Amar o Depender

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 39

¿AMAR O DEPENDER?

INTRODUCCIÒN

La dependencia es una adicción afectiva. Vivimos y aceptamos un amor que


nos hace sufrir, nos humilla, no nos acepta tal y como somos, sino que es un
amor que resalta más los errores que los esfuerzos que realizamos.
Aceptamos que nos minimicen; que minimicen nuestra realidad, nuestra familia,
el origen de nuestra procedencia; aceptamos que minimicen nuestra vida
misma, nuestra identidad.
Decidimos vivir con un apego afectivo dañino porque pensamos que así tiene
que ser la vida, sin darnos cuenta que eso no es amor, ni relación, sino
adicción, dependencia a alguien que nos hace sufrir continuamente hasta
dejarnos peor que antes de la relación. Esa dependencia baja la estima,
provoca mayores inseguridades personales, nos va incapacitando poco a poco
hasta dejarnos sin esencia, sin deseos de luchar o ser alguien más. Por el
contrario, llegamos a pensar que debemos depender en todo de la otra
persona.
La dependencia afectiva es el peor de los vicios, está lleno de elementos
neuróticos que nos hace perder la alegría de la vida. La dependencia genera
sufrimiento y depresión.
Muchas veces el miedo a la pérdida, al abandono y a muchos otros
aspectos hace que nos dejemos lastimar en cualquier momento. Hay miles
de personas en el mundo que son víctimas de relaciones amorosas
inadecuadas.

CAPÌTULO 1
SOBRE ALGUNAS INCONVENIENCIAS DEL APEGO
AFECTIVO: ACLARACIONES Y MALENTENDIDOS

Lo más importante:
Depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse y auto
mutilarse psicológicamente. Es una manera de decir no valgo, no soy
importante. Con esta forma de pensar terminamos desvalorizándonos. Nos
negamos a respetarnos a nosotros mismos y perdemos el amor propio.
En una relación de dependencia hay muchos miedos. Miedo a perder el status
en el que vivimos, miedo a sentir soledad, miedo a no saber cómo seguir
adelante en la vida, etc.
Las personas dependientes se despersonalizan. Es decir, entran en un estado
psíquico, experimentado por algunos enfermos mentales, por el cual se sienten
extraños a sí mismos, a su cuerpo y al ambiente que los rodea. Es decir, se
han despersonalizado poco a poco hasta dejar de ser nosotros mismos para
vivir la vida del otro, dejamos de construir nuestros sueños para vivir la vida del
otro, para construir sus sueños, para ayudarle al otro a ser mejor y cuando nos
damos cuenta han pasado los años y no hemos hecho nada para construirnos
personal y profesionalmente. En definitiva nos estancamos y luego no
podemos defendernos en la vida ni personalmente ni económicamente.
Es común escuchar decir las siguientes frases:
“Mi existencia no tiene sentido sin él o sin ella”
“Vivo por él y para él”
“Él es lo más importante de mi vida”
“No sé qué haría sin ella”
“Si él me faltara me mataría”
“Te necesito”
Muchas de estas frases esconden nuestras carencias, nuestros vacíos. Lo
decimos, lo escribimos, lo compartimos en cartas al otro y hacemos que el otro
se sienta protegido, mientras recibimos sanación para nuestras heridas
emocionales que hemos recibido a lo largo de la vida. De manera inadecuada,
pensamos que eso es complementarse, cuando es carencia afectiva tanto de
uno como del otro.
Una persona dependiente de su pareja es sumisa, subordinada, no piensa por
sí misma, sino que espera que el otro le resuelva todo. Pese a ser patológica la
persona no se arriesga a ponerle fin o hacer cambios en su relación. La otra
persona tampoco se arriesga por miedo a resolver el abandono o la pérdida
afectiva. Así los dos permanecen en una relación inmadura, sin sentido, sin un
fin común.
Es además común que uno termine humillando a la otra persona con menos
carácter, ejemplo:
“Llevo una relación de doce años de novia, pero estoy empezando a cansarme.
El problema no es el tiempo, sino el trato que recibo…No, él no me pega, pero
me trata muy mal…Me dice que soy fea, que le produzco asco, sobre todo mis
dientes, que mi aliento le huele a…Lo siento me da pena decirlo…que mi
aliento huele a podrido. Cuando estamos en un lugar público, me hace caminar
delante para que no le vean conmigo, porque le da vergüenz.Cuando le llevo
un detalle, si no le gusta me grita tonta y retardada, lo rompe o lo tira a la
basura muerto de furia…Yo siempre soy la que paga. El otro día le llevé un
pedazo de torta y como le pareció pequeño, lo tiró al piso y le aplastó con el
pie. Después de satisfacerse sexualmente, se levanta de inmediato y se va a
bañar…Me dice que no le vaya a pasar alguna enfermedad. Me prohíbe tener
amigas, pero el si tiene muchas. Si le reclamo de porqué sale con amigas, me
dice terminemos que no se va aguantar una novia insoportable como yo”
Otro ejemplo:
“A mí no me gusta este lugar, ni con tu familia puedo relacionar ni la gente que
vive aquí. Yo estoy a otro nivel. Además esos programas que miras…no sé qué
sacas viendo esos programas, me parece que no tienes capacidad de escoger
tus programas…y tu trabajo…te rebajaste al mínimo al trabajar en un colegio…
si ganaras lo mismo que yo, ya podríamos hacer algo más…Esto me parece
un engaño para sacarme lo que pienso”.
A la persona humillada le es difícil acabar con la relación. Por eso la mejor
terapia es ayudarle con técnicas muy parecidas a los problemas de
farmacodependencia, a fin de que el adicto deje la droga pese a la apetencia.
Con las personas dependientes de droga se trabaja en el autocontrol para que
sean capaces de evitar el uso de la droga aunque lo necesiten. Al analizar el
costo beneficio aprende a sacrificar el placer inmediato por la gratificación a
mediano o largo plazo.
La persona dependiente en cambio deberá aprender a:
 Superar los miedos que se esconden detrás del apego,
 Mejorar la autoeficacia,
 Levantar la autoestima y el autorespeto,
 Desarrollar estrategias de resolución de problemas
 Y un mayor autocontrol, y todo esto deberá hacerlo sin dejar de sentir lo
que siente por la persona.
Solo cuando la persona empieza a independizarse, comprenderá lo que siente
de verdad por la otra persona: amor o adicción o apego enfermizo. La persona
entenderá que lo quiere pero que no le conviene.
En una relación debe haber mucho más que afecto. Debe haber respeto,
comunicación sincera. Se debe considerar los deseos, los gustos, la religión, la
ideología del otro; el humor, la sensibilidad y muchos otros elementos.
En la dependencia, la persona quiere tener la seguridad de estar con alguien,
aunque la compañía fuese espantosa, violenta, irrespetuosa, etc.
Se puede ver las siguientes actitudes en la persona dependiente:
 Muchas veces, pese al maltrato la dependencia aumenta año tras año.
 El no tener contacto con el novio, produce serios problemas de síndrome
abstinencia.
 Deseo de dejar la relación, pero sin poder hacerlo.
 Invierte tiempo y esfuerzo para estar con la persona, a cualquier costo.
 Se reduce su desempeño laboral, social recreativo.
 Seguir alimentando el vínculo, pese a las repercusiones psicológicas
para su salud.
También hay que considerar que existe un apego malo en la familia
cuando éste implica dependencia psicológica.
El deseo no es apego. Querer algo con todas las fuerzas no es malo,
convertirlo en imprescindible, sí. Es malo si no se lo puede dejar cuando es
dañino, muy dañino. La persona apegada nunca está preparada para la
pérdida, se aferra al otro porque es su fuente de seguridad y placer.
Detrás de todo apego hay miedo, algún tipo de incapacidad. Por ejemplo si
tengo miedo de hacerme capaz de mí mismo, tendré temor a quedarme solo y
me apegaré a las fuentes de mi seguridad en distintas personas.
La persona dependiente, apegada a otra, se desgasta pensando en ella, tiene
urgencia de ver al otro porque la ve como indispensable. Por eso se puede
decir que la dependencia frena a la persona.
El deseo natural no es malo en contrapartida a la dependencia. El deseo de
querer estar con la persona, de abrazarla, de verla reír, de amarla y ser amado,
es natural y sano, pero si desgata es adicción afectiva.
Amor y apego no deben necesariamente ir de la mano. Lo hemos
entremezclado y por eso confundimos lo uno con lo otro.
Debemos buscar desapegarnos sanamente del otro. Lo cual no quiere decir
que seamos duros de corazón, indiferentes al otro o insensibles.
El desapego no es desamor, sino una manera sana de relacionarse y que
alienta tres cosas:
 Independencia
 No posesividad
 No adicción
La persona no apegada controla sus temores al abandono, no destruye su
propia identidad en nombre del amor, pero tampoco promociona el egoísmo y
la deshonestidad.
Desapegarse no implica salir corriendo en busca de afecto para sustituir el
abandono, la soledad; no implica volverse carente de toda ética o ser
promiscuo.
Ser afectivamente libre significa:
 Promover afecto sin opresión
 Es distanciarse de lo perjudicial
 Hacer contacto con la ternura.
 No fomenta la frialdad afectiva, porque la relación interpersonal nos hace
humanos.
 Los sujetos apegados al desapego no son libres, sino esquizoides que
no se relacionan, que no expresan emociones.
 Ama sin esclavizarse, ya que todos necesitamos recibir afectos pero sin
exagerar.
 Amar en libertad sin actitudes posesivas y dominantes.
 No ofenderse si el otro no se angustia por nuestra ausencia.
 Somos dueños de nuestra propia vida y, a la vez, amamos a la persona
que está a nuestro lado. (Más bien si las dos se disocian o desequilibran
aparece la enfermedad mental)
Cuando hay desapego estamos libres del miedo, de cualquier miedo. Solo allí
hay unión afectiva saludable. Solo así podemos trascender como personas
completas, llenas de vida.
Recordar, el apego desgasta y enferma, nos produce desgaste energético.
El apegado usa una serie de recursos para retener a su fuente de gratificación.
Los activos dependientes, por otro lado, son celosos, híper vigilantes, tienen
ataques de ira, desarrollan patrones obsesivos de comportamiento, agreden
físicamente, llaman la atención de manera inadecuada, incluso con amenazas
o atentan contra su vida.
Los pasivos dependientes son sumisos, dóciles y extremadamente
obedientes para ser agradables y evitar el abandono. Tiene una serie de
estrategias de retención, que según sea su desesperación e inventiva, puede
ser diverso, inesperado y peligroso, muy peligroso.
La otra forma de desgaste de energía es cuando la persona concentra toda su
energía en su objeto de amor y se olvida del resto de la humanidad. Con el
tiempo se vuelve en un fanatismo: mi pareja lo es todo. El goce de la vida se
reduce a una mínima expresión: a la del otro.
Pero además, de todo lo mencionado, la inmadurez emocional es lo que
predomina en la persona dependiente.
¿Qué es la inmadurez emocional?
Es una actitud ingenua e intolerante ante ciertas situaciones de la vida,
generalmente incomodas o aversivas.
Una persona sin madurez emocional tiene dificultades ante el sufrimiento, la
frustración y la incertidumbre.
Sinónimos de inmadurez son las palabras: fragilidad, inocencia, inexperiencia o
novatada.
La inmadurez emocional implica tener escaso autocontrol y autodisciplina que
no toleran esperar para obtener alguna gratificación.
Algunas personas estancan su crecimiento emocional en algunas áreas, y en
otras funcionan muy bien.
La persona inmadura a más de tener bajo nivel de tolerancia al sufrimiento, a la
frustración, tiene ilusión de que todo tiene que ser permanente.
Bajos umbrales para el sufrimiento o la ley del mínimo esfuerzo: Los seres
humanos por naturaleza buscamos la comodidad y rechazamos lo
desagradable. Pero debemos estar conscientes de que prevenir el estrés es
saludable, pero querer que todo el día sea gratificante es tener un pensamiento
infantil, ya que las dificultades siempre existirán.
No todas las personas tenemos la misma capacidad para soportar lo
desagradable o el dolor. Hay personas que aguantan cirugía sin anestesias,
otras se desvinculan fácilmente de las personas que aman, pero no les
conviene, pero hay otras a las que hay que obligarlas o empujarlas a
alejarse de lo que les hace daño.
El hecho de que una persona actué de una manera distinta a la de otros,
depende de la genética, pero también de la educación. Así una persona
sobreprotegida en su primeros años de vida, no desarrollará fortaleza,
coraje, decisión, aguante para enfrentar la adversidad, le resultará muy difícil
persistir hasta el final.
La vida de una persona sobreprotegida se rige por el principio del placer y
la evitación inmediata de todo aquello que sea desagradable, por más
pequeño que sea. No se dan cuenta que cualquier cambio requiere de
invertir esfuerzo, un costo que los cómodos no están dispuestos a pagar.
El sacrificio los enferma y la molestia les deprime.
Una persona que no soporta la mínima mortificación, se siente incapaz de
afrontar lo desagradable y busca desesperadamente el placer y, por tanto,
el riesgo de adicción a cualquier cosa o persona es alto.
La persona dependiente, no es capaz de renunciar a nada, y si le gusta
algo, así sea alcohol o drogas, lo agarrará muy fuerte. No está dispuesto a
sacrificar el goce inmediato por el bienestar a mediano y largo plazo. No se
puede autocontrolar.
A la persona dependiente hay que confrontarla: ¿no sabe qué hacer o si sabe
pero no es capaz? Usted no quiere ver la realidad porque no quiere perderlo,
pero recuerde que la salud mental de su hija está en peligro. Esto no es un
problema de consejos sino de principios. ¿Tan grande es su apego por este
hombre y tan pobre su temple? Aunque le duela, no veo otra opción es él o su
hija.
Las grandes decisiones siempre conllevan dolor, desorganización y
perturbación. Pero la persona apegada no es capaz de renunciar al placer, al
bienestar, a la seguridad que le brinda una persona o la adicción a la droga. No
soporta la ausencia del que dice amarlo o amarla. No importa que tan dañina
sea la relación, no quieren sufrir su pérdida. Son débiles, no están preparados
para el dolor.
Baja tolerancia a la frustración o el mundo gira a mí alrededor: Una
persona dependiente es egocéntrica. Si las cosas no se dan como quiere, se
llena de rabia, berrinches, etc. Eso se inmadurez. No saben tolerar la
frustración. No saben esperar, ni perder, no saben resignarse cuando pierden.
Pero la vida es saber perder, vivir la pérdida, elaborar duelos. Cuando alguien
le dice que ya no le ama, el egocéntrico piensa que nunca deben recibir esa
respuesta, ya que la otra persona tiene la obligación de amarla. Por eso los
malos perdedores en el amor son una bomba de tiempo. Cuando la otra
persona decide alejarse y ya no tienen el control, optan por tomar miles de
estrategias para recuperar a la persona, ya que el fin es impedir el abandono y
para ellos el fin justifica los medios.
Una persona dependiente es infantil .No admite que en algunos casos no se
puede obtener algo ya, no entiende razón alguna, no le importa.
Muchas veces podemos ver que la actitud del dependiente es infantil. Ni
siquiera quiere al otro, sino que es amor propio, orgullo y necesidad de ganar
¿Quién se cree que es? ¿Cómo se atreve a echarme?
La inmadurez también se refleja en sentido de posesión: “Es mío” “Es mía”-No
permite que el amor se le escape de control. La persona que ama debe girar a
su alrededor y darle el gusto en todo.
Muchas veces no es la tristeza de la pérdida lo que genera la
desesperación, sino quién echó a quien. Muchas veces no es la tristeza por
la pérdida lo que genera desesperación, sino quién echó a quién.
Ilusión permanente o de aquí a la eternidad. Una persona inmadura concibe
y acepta la idea de que existe lo eternamente estable. Pero hay una frase muy
cierta:
“Todo esfuerzo por aferrarnos nos hará desgraciados, porque tarde o temprano
aquello a lo que nos aferramos desaparecerá y pasará. Ligarse a algo
transitorio, ilusorio e incontrolable es el origen del sufrimiento”.
En el caso del apegado, trata de evitar el sufrimiento, pero no se da cuenta que
con su actitud incrementa màs el nivel de sufrimiento. No se da cuenta que en
la vida, todo tiene su tiempo, que todo cambia, todo nace y muere, nada
permanece, lo que tiene principio tiene fin. No hay nada fijo a qué aferrarse.
Los tres mensajeros divinos, enfermedad, vejez y muerte no perdonan.
Frente a ello, tenemos dos opciones: rebelarnos y agobiarnos porque la
realidad no va por el camino que quisiéramos, o afrontarla y aprender a vivir
con ella.
Aceptar que nada es para toda la vida no es pesimismo sino realismo
saludable, que puede ser incluso motivador para saber disfrutar de la vida de
mejor manera.
En las relaciones afectivas, el amor puede entrar por la puerta principal y en
cualquier instante salir por la puerta de atrás. Y si bien es cierto, sí hay
relaciones duraderas, las probabilidades de ruptura son más altas de la que se
piensa y ni el apego puede mantener a una persona atada a la otra. Si el apego
funciona es porque hay un secuestro amañado, paranoia afectiva o celos, que
desarrolla estrategias retentivas que van desde el espionaje hasta las
cachetadas para controlar e inmovilizar a la persona, pensando que así domina
la sublevación y crea la ilusión de permanencia. Muchas veces no importa
mantener a la persona por amor o por la fuerza, lo importante es sujetarla bajo
el control así sea domiciliarlo. A la larga esta persona, resulta ser más débil que
la persona controlada. Y la controlada termina alejándose por tanto control.
En definitiva no hay relación sin riesgo. El amor es una experiencia peligrosa y
atractiva. Puede ser fascinante para los atrevidos y amenazante para los
inseguros. La incertidumbre forma parte del amor, como cualquier otra
experiencia.
Es mejor estar consciente y decir: hay muy pocas probabilidades de que mi
relación se dañe, pero la posibilidad siempre existe. Estaré pendiente.
La persona apegada en cambio dirá: Es imposible que nos dejemos de querer.
El amor es inalterable, eterno, indestructible. Mi relación continuará para
siempre, para toda la vida.
¿Pero a qué nos apegamos?
Todos tenemos un motivo de apego. El apego ces como una supersustancia
que nos da placer, seguridad o protección.
Platica:
Paciente: Dr. Mi esposo es bisexual drogadicto, pero lo amo
Doctor: ¿Qué placer o seguridad obtiene usted de esta relación?
Me cuesta mucho trabajo dormirme. No es miedo a los fantasmas o ladrones,
sino que necesito que alguien me cuide por detrás y me cuide las espaldas. Por
eso cuando él no está me rodeo de almohadas. Es como construir un refugio y
meterme allí.
Cuando llega con tragos, yo me cobijo en su cuerpo, lo acomodo al mío como a
un muñeco de trapo, y aunque él no se da cuenta, me siento arropada,
protegida.
Por eso no soy capaz de separarme de él.
A esta mujer, la compañía le permitía sobrevivir a un esquema de pérdida o
abandono. Así evitaba sufrir por soledad.
La mayoría de personas apegadas son emocionalmente inmaduras y muy
necesitadas de cuidado. La mínima dosis de placer o seguridad hacen que se
apeguen a cualquier cosa, en cualquier lugar y de cualquier manera.
Cada persona elige su fuente de apego o cada apego lo elige a uno. Algunos
apegos están mediados por esquemas mal adaptativos y otros surgen por
simple gusto o placer. La persona puede apegarse a uno o varios.
Los diferentes tipos de apego son:

1. La vulnerabilidad al daño y el apego a la seguridad /protección: El


problema principal es la baja autoeficacia. Estas personas necesitan de
alguien más fuerte, psicológicamente hablando, que se haga responsable
de ellas, ya que lo que buscan es tener gran cantidad de seguridad y
protección para enfrentar una realidad que parece amenazante.
Este tipo de apegos es uno de los más resistentes ya que la persona lo vive
como si fuera una cuestión de vida o muerte. Aquí no se buscar amor,
ternura o sexo, sino supervivencia es estado puro. No se busca activación
placentera y euforia, sino calma y sosiego.
El origen de este sobre apego es la sobreprotección parental durante la
niñez y en la creencia de que el mundo es peligroso y hostil. Así no es
capaz de ver por sí mismo y el mundo es amenazante y hace que la persona
se vea como indefensa, desamparada y solitaria. Además las consecuencias:
No son autónomas y son dependientes.
Muchas veces no importa que tan fría sea la relación lo que importa es la
sola presencia de la pareja, lo que le hace sentirse resguardado y no sentirse
solo. No importa si la pareja es un karateca con que este allí queda satisfecho.
Déficit: Baja autoeficacia
Miedo: Al desamparo y desprotección
Apego: A la fuente de seguridad interpersonal
2. El miedo al abandono y el apego a la estabilidad/confiabilidad. Todos
esperamos que nuestra pareja se fiel y no soportamos personas poco
confiables, no solo por principios sino por salud mental. Una relación incierta es
insostenible y angustiante. Anhelar una vida de pareja estable no implica
apego, pero ser obsesivo ante la posibilidad de una ruptura, sí.
La causa de este tipo de apego está relacionada a un profundo temor al
abandono y a una hipersensibilidad al rechazo afectivo. La confiabilidad es
una necesidad compulsiva para aliviar el miedo a la carencia.
No importa que la esposa sea mala amante, pésima ama de casa, regular
mamá o poco tierna, pero lo ve como persona confiable que jamás lo
abandonará.
El marido puede ser frío, mujeriego, agresivo y mal padre, pero si es un hombre
estable, constante y perseverante en la relación, queda eximido de toda culpa.
No importa lo que haga, pero le da garantía de que siempre estará allí.
La historia afectiva de estas personas está marcada por despechos,
infidelidades, rechazos, pérdida o renuncias amorosas que no se han
procesado adecuadamente. Quieren evitar otra deserción afectiva.
No es problema de autoestima, sino de susceptibilidad al desprendimiento. El
objetivo es mantener la unión afectiva a toda costa y no permitir que la historia
se vuelva a repetir.

Déficit: Vulnerabilidad a la ruptura afectiva


Miedo: al abandono
Apego: A las señales de confiabilidad y permanencia.
3. La baja autoestima y el apego a las manifestaciones de afecto: En este
tipo de apego se busca la estabilidad, el objetivo principal no es evitar el
abandono, sino sentirse amado.
Aquí hay que ser muy claro, una cosa es que nos guste recibir amor que
quedar adherido a las manifestaciones de afecto. Està siempre pendiente de
cuanto amor recibe, lo cual es agotador para el otro.
Si una persona no se quiere a sí misma, proyectará ese sentimiento y pensará
que nadie le quiere.
El miedo al desamor es una carencia afectiva que se transforma en necesidad
de ser amado.
La persona que tiene baja estima siempre duda cuando alguien se le
acerca. “Si se fijó en mi algo malo debe tener”, se dicen. Además viven un
gran conflicto: necesito amor, pero le temo. Si el otro persevera podrá
conquistarle. Así empieza otra vez el apego y la adicción al nuevo amor.
Las manifestaciones de amor, cariño, ternura son señales de que al amor está
presente. Si disminuyen las señales de afecto, se verá como señales de
que amor no está presente y busca desesperadamente a recuperar el
amor perdido. Si el intercambio de amor es fluido se queda quieto.
Tienen una creencia errónea sobre el amor:
Si soy deseable, soy querible. De esta manera una persona se entrega al mejor
postor, buscando obtener amor. La necesidad de amor puede confundirse con
lo sexual, pero no es lo mismo.
Las personas con baja autoimagen, que se consideran feas, se aferran
fácilmente a quienes se sienten atraídos por ellas. Se dicen: es la única
persona que me buscó y me aceptó
Déficit: baja autoestima (No soy querible)
Miedo: Al desamor, carencia afectiva
Apego: A las manifestaciones de afecto/deseabilidad
4. Los problemas de auto concepto y el apego a la admiración: Él auto
concepto tiene que ver con cuánto me acepto a mí mismo. Es lo que pienso de
mí. En un extremo están los narcisistas, tienen complejo de Dios y en el
otro están los defraudados de sí mismos y tienen complejo de cucaracha.
Aquí la carencia no es el amor sino de reconocimiento y adulación. No se
sienten admirables ni valiosas, así que si alguien les muestra admiración y algo
de fascinación, el apego no tarda en llegar. Por eso una de las causas
comunes de infidelidad radica allí. Surge una conexión entre admirador y
admirado.
El mejor de los afrodisiacos es exaltar el ego de una persona que se siente
poca cosa, y más si ha sido descuidado por su pareja. La admiración es una
antesala al amir.
Por eso el auto concepto lleva a la persona a buscar el halago y que puede
abrir el paso a una relación afectiva. Dicen: “Me admira y reconoce como una
persona valiosa y especial…Incluso ha llegad a decir que no me merece. En mi
vida nadie se haba admirado por mí, nadie me había admirado”.
Déficit: Bajo auto concepto (No soy valioso)
Miedo: A la desaprobación y desprecio.
Apego: A la admiración y reconocimiento.
5. El apego normal al bienestar y placer de toda buena relación: Todo
apego es contraproducente, pero hay ciertas formas de dependencia que son
vistas como normales por la cultura.
Así hay ciertas adicciones que ayudan a la convivencia y ciertos estimulantes
afectivos no son esquemas inapropiados, solo se los quiere consumir. Su
frecuente utilización si puede convertirse en potencial tóxico.
Hay muchos reforzadores de una buena relación y varían según las personas,
pero hay que tener cuidado porque son susceptibles de generar apego.
Estos reforzadores son:
Apego sexual: Encantador para unos y enfermizo para otros; angustiante,
preocupante y desgarrador para otros tantos.
Si la adicción sexual es de parte y parte, todo anda a pedir de boca. La relación
es casi indisoluble. Pero si el apego es unilateral y no correspondido, el que
más necesita del otro, termina mal o abre sucursal.
Las parejas que coinciden en su afán sexual no necesitan de terapeutas ni
consejeros, sino una buena cama, finalmente lo arreglan todo bajo las sábanas.
Si uno de los dos decide acabar con el deseo, es mejor que se vaya lejos, muy
lejos de su objeto de amor.
El apego a los mimos y la contemplación: Muchas parejas no necesitan de
tanto sexo, pero si hay caricias y mimos es suficiente para mantener la
relación. Los mimos siempre son placenteros y arrolladores. Las personas
mimosas quedan atrapadas fácilmente por los besos, los abrazos, la sonrisa u
otras manifestaciones de afecto. Una persona estresada puede apaciguarse
con que solo su esposa le rasque la cabeza.
Para una persona tímida, insegura, introvertida, la expresión de afecto puede
ser aversivo.
Si la otra persona le gusta ser mimada, pues hay que darle los mimos que
necesita. No hay nada más estimulante que malcriar a la persona amada.
El apego al compañerismo. Muchas parejas tienen gustos e inclinaciones que
las comparten de forma única. El amiguismo y la buena compañía los enlaza.
Al vivir así son confidentes, cómplices y se genera una solidez sustancial. Si un
camarada intenta separarse de estos hábitos, simplemente no puede, vuelven
a la urgencia restablecer el idilio y las coincidencias que los mantienen unidos
se activan nuevamente con más fuerza que nunca, aunque no hay buen sexo y
afectivamente no estén bien.
Si hay demasiada complicidad, si el compañerismo se exagera, el amor se
vuelve fraternal casi incestuoso, sacrifican el placer de sentir amor, con tal de
no perder las ventajas del vivir con el mejor amigo.
El apego a la convivencia tranquila y en paz. Es de los más apetecidos
sobre todo luego de los 40 años. Aquí estamos dispuestos a cambiar pasión
por tranquilidad, se busca la calma hogareña y ya no tanto las divertidas
emociones fuertes. El clima de afecto es un requisito imprescindible para que el
amor prospere. La convivencia estresante destruye cualquier relación.
Pero ojo hay que tener cuidado, si la tranquilidad implica renunciar al placer y
alegría que el amor sano ofrece, hay que revisar el concepto de paz.
CAPITULO 2
PREVINIENDO EL APEGO AFECTIVO
(Cómo promover la independencia y aún así seguir amando)

Se puede tener una vida sin apego y se puede prevenirlo. Podemos


relacionarnos de manera tranquila y descomplicada. Podemos estar bien
afectivamente. Si hay problemas en la pareja, se puede mejorar la relación. El
mejoramiento afectivo siempre debe ser continuo, es algo que no hay que
descuidar.
Hay tres principios básicos en las relaciones que permiten tener
independencia psicológica sin dejar de amar. Si aplicamos estos principios
a nuestra vida llegaremos a ser audaces, libres y realizados y sin apegos.
Debemos ser equilibrados en nuestras relaciones. Vivir exclusivamente para
alguien, destruye nuestra posibilidad de crecimiento en otras áreas de nuestra
vida, las cuales son muy importantes para el crecimiento interior.
La madurez afectiva no nos lleva a anularnos. El acto de amar no debe
llevarnos a anularnos ni a distanciarnos como para enfriar la relación. Llegar al
equilibrio implica permitir que el amor fluya pero, a la vez, dejar vivir al otro.
A continuación se explica los tres principios:
El principio de la exploración y el riesgo responsable. Las personas con
apego e inmadurez emocional tienen miedo a lo desconocido. No se arriesgan
ya que eso les incomoda. Prefieren malo conocido que bueno por conocer. No
se dan cuenta que enfrentarse a lo nuevo asusta, pero hay que hacerlo.
Las personas apegadas prefieren lo conocido, se aferran a la tradición, lo
predecible, lo estable, para saber a dónde van. Más que rescatar las
costumbres, más que entender las raíces de donde vienen, los apegados,
hacen de la costumbre una virtud.
Las personas apegadas quieren mantenerse todo el tiempo al lado del otro. No
tienen sus propios amigos o amigas, no tienen grupos de referencia, ni
vocación, ni inquietudes. Se conforman con trabajos rutinarios. Cuando alguien
les deja, se dan cuenta que tienen que empezar de cero. Se obligan a mirarse
a sí mismas y recién empiezan a cuestionarse y ver que les ofrece el mundo.
Recién empiezan a explorar de forma natural lo que en otros es habitual.
La persona apegada puede cultivar sus inquietudes y mirar más allá de lo
evidente, si logra adquirir el espíritu de exploración natural. Solo así logran salir
de su adormecimiento en el que se hallaba su alma, de su espíritu atrofiado.
El amor no debe implicar nunca estancamiento, ni sacrificios y peor aún ni
debe llevarnos perder el interés vital.
Amar no es anularse, sino crecer de a dos. Es un crecimiento donde las
individualidades, se destacan y no se opacan el uno al otro.
Lamentablemente muchas mujeres casadas aceptan exigencias absurdas de
sus esposos y lo aceptan voluntariamente. Por ejemplo: “La mujeres casadas
deben estar en su casa con sus hijos” “Si la mamá está totalmente disponibles,
los niños estarán bien educados”.
La verdad es que esos criterios nos erróneos. Hay madres que conviven con
sus hijos las veinte y cuatro horas del día y son totalmente descarriados. Una
mujer tranquilamente puede estudiar y seguir cuidando a sus hijos.
Las personas tenemos una exploración responsable, y ello no implica hacer los
que nos venga en gana, ni reemplazar a la pareja o engañarla. Implica
explorar el medio porque somos descubridores innatos. Cuando exploramos el
mundo todos nuestros sentidos se activan y forman nuestra visión del mundo.
La persona es parte importante de nuestra vida, pero no la única.
Tenemos la capacidad de husmear, de escudriñar y sorprendernos de otras
cosas para evitar quedarnos en la rutina. Se puede amar profundamente a la
pareja y a la vez disfrutar de una tarde de sol, comer helados, salir a pasear, ir
al cine, investigar sobre tu tema preferido, asistir a conferencias, viajar, se
puede seguir siendo un ser humano normal.
Vincularse a una pareja no significa que nos vamos a enterrar en vida, pero
tampoco vamos a excluir al otro egoístamente. Hay que disfrutar de las cosas
buenas de la vida sin dejar de amar, hay que hacer las cosas que nos
apasionan sin dejar de amar al otro.
Muchos sienten celos porque sus parejas disfrutan sin que ellos o ellas estén
allí. Para los machistas y celosas/os es inconcebible que su pareja tengan
otras fuentes de gozo que no sea ellos. Les permiten algunas actividades
secundarias y si ven que encuentran alguna vocación hacen todo lo posible
para que se desilusionen y sigan a su lado. Con eso demuestran solo su
inseguridad.
A este tipo de personas hay que moverles el piso, hay que hacer que se
involucren en algo más. Si no lo hacen, piense si está con la persona
adecuada.
Ventajas de la exploración: Produce esquemas anti apego y promueve
maneas más sanas de relacionarse afectivamente. Se vuelven personas más
atrevidas y arriesgadas y generan más tolerancia al dolor y a la frustración. De
esta manera se ataca el esquema de inmadurez emocional.
La persona que aprende a explorar tiene una actitud orientada a la audacia y al
experimentalismo responsable. Busca nuevas fuentes de distracción, disfrute,
interés y diversión, lo que hace que el centro de atención en una sola persona
desaparezca. La persona de verdad se motiva a buscar nuevas cosas.
Explorar además hace que la mente se abra, se flexibilice y disminuye la
resistencia al cambio. El miedo a lo desconocido se reemplaza por la novedad
y el asombro. Así mismo a persona aprende que no se debe dar culto a la
autoridad, sino que se aprende que nadie tiene la última palabra. Ya no se
somete tan fácil ni se traga fácilmente lo que le dicen, sino que aprende a
investigar por qué.
Algunas ideas para seguir explorando son:
Las personas deben seguir jugando .No importa la edad. Juegos simples
ayudan a la creatividad. Asimismo se puede hacer cosas muy simples como ir
a un centro comercial y cantar.
Debemos despreocuparnos del qué dirán y la adecuación social. Debemos
aprender a ser espontáneos y no estar pendiente de tanta normatividad, y peor
del criterio de las personas. La espontaneidad si nos lleva a hacer cosas que
no ofenda a nadie está bien. Si no es dañino para nadie está bien.
Investigar. Buscar información que nos interese, leer libros que no los hemos
leído. Todo lo que alimento nuestro intelecto y lo ayude a mantenerlo activo
ayuda a no estar pensando en una sola cosa. El arte es otra alternativa. Es
solo leer una poesía, ver y disfrutar; es ir a una obra de teatro y disfrutar; es ir a
un curso sin necesidad de ser el mejor sino de disfrutar.
Adoptar nuevos comportamientos como dramatizar a un personaje para
explorar el mundo interior y ver cómo somos; cambiar de apariencia física de
vez en cuando, tinte de cabello, corte, etc. Disfrutar de las relaciones maritales
de manera creativa.
Los viajes son otra forma de explorar. Debemos arriesgarnos a conocer algo
nuevo, nuevas culturas y no siempre la rutina de salir con la misma gente o al
mismo lugar. Siempre que el presupuesto lo permita.
Conocer gente y perder la desconfianza. El peor de los males es la
desconfianza. Hay que arriesgarse a conocer nueva gente. La vez sin amigos
es triste y arrugada. Todas las personas tienen algo que decir y enseñar. El
principio de la exploración exalta la juventud y las ganas de vivir, además no se
generará dependencia. Será capaz de amar pero dina ataduras.
El principio de la autonomía o hacerse cargo de uno mismo: Una persona
autónoma se hace dueña de su vida y sus decisiones y logra un desarrollo
personal sin límites. Este principio nos enseña a ser independientes, a ver por
nosotros mismos sin convertimos en antisociales. Si la persona toma las
riendas de su vida, los apegos no prosperan. Se libre implica ser capaz de
enfrentar problemas o situaciones emocionales, serás capaz de confiar en tus
capacidades, no esperaràs que la pareja te proteja, fortalecerás tu miedo al
daño y abandono. Seremos más VALIENTES.
Una persona es sana cuando es autónoma y sana físicamente. Las persona
apegadas no son autónomas, su necesidades del otro son muy fuertes porque
busca seguridad o protección.

Si el principio de exploración ayuda a obtener


reforzadores y la pérdida del miedo a lo
desconocido; el principio de autonomía permite
adquirir confianza en uno mismo y perder el miedo
a la soledad.

Si tenemos libertad personal logramos desarrollar tres atributos psicoactivos


importantes para tener una relación estable:
La defensa de la territorialidad y la soberanía afectiva.-Las personas deben
tener su espacio, su individualidad, su espacio de reserva personal. Sin
territorialidad no puede haber una buena relación.

Las personas que se cuentan todo son planas


y tediosas. Se conocen tanto y se comunican
tanto que pierden el encanto

Muchos se disgustan con su pareja si no les cuenta todo, y lo consideran falta


de lealtad. Pero no existe la transparencia total y a veces en preferible no
contar ni preguntar.
La idea no es andar jugando a las escondidas ni fomentar el libertinaje y
eliminar la honradez, sino tener límites a la privacidad. Esto no es desamor
sino inteligencia afectiva.
La independencia, la territorialidad es la mejor opción para que la pareja
perdure y no se consuma. A la gente apegada lea aterra el libre albedrio.
Sin autonomía no hay amor sino adicción y complacencia.
Mejor utilización de la soledad.-La soledad es una oportunidad para fomentar
el autoconocimiento. Para la psicología la soledad tiene una faceta buen ay
mala. La elección voluntaria es saludable y ayuda a limpiar la mente, pero si es
obligada, aniquila todo vestigio de humanidad rescatable, trae desolación.
Si la persona está aislada socialmente por un tiempo no pasa nada, pero si la
persona tiene carencia afectiva ésta duele y despoja de toda motivación a la
persona. Ambas generan depresión, pero la soledad por desamor es la madre
de todo apego.
Se autónomos también implica caminar solos en algunas cosas como pareja.
Por ejemplo ella lee y el riega el jardín, etc.
Lamentablemente hay tres condiciones que se producen en el ser humano
cuando hay soledad:
 Para los vulnerables al daño, la soledad es desamparo.
 Para los que necesitan estabilidad, la soledad es abandono.
 Para los que necesitan autoestima, la soledad es desamor.
Pero la soledad tiene sus ventajas:
 Desde el punto psico-cognitivo permite la autobservación y es la
oportunidad para conocerse a sí mismo.
 Desde el punto de vista psico-emocional permite que los métodos de
relajación y meditación aumenten su eficacia. La persona se siente más
más segura y concentrada, no hay necesidad de aprobación, ni críticas.
 Desde el punto de vista psico-comportamental, nos conduce a soltar
bastones y lanzarnos al mundo. No es necesario tener compañía
afectiva para desempeñarse socialmente.
Estar en Soledad no significa que debamos dejar de comunicarnos con la
pareja y aislarnos por completo de ella. Cada uno en su actividad y suficiente.
De eso se trata la intimidad. Amar sin aferrarnos el uno al otro.
La autosuficiencia y la autoeficacia
Muchas personas de tanto pedir ayuda pierden autoeficacia, se vuelven
inútiles. En su vocabulario solo existe el “no puedo”. No pueden hacer
actividades sencillas como pedir taxi, llevar el auto al taller, llamar al
electricista, etc. Se vuelve menos tolerante a las dificultades y luego se hace
perezoso.
La persona inútil, es insegura y le hace perder confianza en sí mismo. Y busca
depender más y solo aumenta su sentimiento de inutilidad.
Hay personas que si su pareja se va dejan de vivir, no salen, no se cambian, no
van a visitar a su madre; si hay problemas esperan a su pareja para que lo
resuelva. Viven apara su pareja y no les disgusta.
Es necesario desprenderse de esa incompetencia. La independencia es el
único camino a recuperar la autoeficacia.
Sentirse incapaz es una de las sensaciones más
destructivas, pero no hacer nada y vivir como
invalido es peor. Aunque no te agrade el esfuerzo,
hacerte cargo de ti mismo hará que tu dignidad no
se venga a pique.

Ser autónomo tiene varios beneficios:


Permite que no haya apego y promueve maneras más sanas de relacionarse
afectivamente. La persona mejora su autoeficacia, adquieren más confianza en
sí mismas y se vuelven autosuficientes. Se vence el miedo a no ser capaz.
Al tener que vérselas con el mundo y luchar por la propia supervivencia, se
elimina la mala costumbre de evitar la incomodidad. Ayuda a madurar
emocionalmente. Se vence el miedo a sufrir.
La autonomía permite un mejor manejo de la soledad. La persona adquieres
mejores niveles de autobservación y autoconciencia. Se vence el miedo a la
soledad. La soledad es la base de todo apego.
Algunas sugerencias:
1. Hacerse cargo de uno mismo. La comodidad ofrece algunas ventajas, pero
es hora de dejar la inutilidad. Si somos capaces de resolver las cosas sin
ayuda, tenderemos la maravillosa sensación de andar por la vida a mil por
minuto. No delegues lo que puedes hacer. Si consultas todo, deja de
hacerlo.Date el gusto de equivocarte. Equivócate, si te equivocas creces, sino
te equivocas no creces, te estancas.
Haz una lista de cosas que tienes por arreglar y que has dilatado por no contar
con alguien. Define tus prioridades. Haz un orden de cosas día a día por
cumplir. No postergues llama por teléfono y empieza. Ve a lugar, incomódate,
aunque llueva o truene, ve. No más excusas, no más desidias. No descuides lo
que amas, tus cosas son importantes. Una vez que te hagas responsable de
tus actos, descubrirás tu verdadera fortaleza.
Si has jugado con tu pareja ser el inútil, deja ese rol. Desecha la minusvalía.
No necesitas ser débil para que te quieran. Tranquiliza a tu pareja .Dile que la
transformación que experimentas no te alejara de ella, sino que la querrás
mucho más.
2. No hay que tenerle tanto miedo a la soledad. Muchas veces la soledad
nos enseña. Se puede empezar a salir solo sin la compañía de nadie. Se
puede ir al restaurante solo, incluso al cine. De vez en cuando ir a solas a
pasear. Se puede llegar a casa y evitar televisión, radio o redes sociales. Hay
que aprender a vivir con la soledad. Si no se tiene pareja y uno siente la
soledad, es mejor no apresurarse a buscar pareja. No pegarse a la primera
opción. La experiencia enseña que mientras menos se busque el amor,
más se lo encuentra. El deseo descontrolado asusta a cualquier candidato. Si
la ansiedad se nota y las ganas se notan, se asustará a cualquier persona. Hay
que pasar con la soledad aunque sea un año pero por decisión y si en ese
camino aparece el amor las cosas se darán.
3. Vencer el miedo. Todas las personas tenemos en nuestro interior la fuerza y
la valentía para afrontar la vida. Somos mucho más valientes de lo que
pensamos. Somos capaces de emprender acciones poco comunes sin temer
las dificultades o el riesgo que implican. Muchas veces en medio de la
adversidad sacamos una fortaleza asombrosa, la audacia que llevamos por
dentro. Cuando intentamos hacer aquello que tememos nuestro “yo” se
fortalece. Nos sentimos personas satisfechas porque al menos lo intentamos.
Elige un miedo que tengas y enfréntalo. Hazlo sucesivamente para que no lo
sientas, sino que sea algo natural. Libérate de las aprensiones personales. Si la
vida de un ser querido dependiera de nuestro miedo, ya lo habríamos
superado. Hay que enfrentar cualquier miedo: hablar en público, la oscuridad,
el agua, etc.
Haz lo que exactamente temes. Llama al miedo rétalo. Cuando algún evento te
produzca temor, míralo como una ocasión para fortalecer tu coraje. Esa es la
CLAVE.
El principio de sentido de vida: Las personas que tienen este principio tienen
una serie de ventajas para la supervivencia porque viven más tiempo, mejoran
su calidad de vida, son menos enfermos, no enferman fácilmente mentalmente,
no tienen miedo a la muerte ni hay apegos.
Se mueven más fluidamente y no se estancas en pequeñeces. Saben que
pueden amar pero, a la vez prescindir del otro., ama de manera especial, con
paz y tranquilidad interior. Hay deseo pero no adicción.
La persona que tiene sentido de vida se autorrealiza y trasciende:
Quién tiene sentido de vida, tiene la capacidad de autorrealización, sabe
reconocer los talentos naturales que poseemos, aquellas habilidades que
surgen espontáneamente, sin alarde ni especializaciones. Muchas veces no
identificamos nuestras facultades, pero están allí. Para saber si estamos
desarrollando los talentos, debemos preguntarnos:
 ¿Pagarías por hacer lo que estás haciendo?
 Aquellas cosas que hace bien y disfrutas hacerlas ¿han surgido de ti
más naturalmente que por aprendizaje?
 Cuando estás ejecutando lo que te apasiona ¿La gente se acerca a ti en
vez de alejarse?
El talento natural es una capacidad guiada por la pasión, que nace de
adentro y reúne a los demás cuando aparecen. Todos tenemos una
capacidad creativa, si nos dejan y tenemos el coraje para hacerlo.
Una vez que nos realizamos la mente se tranquiliza y las inseguridades
desaparecen. Las personas autorealizadas. No necesitan tanto el apego. La
pérdida y la soledad no las asustan.

Por otro lado, las personas debemos trascender, lo que implica tomar
conciencia de que somos, mucho más de lo que creemos ser. Debemos sentir
que somos partícipes de un proyecto universal. Eso nos hace fuertes y hace
que tomemos conciencia de nuestra presencia en el planeta. Muchas
personas toman terapia porque dicen que no tienen un motivo de vida, se
sienten vacíos. Tener un fin grande que nos compenetre con Dios y la vida,
nos da sentido vital. Los ideales nos hacen crecer Debemos creer en algo más.
Hay que crecer también espiritualmente, ya que no es incompatible con el
amor.
E principio del sentido de vida tiene varias ventajas:
 Ayuda a la persona a no aferrarse a las cosas materiales, incluido el
afecto. Les interesa lo material pero lo ubican en su sitio.
 Permite que la persona viva exclusivamente por su pareja y promueve la
independencia psicoactiva. Hay un gusto por la vida y la
autorrealización.
 Personas con una vida espiritual intensa son fuertes a la adversidad y
emocionalmente más maduras. Aprenden a renunciar y a darse por
vencidas cuando deben hacerlo.
 Las personas que tiene un proyecto universal de vida tienen un sentido
de pertenencia especial, con la esencia de la misma vida, que elimina la
necesidad de protección y se hace menos temeroso al daño. Tener una
misión personal nos desapega.
Sugerencias prácticas para fortalecer el sentido de vida:
1. No matar la vocación. En la vida no hay que resignarse a vivir infeliz. Todos
tenemos el derecho a auto realizarnos desde que nacemos. Debemos pelear
para lo que somos buenos. Debemos abrir nuestro abanico de posibilidades,
sin ser irresponsables con lo que estamos haciendo ahora. No debemos darnos
por vencidos. Es importante hablar con los amigos y contarle al mundo
para que sirves. Diles cuáles son tus talentos y pelea contra tu mala ubicación
en la vida.
Escarba en tu pasado y saca la vieja vocación del adolecente. Si no
puedes trabajar en ella, que se convierta en tu pasión alterna, pero
retómala, no la dejes morir. No pienses si lo haces bien o mal, lo que importa
es que goces y te diviertas intensamente.
Si tu marido te dice que no genera ingresos, recuérdale que las personas valen
por lo que son y no por lo que tienen. Si tu esposa te regaña porque practicas
tú pasatiempo favorito, ignórala. La pasión no es negociable.
2. Pon a rodar tu talento. Es solo tuyo. No pidas permiso, no trates de
convencer a nadie, si te gusta, hazlo.
3. Nacimos para algo especial. Si cortaron nuestros sueños, no te rindas,
prepárate, la vida se encargará de los detalles. No deambules como los demás
tratando de sobrevivir. Ese no es el camino. Busca en tu interior y saca a relucir
tu singularidad. Ábrele un espacio. Si la reprimes estarás solo perdiendo mucho
más que una oportunidad. Estamos hablando de nuestra vida, debes ser tú,
independientemente de cuanto éxito tengan en otra área.
Vuelve a tu infancia y rescata tu más antigua capacidad. Tráela al presente y
ponla a funcionar a toda máquina y disfrútala sin reparos, como si tuvieras un
juguete por primera vez.
Si empiezas a autorealizarte, si fortaleces su realización personal, el apego ya
no es necesario.

ANÀLISIS PARTE 3
VENCIENDO EL APEGO AFECTIVO
Cómo desligarse de los amores enfermizos
y no recaer en el intento

Vivimos entrampados en relaciones afectivas enfermizas de las que no se


pueden escapar o no queremos dejarlas por miedo a no tener más su fuente de
seguridad o bienestar, pero con consecuencias fatales para la salud física y
mental para la persona. Además de esto, la persona se acostumbra a vivir mal.
El sistema de la persona se adormece y se vuelve más dependiente. Y a pesar
de los malos tratos y de la constante humillación de tener que pedir ternura, la
persona apegada se niega a la posibilidad de un amor libre y saludable; se
estanca, se paraliza y se entrega a su mala suerte.
Hay que liberarse de una relación que no nos hace feliz y, para ello, hay tres
principios que hay que tomar en consideración:
El principio del realismo afectivo: Implica ver la relación de pareja tal cual es,
sin distorsiones ni autoengaños. Es aprender a ver de forma objetiva el tipo de
intercambio que se mantiene con la persona que supuestamente amamos,
aunque nos duela mirar lo que vemos.
El objetivo es sanear el vínculo o terminarlo si hiciera falta.
En la adicción amorosa el autoengaño adopta cualquier forma con tal de
sujetar a la persona, entre esas formas están:
Sesgamos
Exageramos
Decimos mentiras
Cultivamos falsas ilusiones
Pese a las evidencias negativas que existen en torno a la relación, la persona
dependiente se niega a cuestionar o dejar la relación porque el aparente amor
es intocable. Por más que se le hace ver a la persona que su relación es
conflictiva, se niega a aceptar la realidad.
En algunos casos si hay un problema en la relación enseguida pretendemos
llenarlo con otra persona que puede ser incluso casado.
La persona apegada puede pegarse tanto a una relación que va sin
moderación, ni prudencia, si realismo. Pero si la persona está casada, el que
sale perdiendo es el dependiente porque el amante o la amante vive dándole
largas para divorciarse y el apegado saca una serie de argumentos que justifica
al otro, pero nunca admite que no le ama lo suficiente como para jugársela de
verdad por él o ella. Al apegado no le importa si él o la amante son débil,
inseguro o tímido, lo importante era que la espera lo aleja de conocer a alguien
que sí está disponible.
El realismo afectivo nos sugiere que debemos ver lo que en realidad está
pasando en la relación, lo que es y no lo que nos gustaría que fuera.
Debemos comprender la relación en el aquí y en el ahora, sin pretextos ni
evasivas, para así tomar decisiones acertadas, generar soluciones o
comenzar a desapegarnos.
Las distorsiones cognitivas comunes que impiden alcanzar una posición
realista son:
1. Primera distorsión cognitiva de la realidad. Excusar o justificar el poco
o nulo amor recibido. En algunos casos en una relación, más que amor solo
hay amor a medias con limitaciones y dudas, en esos casos, la sensación que
queda es de agradecimiento que de alegría; es como si el otro le hiciera un
favor.
Si hay dudas el amor está enfermo. Sanarlo implica el riego de se acabe;
dejarlo como está implica que la enfermedad se propague. La persona
apegada siempre prefiere la segunda opción.
Muchas otras veces la persona dice me quiere pero no se da cuenta. Es un
pensamiento irreal. Las personas nos damos cuenta de quién nos ama o no.
Eso no pasa por desapercibido, si no se diera cuenta que el amor lo atraviesa
de lado a lado, necesitará un examen neurológico.
Frase: Si alguien no sabe que te quiere, no te quiere.
Otra excusa que se escucha es: los problemas psicológicos que tiene le
impiden amarme. Las personas justifican el desamor de su pareja diciendo que
sufre de problemas psicológicos o de traumas de la infancia como: timidez,
introversión, miedo a entregarse, problemas de personalidad, mala crianza, o el
Edipo no resuelto. Además de justificarlo, buscan citas psicológicas para
ayudar a entender por qué su pareja no le ama.
Para la persona dependiente es menos doloroso decir que la persona
tiene un problema psicológico que decir se cansó de mí y allí si debemos
tener la dignidad de decir que hay desamor y no permitirnos vivir en una falsa
realidad.
Solo algunos desórdenes psicológicos pueden producir un descenso transitorio
en la capacidad de amar como son: la depresión, el trastorno límite de
personalidad donde la persona bloquea todo contacto afectivo
(esquizoide).También hay alteraciones de origen hormonal/metabólico que
merman el placer de intercambio afectivo.
En el desamor, solo hay desamor, no hay afección orgánica o psicológica sino
puro desgaste.
Otra realidad es que si el amor se descuida puede extinguirse para siempre.
Si hay problemas psicológicos que impiden a la persona brindar cariño a la
pareja, ayúdala a buscar ayuda. Si pese a saber tu sufrimiento no pide ayuda,
cuestiona su amor o cordura. Si no hay ningún cambio, acércate con discreción
y reconoce la realidad del desamor y valórate, haz lo correcto para evitar mayor
sufrimiento.
Una tercera justificación es. Esa es su manera de amar. Esta definición se
confunde con estilo personal de amar de cada persona. Y la verdad es que no
tiene que ver con esto si hay antipatía, indiferencia, egoísmo, agresión e
infidelidad. Este estilo de amor debemos cuestionarlo. Si la persona es
perezosa y pasiva en la cama, algo pasa. Aquí el problema del dependiente es
que asume la responsabilidad total de las fallas afectivas y se llena de una
sensación de alivio. Si la persona siente que es culpable, que es la causa del
problema, llega a pensar que la mejoría de la relación depende de él o ella y
solamente de él o ella.
Cuarta excusa. Me quiere pero tiene impedimentos externos como dicen
muchos me quiere pero esta estresado. Se pretende culpar al estrés de la
impotencia, del desamor que hay de compartir con el otro una buena relación.
Cualquier excusa es buena para explicar la lejanía afectiva.
La psicología admite que los problemas externos pueden producir irritabilidad,
cansancio y algo de mal humor, pero no desamor.
La realidad es que uno no deja de querer cuando está cansado, más bien
busca a la pareja para acurrucarse. Cuando un individuo está preocupado e
intranquilo, el compañero o compañera puede ser el soporte donde descansar.
Pero si el afecto es débil, la pareja se convierte en un encanto más, pero no el
principal.
Las vicisitudes de la vida diaria pueden alterar y destemplar un poco el amor,
pero no lo anulan.
Si te aman solo cuando no hay problemas, tu amor entró a terapia intensiva. Se
recomienda atención inmediata.
La última excusa es, se va a separar. Las cosas deben darse de forma
voluntaria, no se debe presionar, acosar y amenazar a la persona que amas
que se separe, se va por mal camino. Decir: no puede separarse, en el fondo
es no tengo el coraje de hacerlo. Si te aman estarán contigo y este en es en el
caso de quienes tienen amantes.
2. Segunda distorsión cognitiva de la realidad. Minimizar los defectos de
la pareja o la relación. Las parejas apegadas tienden a reducir los defectos de
su pareja al mínimo para hacer más llevadera la relación y disminuir los riesgos
de ruptura.
Si se exagera la minimización, se convierte en negación: Todo está bien, no
hay problemas. El apego por lo general amplifica las virtudes y achica las
deficiencias según convenga. Se vive en autoengaño. La estrategia es
incrementar la indulgencia para que los defectos no se vean ni duelan tanto.
Otra manera, segunda, de minimizar los defectos es justificar a la persona con
la frase “nadie es perfecto” o “hay peores parejas”. Esta última frase quita
automáticamente a cualquier defecto. Es pensar que una estadística puede
embellecer a una persona.
El apego nos hace ver lo anormal como normal, invierte los valores y revuelca
los principios.
Frases muy comunes son:
Para justificar la infidelidad: Todos los hombres son infieles
Para justificar el alcoholismo: Nuestra cultura es alcohólica
Para justificar un noviazgo de maltrato: hay parejas peores y a la mayoría de
mis amigas los novios les tratan mal.
Una tercera forma de minimizar los defectos es decir la frase: “No es tan
grave” “Mi tolerancia no tiene límites”. El mecanismo utilizado en estos casos
es el de mermar o disminuir las deficiencias, minimizando las consecuencias.
Y la verdad es que las consecuencias de los actos de nuestra pareja sí
importan porque está en juego nuestras aspiraciones, deseos y principios
personales, está en juego nuestra propia individualidad.
La docilidad es la estrategia ideal para los que no quieren o no pueden
independizarse. Nos guste o no, sí hay cosas que sí son graves, que no se
deben soportar y no se deben negociar.
Frase que sí deben importar son:
Es un maltrato leve de él o ella solo se limitaba a insultos, empujones y
escupitajos.
El consumo de mi marido no es tan grave, sale al patio para fumar y así los
niños no lo ven.
El amor no tiene edad, pero la verdad es que si importa porque la persona
envejece.
Estoy con una persona separada cuatro veces y no es malo.
La cuarta forma de minimizar los defectos es “No recuerdo que haya habido
nada malo”. Cuando se les pregunta algo a los dependientes sobre la relación
terminan por olvidar las cosas malas y solo recuerdan las buenas. En otras
palabras maximizan los aspectos positivos.
Si negamos e l pasado conflictivo de la convivencia afectiva, nos auto
engañamos. Ocultar los síntomas hace que la enfermedad pase desapercibida
y empeore. Hay que darles es puesto que se merece y hacer un inventario de
ellas si se está terminando una relación.
Negar o evitar esa realidad nos conduce a repetir los mismos errores en otras
relaciones.
Esculcar en el pasado afectivo de una relación perniciosa, sin ensañarse con
el otro y dejando a un lado el resentimiento, pueden resultar benéfico y
saludable para los que están cansados de sufrir.
Tampoco se trata de negarse o desquitarse, sino dejar de desperdiciar energía
positiva en un amor en decadencia.
Tercera forma de distorsión la realidad esresignarse a la pérdida. Creer
que todavía hay amor dónde no lo hay. Un mal duelo, la no aceptación de
una ruptura o una pérdida afectiva, esta mediado por lo que en psicología se
conoce como correlaciones ilusorias que son un mecanismo cognitivo o
interpretación errónea de la realidad, pensar que hay amor donde no lo hay.
Las frases típicas son:
 Aunque no estemos juntos, todavía me quiere (optimismo obsesivo
perseverante.
 Después de tanto tiempo es imposible que haya dejado de amarme
(Costumbrismo amoroso)
 Un amor así nunca se acaba (momificación afectiva)
Muchas de las personas apegadas recurren a la frase típica: Donde hubo
fuego, cenizas quedan, pero no miran la consecuencia: Donde hubo fuego
cicatrices quedan. Las personas que se niegan a aceptar la ruptura creen
que la durabilidad de la unión de dos seres no necesariamente indica
amor o felicidad, sino interés, miedo, pesar o incluso odio.
Otra forma de pensar amor donde no lo hay es cuando decimos todavía me
llama, todavía me mira, todavía pregunta por mí.
La necesidad de mantener el amor a toda costa puede llevar a interpretar
ciertos hechos aislados como que hay amor.
Primero. Una llamada telefónica de la persona que nos ama y nos llama puede
estar motivada tan solo por una nostalgia pasajera, confirmar un chisme,
sentimientos de pesar o culpa. Pero no significa que quiera regresar.
Segundo. Una mirada de tu ex nada tiene que ver con el afecto, solo puede
tratarse de atracción recordatoria, reminiscencias hormonales y hasta un poco
estéticas. Puede ser curiosidad por saber con quién anda o cómo anda. Y si
hay algo de picardía y seducción hay algo más, pero no es proximidad afectiva.
Tercero. Si pregunta por ti el motivo puede ser pura y simple curiosidad. No te
entusiasmes, pregunta la razón. Muchas veces puede ser una forma de expiar
la culpa por haber abandonado a la persona. Así que hay que aprender a
eliminar la angustia de la espera.
El amor no es un mapa de indirectas y claves que hay que descifrar las
veinticuatro horas para saber cuándo, dónde y cómo nos van a amar. En
una buena relación no hay mucho que traducir porque se habla el mismo
idioma, y aunque existen dialectos, son variaciones de una misma lengua.
Cuarto. Todavía hacemos el amor. La sexualidad puede crear adicción. Se
puede tener sexo sin hacer el amor o se puede tener sexo sin tener amor. En
cualquier persona puede haber el deseo de pegarse sexualmente a otra,
aunque no haya afecto. Muchas pareja separadas, tienen el deseo sexual
presente. Incluso pese a haber tenido una relación sexual fría, la libido se
alborota inesperadamente luego de un distanciamiento, provoca en la persona
un éxtasis de consecuencias impredecibles.
Hacer el amor con una persona que queremos, pero que no nos corresponde,
es un completo disparate. Cada encuentro clandestino es un sí con sabor a no
y una renta a la autoestima. Ser deseable no implica ser querible. Deseo no es
amor.
Quinto. Todavía no tiene otra persona o todavía está disponible. Aquí la ilusión
es pensar que si la persona que quiero aún sigue sola, tengo oportunidad.
También las frases típicas son: soy irremplazable o no ha podido olvidarme.
Pero si queremos ser reales, la persona que amo prefiere estar sola a estar
conmigo. Aunque suene mortal, es la realidad. Es mortal para cualquier ego.
Por definición, ningún enamorado, pudiendo elegir, prefiere la soledad afectiva
a estar con la persona amada. En estos casos, es mejor irse con el amor a otra
parte.
Sexto. Se va a dar cuenta de lo que valgo. El dependiente piensa que la
persona que le rechaza algún día se va a dar cuenta, y se arrepentirá
sinceramente y hará un reconocimiento público del viejo amor perdido. Sin
embargo, el solo hecho de pensar que solo perdiéndome me valorara, ya es
una ofensa, pues las personas deben respetarnos por lo que somos. No
necesitamos pasar un examen de evaluación para saber si pasamos o no el
examen como pareja, no somos un objeto de compraventa.
Es duro admitir, pero la realidad es que si tu pareja dudó afectivamente de ti,
volverán a dudar. Puede haber muchos exámenes y es mejor creerlo que vivir
más en ascuas.
Hay gente que se demora años en descubrir el afecto, pero cuando ya es
tarde. El otro lucho años, tras año haciendo ver el afecto que tiene para
entregarle, pero el dependiente no se da cuenta por su corazón insano, lleno
de dificultades emocionales, que no sana porque no tiene el coraje de enfrentar
su situación.
Además de no querer ver la realidad, luego de haber perdido el amor, se la
pasa esperando, se da cuenta que no hay que jugarle la carta a una sola
persona. No saben que la vida da una segunda oportunidad en la que sí llega
la persona que nos acepte tal cual somos y sea sana, la relación puede
funcionar de otra manera. Solo la persona que te ama tal cual eres, te amará
sin condicionamientos.
Cuarta forma de distorsión cognitiva que no nos permite ver la realidad es
persistir tozudamente en recuperar un amor perdido. La persona apegada
no se da por vencido en la lucha por recuperar un amor perdido, pero lo
recomendable es luchar en aspectos de la vida que nos dan sentido, pero en
amores difíciles o imposibles, no. Si el dependiente persevera en obstinarse,
la virtud cede a la inmadurez.
Algunas de las tácticas que se usa para recuperar el amor perdido es:
Hacerse leer las cartas. Si la persona recurre a la recuperación mágica
religiosa, la desesperación ha tocado fondo. Estas tácticas lo único que hacen
es mantener a la persona en supervivencia afectiva del angustiado y le hace
incompetente, porque desvía el problema a lo externo.
Intentar nuevas estrategas de seducción. Piensa que la persona que ama le
dejo porque no ha sabido retenerla así que activa varias estrategias de volver
a seducir. Pero esta estrategia solo funcionara si la persona está dispuesta a
dejarse conquistar.
Hay que ser reales y saber que el amor no es como la guerra o la toma de
poder. El amor no es rescatable mediante e acoso o persecución. La conquista
obligada es una VIOLACIÒN. Si en el otro hay desamor, es mejor no hacer
nada y dejar que la alteración siga su curso. No deben entrar en pánico ni
comportarse irracionalmente.
Algunos ejemplos:
Una señora se operó el conducto vaginal para recuperar el amor perdido.
Un hombre que está en la cárcel, estafó a más de una persona para mostrarse
económicamente exitoso ante su exmujer.
Perfumarse
Vestirse mejor
Bajar de peso
Mejorar el empleo
Llenarse de silicona
Jugar a ser un seductor
Algunas de esas cosas son buenas, si el amor está vivo, pero no para cuando
el afecto se ha roto. La recuperación de la pareja perdida, si fuera posible, no
se logra con dos o tres cambios superficiales de comportamiento.
Las relaciones afectivas obedecen a una historia particular, especial y no
reproducible, que determina su esencia básica y un perfil interpersonal único.
Las relaciones fuertes se dan en el tiempo, desconocer eso, solo lleva a tener
actitudes facilistas que no ayudan a fortalecer el vínculo.
Si quieres intentar un plan de reconquista, no lo hagas a la ligera.Hay que tener
claro:
Las causas de la ruptura
El diagnostico
La explicación de por qué no funcionó
No te hagas falsas expectativas. Cuando algo anda mal el remedio es difícil de
aplicar.
Pensar en que mi amor lo curara. Cuando nos convertimos en redentores,
consejeros o psicólogos de la persona amada, distorsionamos la esencia del
amor. Sobre todo las mujeres buscan redimir o curar al enfermo. Este tipo de
curación no es correcto, no funciona.
Si se cae en esta actitud, el amor mal dosificado, produce ganancias
secundarias y refuerzan el comportamiento que se pretende cambiar.
Algunos ejemplos:
Querer curar a una persona infiel crónica dándoles amor a granel y tolerar sus
engaños, es una inocentada con rasgos de complicidad.
Pretender que alcohólico controle su adicción dándole afecto indiscriminado, es
casi imposible que se cure. El amor por sí solo no es suficiente para modificar
una conducta adictiva.
Algunas parejas con vocación de mártires deciden adoptar a la pareja y
echarse al hombre la reparación de todos sus males. Crean su propio club de
sanadores.
Las frases típicas:
Mi amor lo hará cambiar.
Cuando se sienta amado, se dará cuenta de sus errores.
El amor todo lo puede.
Es necesario el realismo afectivo para salir del romanticismo o el idealismo.
Y hay que saber que aunque el amor es el principal motor de una relación de
pareja, no es suficiente para que un amor prospere. En casos de dependencia
el amor, no es suficiente para que la persona cambie. Aquí el amor no es tan
poderoso.
No resignarse a la pérdida. Alejarse pero no del todo. Las personas apegadas
no quieren perder ningún beneficio. No importa que tan enfermiza sea la
relación, lo único importante es conservar a la persona amada aunque sea a
pedazos. El miedo a quedarse sin afecto loes lleva a establecer metas
incompletas, postergaciones amañadas y remedios insuficientes.
Voy a dejarlo de a poquito. Las personas apegadas no pueden alejarse de su
fuente de adicción. Y si deciden hacerlo quieren hacerlo de apoco porque
quieren tener permanentemente su estímulo afectivo, ya que la dependencia es
como una droga.
Una persona que lleva una doble vida, o que tiene otra prioridad por encima del
matrimonio, simplemente se agota y en el caso de la doble vida, la culpa no da
tregua a la persona y la ansiedad la mata.
La persona dependiente no se arriesga a perder algo, quiere todo a la vez, y si
tiene que perder algo, quiere hacerlo de a poco. Pero la realidad es que la
dependencia como cualquier otra adicción requiere de carácter, coraje y
voluntad para dejarla de una vez por todas. Requiere dejar algo, perder algo,
para ganar algo diferente a lo que desea.
Lo mismo pasa con otras prioridades que interfieren en la relación de pareja, si
es más fuerte la prioridad ajena al matrimonio, y la persona no quiere perder
ninguna, se queda atrapada en el problema, sin salida.
Solo seremos amigos. Es imposible ser amigo de una persona que decidido
irse de nuestro lado o a la que todavía se ama.
Las personas dependientes que no aceptan la pérdida y tienen a sus ex de
amigos no soportan que la otra persona no esté en su vida, entran en un
proceso de testarudez afectiva. Deciden entrar en un vínculo amistoso
peligroso porque se vuelve en tortura, tienen que soportar ser confidentes de
su novio, soportar verlo con otra u otro y apoyarlo en decisiones que lo
alejaban más de una posible reconciliación. Con el tiempo la relación de
amistad con el ex se hace cada vez insoportable, ya que estar con la droga y
no consumirlo causa pena y dolor. Verlo, hablar con él, desearlo en silencio,
lleva a la persona a un momento de desesperación e incapacidad, a atentar
contra su vida.
Solo cuando se da cuenta del mal que se ha estado haciendo, allí la persona
decide que, cuando hay amor hay problema, y que no se debe ser amigo del
ex.
Solo seremos amantes. Convertirnos en amantes de la persona amada, con
la excusa de no alejarnos del todo, es la peor de las decisiones. Impedimos el
duelo, perpetuamos el sufrimiento por tiempo indeterminado. Si la relación ha
sido muy mala o poco conveniente, pero, desperdiciamos una buena
oportunidad para terminar de una vez por todas con la tortura de estar mal
emparejados.
Conclusión: La mente apegada utiliza infinidad de subterfugios y engaños
para intentar salvar el amor extraviado. La adicción no permite ver si la relación
es dañina o no, simplemente es ciega.
La persona que es adictiva, usa estos pensamientos perturbadores. Cada uno
de estos pensamientos lo que quiere es retener la fuente de apego.
El principio del realismo nos ayuda a desaprender. Solo hay que quedarse
quieto y mirar la realidad afectiva en la cual se está inmerso. Si logramos ver
las cosas como realmente son, dejando sesgos y mentiras a un lado, es lo
único que se debe intentar. Aunque duela el alma y el organismo entra en crisis
de abstinencia, no hay otro camino.

El principio de autorrespeto y la dignidad personal. Si somos apegados,


somos capaces de atentar contra la propia dignidad personal. Aquí, los valores,
la moral se van al suelo. Vendemos lo que no está en venta, negociamos con el
respeto y nos arrastramos para conseguir la dosis afectiva que necesitamos.
La ética comienza cuando los demás entran a escena. Y en la ética está
incluida la autoestima.
La moral implica no hacerles a los otros lo que no me gustaría que me hicieran,
o desear a los otros lo que anhelo para mí.
Y como dice el mandato “ama tu prójimo como a ti mismo, si yo me amo
primero aprendo a amar y respetar a los otros.
En la infancia, el niño vive el mundo con la posibilidad de convertirse en un ser
capaz de aceptar y esperar al otro desde la aceptación y el respeto de sí
mismo.
Si este niño no puede aceptarse y respetarse a sí mismo, no puede aceptar ni
respetar a otro. Temerá, envidiará o despreciará al otro, pero no lo aceptará ni
respetará. Y sin aceptación ni respeto por el otro como un legítimo otro en
la convivencia, no hay fenómeno social.
El principio del autorrespeto y la dignidad intenta definir los límites de la
soberanía personal.
La reciprocidad del amor. Muchas veces es más fácil querer a Dios que a las
personas. Pero la persona con la que vivimos tiene nombre y apellido: como
protesta, duerme, habla, demanda, abraza, llora, etc.
Los vínculos que establecemos con otros humanos siempre son
personalizados, tienen un nombre. El amor interpersonal necesita de
correspondencia, debe haber reciprocidad si queremos que haya una relación
afectiva gratificante. Debe haber intercambio equilibrado.
El amor reciproco no es aquel donde el bienestar es un privilegio de una de las
partes, sino de ambas.
La reciprocidad es uno de los universales éticos. Todo valor ético establece
una obligación y demanda. Por lo general una correspondencia. Hay un
equilibrio entre el dar y el recibir. Si una de la partes es mal dado, pero le gusta
recibir afecto, es probable que estemos ante un àvaro afectivo o un narcisista
en potencia.
Si la persona es una dadora de tiempo completo y no cree merecer afecto, la
sumisión está presente. Para que la relación funciones no debe haber
desequilibrios muy marcados. Debemos siempre ser recíprocos en recibir
afecto.
La desigualdad del intercambio acaba por destruir cualquier vínculos doy amor
por lo menos hasta un siete está bien, menos de eso no. Debemos aprender a
llenar las expectativas mutuas. Si se acuerda a realizar cosas conjuntas
hacerlo, si al otro le toca una tarea, hay que hacerlo. Pero si por una z, no
puede por enfermedad o cansancio, hay que ayudarlo.
En otros caso el intercambio afectivo necesita nivelarse y en especial si son
aspectos importantes. Cuando se trata de aspectos esenciales, recibir en una
cuestión de derechos y no un culto al ego. Es imprescindible para la
supervivencia psicológica. Si soy fiel, espero fidelidad; si soy honesto espero,
honestidad; si soy cariñoso, espero ternura. Si no, no interesa.
No te merece quien te lastima. Merecer significa ser digno. Por ello, las
siguientes frases son manifestación de buena aceptación:
Te entiendo
Lo acepto
Lo disfruto
Me alegro
Tu amor es un regalo
Si la persona no comprende lo que le doy, el amor se deshace en el camino y
desaparece. No se puede amar a quien no nos quiere. No tiene sentido
entregarse a alguien que no quiere estar con uno. Si no nos aman, no nos
respetan.
Si alguien que amamos, no nos corresponde, desprecia nuestro amor y no
hiere, entonces debemos ser conscientes de que estamos en un lugar
equivocado. Esa persona no se hace merecedora del afecto que le
prodigamos. Si no nos sentimos bien recibidos en un lugar, simplemente
empacamos y nos vamos.
En una relación que tengas, no te merece quien no te ama y menos aún quien
te lastime.
Jamás humillarse. Es muy difícil someterse a un ser que se doblega para
obtener afecto. Un amor indigno es una forma de esclavitud. Los dueños nunca
aman a los esclavos, los explotan o solo se compadecen de ellos.
Los dependientes usan la táctica de la humillación por el deterioro personal que
tienen. Mientras más el apego, mas intento de comportamientos humillantes.
Las tácticas van desde reclamos indecorosos o preguntas indebidas. Ejemplos.
Quiéreme
Recuerda mi cumpleaños
No te olvides que debes hacer el amor conmigo.
Tienes que acariciarme de vez en cuando.
Hay cosas en la vida que no se deben pedir, deben surgir natural y
espontáneamente. Si no ocurre estamos en alerta roja.
Exigir afecto provoca indignación y muchas veces depresión. No es lo mismo
ejercer el derecho a la reciprocidad que implorar amor.
Una segunda forma de humillarse son los comportamientos degradantes y
manipulativos. Los más comunes son:
Suplicar
Arrodillarse
Llorar
Gritar
Auntomutilarse
Intentos de suicidio
Estos comportamientos son muy impactantes a los ojos de cualquier
observador. Son comportamientos de personas que ya están fuera de control y
no es capaz de medir las consecuencias.
La tercer forma de humillación, es dejarse explotarla persona acepta que se
aprovechen de ella sin chistar, como una forma de asegurar su fuente de
apego. Es como prostituirse. En estos casos la explotación no es solo
económica, sino que se aprovechan del tiempo y de la persona. Mientras más
se aprovechan de la persona, esta se vuelve más dependiente. Se vuelven
masoquistas porque no soportan la soledad y deja que los demás se
aprovechen de él.
La cuarta forma de humillación y la más lastimosa es aceptar el maltrato con
estoicismo, sin expresar ningún tipo de desacuerdo, aguantando todo.
Ejemplos:
Si me castigan es porque me lo merezco
Si no me quejo y aguanto estoicamente, nunca me abandonará.
Son persona que han sido lavadas sus cerebros por su pareja de forma
continua.
Si la persona cae en manos de una mal personas, la victima pierde todo rastro
de voluntad. En poco tiempo el apegado acepta cualquier cosa y se entrega
como cordero al matadero.
Hay incluso personas que se sienten honrados de recibir maltrato.se reverencia
al verdugo al cual le tiene absoluta obediencia. Se auto engañan porque no
quieren ver el conflicto en el que viven. Hay personas que se sienten orgullosos
de ser subyugados. Es una esclavitud vergonzosa porque la misma persona se
somete.
La quinta forma de doblegarse, es desvirtuar la propia esencia para darle
gusto al otro. Esto implica complacer a la persona que se ama. Es un placer
agradable y excitante.
Satisfacer, consentir y colaborar con el bienestar del otro forma parte de una
convivencia próspera. Estos reforzadores hacen que el amor sea vea y no solo
se sienta. Por esto, el dar debe tener un límite. No debe atentar contra mí
mismo para que mi pareja sea feliz. Hay muchos ejemplos de parejas que por
complacer al otro se entregan a todo tipo prácticas sexuales que no comparte
moralmente.
El apego puede afectar la tendencia sexual, la posición política, la sensibilidad
social y hasta la fuerte creencia moral o religiosa.
La sexta forma de sumisión es la más sutil y utilizada. Consiste en no expresar
los gustos y necesidades. Solo hay un silencio zalamero y disimulado, que
agrada a la otra persona.
La frase típica es:
“Si me dejo llevar, nunca me dejará”
A los ojos de cualquier persona, es la pareja perfecta, las coincidencias
sorprenden y la congruencia es increíble. Pero la realidad es que el adicto se
somete a los gustos del otro.
 Lo que tú quieras mi amor
 Lo que te parezca a ti está bien.
Séptima forma de someterse. Compartir la pareja con otro. La mayoría de
adictos cuya pareja es infiel aceptan resignadamente el hecho. Incuso se
sienten agradecidos que su esposo o esposa le sean honestos acerca de la
relación que tienen.
La persona que acepta esta situación no se respeta a sí misma, se deja
violentar demasiado, se someten a la tortura porque incluso a veces
acompañan a los amantes. Se vuelven así cómplices porque renuncian a sus
principios y honra. Se someten a todo dolor y angustia. Tienen miedo a la
soledad. Es mejor que salga de esta situación, se liberes, y venza la adicción.
Eliminar toda forma de autocastigo
Cuando una relación está mal, los dos son responsables. En el caso del apego
afectivo, cuando el vínculo se rompe, el apegado se autocritica fuertemente. Si
se entrega a servir totalmente al esposo a la esposa y si éste o ésta son infiel,
no se llena de ira, indignación o granas de golpear al otro, sino que siente culpa
y pesar. Sienten culpa por dejar de sentirse sumisas.
De esa forma no se debe actuar, ya que es una forma de perder el
autorrespeto. Ceden demasiado, que cuando los traicionan se sienten
traicionados.
Otros, se autocastigan verbalmente si su esposa o esposa los dejan:
Soy un idiota
A mí nadie me puede querer
Si hubiese sido más cariñosa, no me habrían dejado de querer
Soy torpe en el amor
A mí nadie me puede querer
Con estas palabras lo único que hacen es llegar a la depresión.

Los dos pensamientos más comunes que acompañan el abandono del


apegado son:
Si la persona que amo no me quiere, no merezco el amor.
Si la persona que dice quererme me deja, definitivamente no soy querible.
Si se piensa de esta manera, la persona se acopla a una distorsión y busca
confirmar mediante varias sanciones, que no merece el amor. Se autocastiga.
Las cuatro formas de autocastigarse son:
Estancamiento emocional. No merezco ser feliz, elimino de mi vida todo lo que
me produzca placer.
Aislamiento afectivo. No merezco a anidie que me quiera. Cuando mas me
guste alguien más me alejo de mi lado.
Reincidencia afectiva negativa. Buscar nuevas compañías similares a la
persona que nos hizo o todavía nos hace sufrir.
Promiscuidad auto castigadora. Se entrega al mejor postor, dejarse hacer lo
que quieran o entregarse socialmente.
Autocastigarse es la manera más degradante de humillación porque proviene
de uno mismo. En las relaciones disfuncionales los dos son culpables, así
que no te maltrates innecesariamente, divide las cargas, elimina el autocastigo
y deja que el perdón empiece a actuar.
Por encima de todo, tu pareja debe amarte y respetarte. Si no se da ninguna,
estas con la persona equivocada. No te merece quien te hace sufrir.
El autorespeto es una guía. Es el punto de referencia psicológica que te dirá
cuando has perdido el norte. Si la dignidad personal se actúa, el apego pierde
fuerza y se acaba.
Predicar un amor reciproco es aceptar que todos los humanos somos valiosos,
incluido tu mismo.
Resignarse a una mala relación nos quita automáticamente el derecho al amor,
nos volvemos cómplices de nuestra infelicidad.
Defender tus derechos y negarte a la humillación te vuelve querible. Eliminar el
autocastigo te hace libre.
Para vencer el apego y no volver a caer en él, tu mente debe acostumbrarse a
no negociar los principios.
Un ser carente de ética es un individuo sin dirección, influenciable y
esencialmente contradictorio.
La vida ofrece otra oportunidad, una manera de empezar de nuevo y limpiar el
pasado. Usemos esa fuerza que nos hace renacer.

El principio de autocontrol consistente


La adicción no se vence por exposición, como se conoce la técnica para perder
una fobia. Aquí la mejor opción es l autocontrol y la resistencia activa.
Recordemos que en la adicción no hay empalago. Mientras más droga más
dependencia. Las personas que quieren alejarse de su esclavizador suelen
meterse más en la boca del lobo y lo síntomas son más amor, mas locura y
obsesión.
Si desea alejarse, la ruptura debe ser total y radical. Algunas estrategias que se
usan para alejarse y que no son convenientes:
Análisis parcializado conveniente. Acordarse de los aspectos negativos
presentes, a activos y disponibles. Eso no significa vivir amargado y resentido.
Recordar lo malo de manera constructiva es decir: gracias Dios, logre
separarme.
Hablar con personas que están de nuestra parte. Por lo general, las
personas amigas no son objetivas y no conocen los detalles domésticos de la
pareja. Es mejor rodearse de personas incondicionales que nos animen y
apoyen en la decisión. Si queremos alejarnos de una relación anormal o
inconveniente, no necesitamos imparcialidad y mesura, sino que nos ayuden a
escapar del suplicio y alejarnos. Los mejores amigos siempre nos dirán las
cosas para no romper la relación.
Control de estímulo o buenas evitaciones. Hay que cortar las fuentes
inconvenientes de información y no someterse a los estímulos que disparan la
urgencia afectiva. Durante un tiempo es bueno no llamar ni hablar con la
persona que se quiere dejar. No verla, evita lugares nostálgicos o gente que
nos la recuerde. También bloquear todos los estímulos sensoriales que activan
esquemas pasados: perfumes fotos, música, texturas, sabores. Tres meses in
ver a la persona amada es un buen comienzo. Pero para alejarse totalmente se
requiere de años. Si se dieran encuentros cercanos, el adicto cae.
Autocontrol y autorregulación del comportamiento no es la solución al
problema, ayuda a establecer las condiciones para un trabajo más profundo,
donde se fortalece el déficit que se esconde tras cada apego.
La autodisciplina es lo opuesto a la inmadurez. Fortalecerla es madurar
emocionalmente y aprender a manejar los impulsos que el apego
desencadena. No hay adicción si hay autocontrol
Lo que aprendí:

Lo que me impactó:

Conclusiones:

También podría gustarte