Docencia y Desarrollo Profesional UDCH
Docencia y Desarrollo Profesional UDCH
Docencia y Desarrollo Profesional UDCH
DESARROLLO
PROFESIONAL:
FUNDAMENTOS, DEBATES Y
PERSPECTIVAS
EDITOR
LUIS FELIPE DE LA VEGA RODRÍGUEZ
DOCENCIA Y
DESARROLLO
PROFESIONAL:
FUNDAMENTOS, DEBATES Y
PERSPECTIVAS
EDITOR
LUIS FELIPE DE LA VEGA RODRÍGUEZ
Primera edición: Saberes Docentes, Centro de Estudios y Desarrollo de Educación Continua
para el Magisterio de la Universidad de Chile.
Luis Felipe De la Vega Rodríguez (Editor)
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
204 pp. 21,6 x 28 cm.
© Saberes Docentes, Centro de Estudios y Desarrollo de Educación Continua para el
Magisterio de la Universidad de Chile
© Luis Felipe De la Vega Rodríguez (Editor), 2021.
Edición de textos: Elena Águila
Diseño y diagramación: Pablo Valenzuela Bascuñán
ISBN: 978-956-404-705-8
ISBN: 978-956-404-704-1
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni
en parte, por ningún medio, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial. Los contenidos
previos del presente estudio son responsabilidad de los autores.
Prohibida su comercialización.
Edición Digital e Impresa.
Este libro fue sometido a un proceso de arbitraje externo, a través de sistema doble ciego,
con anterioridad a su publicación
CONTENIDO
Presentación.................................................................................................................................................................................................................................................. 7
Capítulo 2. Formador/a de docentes en servicio: hacia una delimitación del objeto de estudio..............................................37
Capítulo 4. El modelo formativo del Centro de Estudios y Desarrollo de Educación Continua para el Magisterio -
Saberes Docentes.....................................................................................................................................................................................................................................71
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PRESENTACIÓN
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
PRESENTACIÓN
El libro Docencia y desarrollo profesional. Fundamentos, debates y perspectivas surge de las ex-
periencias sobre la formación continua y el desarrollo profesional docente del equipo de aca-
démicos/as y profesionales del Centro de Estudios Saberes Docentes. Este equipo ha querido
aportar con sus reflexiones, desde una perspectiva crítica, al fortalecimiento del ejercicio de la
profesión docente y directiva, y de otros actores del sistema escolar. Se busca, así, contribuir a
una resignificación del modelo de educación continua docente del país.
Las investigaciones que se presentan en este libro se caracterizan por estar realizadas para y
con los actores del sistema educativo, legitimando de esta manera tanto la multidisciplinarie-
dad como la valoración de la experiencia docentes en ejercicio y de sus saberes en contexto.
Cada uno de los capítulos constituye un aporte significativo a la transformación de las escuelas
y los espacios educativos de Chile y de otras realidades geográficas.
La primera parte de este libro, “Debates y desafíos en la investigación sobre desarrollo profe-
sional docente y educación continua”, se inicia con el capítulo “Resignificación de la educación
continua para el fortalecimiento de la profesión docente: avances, discursos y tensiones”. En
este capítulo se realiza una exhaustiva revisión de la formación continua en Latinoamérica junto
con un análisis de los ejes de resignificación de la educación continua y cómo estos han tran-
sitado desde un enfoque remedial–instrumental hacia un enfoque de desarrollo profesional.
Además, se aborda una interesante discusión entre profesionalización y desprofesionalización,
y las conceptualizaciones sobre el desarrollo profesional docente que apuntan a generar un
nuevo tipo de relación en las escuelas y que, por esta razón, entran en tensión con la cultura
escolar y organizacional vigente.
En segundo lugar, el capítulo “Formador/a de docentes en servicio: hacia una delimitación del
objeto de estudio” ofrece una revisión bibliográfica de artículos y libros sobre la figura del for-
mador o la formadora en educación continua de profesores y profesoras de los últimos veinte
años en el contexto iberoamericano. El análisis se centra en la identificación de las comprensio-
nes predominantes del concepto de formación de formadores/as y en las distinciones que se
establecen en torno a este/a, así como en la caracterización que los estudios referidos hacen
sobre el formador o la formadora de profesores y profesoras en educación continua.
El tercer capítulo de esta primera parte, “Aprendizajes en las trayectorias profesionales de di-
rectoras escolares chilenas”, da cuenta de los resultados de una investigación que tuvo por ob-
jetivo indagar, a través de un enfoque biográfico-narrativo, en las trayectorias profesionales de
un grupo de directoras de establecimientos educativos chilenos. Esta investigación analizó los
elementos que componen las trayectorias profesionales de diez directoras escolares y buscó
conocer cuáles son los aprendizajes que se generan en estas trayectorias para llegar al cargo
de dirección escolar.
Cierra esta primera parte del libro el capítulo “El modelo formativo del Centro de Estudios y
Desarrollo de Educación Continua para el Magisterio - Saberes Docentes”. Aquí se presenta
el modelo pedagógico del Centro Saberes Docentes, el que surge de la vasta experiencia del
Centro en la implementación de programas de educación continua para docentes. Para ello, se
revisa el proceso de construcción del modelo desde una perspectiva teórica y metodológica.
Se destacan los focos formativos y metodológicos, y los fundamentos del modelo: la reflexión
profesional, las comunidades profesionales de aprendizaje y la investigación acción protagónica.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Se relevan también los principios que sustentan el modelo: justicia social, perspectiva de género,
participación democrática y ciudadanía para la democracia.
La segunda parte del libro, “Una mirada al presente de la investigación sobre desarrollo pro-
fesional docente y educación continua”, se compone de dos capítulos. El primero, “Diseños
de investigación sobre desarrollo profesional docente: aproximaciones metodológicas y rol de
los actores involucrados”, aborda los aspectos metodológicos de investigaciones de alto nivel
en Chile relacionadas con el aprendizaje docente y el desarrollo profesional. Para ello, realiza
una revisión de investigaciones Fondecyt desarrolladas en un lapso de cinco años con foco
en los diseños metodológicos y el rol de los protagonistas del desarrollo profesional -los y las
docentes- en la investigación educativa. El capítulo entrega aprendizajes y conclusiones que
favorecen la instalación de una agenda de investigación en este ámbito.
El segundo capítulo, “Revisión de literatura sobre aprendizaje, desarrollo profesional y forma-
ción continua de directoras y directores de establecimientos escolares”, expone los resultados
de una investigación que, mediante la revisión sistemática de literatura en revistas científicas
de educación, contribuye a demarcar el campo investigativo y profundizar en los procesos de
aprendizaje, desarrollo profesional y formación continua de directoras y directores de estable-
cimientos escolares. Los resultados de este estudio son un aporte clave para el desarrollo de
nuevas investigaciones y para la generación de procesos formativos y de políticas públicas que
aporten al cumplimiento de las responsabilidades propias de este rol.
La tercera y última parte de este libro, “Investigaciones sobre programas y experiencias de de-
sarrollo profesional docente y educación continua”, se inicia con el capítulo “La pertinencia de
la evaluación formativa en la educación intercultural indígena”. Este capítulo aborda un tema
que ha sido poco estudiado en Chile y en otras realidades. A través de una revisión de literatu-
ra, se constata la preeminencia del paradigma sumativo-calificativo entre los y las educadores
tradicionales lo que constituye un desafío para una formación continua con pertinencia inter-
cultural.
Luego, en el capítulo “Necesidades de desarrollo profesional de equipos directivos en la Edu-
cación Técnico Profesional”, se analizan los desafíos y las necesidades de aprendizaje que
identifican equipos directivos de establecimientos de Educación Media Técnico Profesional
que participaron de un programa de formación y acompañamiento al liderazgo escolar. Me-
diante un estudio exploratorio se develan hallazgos significativos para la formación continua
Técnico Profesional, los que se vinculan a elementos como la necesidad de construcción de
una identidad que les distinga de otras modalidades, la superación de la tensión entre los pa-
rámetros con los que son evaluados los centros educativos y las tareas propias de un centro
educativo Técnico Profesional, y la necesidad de actualizar los recursos tecnológicos de cada
centro educativo.
El capítulo “Los desafíos de las y los asistentes de la educación en el ámbito de la convivencia
escolar a partir de una experiencia formativa” se refiere a la relevancia de resignificar la educa-
ción continua en las y los asistentes de la educación. Para ello, presenta los resultados de un
estudio de caso que identifica los desafíos que las y los asistentes de la educación perciben
como pendientes en el ámbito de la convivencia escolar. Se evidencia en el estudio la nece-
sidad de desarrollar proyectos educativos auténticamente inclusivos, donde se concrete una
comprensión del fenómeno educativo como producto de una cultura escolar participativa.
Finalmente, el capítulo “Desarrollo de capacidades profesionales en el contexto de una forma-
ción continua comunal” analiza un programa de formación continua orientado a la evaluación
de aula desde un enfoque formativo. En este capítulo se busca reconocer cuáles fueron las
capacidades profesionales desarrolladas en el contexto de dicho programa, evidenciándose la
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PRIMERA PARTE:
Debates y desafíos en
la investigación sobre
desarrollo profesional
docente y educación
continua
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Figura 1
Dimensiones de transformación del ser docente y de la formación continua docente
1. Ser/rol docente
¿Cómo se entiende la profesión docente? ¿Cuál es su rol en la educación y en la sociedad?
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El ser/rol docente
La primera dimensión de los enfoques identificados aborda la antigua y extensa discusión, con-
figurada y reconfigurada históricamente, en torno al ser docente, al estatus del oficio y a su
comprensión como una técnica o una profesión, nociones de las que se deriva su identidad
y rol tanto en los procesos educativos como en la sociedad. Esta dimensión es estructurante
dado que la comprensión y las definiciones que le son asociadas definen los siguientes ámbitos
abordados.
El ser docente ha transitado por una amplia gama de interpretaciones polares que han signado
el estatus docente como un oficio, como un arte (Villegas-Reimers, 2003) o como una técnica
que consiste en aplicar metodologías de enseñanza (Assaél y Soto, 1992). El/la docente es
visto, así, como un técnico que pone en práctica o reproduce planes diseñados por expertos.
Estas visiones, a decir de Schön (1998), se sustentan en una epistemología positivista de la
práctica docente. Asimismo, la docencia ha sido conceptualizada como una profesión en ago-
nía que merece desaparecer por ser un mero instrumento colonizador o bien una actividad
semiprofesional y proletarizada (Lyotard, 1987; Illich, 1971; Perrenoud, 2004).
La discusión en torno a la actividad docente también está marcada por la tensión entre las
visiones del profesorado como trabajadores/as de la enseñanza, compartiendo por tanto las
mismas condiciones y reivindicaciones de los/las trabajadores/as en general, o como pro-
fesionales, compartiendo las cualidades que definen a las profesiones (Gadotti, 1996 y Ville-
gas-Reimers, 2003, en Louzano y Moriconi, 2014).
Para diversos autores/as, el carácter profesional del trabajo docente no está en discusión. Los
elementos profesionales de la docencia, según plantea Ávalos (s/f, basada en Abbot, Yinger y
Eraut), estarían dados por una base de conocimientos sólida, específica, compleja y adaptable
a las necesidades del contexto, por la institucionalización de la preparación (formación tercia-
ria), por el reconocimiento social en torno las competencias propias de la docencia (jurisdicción
sobre un campo propio de ejercicio) y por el control sobre la calidad del ejercicio profesional
desarrollado a través de los gremios, los sistemas formativos (ingreso, egreso a la carrera, en-
trada al campo laboral) y los controles del propio espacio escolar (códigos de ética, estándares
y evaluación del desempeño, entre otros) (Ávalos, s/f; Ávalos, 2010).
Otros atributos del carácter profesional de la docencia son un determinado ethos docente o
sentido de identidad colectiva (Day, 2005), la valoración de pares de referencia (Marcelo y Vai-
lllant, 2009), la autonomía en el ejercicio de la profesión (Contreras, 2001), la especificidad de
su ejercicio, las competencias profesionales (Perrenoud, 2004), el código ético y compromiso
pedagógico (Freire, 2005a), y la adaptabilidad de las prácticas y pericia (Schön, 1998).
Definido así el/la docente como un sujeto profesional y ratificado, al menos por la literatura, el
carácter profesional de la docencia, Hargreaves (1996) plantea la distinción entre profesionalis-
mo y profesionalización. Por una parte, la profesionalización (ser un profesional) la comprende
como la posición social y el mejoramiento del prestigio de la docencia. El profesionalismo (ser
profesional), en tanto, lo asocia con atributos del ejercicio de la docencia tales como el mejo-
ramiento de la calidad y estándares de la práctica. Al respecto, analiza la evolución del pro-
fesionalismo docente en cuatro etapas históricas o edades: el pre-profesional, el profesional
autónomo, el profesional colegiado y la edad post-profesional, etapas signadas por las tras-
formaciones en el ejercicio de la docencia, los modelos de enseñanza-aprendizaje, las formas
de aprendizaje profesional, el desarrollo individual y colectivo de la profesión, las regulaciones
externas e internas de la profesión y la tensión entre profesionalización y desprofesionalización.
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Junto a esta comprensión del ser docente como sujeto profesional, se encuentra otra vertiente
proveniente de las ciencias sociales (Cuenca, 2020), la pedagogía crítica y los movimientos pe-
dagógicos latinoamericanos, que han sumado las categorías de sujeto social, sujeto político o
sujeto de acción política. Nociones que, ligadas a una reconfiguración de la identidad docente
y a sus subjetividades, y en el marco de la comprensión de la educación como una herramienta
transformativa y liberadora (Freire, 2005b), aluden a la trascendencia del acto educativo en la
sociedad, a su compromiso social y a su actuación en la sociedad. Es decir, el/la docente se
entiende como un sujeto
con capacidad de agenciar y construir saberes y sujetos autónomos, de superar la
pasividad y la condición de espectadores y reproductores, de formular y desarrollar
proyectos, prácticas y experiencias alternativas, constituyente de sus acciones y de sí
mismo, con voluntad y arriesgo para intervenir en las decisiones sobre lo educativo y
la política educativa en los ámbitos de su interacción inmediata: institución, contexto
local, regional o nacional; también, de asumir como una necesidad imperante en
sus acciones de enseñanza y de formación la de potenciar subjetividades políticas
(Martínez M. C., 2006, p.244).
Si bien las caracterizaciones de la profesionalidad y la profesionalización docente y particu-
larmente las condiciones para su desarrollo profesional efectivo continúan siendo un tema de
debate, lo cierto es que la cualidad profesional de la docencia se asienta como un elemento
constitutivo de esta, siendo ampliamente recogida por la literatura, por las políticas públicas y
por los/las propios/as docentes, quienes la han incorporado como una reivindicación de su
quehacer laboral, instalando así el concepto de DPD en el debate.
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Trasladado el foco del aprendizaje desde lo individual a lo colectivo, se identifican diversas con-
ceptualizaciones y las consecuentes fuentes de aprendizaje docente, entre las que destacan:
la práctica docente y la reflexión en torno a ella, la interacción social en el espacio educativo
(aprendizaje colaborativo) y la interacción con el contexto sociocultural del ejercicio profesional
(la escuela). Por ende, los procesos formativos formales (cursos) quedan situados como una
fuente del aprendizaje continuo más, perdiendo la centralidad de antaño.
La práctica docente como fuente de aprendizaje. La práctica docente como fuente de apren-
dizaje ha sido cada vez más relevada por la literatura, aportando a la reconfiguración de los
procesos de formación profesional docente. Al respecto, se observa un cambio central en la
valoración del conocimiento experto y las habilidades y competencias como pertenencia indi-
vidual, al reconocimiento de la práctica profesional docente comprendida como
un proceso de acción y reflexión cooperativa, de indagación y experimentación, donde
el profesor aprende al enseñar y enseña porque aprende, interviene para facilitar y
no imponer ni sustituir la comprensión de los alumnos, y al reflexionar sobre su
intervención ejerce y desarrolla su propia comprensión (Pérez, 1998, p.198).
El desarrollo teórico en torno a la práctica y la reflexividad ha sido influido fuertemente por
Schön (1987) con su propuesta de una nueva epistemología de la práctica y la noción del profe-
sional reflexivo. En lo central, el autor sitúa la praxis docente en contextos de alta complejidad,
cambio e incertidumbre, y tensiones que requieren un abordaje profesional y no técnico, supe-
rando la separación entre conocimiento teórico y práctico, que permita la resolución de proble-
mas concretos en el aula. En este sentido, la reflexión docente, como forma de conocimiento,
es lo que debiera orientar la acción. Plantea, así, el concepto de pensamiento práctico como
sostén del profesional reflexivo, el cual se construye a través del conocimiento en la acción, la
reflexión en y durante la acción, y la reflexión sobre la acción y sobre la reflexión en la acción.
En la misma línea de la valoración de la práctica como fuente constitutiva de conocimiento y
también en el marco del modelo de DPD, Cochran-Smith y Lytle (2003, referidas por Vezub,
2013) utilizan el concepto de conocimiento de la práctica, centrado en la indagación como acti-
tud cognoscitiva y en la integración del saber teórico-práctico. Distinguen este enfoque del de
conocimiento para la práctica, que sobrevalora el saber teórico y lo separa de la práctica, y del
de conocimiento en la práctica, que comprende la acción y la reflexión sobre la práctica como
la fuente esencial de la generación del conocimiento docente. Las autoras plantean que
el conocimiento que los docentes necesitan para transformar y mejorar la enseñanza se
genera cuando estos son capaces de considerar su quehacer, sus aulas e instituciones
como espacios de investigación y reflexión, al tiempo que se nutren de los aportes de
otros (expertos, asesores, investigadores) para cuestionar sus presunciones, generar
interrogantes y conectar su trabajo con los aspectos sociales, políticos y culturales de
la sociedad contemporánea (Vezub, 2013, p.9).
Estas perspectivas aportan a consolidar la relevancia de la práctica reflexiva, entendida por
Cerecedo (2018) “como un proceso continuo, intencional y sistemático por el cual el profesor
busca el conocimiento sobre sí mismo, el significado de su labor, el contexto en que se encuen-
tra y el de la relación con los diferentes sujetos” (p.77). En su visión, transitar hacia una práctica
reflexiva implica tanto la resignificación de la propia práctica docente, como un desarrollo pro-
fesional auténtico.
Interacción social y aprendizaje colaborativo. La interacción social que se genera entre su-
jetos que comparten su experiencia laboral (y en ella la práctica docente) y la generación de
aprendizajes colaborativos también se integra en los nuevos enfoques sobre el DPD. Day (1999)
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es uno de los autores que ha puesto de relieve la noción de aprendizaje entre pares compren-
diéndolo como experiencias de aprendizaje desarrolladas en forma natural o deliberada que
favorecen tanto individualmente al/la docente como a grupos de docentes y a la escuela en
su conjunto.
En esta línea, Joyce y Showers 1988, citados por (Hargreaves, 1996) señalan que la investiga-
ción educativa indica que la enseñanza entre pares aumenta significativamente la posibilidad
de éxito de nuevas estrategias de enseñanza: “Los profesores aprenden mejor en forma colec-
tiva que en forma individual” (Hargreaves, 1996, p.18).
Así se ha asentado la noción de aprendizaje profesional colaborativo, la cual reconoce que los/
las docentes
aprenden de sus prácticas pedagógicas: aprenden a aprender, a buscar, a seleccionar,
a experimentar, a innovar, en fin, a enseñar. Para ello, el aprendizaje profesional
colaborativo combina distintas estrategias que involucran acciones entre los pares,
tales como el aprendizaje de nuevas formas de enseñar y de evaluar, la reflexión
sobre lo que acontece en el aula de clases y la formulación y revisión de proyectos
educativos institucionales, con la presencia de expertos internos y externos (Calvo,
2014, p.114).
Fullan (2004, citado por Calvo, 2014) profundiza en las acciones colectivas que permiten el
desarrollo del aprendizaje profesional colaborativo que genera la interacción formal e informal
entre docentes
a través del encuentro y la charla profesional entre pares; la lectura y la indagación
sobre los diversos factores involucrados en el quehacer docente; la detección de las
propias necesidades formativas; la toma reflexiva e informada de decisiones y la vuelta
sobre ellas para afinarlas o transformarlas. Es a partir de estas acciones en colectivo,
que pueden insertarse procesos de aprendizaje profesional colaborativo (p.113).
La escuela como espacio de aprendizaje. En consecuencia, estos enfoques postulan a la es-
cuela como un espacio fundamental para la generación de conocimiento y aprendizajes do-
centes, dado que es un escenario “natural” para el aprendizaje colaborativo, el cual se trasforma
en una estrategia institucional que responde a las necesidades locales y específicas del centro
escolar. La escuela es vista como una organización que aprende, lo que ubica a la formación
docente como un eslabón clave en la cadena de profesionalización de todo el conjunto de
agentes educativos (OEI, 2013).
Desde esta mirada,
el desarrollo profesional suele ser más efectivo no cuando es impartido por expertos
alejados del sitio de trabajo, sino, cuando se encuentra inmerso en la vida y el quehacer
de la escuela, cuando cuenta con el incondicional apoyo y participación del director o
directora y cuando constituye el foco de acciones y debates colaborativos (Little, 1993,
citado por Hargreaves, 1996, p.18).
Estas nociones sobre la escuela como unidad generadora de saberes y aprendizajes han im-
pulsado su integración como un escenario necesario para la formación continua docente, pro-
piciando el carácter situado y contextualizado de la formación.
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más como un continuo, un trayecto construido no solo entre la formación inicial y continua, sino
que alimentado por experiencias formativas informales que parten desde la biografía escolar
de los y las docentes (Anijovich et al., 2009). En consecuencia, se instala el concepto de desa-
rrollo profesional continuo (Fullan y Connelly, 1990; Ávalos, 2007).
Esta comprensión del desarrollo profesional continuo, del aprendizaje profesional continuo y
del/la docente entendido/a como un sujeto en formación permanente se inserta y refuerza
por el marco filosófico conceptual de la noción de aprendizaje a lo largo de la vida, promovida
desde los 90 por la Unesco, a partir de La educación encierra un tesoro (Delors, 1996), publica-
ción conocida como el Informe Delors. Dicha publicación ha tenido una incidencia fundamental
por ampliar el alcance de las capacidades requeridas para el desarrollo de la docencia, des-
de las dimensiones del conocer y el hacer, vinculadas al ámbito cognitivo y los resultados de
aprendizaje, al fortalecimiento de las dimensiones del aprender a ser y el aprender a convivir,
que son las que potencian la capacidad de expresar y comprender las subjetividades, la afec-
tividad, la capacidad de empatizar, de compartir y de relacionarse con la diversidad. En este
mismo marco se inscribe la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por
el PNUD tras el Foro Mundial sobre Educación, realizado en Corea en 2015. En este sentido, el
Objetivo 4, Educación de Calidad, que propone garantizar una educación inclusiva, equitativa y
de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida de las personas (ONU,
2015), destaca el rol docente en este proceso.
Basadas en estas conceptualizaciones y en los múltiples diagnósticos e investigaciones edu-
cativas que señalan las deficiencias de las políticas de formación docente, las reformas políti-
cas acometidas han pretendido generar cambios en la estructura, las regulaciones y la oferta
de la formación continua, proponiéndose superar la lógica remedial, y fomentar el desarrollo
de programas que aborden su dimensión individual y colectiva, asociados a la institución y al
contexto cultural y territorial en el que se insertan. En consecuencia, las nuevas conceptualiza-
ciones destacan las necesidades de poner al centro de la formación continua el contexto real
y concreto de los/las docentes en los procesos formativos, relevando el carácter situado del
aprendizaje y su necesaria inserción en las comunidades de práctica (Ávalos, 2007; Vaillant y
Cardoso, 2016; Cortez, Zoro y Núñez, 2020).
Asimismo, en el marco de estas nuevas conceptualizaciones, emerge la necesidad de vincular
el desarrollo profesional y los programas formativos con otros factores del sistema educativo
tales como la organización de los puestos de trabajo en las escuelas, su contexto cultural,
el respaldo institucional, la integración de la formación como parte del propio desarrollo de
la unidad educativa y las condiciones laborales de los/as docentes (Vaillant y Cardoso, 2016;
Imbernón, 2017; Vezub, 2018).
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Las bases socioconstructivistas que sostienen las nuevas metodologías de formación orientan
entonces la transformación de los/as formadores/as:
Cuando el papel del profesor cambia desde la persona que posee y transmite el
conocimiento hacia una persona que crea ambientes para el aprendizaje de manera
que los estudiantes puedan construir su propia comprensión de la materia a estudiar, el
papel de las personas que planifican e implementan una actividad para el aprendizaje
docente cambia en igual sentido. El rol de los participantes también cambia ya que
dejan de ser ‘objetos’ de perfeccionamiento, pasando a ser sujetos que construyen
activamente nuevas comprensiones en colaboración con sus pares (Montecinos, 2003,
p.109).
Así, el rol del/la formador/a de formadores/as transita desde la figura del/a especialista y
académico/a experto a la de facilitador/a de aprendizajes previos, en una relación “horizontal
y colaborativa con los docentes revalorizando los saberes de la acción y los principios construi-
dos en la experiencia” (Vezub, 2013, p.9).
Sin embargo, los sistemas educativos formales de la región han incorporado escasamente
procesos de formación para tal figura del/la formador/a de formadores/as. En este sentido,
desde la política educativa y la institucionalización de la formación continua docente se re-
quiere profesionalizar también dicha figura, consolidando un cuerpo de formadores/as de alta
calificación para “atender las demandas cambiantes de la agenda del desarrollo profesional de
los docentes y cubrir las necesidades de formación de los distintos niveles, modalidades del
sistema, contextos de desempeño y trayectorias docentes” (Vezub, 2019, p.44).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
vos. Estas pretenden evaluar y medir la formación en sujetos sobre quienes se desconoce su
cualidad, la de su trabajo y su contexto.
Vezub (2013) critica particularmente la lógica de relaciones causa-efecto entre programas y
políticas públicas que subyacen a las metodologías de impacto.
Desde este enfoque, se establece, primero, el sentido de la transformación curricular,
didáctica u otra a implementar; segundo, se diseñan los cursos, seminarios o talleres
de formación que los docentes deberán realizar para adquirir las nuevas habilidades y
marcos conceptuales que requiere la transformación, y, tercero, se analiza su impacto.
Bajo esta perspectiva subyace una creencia según la cual la renovación de las prácticas
es consecuencia y efecto directo del programa de formación implementado sin
atender a otras variables estructurales, históricas, subjetivas o institucionales. (…) Esta
mirada se ha correspondido con los métodos positivistas o neopositivistas centrados
en la objetivación, medición y control de los procesos humanos y formativos. Estas
metodologías no dan cuenta de la riqueza y complejidad que entrañan las actividades
de desarrollo profesional docente (p.14).
Teniendo en cuenta lo anterior, la autora propone incorporar epistemologías que reconstruyan
la experiencia formativa docente y los saberes construidos en la práctica y en las interacciones
sociales, tales como el análisis sociocrítico y los métodos interpretativos.
Estas maneras de indagar los espacios de formación y la trayectoria de los sujetos
deben ubicarse en la trama más amplia del contexto sociopolítico y cultural en el que
ocurren revisando las continuidades y rupturas que se establecen con las tradiciones
pasadas, con las identidades docentes construidas y con la historia colectiva de la
profesión (Vezub, 2013, p.24).
Ello implica atender a cómo los/las docentes integran los nuevos aprendizajes en la experien-
cia profesional y cómo el proceso formativo moviliza aprendizajes previos y potencia la genera-
ción de reflexión en torno a su práctica y la transformación de su contexto.
En la misma línea, la evaluación de los programas de formación debe superar la simple revisión
del programa desde la formalidad de su cumplimiento y de su puesta en marcha. La evaluación
debiera poner en valor criterios levantados por los participantes en los programas que otorgan
sentido al ejercicio docente y que trascienden los contenidos de los programas: la valoración
de compartir experiencias significativas para su formación, la importancia que le otorgan a los
espacios de reflexión entre pares, la producción de conocimientos colaborativa, entre otros
(Olave y Carrasco, 2016).
En este sentido, las metodologías de evaluación deberían ser consistentes con los nuevos mar-
cos epistemológicos sobre el aprendizaje docente. Es así como desde estas perspectivas alter-
nativas y particularmente desde la investigación cualitativa, emergen y se proponen diversas
metodologías evaluativas (De Andraça et al., 2010; Castañeda et al. 2007; Vezub 2011 citados/
as por Vezub, 2013, p.14), tales como:
▪ Análisis socio-critico que propicia la reflexión sobre procesos de aprendizaje.
▪ Métodos interpretativos como las narrativas, centrados en la indagación y reconstrucción
de la experiencia formativa.
▪ El levantamiento de buenas prácticas y estudios de casos.
▪ Evaluación para el Aprendizaje que incorpora transversalmente la evaluación formativa en
los procesos de aprendizaje.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Finalmente, cabe señalar que la evaluación requiere no solo de diversidad de modelos evalua-
tivos pertinentes a la naturaleza de los programas de formación y sus fines, a sus participantes
y sus formas de aprender, sino que también de recursos de tiempo y financieros. Es decir, el
monitoreo y la evaluación (pertinente e idónea) debiera ser considerada por las políticas públi-
cas como parte constitutiva del diseño de los programas formativos.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
3. Reflexiones finales
Hemos presentado y analizado cinco dimensiones que emergen como ejes estructurantes del
proceso de resignificación de la educación continua docente en el marco del tránsito desde
los enfoques tradicionales basados en el déficit y la instrumentalización de la formación, a en-
foques centrados en el fortalecimiento de la profesión docente y su desarrollo. Entendemos
que dichas dimensiones están interconectadas y mutuamente influenciadas. En este sentido,
y sin pretender una lectura lineal, la concepción que se tenga del ser docente y su rol tanto
en la experiencia educativa como en la sociedad se vincula a comprensiones sobre cómo se
genera el cocimiento pedagógico y las fuentes del aprendizaje profesional, las cuales inciden
en el diseño de las políticas de formación continua docente, sus metodologías y las formas de
evaluación de los programas.
Las iniciativas internacionales que promueven los aprendizajes a lo largo de la vida, así como
los acuerdos de la comunidad internacional en pos de alcanzar sistemas educativos equitativos
y con oportunidades de desarrollo para todos y todas, que destacan en este proceso el rol de
los/as docentes, junto a la abundante investigación sobre profesionalización y profesionalidad
docente desarrollada en las últimas tres décadas, dan cuenta del paso hacia un nuevo hori-
zonte en la concepción de la profesión docente. Se instala, así, un escenario particular para
la reconfiguración de los modelos descritos y para la posibilidad de crear sistemas de DPD
consistentes y pertinentes. En este escenario, se avanza también hacia la distinción entre la
formación permanente del profesorado y el DPD (Imbernón, 2017).
Sin embargo, si bien se observa en la literatura coincidencias en torno a la direccionalidad de
los cambios, pareciera haber menos certezas sobre cómo realizar dichos cambios (Vaillant y
Cardoso, 2016). Asimismo, los avances concretos en la nueva dirección son desiguales, exis-
tiendo además escasa información sistematizada que permita efectuar análisis comparativos
en los países de la región respecto a sus aportes para incrementar el DPD del profesorado en
servicio (Vezub, 2019). En este sentido, más allá de la literatura y el discurso institucional, per-
sisten numerosas tensiones, desafíos y preguntas.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Estos elementos han limitado la autonomía docente, uno de los factores esenciales que defi-
nen el carácter profesional de la docencia, cuestión que entra en franca tensión con el discurso
de la profesionalidad y la emancipación docente. Estas limitaciones, entre otros elementos,
mantienen vigente la discusión entre profesionalización y desprofesionalización. Asimismo,
plantean el cuestionamiento del discurso de la profesionalización en tanto aparece como una
nueva forma de disciplinamiento del profesorado (Reyes, 2018). En esta línea, las nuevas for-
mas de regulación del trabajo docente constituyen “modos de imposición heterónomos, que
contradicen los objetivos que formalmente se propone alcanzar en materia de profesionaliza-
ción y autonomía de los docentes” (Feldfeber, 2007, p.466).
También la incorporación del enfoque del desarrollo profesional no puede obviar las condicio-
nes de trabajo del profesorado. Existe abundante evidencia respecto a las consecuencias de
las políticas neoliberales en dichas condiciones en términos de intensificación y precarización
del trabajo (Fardella, 2013; Anderson, 2018).
Desde el nivel micro del sistema escolar, las nuevas conceptualizaciones sobre el DPD, en tan-
to apuntan a generar un nuevo tipo de relación en las escuelas, entran en tensión con la cultura
escolar y la cultura organizacional. En la cultura escolar aún persisten fuertemente modelos de
enseñanza tradicionales, transmisivos, desarrolladores de habilidades técnicas, reproductores
de conocimiento y rutinas, jerárquicos, y basados en la autoridad y la disciplina (Pérez, 1998;
Vergara Ríos y Cuentas Urdaneta, 2015; Anderson, 2018). En este sentido, la transformación de
modelos de enseñanza y aprendizaje tanto para estudiantes como para docentes son inter-
dependientes y requieren no solo de la voluntad de los actores, sino también de liderazgos
apropiados y de políticas públicas transformativas.
En la misma perspectiva, como señala Montecinos (2003, basada en Lieberman y Miller, 2000;
Marcelo, 2002; Tesdesco y Tenti Fanfani, 2002), actualmente las nuevas conceptualizaciones
de la profesión docente impulsan también el tránsito de una cultura del ejercicio individual al
profesionalismo colectivo. Ello requiere de un cambio en la tradicional cultura organizacional
del trabajo docente aislado en el aula. Según la autora, la necesidad de la transformación de la
cultura organizacional hacia el trabajo en equipo se refuerza por la mayor heterogeneidad del
estudiantado, la diversificación de las demandas de las escuelas, la requerida articulación de la
formación permanente y las crecientes complejidades del conocimiento y del mercado laboral.
Asimismo, desde la visión de la escuela, el desarrollo del aprendizaje colaborativo requiere la
generación de una cultura y de políticas internas que propicien y faciliten el cambio paradigmá-
tico en la colaboración entre pares, de modo de hacer real la posibilidad de indagar y reflexio-
nar sobre las prácticas individuales y colectivas propiciadas por los enfoques del desarrollo
profesional. Ello requiere condiciones institucionales de trabajo (espacios, tiempos) (Saberes
Docentes, 2020) que posibiliten estas nuevas “relaciones de saber-poder y la relocalización de
los actores en la escena educativa” (Vezub, 2013, p.8).
Si bien en el presente análisis concluimos la presencia de un conjunto de condicionantes que
tensionan y dificultan el asentamiento de las nuevas conceptualizaciones en torno a la profe-
sión docente y la formación continua, no es menos cierto también que en las últimas décadas
observamos experiencias de maestros/as, centros educativos y redes de escuelas que, no sin
dificultades, están posibilitando la resignificación de la profesión y el trabajo docente, desde su
reconocimiento y valoración de la producción de conocimiento pedagógico situado y contex-
tualizado, puesto al servicio de una escuela que trabaja en forma colaborativa y que aprende
desde la reflexión sobre su quehacer, intentado superar la educación bancaria y movilizada por
un horizonte de justicia social.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Referencias
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1. Antecedentes.
En la última década se han producido una serie de avances en las políticas de formación ini-
cial y continua de profesores/as y en las condiciones de su desarrollo profesional. Algunos de
estos avances han impactado y modificado, aunque de modo parcial aún, el currículum y la
metodología de la formación inicial y la educación continua (EC) de docentes (Mellado, 2020).
Sin embargo, los avances respecto al conocimiento sobre las/os formadoras/es de docentes
no han sido significativos. Es así como resulta difícil encontrar información específica respecto
de quienes se desempeñan en EC de profesoras/es: ¿quiénes son los/as formadores/as de
docentes en EC?; ¿qué trayectorias académicas y profesionales los/as han llevado a ejercer el
rol?; ¿qué comprensiones de su rol predomina en ellos/as?; ¿qué comprensiones tienen res-
pecto de la profesión docente y del espacio escolar?; ¿qué miradas predominan en ellos/as en
relación a la EC de profesores/as?; ¿qué enfoques y metodologías de formación caracterizan
su práctica?; ¿qué necesidades de aprendizaje los/as animan a su propia formación continua?
A partir de algunas de estas preguntas, surge la necesidad de contar con estudios que permi-
tan conocer las cualidades y necesidades de los/as formadores/as de docentes en servicio
con el propósito de mejorar su propia formación y su desempeño en la EC para el desarrollo
profesional docente.
Para avanzar en esta dirección, este capítulo presenta un estado del arte respecto a la figura
del/la formador/a en educación continua de profesores/as de los últimos veinte años en el
concierto iberoamericano, construido a partir de la revisión de literatura especializada presente
en tres bases de datos y en otras publicaciones académicas que permiten completar la tarea. La
investigación en la que se basa este capítulo se centró en la identificación de las comprensiones
predominantes del concepto y en las distinciones que se establecen en torno a este, así como en
la caracterización que los estudios referidos hacen del/la formador/a de profesores/as en EC y
los roles que identifican para él/ella.
El problema que se aborda en el texto surge de la siguiente constatación: a pesar de los avan-
ces observados en los últimos años en el campo de la formación inicial y continua de profeso-
res/as y de la existencia de algunos diagnósticos (Marcelo, 1999; Vaillant y Marcelo, 2001; Cor-
nejo, 2007b) aún sigue pendiente avanzar en este campo, en tanto son evidentes las carencias
en el conocimiento sistemático sobre el/la docente que se desempeña en la formación de
profesores/as.
Los escasos estudios realizados en la materia reconocen que existe un pobre desarrollo en el
estudio sobre los/as formadores/as de docentes en general, lo que podría explicarse por la
diversidad de orígenes y trayectorias de quienes conforman los cuerpos académicos y pro-
fesionales que se dedican a la formación de profesores/as (Marcelo, 1999; Vaillant y Marcelo,
2001; Cisternas, 2007; Cornejo, 2007b; González-Vallejos, 2018). En el caso de Chile, la investiga-
ción educativa relacionada con la formación docente se centra en el análisis de programas de
formación y en la caracterización de estudiantes en la formación inicial y el perfeccionamiento
docente, sin que ello signifique el abordaje del estudio específico sobre los/as formadores/as
(Cisternas, 2007; González-Vallejos, 2018).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
González-Vallejos (2018) afirma que en América Latina son escasos los estudios centrados en
la figura del/la formador/a de docentes, por lo que no resulta sencillo profundizar en su defi-
nición y en el conocimiento de este actor, al que define como un grupo amplio y heterogéneo
desde el punto de vista de las trayectorias académicas y profesionales de quienes lo integran.
Su estudio concluye que el/la formador/a de docentes, en tanto objeto de estudio, es todavía
un campo en construcción y que la escasez de producción científica en esta materia se consti-
tuye en un problema para la propia formación docente.
Estas carencias se hacen más críticas todavía cuando se busca información validada por estudios
científicos respecto del/la formador/a de docentes en EC. Como se verá en este capítulo, ella
aún es escasa y, en general, aborda de modo indirecto la figura del/la formador/a. Este vacío
en la literatura no se correlaciona con los avances en el campo de la EC que han dado lugar a
una nueva comprensión respecto del aprendizaje profesional de los/as docentes en servicio y
de las principales fuentes que lo nutren: la práctica y la trayectoria profesional, y la capacidad de
reflexionar críticamente que los/as profesores/as tienen respecto de ellas. El reconocimiento
de estas fuentes, a su vez, impacta en la formulación de programas y de experiencias de EC,
en especial en relación con las metodologías que en ellas han de prevalecer para contribuir al
desarrollo profesional de sujetos que generan y portan un conjunto de saberes y conocimientos
(Vaillant y Marcelo, 2015). Sin embargo, como se verá más adelante, se desconoce en qué medida
estos avances han logrado impactar en las capacidades y prácticas que los/as formadores/as
de profesores/as en EC llevan adelante en sus desempeños en las actividades formales y no
formales de formación docente, lo que podría llegar a constituir una situación problemática o
un elemento obstaculizador de la transformación que las políticas y programas de formación
continua se proponen alcanzar.
Este desconocimiento se debe a dos grandes factores: el primero de ellos es que la investiga-
ción en formación de docentes no ha logrado consolidar la delimitación del/la formador/a de
profesores/as como un objeto de estudio en sí mismo (González-Vallejos, 2018); el segundo,
como se plantea más adelante, es que este déficit es todavía más crítico cuando se trata de si-
tuar como objeto de estudio al/la docente formador/a de profesores/as en el ámbito de la EC.
En este marco, las siguientes son las preguntas que orientaron la revisión de literatura que
se realizó en el marco del estudio que presentamos en este capítulo: ¿qué dice la literatura
respecto del/la formador/a de profesores en educación continua docente y qué tipo de ro-
les le asigna?; ¿aborda la literatura especializada, desde el punto teórico-conceptual, la figura
del/la formador/a de formadores/as en educación continua?; ¿cómo la aborda?; ¿qué tipo de
atributos/cualidades reconoce la literatura en relación al sujeto formador de profesores/as
en servicio?; ¿qué sugerencias realiza la literatura respecto de las competencias/capacidades
profesionales que deben tener los/as formadores/as de profesores/as en servicio?; ¿qué ca-
racterísticas y roles identifican en ellos/as?.
2. Marco conceptual
Desarrollo profesional docente y formación continua de profesores/as
La literatura especializada coincide en la comprensión de la carrera docente como un proceso
formativo continuo compuesto de tres momentos: la formación inicial universitaria, la inmersión
al ejercicio profesional como docente novel y el trayecto profesional en el contexto escolar que
se extiende a lo largo de los años de servicio (Ávalos, et al., 2010; Tejada, 2010; Vaillant y Mar-
celo, 2015).
Dicho continuo formativo, en el caso de los/as profesores/as, es también referido como de-
sarrollo profesional docente (DPD), y entendido como el desempeño y aprendizaje que viven
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
La figura del/la formador/a de formadores/as dentro del contexto escolar en Chile ha venido
creciendo en el transcurso de las dos últimas décadas, principalmente como efecto de la im-
plementación de políticas públicas que promueven el trasladado del eje de la formación conti-
nua docente al espacio escolar, privilegiando el aprendizaje profesional entre pares, mediante
la indagación y la reflexión sistemática de sus prácticas. Esta es una figura emergente, en la
que el rol de formador/a es jugado por un/a par experimentado/a que lidera y moviliza a sus
colegas hacia la transformación de la escuela (Marcelo, 1999; Vaillant y Marcelo, 2001).
En el cumplimiento de estos dos grandes roles, los/as formadores/as en educación conti-
nua deben ser poseedores/as de una profunda formación pedagógica y didáctica para dise-
ñar e implementar experiencias de aprendizaje para otros/as profesionales de la educación
que actúan como docentes en servicio. Junto a ello, han de poseer habilidades para el trabajo
con personas adultas en sus contextos laborales, en especial en lo referido a la capacidad de
acompañar a los/as docentes en servicio a emprender cambios en sus disposiciones, creen-
cias, métodos y prácticas de enseñanza. Deben, además, poseer conocimientos disciplinares y
saberes experienciales, capacidades reflexivas, comunicativas, y de trabajo y aprendizaje cola-
borativo (Moral, 1997; Vaillant, 2002; Ortega y Castañeda, 2010; Mamaqui y Miguel, 2011).
3. Metodología
Los trabajos analizados en este capítulo constituyen una contribución a la comprensión del
fenómeno de la EC docente en Chile, en tanto aportan a los procesos de estudio sobre la figura
del/la formador/a de profesoras/es en servicio en la región y en Chile, en donde los avan-
ces respecto al qué y al para qué de la formación continua docente, desde hace una década
aproximadamente, han sido significativos. Sin embargo, estos avances son mas bien escasos
cuando se trata de abordar el cómo de la EC, haciendo con ello referencia los formatos más
adecuados para su realización y para responder a las inquietudes y necesidades de las y los
docentes que ejercen la profesión: metodologías, didácticas, herramientas, estrategias y enfo-
ques evaluativos.
Esta necesidad, la de avanzar en el cómo la EC docente responde a los desafíos del aprendi-
zaje profesional de las/os profesoras/es en servicio, se relaciona, por cierto, con la figura, con
los atributos, con las trayectorias de los/as formadores/as de formadores/as y con la com-
prensión que se tiene de ellos/as y de las funciones y roles que cumplen y han de cumplir,
insistimos, en el marco de la resignificación de la formación en servicio.
El estudio que aquí presentamos ofrece un estado del arte que contiene las fronteras respecto
del conocimiento (Londoño et al., 2016) que la investigación ha logrado desarrollar en torno a la
figura del/la formador/a de docentes en servicio, en la perspectiva de contribuir a la delimita-
ción de este campo con sus propias singularidades y especificidades.
Desde una perspectiva descriptiva, el estudio organizó el abordaje teórico y metodológico de
un conjunto de publicaciones con foco en las preguntas y el problema de investigación, los
objetivos, el marco conceptual, el enfoque metodológico, los resultados y conclusiones en
torno a los cuales fueron articulados los procesos de indagación reportados por los trabajos
consultados (Guevara, 2016; Londoño et al., 2016; Urbina y Morel, 2017).
Se realizó una revisión de artículos de revistas referidos a los/as formadores/as que se desem-
peñan específicamente en el ámbito de la educación continua de profesores/as, publicados
en el transcurso de los últimos veinte años en América Latina y España. La búsqueda se realizó
en tres bases de datos: Scielo, Latindex y Dialnet. La pesquisa se centró exclusivamente en
artículos de revistas integradas en estas bases, excluyendo otro tipo de publicaciones, como
libros, capítulos de libros, tesis u otros medios de divulgación. Se buscó identificar en ellos las
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
4. Resultados
A continuación, presentamos los resultados de la búsqueda, diferenciados en los dos momen-
tos de esta. Primero se presenta una tabla con los resultados de la búsqueda en las tres bases
de datos mencionadas en el apartado anterior. Luego, se presenta otra tabla con los resultados
de los trabajos integrados posteriormente. Ambas tablas contienen información bibliográfica
de cada una de las publicaciones revisadas y además integran los resultados del análisis de
datos en torno a dos dimensiones específicas que orientaron la búsqueda: comprensiones/
distinciones del concepto; y características y roles del/la formador/a de formadores/as en la
educación continua docente.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Contenidos
Tamir, P. (2005). Conocimiento profesional y personal de los profesores y de los formadores de profesores (V.
Rodríguez, trad.). Profesorado: Revista de currículum y formación del profesorado, 9(2), 1-10 (original publicado en
1991).
Posee competencias profesionales y capacidades personales que lo habilitan en especial para contribuir al
conocimiento didáctico como dimensión clave de la formación continua del profesor. Las experiencias y las
capacidades reflexivas de los formadores son factores claves que le permiten realizar dicha contribución.
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
Martins, I., Gouvéa, G., Jansen, M., Santos, A., Assumpcao, A. (2006). Transitando fronteras. Reflexiones a partir del
discurso de formadores de profesores de ciencias. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 11(31), 1127-1150.
Caracterización de los factores constitutivos de los discursos de un grupo de profesores en el marco del
ejercicio profesional en un equipo de profesores de ciencias que participan, junto a académicos universitarios,
de manera sistemática en proyectos de investigación e intervención en el trabajo docente. De manera
implícita, el texto reconoce que docentes en servicios también pueden actuar como formadores. Al planificar y
participar en acciones de formación docente continua, en las que actúan como formadores, articulan diversos
componentes de un discurso que sostiene la enseñanza de las ciencias en el contexto escolar. Al hacerlo, se
apropian e integran conceptos, palabras, ideas, sentidos, acciones y prácticas que los instalan en un proceso de
construcción de “nuevos discursos y posiciones enunciativas” (p.1128).
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
Ha de poseer un determinado capital cultural incorporado y objetivado. De igual modo ha de poseer y movilizar
un sólido capital lingüístico propio del mundo pedagógico, con el fin de articular a ambos en la formación
de profesores en servicio. No obstante, se evidencia que existe un predominio del capital lingüístico y de la
formación de profesores y no así del lenguaje científico. Realiza acciones de formación diversas: talleres, cursos,
actividades de preparación de material didáctico. En ese marco posee un manejo variado de metodologías de
trabajo que permiten establecer relaciones entre diversas áreas del conocimiento.
3.- Datos de la publicación
Cornejo, J. (2007). ¿Cómo acompañar a los centros educativos en sus proyectos de cambio? Revista Foro
Educacional, (11), 9-67.
43
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Dos polos del concepto: uno tradicional, casi de apoyo clínico a la escuela o al docente, al verse como un
técnico especialista o experto que conoce en profundidad determinadas materias, técnicas o destrezas; otra
comprensión, que lo concibe como un “facilitador de procesos, dinámicas y modalidades de trabajo” que busca
aportar a identificar y resolver de manera colectiva los problemas de la escuela mediante el desarrollo de
capacidades en el centro escolar. Es muy común que en una escuela convivan ambos polos del concepto.
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
Profesionales especialistas en alguna materia, externos al centro educativo al que apoyan en los procesos
de formación, revisión y transformación procurando empoderar a los actores internos de la escuela. Pueden
ser también considerados como asesores, colaboradores, co-investigadores externos que actúan como
facilitadores. El texto, citando un trabajo de 1989 de Saxl, Miles y Liebermann, sostiene que utiliza estrategias
de asesoramiento compuestas por las siguientes tareas: construir relaciones de confianza con los equipos de la
escuela; realizar un diagnóstico de la organización; monitorear de modo colaborativo y reflexivo a los equipos;
identificar y utilizar recursos estructurales, operacionales y psicosociales; gestionar el trabajo durante el proceso
de asesoramiento; desarrollar capacidades en los equipos para que continúen por sí mismos con el proceso.
4.- Datos de la publicación
Jaimes, M. (2007). Un acercamiento a los profesores de los Centros de Actualización del Magisterio del Estado
de Guerrero. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 12(33), 539-559.
Aproximaciones al concepto de Formador de Formadores en EC
Busca conocerlos mediante la descripción de un perfil de quienes componen este grupo profesional y pretende
conocer cómo se han formado para ejercer el rol en los Centros de Actualización del Magisterio, CAM.
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
Describe las características de un grupo de 99 profesores de los tres CAM del Estado de Guerrero, uno de los
Estados más pobres de México.
Señala que 8 de cada 10 formadores nacieron en Guerrero y provienen de localidades rurales, y pequeñas y
grandes ciudades. En la actualidad residen preferentemente en las tres ciudades más pobladas del Estado. El
67,1% cursó sus estudios escolares en el mismo Estado.
66 integrantes del grupo son la primera generación de profesionales de sus familias y 1/3 es hijo de
profesionales con maestría y un 3,9, con doctorado. Sus orígenes sociales son heterogéneos. 6 de cada 10
profesores encuestados son hombres, en una carrera en la que históricamente predominan las mujeres. Sus
edades oscilan entre los 26 y los 73 años, y la edad promedio es de 47.5. El 73.6% tiene más de 40 años.
“El 82.7% de las mujeres tiene menos de 1 a 10 años laborando en estas instituciones, 3.4% se ubica entre los 11
y 20 años y 13.7% entre los 21 y 30 años. Por su parte, 59.5% de los varones lleva de 1 a 10 años laborando en los
CAM, 12.7% lleva de 11 a 20 años, 19.1% ha trabajado de 21 a 30 años y 8.5% lleva de 31 a 42 años de trabajo”
(p. 554).
5.- Datos de la publicación
“…profesional que, siendo parte de un colectivo, media en la construcción de conocimientos con otros actores
para –en conjunto– aprender y comprender conceptos y prácticas propias del ejercicio profesional docente.
Entra en esta definición todo aquel que socializa un saber o contribuye para implementar proyectos educativos
desde las diversas áreas del conocimiento. Además, son considerados formadores los especialistas que planean
e implementan actividades, proyectos o programas de una determinada política educacional, tales como los
gestores de los programas de postítulo” (p.159).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
El perfil es variado y responde a una serie de atributos personales y profesionales relacionados con las
competencias académicas que permiten realizar la labor formativa en un programa de postítulo.
En 37 programas de este tipo dictados en Chile por 17 universidades, el promedio de edad de los formadores
de formadores es de 49 años, de ellos el 59% es del género masculino. Tan solo en un programa de postítulo en
Lenguaje se evidencia un predominio de mujeres, alcanzado el 71% de la planta docente.
El 77% de los formadores posee el título de profesor de enseñanza media y además posee el grado de magíster
en la especialidad en la que imparte formación. Igual porcentaje declara tener únicamente experiencia en
docencia universitaria, cuyo promedio es de 17 años en dicha función. De los 254 consultados, 84 posee el grado
de doctor, siendo casi todos ellos profesores de enseñanza media, en tanto solo dos profesores de enseñanza
básica o primaria declaran poseer este grado académico. De todos ellos, 29 son mujeres y 55 son hombres.
6.- Datos de la publicación
Lupión, T. y Gallego, M. (2017). Compartiendo la mirada: una experiencia en práctica reflexiva para formación
permanente. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 20(1), 127-144. http://dx.doi.
org/10.6018/reifop.20.1.244931
Aproximaciones al concepto de Formador de Formadores en EC
Actúan como guías y asesores de profesores en servicio en el contexto escuela que promueven prácticas de
reflexión personal respecto de la gestión de los docentes. Son promotores de espacios de trabajo colaborativo.
También impulsan iniciativas de transferencia de estrategias y herramientas que apuntan al desarrollo
contextualizado de capacidades en los docentes. Contribuyen a la edificación de estructuras y procesos que
dan soporte a dinámicas de cambio en la escuela. Generan espacios formativos que incrementan la confianza
y la autoconfianza profesional en los docentes. Actúan como facilitadores de las conversaciones internas en
los equipos de las escuelas. Cuentan con competencias profesionales en los ámbitos del trabajo colaborativo
entre el profesorado, el trabajo en equipo y la práctica reflexiva, además de contar con herramientas para
contextualizar los programas a la realidad del docente.
7.- Datos de la publicación
Paula, L.C. (2018). La potencialidad del diálogo freiriano para las investigaciones sobre la constitución de los
Formadores de Profesores. Multidisciplinary Journal of Educational Research, 7(2), 86-110.
Aproximaciones al concepto de Formador de Formadores en EC
Para definirlo es necesario tener en cuenta el saber científico, el saber profesional y el saber vivencial de
las personas involucradas en dicha función: “los formadores se han constituido en las relaciones sujeto-
sujeto, sujeto-objeto y sujeto-objeto-sujeto que establecen mediante las condiciones históricas de vida, de
escolarización, de trabajo, de clase social, que le propician momentos de aprendizaje, reflexión y enfrentamiento
de las situaciones que los condicionan y oprimen, les trae acomodaciones o rupturas, provocan extrañamientos
o satisfacciones, caracterizando un constante movimiento dialéctico de hacer y rehacer, hacerse y rehacerse”
(pp.108-109).
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
Las acciones del formador de formadores en ocasiones son ingenuas y en otras cuentan con criticidad, no
obedecen únicamente a propósitos institucionales y explícitos. También están conformadas por finalidades,
objetivos y métodos por los que optan en lo individual, todos los cuales además responden a opciones valóricas
asociadas a comprensiones y visiones de mundo, a las historias de vida de cada sujeto como, por ejemplo, la
formación religiosa de un individuo.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
En líneas generales, se puede observar que, de los 7 artículos analizados, 5 de ellos son de na-
turaleza cualitativa y dos de tipo cuantitativo. Los primeros se proponen aportar un conjunto de
interpretaciones y comprensiones relacionadas con el sujeto formador que se vinculan a sus
historia y trayectorias profesionales, a la constitución de su identidad profesional y a la asimi-
lación de sus roles y funciones. En cambio, los 2 artículos de carácter cuantitativo abordan una
descripción del/la formador/a mediante un análisis estadístico de la población de académi-
cos/as y profesionales que se desempeñan en este rol, a través de los resultados de encuestas
censales aplicadas a dichos grupos. Con los resultados de la aplicación de dichos instrumentos
proceden a una caracterización de tipo socioeconómica, de género, de formación y trayectoria
profesional y académica.
De la revisión del conjunto de trabajos, se pueden extraer los contenidos, que exponemos a
continuación, prevalentes en la mirada del conjunto, los que pueden contribuir a la formulación
del concepto.
El formador en la EC docente, como coinciden Tamir (2005), Cornejo (2007), Miranda y Rivera
(2009), Lupión y Gallego (2017) y de Paula (2018), es un/a profesional o un/a académico/a
experimentado/a que actúa principalmente como mediador/a y un/a facilitador/a del apren-
dizaje profesional de los/as docentes en servicio. Son considerados/as formadores/as en EC
docente, aquellos/as académicos/as y/o profesionales que socializan saberes y conocimien-
tos provenientes de diversas áreas, mediante la dictación de cursos, procesos de acompaña-
miento o asesorías técnico-pedagógicas. Ellos/as, según la mayoría de las fuentes consulta-
das, son especialistas en las materias en las que se desempeñan, ya sea por su dedicación a
la investigación y la docencia o bien por sus trayectorias profesionales en el mundo escolar.
Como componente de su experticia, son capaces de planear e implementar actividades, pro-
yectos o programas relacionados con una determinada política educacional o bien vinculados
a las necesidades de aprendizaje profesional de grupos de docentes y a requerimientos de
apoyos institucionales para la gestión de programas de cambio en las escuelas. También pue-
den actuar, como dicen Lupión y Gallego en su trabajo de 2017, como asesores de la formación
permanente situada de profesores/as en servicio, mediante acciones de acompañamiento
fundadas en la búsqueda de respuestas y soluciones conjuntas a las necesidades de aprendi-
zaje y desarrollo profesional que presentan los/as docentes de un centro escolar.
Se evidencian en los trabajos, tal como lo sostiene Cornejo (2007a), “dos polos del concepto”.
El tradicional, que concibe al formador únicamente como un técnico que presta algún tipo de
“apoyo clínico” a la escuela o al docente, y el segundo polo, que propone otra comprensión de
la figura del formador, al que concibe como un “facilitador de procesos, dinámicas y modalida-
des de trabajo” (Bolívar, 1999, en Cornejo, 2007a, p.63), que busca aportar a identificar y resolver
de manera colectiva los problemas de la escuela, mediante el desarrollo de capacidades en el
centro escolar.
Por otro lado, las características del/la formador/a, reconocidas por los trabajos, son: profe-
sionales experimentados/as en el campo de la educación, con competencias profesionales y
conocimientos didácticos de la formación continua docente. Tamir (2005), Martins et al. (2006),
Cornejo (2007a), Lupión y Gallego (2017) y de Paula (2018) coinciden de modo explícito e implí-
cito en reconocer que los/as formadores/as en EC son, por lo general, sujetos reflexivos y con
pensamiento crítico que cuentan con conocimientos específicos en la materia de la que son
expertos, la didáctica general, y el saber didáctico específico de la materia y de la formación
de profesores. Al ser personas experimentadas logran autoconocimiento de su condición de
formadoras, tienen una inclinación hacia la experimentalidad y la innovación (Tamir, 2005), son
capaces de construir relaciones de confianza con los equipos de la escuela y han incorporado
un importante capital cultural y un sólido capital lingüístico propio del mundo pedagógico. Se
46
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
evidencia, además, que existe un predominio del capital lingüístico pedagógico y de la forma-
ción de profesores/as y, en muchos de ellos, el lenguaje científico es una cualidad descendida
(Martins et al., 2006). La mayoría de quienes se desempeñan en la tarea son hombres cuando
en el gremio las mujeres son mayoría (Jaimes, 2007; Miranda y Rivera, 2009). Un trabajo llama
la atención sobre el hecho de que solo en una labor las mujeres son mayoría, evidenciando un
sesgo de género, como es el caso de la enseñanza del lenguaje (Miranda y Rivera, 2009). Final-
mente, poseen un manejo variado de metodologías de trabajo que permiten establecer rela-
ciones entre diversas áreas del conocimiento y los desafíos pedagógicos de los y las docentes.
De todos los trabajos, es posible desprender, en cuanto a los roles y funciones que desempe-
ñan como formadores/as, que estos son amplios y diversos. En cuanto a los roles, actúan como
guías y asesores de profesores/as en servicio en el contexto escuela. Pueden ser también
considerados/as como asesores/as, colaboradores/as o co-investigadores/as externos/as a
la escuela. Se desempeñan como docentes, relatores/as, mediadores/as y facilitadores/as en
cursos de diversa extensión y profundidad. Las funciones que realizan son también diversas:
diseñan e implementan talleres, cursos y actividades de preparación de material didáctico; rea-
lizan diagnósticos institucionales, de grupos de profesores/as y de docentes en lo individual;
monitorean de modo colaborativo y reflexivo a los equipos con los que trabajan; identifican y
utilizan recursos estructurales, operacionales y psicosociales; gestionan los espacios de tra-
bajo durante el proceso de asesoramiento y generan condiciones para el mismo; desarrollan
capacidades en los equipos para que continúen por sí mismos con el proceso; negocian con
sus contrapartes institucionales, en el marco de la implementación de los proyectos o cursos;
promueven prácticas de reflexión personal en los docentes y espacios de trabajo colaborativo;
impulsan iniciativas de transferencia de estrategias y herramientas que apuntan al desarrollo
contextualizado de capacidades en los docentes y actúan como facilitadores de las conversa-
ciones internas en los equipos de las escuelas.
Contenidos
1.- Datos de la publicación
Marcelo, C. (1999). La formación de los formadores como espacio de trabajo e investigación: dos ejemplos. XXI
Revista Educación, (1), 33-57.
Aproximaciones al concepto de Formador de Formadores en EC
Profesionales que desde un nivel universitario forman a los profesores en diferentes niveles y momentos de
la carrera docente, esto es, en la formación inicial o en la formación continua. En el caso de esta última son
profesionales que se dedican al diseño e implementación de actividades orientadas a la planificación, desarrollo
y evaluación de la formación del profesorado. Están adscritos a los centros escolares en Andalucía.
47
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Se desempeñan como mentores de profesores noveles y como formadores dentro del ámbito escolar
propiamente tal. En su función de asesor en el centro escolar su rol ha transitado desde la atención al
desarrollo individual de un docente hacia la comprensión de la escuela como una organización que aprende.
Además, los cambios en su rol también se han relacionado con el cambio en el modo de comprender cómo
cambian los mismos profesores y las propias escuelas: “…esta idea del cambio requiere de unos asesores, de
unos formadores capacitados y conocedores de los procesos de innovación y mejora…” (p.37). Los Estados
han utilizado a los asesores más bien como difusores de su política que como agentes de innovación, guía o
mediador.
Citando a Killion y a Harrison, plantea que son siete los roles de los asesores:
1. Formador/diseñador: es el papel del asesor como especialista que ayuda a otros a adquirir nuevas destrezas,
conocimientos y actitudes. La formación es la actividad más visible de los asesores. En esta tarea los formadores
deben ser conocedores de teorías de aprendizaje adulto, diseño instruccional, evaluación, diagnóstico y
procesos de grupo. 2. Seguimiento: es el papel del formador que apoya a los profesores en la aplicación y
transferencia de conocimientos en situaciones prácticas. 3. Proporcionar recursos: el formador proporciona
medios, recursos técnicos y humanos. 4. Gestor de programas: el formador a veces debe promover el desarrollo
de programas de innovación en las escuelas. Ello supone liderazgo, gestión y coordinación. 5. Consultor: un
consultor es una persona que tiene una posición de influencia sobre individuos o grupos pero que no ejerce
directamente poder para introducir cambios en los programas. El consultor es una especie de diagnosticador de
situaciones y problemas. 6. Facilitador de tareas y de procesos: el formador facilita el desarrollo de programas de
mejora para la escuela y apoya el trabajo de grupos. 7. Catalizador de cambios: en este papel el formador sugiere
nuevas ideas, plantea nuevas formas de actuación más eficaces.
2.- Datos de la publicación
Vaillant, D. y Marcelo, C. (2001). Las tareas del formador. España: Ediciones Aljibe. ISBN 9788497000185.
Aproximaciones al concepto de Formador de Formadores en EC
Es un profesional de la formación que realiza su labor en diferentes niveles educativos y que juega diferentes
roles en diversos campos ocupacionales. Está capacitado y acreditado para ejercer esta función. Es un
profesional del aprendizaje que actúa como mediador entre el conocimiento y las personas que deben
adquirirlo.
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
“Posee conocimiento teórico y práctico, compromiso con su profesión, capacidad e iniciativa para aprender
e innovar en su ámbito. También, en tanto que profesional, pertenece a colectivos profesionales que asumen
principios y valores en relación con los clientes de la formación” (p. 30). Tres roles relacionados con educación
continua de profesores: docente formador de profesores en servicio; profesores mentores que asesoran y
supervisan a profesores noveles; en el contexto escolar, actúan también como facilitadores y/o agentes de
cambio (asesores).
3.- Datos de la publicación
Viau, M.L. (2007). La formación de formadores de docentes en Francia. La emergencia de nuevas formaciones
profesionales universitarias. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 12(33), 581-614.
Aproximaciones al concepto de Formador de Formadores en EC
Se ocupan de la formación continua de los profesores titulares la que se desarrolla en torno a dos dispositivos:
uno de ellos constituido por las estancias profesionalizantes que son dirigidas por profesores reconocidos
(destacados) de primaria y secundaria o por docentes-investigadores; el otro, por las visitas de los consejeros
pedagógicos a los maestros jóvenes, los que se dedican a coordinar y orientar las jornadas de actividades
pedagógicas de estos últimos. Los consejeros pedagógicos son seleccionados de entre quienes han rendido un
examen de aptitud.
48
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
La gran mayoría de ellos nunca ha recibido una preparación sistemática para ejercer este rol por lo que, en
general, no están preparados para el ejercicio de dicha tarea. Ello ocurre a pesar de que las necesidades de
formación y desarrollo profesional fueron identificadas y definidas hace unos treinta años (desde que se realizó
el estudio). Este déficit responde no solo a la falta de esfuerzos sistémicos, sino a la falta de pertinencia de
las ofertas formativas ofrecidas a los formadores y a la escasez de programas de formación diferenciados
para ellos. Sus competencias profesionales deben estar situadas en las siguientes dimensiones: 1. Analizar
las situaciones de trabajo y las prácticas de formación: “La formación de los docentes es una formación de
acompañamiento por el análisis de la práctica y, por ende, se debe hacer la misma cosa para la formación de
formadores” (p. 598); 2. Contenidos curriculares.
4.- Datos de la publicación
Arredondo, M. A. (2007). Formador de formadores. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 12(33), 473-486.
Aproximaciones al concepto de Formador Formadores en EC
Son los académicos dedicados a formar a otros docentes o profesionales de la educación, de manera inicial,
continua o permanente.
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
“…este sector del profesorado carece del perfil profesional requerido, de formas de organización académica
congruentes con la misión que se les ha confiado y sus centros de trabajo no se han logrado consolidar como
auténticas instituciones de educación superior…” (pp.473-474). Se evidencia que existe una marcada ausencia
de políticas públicas destinadas a atender las necesidades formativas de los formadores. Arredondo reconoce
la necesidad de contar con estudios específicos que permitan conocer las características, trayectorias de vida y
formativas, condiciones de trabajo, necesidades de formación y desarrollo profesional, entre otros aspectos, de
quienes ejercen esta función en el nivel inicial y continuo de la formación docente.
5.- Datos de la publicación
Flores, M. (2010, 13-15 de septiembre). Formar al formador de formadores. El desafío del bicentenario. Congreso
Iberoamericano de Educación METAS 2021. Buenos Aires, Argentina.
Aproximaciones al concepto de Formador Formadores en EC
Los formadores que actúan como asesores de los docentes en servicio “no cuentan con un perfil profesiográfico
deseado, sus procesos de selección fueron azarosos [y] su actualización es fruto de su propio esfuerzo y
entusiasmo”.
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
Los formadores de docentes han aprendido principalmente de la observación y la imitación de sus propios
formadores. 2 de cada 10 asesores tiene el título de Normal Básica sin licenciatura. El 65% de ellos no ha recibido
capacitación para trabajar en colectivos docentes; el 60% declara no conocer campos teóricos respecto de
la formación de profesores ni modelos de formación docente; 7 de cada 10 declaran ejercer el rol de modo
ocasional; 100% declara que ha sido designado para la función por alguna autoridad inmediata y sin criterio
puntual para ello; el 93% cree manejar herramientas para liderar grupos de profesores; el 85% dice invertir
recursos propios para desarrollar sus tareas de asesor en programas de formación continua de profesores; el
55% no cuenta con una designación formal y específica que ampara su labor; el 65% comparte su labor de asesor
con la de profesor de educación básica; el 74% dice no recibir una remuneración aparte de su salario de profesor.
Santiago, R. y Nájera, J. (2014). Retos de la educación continua en la formación de formadores en México. Revista
Atenas, 4(28), 23-34.
49
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
En la figura del Asesor Técnico-Pedagógico (ATP) recae la tarea de desarrollar acciones de profesionalización
y de actualización de los docentes de educación básica. El ATP es un profesional que luego de un proceso de
formación tiene a su cargo el liderazgo de iniciativas de formación continua de profesores en servicio. Es una
figura académica que puede ser considerada como un sujeto que logra trascender a esa influencia académica
sin negar su condición social. Al articular de modo activo sus roles sociales con su vida y su condición personal,
es capaz de ir más allá de aquello que se comprende tradicionalmente como académico.
Características y/o roles del Formador de Formadores en EC
Una de sus principales cualidades es la capacidad de adaptación, es decir, su ductilidad en tanto, “actúa, analiza
y modifica su proceder en función de las necesidades, tanto contextuales como profesionales de su universo
de atención” (p. 26). Estimulan pensamientos, percepciones, y acciones en los profesores con los que trabajan.
Su “preparación académica debiera incluir conocimientos, destrezas, habilidades, actitudes y aptitudes para
la docencia (competencia docente) y esta puede ser comparada con las características adscritas al agente, lo
cual implica la posibilidad de propiciar un cambio social (…) y debe contar con capacidad para agenciarse de
elementos que le permitan promover el cambio, desde el desarrollo de competencias en los profesores” (p.28).
Han de ser sujetos reflexivos, con capacidad para comprender, analizar y actuar en los diversos contextos de la
realidad escolar.
De los 6 trabajos analizados en la Tabla Nº2, 5 de ellos son de tipo cualitativo y 1 cuantitativo. En
general, siguen la tendencia de los artículos de la anterior tabla, aunque es posible observar en
ellos un nivel de criticidad mayor respecto del/la formador/a de docentes en EC, en especial
cuando se hacen referencias a la formación de los/as formadores/as, momento en el que se
destaca la ausencia de estudios sistemáticos en la materia, así como la falta de apoyo institu-
cional y estatal para la formación formal de quienes ejercen este rol.
De igual modo, los trabajos contenidos en la Tabla Nº2 coinciden en gran medida con lo ya
planteado en los resultados de la Tabla Nº1, aunque aportan a la definición del concepto los
siguientes elementos: los/as formadores/as de docentes en la EC, como sostiene Marcelo en
su trabajo de 1999, son profesionales que desde el mundo universitario forman a los/as pro-
fesores/as mediante el diseño e implementación de actividades orientadas a la planificación,
desarrollo y evaluación de la formación del profesorado. Son también, como sostienen Vaillant
y Marcelo en 2001, profesionales del aprendizaje que actúan como mediadores/as entre el
conocimiento y las personas que deben adquirirlo. En ellos/as recae la tarea de desarrollar
acciones de profesionalización y de actualización de los/as docentes (Santiago y Nájera, 2014).
Son figuras que poseen una dimensión académica, continúan estos dos autores, la que logran
trascender sin negarla, con el propósito de lograr mayor cercanía con los/as docentes con
los/as que interactúan.
En cuanto a las características de este actor, a lo ya planteado anteriormente por los otros
trabajos, los que componen la Tabla Nº2 coinciden en reconocer a los/as formadores/as de
formadores/as como profesionales experimentados/as que cuentan con un profundo conoci-
miento sobre procesos de cambio en las escuelas, en los equipos de docentes y en la práctica
docente. Una de sus principales características es la flexibilidad y la ductilidad para abordar sus
responsabilidades profesionales en diferentes contextos (Marcelo, 1999; García y Nájera, 2014).
Gracias a ello, poseen una capacidad específica para leer y comprender las realidades contex-
tuales. Poseen, además, según Vaillant y Marcelo (2001), un conocimiento teórico y práctico en
el ámbito pedagógico y disciplinar, y en el ejercicio de la docencia. Demuestran un compromiso
con su profesión, con su propio aprendizaje y con la innovación de sus prácticas. Muchos/as de
los/as formadores/as, afirman tres de los trabajos consultados (Viau, 2007; Arredondo, 2007;
50
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Flores, 2010), nunca han recibido una preparación específica y sistemática para ejercer este rol,
por lo que la mayoría de ellos se ha ido apropiando del rol en el propio hacer. Las pocas ofertas
de formación para este actor, las más de las veces o no son pertinentes a sus necesidades o
bien no son sistemáticas. Ello evidencia la falta de conocimiento específico sobre los/as for-
madores/as de docentes en general y sobre los/as formadores/as en EC en particular. A esa
falta de conocimiento se ha de agregar la ausencia de políticas públicas que den impulso a
programas de investigación y programas de formación que mejoren la preparación de los/as
formadores/as (Arredondo, 2007).
En cuanto a los roles, existe gran coincidencia entre los dos grupos de trabajos revisados. Tan
solo cabe destacar que uno de los trabajos incorpora a una figura emergente en el campo de
los/as formadores/as de docentes: el/la mentor/a, profesional experimentado/a que acom-
paña a docentes noveles en sus primeros pasos en la carrera docente, mediante un proceso de
diálogo reflexivo (Vaillant y Marcelo 2001).
5. Conclusiones
Los resultados recién presentados confirman la necesidad de avanzar en la delimitación de un
campo de estudio que contribuya al conocimiento de la figura del/la formador/a de formado-
res/as en educación continua docente. La sola búsqueda de literatura referida a la materia y
los escasos resultados obtenidos evidencian la magnitud de la carencia. De todos los trabajos
seleccionados con los criterios originales de búsqueda ya descritos, un total de 42, solo 7 res-
pondieron efectivamente al propósito de la pesquisa, esto es, conocer lo que dice la literatura
científica respecto de la figura del/la formador/a de docentes en educación continua. No obs-
tante, solo 5 de estos artículos tenían al/la formador/a de formadores/as como su principal
propósito y dos de ellos hacían referencias al rol de manera anexa o secundaria a la temática
principal del respectivo trabajo. Del total de 13 trabajos analizados, 9 tenían como eje principal
de su estudio al/la formador/a de docentes en educación continua. Los 4 restantes abordaban
el tema de manera secundaria o indirecta.
Al analizar en detalle el contenido de los artículos y extraer de ellos la información requerida
fue posible observar que presentan una serie de elementos conceptuales comunes cuando
abordan la figura del/la formador/a de formadores/as en la EC docente. Predominantemente,
se aproximan de un modo similar a la definición del concepto “formador/a en la EC”, aunque
principalmente se refieren a esta figura como asesora y acompañante de docentes en el centro
escolar, centrado en el desarrollo de capacidades profesionales y en la gestión para el cambio
en la organización. En este punto existe un evidente avance respecto de la formulación con-
ceptual que puede aportar a la tarea de configurar el objeto de estudio. No obstante, es posible
observar que otra dimensión a ser considerada en la construcción del concepto, la del/la for-
mador/a de formadores/as en programas tradicionales de formación docente continua, como
pueden ser considerados los cursos, diplomas y postítulos, es abordada de manera específica
tan solo por un par de artículos. Para una comprensión global de la complejidad que caracteriza
al sujeto formador se hace necesario seguir profundizando y ampliando esta otra dimensión,
en especial cuando esta función es asumida por un número importante de académicos/as e
investigadores que se desempeñan simultáneamente en la formación inicial docente, desde
la cual suelen trasladar mecánicamente enfoques y metodología de formación que no logran
articularse en plenitud con la formación de docentes en servicio.
De igual modo, el conjunto de estudios revisados y analizados alcanzan un nivel de coinciden-
cia fácil de observar respecto de las características profesionales y personales que portan los/
as formadores/as de la educación continua docente. En este plano, la mayoría de los estudios
presentan un significativo nivel de profundidad en el abordaje del sujeto formador, gracias a lo
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Referencias
Arredondo, M. A. (2007). Formador de formadores. Revista Mexicana de Investigación Educativa,
12(33), 473-486.
Ávalos, B. (2011). Teacher professional development in teaching and teacher education over ten
years. Teaching and Teacher Education, 27(1), 10-20.
Ávalos, B., Bellei, C., Sotomayor, C. y Valenzuela, J.P. (2010). La profesión docente en Chile:
políticas, prácticas, proyecciones. www.nucleodocentes.uchile.cl
Bolívar, A. (16-20 de noviembre de 2015). Construir localmente la capacidad de mejora:
liderazgo pedagógico y comunidad profesional [Charla magistral]. XIII Congreso Nacional
de Investigación Educativa, Chihuahua, México. https://www.ugr.es/~abolivar/
Publicaciones_2014-15_files/Reciente%202.pdf
Cisternas, T. (2007). La investigación sobre formación docente en chile. Territorios explorados e
inexplorados. Calidad en la Educación, (35), 131-164.
Cornejo, J. (2007a). ¿Cómo acompañar a los centros educativos en sus proyectos de cambio?
Revista Foro Educacional, (11), 9-67.
Cornejo, J. (2007b). La formación de los formadores de profesores: ¿para cuándo en Chile?
Revista Pensamiento Educativo, 41(2), 37-55.
De Tezanos, A. (2007). Oficio de enseñar, saber pedagógico: la relación fundante. Revista
Educación y Ciudad, (12), 7-26.
Flores, M. (2010, 13-15 de septiembre). Formar al formador de formadores. El desafío del
bicentenario. Congreso Iberoamericano de Educación METAS 2021. Buenos Aires,
Argentina.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
1. Antecedentes
El fortalecimiento del ejercicio de la dirección y el liderazgo escolar en Chile ha sido materia de
investigación (Weinstein y Hernández, 2014; Weinstein, et al., 2019) y de permanente desarrollo
en las políticas pública de los últimos años (Mineduc, 2016). Las investigaciones internacionales
en liderazgo escolar han contribuido a ello impulsando el desarrollo del liderazgo en directo-
res y directoras con el fin de promover la mejora de los aprendizajes, el desarrollo profesional
docente, el fortalecimiento de las comunidades profesionales, la inclusión y la justicia social al
interior de los establecimientos escolares (Robinson, 2007; Leithwood, 2009; Louis et al., 2010;
Bolívar, 2019; Maureira y Garay, 2019). Sin duda, el fortalecimiento del liderazgo escolar es una
temática que está estrechamente ligada con el aprendizaje de directores y directoras en las
distintas etapas de las trayectorias formativas.
Considerando la realidad nacional, es necesario indicar que actualmente quienes ejercen la
dirección escolar en Chile son en su mayoría mujeres, alcanzando el 64% en el sistema en ge-
neral. El porcentaje de directoras en la dependencia municipal es de 50% y en la dependencia
subvencionada particular es de 72% (Mineduc, 2019). Por otra parte, es importante mencionar
que los mecanismos de selección y evaluación de los cargos directivos en establecimientos
municipalizados del país están condicionados por la Ley 20.501 sobre la calidad y equidad de
la educación y la Ley 20.006 que establece la concursabilidad de los cargos de directores/as
de establecimientos municipalizados. En el caso de establecimientos subvencionados particu-
lares, la selección depende de los criterios de cada sostenedor. En ambas situaciones, la com-
plejidad del ejercicio del cargo y la selección exigen una profesionalización de las funciones
directivas (Vásquez et al., 2016).
Los estudios relacionados con las trayectorias profesionales de directores y directoras en Chile
señalan que en torno a las etapas y los aprendizajes desarrollados previos al cargo y durante
el ejercicio de este, se articulan múltiples factores de tipo organizacional, personal y político
(Rodríguez, 2009; Galdames, 2019). Además, estos estudios consideran que para fortalecer la
formación de directores y directoras es necesario indagar y profundizar en el déficit en la pre-
paración para el cargo de director/a, los problemas del primer año de ejercicio del cargo y el
tipo de formación continua que reciben antes y durante el ejercicio del cargo. Además, existe
la necesidad de revisar la excesiva rotación del cargo de director/a en los establecimientos
educativos (Weinstein y Muñoz, 2012; Weinstein y Hernández, 2014; Weinstein et al., 2016; Va-
lenzuela et al., 2018; Muñoz et al., 2019).
Visto lo anterior, en este capítulo se presenta una investigación que tuvo por objetivo indagar
en las trayectorias profesionales de un grupo de directoras de establecimientos educativos
chilenos. En esta investigación nos preguntamos: ¿qué elementos componen las trayectorias
profesionales de las directoras escolares de este estudio? y ¿qué aprendizajes se generan en
estas trayectorias para llegar al cargo de dirección escolar?
55
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
2. Marco conceptual
Las trayectorias profesionales de los/las directores/as
Las trayectorias profesionales son parte de la configuración de la identidad del/la director/a. Se
construyen desde un continuo movimiento donde interactúan factores culturales e históricos y
el contexto (Crow y Møller, 2017). En este escenario de movilidad, las experiencias profesionales
y de vida cobran un valor fundamental ya que permiten construir aprendizajes y conocimientos
profesionales en el marco de las trayectorias definidas como personales, académicas y labora-
les (Marcelo, 2009), y construidas a lo largo de la vida (Unesco, 2015).
Las trayectorias de los/as directores/as están cruzadas por la formación formal y no formal. La
formación o aprendizaje formal (formación continua) se adquiere mayormente en espacios o
instituciones de educación superior, “con fines de capacitación, especialización o actualización
profesional” (Sánchez Martínez, 2013, p.8). La formación no formal, por su parte, corresponde
a los aprendizajes que se producen a partir de la interacción con otras personas en el mismo
espacio educativo, y las experiencias y reflexiones que tienen lugar en lo cotidiano de la vida
personal de los directores/as.
En ese sentido, encontramos definiciones de trayectorias profesionales de los/as directores/as
de acuerdo con etapas de formación tanto para llegar al cargo como en el ejercicio mismo de
este. Estas etapas están compuestas específicamente por programas de formación inicial para
quienes aún no ejercen el cargo, de inducción para quienes están empezando en el cargo y de
formación continua para directores/as en ejercicio (Darling-Hammond et al., 2009). Por otra par-
te, Bush (2011) define trayectorias profesionales directivas contemplando las siguientes etapas:
preparación, selección, inducción y desarrollo en servicio. Según este autor se trataría de una
trayectoria gradual que se complejiza progresivamente. También señala la importancia y nece-
sidad de planificar la sucesión en los cargos directivos, con el fin de preparar y formar a quienes
los asuman.
Además, es necesario señalar que el avance en las trayectorias de los/as directores/as suele
estar marcado por dos promociones: horizontal y vertical. La promoción vertical hace referen-
cia a la posibilidad que tienen los y las docentes de realizar cursos y construir sus habilidades
avanzando en la escala jerárquica de cargos presentes en las instituciones escolares. En la
promoción horizontal lo relevante resulta ser la realización satisfactoria de cursos de formación
continua en un mismo rol, sin aspiraciones a nuevos cargos como motor (Unesco, 2007). Esta
trayectoria de promoción, en Latinoamérica y en Chile, ha permitido una situación paradojal:
que las y los mejores docentes se alejen del aula y busquen desarrollo profesional en otros
cargos directivos (Gajardo, 2013).
Ahora bien, este marco de trayectorias profesionales es, a su vez, el lugar donde los/as directo-
res/as construyen su identidad profesional mediada por un componente individual en relación
e interacción con otros (Wenger, 2001). Es así que para entender la identidad propia se requiere
pensar siempre en relación con la comunidad de pertenencia (Ritacco y Bolivar, 2018; Ricoeur,
1996).
Las identidades profesionales de los/as directores/as responden a un continuo movimiento
en el cual el contexto histórico y cultural juega un rol fundamental (Crow y Møller, 2017; Dubar,
2002). Es menester entender que las identidades son sociales y se desarrollan siempre en rela-
ción con las otras personas o grupos sociales e influenciadas por su contexto. Así, la trayectoria
juega un rol fundamental, ya que es en ella que se configura la identidad de la o el director/a,
junto con sus historias docentes, sus acontecimientos personales y experiencias profesionales,
elementos que influyen en su construcción de conocimiento profesional. Morgade (2005) nos
56
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
plantea que el devenir de un/a docente o un/a directivo/a es un proceso de subjetivación que
dura toda la vida, desde las primeras experiencias escolares de los/as docentes–directivos/as
hasta la construcción de conocimiento profesional que se realiza en el trabajo en las escuelas.
Por lo tanto, al definir y analizar las trayectorias profesionales, no se puede soslayar que en ese
trayecto interactúan elementos presentes a lo largo de sus vidas: conocimientos, aprendizajes,
y experiencias personales y colectivas.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
continua, y desde las experiencias en aula y en diferentes cargos. Así, cada experiencia es be-
neficiosa para un siguiente cargo o rol, siendo la experiencia como docente de aula beneficiosa
para el ejercicio del cargo de director/a y la mayor experiencia en cargos directivos buena para
el ejercicio de un liderazgo efectivo (Bowers y Bradford, 2014).
3. Marco metodológico
En el marco de una metodología cualitativa, esta investigación, que tuvo como propósito inda-
gar en las trayectorias profesionales de un grupo de directoras de establecimientos educativos
chilenos, utilizó el enfoque comprensivo interpretativo (Berger y Luckmann, 1995) y el biográ-
fico narrativo (Bolívar y Domingo, 2019), con el fin de aprehender los sentidos construidos en
su cotidianeidad por las mismas directoras (Creswell, 2013). La investigación fue de carácter
exploratoria y longitudinal y se basó en un “estudio instrumental de casos”, definiendo el caso
como el análisis de las trayectorias de las directoras escolares chilenas (Stake, 1999).
Participaron en la investigación diez directoras de establecimientos educacionales de ense-
ñanza básica de la Región Metropolitana de Chile. El criterio de selección de las participantes
consideró la dependencia de los establecimientos educacionales. De esta forma, se selec-
cionaron cinco directoras de establecimientos municipalizados y cinco de establecimientos
subvencionados particulares.
Tabla 1
Directoras seleccionadas
Se utilizó el método biográfico (Denzin, 1989; Goodson, 2003; Bolívar y Domingo, 2019) y, en
ese marco, se usaron dos instrumentos de indagación: un cuestionario autobiográfico y tres
entrevistas biográficas semiestructuradas con cada directora. Estas últimas se realizaron en el
transcurso de 6 meses, ya que estimamos que, para sumergirnos en los relatos de vida de las
directoras, de manera de percibir su unidad y configurar una narración biográfica, se requería
de un tiempo y un espacio definido, además de una trama, una secuencia, una protagonista y
una situación (Bolívar y Domingo, 2019).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
4. Análisis y resultados
Experiencias docentes-directivas
Como se señaló en el marco conceptual, la experiencia es parte fundamental de la construc-
ción de aprendizaje y conocimiento profesional (Bowers y Bradford, 2014) en las trayectorias de
docentes-directivas, por tanto, las experiencias de las directoras de este estudio son trascen-
dentales para conocer y comprender cómo se transformaron en directoras escolares y cómo
definen su identidad profesional.
Las experiencias de docencia y en cargos directivos son significadas por las directoras como
un momento que aporta aprendizajes para el liderazgo efectivo (Bowers y Bradford, 2014), tanto
para prepararse para postular al cargo, como para su desempeño en él. Todas las directoras
de esta investigación pasaron por años de experiencia docente (profesoras de aula) y también
por cargos directivos (coordinadoras, jefas de Unidad Técnica, inspectoras, evaluadoras, entre
otros puestos) antes de asumir el cargo de dirección escolar. A continuación, se presenta un
cuadro donde se consigna los años de experiencia como docente y como directivas de las di-
rectoras que participaron en este estudio.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 2
Años de experiencia de las directoras como docentes y directivas
Años de experiencia en
Directoras Años de experiencia en cargos directivos
cargo docente
Directora Nº1 Subvencionado
5 años 25 años
particular
Directora Nº2 Subvencionado
15 años 8 años
particular
Directora Nº3 Subvencionado
12 años 4 años
particular
Directora Nº4 Subvencionado
16 años 3 años
particular
Directora Nº5 Subvencionado
15 años 10 años
particular
Directora Nº6 Municipal 21 años 4 años
Directora Nº7 Municipal 25 años 4 años
Directora Nº8 Municipal 14 años 3 años
Directora Nº9 Municipal 18 años 24 años
Directora Nº10 Municipal 10 años 8 años
En la Tabla 3 se aprecia que todas las directoras que participaron en esta investigación han
sido profesoras de aula, con un rango de experiencia que va desde los 5 a los 25 años, y han
asumido cargos como directivas (coordinadoras, jefas de UTP, inspectoras, evaluadoras, apoyo
curricular, entre otros) con un rango de 3 a 25 años, lo que les ha permitido consolidar una ex-
periencia y conocimiento para posteriormente asumir el cargo de dirección.
Este conocimiento experiencial (Porlán Ariza et al., 1997; Simkins, 2005) permite a las directoras
validarse y sentir seguridad para postular o asumir un cargo de dirección. También las favorece
reconocerse personalmente como poseedoras de características positivas que dan paso a la
construcción de su autoimagen personal. Las entrevistadas destacan que el paso por estas
experiencias resulta relevante para prepararse para asumir nuevos desafíos.
Como jefa técnica, creo que aprendí mucho, me sentí muy validada por los profes,
tenían mucha confianza. Creo que ahí puedo ver habilidades que no son estudiadas,
como tener buenas relaciones con las personas, ser buena guía, ser bien preguntona
–“por qué haces esto”, “por qué no hiciste esto otro”- sin manejar las materias, visitando
el aula, observando cómo [los y las docentes] iban desarrollando sus clases y poniendo
mucho en juego mi creatividad (Entrevista a directora Nº5 de establecimiento particular
subvencionado).
Como lo señalan las mismas entrevistadas, la experiencia en el ejercicio de un cargo directivo
ya sea como jefa de Unidad Técnica u otro cargo en donde pueden refinar los aprendizajes
adquiridos (Ortega, 2011) es clave para prepararse y posteriormente asumir y enfrentar el cargo
de dirección escolar: “El director debe tener experiencia directiva antes de asumir la dirección.
Debe tener la experiencia de haber sido o jefe de UTP, o inspector general, o subdirector. Yo
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
creo que debiera pasar por alguno de esos cargos” (Entrevista a directora Nº9 de estableci-
miento municipal).
Se evidencia en esta investigación que las experiencias profesionales en distintos cargos y es-
pacios de las escuelas permitieron a las directoras ir formándose y preparándose para asumir
el cargo e ir construyendo su identidad, la que se piensa y se relaciona con la comunidad de
pertenencia (Ritacco y Bolívar, 2018). La formación, trayectoria e identidad está estrechamen-
te vinculada con el entorno y con las relaciones que se construyen en este espacio (Marcelo,
2009).
La práctica que he tenido en este colegio, yo creo que me ha ido formando. Lo que
me ha tocado vivir en los distintos espacios en los que he prestado servicio, siendo
profesora de aula, siendo profesora jefa, siendo encargada de departamento,
coordinadora pedagógica, evaluadora, es decir, la formación a través de la experiencia
ha sido muy, muy relevante (Entrevista a directora Nº3 de establecimiento particular
subvencionado).
Otro elemento que destacan las directoras de esta investigación como experiencia clave para
el desarrollo de sus trayectorias es la interacción que tuvieron con otros actores de cargos
directivos, quienes les prestaron apoyo en una especie de “inducción” al cargo (Darling-Ham-
mond et al., 2009). Interacción que a su vez va configurando su identidad en un continuo mo-
vimiento en el cual el contexto educativo juega un rol fundamental (Crow y Møller, 2017). Esta
situación es valorada como experiencia práctica que les permitió conocer el ejercicio del cargo
y les entregó mayor seguridad para postular a este.
Yo creo que [me ayudó] la experiencia de haber estado acompañando mucho a las
directoras anteriores porque en teoría puedes aprender muchas cosas, pero la práctica
es la que te permite conocer y darle sentido a lo que estás haciendo. Yo creo que tuve
la suerte de haber sido la persona de confianza de las directoras, entonces nada nuevo
vi cuando me tocó ser directora: yo sabía todo lo que había que tener, los documentos,
las fiscalizaciones, los contratos, o sea, para mí, no era nada, nada nuevo (Entrevista a
directora Nº7 de establecimiento particular subvencionado).
Lo anterior, sin duda, refleja lo fundamental que fue para las entrevistadas tener experiencias
en distintas áreas o quehacer de los establecimientos educativos con el fin de estar mejor
preparadas, así como el apoyo de otros/as directivos/as para enfrentar los desafíos del cargo.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 3
Número de programas de formación continua de las directoras
Nº de programas de Nº de programas de
Posgrado
Directoras formación continua formación continua
(magister)
como docentes como directivas
La Tabla 3 nos muestra que todas las directoras han cursado programas de formación continua
como docentes, directivas y en el cargo de dirección, algunas en mayor cantidad que otras.
La misma Tabla, además de permitirnos destacar el rol de la formación continua, también nos
muestra la importancia de la adquisición de nuevos aprendizajes y títulos para la trayectoria
profesional (Ortega, 2011).
La adquisición de nuevas herramientas de aprendizaje, y conocimiento teórico y práctico (Ta-
mir, 2005) son claves en la anticipación al cargo. La formación continua es una caja de saberes
(Tardif, 2004) que les ha permitido a las directoras tener seguridad de sí mismas y responder a
las demandas externas. Constatamos, así, que no solo son necesarias las características per-
sonales, sino también lo son los aprendizajes adquiridos en la formación continua: “(…) pero las
características personales no bastan, hay que prepararse en los elementos que me entregan
herramientas para el cargo” (Entrevista a directora Nº4 de establecimiento particular subven-
cionado).
Las entrevistadas destacan que los programas de formación continua en diferentes áreas les
entregan seguridad para afrontar nuevos desafíos, y les permiten ampliar y profundizar la com-
prensión de su quehacer por medio de la práctica y la reflexión sobre los conocimientos adqui-
ridos (Ortega, 2011).
Sí, [me dan] mucha seguridad. En cuanto a la evaluación, yo digo: “yo me manejo en la
evaluación, puedo no saber las cosas de memoria, pero yo tomo un libro y me manejo
con eso, sé cómo se llevan los procesos”. Y en el currículum también, tengo mucha
claridad sobre cómo enfocar el currículum, qué cosas ocurren efectivamente y cuáles
no, cuáles son los pros y los contras (...) (Entrevista a directora Nº5 de establecimiento
particular subvencionado).
No hay duda de que el desarrollo de conocimiento para la práctica y teórico formal (Porlán
Ariza et al., 1997; Tamir, 2005; Simkins, 2005) ha sido clave en la construcción de su rol como di-
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
rectoras porque entienden que es un elemento que les permite validarse frente a los demás y
frente a sí mismas como capaces para el ejercicio de un rol de dirección: “Lo que pasa es que el
programa de formación, a mí lo que me dio fue seguridad porque me ayudó a ponerle nombre
a la teoría” (Entrevista a directora Nº10 de establecimiento municipal).
Pero, además de seguridad, la adquisición de un título o un certificado de formación, a juicio
de las entrevistadas, permite validar el conocimiento y la experiencia que tienen, y acreditar su
trabajo frente a sus pares para postular a nuevos cargos: “Yo te podría decir que, de verdad, lo
que he aprendido de investigación, lo he aprendido en la práctica. El magíster me ha servido
para tener el currículum para postular” (Entrevista a directora Nº2 de establecimiento particular
subvencionado).
Del grupo de diez directoras en estudio, nueve tenían en su poder un título de magíster y todas
coincidieron en que es una herramienta necesaria para validarse y para postular al cargo de
dirección.
Tener el magíster te permite, de alguna manera, optar a algún cargo. Yo podría haber
optado antes al cargo de directora, pero no tenía un magíster entonces no tenía
opciones. Tengo otra carrera que a lo mejor me hubiese ayudado a entrar, pero yo
dije: “creo que todavía no estoy preparada para hacer el cambio de rol”. Terminé el
magíster y dije: “ahora sí tengo la posibilidad de poder optar” (Entrevista a directora
Nº6 de establecimiento municipal).
Por otra parte, en los colegios subvencionados particulares, si bien también existen motivacio-
nes personales para estudiar, suele haber una estructura institucional que potencia el perfec-
cionamiento de las directoras a través de procesos formativos que suelen tener lugar cuando
ya están en el ejercicio del cargo o ad-portas de asumir, situación parecida a una “sucesión
planificada” (Bush, 2011).
Necesitaba más herramientas para realizar clases más efectivas y empecé a meterme
en el tema del currículum, pero, además, porque debo ser honesta, había un sacerdote
de director en esa época y él, junto al director académico, me incentivó: “hay que seguir
especializándose”, me decían. Yo también sentía la necesidad, en el sentido de que
me daba cuenta de que tenía un cierto liderazgo dentro de mis colegas (Entrevista a
directora Nº3 de establecimiento particular subvencionado).
Esto puede deberse a que, en los colegios subvencionados particulares, a diferencia de los
municipales o públicos, existen menores requisitos y competitividad para la postulación al car-
go (Weinstein y Muñoz, 2012), siendo cada institución o fundación privada la que define sus
propios mecanismos de selección.
El colegio se preocupa mucho por eso. A fin de año, uno postula y dice: “hermana, mire,
¿está la posibilidad?; ¿hay recursos o lo financiamos a medias?”. Algunos cursos fueron
gestionados por el colegio y otros fueron gestionados por mí (Entrevista a directora
Nº4 de establecimiento particular subvencionado).
En cambio, en las escuelas municipales, la formación continua para prepararse para el cargo
fue más bien producto de las necesidades y ambiciones de las propias directoras, sin que
exista un proceso definido desde la política pública para prepararlas para el cargo (sucesión
planificada). Debido a ello, cada directora construye su trayectoria formativa según sus propias
necesidades, habitualmente en diferentes establecimientos.
Las cinco directoras de establecimientos municipalizados realizaron sus perfeccionamientos
con anterioridad a asumir el cargo de dirección, estando en diferentes establecimientos edu-
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
cativos y consideran que estos son una opción necesaria para adquirir cargos: “Si yo no hubiese
tenido conocimientos [formación continua], a lo mejor no me habrían dado la posibilidad de
pasar a los otros cargos que pasé” (Entrevista a directora Nº9 de establecimiento municipal).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
colegio público”, que es lo que yo pensaba que me iban a preguntar en otro concurso,
“entonces, fácil, me voy a un colegio del sistema público” (Entrevista a directora Nº8
de establecimiento municipal).
Por lo anterior, vemos que no se privilegia la postulación en el mismo establecimiento en que se
desempeñan, lo que provoca una construcción de trayectorias externas y además genera una
alta rotación del cargo de dirección en los establecimientos públicos (Valenzuela et al., 2018).
Este aspecto es trascedente para la comprensión de la configuración de la identidad, puesto
que las identidades profesionales de las directoras responden a un continuo movimiento (Crow
y Møller, 2017) y se desarrollan siempre en relación con las otras personas e influenciadas por
su contexto (Rittaco y Bolivar, 2018). Por tanto, asumir el cargo de directoras en el mismo esta-
blecimiento (o en uno diferente en el que han ejercido como docentes) configura identidades
profesionales diferentes.
A continuación, se presenta una tabla de síntesis que resume si las directoras participaron o
no en un proceso de selección para el cargo (concurso) y, además, si el establecimiento don-
de asumieron el cargo de dirección es el mismo en que se desempeñaban como docentes o
directivas. “M” corresponde a mismo establecimiento en que se han desempeñado en cargos
docente y directivos y “D” a diferente establecimiento donde se han desempeñado en cargos
directivos.
Tabla 4.
Establecimientos donde asumen cargo de dirección.
De acuerdo con esta Tabla y con el análisis anterior, se puede señalar que todas las directoras
de establecimientos subvencionados particulares continuaron sus trayectorias directivas en los
mismos espacios escolares en que se habían desempeñado como docentes, a diferencia de
las directoras de establecimientos municipales que cambiaron de lugar. Esta situación devela
el tipo de trayectorias de las directoras, las que podemos clasificar, por un lado, en trayectorias
internas (endógenas), que son realizadas mayormente por las directoras de establecimiento
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
particulares subvencionados y son las que asumen el cargo en la misma institución donde
han sido docentes–directivas, versus trayectorias externas (exógenas) que corresponden a las
directoras de establecimientos municipalizados que asumen el cargo de dirección en un esta-
blecimientos diferente al que se desempeñaban como docentes–directivas.
5. Conclusiones
Sin perjuicio de que cada una de las directoras que participaron en esta investigación tiene una
historia de vida en particular, sus trayectorias cuentan con elementos que las unen y las dife-
rencian. En este sentido, el análisis de las trayectorias trabajadas en este capítulo permitió res-
ponder, en primera instancia, la pregunta sobre qué elementos componen las trayectorias de
las directoras escolares de este estudio, así como indagar en los aprendizajes o conocimientos
que se generan en sus trayectorias profesionales antes de asumir el cargo de dirección escolar.
Para las directoras de este estudio, las trayectorias profesionales están compuestas por
experiencias previas como docentes y directivas, así como por los aprendizajes o conocimientos
teóricos que adquieren en programas de formación continua y los aprendizajes que entrega
enfrentar o asumir el cargo de dirección escolar, todos elementos que son parte de su
identidad profesional. Para ambos grupos de directoras (de establecimientos municipales y
subvencionados particulares) las experiencias directivas y docentes, así como el desarrollo
profesional, fueron fundamentales a la hora de asumir y ejercer el cargo. En las distintas etapas
de sus trayectorias, los aprendizajes o conocimientos teóricos, prácticos y experienciales se
adquieren en el continuo formativo de la profesión y de la vida personal, siendo esenciales
para superar y enfrentar los obstáculos del rol. Aquí, se muestra la importancia del proceso de
subjetivación que configura la identidad de cada directora (Morgade, 2005), respondiendo esta
identidad a un continuo movimiento en el cual el contexto juega un rol clave (Crow y Møller,
2017). Se concluye, así, que la trayectoria directiva se caracteriza por ser multidimensional ya
que incorpora elementos relativos a la experiencia, a la construcción de conocimiento, y a la
identidad personal y profesional (Tardif, 2004).
En lo que respecta al desarrollo profesional docente o formación continua, se puede indicar
que las directoras de establecimientos municipalizados, en su mayoría, buscaron por iniciativa
propia programas de formación continua, sobre todo a nivel de magíster, a diferencia de las
directoras de establecimientos subvencionados particulares que buscaron, de común acuerdo
con el sostenedor, oportunidades de formación continua (también sobre todo en programas de
magíster) que fortalecieran su desarrollo profesional docente.
En lo que respecta a las diferencias del grupo de directoras en estudio, las directoras de esta-
blecimientos municipales adquirieron el cargo de dirección en establecimientos diferentes al
que se habían desempeñado en su trayectoria inicial, a diferencia de las directoras de estable-
cimientos subvencionados particulares, donde las directoras asumieron el cargo en la misma
institución en que se desempeñaban.
A la luz de los resultados, es posible generar una clasificación de dos tipos de trayectorias pro-
fesionales: exógenas y endógenas. Las primeras, se caracterizan por asumir el cargo en insti-
tuciones escolares diferentes a la que se han desempeñado como docentes-directivas, lo que
dificulta la configuración de una identidad profesional vinculada al espacio escolar en el que
asumen como directoras. El segundo tipo de trayectorias se caracterizan por el hecho de que
las directoras asumen el cargo en el mismo espacio escolar donde se han desempeñado como
docentes y en el cual han construido una identidad profesional, situación que se traduce en un
mayor vínculo con el espacio escolar, además de un mayor conocimiento de los procesos de
gestión de este. Esta situación podría favorecer el ejercicio del cargo en los primeros años de
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
dirección, por lo que adquiere relevancia, a la hora de pensar las trayectorias profesionales de
directoras y directores, considerar la “sucesión planificada” (Bush, 2011) y evitar la alta rotación
de directores y directoras en los establecimientos de dependencias municipales (Valenzuela
et al., 2018), situación que podría promover un mayor vínculo e identidad con la institución cuya
dirección les toca asumir.
La intención de este capítulo no ha sido generalizar. Los elementos aquí discutidos son el re-
sultado de una sistematización realizada a partir del relato de diez directoras chilenas, por lo
que consideramos que este es un primer paso en la reflexión sobre los aprendizajes en las
trayectorias profesionales de las directoras escolares. El próximo desafío que se nos plantea
es profundizar en esta discusión a través de nuevas investigaciones que permitan continuar
explorando las diferencias entre el ejercicio del cargo de las directoras que fueron escogidas
en los mismos espacios educativos en que fueron docentes–directivas y el de las directoras
que fueron seleccionadas para ocupar el cargo en establecimientos educativos diferentes a
aquellos en los que ejercían.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
1. Antecedentes
En el modelo formativo del Centro Saberes Docentes se plasman los principios orientadores
para el diseño e implementación de acciones formativas que fortalezcan el desarrollo profesio-
nal docente y de otros actores y actoras claves de la comunidad educativa.
Este modelo busca asentar y fundamentar los sentidos formativos que inspiran el trabajo del
Centro para así brindar una estructura que oriente al cuerpo de docentes que desarrolla una
amplia gama de acciones formativas para docentes, líderes escolares y asistentes/as de la
educación, y acompañamientos a las comunidades. Esta estructura pretende mostrar una ruta
flexible de sentidos y procesos siempre abierta a la innovación y mejora del modelo a través
de mecanismos de seguimiento y reflexión colectiva que permitirán enriquecer el proceso de
formación e investigación del Centro.
En la base de esta construcción se encuentran los principios orientadores del modelo educati-
vo de la Universidad de Chile, los que propician una formación integral de personas junto con la
pertinencia educativa, la equidad e inclusión y la calidad educativa. Asimismo, estos principios
promueven el desarrollo de la capacidad de investigación, la capacidad crítica (y autocrítica), la
responsabilidad social y el compromiso ético (Universidad de Chile, 2018).
La construcción del modelo del Centro Saberes Docentes responde a un proceso reflexivo y
colectivo desarrollado desde 2018 hasta inicios de 2020, el cual recoge una revisión teórica y
metodológica, y un posicionamiento respecto de esta revisión que propone una comprensión
sobre el desarrollo profesional docente, el aprendizaje profesional y la generación de saberes
que transformen la escuela.
El diseño del Modelo Formativo consideró un marco contextual, un marco conceptual y un
marco metodológico. En el presente capítulo, se describirá el marco conceptual y el marco
metodológico.
71
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Autores como Beatrice Ávalos et al. (2010) sostienen que la discusión sobre si la docencia cum-
ple o no con los requisitos de una profesión ya no es relevante y que, en realidad, lo que hoy
provoca tensión es la percepción y la valoración social que se tiene de la profesión:
Si bien el carácter profesional de la docencia no está en discusión, el modo como
se percibe a los docentes y se valora socialmente su trabajo en muchos sistemas
sociales es variable. En cierta medida, esto afecta la forma cómo los docentes se ven
a sí mismos y cómo interpretan y ejecutan su trabajo docente (2010, p.235).
Junto con lo anterior, se ha avanzado en concordar que la profesión docente implica un pro-
ceso en el que los/as profesionales configuran y/o actualizan sus visiones, herramientas y ac-
ciones respecto de su rol. El desarrollo profesional docente entonces es un continuo pese a
la tendencia recurrente a diseccionarlo en etapas o ciclos profesionales (como la etapa del/la
principiante, o la del/la experto/a).
Según lo señalado por Christopher Day (1999), el desarrollo profesional corresponde al proceso
en que los/as profesores/as, solos/as o con otros/as, revisan, renuevan y desarrollan su com-
promiso, como agentes de cambio, con los propósitos morales de la enseñanza. Mediante este
proceso adquieren y desarrollan conocimientos, habilidades e inteligencia emocional, esencia-
les para un buen pensamiento profesional, la planificación y la práctica con niños, niñas, jóvenes
y sus colegas, a lo largo de cada una de las etapas de su vida como docentes.
Por lo anterior, el desarrollo profesional docente está estrechamente vinculado con el apren-
dizaje profesional continuo. Este incluye todas las experiencias formativas del sujeto, tanto
formales como informales, por lo que la continuidad se extiende y amplifica en el tiempo. El
aprendizaje profesional formal se desarrolla tanto en la formación inicial como en la continua,
mientras que el informal no requiere de certificaciones. Este último comprende leer un libro,
escuchar a un/a maestro/a u otras instancias que el o la docente emprenden ex profeso para
seguir aprendiendo. Ambos tipos de aprendizaje profesional, por lo tanto, son intencionales y
conscientes.
Diferentes autores (Anijovich et al., 2009; Ferry, 2008) entre otros concuerdan en señalar que
el aprendizaje profesional está entrelazado con los procesos de socialización de la docencia,
considerando tanto aquellos que tienen lugar en las fases más tempranas e iniciales en la uni-
versidad, como también los que ocurren en los espacios laborales. En este trayecto formativo
se incluyen momentos no solo formales de la profesión, como la formación inicial y continua,
sino instancias previas no necesariamente formales, como la biografía escolar de las y los do-
centes, cuyo impacto se traduce en muchas resistencias y creencias sobre los procesos peda-
gógicos. Day (2005) recalca que, en estas instancias, los y las profesores/as aprenden sobre su
objeto de saber pedagógico, la diversidad de roles y funciones ajenas a su profesión que tam-
bién deben asumir, el trato con actores institucionales, como pares, autoridades, estudiantes o
apoderadas/os y se apropian de la cultura o la norma escolar. Por esta razón, Ann Lieberman
y Lynn Miller (2003) subrayan la relevancia de organizar y gestionar los múltiples escenarios
docentes para el aprendizaje y el desarrollo de la profesión.
El aprendizaje profesional implica entonces participar de un proceso formativo que considera
la amplitud de alternativas de aprendizaje que se han esbozado anteriormente. Hoy en día, la
formación se concibe como un trayecto en que se enlazan experiencias formales e informales
del sujeto, con diferentes impactos en la vida profesional. En la literatura especializada se reco-
nocen como etapas para este recorrido la biografía escolar, la formación inicial, la socialización
profesional y la formación continua.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Los y las profesores/as aprenden en función de la problemática particular y específica que les
inquieta. Como esta se vincula a necesidades y problemas de vida reales, corresponde que
sean los/as propios/as docentes quienes elijan por sí mismos/as sus condiciones de forma-
ción profesional. Al respecto, Imbernón (2020) señala:
La formación más basada en situaciones problemáticas intenta dar la palabra a
los protagonistas de la acción, empoderarlos de su propia formación y mejorar el
desarrollo de la innovación institucional en los centros. La formación necesita pasar
del desarrollo de la experiencia de innovación aislada a una innovación institucional
colectiva que se consolida en las instituciones educativas (2020, p.56).
En este mismo sentido, Imbernón (2020) reconoce la necesidad de un tránsito de un modelo
técnico aplicacionista-transmitivo, que promueve la desprofesionalización docente, a un mo-
delo más indagativo y reflexivo, donde el foco se centra en la persona, la identidad y el contexto.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
▪ Rutinas y guiones de acción: son pautas conductuales implícitas que generan saberes
tácitos y muy resistentes a su transformación. Este saber tiene una raíz en la propia
experiencia como estudiantes (Porlán et al., 1997).
▪ Las teorías que ‘no-sabemos que sabemos’: son saberes inconscientes que fundan
creencias e interacciones.
Pasar revista a estas aproximaciones teóricas nos permite reconocer la complejidad de los
repertorios de saberes de que disponen las y los docentes. La toma de conciencia de aquello
forma parte de la construcción identitaria de la profesión y su puesta en valor. Por otro lado,
subrayar las fuentes de origen, problemas y rutas de circulación de dichos saberes apunta a
una tarea de visibilización de la docencia y su quehacer a nivel de lo que razonan, investigan,
reflexionan y ponen en práctica las y los profesoras/es en los procesos de enseñanza-apren-
dizaje, potenciando a niños, niñas y jóvenes en sus capacidades y consolidando las trayectorias
docentes en un devenir cargado de sentido y que siempre es constructivo epistémicamente
hablando.
3. Marco metodológico
Este apartado tiene por finalidad dar cuenta de la propuesta metodológica del modelo for-
mativo del Centro Saberes Docentes, sustentada en tres fundamentos: la reflexión profesional,
las comunidades profesionales de aprendizaje y la investigación acción protagónica. Estos tres
pilares se articulan a su vez con la comprensión de la profesión docente, el desarrollo y el
aprendizaje profesional, aspectos que han sido identificados y abordados en el punto anterior.
Reflexión profesional
Como base de las acciones formativas del Centro se posiciona la reflexión profesional, enten-
dida como un conjunto de procesos orientados al conocimiento analítico mediante el cual la
persona aprende de sus experiencias y reconstruye su conocimiento personal, promoviendo,
a su vez, la experimentación in situ (Domingo, 2013). Esta comprensión se sostiene en el desa-
rrollo de metodologías basadas en el aprendizaje experiencial comprendido como un trabajo
reflexivo constante sobre lo vivido: una transformación de la experiencia en conciencia dentro
de un proceso de autoafirmación que tiene lugar en todas las situaciones de toma de decisio-
nes (Kolb, 1983).
Por otra parte, retomamos la idea de Kemmis (1985) sobre la reflexión como un proceso de
transformación de un “material primitivo” de nuestra experiencia en un producto (pensamiento,
acción, otros). Esta comprensión se vincula con la acción en un contexto histórico específico
que presupone relaciones sociales, expresa valores, reproduce o transforma activamente un
orden social y demuestra el poder de reconstruir la vida social al transformar la práctica diaria
en acción inteligente y responsable, como señala Dewey (1989).
Ahora bien, el solo ejercicio de la reflexión profesional en sí mismo no asegura un proceso de
cambio y transformación de prácticas. Por ello, se requiere de un salto en la comprensión de la
reflexión profesional, avanzando hacia la práctica reflexiva como un proceso continuo, intencio-
nal y sistemático por el cual la y el docente busca el conocimiento sobre sí misma/o, el signifi-
cado de su labor, del contexto en que se encuentran y de la relación con los diferentes sujetos,
emprendiendo un camino autónomo de desarrollo profesional genuino (Cerecedo, 2018).
El desarrollo de una práctica reflexiva supone también la capacidad de autorregulación y
aprendizaje a partir de la propia experiencia y el diálogo con otros/as profesionales (diálogo
intersubjetivo). Por ello, es necesario fortalecer las capacidades de auto-socio-construcción
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
del habitus, es decir, de aquellas disposiciones duraderas que integran nuestras experiencias
pasadas. Solo mirando crítica y analíticamente nuestro “saber hacer”, nuestro marco de repre-
sentaciones y conocimientos profesionales, podremos desarrollar la capacidad de reflexión
permanente y activa de autobservación y autoanálisis necesaria para el aprendizaje docente
(Perrenoud, 2007).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Investigación-acción
Este proceso de reflexión colectiva se hace efectivo a través de metodologías de investiga-
ción-acción que proponen mecanismos para el desarrollo de acciones situadas, generando
procesos de reflexión sobre estas acciones y de sistematización de ellas a través de la imple-
mentación en espiral de ciclos de planificación, observación y reflexión cuyo resultado esperado
es la generación de conocimiento y saberes (Anderson y Herr, 2007).
La investigación-acción opera como una estrategia que fortalece y propicia el análisis de las
prácticas docentes y la reflexión sobre estas, tanto desde una perspectiva individual como co-
lectiva. En el ejercicio de buscar soluciones originales y propias a las condiciones y actuaciones
singulares de su desempeño profesional, el/la docente profundiza en la realidad educativa
donde está inserto/a y busca formas de transformarla, para dar paso a la mejora de su propia
acción profesional (Elliott, 2000).
Para Gómez (2004), los procesos más específicos de una investigación acción pedagógica im-
plican al menos tres fases articuladas: la deconstrucción de la práctica pedagógica, proceso de
reflexión profunda acerca del contexto, las creencias y teorías que hay de fondo en la práctica;
la reconstrucción de una práctica alternativa efectiva, lo que requiere de la búsqueda en la lite-
ratura para establecer un diálogo entre la teoría y la práctica para el rediseño de la práctica y
junto a ello la implementación de la práctica; y, finalmente, la validación de la efectividad de la
práctica, generando así un ciclo de indagación.
En este contexto, las acciones formativas del Centro Saberes Docentes se diseñan e implemen-
tan teniendo como fin la generación de una práctica reflexiva docente, a través de procesos de
investigación acción, que permita analizar las prácticas, no solo en un proceso personal, sino
también generando espacios colectivos de aprendizaje y reflexión, propiciando la conforma-
ción de comunidades profesionales de aprendizaje con un sentido crítico y de mejora continua,
poniendo al centro el desarrollo profesional docente y el aprendizaje de los/as estudiantes.
Justicia social
Se trata de un principio nodal, no solo a nivel del campo educativo, sino como eje movilizador
para las sociedades democráticas y sus instituciones. La justicia social apunta a la responsa-
bilidad ética que le cabe a cada una de las propuestas y acciones del Centro, propendiendo
hacia una formación con sentido, significativa en términos de humanidad y profundamente
humanizante.
Una formación de profesores para la justicia social tiene por objetivo responder a la prepara-
ción de los/as docentes para que luego enseñen de una manera que contribuya a disminuir
las desigualdades existentes entre niños y niñas de clases bajas, media, y alta en los sistemas
escolares públicos de todo el mundo y de las injusticias que existen en las sociedades: acceso
a la vivienda, alimentación, salud, transporte, la lucha por el trabajo digno, el salario justo y así
sucesivamente (Zeichner, 2017).
Siendo un concepto polisémico, se acoge aquí el de justicia social para la acción, pensada en
beneficio de todos y todas, y de la inclusión de lo excluido (lo distributivo) para todas y todos. Se
trata de un concepto que no puede asumirse solo desde la teoría sino también desde el acto
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
concreto para el cambio: “El concepto justicia social convoca a una formación docente que esté
imbricada en los procesos de transformación social como una acción permanente al interior del
aula” (Silva-Peña et al., 2017, p.136).
Participación democrática
La participación parte del supuesto de que las personas son actores y actoras del devenir
en comunidad, cuyas voces protagónicas son parte del debate político y movilizador para el
cambio social. Visto esto en el ámbito escolar, el principio que acogemos permite el tránsito
de una escuela conservadora y tradicional, fosilizada, heteronormativa, a una escuela dinámica
y activa, en diálogo permanente consigo misma, con sus habitantes y con los contextos que
comparte: una escuela de y para los sujetos (Touraine, 1997).
La participación rompe con los esquemas tradicionales de organización escolar normativa,
dando apertura a la innovación, respondiendo a los desafíos de la vida social e incentivando
dinámicas conectivas. Involucra lo político, lo social, lo formativo en un debate abierto, una dis-
cusión controversial y en el juego de posibilidades a seguir. Bajo este predicado, este principio
interpela a que los/as docentes recuperen sus voces, saberes y espacios decisionales, por
ejemplo, como constructores/as del currículum; a contar con estudiantes constructores/as de
su historia; a concebir la formación (inicial, continua y permanente) como un aprendizaje a lo
largo de la vida que gatilla capacidades para pensar el futuro y hacerlo realidad.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Figura 1
Ciclo de formación del Centro Saberes Docentes
Generación de conocimiento
Problematización
Desarrollo de Innovación y
Profundización
acciones transformación
Diseño de acciones
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Problematización
Este es un espacio de reflexión y diálogo colectivo donde los y las participantes plantean pro-
blemáticas situadas en sus contextos educativos y relacionadas con su propia práctica, de
modo articulado con las temáticas de la acción formativa y con sus objetivos de desarrollo
profesional. La problemática que se abordará será un eje articulador de la acción formativa.
Para el desarrollo de esta etapa se invita a los/as participantes a reflexionar en torno a proble-
máticas propias de su quehacer, de manera de ampliar su perspectiva de estas, desarrollando
primeras aproximaciones reflexivas y de acción que contemplen las múltiples aristas involucra-
das en las problemáticas abordadas como, por ejemplo, el entramado de la cultura escolar, las
interacciones subjetivas cotidianas y marcos interpretativos subyacentes, el contexto territorial,
y las trayectorias biográficas y formativas de los actores vinculados, entre otras.
La problematización implica poner en contexto a los y las participantes con los tópicos de la
acción formativa a través de preguntas detonantes de la reflexión y diálogo que posibiliten
poner en duda supuestos y creencias que permean la acción cotidiana -el habitus profesional-.
En síntesis, es la generación inicial de un proceso de reflexión profunda que movilice, en las
fases siguientes, una resignificación de la práctica educativa que permita redirigir la acción y las
decisiones cotidianas en pos de la transformación educativa.
Con todo, este momento puede sintetizarse como un diagnóstico problematizador que hará
de puente para movilizar la resignificación de la acción cotidiana de los y las participantes del
proceso formativo.
Para desarrollar este momento hay un gran abanico de metodologías que permiten abrir el
diálogo, la reflexión y el análisis colectivo. Entre muchas otras, encontramos, por ejemplo, los
estudios de caso narrativos1 para contextualizar y analizar situaciones educativas en búsqueda
de posibles abordajes; el árbol de problemas donde, a partir de una problemática situada, se
identifican causas y efectos, lo que delinea un trayecto de acciones concretas; y técnicas y ejer-
cicios de representación del Teatro del Oprimido-Teatro Foro2, a través de las cuales se explora
y representan situaciones típicas de una comunidad o de su quehacer, buscando generar re-
flexiones -vividas- sobre las relaciones de poder y dominación implícitas que permitan llegar a
soluciones colectivas para la transformación comunitaria.
Este momento puede ser desarrollado en talleres iniciales grupales, en forma personal o bien
en espacios virtuales de aprendizaje a través de foros de discusión sincrónicos y asincrónicos.
Aquí, es importante que la reflexión propuesta por el o la docente a cargo sea pertinente al rol
y a la temática de la acción formativa, y permita una secuencia para las etapas siguientes.
Profundización
Es un proceso en que se indaga en forma individual y colectiva sobre un cuerpo teórico en
base a la problemática previamente formulada y a los objetivos del proceso formativo donde,
a través del estudio y discusión de literatura especializada, y de normativa y política educativa,
se amplían y robustecen los marcos teóricos interpretativos respecto de lo trabajado, poniendo
así en tensión las representaciones pasadas sobre la práctica cotidiana de los/as participantes.
1 La construcción de un relato no debe comprenderse solamente como una elaboración textual, sino que puede experimentarse
con material visual que potencie la interpretación y análisis de la situación como, por ejemplo, fotografías, extractos de entrevis-
tas a actores/as, etc.
2 El Teatro del Oprimido, también llamado Teatro Foro, es una creación teórica/estética de Augusto Boal que a través de diversas
técnicas teatrales busca la comprensión crítica de situaciones de opresión social y la creación de soluciones colectivas a estas.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
En esta etapa se espera que los/as participantes, en forma autónoma, pero siempre acompa-
ñados/as y orientados/as por el o la docente a cargo del proceso formativo, revisen un cuerpo
teórico y político que robustezca su perspectiva de análisis sobre la temática en cuestión.
Este proceso se puede desplegar a través de momentos informativos en las clases presencia-
les, donde las y los docentes proponen una visión teórica intencionada sobre las temáticas
respectivas, potenciando tales recursos teóricos/conceptuales como medios para generar el
diálogo, la reflexión y la revisión crítica, siempre en contexto y en colectivo, o mediante tertulias
dialógicas que potencian el intercambio de experiencias fundado en la teoría y la práctica.
Con todo, este proceso de profundización no debe comprenderse como un momento de trans-
ferencia directa de contenidos, sino como una instancia de discusión abierta y colectiva a partir
de la literatura y la política educativa revisadas, donde lo fundamental es perseguir el hilo de
la problematización inaugurada en el momento anterior, articulando, así, contenido, contexto y
experiencias.
De este modo, este proceso supone no solo la revisión de autores y teorías del tema en
cuestión, sino que implica una vinculación con la reflexión de la fase anterior que permita a
los/as participantes ampliar sus posibilidades de abordaje en los contextos educativos en que
se desenvuelven para de esta forma continuar con el proceso de cuestionamiento, resignifica-
ción y transformación de su propia práctica profesional.
Es importante, en esta etapa, realizar un monitoreo de los aprendizajes, por lo que el uso de la
rúbrica o criterios de evaluación son fundamentales para retroalimentar este momento. Puede
ser útil aplicar estrategias de coevaluación o autoevaluación para el monitoreo de los aprendi-
zajes.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Desarrollo de acciones
En este momento, el diseño elaborado en la etapa anterior es implementado en el contexto
educativo, siendo los y las participantes del proceso formativo protagonistas de este proceso,
analizando las decisiones tomadas y las acciones desarrolladas, levantando información signi-
ficativa y recogiendo evidencias de esta que permita un análisis posterior.
Para esta etapa es indispensable fortalecer las capacidades de análisis y flexibilidad que permi-
tan a los/as participantes observar con una mirada crítica la implementación de las acciones y
tomar decisiones oportunas para, de ser necesario, ajustarlas. En este punto es recomendable
considerar procesos de retroalimentación entre pares que guíen los análisis propuestos, fo-
mentando una vez más el aprendizaje colegiado y relaciones de colaboración.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Generación de saberes
Esta dimensión del ciclo de formación no constituye un momento específico de este, sino que
debe ser comprendida de modo transversal a la propuesta formativa, posibilitando en cada una
de sus fases un proceso de reflexión y aprendizaje en contexto, esto es:
▪ En la problematización, se ubica en la generación de preguntas y temas para el abordaje
en los contextos educativos en forma situada.
▪ En la profundización, se desarrolla en la medida que los y las participantes se apropian de
un cuerpo teórico que enmarca sus acciones y categorías de análisis.
▪ En el diseño de acciones, tiene lugar a través del análisis que realizan los y las participantes
sobre las posibilidades de abordaje que posibiliten la transformación de sus prácticas,
considerando el levantamiento de evidencias permanentes.
▪ En la implementación, donde los y las participantes desarrollan acciones en los contextos,
junto a ello levantan información relevante para transformar sus propias prácticas.
En todo el proceso es importante considerar los tiempos y recursos necesarios para garantizar
que la generación de conocimiento se desarrolle en forma permanente. Esto implica incorpo-
rar esta variable en los diseños de clases, materiales y evaluaciones sistemáticas a través de
acciones como el diseño de instrumentos de registro (breves entrevistas, encuestas, pautas
de observación), análisis de datos de resultados, análisis de registros de campo, identificando
categorías o conceptos claves, levantamiento de elementos logrados y aspectos que suponen
desafíos, entre diversas formas de abordaje.
Los resultados de este proceso se pueden visualizar en diversos grados de progresión, por
ejemplo, desde los ajustes realizados a las acciones desarrolladas, pasando por la sistematiza-
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
ción de prácticas y aprendizajes para compartir entre pares o en los mismos centros educati-
vos, hasta llegar a la generación de publicaciones para difusión o elaboración de cuadernillos
metodológicos elaborados por los/as participantes, entre otros recursos que potencien tanto
el aprendizaje personal como de otros/as y que, a su vez, constituyan un aporte a los propios
procesos de educación continua desde la voz y protagonismo de sus actores y actoras.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
6. Consideraciones finales
El desafío de fortalecer el desarrollo profesional docente en contextos de cambio permanente
implica un proceso de revisión sistemática de los componentes del modelo de formación me-
diante instancias de reflexión, seguimiento e investigación sobre las experiencias de aprendi-
zaje vivido, tanto por parte de los equipos académicos como por parte de los y las estudiantes
que participan en los procesos de formación, que potencien su innovación y profundización.
La implementación de un modelo de formación que propone el desarrollo de metodologías no
tradicionales implica el fortalecimiento de capacidades y generación de sentidos compartidos
de los equipos académicos y profesionales que diseñan e implementan los procesos pedagó-
gicos, de modo que se logren generar aprendizajes desde los contextos y experiencia de los y
las estudiantes.
Asimismo, el contexto de virtualización de la acción pedagógica (incrementado por el teletra-
bajo en pandemia) ha requerido de un proceso de ajuste y adaptación de las metodologías pro-
puestas con el fin de fortalecer los espacios de construcción colectiva, diálogos profesionales
y experimentación en los contextos que permitan la innovación en el ejercicio de la docencia,
esto en el marco del aprendizaje virtual permanente, tanto de docentes como de estudiantes.
Por otra parte, la generación de conocimiento conjunto y situado entre la universidad y la es-
cuela es uno de los grandes desafíos que propone el modelo de formación que hemos presen-
tado. Este desafío requiere, además de la comprensión de un aprendizaje desde la indagación,
el desarrollo de capacidades de investigación de los equipos profesionales junto con los y las
estudiantes.
Finalmente, es importante señalar que el modelo de Saberes Docentes recoge el aprendizaje
de más de veinte años de trayectoria en formación continua de docentes a través del Programa
de Educación Continua para el Magisterio (PEC) que, sin duda, han aportado evidencias, cono-
cimientos y experiencias para el fortalecimiento de la docencia en educación continua.
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86
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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SEGUNDA PARTE:
Una mirada al presente
de la investigación
sobre desarrollo
profesional docente y
educación continua
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
1. Antecedentes
La discusión, la investigación y las acciones referidas a la formación de las y los docentes han
estado cada vez más marcadas por el concepto de desarrollo profesional docente. Este tér-
mino da cuenta del avance respecto de las características y los medios que son necesarios
para que los sujetos que se desempeñan en los procesos de enseñanza puedan desplegar su
condición profesional.
Denisse Vaillant (2016) señala que el concepto de “desarrollo” tiene una gran relevancia debido
a que marca en el proceso formativo una noción de continuidad, favoreciendo la ruptura de
las separaciones que existen entre la formación inicial y continua de las y los docentes. Desde
esta perspectiva se levantan respuestas emergentes a problemas clásicos de la formación
profesional docente tales como su alta actividad y bajo impacto, su poca relevancia y oferta, y
su desvinculación de la realidad de las escuelas y de los/as docentes.
Según Vaillant, las respuestas a estos problemas implican el establecimiento de una visión
sobre el desarrollo profesional docente que considere una formación contextualizada y per-
tinente a las necesidades profesionales de los profesores y las profesoras. Asumir esta visión
es altamente desafiante para todos los actores e instituciones involucrados en el desarrollo
profesional docente puesto que implica abandonar visiones más globalizantes o al menos vin-
cularlas con perspectivas particulares, otorgar poder a los sujetos y sus territorios, y desarrollar
condiciones y capacidades, entre otros profundos cambios (Domingo, 2013).
El aprendizaje docente es uno de los componentes relevantes del desarrollo profesional, de-
bido a que propicia la reflexión sobre la propia práctica y la oportunidad de incorporar nuevas
perspectivas y herramientas al repertorio profesional. La pregunta sobre cómo se lleva a cabo
el aprendizaje docente que favorece el desarrollo profesional docente no es de fácil respuesta.
Saunders (2014) identifica tres aspectos que dificultan de manera estructural la comprensión de
cómo se desenvuelve el desarrollo profesional de las y los docentes: el primero es que existe
una amplia variedad de modelos de desarrollo profesional docente que consideran distintos
objetivos y metas y se ejecutan en el contexto de políticas de diferentes naturaleza; el segundo
es que estos modelos se implementan en sistemas complejos donde participan diferentes ni-
veles de organismos y actores, quienes influyen también en la implementación de los procesos
que propician el aprendizaje; el tercer aspecto es que el desarrollo profesional docente no se
circunscribe a lo que ocurre en un curso específico, sino que incluye aquello que tiene lugar
cuando los y las docentes buscan modificar sus prácticas en su labor cotidiana, donde intervie-
nen otras variables y fenómenos que afectan su desempeño profesional (características de sus
estudiantes, de sus colegas, clima, etc.).
Las dificultades recién presentadas dan cuenta de las limitaciones de los modelos tradiciona-
les de aprendizaje docente, lo que ha propiciado su paulatina transformación. De acuerdo con
Smith y Guillespie (2007), ha tenido lugar un tránsito desde estos modelos tradicionales hacia
otros más imbuidos en la labor de los profesionales.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Los modelos tradicionales tienen como objetivo el aumento de los conocimientos, habilida-
des y competencias individuales de las y los docentes. Los procesos de enseñanza son en su
mayoría fuera del lugar de trabajo y se caracterizan por ser procesos intensos y cortos de ins-
trucción orientados por lo que el docente puede conocer o hacer. Por su parte, los modelos im-
buidos buscan mejorar el aprendizaje del/la docente y ayudarlo/a con problemas específicos
que enfrenta en su trabajo, se implementan en el espacio laboral y se despliegan por lapsos de
tiempo más extendidos, y tienen como orientación final el pensamiento y el aprendizaje de los
y las estudiantes.
La literatura especializada ha puesto énfasis en el estudio de las características que deben
tener los procesos orientados al aprendizaje docente que permitan superar las limitaciones de
los modelos tradicionales. Muñoz y Garay (2015) subrayan la necesidad de considerar tres gran-
des componentes del saber pedagógico: el primero es un conocimiento base que implica el
área de conocimiento y didáctica de la disciplina específica que trabaja el docente; el segundo
es el conocimiento práctico que se vincula con sus actitudes y formas de actuar en el espacio
laboral específico en que se desempeña; el tercero es el aprendizaje formal, asociado a las
instancias que entregan las bases conceptuales de su actuar profesional. Estos tres compo-
nentes se encuentran en interacción, por lo que cada uno de ellos y su vínculo debieran estar
involucrados en el aprendizaje docente.
Winch et al. (2015) también resaltan tres atributos fundamentales del conocimiento profesional
docente, algunos de los cuales coinciden con los señalados por los autores anteriores. El pri-
mero es denominado comprensión situada o conocimiento tácito/implícito que es un saber que
los y las docentes manifiestan en la práctica de enseñanza, pero que no se puede representar
completamente de manera formal o explícita. Este saber se manifiesta en los juicios, decisiones
y posicionamiento ético que consideran los y las docentes en el momento de implementar su
labor. El segundo atributo es definido como conocimiento técnico, el que permite comprender
en profundidad un fenómeno, favoreciendo orientar la acción o perseguir un fin. Este conoci-
miento hace posible planificar y organizar un proceso, así como predecir sus resultados. Debido
a su precisión, este conocimiento puede ser enseñado. Finalmente, está la reflexión crítica que
apunta a la capacidad de revisar de forma sistemática la propia práctica docente, con la fina-
lidad de reforzarla o corregirla en el futuro. En este proceso también se incluye la reflexión o
teoría que ya se ha desarrollado para conducir el análisis.
Además de estos componentes fundamentales, la investigación ha desarrollado consensos
respecto de las formas en que aprenden las y los docentes. Webster-Right (2009) identifica el
siguiente listado de atributos centrales para tener en consideración, los que se asocian al mo-
delo educativo imbuido:
▪ Aprender a través de la experiencia. La participación en la práctica laboral puede favorecer
o dificultar, si no se presentan las condiciones necesarias, el desarrollo de diferentes
experiencias de aprendizaje. Un ejemplo de ello son los ciclos de aprendizaje experiencial,
como los que describió el trabajo de Kolb (1984) y sus posteriores desarrollos.
▪ Aprender a través de acciones reflexivas. Se entiende que la vinculación activa con la
experiencia no es suficiente para el aprendizaje y que es la reflexión el eslabón que vincula
la experimentación y el aprendizaje.
▪ Aprender mediado por un contexto. El contexto se comprende como el factor que incide
de mayor manera en la reflexión y el aprendizaje. Su vínculo con estos procesos excede
largamente la identificación de un lugar específico e incluye otro tipo de variables tales
como las interacciones sociales o expectativas implícitas que se movilizan en determinados
lugares de trabajo. Estos aspectos permean todos los componentes del aprendizaje, pero
su cotidianeidad hace que sean difícil de observar y que “se den por sentados”.
92
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
De manera similar, Darling-Hammond et al. (2017) resaltan claves que debieran ser conside-
radas para promover el desarrollo profesional docente por medio de procesos orientados al
aprendizaje. La primera clave es la necesidad de que estos procesos ocurran de manera con-
textualizada, es decir, en espacios en los que el/la aprendiz ejecuta los procesos de enseñan-
za. Así, se promueve una cercanía entre lo que los y las docentes aprenden y lo que hacen en
las salas de clases. Por otra parte, el diseño de las experiencias de aprendizaje debiera ofrecer
opciones para que los y las docentes puedan dar sentido a lo que están conociendo o tengan
oportunidades de practicar y reflexionar sobre nuevas estrategias. Este tipo de dinámicas dan
cuenta de un tipo de aprendizaje activo que puede propiciar que los/as profesores/as refuer-
cen o transformen sus propias prácticas.
Asimismo, toman relevancia los procesos que ocurren dentro de comunidades de aprendizaje
profesional, sobre todo cuando estas se sitúan en la institución en la que se desempeñan los y
las docentes. Los/as profesores/as se apropian en mayor medida de lo que aprenden cuando
los escenarios de aprendizaje ocurren en sus espacios de trabajo, con las personas con quie-
nes se desempeñan y reflexionan de manera cotidiana, y en relación con sus estudiantes. Esto
se debe a que, además de la entrega del conocimiento formal, las comunidades de apren-
dizaje permiten ensayar y reflexionar en conjunto sobre nuevas prácticas específicas para el
contexto en el que se trabaja.
En línea con la aproximación que se ha presentado hasta aquí, Borko (2004) elaboró una teoría
respecto de los componentes y las condiciones fundamentales para promover el aprendizaje
que favorece el desarrollo profesional. Este autor señala que su propuesta es “situada” porque
se comprende que el aprendizaje individual ocurre en actividades socialmente organizadas
que se encuentran enmarcadas por los espacios sociales en que se desarrollan. Borko propone
un sistema de desarrollo profesional docente que debiera tener en consideración los siguien-
tes ámbitos:
▪ El programa de desarrollo profesional.
▪ Los/as profesores/as, que son los aprendices en el sistema.
▪ El/la facilitador/a, que guía a los/as maestros/as a medida que construyen nuevos
conocimientos y prácticas.
▪ El contexto en el que se produce el desarrollo profesional.
La interrelación entre estos elementos, y no solo cada uno en particular, permite comprender
de mejor forma la manera en que se desarrolla el aprendizaje en un contexto formal de desa-
rrollo profesional.
La siguiente tabla sintetiza los elementos presentados hasta aquí para comprender el aprendi-
zaje docente desde una perspectiva de desarrollo profesional.
93
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 1
Componentes del aprendizaje docente para el desarrollo profesional
¿Qué elementos/actores
¿De qué se compone el ¿Cómo aprenden los y las
participan del proceso de
aprendizaje docente? docentes?
aprendizaje docente?
A través de la experiencia.
94
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 2
Corpus de investigaciones analizado
78 46 27
El corpus seleccionado fue objeto de análisis de contenidos (Ruiz, 2004), el que siguió una
secuencia inductiva. En primer lugar, se identificaron ejes analíticos clave para agrupar las in-
vestigaciones en función de sus contenidos. Posteriormente, se avanzó hacia el análisis de los
contenidos de las investigaciones en cada uno de estos ejes. Finalmente, a partir de los resul-
tados del análisis, se reconocieron aprendizajes relevantes para considerar en una agenda de
investigación orientada al aprendizaje docente en un marco de desarrollo profesional.
Este proceso se guio por la siguiente pregunta: ¿de qué forma estos diseños ofrecen oportuni-
dades para una investigación que propicie un aprendizaje docente que favorezca el desarrollo
profesional? Esta interrogante fue abordada a través de las siguientes subpreguntas:
1. ¿Cuáles son los diseños de investigación más frecuentes en las investigaciones
analizadas?
2. ¿Cómo se abordan los componentes, las formas y los/as participantes del aprendizaje
para el desarrollo profesional en los diseños de estas investigaciones?
3. ¿Qué aprendizajes se pueden generar para el desarrollo de diseños de investigación
orientados por la perspectiva del desarrollo profesional?
95
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Resultados
¿Cuáles son los diseños de investigación más frecuentes en las investigaciones analizadas?
Los 27 estudios considerados para el análisis descrito anteriormente fueron, en primer lugar,
clasificados considerando el tipo de diseño mixto que utilizaron. Para ello, se siguió la definición
elaborada por Creswell y Plano Clark (2011) que considera las siguientes categorías:
▪ Secuencial explicatorio: los resultados cualitativos se utilizan para explicar resultados
cuantitativos, identificados inicialmente.
▪ Secuencial exploratorio: los resultados cuantitativos se utilizan para explicar los cualitativos,
con el propósito de avanzar en la exploración de un fenómeno.
▪ Secuencial transformativo: aborda de manera secuencial la comprensión de un fenómeno
considerando un enfoque teórico y un énfasis en la transformación.
▪ Concurrente de triangulación: se integran técnicas y datos de manera simultánea para
confirmar, correlacionar o corroborar.
▪ Concurrente de nido: considera datos cualitativos y cuantitativos de manera simultánea,
pero teniendo en cuenta diferentes grupos o niveles.
▪ Concurrente transformativo: considera un diseño simultáneo de datos cuantitativos y
cualitativos con una expectativa de transformación.
En el caso de este análisis se consideraron como diseños transformativos aquellos que tuvie-
ran explícitamente este propósito, como ser los que incluían el desarrollo de propuestas con-
cretas para mejorar algún proceso educativo estudiado.
El siguiente gráfico da cuenta de la distribución de los diseños mixtos en las investigaciones
analizadas. Allí se puede observar prácticamente una equiparidad entre diseños concurrentes
y secuenciales. De todos los tipos posibles, los más frecuentes fueron los diseños concurren-
tes de triangulación (10 investigaciones), seguidos por los secuenciales explicatorios (9). Por su
parte, cinco de las investigaciones consideraron un componente transformativo, ya sea con un
diseño concurrente o secuencial. Finalmente, los diseños de nido fueron los menos frecuentes.
Solo en una de las investigaciones se evidenció esta estrategia metodológica, en este caso de
forma concurrente.
96
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Figura 1
Tipos de diseños mixtos en investigaciones analizadas
2 1
2
10
A continuación, se entregará un ejemplo de cada uno de los tipos de diseño identificados, con
una breve descripción de sus características.
Tabla 3
Ejemplo de tipos de diseño de investigaciones Fondecyt3
97
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
¿Cómo se abordan los componentes, las formas y los/as participantes del aprendizaje
para el desarrollo profesional en los diseños de estas investigaciones?
En esta sección se buscará identificar patrones referidos a la manera en que se aborda el estu-
dio de los componentes del aprendizaje docente en las investigaciones analizadas. Este análisis
consideró los tres aspectos descritos en el apartado conceptual de este capítulo: componen-
tes del aprendizaje docente, formas de aprendizaje docente y participantes de dicho proceso.
Un primer grupo de investigaciones (por ejemplo, Errázuriz, 2013 o Figueroa, 2012), referidas al
conocimiento técnico, optó por el diseño de una unidad de aprendizaje específica, la que se
pone a prueba en la investigación. Luego, el proceso de producción de datos se orientó a iden-
tificar cambios o variaciones en el conocimiento o habilidades técnicas de los/as participantes,
ya sea a través de la implementación de mediciones estandarizadas, evaluaciones abiertas con
rúbrica u otro tipo de metodología, como es la fenomenografía o teoría de variación.
El segundo patrón relacionado también con el conocimiento técnico aludió a procesos de
triangulación de información sobre este conocimiento, los que no siempre tuvieron el mismo
propósito. Un grupo de estudios (por ejemplo, Montenegro, 2014) se focalizó en la calidad del
currículum o de la enseñanza, generando un diseño que buscaba observar desde múltiples
perspectivas el conocimiento o los recursos disponibles para el desarrollo de procesos forma-
tivos. En este caso, se combinaron fuentes de información primarias y secundarias, compren-
diendo que, además de los sujetos, el material que han desarrollado instituciones formadoras
de docentes o establecimientos educacionales era un referente central para identificar los fo-
cos o prioridades que se están considerando en la enseñanza.
Otro grupo de investigaciones (por ejemplo, Miranda, 2010) se enfocó en el aprendizaje de los
sujetos y definió diseños en que se consideran diferentes instrumentos que convergen para dar
una visión completa que permita diagnosticar el dominio o necesidades de mejora respecto de
determinada expectativa de aprendizaje o de desempeño de los y las docentes.
98
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Las investigaciones referidas al conocimiento tácito de las y los docentes también asumieron
diferentes lógicas investigativas. Las que abordaron únicamente este tipo de conocimiento (por
ejemplo, Zamora, 2013) tendieron a considerar diseños de triangulación de datos de manera
concurrente, tomando en cuenta diferentes perspectivas para evaluar algún atributo de la labor
docente, por ejemplo, la autoridad pedagógica. Así, se observa triangulación de datos (cues-
tionarios, entrevistas y observación) o de perspectivas (docentes, estudiantes u otros actores).
La mayor cantidad de investigaciones que estudiaron el conocimiento tácito lo hicieron en com-
binación con el estudio del conocimiento técnico. Al revisar los diseños de estas investigacio-
nes, se observó que el grueso de ellas buscó generar una visión complementaria de la práctica
o del conocimiento pedagógico técnico con perspectivas o visiones de los y las docentes sobre
un determinado tema que forma parte de los temas controversiales del currículum (Toledo,
2013). Para ello, se recurrió a la triangulación de diferentes datos, siendo opciones la combina-
ción de datos cualitativos de discurso con resultados de la aplicación de cuestionarios estruc-
turados, o la incorporación de datos de observación del desempeño del/la docente en el aula.
Por su parte, se identificó solo una investigación que vinculaba el conocimiento tácito con la re-
flexión crítica. Se trata de una investigación relacionada con las creencias de los y las docentes
de ciencias sobre el género y sus consecuencias en las prácticas pedagógicas. En este caso, se
buscó contrastar la percepción individual respecto de los y las docentes sobre el género en la
investigación científica, mediante la aplicación de un cuestionario estructurado, con procesos
reflexivos grupales y el estudio de casos particulares. De esta forma, se establecieron lazos en-
tre percepciones y juicios docentes y su implementación pedagógica, lo que se realizó a través
de procesos reflexivos.
Así como en el caso del conocimiento tácito, el estudio del conocimiento como reflexión crítica
ocurrió en vinculación con otro tipo de conocimiento, mayoritariamente el técnico. Los diseños
que abordaron este fenómeno consideraron lógicas en que se estableció una revisión de pro-
puestas o productos pedagógicos por parte de grupos de docentes, como parte del proceso
de investigación, en combinación con aproximaciones a los conocimientos o prácticas pedagó-
gicas de los y las docentes sobre temas específicos.
Ciertamente, de la observación de las investigaciones analizadas, se vislumbra como más “na-
tural” que los estudios que incorporan la reflexión crítica aborden también el conocimiento
técnico y el tácito.
Si bien no se trata de un número mayoritario de investigaciones, desde el punto de vista del
diseño se identificó con claridad el aporte al objeto de estudio de los tres tipos de conocimiento
señalados, lo que los constituyó en los diseños más complejos y completos, desde la perspec-
tiva de los conocimientos que se abordan. Un primer caso de este tipo de diseño corresponde
a la investigación de Marzábal (2013) referida a secuencias de actividades que promueven la al-
fabetización científica. En este caso, se combinó el levantamiento de percepciones y prácticas
docentes respecto del tema, orientado a analizar la coherencia entre ambos elementos, con
la realización de casos prácticos en que los participantes deben contrastar sus explicaciones
con las de otros/as docentes y estudiantes, con el objetivo de fortalecer el desarrollo de sus
propias explicaciones.
Otro caso de este tipo correspondió a la investigación de Ávalos (2014), cuyo diseño combinó
el seguimiento de la trayectoria profesional de docentes, desde la perspectiva de sus capa-
cidades pedagógicas, con un monitoreo de la movilidad y abandono de la carrera docente y
sus razones. En este caso, un diseño con una lógica longitudinal se acompaña con el uso de
información secundaria asociada a procesos reflexivos de las y los docentes, tanto individuales,
como en talleres.
99
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
100
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
El siguiente foco de análisis sobre los diseños de investigación referidos al aprendizaje docente
en un contexto de desarrollo profesional corresponde a la consideración de sus componentes
y actores involucrados en el proceso de investigación. Al momento de identificar la manera en
que se incluían estos en las investigaciones, se constató que la mayoría consideraba una dupla
o una triada clásica, compuesta por el/la aprendiz y el contenido, o el/la aprendiz, el conteni-
do y el/la mediador/a4. Los diseños abordan entonces a docentes que se enfrentan a ciertos
propósitos profesionales que involucran un contenido particular.
Respecto de la dupla aprendiz–contenido, los diseños de investigación se orientan a anali-
zar, desde diferentes perspectivas, el grado o la manera en que los y las docentes abordan
cierto dominio o habilidad pedagógica. Para ello, se identifican diferentes diseños metodoló-
gicos, como los concurrentes de triangulación, que utilizan aproximaciones a la medición de
los aprendizajes o desempeños (por ejemplo, Díaz, 2012) o visiones más descriptivas respecto
de ciertos dominios (por ejemplo, Zamora, 2015). También se identifican diseños secuenciales
explicatorios (Ávalos, 2014) y secuenciales transformativos (Miranda, 2014).
Lo anterior da cuenta de que la díada aprendiz–contenido puede ser abordada con diferentes
énfasis y que estos no necesariamente son los tradicionales, lo que es un importante aprendi-
zaje para el diseño de investigaciones relacionadas con el desarrollo profesional docente.
Por su parte, en cuanto a la tríada aprendiz-contenido-mediador/a, se identificaron dos lógicas
en los diseños de investigación para incluir el rol de mediador/a. La primera lógica sitúa en
un escenario específico el objeto de estudio, por ejemplo, en determinadas unidades acadé-
micas o en determinado momento del proceso de desarrollo del docente. En este caso, el/la
mediador/a comprende más bien un atributo de caracterización del docente. Por ejemplo, la
investigación de Salinas (2012) consideró como foco a estudiantes que estaban en el último año
de la carrera de pedagogía. En ese marco temporal del desarrollo docente, se aplicó un diseño
que combinó el análisis de material secundario elaborado por los/as estudiantes de un grupo
de instituciones, una encuesta masiva a estudiantes de último año de pedagogía y entrevistas
a académicos/as y estudiantes de último año de pedagogía.
Mientras, la segunda lógica incorporó al/la mediador/a como un/a protagonista del proceso
que es estudiado a través de la investigación. En estos casos, se elaboraron ciertos materiales
o módulos que se utilizaron como insumos o estímulos para los/as participantes, y se esperó o
se buscó evaluar si generaban cambios en dominios o prácticas pedagógicas de los y las do-
centes. Por ejemplo, la investigación de Guerra (2014) incorporó el diseño, validación y análisis
de los resultados de “una serie de actividades basadas en el conflicto sociocognitivo, el juego
y la reflexión compartida que se podrían utilizar para potenciar el aprendizaje docente en el
contexto de grupos colaborativos con pares”.
Finalmente, seis investigaciones consideraron el contexto del proceso de aprendizaje o des-
empeño profesional ya sea en vínculo con los contenidos, con la díada contenido-aprendiz, o
la tríada contenido-aprendiz-mediador/a.
Se identificaron dos grandes usos del contexto en el diseño de estas investigaciones. El prime-
ro aludió a la identificación de dos o más escenarios considerados para establecer compara-
ciones referidas a percepciones, desempeños o prácticas educativas. Por ejemplo, Cisternas
(2013) organizó una investigación en la que se busca identificar diferencias en los procesos
de iniciación en la enseñanza de docentes que ingresan a instituciones situadas en diferentes
contextos.
4 Es importante mencionar que, para efectos de este análisis, se considera como aprendiz al/la docente o profesional que es
objeto de la investigación, tanto si forma parte real de un proceso de aprendizaje como si no lo hace.
101
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
El segundo grupo consideró el contexto como un referente que rescata la particularidad del
objeto de estudio de la investigación. Quintrequeo (2011), por ejemplo, organiza el diseño de su
investigación a partir de las escuelas situadas en las territorialidades Lafkenche y Pewenche,
en las que se analiza la coexistencia de hecho entre el conocimiento cultural mapuche y el
conocimiento escolar. Otro ejemplo, consideró el contexto de una manera más sutil, relacio-
nándolo con la particularidad del fenómeno o el ejercicio formativo que se está estudiando.
La investigación de Marzábal (2013) definió una aproximación progresiva a las actividades que
promueven la alfabetización científica, avanzando en la exploración del cambio didáctico en
docentes que participan de un proceso de formación particular.
102
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
103
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
inequidades en las escuelas (Jacobs, 2016). Se entiende entonces que, más que una técnica de
producción de información, la participación es un proceso investigativo. Como señala Anderson,
“más que una metodología, la investigación acción participativa es una posición que desafía
relaciones de poder en todos los esfuerzos sociales, incluidas las investigaciones basadas en
las escuelas y universidades” (Anderson, 2017, p.439)5.
Para desarrollar los aprendizajes asociados a la participación en los diseños de investigación
educativa, del listado completo de investigaciones Fondecyt que fueron sistematizadas, se
seleccionaron aquellas que consideraban en su metodología el siguiente criterio: involucrar
activamente a miembros de la comunidad escolar (estudiantes, profesores, directivos, familia-
res o educadores tradicionales) en algún momento de la investigación (diseño, producción de
información, análisis y comunicación de resultados).
Es así como fueron incluidas investigaciones en las que, por ejemplo, los estudiantes produ-
cían a través de documentales información sobre la exclusión en las escuelas u otras en que
profesores/as analizaban junto a los/as investigadores/as los resultados de una observación
participante. En cambio, se excluyeron investigaciones que tenían como objeto de estudio la
participación, pero que en el proceso investigativo los actores no eran incluidos más que como
fuente de datos (en el Anexo 2 se presenta el detalle de las investigaciones seleccionadas).
Se seleccionó un total de nueve investigaciones, lo que indica que se financió al menos un pro-
yecto Fondecyt Regular por año entre 2010 y 2014. A continuación, se presentan los resultados
del análisis de los temas tratados, las voces consideradas y el momento de la investigación en
que fueron involucrados los actores.
Resultados
Participación: ¿para qué?
Al ser una forma de enfrentar relaciones de poder, uno de los aspectos característicos de las
estrategias participativas es su motivación por el cambio social, desafiando las exclusiones,
desigualdades o problemáticas sentidas por la comunidad (Fals Borda, 2012). Como indica An-
derson, uno de los principios heredados de la tradición de Paulo Freire refiere a que “la comu-
nidad y los investigadores juntos producen conocimiento crítico dirigido a la transformación
social” (Anderson, 2017, p.437)6. Esta transformación busca superar exclusiones presentes en la
comunidad. Desde una perspectiva compleja, estas exclusiones pueden darse en múltiples ni-
veles o formas, ya sea exclusión de jóvenes, culturas, mujeres o de quienes no poseen el poder
y privilegio del conocimiento (Jacobs, 2016).
Las investigaciones se referían a temas relacionados con problemas sociales que pretenden
ser resueltos o enfrentados. La mayoría de estos temas o conflictos (colonialismo, exclusión
de subjetividades, escasez de herramientas) implica una relación de poder entre actores en
tensión. Por su parte, otras se referían a cambios en la práctica de un mismo actor (cambios
didácticos). En este sentido, todas las investigaciones tienen un tema relevante que amerita un
cambio y posicionamiento de sus investigadores/as.
En el desarrollo de las investigaciones se observa que al aproximarse a los temas de exclusión
se enfrenta la complejidad de las comunidades educativas y sus actores en tensión. Por ejem-
plo, la investigación de Infante (2013), que buscaba enfrentar la exclusión de los/as jóvenes, da
cuenta de aquella complejidad en el momento de hacer participar a estudiantes y a docentes:
5 Traducción propia.
6 Traducción propia.
104
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
(…) si bien se logra que los profesores escuchen la voz de los estudiantes, los profesores
reciben de modo distinto lo planteado según sea el objeto de análisis. Las opiniones
de los estudiantes respecto de la precariedad en las condiciones de operación de la
escuela son comprendidas e incluso compartidas por los profesores. Por el contrario,
los discursos planteados por los estudiantes, en relación al quehacer profesional de
los docentes, son recibidos como crítica donde a los estudiantes no les ‘corresponde
referirse a ellos, porque no saben’ (Informe Final N°1130616, p. 3).
En este caso, se observa que los/as profesores/as participaron de forma distinta según el
tema que se aborda en la discusión. Cuando el tema a abordar eran las condiciones de opera-
ción de la escuela, la voz de los/as jóvenes es escuchada por los/as profesores/as, pues los
une frente a un “otro” que sería el responsable de resolver estos problemas. En cambio, cuando
el tema refiere al quehacer profesional docente, la voz juvenil no es aceptada, pues divide a
estudiantes y profesores/as, siendo los/as docentes el “otro” responsable de lo que ocurre en
la sala de clases.
Lo anterior sugiere que las exclusiones que las investigaciones pretenden enfrentar se com-
plejizan cuando se cruzan con otros tipos de opresiones. Esta intersección entre tensiones es
propia de todo intento de promoción de diálogo y cambio en contextos de opresión (Freire,
2008). Es decir, si bien una investigación puede buscar enfrentar la exclusión de jóvenes, se
encontrará con otras tensiones previamente existentes en las comunidades educativas que
pueden dificultar el diálogo. Es por esto por lo que, para una mayor comprensión de estas
investigaciones, es relevante conocer qué voces y actores fueron incluidos y los momentos
de la investigación en que fueron involucrados. Estos son ámbitos que presentaremos en los
siguientes dos apartados.
Participación: ¿con quiénes?
Las investigaciones participativas buscan generar transformaciones y para lograrlo deben con-
vocar a diversos actores de una comunidad. Cada actor tiene sus propios intereses que defen-
der en las relaciones de poder. No es indiferente si un tema conflictivo en la escuela es investi-
gado solo por los directivos, profesores/as o estudiantes. Tampoco es indiferente si se incluye
a padres, madres y apoderados/as o la comunidad aledaña al establecimiento. Las investiga-
ciones participativas deben reconocer esta complejidad y buscar incluir la visión de todas las
partes involucradas. Esto es lo que Herr, Anderson y Nilhen (2007) denominan “un criterio de
validez democrática”, que “refiere a cuánto de la investigación es realizada en colaboración con
todas las partes que poseen un interés en el problema investigado” (p.56)7.
Tabla 4
Actores involucrados en las investigaciones analizadas
Marzábal, 2013 X X
7 Traducción propia.
105
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Forno, 2012 X X
(educadores/as
tradicionales)
Ávalos, 2012 X
Infante, 2013 X X X
Solar, 2013 X
Valdivia, 2013 X X
Peña, 2014 X
Guerra, 2014 X X (estudiantes
de pedagogía)
106
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
A continuación, presentamos una síntesis de los momentos en que las investigaciones involu-
cran a los actores. El momento de trabajo de campo se dividió entre producción y análisis de la
información, para mayor detalle.
Tabla 5
Participación por etapas de investigación.
107
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
(Solar y Deulofeu, 2016) que consiste en un trabajo de seminario con docentes en ejercicio
que, luego de tres sesiones de trabajo, aplican sus conocimientos en aulas y graban las clases.
Luego, dedican 5 sesiones de seminario a autoanalizarse junto con sus colegas para ver cuáles
fueron sus aciertos y errores en el aula, en este caso, referidos a la contingencia y argumenta-
ción en clases de matemáticas. En ese escenario, se comparten las labores de análisis entre
colegas.
Otro ejemplo lo encontramos en la investigación de Valdivia (2013). Luego de recolectar mate-
riales de aprendizajes de los estudiantes y de la producción de nanometrajes, la investigadora
promovió talleres de discusión y análisis de los resultados de forma colaborativa. Esto permitió
crear “un espacio de reflexión y aprendizaje situado sobre lo que hacen los adolescentes y
cómo ocurre el aprendizaje” (Informe Final N°11130640, p.7).
Finalmente, la participación de actores tiende a disminuir en la redacción de artículos, infor-
mes o seminarios (Duarte, 2013). Sin embargo, sí se identificaron casos en que esto ocurrió. El
ejemplo más claro aparece en la investigación de Forno (2012) en donde, luego de observa-
ron los dispositivos curriculares implementados por educadoras tradicionales, desarrollaron
un ejercicio de “Transmutación textual” que consistía en “procesos de selección conjunta de
fragmentos significativos, extraídos de las entrevistas y procesos de co-construcción de nue-
vas textualidades que denominamos ‘poemas-entrevista’” (Informe Final N°1121024, p.3). Este
ejercicio permitió una devolución y re-apropiación de los resultados de la investigación a través
de formatos culturales y simbólicos. Como narran Álvarez-Santullano y Forno (2017):
En nuestra experiencia, hemos corroborado que los poemas son textos atractivamente
legibles para las(os) demás educadoras(es). Cada vez que ellas o nosotros mismos
leemos ante otros estos poemas, estos se performativizan, ocurre algo nuevo: el
texto vuelve a ser dispositivo a través del que se reconoce un(a) sí mismo(a) docente
mapuche de esta escuela ajena, se actualiza la emoción y se intelectualiza la posición
docente de las educadoras (p.24).
Otro caso destacado es el de la investigación de Ibáñez (2011) en donde en el documento final
que sugería las bases curriculares para una educación intercultural aparecen como coautores
las familias mapuche y aymara que estuvieron involucradas en la investigación, especialmente
en los talleres de co-construcción que definieron prioridades de contenidos. Esto constituye un
ejercicio innovador, según indica la investigadora:
Esta co-autoría constituye un logro que va más allá de los objetivos planteados y de
lo proyectado inicialmente en el estudio, además de ser algo inédito, según nuestro
conocimiento, por cuanto constituye un reconocimiento público tanto a lo representativo
del documento como a su pertinencia cultural (Informe Final N°1111030, p.6).
108
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Un primer desafío que se presenta es definir y clarificar los criterios que permitan involucrar a
los actores que finalmente participarán del proceso investigativo. Asimismo, podría reflexionar-
se sobre los momentos de la investigación en que participan y discutir sobre su involucramien-
to en las fases de diseño de los proyectos de investigación.
En segundo lugar, los diseños de investigación orientados al desarrollo profesional pueden
visualizar los beneficios que genera la incorporación de los y las docentes en el proceso, con-
siderando tanto los aportes que esto presta al logro de los resultados de los estudios, como al
propio proceso de desarrollo profesional docente. Es posible avanzar en esta línea si a los/as
profesores/as se les dota del atributo del docente–investigador (Anderson, Herr y Nilhen 2007),
cumpliendo diferentes roles en el proceso de investigación, aportando de esta manera a su
propio desarrollo y al de su institución.
Por último, los diseños de investigación pueden considerar mecanismos de comunicación con
las comunidades educativas que permitan formar a los actores en diferentes formatos de in-
vestigación, sus participantes y sus usos, de manera que sea posible avanzar hacia el análisis
colaborativo de las mejores estrategias investigativas respecto del desarrollo profesional do-
cente, teniendo en cuenta la necesidad de favorecer aportes al conocimiento y a las propias
comunidades. Esta labor conjunta propiciará también un involucramiento y corresponsabilidad
de sus participantes, favoreciendo investigaciones que aporten de forma integral a la mejora
de la educación.
4. Consideraciones finales
Como puede observarse, los diseños de investigación relacionados con el desarrollo profesio-
nal docente en general y el aprendizaje docente, en particular, presentan una amplia gama de
posibilidades de abordaje, algunas de las cuales ya han sido abordadas por investigaciones,
mientras otras opciones no han sido aun suficientemente exploradas, pese a sus potencialida-
des.
A esta dimensión metodológica de la discusión, se suman otras de tipo educativo o disciplinar.
Ciertamente, detrás de la búsqueda de la incorporación más profunda de la participación, está
la hipótesis de un robustecimiento de los actores y procesos educativos que están involu-
crados en los diferentes objetos de investigación. El mayor involucramiento, o si se quiere, la
existencia de roles compartidos y de colaboración para la investigación y el objeto de estudio
debiese favorecer, a su vez, la realización de mejores y más profundos aprendizajes para la
labor docente, considerando la esperable mejor capacidad de interpretación de la realidad y
contextualización del proceso y resultados de las investigaciones.
De esta forma, la investigación se comprende también como un espacio para el aprendizaje
docente y el desarrollo profesional. Para que esto ocurra, los diseños de investigación serán
fundamentales, pero también se requiere avanzar hacia una transformación cultural, orientada
a reconocer y sobre todo aportar a una mayor cercanía y bidireccionalidad entre los mundos de
la docencia y la investigación.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
P. Universidad
Fondecyt Profesores principiantes: desafíos de la Inés Contreras
2013 Católica de
REGULAR inserción profesional Valenzuela
Chile
112
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
113
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
1. Antecedentes
El liderazgo escolar juega un papel relevante en el incremento de los aprendizajes del estu-
diantado y es considerado la segunda variable al interior de las escuelas que contribuye a ellos
(Leithwood et al., 2006). Sobre todo, la literatura se ha encargado de relevar las crecientes res-
ponsabilidades de los/as directores/as escolares y el marcado desarrollo de un contexto de
rendición de cuentas en el que trabajan en distintas partes del mundo (Daniëls, Hondeghem y
Dochy, 2019). En este mismo periodo, el concepto de liderazgo ha sido objeto de investigación
y ha dado lugar a numerosos enfoques que concluyen con elementos prescriptivos para el
desarrollo del liderazgo en los/as directores/as de escuela.
El “efecto indirecto” del liderazgo escolar (Marzano et al., 2005) se relaciona con diversas fun-
ciones y dimensiones prácticas del liderazgo asociadas a un conjunto de competencias que
han de ser aprendidas en tanto el liderazgo no es una “cualidad innata, sino algo que se apren-
de y que toda persona puede desarrollar si tiene los procesos formativos adecuados” (Bolívar,
2011, p. 263).
Debido a su trascendencia y al efecto que juega en la transformación de las escuelas, la política
pública y la literatura han prestado atención a los aprendizajes, a la formación y la preparación
de directivos escolares (Weinstein et al., 2015; Tintoré, 2016; Muñoz, et al. 2019). Weinstein et al.
(2015) señalan que el desarrollo de aprendizajes o capacidades de liderazgo escolar en quie-
nes ejercen diferentes cargos y roles de responsabilidad en escuelas y liceos es “un proceso
de formación continua del que es preciso asegurar la calidad de su provisión” (p.25). Debido a la
complejidad de su trabajo y a la demanda de crecimiento, el aprendizaje continuo es vital para
los/as líderes escolares (Bush, 2013) y para la mejora educativa (Kim, 2018).
Cuando se encuentra formalizado, dicho proceso está generalmente conformado por tres mo-
mentos: el de la formación inicial o previa al ejercicio de un cargo directivo; el de la inducción
a quienes dan sus primeros pasos en la dirección escolar y, por último, el de la formación con-
tinua que se otorga a quienes están en el ejercicio de sus cargos (Bolívar, 2011; Muñoz et al.,
2019). Sin embargo, los procesos de aprendizaje de líderes escolares no implican necesaria-
mente un proceso formal, puesto que también lo propician prácticas como la participación en
experiencias informales o personalmente significativas en determinados contextos sociales o
institucionales (Mackay, 2012).
En atención a ello es posible concebir el aprendizaje profesional directivo como un proceso
permanente y multidimensional que adquiere diversas formas, ritmos y contenidos, y que ade-
115
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
más se desarrolla en ambientes formales, no formales e informales. Los equipos directivos es-
colares aprenden, refinan, ajustan, adoptan y adaptan estrategias y herramientas del liderazgo
y la gestión escolar principalmente en el ejercicio de la práctica directiva, en especial cuando
este ejercicio está dotado de reflexividad y criticidad respecto de la misma práctica, y del en-
torno institucional y comunitario en que ella ocurre. En el ejercicio del cargo se es capaz de
reconocer las necesidades específicas y las características del trabajo que corresponde llevar
a cabo. Los directores y directoras también aprenden preferentemente mediante instancias
de socialización secundaria en las cuales interactúan con otros sujetos que están expuestos a
situaciones y desafíos profesionales semejantes: aprenden de las experiencias y las motivacio-
nes de otros/as. (Weinstein et al., 2015; Tintoré, 2016; Navarro-Corona, 2017; Muñoz, et al., 2019).
Teniendo en cuenta lo anterior, en este capítulo presentaremos los resultados de una investi-
gación que busca contribuir a incrementar la limitada literatura académica disponible en Chile
sobre los procesos de aprendizaje, desarrollo profesional y formación continua de directoras y
directores de establecimientos escolares, pues estos son considerados aspectos claves para la
efectividad de políticas públicas que propendan al aumento de las responsabilidades en este
rol. La referida investigación se propuso dar cuenta de la literatura existente sobre estos temas
en revistas de alto impacto e identificar los principales objetos de estudio, enfoques, metodo-
logías y hallazgos de la investigación en este ámbito a nivel internacional.
En esta revisión fue posible identificar los grandes ejes en que se desarrollan las investigacio-
nes sobre esta materia: experiencias de aprendizaje en las prácticas directivas, evaluación de
programas de las y los líderes escolares, características personales y desempeño de las y los
directoras/es, perspectiva de aprendizaje en la formación en liderazgo, prácticas de liderazgo
para el desarrollo profesional docente y desafíos para las políticas públicas o aparatos admi-
nistrativos superiores. La investigación tuvo un carácter cualitativo y un alcance descriptivo,
utilizando literatura con una visión amplia sobre el liderazgo y sus desafíos. Los resultados de
esta revisión aportan ejemplos a tomar en consideración para el desarrollo de futuras investi-
gaciones a nivel nacional.
Las preguntas que guiaron esta revisión fueron las siguientes: ¿cuáles son los principales te-
mas que orientan la investigación sobre aprendizaje directivo?; ¿cuál es el abordaje metodoló-
gico que adquieren las distintas formas de investigar el aprendizaje directivo?; ¿cuáles son los
principales marcos conceptuales utilizados en la investigación sobre el aprendizaje directivo?;
¿a cuáles y a qué tipo de resultados han llegado estas investigaciones?
2. Metodología
La investigación consistió en una revisión de literatura exploratoria, lo que resulta un procedi-
miento adecuado cuando un ámbito de estudio no posee una masa crítica de estudios capaces
de integrar cuantitativamente los resultados de investigación (Hallinger, 2013). De esta manera,
esta revisión tuvo como objetivo describir la composición de la base de artículos seleccionados,
identificar tendencias, sintetizar resultados y sugerir futuras direcciones para la investigación.
Mecanismos de búsqueda
La base de datos para esta revisión incluyó los principales artículos académicos sobre desarro-
llo profesional y formación continua de directoras y directores de establecimientos escolares.
Para esto se recolectaron datos sobre publicaciones en revistas científicas del área entre los
años 2015 y 2020. Se extrajeron artículos de revistas académicas sobre educación ubicadas
dentro de las 100 primeras con mayor impacto en el ranking ScimajoJR, usando una búsqueda
manual. El criterio clave utilizado para filtrar las fuentes fue identificar artículos cuyos títulos,
116
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
resúmenes y/o palabras claves consideraran conceptos como aprendizaje, formación o desa-
rrollo profesional asociado a líderes o directores/as escolares.
En primer lugar, dentro de las 100 revistas, se seleccionaron aquellas que estaban orientadas,
principalmente, a la educación escolar, quedando descartadas aquellas que ponían especial
énfasis en la docencia universitaria en diversas disciplinas o una aproximación temática que no
recogía el papel de los/as directores/as escolares. A partir de dicha selección, la búsqueda se
concentró en 29 de esas 100 revistas.
En segunda instancia, en cada una de esas 29 revistas se realizó una búsqueda manual consi-
derando los criterios anteriormente señalados, artículo por artículo, en cada uno de los núme-
ros publicados en el período 2015 a 2020.
Esta primera etapa de la búsqueda dio como resultado 42 fuentes que consistían en artículos
de revistas y editoriales. Cuando una fuente parecía adecuada, se descargaba el archivo PDF y
se guardaba para leerlo más detenidamente y validar su relevancia.
Como resultado de esta búsqueda, se extrajeron artículos de las siguientes revistas: Review of
Educational Research; Educational Evaluation and Policy Analysis; Educational Researcher; Ame-
rican Educational Research Journal; Journal of Education Policy; Educational Research Review;
Harvard Educational Review; Educational Administration Quarterly; American Journal of Educa-
tion; Teaching and Teacher Education; School Effectiveness and School Improvement; Review of
Research in Education; Educational Management Administration and Leadership.
117
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
3. Resultados
El aprendizaje directivo como objeto de investigación
La primera parte del análisis se orientó al estudio de las preguntas y los objetivos de investiga-
ción de los 26 artículos que son parte de este estudio.
Se llevó a cabo un proceso de clasificación de las preguntas de investigación siguiendo una
lógica inductiva, avanzando desde una codificación abierta hasta la construcción de categorías
que sintetizaran los temas abordados por las preguntas. A partir de este proceso surgieron seis
categorías, las que se identifican y presentan a continuación:
Experiencia de aprendizajes en las prácticas directivas (4 artículos). Esta categoría fue de-
finida como las experiencias, los conocimientos y las perspectivas o creencias que se des-
pliegan en las prácticas directivas que permiten aprender en el quehacer directivo y que son
claves para el aprendizaje permanente. Cuatro artículos se incluyeron en esta categoría, en los
que se consideraron desafíos que enfrentan cotidianamente los/as líderes, aspectos relacio-
nados con la generación de redes y los vínculos para el aprendizaje de los/as directores/as o
la construcción de identidad y la definición de roles de los/as líderes directivos. Los artículos
que corresponden a esta categoría son “Learning for principals New Zealand secondary princi-
pals describe their reality” (Service & Thornton, 2019); “Learning from the Experiences and De-
velopment of Latina School Leaders” (Martínez, Rivera & Márquez, 2020); “I Do as I Think: Explo-
ring the Alignment of Principal Cognitions and Behaviors and Its Effects on Teacher Outcomes”
(Boies & Fiset, 2019) y “Becoming skillful leaders: American school principals’ transformative
learning” (Kim, 2018).
Evaluación de programas de formación de líderes escolares (12 artículos). Esta categoría
incluyó un total de doce trabajos, considerando dos ámbitos analíticos:
Primer ámbito. Evaluación desde los aprendizajes de los participantes (4 artículos). Este
ámbito considera artículos cuyos objetos de estudio indagan en motivaciones de los partici-
pantes de los programas, necesidades de directores/as, aprendizajes adquiridos (desempeño
en exámenes y prácticas de liderazgo en las escuelas) o el impacto o cambio en las creencias,
118
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
comportamiento y percepciones de los participantes. Además, los artículos analizan los cargos
que se obtienen después del término del programa de formación y los aprendizajes que se
requieren para mejorar liderazgo. Algunos de los artículos clasificados en esta categoría son:
“Revitalising professional learning for experienced principals: Energy versus ennui” (O’Neill &
Glasson, 2019) y “The training of school principals. A study in the Cuban context” (Valiente Sandó
et al., 2018).
Segundo ámbito. Evaluación del diseño y desarrollo de programas (8 artículos). Este ámbito
incluye artículos que estudian el diseño del programa, los marcos regulatorios, los focos o ha-
bilidades que definen qué desarrollarán en los participantes, la oferta disponible de los diferen-
tes programas o cómo se selecciona a los participantes de dichos programas. Se consideraron
artículos como: “Primary school principals in Ethiopia: Selection and preparation” (Gurmu, 2019)
y “School leadership preparation in Malaysia Aims, content and impact” (Ng, 2017).
Características personales y desempeño de los/as líderes (4 artículos). Esta categoría abor-
da el estudio de cómo las características personales de los/as líderes influyen en el desem-
peño de las prácticas directivas y en sus aprendizajes. En este punto se destacan desempeños
como asumir nuevos roles y responsabilidades o la capacidad para desarrollar liderazgo co-
lectivo e instruccional hacia los/as docentes. Los artículos de esta categoría consideran en su
análisis el despliegue de capacidades y la disposición de los/as líderes para el aprendizaje per-
manente, profundizando y/o revisando distintas perspectivas o teorías del liderazgo. Algunos
de los trabajos clasificados en esta categoría son: “The Impact of Personal and Program Cha-
racteristics on the Placement of School Leadership Preparation Program Graduates in School
Leader Positions” (Fuller et al., 2016) y “Transformation of roles and responsibilities of principals
in times of change” (Stringer & Hourani, 2016).
Perspectiva de aprendizaje en la formación en liderazgo (2 artículos). Esta categoría consi-
dera trabajos que estudian las perspectivas de aprendizajes en que se desarrolla la formación
de líderes escolares, incorporando visiones teóricas vinculadas a una caracterización de su
práctica profesional, la formación de un razonamiento basado en la resolución de problemas
en la vida real y las concepciones que se ponen en acción para el aprendizaje transforma-
dor de prácticas. Los artículos incluidos en esta categoría son: “Solving Real-Life Problems of
Practice and Education Leaders’ School Improvement Mind-Set” (Mintrop & Zumpe, 2019) y “A
Systematic Review of Research on the Use of Problem-Based Learning in the Preparation and
Development of School Leaders” (Hallinger, 2017).
Prácticas de liderazgo para el desarrollo profesional docente (2 artículos). Esta categoría
considera trabajos que abordan la formación para el liderazgo escolar orientada al desarrollo
de prácticas de apoyo a los/as docentes en aula a través de la distribución del liderazgo, la
retroalimentación formativa, las prácticas asociadas al logro de aprendizaje y hasta la atención
de sus necesidades psicológicas (mediadores). Los artículos clasificados en esta categoría son:
“Perceived principal’s learning support and its relationships with…” (Lee et al., 2020) y “A review
on leadership and leadership development in educational settings” (Daniëls et al., 2019).
Desafíos para las políticas públicas o aparatos administrativos superiores (2 artículos). Esta
categoría considera aquellos artículos que vinculan las transformaciones y aprendizajes del rol
del/la directora/a a partir de un cambio en la política pública y las necesidades de nuevos co-
nocimientos que eso genera. Además, se presenta la relación que sostiene el rol directivo con
los aparatos administrativos superiores y cómo se aprende de esta interacción. Los artículos
considerados en esta categoría son: “District micropolitics during principal professional lear-
ning” (LeChasseur et al., 2020) y “Understanding District Support for Leader Development and
Success in the Accountability Era: A Review of the Literature Using Social-Cognitive Theories of
Motivation” (Ford et al., 2020).
119
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
120
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Por su parte, los estudios con diseños cuantitativos presentaron alcances explicativos (4 artícu-
los) y correlacionales (4 artículos).
La segunda parte del análisis de los marcos metodológicos correspondió al cruce entre las ca-
tegorías de objetos de investigación y metodologías de investigación utilizadas en los artículos.
La Tabla 1 da cuenta de la síntesis de los hallazgos por cada tema y tipo, diseño y estrategia de
investigación.
Tabla 1
Diseños de investigación presentes en los artículos seleccionados
Nº
Metodología de la investigación/ Tipo de Diseños de
de Estrategia de investigación
Categorías temáticas investigación investigación
art.
Exploratoria Cualitativa Etnografía
121
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Analizando los datos de forma general es posible apreciar que, con relación a los tipos de in-
vestigación, los estudios de alcance exploratorio se concentraron en las temáticas Experiencias
de aprendizaje en las prácticas directiva (2 de 4) y Perspectivas de formación para el aprendizaje
de liderazgo (2 de 2), Evaluación de programas de formación de líderes escolares (5 de 12), siendo
temas abordados para iniciar investigaciones y proyectar desafíos en estos ámbitos. Por otra
parte, los artículos con un alcance correlacional se concentran en Evaluación de programas de
formación de líderes escolares (2 de 4), Características personales y desempeño de los directivos
(1 de 4) y Prácticas de liderazgo para el desarrollo profesional docente (1 de 4), siendo temas
abordados con mayor profundidad y conocimiento al respecto. Las investigaciones explicati-
vas se concentran solamente en la dimensión Evaluación de programas de formación de líderes
escolares (4 de 12).
En cuanto al diseño de las investigaciones, los estudios cualitativos se distribuyeron en todas
las dimensiones temáticas, destacándose tres ámbitos donde solo se aborda el objeto de es-
tudio desde esta perspectiva: Perspectivas de formación para el aprendizaje de liderazgo (2 de
2 artículos), Desafíos para las políticas públicas o aparatos administrativos superiores (2 de 2
artículos) y Experiencias de aprendizaje en las prácticas directiva (3 de 4 artículos). Por su parte,
los diseños cuantitativos se concentran en la categoría Evaluación de programas de formación
de líderes escolares (5 de 12).
Respecto de las estrategias de investigación, los estudios de caso (13 artículos,) en general, se
distribuyen en forma transversal entre los temas, destacándose Evaluación de programas de
formación de líderes escolares (7 de 12). Por otra parte, los dos estudios con una estrategia de
etnografía se posicionan en Experiencias de aprendizaje en las prácticas directiva, misma di-
mensión que aborda en forma exploratoria la mayoría de sus estudios. En esta misma perspec-
tiva, las estrategias cuasi experimental y experimental se ubican en la dimensión de Evaluación
de programas de formación de líderes escolares, junto con las estrategias de análisis de datos
secundarios que solamente están en esta temática. Las estrategias de revisión sistemática de
la literatura se ubican en Perspectivas de formación para el aprendizaje de liderazgo, Desafíos
para las políticas públicas o aparatos administrativos y Características personales y desempeño
de los directivos.
A modo de síntesis, se puede señalar que preferentemente en términos de alcance las in-
vestigaciones son de carácter exploratorio (11 estudios) y estudios descriptivos (7 estudios),
alcanzando entre ambas casi un 70%, lo que da cuenta de un proceso inicial de acercamiento
al tema de investigación. Por otra parte, los diseños cualitativos alcanzan casi un 70%, con pre-
dominancia de estrategias de estudio de casos, planteando acercamientos a fenómenos más
específicos y particulares por sobre análisis más amplios que se hallaron en los diseños cuanti-
tativos, aunque de todas maneras son investigaciones que entregan una perspectiva compren-
siva del contexto y las experiencias de directivos acerca de su propio aprendizaje.
122
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
123
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
nos que afectan o plantean exigencias a quienes asumen puestos de liderazgo y, por otro, se
identifican atributos de los/as líderes para enfrentar esos desafíos o tareas propias de su rol.
La segunda línea de antecedentes alude más directamente a procesos formativos de líderes,
considerando tanto prácticas y metodologías de aprendizaje, como la evaluación de estos re-
sultados. Es llamativo que este tipo de literatura se utilice únicamente en un poco más de la
mitad de los textos analizados.
Por otra parte, se identifican algunos artículos que consideran contenidos menos directamen-
te relacionados con el aprendizaje o el desarrollo profesional, tales como aspectos de orden
laboral y de contratación, o de políticas o normas vinculadas con el trabajo de los/as líderes.
En los resultados recién proporcionados se observa que las grandes líneas de desarrollo con-
ceptual que fueron mencionadas anteriormente en esta sección (liderazgo, requerimientos y
necesidades, por un lado, y prácticas formativas, por otro) están presentes casi en la totalidad
de los objetos de estudio que fueron identificados. La única excepción correspondió al cuarto
objeto, Perspectivas de formación para el aprendizaje de liderazgo, cuya literatura se concentró
principalmente en aspectos relacionados con las prácticas formativas. Esto implica que este
objeto fue el que más priorizó la literatura específicamente relacionada con el aprendizaje y
la formación, por sobre la utilización de trabajos que aludan a característica de los/as líderes
escolares, y a condicionantes y desafíos que se les presentan.
Por su parte, únicamente en el caso del objeto de estudio Experiencias de aprendizaje en las
prácticas directivas se observó una clara concentración de literatura en el ámbito Factores y
desafíos organizacionales que ponen a prueba al liderazgo. Esta situación es llamativa, puesto
que se trata de un objeto de estudio directamente orientado al aprendizaje de liderazgo, pero
que utiliza preferentemente una literatura relacionada con una visión más amplia sobre el lide-
razgo y sus desafíos. El resto de los objetos de estudio presenta una más amplia utilización de
recursos de la literatura, combinando las líneas ya mencionadas.
Asimismo, el objeto de estudio Evaluación de programas de formación de líderes escolares evi-
denció una mayor amplitud de uso de áreas de literatura en sus marcos teóricos. Mientras, los
demás objetos de estudio consideraron una menor variedad, sin perjuicio de lo cual se mantu-
vo en general el uso de las dos grandes líneas de referentes de antecedentes y conceptos que
ya se describió.
Otro aspecto que es llamativo es la baja referencia que se hace en los marcos conceptuales a
la literatura sobre resultados de programas de formación en liderazgo. Únicamente el objeto
de estudio Evaluación de programas de formación de liderazgo lo utiliza.
El hallazgo recién presentado denota que los trabajos analizados consideraron en mayor me-
dida literatura relacionada al fenómeno general de liderazgo y los requerimientos que se pre-
sentan a quienes lo detentan en el sistema, por sobre la evidencia referida a prácticas formati-
vas y a resultados de estas. Esta situación se considera llamativa y contraria a lo esperable en
artículos que se enfocan en comprender el aprendizaje directivo. Por ello, se identifica como
un aspecto al que se seguirá haciendo seguimiento en esta revisión, considerando la hipótesis
de que pudiera haber una carencia de literatura y/o de uso de información sobre resultados
de experiencias formativas que pudieran ser un insumo fundamental para el diseño de estas
investigaciones.
124
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
4. Discusión
El objetivo de esta revisión fue caracterizar las investigaciones sobre el aprendizaje, el desarro-
llo profesional y la formación continua de directoras y directores publicadas en las revistas más
prestigiosas del mundo, en los últimos cinco años.
Como rápido resumen, se observó que gran parte de estas investigaciones se alojan en revistas
específicas sobre administración educativa, que su principal tema de investigación es la eva-
luación de programas formativos para líderes escolares, que predominan los diseños de inves-
tigación cualitativa y exploratoria, que toman como punto de referencia teórico los enfoques
sobre liderazgo más que sobre el aprendizaje mismo de este y que, al concentrarse en estudios
de caso, los resultados tienden a ser tan amplios como la cantidad de artículos revisados, lo
que dificulta la identificación de patrones claros.
Si bien cada subtópico de este artículo es una respuesta a las preguntas planteadas, de cada
uno de ellos se desprenden algunas respuestas generales y también nuevas preguntas. Para el
caso de la primera pregunta, sobre cuáles son los principales temas que orientan la investiga-
ción sobre aprendizaje directivo, es importante preguntarse por qué los artículos se concentran
mayormente en la evaluación de programas. Pues, aunque representan un aporte importan-
te para el desarrollo de los programas de formación estudiados, estos pueden resultar algo
limitados para una comprensión más amplia del proceso de aprendizaje directivo como un
proceso permanente y multidimensional que adquiere diversas formas, ritmos y contenidos,
y que además se desarrolla en ambientes formales, no formales e informales. En ese sentido,
destacan los artículos clasificados como experiencias de aprendizajes, ya que dan cuenta de la
trayectoria formativa y de desarrollo profesional de los actores.
Respecto de los abordajes metodológicos, se observó una tendencia hacia la investigación
cualitativa de carácter exploratorio, pero de todas maneras es posible hallar una diversidad de
abordajes metodológicos de lecturas amplias para los distintos problemas abordados. Por su
parte, en aquellos tópicos en que solo se pudieron clasificar escasos artículos existe un esce-
nario abierto para desarrollar estrategias más profundas de investigación, por ejemplo, en el
caso del tópico “perspectivas de formación para el aprendizaje del liderazgo”, el que además
resulta de central importancia para comprender el aprendizaje de directivos.
Sobre los principales marcos conceptuales utilizados por las investigaciones, es llamativo que
no se utilice literatura específica sobre el aprendizaje y la formación en liderazgo en un grupo
importante de artículos. Se utiliza preferentemente una literatura relacionada con una visión
más amplia sobre el liderazgo y sus desafíos. Esta sería una brecha que debiera considerarse
para el futuro de la investigación, puesto que se considera llamativa y contraria a lo esperable
en artículos que se enfocan en comprender el aprendizaje directivo.
127
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
En cuanto a los resultados alcanzados por estas investigaciones, se puede relevar la importan-
cia que adquiere el concepto de autonomía directiva, alejado de las lógicas de acountabillity
y que se relaciona con la posibilidad real de toma de decisión y de ser considerado/a para las
definiciones gubernamentales. También destaca la importancia de desarrollar caminos formales
de procesos de inducción hacia los roles directivos que permitan fortalecer el trabajo que estos
actores claves tienen en la escuela y evitar la desregularización de estos programas formativos.
Y, por último, cabe destacar la importancia que en varias investigaciones adquiere la noción
de territorialidad como espacio de primera inserción laboral de los/as directores/as o como
posibilidad de desarrollo a partir de redes con otros actores, y la relevancia que tiene identificar
la necesidad de los/as directores/as en el marco de sus contextos específicos para la toma de
decisiones de políticas públicas.
En definitiva, los hallazgos aquí presentados permiten identificar, en las principales revistas del
campo estudiado, las características más relevantes de las investigaciones sobre el aprendiza-
je de directoras y directores en los últimos años, y abren importantes preguntas y perspectivas
a tener en consideración para futuras investigaciones.
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130
TERCERA PARTE:
Investigaciones
sobre programas
y experiencias de
desarrollo profesional
docente y educación
continua
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
1. Antecedentes
El objetivo de este capítulo es dar cuenta de la fase inicial de un estudio que explora la perti-
nencia de la evaluación formativa en la educación intercultural. Si bien ambos enfoques han
tenido un importante desarrollo en la literatura sobre educación, así como en la política pública,
se trata de dos discusiones cuya intersección es aún incipiente. Por lo pronto, es posible cons-
tatar en la literatura disponible la preminencia de prácticas evaluativas sumativo-calificativas
entre los/as docentes interculturales (CPEIP, 2018), denominados “educadores/as tradiciona-
les” por la institucionalidad educativa en Chile.
Esta particularidad de la educación intercultural resulta relevante para los estudios sobre
educación continua para docentes toda vez que la habilitación de educador/a intercultural
se fundamenta en una arquitectura institucional y normativa estrechamente relacionada con
esta. Para ser educador/a tradicional los requisitos legales son: i) ser validado/a por sus co-
munidades o asociaciones indígenas y ii) realizar capacitaciones con una duración promedio
de 150 horas, las que podrán ser desarrolladas por universidades, secretarías de educación
regionales ministeriales, y consultoras y/o profesionales independientes (Mineduc, 2020). Este
diseño contempla, además, para la formación de educadores/as tradicionales, la constitución
de una “dupla pedagógica” en las escuelas, compuesta por un/a profesor/a y un/a “educa-
dor/a tradicional” que imparte la asignatura. La lógica es que el o la profesora asesore con sus
competencias pedagógicas al/la educador/a intercultural para que este/a pueda mejorar la
enseñanza de sus conocimientos de la lengua y la cultura indígena. La arquitectura institucional
que sostiene la educación intercultural en Chile pone, así, la formación continua de docentes
como la principal vía de formación y acreditación de competencias pedagógicas del/la docen-
te indígena. Por esta razón, es relevante explorar la preminencia del paradigma sumativo-califi-
cativo entre los y las educadores/as tradicionales en relación a los desafíos de una formación
continua con pertinencia intercultural.
Los resultados de la revisión de literatura permiten observar una naturalización del paradigma
sumativo-calificativo entre educadores/as tradicionales, lo que tiene algunos efectos proble-
máticos. En primer lugar, se observa un desfase respecto del consenso alcanzado por las cien-
cias educativas sobre la conveniencia de adecuar los procesos evaluativos a la diversidad de
aprendizajes mediante la incorporación del paradigma formativo en evaluación (Gysling, 2017;
Flórez Petour et al., 2018). Este consenso se ha traducido en política pública mediante la Política
para el fortalecimiento de la evaluación en aula (Mineduc, 2018a) y la puesta en vigor del De-
creto 67 sobre decretos de evaluación (Mineduc, 2018b). Además, existen iniciativas docentes
de base, como la Red de Establecimientos para la Innovación en Evaluación que dan cuenta
del alto grado de internalización del paradigma formativo en evaluación en las comunidades
educativas.
En segundo lugar, la hegemonía del paradigma sumativo-calificativo en la educación intercul-
tural implica la imposibilidad de concreción de sus principios y fines. En efecto, una educación
con pertinencia intercultural exige un diálogo permanente con los saberes educativos indíge-
nas de modo que estos puedan ser incluidos e integrados a la educación formal en toda su
133
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
2. Marco conceptual
Paradigmas evaluativos
La idea de paradigmas evaluativos emerge de una crítica a la concepción de evaluación domi-
nante en el siglo XX que se conoce como evaluación sumativa. Este tipo de evaluación, según
su definición clásica, es aquella que tiene por objetivo evaluar el aprendizaje del/la estudiante
comparándolo con un estándar o punto de referencia (Scriven, 1967). La crítica a este paradig-
ma se vincula a la reelaboración de la perspectiva formativa para conceptualizar el proceso de
enseñanza-aprendizaje. En esa línea, después de varias décadas de investigación educativa,
se ha generado un importante corpus de literatura crítica a los efectos del paradigma sumativo
(Flórez Ochoa, 2000; Black et al., 2004; Baird, 2018). Lorrie Shepard (2006) sintetiza esas críticas
de la siguiente manera:
La evaluación sumativa y la calificación constituyen una seria amenaza para los
objetivos de aprendizaje declarados por la evaluación formativa. De acuerdo con
descubrimientos de la literatura motivacional y de estudios de maestros y estudiantes,
las prácticas de las calificaciones pueden minar el proceso de aprendizaje de varias
maneras. En primer lugar, las pruebas y las tareas calificadas comunican lo que es
importante aprender. Si estas mediciones divergen de las metas del aprendizaje que se
valora, entonces los estudiantes concentran su atención y esfuerzo solo en la porción
calificada del currículo. Segundo, el uso de calificaciones como premio o como castigo
puede socavar la motivación intrínseca de aprender. Tercero, a aquellos estudiantes
para quienes los criterios de las calificaciones les parecen fuera de su alcance, éstas
pueden reducir su esfuerzo y su ulterior aprendizaje. Cuarto, la naturaleza comparativa
de las prácticas tradicionales de calificación puede reducir la buena voluntad de los
estudiantes de ayudar a otros o de aprender de los demás (Shepard, 2006, p.30).
Desde otra mirada, los paradigmas evaluativos reflejan modelos pedagógicos. En efecto, como
señala Rafael Flórez Ochoa (2000), los paradigmas evaluativos comportan una “representación
de las relaciones que predominan en el acto de enseñar” (p. 153). Estas relaciones pueden ser
134
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
135
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Interculturalidad
El debate sobre la aplicación del principio de interculturalidad como enfoque educativo tiene
tres décadas en América Latina. Su introducción en Chile es parte de ese proceso regional. En
esas coordenadas, la interculturalidad se presenta como una propuesta pedagógica (Dietz,
2012) que busca influir en las políticas educativas, tanto en los territorios indígenas como en el
conjunto del territorio. Gran parte de estas políticas han estado orientadas a la formación del
profesorado indígena (Dietz, 2012). Sus resultados son evaluados como desiguales o deficien-
tes. Sin embargo, las políticas de interculturalidad tienen un efecto sociocultural significativo:
producen la “interculturalizacion” de las culturas indígenas, en particular de sus lenguas. En
efecto, la interculturalidad produce la reelaboración de las culturas indígenas en contenidos
educativos (Dietz, 2012).
Las comunidades y asociaciones indígenas en América Latina han sido activas promotoras de
la interculturalidad. Utilizando una potente narrativa jurídico-política, los diferentes grupos in-
dígenas abogan por la introducción de un dialogo horizontal entre la cultura mayoritaria y las
culturas indígenas en el sistema educativo. Aspiran a revertir el monoculturalismo (imaginario
de una nación, una cultura y una lengua), y a la reparación y revalorización de las culturas indí-
genas en el conjunto de la sociedad mayoritaria (Sotomayor et al., 2015). A su vez, esa narrativa
se fundamenta en el concepto antropológico del relativismo cultural, al denunciar la perma-
nencia de un marco de superioridad cultural, empíricamente espurio, en el sistema educativo.
La permanencia del monoculturalismo no tiene, en ese sentido, ninguna justificación pedagó-
gica o técnica. (Dietz, 2012).
La agencia central de la institucionalidad intercultural en Chile es el Programa de Educación
Intercultural Bilingüe (PEIB). Este tiene como propósito la difusión de las costumbres y culturas
indígenas en el ámbito escolar a través del aprendizaje de su lengua y cultura, promoviendo el
conocimiento y respeto por la diversidad (Lagos, 2015; Espinoza, 2016). El PEIB se creó en 1996
bajo el amparo del Departamento de Educación Rural del Ministerio de Educación. La motiva-
136
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
ción original era revertir los malos resultados académicos de los y las estudiantes indígenas. En
ese momento, se identificó como problema central la descontextualización del currículo y el
desarrollo de prácticas pedagógicas inadecuadas para los estudiantes indígenas (Lagos, 2015).
Luego, en el marco del Programa Orígenes (2001-2006), el PEIB inaugura una nueva fase cen-
trada en la premisa de propiciar un “desarrollo educativo con pertinencia” de los pueblos ori-
ginarios de Chile. Las principales acciones de esta etapa fueron la formación de profesores/as
especialistas en educación intercultural bilingüe (EIB) y la puesta en práctica de iniciativas curri-
culares con el objetivo no solo de mejorar los aprendizajes (Williamson y Flores, 2015).
En 2006 empieza la tercera fase del PEIB que se consolida con la promulgación de la Ley Ge-
neral de Educación en 2009 (que reconoce el principio de la interculturalidad como el derecho
de los/as estudiantes a ser educados/as de acuerdo con su lengua y cultura). A lo anterior hay
que sumarle la entrada en vigor del Convenio 169 de la OIT (que establece derechos educa-
tivos para los pueblos indígenas) y la promulgación del decreto ley DS N°280/2009 que crea
una asignatura denominada Sector Lengua indígena (Mineduc, 2020) para todos los estableci-
mientos que cuentan con 50% de estudiantes pertenecientes a uno de los cuatro principales
pueblos indígenas de Chile (aymara, quechua, mapuche, rapa nui) y, desde 2013, para los que
tienen 20% de estudiantes que se adscriben a estos pueblos (Lagos, 2015). Este marco norma-
tivo y jurídico reconoce como principal ámbito de la interculturalidad indígena en educación, la
revitalización lingüística de manera que se busca que las asignaturas interculturales sean im-
partidas por docentes hablantes de lenguas indígenas. Solo en caso de que no se cuente con
“hablantes” las asignaturas interculturales enseñan “saberes indígenas”.
Por otra parte, las políticas públicas interculturales para pueblos indígenas, al igual que
para el conjunto del sistema educativo, se caracterizan por su naturaleza focalizada. Esto se
observa, por ejemplo, en la definición operativa que el Ministerio de Educación presenta de la
enseñanza intercultural, en particular la relativa a la enseñanza de lenguas indígenas, como
“innovaciones pedagógicas, para la convergencia de distintos tipos de conocimientos y agentes
educativos” (Mineduc, 2018b). Esta característica de los programas del Ministerio de Educación
sugiere un tipo particular de interculturalidad que, en perspectiva comparada, la antropóloga
Patricia Richards ha denominado multiculturalismo neoliberal chileno (2010). En efecto, esa
caracterización sería la profundización de la “matriz multicultural” que Catherine Walsh (2010)
identifica en las políticas interculturales en América latina. Esta matriz se construye sobre la
adopción del modelo anglosajón, liberal, de conceptualización jurídica e institucional de la
diversidad cultural. Este modelo propone la protección estatal de la diversidad y diferencia
culturales mediante su inclusión en políticas públicas.
La instalación de este modelo en América Latina, y con especial intensidad en chile debido a la
naturaleza neoliberal de las políticas públicas en educación, es objeto de crítica, tanto externa
como al interior de la propia institucionalidad intercultural en Chile. Está crítica señala la ausen-
cia de una perspectiva poscolonial de descolonización del pensamiento educativo indígena y
abocada a develar el carácter funcional del multiculturalismo a nuestras sociedades poscolo-
niales que dé cuenta de la existencia de un trasfondo racializado y jerarquizado, con los blan-
cos y “blanqueados” en la cima y los pueblos indígenas y afrodescendientes en los peldaños
inferiores (Walsh, 2010). En efecto, como apunta Richards, una de las principales operaciones
ideológicas del multiculturalismo neoliberal chileno es la producción de la distinción entre in-
dígena “autorizado” y el “terrorista”.
Los antecedentes anteriormente presentados son relevantes para la investigación sobre for-
mación continua de educadores/as tradicionales. Por un lado, son importantes a la hora de
interpretar la deficiente evaluación que han tenido la mayor parte de sus programas en Chile
137
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
3. Metodología
La metodología del estudio que aquí presentamos se basó en el enfoque de la revisión de al-
cance de la literatura o scoping review (Arksey y O’Malley, 2018). Este enfoque es considerado
una metodología de investigación con desarrollos destacados en la investigación sobre polí-
ticas públicas educativas (Parcerisa y Verger, 2016) y resulta especialmente útil para estadios
iniciales de investigación. Permite clasificar y agrupar la literatura disponible sobre un tema
o ámbito de análisis según acuerdos, casos de estudio y disensos. Es también muy útil para
identificar áreas y temáticas menos exploradas (Arksey y O’Malley, 2018). Esta metodología
consta de 5 etapas: 1) identificación de las preguntas que guían la revisión; 2) identificación de
la literatura relevante relativa a la pregunta de investigación; 3) elaboración de un corpus con
la literatura revisada (selección y ordenación); 4) sistematización de los artículos revisados; 5)
ordenación, resumen y comunicación de los principales hallazgos de la revisión.
En nuestro caso, los criterios de búsqueda utilizados abarcaron paradigmas evaluativos y edu-
cación intercultural en América Latina y Chile. La búsqueda incluyo dos tipos de literatura: ar-
tículos científicos publicados en revistas indexadas y literatura gris. La revisión de literatura
científica se realizó consultando las siguientes bases de datos: WOS, SCOPUS, SCIELO y Goo-
gle Scholar. La literatura gris, también llamada no convencional, corresponde a documentos
publicados por canales no convencionales y que no siguen necesariamente las normas de las
ediciones tradicionales como los libros y las revistas. Su contenido está dirigido a lectores es-
pecializados y no se ajusta a las normas de control bibliográfico. La búsqueda de literatura gris
se restringió al caso chileno y considero informes de política pública y recursos educativos del
Mineduc. También en este tipo de literatura se consultaron las normativas legales correspon-
dientes. En cada base de datos se utilizaron criterios de búsqueda predefinidos.
Para la revisión de educación e interculturalidad en América Latina y Chile, se utilizaron en
la búsqueda las siguientes palabras clave: educación intercultural; intercultural education. Lo
mismo en relación a paradigmas evaluativos: assessment; assessment in education; formative
assesment. En cuanto a literatura específica sobre evaluación con pertinencia intercultural en
Chile/AL se usaron los siguientes criterios de búsqueda: educación y evaluación en el aula in-
tercultural; evaluación formativa e interculturalidad.
El principal criterio de exclusión identificó aquellos artículos sobre interculturalidad centrados
exclusivamente en enseñanza de lenguas indígenas y aquellos que no abordaban temas edu-
cativos.
En conformidad con los pasos 2 y 3 de la propuesta de Arksey y O’Malley (2018), la literatura fue
ordenada según base de dato y criterio de búsqueda utilizado. Para cada artículo se consignó
sus principales conclusiones. Luego, se realizó un barrido con cada criterio jerarquizando por
índice de citación y relevancia. Este procedimiento dio origen al corpus de 37 textos (consi-
derando artículos y literatura gris) sobre interculturalidad, 20 sobre evaluación formativa y 3
sobres evaluación formativa con pertinencia intercultural.
138
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
4. Resultados
Literatura gris
En un innovador estudio titulado Prácticas pedagógicas interculturales; reflexiones, experiencias
y posibilidades desde el aula, publicado por el CPEIP (2018), se presenta una extensa revisión
de las prácticas pedagógicas desarrolladas por educadores/as interculturales de todo el país.
Mediante la observación y retroalimentación de clases (tanto docentes como equipos de es-
cuelas interculturales), en distintas regiones y escuelas interculturales del país, se revisaron
ámbitos como currículum, didáctica y evaluación. Si bien el informe da cuenta de importantes
avances en materia de currículum y didáctica (avances en contextualización de estos), respecto
de las prácticas evaluativas se evidencia un menor desarrollo. En efecto, se advierte en los y
las educadores/as interculturales una concepción de la evaluación restringida a la calificación
(CPEIP, 2018). Al respecto, vale reproducir el diagnóstico señalado en el informe:
(…) a pesar de que se consideran evaluaciones de proceso y/o momentos de auto
o coevaluación, estas instancias se despliegan mayoritariamente asociadas a
la asignación de puntajes o notas, y muy pocas veces explicitando criterios de
evaluación con foco en los aprendizajes centrales de las disciplinas y generando,
consecuentemente, instancias formales de retroalimentación positiva y descriptiva (…).
Observamos sistemáticamente que, cuando se planteaba que el desempeño de las
y los estudiantes será evaluado en una actividad —por sus profesores, compañeros o
ellas y ellos mismos—, este ejercicio se asociaba a una calificación, lo que convierte
a la nota o puntaje en el principal recurso de sistematización y retroalimentación del
aprendizaje (…). Asimismo, se identificaron prácticas centradas en la exposición del o la
docente, en las que la actuación de las y los estudiantes estaba limitada a responder a
las preguntas que se iban planteando en diferentes momentos de la clase, instancias
en las que el profesor aprovechaba de corregir o advertir imprecisiones. En este
sentido, a pesar de que se trataban temas que involucran los saberes y culturas de los
niños y niñas, en estas clases no se abrían espacios sistemáticos para incluir sus voces
como elemento central del proceso de enseñanza-aprendizaje. En algunos contextos,
incluso, se observó la utilización de estrategias de evaluación como un mecanismo
de control de la disciplina; por ejemplo, al advertir a las y los estudiantes que debían
prestar atención (o mantenerse en silencio) o tendrían que responder o realizar una
determinada tarea (CPEIP, 2018, p.108).
A reglón seguido, el informe propone la capacitación y formación de profesores/as para que
puedan sistematizar las evidencias de aprendizaje que surgen de sus actividades. Se reco-
mienda la incorporación de rúbricas holísticas para la descripción cualitativa de los aprendiza-
jes asociados a los objetivos curriculares correspondientes.
A nuestro juicio, existen distintas causas que explican el escaso diálogo entre evaluación for-
mativa y educación cultural, a pesar del importante desarrollo que han tenido ambos enfoques
en las últimas décadas. La primera, observada en la literatura gris y la normativa vigente, es
que ambos principios se ignoran mutuamente. Así, por ejemplo, tanto en Política para el forta-
lecimiento de la evaluación en aula (Mineduc, 2018a) como en la puesta en vigor del Decreto
67 (2018) de Evaluación, Calificación y Promoción Escolar (Mineduc, 2018b) encontramos des-
cripciones minuciosas sobre la pertinencia de evaluaciones diferenciadas a la realidad con-
creta de la diversidad de aprendizajes. Sin embargo, no encontramos mayor reflexión sobre
la diversidad de aprendizajes en función de la diferencia cultural y étnica. La Política para el
fortalecimiento de la evaluación en aula (Mineduc, 2018a) menciona, únicamente, la necesidad
de que la evaluación en el aula sea coherente con los principios jurídicamente consagrados de
139
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
140
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
te, entre los recursos dispuestos por el Ministerio de Educación para la formación profesional
intercultural se evidencia una preocupación central por el currículum que apunta, sobre todo,
a la elaboración de contenidos culturales (cosmología, lengua, sistema numérico, costumbres,
reglas de parentesco, entre otros) en saberes educativos susceptibles de ser enseñados y
aprendidos en la educación formal.
Los principales recursos puestos a disposición por el Mineduc versan sobre Objetivos Funda-
mentales y Contenidos Mínimos (2009), Guías pedagógicas especializadas según pueblos indí-
genas (2009), textos de estudio y guías de estudio. Encontramos algunas referencias a estrate-
gias evaluativas en unos pocos recursos sobre educación intercultural mapuche, por ejemplo,
en el Programa de Estudio de Primer Año Básico sector lengua indígena mapuzugun (2011) así
como en la Guía del educador tradicional en mapuzugun (2015). En ambos textos se encuentran
sugerencias para que los/as educadores/as tradicionales implementen modelos de evalua-
ción de carácter “cualitativo” en base a criterios de evaluación para objetivos de aprendizaje
relacionados con la comunicación oral, la comunicación escrita y la tradición oral. Un aspecto
interesante en esta propuesta es que introduce una escala de evaluación cualitativa de tres
niveles de logro: Logrado, En desarrollo y No logrado. Lo atractivo en ello es que propone la
conceptualización de estas tres categorías en mapuzungun: pepiluwiy, petu pepiluwigü y pepi-
luwlay, respectivamente. El hecho de traducir y producir conceptos educativos en las lenguas
indígenas sin duda representa un esfuerzo genuinamente intercultural. Sin embargo, como
señalamos arriba, es muy poca la atención que se ha puesto desde la política educativa inter-
cultural a los paradigmas evaluativos y su pertinencia en la educación intercultural.
141
en los sistemas simbólicos, valóricos, morales y cosmológicos propios de cada pueblo indíge-
na. Desde esta mirada, el enfoque intercultural en Chile, su arquitectura institucional y muy en
particular al Programa de Educación Intercultural Bilingüe fallan en su misión de enseñar con-
tenidos educativos indígenas en el aula (Quilaqueo y Sartorello, 2018).
A partir de este diagnóstico, una buena parte de los estudios buscan generar las condiciones
para la concreción efectiva del principio de interculturalidad en educación. Al respecto, Quin-
triqueo et al. (2018) proponen que la formación del profesorado en el contexto mapuche debe
basarse en i) contrarrestar la monoculturalidad; ii) recuperar una pedagogía tradicional mapu-
che; iii) elaborar saberes educativos propios; iv) una pedagogía antirracista; v) la participación
de la comunidad en la planificación, desarrollo y evaluación de los procesos educativos; vi)
reconocimiento, valoración y aprendizaje de la diversidad sociocultural de los estudiantes; vii)
reconocimiento de los propios valores culturales del docente. Por su parte, Salgado et al. (2014)
abogan por la transversalización del enfoque intercultural a toda la formación docente median-
te la incorporación de un reconocimiento de modos distintos y valiosos de elaboración y vali-
dación de conocimientos educativos propios de mundos de vida culturalmente diversificados.
En Sotomayor et al. (2015) se plantea la necesidad de formar a los profesores en la intercultura-
lidad, partiendo de la base de la adquisición de conocimientos históricos, culturales y sociales
de las comunidades indígenas; esto, para que el/la profesor/a tenga la capacidad de contex-
tualizar sus prácticas pedagógicas. Se propone integrar los saberes y conocimientos indígenas,
como saberes educativos, con el objetivo de revertir el “desprecio epistemológico” al que his-
tóricamente se han visto enfrentados en el sistema educativo (Salgado et al., 2018).
Se trata, en suma, de generar las condiciones que permitan suspender la “asimetría epistémica”
que la sociedad chilena utiliza reemplazándola por la valoración de la cultura indígena. Para
ello deben ocurrir dos procesos: por un lado, se requiere la participación de los y las indígenas
en la reelaboración de sus prácticas culturales en objetivos de aprendizaje transversales al cu-
rrículum, es decir, que superen la conceptualización folclórica y multicultural de las mismas o
la enseñanza de la lengua indígena reducida a oferta de aprendizaje de “segunda lengua”; por
otro lado, la sociedad chilena debe ser activa en el despojo de los residuos coloniales, mono-
culturales y racistas que estuvieron en la formación del sistema educativo (Salgado et al., 2018).
Sin duda, está crítica podría extenderse a la imposibilidad de evaluar los saberes indígenas a
partir de un paradigma en evaluación de carácter psicométrico, centrado en lo sumativo-ca-
lificativo e inscrito en un modelo pedagógico conductista. En efecto, en uno de los pocos es-
tudios sobre evaluación e educación intercultural en Chile, titulado Migrantes en la escuela:
propuesta de un modelo de evaluación intercultural de los aprendizajes (Mora Olate, 2018), la
autora plantea que el paradigma predominante en evaluación es de tipo técnico, centrado en
la comprobación de resultados y opera simbólicamente otorgando legitimidad a los saberes
occidentales, lo que resulta en una invisibilización de los diferentes tipos de diversidades que
conviven en las aulas (Mora Olate, 2018).
A una observación similar llega José Miguel Olave (2018) en su análisis histórico sobre la intro-
ducción del paradigma sumativo en América Latina. Para el autor, la racionalidad en la evalua-
ción psicométrica y conductista se encuentra atada al proceso que Walter Mignolo llama mo-
dernidad/colonialidad. Este proceso, de medir y calificar en la escuela, termina por distinguir
al sujeto civilizado del que aún no lo es. Es decir, esta matriz evaluativa produce un límite, una
distinción entre sujeto civilizado y quien es objeto de dicha civilización.
Es relevante preguntarse (e investigar en esa dirección) si cuando los y las estudiantes indíge-
nas quedan del lado de los reprobados, de quienes son “mal evaluados”, son desplazados los
conocimientos culturales y educativos de sus pueblos. Es también una hipótesis interesante
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
para preguntarse por el significado de la persistencia de las brechas de aprendizaje entre estu-
diantes indígenas y no indígenas (Triviño et al., 2017).
Por otra parte, varios autores han planteado propuestas para mejorar las prácticas evaluativas
de los educadores/as indígenas. Estas propuestas comienzan con la transformación de las
representaciones que los y las docentes tienen sobre la evaluación y la concepción de ense-
ñanza que comportan para adecuarla al aula intercultural. Como lo señala Mora Olate (2018),
(…) se hace necesario fortalecer sus competencias docentes pedagógicas-evaluativas,
iniciando procesos de metaevaluación al interior de las unidades educativas, para
que el propio docente desde su contexto revise sus formas de evaluar e implemente
mejoras capitalizando su saber pedagógico y los saberes de sus alumnos, y no solo
se remita acríticamente a seguir los lineamientos de la institucionalidad ministerial, los
cuales hasta el momento son aún limitados, debido a su carácter monocultural (p. 91).
Para avanzar en esa dirección, la autora citada apunta a incorporar modelos tales como el de la
evaluación formativa y la evaluación emancipadora. En la misma dirección, un estudio de Silvia
Schmelkes titulado Toward an Intercultural Approach to Evaluation (2018), a partir de la realidad
mexicana y de la experiencia del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE), postula
la “interculturalizacion de la evaluación formativa”. Para la autora, sin una evaluación verdadera-
mente intercultural, la escuela no puede ser intercultural. Las prácticas evaluativas deben tener
cualidades formativas, es decir, no se debe realizar una evaluación estandarizada con fines de
rendición de cuentas o sumativo (Schmelkes, 2018).
En esa línea, se estima como fundamental que la evaluación formativa con pertinencia inter-
cultural asegure la participación de la comunidad en cuanto a sus aspiraciones e inquietudes.
Implementar tal evaluación requiere capacitar a docentes y directores/as en los propósitos
y metodologías de la evaluación formativa y también demanda el apoyo permanente de la
estructura institucional. Para ilustrar lo anterior, la autora se refiere a una experiencia exitosa
desarrollada por el INEE en 49 comunidades indígenas pertenecientes a 28 pueblos diferentes.
Schmlekes relata la experiencia de la siguiente manera:
Las comunidades proporcionaron sus propias perspectivas sobre la naturaleza de la
evaluación educativa. Así, en cuanto a la evaluación del aprendizaje de los estudiantes,
sugirieron que se evalúen los contenidos que se enseñan en la escuela, incluyendo
la lengua indígena y otros elementos de la cultura, actitudes, comportamientos de la
comunidad y, como parte de esta última, la participación en las prácticas comunitarias.
La evaluación debe adaptarse al contexto de los estudiantes. Propusieron que, además
de los exámenes, se utilicen otras formas de evaluación que permitan una mejor
apreciación del aprendizaje: evaluaciones orales, escritas y basadas en el desempeño,
observación de actitudes, evaluaciones dentro y fuera del aula, valoración individual
y colectiva ante los padres y la comunidad, autoevaluación y evaluación por pares
(Schmelkes, 2018, p. 7).
5. Conclusiones
En este capítulo hemos explorado, a partir de la literatura disponible, algunas de las causas y
efectos de la preeminencia del paradigma sumativo y calificativo entre los/as educadores/as
interculturales. Entre las primeras, se encuentra la falta de diálogo entre ambos enfoques, de lo
que da cuenta la literatura gris, la normativa especializada y la literatura científica disponible. Sin
embargo, existen razones éticas, educativas y epistemológicas que hacen posible y altamente
necesario un diálogo profundo y complejo entre ambos. La educación intercultural no llegará a
ser verdaderamente intercultural mientras las prácticas evaluativas de los y las docentes inter-
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Referencias
Arksey, H. y O’Malley, L. (2005). Scoping studies: towards a methodological framework.
International Journal of Social Research Methodology, 8(1), 19-32.
Baird, J. (2018). On different paradigms of educational assessment: Implications for the relationships
with learning and teaching. The British Psychological Society.
144
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
1. Antecedentes
A nivel internacional, el papel de los equipos directivos y, en particular, de los/as directores/
as, es reconocido como clave para el desarrollo de las escuelas (LeChasseur et al., 2020). Este
papel se ve cada vez más relevado a partir de los distintos procesos de reformas educativas
que enfrentan los sistemas educacionales implementados sobre la base del reconocimiento
de la influencia que tienen los/as directores/as sobre el resto de los actores de la comunidad
escolar (Walker y Carr-Stewart, 2006; Ford et al., 2020).
En este escenario, y con la instalación en ciernes de un nuevo sistema de educación pública,
la dirección escolar se está convirtiendo en un rol cada vez más exigente, con procesos de
selección y de formación cada vez más robustos. En este capítulo se busca analizar los de-
safíos que enfrentan y las necesidades de aprendizaje que identifican equipos directivos de
establecimientos de Educación Media Técnico Profesional (EMTP) de la Región Metropolitana
que participan de un proceso de formación y acompañamiento al liderazgo con foco en EMTP.
Para ello, compartiremos los hallazgos de un estudio exploratorio sobre la percepción de los
equipos directivos de establecimientos de EMTP en torno a sus necesidades de formación y
sus expectativas para los programas de desarrollo profesional y de acompañamiento.
Una de las motivaciones para la realización de este estudio fue la consideración de que la co-
rrecta identificación de los desafíos y necesidades de aprendizaje resulta clave para el diseño
de programas que contribuyan a fortalecer el desarrollo profesional de estos equipos. Los ha-
llazgos alcanzados buscan no solo contribuir al mejoramiento de los programas de desarrollo
profesional, sino también ser un aporte a la escasa literatura existente con respecto a la prepa-
ración de directivos/as en EMTP (CEDLE, 2019).
El capítulo está organizado en cuatro secciones: la primera presenta algunos elementos de la
problematización, y se centra en la formación directiva y la EMTP, la preparación y desarrollo
del liderazgo educativo, las necesidades de aprendizaje y la pregunta que se planteó el estu-
dio; la segunda sección se refiere a las decisiones metodológicas que guiaron este estudio; la
tercera incluye los resultados que derivaron de este, ordenados por una caracterización de los
y las participantes, los desafíos que enfrenta la EMTP desde la visión de los equipos directivos
consultados, los temas fundamentales para los equipos directivos en general y las necesida-
des de formación que, de manera particular, requieren estos, así como las experiencias para
resolver dichas necesidades; por último, en la cuarta sección, se comparten las conclusiones a
las que llegó el equipo a cargo del estudio.
147
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
2. Problematización
Contexto y formación de equipos de liderazgo de la EMTP
El campo de la investigación sobre el liderazgo directivo ha sido objeto de gran interés en
la investigación educativa durante las últimas décadas (Bush, 2020). Es reconocido como un
concepto con límites difusos (Díaz y Veloso, 2019), pero que ha hecho posible el desarrollo de
perspectivas, enfoques y métodos de análisis particulares e innovadores en el campo de la
educación, permitiendo construir conocimiento más profundo sobre los sistemas y los sujetos
que se involucran en el campo educativo y en el cual convergen distintas disciplinas tales como
la sociología, la psicología, la filosofía, entre otras (Burgess y Newton, 2015). En este capítulo se
ahondará en el estudio de los sujetos, en particular los equipos de liderazgo en una modalidad
específica del sistema escolar chileno: la educación media técnico profesional.
La investigación sobre la educación escolar técnico profesional (technical schools o vocatio-
nal schools en la literatura internacional) es poco frecuente en el contexto chileno y también
internacional (CEDLE, 2019). Ahora, si dicha búsqueda se restringe a la formación de equipos
directivos de este tipo de establecimientos, constamos que la investigación al respecto es aún
más escasa.
En el contexto educativo chileno hay doce años de educación obligatoria: ocho en educación
primaria y otros cuatro en educación secundaria. La educación secundaria ofrece la posibilidad
de formación Científica Humanista, orientada a la continuidad de estudios en la educación su-
perior, así como una formación diferenciada Artística y Técnico Profesional, esta última orienta-
da hacia el desarrollo de habilidades técnicas para la inserción laboral. Más de 155.000 jóvenes
estudian una especialidad reconocida por el currículum vigente en los 934 establecimientos
educacionales que imparten esta formación a lo largo del país. Esta modalidad educativa re-
presenta un 37% (Mineduc, 2020) de la matrícula nacional de estudiantes de 3º y 4º medio, y
presenta una oferta importante en sectores con mayores déficits en resultados educativos.
Solo en los últimos años, algunos estudios como Larragaña et al. (2014), Sepúlveda y Valdebe-
nito (2019) y Montecinos (2019), entre otros, han dado cuenta del estado de la situación y de las
proyecciones de la educación técnica en el sistema escolar chileno. Por esta razón, estudiar las
necesidades de aprendizaje de equipos directivos en esta modalidad educativa representa un
aporte relevante a la escasa discusión existente en la materia.
En un estudio realizado por CEDLE (2019) se propone distinguir tres expresiones del lideraz-
go en los equipos de gestión de centros educativos EMTP. La primera (y la que responde a
la mayoría de los casos estudiados) sería del tipo delegativo, en donde los equipos directivos
entregan la responsabilidad “(…) de la gestión a equipos docentes de la formación diferenciada
y, muy particularmente, a los jefes de especialidad” (p. 18), proceso que presentaría algunas
dificultades. Una de ellas es que la gestión de la especialidad dependería de los contactos y
conocimiento del jefe de especialidad. Otra es que el equipo directivo no se vincularía con los
nudos críticos de la EMTP, generando una baja valoración de la especialidad y segmentando
el centro educativo. La segunda expresión del liderazgo en este tipo de institución es de arti-
culación y apoyo, donde en general la figura del/la jefe de Unidad Técnico- Pedagógica (UTP)
desarrolla una tarea de articulación de la formación general y del currículum diferenciado. Una
tercera forma de liderazgo es la de intermediación, donde se fortalece la vinculación con el
mundo del empleo.
Este mismo estudio señala que existe una debilidad en el ejercicio del liderazgo instruccional o
pedagógico por parte de equipos directivos, lo que generaría una mayor autonomía del equipo
docente. Un factor que podría incidir en este punto es la evaluación emanada de la Agencia
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
de Calidad de la Educación, servicio público chileno que tiene por finalidad evaluar y orientar
el sistema educativo para asegurar la calidad y equidad educativa. Este organismo comprende
en sus criterios estándares de aprendizaje de Educación Básica y Media general (Simce y otros
indicadores de calidad) y no, particularmente, indicadores que involucren la singularidad de la
EMTP y sus logros, lo que desafía doblemente a los equipos directivos/as.
En Chile, existen dos marcos de actuación que proponen una mirada sistémica de las prácticas
directivas. Estos marcos de actuación instalan, por un lado, las bases con que las direcciones
de escuela son evaluadas y, por otro, fijan los procesos que se espera que los equipos de lide-
razgo desarrollen a través de sus gestiones. Ambos referentes son considerados en los progra-
mas de formación de equipos directivos en Chile.
El primero es el de la Buena Dirección y Liderazgo Escolar (2015), documento que orienta el
desarrollo del liderazgo a través de la definición de dimensiones y prácticas asociadas que
fijan un estándar de actuación para los equipos de liderazgo. Este instrumento propone cinco
dimensiones: i) Construyendo e implementando una visión estratégica compartida; ii) Desa-
rrollando las capacidades profesionales; iii) Liderando y monitoreando los procesos de ense-
ñanza y aprendizaje; iv) Gestionando la convivencia y la participación de la comunidad escolar;
v) Desarrollando el establecimiento escolar. Su objetivo es orientar las políticas nacionales en
materias de desarrollo profesional directivo, selección y evaluación (Mineduc, 2015).
Por otra parte, los Estándares Indicativos de Desempeño-EID (Mineduc, 2020) orientan el pro-
ceso de gestión de los centros educativos y los procesos de evaluación indicativa de desem-
peño que desarrolla la Agencia de Calidad de la Educación. Este documento define cuatro
dimensiones que cuentan con prácticas directivas organizadas en niveles de logro: Liderazgo,
Gestión Curricular, Formación Directiva y Gestión de personal.
Cabe señalar que ambos marcos proponen prácticas colectivas que se espera que los equipos
directivos/as aborden de manera conjunta y, en general, que todos los centros educativos lle-
ven a cabo, por tanto, no existiría una mirada específica hacia la EMTP.
En cuanto a la formación de líderes en el contexto nacional también es necesario considerar
las necesidades de desarrollo que la política pública identifica para la formación de equipos
directivos a través de programas de formación diseñados por el Centro de Perfeccionamiento,
Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP). En ellos se proponen una serie de
objetivos y contenidos que priorizan la formación continua directiva, haciendo distinciones a
partir de su trayectoria. En términos específicos, el programa Plan de Formación de Directores
2020 (CPEIP, 2020) fue organizado en dos tramos en base a la experiencia directiva (menos de
cuatro años y más de cuatro años), definiendo temáticas comunes como políticas educativas,
liderazgo pedagógico, visión estratégica, uso de datos, inclusión y equidad, junto con currícu-
lum y evaluación, tópicos que han sido abordados desde hace varios años.
Desde el 2018, CPEIP generó por primera vez un Plan de Formación de Directores/as espe-
cífico que recoge temas de la EMTP. En su versión 2020, propone como foco el desarrollo de
capacidades para instalar prácticas que promuevan el desarrollo profesional con sentido cola-
borativo para la implementación de currículum TP, en vinculación con el entorno productivo y
para mejorar los aprendizajes de estudiantes y sus trayectorias. Las temáticas que se plantean
como módulos comprenden: política pública, herramientas para la gestión de la información,
liderazgo efectivo para EMTP, gestión curricular TP, integración curricular, inclusión y equidad
en EMTP, desarrollo de recursos personales y desarrollo de portafolio con un plan de diseño de
trayectorias socioeducativas del centro educativo. Si bien los objetivos y contenidos proyectan
una formación contextualizada a la EMTP y sus necesidades, esta es una iniciativa reciente que
no logra recoger completamente las complejidades de centros educativos con modalidad TP,
149
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
excluyendo temas como redes, vinculación con empresas, gestión de prácticas y procesos de
titulación que son estratégicos para la gestión de las especialidades.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
3. Metodología
Con el objeto de identificar las necesidades de aprendizaje que perciben los equipos directivos
de establecimientos EMTP, el estudio contempló un diseño mixto, fusionando una lógica de
investigación deductiva e inductiva, buscando abarcar la integralidad del tema tratado (Her-
nández et al., 2006).
Este diseño se justifica en el hecho de que los instrumentos, los procedimientos y la informa-
ción levantada fueron de carácter cuantitativos y cualitativos. Esto permitió lograr la profundi-
dad necesaria, incorporar las ventajas de ambos paradigmas y triangular la información regis-
trada, tomando en cuenta que la realidad no solo se constituye de fuerzas objetivas, sino que
también de significados, símbolos, interpretaciones, experiencias y acciones que construyen la
realidad (Pérez, 2004).
151
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
El alcance del estudio fue de carácter descriptivo. En tal sentido, las preguntas surgieron guia-
das por taxonomías (interrelación de definiciones conceptuales), esquemas descriptivos y ti-
pologías, centrándose en las propiedades del hecho estudiado y la clasificación al interior de
los esquemas analizados. Los objetivos del estudio fueron planteados de modo tal que per-
mitieran acercarse inicialmente al problema planteado, buscando propiedades y característi-
cas, e identificando y describiendo los diferentes tópicos de intereses, descartando con ello, la
búsqueda de predicciones asociadas a un estudio con alcance correlacional o las causas que
pueden verse asociadas a un estudio de tipo explicativo.
El levantamiento de información se realizó a partir de dos instrumentos. En primer lugar, se
utilizó un cuestionario online que permitió caracterizar a los equipos directivos consultados,
identificar los temas que estos relevan como importantes en la gestión y las necesidades de
formación de directivos/as EMTP. Posteriormente, se llevó a cabo una serie de entrevistas
semiestructuradas que permitieron ahondar en la representación y significados de EMTP, los
desafíos que se enfrentan y las prácticas de aprendizaje que han desarrollado en función de
sus necesidades.
En este escenario, la aplicación del cuestionario online contempló la utilización de una mues-
tra probabilística e intencional, dirigiéndose principalmente a directores/as, subdirectores/as,
inspectores/as y jefes/as de UTP de los 11 establecimientos de EMTP de distintas comunas
de la Región Metropolitana que participaron del proceso de formación antes mencionado. El
desarrollo de este instrumento fue de carácter voluntario por parte de los sujetos encuestados,
registrándose 23 respuestas de un universo total de 33, lo que, en términos porcentuales, co-
rresponde al 70% del total.
En lo que respecta a la entrevista semiestructurada, el equipo investigador fijó que la pauta fue-
ra aplicada al mismo grupo de personas que contestaron inicialmente el cuestionario. Para ello,
se tomó contacto aleatorio con algunos/as informantes, planteándose la posibilidad de realizar
una entrevista por medio de videoconferencia. A este requerimiento accedieron seis personas,
no obstante, se logró una saturación de información cuando la pauta de entrevista se aplicó al
informante número cinco.
En cuanto a los cuestionarios y las entrevistas, cabe mencionar que, si bien no se puede preci-
sar un escenario concreto de aplicación de ambos instrumentos, ya que, producto de la pande-
mia, estos fueron desarrollados de manera online y sincrónica (videoconferencia), sí se puede
afirmar que los ítems y preguntas fueron puestos en contexto del establecimiento educacional
en donde cada sujeto desarrolla sus funciones habitualmente.
En el procesamiento y análisis de la información recopilada en los cuestionarios online, se uti-
lizó el software estadístico IBM® SPSS Statistics® V.23 para procesar la gran mayoría de indi-
cadores y dominios incluidos en este instrumento. Se utilizó, en este caso, preferentemente, el
análisis de frecuencia, comparación de medias y tablas de contingencia. En cuanto a las pre-
guntas abiertas de este instrumento, se utilizó el software de cálculos Microsoft Excel 365 para
realizar un análisis de contenido, en cuyo proceso se clasificó, codificó y midió la frecuencia
con que las personas entrevistadas mencionaron diferentes conceptos ligados a lo consultado.
Por su parte, el procesamiento y análisis de las entrevistas se llevó a cabo mediante un análisis
de contenidos. Para ello se utilizó una sintaxis de texto y, junto con ello, se codificaron los con-
ceptos y dimensiones revisadas en Microsoft Excel 365. A diferencia de las respuestas abiertas
de los cuestionarios, las entrevistas no contemplaron la medición de la frecuencia de los con-
ceptos y ámbitos clasificados, sino que la codificación permitió el orden de las citas en función
de las taxonomías identificadas.
152
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Finalmente, los criterios éticos del estudio contemplaron comunicar a cada persona los ob-
jetivos de los instrumentos utilizados, los usos y tratamientos de la información levantada y el
carácter confidencial de esta.
4. Resultados
A continuación, se presentan los resultados obtenidos a partir del análisis de los cuestionarios y
entrevistas, dando cuenta de tres ámbitos: los desafíos de la EMTP para los equipos directivos;
los temas fundamentales para su desarrollo profesional y las necesidades de formación en
EMTP que identifican los equipos de liderazgo; y las experiencias para resolver las necesidades
de aprendizaje de estos equipos.
Antes que nada, es importante caracterizar a los/as directivos/as que participaron en este
proceso de investigación, dando cuenta de su experiencia y trayectoria en educación y en par-
ticular en EMTP. La información fue levantada a través del cuestionario respondido por 23 di-
rectivos/as de 11 establecimientos educativos públicos de EMTP de la Región Metropolitana
en Chile. De estos, nueve corresponden a directores/as, un subdirector, seis inspectores ge-
nerales y siete jefes/as de UTP. Por su parte, en términos de género, un 57% lo constituye un
grupo femenino, mientras que el otro 43%, un grupo masculino.
La edad de dichos/as directivos/as fluctúa entre 37 y 73 años, con una media de 54 años, por
lo cual, resulta ser un grupo variado en términos etarios. En términos de experiencia, un 78%
de estos/as directivos/as declara estar vinculado/a al ámbito educativo por más de 20 años,
registrando una media de 18 años en el trabajo en centros educativos técnicos profesionales,
18 años en la institución actual, 11 años en equipos de gestión y alrededor de siete años en su
cargo actual.
En cuanto a la formación de estos/as directivos/as, la gran mayoría (98%) señala ser poseedor
de un título profesional de profesor/a, ya sea en enseñanza básica o enseñanza media Huma-
nística Científica. Asimismo, en términos académicos, un 57% cuenta con licenciatura, 39% con
magíster, 4% con doctorado y 35% con certificados y diplomas en varios programas de forma-
ción continua. En este sentido, cabe destacar que la gran mayoría de estos equipos de gestión
se han formado anteriormente en liderazgo y gestión (87,0%), currículum (56,6%) y convivencia
escolar (52,2%). Por el contrario, solo el 13,0% de estos/as directivos/as señalan haberse forma-
do en especialidades EMTP.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
tura, extendida entre directivos/as, de una educación TP “menoscabada”, planteada como una
modalidad profundamente estigmatizada dada la preferencia de la población y las autorida-
des por la educación HC, orientada a la consecución de estudios en planteles de educación
superior. El estigma asociado a la educación TP es que esta se focaliza en un aspecto poco
considerado de la educación y, por ende, que las comunidades pueden identificar como una
educación a la que no es deseable atender. Los/as directivos/as identifican esa lectura como
un antecedente pretérito, pero de todas formas la reconocen como un elemento importante
de ser considerado a la hora de construir la identidad TP: “La enseñanza TP también viene me-
noscabada. Yo le digo a los jóvenes ‘ustedes tienen algo más adelantado que los que están
en científico humanista, tienen un diploma’. Ellos ya tienen una formación, ya dieron un paso
importante” (Directora, 37 años de experiencia en educación).
Según los/as directivos/as/as, esta especificidad no logra ser aprehendida por el sistema edu-
cativo, lo que genera tensiones debido a que la educación TP es medida bajo los parámetros
de los establecimientos HP, obligando a distraer el foco de las materias específicas TP. Asimis-
mo, existiría un desconocimiento del currículo de esta modalidad, incluso por parte de algu-
nos/as integrantes de sus equipos directivos/as. Por esta razón, un primer desafío a enfrentar
tiene que ver con la necesidad de que los/as directivos/as recién instalados/as en los esta-
blecimientos de la modalidad “conozcan el mundo TP”, identificando sus particularidades, sus
instalaciones, involucrándose en las especialidades, de manera tal que se logre generar una
articulación efectiva en la institución.
También se identifican algunos elementos más específicos, por ejemplo, la existencia de un
currículum TP “acotado y con pocos objetivos de aprendizaje”, lo que implica un trabajo de
planificación más específico que el de la modalidad HC, el cual depende de cada docente, no
existiendo referentes nacionales que ofrezcan una orientación clara respecto de cómo debe
ser abordada la formación en cada especialidad. Se podría plantear que los/as directivos/as
perciben que no hay directrices claras, ni orientaciones específicas del sistema escolar que
faciliten el diseño de una estrategia educativa, sino que, por el contrario, esta depende de las
características de la planta docente existente.
En la especialidad existe un solo profesor que hace 20 horas, entonces si el profesor
no está, los estudiantes quedan indefensos. Lo mismo ocurre en lo presencial y no
presencial. Existe una falta de personal para poder trabajar con los estudiantes del TP
(Directora, 36 años de experiencia en educación).
Esto, que aparece como una debilidad, también posee algunas características que los/as di-
rectivos/as identifican como una ventaja. Por ejemplo, está la posibilidad de personalizar los
procesos formativos, fundada en condiciones objetivas de los establecimientos, como matrícu-
las más reducidas y cursos de 15 estudiantes, cuando en los liceos públicos de la región estos
superan los 30 estudiantes en aula. También, a nivel curricular, esto permitiría introducir inno-
vaciones como la instalación de modelos alternativos, como la “formación por competencias”.
Nosotros somos un colegio chico. Somos un establecimiento que, en la jornada
diurna, de los 12 cursos, tenemos 149 estudiantes. Esto hace que nuestros cursos
sean muy pequeños. En el fondo, siendo educación pública pasa a ser casi educación
personalizada y eso es una ventaja. Tener cursos de 15 personas es muy positivo (Jefe
de UTP, 30 años de experiencia en educación).
Recursos tecnológicos para el aprendizaje. Respecto de la necesidad que tiene la formación
TP de adaptarse a contextos de transformación tecnológica, los/as directivos/as plantean una
serie de reflexiones críticas. Estas se fundan especialmente en la importancia que tiene para la
educación TP la implementación de las tecnologías en contextos de aprendizaje, toda vez que
154
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Gráfico 1
Temas fundamentales para el desarrollo profesional de los equipos directivos
Liderazgo 42.9%
17.1%
Convivencia escolar
5.7%
Estrategias de vinculación con apoderados (as) 2.9%
Liderazgo
2.9%
51,5%
Gestión 23.5%
Gestión
11.8%
23,5%
Gestión de EE 5.9%
5.9%
Gestión de Cambio 5.9%
5.9%
Currículum 25.0%
18.8%
Desarrollo de competencias 12.5%
Estratégica
12.5%
Gestión
25,0%
Articulación de FG Y FD 6.3%
6.3%
Evaluación por competencias 6.3%
6.3%
Gestión de la enseñanza y aprendizaje 6.3%
Por su parte, ante la pregunta ¿cuáles son las principales necesidades de formación de los
equipos de gestión de establecimientos EMTP?, las personas consultadas centraron sus res-
puestas principalmente en tres ámbitos: gestión pedagógica (37,7%), liderazgo (32,1%) y gestión
estratégica (30,2%).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Gráfico 2
Necesidades de formación de los equipos de gestión de los establecimientos EMTP
Articulación de FG Y FD 15.0%
10.0%
Bases curriculares EMTP 10.0%
10.0%
Gestión Pedagógica 10.0%
Pedagógica
5.0%
Gestión
5.0%
37,7%
5.9%
Formación inicial TP 5.9%
Habilidades socioemocionales 5.9%
5.9%
Trabajo colaborativo 5.9%
18.8%
Gestión 12.5%
Estratégica
12.5%
Gestión
30,2%
En este contexto, cabe destacar que las categorías señaladas por las personas consultadas
tienen diferentes posicionamientos e importancias según cuál sea la pregunta planteada. El
liderazgo, que surge en un primer lugar, con un 51,5% de las preferencias, cuando se consulta
como tema fundamental para el desarrollo profesional, luego pasa a un segundo plano, con
un 32,1%, cuando se consulta por principales necesidades de formación en EMTP. En cambio,
la gestión estratégica que, inicialmente se posiciona en un segundo lugar con un 25,0% de
las preferencias, cuando se habla sobre tema fundamental para el desarrollo profesional en
EMTP, pasa a un 30,2% como necesidad de formación. Por último, la gestión pedagógica que
como tema fundamental es señalada con un 23,5% de las preferencias, pasa a un primer lu-
gar, con un 37,7% de las preferencias, como necesidad de formación EMTP. Esto nos indicaría
que no necesariamente lo más importante en términos de desarrollo profesional para los/as
directivos/as corresponde a aquellas necesidades de formación que estos/as dicen requerir
para liderar centros educativos con EMTP.
A continuación, revisaremos cada una de estas categorías de manera más detallada, profundi-
zando en ellas sobre la base de las respuestas registradas en las entrevistas realizadas.
Liderazgo escolar. Considerando las percepciones sobre los temas fundamentales para el
desarrollo profesional de equipos directivos/as, el liderazgo escolar no solo surge como una
gran categoría, sino que también aparece como un tópico (42,9% de la misma categoría) y una
157
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
habilidad que se extiende transversalmente a la práctica de los equipos directivos, ya sea por
el mero hecho de liderar diferentes procesos ligados a cada rol desempeñado o conducir la
movilización de la comunidad en la consecución de objetivos institucionales que, de una u otra
manera, buscan incidir en los aprendizajes de los/as estudiantes: “Permite conocer y gestionar,
movilizando a la comunidad en el entendido de que el liderazgo es una función más amplia
que la labor ejercida por el director del establecimiento y es compartida con otras personas”
(Directora, 37 años de experiencia en educación).
En esta consecución de objetivos institucionales, el trabajo colaborativo (17,1% en la misma ca-
tegoría) resulta importante como estrategia articuladora del equipo de gestión, la que, además,
a juicio de los equipos consultados, incide en la generación de espacios de mayor confianza,
compromiso y cercanía entre estos. Por otra parte, en las entrevistas se señala en esta catego-
ría las complejidades del ejercicio del cargo directivo. La legitimidad que otorga la comunidad
educativa en su conjunto, en especial el cuerpo docente, aparece como una de las principales
preocupaciones de los/as directivos/as.
La primera dificultad que yo tuve fue que me reconocieran en la escuela los profesores.
Fue un año muy difícil. La educación pública tiene mucho prejuicio, y también no conocía
a nadie como educadora. Entonces, primero, tú te tienes que legitimar. Ese fue un gran
desafío para mí, tanto con los adultos como con los jóvenes. Los jóvenes fueron los
primeros que me legitimaron (Directora, 37 años de experiencia en educación).
En esta misma línea, se identifica como una necesidad de aprendizaje y un gran desafío, el
poder llevar a la práctica algunos principios del liderazgo distribuido y fortalecimiento de los
equipos. En este sentido, se espera potenciar los liderazgos en la comunidad educativa, ya
que la estructura vertical que las instituciones educativas han sostenido por años no es fácil
de reestructurar. Esto implica poner en juego los recursos personales para el liderazgo escolar.
Existe todavía la idea jerárquica del equipo de gestión, eso cuesta sacarlo. Yo tengo la
idea de que el equipo de gestión va a ser más exitoso en la medida en que tengamos
roles asignados y que seamos un equipo colaborativo (Directora, 37 años de experiencia
en educación).
De este modo, el trabajo colaborativo al interior de los equipos se vuelve una prioridad identi-
ficada de forma reiterada, haciendo énfasis en la configuración del equipo directivo como una
estructura articulada que se complementa y trabaja como una sola unidad. Esto implica con-
fianza, compromiso y capacidades con una misma visión compartida, como señala una jefa de
UTP: “[Es necesario] instalar habilidades en el equipo, hay muchas diferencias de formación y
de visiones. Todavía no es un equipo completamente, o sea, es casi una dupla con más gente”
(Jefa de UTP, 20 años de experiencia en educación).
En relación con otras temáticas que cruzan el liderazgo escolar como necesidad de aprendi-
zaje, surge en el discurso la gestión del cambio, haciendo referencia al contexto de pandemia
mundial, pero también, en forma general, vinculando la flexibilidad, adaptabilidad y participa-
ción: “La necesidad tiene que ver con los tiempos que estamos viviendo. Uno también tiene
que ir adaptándose a lo que va ocurriendo en la sociedad. Eso significa mayor participación”
(Directora, 37 años de experiencia en educación).
Por otra parte, esta necesidad de adaptación se articula con los requerimientos de implemen-
tación de tecnologías por la modalidad de educación a distancia que los centros educativos
han tenido que desarrollar durante el año escolar 2020 debido a la pandemia. Estos reque-
rimientos son analizados desde dos perspectivas: la primera, tiene que ver con la propuesta
didáctica detrás del desarrollo de clases sincrónicas y la comunicación con los/as estudiantes
158
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
y la segunda alude al nivel de organización institucional que implica pensar el desarrollo edu-
cativo en modalidades mixtas.
Creo que en el futuro vamos a derivar en clases semipresencial y que los alumnos
van a venir dos días a la semana: unos lunes y miércoles, otros jueves y viernes. Y
entregar tareas para que las traigan la próxima semana. Pero ¿cómo, nosotros, desde
el ámbito de la dirección vamos a trabajar en una modalidad así? (Jefe de UTP, 30 años
de experiencia en educación).
En este sentido, el liderazgo de la escuela en su conjunto, la colaboración de los equipos de
liderazgo y las complejidades del ejercicio del cargo dan cuenta, de manera más específica,
de los desafíos que enfrentan, desde la identidad de un centro educativo TP señalados en el
punto anterior. Específicamente, respecto de las necesidades de aprendizaje, en particular para
el equipo directivo de EMTP, el liderazgo (32,1%) cobra especial relevancia en los procesos de
articulación entre la formación general y la formación diferenciada. El liderazgo también se
considera relevante en cuanto a la consecución de objetivos de aprendizaje para las distintas
especialidades, el desarrollo de una sana convivencia escolar y el desarrollo profesional. Este
último se reconoce como prioritario en las especialidades TP: “Herramientas para la gestión de
liderazgo en la articulación de educación general y educación diferenciada técnico profesio-
nal: es importante contar con estas competencias para potenciar el aprendizaje integral de los
estudiantes” (Jefa de UTP, 35 años de experiencia en educación).
En las entrevistas, este tema no fue particularmente abordado desde su especificidad para la
EMTP, centrando la mirada en la necesidad de desarrollar procesos de formación específicos
sobre las especialidades por parte de actores externos. Se menciona que resultaría un aporte
significativo el contar con lecturas y conocimientos de profesionales provenientes del mundo
laboral de las especialidades que puedan compartir una comprensión sobre las competencias
que se deberían desarrollar en función del contexto laboral.
Los/as directivos/as enfatizan el desarrollo profesional docente como un punto central para su
aprendizaje, evidenciando una dificultad en el trabajo con docentes en procesos de acompa-
ñamiento a través de la observación de clases, reconociendo la generación de confianza como
un elemento fundamental. La articulación de trabajo entre pares y colaborativo surge como
prioritaria: “La observación de clases es una debilidad que tenemos. ¿Cómo generar la confian-
za de los profesores? A mí me cuesta mucho que ellos no se sientan incómodos” (Directora, 37
años de experiencia en educación).
En esta dirección, el fortalecimiento de la autoestima de los equipos docentes es un proceso
prioritario que, precisamente, posibilita su desarrollo, en el sentido de fortalecer la valoración
de la profesión docente en el desarrollo de la práctica.
Es necesario trabajar la autoestima de los profesores, es decir, comunicar lo importante
que es un profesional de la educación en este país, creerse el cuento del aporte que
uno puede hacer de donde está. Yo me creo el cuento de lo que hago (Directora, 37
años de experiencia en educación).
En relación a los procesos de acompañamiento docente en la modalidad EMTP, surge como
tema fundamental de desarrollo directivo la necesidad de adaptar la formación de manera
rápida a las transformaciones del contexto del mundo del trabajo y la necesidad de incidir en
lo que los/as docentes de especialidad realizan en sus clases, toda vez que las directrices son
más difusas que en la formación HC y, en esto, los/as directivos/as son enfáticos/as al señalar
la necesidad de que los/as docentes “actualicen sus prácticas”: “Los profes [TP] tienen una
enseñanza bien antigua respecto a eso, que aporta muy poco a la formación de los chiquillos y
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
en eso estamos trabajando. Necesitamos nuevas visiones compartidas” (Jefa de UTP, 20 años
de experiencia en educación).
Gestión estratégica. Otro tema fundamental respecto de las necesidades de formación de
los equipos directivos/as, en general, estaría centrado en el ámbito de la gestión estratégica
(25,0%). Este ámbito tiene que ver principalmente con el levantamiento y análisis de datos, la
gestión transversal y la planificación. Estas son tópicos que aluden a mecanismos y estrategias
de recopilación de información que generan procesos de reflexión al interior de los equipos y
que permiten crear acciones de mejoramiento con sustento en la realidad de cada estable-
cimiento que a la vez puedan ser monitoreadas en el tiempo. Para el caso específico de las
necesidades de formación de los equipos de gestión de los establecimientos EMTP, la gestión
estratégica (30,2%) considera elementos que tienen relación con el conocimiento de la norma-
tiva vigente, la gestión en diferentes áreas (administrativa, recursos, legal, etc.), la relación con
el sector productivo, el cómo generar redes de apoyo, el levantamiento y uso de datos, y la
planificación y evaluación de procesos al interior del establecimiento.
Respecto de este punto, como necesidad específica de aprendizaje para directivos/as de
EMTP, en las entrevistas se aborda con especial énfasis la generación de redes de apoyo con
el entorno de la institución. Específicamente, los/as directores/as relevan la importancia de
construir redes con empresas e instituciones educativas, pues señalan que desde estas redes
se pueden desarrollar procesos educativos más profundos e implicar en mayor medida a los/
as estudiantes. Por lo mismo, hay quienes logran identificar la importancia que tiene trabajar y
potenciar este aspecto en los establecimientos.
Hemos sido poco estratégicos respecto de la alianza con la empresa y creo que ahí
tenemos un punto relevante que potenciar que tiene que ver con de qué manera,
sin renunciar al propósito de la visión y misión del establecimiento, podemos articular
mayores posibilidades de práctica para los estudiantes (Directora, 37 años de
experiencia en educación).
Gestión pedagógica. Por último, la categoría de gestión pedagógica como necesidad de
aprendizaje fue señalada en un 23,2% de los casos analizados, en donde se relevaron aspectos
referidos al desarrollo curricular, la articulación pedagógica y la evaluación en la formación ge-
neral y diferenciada, así como el desarrollo de competencias necesarias al interior del equipo
de gestión. Respecto de las necesidades de formación de los equipos de gestión de los esta-
blecimientos EMTP, la gestión pedagógica fue el aspecto más señalado, con un 37,7% de las
preferencias de los equipos directivos, lo que tiene relación principalmente con la necesidad
de que estos equipos puedan formarse en procesos de articulación curricular entre la forma-
ción general y la formación diferenciada, y en los principios que rigen las bases curriculares de
la educación EMTP.
En las entrevistas se ratifican los tópicos como articulación curricular, la necesidad de esta-
blecer formación por competencias y contar con formación más específica sobre las especia-
lidades. Sobre la articulación curricular, los/as directivos/as señalan que la diferencia entre
la formación TP y HC provoca una distancia entre ambas modalidades impartidas en los es-
tablecimientos. Por ello, resulta un reto lograr conectar ambas modalidades en el proceso de
aprendizaje de los/as estudiantes y en la coordinación de los equipos docentes. Se señala la
relevancia de poder aprender mejor cómo conducir estos procesos y la relevancia que tienen
para evaluar positivamente el trabajo que se lleva a cabo.
Otro elemento destacado por los equipos directivos consultados en las entrevistas tiene que
ver con la conexión que hay entre el modelo por competencias y la forma en que los/as estu-
diantes enfrentan el mundo del trabajo, por ejemplo, en las prácticas profesionales que reali-
160
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
zan durante la formación. Esta, por estar restringida a la adquisición de conocimientos, genera
algunas limitantes a la hora de que los/as estudiantes puedan identificar qué tipo de acciones
son capaces de hacer en sus espacios de trabajo. Por ello, diversos/as directivos/as señalaron
estar avanzando hacia este modelo, mientras que otros/as precisan la necesidad de “trabajar
más las habilidades y las competencias del TP” porque, como se señaló anteriormente, los
planes aportados por el Ministerio de Educación resultan insuficientes en la opinión de estos/
as directivos/as.
Necesitamos trabajar más las habilidades y las competencias para el TP. Aunque en el
plan vienen, necesitamos trabajarlas porque el currículum en la parte de contenido es
muy específico para cada especialidad, en cambio lo que es habilidad y competencia
lo podemos trabajar transversalmente todos (Directora, 36 años de experiencia en
educación).
En esta dimensión, el gran desafío que se le plantea al desarrollo directivo está vinculado con
el currículum de la EMTP y su vinculación al mundo laboral.
5. Conclusiones
Ante la primera pregunta que nos planteamos en este estudio -¿cuáles son los desafíos que
enfrentan los equipos directivos/as en EMTP?-, los hallazgos señalan que estos desafíos se
centran en la construcción de una identidad que les distinga de otras modalidades, poniendo
su foco en construir una imagen positiva, superando los prejuicios y estigmas de la modalidad,
161
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
asociados a una valoración negativa preexistente. Asimismo, se señala como desafío la inmer-
sión a la modalidad a través de sus especialidades y la comprensión de los procesos de gestión
que implica, ya sea desde el interior de los centros educativos como hacia el exterior de estos.
Se plantea que existe una tensión entre los parámetros con los que son evaluados los centros
educativos y las tareas propias de un centro educativo TP que, muchas veces, son obviadas
como indicadores relevantes por las autoridades o las instituciones superiores. Por último, se
señala la necesidad de actualizar los recursos tecnológicos con los que se cuenta, ya que apor-
tan a la construcción de identidad en este tipo de instituciones y, sobre todo, al desarrollo de las
propias especialidades y las competencias en estudiantes que se enfrentan al mundo laboral.
Estas temáticas, y la diferencia que se genera con los parámetros de evaluación, son consisten-
tes con la idea de que existe una brecha entre las necesidades planteadas por la normativa y
las planteadas por los actores en el marco de su subjetividad (CEDLE, 2019). Esta brecha supo-
ne un problema aún más significativo que el planteado a nivel teórico, pues no solo incluye una
diferencia en temas, sino que señala que existen contradicciones entre los resultados espera-
dos por parte de los establecimientos y por parte de las instituciones fiscalizadoras, y aquello
que el establecimiento necesita realizar para su propio desarrollo.
En cuanto a la segunda pregunta del estudio -¿qué temáticas identifican (los/as directivos/as)
como centrales para su desarrollo profesional en la EMTP?-, en forma general aluden al desa-
rrollo de capacidades del equipo directivo y a la vinculación con las comunidades educativas,
lo que se vería reflejado en la implementación de estrategias para el liderazgo distribuido y el
trabajo en equipo, así como en el reconocimiento y validación de la comunidad.
Al preguntar en forma específica por las necesidades de los equipos directivos/as de la EMTP,
los aspectos principales que señalan se centran en la gestión pedagógica con foco en los pro-
cesos de articulación curricular, modelo curricular basado en competencias y acompañamien-
to docente a las especialidades, de modo que un liderazgo pedagógico se vuelve urgente,
vinculado con el punto anterior sobre la inmersión en la comprensión del currículum TP y sus
procesos de gestión.
En este sentido, es importante señalar que los equipos directivos/as que formaron parte de
este estudio corresponden mayormente a docentes con formación en enseñanza media de
asignaturas de formación general, lo que implica que sus conocimientos sobre el currículum TP
se ha construido exclusivamente a través de la experiencia y la práctica, ya que solo un 13% de
los/as encuestados/as reconoce haberse formado en temas vinculados a las especialidades
de EMTP.
Los temas presentados se vinculan con los tópicos expuestos para la formación desde la po-
lítica pública a través de los Planes de Formación de Directores/as desarrollados por CPEIP,
sin embargo, tanto en los desafíos de la EMTP como en las temáticas de liderazgo se proyecta
la necesidad de generar estrategias de fortalecimiento de la identidad de la modalidad, rom-
piendo con el estigma que identifica a este grupo como menos apreciado tanto por estudiantes
como por docentes. Por ello, es vital fortalecer dicha valoración para potenciar procesos de
mejora y transformación de los centros educativos, elementos que en general están ausentes
de la discusión, tanto del desarrollo profesional directivo como de las estrategias que desa-
rrollan los equipos de liderazgo. En este caso, no existen contradicciones importantes entre lo
normativo y lo subjetivo, sino más bien el reconocimiento de factores contextuales y específi-
cos (Oplatka, 2016) que invitan a la comprensión de las necesidades específicas de los estable-
cimientos de esta modalidad. Los directores ya plantean reflexiones en ese camino, señalando
que el abordar aspectos identitarios, aunque no produce de forma inmediata la mejoría en
indicadores específicos, si puede tener una incidencia en cuestiones vinculadas a matrículas y
a mejora de resultados en el mediano y largo plazo.
162
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
En cuanto a la tercera pregunta -¿qué prácticas de aprendizaje han desarrollado para abordar
dichas necesidades al interior de los centros educativos?-, no se identifican prácticas sistemá-
ticas implementadas en los centros educativos en forma autónoma, solo se referencian los
procesos de acompañamiento y formación formal de las que participan los liceos. Se abre, por
lo tanto, una posibilidad de profundización sobre el desarrollo profesional directivo relacionado
con las capacidades de generar reflexión profesional no solo con los equipos docentes, sino
desde y para el equipo directivo en sí mismo, compartiendo visiones, reflexiones y acercándose
a una comunidad profesional de aprendizaje directiva.
A modo de reflexión final, es importante destacar que los elementos que predominan como
foco para el desarrollo profesional directivo en EMTP tienen que ver con el currículum de las
especialidades y con cómo acercarse a un liderazgo pedagógico que les permita vincular el
mundo laboral con la escuela, a partir de procesos pedagógicos y estrategias de acompaña-
miento docente, prácticas que en general son delegadas a otros actores como jefes/as de
especialidad o coordinaciones (CEDLE, 2019), generando un liderazgo de tipo delegativo. En
este punto se abre la posibilidad de profundizar esta indagación con otros actores que forman
parte de la gestión y liderazgos medios en liceos de EMTP.
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164
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
1. Antecedentes
La educación continua de las y los asistentes de la educación se presenta como un importante
desafío para las comunidades educativas, para los y las asistentes en tanto estamento y actor
educativo y para quienes diseñan e implementan estrategias formativas dirigidas a ellos/as.
Este tipo de educación ofrece amplias posibilidades de desarrollo para las y los asistentes de
la educación, en la medida en que los procesos formativos tengan la capacidad de mejorar su
participación en sus escuelas/liceos, así como sus competencias técnicas/profesionales y su
capacidad de organización y articulación, tanto a nivel local como nacional. Dichos procesos, en
muchos casos, pueden colaborar también con su autoafirmación y con la profesionalización de
su labor cotidiana, en tanto se descubren y reconocen como actores educativos, impactando
de manera positiva en sus comunidades escolares y en el despliegue de la política educativa.
En tal sentido, la educación continua puede aportar a la resignificación de los roles y las funcio-
nes de estos/as trabajadores/as de la educación (Cruz y Costa, 2017).
El rol de las y los asistentes de la educación ha cobrado una innegable relevancia durante los
últimos años gracias a la modificación y creación de leyes que buscan el reconocimiento y la
mejora de sus condiciones laborales como respuesta a las demandas levantadas por el sector
y también por el desarrollo que ha tenido la política educativa en Chile expresada en la Ley Ge-
neral de Educación 20.370 (2008), la Ley de Educación Pública 21.040 (2017) y la Circular N°1 de
la Superintendencia de Educación (2014), entre otros cuerpos legales y aportes de herramien-
tas concretas en este ámbito8. De este modo, se han ido incluyendo paulatinamente dentro de
la comprensión de calidad educativa e inclusión, los desafíos que implican los contextos de
vulnerabilidad socioeconómica y escaso capital sociocultural de este estamento. Ejemplo de
esto son la aparición de Otros Indicadores de Calidad (Mineduc 2013) o Ley 20.249 de Subven-
ción Escolar Preferencial (2008), donde se hace cada vez más clara la necesidad de incorporar
en escuelas y liceos nuevas estrategias, especialidades, herramientas y sujetos que colaboren
con la tradicional labor docente. Algunos de estos cuerpos legales aluden a la conformación
de equipos multidisciplinarios como apoyo al abordaje integral del desarrollo escolar, social y
personal de las y los estudiantes (Bellei et al., 2014).
Habiendo avanzado ya en visibilizar e incorporar a este actor educativo en los procesos de pla-
nificación (Mineduc, 2007) y mejora del sistema educativo (Manghi y Valdés, 2020), es necesario
reconocer que la diversidad de funciones asociadas al rol de las y los asistentes de la educa-
8 Se sugiere revisar Todos conformamos la comunidad educativa (Mineduc, 2015a); Sentirse seguros en ambientes seguros (2016) de
M. Isabel del Valle y M. Isidora Mena; y Ampliando los horizontes de acción de los asistentes de la educación desde una perspectiva
inclusiva (2020) de D. Manghi Haquin y R. Valdés Morales.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
ción, el poco desarrollo de investigaciones en este ámbito y las escasas orientaciones que es-
tructuran su quehacer generan una dificultad al momento de su caracterización (Larenas, 2018).
Esto plantea un desafío para el desarrollo de estrategias conceptuales que permitan articular
la diversidad de funciones en torno a ciertas prácticas de carácter pedagógico, es decir, a partir
de un enfoque formativo. Dicho desafío requiere un esfuerzo sistemático desde la escuela/
liceo y la política pública.
Como parte de este esfuerzo, la Universidad de Chile, a través del Centro de Estudios y Desa-
rrollo de Educación Continua para el Magisterio, Saberes Docentes, ha acumulado una expe-
riencia de más de 10 años de vinculación formativa con los y las asistentes de la educación,
siendo una de las primeras instituciones formadoras que diseñó y ejecutó, en conjunto con el
Ministerio de Educación, procesos de formación para este sector. Es así como en los años 2008
y 2009, Saberes Docentes realizó jornadas de formación en cada una de las regiones de Chile
con el objeto de fortalecer el rol del/la asistente de la educación en convivencia escolar.
De igual forma, desde el año 2010, el Centro Saberes Docentes ha desarrollado una línea de
apoyo a la gestión educativa municipal desde un enfoque de desarrollo local. Esta línea pro-
gramática implementó procesos de planificación estratégica y desarrollo educativo desde lo
local con la participación de diferentes actores educativos de los territorios, incluyendo a las y
los asistentes de la educación, lo que motivó la apertura de nuevos espacios de participación
en los cuales poder plasmar organizadamente sus visiones, sueños, anhelos y demandas.
En esta trayectoria, Saberes Docentes ha logrado desarrollar variados dispositivos formativos
para asistentes de la educación, y ha acumulado saberes y experiencias posibles de sistemati-
zar en los ámbitos de la convivencia escolar, la gestión educativa y el liderazgo.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
2017, según datos del Sistema Información General de Estudiantes (SIGE), a casi 170.000 per-
sonas a lo largo de todo Chile. Estas cifras varían dependiendo del año. Según datos del SIGE
fueron 142.036 el año 2015 (Mineduc, 2015b); 144.500 el año 2016; y 167.968 el año 2017. Este
personal está compuesto en un 73% por mujeres (118.447), concentrado principalmente en es-
tablecimientos urbanos, con mayor prevalencia en las regiones Metropolitana y del Biobío. El
sector particular subvencionado concentra el 50% de las y los trabajadoras/es de este sector
(Mineduc, 2018).
En cuanto a las funciones que desempeñan, la mayor parte se concentra en actividades de
apoyo o paradocente (52%), ya sean estas de carácter administrativo o pedagógico, funciones
que legalmente exigen licencia de enseñanza media en algunos casos y título técnico profe-
sional en la mayoría de los casos. Solo 43.949 cumplen funciones de carácter profesional (27%).
Entre 2007 y 2017 el número de personas de este estamento se duplicó (Mineduc, 2018). Dicho
crecimiento se condice con los esfuerzos modernizadores de la gestión escolar a través de la
incorporación de funciones especializadas de apoyo, a fin de integrar una mayor cantidad de
dimensiones al concepto de calidad educativa. A la luz del permanente aumento de necesida-
des de apoyo a la labor docente, podría pensarse que esta cantidad va a seguir creciendo, in-
corporando nuevos/as profesionales con otras especialidades. A la vez, se hace más evidente
la urgencia de tecnificar y profesionalizar este sector (Manghi y Valdés, 2020).
Desde una perspectiva jurídica, la Ley 21.109, que establece el Estatuto de los Asistentes de
la Educación y que modifica la Ley 19.464 fijando normas y concediendo un aumento de re-
muneraciones para personal no docente de establecimientos educacionales, los define como
funcionarios que colaboran en el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje de los
estudiantes. Además, en estos cuerpos legales, se señalan cuatro grandes categorías de fun-
ciones para los/as asistentes de la educación: profesional, técnica, administrativa y auxiliar. La
Tabla 1 entrega algunos ejemplos de cómo se organizan los diversos cargos y funciones según
su exigencia curricular a partir de la entrada en vigencia el nuevo Estatuto de los Asistentes de
la Educación.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 1
Cargos y funciones de los/las asistentes de la educación
Bibliotecario/a Pañolero/a
Operario/a
Chofer
Manipuladores/as de alimentos
Encargado/a de impresiones
Portero/a
Jardinero/a
Cuidador/a de establecimiento
Auxiliar de aseo
A nivel gremial, los principales logros de este sector son haber alcanzado el reconocimiento
legal de su existencia como actor educativo (Ley General de Educación 20.370 en su artículo
10) y la creación de un estatuto propio (Ley 21.109 que establece un Estatuto de los Asistentes
de la Educación Pública). Ambos reconocimientos hacen posible definir de mejor manera las
condiciones laborales y de desarrollo que tienen los/as asistentes de la educación en el siste-
ma educativo. De hecho, la mencionada Ley General de Educación instala los roles y las funcio-
nes desempeñadas por las y los asistentes de la educación, más allá de sus categorizaciones
formales/legales, como parte integrante de los procesos educativos llevados a cabo en un
establecimiento educacional, lo que implica un desafío a nivel de prácticas de cultura escolar,
gestión educativa y comprensión del fenómeno educativo.
Existen efectos concretos de la estructuración jurídico/normativa de este sector. A modo de
ejemplo, las y los asistentes de la educación que se desempeñan en los Servicios Locales
170
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
9 La Ley 21.040 (2017) traspasa los establecimientos educacionales, jardines infantiles VTF (Vía Transferencia de Fondos), escue-
las y liceos de 345 municipios a 70 Servicios Locales de Educación Pública. Al 2020 han sido traspasados alrededor de 400 esta-
blecimientos educacionales de 25 comunas, en 7 Servicios Locales de Educación Pública (Huasco, Puerto Cordillera, Barrancas,
Costa Araucanía, Chinchorro, Andalién Sur y Gabriela Mistral).
171
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Dicho propósito se expresa en un modelo formativo desarrollado por Saberes Docentes que
tiene como centro lo que ocurre en las escuelas y liceos, y que busca promover procesos
transformadores basados en la facilitación reflexiva y crítica de los cambios necesarios para la
mejora educativa (Krichesky y Murillo, 2011). Dentro de este marco formativo, el Diploma trabajó
en temáticas relacionadas con la conceptualización de la convivencia escolar, en conceptos
básicos de educación y paradigmas educativos, y en aspectos referidos a la política educativa,
la comunidad escolar y las culturas escolares. Asimismo, abordó estrategias de resolución de
conflictos, junto a talleres de prevención de estrés, autocuidado y primeros auxilios.
Como parte del desarrollo de la acción formativa, se contempló que las y los participantes
diseñaran, de forma grupal, propuestas de mejora de la convivencia escolar. Para efectos del
estudio, se analizaron un total de 10 documentos que constituyen la totalidad de propuestas de
mejora de la convivencia escolar elaboradas en el marco del proceso formativo del año 2014.
Estas 10 propuestas de abordaje y mejora de la convivencia escolar corresponden a los traba-
jos finales entregados por los y las 30 asistentes de la educación que participaron del Diploma.
En la Tabla 2 se detallan elementos generales presentes en las propuestas diseñadas.
Tabla 2
Caracterización general de los proyectos de convivencia escolar analizados
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
2. Metodología
El estudio de caso que aquí presentamos optó por un enfoque investigativo de carácter cualita-
tivo (Canales, 2006), centrado en la interpretación de los discursos (Denzin y Lincoln, 2005). Los
procedimientos de investigación de este carácter validan la existencia del significado subjetivo
o sentido: “[no se estudian] hechos, sino vivencias; esto es, comprensiones del significado de
aquellos hechos para el sujeto que los vive” (Canales, 2013, p.171). Se busca, así, la elaboración
de lo real como experiencia, como habitar el mundo, como “pensado”, como un “dar” sentido.
La exégesis de lo dicho expone el sentido de lo dicho que se esconde, a su vez, en lo no di-
cho: juego del hablar, de la aparición y ocultamiento que apela a un “orden” de sentido y a una
sistematización estructurada a partir de los hallazgos interpretativos. Para Delgado y Gutiérrez
(1995) la investigación social cualitativa (ISCUAL) desarrolla estudios acerca de la realidad so-
cial construida por sujetos (individuales y colectivos) en sus “actos de habla”.
Se diseñó una estructura metodológica para aproximarse al objeto de estudio bajo la mirada de
estudio de casos. Específicamente, se siguieron las indicaciones del estudio intrínseco de ca-
sos, que permite una mayor comprensión del caso en sí mismo (Stake, 2005), donde la escucha
de los sujetos adquiere su propio valor, posibilitando caracterizar un fenómeno que está pre-
sente en un territorio específico, en comunidades específicas. Interesa, aquí, resaltar algunas
características del estudio de casos (Álvarez y San Fabián, 2012), tales como la capacidad de
realizar una descripción contextualizada, develando las relaciones entre una situación particu-
lar y su contexto. Este tipo de estudio permite evidenciar la complejidad de algunos fenómenos
educativos, iluminando la comprensión profunda de la realidad estudiada entregando “pis-
tas” sobre cómo y por qué ocurre lo que ocurre, permitiendo, de esta manera, la comprensión
de experiencias contextualizadas, con el objeto de establecer regularidades que faciliten una
comprensión generalizada.
173
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Una ventaja del método de estudio de caso es que los datos pueden ser obtenidos desde una
variedad de fuentes, tanto cualitativas como cuantitativas, tales como documentos, registros
de archivos, entrevistas directas, observación directa, observación de los/as participantes e
instalaciones u objetos físicos (Martínez, 2006). Cabe mencionar que el estudio de casos no es
un estudio de muestras, ya que el caso tiene una utilidad e importancia en sí mismo, sin perjui-
cio de lo cual, para la producción de información, se estableció una selección no probabilística
de carácter intencional que consideró dos fuentes de información: documentos escritos y ac-
tores o informantes clave del proceso.
Por una parte, se levantó información a través de la técnica de la entrevista semiestructurada
(Russell, 2006). Se realizaron un total de 3 entrevistas semiestructuradas a asistentes de la edu-
cación, categorizados en los niveles técnico y administrativos/auxiliares con licencia de Edu-
cación Media que cumplían funciones en establecimientos educacionales municipales de la
comuna de Pudahuel y que participaron del proceso formativo “Fortalecimiento del rol de los y
las Asistentes de la Educación” llevado a cabo el año 2014 por el Centro Saberes Docentes. Di-
cha cifra se estableció a partir de la saturación del universo simbólico del habla (Canales, 2006).
Asimismo, con el propósito de conocer los discursos que develan la experiencia de los sujetos
y sus puntos de vista sobre lo que viven, se llevó a cabo el análisis documental de 10 trabajos
finales del Diploma, correspondientes a las propuestas de mejora de la convivencia escolar
diseñadas por las y los participantes del proceso formativo (Ver Tabla 2).
Para efectos del análisis, se utilizó una triangulación temporal de datos de distintas fuentes, a
saber, el corpus de datos recabado por medio de las entrevistas semiestructuradas y el análi-
sis documental de las propuestas diseñadas por las y los participantes de la acción formativa.
La triangulación de datos hace referencia a la utilización de diferentes estrategias y fuentes
de información sobre una recogida de datos, permitiendo contrastar la información recabada
(Gavira y Barroso, 2015). Igualmente, la triangulación de datos puede ser temporal (con datos
recogidos en distintas fechas para comprobar si los resultados son constantes); espacial (con
datos recogidos se hacen en distintos lugares para comprobar coincidencias); y/o personal
(con diferente muestra de sujetos).
Cabe señalar que la pauta de la entrevista semiestructurada se elaboró considerando los te-
mas que surgieron de la sistematización analítica de las propuestas hechas por las y los asis-
tentes de la educación (ver Tabla 3) que fueron parte de la acción formativa, y los objetivos de-
finidos para este estudio relativos a la vigencia de las propuestas, los desafíos pendientes y la
valoración del proceso formativo. De este modo, se establecieron las dimensiones y variables/
indicadores que muestra la Tabla 3.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 3
Pauta de entrevista: dimensiones y variables/indicadores
AAEE administrativos
Años de trabajo
Trayectoria laboral
Desafíos de la Diagnóstico de las comunidades educativas Diagnóstico general de la convivencia
convivencia escolar en el ámbito de la convivencia escolar escolar
Participación en la comunidad
educativa
3. Hallazgos
Formación continua y desarrollo laboral: hacia la profesionalización del sector
Tanto en el análisis de las entrevistas como en el propósito de las propuestas revisadas, se logra
apreciar una clara relación entre el despliegue de los procesos formativos y las posibilidades
de desarrollo laboral y/o profesional al interior de las comunidades a las cuales pertenecen
quienes participaron. La valoración del proceso formativo es buena, coincidiendo con los resul-
tados obtenidos en las encuestas de satisfacción aplicadas (PEC, 2015) al finalizar el proceso.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Respecto de su uso, a algunos/as les permitió poder aplicar los conocimientos cambiando de
rol, no obstante, las posibilidades de enriquecer el rol con esta nueva mirada, en algunos casos,
se ve constreñida a las posibilidades que entreguen los equipos directivos.
En esta evaluación positiva de la acción formativa se destacan como elementos significativos
tanto los temas tratados como el diseño metodológico-didáctico; asimismo, existe un claro
reconocimiento de la importancia de las oportunidades de desarrollo técnico y profesional a
través de procesos formativos relevantes, situados, atingentes y que proporcionan herramien-
tas para la transformación individual y colectiva.
Yo creo que, hoy en día, la formación y el aprendizaje es uno de los principales puntos
con el que uno puede motivar a la gente: dándole la oportunidad. Ese es el cambio
que se les puede ofrecer [a los asistentes de la educación]: fomentarles el querer
aprender, el querer abarcar un poquito más de lo que ya saben. Esta oportunidad sirvió
mucho para profesionalizar al asistente de la educación, sin duda alguna. Claramente
le hace un aporte curricular significativo. Fue una muy buena oportunidad para mucha
gente (Entrevista N°3).
Se valoran, sobre todo, aquellos procesos formativos que permitan acceder a nuevas funcio-
nes dentro de sus establecimientos, transformándose en una real oportunidad de desarrollo la-
boral: “Para poder asumir el cargo de encargado de convivencia me sirvió muchísimo el Diplo-
ma” (Entrevista N°2); “Lo de resolución de conflictos a mí me dio el pie para pasar a inspector”
(Entrevista N°3). La oportunidad de asumir otras funciones dentro del establecimiento es vista
como un avance en su desempeño laboral. Un paso incipiente pero significativo en el reconoci-
miento del rol de las y los asistentes de la educación que, aunque tuvo lugar en comunidades
específicas, sin duda representa un aliciente para otras comunidades que quieran empoderar
en sus roles a sus actores educativos.
Pude exigir que se me reconociera todo lo que había hecho. Pedí una oportunidad y
se me dio. Cuando hice el curso, yo era auxiliar de aseo. Este curso junto con otros que
hice me permitió pasar a ser inspectora de patio. A mí en forma personal me ha servido
mucho. Hoy día veo los resultados y estoy contenta (Entrevista N°1).
Con todo, reiteradamente se señala que existe una falta de espacios de reconocimiento y par-
ticipación al interior de las comunidades educativas, donde a pesar de la existencia de expe-
riencias positivas de reconocimiento a nivel individual, se mantiene la necesidad de instancias
de construcción colectiva que potencien la participación y desarrollo del sector, visibilizando
institucionalmente su trabajo.
La participación que había antes del Diploma se mantuvo igual. No hay mayor
participación, no existen instancias de consulta con los asistentes. Llevo 11 años en el
colegio y me siento estancado. Existe esta dualidad en todos: aprendieron cosas, pero
no las ejecutan. No luchan por [implementar] lo que aprendieron (Entrevista N°3).
Tal vez, ello explica que casi la mitad de las propuestas analizadas dan cuenta del interés y
preocupación por promover procesos de mejora en la gestión de los establecimientos, para
de esa forma fortalecer la presencia de las y los asistentes de la educación, ya sea mejorando
los canales de comunicación o los espacios de participación, así como el reconocimiento y
validación de su labor y su incidencia en varios aspectos de la gestión educativa. Una de ellas,
específicamente, la gestión de la convivencia escolar (Propuestas 3, 4, 7, 9). En la medida que
exista una comprensión adecuada y una validación compartida de los roles asociados a las fun-
ciones que desempeñan las y los asistentes de la educación, se podrá avanzar en el desarrollo
de procesos educativos de calidad al interior de las comunidades educativas. El desarrollo de
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
comunidades de aprendizaje puede colaborar con esto, lo mismo que un estilo de gestión que
facilite la participación (Krichesky y Murillo, 2011).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Podemos agrupar estas tensiones en 3 ámbitos claves para una gestión educativa de calidad:
i. La participación e interacción de las y los estudiantes como sujetos integrales,
principalmente a través de espacios recreativos y de esparcimiento (4 propuestas).
ii. Propuestas que aseguren su participación y contribución a la gestión educativa,
promoviendo su rol de apoyo educativo, mejorando los canales de comunicación o
asegurando su aporte a la revisión de los instrumentos de gestión educativa como el PEI
y los reglamentos de convivencia (4 propuestas).
iii. Y, por último, acciones que integran su aporte a la gestión y desarrollo de la convivencia
escolar (2 propuestas).
Apoyo a una formación integral. El primer ámbito clave refleja la preocupación por las condi-
ciones en las que se desarrolla el proceso educativo, dando cuenta de la importancia del am-
biente o contexto en el cual se da el proceso formativo; aquí encontramos temas relativos a la
infraestructura, las reglas de convivencia, los tipos de interacción y la motivación por participar
en distintas iniciativas de la escuela, por mencionar algunos elementos. De una u otra manera,
acá se está apelando a estrategias que aborden el “clima escolar” que se construye desde las
percepciones de los sujetos que ocupan el espacio escolar; este elemento hoy forma parte
fundamental del sistema de aseguramiento de la calidad y de los indicadores que miden la
calidad de las relaciones y la convivencia en la escuela (Agencia de Calidad, 2017).
Como todo niño independiente de su edad, los estudiantes tienen necesidad de jugar,
correr, distraerse, relajarse, etc., y de las más variadas formas. Es entonces cuando
surgen los juegos bruscos y violentos los que a su vez provocan accidentes por
choques con los estudiantes de menor edad y contextura física, generándose un sin
número de problemas colaterales (Propuesta 6).
El presente proyecto, llamado ‘Recreos Entretenidos’, pretende humildemente dar una
mirada distinta a los horarios de recreación de los estudiantes, buscando actividades
guiadas que favorezcan la sana convivencia, la formación valórica y que además
permitan la disminución de accidentes escolares (Propuesta 6).
Al no existir el suficiente espacio comienza la indisciplina entre los estudiantes
(discusiones, peleas, enojos, etc.) provocado porque todos quieren disfrutar de algo
que les guste o interese, ya sea jugar (realizando algún deporte) o recrearse de alguna
manera (Propuesta 1).
Las acciones planteadas tienen como centro la superación de distintas situaciones que no fa-
vorecen los aprendizajes de las y los estudiantes. En ese sentido, existe un claro propósito de
incorporar en la concepción de su rol, el sentido pedagógico de su quehacer; existe la disposi-
ción de las y los asistentes de la educación involucradas/os a participar del proceso formativo
de sus estudiantes, proponiendo acciones transformativas de su realidad que sean posibles de
implementar.
Es importante destacar que al ser uno de los ámbitos que presenta un mayor número de ini-
ciativas, se puede afirmar que existe la percepción de que este tipo de tópicos pueden ser
abordados por las y los asistentes de la educación o, dicho de otra forma, existiría una cultura
escolar que permitiría que ellos opinaran e intervinieran sobre cuestiones como la transforma-
ción de espacios físicos o actividades consideradas complementarias, como lo que ocurren en
los recreos y otros espacios extra-aula. Este punto es relevante porque de alguna forma devela
también la autopercepción de que existirían algunos ámbitos del proceso educativo a los que
no les estaría permitido ingresar y otros donde sí.
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Existe un claro sentido pedagógico de su quehacer y es evidente que las y los asistentes de la
educación participan del proceso formativo de sus estudiantes en la medida que existan opor-
tunidades para ello.
Participación en la gestión escolar. En este segundo ámbito clave, se presenta la percepción
de procesos y estilos de la gestión educativa (a cargo, principalmente de los equipos directi-
vos), que los excluyen o, al menos, no reconocen el aporte que desde su rol pueden hacer los
y las asistentes de la educación.
Los relatos evidencian discriminación e incomprensión sobre el rol y las funciones que des-
empeñan, indicando malos canales de comunicación, acciones discriminatorias en su contra
como, por ejemplo, no ser convocados a participar en la elaboración de instrumentos de ges-
tión (PEI, Manual de Convivencia, PME) o en ciertas actividades como desayunos, definidas
como exclusivas para docentes. En una propuesta se afirma que el no permitir que los asisten-
tes de la educación sean considerados en la elaboración y reformulación de documentos tan
importantes como el PEI, PME, Manual de Convivencia Escolar, JECD, Consejo Escolar, entre
otras actividades, tiene un profundo y negativo impacto, que es la falta de colaboración y apor-
te en la transformación a nivel educativo (Propuesta N°4).
Como sabemos, en toda comunidad educativa existe, en términos de Foucault (1993), un posi-
cionamiento político, una gestión de poder, en la que directivos y docentes tienen la hegemo-
nía formal, mientras las y los asistentes de la educación se mantienen más ocultos o más bien
invisibilizados (Manghi y Valdez, 2020). Así, se percibe la búsqueda del mejoramiento de la cali-
dad de las relaciones entre los actores educativos, de las comunicaciones inter estamentales y
de mayor reconocimiento a su labor. La subordinación jerárquica de la acción de este actor va
en contra de la participación y la construcción de comunidades educativas más democráticas.
En este sentido, también resaltan la falta de empatía en el trato y la tensión que se observa
entre el mundo adulto y estudiantes a la hora del ejercicio de sus derechos. Estos elementos
aparecen también como parte de las tensiones que existen con otros actores educativos en la
implementación de su rol.
La falta de comunicación entorpece el trabajo a realizar entre directivos y asistentes
de la Educación y esto conlleva a la falta de compromiso y de empatía laboral que
repercute en las motivaciones. Todo esto se da por la falta de relación interpersonal,
ya que se contrata personas sin capacitación por una remuneración baja (…). La
deficiencia laboral, la desorganización, el hacinamiento y falta de espacios hace que
los trabajadores se estresen y entren en un estado incompetente, que se sientan
incapaces de realizar sus quehaceres diarios (…). Como asistentes queremos con este
proyecto beneficiar a los trabajadores educativos ya que con el paso del tiempo muchos
de nosotros nos vamos desgastando física y emocionalmente. Por tanto, encontramos
como grupo que este trabajo traerá muchos beneficios a los trabajadores ya sea en la
motivación y el desarrollo laboral de cada actor educativo (Propuesta 7).
Aquí se evidencia un claro desafío de la política pública: potenciar cambios y mejoras que re-
conozcan la importancia de las comunidades educativas promotoras de un modo de convivir y
de reconocernos inclusivo, como parte de lo que entendemos por educación de calidad. Ello
desde una perspectiva sistémica, impulsando transformaciones en los distintos niveles del sis-
tema educativo: sistema, escuela, aula (Murillo y Duk, 2011).
Rol en la gestión y desarrollo de la convivencia escolar. Finalmente, el tercer ámbito clave
nos muestra que, a pesar de que no existía mucho conocimiento o conciencia sobre la con-
vivencia escolar y la importancia que esta tiene para el desarrollo de su rol en la comunidad
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
La preocupación por la deserción escolar expone otra dimensión del vínculo con lo educa-
tivo, en este caso, relacionado con la gestión sobre un problema social y la responsabilidad
del establecimiento en motivar la permanencia en el sistema. Las actividades propuestas por
el grupo están en el marco de lo que estaría permitido que ellos/as realizaran, en este caso
actividades extraordinarias de danza y música, destinadas a servir como un polo de atracción
para que las y los estudiantes fijen residencia en el establecimiento. De esta forma, aunque no
es taxativo, las y los asistentes de la educación están diciendo que el proceso formativo no es
capaz de motivar a sus estudiantes, que no es atractiva la propuesta educativa y que no hay
elementos de actualización que permitan generar un vínculo entre la propuesta escolar y las
necesidades o intereses de las y los estudiantes.
Así, desde fuera de las aulas y de los diseños curriculares, este actor educativo intenta incidir en
ciertos espacios en la formación de sus estudiantes. No existe, al menos en esta oportunidad,
una conceptualización de qué es lo formativo o de qué es educar por parte de los asistentes de
la educación. Su vínculo con experiencias formativas está determinado fundamentalmente por
una presencialidad que los/as reduce a roles que, en general, son considerados secundarios:
la vigilancia, el aseo, las tareas administrativas, etc. A pesar de ello, estos espacios también les
ofrecen una oportunidad que ellos/as son capaces de aprovechar y que, de alguna manera,
muestra el valor que le otorgan a su presencia en los establecimientos educativos: “Siendo
asistentes de la educación y cumpliendo con nuestro importante rol, como agentes activos
dentro de la comunidad educativa en la formación de nuestros estudiantes, nuestra misión es
educar en valores, dar apoyo y colaborar en el proceso educativo” (Propuesta 8).
Por último, es un hecho que los espacios distintos del aula no son reconocidos como lugares
adecuados para un proceso formativo, es decir, no existe una cultura escolar que resalte las
interacciones sociales como un espacio privilegiado para la experiencia formativa. La convi-
vencia escolar, en consecuencia, es una “asignatura” que las comunidades educativas deben
implementar y en parte las propuestas incorporan este tema a la hora de fundamentarlas.
Está cambiando todo y yo creo que no es tanto por parte de los adultos que estamos
tratando de implementar los programas. Tiene harto que ver el cómo los niños y los
jóvenes y los adolescentes están viendo la realidad ahora. Llegó un momento en el
que hubo casi una confrontación porque el niño entendía que tenía derechos, entonces
entraba como en la pelea con el adulto: ‘no, es que yo tengo derechos, es que usted
no me puede hablar así’. Entonces se generaba un conflicto. Esa etapa de transición se
ha ido apaciguando un poco, siento que ya se entra más en la conversación, porque ya
ambas partes están cediendo; cuesta mucho con los profes más antiguos, sobre todo,
pero con los profes nuevos ya la cosa es distinta. Todo lo social, este último par de años
ha aportado muchísimo porque la gente, niños y adolescentes ven también la sociedad
y como nos relacionamos, lo ven de manera distinta. Hay cambios significativos, todo
positivos, por cierto (Entrevista N°3).
4. Conclusiones
Se hace evidente, a la luz de la información analizada y sistematizada en este estudio, que
existe la necesidad de seguir fortaleciendo el rol de las y los asistentes de la educación, no
solo desde el punto de vista normativo-jurídico, sino que sobre todo a partir del imaginario de
la cultura escolar que se construye en las comunidades educativas. Sigue pendiente el desafío
de desarrollar proyectos educativos auténticamente inclusivos, donde se concrete una com-
prensión del fenómeno educativo producto de una cultura escolar participativa. Este es un de-
safío para todos los actores educativos, especialmente en un contexto de políticas educativas
de inclusión, donde las comunidades tienden a focalizar el desafío de la inclusión en la acción
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
dirigida hacia las y los estudiantes. En la base de cualquier transformación que viabilice una
educación auténticamente inclusiva debe existir una “cultura escolar inclusiva” (López, 2012).
En este sentido, la educación continua es fundamental para la conformación y el empodera-
miento del rol y también para el desarrollo laboral de este actor educativo. Esto es posible de
alcanzar en la medida en que dichos procesos formativos tengan un diseño que permita la
circulación teórica y práctica de ideas, conceptos y experiencias de los y las participantes, de
manera que lo reflexionado permita resignificar sus prácticas (Fullan y Hargreaves, 1997). Es
una manera de avanzar en el desarrollo de una cultura escolar que supere la excesiva subor-
dinación jerárquica a que se somete a las y los asistentes de la educación, visibilizando su rol e
incorporándoles plenamente en los procesos formativos de los proyectos educativos.
Los procesos formativos pueden producir transformaciones significativas en lo individual a ni-
vel laboral, pero este desarrollo puede verse “frenado” al no existir espacios de participación
auténtica, no alcanzando a producir esa transformación a nivel colectivo. Del mismo modo,
pensar e implementar procesos de formación continua específicos para asistentes de la edu-
cación significa desarrollo profesional, dignificación laboral y fortalecimiento de las comunida-
des educativas, elementos propios del reconocimiento institucional que requiere este impor-
tante actor educativo.
En cuanto a los desafíos de la convivencia escolar y su rol, planteados por las y los asistentes
de la educación, algunos siguen pendientes. Ejemplo de esto son la falta de espacios de par-
ticipación para la construcción de comunidades educativas auténticas y la falta de reconoci-
miento institucional, tanto material como simbólico, de la labor de muchos/as asistentes de
la educación. Es parte de un proceso de modernización avanzar en la democratización de los
espacios escolares, incentivando la inclusión de todos y todas a partir del reconocimiento mu-
tuo, el respeto y la interacción colectiva. A convivir se aprende (Delors, 1996) y ese aprendizaje
ocurre en lo cotidiano, en la interacción social y pedagógica, por lo tanto, acabar con elementos
discriminatorios hacia algunos/as actores educativos permitiría avanzar en la democratización
de la escuela/liceo y, con ello, contribuir en la tarea de construir una sociedad con menos des-
igualdad.
La inclusión desafía a la escuela y al liceo tradicional a ampliar la participación de los actores
educativos en la construcción de la cultura escolar y la convivencia. La incorporación de ima-
ginarios diversos en el sistema educativo será posible en la medida en que cada actor educa-
tivo sea reconocido en cuanto a su rol, explicitando su relevancia en el desarrollo de prácticas
pedagógicas inclusivas. El reconocimiento y visibilización de los roles de los distintos actores
educativos es parte del desarrollo de una educación inclusiva y de calidad. En la construcción
de lo comunitario están todos y todas convocados/as, como un principio que sustenta la de-
mocratización del sistema educativo y la sociedad.
No es un dato menor que los esfuerzos de transformación que vive el sistema educativo en el
último tiempo vienen de la mano del desarrollo de la convivencia escolar y del reconocimiento
que se le da como una dimensión clave del proceso educativo, la formación integral y la cons-
trucción de comunidades inclusivas (González y Pérez, 2017). Así como también se reconoce
que es en el marco de los desafíos de la convivencia escolar que el sistema educativo avanza
en la incorporación y reconocimiento de la labor de nuevos actores claves para alcanzar es-
tas transformaciones. Hablamos de la incorporación de profesionales de apoyo en materia de
inclusión y participación de niños, niñas y jóvenes desde sus características y diferencias (Cor-
nejo, 2017), la incorporación de personal que colabora en el trabajo de aula, sobre todo en los
primeros niveles de enseñanza, los apoyos en la administración y uso de nuevas herramientas y
recursos educativos al servicio del aprendizaje, así como en el abordaje de nuevos aprendizajes
como la educación socioemocional, el bienestar y el buen vivir (Castillo y Garcés, 2016).
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DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Es urgente avanzar en el fortalecimiento del rol de las y los asistentes de la educación pro-
moviendo la construcción de espacios de participación más amplios. La educación continua
puede colaborar con ese proceso transformativo de la escuela/liceo, sin embargo, si bien los
procesos formativos son necesarios, no son suficientes para el logro de comunidades inclusi-
vas. Se requiere un compromiso más decidido de los actores educativos insertos en las comu-
nidades, como también una política explícita desde los organismos del sistema que promueva
comunidades educativas inclusivas auténticas que reconozcan, validen y empoderen a todos
y todas sus integrantes.
Referencias
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10 En Chile se crea por decreto supremo del 16 de septiembre de 1967 el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e In-
vestigación Pedagógica (CPEIP). Este organismo estatal estaría encargado de promover el desarrollo profesional de los y las
docentes del país. A través de esta institución y su primer director Mario Leyton, se promoverá la capacitación para profesores
y profesoras de la época bajo la lógica de una pedagogía científica (ver más en Caicedo, 2013).
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Este giro al aula entrega argumentos para imprimirle un perfil profesional técnico y científico a
la tarea de los y las docentes, promoviendo el uso de instrumentos calibrados sobre la base de
una rigurosa taxonomía, como tablas de especificaciones por habilidades, que van a orientar la
planificación de Objetivos de Aprendizaje que buscan establecer el logro alcanzado en el paso
de un estado A a un estado B, con datos objetivos sobre el cambio de conductas. Todo este
proceso se entiende como evaluación del aprendizaje.
Paralelamente, avanzan las teorías constructivas cognitiva y socioconstructivista del aprendiza-
je, las cuales se basan en un paradigma distinto al objetivismo (sujeto-objeto), en el marco de
las cuales los instrumentos los diseña un/a evaluador/a y hay un/a estudiante quien es objeto
de este instrumento que debe realizar una conducta esperada. El paradigma intersubjetivo
(sujeto-sujeto) cambiará la forma de entender cómo se produce conocimiento. Los actores
son ahora considerados intervinientes de acuerdo con un sentido y no meros ejecutores. Esto
traerá cambios en los procesos de enseñanza y aprendizaje, en los instrumentos y también en
el papel que juegan los actores, los/as profesores/as y los/as estudiantes.
(…) de acuerdo con la teoría cognitiva, quienes aprenden construyen el conocimiento
conectando nueva información a estructuras previas de conocimiento. Los esquemas
mentales, en el cerebro o la mente, sirven para organizar el conocimiento para que
cuando después se necesite lo recuperemos y utilicemos en situaciones problemáticas;
y los procesos ejecutivos, llamados metacognición, permitan monitorear y manejar
su propia comprensión y aprendizaje a quienes aprenden. Los cognitivistas hacen
hincapié en la comprensión conceptual y han demostrado que la transferencia, esto
es el uso del conocimiento en situaciones nuevas, se hace posible por la aprehensión
de principios generalizados y el uso de esquemas gracias a los cuales se reconocen
las similitudes en los distintos tipos de problemas (Shepard, 2006, p. 18).
Será Sadler (1989) quien planteé que no solo los y las docentes pueden usar los resultados de
las evaluaciones, sino que también los y las estudiantes pueden hacerlo. Más tarde, el estudio
de Black y Wiliam (1998) hace una extensa revisión de prácticas de evaluación en aula, subra-
yando la importancia de que la evaluación se haga parte del proceso de enseñanza y aprendi-
zaje mediante procesos de retroalimentación, y uso de criterios claros y comprensibles por los
estudiantes. Este enfoque evaluativo orienta las interacciones en el aula para el aprendizaje,
es así como los y las docentes entregan ayuda eficiente para que sus estudiantes sean cons-
cientes del lugar de su progreso y hacia donde pueden ir como próximos pasos en un proceso,
acciones “que permiten que el estudiante entienda claramente la meta (…) su lugar actual en
relación con ella, y acciones que él o ella podría tomar para moverse más cerca de la meta de
aprendizaje” (Brookhart et al., 2009, p.1).Este proceso, que cambia la mirada desde quien ense-
ña hacia quien aprende, es lo que entendemos como evaluación para el aprendizaje.
Como se puede observar, este recorrido, desde la evaluación del aprendizaje hacia la evalua-
ción para el aprendizaje, ha estado acompañado por la revisión de teorías del aprendizaje que
han motivado un tránsito desde un paradigma en evaluación centrado en la medición psico-
métrica que utiliza principalmente pruebas estandarizadas, hacia un paradigma centrado en
el desempeño de los/as estudiantes y orientado por finalidades formativas que inspiran los
objetivos de aprendizaje definidos en el currículum (Baird, 2018).
Es posible, entonces, afirmar que este último giro muestra el papel que juega la evaluación
como un puente entre la enseñanza y el aprendizaje (Wiliam, 2013; Baird et al., 2017). Se trata de
un enfoque formativo de la evaluación que contribuye a la toma de decisiones bidireccionales,
esto es, orientadas hacia la enseñanza de los docentes y también hacia quienes aprenden, bajo
la forma de retroalimentación, coevaluación y autoevaluación. En particular, se sugiere que
188
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
una vez definidos los criterios de evaluación de la unidad que se desea trabajar, se planifiquen
actividades en progresión y coherencia con este criterio, generando lo que en las aulas común-
mente se denomina como “crear una ruta de aprendizaje”, que no es otra cosa que caminar
hacia una finalidad formativa, donde se integran actividades que pueden ser calificadas o no,
pero todas contribuyen a recoger evidencias de buena calidad:
un proceso de planificación hacia atrás, que empieza con los objetivos de la enseñanza,
luego se cuestiona ¿cuál será una evidencia convincente o una demostración de
que hubo aprendizaje? y al final planea actividades que permitirían desarrollar en los
estudiantes esa comprensión (Shepard, 2006, p. 21).
Cabe señalar que desde la orientación de la política pública en Chile se han instalado norma-
tivas que apuntan en la misma dirección de lo que hemos sostenido hasta acá. El documento
Políticas de fortalecimiento de la evaluación en aula (UCE-Mineduc, 2018a) plantea la preocu-
pación por el mayor peso que tiene la evaluación externa si se la compara con la evaluación
de aula, como también el evidente desequilibrio existente entre la evaluación sumativa (del
aprendizaje) por sobre los enfoques para el aprendizaje y como aprendizaje.
La normativa vigente ha entregado una señal muy clara por medio de la reciente promulgación
del Decreto de Promoción, Calificación y Evaluación (Decreto 67, 2018) que promueve la forma-
ción de criterios, la diversificación de procesos evaluativos en atención a la diversidad del aula y
la apertura de espacios institucionales para el análisis de evidencias, a la vez que busca resaltar
la función comunicativa de la evaluación entre estudiantes, docentes y apoderadas/os, junto a
procesos de retroalimentación y toma de decisiones.
En particular, en el documento de la Unidad de Currículum y Evaluación dependiente del Minis-
terio de Educación de Chile (UCE-Mineduc, 2018b) se promueve la articulación de la evaluación
formativa con la evaluación sumativa. Como se señala en el mismo documento, la evaluación
formativa
se utiliza para monitorear y acompañar el aprendizaje de los estudiantes, es decir,
cuando la evidencia de su desempeño se obtiene, [se] interpreta y usa por docentes y
estudiantes para tomar decisiones acerca de los siguientes pasos para avanzar en el
proceso de enseñanza-aprendizaje (p. 5).
La evaluación sumativa, por su parte, “entrega información acerca de hasta qué punto los estu-
diantes lograron determinados objetivos de aprendizaje luego de un determinado proceso de
enseñanza. Se utiliza para certificar los aprendizajes logrados, comunicándose, generalmente,
mediante una calificación” (p.5).
Este tipo de normativa se inscribe en un proceso más general y profundo de cambios en el
sistema educativo chileno que buscan incidir en la forma de comprender y desarrollar la pro-
fesión docente y, en consecuencia, tener un impacto en las interacciones que se realizan en el
aula, tales como la Ley de Inclusión (Ley 20.845, 2015), la Ley Sistema de Desarrollo Profesional
Docente (Ley 20.093, 2016) y la Ley Sistema de Educación Pública (Ley 21.040, 2017).
Bajo estas consideraciones, es importante reconocer el gran desafío que conlleva entroncar
en la realidad de las escuelas programas de formación basados en una teoría pedagógica
formativa junto con espacios de formación continua que aseguren el derecho del profesorado
a una formación permanente tal como lo promueve la Ley 20.093. En este caso, la evaluación
desde un enfoque formativo quizá no se ha desarrollado suficientemente en la formación inicial
docente (Agencia de la Calidad, 2016; Mineduc, 2017; UCE-Mineduc, 2018), quedando el desa-
rrollo de estas capacidades situado en espacios de autoformación o de formación continua
reducida a la transmisión de conocimientos para la elaboración de instrumentos.
189
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
190
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
11 Dadas las condiciones de emergencia sanitaria provocadas por la pandemia de coronavirus, fue decretada la suspensión de
clases en todos los establecimientos educacionales del país y, por este motivo, el programa de acompañamiento de 2020 fue
realizado vía plataforma digital.
191
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Para los fines de nuestra indagación utilizamos los informes de proceso e informes finales que
el programa de formación fue realizando durante su aplicación. En total analizamos 3 informes
de proceso y los dos informes finales del año 2019 y 2020. Estos informes son instrumentos de
seguimiento y gestión de las distintas modalidades del programa que contienen información
de diverso tipo. Para el objeto de este capítulo fue seleccionada la siguiente información:
▪ Registro y síntesis del proceso de sistematización que nos permite observar la capacidad
de los y las participantes de posicionarse frente a los enfoques evaluativos en el contexto de
la actualización de los reglamentos de evaluación de las 14 escuelas y liceos municipales
de Renca.
▪ Resultados de un ejercicio de evaluación del periodo 2017–2018 que consistió en la
elaboración de un portafolio por parte de cada grupo de profesores/as correspondientes
a la escuela o liceo de pertenencia. El reporte de evaluación de estos portafolios permite
observar grados de apropiación de los distintos enfoques de evaluación y la capacidad
profesional para diseñar e implementar acciones desde un enfoque formativo de la
evaluación.
Para el análisis de estas dos fuentes de información, elaboramos una rúbrica holística basada
en las capacidades profesionales definidas como objeto de indagación. Esta rúbrica holística12,
propia del enfoque formativo de evaluación, nos permite reconocer las capacidades profe-
sionales que se desprenden de los informes y de la producción de los portafolios. Este instru-
mento, por un lado, nos ayuda a construir juicio valorativo sobre calidad de los desempeños
realizados por los y las participantes entregando un panorama sobre el aprendizaje profesional
desplegado en los trabajos que realizan los profesores y las profesoras, en el contexto de una
acción de formación continua, dado que la rúbrica ordena desempeños en orden progresivo.
Por otro lado, es una herramienta metodológica para reportar el grado de incidencia del progra-
ma de formación, permitiendo hacer reportes por participantes o por grupo de participantes.
Como se observa en la Tabla 1, la rúbrica holística describe las dos capacidades profesionales
detalladas anteriormente, integradas en un continuo de niveles de logro.
12 Una rúbrica es un conjunto coherente de criterios para el trabajo de los y las estudiantes que incluye descripciones de los
niveles de calidad de desempeño sobre los criterios. En este caso se integran dos criterios que describen desempeños profe-
sionales. El propósito principal de las rúbricas es el de evaluar desempeños descritos como capacidades profesionales en una
progresión que va desde desempeños en nivel inicial D hasta desempeños en nivel A más complejos. Ver más sobre elaboración
de rubricas desde un enfoque formativo en Brookhart, 2013.
192
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 1
Rúbrica holística para la evaluación de capacidades profesionales
3. Resultados
Análisis de la información del proceso de sistematización
Como se mencionó, la información se produce en el contexto de actualización de los Regla-
mentos de Promoción, Calificación y Evaluación en el periodo final del proyecto 2018. En el
informe final de 2018 se reporta la conformación de 3 grupos focales en torno a esta temática.
Una síntesis de esta información es recogida del reporte final 2018:
El objetivo de esta actividad consistió en sintetizar y consensuar las principales
orientaciones, finalidades y acciones relevantes para los equipos directivos y de apoyo
a la gestión educativa, respecto a la conformación de un reglamento de evaluación en
la comuna. Para profundizar en esta instancia, se realizaron dos paneles comunales,
donde se reunían todos los participantes y, mezclados aleatoriamente, se organizaban
en grupos de trabajo. Cada grupo nombró un relator y un sistematizador de acuerdos
y disensos (Extracto del Informe final, 2018).
La metodología de trabajo utilizada en los grupos de discusión compuesto por distintos parti-
cipantes se organizó en tres ejes: principios, finalidades y acciones vinculadas al enfoque eva-
luativo que se desea promover en los reglamentos de evaluación.
Finalmente, la información producida por los talleres puede organizarse utilizando 5 concep-
tos claves (en orden de recurrencia): diversidad, aprendizaje, evaluación integrada, profesión
docente y retroalimentación. En torno a estos conceptos se organizan los principios junto a las
acciones sugeridas por los y las docentes. En la siguiente tabla se muestra la síntesis de los tres
grupos focales, ordenados por principios y acciones.
193
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
Tabla 2
Principios y acciones propuestas
Evaluación como Desarrollar compromisos con los y las estudiantes respecto a las pautas y evaluaciones
elemento clave de realizadas.
las competencias
docentes Las planificaciones deben proporcionar oportunidades para los y las estudiantes, y
presentar las metas y criterios a evaluar.
Retroalimentación caracterizada por lenguaje optimista y que potencie los logros más
que las dificultades del estudiantado, para fortalecer su motivación por el aprendizaje.
Aprendizaje como
foco fundamental Diseñar objetivos pertinentes y coherentes que apunten a desarrollar y fomentar
de los reglamentos y aprendizajes claves.
acciones evaluativas
Proporcionar instancias de autorreflexión y autoconocimiento en los y las estudiantes.
194
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
(…) se propone que la evaluación debe propender a desarrollar en los estudiantes las
capacidades, de acuerdo con el contexto donde provienen, identificando las fortalezas
y eventuales debilidades que ellos y ellas poseen para aprender.
En una segunda idea, se propone la integración y orientación a la diversidad a través
de la participación de todos los estudiantes, por lo que el reglamento debe considerar
y garantizar oportunidades de aprendizaje para todos quienes estudian en la comuna
(Grupo Focal, Panel Comunal, noviembre, 2018).
En resumen, en este análisis de la información recogida se puede observar el posicionamiento
de los participantes desde un enfoque de evaluación con foco en la diversidad y la mejora de
los aprendizajes de sus estudiantes. Este posicionamiento promueve acciones que inciden en
las interacciones entre estudiantes y entre profesores, particularmente en los diseños y estra-
tegias de retroalimentación como un proceso que integra la enseñanza y el aprendizaje.
Relacionando esta información con el objetivo de nuestra indagación, podemos constatar que
en el contexto de un programa de formación continua, a partir de las actividades desarrolladas,
la capacidad profesional que se observa en este análisis es la de comprender funciones, fina-
lidades y diseños de evaluación desde distintos enfoques de evaluación reconociendo en su
contexto sus posibilidades y limitaciones.
Utilizando la rúbrica que hemos elaborado, el grado de apropiación se encuentra en el nivel B
que corresponde a “Comprende funciones y finalidades de los enfoques de evaluación para
implementar diseños, instrumentos y procesos evaluativos basado en el contexto de su en-
señanza. A la vez, es capaz de expresar una postura sobre posibilidades y limitaciones en la
aplicación del enfoque formativo en aula”.
13 Un portafolio pedagógico es un instrumento de evaluación que permite seleccionar un conjunto de trabajos realizados por los
y las estudiantes (en este caso los y las participantes del programa de formación continua). Esta selección de trabajos no es
arbitraria, ya que es guiada por un criterio o conjunto de criterios de evaluación que ayudan a construir un juicio evaluativo del
desempeño en un periodo de tiempo.
195
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
C2, Diseño de escenario de evaluación. Se refiere a la coherencia del escenario con los criterios
de evaluación, en el sentido de que permite recoger evidencia de los aprendizajes a evaluar y
sus elementos no contienen aspectos que se desvinculen, no den alcance o excedan al crite-
rio. Las diferentes fases o etapas del escenario tienen conexión entre sí. El escenario explicita
el desempeño de los y las estudiantes en relación con el criterio, a partir de la generación de
evidencia por medio de instancias variadas, formales e informales, de recogida de información.
Además, se explicita con claridad las condiciones del escenario en cada una de sus etapas,
así ́ como las formas en que se espera recoger información sobre el aprendizaje de los y las
estudiantes.
C3, Análisis de evidencia y retroalimentación. Se refiere a la capacidad de analizar evidencia de
los aprendizajes de sus estudiantes en coherencia con el criterio preestablecido, identifican-
do las dimensiones más desarrolladas por el curso y aquellas que requieren mayor apoyo,
para tomar decisiones didáctico-evaluativas que le permitan redireccionar su práctica docente.
Además, considera la capacidad de retroalimentar cualitativamente y de forma descriptiva los
aprendizajes logrados por los y las estudiantes, realizando juicios que permitan identificar las
debilidades y fortalezas de estos/as en coherencia con el criterio preestablecido.
C4, Reflexión crítica. Se refiere a la capacidad de reflexionar críticamente respecto de las pro-
pias prácticas evaluativas desarrolladas para el logro de los aprendizajes de sus estudiantes,
identificando aquellos elementos que se deben transformar para favorecer aprendizajes en
coherencia con los criterios de evaluación, proponiendo caminos de acción para su transfor-
mación y asumiendo un posicionamiento argumentado desde referentes teóricos y desde su
propia experiencia docente.
A continuación, se presenta un gráfico de datos agrupados, donde se distingue el resultado por
cada criterio.
Figura 1
Resultados agregados por criterio
Resultados portafolios
5
4
0
C1 C2 C3 C4
Nota: “sin evidencias” significa que los y las docentes diseñaros criterios y escenarios de eva-
luación, sin embargo, no aplicaron los instrumentos con sus estudiantes.
196
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
La gráfica permite observar los resultados agrupados por criterio según su nivel de logro. Se-
gún el detalle, 4 establecimientos alcanzan en todos los criterios el nivel de Muy Bueno; 6 es-
tablecimientos se encuentran en rango Bueno y Muy Bueno; 3 establecimientos se encuentran
en rangos de Suficiente y Requiere mejorar. Por otro lado, en el análisis por cada criterio aplica-
do es posible observar que los criterios “Diseño de escenarios de evaluación” junto al de “Aná-
lisis de evidencia y retroalimentación” fueron los criterios mejor logrados: todas las escuelas se
encuentran en rango de Bueno y Muy Bueno. Menos logrado, se encuentra el criterio 1 referido
a la Elaboración de Criterios de Evaluación.
Relacionando esta información con el objetivo de nuestra indagación, podemos constatar que,
en el contexto de un programa de formación continua, a partir de las actividades propuestas,
en este caso la elaboración de un portafolio, el grado de apropiación se encuentra en el nivel
A. En el ejercicio del portafolio no solo se observa que existe una comprensión de los enfoques
evaluativos, sino que también tiene lugar la aplicación de diseños de evaluación coherentes
con criterios de evaluación y retroalimentación a sus estudiantes junto con la reflexión de este
tipo de prácticas. Todo aquello nos lleva a señalar que el conjunto de docentes participantes
se encuentra en el nivel A de la rúbrica, que corresponde a “Comprende funciones y finalida-
des de los enfoques de evaluación construyendo argumentaciones sobre cómo y para qué
se implementan de manera autónoma diseños, instrumentos y procesos evaluativos. Elabora
procesos de análisis de evidencia y retroalimenta a sus estudiantes, tomando decisiones para
futuros diseños. A la vez, es capaz elaborar procesos de análisis de evidencia y retroalimentar
a sus estudiantes”.
197
DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS
curso con las características y necesidades de sus propios estudiantes, ya que la elaboración
de un portafolio es una oportunidad para que los/as docentes reflexionen juntos/as sobre un
determinado enfoque de evaluación, a la vez que diseñen y tomen acciones sobres los resul-
tados de sus diseños. El portafolio permite observar también ejemplos de retroalimentación
realizada a los/as estudiantes, por tanto se puede inferir un mayor grado de apropiación de las
capacidades puestas en observación en este ejercicio. En consecuencia, una característica que
debiese ser tomada en cuenta para el desarrollo de capacidades profesionales es la flexibili-
dad en el uso de estrategias e instrumentos, junto con el carácter situado de cada formación
continua.
Como hemos expresado, el carácter participativo, flexible y situado de la formación continua
ofrece oportunidades para el desarrollo de capacidades profesionales. Estas características
favorecen la aplicación de un enfoque formativo de la evaluación, tal como lo hemos men-
cionado en la revisión de antecedentes, dado que este enfoque se inserta en la práctica con
un sentido pedagógico, construyendo efectivamente un puente entre quien aprende y quien
enseña.
Finalmente, cabe destacar la opción metodológica que utilizó la indagación de la que da cuen-
ta este capítulo, ya que se nutre de los informes y productos que son propios de la gestión de
un programa de formación continua. En este caso se utilizaron como objetos de análisis para
observar un aspecto que se desea valorar: el desarrollo de capacidades profesionales. El uso
de una rúbrica que identifica estas capacidades y ordena los desempeños en una progresión
demostró ser un instrumento que favorece el análisis y que puede ayudar a dar seguimiento a
las acciones propuestas en un programa de formación continua de carácter situado, flexible y
participativo, en el marco de la actual normativa vigente.
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