mencionó anteriormente con respecto a los efectos
que tiene la humedad sobre el desarrollo de las plantas. La combinación de humedad
excesiva del suelo y las altas temperaturas del suelo y de la atmósfera causa el colapso
de la raíz de las plantas. La primera condición, al parecer, disminuye la cantidad de
oxígeno disponible para las raíces, mientras que la otra incrementa su cantidad hasta
un nivel adecuado para el desarrollo de las plantas. La acción conjunta de ambos
factores origina una deficiencia extrema en la concentración del oxígeno en las raíces
de las plantas y produce su desintegración y muerte.
Las bajas concentraciones de oxígeno ocurren también en la parte central de los frutos
carnosos u hortalizas en el campo, en particular durante las etapas de rápida respiración
a altas temperaturas, o durante el almacenamiento de esos órganos en montones
bastante voluminosos (figura 10-5 D). El ejemplo que mejor se conoce es la formación
del denominado corazón negro de la papa, enfermedad en la que las temperaturas
demasiado altas estimulan la respiración y reacciones enzimáticas anormales en esos
tubérculos. El suministro de oxígeno en las células internas del tubérculo de papa es
insuficiente para soportar el aumento de la respiración, por lo que las células mueren
debido a una suboxidación. Las reacciones enzimáticas activadas por las altas
temperaturas y la suboxidación se producen antes, durante y después de la muerte de
las células. Estas reacciones oxidan, en forma anormal, los constituyentes normales de
la planta y forman pigmentos negros de melanina. Estos pigmentos se extienden hasta
los tejidos circundantes del tubérculo y hacen que éstos se ennegrezcan.

Luz

La iluminación inadecuada de las plantas retarda la síntesis de clorofila y hace que


muestren un escaso desarrollo y formen largos entrenudos, lo cual provoca la formación
de hojas con un color verde pálido, un crecimiento espigado y la caída prematura de sus
flores y hojas. A esta condición se le conoce como etiolación. Las plantas etioladas se
encuentran a la intemperie sólo cuando crecen muy cerca unas de otras o cuando se
desarrollan cerca de árboles u otros objetos. Sin embargo, la etiolación con varios
grados de desarrollo es un fenómeno bastante común en plantas de ornato y también
en invernaderos, almácigos y lugares fríos, donde con frecuencia las plantas reciben
una iluminación inadecuada. Las plantas etioladas casi siempre son delgadas y altas, y
susceptibles al acame.

La iluminación excesiva es un fenómeno que ocurre rara vez en la naturaleza y que


pocas veces daña a las plantas. Muchos de los daños que se le atribuyen a la luz son
probablemente el resultado de las altas temperaturas que actúan junto con las altas
intensidades lumínicas. Sin embargo, la iluminación excesiva al parecer ocasiona los
daños por quemadura de sol que sufren las vainas de las plantas de frijol que crecen a
grandes altitudes donde, debido a la ausencia de polvo y otros factores, llegan a la tierra
cantidades mayores de luz de onda corta. En esas vainas se desarrollan pequeñas
manchas, las cuales con rapidez adquieren un color café o café rojizo y más tarde se
contraen.

La cantidad de luz es de gran importancia con respecto a las plantas de ornato. Algunas
de ellas requieren de sitios total o parcialmente sombreados durante su etapa de
crecimiento o bien necesitan exponerse a la luz del sol total durante el invierno. Otras
de ellas necesitan sombra durante todo el año, mientras que otras más deben exponerse
a la luz del sol durante todo ese mismo tiempo. Como regla general, las plantas de
ornato que tienen hojas de color verde oscuro prefieren o toleran los sitios sombreados
mucho mejor que las plantas con hojas de colores claros, y estas últimas tienen una
mejor respuesta cuando reciben una mayor cantidad de luz del sol. La mayoría de las
plantas de ornato que florean, se desarrollan y florecen más adecuadamente cuando se
les expone totalmente a la luz del sol durante todas las estaciones. La falta de
iluminación adecuada para cualquiera de esos tipos de planta tiene los mismos efectos
que sobre las plantas que crecen a la intemperie, esto es, hace que las hojas tengan un
color; verde pálido, que su crecimiento sea espigado, que se desprendan sus hojas y
flores, que produzcan muy pocas flores o ninguna de ellas, etc. Por otra parte, la luz del
sol que incide en exceso sobre plantas que necesitan de menos luz con frecuencia da
lugar a la aparición de manchas plateadas o café-amarillentas sobre sus hojas. Las
plantas que se llevan con rapidez hacia una zona con una intensidad luminosa bastante
distinta, con frecuencia sufren defoliación general.

Contaminación atmosférica

El aire de la superficie terrestre consta principalmente de nitrógeno y oxígeno (78 y 21%,


respectivamente). Gran parte del 1% restante es bióxido de carbono y vapor de agua.
Las actividades del hombre centradas en la generación de energía, en la producción de
alimentos y en la eliminación de desechos da como resultado la liberación a la
atmósfera, de varios contaminantes que alteran el metabolismo de las plantas y les
inducen enfermedad. Los daños que ocasiona la contaminación atmosférica sobre las
plantas, en particular en tomo a ciertas factorías, se ha reconocido durante casi un siglo.
Sin embargo, su alcance e importancia aumentaron con la llegada de la revolución
industrial, y es probable que sigan aumentando conforme se incrementa,
industrialización, urbanización y población mundiales.

Contaminantes atmosféricos y tipos de daños que ocasionan en las plantas

La mayoría de los contaminantes atmosféricos que ocasionan daños en las plantas son
gases, pero ciertas partículas o polvos también afectan a la vegetación. Algunos
contaminantes gaseosos como el etileno, el amoniaco, el cloro y en ocasiones los
vapores de mercurio, ejercen sus efectos nocivos sobre ciertas áreas limitadas. Con
mayor frecuencia afectan a las plantas o a sus productos que han sido almacenados en
lugares muy poco ventilados, ya que en estos lugares las mismas plantas producen esos
contaminantes (como sucede con el etileno); no obstante, esos compuestos
contaminantes pueden provenir de escapes en el sistema de refrigeración, como en el
caso del amoniaco.

Los compuestos químicos como el ácido fluorhídrico, el bióxido de nitrógeno, el ozono


(figura 10-6), los nitratos de peroxiacilo, el bióxido de azufre y la materia particulada, son
los factores que producen en las plantas de cultivo los daños notables y de más amplia
distribución. En muchas localidades, como la cuenca de Los Angeles, los contaminantes
atmosféricos se diseminan en el área que rodea a la(s) fuente(s) contaminante(s),
quedan atrapados y ocasionan graves daños en las plantas. Con más frecuencia, la
mayoría de los contaminantes son transportados con el viento desde los centros
urbanos o industriales donde son emitidos y llevados por el viento hacia zonas
localizadas a varias millas de distancia (con frecuencia a varios cientos de millas y a
veces hasta varios miles de millas de la fuente contaminante). Las altas concentraciones
de estos compuestos químicos o la exposición prolongada a ellos producen síntomas
evidentes y en ocasiones característicos (como la necrosis) en las plantas que han sido
afectadas. Sin embargo, lo que reviste mayor importancia desde el punto de vista
económico es el hecho de que cuando las plantas se exponen a dosis menores a las
que ocasionan daños considerables, puede manifestarse todavía su crecimiento y
productividad debido a la interferencia que ejercen los contaminantes sobre su
metabolismo. Además, parece ser que la exposición prolongada de las plantas a los
contaminantes atmosféricos las debilita y predispone al ataque por insectos y algunos
otros patógenos.

Figura 10-6: Moteado del haz de la hoja del tabaco debido a las altas concentraciones
normales de ozono en la atmósfera.

En la tabla 10-1 se mencionan los principales contaminantes, sus fuentes y los efectos
sobre las plantas.

Fuentes principales de contaminantes atmosféricos

Algunos contaminantes atmosféricos como el dióxido de azufre y el fluoruro de


hidrógeno, se producen directamente como tales a partir de una fuente, como refinerías,
combustión de energéticos y el procesamiento de minerales o fertilizantes. Otros, como
el ozono y los nitratos de peroxiacilo, se producen en la atmósfera como productos
secundarios de reacciones fotoquímicas que involucran al NO2, O2, los hidrocarburos y
la luz solar.

El escape de los automóviles en las calles y autopistas y los gases de escape de otras
máquinas de combustión interna de las fábricas, quizá son las fuentes más importantes
de ozono y otros contaminantes fitotóxicos. A diario, el escape de los automóviles libera
en la atmósfera miles de toneladas de NO2 e hidrocarburos parcialmente quemados.
En presencia de la luz ultravioleta del sol, el dióxido de nitrógeno reacciona con el
oxígeno atmosférico y forma ozono y óxido nítrico. El ozono reacciona con el óxido
nítrico y forma los compuestos originales de acuerdo a la siguiente reacción:
Sin embargo, en presencia de radicales de hidrocarburos sin quemar, el óxido nítrico
reacciona con ellos y no con el ozono y, como consecuencia, la concentración de este
último aumenta. O3 + [NO + hidrocarburos sin quemar de los automóviles, etc.] O3 +
nitratos de peroxiacilo
También el ozono reacciona con los vapores de algunos hidrocarburos insaturados, pero
los productos de dichas reacciones (varios peróxidos orgánicos) también son tóxicos
para las plantas. Normalmente, los humos nocivos que producen los automóviles y otras
máquinas se difunden en dirección ascendente por las corrientes de aire caliente desde
la superficie terrestre hacia el aire frío de la atmósfera, donde se disipan. Sin embargo,
durante los periodos de calma en que la atmósfera está estática, se forma una capa de
inversión de aire caliente por encima del aire frío y esto evita la dispersión hacia arriba
de los contaminantes atmosféricos. Éstos, por lo tanto, quedan atrapados cerca de la
superficie terrestre donde, después de alcanzar cierta concentración, ocasionan daños
considerables a los organismos vivos.

Los daños que producen los nitratos de peroxiacilo (PAN) se han observado
principalmente en tomo a las áreas metropolitanas, donde los automóviles liberan a la
atmósfera grandes cantidades de hidrocarburos. El problema es grave, especialmente
en ciudades como Los Ángeles y Nueva Jersey, donde las condiciones atmosféricas
favorecen la formación de las capas de inversión. El PAN afecta a muchas especies de
plantas que crecen en grandes áreas geográficas en torno al sitio de su formación
debido a que las corrientes de aire ligero lo difunden o dispersan sobre esas zonas.

Cómo afectan los contaminantes atmosféricos a las plantas

La concentración a la cual cada contaminante ocasiona daños en las plantas varía con
la especie de que se trate e incluso con la edad de ésta o sus órganos. Conforme
aumenta el tiempo de exposición de la planta al contaminante, los daños que se
producen en ella se deben a las concentraciones cada vez más pequeñas del
contaminante, hasta que se alcanza un umbral mínimo de daños por dosis. Los daños
que causan en las plantas aumentan en general al aumentar la intensidad de luz, la
humedad del suelo, la humedad relativa y la temperatura, así como ante la presencia de
otros contaminantes atmosféricos.

El ozono daña a las hojas de las plantas que han estado expuestas incluso durante
algunas horas a concentraciones de 0.1 a 0.5 partes por millón (ppm). Este gas es
absorbido por las hojas a través de sus estomas y daña principalmente al parénquima
en empalizada, pero también daña a otras células al romper su membrana. Las células
afectadas que se encuentran cerca de los estomas se colapsan y mueren y aparecen
lesiones necróticas blancas (decoloradas), primero en el lado superior de la hoja y
después en cualquiera de las superficies de ella. Muchas plantas de cultivo, como la
alfalfa, el frijol, los cítricos, la vid, la papa, la soya, el tabaco y el trigo, y muchas plantas
de ornato y árboles como el fresno, la lila, varios pinos y el álamo, son bastante sensibles
al ozono, mientras que otros cultivos como la col, el chícharo, el cacahuate y el chile,
son de sensibilidad intermedia; y otros, como la remolacha, el algodón, la lechuga, la
fresa y el albaricoque, son tolerantes.

El dióxido de azufre daña a las plantas a concentraciones tan bajas como 1 a 5 ppm.
Debido a que las plantas absorben este gas a través de los estomas de sus hojas, las
condiciones que favorecen o inhiben la apertura de estas estructuras afecta de manera
semejante la cantidad de dióxido de azufre que han absorbido las plantas. Después de
haber sido absorbido por las hojas, el dióxido de azufre reacciona con el agua y forma
iones sulfito que son fitotóxicos. Sin embargo, éstos son oxidados lentamente en la
célula para producir iones sulfato inocuos. Así, en caso de que los plantas absorban con
menor rapidez el dióxido de azufre, tendrán la capacidad de protegerse cuando aumente
la concentración de los iones fitotóxicos de sulfilo.

El PAN, también es absorbido por las hojas a través de sus estomas y ocasiona daños
a concentraciones tan bajas como 0.01 a 0.02 ppm. En las grandes áreas urbanas, no
son raras las concentraciones de 0.02 a 0.03 para este contaminante y en las áreas
céntricas de algunas ciudades, se han medido concentraciones hasta de 0.05 a 0.21
ppm. Una vez que ha penetrado en las hojas, el PAN ataca sobre todo a las células del
parénquima esponjoso, que se colapsan y son sustituidas por bolsas de aire que le dan
a las hojas una apariencia plateada o brillante. Los síntomas que ocasiona este
contaminante en las plantas de hoja ancha aparecen en el envés de las hojas, mientras
que las hojas de las monocotiledóneas los muestran a ambos lados. Las hojas y tejidos
jóvenes son más sensibles al PAN y las exposiciones periódicas de las hojas a este
contaminante suelen causar "bandeado" e incluso en algunas plantas "colapso"
marginal de las hojas debido, a una decoloración y muerte de las células afectadas más
sensibles.

Lluvia acida

La lluvia normal impoluta contendría casi agua pura (H2O), en la que estarían disueltos
cierta cantidad de bióxido de carbono (CO2), cierta concentración de amoniaco (NH3 )
que se origina de la materia orgánica y que existe en el agua como NH4 + y cantidades
variables pero pequeñas de cationes (Ca++, Mg++, K+ y Na+) y aniones (Cl- , SO4 --).
Aunque el pH del agua pura es neutro de 7.0, el pH de la lluvia normal "impoluta" es por
lo general de 5.6; en otras palabras, es ácido. Sin embargo, dicha lluvia se considera
"normal" y, sólo cuando el pH de ella o de la nieve es inferior a 5.6, se considera ácida
("lluvia ácida").
La lluvia ácida es el resultado de las actividades humanas, sobre todo la combustión de
energéticos provenientes de fósiles (petróleo, carbón, gas natural) y de la fundición de
los minerales de sulfuro. Estas actividades liberan en la atmósfera grandes cantidades
de óxidos de azufre y de nitrógeno que, cuando entran en contacto con la humedad
atmosférica, se convierten en dos de los ácidos más fuertes que se conocen (sulfúrico
y nítrico) y que se precipitan al suelo pon la lluvia y la nieve. El pH de estas últimas, en
las grandes regiones del mundo fluctúa entre 4,0 y 4.5, que es 5 a 30 veces más ácido
que el pH más bajo (5.6) esperado para las áreas no contaminadas. Los pHs más bajos
para la lluvia hasta ahora dados a conocer (2.4 en Escocia, 1.5 m Virginia Occidental y
1.7 en Los Ángeles) son más ácidos que el vinagre (pH de 3.0) y el jugo de limón (pH
de 2.2). Se estima que cerca del 70% del ácido de la lluvia ácida es ácido sulfúrico y
que el ácido nítrico representa casi el 30%. Aparte del azufre que contienen los ácidos
existentes en la lluvia, se piensa que una cantidad casi igual de azufre llega a todas las
superficies por sedimentación seca de este elemento en partículas. Cuando la atmósfera
es húmeda, este azufre también se oxida para formar ácido sulfúrico.

La lluvia ácida ejerce una gran variedad de efectos al aumentar en forma considerable
la solubilidad de todos los tipos de moléculas y al afectar directamente (por el pH bajo y
la toxicidad de los iones —SO4 -- y —NO3 -- ) o indirectamente (a través de las
moléculas disueltas) a muchas formas de vida. Sus efectos adversos sobre los
microorganismos, plantas y peces de los ríos y lagos han estado bien documentados.
Sin embargo, sus efectos sobre las plantas de cultivo han sido más difíciles de explicar.
En los experimentos en los que se aplicó lluvia ácida (pH de 3.0) a plantas
experimentales demostraron que, en algunas condiciones, las hojas tratadas mostraron
perforaciones, manchas y enrollamientos y que las plantas tratadas, con o sin síntomas,
a veces disminuían su peso seco. Asimismo, se observó que un mayor número de
semillas de algunas especies vegetales germinaba cuando en el suelo, donde se
sembraban, se aplicaba lluvia ácida, que cuando ésta no era aplicada y ocurría lo
opuesto en el caso de otras especies. Los experimentos que se han llevado a cabo para
determinar el efecto que tiene la lluvia ácida sobre los procesos de iniciación y desarrollo
de las enfermedades de las plantas, han demostrado que en el caso de algunas
enfermedades como la roya del roble ocasionada por Cronartium fusiforme, sólo se
formó un 14% de telias con el tratamiento con lluvia ácida (pH de 3.0) que cuando el
tratamiento se hizo con lluvia de pH 6.0 y que las plantas de frijol tratadas con lluvia
ácida (pH de 3.2) sólo mostraron la formación de un 34% de masas de huevecillos de
nematodos que cuando se trataron con lluvia de pH de 6.0. Por otra parte, una
enfermedad bacteriana (el tizón de halo) y la roya del frijol a veces fueron más severas
y otras veces más moderadas en presencia de lluvia ácida que con lluvia de pH 6.0. En
general, aunque existen algunas evidencias de que la lluvia ácida causa daños de
grados variables, cuando menos en algunas plantas, los datos cuantitativos
consistentes todavía son insuficientes para determinar la magnitud de dichos daños en
varios cultivos en las áreas donde se han establecido.

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