Proceso de Extradicion

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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

TRATADO DE
EXTRADICIÓN

SERIE DEBATES
PLENO

MÉXICO 2000
Primera Edición 2000.
ISBN-968-5153-71-X
Impreso en México.
Printed in Mexico.
D.R. © Suprema Corte de Justicia de la Nación.
TRATADO DE EXTRADICIÓN

No. 22, Año 2000


LA EDICIÓN DE ESTA OBRA ESTUVO AL CUIDADO
DE LA COORDINACIÓN GENERAL DE COMPILACIÓN Y
SISTEMATIZACIÓN DE TESIS DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

TRATADO DE
EXTRADICIÓN

SERIE DEBATES
PLENO

MÉXICO, 2000
DIRECTORIO

Coordinación General de Compilación y Sistematización de Tesis:

Miguel de Jesús Alvarado Esquivel (Coordinador)


Diana Castañeda Ponce (Directora General del
Semanario Judicial de la Federación)
Responsable de la obra: Rosa Cristina Padrón González

Copyright
Derechos reservados

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de


Correos de México, D.F., el 21 de septiembre de 1921

Informes

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acceso 14, primer nivel, México D.F.,
Tel. (5)1 33 86 93
(5)1 33 86 94
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Presidente: Ministro Genaro David Góngora Pimentel

PRIMERA SALA

Presidente: Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo


Ministros Juventino V. Castro y Castro
Humberto Román Palacios
Olga María Sánchez Cordero de García Villegas
Juan N. Silva Meza

SEGUNDA SALA

Presidente: Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia


Ministros José Vicente Aguinaco Alemán
Sergio Salvador Aguirre Anguiano
Mariano Azuela Güitrón
Juan Díaz Romero
Í ndice
Página
PRESENTACIÓN XIII
SÍNTESIS XV
DEBATE REALIZADO EN SESIÓN PRIVADA DEL
DIECIOCHO DE ENERO DE MIL NOVECIENTOS
NOVENTA Y NUEVE, RELATIVO AL AMPARO EN
REVISIÓN 792/98 1
Presidente Genaro David Góngora Pimentel 1, 10, 12 y 15
Ministro Humberto Román Palacios 1
Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano 3, 9, 12 y 16
Ministro Juan N. Silva Meza 5
Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia 7 y 12
Ministro Juventino V. Castro y Castro 10, 15 y 16
Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo 10
Ministro Mariano Azuela Güitrón 11, 12 y 13

DEBATE REALIZADO EN SESIÓN PRIVADA DEL


VEINTICINCO DE ENERO DE MIL NOVECIENTOS
NOVENTA Y NUEVE, RELATIVO AL AMPARO EN
REVISIÓN 792/98 17
Presidente Genaro David Góngora Pimentel 17, 35, 47, 48, 49 y 50
Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo 17, 41, 49 y 50

IX
X TRATADO DE EXTRADICIÓN

Página
Ministro Humberto Román Palacios 20, 33, 42, 45 y 50

Ministro Mariano Azuela Güitrón 22, 35, 40, 47, 49 y 50

Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano 26, 48 y 49

Ministro Juan Díaz Romero 26, 41, 49 y 50

Ministro José Vicente Aguinaco Alemán 29, 40 y 49

Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia 30, 43 y 50

Ministro Juventino V. Castro y Castro 38 y 49

Ministro Juan N. Silva Meza 46 y 50

DEBATE REALIZADO EN SESIÓN PRIVADA DEL


CUATRO DE MARZO DE MIL NOVECIENTOS
NOVENTA Y NUEVE, RELATIVO AL AMPARO EN
REVISION 962/98 53

Presidente Genaro David Góngora Pimentel 54, 67 y 80

Ministro Juan Díaz Romero 54 y 80

Ministro José Vicente Aguinaco Alemán 61, 63, 80 y 81

Ministro Juventino V. Castro y Castro 63, 76, 80 y 81

Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia 63, 65, 79, 80 y 81

Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano 65, 75, 78, 79, 80 y 81

Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo 66, 70, 80 y 81

Ministro Mariano Azuela Güitrón 66, 70, 78, 80 y 81

Ministro Humberto Román Palacios 77, 80 y 81

Ministro Juan N. Silva Meza 77, 80 y 81

Ministra Olga María del C. Sánchez Cordero 80 y 81

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN XI

Página
DEBATE REALIZADO EN SESIÓN PÚBLICA DEL
CUATRO DE MARZO DE MIL NOVECIENTOS NO-
VENTA Y NUEVE, RELATIVO A LOS AMPAROS
EN REVISION 792/98 Y 962/98 83
Presidente Genaro David Góngora Pimentel 83

VOTACIÓN 84 y 87

DECLARATORIA 86 y 88

SENTENCIA. AMPARO EN REVISIÓN 792/98 91

SENTENCIA. AMPARO EN REVISIÓN 962/98 143

VOTO DE MINORÍA. AMPARO EN REVISIÓN 235


792/98

VOTO DE MINORÍA. AMPARO EN REVISIÓN 241


962/98

VOTO DE MINORÍA. AMPARO EN REVISIÓN 249


962/98

ÍNDICE
P resentación

Por acuerdo de los señores Ministros de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación, se determinó hacer del conocimiento público los debates de los
proyectos que exigieron en su momento un tratamiento singular por su
relevancia jurídica, social, económica o política y, así, proporcionar al lector
los razonamientos lógicos vertidos en discusión grupal sobre asuntos de
gran trascendencia, que le permitan comprender con mayor amplitud los
motivos individuales que determinaron el sentido de una resolución.

Esta edición está integrada con las opiniones vertidas en sesión por los
Ministros —una vez revisadas—, la votación del asunto, la declaratoria, la
sentencia, los votos particulares o minoritarios que en su caso se formularon,
y las tesis que se generaron. Lo novedoso de esta publicación es que
contiene los elementos necesarios para realizar un estudio totalizador de
un tema importante.

Se publican estas discusiones, pero no en su literalidad, sino en transcripción


revisada, porque la expresión oral improvisada tiene la desventaja de apo-
yarse en giros irregulares y en otras formas de expresión que, al reproducirse
por escrito, pueden resultar confusas, carentes de sintaxis, redundantes o
afectadas de alguna otra manera. La revisión se realizó con un estricto
apego a las siguientes reglas: 1a. Se corrigió la sintaxis solamente en aque-
llo que resultaba indispensable, de tal manera que el documento refleja la
natural forma de expresión de los Ministros que participaron en la discu-
sión y, 2a. Se suprimieron de los discursos aquellas partes reiterativas o
desarticuladas que interrumpían la continuidad de las ideas y de los con-

XIII
XIV TRATADO DE EXTRADICIÓN

ceptos expuestos. El resultado es un documento que refleja fielmente lo


acontecido en sesión.

Por todo ello, bien puedo asegurar que el lector tiene en sus manos una
obra interesante, completa y, por tanto, meritoria de difundirse.

Ministro Genaro David Góngora Pimentel


Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

TRIBUNAL EN PLENO
S
S íntesis

La presente obra contiene las sesiones públicas y privadas del Tribunal


Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en las que se discutieron
dos asuntos respecto de la impugnación del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España, firmado el 21 de noviembre de 1978 y publicado en el Diario
Oficial de la Federación de 21 de mayo de 1980.

El primer asunto es el amparo en revisión 792/98, en el que la parte quejosa


impugnó el tratado de extradición de referencia, con motivo de su detención
en Madrid, España, por agentes de la policía de dicho país, en cumplimien-
to de la solicitud de detención provisional con fines de extradición requerida
por las autoridades mexicanas, mediante la vía diplomática, por haberse
comprobado su presunta responsabilidad en la comisión de delitos previstos
y sancionados por la Ley de Instituciones de Crédito. El segundo asunto es el
amparo en revisión 962/98 en el que la parte quejosa también impugnó
el citado tratado de extradición, así como la orden de aprehensión girada
en su contra, por su presunta responsabilidad en la comisión de los deli-
tos de evasión de presos, abuso de autoridad, coalición y delitos cometidos
contra la Administración de Justicia.

Después de prolongadas discusiones, los asuntos fueron resueltos por ma-


yoría de nueve votos, en el sentido de declarar improcedente el amparo,
en ambos casos, por cesación de efectos del acto reclamado.

Los puntos sustanciales sostenidos por el Pleno respecto de este tema,


son los siguientes:

XV
XVI TRATADO DE EXTRADICIÓN

1). La firma del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal


celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, por
el secretario de Relaciones Exteriores y el Ministro de Asuntos Exteriores,
respectivamente, es un acto preparatorio a su aprobación, puesto que la
firma del tratado constituye sólo una de las fases del procedimiento para
la celebración de tratados internacionales, por lo que es inexacto afirmar
que carece de validez, ya que está sujeto a la autorización del Presiden-
te de la República y, además, fue aprobado por el Senado de la República.

2). La solicitud de detención provisional con fines de extradición tiene el


carácter de medida accesoria, contingente y de efectos provisionales, ten-
dientes a lograr la privación de la libertad de una persona que, encontrándose
en territorio extranjero es destinatario de una orden de aprehensión o rea-
prehensión librada por una autoridad mexicana.

3). La solicitud formal de extradición tiene la finalidad de lograr que la per-


sona perseguida penalmente por las autoridades mexicanas y que se
encuentra en una nación extranjera, sea incorporada a territorio mexicano
para someterla al juicio penal o a la ejecución de una pena.

4). La solicitud de detención provisional y la petición formal de extradición,


son peticiones, no órdenes, sujetas a la resolución soberana de un gobierno
extranjero, sus efectos sólo tienen el alcance jurídico de ocasionar que el
Estado extranjero se pronuncie respecto de la solicitud, mas no incidir en
el sentido de la decisión. La decisión de extradición no es producto directo
de las gestiones de las autoridades mexicanas, sino de la resolución que
pone fin al procedimiento.

5). Los efectos de la solicitud formal de extradición y de cualquier otro acto


de autoridad mexicana, como la solicitud de detención provisional con fi-
nes de extradición, están vigentes sólo mientras no se emita la resolución
que acceda o rechace la extradición, ya que ésta última extingue y ocasiona
la cesación de sus efectos.

6). La resolución pronunciada por las autoridades extranjeras, accediendo


o rechazando la extradición, sí incide en la procedencia del juicio de ga-
rantías, pero no porque éste se supedite a la decisión de las autoridades
extranjeras, sino por virtud de la observancia del tratado en el ámbito
nacional, es decir, deben reconocerse todos los efectos que trae consigo
la actuación de la autoridad extranjera porque se trata de un acto que se
ha efectuado en virtud de un tratado que en nuestro ámbito nacional tiene
el carácter de ley, de conformidad con el artículo 133 constitucional.

TRIBUNAL EN PLENO
D ebate Realizado
en Sesión Privada

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN


TRIBUNAL EN PLENO

SESIÓN PRIVADA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA


DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES DIECIOCHO DE ENERO DE
MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y NUEVE.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:

AMPARO EN REVISIÓN NÚMERO 792/98, PROMOVIDO POR RICARDO


JAVIER ARMAS ARROYO, CONTRA ACTOS DE LA CÁMARA DE SENA-
DORES Y DE OTRAS AUTORIDADES, CONSISTENTES EN LA
CELEBRACIÓN Y APROBACIÓN DEL TRATADO DE EXTRADICIÓN Y
ASISTENCIA MUTUA EN MATERIA PENAL ENTRE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS Y EL REINO DE ESPAÑA, PUBLICADO EN EL
DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL VEINTIUNO DE MAYO DE
MIL NOVECIENTOS OCHENTA.

La ponencia es del señor Ministro Azuela Güitrón y en el proyecto se


propone: Confirmar la sentencia recurrida y sobreseer en el juicio de amparo.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: ¿Existen obser-


vaciones al proyecto por parte de los señores Ministros? Señor Ministro
Román Palacios, parece que usted tiene una lista muy larga de observa-
ciones, queda usted en el uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Gracias. Tengo una inquietud


respecto de este proyecto, en cuanto se aduce que el quejoso carece de
interés jurídico para reclamar el amparo.

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL 1


2 TRATADO DE EXTRADICIÓN

En el amparo, la petición formal de extradición se indica en la página


setenta y cinco después de argumentar que se trata de una extradición
activa; cuál es la forma y términos en que debe tramitarse esta extra-
dición; así como el hecho de que se libró una orden de aprehensión que
se le comunicó al procurador quien, a su vez, la comunicó al secretario
de Relaciones Exteriores y éste último, finalmente, lo hizo al país reque-
rido.

Después de ello, en el segundo párrafo de la página setenta y cinco se


dice lo siguiente: "En este orden de ideas, cabe colegir que la petición
formal de extradición que se reclama, constituye un acto dentro del pro-
cedimiento respectivo que no afecta el interés jurídico del quejoso, en
razón de que sólo consiste en la petición de extradición de una persona
a un Estado extranjero,...", bueno, ciertamente en eso consiste la petición
de extradición, pero esa no es razón para el efecto de considerar que no
existe interés jurídico. Continua el texto y se dice: "…que no genera
obligatoriedad alguna para su detención y entrega a las autoridades mexi-
canas requirentes, pues tal decisión corresponde, en exclusiva, a las
autoridades extranjeras, al momento de resolver si acceden o no a la
solicitud.", es cierto que formulada una solicitud de extradición y reci-
bida ésta por el país extranjero, no depende de México, hasta cierto punto,
el hecho de que se conceda o no la extradición, puesto que es posible
que el país requerido se niegue a concederla, y digo hasta cierto punto,
porque en el trámite de extradición, si bien es cierto, no directa pero sí
indirectamente, México puede intervenir en ese trámite de extradición por
conducto de las propias autoridades del país extranjero, como en una
especie de coadyuvancia con las autoridades del país extranjero, para el
efecto de ver el trámite de la extradición y la resolución de la misma.

Por otra parte, en este caso, la persona fue privada de su libertad e


incluso, se concedió la extradición, se le dictó auto de formal prisión y,
no obstante ello, se dice que la persona no tiene interés jurídico para
combatir la petición formal de extradición que, precisamente, ha motivado
el hecho de que se conceda ésta, se le dicte la detención, así como el
auto de formal prisión.

Recordemos que incluso existen tesis sustentadas por el Pleno en cuanto


a las diversas etapas de la extradición e improcedencia del amparo, por
haber pasado de una etapa a otra dentro del trámite de extradición, por lo
que a mí me surge la inquietud, y me pronuncio más bien por el hecho
de que sí tiene interés jurídico el quejoso para combatir ese acto, es decir,
la solicitud de extradición en sí, y por otra parte, creo que en último extremo

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 3

sería más atendible la causal de improcedencia que hizo valer el Juez de


Distrito quien sobreseyó en el juicio de garantías con base en que el auto
de formal prisión ya se había dictado en contra de esta persona, los
agravios no se estudiaron porque se empezó con el estudio de una causa
diversa de improcedencia. En el proyecto tampoco se dice que tenga razón
el Juez de Distrito, y en mi concepto, creo que procede el sobreseimiento
por la razón que señala el Juez de Distrito en la página cuarenta y seis
del proyecto, en donde se señala que esta persona se encuentra en el
Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, sujeto al auto de formal prisión y,
por lo tanto, se ha consumado de manera irreparable la petición formal de
extradición.

Estas son las inquietudes y las dudas que me surgen sobre el particular.
Pienso que sería preferible estudiar los agravios y considerarlos infun-
dados para confirmar, en su caso, el sobreseimiento.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muchas gracias, señor Minis-


tro presidente.

Bueno, yo planteo, en la misma línea iniciada por el señor Ministro Román


Palacios, algunas dudas respecto de la solución que se le da al recurso
en este proyecto.

Primero, una observación de carácter menor, en algunas transcripciones


se dice que el sujeto de la extradición fue a dar a una cárcel que se le llama
"Alcalá-México" y después se le llama "Alcalá-Meco", creo que la cárcel
española se llama "Alcalá-Meco", no "Alcalá-México", bueno, esta es una
observación sin la menor importancia.

En este asunto, el quejoso fue recluido en "Alcalá-Meco", en razón de la


aplicación del tratado de extradición por autoridades españolas, conforme
a la información que nos fue proporcionada, no tiene remedio el hecho
de que éste fue extraditado a México y quedó encerrado en alguna de las
cárceles o reclusorios de esta ciudad, en donde se le dictó la formal pri-
sión y, aparentemente, está siendo procesado.

En el proyecto se dice que la petición formal de extradición formulada


por el Gobierno Mexicano no agravia el interés jurídico del quejoso, eso se
menciona en la página setenta y cinco que nos indicaba el señor Ministro
Román Palacios, y esto a mí me hace tener varias dudas.

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


4 TRATADO DE EXTRADICIÓN

El artículo cuarto de la Ley de Amparo dice: "El juicio de amparo única-


mente puede promoverse por la parte a quien perjudique la ley, el tratado
internacional, el reglamento o cualquier otro acto que se reclame, pu-
diendo hacerlo por sí, su representante, por su defensor si se trata de un
acto que corresponda a una causa criminal, por medio de algún pariente
o persona extraña en los casos en que esta ley lo permita expresamen-
te; y sólo podrá seguirse por el agraviado, por su representante legal o
por su defensor."; este artículo nos habla de un agraviado y nos menciona
a los tratados internacionales. Bajo la tesitura del proyecto, prácticamente
ningún acto derivado de un tratado de extradición puede ser objetado o
reclamado mediante el amparo, ¿cuál es la razón?, la razón que se implica
aquí es que, quien resuelve finalmente de la extradición, es una autoridad
extranjera. En contra de las autoridades extranjeras, en todo caso, podrá
hablarse de un agravio indirecto pero no de un agravio directo.

No despreciemos que sobre el particular, lo que se reclamó fue una peti-


ción de autoridad mexicana, y se reclamó como derecho interno el tratado
de extradición entre el Reino de España y la República Mexicana; efecti-
vamente, de que es un derecho interno, no podemos tener duda, porque
nuestra Constitución recoge la fórmula inglesa del Siglo XVI que decía
International law is part of the law of the land, esto se recogió en la Cons-
titución Norteamericana en el artículo sexto, y en nuestra Constitución
en el artículo 136, entonces, la clave está en descifrar si hay un agravio
personal y directo por razón de las normas y actos de cumplimiento de las
normas de derecho interno, consistentes en una petición.

En el fondo del asunto se reclama un tema que ya hemos explorado


mediante la definición de un criterio: Sí hay celebración de tratado inter-
nacional por parte del Ejecutivo, con la aprobación del Senado, aunque la
firma autógrafa del presidente no esté en el tratado, porque los lineamien-
tos del derecho internacional no pueden interpretarse a la manera de
otorgamiento o celebración de un contrato civil, los principios interna-
cionales son otros, y sí se da esta celebración, aunque no firme directa-
mente el documento el presidente de la República.

Por otra lado, veo agravios interesantes que tendrán que contestarse, en
todo caso, si es que se decide penetrar al estudio y resolución de la revi-
sión, y no a la desestimación por ausencia de interés jurídico. Creo que hay
interés jurídico, desde el momento y hora en que se reclaman los actos
de autoridades mexicanas que sí inciden en la esfera de libertad de una
persona, aunque esta última se encuentre en el extranjero.

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 5

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Silva Meza.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Un tanto en la medida en la que se han


pronunciado los señores Ministros Román Palacios y Aguirre Anguiano,
considero que sí existe interés jurídico.

El proyecto fundamentalmente se sustenta en este argumento, en el sen-


tido de que es una petición por parte del Gobierno Mexicano, a veces se
menciona como una simple petición, la cual tendrá que resolverse orde-
nando o negándola y, por tal virtud, se considera que no se ha agraviado
el interés jurídico, sobre todo también en alusión a la naturaleza de las
normas que forman parte del derecho interno, tanto de México como del
derecho interno de España.

En este sentido, y siguiendo un tanto lo que acaba de expresar el señor


Ministro Aguirre Anguiano con relación a la naturaleza de esta petición,
así como la vinculación que necesariamente tiene que hacerse con el
tratado de extradición y el comportamiento de ambos países, quisiera,
brevemente, leerles algunas cuestiones respecto de un comentario que se
hizo sobre el proyecto en mi ponencia, el cual parte de la base de que
éste último sustenta, precisamente, el argumento fundamental de que la
solicitud de extradición no afecta el interés jurídico del quejoso.

En el proyecto se afirma precisamente esto, sin embargo, siguiendo la


idea de que la solicitud de extradición sólo constituye un acto dentro de un
procedimiento que, en sí mismo, no causa perjuicio al quejoso, se dice:
"El procedimiento de extradición más que procedimiento, es simplemente
un requerimiento del cumplimiento del tratado en cuestión, debe tomarse en
cuenta que los tratados internacionales son acuerdos contractuales cele-
brados entre países y que como tales dan origen a obligaciones internacio-
nales cuyo incumplimiento trae diversas consecuencias. Como verdaderas
obligaciones, los deberes creados por los tratados no pueden ser incum-
plidos por las partes en forma unilateral, ni ese cumplimiento puede depen-
der de la voluntad del Estado obligado, así lo establece el artículo 26 de la
Convención sobre Derecho de los Tratados celebrada en Viena, el veintitrés
de mayo de sesenta y nueve y cuyo texto reza: ‘Todo tratado en vigor obliga
a las partes y debe ser cumplido de buena fe (pacta sunt servanda).’.

"La Convención de Viena también establece que esta observancia de los


tratados no se verá obstaculizada por el hecho de que existan normas
de derecho interno contrarias a los mismos, los Estados no pueden invocar

MINISTRO SILVA MEZA


6 TRATADO DE EXTRADICIÓN

las disposiciones de su derecho interno como justificación para el incum-


plimiento de un tratado (artículo 27), únicamente podrá solicitarse la
nulidad relativa de un tratado por oponerse a normas fundamentales de
derecho interno, cuando las violaciones sean manifiestas y evidentes
(artículo 46), en la especie, la obligación derivada del tratado internacional
celebrado entre México y España, consiste en extraditar a la persona
señalada por el Estado requirente, siempre que el mismo realice la soli-
citud formal de extradición establecida en el mismo con todos los requi-
sitos previstos. Si las anteriores aseveraciones son correctas, entonces
no puede afirmarse válidamente que, si México promueve una solicitud
formal a España debidamente requisitada en términos del tratado, España
esté facultada para ordenar o negar dicha solicitud en forma discrecional,
sino que está obligada a ordenar la extradición con base en el tratado, en
consecuencia, la solicitud formal promovida por México, es la causa directa
de la extradición, lo que necesariamente implica que sí afecta la esfera
jurídica del quejoso.

"El único supuesto en que España podría negar válidamente la solicitud


formal emitida por México, se actualizaría si dicha solicitud no fuera pro-
movida de acuerdo con el tratado.".

En este sentido, se desarrolla toda esta nota para llegar a concluir lo que
hemos manifestado, esto es, la formulación de la solicitud constituye, en
sí misma, una resolución en el marco jurídico interno que tendrá, por
consecuencia, si es que la autoridad emisora cumplió con su obligación
de requisitar debidamente la petición, que el país requerido cumpla con la
solicitud emitida, so pena de responsabilidad internacional por el incum-
plimiento del tratado internacional, es decir, la petición no es una mera
petición, sino que la misma concluye, trae todo un antecedente y va a
sustentar un tratado internacional, donde no hay alternativa de si se
cumple o no se cumple, por lo que esta solicitud le genera el interés jurí-
dico al quejoso.

Finalmente, en el caso concreto, pareciera que los argumentos que da el


Juez de Distrito sí son los adecuados, salvado el aspecto de que hay
interés jurídico y a reserva de que los agravios se estudien. En otras
palabras, en mi opinión, la petición como está concebida, y como con-
secuencia de un procedimiento, sí afecta el interés jurídico del quejoso.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Ortiz Mayagoitia.

MINISTRO SILVA MEZA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 7

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Gracias, señor Ministro presi-


dente.

Primero, debo la explicación a los señores Ministros de que este proyecto


nos lo presentó en Sala, el señor Ministro Azuela Güitrón, en el que propo-
nía, precisamente, la decisión de sobreseer por cambio de situación jurí-
dica ya que se dictó auto de formal prisión en contra del quejoso. Yo objeté
el proyecto al recordar la importante contradicción de tesis que aquí se
resolvió sobre interpretación de la fracción X, del artículo 73, de la Ley
de Amparo, conforme a la cual, en materia penal el cambio de situación
jurídica solamente se produce con motivo de la sentencia definitiva.

¿Cuál es la esencia del acto reclamado? La esencia del acto reclamado


es la ilegalidad en la detención. El quejoso lo que aduce es la ilegali-
dad de la detención, así como que todo el procedimiento está mal, el
tratado es inconstitucional, es decir, que fue detenido ilegalmente, y por
lo tanto, estar detenido es lo que le agravia.

Dijimos que la detención es un "estado" dentro de todo el procedimien-


to que se logra a través de una orden de aprehensión, se reitera con el
auto de detención, y que el efecto de la orden de aprehensión transcurre
durante todo el curso del procedimiento. "¡No hay cambio de situación
jurídica en estos casos por haberse dictado el auto de formal prisión!";
esa fue mi primera impresión.

Señores Ministros, hemos tenido otros casos que me llevaron a hacer


esta proposición que aceptó el señor Ministro Azuela Güitrón y la sometió
al Pleno.

Para hacer efectivas las fianzas, la ley correspondiente dispone, por ejem-
plo, que las tesorerías de los Estados que no tienen imperio sobre las
compañías afianzadoras, harán la solicitud, la declaración de que se han
dado los supuestos de efectividad de una fianza otorgada por compañía
constituida, y transmitirán esta solicitud a la Tesorería de la Federación
que es la que va a determinar que se haga efectiva la fianza; cuando
tuvimos este caso en la Segunda Sala, sobreseímos el asunto y no
entramos al estudio de la constitucionalidad de la ley, sobre la base
de que la solicitud que en estos casos hace la tesorería, no es un acto
que incida de manera directa sobre la compañía afianzadora, sino que lo
está triangulando a través de otra autoridad que es la que finalmente
tendrá o no la potestad.

Por otra parte, en materia penal es muy conocida la tesis de jurispruden-


cia, hasta ahora no interrumpida, de que las diligencias y resoluciones

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


8 TRATADO DE EXTRADICIÓN

dictadas en averiguación previa y el oficio de consignación al Juez no


son impugnables en amparo, y si se atacan en amparo, estimo que por la
aplicación de esta tesis deben declararse improcedentes, ¿por qué?,
porque el Juez a quien se dirige la consignación es el que debe decidir si
emite o no la orden de aprehensión que se le solicita y puede, inclusive,
reclasificar el delito como acabamos de ver en la exposición que nos
presentó el señor Ministro Román Palacios; igual sucede para mí en el
caso de la extradición.

A través del procedimiento de extradición activa se pretende el asegu-


ramiento y, en su caso, la remisión de un imputado nacional que se
encuentra en territorio extranjero. ¿Qué es lo que hace el Gobierno de
México? El Gobierno de México requisita una solicitud de la misma
manera que el Ministerio Público en una averiguación previa requisita
una consignación. Dice el señor Ministro Silva Meza: "Esto vincula al
Estado extranjero a que si todo está conforme a derecho, éste debe pro-
ceder y obsequiar favorablemente la solicitud."; lo mismo sucede con la
fianza y con la consignación que estén bien hechas, las cuales al estu-
diarlas el Juez conforme a derecho, va a tener que proceder de acuerdo
a lo solicitado, si es que se cumplen todos los requisitos, pero, finalmente,
este acto de consignación, de petición o de solicitud, no incide de manera
personal y directa sobre el afectado.

Creo que no es afortunada la frase que se emplea en el proyecto relativa


a que el acto no afecta el interés jurídico del quejoso. ¿Una averiguación
previa afecta el interés jurídico del imputado? Pues sí lo afecta, pero
la consignación no lo afecta de manera personal y directa porque se está
sometiendo ese acto de autoridad a la calificación que debe hacer otra
autoridad, y esa calificación podrá ser, en un sentido o en otro, nosotros
no podemos sustituirnos a la autoridad que debe hacer la calificación
para decir: "¡Ah!, como aquí se llenaron todos los requisitos que prevé
la ley, con toda seguridad el Estado extranjero tendrá que acceder a la
solicitud.". Para llegar a la conclusión de que hay una afectación real,
directa, inminente, porque no es actual sin lo inminente, sobre la persona
del quejoso, ésta dependerá necesariamente de la calificación que se
haga a la solicitud de extradición por un gobierno extranjero.

Algo que aquí es muy interesante, es que el tratado internacional para


México es ley nacional, para todos los demás países signatarios también
es ley nacional, y éstos últimos van a calificar una petición soberana del
Gobierno de México, no conforme a la ley de México, sino conforme a la
propia ley de aquel Estado que, en el caso, tiene que ser, y no es mera

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 9

coincidencia, la misma ley, porque es un tratado internacional que tiene


este doble efecto; es, en el caso, dos veces derecho nacional de dos
distintos países. Si la solicitud no cumple los requisitos y el país requerido
procede incorrectamente a calificarla de legal, asegura al reclamado y nos
lo envía, las violaciones no estarán precisamente en la solicitud sino en el
acto de calificación que ha hecho una autoridad distinta de quien emitió
la solicitud, y aquella calificación se hizo conforme a normas y disposi-
ciones que están totalmente fuera de control del derecho mexicano.

Ahora bien, envían a México a la persona y viene el caso de la detención


ilegal de la misma, cuando nosotros no podemos analizar, exclusivamente,
la solicitud de extradición. El tratado no únicamente se aplicó sobre la
persona del quejoso sino para requerir a su homólogo, también soberano,
el cumplimiento de una disposición internacional. Quien aplica el tratado de
manera directa a la persona del reclamado es el país extranjero y eso está
totalmente fuera de posibilidades de control de esta Suprema Corte.

Estoy convencido de dos cosas. La primera, es que la culminación del


procedimiento no purga los vicios de una detención ilegal para decir que
cesaron los efectos del acto reclamado. La segunda, es que el auto de
formal prisión que se dicta por un Juez mexicano, no importa el cambio
de situación jurídica, de acuerdo con la interpretación que debe tener la
fracción X, del artículo 73, de la Ley de Amparo, según se dijo por este
Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En aclaración a lo dicho por el señor Ministro Aguirre Anguiano, yo también


creo que sí se afecta el interés jurídico del quejoso, sólo que por no ser una
afectación de manera personal y directa, no lo legitima para promover el
amparo.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Es muy interesante el en-


foque discursivo que le da el señor Ministro Ortiz Mayagoitia a la temática
que nos ocupa, sin embargo, a mi todavía me quedan dudas, porque bajo
este criterio sobra lo que dice el artículo cuarto de la Ley de Amparo, cuando
menos, en relación con todos los tratados de extradición.

Si vamos a ver que la afectación al interés jurídico necesita ser mediante


un agravio personal y directo realizado por autoridades mexicanas, vamos
a llegar a la conclusión de que nunca, en materia de extradición, en

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


10 TRATADO DE EXTRADICIÓN

cuanto a las peticiones formales, y a la ejecución y acatamiento de ellas


por parte de un gobierno extranjero, son impugnables por vía de amparo,
entonces, ¿qué pasa con esta disposición de la Ley de Amparo?, para mí
queda totalmente relegada.

Esto me lleva a pensar en algo que puede ser un poco heterodoxo pero
que creo debemos meditar: ¿No será una excepción a la regla general
el que el agravio debe de ser personal y directo?

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Cuando hay


interés jurídico, de acuerdo con la jurisprudencia de la Corte, siempre
tiene que existir agravio personal y directo, de lo contrario, no hay interés
jurídico.

Antes de que el Ministro ponente se encuentre en uso de la palabra, me


gustaría escuchar la opinión del señor Ministro Castro y Castro, porque
él, en alguna ocasión, ha expuesto mucho sobre el tema de extradición.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: En mi opinión, si la firma de un


tratado fuera la impugnada, no habría interés jurídico, pero en el momento
en que se aplica ese tratado a una persona en donde se dice: "A esta
persona que cometió un delito aquí y huyó para allá, te pido que la deten-
gas.", pues evidentemente ya se traduce en un agravio personal y directo
para él; mientras se mantuviera en teoría nada más el tratado de extra-
dición, no habría agravio personal y directo.

El tratado de extradición es un convenio celebrado entre dos naciones


soberanas que deciden cómo van a actuar cuando se presenten los casos
que están en él contenidos; sin embargo, cuando empieza a regir un enten-
dimiento que a la larga va a traducirse en el posible envío y procesamiento
de una persona que se encuentra en territorio mexicano, pues, evidente-
mente, a él se le causa un agravio personal y directo.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Gudiño Pelayo.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Creo que aquí sí hay un agravio


personal y directo, así como también una afectación jurídica.

En los casos que tan brillantemente expuso el señor Ministro Ortiz Maya-
goitia, no se cuestionó la ley que así lo dispone, es decir, no se cuestiona
la ley sino el acto concreto. En el presente caso se cuestiona la ley en

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 11

cumplimiento del tratado internacional en donde se dice: "Te hago una


petición formal de extradición de tal persona.", entonces es el acto de
aplicación de la norma en perjuicio de una persona, o ¿de qué otra manera
podría cuestionarse eso?

Considero que los ejemplos que nos han expuesto son muy interesantes
pero no se cuestiona la ley, porque la ley se da por supuesta, por lo tanto,
pienso que sí se trata de una afectación directa y sí procede el ampa-
ro para el efecto de examinar si el tratado internacional es contrario a la
Constitución o se encuentra apegado a ésta, ¿por qué?, porque el tratado
internacional fue la razón, fue el fundamento que invocó la autoridad
mexicana para hacer su petición. Gracias.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Azuela Güitrón, queda usted en el uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Quisiera plantear un problema


previo porque estimo que es el Pleno el que tiene decidir la siguiente
cuestión.

Siempre he considerado que la presentación de un proyecto a la Sala o


al Pleno es claramente una actuación procesal y, por lo mismo, debe
aparecer en el expediente. Esto no es como normalmente se actúa ya
que, cuando un proyecto es desechado, no hay constancia dentro del
expediente, lo que estimo indebido, pues tan es una actuación procesal
que gracias a que hay un proyecto, se lista el asunto y se tiene la sesión
correspondiente. Si no se aprueba el proyecto, éste debe permanecer en el
expediente porque es una parte importante de las actuaciones que se han
dado dentro del mismo.

Quisiera que el Pleno decidiera esta cuestión porque, por lo general, los
proyectos no aparecen en el expediente como sucede en este asunto.

Se tiene el auto por el que el señor Ministro presidente de la Sala me


returna el asunto y, posteriormente, existe el acuerdo firmado por la Secre-
taría de Acuerdos de la Sala en el que se hace constar que el asunto
fue listado y en donde se señala la fecha de audiencia. Posteriormente, se
hace constar en la sesión: "Por unanimidad de cinco votos, se acordó
remitir al Pleno de este Alto Tribunal el presente asunto.", y curiosamente
se dice: "Fue ponente el Ministro Azuela Güitrón.", bueno, fue ponente ¿de
qué?

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


12 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Hubo un proyecto, hubo una ponencia y luego el ponente acepta la posi-


ción que, en este caso, es unánime respecto de que el asunto se resuelva
por el Pleno.

Menciono esto para que lo piensen y no se quede sin resolver, sino que
quede como una cuestión relacionada con los trámites y constancias de
autos, tanto del Pleno como de las Salas.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Creo que es


evidente lo que usted menciona. Eso podríamos votarlo en este momento,
no veo ningún problema.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Hago la aclaración de que


en el Pleno cuando se desecha un proyecto, éste queda en el expe-
diente. Se pone una razón...

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Razón de más si en el Pleno


así se actúa.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: A ver, para


hechos.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: En Sala no se desechó el


proyecto del señor Ministro Azuela Güitrón puesto que hubo la proposición
de que el proyecto se resolviera por el Pleno. En la sesión pública, el
señor Ministro Azuela Güitrón solicitó que el asunto se resolviera por
el Pleno, por lo que se entiende, implícitamente, que es el mismo proyecto
aunque no se votó.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: La realidad de las cosas es


que lo propuesto lo pienso desde dos ópticas. La primera de ellas consiste
en preguntar: ¿Habrá una mutilación de constancias procesales cuan-
do no se mande el proyecto, aun cuando el Ministro ponente presenta
otro al Pleno?, ¿habrá una mutilación de constancias procesales por
parte de la Sala?; no es justificación pero considero que es algo digno
de reflexión.

Por otra parte, no coincido en que sea una actuación procesal, es un


documento inautorizado, éste tiene un visado como una hoja de consulta,

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 13

pero no es más que una consulta que tiene el valor de una hoja de trabajo
con efectos internos y que no tiene por qué trascender como pieza proce-
sal. La pieza procesal será el proyecto definitivo que podrá ser votado, a
favor o en contra, los demás son los esclarecidos propios de un proyecto
de consulta a evacuar.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Bien, continúa


en el uso de la palabra el señor Ministro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Insistiría en mi punto de vista


junto con otras razones, pero por lo visto no es algo tan evidente, sino
que hay que discutirlo; y habría que discutirlo, en su momento, para que
se cumpla tanto en el Pleno como en las Salas. Tengo otras razones por
las que sigo considerando que sí deben aparecer los proyectos, pero en
su oportunidad las expondré.

En este caso, como se deriva sobre todo de la intervención del señor


Ministro Ortiz Mayagoitia, me resulta muy convincente lo propuesto
por él, porque en amparo contra leyes —no hay que perder de vista que
dentro de esa línea está el amparo contra reglamentos y el amparo contra
tratados porque son disposiciones de carácter general—, existe juris-
prudencia en el sentido de que debe darse un acto actual que, de manera
directa e inmediata, afecte los intereses jurídicos del quejoso; y aquí es
eso lo que está en juego.

Asimismo, coincido con el señor Ministro Góngora Pimentel en que para


que haya interés jurídico debe existir el acto que afecte de manera perso-
nal y directa al quejoso, pues si no, no hay interés jurídico, aunque no me
opondría a que se precisaran las expresiones que usa el proyecto para
señalar a ambos aspectos, es decir, que no se afecta al interés jurídico
porque no hay acto personal y directo que lo afecte.

Creo que una forma clara de saber si algo afecta o no el interés jurídico,
es colocarse en la hipótesis de que se otorgue el amparo contra ese acto.
¿Qué sucede? Si no sucede nada, quiere decir que no se afecta el interés
jurídico. Si sucede algo, pues, al menos, es un indicador de que sí se
pudo haber afectado el interés jurídico. En este punto hay un elemento
que destacó el señor Ministro Ortiz Mayagoitia y que es "la detención".
En el caso, lo que en realidad afecta al sujeto, de acuerdo con sus plan-
teamientos, es su detención.

El acto lo tenemos que ver en razón de lo que combate el sujeto, quien no


pretende tener una situación en la que su interés jurídico radique en lo

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


14 TRATADO DE EXTRADICIÓN

siguiente: "Respecto de mí, nunca se puede hacer un planteamiento a


una nación extranjera de que, en un momento dado, me extraditen a mi
Nación.", ahí es donde estaría para mí el problema. ¿En dónde sustenta-
ríamos el interés jurídico?, porque no sólo se trata de un interés personal.

El sujeto puede exclamar: "El que nadie pueda decir nada respecto de mí
es algo que personalmente me molesta.", pero en dónde lo respaldaríamos
si éste exclama: "Hay un interés legítimamente protegido del que no se
puede solicitar la extradición de donde yo esté.". Ahí habría que encontrar
el fundamento.

Si encuentran el fundamento y, me lo dicen y me lo demuestran, entonces


coincidiría con quienes han objetado el proyecto, sin embargo, esto debe
derivarse de disposiciones jurídicas que señalen como interés protegido
el que ni siquiera se puede llegar a solicitar la extradición, la cual por sí
misma, no da como consecuencia la detención, porque puede tener vi-
cios como el de que el país extranjero, conforme a lo que ocurre en muchos
casos, decida no extraditar, etcétera.

No comparto la postura de que basta con que se cumpla con ciertos requi-
sitos formales para que, de manera fatal y necesaria, el Estado extranjero
tenga que extraditar. Simplemente, me remito al hecho notorio de que
hay muchos casos en que el país extranjero estima no extraditar a los
sujetos, y tan es así, que el señor Ministro Román Palacios reconoció que
se participa como coadyuvantes para convencer al país extranjero de
que sí lo haga, de modo tal, que la petición que hace el Estado nacional
para que alguien sea extraditado, por sí misma no da como consecuencia
la detención. La petición tiene que combinarse con un acto que no está
sujeto al juicio de amparo, porque es un acto de autoridad extranjera, y
por lo mismo, el primer acto por sí sólo no afecta la libertad del sujeto que
solicite el amparo.

En cuanto a que los tratados de extradición nunca se van a poder impug-


nar en amparo, no creo que sea la consecuencia; lo que habría que anali-
zar es lo que está aquí en juego, es decir, si en ese momento no se pueden
impugnar pero sí en otro. ¿En qué momento? Cuando efectivamente se
pueda producir una afectación.

Ahora bien, si se otorga el amparo porque en México se dio la detención,


así como la extradición y el sujeto está privado de la libertad, —aquí viene
el problema de la objeción del señor Ministro Ortiz Mayagoitia— no hay
cambio de situación jurídica, ni cesación de efectos, ni se consumó de
manera irreparable el acto de la petición de extradición.

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 15

Si se otorga el amparo contra la petición de extradición ¿Cómo operaría


este amparo? ¿Se debe otorgar la libertad al sujeto? Anularíamos, desde
luego, el acto de la autoridad extranjera que lo extraditó como consecuen-
cia de haber otorgado el amparo respecto de una petición de extradición y,
otorgaríamos implícitamente el amparo, frente a todos los actos posteriores
que se hayan ido produciendo con relación a la actual situación del proce-
sado, pues el efecto sería ponerlo en libertad, ya que si lo primero, esto
es, la petición de extradición, es inconstitucional, todo lo demás se des-
ploma.

En fin, simplemente en reconocimiento a la Segunda Sala, advierto que


ésta fue muy atinada en mandar este asunto al Pleno, ya que aunque podía
haberse visto en Sala, hemos considerado que las luces de los señores
Ministros de la Primera Sala nos ayudarán, finalmente, a decidir atinada-
mente estos asuntos, y menciono "estos asuntos", por que el otro es similar.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Me interesó


mucho la intervención del señor Ministro Gudiño Pelayo, que contes-
taba si no habría entonces ninguna oportunidad de combatir el tratado de
extradición en esos momentos. Si ustedes tienen todavía muchas observa-
ciones de fondo, me gustaría que se vieran el próximo lunes para tener
más tiempo para decidir con base en las interesantes intervenciones
que han tenido los señores Ministros sobre este tema tan importante.
Señor Ministro Castro y Castro.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Estoy totalmente de acuerdo en


que se estudie este asunto más adelante, porque vale la pena. No obstante
ello quiero dejar una observación que me parece interesante para la
reflexión.

Se confunde, con mucha frecuencia, el procedimiento de extradición,


con un distinto acto de emergencia como lo es "la detención para efectos
de extradición"; éstas son dos cosas distintas.

Se dice: "Pido la extradición de tal persona, con base en lo establecido en


el Tratado que tenemos celebrado, así como en nuestra Constitución y
en sesenta días te voy a justificar todo.". Tanto en nuestra legislación,
como en la de todo el mundo, pero precisamente en virtud de un tratado
de extradición, se argumenta: "Este procedimiento es totalmente váli-
do.", por lo que la autoridad mexicana solicita lo siguiente: "Pido la extradi-
ción de fulano de tal porque cometió un delito aquí, huyó y lo requiero para
procesarlo. Tengo sesenta días para enviarte todo este material pero, detén-

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


16 TRATADO DE EXTRADICIÓN

melo, porque si no lo haces huye.". Entonces, lo que en este momento


se está discutiendo es esa detención simplemente para efectos de extra-
dición.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Perdón por la interrupción,


lo que pasa es que el amparo inicial fue por la petición provisional de
detención, pero después existió una ampliación en donde lo que se recla-
ma es la petición formal de extradición.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Claro, sin embargo, sigo sobre


la base de hipótesis distintas.

Puede ser que en sesenta días México no aporte nada, ¿qué es lo que
sucederá en el país extranjero?, pues pondrán a la persona en libertad;
entonces, ¿esto queda firme?, no, se puede volver a hacer otra petición
de extradición. Puede suceder que se pida la extradición de la persona,
pero ésta ya se encuentra detenida allá por una razón totalmente distin-
ta, por lo que para este caso la extradición no se pedirá para los efectos
de detención.

Todo esto lo digo porque quise nada más que quedara bien claro que el
procedimiento de extradición es un poco más complicado de como se está
viendo concretamente.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Muy bien, dado


lo avanzado de la hora, se levanta la sesión.

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


D ebate Realizado
en Sesión Privada

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

TRIBUNAL EN PLENO

SESIÓN PRIVADA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTI-


CIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES VEINTICINCO DE ENERO
DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y NUEVE.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:

AMPARO EN REVISIÓN NÚMERO 792/98, PROMOVIDO POR RICARDO


JAVIER ARMAS ARROYO, CONTRA ACTOS DE LA CÁMARA DE SENA-
DORES Y DE OTRAS AUTORIDADES, CONSISTENTES EN LA CE-
LEBRACIÓN Y APROBACIÓN DEL TRATADO DE EXTRADICIÓN Y
ASISTENCIA MUTUA EN MATERIA PENAL ENTRE LOS ESTADOS UNI-
DOS MEXICANOS Y EL REINO DE ESPAÑA, PUBLICADO EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL VEINTIUNO DE MAYO DE MIL NOVE-
CIENTOS OCHENTA.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: El proble-


ma se quedó con el interesante planteamiento que hacía el señor Ministro
Aguirre Anguiano de que sí había interés jurídico. Sí señor Ministro Gudiño
Pelayo, queda usted en el uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Gracias. En la página setenta y


cinco del proyecto, que es la página central, se dice: "Lo anterior implica
que, en el procedimiento de extradición activa, la participación del Gobier-
no Mexicano, dentro de su ámbito de competencia, se limite a la solicitud

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL 17


18 TRATADO DE EXTRADICIÓN

y gestión de la entrega de la persona requerida del gobierno extranjero


donde presumiblemente se encuentre, cuyas autoridades decidirán sobera-
namente sobre la procedencia o improcedencia de dicha petición, —quie-
ro subrayar esto de ‘soberanamente sobre la procedencia’ o ‘procedencia
de dicha petición’— con arreglo al Tratado Internacional que se hubiese
celebrado y a la normatividad de su derecho interno. En este orden de
ideas, cabe colegir que la petición formal de extradición que se reclama,
constituye un acto de procedimiento respectivo que no afecta el interés
jurídico del quejoso, en razón de que sólo consiste en la petición de extra-
dición de una persona a un Estado extranjero, que no genera obligato-
riedad alguna para su detención y entrega a autoridades mexicanas
requirientes, pues tal decisión corresponde, en exclusiva, a las autori-
dades extranjeras, al momento de resolver si acceden o no a la solicitud.".
Esto es lo fundamental, ahora bien, estas afirmaciones me causan duda.

En principio no estoy de acuerdo cuando se dice que la petición formal de


extradición no afecta la esfera jurídica del quejoso, pues la petición desen-
cadena un proceso del cual, necesariamente, si se satisfacen todos los
requisitos que se establecen en el tratado, va a desembocar, fatalmente,
en la extradición del quejoso, por lo tanto, tampoco estimo cierto de que
la decisión de extradición corresponda en exclusiva —se dice "sobera-
namente"— a la autoridad extranjera, al momento de resolver si acceden
o no a la solicitud.

La inexactitud de esta afirmación deriva de que el tratado de extradi-


ción no otorga facultad discrecional a la autoridad extranjera signante, sino
que por el contrario, se trata de facultades regladas, esto es, cumplidos
los requisitos se puede discutir todo lo que se quiere en torno a si se
encuentran o no satisfechos éstos, pero si se estiman que han sido satis-
fechos, la autoridad requerida no tiene opción, debe otorgar la extradición
solicitada.

Ahora bien, supongamos que el Gobierno Mexicano hace una solicitud


formal de extradición sin reunir los requisitos que exige el tratado para
su procedencia y al que, sin embargo, la autoridad extranjera requerida
lo obsequia, entonces, ¿qué se puede hacer?, bueno, como el tratado es
derecho interno para los dos países se puede reclamar en ambos países.
Primero, se puede reclamar en el país extranjero porque éste obsequió
una petición que no debió hacer y la reclamación puede hacerse ante las
instancias competentes de aquel país, pero por supuesto que no en am-
paro; en esto tiene un acierto indiscutible el proyecto. Segundo, nada
impide que la persona se inconforme también en México, por la vía de am-

MINISTRO GUDIÑO PELAYO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 19

paro, contra la solicitud formal de extradición, porque ésta última no debió


formularse sin que se reunieran los requisitos que es una exigencia
normada, es decir, reglada, no discrecional de las autoridades mexicanas,
y al no haberlo hecho así, por lo menos, le causan ilegalmente moles-
tias en los términos del artículo 16 constitucional por haberse sometido
al individuo a un proceso de extradición en forma ilegal y, posteriormente,
por haber inducido a la autoridad extranjera que lo decretó a un error cuan-
do no debió hacerlo.

Es evidente que el tratado de extradición es la causa eficiente de la


solicitud formal de extradición, es decir, sin el tratado no podría existir
el proceso de extradición, lo mismo sucede cuando lo que se alega es la
inconstitucionalidad del tratado. La extradición es un acto inminente res-
pecto de la petición formal de extradición, puesto que se trata de un acto
reglado, no discrecional.

Se dirá que es criterio de este Honorable Pleno, que el amparo no procede


contra el acto inminente de aplicación de la norma de carácter general.
Estos criterios, en primer lugar, tengo entendido que no constituyen juris-
prudencia, sino que son criterios aislados que se encuentran en algunas
tesis aisladas. En segundo lugar, habría que discutir la pertinencia de
este criterio, sobre todo, cuando es la única manera de que los tratados
de extradición no escapen al control constitucional. Esto es por cuanto
al tratamiento del proyecto.

Desde otra perspectiva, considero que este amparo debe sobreseerse


con fundamento en la fracción X, del artículo 73, de la Ley de Amparo, es
decir, por cambio de situación jurídica, ya que este sobreseimiento
no se determina respecto a un amparo que haya sido solicitado contra la
orden de aprehensión o el auto de formal prisión, sino respecto al amparo
que sí impugna la celebración de un tratado de extradición.

La fracción X, en su segundo párrafo, se refiere a la violación de las


garantías establecidas en los artículos 16, 19 y 20 constitucionales, por
lo tanto, este tratado es administrativo, las violaciones que se alegan
son distintas, en consecuencia, creo que esta fracción no encuadra dentro
de la regla de excepción a que se refiere el segundo párrafo del artículo 73.

Por lo anterior, considero que debe sobreseerse, sin embargo, no obstante


que el sentido no cambiaría, sí me preocupa el precedente que significa-
ría decir que la petición formal de extradición a que se refiere un tratado,
no viola las garantías individuales. Es todo señor Ministro presidente.

MINISTRO GUDIÑO PELAYO


20 TRATADO DE EXTRADICIÓN

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Gracias señor


Ministro Gudiño Pelayo. Señor Ministro Román Palacios, queda usted en
uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Gracias. Reitero lo que manifes-


té en una ocasión anterior respecto a que estimo que la persona sí tiene
interés jurídico y manifiesto también mi conformidad con lo que expresó
el señor Ministro Gudiño Pelayo.

Advierto que respecto de esa persona se hizo la solicitud de detención


provisional y al encontrarse ésta detenida, se hizo la petición formal de
extradición. Seguramente el país al que se le solicitó, acordó favorable-
mente la extradición, y es más, puso a esta persona a disposición del
Gobierno Mexicano quien lo trasladó a México, y en donde el Juez de
Distrito que había librado la orden de aprehensión, decretó su detención,
tomó la declaración preparatoria, se desahogaron los trámites corres-
pondientes y dictó el auto de formal prisión. No sé qué más haya avanzado
esta situación en el proceso, pero estos datos se advierten del expediente,
o sea, ha cambiado la situación jurídica de esta persona, totalmente.

Recordé más tesis que en la anterior ocasión no traje, pero ahora sí las
traigo, y las que al parecer, si bien es cierto, están enfocadas al proce-
dimiento de extradición pasivo, no lo están al procedimiento de extradición
activo, que es el caso, sin embargo, creo yo que son aplicables en las
mismas condiciones.

Una de las tesis dice lo siguiente: "EXTRADICIÓN, PROCEDIMIENTO


DE. FASES PROCESALES.— Existen tres períodos perfectamente defi-
nidos en los que se encuentra dividido el citado procedimiento: ...el que
se inicia con la manifestación de intención de presentar formal petición
de extradición, —me voy a saltar párrafos— o en su caso, el que se
inicia en la solicitud formal de extradición —esto como primer paso, el
segundo paso comienza— ...con la decisión de la Secretaría de Rela-
ciones Exteriores de admitir la petición, por estar satisfechos los requi-
sitos legales, —y el tercer paso— ...aquel en que esta dependencia del
Ejecutivo Federal —la Secretaría de Relaciones Exteriores— resuelve si
concede o rehúsa la extradición, sin estar vinculado jurídicamente a
la opinión que dictó al Juez de Distrito. Luego entonces, las violaciones
que en su caso se cometan en una etapa concluida quedan consumadas
irreparablemente por cesación de efectos del acto y no pueden afectar ni
trascender a la otra.".

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 21

Dentro del mismo asunto se derivó una tesis diversa, en la cual se reiteran
las cuestiones relativas de que se admitió a trámite la petición formal de
extradición, en donde se había emitido la resolución que puso fin al pro-
cedimiento por parte del Estado, y en donde es claro que dicha orden
provisional de detención había dejado de surtir sus efectos y consecuencias
jurídicas, por lo que las violaciones que, en su caso, se hubieren cometido
al ejecutarla, quedaron irreparablemente extinguidas, pues los efectos
de tal acto reclamado habían cesado.

También del mismo asunto se derivaron diversas tesis en las cuales se


menciona:

"EXTRADICIÓN. AMPARO CONTRA LEY O TRATADO DE, PROMOVIDO


CON MOTIVO DE SU APLICACIÓN.", y la cual se refiere a que cuando se
promueve un juicio de amparo con motivo de su aplicación, consistente
en la orden de detención provisional del quejoso con fines de extradi-
ción, ha cesado en sus efectos.

Ahora, si bien es cierto que estas tesis son de la Primera Sala, dictadas
el 4 de agosto de mil novecientos noventa y cinco, las mismas fueron
acogidas por este Tribunal Pleno en la resolución que se pronunció el
veinticuatro de febrero de mil novecientos noventa y ocho, en un proyecto
bajo la ponencia del señor Ministro Díaz Romero, y en el que se resolvió
por unanimidad de votos la misma idea exactamente.

Dice la tesis de este Pleno: "EXTRADICIÓN. CONCLUIDA UNA DE LAS


TRES FASES PROCEDIMENTALES EN QUE SE DIVIDE EL PROCE-
DIMIENTO EXTRADITORIO, LAS VIOLACIONES COMETIDAS EN ELLA
QUEDAN CONSUMADAS IRREPARABLEMENTE POR CESACIÓN DE
EFECTOS.— Del análisis integral de la Ley de Extradición Internacional
y concretamente de lo dispuesto en sus artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21,
24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33 y 43 aparece que el procedimiento
extraditorio se encuentra dividido en tres fases procedimentales, a saber:
la primera, que comienza cuando un Estado manifiesta a otro la intención
de presentar petición formal para la extradición de determinadas perso-
nas y solicita se adopten las medidas precautorias... —detención pro-
visional— ...conducentes a efecto de evitar que aquélla se sustraiga a la
acción de la justicia, o en su caso, la que se inicia directamente con
la solicitud formal de extradición, cumpliendo con los requisitos que esta-
blece el artículo 16 de la ley de la materia o los previstos en el tratado
extraditorio correspondiente; la segunda etapa que comienza con la deci-
sión de la Secretaría de Relaciones Exteriores —con vista en el expe-

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


22 TRATADO DE EXTRADICIÓN

diente y la opinión del Juez Federal— de admitir la petición, por estar


satisfechos los requisitos legales correspondientes; y, la tercera, en la
que la Secretaría de Relaciones Exteriores resuelve en forma definitiva
si concede o rehúsa la extradición, sin vincularse jurídicamente a la opi-
nión emitida por el Juez. Así las cosas, resulta evidente que las violacio-
nes que, en su caso, se cometan en una etapa ya concluida, quedan
consumadas irreparablemente por cesación de efectos del acto y no
pueden afectar ni trascender a la subsecuente, en razón de que cada
una de ellas es autónoma e independiente de la otra.". Como dije hace un
momento, esta tesis fue sustentada en febrero de 1998, por unanimidad
de diez votos y en donde estuvo ausente el señor Ministro Aguinaco
Alemán.

Creo que es el caso de aplicar esta tesis porque esta persona incluso
está sujeta a un auto de formal prisión, si es que no se ha pronunciado la
sentencia en este asunto. Tal vez, a lo mejor, la sentencia ya se pronunció,
y de acuerdo con esto, independientemente de que estimo que sí tiene
interés jurídico para impugnar la Ley de Extradición Internacional por las
razones que se apuntaron en la sesión anterior, más lo que hoy se ha
reiterado, creo que es el caso de confirmar el sobreseimiento, precisa-
mente, con base en las argumentaciones que están contenidas en las
tesis que me he permitido darles lectura.

Entiendo que hubo otro asunto de la ponencia del señor Ministro Castro
y Castro, pero no me fue posible localizarlo, sin embargo, en él también
se reiteró este mismo criterio.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: En la sesión anterior se había


discutido con amplitud el tema aunque en relación con el segundo asunto
que, como recordarán ustedes, se examinó en primer lugar. Advierto que
el tono de este intercambio de ideas muestra que existe consenso en
cuanto a que debe sobreseerse en el juicio, ya sea por unas razones o
por otras.

Pienso que el propósito de la Segunda Sala al traer este asunto al Pleno,


es que lleguen a sustentarse con claridad los criterios que podrían refe-
rirse a las dos cuestiones, pues no habría tenido sentido cuando podíamos
haber aplicado los criterios que menciona el señor Ministro Román Pala-
cios, con relación a los cuales los mismos precedentes revelan que había
existido, al menos, una opinión mayoritaria en torno a esa situación.

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 23

Yo sería de la idea de que, en virtud de que el asunto está en el Pleno,


podríamos redefinir lo relativo a la cesación de efectos del acto reclamado
en torno a problemas análogos y establecer un criterio sobre el interés
jurídico respecto del acto del Gobierno Mexicano que por conducto de la
Secretaría de Relaciones Exteriores, como autoridad responsable, solicita
la extradición de alguna persona.

Traigo unas breves notas, porque mi posición ya la fijé con anterioridad,


las cuales podrían de algún modo ser tomadas en cuenta en lo que fuera
finalmente la posición de cada uno de los integrantes del Pleno.

El Pleno y la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


han establecido que las resoluciones propositivas, solicitudes, denuncias
y opiniones que una autoridad dirige a otra, para que adopte una deter-
minación, no pueden considerarse como actos que afectan el interés
jurídico de los gobernados, por no constituir actuaciones que vinculen
de manera definitiva a quien debe resolver sobre la situación jurídica
específica.

Existe una tesis que dice: "ACCIÓN PENAL. LA RESOLUCIÓN POR LA


QUE UN AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO PROPONE AL PROCU-
RADOR EL NO EJERCICIO DE AQUÉLLA, NO ES DEFINITIVA Y, POR
TANTO, NO AFECTA EL INTERÉS JURÍDICO DEL OFENDIDO, DENUN-
CIANTE O QUERELLANTE (CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES
DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN).— Amparo en revisión 961/97.— Alberto
Santos de Hoyos.— 21 de octubre de 1997.— Ponente: Juan Díaz Rome-
ro.— Secretario: Armando Cortés Galván.".

Otras tesis señalan: "SOLICITUD O DENUNCIA.— La solicitud o denuncia


que se haga por las autoridades, para que se proceda en contra de al-
guien, no constituye en sí acto alguno de autoridad, ni puede estimarse
como violatoria de garantías, puesto que, mientras no recaiga acuerdo
alguno, de la autoridad a quien se haya dirigido, sólo constituye una
petición, y en todo caso, el amparo se concederá o se negará, no contra
la solicitud, sino contra el acto mismo de la autoridad a quien se hizo.".

Esta tesis es resolución del Pleno respecto de un amparo en revisión


muy antiguo, del 15 de junio de 1927, y en el que aparece como quejoso
el señor Alfonso Truchuelo, y que dice: "FIANZAS. Es improcedente,
por falta de interés, el amparo promovido contra la solicitud a la Comi-
sión Nacional de Seguros y Fianzas para que remate acciones de la
afianzadora quejosa. Amparo en Revisión 1848/96.— Afianzadora Sofi-

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


24 TRATADO DE EXTRADICIÓN

mex, S.A. de C.V.— 27 de noviembre de 1996.— Cinco votos.— Ponen-


te: Sergio Salvador Aguirre Anguiano.— Secretaria: Adela Domínguez
Salazar.".

"AUTORIDAD PARA EFECTOS DE AMPARO. NO LO SON LOS ADMINIS-


TRADORES DE LOS AEROPUERTOS, DEPENDIENTES DE AERO-
PUERTOS Y SERVICIOS AUXILIARES, CUANDO OPINAN SOBRE LA
EMISIÓN DE PERMISOS PARA LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS
DE AUTOTRANSPORTE DE PASAJEROS.— Amparo en Revisión
3426/97.—Transporte de Pasajeros Aeropuerto en Servicio de Acapulco,
S.A. de C.V. y otros.— 21 de agosto de 1998. Unanimidad de cuatro
votos.— Ponente: Mariano Azuela Güitrón; en ausencia hizo suyo el
asunto el Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano.—Secretaria: Lourdes
Ferrer Mac Gregor Poisot.".

Asimismo, hay una jurisprudencia de la Segunda Sala que dice: "AUTORI-


DAD PARA EFECTOS DEL AMPARO. NO LO ES EL DIRECTOR GENERAL
JURÍDICO DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA,
CUANDO EN UN DICTAMEN EMITIÓ OPINIÓN SOBRE LA TERMI-
NACIÓN DE NOMBRAMIENTOS. Tesis de jurisprudencia 83/98. Aprobada
por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del trece de
noviembre de mil novecientos noventa y ocho.".

El razonamiento anterior, respaldado por la aplicación analógica de las


tesis y jurisprudencias citadas, resulta aplicable al procedimiento de extra-
dición activa, pues la petición del Estado Mexicano al extranjero, no
vincula a éste último, de modo alguno, a la detención y entrega del reque-
rido, dado que pueden darse, entre otras, las hipótesis que más adelante
se señalan y en las que, indefectiblemente, será negada la petición.

Las peticiones se elaboran con base en los artículos sexto y séptimo


de la Ley de Extradición Internacional de México, siempre que su texto
sea análogo a la legislación nacional del país extranjero requerido.

Las hipótesis son: Primera, que no existan relaciones internacionales


con el país de que se trate; segunda, que el delito no sea punible conforme
a la ley del país requerido; tercera, que la persona reclamada haya sido
objeto de absolución, indulto, amnistía o que hubiere cumplido la condena
relativa al delito que motiva el pedimento; cuarta, que falte querella de
parte legítima si conforme a la ley penal extranjera el delito exige ese
requisito; quinta, que haya prescrito la acción o la pena conforme a la
ley penal extranjera o mexicana; sexta, que el delito haya sido cometido
dentro del ámbito de la jurisdicción del país extranjero; séptima, aún en

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 25

la hipótesis de haberse obsequiado la petición de extradición, que no se


haya hecho valer en el país extranjero un recurso o medio de defensa
que pudiera impedir que se ejecutara la resolución relativa.

Como puede observarse, la simple petición de extradición, no condiciona,


necesariamente, la entrega del inculpado, sino que como se dice en el
proyecto, la decisión sobre la detención provisional con fines de extradi-
ción y la entrega material del reo, corresponde, en exclusiva, a la potestad
de las autoridades del país extranjero, cuya resolución no es impugnable
mediante el juicio de amparo en México, porque ello sería violatorio de la
soberanía nacional de aquel Estado.

En consecuencia, corresponde al detenido impugnar la resolución que


accede a su extradición a México, con base en la legislación y ante los
tribunales del país requerido, lo que es concordante con el contenido del
artículo 33 de la Ley de Extradición Internacional, así como con el artículo
22, fracción II, segundo párrafo de la Ley de Amparo, que autoriza la
promoción del juicio de garantías ante los tribunales federales mexicanos,
para impugnar el acuerdo de la Secretaría de Relaciones Exteriores que
accede a la extradición de una persona requerida por un Estado extranjero,
con lo que se guarda un perfecto equilibrio de derecho internacional.

En el momento en que México obsequia la petición de extradición al


país extranjero, no hay absolutamente ninguna indefensión, porque se
podrá hacer valer el amparo en contra de la decisión de la Secretaría
de Relaciones Exteriores y, seguramente, por elemental coherencia, si
hay un medio de defensa en el país extranjero, ahí no habrá interés jurí-
dico para impugnar la petición hecha por el país extranjero a México en
relación con la extradición de alguna persona. Desconocer esto, desde
luego, crea la incoherencia.

Por lo pronto, estoy en contra de la simple petición, cuando ésta de nin-


guna manera tiene como consecuencia fatal y necesaria, por las razones
que ya he señalado, el que finalmente la autoridad extranjera obsequie la
petición, más aún, cuando también por coherencia, dentro del país extran-
jero, puede hacerse valer el medio de defensa contra lo que sí afectaría
los intereses jurídicos de la persona y cuya afectación consiste en obse-
quiar la petición de extradición.

De ahí que mi proposición, como ponente de los dos asuntos, es que se


estudien las dos causales de improcedencia y, finalmente, que la mayoría
del Pleno defina, desde luego, el sobreseimiento del asunto, pero con la
fijación de dos criterios importantes con relación a este problema.

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


26 TRATADO DE EXTRADICIÓN

No hay que perder de vista que una de las funciones importantes que
debe cumplir especialmente el Pleno de la Suprema Corte de la Nación,
es orientar a Jueces de Distrito, Magistrados de Circuito y, sobre todo, a
las autoridades y a las partes potenciales en los juicios de amparo.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Tiene la pala-


bra el señor Ministro Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Ministro presi-


dente.

Los rumbos de la reflexión en el tema que estamos tratando son muy


amplios, sin embargo, pienso que las ejecutorias, las tesis a que aludía
el señor Ministro Román Palacios, no debemos de aplicarlas tajantemente
en la especie. No hay que olvidar que estas tesis se generaron en nego-
cios en donde México había recibido la solicitud de extradición por parte
de tribunales extranjeros y, por tanto, México significaba en estos casos
la parte pasiva de las solicitudes, entonces, los cambios de situación
jurídica conforme a los estudios procesales, según nos lo hizo recordar
el señor Ministro Román Palacios, y los cuales se derivaron de un asunto
de la ponencia del señor Ministro Díaz Romero, se generaron por reflexio-
nes respecto a esta situación, no a la situación contraria.

En la especie, pienso que una vez aceptado por la mayoría de noso-


tros que sí existe interés jurídico, no nos queda otro remedio que estudiar
los conceptos de violación, entre los cuales existen algunos, en principio,
muy interesantes, y que yo sugeriría, cuando menos, se contestaran con-
sistentes en la salvaguarda de los tratados internacionales respecto del
derecho al procesamiento en el país solicitante y solamente por aque-
llos delitos por los que se haya hecho la petición expresa de extradición.
Esto, ¿qué quiere decir?, lo que quiere decir es que al cumplimentarse la
solicitud por el Estado requerido y efectuarse la extradición, no cesan
todos los efectos del acto reclamado en la especie, sino que algunos
efectos perviven y son los relativos a las salvaguardas y, en este sentido,
tiene interés jurídico el quejoso, es decir, el sujeto de la extradición, pues-
to que por lo que corresponde a esas salvaguardas, pudo haber violación
a sus garantías individuales.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Tiene la pala-


bra el señor Ministro Díaz Romero.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Gracias señor Ministro presidente.

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 27

Creo que estamos viendo en este asunto dos causales de improcedencia:


Una, la que se ha comentado y que fundamenta el sentido de sobreseer
por falta de interés y otra, a la que desde la vez pasada se hizo alusión,
consistente en sobreseer con fundamento en la fracción X, del artículo
73, de la Ley de Amparo, la cual ahora han abonado con insistencia tanto
el señor Ministro Gudiño Pelayo como el señor Ministro Román Palacios.

Asimismo, al escuchar la intervención del señor Ministro Azuela Güitrón


en esta sesión, me da la impresión, no lo dijo muy claramente pero creo
que esa es la idea, de insistir en que debe sobreseerse respecto de
todos los actos reclamados con fundamento en la fracción V, del artículo
73, de la Ley de Amparo.

Nos queda pues ahora, para ordenar un poco la discusión, referirnos a


una y a otra posición, con el propósito de ver si ambas posturas se dan
en la especie. Me voy a concretar, en este momento, a la parte de la
falta de interés, que es lo que nos presenta el proyecto.

Desde el principio a mí me dio la impresión que no se surtía esta cau-


sal de improcedencia. Recordemos que el quejoso, al impugnar el tratado
internacional celebrado entre México y España dice que ese tratado, en
sí mismo, es inconstitucional, porque no fue firmado por el presidente
de la República, sino por el secretario de Relaciones Exteriores. Esta es
una argumentación muy parecida a la que ya nos hemos encontrado,
en otras ocasiones, cuando se impugna el tratado celebrado entre México
y Estados Unidos y en donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ha externado su opinión, cuando menos, en una o dos ejecutorias; pero
esta cuestión, independientemente de que se reitere o no en el fondo, es
necesaria tomarla en consideración, porque si se impugna el tratado
internacional por esa razón, sin prejuzgar lo que se diga en cuanto al
fondo, no cabe duda que cualquier aplicación que se haga del tratado
internacional al respecto tendrá que causarle perjuicio jurídico al quejoso.

Todavía más, tenemos que tomar en consideración que en realidad son


dos momentos fundamentales los que se impugnan, en primer lugar, la
petición de detención, y en segundo lugar, una vez detenido, la petición
formal de extradición.

El artículo 19 del tratado de extradición dice lo siguiente: "Artículo


19.- 1. En caso de urgencia, las autoridades competentes de la parte
requirente podrán solicitar la detención preventiva del individuo o recla-
mado." —Todavía no estamos en presencia de la petición formal de extradi-

MINISTRO DÍAZ ROMERO


28 TRATADO DE EXTRADICIÓN

ción, es la detención nada más—. "La solicitud de detención preventiva


indicará la existencia de una de las resoluciones mencionadas en el
apartado b) del artículo 15 y la intención de formalizar la solicitud de
extradición.", todos esos son requisitos que debe cumplir el país requi-
rente.

Asimismo, se debe mencionar la infracción, el tiempo y el lugar en la que


ésta ha sido cometida y los datos que permitan establecer la identidad y
nacionalidad del individuo o reclamado.

Continúan los requisitos y el segundo apartado del citado artículo 19


dice: "2. La solicitud de detención preventiva será transmitida a las auto-
ridades competentes de la parte requerida, por la vía más rápida, pudien-
do utilizar cualquier medio de comunicación siempre que deje constancia
escrita o esté admitido por la parte requerida."; hasta aquí los requisitos.

Luego, viene la consecuencia que a mi entender obliga claramente a la


autoridad extranjera a cumplir con la detención del individuo —una cosa
diferente es cuando la autoridad extranjera va a decidir si concede o no
la extradición, sin embargo, en este momento lo va a detener— y se dice
en el tercer apartado: "3. Al recibo de la solicitud a que se refiere el apar-
tado 1, la parte requerida adoptará las medidas conducentes a obtener
la detención del reclamado. La parte requerida será informada del curso
de su solicitud.".

A continuación se establece que el detenido, en ciertos casos, puede


obtener la libertad, previas las garantías correspondientes, y segura-
mente bajo la vigilancia de las autoridades, pero no cabe duda, a mi
modo de ver, que con esa detención se aplicó en su perjuicio el tratado
internacional.

Es muy difícil que se entienda, hasta para el sentido común, que aun
cuando se haya detenido al individuo, esto no le causa perjuicio. ¡Claro que
sí le causa perjuicio! Lo privaron de la libertad y eso, antes de la petición
formal de extradición. No se le puede decir al detenido: "Mira es cierto
que estás detenido, pero no te preocupes, el perjuicio que se te causa no
es directo.", es difícil llegar a esta conclusión, máxime si tenemos en con-
sideración, como ya dije antes, que lo que se impugna es el tratado
mismo; éste es el que desencadena el perjuicio a través del primer acto
de aplicación que es la petición de detención, previa a la petición for-
mal de extradición. Si esto sucede, si hubo aplicación, y a mi entender
aplicación en su perjuicio, es claro que sí se afecta el interés jurídico de
una manera, a mi modo de ver, clara.

MINISTRO DÍAZ ROMERO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 29

¿Que pasaría si se concediera el amparo en este momento? Entendamos


que éste no obligaría a la autoridad extranjera, pero sí a las mexicanas y
así, una vez que se llega el término en donde se tiene que hacer la
petición formal de extradición, y no se hace por efecto del amparo, las
autoridades extranjeras, automáticamente, tendrían que dejar libre al que-
joso, y las autoridades mexicanas tendrían que acatar el amparo en contra
del tratado de extradición.

Creo que limitándonos al estudio de la fracción V, del artículo 73, de la


Ley de Amparo, sí se llenan los requisitos para entender que se causa
perjuicio al interés del quejoso.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguinaco Alemán.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Considero que sí hay interés


jurídico respecto de una detención, de un acto privativo de libertad. Indu-
dablemente hay interés jurídico para combatirla, por la razón que fuere.

En este caso concreto, primero se dictó una orden de aprehensión por


una autoridad judicial mexicana en contra de esta persona, la aprehensión
no se pudo hacer efectiva porque la persona no estaba dentro del territorio
nacional, entonces, se pidió al gobierno español que concediera la extra-
dición con apoyo en el tratado, éste último accedió y entregó a la persona
físicamente; en este momento se le decretó la detención, y luego, como
dice el señor Ministro Román Palacios, vino la formal prisión y ahora es
probable que hasta la sentencia se haya dictado, pero, indudablemente,
el acto de detención sí afecta sus intereses jurídicos, lo que sucede es
que hay otras causas de sobreseimiento.

Si se le aplicó a la persona por primera vez el tratado en España, esta


persona o presentaba aquí sus recursos o los presentaba allá, siendo
que éstos últimos procederían de acuerdo con la legislación del país don-
de está detenido provisionalmente.

Cuando se regresa la persona a México, cuando físicamente se entrega


esa persona y el proceso penal continua, entonces ya habrán otras causas
de sobreseimiento, es decir, las causas de sobreseimiento serán por
consentimiento del tratado desde que se le aplicó en España y hasta
que lo trajeron aquí, o bien, por haber cesado esos efectos y encontrarse
en otra etapa muy posterior en el proceso penal; esos actos no se pueden
tocar sin infringir la Ley de Amparo, sin volverlos otra vez para atrás, sin

MINISTRO AGUINACO ALEMÁN


30 TRATADO DE EXTRADICIÓN

embargo, esos actos también tienen la peculiaridad de que no están re-


clamados, está reclamado exclusivamente el tratado internacional y su
aplicación.

Considero que para estas alturas sí es improcedente el juicio de amparo,


pero no por falta de interés jurídico, quizás haya otro motivo, porque el
interés jurídico, indudablemente, lo hay.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Ortiz Mayagoitia.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Muchas gracias señor Ministro


presidente. La discusión de este asunto, siento que se pone más intere-
sante.

El señor Ministro Gudiño Pelayo nos habla de cambio de situación jurídica


por haberse dictado la formal prisión, así como por haberse llevado a
cabo la extradición y por estar aquí la persona sujeta a un proceso.

El señor Ministro Román Palacios maneja cesación de efectos del proce-


dimiento de extradición conforme a las tesis de la extradición pasiva, es
decir, creo que es correcto que digamos que el procedimiento de extradi-
ción que practica el Gobierno Mexicano, a solicitud de otro ente soberano,
tiene esas fases, sin embargo, no podemos hablar de actuaciones de un
gobierno extranjero, y decir que éstas cesan igual que en México, a lo mejor
tienen reglas de derecho diferente que nosotros no conocemos.

Creo que el proyecto del señor Ministro Azuela Güitrón más que falta de
interés jurídico se refiere a la falta de legitimación procesal activa para
impugnar la ley en el momento en que el Gobierno Mexicano solamen-
te hace una solicitud de detención provisional para efectos de extradición.

El señor Ministro Aguirre Anguiano, de plano me confundió, porque al


asentar la premisa del señor Ministro Azuela Güitrón de que todos esta-
bamos por el sobreseimiento, unos por una causa, y otros por otra, dice
que hay conceptos de violación muy importantes y que deben contes-
tarse, particularmente, en lo que atañe a las reservas que lleva consigo
un procedimiento de extradición.

El señor Ministro Díaz Romero dice: "¡Pues cómo no va haber aplicación


desde el momento en que es detenido!, ¿quién va a decir que no le afecta
su interés jurídico?", creo que el proyecto, en ningún momento desconoce
que un acto de detención afecta el interés jurídico del quejoso, lo que

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 31

sucede es que analiza el único acto aquí reclamado y esto permite el


análisis del tratado de extradición. Solamente se reclama la solicitud de
detención provisional para efectos de extradición, en un caso, y en el
otro, la detención y la extradición y, fundamentalmente, la inconstitucio-
nalidad del tratado.

Ahora bien, la óptica del proyecto es un procedimiento bilateral donde


México es solamente demandante, actor, peticionario, solicitante del acto
exclusivo de solicitud, no puede considerarse que un acto de solicitud
legitime al quejoso para promover el amparo. Si el gobierno exhortado, re-
querido, procede conforme a sus atribuciones y detiene a la persona
reclamada, quien afecta la esfera jurídica de esa persona es ese gobierno
extranjero. Asimismo, nos ilustró el señor Ministro Azuela Güitrón, al
menos a mí, de que hay medios impugnativos ante ese gobierno extran-
jero para defender la ilegalidad o posible ilegalidad del acto.

Por otra parte, el señor Ministro Román Palacios nos ilustró, en su inter-
vención anterior, cómo se hace necesario que el Gobierno Mexicano, en
estos casos, mande abogados a apoyar la solicitud de extradición para
hacerla eficaz frente a una potestad extranjera. Decía el señor Ministro
Román Palacios: "Tienen que ir a litigar.", y me recordó el caso de Mario
Ruiz Massieu en donde se pidió la extradición por determinados hechos,
los cuales los analizó un gobierno extranjero y, finalmente, éste último
rechazó la petición de extradición. Con todo lo pertinente que sea una
petición, existe la posibilidad de que una decisión autónoma de otra
soberanía la rechace, y esa es la que determina la situación jurídica del
quejoso.

Tenemos jurisprudencia firme, muy vieja, de la Tercera Sala, donde se


dice: "La admisión de una demanda no afecta el interés jurídico del deman-
dado.", es decir, apenas se le dé el trámite a la demanda, a través de
este acto, se va a cumplir la garantía de audiencia, por lo que la admisión
no afecta el interés jurídico y, por lo tanto, no se puede promover amparo
contra el acuerdo que admite la demanda.

Aquí mismo hemos hecho distinciones que ahora se pusieron de moda y


que consisten en la impugnación de determinadas leyes mercantiles,
y decimos: "La pura admisión de la demanda no te afecta, el embargo,
ese sí te lo voy a estudiar porque tiene una consecuencia más allá del
proceso y tiene una ejecución de imposible reparación.".

Asimismo, comentaba yo en la ocasión anterior, que hemos distinguido


esa situación cuando el Ministerio Público decide la determinación de

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


32 TRATADO DE EXTRADICIÓN

las averiguaciones previas: "Tal persona es penalmente responsa-


ble de tales hechos que constituyen delito, y le pido al Juez, ordene su
aprehensión."; ese acto ministerial, nunca se ve en el amparo.

La jurisprudencia dice: "Los actos realizados en la averiguación previa de


los delitos, no son controlables a través del juicio de amparo.". Esto
es lo mismo que hace un gobierno frente a otro al decir: "Este señor es un
delincuente, es un ciudadano que depende de mi soberanía. Se fue para
allá, mándamelo, por favor.". En esta petición puede haber una decisión
favorable o desfavorable y en esta incertidumbre, en esta posibilidad, es
donde no se ve la afectación directa e inmediata del interés jurídico.
Si lo complementamos como dice el señor Ministro Díaz Romero, bastaría
con que la petición se realice para que el otro gobierno deba acceder.

Por otra parte, hace un momento, el señor Ministro Gudiño Pelayo subrayó
"soberanamente", porque no es tan "soberanamente" que el tratado sea
vinculatorio para los dos Estados, sin embargo, el tratado de extradición
es un pacto o contrato entre sujetos soberanos en el que su incum-
plimiento no confiere una potestad de exigencia directa que pueda hacer
un país respecto del otro, en este caso México, si el país requerido no
atiende a dicho tratado de extradición. Si abiertamente el país extranjero
lo viola y no lo cumple, México no tiene una potestad directa de exigen-
cia, ni puede imponerse por encima de la decisión del otro país. Esto
mismo lo vimos con el caso Álvarez Marchain en donde se denunció la
violación del tratado de extradición de otro gobierno y se realizaron actos
para nosotros ilegales. Un ciudadano nacional, en un procedimiento previo
de extradición, es llevado ante otra soberanía en donde fue juzgado, exis-
tieron protestas, opiniones jurídicas de que se violó el tratado de extradición
y la opinión del otro país fue que no había tal violación al decir: "Esta es
nuestra costumbre desde mil ochocientos y tantos, así lo hemos hecho,
así lo vamos a seguir haciendo.", entonces, ciertamente en el procedimien-
to de extradición hay afectación del interés jurídico.

No obstante ello, la petición que hace México y que es el acto que aquí
se reclama como de aplicación del tratado de extradición, esa petición
puede ser una simple exhortación, la cual no legitima al quejoso para
promover el amparo.

En seguimiento a la manifestación del señor Ministro Silva Meza, en


la discusión anterior, dijo que el tratado era vinculatorio y el otro país lo
tendría que aplicar; bueno, aun así éste sería un acto inminente y hemos
dicho que la impugnación de leyes no puede hacerse valer contra ac-

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 33

tos inminentes, tiene que ser un perjuicio actual anterior a la fecha de


presentación de la demanda.

En concreto, estoy convencido del sentido del proyecto, entiendo que el


criterio viene a hacer a un lado toda una práctica que se ha seguido
respecto de la extradición en donde, simplemente, hemos cerrado los
ojos a la aplicación de las tesis que se dan sobre la extradición cuando
México actúa como país requerido, pues tenemos que controlar las actua-
ciones de las autoridades mexicanas.

Tiene mucha razón el señor Ministro Azuela Güitrón cuando invoca el


artículo 22 de la Ley de Amparo para señalar la procedencia del amparo
contra la resolución de la Secretaría de Relaciones Exteriores que autoriza
la extradición, obviamente, de un sujeto extranjero. Sigo entusiasmado
con el proyecto del señor Ministro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Tiene la pala-


bra el señor Ministro Román Palacios.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: En realidad, dentro de toda


esa serie de distintas alternativas, surge una diversa que no es la que
sustenta el proyecto, porque ahora se habla de "falta de legitimación
activa" y no precisamente como una cuestión de "falta de interés jurídico".
En realidad, yo veo que en la página setenta y cinco se enfoca "la falta de
interés jurídico", exclusivamente.

Ahora bien, creo que no podemos desvincular los actos, en forma tal,
para el efecto de decir: "Como la detención la efectúan las autoridades
extranjeras, entonces a ti no te afecta en nada, porque te vas a defender
conforme a las leyes y los recursos extranjeros.", bueno, nada más que
la autoridad extranjera no lo detuvo por sí y ante sí, esta autoridad por sí
misma no lo hubiese detenido nunca. Pero, ¿por qué lo detuvo la autoridad
extranjera?, pues porque hay una solicitud de detención provisional o
una solicitud de formal petición de extradición, cualquiera de las dos
y, entonces, por ese motivo lo detuvo, así como porque tiene celebrado un
tratado, el cual fue aplicado, precisamente, a través de la solicitud que
se deriva de la orden de aprehensión. Creo que no podemos desvincular
los actos.

Es obvio que la persona tendrá la oportunidad de defenderse en el extran-


jero conforme a las disposiciones legales que existan en ese lugar, pero
eso no es ningún inconveniente para el efecto de dejar de conocer el

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


34 TRATADO DE EXTRADICIÓN

acto que dio origen a todo ello y, que en último extremo, es la orden de
aprehensión, la cual recibe la Procuraduría y por la cual la Secretaría
de Relaciones Exteriores hace la solicitud formal de extradición y en el
momento de solicitar la extradición se aplica el tratado que es lo que se
impugna, de acuerdo a los diversos conceptos de violación expuestos
por el quejoso. Este acto se señala como acto reclamado y se señalan
como autoridades responsables a las expedidoras, precisamente, del
tratado, luego entonces, ese tratado y la detención provisional son apli-
cables en su perjuicio, con independencia de que la materialidad de la
detención sea realizada por una autoridad extranjera.

Sería tanto como llegar a decir que no procede la detención que realice
la policía judicial del Estado de Nayarit, porque el amparo concedido fue
contra la orden de aprehensión librada por las autoridades judiciales del
Distrito Federal y como fue la persona detenida por las autoridades
de Nayarit, entonces que se vayan a Nayarit, aunque en cierta manera
sí sería así, porque en último extremo, si la detención fue allá, a lo mejor
pensaríamos que es una cuestión de competencia, pero eso no quiere
decir que exista la improcedencia del juicio de garantías; la circunstan-
cia de que sea una autoridad extranjera la que lo detenga, no implica que
no se aplique el tratado, por el contrario, implica precisamente que se
está aplicando, pues esa detención da origen al interés jurídico de la
persona para el efecto de promover el amparo.

Por otra parte, el señor Ministro Díaz Romero planteaba una cuestión a la
cual me permitiría agregar, tal vez, un dato más a su exposición. Él men-
cionaba que si se concedía el amparo en México con motivo del tratado
de extradición, quiero suponer que fue porque efectivamente el tra-
tado de extradición no debió haber sido firmado por el secretario de Relacio-
nes Exteriores, sino por el presidente de la República, —ya dijimos que
no es cierto, pero quiero suponer que fuese a la inversa— y dijéramos
que efectivamente ese tratado es inconstitucional, ¿qué es lo que proce-
de?, en cumplimiento de la resolución que se pronunciara y como consecuen-
cia de ella, México tendría que dejar sin efecto la petición formal de
extradición porque: ¡Cómo es posible que México pida que detengan a
una persona con base en un tratado que fue declarado inconstitucional!,
entonces, la orden de aprehensión seguirá vigente y si esta persona
regresa a México, aquí lo detendrán, o si va a otro país, podrá pedirse la
extradición en ese otro país, es decir, tal vez en otras situaciones, si es
que ya no se trata del tratado, sino de uno diverso, y no del que se está
impugnando. En fin, pueden suceder muchas cosas, pero lo cierto es
que la detención tiene su origen, en último extremo, en la orden de aprehen-
sión y está de por medio la aplicación del tratado.

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 35

Si la policía del mundo, Estados Unidos de América, realizó una detención


arbitraria en México, lo cual efectivamente no pudimos evitar, así como
no pudimos evitar aquellas ocasiones en que llegó a detener en Gua-
temala a un jefe de Estado, pero bueno, eso es una actitud de la policía
del mundo; realmente no podemos promover amparo contra esas arbi-
trariedades cometidas por la policía del mundo, ojalá procediera, pero
eso no quiere decir que no esté acreditado el interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Sí, señor Minis-


tro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Yo únicamente quería poner


énfasis en lo trascendente de esta decisión, sea en uno o en otro sentido.

Las que se han pronunciado en contra del proyecto, sustentan una tesis
novedosísima y revolucionaria que consiste en sostener que cuando un
tratado es aplicado por un país extranjero, es procedente el amparo, o
sea, que un acto de una autoridad que no está bajo la jurisdicción de las
autoridades mexicanas se habilita para reclamar un tratado que por sí
mismo no podría aplicarse.

Podría quizá sostenerse otra tesis revolucionaria, lo cual resulta hacer


un poco extensivo lo que se dijo en cuanto a que tratándose de actos de
privación de la vida, el amparo procede, no sólo respecto de la orden
de privación de la libertad, sino respecto del apercibimiento de la priva-
ción de la libertad, por lo que esta tesis diría: "Basta la solicitud de
detención —como es atentatoria contra toda libertad— para que el amparo
proceda contra la orden de detención, contra la petición de detención y,
por lo mismo, contra el tratado que se está aplicando a través de ella."
Se trata de grados diferentes que convendría precisar, sin embargo, lo
trascendente del tema lo estamos viendo porque llevamos dos sesiones
en la que se discute el problema y finalmente, valdría la pena que esto se
tradujera en un criterio importante con relación a la materia.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Gracias señor


Ministro Azuela Güitrón.

En este caso, en el proyecto se propone dejar firme, por falta de agravios,


el sobreseimiento que decretó el Juez Federal respecto de la negativa
de diversos actos precisados, tanto en el escrito inicial, como en el
ampliatorio de la demanda.

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


36 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Si la materia, como parece ser, es penal, posiblemente esto sea inexacto,


pues si bien no existen agravios encaminados a impugnar ese sobre-
seimiento por negativa de actos, no desvirtuada, también lo es el hecho
de que en aplicación de la suplencia de la queja deben subsanarse las
incongruencias en que incurrió el Juez de Distrito al dictar la sentencia
conforme a la jurisprudencia que ya conocemos.

En efecto, en el considerando segundo de la sentencia recurrida, el Juez


dijo: "SEGUNDO.- No será materia del presente juicio, el acto que se
reclamó... y que se hizo consistir particularmente en la solicitud de deten-
ción preventiva del hoy quejoso para los efectos de la extradición,...
respecto a este acto reclamado debe sobreseerse por haber cesado los
efectos del acto...". Parece ser inexacta la afirmación del Juez en el sen-
tido de que no sería materia del juicio el acto consistente en la solicitud
de detención preventiva del quejoso, en virtud de que se trataba de un
acto cuya existencia ya había sido reconocida en el considerando primero,
por lo tanto, no es que el acto no fuera materia del juicio sino que, en
todo caso, lo que no se iba a analizar eran los conceptos de violación
encaminados a demostrar la inconstitucionalidad del mismo.

Ahora bien, respecto del propio acto de solicitud de detención preventiva,


el Juez de Distrito manifiesta que procede sobreseer porque cesaron sus
efectos al momento de que las autoridades responsables presentaron,
ante España, la petición formal de extradición; sin embargo, contrario a
lo que sostiene el Juez, la petición formal de extradición de ninguna
manera determina la cesación de los efectos de la detención preventi-
va que previamente se haya verificado en un procedimiento extraditorio,
conforme al tratado reclamado.

El señor Ministro Díaz Romero nos señaló el artículo 19 del Tratado de


Extradición Internacional, el cual en el punto cinco, dice: "La detención
preventiva podrá alzarse si en el plazo de cuarenta y cinco días la parte
requerida no ha recibido la solicitud de extradición y los instrumentos
mencionados en el artículo 15. En ningún caso podrá exceder de un plazo
de sesenta días.".

Del precepto anterior, se advierte que si bien la parte requirente tiene un


plazo de cuarenta y cinco días para presentar la solicitud de extra-
dición, una vez que se ha detenido preventivamente al sujeto reclamado,
en todo caso, dicho plazo no podrá exceder de sesenta días. Ello, de
ninguna manera, es indicativo de que presentada la solicitud con los
requisitos necesarios, automáticamente, cesen los efectos de la

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 37

detención de referencia, puesto que ese término sólo opera para la pre-
sentación de la multicitada solicitud, pero no como conclusión de la deten-
ción decretada, sino de la solicitud de extradición, por tanto, parece que
en la especie no se actualiza la causa de improcedencia que aplicó el
Juez respecto del acto consistente en la solicitud de detención preventiva
del quejoso.

Lo que pretendo es probar si se actualiza o no lo previsto en la frac-


ción XVII del artículo 73, de la Ley de Amparo, dada la estrecha vinculación
que existe entre la solicitud de detención y la de extradición.

En diverso orden de ideas, el Juez de Distrito sobreseyó tanto por


actos irreparablemente consumados como por cesación de efectos de
los mismos, y en el proyecto se propone sobreseer el juicio, con fundamento
en el artículo 73, fracción V, de la Ley de Amparo, porque dicho acto no
afecta la esfera jurídica del quejoso, por no tratarse de un acto definiti-
vo sino sujeto a la decisión que emita soberanamente el país requerido,
sin embargo, se considera que tal proposición es inexacta, porque aún
cuando no existe fundamento legal alguno, ni principio que lo soporte, en
atención a la lógica jurídica debe precisarse que cuando se trata de las
causales de improcedencia se requiere que las mismas se apliquen,
preferencialmente, unas sobre otras, sin que ello implique jerarquizar-
las, sino que más bien es una invocación cronológica que obedece a su
naturaleza jurídica; ello es así, porque no tendría ningún caso analizar si
un acto afecta los intereses jurídicos del quejoso, por ejemplo, si la de-
manda resulta notoriamente extemporánea, o examinar si en un diverso
juicio de garantías se cumplió con el principio de definitividad que rige la
materia, siendo que existe independencia.

En la especie, en el proyecto se propone que la solicitud de extradición


no afecta los intereses jurídicos del quejoso, creo que se desatiende la
circunstancia que afirma el Juez de Distrito, según su sentencia. Dice
el Juez de Distrito: "..., debe quedar sentado que el quejoso al momento de
interponer su demanda de amparo, se encontraba privado de su libertad
en el centro de detención de ‘Alcalá-México’, en las proximidades de la
ciudad de Madrid, España, mientras que el veinticinco de abril del año
próximo pasado, el director de Aprehensiones de la Procuraduría General
de la República, dejó a disposición del Juzgado Décimo Segundo de
Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, en el interior del Reclusorio
Preventivo Varonil Oriente de esta ciudad capital, al quejoso de mérito,
tomándosele su declaración preparatoria el día veintiséis de abril del
mismo año;...". En este sentido, parece que si la solicitud de extradición

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


38 TRATADO DE EXTRADICIÓN

que formularon las autoridades responsables tenía como finalidad que


España enviara a México al hoy quejoso, para que aquí se le juzgara por
los ilícitos respecto de los que se giró la orden de aprehensión corres-
pondiente, resulta que dicha persona se encuentra en territorio na-
cional, recluído en el centro de readaptación, aun cuando subsiste el
acto reclamado —la detención y la solicitud de extradición—, este acto
ya no puede surtir efecto legal o material alguno, por haber dejado de
existir el objeto o la materia de éste, ello es así, porque la causa de improce-
dencia que posiblemente deba invocarse para sobreseer es la prevista
en la fracción XVII del artículo 73, de la Ley de Amparo y no la que el
Juez de Distrito refiere, es decir, la fracción V del artículo 73, del mismo
ordenamiento, pues en atención a la naturaleza jurídica de ambas hipótesis
parece que procede, en primer lugar, analizar si el acto que se reclama,
a pesar de subsistir, sigue surtiendo efectos legales o materiales y, poste-
riormente, salvado este escollo, determinar si afecta los intereses jurídicos
del quejoso. Gracias.

Señor Ministro Castro y Castro, tiene usted el uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Me encuentro realmente muy


mal en el examen de este asunto. Cada vez que alguno de los seño-
res Ministros ha tomado la palabra digo: "Tiene razón."; o realmente soy
de muy pobre criterio o este asunto presenta múltiples facetas.

Creo que sí vale la pena que nos hayamos detenido para poner de mani-
fiesto, aprovechando la sapiencia de todos los que han hecho uso de la
palabra, un punto de vista notablemente distinto al que utilizan muchos
otros, puesto que ello se presta a muchos malos entendidos.

En la última intervención del señor Ministro Góngora Pimentel, nos dice:


"Aparentemente es una materia penal." No, esto no es materia penal, es
materia administrativa internacional, es una materia de formal convención
entre dos partes. ¿Qué este asunto tiene como objeto final la sanción de
una persona por la comisión de un delito, la cual es la motivación? Sí, pero
no es una materia penal, finalmente. Además, existe la gran diferen-
cia de que en materia penal hay un término de protección por setenta y
dos horas, el cual se puede ampliar. Y lo que estamos viendo —extradi-
ción—, tiene un término de sesenta días, es decir, dos meses.

Asimismo, también hay otra confusión respecto al delito que se comete


en un lado, y se continúa en país distinto, bajo acuerdo de distintas legis-
laciones.

MINISTRO CASTRO Y CASTRO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 39

A mí, totalmente para motivar mi voto, quien me ha convencido con sus


argumentos es el señor Ministro Ortiz Mayagoitia, nada más que para
que yo pueda con toda espontaneidad resolver, se tiene que dejar claro
lo que él dice con toda claridad: "No, si sí hay interés jurídico, eso lo
mantuve la otra vez que estuve en el uso de la palabra, lo que pasa es que
el demandante no tiene legitimación activa.". Esto textualmente no lo
dice, sino que lo da a entender: "No estoy de acuerdo con el proyecto en
sus términos, sino en estos otros.".

Cuando el señor Ministro Azuela Güitrón estuvo en el uso de la palabra,


dió por hecho que los señores Ministros sí están totalmente de acuerdo,
pero existe un ajuste necesario. Si se ajustara a ello, yo estaría totalmente
de acuerdo. ¿Por qué? Porque alguna vez se ha visto que alguien diga:
"Pido amparo contra actos del Ministerio Público, porque después de
la investigación previa el Ministerio Público pidió al Juez que éste último
interviniera y quizás hasta le llegó a pedir una orden de aprehensión." .
No, aunque esta persona está en su derecho de hacerlo, de la misma
manera que, en un momento dado, el Estado Mexicano cumple con sus
obligaciones correspondientes, tanto cuando es activo como cuando es
pasivo. Por lo tanto, el hecho de que ejercite el Ministerio Público la obli-
gación que tiene de ejercitar la acción, respecto de un pedimento deter-
minado hecho al Estado, en sí, tal hecho no ha producido absolutamente
ningún problema para el hoy quejoso, ya este problema lo tendría cuando
se realizara el delito en otro país, por lo que tendría que impugnar las
resoluciones con los recursos reconocidos en aquel país, y no en el
nuestro. Se cumplimenta la petición formal de extradición y la persona
viene para acá.

No hay que olvidar que el Estado Mexicano ya se ha pronunciado al


decir: "Dicto auto de formal prisión, pero esta persona huyó.", y recíprocamen-
te, el Estado requerido cumple con sus obligaciones al remitirlo. En contra
de todo esto, existen recursos que pudieran haberse opuesto en un mo-
mento determinado.

Por ello, me pronuncio por la posición del señor Ministro Ortiz Mayagoitia,
en el entendido de que las otras argumentaciones tienen lo suyo y en
verdad que son de mucha reflexión. Lo único que me gustaría aclarar es, si
se sostiene tal y como está el proyecto del señor Ministro Azuela Güitrón,
o si se hace alguna modificación respecto a lo que propuso el señor
Ministro Ortiz Mayagoitia. Así yo estaría en mejores condiciones de votar.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Azuela Güitrón.

MINISTRO CASTRO Y CASTRO


40 TRATADO DE EXTRADICIÓN

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Para aclarar que, efectivamente,


yo haría las adecuaciones que sugirió el señor Ministro Ortiz Mayagoitia,
a fin de que no usemos la causal relativa a falta de interés jurídico, sino
que más bien se haga el enfoque relativo a la legitimación procesal activa.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguinaco Alemán.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Algunas de las argumenta-


ciones del señor Ministro Ortiz Mayagoitia son muy atendibles, pero hay
unos fundamentos o precedentes que adujo sobre la improcedencia del
amparo contra la presentación de la demanda, lo cual es un asunto total-
mente distinto a éste.

La presentación de una demanda, indudablemente, no para perjuicios, es


una cosa muy diferente a la detención física de alguien que lo priva
de su libertad. El simple acto de privarlo de su libertad, le afecta sus
intereses jurídicos, ¿cuáles?, pues el de la libertad; tiene derecho a ser
libre, a menos que haya un mandamiento de autoridad, etcétera, etcétera.
Por eso, considero que todos los precedentes que existen sobre la impro-
cedencia del juicio, en materia de presentación de la demanda, se refieren
a una demanda civil, no a la detención física de alguien.

Ahora bien, la detención del quejoso, en la especie, se inicia en un país


extranjero, indudablemente, pero ésta es como la prolongación de un
brazo de las autoridades mexicanas que no puede llegar, por su misma
fuerza, a ese lugar, por lo que pide el auxilio de la autoridad extranjera
nada más para aprehenderlo y esperar la petición formal de extradición.
La persona llega a México y su detención ya no obedece, es decir, no
tiene como causa nada más la pura petición de extradición, sino la formal
prisión que le dictan aquí, así como la efectividad de la orden de aprehen-
sión, entonces, esa es la causa de su detención física, ya no la detención
original.

Por lo anterior, considero que el hoy quejoso no puede dejar de tener


interés jurídico, y el desenvolvimiento de los hechos nos llevan al sobre-
seimiento pero por otra causa, una de ellas puede ser la causa que apuntó
el señor Ministro Góngora Pimentel y otra puede ser la que apuntó el
señor Ministro Román Palacios.

Además, respecto del hecho de que se pueda defender el quejoso en el


extranjero, no lo sabemos, puesto que es un derecho extranjero y no hay

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 41

obligación de saberlo. El derecho extranjero tiene que probarse en México,


así lo dice el Código Federal de Procedimientos Civiles, lo único que
debemos saber son los medios de defensa que tiene la legislación
nacional, no los del extranjero. Considero que a esos medios que hay en el
extranjero, no puede otorgárseles una eficacia genérica y global. El que
los mismos pueden existir o no, que tan amplios o reducidos son, no se
sabe.

Ello así, reitero mi posición de que sí tiene interés jurídico el hoy quejoso,
pero es improcedente el juicio por alguna de las causas, ya sea la del
señor Ministro Góngora Pimentel o la del señor Ministro Román Palacios.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Tiene la pala-


bra el señor Ministro Gudiño Pelayo.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: A mí también me impresionó


mucho la intervención del señor Ministro Ortiz Mayagoitia, el único proble-
ma es que no entiendo, en este caso, la diferencia entre interés jurídico
y legitimación procesal activa. Creo que en este caso se confunden.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Tiene la pala-


bra el señor Ministro Díaz Romero.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Gracias señor Ministro presidente.

Hemos visto varias causales de improcedencia como las que se señalan


en las fracciones V, X, y VII, XVIII de la Ley de Amparo, en relación con
la falta de legitimación activa. Quisiera recordar que estamos en presencia
de amparo contra leyes, y que el solicitado contra un tratado internacional
tiene las mismas características que un amparo contra leyes, por lo que
no podemos entender estas cuestiones en forma aislada, sino de acuerdo
a las reglas establecidas por los artículos 114, fracción I; 73, fracción
XII; y 21, fracción II; conforme a los cuales el amparo contra leyes procede
con motivo del primer acto de aplicación en perjuicio del quejoso.

Yo había pensado, y en ese sentido ha sido mi proposición, que sí le


causa perjuicio la detención al quejoso desde la petición que se hace de
la misma, pues constituye el primer acto de aplicación en su perjuicio y
del que son responsables las autoridades mexicanas.

Asimismo, me impresionó también lo que acaban de decir los señores


Ministros Aguinaco Alemán y, Castro y Castro, sobre todo cuando el

MINISTRO GUDIÑO PELAYO


42 TRATADO DE EXTRADICIÓN

señor Ministro Castro y Castro dice: "Es falta de legitimación activa, no


es falta de interés.". Con el propósito de que se nos ilustrara más al
respecto, yo quisiera que me explicaran mejor, en este caso, cómo po-
dríamos entender específicamente la falta de legitimación activa y con
esto participo de la petición que hace implícitamente el señor Ministro
Gudiño Pelayo, porque si se refiere a que no puede tener efectos en su
favor el amparo, pues lo pondría mucho en duda.

La intervención del señor Ministro Román Palacios fue muy importante


y en eso no había reparado en mi primera intervención, respecto a que si
el quejoso obtuviera el amparo en contra del tratado internacional, las
autoridades mexicanas, en cumplimiento y ejecución de la sentencia de
amparo, tendrían que desistir del procedimiento extraditorio en el estado
en que éste estuviera.

En fin, quisiera oír más opiniones y confieso que estoy dispuesto a acep-
tarlas si son convincentes.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Estoy de


acuerdo. Tiene la palabra el señor Ministro Román Palacios.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Solamente para el efecto de


determinar, ¿cuál sería la situación de falta de legitimación activa?, tal
vez ésta sería cuando se hubiera compurgado la sentencia, ¿por qué ra-
zón?, por la siguiente.

Se libra la orden de aprehensión, la persona se traslada a otro país y,


entonces, se hace la solicitud formal de extradición. Las autoridades
mexicanas le dicen: "No, mira, la solicitud no te afecta, a ti no te afecta
ésta solicitud ya que es un acto que podemos o no realizar. La solicitud
de detención no es impugnable."; el quejoso responde: "Es que yo quiero
impugnar el tratado internacional y la ley."; a lo que la autoridad argumen-
ta: "No se puede porque nada más hay una solicitud en la Secretaría
de Relaciones Exteriores, ¿esto en qué te afecta si no estás legiti-
mado?" La persona razona y dice: "¡Ah, bueno, entonces me van a detener
allá!", a lo que la autoridad responde: "¡Ah, pues, peléate allá!", y allá se
peleará, se defenderá, perderá en cualquier país y, entonces, lo trasladarán
para acá y lo pondrán a disposición del Juez. Posiblemente le vayamos
a decir a esta persona: "Ahora sí, impugna el tratado.", a lo cual esta
persona contestará: "¿Y para qué impugno el tratado si ya me trajiste
hasta acá?"; o bien, la autoridad puede decir: "Impúgnalo ahora con motivo
de tu detención, pues la sola detención no te afecta.". ¿Y por qué?, por-

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 43

que es en cumplimiento de la orden de aprehensión, no es en cumplimiento


del tratado, no. Entonces, ¿dentro de la formal prisión? No, tampoco.
¿En la sentencia?, no, tampoco. Por eso digo que, tal vez, cuando la
persona compurgue la sentencia tendrá la legitimación activa.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Ortiz Mayagoitia.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Muchas gracias. Dice con toda


razón el señor Ministro Díaz Romero: "No olvidemos que estamos en
presencia de un amparo contra leyes.", ¿y qué se necesita para promover
un amparo contra leyes?

Si la ley es autoaplicativa, que la acción se ejerza dentro de los treinta


días siguientes —lo de la hipótesis—, y siendo autoaplicativa o no, cuan-
do hay un primer acto de aplicación, sin embargo, ¿qué sucede en la
especie?

Estamos en presencia de un acto incipiente, inacabado, similar al que


realiza el Ministerio Público cuando en virtud de la culminación de una
averiguación previa dice: "Aquí hay responsabilidad penal a cargo de
este sujeto, y al haber yo determinado esto como autoridad, le pido a
otra autoridad que valide el acto y lo emita ella en consideración a todo
lo que yo realmente he dicho.". El acto del Ministerio Público que resuel-
ve la responsabilidad penal de alguien y que amerita su consignación, no
trasciende a la esfera jurídica de ese alguien de manera personal y directa.
Hemos dicho que esto no legitima a la persona para pedir el amparo, y
ello así, hemos mencionado otros ejemplos.

Dice el señor Ministro Aguinaco Alemán, también con mucha razón, lo


siguiente: "Una cosa es la demanda civil y otra cosa es hablar de extra-
dición.", esto es cierto, pero el señor Ministro Azuela Güitrón habló de
que este criterio se acepta en materia fiscal, en materia administrativa,
en general, cuando una autoridad excita, requiere o pide a otra que haga
algo que va a recaer directamente sobre la persona de quien viene al
amparo y solamente está la petición que desencadena el procedimiento,
no hay acto concreto de aplicación que afecte de manera personal y
directa al quejoso, no se dice que la persona carezca realmente de interés
jurídico para impugnar la ley, pues al complementarse el acto tendrá ese
interés jurídico.

En el ejemplo de la consignación, si el Juez Penal accede a librar la


orden de aprehensión, en ese momento la persona está en aptitud de

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


44 TRATADO DE EXTRADICIÓN

impugnar, tanto el acto de aplicación como la norma aplicada. Dice el


Ministro Aguinaco Alemán: "Aquí hay una orden de aprehensión dictada.",
sí, pero no es esa la que se cuestiona. La detención en el extranjero no se
hace, puntualmente, en cumplimiento de una orden de aprehensión, sino
por un acto distinto, pues ya se agotaron las posibilidades en el territorio
nacional y no se puede lograr la captura de la persona, por lo que viene un
procedimiento administrativo diferente para reinternar al país a quien
se dio a la fuga y mismo que se encuentra en un país extranjero.

Ahora bien, ¿cómo se inicia este procedimiento administrativo?, este


procedimiento administrativo se inicia a través de una solicitud, de una
petición, llámese requerimiento, petición, exhortación o gestión, la ley la
llama "solicitud". Este momento es muy importante, porque México en
cumplimiento de las responsabilidades propias del país, determina hacer
esta solicitud y con esto da comienzo a un posible acto concreto de
aplicación del tratado en perjuicio del quejoso.

México solicita al país extranjero lo siguiente: "Estado extranjero, te


pido que detengas a este sujeto, provisionalmente, porque voy a ejercer
el procedimiento extraditorio.", o bien, sin esta detención previa se ini-
cia la gestión de extradición. Esta solicitud, por sí misma, al igual que la
consignación del Ministerio Público, no tiene el efecto de que por imperio
de esta decisión se detenga al requerido. Esta solicitud necesita ser
complementada, indefectiblemente, por un acto posterior de otra autoridad.
Puede decirse: ¡"Es que el tratado es vinculatorio! o, ¡es que a fuerza lo
tiene que emitir!"; bueno, aún así, es un acto futuro, mientras no esté
realizado no actualiza el perjuicio personal y directo y, por tanto, no ha
nacido todavía la legitimación procesal activa del quejoso para impugnar
el tratado.

El señor Ministro Gudiño Pelayo dice que para este caso la legitimación
procesal activa y el interés jurídico, son lo mismo. Yo no desconozco el
interés jurídico que tiene alguien a quien se le aplica el tratado inter-
nacional, lo único que se dice en el proyecto es: "No ha nacido tu opor-
tunidad para promover el amparo, porque este acto que realizó la autoridad
mexicana es de simple gestión.", a esto le pueden hacer caso o a lo mejor
decimos como el señor Ministro Silva Meza: "Seguramente le van a hacer
caso.", pero hay que ver que el acto, por sí solo, no produce esta afec-
tación, requiere de una complementación por parte de otra autoridad.

Conforme a las tesis que nos leyó el señor Ministro Azuela Güitrón, la
petición que hace la tesorería del Estado para que se haga efectiva una

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 45

fianza, no afecta el interés jurídico de la compañía, porque tiene que


haber un acto de la tesorería de la Federación en donde atento a esa
petición, se diga: "Atendiendo a la petición se hace efectiva la fianza.".
Aquí es igual, en atención a la petición se detiene al quejoso.

Simplemente, termino la idea con estas reflexiones, quiero suponer que


exista un tratado bilateral celebrado entre México y Estados Unidos, en
donde viene una columna en español y una columna en inglés. La peti-
ción de extradición la funda México de acuerdo a la columna que está en
español, aplica nuestro derecho nacional y al llegar la petición al país
extranjero, éste último no se va a fundar respecto de la parte del tratado
que corresponde al derecho mexicano, sino se va a fundar de acuerdo a
lo que está en inglés y va a aplicar, obviamente, su derecho extranjero.
Puede haber vicios en el tratado como el que no lo firmó el rey de España,
como es en este caso, sin embargo, eso no nos lo pueden plantear a
nosotros porque ello corresponde al régimen interno de otro país, es
decir, creo que el respeto a otra soberanía tiene que ser absoluto. En esa
medida, la decisión de actuar que acoge en sus términos una solicitud
que perfecciona el acto de aplicación debe ser no respecto de una ley
mexicana sino de una ley extranjera de idéntico contenido a la nuestra,
y la cual es la del tratado como un compromiso bilateral.

Lo anterior es mi interés en el esclarecimiento de este asunto.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Sí, señor Minis-


tro Román Palacios, queda usted en el uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Algo muy breve. Si el proyecto


ya no subsiste sobre la base de que el quejoso carece de interés jurídico,
entonces estamos discutiendo un proyecto que no conocemos, porque
hemos hablado de falta de legitimación activa, pero no conocemos la
estructura del proyecto, aun cuando el señor Ministro Ortiz Mayagoitia
acaba de hacer una exposición sobre el mismo para el efecto de sus-
tentarlo.

En realidad, ¿qué acontece? El Juez sobreseyó por cesación de efec-


tos, en el proyecto no se estudia esa causa de sobreseimiento y se acude
a la falta de interés jurídico, la cual ya no existe, entonces ya no existe
el proyecto, repito.

Otra cuestión, se ha insistido en comparar la solicitud de detención


provisional con la solicitud de orden de aprehensión, creo que la compa-

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


46 TRATADO DE EXTRADICIÓN

ración no es correcta, exactamente, ¿por qué razón?, porque la deter-


minación del Ministerio Público al concluir la averiguación previa puede
ser en uno de dos sentidos, normalmente, aunque pudieran existir otros
más, como puede ser, por ejemplo, la incompetencia, etcétera, pero en
uno de dos sentidos en cuanto al tema que nos ocupa, o bien, éste
ejerce la acción penal y solicita la orden de aprehensión o determina el
no ejercicio de la acción penal.

En el primer caso, al determinar el ejercicio de la acción penal y solicitar


la orden de aprehensión, en ese momento, el Ministerio Público resuelve
en su calidad de parte, porque en el momento en que entrega esa solicitud
al Juez, adquiere la calidad de parte. En cambio, si el Ministerio Público
determina el no ejercicio de la acción penal, éste lo determina en su
calidad de autoridad, o sea, la determinación tiene una dualidad de funcio-
nes del Ministerio Público, la cual depende de la naturaleza de las mismas.
Si el Ministerio Público solicita la orden de aprehensión es una simple
solicitud que tiene que entregarle al Juez, quien la resolverá, por lo que
el Ministerio Público actúa como parte. Si el Ministerio Público determina
no ejercer la acción penal, éste actúa como autoridad y procede el amparo,
por lo que no son comparables, exactamente, la solicitud de extradición
con la solicitud de orden de aprehensión.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Silva Meza.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias señor Ministro presidente.

Estoy un tanto desconcertado respecto de la existencia o inexistencia


del interés jurídico, lo cual tiende a desvanecerse, en tanto a que, por lo
visto, hay reconocimiento de que sí existe interés jurídico, inclusive pare-
ce que el señor Ministro Azuela Güitrón lo ha aceptado y el señor Ministro
Ortiz Mayagoitia también indica que hay una variación.

De las cosas tan interesantes que se han argumentado en este día, yo


también llamo la atención y hago eco de lo que dijo el señor Ministro
Díaz Romero en el sentido de apreciar todo este problema dentro de los
extremos de la naturaleza, apreciar el amparo de que se trata, los alcances
del mismo, las reglas que lo rigen, así como la naturaleza, extremos y
alcances de los tratados internacionales, los cuales tienen la figura de
actuar con ese largo brazo, de acuerdo al sentido que usó el señor Minis-
tro Aguinaco Alemán, lo cual es muy cierto. Todo ello me lleva a una re-
flexión.

MINISTRO SILVA MEZA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 47

En el ejemplo que expuso el señor Ministro Ortiz Mayagoitia, sobre las


dos columnas, una en inglés y la otra en español, pues creo que esto no
es posible, puesto que todo el tratado se escribió en el mismo idioma.

Hasta donde llegué fue que el último acto de la autoridad mexicana está
en la solicitud, en la petición, sin embargo, no es una mera petición sino
una petición que trae atrás toda una actuación de la autoridad mexicana,
por lo que ésta última dice: "Te excito, te requiero a que le des cum-
plimiento a lo que ya quedamos, en las prescripciones de lo que acordamos
y en las que tú debes acceder a una detención provisional —por ejemplo,
para fines de extradición—. Yo tengo un término para acreditarte que los
extremos de lo que tú y yo acordamos, están cumplidos, como el que
sea un delito para ambos países, que exista una orden, etcétera, por lo
que si eso está cumplido, ¿para qué convenimos y para qué son los tra-
tados?, pues para cumplirse; a ti no te queda otra, so pena de respon-
sabilidad internacional por incumplimiento de los tratados como el que tú
y yo ya convenimos.". Así las cosas, si en el caso está de por medio
la libertad, necesariamente, el interés jurídico está presente, esa es la
situación para los efectos de interés jurídico.

En este capítulo parece que hay consenso en admitir de que sí hay


interés jurídico, aun respecto del último acto de la autoridad nacional
que interviene para efectos de una detención y en donde se afecta la
libertad; hasta ese punto, manifestamos o reiteramos nuestra posición
en el sentido de que sí hay interés jurídico, luego entonces entra el otro
problema para determinar, como se decía hace un momento, ¿cómo se
va a terminar esto?, ¿se va a terminar en función de que cesaron los
efectos o que el acto se ha consumado en forma irreparable, etcétera?,
pero en principio, sí hay interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Azuela Güitrón ¿cómo ha pensado usted que quede este asunto?, ¿va
usted a cambiar el proyecto?

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Lo que quería señalar es que


estos asuntos se listaron, precisamente, porque están en relación con
procesados; el primero de ellos es un amparo que se inició en mil nove-
cientos noventa y cinco.

Desde luego, no solicito retirar el asunto ni aplazarlo, pues eso sería desa-
provechar todo lo que en dos sesiones hemos comentado. Estamos ante
uno de esos casos en que lo procedente es votar, votar ordenadamen-

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


48 TRATADO DE EXTRADICIÓN

te, porque este voto ordenado puede dar como resultado que, finalmente,
se haga el engrose en los términos que estime la mayoría.

Del mismo modo, estimo que hay cuestiones que resultan importantes
como un "criterio orientador" cuando se logra una clara mayoría, pero
cuando más bien hay una gran división en torno a un problema, quizás lo
mejor sea soslayarlo, y por lo pronto, no entrar al examen de esa cuestión.
De manera tal que, si se advierte que la mayoría está de acuerdo en
sobreseer estos juicios, más bien habría que ver en dónde está la opinión
de la mayoría en cuanto a la fracción aplicable.

Si la mayoría piensa que fue correcto lo que dijo el Juez, pues simple-
mente debemos confirmar por la fracción que él estimó adecuada. Si se
estima que es otra fracción la aplicable, debemos irnos por esa y, des-
de luego, dejarlo para efectos del engrose en donde ya se tendría una de-
cisión. El mismo estaría sujeto a lo que finalmente el propio Pleno
señalara en cuanto a si realmente reflejamos lo que dijo la mayoría, y
por supuesto, yo asumiría la responsabilidad de hacer estos engroses.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Muy bien, bajo


este tenor, ¿preguntamos a los señores Ministros su decisión sobre la
fracción del sobreseimiento? Señor Ministro Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Yo no estoy convencido de


que deba sobreseerse este asunto y les voy a decir por qué. Cuando
existe una orden de aprehensión, obviamente, se dinamizaron, con-
cretaron y aplicaron las leyes mexicanas y existe el interés jurídico de
aquél para impugnar en contra de quien libró la orden de aprehensión, o
el acto autoritario, o bien, la ley, y como consecuencia, el acto autoritario.

¿Qué es lo que pasa cuando una persona se segrega de la posibilidad de


acción de la justicia por razón de que se va a otro país y se somete a
una jurisdicción extranjera?, lo que sucede es que existe otra ley mexica-
na que deberá ejercitarse con fundamento para poder concretar la mis-
ma orden de aprehensión y al dinamizarse esta ley mexicana, existe
otro acto de aplicación de otra ley mexicana, en pos de lo mismo, que es
la orden de aprehensión y como consecuencia de ello, el posible formal
procesamiento.

Ahora bien, ¿qué hemos resuelto en relación con la orden de aprehensión


y el cambio de situación jurídica por razón de la formal prisión?, pues
que no hay tal cambio de situación jurídica, no son hechos irremisible-

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 49

mente consumados ya que prevalece la situación que motivó la orden de


aprehensión. Esto, ¿a qué nos lleva?, nos lleva a que aún al suscitarse el
hecho de la extradición misma, no por eso quedan anulados o consumados
irremisiblemente los efectos de la segunda ley mexicana que se puso en
funcionamiento, como puede ser el tratado internacional que se aplicó
en su perjuicio. Por esta razón, creo que no debemos sobreseer.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: ¿Existe algu-


na otra observación de los señores Ministros?, puesto que de lo contrario,
pasaremos a la votación para resolver si se sobresee o no, así como la
fracción aplicable. Señor Ministro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Creo que primero se debe votar


si se sobresee o no. Si prevalece el no sobreseimiento, eso implicará el
retiro del asunto, porque ya existirá un pronunciamiento de que no debe
sobreseerse. Si se llega a la conclusión de que debe sobreseerse,
entonces sí debe votarse por la fracción.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Es cierto. Se-


ñor secretario, por favor tome la votación para resolver si debe sobre-
seerse o no.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro presi-


dente.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: No se debe sobreseer, porque


en el caso, no hay definitivamente un cambio de situación jurídica con-
forme a nuestras anteriores tesis.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Sí debe sobreseerse.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Igual.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Creo que no debe sobreseerse,


puesto que se pasan por alto algunas argumentaciones del recurrente
bastante interesantes y ponen, al menos a mí, dudas con relación a la
aplicación de la causal de improcedencia que hizo valer el Juez. Por
estas razones voto en el mismo sentido que el señor Ministro Aguirre
Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Pienso que debe sobreseerse.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Creo que debe sobreseerse, pero


estoy en duda.

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


50 TRATADO DE EXTRADICIÓN

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Hay que sobreseer.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Sobreseimiento.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: No hay que sobreseer.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Que no se


sobresea.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro presidente,


hay mayoría de seis votos en el sentido de que debe sobreseerse.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Sí señor Minis-


tro Gudiño Pelayo.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Debo confesar mi ignorancia, no


estudié los conceptos de violación y a mí sí me descontroló mucho lo
que dijeron los señores Ministros Aguirre Anguiano y Silva Meza. Perdón
prefiero reservar mi voto para cuando esté presente la señora Ministra
Sánchez Cordero.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Una pregunta: ¿Qué vamos a


establecer el novedosísimo criterio jurídico de que si al examinar los
conceptos de violación se advierte que éstos son muy importantes,
desaparecerán las causas de improcedencia que impedirían verlos? Esto
es algo que me inquieta, porque para mí, técnicamente, si no procede el
juicio, no se entra al estudio de los conceptos de violación, puesto que
el estudio de los agravios de fondo implica, obviamente, que se entre al
estudio del problema.

Bueno, el hecho es que si se empata, habrá que esperar a una votación


en la siguiente sesión, pero esto habría que hacerlo en público.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Díaz Romero.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Parto de la base de cómo está presen-


tado el proyecto. En él se propone el sobreseimiento, con base en la
fracción V, del artículo 73, de la Ley de Amparo; desgraciadamente, con
toda lealtad, esta fracción no me convence.

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 51

Recordemos que no se examina la causal de improcedencia que asentó


el Juez de Distrito, es decir, cesación de efectos, y los agravios que se
exponen en contra de esa cesación de efectos, la cual repito, no se estudia,
alude a cuestiones que me llevan a pensar que no procede esta causal
de improcedencia.

Por ejemplo, en la página cincuenta y tres de la demanda se dice: "En el


caso de la reextradición, el país requerido conserva el derecho de otorgar
su consentimiento según el artículo 18 del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal celebrado entre Estados Unidos Mexica-
nos y el Reino de España.— El deber de notificar a las autoridades del
país requerido acerca de la modificación de la clasificación del hecho
imputado ocurrida,... El deber de no someter al individuo a tribunales
especiales o de excepción, conforme al artículo 13 del Tratado de Extra-
dición y Asistencia Mutua... El deber de no aplicar mayores penas al
individuo de aquellas previstas en la legislación del Estado requerido
para la misma infracción, tipificación que, de acuerdo con el principio de
identidad de la norma, debe existir regularmente, etcétera, etcétera.".
Creo que es necesario examinar esto y ver si, efectivamente, conforme a
estos criterios establecidos en los agravios, se echa o no abajo lo que
dijo el Juez de Distrito. Claro que tendría razón el señor Ministro Azuela
Güitrón en el caso de que yo me refiriera a los conceptos de violación de
fondo, pero, obviamente, ese no es el caso.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Muy bien seño-


res Ministros, se levanta la sesión.

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


D ebate Realizado
en Sesión Privada

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN


TRIBUNAL EN PLENO

SESIÓN PRIVADA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA


DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES CUATRO DE MARZO DE MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y NUEVE.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:

AMPARO EN REVISIÓN NÚMERO 962/98, PROMOVIDO POR HÉCTOR


CANTÚ DÍAZ, CONTRA ACTOS DE LA CÁMARA DE SENADORES Y
DE OTRAS AUTORIDADES, CONSISTENTES EN LA CELEBRACIÓN
Y APROBACIÓN DEL TRATADO DE EXTRADICIÓN Y ASISTENCIA
MUTUA EN MATERIA PENAL ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICA-
NOS Y EL REINO DE ESPAÑA, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE
LA FEDERACIÓN EL VEINTIUNO DE MAYO DE MIL NOVECIENTOS
OCHENTA.

La ponencia es del señor Ministro Azuela Güitrón y en el proyecto se


propone revocar la sentencia recurrida y sobreseer en el juicio de amparo.

En la sesión privada de este Tribunal Pleno, celebrada el lunes veinti-


cinco de enero de mil novecientos noventa y nueve, relativa al amparo
en revisión 792/98, promovido por Ricardo Javier Armas Arroyo, con-
sistente en la celebración y aprobación del Tratado de Extradición de
Asistencia Mutua en Materia Penal, entre los Estados Unidos Mexica-
nos y el Reino de España, publicado en el Diario Oficial de la Federación
el veintiuno de mayo de mil novecientos ochenta, se resolvió por mayo-
ría de seis votos que el asunto debe sobreseerse.

TRIBUNAL EN PLENO 53
54 TRATADO DE EXTRADICIÓN

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Gracias se-


ñor secretario. Señor Ministro Díaz Romero.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Si ustedes consideran que esta


situación ya se superó porque sin ver la cuestión de fondo debamos
decidir por cuál de las dos causales de sobreseimiento se debe dese-
char, pues, realmente veo que tiene muy poco papel de convencimiento
el que nuevamente se vote.

Por su parte, en las notas que les acabo de repartir, expongo las razo-
nes fundamentales por las que considero que ni la fracción X, ni la
fracción V, del artículo 73, de la Ley de Amparo pueden fundar el sobre-
seimiento del asunto.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Bien. Se-


ñor secretario, por favor dé usted lectura a las notas.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí, señor Ministro presi-


dente.

"Se sobresee oficiosamente respecto de la detención provisional con


fines de extradición y del tratado impugnado, porque el procedimiento
respectivo ha concluido dado que el quejoso ha sido presentado ante
el Juez que libró la orden de aprehensión, quien incluso le dictó auto de
formal prisión con lo que quedaron consumadas irreparablemente las
posibles violaciones respecto del primer acto descrito, haciéndose exten-
sivo el sobreseimiento al tratado internacional.

"Por otra parte, esta Segunda Sala advierte que en la especie se actua-
liza la improcedencia del juicio por las causas que más adelante se pre-
cisan, respecto del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España y su aplicación cuyo examen oficioso es procedente realizar
con fundamento en el último párrafo del citado artículo 73, así como la
tesis jurisprudencial 30/97, sustentada por este propio órgano Cole-
giado visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo VI, correspondiente a julio de 1997, página 137, que a la letra
dice: ‘REVISIÓN. ESTUDIO OFICIOSO DE LAS CAUSALES DE IMPRO-
CEDENCIA NO EXAMINADAS POR EL JUZGADOR DE PRIMER GRA-
DO.— Si se trata de una causal de improcedencia diferente a las ya
estudiadas y declaradas inoperantes por el juzgador de primer grado,
no existe obstáculo alguno para su estudio de oficio en la revisión, ya
que en relación con ella sigue vigente el principio de que siendo la impro-

MINISTRO DÍAZ ROMERO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 55

cedencia una cuestión de orden público, su análisis debe efectuarse sin


importar que las partes la aleguen o no ante el Juez de Distrito o ante
el tribunal revisor de conformidad con lo dispuesto en el último párrafo del
artículo 73 de la Ley de Amparo.’, termina la tesis.

"Ahora bien, previamente a la demostración de la improcedencia adver-


tida se destaca que de la demanda de amparo presentada el catorce de
octubre de mil novecientos noventa y siete, se observa que el quejoso
precisó, en el capítulo respectivo, entre otros, los siguientes actos recla-
mados: ‘...d).- El director general jurídico y el director de la consultoría
jurídica, dependientes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se les
reclama: Los actos diplomáticos, materiales y jurídicos realizados y que
se pretendan realizar, tendientes a la detención y extradición del compare-
ciente quejoso David Héctor Cantú Díaz, que se ejecutan en base al
tratado cuya inconstitucionalidad se reclama; asimismo se reclaman las
consecuencias y efectos legales que produzcan.— e).- Del procurador
General de la República, del director de Asistencia Legal Internacional,
del procurador General de Justicia en el Estado de Nuevo León, se les
reclaman: Los actos materiales y jurídicos tendientes a la detención,
extradición y traslado, del directamente quejoso en apoyo al Tratado
de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal que se menciona y
cuya inconstitucionalidad se reclama en esta vía; asimismo se reclaman
las consecuencias y efectos legales que se deriven del mismo.’.

"Asimismo, en el antecedente cuatro de su escrito inicial, la parte deman-


dante expresó lo siguiente:

"‘Cuatro.- El Juez responsable obsequia de conformidad la orden de


aprehensión en contra del compareciente, habiendo sido detenido en la
ciudad de Madrid, España, el día diecisiete de septiembre del año en curso,
al parecer en base al Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Mate-
ria Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España y por conducto de las diversas autoridades que como respon-
sables también se señalan en esta demanda de garantías, el mencionado
tratado se estima inconstitucional por no reunir los imperativos que exige
nuestra Ley Suprema para la celebración de tales instrumentos interna-
cionales, por lo que me veo en la imperiosa necesidad de promover la
presente demanda de garantías.’.

"Además, en el capítulo de conceptos de violación de la demanda de


garantías, cuya transcripción se hizo en el resultando tercero de esta
resolución, el quejoso expresó lo siguiente:

TRIBUNAL EN PLENO
56 TRATADO DE EXTRADICIÓN

"‘...Al ser inconstitucional el tratado que nos ocupa, como consecuen-


cia de ello es ilegal la detención y privación del suscrito quejoso, que
sufre a raíz del procedimiento de solicitud y extradición del mismo, así
como el procedimiento que se inició y que se sigue realizando por las
autoridades encargadas de ello, por lo que en su momento deberá decla-
rarse ilegítimo también el procedimiento de extradición que se lleva por
diversas de las autoridades señaladas como responsables en esta deman-
da de garantías.’.

"De los elementos de convicción que constan en la demanda de garan-


tías que han sido destacados, se advierte que el quejoso endereza sus
argumentos a combatir la solicitud de detención provisional con fines de
extradición, y la detención provisional que se llevó a cabo en España con
apoyo en la orden de aprehensión librada por el Juez responsable y en el
tratado que impugna ello es así, porque el Pleno de este Alto Tribunal ha
sostenido que para conocer el acto efectivamente reclamado en el juicio
de amparo debe hacerse un examen integral de la demanda, en virtud de
que dicho documento debe contemplarse como un todo. La jurispruden-
cia y tesis que establecen este criterio se encuentran publicadas en el
Semanario Judicial de la Federación, Tomo 193- 198, Pleno, página 177,
Octava Época, Tomo II, Primera Parte, página 167, que respectivamente
dice:

"‘ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE AMPA-


RO PARA CONOCER ÉL.— Si del análisis integral del escrito de de-
manda se llega al conocimiento de que aunque no de manera formal
en capítulo especial, pero sí dentro del capítulo de conceptos de vio-
lación, se señala como acto reclamado la expedición de una ley, resulta
correcto el estudio que se hace de la constitucionalidad de dicho acto de
autoridad, teniéndolo como acto reclamado.’.

"‘ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE AM-


PARO PARA DETERMINAR ÉL.— No obstante que algún acto propuesto
como materia del amparo no se incluya en el apartado de la demanda
referente a los actos reclamados, atento al criterio de esta Suprema
Corte de Justicia, si del análisis integral del escrito de la demanda se
llega al conocimiento de que, aunque no de manera formal, en capítulo
especial, dentro de los conceptos de violación se señala dicho acto como
lesivo de garantías individuales, resulta correcto el estudio que se haga
de la constitucionalidad del mismo, teniéndolo como acto reclamado, en
virtud de que la demanda debe contemplarse como un todo.’.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 57

"En este orden de ideas y dado que el quejoso controvierte el Tratado de


Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Esta-
dos Unidos Mexicanos y el Reino de España con motivo de la deten-
ción provisional con fines de extradición, ejecutada en este último
país, esta Segunda Sala estima que debe decretarse oficiosamente el
sobreseimiento en relación con dichos actos, al actualizarse la causa
de improcedencia prevista en la fracción XVI, del artículo 73 de la Ley de
Amparo, que dispone: ‘Artículo 73.- El juicio de amparo es improceden-
te:... XVI. Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado.’.

"Ciertamente, en la especie se actualiza la causa de improcedencia


mencionada en virtud de que la detención provisional con fines de extra-
dición, señalada como primer acto de aplicación del tratado internacional
cuya inconstitucionalidad se impugna, ha sido superada, pues ya se ha
agotado todo el procedimiento de extradición por parte del país reque-
rido lo que de suyo implica que la petición reclamada ha dejado de producir
efectos y por ende que las violaciones que se hubieran cometido al
admitirla han quedado irreparablemente extinguidas. Para demostrar
tal situación se transcribe a continuación el oficio de seis de octubre de
1998, remitido a este alto Tribunal por el Juez Primero de lo Penal del
Cuarto Distrito Judicial del Estado de Nuevo León, en que informa lo
siguiente: ‘Por medio del presente oficio hago de su conocimiento que
el día veinticuatro de septiembre del presente año, fue internado a dispo-
sición de este Tribunal en el Centro de Readaptación Social del Estado
(CERESO) sito en carretera Salinas-Victoria, kilómetro 1.5 en Apodáca,
Nuevo León, el procesado David Héctor Cantú Díaz, lo anterior al haberse
ejecutado la orden de aprehensión y detención que fue dictada contra el
mismo en fecha veinte de junio de 1996, dentro de los autos del proceso
número 290/96 que se inició en su contra y de otros, por el delito de
evasión de presos, coalición, abuso de autoridad, cometidos en la admi-
nistración de justicia. Asimismo, me permito informar a esa superioridad
que en fecha veintisiete de septiembre del año en curso, se declaró formal-
mente preso al referido Cantú Díaz, por su probable responsabilidad
en la comisión de los delitos de abuso de autoridad, coalición y eva-
sión de presos, decretándose además en su contra, auto de sujeción
a proceso por su responsabilidad probable en la comisión de los deli-
tos cometidos en la administración de justicia, según lo justifico con las
copias … autorizadas por la Secretaría de ese Juzgado que al efecto
anexo. Lo anterior lo hago de su conocimiento, a fin de que surta efec-
tos legales dentro de los autos del toca de revisión número 961/98
deducido del juicio de amparo número 1187/97, promovido ante el Juz-
gado Sexto de Distrito en el Estado de Nuevo León por David Héctor

TRIBUNAL EN PLENO
58 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Cantú Díaz, contra actos del Juzgado de lo Penal del Cuarto Distrito
Judicial del Estado (ahora Juzgado Primero de lo Penal del Cuarto Dis-
trito Judicial del Estado y otras autoridades). Como lo refiere el Juez
responsable, anexo a su oficio remitió copia certificada del auto de veinti-
siete de septiembre de 1998, correspondiente a la causa penal 290/96
cuyos puntos resolutivos primero y segundo a la letra refieren: <<Pri-
mero.- Quedaron demostrados en autos los elementos que integran el
tipo penal de los delitos de evasión de presos, abuso de autoridad,
coalición y cometidos en la administración de justicia, así como la proba-
ble responsabilidad que en su comisión resultó a David Héctor Cantú
Díaz en consecuencia... Segundo.- Siendo las dieciocho cuarenta horas
del día, mes y año anotados en el … de esta determinación, se decreta
auto de formal prisión contra David Héctor Cantú Díaz por su probable
responsabilidad en la comisión de los delitos de evasión de presos,
abuso de autoridad, coalición, quedando, en consecuencia, bien y formal-
mente preso por lo que a esos ilícitos se refiere. Asimismo, se decreta
en su contra auto de sujeción a proceso, su probable responsabilidad en
la comisión del ilícito denominado <delitos cometidos en la administra-
ción de justicia>, quedando formalmente sujeto a proceso por lo que a
ese ilícito se refiere.>>.’.

"Las documentales transcritas demuestran que el procedimiento de


extradición del que se reclama la solicitud de detención provisional con
fines de extradición del quejoso ha concluido, en virtud de que dicha
persona ha sido trasladada a territorio nacional y ha sido puesta a
disposición de la autoridad judicial que libró la orden de aprehensión
relativa, quien a su vez resolvió decretarle formal prisión y sujeción a
proceso, respectivamente, por los delitos que se le imputan y que moti-
varon su extradición. Consecuentemente, las violaciones que en su caso
se hubieren cometido en la petición reclamada deben considerarse
consumadas irreparablemente por la emisión de la resolución final
referida, que es independiente de aquella y no es materia de este juicio
de amparo.

"Lo anterior se corrobora con el criterio sustentado por el Tribunal Pleno


que más adelante se transcribe, en el sentido de que el procedimiento
de extradición comprende diversas fases o períodos perfectamente defi-
nidos de manera tal que, las violaciones que en su caso se cometan en
una etapa, deben estimarse consumadas irreparablemente por haber
cesado en sus efectos, lo que implica que no pueda decidirse sobre las
violaciones atribuidas a la primera etapa sin afectar la resolución con la
que culminó ese procedimiento. Es aplicable por analogía la tesis publi-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 59

cada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena


Época, Tomo Séptimo, mayo de 1998, página 70 que dice: ‘EXTRADI-
CIÓN. CONCLUIDA UNA DE LAS TRES FASES PROCEDIMENTALES
EN QUE SE DIVIDE EL PROCEDIMIENTO EXTRADITORIO, LAS VIO-
LACIONES COMETIDAS EN ELLA QUEDAN CONSUMADAS IRREPARA-
BLEMENTE POR CESACIÓN DE EFECTOS.— Del análisis integral de la
Ley de Extradición Internacional y, concretamente, de lo dispuesto
en sus artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32,
33 y 43, aparece que el procedimiento extradictorio se encuentra divi-
dido en tres fases procedimentales, a saber: la primera que comienza
cuando un Estado manifiesta a otro la intención de presentar petición
formal para la extradición de determinada persona y solicita se adopten
las medidas precautorias conducentes a efecto de evitar que aquélla se
sustraiga a la acción de la justicia o, en su caso, la que se inicia direc-
tamente con la solicitud formal de extradición, cumpliendo con los requi-
sitos que establece el artículo 16 de la ley de la materia o los previstos
en el tratado extraditorio correspondiente; la segunda, que comienza con
la decisión de la Secretaría de Relaciones Exteriores —con vista del
expediente y la opinión del Juez Federal— de admitir la petición, por estar
satisfechos los requisitos legales correspondientes; y la tercera, en la
que la Secretaría de Relaciones Exteriores resuelve en forma defini-
tiva si concede o rehúsa la extradición, sin vincularse jurídicamente a la
opinión emitida por el Juez. Así las cosas, resulta evidente que las vio-
laciones que, en su caso, se cometan en una etapa ya concluida, que-
dan consumadas irreparablemente por cesación de efectos del acto y no
pueden afectar ni trascender a la subsecuente, en razón de que cada
una de ellas es autónoma e independiente de la otra.’.

"Se sostiene la aplicación analógica de la tesis citada, en virtud de


que la misma se refiere a la extradición pasiva que es aquella en la que
un gobierno extranjero solicita al Gobierno Mexicano la extradición de una
persona, en tanto que en el caso se trata de la extradición activa que
es aquella en la que el Gobierno Mexicano se interesa en la entrega de
alguna persona que se encuentra en otro país, en relación con la extra-
dición activa que la Ley de Extradición Internacional establece en su
artículo 3o. lo siguiente: ‘Artículo 3.- Las extradiciones que el Gobierno
Mexicano solicite de estados extranjeros, se regirán por los tratados
vigentes y a falta de éstos, por los artículos 5, 6, 15 y 16 de esta Ley.’.

"Las peticiones de extradición que formulen las autoridades compe-


tentes federales, de los Estados de la República, del fuero común o del
Distrito Federal, se tramitarán ante la Secretaría de Relaciones Exterio-
res por conducto de la Procuraduría General de la República.

TRIBUNAL EN PLENO
60 TRATADO DE EXTRADICIÓN

"Por su parte en el artículo 16 de la ley mencionada se dispone: ‘Artículo


16.- La petición formal de extradición y los documentos en que se apoye
el Estado solicitante, deberán contener: I.- La expresión del delito por el
que se pide la extradición; II.- La prueba de la existencia del cuerpo
del delito y la probable responsabilidad del reclamado. Cuando el
individuo haya sido condenado por los Tribunales del Estado solicitante,
bastará acompañar copia auténtica de la sentencia ejecutoriada; III.- Las
manifestaciones a que se refiere el artículo 10, en los casos en que no
exista tratado de extradición con el Estado solicitante; IV.- La repro-
ducción del texto de los preceptos de la Ley del Estado solicitante que
definan el delito y determinen la pena, los que se refieran a la prescrip-
ción de la acción y de la pena aplicable y la declaración autorizada de su
vigencia en la época en que se cometió el delito; V.- El texto auténtico
de la orden de aprehensión que, en su caso, se haya librado en contra del
reclamado; y VI.- Los datos y antecedentes personales del reclamado,
que permitan su identificación, y siempre que sea posible, los conducen-
tes a su localización. Los documentos señalados en este artículo y
cualquier otro que se presente y estén redactados en idioma extranjero,
deberán ser acompañados por su traducción al español y legalizados
conforme a las disposiciones del Código Federal de Procedimientos Pe-
nales.’.

"De los preceptos reproducidos se advierte que el procedimiento para


solicitar la formal extradición a un gobierno extranjero es el siguiente:
a) Librada una orden de aprehensión por un Juez Federal o local, en
contra de una persona que se encuentre o pueda encontrarse en un país
extranjero, el agente del Ministerio Público Federal o el procurador Gene-
ral de Justicia de la Entidad Federativa correspondiente, la comuni-
cará a la Procuraduría General de la República, con la copia de la orden
de aprehensión; b) Dicha Procuraduría General enviará la petición
relativa a la Secretaría de Relaciones Exteriores, para que por conducto
diplomático sea presentada al país requerido. Lo que resuelva el Estado
requerido, ya sea ordenando o negando la petición, se comunicará por
conducto de la embajada de México a la Secretaría de Relaciones Exte-
riores y ésta lo comunicará a la Procuraduría General de la República.

"Cabe colegir que la petición de detención provisional con fines de extra-


dición reclamada por el quejoso y, por ende, las violaciones que a las
mismas atribuye, han quedado irreparablemente consumadas, en virtud
de la conclusión del procedimiento de extradición que culminó con la
puesta a disposición del quejoso ante el Juez que libró la orden de
aprehensión en su contra, para resolver su situación jurídica en rela-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 61

ción con los delitos que se le imputan, por lo que procede decretar el
sobreseimiento del juicio, con fundamento en lo dispuesto por los artícu-
los 73, fracción XVI, en relación con el 74, fracción III, de la Ley de
Amparo.

"El sobreseimiento decretado en relación con la referida solicitud de


extradición, debe hacerse extensivo al tratado internacional reclamado,
dado que cuando se promueve un juicio de amparo en contra de una ley,
tratado o reglamento, con motivo de su aplicación concreta en perjuicio
del quejoso, el Juez no puede desvincular el estudio de esos orde-
namientos generales del que concierne a su aplicación, por ser este
acto el que debe causar perjuicio al promovente del juicio y no por sí
solos tales ordenamientos, considerados en abstracto.

"Es aplicable la jurisprudencia publicada en el Apéndice al Semanario


Judicial de la Federación de mil novecientos noventa y cinco, Tomo I,
página 210 de rubro: ‘LEYES O REGLAMENTOS, AMPARO CONTRA,
PROMOVIDO CON MOTIVO DE SU APLICACIÓN.’, transcrita en el
considerando primero de este fallo.

"Dada la conclusión a que se llegó, resulta innecesario ocuparse del


estudio de los restantes agravios, pues cualquiera que fuese el resul-
tado de su análisis, en nada variaría el sentido de esta resolución.
Por todo lo dicho en el presente y anteriores considerandos, lo que
procede es: revocar la sentencia impugnada y decretar el sobreseimien-
to en el juicio.

"Por lo expuesto y con fundamento, además, en los artículos 91 y relati-


vos de la Ley de Amparo, se resuelve: Primero.— En la materia de la
revisión, se revoca la sentencia recurrida.— Segundo.— Se sobresee
en el juicio de garantías a que este expediente se refiere.— Notifí-
quese; con testimonio de esta resolución, remítanse los autos del juicio
de amparo al Juez Sexto de Distrito en el Estado de Nuevo León; y en su
oportunidad, archívese este asunto.".

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguinaco Alemán, queda usted en el uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Yo quisiera precisar estas


ideas. Me ha impresionado el documento al que se acaba de dar lectura
y a mí me parece que, efectivamente, hay actos que están irreparable-
mente consumados, es decir, todos los ocurridos en la jurisdicción extran-
jera no se pueden tocar.

MINISTRO AGUINACO ALEMÁN


62 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Ahora bien, para reclamar los procedimientos que se van a realizar en el


extranjero respecto de algo que aquí se dictó —aquí se dictó una orden
de aprehensión—, se le dice a la autoridad extranjera: "Oye, yo ya dicté
esta orden de aprehensión en cumplimiento de requisitos a que se refiere
el artículo sexto del tratado de extradición, por lo que te presento esto
y esto. Dependo de los fines de la extradición, provisionalmente; mien-
tras te mando toda la documentación.". En este momento no hay interés
jurídico del quejoso para reclamar eso, lo cual no significa que no sea de
interés la reclamación de una detención o una privación de la libertad,
pero se necesita tener un interés jurídicamente protegido. Ese interés
jurídicamente protegido está ligado con el artículo 80 de la Ley de Am-
paro, precisamente, porque al existir el interés jurídicamente prote-
gido dentro de la República Mexicana, el Juez de Amparo puede dictar la
sentencia y restituir al quejoso en el goce de la garantía violada para
volver las cosas al estado en que se encontraban, de acuerdo a los
artículos 104 y 105 de la Ley de Amparo.

Este interés jurídico, frente a las autoridades españolas, no existe, porque


no se les puede compelir a que cumplan una sentencia de amparo, enton-
ces, la fase que está en ejecución, ante las autoridades españolas, no
tiene un interés jurídicamente protegido. Lo que pasa es que las auto-
ridades mexicanas dictaron una serie de acuerdos anteriores a la extra-
dición como son, la averiguación previa y la orden de aprehensión, los
cuales sí son reclamables y tienen un interés jurídicamente protegido
en México que hará susceptible, en su caso, la restitución en el goce de la
garantía violada. Pero al existir esa imposibilidad jurisdiccional de
volver las cosas al estado en que se encontraban, antes de una supues-
ta violación de garantías, no puede ser, pues no existe el interés jurídi-
camente protegido para reclamarla, por lo que no es posible lograr el
objetivo del amparo.

Por otro lado, el quejoso hace depender la inconstitucionalidad del tra-


tado en relación a que el mismo lo firmó el secretario de Relaciones
Exteriores y no el Presidente de la República, es decir, no impugna
preceptos concretos del tratado, sino en bloque, de tal manera que el
amparo que se le otorgará en el supuesto de que procediera, sería res-
pecto de todo un ordenamiento en bloque, o sea, sería ilegal todo el
ordenamiento, y eso no se puede hacer de acuerdo con el artículo 107
de la Constitución, no tiene efectos generales. Es decir, todo el tratado se
echa abajo, y la parte contraria va a decir: "No, yo celebré el tratado
contigo y para mí éste es perfectamente válido.", entonces, considero
que le estamos dando al amparo una categoría y unos efectos que no son
posibles de otorgar.

MINISTRO AGUINACO ALEMÁN


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 63

En consecuencia, aquí la solución sería, en realidad, impugnar el auto de


formal prisión, obtener un amparo y luego decirle a la autoridad espa-
ñola: "Oye, desapareció la base de mi solicitud de extradición porque la
orden de aprehensión se vino abajo, ya no detengas a la persona pues
esto quedó insubsistente."; pero no al revés, es decir, no se puede tratar
de combatir el tratado de extradición en bloque.

Considero que no hay interés jurídicamente protegido para el tratado


de extradición, puesto que no es una norma interna de México, es una
norma que nace del acuerdo de dos naciones soberanas.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Pero además, ese punto ya


está resuelto.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Bueno, entonces...

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Esto está totalmente por


encima de ...

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: ...todos los actos que realizó


España están fuera del control de México.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: En efecto, respecto de un


requisito que era el formal para que en un momento dado se pida a otro
país la detención de una persona y empiece todo el trámite, sí puede
decirse lo siguiente: "Se acabó este requisito, —y muchas veces así lo
impugnan— ya que en mi país se obtuvo un criterio contrario, un amparo,
etcétera, el cual te lo comunico para los efectos de todo el trámite que
estamos haciendo.". Así es como este trámite se lleva a cabo.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Por eso, esta resolución de


actos irreparablemente consumados en el extranjero, pues, efectiva-
mente, sí que lo son. No hay interés jurídico para poder restituir las cosas
allá, esto en el supuesto de que se dictara una sentencia protectora.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Minis-


tro Ortiz Mayagoitia, adelante por favor.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Rápidamente leí el escrito


del señor Ministro Díaz Romero y estoy completamente de acuerdo
con él en cuanto a que no podemos manejar la causal de cambio de
situación jurídica, porque finalmente lo que se cuestiona es la ilegali-

MINISTRO CASTRO Y CASTRO


64 TRATADO DE EXTRADICIÓN

dad en la detención del quejoso y para ello, se invoca la tesis respecto


de la interpretación que hicimos de la fracción X, del artículo 73, de la
Ley de Amparo. Es cierto que ya la fracción X, de dicho artículo ha sido
regresada a su texto anterior y el problema ha sido superado legalmente,
pero en este momento no podríamos aplicarla como causal sobrevenida.

Luego, el proyecto del señor Ministro Azuela Güitrón que se leyó, no


el que propone a la consideración del Pleno, señala que cesaron los
efectos porque la autoridad española resolvió el procedimiento de extra-
dición, entonces, un acto de autoridad extranjera hace cesar un acto de
autoridad mexicana, lo cual se toma en cuenta para conceder el amparo.

Me resulta paradójico que se permita decir de acuerdo con un criterio


que fue externado: "Quejoso, puedes reclamar la simple solicitud que
hace el Gobierno Mexicano, es decir, una petición no vinculatoria. ¡Ah!,
pero cuando te resuelvan allá, ya tienes cerrada en el territorio mexicano
toda oportunidad de defensa.". Creo que, inicialmente, la petición es igual
a la consignación que hace el Ministerio Público ante el Juez, en otras
palabras, se obsequia o no la orden de aprehensión, igual es aquí, se
obsequia o no la detención provisional para fines de extradición, así
como se obsequia o no la extradición.

No obstante ello, ¿qué es lo que hace cesar el efecto de la solicitud?,


a mí, sinceramente, no me agrada reconocer mediante una resolución de
esta Suprema Corte que una decisión de otra potestad soberana, es decir,
que proviene de un gobierno extranjero, tiene influencias sobre los actos
de la autoridad mexicana para extinguir sus efectos.

La internación material del quejoso a territorio mexicano tampoco me


satisface como el hecho que determina la cesación de efectos del acto
reclamado, porque si leemos entre líneas, de lo que se queja el quejoso
es de su detención ilegal en el extranjero, porque ésta proviene de un
ordenamiento viciado de inconstitucionalidad. La ilegalidad en la deten-
ción puede y debe ser estudiada por el Juez del proceso en el momento
en que el detenido es puesto a su disposición, de acuerdo con la tesis
que sustentamos al interpretar la fracción X, del artículo 73, de la Ley de
Amparo. El cambio de situación jurídica no se da sino hasta que se dicte
la sentencia definitiva dentro del proceso.

Por eso, apoyo todo el memorial que nos entregó el señor Ministro Díaz
Romero respecto de la inoperancia por cesación de efectos. No nos queda
más que determinar la procedencia del amparo contra un acto de ges-

MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 65

tión; más, no hay. Se puede pedir que lo maten y lo fusilen allá, eso
no afecta a un derecho legalmente protegido como acaba de exponerlo el
señor Ministro Aguinaco Alemán, porque en el pedir, no hay una afec-
tación concreta. Si el pedir es excesivo, o contrario a derecho, la otra
potestad soberana dirá: "Esto que quieres, no te lo doy.", y la solicitud
así de aberrante como la planteo, estaría fuera de nuestro control.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En lo fundamental, estoy de


acuerdo con toda la alegación actual que nos presenta el señor Ministro
Ortiz Mayagoitia, esto es, debemos llegar al fondo del asunto aunque
sea para el efecto limitado. Pero eso de que la potestad soberana del
Estado Español puede, a placer o discrecionalmente, cumplir o no con
lo que pactó, eso está por verse.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: No, perdón, yo no dije que "a


placer". Intencionalmente hablé de consignación que hace un agente del
Ministerio Público ante el Juez , lo cual no es reclamable en amparo.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Estoy totalmente de acuerdo,


lo que pasa es que la petición provisional produce la privación de la
libertad, lo cual no tiene remedio, y bajo el supuesto de que pese a que
una potestad extranjera privó a la persona de su libertad por el auspicio
de una petición de la potestad mexicana, aun y cuando la persona se
encuentra privada de su libertad, esta última ¿carece de interés jurídico
para reclamarlo?

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Perdón por el diálogo. Pasa


esto, hay una solicitud en la que la autoridad mexicana le dice al país
extranjero: "Deténlo provisionalmente.", esta solicitud se obsequia favo-
rablemente y se lleva adelante la detención. El señor Ministro Aguirre
Anguiano usó una palabra muy apropiada al referirse a que la detención
es "auspiciada" por el Gobierno Mexicano, pero ésta no es "determi-
nada" por el Gobierno Mexicano, la detención se lleva a cabo porque en
el otro país hubo una autoridad competente, dotada de atribuciones, y
conforme a derecho dijo: "Yo ordeno que se detenga.". El Gobierno
Mexicano no "ordena" la detención sino "la pide", es por eso mi insisten-
cia en equiparar esta solicitud a la consignación que hace el Ministerio
Público para efectos de entendimiento. Cuando se dice: "Consigno y
pido que lo detengas."; contra eso, no se puede pedir amparo.

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


66 TRATADO DE EXTRADICIÓN

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Gudiño Pelayo.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Nada más creo que aquí se olvida
que el quejoso pide el amparo contra la ley, con base en la cual el Gobierno
Mexicano pidió su detención. Por ejemplo, ¿qué sucede si para el caso
de la consignación se pide el amparo contra ley que establece esa consig-
nación?, pues no hay acto de aplicación, nunca lo va haber y aquella
ley se va a mantener, pero creo que éste no es el caso exactamente.
Si fuera el acto de aplicación, yo estaría de acuerdo, sin embargo, lo
que se cuestiona es la ley que establece todo el sistema y la deten-
ción forma parte de ese sistema; seguramente, si no hubiera tratado
de extradición, la petición no se hubiera obsequiado en esos términos, en
consecuencia, se impugnaría el sistema. Ello así, considero que en este
caso sí hay interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Creo que ya se reabrió la dis-


cusión. Yo solicité el primer proyecto, así como el primer proyecto del
otro asunto en el que también se sigue la misma línea con las diferen-
cias del caso, en razón de que ustedes vieran si el engrose del asunto
aprobado por seis votos lo hacemos en los términos de esos proyectos.

Yo ya dije que estaré con mi proyecto, el cual en este momento está a


consideración del Pleno y habla de la falta de interés jurídico, porque me
resultó plenamente convincente lo dicho por el señor Ministro Ortiz Maya-
goitia.

No es posible que admitamos la procedencia de un amparo contra una


ley que se aplica en un acto respecto del cual no procede el amparo y
con lo cual se olvidan todas las jurisprudencias que al respecto se han
establecido. Es decir, en todos los casos, hasta ahora, cuando se ve el
acto de aplicación y sobre tal acto no procede el amparo, se dice como
consecuencia lógica —como si la ley o el tratado por sí solos no pudieran
afectar al interesado— que se sobresee también respecto de la ley o del
tratado.

En este caso, en el fondo se admite que cabe el amparo contra una ley
aunque el acto de aplicación resulte intrascendente. ¿Qué es lo que
incluso sucedería?, bueno, si se sobresee respecto del acto de apli-

MINISTRO GUDIÑO PELAYO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 67

cación habría la posibilidad de que la ley fuera autoaplicativa y, enton-


ces, sí se podría examinar, por lo que en el mismo sentido existiría la
posibilidad de que el tratado fuera autoaplicativo y, en consecuencia,
habría que ver si está en término, sin embargo, sí se podría examinar.
Pero, ¿cómo vamos a examinar la constitucionalidad de un tratado
internacional si no se tiene interés jurídico, porque no es autoaplicativo
sino heteroaplicativo? Respecto del acto de aplicación, a mí me parece
muy claro el ejemplo de la consignación, no procede el amparo, en con-
secuencia, tendría que establecerse una tesis que interrumpiría todas
las jurisprudencias que al respecto hemos establecido.

Ahora bien, la posición mayoritaria está en el sentido de que en un


caso se revoque la sentencia y se sobresea con base en lo que el señor
secretario nos hizo favor de leer, y en el otro caso, con las adecuaciones
del proyecto.

Aquí tengo el otro proyecto que se había elaborado inicialmente, en el


asunto promovido por Ricardo Javier Armas Arroyo, en donde se hicieron
las adecuaciones. Lo que yo podría hacer para que fuera más práctico,
porque así le daríamos a la mayoría la intervención en el engrose, es que
se nombre a uno de los miembros para que lo haga y les obsequio los
proyectos anteriores para que, si les sirven los aprovechen o, de lo con-
trario, los ajusten. Yo seguiré sosteniendo el proyecto en el que se habla
de falta de interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Quiero refe-


rirme a los dos argumentos del proyecto del señor Ministro Azuela Güi-
trón sobre la falta de interés jurídico.

La falta de interés jurídico que sustenta el proyecto se funda en dos


premisas principales: En la primera de ellas se sostiene, "... que dicha
solicitud formal de extradición en sí misma no produce afectación al
quejoso, pues no vincula la determinación de entrega por parte del gobier-
no extranjero, esto es, hay una dependencia a lo que consideren las
autoridades extranjeras."; aquí, a su vez, hay una subdivisión de
argumentos del Ministro Azuela Güitrón. El primero de ellos analiza la
solicitud, aisladamente, para decir: "... que en sí misma no afecta el inte-
rés.", con lo que en principio podríamos estar de acuerdo, sin embargo,
ya no lo estamos tanto cuando vemos que la solicitud está estrechamente
vinculada a un hecho que es la detención, la cual en el caso que nos
ocupa ya se produjo. No es válido, creo yo, analizar la solicitud sin la
detención, pues ambas implican mutuamente ser una, la detención

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


68 TRATADO DE EXTRADICIÓN

es producto de la otra, es decir, de la solicitud. Otro caso sería que la


persona no estuviera detenida, entonces, posiblemente sí se pudiera
analizar la solicitud en la abstracción que se pretende y pudiera llegar
a sostenerse la falta de interés jurídico, pero ese no es el caso.

El segundo argumento indica la dependencia respecto de la decisión de


las autoridades extranjeras, a esto hay que preguntarnos, en primer lugar,
si el gobierno extranjero, por regla, porque puede haber excepciones,
cuando detiene pretende no extraditar. Nuevamente estamos de acuerdo
con el proyecto en su idea principal, puede suceder que ante una solici-
tud formal de extradición no se extradite finalmente a la persona, sin
embargo, ello es sólo una posibilidad que bien considerada es una excep-
ción, ya que también existe la posibilidad generalizada de que sí se
otorgue la extradición, además, si aunamos a esta posibilidad el hecho
de que ya existe una detención, la misma aumenta, y si a todo esto
añadimos que la extradición ya se produjo, no nos queda sino concluir,
creo yo, al menos en este caso, que la solicitud formal de extradición
trajo aparejada la resolución de extraditar por parte de las autoridades
extranjeras. Otra vez, parece ser que el proyecto se pronuncia por una
abstracción, la cual, desde luego, no vemos que pueda hacerse confor-
me al presente caso, en donde más bien sucede todo lo contrario.

Continúa y se dice: "Abundando un poco más, tampoco es posible sos-


tener como se hizo en la sesión privada, la redefinición de la cesación
de efectos con base en problemas análogos, sobre todo porque las
tesis en las que se fundamenta, no llevan como presupuesto principal
la detención de una persona, se trata lisa y llanamente de casos en los
que se acude por primera vez y sin ningún antecedente a una autoridad
para solicitar algo. En estricto rigor, si quisiéramos aplicar la analogía,
deberíamos pensar en un supuesto en que el Gobierno Mexicano acude
a solicitar formalmente la extradición sin orden de aprehensión previa y
sin que se haya detenido a la persona, a lo que desde luego, el gobierno
extranjero no accederá, pero estas son otras circunstancias. Inclusive
si se quiere equiparar analógicamente a una sencilla petición, la diferen-
cia estriba en que en los casos insertos en las tesis, la petición apenas
se formula, sin embargo, en el que comentamos se trata de una petición
a la que ya se dio respuesta. Luego entonces, la analogía no se aplica."
Parece ser que, de nueva cuenta, el proyecto quiere quedarse en la
abstracción respecto de algo que es muy concreto.

También se argumentó que ante una solicitud formal de extradición


pueden darse las hipótesis a las que se refieren los artículos 6o. y 7o. de

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 69

la Ley de Extradición Internacional, es decir, que no existan relaciones


internacionales, que la persona reclamada haya sido objeto de absolu-
ción, etcétera, todos esos casos son, desde luego, posibilidades, pero
como tal también se puede dar la situación a la inversa, esto es, que
todas esas hipótesis se cumplan, lo que ciertamente hay que sostener
que sucedió en el presente caso. No vemos cómo España detuvo a la
persona reclamada si no mantuviera relaciones internacionales con
México o si esta persona ya hubiera sido absuelta, por tanto, una vez
más, de un caso concreto se quiere obtener una conclusión abstracta.

Por todo lo anterior, a mí me parece indudable, salvo que escuche otras


argumentaciones, que sí existe interés jurídico.

La segunda premisa del proyecto del señor Ministro Azuela Güitrón


consiste en sostener que para el proyecto no es obstáculo arribar a la
falta de interés jurídico por el hecho de que el quejoso fuera detenido y
entregado por autoridades españolas, pues se dice que éstas no fueron
señaladas como las autoridades responsables que materializaron la
detención y extradición. Además, —se agrega— "mediante el juicio de
amparo no se hubiese podido examinar la constitucionalidad de sus
actos, puesto que este medio de defensa es procedente únicamente
contra actos de autoridades mexicanas donde sean aplicadas las nor-
mas del ámbito jurídico nacional." Creo que aquí faltaron algunas tesis
que se refieren a la territorialidad de la Ley de Amparo, que a lo mejor,
hubieran servido al sentido del proyecto, sin embargo, esta premisa
creo que es contradictoria.

En primer lugar, existe una incongruencia que se deriva al sostener


que no es posible que se señalaran como autoridades responsables
las que materializaron la detención y extradición, porque el acto recla-
mado no fue la detención, sino la solicitud tanto de detención como
de formal extradición y esos son actos de autoridades mexicanas, no
obstante ello, la contradicción estriba en que primero se critica que
no se señalaron las autoridades españolas y después se argumenta
que el amparo procede únicamente respecto de autoridades mexicanas.
En este sentido se sostuvo en la sesión privada de este Tribunal Pleno,
celebrada el lunes veinticinco de este año, relativa al amparo en revisión
792/98, promovido por Ricardo Javier Armas Arroyo, que los que esta-
ban en contra del proyecto, o sea nosotros, la mayoría, nos pronun-
ciábamos por una tesis novedosísima y revolucionaria, según la cual
diría: "CUANDO UN TRATADO ES APLICADO POR UN PAÍS EXTRAN-
JERO ES PROCEDENTE EL AMPARO.". Nuevamente creemos que hay

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


70 TRATADO DE EXTRADICIÓN

aquí una confusión, puesto que el acto de aplicación derivado del tratado
y realizado por un gobierno extranjero no es otro que la detención y ella
no constituye un acto reclamado. En sentido opuesto, las solicitudes sí
son actos reclamados, además de haber sido expedidas por autoridades
mexicanas.

También se argumenta que bastaría la solicitud de detención para que el


amparo procediera contra esta última, a lo que se podría contestar
que, en primer lugar, el supuesto examen es respecto a la solicitud for-
mal de extradición y, en segundo lugar, la extradición se produjo al
haberse detenido al quejoso, por ello, para mí, indudablemente, sí hay
interés para promover el amparo, pero la concesión o no de éste depende
del supuesto. Si se impugna la solicitud de detención y la persona no ha
sido detenida, se podrá conceder el amparo para los efectos que corres-
pondan, pero si la persona ya está detenida el amparo sólo procedería
respecto de la solicitud formal de extradición.

Creo que no puede admitirse que de un caso tan concreto como este
se obtenga una regla totalmente abstracta. Si se quiere aprovechar la
ocasión, para pronunciarse respecto de un tema que no está bien defi-
nido, pues ello no puede hacerse al margen del contenido del caso a
estudio. Por eso, para mí, si alguna regla puede extraerse de este
caso, es la que consiste en que hay interés jurídico cuando se impugna
la solicitud formal de prisión y la persona ya está detenida. Gracias.

Señor Ministro Gudiño Pelayo, tiene usted el uso de la palabra.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Usted me quitó todas las pala-


bras, hasta el último punto.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Muchas


gracias. Señor Ministro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Desde luego, advierto que no


han de estar muy convencidos los que obtuvieron mayoría, porque des-
pués de haber votado uno de los proyectos, tratan de convencernos a la
minoría sobre la bondad de su posición. Me voy a permitir dar lectura
a una nota que hice, como refuerzo de los razonamientos expuestos
en el considerando del proyecto.

En el proyecto se propone el sobreseimiento por falta de afectación res-


pecto de la solicitud de extradición a cargo de las autoridades de la

MINISTRO GUDIÑO PELAYO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 71

Secretaría de Relaciones Exteriores y, por consecuencia, del tratado


internacional que se impugna. Se anexan diversas tesis aplicables por
analogía al caso, y que son las siguientes:

"ACCIÓN PENAL. LA RESOLUCIÓN POR LA QUE UN AGENTE DE


MINISTERIO PÚBLICO PROPONE AL PROCURADOR EL NO EJER-
CICIO DE AQUÉLLA, NO ES DEFINITIVA Y, POR TANTO, NO AFECTA
EL INTERÉS JURÍDICO DEL OFENDIDO, DENUNCIANTE O QUERE-
LLANTE. (CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES DEL ESTADO
DE NUEVO LEÓN). Amparo en revisión 961/97.— Alberto Santos de
Hoyos.— 21 de octubre de 1997.— Once votos.— Ponente: Juan Díaz
Romero.— Secretario: Armando Cortés Galván.".

"SOLICITUD O DENUNCIA.— La solicitud o denuncia que se haga por


las autoridades, para que se proceda en contra de alguien, no consti-
tuye en sí acto alguno de autoridad, ni puede estimarse como violatoria
de garantías, puesto que, mientras no recaiga acuerdo alguno, de la
autoridad a quien se haya dirigido, sólo constituye una petición, y en todo
caso, el amparo se concederá o se negará, no contra la solicitud, sino
contra el acto mismo de la autoridad a quien se le hizo. Amparo en revi-
sión.— Truchuelo Alfonso M.— 15 de julio de 1927.".

"FIANZAS. ES IMPROCEDENTE, POR FALTA DE INTERÉS, EL AMPA-


RO PROMOVIDO CONTRA LA SOLICITUD DE LA COMISIÓN NACIO-
NAL DE SEGUROS Y FIANZAS PARA QUE REMATE ACCIONES DE
LA AFIANZADORA QUEJOSA.— La solicitud que se hace a la Comisión
Nacional de Seguros y Fianzas para que remate en la Bolsa de Valo-
res acciones propiedad de la afianzadora quejosa, se identifica como
un acto jurídico de coordinación, y no de supra o subordinación, por
lo que no siendo obligatorio para dicha Comisión, no afecta el interés
jurídico del quejoso, aun cuando constituye un acto de aplicación del
artículo 95 bis de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas; en todo
caso, la afectación a su esfera jurídica surgirá si la Comisión Nacional
de Seguros y Fianzas accede a la petición de la autoridad oficiante.
Amparo en revisión 1848/96.— Afianzadora Sofimex, S.A. de C.V.— 27 de
noviembre de 1996.— Cinco votos.— Ponente: Sergio Salvador Agui-
rre Anguiano.— Secretaria: Adela Domínguez Salazar.".

"AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL AMPARO. NO LO SON LOS ADMI-


NISTRADORES DE LOS AEROPUERTOS DEPENDIENTES DE AERO-
PUERTOS Y SERVICIOS AUXILIARES, CUANDO OPINAN SOBRE LA
EMISIÓN DE PERMISOS PARA LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


72 TRATADO DE EXTRADICIÓN

DE AUTOTRANSPORTE DE PASAJEROS.— El artículo 47 de la Ley de


Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, establece que la Secre-
taría de Comunicaciones y Transportes, previamente al otorgamiento
de permisos para la prestación de servicios de autotransporte de
pasajeros de los aeropuertos federales, o hacia ellos, recabará opinión
de quien tenga a su cargo la administración del aeropuerto de que se
trate, la cual deberá emitirse en un plazo no mayor de treinta días natu-
rales, contado a partir de la fecha de recepción de la solicitud, esta-
bleciéndose que en caso de que no opine, se entenderá que no tiene
observaciones. Deriva de lo anterior que los administradores de los
aeropuertos, dependientes del organismo descentralizado Aeropuer-
tos y Servicios Auxiliares, no tienen el carácter de autoridad para
efectos del juicio de amparo en las opiniones que rindan respecto al
otorgamiento de permisos para la prestación de ese servicio, dado que
la autoridad que decide no se encuentra vinculadan por el sentido de
esa opinión técnica. Amparo en revisión 3426/97.— Transporte de Pasa-
jeros Aeropuerto en Servicio Acapulco, S.A. de C.V.— y otros.—21 de
agosto de 1998.— Unanimidad de cuatro votos.— Ponente: Mariano
Azuela Güitrón; en su ausencia hizo suyo el asunto el Ministro Sergio
Salvador Aguirre Anguiano.— Secretaria: Lourdes Ferrer Mac Gregor
Poisot.".

"AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL AMPARO. NO LO ES EL DIRECTOR


GENERAL JURÍDICO DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚ-
BLICA CUANDO EN UN DICTAMEN EMITIÓ OPINIÓN SOBRE LA TER-
MINACIÓN DE NOMBRAMIENTOS.— El director citado, al rendir
dictamen de conformidad con los artículos 7o., fracción IV y 17, fraccio-
nes I y XIII, del reglamento de la ley orgánica de esa institución, vigentes
del primero de agosto de mil novecientos noventa y seis, actualmente
abrogados, no es autoridad para los efectos del juicio de amparo, por
constituir dicho dictamen una simple opinión que se somete a la consi-
deración del oficial mayor quien tiene la facultad de resolver respecto
a la terminación del nombramiento respectivo; esto es, los dictámenes
implican una etapa previa a la resolución de terminación de nombramiento
reclamado, pero no vinculan ni obligan al oficial Mayor a resolver en un
determinado sentido. Tesis de jurisprudencia 83/98.— Aprobada por la
Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del trece de noviem-
bre de mil novecientos noventa y ocho.".

En efecto, en las tesis a las que di lectura se observa que el Pleno y la


Segunda Sala de la Suprema Corte han establecido que las resolucio-
nes propositivas, solicitudes, denuncias y opiniones que una autoridad

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 73

dirige a otra, para que adopte una determinación, no pueden conside-


rarse como actos que afectan el interés jurídico de los gobernados, por
no constituir actuaciones que vinculen de manera definitiva a quien debe
resolver sobre una situación jurídica específica.

El razonamiento anterior resulta aplicable al procedimiento de extradi-


ción activa, pues la petición del Estado Mexicano al extranjero no vincula
a éste último, de modo alguno, a la detención y entrega del requerido,
dado que pueden darse, entre otras, las hipótesis que se señalarán ense-
guida, en que indefectiblemente sería negada la petición.

La petición se elabora con base en los artículos 6o. y 7o. de la Ley de


Extradición Internacional de México, siempre que su texto sea análogo
a la legislación nacional del país extranjero requerido. Estos artículos
mencionan lo siguiente:

Primero.- Que no existan relaciones internacionales con el país de que


se trate. Segundo.- Que el delito no sea punible conforme a la ley del
país requerido. Tercero.- Que la persona reclamada haya sido objeto de
absolución, indulto, amnistía o que hubiere cumplido la condena rela-
tiva al delito que motive el pedimento. Cuarto.- Que falte querella de
parte legítima si conforme a la ley penal extranjera el delito exige ese
requisito. Quinto.- Que haya prescrito la acción o la pena conforme a la
ley penal extranjera o mexicana. Sexto.- Que el delito haya sido come-
tido dentro del ámbito de la jurisdicción del país extranjero. Debe aña-
dirse que aún de obsequiarse la petición, se requeriría que no se hubiere
hecho valer en el país extranjero un recurso-juicio que pudiera impedir
que se ejecutara la resolución que obsequia la petición hecha respecto
del ofendido, del extraditado, es decir, la petición de extradición.

Como puede observarse, la simple petición de extradición no condiciona


necesariamente, la entrega del inculpado, sino que como se dice en el
proyecto, la decisión sobre la detención provisional con fines de extra-
dición y la entrega material del reo corresponde, en exclusiva, a la
potestad de las autoridades del país extranjero, cuya resolución no es
impugnable mediante juicio de amparo en México porque ello sería vio-
latorio de la soberanía nacional de aquel estado. En consecuencia,
corresponde al detenido impugnar la resolución que accede a su
extradición a México, con base en la legislación y ante los tribunales
del país requerido, lo que es concordante con el contenido del artículo
33 de la Ley de Extradición Internacional y con el artículo 22, fracción II,
segundo párrafo de la Ley de Amparo, que autorizan la promoción del

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


74 TRATADO DE EXTRADICIÓN

juicio de garantías ante los tribunales federales mexicanos para impug-


nar el acuerdo de la Secretaría de Relaciones Exteriores que accede a la
extradición de una persona requerida por un Estado extranjero.

Pienso que estos argumentos fortalecen ampliamente el sentido del


proyecto, en otras palabras, en contra de lo que me va a afectar puedo
defenderme y así lo prevé la Ley de Extradición Internacional. La otra
posición desconoce aquella ley, y en un momento, crea situaciones curio-
sas como la de que a través de un amparo interpuesto en contra de la
simple solicitud, se tome una determinación que le corresponde tomar
al Estado extranjero.

Imagínense que antes de que el Estado extranjero decida, se otorga


un amparo contra la solicitud, en consecuencia, el Estado extranjero no
puede actuar puesto que está vinculado a la sentencia del tribunal
mexicano y, lo que es más grave, como ocurre en los casos que se
analizan, el Estado extranjero obsequia la petición, se otorga el amparo
contra la solicitud, se produce el efecto de regresar al sujeto al país
que lo extraditó, porque el efecto es restituir las cosas al estado en que
se encontraban antes del acto cuya inconstitucionalidad se planteó, y
entonces, la autoridad mexicana tiene que dejar en libertad al sujeto
y, curiosamente, enviarlo al país extranjero en el que tienen que dejarse
sin efectos los actos que se realizaron para extraditar al mexicano, por lo
que con esto otorgamos la extraterritorialidad a las sentencias de ampa-
ro que vinculan a todas las autoridades nacionales o extranjeras que de
algún modo estén involucradas con el acto respecto del cual concedi-
mos el amparo.

Por ello, pienso que la posición contraria llevaría a todas estas conse-
cuencias, que vuelvo a decir, como lo alude el documento leído por el
señor Ministro Góngora Pimentel, sería un precedente muy peculiar.
Claro está que como ha predominado la posición de que se sobresea en
el juicio, pues, simplemente, esto no sucedería, pero imagínense que
no se sobreseea en el juicio porque mientras discutimos la causa del
sobreseimiento, esto parece que no tiene trascendencia. Implícitamen-
te, cuando se rechaza la posición de falta de interés jurídico, se admite
que, potencialmente, si no se dieran todas las situaciones que en
estos dos casos nos llevan a que se consumaron irreparablemente
los actos, se producirían todas las consecuencias que poco estamos
vislumbrando. Esto es admisible, en consideración a que estamos en
presencia de derecho internacional.

MINISTRO AZUELA GÜITRÓN


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 75

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muchas gracias. Hay varias


cosas que me inquietan de lo que se ha afirmado tanto por el señor
Ministro Ortiz Mayagoitia como por el señor Ministro Azuela Güitrón.

Quiero hacer mi análisis de esta manera: ¿qué es un tratado inter-


nacional?, el tratado internacional son dos cosas, es un contrato entre
Estados soberanos con un efecto obligacional determinado que se puede
reclamar entre ellos, desde una posición de soberanía; es entonces un
contrato. Pero, ¿para el derecho interno qué es?, para el derecho interno
es Ley de la Unión, es ley interna; ¿qué es lo que criba un tratado inter-
nacional de extradición como derecho interno?, como derecho interno
el actuar de la autoridad mexicana dentro de su soberanía, pero, en
pos de una persona que habita en otra soberanía; ¿en qué consiste
este ir en pos?, consiste en pedirle a otro Estado soberano que haga una
función de Juez o una función de policía, nada más; creo que lo único
que va a hacer el Estado extranjero, cuando se trata de una solicitud, un
procedimiento activo de extradición, es cumplir con funciones policía-
cas para las cuales está impedida la autoridad mexicana por razón de
territorialidad, por lo que desarrolla, simplemente, una función policíaca.

No nos olvidemos que, en este caso, se impugnó el tratado como norma


interna, y por tanto, desde este punto de vista, lo único que puede repro-
chársele a la autoridad mexicana, con apoyo en esa ley que se impugna
de inconstitucionalidad, es haber dado los pasos en el sentido de la
norma tildada de inconstitucionalidad dentro del ámbito de sus atribu-
ciones nacionales.

Dice el señor Ministro Ortiz Mayagoitia: "Esto es una petición de consig-


nación, finalmente, a eso equivale, porque la llave de la detención
efectiva la tiene la autoridad extranjera.", no obstante ello, no lo veo
así, porque a la persona se le ocasionan actos de molestia intuídos que
se desarrollan por la fuerza en el extranjero, los cuales son resortes de
la pesquisa y de la vehemencia de la autoridad mexicana para situarla
dentro del territorio nacional. Estos son actos de molestia que, si los
quisiéramos equiparar, por buscar un símil, deberíamos equipararlos a
las gestiones relativas al cumplimiento de una orden de aprehensión, no
a un acto de consignación. La orden de aprehensión precede, la pes-
quisa nacional se agota dentro del territorio nacional, y la excitación
a que funcione el Estado extranjero como policía pervive, pero estos

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


76 TRATADO DE EXTRADICIÓN

actos de molestia los produce la autoridad mexicana, inclusive, con


una consecuencia en el extranjero.

Bajo esta tesitura, pienso que tiene absoluta procedencia el juicio de


amparo y no hay ninguna razón que impida la procedencia del mismo,
máxime si esto es a través de un procedimiento policíaco, léase admi-
nistrativo. En el fondo subyace el atentado o la molestia a algo tan valioso
como es la libertad y, por lo tanto, esto puede situarse dentro de las
garantías propias a la libertad personal.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Castro y Castro.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Deseo hacer algunas puntua-


lizaciones. El Estado extranjero no desarrolla funciones policiales, éste,
inclusive, tiene que establecer un criterio, es decir, ver si es delito en los
dos lados, si se castiga con una pena mayor de un año, en fin, el Estado
extranjero tiene que cumplir con todos los requisitos que están en el
tratado internacional y, en ausencia de éste, con la Ley de Extradición
Internacional nuestra.

Por otra parte, definitivamente, si se toma el aspecto de "mera moles-


tia", todos los ejemplos que demos los estamos cambiando totalmente,
porque cuando el Ministerio Público pide que se libre una orden de
aprehensión en mi contra, después de haber hecho una averiguación, o lo
que sea, obviamente yo pediré el amparo, ¿en contra de qué?, en contra
de su opinión que me molesta y empezó a iniciar todo un procedimiento
que pudiera terminar por hacerme perder, precisamente, mi libertad.

Creo que estamos, realmente, idealizando todo esto. Está muy claro que
el problema no va a ser lo que yo pida sino lo que aquél otorgue, y en
este caso, para hacerlo similar, yo tendría que señalar al Gobierno Mexica-
no como el que pide la extradición y como parte ejecutora a las autori-
dades españolas que están allá; por supuesto, tendríamos que seguir
todo el procedimiento.

Considero que el problema está muy bien centrado en que el hecho de


pedir, solicitar, es en sí factible que se considere como el que otorga
el interés jurídico suficiente para iniciar un juicio de amparo; ese es el
problema concreto que debemos de ver.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Román Palacios.

MINISTRO CASTRO Y CASTRO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 77

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Se quiere equiparar la solicitud


de detención con la consignación y creo que son dos circunstancias
diversas.

La solicitud de detención, en primer lugar, no la hace el Ministerio Pú-


blico, la hace el Estado, la Secretaría de Relaciones Exteriores, que
sí tiene, obviamente, la calidad de autoridad para el efecto de hacerla.

Por otra parte, la consignación o más propiamente dicho, la determi-


nación tomada por el Ministerio Público a la conclusión de la investiga-
ción y de la averiguación previa, puede ser en diversos sentidos, pero en
uno podría ser impugnable y en otro no, ciertamente. Si su determina-
ción es en el sentido de ejercer la acción penal, ahí deja de tener la cali-
dad de autoridad y adquiere la calidad de parte y, como tal, ya no es
impugnable la resolución; no podemos equiparar una actuación de parte
con una actuación de autoridad.

Con motivo de la reciente reforma, si la determinación del Ministerio Pú-


blico es en el sentido de no ejercer la acción penal, actuará como autori-
dad y, en consecuencia, sí procedería el amparo, por lo que no podemos
comparar la consignación, en términos generales, con la solicitud de
detención.

La consignación hecha en ejercicio de la acción penal es un acto de


parte, no de autoridad y, por lo tanto, no la debemos equiparar a la solici-
tud de detención.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Silva Meza.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Muy brevemente deseo externar lo


siguiente.

Por una parte, en relación a lo que señala el señor Ministro Aguirre Anguia-
no, no debemos perder de vista que estamos enfrente a normas de dere-
cho internacional, así como enfrente a la naturaleza jurídica de un
tratado internacional. Por otra parte , en atención a ello, no debemos
calificar a la petición como una mera petición o simple petición como tal,
sino como la culminación formal de todo un procedimiento en su fase
nacional para acudir ante otro Estado con el cual se convino, contrac-
tualmente, y en donde hay obligaciones que se han aceptado, siendo
una de esas, precisamente, acceder a la extradición si se cumplen con
ciertas condiciones.

MINISTRO ROMÁN PALACIOS


78 TRATADO DE EXTRADICIÓN

En ese sentido, como esa petición o simple petición no es una consig-


nación sino una petición formal de extradición, y así debe caracterizarse,
es decir, como un instituto específico de la extradición que culmina, y
que en estos casos, desde luego, va involucrada necesariamente la
libertad, esto es, la petición llega al país signante del tratado de extradi-
ción que ha generado obligaciones y por el que tiene obligaciones que
cumplir, por lo que no es un tanto discrecional el aceptar o no la pe-
tición, el país tiene que resolver si acepta o niega el cumplimiento o
incumplimiento de los requisitos acordados; pero, desde luego que para
efectos del amparo en el caso se genere el interés jurídico, en otras
palabras, existe la procedencia del juicio de amparo en ese sentido.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muy brevemente. Dice el se-


ñor Ministro Castro y Castro: "No, esto no es posible, el Estado extran-
jero no celebra una simple actividad policíaca porque tiene que cotejar si
es delito aquí y allá, porque la petición tiene que cumplir ciertos requi-
sitos.", es decir, un checklist de los requisitos contratados para desa-
rrollar una actividad que tiene como finalidad la captura y entrega; a esto
yo le llamo actividad policíaca.

Para mí esto no tiene duda, es una actividad policíaca reglada por un


tratado celebrado con el país extranjero y sobre lo que estoy totalmente
de acuerdo, pero no se nos olvide que, en el caso concreto, precede una
orden de aprehensión y que las gestiones para el cumplimiento de la
misma se desarrollan conforme a nuestro derecho interno, por lo que, si
ese derecho interno se tilda de inconstitucional, habrá que verlo.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Minis-


tro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Con un poco de conocimiento


de televisión, no me explico porque no está aquí el señor Ruiz Massieu,
así como muchos otros individuos de los que México ha solicitado la
extradición y respecto de los cuales el país extranjero únicamente como
"policía" tendría que detener.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 79

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Acepto las precisiones


técnicas que nos está exponiendo el señor Ministro Aguinaco Alemán,
me parece que son tratados internacionales pero tienen un aspecto
contractual y un aspecto de acuerdo de voluntades, eso no lo podemos
desconocer. Son un acuerdo de voluntades "soberanas", desde luego,
para producir efectos de derecho público.

Ahora bien, ¿por qué no han traído al señor Ruiz Massieu?, bueno, porque
hay Estados que se consideran Jueces y no policías, pero eso es una
actividad personal y del resorte de ellos.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Ortiz Mayagoitia.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Una aclaración nada más.


Todos ustedes saben muy bien que la base de los tratados internaciona-
les es la norma pacta sunt servanda, esto es, un pacto, un acuerdo de
voluntades, no un contrato.

Yo quiero hacer esta precisión. Nunca ha existido el afán de identificar la


solicitud de extradición con una consignación, ésta última se mencionó
por simple analogía y porque en ambos casos hay una petición en la que
debe recaer un acuerdo de autoridad competente.

El señor Ministro Azuela Güitrón leyó muchas tesis en donde una


autoridad, a quien no se le desconoce su carácter de autoridad, fundada
en la ley que la faculta para ello, como lo es el tesorero de un Estado, le
solicita al tesorero de la Federación: "Hazle efectiva esta fianza a tal
compañía.", a lo que se dice: "No hay acto de aplicación en tu perjuicio
porque ésto se encuentra sujeto a lo que te decidan allá.". Lo que
argumentan tanto el señor Ministro Román Palacios como el señor Minis-
tro Silva Meza es que no es a discreción, ni a gusto de la otra autoridad
resolver, ni tampoco es a discreción, ni a gusto del señor tesorero resol-
ver, así como tampoco es a discreción, ni a gusto de un Juez ordenar o
no una orden de aprehensión solicitada; éstas son decisiones conforme
a derecho, sin embargo, la sola petición, se ha dicho, que no afecta de
momento el interés jurídico del quejoso y aquí, el único acto que realiza
el Gobierno Mexicano, es esa solicitud.

Dice el señor Ministro Silva Meza: "Culmina toda una fase de un pro-
cedimiento previo.", esto es cierto en el caso de la averiguación previa, el
oficio consignatorio culmina toda una fase de un procedimiento previo,

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


80 TRATADO DE EXTRADICIÓN

cierra la averiguación previa, pero si se decide la consignación, no procede


el amparo.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: A votación


entonces. Señor secretario, por favor tome usted la votación.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro presi-


dente, con mucho gusto.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Por que no se sobresea.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Que se sobresea.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Que se sobresea por falta de


interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Que no se sobresea.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Que se sobresea por falta de


interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Que se sobresea por cesación


de efectos.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Que se sobresea por falta de


interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Sobreseimiento por cesación


de efectos.

SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí tiene interés jurídico pero


que se sobresea.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Sobreseimiento por cesación de efec-


tos.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Tiene interés


jurídico, que se sobresea por cesación de efectos.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Hay mayoría de nueve


votos porque se sobresea. Ahora bien, se toma votación respecto de la
causa del sobreseimiento.

PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL


SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 81

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Por que no se sobresea

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Falta de interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Igual.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Falta de interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Cesación de efectos.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Falta de interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Cesación de efectos.

SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Igual.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Igual.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Cesación de


efectos.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro presidente,


hay mayoría de cinco votos de que el sobreseimiento debe ser por cesa-
ción de efectos.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: La mayoría vota en contra del


proyecto por esta razón, es decir, por que no está de acuerdo con la falta
de interés jurídico.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Muy bien, se


levanta la sesión.

MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO


D ebate Realizado
en Sesión Pública

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN


TRIBUNAL EN PLENO
SESIÓN PÚBLICA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES CUATRO DE MARZO DE MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y NUEVE.
Presidente: Señor Ministro: Genaro David Góngora Pimentel
Asistencia: Señores Ministros:
Sergio Salvador Aguirre Anguiano
José Vicente Aguinaco Alemán
Mariano Azuela Güitrón
Juventino V. Castro y Castro
Juan Díaz Romero
José de Jesús Gudiño Pelayo
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia
Humberto Román Palacios
Olga María del C. Sánchez Cordero
Juan N. Silva Meza

Inició la sesión a las catorce horas con quince minutos.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Se abre la se-


sión pública. Señor secretario, sírvase dar cuenta con los asuntos de hoy.

83
84 TRATADO DE EXTRADICIÓN

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:

AMPARO EN REVISIÓN NÚMERO 792/98, PROMOVIDO POR RICARDO


JAVIER ARMAS ARROYO, CONTRA ACTOS DE LA CÁMARA DE
SENADORES Y DE OTRAS AUTORIDADES, CONSISTENTES EN LA
CELEBRACIÓN Y APROBACIÓN DEL TRATADO DE EXTRADICIÓN Y
ASISTENCIA MUTUA EN MATERIA PENAL ENTRE LOS ESTADOS UNI-
DOS MEXICANOS Y EL REINO DE ESPAÑA, PUBLICADO EN EL DIA-
RIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL VEINTIUNO DE MAYO DE MIL
NOVECIENTOS OCHENTA.

La ponencia es del señor Ministro Azuela Güitrón, y en ella se pro-


pone: PRIMERO.— Se confirma la sentencia recurrida. SEGUNDO.—
Se sobresee en el juicio de amparo promovido por Ricardo Javier Armas
Arroyo, respecto de los actos y autoridades precisados que quedaron en
el resultando primero de esta resolución. Notifíquese.

VOTACIÓN

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: El proyec-


to se somete a discusión de los señores Ministros, si no hay mayores
observaciones, sírvase tomar la votación señor secretario.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro presi-


dente.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En contra del proyecto y


porque no se sobresea en el juicio.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Con el proyecto, en el sentido


de que se sobresea en el juicio por falta de interés jurídico del promovente.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: En el mismo sentido

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: En contra del proyecto, y porque


no se sobresea en el juicio.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: En favor del proyecto.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Por el sobreseimiento por cesa-


ción de efectos.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Estoy con el proyecto en sus


términos.

VOTACIÓN
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 85

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Con los puntos resolutivos del


proyecto, pero en las consideraciones deberá sustentarse la cesación
de los efectos, previo el estudio de los agravios y confirmar el sobre-
seimiento.

SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Por el sobreseimiento por


cesación de efectos.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: En el mismo sentido.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Por el so-


breseimiento por cesación de efectos también.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro presidente,


hay mayoría de nueve votos en favor de los resolutivos del proyecto.

De los nueve votos en favor de los resolutivos, los señores Ministros


Gudiño Pelayo, Román Palacios, Sánchez Cordero, Silva Meza y el señor
Ministro presidente Góngora Pimentel, es decir, cinco señores Ministros
estiman que ese sobreseimiento debe decretarse con motivo de la cesa-
ción de efectos del acto reclamado.

Los señores Ministros Azuela Güitrón, Castro y Castro, Aguinaco Alemán


y Ortiz Mayagoitia, estiman que ese sobreseimiento debe obedecer a la
falta de interés jurídico del quejoso.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Sí señor


Ministro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Dado el sentido de la votación,


me atrevo a proponer a los señores Ministros que coincidieron con el
proyecto original, que dejemos a éste como voto particular o como voto
de minoría.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Díaz Romero.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Gracias señor Ministro presidente.


Una vez que su Señoría haga la declaratoria correspondiente, también
quisiera manifestar que, cuando se engrose el asunto, se nos pase al
señor Ministro Aguirre Anguiano y a un servidor, si es que él está de
acuerdo, para que realicemos un voto particular.

VOTACIÓN
86 TRATADO DE EXTRADICIÓN

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Castro y Castro.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Acepto la proposición del señor


Ministro Azuela Güitrón, y quedaría el proyecto original como voto
particular.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Desde luego, estoy muy agra-


decido por la sugerencia que hace el señor Ministro Díaz Romero y, por
supuesto, me honra con su invitación.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguinaco Alemán.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Estoy con el voto particular


en los términos que fueron expresados.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Ortiz Mayagoitia.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Yo también me sumo al voto


de minoría en los términos que dijo el señor Ministro Azuela Güitrón.

DECLARATORIA

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Por consi-


guiente, se resuelve como se propone. Por otra parte, me permito suge-
rir que sea el señor Ministro Román Palacios el que se encargue de
formular el engrose por la mayoría.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Con todo gusto señor Ministro


presidente.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Gracias.


Sí señor Ministro Silva Meza.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias señor Ministro presidente.


Quisiera solicitar al señor presidente y proponer al Tribunal Pleno que si
no hay inconveniente, la versión taquigráfica de las discusiones de este
asunto fueran publicadas en la "Serie de Debates" del Pleno, por la impor-

DECLARATORIA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 87

tancia, transcendencia y criterios tan importantes que fueron vertidos


en estas discusiones.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Muy bien se-


ñor Ministro Silva Meza, así será ordenado. Continúe con la lectura del
siguiente asunto señor secretario.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS:

AMPARO EN REVISIÓN NÚMERO 962/98, PROMOVIDO POR HÉCTOR


CANTÚ DÍAZ, CONTRA ACTOS DE LA CÁMARA DE SENADORES Y
DE OTRAS AUTORIDADES, CONSISTENTES EN LA CELEBRACIÓN
Y APROBACIÓN DEL TRATADO DE EXTRADICIÓN Y ASISTENCIA
MUTUA EN MATERIA PENAL ENTRE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICA-
NOS Y EL REINO DE ESPAÑA, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL
DE LA FEDERACIÓN EL VEINTIUNO DE MAYO DE MIL NOVECIENTOS
OCHENTA.

La ponencia es del señor Ministro Azuela Güitrón, y en ella se propone:


PRIMERO.— En la materia de la revisión se revoca la sentencia recu-
rrida. SEGUNDO.— Se sobresee en el juicio de garantías a que este
expediente se refiere. Notifíquese.

VOTACIÓN

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: El proyec-


to se somete a la consideración de los señores Ministros. Si no hay
observaciones, tome usted la votación señor secretario.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro presi-


dente, con mucho gusto.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En este asunto también voto


en contra del proyecto y porque no se sobresea.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Como en el anterior, con el


proyecto en sus términos.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: Con el proyecto en sus tér-


minos.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: En contra del proyecto y porque


no se sobresea. Considero que en este asunto también se debe entrar al
fondo.

VOTACIÓN
88 TRATADO DE EXTRADICIÓN

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: En favor del proyecto.

SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Porque se sobresea por cesación


de efectos.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Con el proyecto en sus tér-


minos.

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Porque se revoque y sobresea


pero con diversas consideraciones y específicamente por cesación de
efectos.

SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: En el mismo sentido.

SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Por la revocación del sobreseimiento


y por cesación de efectos.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: En el mis-


mo sentido.

C. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro presidente,


hay mayoría de nueve votos en favor de los resolutivos del proyecto.

Los señores Ministros Gudiño Pelayo, Román Palacios, Sánchez Cordero,


Silva Meza y el señor Ministro presidente Góngora Pimentel, estiman
que el sobreseimiento debe obedecer a la cesación de efectos del acto
reclamado.

Los señores Ministros Azuela Güitrón, Castro y Castro, Aguinaco Alemán


y Ortiz Mayagoitia, estiman que el sobreseimiento debe ser con fun-
damento en la falta de interés jurídico del quejoso.

DECLARATORIA

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Por lo tan-


to, se resuelve como se propone. Señor Ministro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO AZUELA GÜITRÓN: Para reservarme el derecho de


dejar el proyecto como voto de minoría coincidente con el asunto anterior.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: También en


este caso, solicito al señor Ministro Román Palacios, si tiene a bien, que
formule el engrose.

DECLARATORIA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 89

SEÑOR MINISTRO ROMÁN PALACIOS: Con todo gusto señor Ministro


presidente, será un honor.

SEÑOR MINISTRO DÍAZ ROMERO: Atentamente formulo la petición de


que una vez que se haya engrosado este asunto, también se me remita
éste para hacer un voto particular.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguirre Anguiano.

SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En este caso, ruego al señor


Ministro Díaz Romero que el voto signifique como de minoría y se me
envíe el expediente para el asunto.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Aguinaco Alemán.

SEÑOR MINISTRO AGUINACO ALEMÁN: Me agrego a la propuesta


del señor Ministro Azuela Güitrón en considerar este proyecto como voto
particular de minoría.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Castro y Castro.

SEÑOR MINISTRO CASTRO Y CASTRO: En el mismo sentido.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Señor Ministro


Ortiz Mayagoitia.

SEÑOR MINISTRO ORTIZ MAYAGOITIA: Yo también me sumo al voto


de minoría que encabeza el señor Ministro Azuela Güitrón.

SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE GÓNGORA PIMENTEL: Por favor tome


nota de ello, señor secretario. Se levanta la sesión.

Terminó la sesión a las catorce horas con treinta y cinco minutos

TRIBUNAL EN PLENO
S entencia

AMPARO EN REVISIÓN 792/98. PROMOVIDO POR RICARDO JAVIER


ARMAS ARROYO. MINISTRO ENCARGADO DEL ENGROSE: HUM-
BERTO ROMÁN PALACIOS. SECRETARIO: GUILLERMO CAMPOS
OSORIO.

México, Distrito Federal. Acuerdo del Tribunal Pleno de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, correspondiente al día cuatro de marzo de mil
novecientos noventa y nueve.

VISTOS; Y
RESULTANDO:

PRIMERO.— Por escrito presentado el diecinueve de octubre de mil


novecientos noventa y cinco, Julio Esponda Ugartechea, apoderado de
Ricardo Javier Armas Arroyo, solicitó amparo en contra de las autori-
dades y por los actos que a continuación se indican:

"1.— De la Cámara de Senadores del H. Congreso de la Unión, reclamo


la aprobación del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, otor-
gada el día veintisiete de septiembre de mil novecientos setenta y nueve,
según decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del día
siete de noviembre del mismo año.— 2.— Del presidente de la República,
reclamo: A). La delegación de facultades en el secretario de Relaciones
Exteriores para celebrar el Tratado de Extradición y Asistencia Mu-
tua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España, firmado en la Ciudad de México el día veintiuno de noviembre
de mil novecientos setenta y ocho.— B). El nombramiento del licenciado

91
92 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Santiago Roel, en ese entonces secretario de Relaciones Exteriores,


como plenipotenciario para actuar en nombre de los Estados Unidos
Mexicanos, en el acto de celebración del Tratado de Extradición y Asisten-
cia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el
Reino de España.— C). La promulgación del Tratado de Extradición y
Asistencia Mutua en Materia Penal, según decreto de fecha dos de mayo
de mil novecientos ochenta, publicado en el Diario Oficial de la Federa-
ción el veintiuno de mayo del mismo año.— 3.— Del secretario de Relacio-
nes Exteriores, reclamo: A). La celebración del Tratado de Extradición y
Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España, en su doble carácter de ministro plenipotenciario y
secretario de Relaciones Exteriores, el veintiuno de noviembre de mil
novecientos setenta y ocho.— B). El refrendo del decreto de promul-
gación del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal
entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, el dos de
mayo de mil novecientos ochenta.— C). La solicitud de detención preven-
tiva del quejoso para efectos de extradición, con base en la orden de
aprehensión librada por el Juez Séptimo de Distrito en Materia Penal en el
Distrito Federal, por haber considerado comprobada su presunta respon-
sabilidad en la comisión de los delitos previstos y sancionados en los
artículos 112, fracción V, inciso d), 113, fracción I y 114 todos de la Ley
de Instituciones de Crédito, dirigida a las autoridades del Reino de Es-
paña en aplicación del artículo 19 del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España.— D). La inminente solicitud formal para la extradición del
quejoso, con base en cualquier orden u órdenes de aprehensión dictadas
en su contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición y
Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España.— E). La transmisión por la vía diplomática de la
solicitud formal para la extradición del quejoso, con base en cualquier
orden u órdenes de aprehensión dictadas en su contra, en términos
de los artículos 14 y 15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en
Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de Es-
paña.— F). Todos los actos, órdenes, mandatos, instrucciones o gestio-
nes de cualquier índole, tendientes en forma directa o inmediata a
obtener la extradición del quejoso, con base en orden u órdenes de
aprehensión dictadas en su contra, en términos del artículo 15 del Tratado
de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados
Unidos Mexicanos y el Reino de España.— 4.— Del director del Diario
Oficial de la Federación, reclamo: A). La publicación en el Diario Oficial
de la Federación del decreto por el que la Cámara de Senadores del H.
Congreso de la Unión aprobó el Tratado de Extradición y Asistencia

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 93

Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino


de España, el día siete de noviembre de mil novecientos setenta y
ocho.— B). La publicación en el Diario Oficial de la Federación del decre-
to de promulgación del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en
Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España,
el veintiuno de mayo de mil novecientos ochenta.— 5.— Del procurador
General de la República, reclamo: A). La solicitud de detención preventiva
del quejoso para efectos de extradición, con base en la orden de aprehen-
sión librada por el Juez Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito
Federal, por haber considerado comprobada su presunta responsabilidad
en la comisión de los delitos previstos y sancionados en los artículos
112, fracción V, inciso d), 113, fracción I y 114 todos de la Ley de Institu-
ciones de Crédito, dirigida a las autoridades del Reino de España en
aplicación del artículo 19 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua
en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España.— B). La inminente solicitud formal para la extradición del que-
joso, con base en cualquier orden u órdenes de aprehensión dictadas
en su contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición y
Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España.— C). Todos los actos, órdenes, mandatos, instruc-
ciones o gestiones de cualquier índole tendientes en forma directa o
mediata a obtener la extradición del quejoso, con base en orden u órde-
nes de aprehensión dictadas en su contra, en términos del artículo 15
del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— 6.— Del subpro-
curador jurídico de la Procuraduría General de la República, reclamo:
A). La solicitud de detención preventiva del quejoso para efectos de
extradición, con base en la orden de aprehensión librada por el Juez
Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, por haber
considerado comprobada su presunta responsabilidad en la comisión
de los delitos previstos y sancionados en los artículos 112, fracción V,
inciso d), 113, fracción I y 114 todos de la Ley de Instituciones de Crédito,
dirigida a las autoridades del Reino de España en aplicación del artículo
19 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— B). La inminente
solicitud formal para la extradición del quejoso, con base en cualquier
orden u órdenes de aprehensión dictadas en su contra, en términos del
artículo 15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.—
C). Todos los actos, órdenes, mandatos, instrucciones o gestiones de
cualquier índole tendientes en forma directa o mediata a obtener la extra-
dición del quejoso, con base en orden u órdenes de aprehensión dictadas

SENTENCIA
94 TRATADO DE EXTRADICIÓN

en su contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición y


Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España.— 7.— Del director general de asuntos legales
internacionales de la Procuraduría General de la República, reclamo:
A). La solicitud de detención preventiva del quejoso para efectos de
extradición, con base en la orden de aprehensión librada por el Juez
Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, por haber
considerado comprobada su presunta responsabilidad en la comisión
de los delitos previstos y sancionados en los artículos 112, fracción V,
inciso d), 113, fracción I y 114 todos de la Ley de Instituciones de Crédito,
dirigida a las autoridades del Reino de España en aplicación del artículo
19 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— B). La inminente
solicitud formal para la extradición del quejoso, con base en cualquier
orden u órdenes de aprehensión dictadas en su contra, en términos del
artículo 15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.—
C). Todos los actos, órdenes, mandatos, instrucciones o gestiones de
cualquier índole tendientes en forma directa o mediata a obtener la extra-
dición del quejoso, con base en orden u órdenes de aprehensión dictadas
en su contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición y
Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España.— 8.— Del titular de la Oficina Nacional Interpol-
México, dependiente de la Procuraduría General de la República, recla-
mo: A). La solicitud de detención preventiva del quejoso para efectos de
extradición, con base en la orden de aprehensión librada por el Juez
Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, por haber
considerado comprobada su presunta responsabilidad en la comisión
de los delitos previstos y sancionados en los artículos 112, fracción V,
inciso d), 113, fracción I y 114 todos de la Ley de Instituciones de Crédito,
dirigida a las autoridades del Reino de España en aplicación del artículo
19 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— B). La inminente
solicitud formal para la extradición del quejoso, con base en cualquier
orden u órdenes de aprehensión dictadas en su contra, en términos del
artículo 15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal
entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— C). Todos
los actos, órdenes, mandatos, instrucciones o gestiones de cualquier
índole tendientes en forma directa o mediata a obtener la extradición
del quejoso, con base en orden u órdenes de aprehensión dictadas en
su contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 95

Reino de España.— 9.— Del embajador de los Estados Unidos Mexica-


nos en el Reino de España, reclamo: A). La solicitud de detención preven-
tiva del quejoso para efectos de extradición, con base en la orden de
aprehensión librada por el Juez Séptimo de Distrito en Materia Penal en el
Distrito Federal, por haber considerado comprobada su presunta res-
ponsabilidad en la comisión de los delitos previstos y sancionados en
los artículos 112, fracción V, inciso d), 113, fracción I y 114 todos de la
Ley de Instituciones de Crédito, dirigida a las autoridades del Reino de
España en aplicación del artículo 19 del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el
Reino de España.— B). La inminente solicitud formal para la extradición
del quejoso, con base en cualquier orden u órdenes de aprehensión dic-
tadas en su contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición
y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexi-
canos y el Reino de España.— C). La transmisión por la vía diplomática
de la solicitud formal para la extradición del quejoso, con base en cual-
quier orden u órdenes de aprehensión dictadas en su contra, en términos
de los artículos 14 y 15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en
Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de Es-
paña.— D). Todos los actos, órdenes, mandatos, instrucciones o gestio-
nes de cualquier índole tendientes en forma directa o mediata a obtener
la extradición del quejoso, con base en orden u órdenes de aprehensión
dictadas en su contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradi-
ción y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexi-
canos y el Reino de España.— 10.— Del cónsul general de los Estados
Unidos Mexicanos en el Reino de España, reclamo: A). La solicitud de
detención preventiva del quejoso para efectos de extradición, con base
en la orden de aprehensión librada por el Juez Séptimo de Distrito en
Materia Penal en el Distrito Federal, por haber considerado comprobada
su presunta responsabilidad en la comisión de los delitos previstos y
sancionados en los artículos 112, fracción V, inciso d), 113, fracción I
y 114, todos de la Ley de Instituciones de Crédito, dirigida a las autori-
dades del Reino de España en aplicación del artículo 19 del Tratado de
Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Uni-
dos Mexicanos y el Reino de España.— B). La inminente solicitud formal
para la extradición del quejoso, con base en cualquier orden u órdenes
de aprehensión dictadas en su contra, en términos del artículo 15 del
Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los
Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— C). La transmisión
por la vía diplomática de la solicitud formal para la extradición del quejoso,
con base en cualquier orden u órdenes de aprehensión dictadas en
su contra, en términos de los artículos 14 y 15 del Tratado de Extradición

SENTENCIA
96 TRATADO DE EXTRADICIÓN

y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexica-


nos y el Reino de España.— D). Todos los actos, órdenes, mandatos,
instrucciones o gestiones de cualquier índole tendientes en forma directa
o mediata a obtener la extradición del quejoso, con base en orden u
órdenes de aprehensión dictadas en su contra, en términos del artículo
15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España."

SEGUNDO.— La parte quejosa señaló como garantías violadas las


contenidas en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos, en relación con los artículos 76, fracción I, 89,
fracciones I y X y 133 de la Carta Magna. Como antecedentes de los
actos reclamados expresó los siguientes:

"1.— El día nueve de septiembre del presente año, el quejoso, Ricardo


Javier Armas Arroyo fue detenido en la ciudad de Madrid, España por
agentes de la policía de dicho país, quienes le informaron en el momento
de la detención que ésta resultaba de una solicitud de detención preventi-
va con fines de extradición formulada por autoridades mexicanas, en
términos del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal
entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— 2.— A las
nueve horas del día siguiente al de la detención, el quejoso fue presen-
tado ante el inspector jefe de la Unidad Central de Información Exterior,
dependiente de la Comisaría General de Información de la Dirección
General de la Policía, lugar en el que se le notificó formalmente del
procedimiento de extradición iniciado a solicitud de las autoridades
mexicanas.— 3.— Se le informó al quejoso que la solicitud de detención
preventiva se recibió en la Dirección General de la Policía Española pro-
cedente del Servicio de Interpol-Madrid, oficina que a su vez recibió de
la Oficina Central Nacional de Interpol-México la solicitud de localización,
ubicación y detención preventiva con fines de extradición del suscri-
to, con base en la orden de aprehensión librada por el Juez Séptimo de
Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal por los delitos previstos y
sancionados en los artículos 112, fracción V, inciso d), 133, fracción I
y 114, todos de la Ley de Instituciones de Crédito.— 4.— Al día de hoy
mi mandante se encuentra privado de la libertad en el centro de detención
de ‘Alcalá-México’ en las proximidades de la ciudad de Madrid, España.—
5.— Mi mandante tiene conocimiento de que las autoridades respon-
sables, involucradas en el procedimiento de extradición, formalizarán la
solicitud de extradición con base en orden u órdenes de aprehensión
libradas en contra del quejoso por delitos previstos y sancionados en
la Ley de Instituciones de Crédito.— 6.— En atención a que los actos

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 97

reclamados que han quedado especificados en el capítulo relativo prece-


dente, son claramente violatorios de las garantías constitucionales de
que es titular el quejoso, demando en su nombre el amparo y protección
de la Justicia Federal respecto de los mismos."

Como conceptos de violación formuló los siguientes:

"Primero.— El acto que se reclama de la Cámara de Senadores del H.


Congreso de la Unión, consistente en la aprobación del Tratado de Extra-
dición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos
Mexicanos y el Reino de España, viola en perjuicio de mi mandante las
garantías de legalidad y de seguridad jurídica que consagran los artícu-
los 16, 76, fracción I, 89, fracción X y 133 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, toda vez que: I.- El artículo 16 invocado
dispone en su primer párrafo: ‘Nadie puede ser molestado en su persona,
familia, domicilio, papeles o posesiones sino en virtud de mandamiento
escrito de autoridad competente que funde y motive la causa legal del
procedimiento’.— De conformidad a explorada interpretación jurispru-
dencial, dicho mandato consigna las siguientes garantías de seguridad
jurídica y de legalidad: 1. Que nadie puede ser molestado sino en virtud
de un mandamiento escrito; 2. Que dicho mandamiento provenga de auto-
ridad competente; 3. Que tal documento se encuentre debidamente
fundado; y, 4. Que en dicho mandamiento se expresen de manera correc-
ta y congruente con la realidad las causas legales que motiven el proce-
dimiento.— Las garantías que han quedado señaladas alcanzan en su
obligatoriedad a todas y cada una de las autoridades del país, tanto
administrativas como jurisdiccionales e inclusive hasta al propio Poder
Legislativo.— II.- En la especie resulta incuestionable la transgresión
en perjuicio del quejoso de las garantías aludidas, por cuanto a que:
1. Es facultad exclusiva e ineludible de la Cámara de Senadores del H.
Congreso de la Unión, analizar los tratados internacionales que celebre el
Presidente de la República con el objeto de aprobarles si se encuentran
ejecutados conforme a las disposiciones constitucionales aplicables.—
En efecto, el artículo 76, fracción I, de la Constitución Federal, dispone:
‘Artículo 76.- Son facultades exclusivas del Senado: I.- Analizar la política
exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal, con base en los informes
anuales que el Presidente de la República y el secretario del despacho
correspondiente rindan al Congreso; además, aprobar los tratados inter-
nacionales y convenciones diplomáticas que celebre el Ejecutivo de la
Unión;…’.— Si bien la normatividad constitucional es clara en cuanto a
que sólo el Presidente de la República está facultado para la celebración
de tratados internacionales, en términos de lo dispuesto por los artículos

SENTENCIA
98 TRATADO DE EXTRADICIÓN

89, fracción X y 133, tal taxativa condición no se impone respecto de


otros actos jurídicos de derecho internacional público, esto explica el
motivo por el cual en la norma transcrita se utiliza la expresión genérica
‘Ejecutivo de la Unión’ y no la de ‘Presidente de la República’.— La par-
ticipación del Senado en el proceso de creación de los tratados inter-
nacionales que el artículo 133 constitucional reconoce —en la medida
de su congruencia constitucional—, es una facultad con la cual pretende
garantizarse que tales instrumentos efectivamente se ajusten en sus
aspectos formales y de fondo a la Carta Magna, en consecuencia, el
ejercicio de esta facultad resulta violatoria de la garantía de legalidad
cuando no vigila y sanciona y con ello permite que se presente como
Ley Suprema de la Nación un instrumento carente de los requisitos esen-
ciales que impone la norma constitucional. El gobernado, a quien pre-
tende oponerse su obligatoriedad, resiente una afectación en su esfera
de derechos, reclamable mediante juicio de garantías.— En el caso par-
ticular, el Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal
entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, viola las
garantías de legalidad del quejoso consagradas en los artículos 16 y
76, fracción I, constitucionales, precisamente por lo siguiente: En contra-
vención con el texto constitucional, que en sus artículos 89, fracción X
y 133, faculta de manera exclusiva al presidente de la República para
celebrar tratados internacionales, el Senado de la República aprobó el
tratado internacional de referencia a pesar de que se celebró por fun-
cionario distinto al único facultado constitucionalmente. Lo cual se puede
corroborar con la simple lectura tanto del decreto de aprobación, publica-
do en el Diario Oficial de la Federación del siete de noviembre de mil
novecientos setenta y nueve, como del decreto de promulgación del
multicitado tratado, de fecha dos de mayo de mil novecientos ochenta y
publicado en el referido medio de difusión el veintiuno de los mismos
mes y año, de la que se desprende que quienes celebraron dicho tratado,
fueron Marcelino Oreja, ministro de Asuntos Exteriores del Reino de
España y Santiago Roel, secretario de Relaciones Exteriores de los Es-
tados Unidos Mexicanos.— La Cámara de Senadores, en el ejercicio de
su atribución aprobatoria del tratado internacional en comento, debió
haberlo rechazado por su grave carencia constitucional.— En este orden
de ideas, es inconcuso que el acto que se reclama de la Cámara de
Senadores del H. Congreso de la Unión, precisado en este primer con-
cepto de violación, es violatorio de la garantía de legalidad expuesta
de manera general en el artículo 16 constitucional y de las garantías de
legalidad y seguridad jurídica que específicamente regulan el proceso
de aprobación que se impugna, consagradas en los artículos 76, fracción
I, 89, fracción X y 133 de la Constitución Federal; en consecuencia,

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 99

debe concederse al quejoso respecto de dicho acto, el amparo y pro-


tección de la Justicia de la Unión solicitados.— Segundo.— Los actos
que se reclaman del presidente de la República, violan en perjuicio de
mi mandante las garantías de legalidad y de seguridad jurídica que consa-
gran los artículos 16, 89, fracciones I y X y 133 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.— I.- Los artículos 89, fracciones I y
X y 133 constitucionales, a la letra disponen: ‘Artículo 89.- Las facultades
y obligaciones del presidente son las siguientes: I.- Promulgar y ejecutar
las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la esfera
administrativa a su exacta observancia; …X.- Dirigir la política exterior
y celebrar tratados internacionales, sometiéndolos a la aprobación del
Senado. En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo
observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación
de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias;
la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones
internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación inter-
nacional para el desarrollo y la lucha por la paz y la seguridad interna-
cionales’.— ‘Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de
la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo
con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la
República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda
la Unión. Los Jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución,
leyes y tratados a pesar de las disposiciones en contrario que pueda
haber en las Constituciones o leyes de los Estados’.— II.- De las dispo-
siciones constitucionales antes transcritas se desprende que sólo el
presidente de la República, en forma personal y no por conducto de repre-
sentante o mandatario alguno, llámese plenipotenciario o de cualquier
otra manera, ni mediante la delegación de facultades a miembros de su
gabinete, está facultado para celebrar tratados internacionales en nom-
bre del Estado mexicano.— III.- De la lectura tanto del decreto de aproba-
ción publicado en el Diario Oficial de la Federación del siete de noviembre
de mil novecientos setenta y nueve, como del decreto de promulga-
ción del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, de fecha dos
de mayo de mil novecientos ochenta y publicado en el referido medio de
difusión el veintiuno de los mismos mes y año, se advierte que dicho
tratado se celebró por Marcelino Oreja, ministro de Asuntos Exteriores
del Reino de España y Santiago Roel, secretario de Relaciones Exte-
riores de los Estados Unidos Mexicanos, lo que nos lleva a concluir que
el presidente de la República, incumplió el deber que le impone la norma
constitucional de celebrar en lo personal y no por interpósita persona,
el tratado de referencia.— Lo anterior constituye una flagrante violación

SENTENCIA
100 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de las garantías de legalidad y de seguridad jurídica que consagra, por


una parte, el artículo 16 a cuyo cumplimiento está obligado el Presidente
de la República en tanto es autoridad y por la otra, de manera específica
y por la misma razón a los artículos 89, fracción X y 133 constitucio-
nales.— En efecto, la Constitución Federal no contiene precepto alguno
que permita al titular del Poder Ejecutivo Federal la delegación de la
referida facultad, ni tampoco prevé que éste designe Ministros plenipo-
tenciarios o cualquier representante o mandatario para la celebración
de tratados internacionales. Esto implica que su ejercicio le corres-
ponde de manera personal y directa en su carácter de presidente de la
República, tal y como sucede, por ejemplo, con la facultad reglamentaria
o la de nombrar a los secretarios del despacho.— Sobre este particu-
lar, y en lo relativo al catálogo de facultades conferidas al presidente
de la República en el artículo 89 constitucional, cabe destacar que tanto
los tribunales federales como la doctrina han sostenido que las mismas
son indelegables.— Sobre el contenido del artículo 89 constitucional,
en la obra ‘Derechos del Pueblo Mexicano, México a través de sus Cons-
tituciones’, publicada por la Cámara de Diputados del H. Congreso de la
Unión, Manuel González Oropeza opina: ‘El artículo (89) expone un catá-
logo delimitado de las atribuciones exclusivas del titular del Poder Ejecu-
tivo. Estas atribuciones no son delegables’.— Por su parte, el artículo
89, fracción I, de la Constitución Federal obliga al Presidente de la Repú-
blica a promulgar y ejecutar las leyes expedidas por el Congreso de la
Unión y, asimismo, a promulgar los tratados internacionales tan pronto
merezcan la aprobación de la Cámara de Senadores y con ello lograr
su observancia general como consecuencia de su entrada en vigor.—
El día dos de mayo de mil novecientos ochenta, el presidente de la
República emitió el Decreto de Promulgación del Tratado de Extradición
y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexica-
nos y el Reino de España, publicado en el Diario Oficial de la Federa-
ción el veintiuno de mayo del mismo año. Como ha quedado expuesto
con anterioridad, la celebración de dicho tratado fue indebidamente enco-
mendada al secretario de Relaciones Exteriores en funciones, señor
Santiago Roel, a quien se facultó como plenipotenciario para tal efecto,
lo que se traduce en una violación a las garantías de legalidad y de
seguridad jurídica, y por consecuencia, su promulgación es igualmente
violatoria de dichas garantías.— En virtud de lo antes expuesto, resulta
procedente conceder al quejoso el amparo y protección de la Justicia
de la Unión, en contra de los actos que han quedado precisados.— Ter-
cero.— El acto reclamado del secretario de Relaciones Exteriores, consis-
tente en la celebración del Tratado de Extradición y de Asistencia Mutua
en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 101

España, resulta violatorio de las garantías de legalidad y de seguridad


jurídica consagradas en el artículo 16 de la Constitución General de la
República.— Como ha quedado asentado con anterioridad, un imperativo
de la garantía de legalidad, es que los actos de la autoridad, para con-
siderarse legales desde el punto de vista constitucional, deben provenir
de autoridades competentes. La competencia, dentro de nuestro orden
jurídico, sólo puede provenir del mandato de la ley, y se refiere al conjun-
to de facultades con que la ley inviste a determinado órgano del Estado.—
En la especie, ningún precepto constitucional prevé que los tratados
internacionales se celebren por persona distinta al presidente de la Repú-
blica, y a pesar de ello, quien celebró el multicitado tratado, lo fue el
señor Santiago Roel, como secretario de Relaciones Exteriores y pleni-
potenciario, lo que se traduce en un acto realizado por dicho funcionario,
con manifiesta incompetencia, y por ende, violatorio de las garantías de
legalidad y seguridad jurídica precisadas. Consecuentemente, debe con-
cederse al quejoso el amparo y protección de la Justicia Federal, en
contra de tales actos.— Con independencia de que ninguna ley pudiera
facultar al secretario de Relaciones Exteriores contrariando el texto
expreso de la Constitución General de la República, es oportuno indicar
que los asuntos cuyo despacho corresponde conocer a la Secretaría de
Relaciones Exteriores se encuentran enlistados en el artículo 28 de la
Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que consiste de doce
fracciones, ninguna de las cuales atribuye a esa dependencia la facultad
de celebrar tratados internacionales, únicamente le corresponde en la
conducción de la política exterior del país intervenir en toda clase de
tratados, acuerdos y convenciones en los que éste sea parte.— Aun
cuando las normas constitucionales aplicables son claras en el sentido,
se insiste, de que sólo el presidente de la República puede celebrar
tratados internacionales, en enero de mil novecientos noventa y dos,
entró en vigor la Ley Sobre la Celebración de Tratados, que si bien no
existía en la época del acto reclamado del secretario de Relaciones Exte-
riores, sirve como clara referencia al concepto y alcance del ‘plenipoten-
ciario’, lo dispuesto por el artículo 2o., fracción VI, que establece: ‘Plenos
poderes: el documento mediante el cual se designa una o varias perso-
nas para representar a los Estados Unidos Mexicanos en cualquier acto
relativo a la celebración de tratados’.— Esta disposición, claramente
y de manera congruente con el texto constitucional, limita la intervención
de las personas en cuyo favor se conceden plenos poderes a la repre-
sentación del país en cualquier acto relativo a la celebración de tratados;
evidentemente, no se refiere a la celebración misma que sólo compete
al titular del Poder Ejecutivo.— En virtud de los anteriores razonamientos,
debe concederse al quejoso el amparo y protección de la Justicia Federal

SENTENCIA
102 TRATADO DE EXTRADICIÓN

solicitados.— Cuarto.— Los actos reclamados del procurador gene-


ral de la República, subprocurador jurídico de la Procuraduría General
de la República, director general de asuntos legales internacionales de
la Procuraduría General de la República, titular de la Oficina Central
Nacional Interpol-México, dependiente de la Procuraduría General de
la República, embajador de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino
de España y cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos en el
Reino de España, consistentes en la solicitud de detención preventiva
de mi mandante para efectos de extradición, en aplicación del artículo
19 del tratado internacional cuya constitucionalidad se impugna, son
violatorios de las garantías de legalidad y seguridad jurídicas consagra-
das en el artículo 16 constitucional.— En efecto: I.- El tratado interna-
cional que se impugna, prevé un procedimiento en casos urgentes por
virtud del cual las autoridades competentes del país requirente pueden
solicitar a su contraparte en el tratado, la detención preventiva del indi-
viduo reclamado. Esta solicitud debe indicar la existencia de alguna reso-
lución a las que se refiere el artículo 15 del propio tratado, así como la
intención del país requirente de formalizar el trámite de extracción.—
Por la propia naturaleza de la medida, su transmisión a la parte requerida
puede hacerse por la vía más rápida posible, y esta última tan pronto la
reciba debe tomar las medidas conducentes para lograr la detención
del reclamado. En caso de lograrse la detención solicitada inicia el pla-
zo de cuarenta y cinco días, que no podrá exceder de sesenta, durante
el cual el país requirente deberá formalizar la petición de extradición del
detenido.— El tratado en comento no es específico en cuanto a las auto-
ridades competentes para formular y/o transmitir la petición de detención
preventiva, esta circunstancia motivó que el día primero de diciembre
de mil novecientos ochenta y cuatro ocurriera lo que se conoce como un
‘canje de notas diplomáticas’, cuyo propósito fundamental consistió
en que las partes contratantes acordaran cuáles de sus respectivas auto-
ridades estarían, a partir del canje respectivo, facultadas para formular
y/o transmitir las referidas solicitudes de detención preventiva.— El licen-
ciado Bernardo Sepúlveda Amor, entonces secretario de Relaciones
Exteriores de los Estados Unidos Mexicanos, dirigió a su homólogo espa-
ñol una nota diplomática en la que somete a su consideración que, en el
caso de los Estados Unidos Mexicanos, la solicitud de detención preven-
tiva sería tanto cursada como recibida en tanto que autoridad competente,
exclusivamente por la Secretaría de Relaciones Exteriores; asimismo, se
estableció qué autoridades del Reino de España podían hacer lo pro-
pio.— Como consecuencia del intercambio de notas diplomáticas en
idénticos términos, lo acordado en ellas entró en vigor precisamente el
día primero de diciembre de mil novecientos ochenta y cuatro, quedando

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 103

por ende las partes contratantes obligadas en los términos de dichas


notas.— II.- Ha sido indicado a lo largo del presente escrito de demanda,
en varias ocasiones, que para que el acto de autoridad se verifique en
cumplimiento de la exigencia constitucional de legalidad consagrada
en el artículo 16, es necesario que además de la fundamentación y moti-
vación y la característica material del acto de que conste por escrito,
éste debe provenir de autoridad competente, es decir, debe ser emitida
precisamente por la autoridad facultada para ello.— III.- En la especie,
las autoridades responsables, procurador General de la República, sub-
procurador jurídico de la Procuraduría General de la República, director
general de asuntos legales internacionales de la Procuraduría General
de la República, titular de la Oficina Central Nacional Interpol-México, de-
pendiente de la Procuraduría General de la República, embajador de los
Estados Unidos Mexicanos ante el Reino de España y cónsul general
de los Estados Unidos Mexicanos ante el Reino de España, actuaron
con manifiesta incompetencia, precisamente por el acuerdo ministe-
rial —canje de notas—, que en sus términos, les privó de la facultad,
entendida ésta como competencia, de hacer la solicitud de detención
preventiva.— El fundamento del presente concepto de violación se confi-
gura por el hecho de que el canje de notas no solamente surte efectos
jurídicos entre los países contratantes, sino que constituye una limitación
concreta a la posibilidad de actuación de las autoridades responsables
a que nos referimos en el presente concepto, lo cual a su vez provoca
que la ejecución del acto reclamado se verifique en violación del artículo
16 constitucional, en perjuicio del quejoso.— Quinto.— Los actos recla-
mados del secretario de Relaciones Exteriores, procurador General de
la República, subprocurador jurídico de la Procuraduría General de la
República, director general de asuntos legales internacionales de la Pro-
curaduría General de la República, titular de la Oficina Central Nacional
Interpol-México, dependiente de la Procuraduría General de la República,
embajador de los Estados Unidos Mexicanos ante el Reino de España
y cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos ante el Reino de Es-
paña, consistentes en la inminente solicitud formal para la extradición
del quejoso, con base en orden u órdenes de aprehensión dictadas en
su contra, en términos del artículo 15 del tratado internacional cuya consti-
tucionalidad se impugna, son violatorios de las garantías de legalidad y
seguridad jurídica consagradas en los artículos 14 y 16 constitucio-
nales.— I.- Como quedó establecido en antecedentes, mi mandante tiene
conocimiento de que las autoridades responsables involucradas en el
procedimiento de extradición que dio inicio con la solicitud de deten-
ción preventiva impugnada, pretenden formalizar la solicitud de extradición
con base en orden u órdenes de aprehensión libradas en contra del

SENTENCIA
104 TRATADO DE EXTRADICIÓN

quejoso por delitos previstos y sancionados en la Ley de Instituciones


de Crédito.— Es importante recordar que uno de los principios fundamen-
tales que rigen a la extradición de acuerdo al tratado que se impugna, lo
constituye el de la criminalidad común, es decir, que el hecho por el que
se solicita debe necesariamente tener el carácter de delito tanto de
acuerdo a la legislación del Estado solicitante, como de acuerdo a la
legislación del Estado requerido, es esta una cuestión fundamental y
requisito jurídico del acto reclamado consistente en la solicitud formal
de extradición que por este medio se combate.— Las autoridades res-
ponsables, secretario de Relaciones Exteriores, procurador General de
la República, subprocurador jurídico de la Procuraduría General de la
República, director General de Asuntos Legales Internacionales de la Pro-
curaduría General de la República, titular de la Oficina Central Nacional
Interpol-México, dependiente de la Procuraduría General de la República,
embajador de los Estados Unidos Mexicanos ante el Reino de España
y cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos ante el Reino de
España, pretenden formalizar la solicitud de extradición del quejoso, a
pesar de que el hecho o hechos por los cuales tal extradición será soli-
citada, no tienen el carácter de delito en ambos países.— II.- El artículo
14, párrafo tercero de la Constitución Federal, consagra a manera de
prohibición la llamada garantía de legalidad en materia penal, en los
términos que a continuación se transcriben: ‘En los juicios del orden
criminal queda prohibido imponer, por simple analogía y aún por mayoría
de razón, pena alguna que no esté decretada en una ley exactamente
aplicable al delito de que se trate’.— Es violatorio de las garantías indi-
viduales cuyo respeto se busca a través del presente juicio, el que las
autoridades responsables asocien o pretendan asociar consecuen-
cias penales de cualquier índole a conductas que no encuentren corres-
pondencia en la tipicidad común.— Corresponde precisamente a las
autoridades responsables indicadas en todos y cada uno de los actos que
emitan, acatar el mandato garantista de las normas constitucionales
que se han invocado; al hacer la solicitud formal de extradición dichas
autoridades deberán asegurarse de la criminalidad común antes de pre-
sentar la solicitud formal de extradición.— El sólo hecho de que en el
texto de la demanda formal de extradición, se contengan razonamientos
que impliquen analogía o mayoría de razón en un intento por confec-
cionar o aparentar la criminalidad común viola en forma directa el artículo
14 constitucional."

TERCERO.— Por diverso escrito presentado el treinta de octubre de


mil novecientos noventa y cinco, el quejoso amplió su demanda en los
siguientes términos:

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 105

"I. Autoridades responsables (Cabe aclarar que la demanda no se amplía


respecto de las autoridades responsables, cuyas denominaciones se
indican para efectos de claridad en la exposición y en razón de los nuevos
actos que se les atribuyen).— 1.— Secretario de Relaciones Exterio-
res.— 2.— Procurador General de la República.— 3.— Subprocurador
Jurídico de la Procuraduría General de la República.— 4.— Director Ge-
neral de Asuntos Legales Internacionales de la Procuraduría General de
la República.— 5.— Titular de la Oficina Central Nacional Interpol-México
dependiente de la Procuraduría General de la República.— 6.— Emba-
jador de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de España.—
7.— Cónsul General de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de
España.— II. Actos reclamados: De las autoridades responsables
indicadas en la presente ampliación reclamo: 1.— La inminente solicitud
de detención preventiva del quejoso para efectos de extradición con
base en la orden de aprehensión librada por el Juez Séptimo de Distri-
to en Materia Penal en el Distrito Federal, el siete de septiembre del
año en curso, dentro del expediente penal AV 68/95, por haber con-
siderado comprobada su presunta responsabilidad en la comisión de
los delitos previstos y sancionados en el artículo 112, fracción V, párrafo
primero de la Ley de Instituciones de Crédito, así como en los incisos
c) y e) de la citada fracción V, segundo párrafo, del mismo artículo, o con
base en cualquier orden u órdenes de aprehensión dictadas en contra
del quejoso por cualquier autoridad judicial competente, en términos del
artículo 15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.—
2.— La inminente solicitud formal para la extradición del quejoso con
base en la orden de aprehensión que se precisa en el punto anterior, o
en base a cualquier otra orden u órdenes de aprehensión dictadas en
contra del quejoso por cualquier autoridad judicial competente, en tér-
minos del artículo 19 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en
Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España."

Los antecedentes de los actos reclamados precisados en la aludida


ampliación, son del tenor siguiente:

"1.- Como es de su conocimiento a las autoridades responsables secre-


tario de Relaciones Exteriores, procurador General de la República, sub-
procurador jurídico de la Procuraduría General de la República, director
general de asuntos legales internacionales de la Procuraduría Gene-
ral de la República, titular de la Oficina Central Nacional Interpol-México
dependiente de la Procuraduría General de la República, embajador de
los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de España y cónsul general

SENTENCIA
106 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de España, se les reclamó


la solicitud de detención preventiva del quejoso para efectos de extra-
dición con base en la orden de aprehensión librada por el Juez Séptimo
de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal por haber considerado
comprobada su presunta responsabilidad en la comisión de los delitos
previstos y sancionados en los artículos 112, fracción V, inciso d), 113,
fracción I y 114 todos de la Ley de Instituciones de Crédito, dirigida a
las autoridades del Reino de España en aplicación del artículo 19 del
Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los
Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, motivo por el cual éste
se encuentra detenido en el Centro de Detención de ‘Alcalá-Meco’ en
las proximidades de la ciudad de Madrid, España.— 2.— Según tengo
conocimiento al día de hoy, la referida petición de detención preventiva
se hizo con base en la orden de aprehensión librada por el Juez Sépti-
mo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal en el año de mil
novecientos noventa y cuatro por los delitos previstos en el artículo 112,
fracción V, párrafo segundo, inciso d), 113, fracción I y 114 todos de la
Ley de Instituciones de Crédito.— 3.— En esta petición de detención
preventiva las autoridades responsables se comprometieron a hacer la
solicitud formal de extradición del quejoso en términos del artículo 15
del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado
entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— 4.— Con
fecha trece de octubre del presente año su señoría, concedió la sus-
pensión provisional del acto de autoridad referido en el párrafo anterior,
dentro del incidente de suspensión formado a raíz de la solicitud del
quejoso en ese sentido.— 5.— Como usted sabe, el quejoso solicitó
ante usted el amparo y protección de la Justicia Federal respecto de
diversas órdenes de aprehensión libradas en su contra por el Juez
Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal dando inicio
los juicios de amparo números 949/95-I y 961/95-I; dentro de los inci-
dentes de suspensión iniciados a raíz de la solicitud del quejoso en ese
sentido, su señoría concedió la suspensión provisional de la ejecución
de las referidas órdenes de captura.— De los informes previo y justificado
rendidos por el Juez Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito
Federal, dentro del juicio de amparo 961/95-I, la referida autoridad res-
ponsable señaló como cierto el acto reclamado.— 6.— La presente am-
pliación se justifica precisamente por el hecho de que el Juez Séptimo
de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, admitió como cierta
la existencia de una orden de aprehensión diversa a aquella por la cual el
gobierno de México, solicitó la detención preventiva del quejoso al Reino
de España, orden de aprehensión identificada en el acto reclamado
identificado con el número 1 en el capítulo respectivo de la presente

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 107

ampliación de demanda de amparo.— 7.— No obstante que la ejecución


de la referida orden de aprehensión se encuentra suspendida mediante
suspensión provisional otorgada en el incidente respectivo del juicio de
amparo 961/95-I que se sigue ante este H. Juzgado, he tenido cono-
cimiento que las autoridades responsables señaladas pretenden ejecutar
los actos de autoridad señalados en esta ampliación de demanda."

En relación con los conceptos de violación manifestó:

"Considerando que los actos reclamados en el presente escrito de am-


pliación son de la misma naturaleza que aquellos reclamados en la
demanda inicial, los conceptos de violación y garantías constitucionales
violadas expresados en ella son operantes para la ampliación que se
formula, por ese motivo se omite su repetición".

CUARTO.— El Juez Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito


Federal, que conoció del asunto en el expediente 966/95-II, con fecha
diecisiete de mayo de mil novecientos noventa y seis, dictó sentencia
que culminó con los siguientes puntos resolutivos:

"Primero.— Se sobresee en el presente juicio de garantías contra los


actos que se reclaman del secretario de Relaciones Exteriores, procu-
rador General de la República, subprocurador jurídico de la Procuraduría
General de la República, director general de asuntos legales internacio-
nales de la Procuraduría General de la República, titular de la Oficina
Central Nacional Interpol-México, dependiente de la Procuraduría Gene-
ral de la República, embajador de los Estados Unidos Mexicanos en el
Reino de España y cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos en
el Reino de España, de acuerdo a lo señalado en el considerando segundo
de esta resolución.— Segundo.— Se sobresee en el presente juicio de
garantías respecto de los actos reclamados de la Cámara de Senadores
del H. Congreso de la Unión, Presidente de la República, secretario de
Relaciones Exteriores, director del Diario Oficial de la Federación, procu-
rador general de la República, subprocurador jurídico de la Procuraduría
General de la República, director general de asuntos legales internacio-
nales de la Procuraduría General de la República, titular de la Oficina
Central Nacional Interpol-México dependiente de la Procuraduría Gene-
ral de la República, embajador de los Estados Unidos Mexicanos en el
Reino de España y cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos en
el Reino de España, por las razones que se expresan en el considerando
tercero de la presente sentencia.— Tercero.— La Justicia de la Unión
ampara y protege a Ricardo Javier Armas Arroyo, respecto de los actos

SENTENCIA
108 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de las autoridades que se señalan en el considerando último de esta


resolución, por las razones que se expresan en el mismo."

Inconformes, el agente del Ministerio Público designado por el procurador


General de la República, para intervenir en el asunto y el secretario de
Relaciones Exteriores por sí y en representación del presidente de la Re-
pública, interpusieron recurso de revisión del que conoció la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que con fecha pri-
mero de octubre de mil novecientos noventa y siete, emitió la siguiente
resolución:

"Primero.— Se revoca la sentencia recurrida.— Segundo.— Se ordena


la reposición del procedimiento en el juicio de garantías a que este toca
se refiere, para el efecto que se precisa en el último considerando de
esta resolución."

QUINTO.— El Juez Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito Fe-


deral, el diez de noviembre de mil novecientos noventa y siete, dictó
nueva sentencia que culminó con los siguientes puntos resolutivos:

"Primero.— Se sobresee en el presente juicio de garantías contra los


actos que se reclaman del secretario de Relaciones Exteriores, procu-
rador General de la República, subprocurador jurídico de la Procuraduría
General de la República, director general de asuntos legales internacio-
nales de la Procuraduría General de la República, titular de la Oficina
Central Nacional Interpol-México, dependiente de la Procuraduría Gene-
ral de la República, embajador de los Estados Unidos Mexicanos en el
Reino de España y cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos en
el Reino de España, de acuerdo a lo señalado y fundado en el consi-
derando segundo de esta resolución.— Segundo.— Se sobresee en el
presente juicio de garantías respecto de los actos reclamados de la Cá-
mara de Senadores del H. Congreso de la Unión, presidente de la Repú-
blica, secretario de Relaciones Exteriores, director del Diario Oficial de
la Federación, procurador general de la República, subprocurador jurí-
dico de la Procuraduría General de la República, director general de
asuntos legales internacionales de la Procuraduría General de la Repú-
blica, titular de la Oficina Central Nacional Interpol-México, dependiente
de la Procuraduría General de la República, embajador de los Estados
Unidos Mexicanos en el Reino de España y cónsul general de los Esta-
dos Unidos Mexicanos en el Reino de España, por las razones y fun-
damentos expresados en el considerando tercero (sic) de la presente
sentencia.— Tercero.— Se sobresee en el presente juicio de garantías

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 109

respecto de los actos reclamados consistentes en el Tratado de Extra-


dición y Asistencia Mutua en Materia Penal, celebrado entre el Gobierno
Mexicano y el Reino de España el veintiuno de noviembre de mil
novecientos setenta y ocho, el cual se publicó en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno de mayo de mil novecientos ochenta, por las
razones expresadas en el considerando cuarto de la presente sentencia."

Dicha sentencia se apoya en las siguientes consideraciones:

"Primero.— 1.— La existencia del acto reclamado, a la Cámara de Sena-


dores consistente en la aprobación del Tratado de Extradición y Asisten-
cia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el
Reino de España, quedó acreditada con el oficio sin número de fecha
veinticuatro de octubre suscrito por el secretario de la Cámara de Sena-
dores del Congreso de la Unión; 2.— La existencia del acto reclamado
al Presidente de la República, relativo al inciso c) de la demanda de
amparo, consistente en la promulgación del Tratado de Extradición y
Asistencia Mutua en Materia Penal antes referido, se acreditó con el
informe rendido en su representación por el secretario de Relaciones
Exteriores y por ausencia temporal de éste por el subsecretario encar-
gado del despacho, en que negó los otros dos actos que se le reclaman
señalados como los incisos a) y b) del escrito inicial de demanda relativos
a la delegación de facultades en el secretario de Relaciones Exteriores
para celebrar el Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España; y el
nombramiento del licenciado Santiago Roel, entonces secretario de Rela-
ciones Exteriores, como plenipotenciario para actuar en nombre de los
Estados Unidos Mexicanos en el acto de celebración del tratado de refe-
rencia, sin embargo, pese a la negativa de estos actos deben tenerse
como ciertos dadas las constancias documentales que obran en au-
tos consistentes básicamente en la copia certificada por el director
jurídico contencioso de la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la
Secretaría de Relaciones Exteriores del tratado de extradición que nos
ocupa, en el que aparece con el carácter de plenipotenciario Santiago
Roel García y el oficio número 6090 de veintinueve de noviembre de mil
novecientos noventa y cinco, suscrito por el oficial mayor de la Secretaría
de Gobernación del que se desprende que después de llevar una bús-
queda exhaustiva en los archivos de esta oficialía mayor, no fue locali-
zado acuerdo delegatorio de facultades por el que el entonces presidente
Constitucional de México José López Portillo y Pacheco, nombró plenipo-
tenciario a Santiago Roel García, entonces secretario de Relaciones
Exteriores para celebrar el Tratado de Extradición y Asistencia Mutua

SENTENCIA
110 TRATADO DE EXTRADICIÓN

en Materia Penal entre México y el Reino de España; 3.— Igualmente


debe tenerse como ciertos los actos que se reclaman del secretario de
Relaciones Exteriores, pues a pesar de que en su informe con justifi-
cación que rindió, en el que sólo admite como ciertos los actos señalados
con los incisos b), e) y f), consistentes en el refrendo del decreto promul-
gatorio del tratado que nos ocupa; y la transmisión por la vía diplomática
de la solicitud formal para la extradición del quejoso, negando los actos
relativos que se señalaron con incisos a), c) y d), consistentes en la
celebración del tratado de extradición de referencia en su doble carácter
de ministro plenipotenciario y secretario de Relaciones Exteriores; la
solicitud de detención preventiva del quejoso para efectos de extradición,
con base a la orden de aprehensión, librada por el Juez Séptimo de
Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal y la inminente solicitud
formal para la extradición del quejoso; sin embargo, pese a dichas negati-
vas deben tenerse como ciertos los actos que se le reclaman, dadas las
constancias que corren agregadas en los autos, principalmente las re-
lativas a los anexos que fueron remitidos con su informe justificado y
que aparecen visibles a fojas 108-165, consistentes en la transmisión
de la petición formal de extradición del ciudadano mexicano Ricardo
Javier Armas Arroyo o Ricardo Armas Arroyo; 4.— Los actos reclamados
al director del Diario Oficial de la Federación, quedaron acreditados con la
aceptación de los mismos, mediante su oficio 8095 de fecha veintiséis
de octubre de mil novecientos noventa y cinco; 5.— La certeza de los
actos reclamados al procurador general de la República señalados en
los incisos a) y b) del escrito inicial de demanda, se acredita con su res-
pectivo informe al admitir éstos, debiéndose tener como cierto el acto
señalado en el inciso c) en la demanda de amparo, a pesar de la negativa
expuesta por la autoridad; 6.— Los actos reclamados del embajador de
los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de España, de los cuales
únicamente admite como cierto el señalado con el inciso c) consistente
en la transmisión por vía diplomática de la solicitud formal para la extra-
dición del quejoso, con base en cualquier orden u órdenes de aprehen-
sión dictadas en su contra y a pesar de que niega los actos señalados
con los incisos a), b) y d), deben tenerse como ciertos, toda vez que
precisamente se refieren a hechos tendientes a obtener la extradición
del hoy quejoso, pues si bien dicha autoridad no emitió directamente
dichos actos, sí los transmitió por vía diplomática para que tuvieran
efectos y se ejecutaran en contra del demandante de garantías.—
Segundo.— No será materia del presente juicio, el acto que se reclamó
del secretario de Relaciones Exteriores, procurador General de la Repú-
blica, subprocurador jurídico de la Procuraduría General de la República,
director general de asuntos legales internacionales de la Procuraduría

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 111

General de la República, titular de la Oficina Central Nacional Interpol-


México, dependiente de la Procuraduría General de la República,
embajador de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de España y
cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de España,
y que se hizo consistir particularmente en la solicitud de detención pre-
ventiva del hoy quejoso para los efectos de extradición, con base en la
orden de aprehensión librada por el Juez Séptimo de Distrito en Materia
Penal en el Distrito Federal, pues como acertadamente lo señala la repre-
sentante social federal en su pedimento 1533/95 de fecha primero de
diciembre de mil novecientos noventa y cinco, al considerar que respecto
a este acto reclamado debe sobreseerse por haber cesado los efectos
del acto reclamado, pues en efecto con fundamento en lo expuesto en
la fracción X, del artículo 73, en relación con la fracción III, del artículo
74, ambos de la Ley de Amparo, procede decretar el sobreseimiento
respecto a estos actos, toda vez que como se desprende de autos la
orden de detención provisional que se reclama, dejó de surtir efectos
desde el momento en que se presentó ante el Reino de España la peti-
ción formal de extradición internacional del hoy quejoso, de ahí que
deba sobreseerse en el presente juicio de garantías respecto a este
acto.— Tercero.— Por cuanto hace a los demás actos que igualmen-
te reclama del subprocurador jurídico de la Procuraduría General de la
República, director general de asuntos legales internacionales de
la Procuraduría General de la República, titular de la Oficina Central
Nacional Interpol-México, dependiente de la Procuraduría General de
la República, embajador de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino
de España y cónsul general de los Estados Unidos Mexicanos en el
Reino de España, los cuales fueron negados por las autoridades antes
referidas al rendir sus informes con justificación, sin que al respecto la
parte quejosa haya ofrecido pruebas en contrario; en consecuencia,
procede decretar el sobreseimiento en el juicio de garantías, respecto
a tales actos, lo anterior con fundamento en lo dispuesto por la fracción
IV, del artículo 74 de la Ley de Amparo y de acuerdo a lo señalado en la
tesis jurisprudencial número cuatro, visible a foja 12, del tomo relativo a
la jurisprudencia común al Pleno y a las Salas de la Suprema Corte de
Justicia, octava parte, de la compilación 1917-1985, que dice: ‘ACTO
RECLAMADO NEGACIÓN DEL.— Si la autoridad responsable niega el
acto que se le imputa y el quejoso no rinde prueba alguna que demuestre
su existencia, debe sobreseerse en el amparo respectivo’.— Cuarto.—
Tampoco habrán de estudiarse los conceptos de violación objeto de la
esgrima del inconforme, toda vez que en la especie opera una causal
de improcedencia, cuyo previo análisis se impone preferentemente, por
ser una cuestión que atañe al orden público, conforme a la jurisprudencia

SENTENCIA
112 TRATADO DE EXTRADICIÓN

firme que con el número 240 y rubro ‘IMPROCEDENCIA’, aparece


consultable a fojas 1538, del tomo correspondiente a la segunda parte,
Salas y tesis comunes del último Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación de 1988, cuyo tenor literal es el siguiente: ‘Sea que las partes
lo aleguen o no debe examinarse previamente la procedencia del juicio
de amparo, por ser esa una cuestión que atañe al orden público en el
juicio de garantías’; en el caso concreto cobra vigencia la causal de
improcedencia a que se refiere la fracción XVI, del artículo 73, en relación
con el diverso numeral 74, fracción III, ambos de la Ley Reglamentaria
de los Artículos 103 y 107 Constitucionales, y por tanto se concluye
que debe sobreseerse en el presente juicio de amparo.— En efecto,
el quejoso demanda la declaración de inconstitucionalidad del Tratado
de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal, celebrado entre el
Gobierno Mexicano y el Reino de España el veintiuno de noviembre de
mil novecientos setenta y ocho, el cual se publicó en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno de mayo de mil novecientos ochenta, por vicios
en la representación presidencial, tanto en su conformación, como en su
negociación y firma por nombre y cuenta del señor Santiago Roel García,
entonces secretario de Relaciones Exteriores, quien en el tratado se
ostentó como plenipotenciario, lo anterior debido a que el presidente
de los Estados Unidos Mexicanos, supuestamente le cedió, delegó,
otorgó y declinó la facultad que le confiere el artículo 89, fracción X, de la
Constitución General de la República.— Sin embargo, debe quedar sen-
tado que el quejoso al momento de interponer su demanda de amparo
se encontraba privado de su libertad en el centro de detención de ‘Alcalá-
México’, en las proximidades de la ciudad de Madrid, España, mientras
que el día veinticinco de abril del año próximo pasado, el director de
aprehensiones de la Procuraduría General de la República, dejó a dispo-
sición del Juzgado Décimo Segundo de Distrito en Materia Penal en el
Distrito Federal, en el interior del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente
de esta ciudad capital al quejoso de mérito, tomándosele su declaración
preparatoria el día veintiséis de abril del mismo año; consecuencia de
lo anterior se le dictó auto de formal prisión mismo que corre agregado
en autos por su probable responsabilidad en la comisión de los antijurí-
dicos previstos en el artículo 112, fracción V, párrafo primero, incisos c)
y e), de la Ley de Instituciones de Crédito y sancionados por el párrafo
primero del numeral en cita; de igual forma debe decirse que el veintisiete
de abril de mil novecientos noventa y siete, se dictó otro auto de formal
prisión en contra del impetrante del amparo, dentro de la causa pe-
nal número 89/94-IV, en el Juzgado Séptimo de Distrito en Materia Penal
en el Distrito Federal, cuyas copias certificadas corren agregadas en
autos.— Bajo estas condiciones, es claro que el impetrante de garantías,

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 113

ya no se encuentra fuera de territorio nacional, es decir, en la ciudad de


Madrid, España, sino por el contrario, interno en el Reclusorio Preventivo
Varonil Oriente de esta ciudad, a disposición de diversos órganos juris-
diccionales, razón por la que los actos que reclama se han consumado
de forma irreparable, es decir, la aplicación del tratado de extradición
que tachó de inconstitucional ya le fue aplicado, puesto que fue trasla-
dado a territorio nacional, tal y como se ha podido constatar con los
autos de formal prisión dictados en contra de Javier Armas Arroyo y;
en ese talante, lo procedente es sobreseer en el presente juicio de garan-
tías, con fundamento en la fracción IX, del artículo 73, en relación con
la fracción III del artículo 74, ambos de la Ley de Amparo; de igual forma
también cobra vigencia la causal de improcedencia establecida en la
fracción XVI, del numeral y ordenamiento legal, acabados de invocar,
ya que han cesado los efectos del acto reclamado, evento que conlleva
a decretar el sobreseimiento en el presente juicio de garantías."

SEXTO.— Inconforme, Julio Esponda Ugartechea, en representación


de Ricardo Javier Armas Arroyo, interpuso recurso de revisión, que fue
admitido por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
el diecisiete de marzo de mil novecientos noventa y ocho y, por diverso
auto de siete de abril del año en cita, turnó el asunto al Ministro Mariano
Azuela Güitrón, para formular el proyecto respectivo.— Por auto poste-
rior, el presidente de la Suprema Corte envió los autos a la Segunda
Sala, cuyo presidente, por diverso proveído, acordó que la Sala se avocara
a su conocimiento y ordenó turnar el asunto al Ministro indicado. El vein-
tisiete de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, se dio cuenta
con el asunto en la Segunda Sala, en donde se acordó su envío al Tri-
bunal Pleno para su resolución.— El agente del Ministerio Público
Federal, formuló pedimento en el sentido de que se confirme la sentencia
recurrida.

CONSIDERANDO:

PRIMERO.— El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, es competente para conocer del presente recurso de revisión,
de conformidad con lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso
a) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 84,
fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo y 10, fracción II, inciso a) de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en virtud de que se
interpone en contra de una sentencia pronunciada por un Juez de Distrito
en la audiencia constitucional de un juicio de amparo, en donde se
reclamó la inconstitucionalidad del Tratado de Extradición y Asistencia

SENTENCIA
114 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Mutua en Materia Penal, celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos


y el Reino de España y aun cuando no se está en el caso de examinar
dicho problema por tener que confirmarse el sobreseimiento en el juicio,
la Segunda Sala de este Alto Tribunal acordó su envío al Tribunal Pleno
para su resolución.

SEGUNDO.— El recurrente expresó los siguientes agravios:

"La sentencia recurrida causa agravio al quejoso, por violación a lo


dispuesto por los artículos 103, fracción I y 107 de la Constitución Gene-
ral de la República, por virtud de los cuales se garantiza el acceso a la
justicia de amparo, por la incorrecta aplicación de las fracciones IX y
XVI, de la Ley de Amparo, en relación con la fracción III del artículo 74 de
la misma ley.— El Juez amparista decretó el sobreseimiento en el juicio
de garantías 966/95 del que derivó el presente recurso de revisión, en
términos de las fracciones IX y XVI, del artículo 73 de la Ley de Amparo,
en relación con la fracción III del artículo 74 de la misma ley, por haber
considerado que en el caso los actos que se reclaman se consumaron
de forma irreparable, así como que cesaron los efectos de los mismos.—
Al respecto, me permito transcribir, en síntesis, los razonamientos en
los que se pretendió fundar el Juez amparista en el dictado de la sentencia
recurrida: (El quejoso transcribe parcialmente el considerando cuarto
de la sentencia recurrida y agrega:) 1.— La procedencia de la acción de
amparo intentada.- La materia del presente juicio se refiere a la inconsti-
tucionalidad, ya declarada por el Juez amparista, del Tratado de Extra-
dición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados
Unidos Mexicanos y el Reino de España, en este sentido, dicho tratado
y todos los actos de su aplicación han producido y continuarán produ-
ciendo diversos y concretos efectos materiales y jurídicos en violación
de las garantías individuales de que es titular el quejoso Ricardo Javier
Armas Aroyo, reclamadas desde la demanda de amparo.— 2.— El proce-
dimiento de extradición, notas esenciales, alcance y contenido.— Convie-
ne recordar que la extradición es un procedimiento que tiene por objeto
la entrega que un Estado hace a otro, de un individuo acusado o conde-
nado, que se encuentra en su territorio, para que en ese país se le
enjuicie penalmente o se ejecute la pena (Jiménez de Azúa, Luis, ‘Tratado
de Derecho Penal’, Tomo II, página 884).— Entre los principios funda-
mentales que norman la extradición y que han dado forma a las diversas
convenciones y tratados internacionales celebrados en la materia, se
encuentran el de la identidad de la norma, el de la gravedad del delito, el
de la penalidad mínima y el principio de la especialidad, entre otros.—
El conjunto de actos de cooperación internacional en que consiste la

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 115

extradición, aunque son de soberanía, tienen un innegable sentido con-


tractual y de reciprocidad, por ello, la relación jurídica de los países
participantes en un proceso de esta naturaleza resulta bilateral y com-
pleja en cuanto ambos adquieren deberes y derechos recíprocos durante
el procedimiento.— Destaco de manera muy especial, de tales deberes
y derechos, los producidos a partir de la entrega del individuo al país
requirente, desde ese momento, el Estado requirente adquiere toda una
serie de deberes concretos de legalidad en aplicación de los principios
reguladores de la relación jurídica que se produce en el llamado, por
Casimiro García Barroso, ‘Procedimiento de Extradición’ (‘El Proce-
dimiento de Extradición’, Casimiro García Barroso, Editorial Colex, Ma-
drid 1988).— Este procedimiento de extradición concluye una vez que
se satisfacen sus propósitos y se cumplen recíprocamente los deberes
y se ejercitan los derechos correspondientes, bajo la observación del
país que la concede, esto es, la conclusión del enjuiciamiento del ex-
tradicto o el cumplimiento de la pena, en su caso, momento a partir del
cual, la observación de las cuestiones de legalidad del procesamiento o
del cumplimiento de la pena por parte del país que entregó al individuo,
se agota.— Considerando el texto del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España, las garantías regularmente impuestas en la reso-
lución judicial —vinculativa en el caso del procedimiento español— y de
acuerdo a las disposiciones de la Ley de Extradición Pasiva Española
aplicable al caso, conforme dispone el artículo 25 del mismo tratado,
detallamos algunas de las obligaciones producidas a cargo del país
requirente con motivo de la entrega y cuyo cumplimiento debe vigilar el
país requerido: El deber de respetar las reglas del principio de espe-
cialidad previsto en el artículo 17 del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España.— En el caso de la re-extradición, el país requerido
conserva el derecho de otorgar su consentimiento, según el artículo 18
del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado
entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— El deber
de notificar a las autoridades del país requerido acerca de la modifica-
ción de la clasificación del hecho imputado ocurrida en el curso del
procedimiento ya que de ello puede desprenderse la suspensión del pro-
cesamiento salvo que se demuestre que los elementos constitutivos del
delito, según la nueva calificación, hubieren permitido la extradición.—
El deber de no someter al individuo a tribunales especiales o de excep-
ción, conforme al artículo 13 del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España.— El deber de no aplicar mayores penas al indi-

SENTENCIA
116 TRATADO DE EXTRADICIÓN

viduo de aquellas previstas en la legislación del estado requerido para


la misma infracción, tipificación que, de acuerdo al principio de identidad
de la norma, debe existir (regularmente impuesta en la resolución judicial
que concede la entrega).— El deber de computar, en caso de condena,
el tiempo de prisión preventiva sufrido por el extraditable mientras la
decisión de la entrega se verificó (Condición judicial impuesta en la reso-
lución por mandato del artículo 18.1.2o. párrafo de la Ley de Extradi-
ción Pasiva Española).— Considerar que el procedimiento de extradición
concluye o se agota con la entrega material del extradicto implica desco-
nocerle su naturaleza jurídica y características principales, aunque tal
consideración de ninguna manera afecta la capacidad reparadora propia
de la sentencia de amparo.— El hecho de la detención del quejoso,
traslado, entrega y sometimiento a proceso por las causas penales por
las que se concedió la extradición es muestra patente de los efectos
que, en violación de las garantías individuales de que es titular produjeron
y producen los actos de aplicación del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España.— Además, si analizamos el principio de especialidad encon-
tramos otro caso claro de los efectos que produce el tratado que se
reclama, a continuación me permito transcribir parcialmente la norma
que consagra tal principio: ‘17.1. El individuo entregado en virtud de
extradición no será procesado, juzgado o detenido para la ejecución
de una pena por un hecho anterior y diferente al que hubiese motivado
la extradición…’.— En opinión de Jiménez de Asúa, el instituto de la
extradición está regido por el principio de la especialidad, según el cual,
el Estado que recibe al sujeto no puede extender el enjuiciamiento ni la
condena a hechos distintos de los que específicamente motivaron la extra-
dición, ni someterle a la ejecución de una condena distinta; sintetiza el
autor: ‘el Estado reclamante debe enunciar taxativamente el delito por
el que se solicita la entrega y no puede enjuiciar ni castigar al extraído
mas que por ese delito’.— De la disposición del artículo 17 del Tratado de
Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Uni-
dos Mexicanos y el Reino de España, podemos concluir que la autoridad
del país requerido tiene el derecho de vigilar y exigir el cumplimiento de
esta convención legal y que las autoridades del país requirente, en prin-
cipio, sólo podrán juzgar al extradicto por los delitos materia de solicitud
de extradición.— Este deber a cargo del país requirente, confiere tanto
al país requerido, se insiste, como al propio extradicto la facultad de
exigir su observancia en todo momento de la etapa ‘de cumplimiento’
del procedimiento de extradición (esto es la iniciada con la ejecución de
la entrega material del individuo a las autoridades del país requirente)
que a su vez concluye —en el caso de la extradición para efectos pro-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 117

cesales— con el dictado de la sentencia firme en el asunto.— Para que


el Estado requirente que reciba al extraditable pueda juzgarlo por hechos
distintos de los que fueron materia de la extradición, debe obtener el
consentimiento del país requerido, en opinión de Sebastián Soler: ‘esa
autorización ha de ser resuelta por el Juez como un nuevo pedido de
extradición’ (Soler, Sebastián, ‘Derecho Penal’, tomo I, página 193). Este
principio de especialidad es un elemento consignado taxativamente en
la mayoría de los tratados de extradición a nivel mundial.— En efecto, la
prohibición contenida en el artículo 17 del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el
Reino de España no es absoluta ya que se contempla la salvedad de
que la parte requerida que ha extraditado preste su consentimiento para
el procesamiento juicio y detención respecto de hechos anteriores y
distintos de los que fueron materia de la extradición después de recibir
una solicitud del estado requirente en ese sentido, transcribo la disposi-
ción y me permito destacar la parte relativa: ‘17.1.- El individuo entregado
en virtud de extradición no será procesado, juzgado o detenido para la
ejecución de una pena por un hecho anterior y diferente al que hubiese
motivado la extradición, salvo en los casos siguientes: a) Cuando la
parte que lo ha entregado preste su consentimiento después de la pre-
sentación de una solicitud en este sentido, que irá acompañada de los
documentos previstos en el artículo 15 y de un testimonio judicial conte-
niendo las declaraciones del inculpado. El consentimiento será otorgado
cuando la infracción por la que se solicita origine la obligación de con-
ceder la extradición según este tratado.— b) Cuando estando en libertad
de abandonar el territorio de la parte a la que fue entregado, el inculpado
haya permanecido en el más de cuarenta y cinco días sin hacer uso de
esa facultad.— 2.— Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1, la
parte requirente podrá adoptar las medidas necesarias según su legis-
lación para interrumpir la prescripción.— 3.— Cuando la calificación del
hecho imputado sea modificada en el curso del procedimiento, el indi-
viduo entregado sólo será procesado o juzgado en el caso de que los
elementos constitutivos del delito, según la nueva calificación, hubieren
permitido la extradición’.— Además de las razones y fundamentos invo-
cados con los que se demuestra la producción de efectos por los actos
de aplicación del tratado, con esta disposición se demuestra (conside-
rando la existencia de las demás órdenes de aprehensión libradas para
la captura del quejoso y procesamiento como se relató en antecedentes)
que la protección constitucional solicitada en la demanda de garantías
respecto de la inconstitucionalidad del tratado de extradición respectivo
y de sus actos de aplicación en perjuicio del quejoso, resulta de gran
importancia y claro propósito.— 3.— El acto de aplicación del tratado

SENTENCIA
118 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de extradición impugnado.— Del informe rendido ante esa Suprema


Corte de Justicia de la Nación por el subprocurador jurídico y de asuntos
internacionales de la Procuraduría General de la República, durante
la tramitación del toca 2280/96 referido en antecedentes, respecto de la
existencia, a la fecha de alguna solicitud dirigida a las autoridades co-
rrespondientes del Reino de España para obtener su consentimiento
para la ampliación de la extradición, en términos de lo dispuesto por el
artículo 17, a), del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal, celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de Es-
paña, con el objeto de procesar y enjuiciar al quejoso por las diversas
órdenes de aprehensión libradas para mi captura, se confirma lo dicho
por el quejoso en el sentido de que el gobierno mexicano es titular de
la potestad para solicitar esa autorización y que, a la fecha, no ha ejercido
dicha facultad, resultando claro de la redacción del informe que tal acto
de aplicación del tratado se concibe por parte de la Procuraduría Gene-
ral de la República como acto futuro y, por tanto, se corrobora también
lo expuesto por el suscrito en el sentido de que continúan produciéndose
efectos por el acto reclamado en perjuicio del quejoso Ricardo Javier
Armas Arroyo.— Al establecerse en el informe que: ‘…existe la potestad
para que el Gobierno Mexicano solicite al gobierno requerido otorgue
su consentimiento para su procesamiento por otros hechos anteriores,
respecto de los cuales se hubiere ordenado su extradición; sin embargo
a la fecha no se ha solicitado’. La autoridad referida reconoce uno de
los actos de aplicación que esta parte quejosa hizo valer como elementos
de demostración de la producción constante de efectos jurídicos y ma-
teriales de los actos reclamados y, consecuentemente, corrobora la pro-
cedencia de la acción de amparo intentada.— 4.— La consumación
irreparable y la cesación de efectos del acto reclamado que, como cau-
sales de improcedencia pretende hacer valer el Juez Quinto de Distrito
en materia penal en el Distrito Federal.— La materia del presente jui-
cio se refiere al análisis de la inconstitucionalidad del Tratado de Extra-
dición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados
Unidos Mexicanos y el Reino de España, en este sentido, dicho tratado
y todos los actos de su aplicación han producido y continuarán produ-
ciendo diversos y concretos efectos materiales y jurídicos en violación
de las garantías individuales de que es titular el quejoso Ricardo Javier
Armas Arroyo —tal y como lo reconoce el funcionario referido— reclama-
das desde la demanda de amparo y, por ello, no puede considerárseles
como actos consumados y, menos aún, de manera irreparable; asimismo,
tampoco puede considerarse que en el caso han cesado los efectos de
los mismos.— La causal de improcedencia invocada por el Juez ampa-
rista, sólo puede configurarse ante la presencia de dos circunstancias

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 119

que concurriendo, propician que la protección constitucional carezca


de objeto o sentido. La sentencia de amparo que no tenga capacidad re-
paradora de la garantía individual violada, por alguna imposibilidad
material en la reparación sería meramente declarativa de la existen-
cia de una violación de las prerrogativas del reclamante, pero no podría
producir efecto reparador alguno, por un obstáculo material insupera-
ble.— Esta causal de improcedencia confirma el fin utilitario del juicio
constitucional, esto es, que la sentencia efectivamente pueda reparar
el agravio causado. La decisión del legislador al establecer esta causal
de improcedencia es impedir que los tribunales competentes en amparo
analicen la constitucionalidad de aquellos actos de autoridad que no
sólo están completamente agotados, sino que sus efectos son irreversi-
bles.— La mayor o menor complejidad de reparar la garantía violada o
restablecer el estado de cosas inmediato anterior al acto violatorio del
orden constitucional no es una cuestión que deba en forma alguna afectar
la procedencia de la acción intentada, máxime cuando en el presente
caso, no resulta complejo revertir los efectos producidos e impedir la
producción de otros diversos en lo futuro, pero aún si así fuera dicha
supuesta dificultad en tanto no implica imposibilidad constituye uno de
los retos primordiales de la justicia de amparo por hacer prevalecer el
orden constitucional ante posibles complicaciones de orden material y
jurídico que producen, por lo general, los actos de autoridad emitidos
en violación de dicho orden fundamental.— En la medida en que la
dificultad aparente que presente el cumplimiento de la protección cons-
titucional que en un determinado caso pueda concederse, se interprete
como imposibilidad e irreparabilidad, el juicio de amparo abandonará
su propósito esencial de enmienda y equilibrio en la compleja ecuación
entre la prerrogativa ciudadana y el ejercicio del poder público.— Aunque
nos parece claro que en el presente caso, la protección constitucional
que se considerara procedente, no presenta dificultad alguna en su
ejecución y, desde luego, no resulta imposible, esa Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha resuelto que las disposiciones legales que se
refieren a actos consumados de un modo irreparable, aluden a aquéllos
en que sea físicamente imposible volver las cosas al estado que tenían
antes de la violación, lo que no acontece tratándose de procedimientos
judiciales que, por virtud del amparo, pueden quedar insubsistentes y
sin efecto alguno. Asimismo, se ha establecido que si los actos de las
autoridades, aun cuando consumados, producen efectos que continúan
manifestándose, y que no son sino el resultado de aquéllos, y que pueden
desaparecer por la concesión del amparo, no hay causa para sobreseer
(Quinta Época, Tomo XXIX, página 737.- Sierra Torres José. Apéndice
1988, página 108).— En síntesis, no puede decirse que el acto reclamado

SENTENCIA
120 TRATADO DE EXTRADICIÓN

esté consumado o que han cesado sus efectos mientras su conteni-


do, en cualquier forma directa o indirecta, pueda dar lugar a que surjan
nuevos actos en perjuicio del quejoso. Sostener lo contrario, implicaría
mutilar al juicio de amparo al impedir la reparación del agravio causado
y evitar que el juicio cumpla el propósito de detener inmediatamente la
secuela nociva del acto de que se trate.— Por lo anterior, resulta carente
de fundamentación legal y constitucional la pretensión del sobreseimien-
to a que la sentencia que se revisa alude, por lo que esta parte quejosa
insiste, respetuosamente, en que se aborde nuevamente la cuestión
constitucional planteada.— 5.— El alcance de la protección constitu-
cional que, en su caso, se conceda.— Habiéndose declarado ya en
sentencia por el Juez Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito
la inconstitucionalidad del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en
Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España, por vicios propios, la protección constitucional, que en su
caso se conceda nuevamente por esta H. Suprema Corte, deberá abarcar
todas sus consecuencias de aplicación, tanto materiales como
jurídicas.— Los efectos materiales y jurídicos que se han producido y
se producen actualmente como consecuencia de la aplicación del Tra-
tado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Esta-
dos Unidos Mexicanos y el Reino de España, que implican, en concepto
de esta parte quejosa, la violación de las garantías individuales recla-
madas, pueden ser objeto de reparación, en términos de lo dispuesto
por el artículo 80 de la Ley de Amparo, mediante la restitución en el
pleno goce de las garantías de que es titular el quejoso, restableciéndose
las cosas al estado que guardaban antes de la violación, es decir en el
momento inmediato anterior al primer acto de aplicación del tratado.—
El presente juicio de garantías y la protección constitucional que se
busca con él, resulta de la mayor importancia para la protección de los
intereses jurídicos del quejoso Armas Arroyo, ya que de la posibilidad de
que se conceda nuevamente la protección constitucional buscada depen-
de el restablecimiento del estado de cosas anterior a la violación e impe-
diría además la aplicación en lo futuro del tratado, por lo que se refiere
al quejoso.— Sobre los efectos reparadores y restitutorios de las senten-
cias de amparo, transcribo algunos de los criterios y jurisprudencia firme
establecidos por ese Alto Tribunal, funcionando en Pleno y Salas: ‘SEN-
TENCIAS DE AMPARO, EFECTOS.— El efecto jurídico de la sentencia
definitiva que se pronuncie en el juicio constitucional, concediendo el
amparo, es volver las cosas al estado que tenían antes de la violación
de garantías, nulificando el acto reclamado y los subsecuentes que de
él se deriven’.— Apéndice 1917-1988, Salas, tesis jurisprudencial 1780,
páginas 2863-2864.— ‘LEYES, AMPARO CONTRA, EFECTOS DE LA

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 121

SENTENCIA PROTECTORA QUE SE PRONUNCIE.— El efecto inme-


diato de la sentencia protectora contra una ley es nulificar su eficacia
jurídica en relación con el quejoso, pues si mediante el examen de los
conceptos de violación el órgano de control constitucional la conside-
ró conculcatoria de sus garantías constitucionales resolviendo protegerlo
y ampararlo, tal resolución es determinante para que deje de tener va-
lidez jurídica y vigencia para él, sin que ello quiera decir que la ley pierda
sus características de generalidad y obligatoriedad, pues continúa siendo
de observancia obligatoria para todos aquellos gobernados que es-
tén colocados en la hipótesis normativa y que no gocen de la protección
constitucional. Por vía de consecuencia, si el quejoso solicitó y obtuvo
el amparo con motivo del primer acto de aplicación, al estar fundado en la
ley inconstitucional, ese acto de aplicación adolece del mismo vicio, y
ninguna autoridad puede volverle a aplicar la ley que ya se juzgó, dado
que las relaciones entre el quejoso y la ley se rigen por la sentencia
protectora’.— Informe de 1988, primera parte, pleno, paginas 849-850.—
Amparo en revisión 5232/86.— Vitrocrisa Toluca, S. A.— 30 de junio de
1988.— Mayoría de diez votos.— ‘LEYES, AMPARO CONTRA. EFEC-
TOS DE LAS SENTENCIAS DICTADAS EN.— La decisión sobre la cons-
titucionalidad o inconstitucionalidad de una ley que se tome en una
sentencia de amparo que ha causado ejecutoria, constituye cosa juz-
gada. Consecuentemente, si se concedió el amparo, el efecto inmediato
será nulificar la validez jurídica de la ley reclamada en relación con el
quejoso y si el juicio se promovió con motivo del primer acto de apli-
cación, éste también será contrario al orden constitucional; dentro del
mismo supuesto de concesión del amparo, ninguna autoridad puede
volverse a aplicar válidamente la norma jurídica que ya se juzgó, dado
que la situación jurídica del quejoso se rige por la sentencia protectora.
En cambio, cuando el fallo es desfavorable, respecto de la ley, las autori-
dades pueden aplicársela válidamente; por ello, una vez que el juicio de
garantías se ha promovido contra la ley y se obtiene pronunciamiento
de fondo, sea que se conceda o se niegue la protección solicitada en
sentencia ejecutoria, la decisión sobre su congruencia o incongruencia
en el orden constitucional se ha convertido en cosa juzgada’.— Juris-
prudencia Pleno, Informe 1989, páginas 556 a 558.— ‘SENTENCIAS
DE AMPARO. SU CUMPLIMIENTO EXIGE DEJAR SIN EFECTOS LA
RESOLUCIÓN RECLAMADA Y LOS ACTOS QUE FUERON EFECTO
DE ELLA AUN CUANDO SE HAYA SOBRESEÍDO RESPECTO DE
ÉSTOS.— En términos de lo dispuesto por el artículo 80 de la Ley de
Amparo, la sentencia que conceda el amparo tendrá por objeto restituir
a la agraviada en el pleno goce de la garantía individual violada, restable-
ciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación, cuando

SENTENCIA
122 TRATADO DE EXTRADICIÓN

el acto reclamado sea de carácter positivo; y cuando sea de carácter


negativo, el efecto del amparo será obligar a la autoridad responsable a
que obre en el sentido de respetar la garantía de que se trate y a cumplir,
por su parte, lo que la misma garantía exija. En esa virtud, si en un
juicio de garantías se concede el amparo para que se dejen sin efectos
los proveídos que fueren consecuencia de determinada solución, el cum-
plimiento de dicha sentencia consiste en dejar insubsistente la resolución
impugnada y todos aquellos actos derivados de ella. De ahí que, aún
habiéndose sobreseído en el amparo en relación con alguno de esos
actos que se apoyan en el que se declaró inconstitucional, la concesión
del amparo obliga a invalidarlos, por encontrarse estrechamente vincu-
lados con el que les dio origen; de no ser así, se haría negatoria la
protección constitucional, pues no obstante haberse destruido el acto
principal, subsistirían sus consecuencias’.— Incidente de Inconformidad
55/95.— Eladio Rito Hernández.— 12 de octubre de 1995.— Unanimi-
dad de once votos.— Ponente: Olga María Sánchez Cordero.— Secretario:
Carlos Mena Adame.— 6.— Solicitud.- De todo lo anterior, se desprende
que el Juez amparista al resolver el juicio de amparo actuó de forma
ilegal, y en tal razón omitió el estudio de la controversia constitucional
planteada dejando en estado de indefensión al quejoso, por lo que, con
fundamento en lo dispuesto por el artículo 91, fracción I, de la Ley de
Amparo, solicito se declare fundado el agravio que se hace valer en el
presente recurso y se aborde el estudio de los conceptos de violación
que el Juez amparista omitió.— Además, toda vez que con los razo-
namientos expuestos con anterioridad, no pueden en el caso invocarse
las causales de improcedencia previstas por las fracciones IX y XVI, del
artículo 73 de la Ley de Amparo, considerando que constan en autos
del presente juicio los autos de formal prisión, dictados en contra del
quejoso a partir de su entrega a nuestro país por parte del Reino de
España, y por estar plenamente acreditada la procedencia de la acción
de amparo intentada y la inconstitucionalidad del Tratado de Extradi-
ción y Asistencia Mutua en Materia Penal, celebrado entre los Estados
Unidos Mexicanos y el Reino de España, le solicito concedan nueva-
mente al quejoso Ricardo Javier Armas Arroyo el amparo y protección
de la Justicia Federal con el objeto de que se preserven las garantías
individuales de las que es titular".

TERCERO.— Debe quedar firme el sobreseimiento decretado en rela-


ción con los actos reclamados del secretario de Relaciones Exteriores,
del procurador General de la República, del subprocurador jurídico de
la Procuraduría General de la República, del director general de asuntos
legales internacionales de la Procuraduría General de la República, del

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 123

titular de la Oficina Central Nacional Interpol-México, dependiente de la


Procuraduría General de la República, del embajador de los Estados
Unidos Mexicanos en el Reino de España y del cónsul general de los Es-
tados Unidos Mexicanos en el Reino de España, que se hicieron consistir
en la solicitud de detención preventiva con fines de extradición, que por
cesación de efectos decretó el Juez Federal en el considerando segun-
do de la sentencia recurrida, al advertir que dicho acto dejó de surtir
efectos desde el momento en que se presentó al Reino de España la
petición formal de extradición del quejoso.

Asimismo, debe seguir rigiendo el sentido del fallo impugnado, el so-


breseimiento decretado en el considerando tercero del fallo impugnado,
por negativa de los restantes actos reclamados del subprocurador
jurídico de la Procuraduría General de la República, del director general
de asuntos legales internacionales de la Procuraduría General de la
República, del titular de la Oficina Central Nacional Interpol-México,
dependiente de la Procuraduría General de la República y del cónsul
general de los Estados Unidos Mexicanos en el Reino de España, así
como en relación con los actos reclamados del embajador de los Esta-
dos Unidos Mexicanos en el Reino de España, consistentes en los actos
señalados en el escrito de ampliación de la demanda, que también fueron
negados por dicha autoridad.

Se afirma lo anterior porque del escrito de agravios se advierte que el


inconforme no formula ningún argumento tendiente a desvirtuar esos
sobreseimientos, dado que se concreta a combatir las diversas causas
de improcedencia en que se apoya el sobreseimiento decretado en el
considerando cuarto; consecuentemente y ante la ausencia de agravios
que controviertan las razones en que se apoyó el Juez para sobreseer
en el juicio en relación con los actos y autoridades antes precisados,
dichos sobreseimientos deben quedar firmes, sobre la base de que no
se surte, en ese aspecto, ninguna de las hipótesis de suplencia de los
agravios.

CUARTO.— Son infundados los agravios que esgrime el recurrente.

En efecto, en el considerando cuarto de la sentencia recurrida, el Juez


Federal estimó actualizadas las causas de improcedencia previstas en
las fracciones IX y XVI, del artículo 73 de la Ley de Amparo, en razón
de que el quejoso ya no está en la ciudad de Madrid, España, sino que se
encuentra en el territorio nacional, a disposición de diversos órganos
jurisdiccionales, de modo que con la aplicación del tratado de extradición

SENTENCIA
124 TRATADO DE EXTRADICIÓN

tachado de inconstitucional se han consumado de manera irreparable


los actos reclamados y han cesado los efectos de los mismos.

El inconforme aduce al respecto que el tratado internacional y los actos


de aplicación tildados de inconstitucionales no pueden considerarse
como actos consumados de manera irreparable, ni que hayan cesado
sus efectos, pues las causales de improcedencia invocadas por el Juez
de amparo sólo pueden configurarse ante la presencia de diversas cir-
cunstancias que concurriendo, propician que la protección constitucional
carezca de objeto; que el tratado de extradición aludido y todos los actos
de su aplicación han producido y continuarán produciendo diferentes
efectos materiales y jurídicos en relación con las garantías individua-
les del quejoso, como es el concerniente a que el extraditado no puede
ser juzgado ni condenado por hechos distintos de los que específica-
mente motivaron la extradición, salvo que exista ampliación de la extradi-
ción a fin de que el gobierno requerido otorgue su consentimiento para
el procesamiento del impetrante de amparo por otros hechos, la que en el
caso no se ha solicitado; que este Alto Tribunal ha considerado que las
disposiciones legales que se refieren a actos consumados de un modo
irreparable aluden a aquellos en que sea físicamente imposible volver
las cosas al estado que tenían antes de la violación, lo que no acontece
en el caso de procedimientos judiciales que por virtud del amparo pueden
quedar insubsistentes y sin efecto alguno; que los efectos materiales y
jurídicos que se han producido y se producen como consecuencia de la
aplicación del tratado de extradición reclamado, pueden ser objeto de
reparación restableciendo las cosas al estado en que guardaban antes
de la violación e impidiendo la aplicación en lo futuro del tratado, en lo
que se refiere al quejoso, lo que en el caso no presenta dificultad en su
ejecución ni es imposible.

Ninguna razón asiste al inconforme para considerar que en el caso no


se actualiza la causa de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción
XVI, de la Ley de Amparo, y ello es suficiente para confirmar el sobre-
seimiento decretado en el fallo traído a revisión.

Es así porque, como de manera esencialmente acertada lo advirtió el


Juez de Distrito, el acto de aplicación vinculado con el tratado de extra-
dición suscrito entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de Espa-
ña, que concretamente consiste en la solicitud de detención provisional
con fines de extradición del quejoso, cesó en sus efectos, ya que esa
etapa del procedimiento de extradición, ha quedado superada porque
se otorgó la extradición por parte del Estado requerido.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 125

Previamente a la demostración de que esa causa de improcedencia se


ha cristalizado, se destaca que de la demanda de amparo presentada
el trece de octubre de mil novecientos noventa y siete, se observa que el
quejoso precisó, en el capítulo respectivo, entre otros, los siguientes
actos reclamados:

"C.— La solicitud de detención preventiva del quejoso para efectos de


extradición, con base en la orden de aprehensión librada por el Juez
Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, por haber
considerado comprobada su presunta responsabilidad en la comisión
de los delitos previstos y sancionados en los artículos 112, fracción V,
inciso d), 113, fracción I y 114, todos de la Ley de Instituciones de Crédito,
dirigida a las autoridades del Reino de España en aplicación del artículo
19 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— D.— La inminente
solicitud formal para la extradición del quejoso, con base en cualquier
orden u órdenes de aprehensión dictadas en su contra, en términos del
artículo 15 del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.—
E.— La transmisión por la vía diplomática de la solicitud formal para la
extradición del quejoso, con base en cualquier orden u órdenes de
aprehensión dictadas en su contra, en términos de los artículos 14 y 15
del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.— F.— Todos los
actos, órdenes, mandatos, instrucciones o gestiones de cualquier índole,
tendientes en forma directa o inmediata a obtener la extradición del
quejoso, con base en orden u órdenes de aprehensión dictadas en su
contra, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España."

Como antecedentes de los actos reclamados expresó los siguientes:

"1.— El día nueve de septiembre del presente año, el quejoso, Ricardo


Javier Armas Arroyo fue detenido en la ciudad de Madrid, España por
agentes de la policía de dicho país, quienes le informaron en el momento
de la detención que ésta resultaba de una solicitud de detención pre-
ventiva con fines de extradición formulada por autoridades mexicanas,
en términos del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España.—
2.— A las nueve horas del día siguiente al de la detención, el quejoso
fue presentado ante el inspector jefe de la Unidad Central de Información

SENTENCIA
126 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Exterior, dependiente de la Comisaría General de Información de la


Dirección General de la Policía, lugar en el que se le notificó formalmente
del procedimiento de extradición iniciado a solicitud de las autoridades
mexicanas.— 3.— Se le informó al quejoso que la solicitud de detención
preventiva se recibió en la Dirección General de la Policía Española
procedente del Servicio de Interpol-Madrid, oficina que a su vez recibió
de la Oficina Central Nacional de Interpol-México la solicitud de loca-
lización, ubicación y detención preventiva con fines de extradición del
suscrito, con base en la orden de aprehensión librada por el Juez Séptimo
de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal por los delitos previstos
y sancionados en los artículos 112, fracción V, inciso d), 133, fracción I y
114, todos de la Ley de Instituciones de Crédito.— 4.— Al día de hoy mi
mandante se encuentra privado de la libertad en el centro de detención
de ‘Alcalá-México’ en las proximidades de la Ciudad de Madrid, España."

En la ampliación de esa demanda, destacó como actos reclamados:

"1.— La inminente solicitud de detención preventiva del quejoso para


efectos de extradición con base en la orden de aprehensión librada por
el Juez Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, el
siete de septiembre del año en curso, dentro del expediente penal
AV 68/95, por haber considerado comprobada su presunta responsabi-
lidad en la comisión de los delitos previstos y sancionados en el artículo
112, fracción V, párrafo primero de la Ley de Instituciones de Crédito, así
como en los incisos c) y e) de la citada fracción V, segundo párrafo del
mismo artículo, o con base en cualquier orden u órdenes de aprehensión
dictadas en contra del quejoso por cualquier autoridad judicial compe-
tente, en términos del artículo 15 del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España.— 2.— La inminente solicitud formal para la extradición del
quejoso con base en la orden de aprehensión que se precisa en el punto
anterior, o en base a cualquier otra orden u órdenes de aprehensión
dictadas en contra del quejoso por cualquier autoridad judicial compe-
tente, en términos del artículo 19 del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España."

Y como antecedentes de esos nuevos actos reclamados detalló:

"2.— Según tengo conocimiento al día de hoy, la referida petición de


detención preventiva se hizo con base en la orden de aprehensión librada
por el Juez Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 127

en el año de mil novecientos noventa y cuatro por los delitos previs-


tos en el artículo 112, fracción V, párrafo segundo, inciso d), 113, fracción
I y 114 todos de la Ley de Instituciones de Crédito."

De los elementos de convicción que constan en la demanda de garantías


y su ampliación, que han sido destacados, se advierte que el quejoso
endereza sus argumentos a reclamar de las autoridades mexicanas que
han intervenido en el procedimiento de extradición instaurado en su
contra, el Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal
celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España,
de fecha veintiuno de noviembre de mil novecientos setenta y ocho,
publicado en Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de mil
novecientos ochenta, y designa como acto de aplicación de dichas
autoridades la solicitud de detención provisional con fines de extradición.

Ello es así, porque el Pleno de este Alto Tribunal ha sostenido que para
conocer el acto efectivamente reclamado en el juicio de amparo debe
hacerse un examen integral de la demanda, en virtud de que dicho do-
cumento debe contemplarse como un todo. La jurisprudencia y tesis
que establecen este criterio se encuentran publicadas en el Semanario
Judicial de la Federación, Séptima Epoca, Tomo 193-198, Primera Parte,
Pleno, página 177, y Octava Epoca, Tomo II, Primera Parte, página 167,
que respectivamente dicen:

"ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE AM-


PARO PARA CONOCER EL.— Si del análisis integral del escrito de
demanda se llega al conocimiento de que aunque no de manera formal
en capítulo especial, pero sí dentro del capítulo de conceptos de vio-
lación, se señala como acto reclamado la expedición de una ley, resulta
correcto el estudio que se hace de la constitucionalidad de dicho acto
de autoridad, teniéndolo como acto reclamado."

"ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE AM-


PARO PARA DETERMINAR EL.— No obstante que algún acto propuesto
como materia del amparo no se incluya en el apartado de la demanda
referente a los actos reclamados, atento al criterio de esta Suprema
Corte de Justicia, si del análisis integral del escrito de la demanda se
llega al conocimiento de que, aunque no de manera formal, en capítulo
especial, dentro de los conceptos de violación se señala dicho acto
como lesivo de garantías individuales, resulta correcto el estudio que
se haga de la constitucionalidad del mismo, teniéndolo como acto recla-
mado, en virtud de que la demanda debe contemplarse como un todo."

SENTENCIA
128 TRATADO DE EXTRADICIÓN

En este orden de ideas, es acertado el sobreseimiento decretado por el


a quo en relación con dichos actos, al actualizarse la causa de impro-
cedencia prevista en la fracción XVI, del artículo 73 de la Ley de Ampa-
ro y por ende, debe confirmarse.

Ciertamente, esa hipótesis legal dice así:

"Artículo 73.- El juicio de amparo es improcedente: …XVI. Cuando hayan


cesado los efectos del acto reclamado."

Cobra vigencia en el caso que se analiza porque la solicitud de detención


provisional constituye una medida provisional dentro del procedimiento
de extradición y sus efectos se manifiestan únicamente durante la ins-
tauración del mismo, de modo que si en la especie tal procedimiento ya
terminó, los efectos que aquella medida produjo han cesado y ello torna
inejercible la acción de amparo que nos ocupa.

Veamos. La extradición internacional tiene dos formas de manifestación:


activa y pasiva. Es activa cuando el gobierno mexicano se interesa en
la entrega de alguna persona que se encuentra en otro país, y es pasiva
cuando es un gobierno extranjero el que solicita al gobierno mexicano
la entrega de un sujeto asentado en nuestro territorio nacional.

En relación con la extradición activa, la Ley de Extradición Internacional


establece en su artículo 3o. lo siguiente:

"Artículo 3.- Las extradiciones que el Gobierno Mexicano solicite de


estados extranjeros, se regirán por los tratados vigentes y a falta de éstos,
por los artículos 5, 6, 15 y 16 de esta ley. Las peticiones de extradición
que formulen las autoridades competentes federales, de los Estados de
la República o del fuero común del Distrito Federal, se tramitarán ante la
Secretaría de Relaciones Exteriores por conducto de la Procuraduría
General de la República."

El Tratado de Extradición Internacional (sic) y Asistencia Mutua en Ma-


teria Penal celebrado entre México y el Reino de España, que ahora se
tilda de inconstitucional, consta de dos títulos, uno sobre extradición y
otro sobre asistencia mutua. En el de extradición, aparecen diversas
normas de carácter procedimental, para el caso de que en la extradición
sólo concurran las naciones que lo celebraron, a saber:

"1.- Las partes contratantes se obligan a entregarse recíprocamente,


según las reglas y bajo las condiciones determinadas en los artículos

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 129

siguientes, los individuos contra los cuales se hayan iniciado un proce-


dimiento penal o sean requeridos para la ejecución de una pena privativa
de libertad impuesta judicialmente como consecuencia de un delito.

"14.- La solicitud de extradición será transmitida por la vía diplomática.

"15.- Con la solicitud de extradición se enviará;

"a) Exposición de los hechos por los cuales la extradición se solicita


indicando en la forma más exacta posible el tiempo y lugar de su perpe-
tración y su calificación legal;

"b) Original o copia auténtica de sentencia condenatoria, orden de


aprehensión, auto de prisión o cualquier otra resolución judicial que tenga
la misma fuerza según la legislación de la parte requirente y de la que
se desprenda la existencia del delito y los indicios racionales de su co-
misión por el reclamado;

"c) Texto de las disposiciones legales relacionadas al delito o delitos de


que se trate, penas correspondientes y plazos de prescripción;

"d) Datos que permitan establecer la identidad y la nacionalidad del


individuo reclamado y, siempre que sea posible, los conducentes a su
localización.

"16.- Si los datos o documentos enviados con la solicitud de extradición


son insuficientes o defectuosos, la parte requerida pondrá en cono-
cimiento de la requirente las omisiones o defectos para que puedan ser
subsanados.

"19.-

"1. En caso de urgencia, las autoridades competentes de la parte requi-


rente podrán solicitar la detención preventiva del individuo reclamado.
La solicitud de detención preventiva indicará la existencia de una de las
resoluciones mencionadas en el apartado b) del artículo 15 y la inten-
ción de formalizar la solicitud de extradición. Mencionará igualmente la
infracción, el tiempo y el lugar en que ha sido cometida y los datos que
permitan establecer la identidad y nacionalidad del individuo reclamado.

"2. La solicitud de detención preventiva será transmitida a las autoridades


competentes de la parte requerida, por la vía más rápida, pudiendo

SENTENCIA
130 TRATADO DE EXTRADICIÓN

utilizar cualquier medio de comunicación siempre que deje constancia


escrita o esté admitido por la parte requerida.

"3. Al recibo de la solicitud a que se refiere el apartado 1, la parte reque-


rida adoptará las medidas conducentes a obtener la detención del recla-
mado. La parte requirente será informada del curso de su solicitud.

"4. Podrá concederse la libertad provisional siempre que la parte reque-


rida adopte todas las medidas que estime necesarias par evitar la fuga
del reclamado.

"5. La detención preventiva podrá alzarse si en el plazo de cuarenta y


cinco días la parte requerida no ha recibido la solicitud de extradición
y los instrumentos mencionados en el artículo 15. En ningún caso podrá
exceder de un plazo de sesenta días.

"6. La puesta en libertad no impedirá el curso normal del procedimiento


de extradición si la solicitud y los documentos mencionados en el artículo
15 se llegan a recibir posteriormente.

"21.-

"1. La parte requerida comunicará a la requirente, por la vía diplomática,


su decisión respecto a la solicitud de extradición.

"2. Toda negativa, total o parcial, será motivada.

"3. Si se concede la extradición, las partes se pondrán de acuerdo para


realizar la entrega del reclamado, que deberá llevarse a efecto dentro
de los sesenta días siguientes a la fecha en que la parte requirente
haya recibido la comunicación a que se refiere el apartado 1.

"4. Si el reclamado no ha sido recibido dentro del plazo señalado, será


puesto en libertad y la parte requerida podrá posteriormente denegar la
extradición por el mismo delito.

"22.-

"1. La parte requerida podrá, después de haber resuelto sobre la solicitud


de extradición, retrasar la entrega del individuo reclamado a fin de que
pueda ser juzgado o, si ya ha sido condenado, para que pueda cumplir
en su territorio una pena impuesta por un hecho diferente de aquél por
el que se concedió la extradición.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 131

"2. En lugar de retrasar la entrega, la parte requerida también podrá


entregar temporalmente al reclamado, si su legislación lo permite, en
las condiciones que de común acuerdo establezcan ambas partes.

"3. La entrega podrá igualmente ser diferida cuando, por las condiciones
de salud del reclamado, el traslado pueda poner en peligro su vida o
agravar su estado.

"25.- En lo no dispuesto en el presente tratado se aplicaran las leyes


internas de las respectivas partes en cuanto regulen el procedimiento
de extradición."

De los preceptos reproducidos es factible establecer que, adoptando


como criterio de clasificación el del origen de las autoridades que inter-
vienen, el procedimiento para solicitar la extradición por el gobierno
mexicano al gobierno del Reino de España, se integra por estas dos
fases fundamentales:

1. Fase nacional, que culmina con la solicitud formal de extradición por


parte de las autoridades mexicanas.

2. Fase extranjera, que termina con la resolución por la que se otorga o


rechaza la extradición por parte de las autoridades españolas.

Estas etapas tienen varias subdivisiones procedimentales y suelen


aceptar aspectos accesorios contingentes, como ocurre en el caso de
la detención preventiva con fines de extradición.

Esto último es así porque, de acuerdo a su regulación contenida en el


artículo 19 del tratado, antes reproducido, esa solicitud tiene el carácter
de medida accesoria, contingente y de efectos provisionales, ya que
sólo se hará uso de ella en caso de urgencia, o sea, cuando haya riesgo
de que el presunto extraditado se fugue, su vigencia es hasta por un
plazo máximo de sesenta días, y la negativa a llevar a cabo esa detención
o la posterior liberación del presunto extraditado por haber fenecido el
lapso indicado no impide la continuación del procedimiento de extra-
dición.

Así pues, la dinámica procedimental de esa forma diseñada en el tratado


lleva a concluir que ambas etapas se suceden de manera necesaria y
condicionada, en tanto que sólo es factible acceder a la segunda fase si
la primera se ha agotado. Consecuentemente, la desaparición de la pri-

SENTENCIA
132 TRATADO DE EXTRADICIÓN

mera de ellas, necesariamente incide en la aniquilación de la que le suce-


de, pues no puede mantenerse incólume el periodo de ésta si la solicitud
formal de extradición es retirada, verbigracia, porque ha prescrito la
acción para perseguir el delito respectivo o para ejecutar la pena impues-
ta, o inclusive, porque se ha otorgado la protección constitucional contra
esa petición formal.

El objetivo de la primera etapa radica en satisfacer todos y cada uno de


los requisitos para hacer una solicitud formal de extradición, que pone
término a la misma y, a la vez, da vida a la segunda fase.

Bajo ese contexto, si bien la finalidad de la etapa en que intervienen las


autoridades mexicanas es lograr la reintegración a nuestro territorio na-
cional de una persona que se encuentra en un estado extranjero, para
someterlo a un procedimiento penal o a la ejecución de una pena pre-
viamente impuesta, no deben confundirse esa finalidad con los efectos
que esa intervención produce en el procedimiento de extradición.

Es así porque el hecho de que cada una de esas facetas cooperen a la


extradición, no significa que ésta se logre por consecuencia directa de
la primera, sino que es producto única y exclusivamente de la decisión
soberana de las autoridades extranjeras, en el caso de que accedan a
esa petición de las autoridades mexicanas.

El objetivo de la solicitud formal de extradición es lograr la extradición


del sujeto perseguido, mediante el proporcionamiento de los elementos
suficientes para propiciar de las autoridades requeridas una resolución
favorable, pero sus efectos sólo tienen el alcance jurídico de ocasionar
que esa decisión se pronuncie, mas no inciden en el sentido en que se
haga. En el caso de que se acceda a la extradición, ésta es producto de
los efectos de la determinación misma, que está bajo la soberanía de las
autoridades españolas que así lo han decidido.

Dicho de otra manera, los efectos de la solicitud formal de extradición


se agotan una vez que la resolución se produce, y la eventual decisión de
extradición no es producto directo de aquellas gestiones de las autori-
dades mexicanas, sino de la decisión que pone fin al procedimiento.

Estimar que la reintegración al territorio nacional de la persona que se


persigue es producto de la solicitud formal de extradición y que, por
ende, aún lograda ésta no han cesado los efectos de aquella petición,
implica aniquilar el orden secuencial del procedimiento que debe instau-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 133

rarse para tal fin, pues la extralimitación de los efectos de dicha solicitud
suprime los efectos de la decisión que otorga la extradición, descono-
ciendo su carácter soberano.

En suma, los efectos de la solicitud formal de extradición y de cualquier


otro acto de autoridad mexicana que se ubiquen en esa fase, como la
solicitud de detención provisional con fines de extradición, están vigentes
sólo mientras no se emita la resolución que acceda o rechace la extra-
dición, por parte de las autoridades extranjeras, o lo que es lo mismo,
que esta última decisión extingue los efectos de la solicitud formal de
extradición, y es justamente la culminación de ese procedimiento lo que
ocasiona la cesación de los efectos de los actos desplegados en el
inter por las autoridades mexicanas.

Esa conclusión sostenida por este Tribunal Pleno lleva implícitas estas
afirmaciones:

1. El quejoso tiene interés jurídico para reclamar cualquiera de esas


actuaciones de las autoridades mexicanas que se ubican en la prime-
ra fase.

2. Los efectos del amparo que se llegara a otorgar contra cualquiera de


esos actos, no implicaría someter a las autoridades extranjeras al imperio
de la jurisdicción constitucional mexicana y por ende, violar la sobera-
nía de su Estado, porque la ejecución de la sentencia sólo tendrá como
consecuencia el fincar la obligación de las autoridades de México a que
retiren la solicitud de detención preventiva con fines de extradición y, en
su caso, la petición formal de extradición.

3. La resolución pronunciada por las autoridades extranjeras, accediendo


o rechazando la extradición, sí incide en la procedencia del juicio de
garantías que se haya promovido contra actos desplegados por auto-
ridades en la primera fase del procedimiento, pero ello no significa que
el juicio de garantías se supedite a la decisión de autoridades que esca-
pen a su regulación.

En el primer caso, está dotado de interés porque esos actos provienen


de autoridades mexicanas e inciden en la esfera de derechos subjetivos
públicos del quejoso.

Así es porque, en lo atinente a la solicitud de detención provisional con


fines de extradición, ésta estriba en una petición formulada por las

SENTENCIA
134 TRATADO DE EXTRADICIÓN

autoridades mexicanas tendente a lograr la privación de la libertad de


una persona que encontrándose en territorio extranjero es destinataria
de una orden de aprehensión o de reaprehensión librada por una auto-
ridad mexicana.

Y por lo que atañe a la solicitud formal de extradición, su finalidad es


lograr que la persona perseguida penalmente por las autoridades mexi-
canas y que se encuentra en una nación extranjera sea reincorporada a
territorio mexicano para someterlo al juicio penal o a la ejecución de
una pena.

Luego, no es obstáculo el hecho de que la solicitud de detención pro-


visional y la petición formal de extradición no sean más que una petición
sin efectos necesariamente vinculatorios para la destinataria, de suerte
que la detención en el primer caso y la extradición en el segundo no
derive de la conducta desplegada por las autoridades mexicanas si-
no de la soberana decisión del estado extranjero, toda vez que si bien lo
anterior es cierto, igualmente cierto es que la afectación al interés jurídico
del quejoso en ambos casos deriva del hecho mismo de que con ambas
solicitudes se satisface un requisito sin el cual la autoridad extranjera
no podría llevar a cabo ni la detención ni la extradición. Se trata de una
petición, no de una orden, sí, pero sin ella la autoridad extranjera no
estaría en posibilidades de tomar la decisión conducente.

Así, coadyuva a esos fines porque pone una condición determinante


para lograr la captura y la reintegración a territorio mexicano del des-
tinatario de la orden de aprehensión o reaprehensión y, en esa medida,
proporciona al perseguido interés para atacarlas.

En el segundo caso, o sea, que los efectos del amparo que se llegara a
otorgar contra cualquiera de esos actos, no implicaría someter a las
autoridades extranjeras al imperio de la jurisdicción constitucional
mexicana y, por ende, violar la soberanía de su Estado, se arriba a esa
conclusión por lo siguiente.

Conforme al artículo 80 de la ley reglamentaria de los numerales 103 y


107 de la Carta Magna, los efectos de la sentencia protectora que
eventualmente se dictara contra cualquiera de esos actos desplegados
por las autoridades mexicanas, se manifestaría únicamente sobre esos y
no en otros actos, de modo que a consecuencia de esa concesión, las
autoridades mexicanas responsables debieran dejarlos insubsistentes
y los alcances de la concesión de amparo ahí se agotarían.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 135

Es cierto que al desaparecer la solicitud de detención provisional y la


petición formal de extradición por efectos de esa concesión, las autori-
dades extranjeras se verían obligadas a liberar al presunto extraditado
y a dar por terminado el procedimiento de extradición, pero no sería por
sumisión a la sentencia de amparo, sino en apego al tratado de extra-
dición que tienen celebrado con el estado mexicano, pues las autoridades
mexicanas habrían retirado dichas solicitudes. Lo que significa también
que, de seguir actuando tales autoridades extranjeras pese a la desapa-
rición de esas solicitudes que les sirven de fundamento, no estarían
desatendiendo la sentencia de amparo, sino que estarían incumpliendo
los preceptos del tratado que les exigen tales peticiones como la con-
dición esencial para poder actuar.

Y, finalmente, por lo que hace a la tercera afirmación contenida en esta


ejecutoria, es decir, que la resolución pronunciada por las autoridades
extranjeras, accediendo o rechazando la extradición, sí incide en la pro-
cedencia del juicio de garantías que se haya promovido contra actos
desplegados por autoridades en la primera fase del procedimiento, pero
no implica que el juicio de garantías se supedite a la decisión de auto-
ridades que escapen a su regulación, este Tribunal Pleno llegó a esa
conclusión por lo siguiente.

El artículo 133 del Código Supremo establece:

"Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de


ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebra-
dos y que se celebren por el presidente de la República, con aprobación
del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los Jueces de
cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar
de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constitucio-
nes o leyes de los Estados."

De acuerdo con nuestro marco constitucional y a la naturaleza jurídi-


ca de los tratados internacionales, en el ámbito internacional, éstos son
la manifestación del acuerdo de voluntades soberanas de los países
que los celebran, mas en el derecho interno, constituyen ley de la unión
de observancia obligatoria.

Por tanto, si el estado mexicano celebró un tratado con otro país extran-
jero, en el que se diseña un procedimiento al que ambas naciones deben
someterse para lograr la recíproca extradición de personas que se ubi-
quen en los supuestos allí establecidos y, según se apuntó en conside-

SENTENCIA
136 TRATADO DE EXTRADICIÓN

raciones previas, ese procedimiento consta fundamentalmente de dos


etapas, una a cargo del país requirente y otra que debe ser agotada por
el país requerido, es claro que, en observancia de ese tratado en el
ámbito nacional, deben reconocerse todos los efectos que trae consigo
la actuación de la autoridad extranjera, y no por el hecho mismo de que
provenga de autoridades aunque se trate de extranjeras, cual si se reco-
nociese imperio en nuestro ámbito nacional, sino porque se trata de un
acto que se ha efectuado a virtud de un tratado que en nuestro ámbito
nacional, de acuerdo con el artículo 133 de la Constitución General de
la República, tiene el carácter de ley.

Caso contrario, es decir, desconocer efectos jurídicos a los actos desple-


gados por autoridades extranjeras en observancia de un tratado, por el
sólo hecho de ser autoridades de otros estados, implica despojar a dicho
tratado del carácter de ley que el artículo 133 constitucional le ha con-
ferido.

Así pues, la imposibilidad de someter a análisis de constitucionalidad el


acto así emitido por una autoridad extranjera, no autoriza a considerar
que puede ser ignorado en nuestro ámbito nacional.

En suma, es obligado concluir que han cesado los efectos de la petición


de detención provisional con fines de extradición reclamada por Ricardo
Javier Armas Arroyo, porque ha culminado el procedimiento de extradi-
ción con la decisión de entregarlo a las autoridades mexicanas y ello
hace imposible el examen de las violaciones que a aquella solicitud se
le atribuyen.

Ciertamente, está demostrado tal extremo en autos porque si bien no


obra en éstos prueba directa de ese evento, existen otros elementos
de convicción que lo sustentan plenamente:

a). El subprocurador de Averiguaciones Previas de las Procuraduría


General de la República, actuando en ausencia del titular de esa depen-
dencia y del subprocurador de asuntos jurídicos y de asuntos interna-
cionales, quienes tienen el carácter de autoridades responsables en el
presente juicio, allegó copia certificada por la licenciada Lucía Martín
Serrano, agente del Ministerio Público de la Federación, adscrita a la
Dirección de Análisis Jurídico Internacional y Extradiciones de la Direc-
ción General de Asuntos Legales Internacionales de esa dependencia,
del siguiente oficio membretado con las siguientes leyendas:

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 137

"Ministerio del Interior— Dirección General de la Policía— Comisaría


General de la Policía Judicial Servicio de Interpol.

"Interpol Madrid."

Y que tiene por contenido:

"Asunto: Entrega de preso a funcionarios mexicanos.

"En Madrid, y en su Aeropuerto de Barajas, conforme a lo acordado por


la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional en Auto de
fecha 1-10-96 y por el Consejo de Ministros en sesión de fecha 18-04-97,
se efectúa la entrega del ciudadano mexicano:

"Ricardo Javier Armas Arroyo, nac. 5-11-48 en México.

"Se hace entrega a los funcionarios mexicanos señores.: José Luis Cer-
vantes Martínez y Rodolfo de la Guardia García, para su traslado por la
vía aérea en vuelo AM455 de Aeroméxico, con salida prevista a las
13,00 horas del día de la fecha.

"Madrid, 24 de abril de 1997

"El inspector Jefe

"Fdo.: Jesús Sáiz Alique

"Recibí: Señor.: Cervantes

"Señor.: De la Guardia."

b). Copia certificada del auto de formal prisión de veintisiete de abril de


mil novecientos noventa y siete, dictado en los autos de la causa penal
89/94-V, por el Juez Séptimo de Distrito en el Distrito Federal, en el
que, en el resultando primero, se asevera que la orden de aprehensión
librada contra el aquí quejoso se cumplimentó el veinticinco de abril de
ese año, y concluyó con los siguientes puntos resolutivos:

"Primero.— Con esta fecha y siendo las diecisiete horas, se decreta auto
de formal prisión, en contra de Ricardo Javier Armas Arroyo, como pro-
bable responsable en la comisión del delito previsto y sancionado por el
artículo 113, fracción I, de la Ley de Instituciones de Crédito, precisado

SENTENCIA
138 TRATADO DE EXTRADICIÓN

en los considerandos tercero y cuarto de esta resolución.— Segun-


do.— Se decreta auto de libertad por falta de elementos para procesar
a favor de Ricardo Javier Armas Arroyo, en la comisión de los delitos
previstos y sancionados por los artículos 112, fracción V, inciso d), y
114, respectivamente, de la Ley de Instituciones de Crédito, sin perjuicio
de que por medios posteriores de prueba se actúe nuevamente en su
contra, de conformidad a lo establecido en los considerandos quinto
y sexto del presente fallo.— Tercero.— En la fecha y hora de referencia,
se declara la apertura del procedimiento ordinario para el trámite de la
causa. …"

c). En el escrito de agravios, entre los antecedentes que relata el incon-


forme, se advierten los siguientes:

"1.— El día nueve de septiembre de mil novecientos noventa y cinco, el


quejoso Ricardo Javier Armas Arroyo fue detenido en Madrid, España,
e ingresado en el centro penitenciario Madrid II (Alcalá de Henáres), en
atención a la solicitud de localización, ubicación y detención preventiva
para efectos de extradición solicitada por la Procuraduría General de la
República por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores.—
2.— El procedimiento de extradición 30/95-C, se tramitó inicialmente
ante el Juzgado Central de Instrucción Número Tres de la Audiencia
Nacional Española y posteriormente ante el Pleno de la Sala de lo Penal
de la propia Audiencia Nacional.— 3.— La extradición fue solicitada y
concedida únicamente por lo que se refiere a las ordenes de aprehensión
dictadas dentro de la causa auxiliar número 107/94 del índice del Juz-
gado Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal. Por lo
anterior, el quejoso fue entregado a la autoridad requirente y, desde el
jueves veinticuatro de abril de mil novecientos noventa y siete, se en-
cuentra detenido en el interior del Reclusorio Preventivo Oriente de esta
ciudad.— 4.— A pesar de que existen otras órdenes de aprehensión
libradas para la captura del quejoso Ricardo Javier Armas Arroyo, deriva-
das de otras causas auxiliares, hoy acumuladas a la causa penal 101/94
del índice del Juzgado Décimo Segundo de Distrito en Materia Penal en
el Distrito Federal, hasta el día de hoy, únicamente ha sido puesto a
disposición del Juez Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Distrito
Federal, por lo que se refiere a la causa auxiliar 107/94 y del Juez Décimo
Segundo de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, en las causas
auxiliares números 68/95 y 94/95.— El hecho de que el quejoso no haya
sido formalmente puesto a disposición de la autoridad judicial para los
efectos procesales correspondientes en las demás causas, obedece al
cumplimiento por parte de la Procuraduría General de la República y

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 139

del Juzgado Décimo Segundo de Distrito en Materia Penal en el Distrito


Federal, del principio de especialidad pactado en el artículo 17 del Tra-
tado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España y, según se tiene
conocimiento, fue expresamente establecido en la resolución que auto-
rizó la entrega del quejoso por el Pleno de la Sala Penal de la Audiencia
Nacional Española…"

Tales elementos de convicción, valorados conforme a los artículos 95,


129, 200 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de apli-
cación supletoria al juicio de amparo, por disposición del artículo 2o. de
la ley que lo regula, prueban suficientemente que el veinticuatro de abril
de mil novecientos noventa y siete las autoridades españolas resolvieron
extraditar al impetrante Ricardo Javier Armas Arroyo, y una vez en nues-
tro territorio nacional fue internado en el Reclusorio Preventivo Oriente
del Distrito Federal, a disposición del Juzgado Séptimo de Distrito en
Materia Penal en el Distrito Federal, para la continuación de la causa
penal 89/94.

En estas condiciones, este Alto Tribunal estima que ante la cesación de


efectos debe confirmarse el sobreseimiento decretado en relación con
la solicitud de detención preventiva con fines de extradición reclamada.

Sobreseimiento que debe hacerse extensivo al tratado internacional


reclamado, dado que cuando se promueve un juicio de amparo en con-
tra de una ley, tratado o reglamento, con motivo de su aplicación concreta
en perjuicio del quejoso, el Juez no puede desvincular el estudio de
esos ordenamientos generales del que concierne a su aplicación, por
ser este acto el que causa perjuicio al promovente del juicio y no por sí
solos tales ordenamientos, considerados en abstracto.

Es aplicable la jurisprudencia publicada en el Apéndice al Semanario


Judicial de la Federación de 1995, Tomo I, página 210, que dice:

"LEYES O REGLAMENTOS, AMPARO CONTRA, PROMOVIDO CON


MOTIVO DE SU APLICACIÓN.— Cuando se promueve un juicio de am-
paro en contra de una ley o reglamento con motivo de su aplicación
concreta en perjuicio del quejoso, el Juez no puede desvincular el estudio
de la ley o reglamento del que concierne a su aplicación, acto éste que
es precisamente el que causa perjuicio al promovente del juicio, y no por
sí solos, considerados en abstracto, la ley o el reglamento. La estrecha
vinculación entre el ordenamiento general y el acto concreto de su

SENTENCIA
140 TRATADO DE EXTRADICIÓN

aplicación, que impide examinar al uno prescindiendo del otro, se hace


manifiesta si se considera: a) que la improcedencia del juicio en cuanto
al acto de aplicación necesariamente comprende a la ley o reglamen-
to; b) que la negativa del amparo contra estos últimos, por estimarse
que no adolecen de inconstitucionalidad, debe abarcar el acto de aplica-
ción, si el mismo no se combate por vicios propios; y c) que la concesión
del amparo contra la ley o el reglamento, por considerarlos inconsti-
tucionales, en todo caso debe comprender también el acto de su apli-
cación."

Finalmente, debe decirse que la circunstancia de que en el amparo que


se revisa se hubiera originado la causa de improcedencia advertida por
el Juez Federal y avalada en este grado de revisión, impidió a dicho
juzgador el examen de las cuestiones de constitucionalidad planteadas,
lo que ningún agravio causó al quejoso.

Es de citarse la jurisprudencia publicada en el Apéndice al Semanario


Judicial de la Federación de 1995, Tomo VI, página 335, que dice:

"SOBRESEIMIENTO. NO PERMITE ENTRAR AL ESTUDIO DE LAS


CUESTIONES DE FONDO.— No causa agravio la sentencia que no se
ocupa de los razonamientos tendientes a demostrar la violación de garan-
tías individuales por los actos reclamados de las autoridades responsa-
bles, que constituyen el problema de fondo, si se decreta el sobreseimiento
del juicio."

Los argumentos vertidos en éste y en los considerandos precedentes


obligan a este Tribunal Pleno a confirmar el sobreseimiento decretado
en la sentencia recurrida.

Por lo expuesto y fundado se resuelve:

PRIMERO.— Se confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO.— Se sobresee en el juicio de amparo promovido por Ricardo


Javier Armas Arroyo respecto de los actos y autoridades que precisados
quedaron en el resultando primero de esta resolución.

Notifíquese, con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos a su


lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el toca.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 141

Así lo resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación por mayoría


de nueve votos de los señores Ministros Azuela Güitrón, Castro y Castro,
Aguinaco Alemán, Gudiño Pelayo, Ortíz Mayagoitia, Román Palacios,
Sánchez Cordero, Silva Meza y presidente Góngora Pimentel; los señores
Ministros Aguirre Anguiano y Díaz Romero votaron en contra del sobre-
seimiento y porque se entrara al estudio del fondo del asunto, y mani-
festaron que formularán voto de minoría. Los señores Ministros Gudiño
Pelayo, Román Palacios, Sánchez Cordero, Silva Meza y presidente
Góngora Pimentel estimaron que el sobreseimiento obedece a la cesa-
ción de efectos del acto reclamado; y los señores Ministros Azuela Güi-
tron, Castro y Castro, Aguinaco Alemán y Ortiz Mayagoitia estimaron
que el sobreseimiento obedece a la falta de interés jurídico del quejoso,
y manifestaron que constituirá voto de minoría la parte considerativa
del proyecto. Se comisionó al señor Ministro Humberto Román Palacios
para la formulación de la parte considerativa del engrose rectora del
sentido de la resolución.

SENTENCIA
S entencia

AMPARO EN REVISIÓN 962/98. PROMOVIDO POR DAVID HÉCTOR


CANTÚ DÍAZ. MINISTRO ENCARGADO DEL ENGROSE: HUMBERTO
ROMÁN PALACIOS. SECRETARIO: GUILLERMO CAMPOS OSORIO.

México, Distrito Federal. Acuerdo del Tribunal Pleno de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, correspondiente al día cuatro de marzo de mil
novecientos noventa y nueve.

VISTOS Y
RESULTANDO:

PRIMERO.— Por escrito presentado el seis de octubre de mil nove-


cientos noventa y siete, en la Oficialía de Partes del Juzgado Primero de
Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, David Héctor Cantú Díaz,
por su propio derecho, ocurrió en demanda de amparo, reclamando de
las autoridades siguientes, los actos que a continuación se especifican:

"Actos reclamados: a).— Del presidente de la República de los Estados


Unidos Mexicanos, se reclama: La promulgación y publicación del Trata-
do de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados
Unidos Mexicanos y el Reino de España de fecha 21 de noviembre de
1978 y publicado en Diario Oficial del 21 de mayo de 1980; asimismo
se reclaman también las consecuencias y efectos legales que se deri-
ven del mismo.— b).— De la Cámara de Senadores del Congreso de la
Unión, se reclama: La aprobación del Tratado de Extradición y Asisten-
cia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el
Reino de España referido del día 27 de septiembre de 1979, según

143
144 TRATADO DE EXTRADICIÓN

decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del día 7 de


noviembre del mismo año; asimismo se reclaman también las con-
secuencias y efectos legales que se deriven del mismo.— c).— Del se-
cretario de Relaciones Exteriores, se reclama: La celebración del Tratado
de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados
Unidos Mexicanos y el Reino de España de fecha 21 de noviembre de
1978 y publicado en el Diario Oficial el 21 de mayo de 1980, celebra-
ción que se realiza en contra de las disposiciones de preceptos cons-
titucionales vigentes en aquella época. También se le reclama el
procedimiento de extradición activa realizado en perjuicio del suscrito
y que mantiene privado de mi libertad personal en el Centro Penitencia-
rio Madrid Uno, en base al tratado de extradición que se menciona con
anterioridad cuya inconstitucionalidad se le reclama; asimismo las
consecuencias y efectos legales que se deriven de los anteriores actos
reclamados.— d).— Del director general jurídico y el director de la
consultoría jurídica, dependientes de la Secretaría de Relaciones Exte-
riores, se les reclama: Los actos diplomáticos, materiales y jurídicos
realizados y que se pretendan realizar, tendientes a la detención y extra-
dición del compareciente quejoso David Héctor Cantú Díaz, que se
ejecutan en base al tratado cuya inconstitucionalidad se reclama; asi-
mismo se reclaman las consecuencias y efectos legales que produz-
can.— e).— Del procurador general de la República del director de
asistencia legal internacional, del procurador General de Justicia en el
Estado de Nuevo León, se les reclaman: Los actos materiales y jurídicos
tendientes a la detención, extradición y traslado, del directamente que-
joso en apoyo al Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal que se menciona y cuya inconstitucionalidad se reclama en esta
vía; asimismo se reclaman las consecuencias y efectos legales que se
deriven del mismo.— f).— Del Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judi-
cial en el Estado, se le reclama: La orden de aprehensión o detención
que según he tenido conocimiento ha decretado en mi contra dentro de
la causa penal número 290/96-C, por los delitos de evasión de presos,
abuso de autoridad, coalición y delitos cometidos en la administración
de justicia, así como todos los actos realizados por tal autoridad judi-
cial para llevar a cabo el trámite de detención y extradición del suscrito
quejoso en base al Tratado Internacional que se refiere y cuya inconsti-
tucionalidad se reclama, así como las consecuencias y efectos legales
que se deriven de los anteriores actos reclamados."

SEGUNDO.— La quejosa invocó como preceptos violados los artícu-


los 16, 89, fracción X y 133 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, señaló que no existe tercero perjudicado y manifestó
como antecedentes del caso los siguientes:

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 145

"1.- El suscrito desempeñé el cargo de procurador general de Justicia


del Estado de Nuevo León, desde mayo 18 de 1995 a enero 28 de
1996.— 2.— Mediante escrito recepcionado en fecha 27 de febrero
de 1996, comparece ante el agente del Ministerio Público Investigador
Especializado contra delitos cometidos por servidores públicos, la señora
Victoria Alejandra Khune de Morales, por sus propios derechos (sic) y
en representación de sus hijos, presentando denuncia por los delitos de
abuso de autoridad, amenazas, cometidos en la administración de jus-
ticia, chantaje, o los que resulten acreditados una vez que se integrara
la indagatoria de referencia.— En términos generales, la denunciante se
quejaba en tal escrito de que con motivo de operaciones comerciales
verificadas existía un adeudo con Banca Serfín, que fue liquidado por
un socio de la empresa, y el cual se subrogó de los derechos de tal
litigio, dando inclusive pormenores de la operación que originó todo el
crédito y las aportaciones que se hicieron por parte de los principales
accionistas.— Que inmediatamente que se formalizó la subrogación refe-
rida el ingeniero Humberto Lobo Morales presentó denuncia ante el agen-
te del Ministerio Público Investigador competente en contra de su esposo
Alejandro Morales Mega, de sus hijos Alejandro Manuel, Daniel y Mauri-
cio Morales Khune, en nombre de una hija menor de edad, así como
también en contra de un cuñado de la denunciante de nombre Eduardo
Morales Mega, del licenciado Guillermo Delgado Salazar y de la propia
denunciante. Que tal averiguación se llevó a sus espaldas; que al ser
consignada la averiguación se decretó la orden de aprehensión y que el
día 29 de noviembre de 1995 recibió una llamada de uno de sus hijos
quien le estableció que al parecer existían problemas con el carro que
llevaran la papelería del mismo ya que unos agentes de la policía judi-
cial le decían que era robado, que posteriormente se presentó la de-
nunciante y vio a su hijo esposado relatando la forma en que según
la denunciante se enteró de que era con motivo de una denuncia pre-
sentada por el ingeniero Humberto Lobo: que se comunicó con su esposo
para se comunicara con la parte ofendida de tal causa penal y que
acordaron el celebrar un convenio, el cual se materializó dos o tres
días después según el relato que realiza la señora Victoria Alejandra
Khune de Morales, refiere que por un lapso de ocho horas estuvieron
detenidos y que al dejarlos en su casa los agentes de la policía judicial,
les dijeron que no salieran hasta que se solucionara el problema y que
iban a tener vigilada la casa.— Establece en su escrito de denuncia la
señora Khune de Morales, a frente de hoja 10 de su escrito de denuncia
que ‘la orden de aprehensión nunca nos fue mostrada, no se nos notificó
la persona que nos acusaba, el delito por el que se nos acusaba el Juez
que libró la orden, además de que la supuesta orden de aprehensión

SENTENCIA
146 TRATADO DE EXTRADICIÓN

legalmente no fue ejecutada en nuestra contra, ya que ninguna acta


se levantó con motivo de la privación ilegal de nuestra libertad, ni en los
autos del proceso penal obra ninguna constancia por el cual le hubie-
sen informado de nuestra detención, por lo que jurídicamente tal priva-
ción de nuestra libertad es un delito que en su momento nos reservamos
denunciar ante las autoridades correspondientes’.— 3.— Con tal es-
crito de denuncia se formó la averiguación previa número 66/96-AESP-2,
en la cual se desahogaron diversas diligencias entre las que existe la
declaración del compareciente, y donde me entero de los hechos
narrados en el punto que antecede. Al margen de lo anterior, niego en
forma rotunda mi participación en tales hechos; se recaban diversas
declaraciones informativas de los aceptados de la denunciante, de
los denunciados y además pruebas.— Cabe hacer mención al sus-
crito, en tal averiguación se me vulneraron mis garantías individuales
que se refieren en el penúltimo párrafo del artículo 20 constitucional,
ya que pese a presentar escrito en el que solicitábamos se nos noti-
ficara para la práctica de cualquier diligencia, esto nunca se llevó a
cabo, llegando al extremo de cambiar de agente del Ministerio Público
Investigador, si tan siquiera notificarlo en forma alguna, y quien reali-
zó diligencias ya practicadas y otras diversas y consignó la averiguación
a la autoridad judicial que se menciona en esta demanda por los deli-
tos de evasión de presos, abuso de autoridad, delitos cometidos en la
administración de justicia y coalición.— 4.— El Juez responsable
obsequia de conformidad la orden de aprehensión en contra del com-
pareciente, habiendo sido detenido en la ciudad de Madrid, España, el
día 17 de septiembre del año en curso, al parecer en base al Tratado
de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado den-
tro de los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España y por
conducto de las diversas autoridades que como responsables tam-
bién se señalan en esta demanda de garantías, tratado, el mencionado,
que se estima es inconstitucional por no reunir los imperativos que
exige nuestra Ley Suprema para la celebración de tales instrumentos
internacionales, por lo que me veo en la imperiosa necesidad de
promover la presente demanda de garantías."

Asimismo, expresó como conceptos de violación los que a continuación


se transcriben:

"Primero.— Se hace consistir en violación a lo preceptuado en la frac-


ción X, del artículo 89 y del diverso 133, todos ellos de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.— 1.— En el artículo 89, frac-
ción X, de nuestra Carta Magna, que consagra las facultades y

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 147

obligaciones del presidente de la República, se establece lo siguiente:


‘X. Dirigir la política exterior y celebrar tratados internaciones, sometién-
dolos a la aprobación del senado...’. En el diverso 133 del mismo cuerpo
de normas se preceptúa: ‘Esta Constitución, las leyes del Congreso de
la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo
con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la
República con aprobación del Senado; serán la Ley Suprema de toda
la Unión...’.— 2.— El Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en
Materia Penal vulnera claramente las formalidades e imperativos fijados
por nuestra Carta Magna en los preceptos invocados, resultando, por lo
mismo, inconstitucional.— En efecto, en la fracción X, del artículo 89, de
nuestra Ley Suprema, se establecen como facultades y obligaciones
del presidente el dirigir la política exterior y celebrar tratados interna-
cionales, sometiéndolos a la aprobación del Senado.— En el caso que
nos ocupa, tal tratado es firmado por el entonces secretario de Rela-
ciones, licenciado don Santiago Roel, más no aparece suscrito por el
presidente de la República que fungía en la fecha de su celebración.—
Tal circunstancia, por sí sola, en forma evidente, merece la procedencia
de este concepto de violación que se hace valer y como consecuencia de
ello la declaratoria de inconstitucional del tratado y de ilegítimo el pro-
cedimiento de extradición que se realiza en contra del suscrito que-
joso, por las autoridades señaladas como responsables para ello, pues
se sustentan en ese documento contrario a nuestra Ley Suprema.—
3.— Se tiene conocimiento de la existencia del Tratado de Viena del
año de 1969, y de la Ley sobre la Celebración de Tratados, publicada
en el Diario Oficial de la Federación en fecha 2 de enero de 1992 y
que en ambos cuerpos de normas se autoriza la delegación de pode-
res.— Pues bien, aunque el Tratado de Viena de 1969, se autorice la
delegación de facultades, ello no exime el cumplimiento de los impera-
tivos constitucionales, como los que se analizan, máxime que el artículo
133 de nuestra Constitución General de la República, establece que la
Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que establece de
ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebra-
dos y que celebren por el presidente de la República, con aprobación
del Senado serán la Ley Suprema de toda la Unión.— En efecto, tal dis-
positivo enuncia la supremacía constitucional, de las leyes que ema-
nen de la misma y los tratados internacionales celebrados y que se
celebren por el presidente de aquel entonces, con aprobación del
Senado, en ese entonces sería inconstitucional el nuevo tratado, por ser
contrario a las facultades e imperativos que le fija la fracción X, del ar-
tículo 89; de la Constitución General de la República, al presidente
de la República, como lo es la celebración de los tratados internacio-

SENTENCIA
148 TRATADO DE EXTRADICIÓN

nales.— En lo que respecta a la Ley de Tratados Internacionales es


aplicable lo anterior argumentado, más aún el principio de irretroacti-
vidad de esa ley para un tratado de extradición celebrado el 21 de noviem-
bre de 1978, por lo cual a mayor abundamiento carecería de aplicación
tal cuerpo de normas.— En iguales términos resulta inconstitucional la
aprobación del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal entre México y España, y realizada por el Senado, ya que, tal
organismo debió de negar su aprobación por no cumplirse con un
imperativo formal enmarcado en la fracción X, del artículo 89, de nuestra
Carta Magna, así como el diverso 133 del mismo cuerpo de normas.—
Al ser inconstitucional el tratado que nos ocupa, como consecuencia de
ello es ilegal la detención y privación del suscrito quejoso, que sufre
a raíz del procedimiento de solicitud y extradición del mismo, así como el
procedimiento que se inició y que se sigue realizando por las autorida-
des encargadas de ello, por lo que en su momento deberá declararse
ilegítimo también el procedimiento de extradición que se lleva por diver-
sas de las autoridades señaladas como responsables en esta demanda
de garantías.— Segundo.— Se hacen consistir en la inexacta aplica-
ción de los artículos 166, 209, fracción VIII, 213 y 224 del Código Penal
vigente en el Estado de Nuevo León, en la época en que acontecieron
los hechos, así como los diversos 219, fracciones I, II, III, IV y V, 222,
224, 239, 258, 273, 275, 305, 310, 311, 319, 321, 322, 323, 324, 325,
326, 327, y demás relativos del Código de Procedimientos Penales para
el Estado de Nuevo León y como consecuencia de ello la violación al
artículo 16 constitucional.— 1.— Los preceptos enunciados como del
Código Penal en vigor, respectivamente describen las figuras típicas
que contempla nuestra legislación represiva de los delitos de evasión
de presos, abuso de autoridad, coalición y de los delitos cometidos en
la administración de justicia, por los cuales la autoridad judicial señalada
como ordenadora responsable pronuncia la orden de captura en con-
tra del compareciente.— 2.— En el presente caso que se somete a la
recta consideración de usted, Juez de Distrito, se tiene la certeza
de la inexistencia de los hechos delictivos por los cuales la autoridad
judicial pronuncia orden de captura, ya que, amén de no haber come-
tido conducta alguna que merezca el libramiento de tal orden, como se
demostrará en su oportunidad mediante el informe justificado que emita
la propia autoridad responsable señalada como ordenadora, y los demás
elementos de convicción que se ofrezcan en términos de ley, no se
justifican los elementos materiales del tipo por los ilícitos que refiere tal
autoridad judicial, y mucho menos que reúnan los conceptos de fun-
damentación y motivación que constitucionalmente se le exige para el
pronunciamiento de una orden de aprehensión.— En efecto, en princi-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 149

pio por lo que hace al delito de evasión de presos, de ninguna forma


se encuentran justificados los elementos materiales del tipo ya que se
pretenden cubrir tales extremos con diversas declaraciones informati-
vas de agentes de la policía judicial, que establecen en la última de tres
o cuatro declaraciones únicamente que me vieron en un café en com-
pañía de quien era el jefe de aprehensiones de la policía judicial y que
al despedirme supuestamente le manifesté ‘que le encargaba mucho
ese asunto ya que era muy delicado’.— Independientemente, del prin-
cipio de inmediatez procesal que rige en la materia que nos ocupa, de
ninguna forma puede concluirse que la supuesta manifestación que reali-
cé, es configurativa del delito de evasión de presos, es decir que con tal
manifestación favoreciera la fuga de una o más personas que se encon-
traran privadas de su libertad personal, a mayor abundamiento, cuando
la propia denuncia en su escrito inicial de querella a frente de foja 10,
establece lo siguiente: ‘La orden de aprehensión nunca nos fue mos-
trada, no se nos notificó la persona que nos acusaba, el delito por el
que nos acusaba, el Juez que libró la orden, además de que la supuesta
orden de aprehensión legalmente no fue ejecutada en nuestra con-
tra, ya que ninguna acta se levantó con motivo de la privación ilegal
de nuestra libertad, ni en los autos del proceso penal obra ninguna
constancia por el cual le hubiesen informado de nuestra detención, por
lo que hubiesen informado de nuestra detención, por lo que jurídica-
mente tal privación de nuestra libertad es un delito, que en su momento
nos reservamos denunciar ante las autoridades correspondientes’.—
En iguales términos por lo que hace al delito de abuso de autoridad y
coalición no se surten los elementos materiales de tales conductas ya
que en el primero de los supuestos ilícitos se establece en la frac-
ción VIII, del artículo 209, a la persona que habiendo ejecutado una
orden judicial de aprehensión no ponga al inculpado a disposición
del Juez que la libró, ya que como procurador general de Justicia, no me
corresponde, por razones obvias, la ejecución de las órdenes de
aprehensión que pronuncian las autoridades judiciales; mientras que para
el acreditamiento del diverso ilícito de coalición tipificado en el artículo
213 del Código Penal vigente en Nuevo León se requiere la asociación
de funcionarios con el fin de tomar medidas contrarias a una ley o entor-
pecer o suspender la administración pública en cualquiera de sus ramas,
lo que en ningún caso se justificaría y sin que exista ningún elemento de
prueba diverso al escrito de la denuncia, que tan siquiera me rela-
cione con los hechos que originaron la orden de aprehensión en mi
contra.— Por último, y en lo tocante al delito de delitos cometidos en la
administración de justicia, se llega al extremo de que sin tener el carác-
ter de funcionario, empleado o auxiliar en la administración de justicia

SENTENCIA
150 TRATADO DE EXTRADICIÓN

se me impute la comisión de un ilícito exclusivo para los integrantes del


Poder Judicial. A mayor abundamiento y después de la supuesta mate-
rialización del acto que se reclama, sufrió reformas la legislación penal
del Estado de Nuevo León, ampliando el sujeto activo de este delito
a los empleados auxiliares o funcionarios en la procuración de justicia,
por lo cual no puede aplicarse tal reforma en mi perjuicio, por ser posterior
a la conducta supuestamente delictiva.— A continuación me permito
transcribir diversos criterios sustentados con los Tribunales Colegiados
de Circuito de la Nación de los cuales se infiere la inconstitucionalidad de
la orden de aprehensión pronunciada en mi contra:

"Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.— Fuente: Semanario


Judicial de la Federación.— Época: Octava Época.— Tomo: XV–
Febrero.— Tesis: XX.275 P.— Página: 93. ‘ORDEN DE APREHENSIÓN.
ES VIOLATORIA DE GARANTÍAS SI DE LAS CONSTANCIAS DE
AUTOS SE ADVIERTE QUE SOBRE LA RESPONSABILIDAD DEL ACU-
SADO, ÚNICAMENTE OBRA LA DENUNCIA QUE SOBRE LOS
HECHOS PRODUCE EL OFENDIDO.— Viola en perjuicio del recurren-
te las garantías tuteladas por el artículo constitucional, la orden de
aprehensión reclamada, si las constancias de autos se advierte que
es cierto que sobre la probable responsabilidad del acusado, úni-
camente obra la denuncia que sobre los hechos produce el ofen-
dido.— Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito.— Amparo en revisión
504/94.— Juan Hernández Shilon y otros.— 10 de noviembre de 1994.—
Unanimidad de votos.— Ponente: Mariano Hernández Torres.— Secre-
tario: Noé Gutiérrez Díaz.’

"Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.— Fuente: Semanario


Judicial de la Federación.— Época: Octava Época.— Tomo: XV-Enero—
Tesis: XX. 282 P.— Página: 266. ‘ORDEN DE APREHENSIÓN. EL TESTI-
MONIO SINGULAR SIN OTROS DATOS RESULTA INSUFICIENTE
PARA LIBRAR UN (SIC).— Resulta insuficiente para justificar el
libramiento de una orden de aprehensión la declaración vertida por un
solo testigo, en razón de tener el carácter de un testimonio singular,
el cual tiene el valor de un indicio y éste por sí mismo no constituye la
serie de datos que requiere el artículo 16 constitucional.— Tribunal
Colegiado del Vigésimo Circuito.— Amparo en revisión 312/94.— Juan
Vázquez Garay y otro.— 18 de agosto de 1994.— Unanimidad de vo-
tos.— Ponente: Francisco A. Velasco Santiago.— Secretario: José Gabriel
Rodríguez.’

"Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.— Fuente: Semanario


Judicial de la Federación.— Época: Novena Época.— Tomo: IV, Octu-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 151

bre de 1996.— Tesis: IV. 1o. 2P.— Página: 517. ‘DELITOS COMETIDOS
EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. CARÁCTER DE FUNCIONA-
RIO, EMPLEADO O AUXILIAR DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUS-
TICIA.— No se puede considerar a un subjefe divisional (coordinador) de
la policía judicial del Estado como funcionario, empleado o auxiliar de la
administración de justicia, en tanto que esta calidad significa que el suje-
to activo precisamente con la impartición de justicia, propia de los inte-
grantes del Poder Judicial, Local o Federal, o de auxilio de la propia
función, y el quejoso se hallaba, en el caso, en indagaciones sobre el
delito, lo que apenas forma parte, en su inicio de la procuración de jus-
ticia, lo que es técnica, legal y claramente una cuestión distinta a las
hipótesis de comisión del delito de cuenta, sobre todo, porque la fun-
ción en uno y otro caso, corre a cargo de autoridades de naturaleza
completamente distinta. Además, el delito está contenido con el Código
Penal del Estado, en el título octavo, <<Delitos cometidos en la adminis-
tración de justicia>>, capítulo único, y como tal, el bien jurídico tutelado
es todo lo relacionado con la impartición de justicia, sus órganos judi-
ciales, procedimientos y demás aspectos, ya que así lo revela el artículo
224, fracciones de la I a la IX, básicamente la fracción VII, que se refiere
a ejecutar actos o incurrir en omisiones que produzcan un daño o conce-
dan a alguien una ventaja indebida, y teniendo en cuenta todos los demás
casos a que se refieren las demás fracciones, esos actos u omisiones
deben darse dentro del proceso propiamente dicho, ante el Juez del
propio proceso, esto es, en el periodo de administración de justicia, por
lo cual tampoco tiene aplicación, en el caso, el artículo 3o., fracción X,
de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, en el que se dice
que son auxiliares de la administración de justicia <<los jefes y agen-
tes de la policía estatal municipal>>, ya que, independientemente de
que no se habla con precisión de la policía judicial, es evidente que
el auxilio a que se refiere el precepto acabado de citar, se da de acuerdo
con las fases del procedimiento y, como se ha dicho, no se puede hablar
de altas de auxilio a la administración de justicia, cuando el hecho u
omisión ha ocurrido, apenas, en la fase de averiguación previa, o sea,
en el periodo de investigación y procuración de justicia.— Primer Tribu-
nal Colegiado del Cuarto Circuito.— Amparo en revisión 168/96.— Mario
Humberto Benavides Caballero.— 12 de agosto de 1996.— Unanimidad
de votos.— Ponente: Arturo Sánchez Fitta.— Secretaria: Alma Rosa
Torres García.’

"3.— Como se dijo en un principio se tiene la certeza de que resulta


atentatoria la orden de captura que se pronuncia en mi contra, por vio-
lación evidente a las garantías de legalidad y seguridad jurídica que

SENTENCIA
152 TRATADO DE EXTRADICIÓN

contempla el artículo 16 de la nuestra Carta Magna.— En efecto, el


acto que pronuncia la autoridad judicial carece de los conceptos de fun-
damentación y motivación que exige nuestra Constitución General de
la República, y por otro lado, como se demostrará en su oportunidad,
no se encuentran reunidos los elementos del tipo por los ilícitos que
pronuncia la orden de aprehensión que se le reclama, produciéndose
con ello una violación flagrante al artículo 16, de nuestro Máximo Cuer-
po de Leyes.— En cuanto a las pruebas que se pretenden ofrecer dentro
del presente juicio de garantías, la legitimidad de las mismas, se devie-
ne de la jurisprudencia que a continuación me permito transcribir:
‘ORDEN DE APREHENSIÓN, PRUEBAS EN EL AMPARO RESPECTO
DE LA.— Cuando el amparo se promueve contra una orden de aprehen-
sión, el quejoso puede presentar, ante el Juez constitucional, las pruebas
que estime pertinentes para demostrar la inconstitucionalidad del acto
reclamado, aun cuando no las haya tenido a la vista la autoridad respon-
sable, toda vez que no teniendo conocimiento el inculpado, en la gene-
ralidad de los casos, del procedimiento que se sigue en su contra, sino
al ser detenido, no tiene oportunidad ni medios de defensa, si no es
ante el Juez que conozca del juicio de garantías.

"‘Quinta Epoca: Tomo XVII, Gaminde viuda de Zaldivar Teresa y coagra-


viados, página 1126; Tomo XXVII, Castillo Negrete Gonzalo, página 219;
Tomo XXXVII, Ruiz Corona Rafael, página 1574; Tomo LXXII, Bello Felipe
y coagraviados, página 674; Tomo LXXII, Nieto Vicente, página 1635.

"‘Jurisprudencia 210 (Quinta Época), página 441, Volúmen 1a. Sala, Segun-
da Parte, Apéndice 1917-1975; anterior Apéndice 1917-1965. Jurispruden-
cia 201, Página 400; en el Apéndice de fallos 1917-1954. Jurisprudencia
726, página 1339 (En nuestra actualización y penal, tesis 1354, pá-
gina 562).’".

TERCERO.— El Juez Primero de Distrito en Materia Penal en el Distrito


Federal, por auto de seis de octubre de mil novecientos noventa y siete,
determinó carecer de competencia para conocer del juicio, remitiendo
los autos al Juez de Distrito en el Estado de Nuevo León, en turno.

El titular del Juzgado Sexto de Distrito en la mencionada entidad, me-


diante proveído de seis de octubre siguiente, aceptó la competencia
declinada y admitió la demanda de garantías y ordenó su registro con el
número 1187/97 y, seguido el juicio por sus trámites legales, dictó sen-
tencia que autorizó el diecinueve de febrero siguiente, que concluyó
con los siguientes puntos resolutivos:

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 153

"Primero.— Se sobresee el presente juicio de garantías promovido por


David Héctor Cantú Díaz, contra los actos que reclamó de las auto-
ridades precisadas en el considerando segundo de este fallo consti-
tucional.— Segundo.— La Justicia de la Unión, ampara y protege a David
Héctor Cantú Díaz, contra los actos que reclamó del presidente de la
República de los Estados Unidos Mexicanos, la Cámara de Senadores
del H. Congreso de la Unión, del secretario de Relaciones Exteriores, del
director jurídico general de la Secretaría de Relaciones Exteriores, del pro-
curador general de la República, del Juez Penal del Cuarto Distrito Judi-
cial en el Estado de Nuevo León y del procurador General de Justicia en
el Estado, por los motivos y para los efectos precisados en los conside-
randos quinto y sexto de esta resolución constitucional."

La parte considerativa del fallo pronunciado por la a quo es del tenor


literal siguiente:

"Segundo.— El director de la consultoría jurídica de la Secretaría de


Relaciones Exteriores y el director de asistencia legal internacional
dependiente de la Procuraduría General de la República, al rendir sus
informes justificados señalan que no es cierto el acto reclamado, y sin
prueba en contrario aportada por el directamente quejoso para desvir-
tuar la negativa expresada de las autoridades responsables menciona-
das respecto a los actos que les reclamaron, lo que procede entonces
es sobreseer el presente juicio de amparo con fundamento en la frac-
ción IV, del artículo 74, de la Ley de Amparo, respecto a lo que se reclamó
de las autoridades de mérito.— Tercero.— El presidente de la Repú-
blica de los Estados Unidos Mexicanos, la Cámara de Senadores del
Congreso de la Unión, el secretario de Relaciones Exteriores, el director
jurídico general de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el procura-
dor General de la República, el Juez Penal del Cuarto Distrito Judicial
en el Estado de Nuevo León y el procurador general de Justicia en el
Estado, al rendir sus informes justificados señalan que es cierto el acto
reclamado remitiendo las autoridades de mérito copias fotostáticas certi-
ficadas de diversas actuaciones llevadas a cabo en los expedientes que
a cada una le corresponde, para acreditar la constitucionalidad de sus
actos.— Asimismo, el secretario de Relaciones Exteriores, expresa
que no es cierto el acto reclamado en cuanto que no celebró el tratado
de extradición combatido, sino que dentro del procedimiento de cele-
bración participó en las negociaciones que llevaron a la firma del mismo,
sin embargo, debe decirse que contrario a lo aducido por la autoridad
responsable citada, que sí se demuestra la existencia del acto que
se le reclama, pues así aparece de las copias certificadas que remitió al

SENTENCIA
154 TRATADO DE EXTRADICIÓN

rendir el informe justificado en representación del presidente de la Repú-


blica, y a las cuales se les confiere valor probatorio pleno en términos de
los artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles
de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, en las cuales se encuen-
tra el tratado de extradición celebrado entre el secretario de Relaciones
Exteriores plenipontenciario del país de México y el ministro de Asun-
tos Exteriores por el Gobierno del Reino de España, en fecha veintiuno
de noviembre de mil novecientos setenta y ocho, por lo que se considera
que dicho acto reclamado resulta ser cierto.— Cuarto.— Las causas de
improcedencia que hagan valer las partes deben de estudiarse prefe-
rentemente a cualquier otra cuestión por ser de orden público atento a
lo dispuesto en la parte final del artículo 73 de la Ley de Amparo.—
En efecto, en el presente caso tenemos que el agente del Ministerio
Público de la Federación adscrito en materia de amparo, hace valer
como causal de improcedencia la prevista en la fracción XI, del artícu-
lo 73, de la Ley de Amparo, toda vez que al haberse desistido el ahora
quejoso de una demanda de amparo promovida en el Juzgado Tercero
de Distrito en el Estado, señalando como acto reclamado la orden de
aprehensión y detención, entraña su consentimiento expreso de los actos
que ahora reclama en el presente juicio, y que también es la orden de
aprehensión referida, y que por tanto debe hacerse extensivo el sobre-
seimiento al tratado que se reclama de inconstitucional ya que se reclamó
en virtud de un acto concreto de aplicación en perjuicio del quejoso, sin
embargo el suscrito considera que dicha causal de improcedencia invo-
cada en este caso resulta infundada, pues la situación jurídica del que-
joso es completamente distinta en la fecha en que se promovió el amparo
ante el Juzgado Tercero de Distrito en el Estado, pues en aquel enton-
ces no se encontraba aun detenido, y además dicho amparo fue sobre-
seído fuera de audiencia sin que existieran en el mismo alguno de los
informes justificados de las autoridades responsables, para establecer
si efectivamente resultaba ser cierto o no el acto que aquí reclama, por lo
que al no haber constancias en este procedimiento de que el que-
joso se haya enterado por medio del amparo que promovió ante el
Juzgado Tercero de Distrito de que ya existía el acto reclamado en su
contra, entonces no puede decirse que se tenga por consentida la orden
de aprehensión y detención dictada por la autoridad judicial responsa-
ble en su persona, con motivo del desistimiento del primer amparo que
promovió, igualmente tampoco resulta improcedente el juicio por lo
que hace al tratado de extradición que aquí se reclama, pues en éste
caso dicha Ley Suprema resulta ser un medio jurídico para dar eje-
cución en el exterior a la orden de aprehensión y detención dictada
en contra del agraviado, y no como norma de aplicación como se pretende

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 155

hacer valer, pues el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el


Estado de Nuevo León, para emitir la orden de aprehensión y detención
pronunciada en contra del quejoso, en ningún momento se apoyó en el
tratado de extradición reclamado, debiendo dejarse establecido tam-
bién que al no haber operado la causal de improcedencia respecto a la
orden de aprehensión reclamada menos opera contra el tratado de extra-
dición combatido, y que fue un medio únicamente para lograr la deten-
ción del ahora agraviado y no como acto de aplicación anterior sino
posterior a la orden de aprehensión.— Ahora bien, en cuanto a la diversa
causal de improcedencia aducida por el Ministerio Público de la Fede-
ración adscrito y que es la prevista en la fracción XVIII, del artículo 73,
de la Ley de Amparo, en relación al artículo 1o. constitucional, ésta
también resulta infundada, pues si bien es cierto que el quejoso se
encontraba en el país de España al momento de ser detenido con motivo
del procedimiento de extradición para dar cumplimiento a la orden de
aprehensión y detención dictada en su contra por el Juez de lo Penal del
Cuarto Distrito Judicial en el Estado de Nuevo León, esto no quiere decir
que por haber salido de la potestad jurídica de las autoridades del Estado
Mexicano para detenerlo no pueda acudir a pedir el auxilio y protección
de la Justicia Federal contra los actos que reclama de inconstituciona-
les, pues tan es así que se le están aplicando procedimientos y leyes
mexicanas para lograr su detención, aún estando fuera de la República;
empero, el artículo 1o. de la Constitución Federal establece que todo
individuo en los Estados Unidos Mexicanos gozará de las garantías que
otorga la Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse,
de ahí que las personas de nacionalidad mexicana que se encuentran
fuera de la República continúan gozando de las garantías que otorga la
Constitución y pueden legítimamente pedir o ejercitar la acción consti-
tucional contra los diversos actos autoritarios dictados en su contra,
máxime cuando se trata de actos tendientes a privar de la libertad a un
mexicano, como lo es el ahora quejoso, por lo que las causales de impro-
cedencia hechas valer se declaran infundadas.— Por otro lado, la
causal de improcedencia aducida por el secretario de Relaciones Exte-
riores al momento de rendir el informe justificado en representación del
presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la cual hace valer confor-
me a la fracción V, del artículo 73, de la Ley de Amparo, al argumentar
que el mismo es improcedente contra actos futuros, consistentes en las
consecuencias y efectos legales que se produzcan con motivo del
tratado de extradición. Sin embargo, dicha causal de improcedencia
resulta también infundada, pues en este caso el quejoso sí cuenta con
el interés jurídico suficiente para comparecer a juicio constitucional, pues
las consecuencias y efectos de la aplicación del tratado de extradición

SENTENCIA
156 TRATADO DE EXTRADICIÓN

que se reclama, como medio para lograr la aprehensión del agraviado,


no resultan ser actos futuros o probables, en atención a que tales con-
secuencias ya se llevaron a cabo, pues el quejoso fue detenido en la
ciudad de Madrid, España, con motivo del procedimiento de extradición
llevado en su contra por las autoridades señaladas aquí como responsa-
bles, por lo que resulta inoperante la causal de improcedencia antes
señalada.— Quinto.— No habiendo más causales de improcedencia
hechas valer, lo que procede es entrar al estudio de los conceptos de
violación aducidos por el quejoso David Héctor Cantú Díaz, los cuales
no se transcriben por economía procesal pero se dan por reproducidos
para todo efecto legal.

"En primer lugar, analizaremos el primer concepto de violación aducido


por el agraviado el cual se declara fundado en atención a lo siguiente.—
El quejoso reclama de inconstitucional el Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos
Mexicanos y el Reino de España de fecha veintiuno de noviembre de mil
novecientos setenta y ocho y publicado en el Diario Oficial de la Fede-
ración el veintiuno de mayo de mil novecientos ochenta, así como las
consecuencias y efectos que deriven del mismo. También se reclama
la aprobación del tratado por la Cámara de Senadores del Congreso
de la Unión, de fecha veintisiete de septiembre de mil novecientos setenta
y nueve; alegando el quejoso que dicho tratado es inconstitucional,
porque fue celebrado por el entonces secretario de Relaciones Exteriores
autorizado al efecto por parte del Gobierno de México y por Marcelino
Oreja, ministro de Asuntos Exteriores por el Gobierno del Reino de
España; sin que aquel secretario de Relaciones Exteriores tuviera
facultades legales para ello, porque el artículo 89, fracción X, de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece que es
facultad y obligación del presidente de la República, entre otras, cele-
brar tratados internacionales, sometiéndolos a la aprobación del Sena-
do.— Lo así alegado resulta fundado, toda vez que, efectivamente, el
único facultado para celebrar tratados internacionales es el presidente
de la República, debiendo someterlos a la aprobación del Senado para
que sean ley. Esto es así pues debe tomarse en cuenta que es el pre-
sidente de la República quien puede obligar y representar a nuestro
país ante potencias extranjeras al celebrar un tratado, pues el artículo
89, fracción X, constitucional, es muy claro al disponer que es facultad
y obligación del presidente de la República, entre otras, la de celebrar
tratados internacionales, sometiéndolos a la aprobación del Senado,
disposición que debe ser interpretada en concordancia con lo que
establece el artículo 133 de la Constitución Política de los Estados

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 157

Unidos Mexicanos, que señala que todos los tratados que estén de
acuerdo con la Constitución, celebrados y que se celebren por el pre-
sidente de la República con aprobación del Senado, serán la Ley
Suprema de toda la Unión. Como se ve, esta última disposición consti-
tucional no deja dudas al respecto, de que los tratados deben ser cele-
brados directamente por el presidente de la República, sin que dicha
norma establezca posibilidad alguna de delegación de la referida facul-
tad presidencial en los secretarios del despacho, o específicamente en
el de Relaciones Exteriores. Por tanto, si un tratado no aparece cele-
brado por el presidente de la República ello significa que no está de
acuerdo con los artículos 89, fracción X, y 133, de la Constitución, y al
haber desacuerdo resultaría no ser Ley Suprema y por tanto comba-
tible a través del juicio de amparo.— No pasa desapercibida la circuns-
tancia de que en algunos ordenamientos legales secundarios se den
facultades al secretario de Relaciones Exteriores para que intervenga
en las negociaciones previas a la celebración de toda clase de tratados,
pero una cosa es intervenir en la preparación de los tratados acordando
los términos en que se celebrará, la materia u objeto del mismo, la nor-
matividad a que quedará sujeto, su duración, etcétera, y otra muy dis-
tinta es celebrarlos y firmarlos directamente con el país extranjero, ya
que esto debe hacerlo quien constitucionalmente está facultado para
ello, en este caso el presidente de la República.— Si bien, es cierto
que el artículo 28, fracción I, de la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal, en lo que aquí importa, establece que a la Secretaría
de Relaciones Exteriores corresponde conducir la política exterior, para
lo cual intervendrá en toda clase de tratados, acuerdos y convenciones
en los que el país sea parte, asimismo el artículo 2o., fracción VI, de la
Ley Sobre la Celebración de Tratados, dispone que para los efectos
de esa ley se entenderá ‘VI. Plenos Poderes: el documento mediante el
cual se designa a una o varias personas para representar a los Estados
Unidos Mexicanos en cualquier acto relativo a la celebración de trata-
dos’. Sin embargo, ninguna de esas disposiciones faculta al secretario
de Relaciones Exteriores para celebrar tratados, máxime que, se repite,
los artículos 89, fracción X, y 133, constitucionales son muy claros al
respecto, al señalar que corresponde al presidente de la República dicha
facultad, la cual es, además, indelegable.— Por otro lado, aun y cuando
se alegue por el secretario de Relaciones Exteriores al rendir su informe
justificado en su carácter de representación del presidente de la Repú-
blica, que en la celebración del tratado, la intervención del secretario de
Relaciones Exteriores de aquél entonces consistió, entre otras activi-
dades, en firmar el documento conjuntamente con su homólogo, el
ministro de Asuntos Exteriores de España, que la emisión de este acto

SENTENCIA
158 TRATADO DE EXTRADICIÓN

fue en estricto apego a la práctica internacional recogida en la Conven-


ción de Viena sobre el Derecho de los Tratados, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el catorce de febrero de mil novecientos setenta
y cinco, y que en su artículo 7o., permite que la autenticación del texto
de un tratado sea realizada por el secretario de Relaciones Exteriores;
sin embargo el suscrito considera que ello no exime el cumplimiento de
los imperativos constitucionales, como los que se analizan, máxime
que el artículo 133 de la Constitución General de la República, como ya
se dijo establece que la Constitución, las leyes del Congreso de la Unión
que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la
misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la Repúbli-
ca, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la
Unión. Como puede verse, tal dispositivo enuncia el principio de la supre-
macía constitucional de las leyes que emanen de la misma y los tratados
internacionales celebrados y que se celebren por el presidente con
aprobación del Senado, de lo que se deduce que aun cuando exista el
Tratado de Viena en mención, no puede estar por encima de los impe-
rativos constitucionales, porque en este caso sería contrario a las
facultades que se fijan en la fracción X, del artículo 89, constitucional,
correspondientes al Presidente de la República, como lo es la celebra-
ción de los tratados internacionales, quien es éste únicamente el
autorizado constitucionalmente para la celebración y firma de los tra-
tados internacionales y no un secretario de despacho.— En las rela-
cionadas consideraciones al advertirse que el tratado reclamado no fue
celebrado por el Presidente de la República pues aparece firmado en
fecha veintiuno de noviembre de mil novecientos setenta y ocho, sólo
por el secretario de Relaciones Exteriores aun y cuando haya sido facul-
tado plenipotenciariamente por el entonces presidente de la República
José López Portillo, es manifiesto que sin su firma pasó al Senado de la
República y en fecha veintisiete de septiembre de mil novecientos
setenta y nueve fue aprobado por dicha Cámara del Congreso de la
Unión, ratificando luego, en fecha quince de noviembre de mil novecien-
tos setenta y nueve el presidente de la República dicho tratado (foja
601), entonces, es violatorio de garantías por no estar ajustado a la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en tanto, que la
doctrina de la ‘ratificación presidencial’ en materia de convenciones inter-
nacionales, no es aplicable porque el acto ratificatorio no puede re-
glamentar a una norma constitucional, pues en el caso, los artículos
89, fracción X, (que contempla no sólo facultades sino también obliga-
ciones del presidente), 76, fracción I, y 133 constitucionales, establecen
la obligación del Presidente de la República de ser él quien celebre los
tratados internacionales y, por consiguiente, dicha atribución no es dele-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 159

gable. El secretario del ramo podrá tener atribuciones suficientes para


celebrar los actos preparatorios de un tratado, pero dichas normas supre-
mas no lo autorizan a firmar por delegación el convenio de que se
trata, dado que la firma o suscripción del tratado constituye la máxima
expresión, y constitucionalmente la única, del compromiso correspon-
diente. Celebrar un contrato, un convenio, un acuerdo, un compro-
miso, equivale a firmarlo y sólo puede hacerlo quien está facultado para
ello. La falta de firma entraña una omisión equiparable a la falta de con-
sentimiento. Si bien es cierto que en materia de derecho internacional
es preciso acudir a múltiples acuerdos previos antes de firmarse un
tratado, son precisamente esos pasos dados los que son ratificables
de acuerdo con el texto de la norma prevista en el artículo 7o. del Con-
venio de Viena; empero, si la norma constitucional exige que sea preci-
samente el Presidente de la República quien celebre el tratado, esto
quiere decir que es él y solamente él quien debe firmarlo, es prima
facie, para que el documento y el compromiso contenido en él, valgan
en lo interno y pueda entonces ser llevado al Senado de la República
para su aprobación, pues tal es el orden que establecen los tres pre-
ceptos constitucionales mencionados, de manera que lo procedente
es conceder el amparo solicitado en su contra, haciéndose extensiva la
protección federal contra los actos de aplicación del mismo consisten-
tes en la detención del quejoso David Héctor Cantú Díaz, en la ciudad
de Madrid, España, así como todo el procedimiento de extradición lle-
vado en su contra por las autoridades señaladas como responsables
en la demanda de garantías.— Sexto.— Por otro lado, y respecto a la
orden de aprehensión y detención reclamada por el quejoso pronun-
ciada por el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado,
se considera fundado el segundo concepto de violación aducido por el
agraviado, en atención a que dicho acto reclamado no reúne los requi-
sitos contemplados por el artículo 16 constitucional, al no encontrarse
debidamente acreditado en autos la presunta responsabilidad del
inculpado ahora quejoso David Héctor Cantú Díaz, pues no existen
elementos de convicción suficientes en el proceso del cual emana la
orden reclamada para establecer que Cantú Díaz sea presunto res-
ponsable de los ilícitos de evasión de presos, abuso de autoridad, coa-
lición y delitos cometidos en la administración de justicia, en razón a lo
siguiente.— Pues bien, el elemento de prueba fundamental que tomó
como base el Juez Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado, en la
orden de aprehensión ahora combatida, para sostener que el quejoso
David Héctor Cantú Díaz, era presunto responsable de los delitos ya
referidos, lo fue la declaración ministerial de los entonces agentes
de la policía judicial del Estado, Oscar Morales Castillo, Sergio García

SENTENCIA
160 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Elizondo y Erasmo Gabriel Elizondo Hernández, de fecha nueve de mayo


de mil novecientos noventa y seis, quienes al comparecer ante la auto-
ridad investigadora por cuarta ocasión, argumentaron en forma con-
teste que aproximadamente a las siete horas con treinta minutos del
día veintinueve de noviembre de mil novecientos noventa y cinco, fue-
ron citados por frecuencia (sic) por el entonces coordinador de aprehen-
siones Rómulo Flores Aldape, quien les dio instrucciones para que
acudieran a las calles de Roberto G. Sada y Gómez Morín en San Pedro
Garza García, Nuevo León, que una vez en ese lugar se entrevistaron
con Rómulo Flores Aldape quien llegó a bordo de una camioneta ‘Sil-
verado’, sin recordar las placas, quien les pidió que lo acompañaran,
sin especificarles a qué lugar, pero que únicamente lo siguieran para
efecto de realizar un ‘seis’, queriendo manifestar con esta clave Flores
Aldape que era una investigación, y como era un superior jerárquico,
obedecieron su orden, acompañándolo en la unidad 25 que tripulaban,
que se dirigieron por varias avenidas de ese Municipio hasta llegar a un
centro comercial denominado ‘Las Villas’, el cual está ubicado sobre
la avenida Calzada del Valle, que en ese lugar, ya estando dentro del
estacionamiento, Flores Aldape les pidió que descendieran de la unidad,
invitándolos a tomar un café o a almorzar en un local que se situaba
dentro de dicho centro comercial denominado ‘Garabato’, que se sen-
taron en una mesa en la parte exterior del mismo negocio y se per-
cataron de que en otra mesa se encontraba el licenciado David Cantú
Díaz, quien en ese tiempo era procurador general de Justicia en el Es-
tado, que observaron que Rómulo Flores Aldape se sentó con el licen-
ciado David Cantú en la mesa de éste, la cual estaba contigua a la
mesa donde ellos estaban, percatándose que Flores Aldape y el licen-
ciado David, ya tenían prevista esa cita, pues esa apariencia dieron ya
que cuando se saludaron se escuchó que el comandante Flores le dijo
al licenciado David, que ya estaba listo lo de la orden de aprehensión
de la familia Morales Mega, a lo cual David Cantú le contestó que le
encargaba mucho ese asunto, diciéndole ‘Te encargo mucho ese asunto,
ya sabes que son personas muy importantes’, contestándole Rómulo
Flores ‘David, nunca te he quedado mal y no te voy a quedar mal en este
asunto’, que esto lo recuerdan porque les extrañó que Rómulo Flores
le hablara de ‘tú’ al que entonces era procurador General de Justicia,
que el licenciado David Cantú Díaz, le hizo una recomendación al coman-
dante, la cual fue ‘Rómulo te encargo mucho que nadie se entere de
esto, manéjalo con mucha discreción y hazlo ya de inmediato’, a lo que
contestó el comandante Flores ‘Ya tengo todo arreglado David, traigo
aquí a la gente para empezar la investigación’, que posteriormente al
pasar aproximadamente cinco minutos el licenciado David Cantú Díaz

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 161

se levantó de la mesa volviéndole a recalcar al comandante Flores ‘Rómulo


ahí te encargo el asunto y si algo se ofrece me hablas al celular’, retirán-
dose por un pasillo lateral de dicho negocio, sin percatarse qué tipo de
vehículo abordó, ya que se dirigió a espaldas del negocio, que una vez
que se retiró Cantú Díaz, el comandante Rómulo se dirigió a la mesa
con ellos y les dijo, ‘Muchachos, les encargo mucho este asunto, ya que
es de gran interés para el patrón’, refiriéndose al licenciado Cantú Díaz,
comentándoles asimismo, que se trataba de una orden de aprehensión
en contra del señor Daniel Morales, que en ese momento les mostró una
papelería con un folder la cual era la mencionada orden de aprehen-
sión, que posteriormente, se dirigieron a la calle Gómez Morín, a las
afueras del edificio Torre Alta, acompañándolos el comandante Rómulo
Flores para mostrarles el domicilio en donde iban a hacer guardia a
que saliera un vehículo deportivo color verde, el cual abordaba el se-
ñor Daniel Morales, que posteriormente se retiró el comandante Flores
de dicho lugar, y que aproximadamente a las diez u once horas salió de
dicho domicilio el vehículo que coincidía con la descripción que les
había dado el comandante Flores, el cual era conducido por una persona
de sexo masculino, que dicho vehículo iba circulando por la calle Gómez
Morín hacia el sur, retornándose y tomando la avenida Gómez Morín
hacia el norte, llegando hasta la avenida Roberto G. Sada, por la cual
transitó hasta una gasolinera, donde cargó combustible, que se quedaron
esperando atrás de éste aproximadamente a treinta metros para esperar
a que continuara su marcha, que una vez que salió de dicha gasolinera
el vehículo en mención, volvió a circular por la avenida Roberto G. Sada
y aproximadamente al pasar seis cuadras lo interceptaron, identifi-
cándose con dicho sujeto, diciéndole que eran elementos activos de la
policía judicial del Estado, y una vez que se percataron que era Daniel
Morales Kuhne, por medio de una licencia de chofer que les mostró,
procedieron a detenerlo, haciéndole saber que existía una orden de
aprehensión en su contra y al momento de querer esposarlo se asustó
y forcejeo, por lo que lo subieron a la unidad y se retiraron de dicho
lugar y al pasar aproximadamente dos cuadras adelante, comunicaron
al comandante Rómulo que ya habían cumplido con la orden, que si
procedían a hacer el trámite correspondiente a cualquier otro detenido,
contestándoles éste ‘Negativo, estén pendientes y proporcionándole al
señor un teléfono para que se comunique con su madre o su hermano,
y una vez que estén ahí procedan a detenerlos, ya que también tienen
orden de aprehensión’, que después de la llamada telefónica, la cual
realizó de un ‘Oxxo’, llegó una señora que se identificó como Victoria
Alejandra Khune, deteniendo también a ésta, que posteriormente llegó
un abogado de nombre Guillermo Delgado Salazar, informándole de lo

SENTENCIA
162 TRATADO DE EXTRADICIÓN

anterior a Rómulo Flores, y éste les dijo que lo detuvieran que también
tenía orden de aprehensión, que una vez detenidos, le informaron a
Flores Aldape y éste les dijo que los aguantaran, que se dirigieran a un
super ubicado sobre la avenida Gómez Morín, rumbo a Chipinque y que
estuvieran pendientes hasta nuevo aviso, pasando el tiempo y le seguían
hablando a Rómulo Flores y éste les decía que aguantaran, que para
esto hablaban de una frecuencia privada, de la cual no se escucha ni la
central ni ninguna unidad de radio, que los tuvieron detenidos por varias
horas sin poder precisar cuánto tiempo, hasta que les dio instrucciones
Rómulo Flores Aldape, diciéndoles que se retiraran del lugar y los pusie-
ran en libertad, preguntándole en repetidas ocasiones que si estaba
seguro de la orden, contestándoles en tono molesto que si no sabían
acatar las órdenes de un superior, y después de volverle a hacerle mención
de su inconformidad, les dijo ‘Ya cálmense muchachos, no hay bronca, ya
los afectados llegaron a un acuerdo y con esto se elimina la orden’,
volviéndole a preguntar que si estaba seguro, porque no querían pro-
blemas, a lo cual les contestó ‘Cumplan con la orden, retírense del
lugar, no hay problema, yo soy abogado aparte está de por medio el pro-
curador’, por lo que procedieron a llevar a las personas a su domicilio,
disculpándose con las mismas por la acción que se había llevado a
cabo, a lo que les contestó la señora ‘No se preocupen oficiales uste-
des cumplieron con su trabajo y con las órdenes que les dieron’, agrade-
ciéndoles el trato que les habían dado, que de lo anterior, no se le dio
conocimiento a nadie, ni se hizo ningún informe, ya que esas fueron las
órdenes que les dio el comandante Rómulo Flores Aldape, y a éste el
procurador.— Sin embargo, de lo anterior y contrario a lo aducido por
el Juez responsable, el suscrito considera, que dichas declaraciones y
medios de prueba no son suficientes para establecer que David Héctor
Cantú Díaz sea presunto responsable del delito de evasión de presos,
abuso de autoridad, coalición, y delitos cometidos en la administración
de justicia, a que se refieren los artículos 166, 209, fracción VIII, 213, y
224, fracción VII, del Código Penal para el Estado de Nuevo León,
pues por principio y por lo que hace al delito de evasión de presos que
se le imputa al inculpado, hoy quejoso, no existe elemento de convic-
ción en la averiguación de la cual deriva el acto reclamado para esta-
blecer que David Héctor Cantú Díaz, haya favorecido la fuga de Daniel
Morales Kuhne, Victoria Alejandra Morales y Guillermo Delgado Salazar,
que fueron detenidos con motivo de una orden de aprehensión girada
en su contra por el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el
Estado por el delito de fraude dentro del proceso número 710/95, que
se les instruyó, la cual fuera ejecutada por elementos de la policía judi-
cial del Estado el día veintinueve de noviembre de mil novecientos noven-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 163

ta y cinco, pues de las declaraciones rendidas ante el organo investigador


por Oscar Morales Castillo, Sergio García Elizondo y Erasmo Gabriel
Elizondo Hernández, y que son las únicas que relacionan al hoy que-
joso en su supuesta participación de los hechos antes narrados, no se
desprende que hayan recibido orden alguna por conducto del entonces
procurador, ahora agraviado David Héctor Cantú Díaz, para que pusie-
ran en libertad a las personas aprehendidas, ni tampoco se establece
que el comandante Rómulo Flores Aldape les haya dicho que pusieran
en libertad a los detenidos por orden del procurador general de Justi-
cia en el Estado, y el hecho de que en las declaraciones ministeriales de
los señores Morales Castillo, García Elizondo y Elizondo Hernández,
se haya informado al órgano investigador que estuvieron presentes en un
restaurante en Garza García, Nuevo León, denominado ‘Garabatos’,
el día veintinueve de noviembre de mil novecientos noventa y cinco,
cuando se reunió Rómulo Flores Aldape con el entonces procurador
David Cantú Díaz, y que hayan escuchado que éste último le decía al
también entonces comandante Flores Aldape, que le encargaba mucho
ese asunto, porque eran personas muy importantes, refiriéndose a la
orden de aprehensión de la familia Morales Mega, y que una vez que
fueron detenidos los pusieron en libertad, toda vez que Rómulo Flores
Aldape, en su carácter en ese entonces de comandante de aprehen-
siones, les informó por radio que no había problema, que dejaran libres
a Daniel Morales, a su madre y al abogado Guillermo Delgado Salazar,
ya que el asunto se había arreglado y además que el procurador estaba de
por medio; sin embargo, de lo anterior, como ya se dijo, no puede deducirse
ni comprobarse que el quejoso Cantú Díaz fue la persona que ordenara la
libertad de los sujetos que fueron aprehendidos por las personas antes
mencionadas, y por tanto no puede deducirse que haya colaborado o
favorecido en su fuga, porque las declaraciones supuestamente de cargo,
no se encuentran robustecidas con otro elemento de convicción para
establecer tan siquiera que el quejoso haya tenido participación inte-
lectual o directamente en las órdenes que les diera Rómulo Flores Aldape
para liberar a diversas personas, por lo que, al no existir indicios
suficientes para demostrar tan siquiera presuntivamente la respon-
sabilidad del agraviado David Héctor Cantú Díaz, entonces no se
encuentran reunidos los elementos que exige el artículo 16, de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para el libramiento
de una orden de aprehensión, al no quedar comprobada la presunta res-
ponsabilidad del quejoso en el delito antes referido.— Por otro lado,
lo mismo debe decirse respecto a los demás ilícitos que se le imputan al
peticionario del amparo, consistentes en el de abuso de autoridad, coali-
ción y delitos cometidos en la administración de justicia, pues por lo

SENTENCIA
164 TRATADO DE EXTRADICIÓN

que respecta al primero de ellos, no puede decirse que el quejoso haya


sido la persona que ejecutó una orden de aprehensión pronunciada por
una autoridad judicial y que no haya puesto a los inculpados a disposi-
ción del Juez que la libró, pues éste en su calidad de procurador general
de Justicia en el Estado, no le correspondía la ejecución material de las
aprehensiones que fueron ordenadas por el Juez de lo Penal de San
Pedro Garza García, Nuevo León, en contra de la señora Victoria Ale-
jandra Kuhne de Morales, Daniel Morales Kuhne y otras personas, dentro
del proceso penal número 710/95, que se les instruyó por el delito de
fraude, las cuales fueron ejecutadas el día veintinueve de noviembre
de mil novecientos noventa y cinco por los agentes de la policía judi-
cial del Estado de nombres Oscar Morales Castillo, Sergio García Eli-
zondo y Erasmo Gabriel Elizondo Hernández, pues de las declaraciones
de cargo realizadas por estas personas ante el Ministerio Público
investigador el día nueve de mayo de mil novecientos noventa y seis,
se establece muy claramente que la persona quien les daba las órde-
nes para que no hicieran los trámites correspondientes respecto a las
aprehensiones cumplidas, lo era el entonces comandante Rómulo
Flores Aldape, tan es así, que dichos exagentes judiciales en sus expo-
siciones señalan que con la única persona con quien estuvieron en con-
tacto lo fue el referido Flores Aldape, agregando además que de dicha
acción nadie se dio cuenta, pues no rindieron ningún informe hacia algún
otro superior, y además el hecho de que el ahora quejoso se haya
entrevistado supuestamente con Rómulo Flores Aldape en un restau-
rante denominado ‘Garabatos’, en Garza García, Nuevo León, y le haya
expresado que le encargaba mucho dicha orden porque se trataba de
personas muy importantes, sin embargo, esas deposiciones no tienen
la fuerza legal suficiente para establecer que David Héctor Cantú Díaz
hubiera intervenido material o intelectualmente para que los agentes de
la policía judicial del Estado que ejecutaron la aprehensión ya refe-
rida, no pusieran a disposición del Juez de la causa a los detenidos,
pues no existe una relación causa-efecto que así lo establezca, y por
tanto tampoco puede decirse que éstas corroboren la denuncia pre-
sentada por la señora Victoria Alejandra Kuhne de Morales, ante el órga-
no investigador, en contra del ahora agraviado y otras personas de
fecha veintiséis de febrero de mil novecientos noventa y seis, y entonces
la consecuencia es establecer que con las pruebas antes relacionadas
y que el Juez responsable tomó como base para dictar la aprehensión
del quejoso por el delito que se estudia, no son suficientes para tener
por demostrada la presunta responsabilidad del ahora quejoso en el
ilícito de abuso de autoridad que se le imputa.— Asimismo, y por lo que
se refiere al delito de coalición, previsto por el artículo 213 del Código

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 165

Penal para el Estado de Nuevo León, y que se imputa al quejoso, quien


ahora resuelve estima, que contrario a lo aducido por el Juez responsa-
ble en la orden de aprehensión combatida, tampoco se encuentran
reunidas pruebas suficientes para tener por acreditada la presunta res-
ponsabilidad de David Héctor Cantú Díaz en éste ilícito, ya que no se
encuentra demostrado con las pruebas que aparecen en el proceso
que se le instruye en su contra, que ésta persona se haya puesto de
acuerdo o reunido con otras para tomar medidas contrarias a una ley
o a lo ordenado por una autoridad judicial, pues el hecho de que existan
en su contra declaraciones en el sentido de que se reunió en un res-
taurante de Garza García, Nuevo León, denominado ‘Garabatos’, en fecha
veintinueve de noviembre de mil novecientos noventa y cinco, con el
entonces comandante de la policía judicial del Estado Rómulo Flores
Aldape, y que le haya encargado a éste las órdenes de aprehensión
habidas en contra de la familia Morales Mega, por ser personas muy
importantes en la ciudad, esto no quiere decir que el ahora quejoso
haya ordenado que una vez ejecutadas las mismas, no fueran comuni-
cadas a la autoridad judicial que las libró o internarlas en el penal del
Estado, y buscar así presionar con la finalidad de llegar a un acuerdo en
los juicios ejecutivos mercantiles 2767/95 y 2768/95, promovidos por
el licenciado Gabriel Villarreal Mendoza en su carácter de endosata-
rio en procuración de Banca Serfín, S.A., en contra de Alejandro Morales
Mega, y radicado ante el Juzgado Séptimo de lo Civil de esta ciudad,
para que una vez logrado dicho objetivo poner en libertad a los deteni-
dos, pues no existe constancia o prueba de ello en autos que acredite
tal hipótesis, en contra del ahora quejoso, pues la denuncia formulada
en su contra por la señora Victoria Alejandra Kuhne de Morales, no puede
decirse que esté robustecida con las declaraciones ministeriales de Oscar
Morales Castillo, Sergio García Elizondo y Erasmo Gabriel Elizondo Her-
nández, quienes fueron los elementos de la policía judicial del Estado
que cumplieron una orden de aprehensión en contra de la denunciante,
de Daniel Morales Kuhne y del licenciado Guillermo Delgado Salazar,
pues como ya se estableció en el estudio correspondiente respecto al
ilícito de abuso de autoridad, de dichas declaraciones no aparece que
David Héctor Cantú Díaz, haya ordenado material o intelectualmente
que no se pusiera a disposición del Juez responsable a las personas
antes referidas, sino que dichas órdenes fueron dadas únicamente por
el señor Rómulo Flores Aldape, por tanto, no puede decirse que la con-
ducta de Cantú Díaz al encontrarse con Rómulo Flores Aldape en el
lugar renglones arriba mencionado, haya sido para tomar medidas con-
trarias a una ley o contrariar lo ordenado por la autoridad responsable,
dentro del proceso 710/95, y por tanto, tampoco aparece demostrada la

SENTENCIA
166 TRATADO DE EXTRADICIÓN

presunta responsabilidad del quejoso en la comisión del delito de


coalición que se le imputa, por lo que la orden de aprehensión y deten-
ción pronunciada en su contra, es violatoria del artículo 16 constitucio-
nal, al faltar el elemento antes mencionado.— Por último, y por lo que
respecta al delito cometido en la administración de justicia, que se le
imputa al quejoso, previsto y sancionado por el artículo 224, fracción
VII, del Código Penal para el Estado de Nuevo León, igualmente no se
encuentra demostrada la presunta responsabilidad de Cantú Díaz en el
mismo, ya que si bien es cierto, quedó demostrado que el veintinueve
de noviembre de mil novecientos noventa y cinco, fueron detenidos
Daniel Morales Kuhne, Victoria Kuhne de Morales y Guillermo Delgado
Salazar, por elementos de la policía judicial del Estado de Nuevo León,
al cumplimentar una orden de aprehensión girada en su contra por el
Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado, dentro del pro-
ceso 710/95, y además que estas personas ese mismo día fueran
puestas en libertad por instrucciones del entonces comandante Rómulo
Flores Aldape, quien a su vez, ese día por la mañana se reunió en el res-
taurante denominado ‘Garabatos’ con el ahora quejoso y en aquel
entonces procurador General de Justicia en el Estado, y que éste le
hubiere encargado a Flores Aldape las órdenes de aprehensión gira-
das en contra de la familia Morales Mega, ya que se trataba de personas
muy importantes, esto según lo declarado ante la autoridad investiga-
dora por los agentes aprehensores, pues bien, dicha situación no invo-
lucra de ninguna manera al agraviado en el delito que se le imputa, o
que éste haya intervenido en la ejecución de las órdenes de mérito, para
poder conceder una ventaja indebida a la parte actora en los juicios
ejecutivos mercantiles 2767/95 y 2768/95, radicados en el Juzgado Sépti-
mo de lo Civil de esta ciudad, en donde aparecen como parte actora
Gabriel Villarreal Mendoza, también inculpado en su carácter de endo-
satario en procuración de Banca Serfín, S.A., y como demandado Alejan-
dro Morales Mega, y que con su conducta el acusado hoy quejoso, hubiere
causado un perjuicio patrimonial a la denunciante, o que hubiere ayu-
dado a la parte actora en dichos juicios ejecutivos mercantiles para obte-
ner una ventaja indebida, ya que contrario a lo aducido por la autoridad
responsable en dicho aspecto, existen pruebas en el sumario, tales como
la declaración ministerial del licenciado Gabriel Villarreal Mendoza, quien
resulta ser el endosatario en procuración de Banca Serfín, S.A., quien a
su vez es la parte actora en los precitados juicios mercantiles ya men-
cionados, rendida el día veinte de abril de mil novecientos noventa y
seis, en donde entre otras cosas manifestó, que nunca ha hablado ni
conoce al señor David Cantú, ni trató el convenio realizado en los jui-
cios mercantiles citados con algún funcionario o exfuncionario de la Procu-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 167

raduría General de Justicia en el Estado, el cual se presentó en el Juzgado


Séptimo de lo Civil de ésta ciudad en el expediente 2768/95, asimis-
mo existen en autos las declaraciones ministeriales del licenciado
Julio Montes Martínez de fecha veintidós de abril de mil novecientos
noventa y seis, quien fuera Juez Séptimo de lo Civil del Primer Distrito
Judicial en el Estado, en donde entre otras cosas establece que no reci-
bió ninguna llamada del entonces procurador David Cantú, ni de ninguna
otra persona, para que ratificara el convenio celebrado entre las partes
de los juicios ejecutivos mercantiles señalados, conduciéndose en los
mismos términos el secretario del Juzgado, ante quien se llevó la ratifica-
ción del convenio de mérito, por tanto, no puede decirse que David Héctor
Cantú Díaz, haya ordenado la detención de la denunciante y de las demás
personas ya señaladas, con el fin de ayudar para que la parte actora
en los juicios ejecutivos mercantiles 2768/95 y 2767/95, promovidos en
contra de Alejandro Morales Mega, obtuviera una ventaja indebida en los
mismos, pues quedó demostrado que éste, ni siquiera conoce al licen-
ciado Gabriel Villarreal Mendoza, quien era endosatario en procuración
de la parte actora Banca Serfín, S.A., según el propio dicho de éste
sujeto ante el órgano investigador y mucho menos que haya intervenido
en la celebración del convenio realizada en los juicios de referencia, y
por tanto, las pruebas que tomó el Juez en cuenta para girarle al agra-
viado la orden de aprehensión por delitos cometidos en la administración
de justicia, son insuficientes para tener por demostrada la presunta res-
ponsabilidad de David Héctor Cantú Díaz en dicho ilícito.— En conse-
cuencia, y en virtud de lo anterior, lo que procede es conceder también
el amparo y protección de la Justicia Federal que solicita David Héctor
Cantú Díaz, respecto a la orden de aprehensión y detención dictada
en su contra por el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el
Estado en fecha veinte de junio de mil novecientos noventa y seis, dentro
de la causa penal 290/96, al no quedar demostrada la presunta responsa-
bilidad de los delitos que ahí se le imputan, y por tanto resulta ser vio-
latoria del artículo 16 Constitucional."

CUARTO.— Inconformes con el fallo anterior, el director general de asun-


tos jurídicos de la Secretaría de Relaciones Exteriores; la titular de
dicha secretaría, por sí y en representación del presidente de la Repúbli-
ca; el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial del Estado de Nuevo
León, con residencia en Garza García; el agente del Ministerio Público
Federal adscrito al Juzgado de Distrito del conocimiento y el subprocu-
rador de Procedimientos Penales "A", en ausencia del procurador Ge-
neral de la República, interpusieron recurso de revisión.— Por acuerdo
de nueve de julio de mil novecientos noventa y ocho, el presidente de la

SENTENCIA
168 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó el recurso de revisión


interpuesto por la primera autoridad relacionada en el párrafo anterior,
admitió los restantes y ordenó se diera vista al Ministerio Público Fede-
ral, quien formuló pedimento en el sentido de que se sobresea en el
juicio con base en los agravios formulados por las recurrentes y, para
el caso de que se desestime esto, en la competencia de esta Suprema
Corte, se niegue el amparo al quejoso y se reserve jurisdicción al Tribu-
nal Colegiado correspondiente.

QUINTO.— Por auto de veinticuatro de agosto de mil novecientos


noventa y ocho, se turnó el asunto al Ministro Mariano Azuela Güitrón,
recibiéndose en la ponencia al día siguiente.— Previo dictamen del Minis-
tro Ponente, por acuerdo de presidencia se ordenó enviar el asunto a la
Segunda Sala cuyo presidente, a su vez, mediante el acuerdo correspon-
diente, ordenó que la misma se avocara al conocimiento del asunto y
que éste se turnara nuevamente al Ministro Mariano Azuela Güitrón.—
En sesión de veintisiete de noviembre de mil novecientos noventa y
ocho, la Segunda Sala de esta Suprema Corte determinó remitir el asunto
al Tribunal Pleno para su resolución.

CONSIDERANDO:

PRIMERO.— Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación es competente para conocer y resolver el presente recurso de
revisión, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 84, frac-
ción I, inciso a), de la Ley de Amparo y 10, fracción II, inciso a), de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, por tratarse de un
recurso de revisión interpuesto contra la sentencia dictada en la audien-
cia constitucional por un Juez de Distrito, en un juicio de amparo en que
se impugnó la constitucionalidad del Tratado de Extradición y Asisten-
cia Mutua en Materia Penal, celebrado entre los Estados Unidos
Mexicanos y el Reino de España, subsistiendo en el recurso el problema
de constitucionalidad.

Por otra parte, este Tribunal Pleno, con fundamento en lo dispuesto por
el artículo 84, fracción III, de la Ley de Amparo, decide ejercer la facul-
tad de atracción para conocer y resolver respecto del acto reclamado
del Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado de Nuevo
León, consistente en la orden de aprehensión dictada en contra del
quejoso dentro de la causa penal 290/96-C, por los delitos de evasión
de presos, abuso de autoridad, coalición y delitos cometidos en la admi-
nistración de justicia, por las razones que a continuación se expresan.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 169

De conformidad con lo previsto en el artículo 92 de la Ley de Amparo,


cuando en una sentencia dictada por un Juez de Distrito subsistan y
concurran materias que sean competencia tanto de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación como de los Tribunales Colegiados de Cir-
cuito, la primera deberá resolver, en revisión, exclusivamente el aspec-
to que corresponda a su competencia, dejando a salvo la del Tribunal
Colegiado relativo:

"Artículo 92.- Cuando el la revisión subsistan y concurran materias que


sean de la competencia de la Suprema Corte de Justicia y de un Tribunal
Colegiado de Circuito, se remitirá el asunto a aquélla.

"La Suprema Corte resolverá la revisión exclusivamente en el aspecto


que corresponda a su competencia, dejando a salvo la del Tribunal Cole-
giado de Circuito."

La prevención anterior tiene como motivo fundamental, en lo condu-


cente, el que, dada la competencia de este Alto Tribunal para examinar
la constitucionalidad de leyes, tratados internacionales y reglamentos
expedidos por los titulares del Ejecutivo Federal y Locales, se analice,
en primer término, el apego de dichos ordenamientos a la Carta Magna,
para después, en su caso, reservar jurisdicción al Tribunal Colegiado
de Circuito el conocimiento de los problemas de legalidad que llegaren
a subsistir.

En consecuencia, si la Suprema Corte determina la inconstituciona-


lidad de uno de los ordenamientos citados en el párrafo precedente,
ordinariamente, resultaría innecesario dejar a salvo jurisdicción al
Tribunal Colegiado, porque dada la estrecha vinculación que guarda
el acto de aplicación con la norma jurídica, de resultar inconstitucional
ésta, la concesión del amparo relativa deberá hacerse extensiva también
al primero. La relación jurídica descrita ha sido reconocida en la juris-
prudencia 221, publicada en la página 210, de la Compilación de 1995,
Tomo I, materia constitucional, que literalmente dice:

"LEYES O REGLAMENTOS. AMPARO PROMOVIDO CON MOTIVO DE


SU APLICACIÓN.— Cuando se promueve un juicio de amparo en con-
tra de una ley o reglamento con motivo de su aplicación concreta en
perjuicio del quejoso, el Juez no puede desvincular el estudio de la ley
o reglamento del que concierne a su aplicación acto éste que es
precisamente el que causa perjuicio al promovente del juicio, y no por
sí solos, considerados en abstracto, la ley o el reglamento. La estrecha

SENTENCIA
170 TRATADO DE EXTRADICIÓN

vinculación entre el ordenamiento general y el acto concreto de su apli-


cación que impide examinar al uno prescindiendo del otro, se hace mani-
fiesta si se considera: a) que la improcedencia del juicio en cuanto al
acto de aplicación, necesariamente comprende a la ley o reglamento;
b) que la negativa del amparo contra estos últimos, por estimarse que
no adolecen de inconstitucionalidad, debe abarcar el acto de aplica-
ción, si el mismo no se combate por vicios propios; y c) que la concesión
del amparo contra la ley o el reglamento, por considerarlos inconstitu-
cionales, en todo caso debe comprender también el acto de su apli-
cación."

Ahora bien, el aludido artículo 92 de la Ley de Amparo y los razo-


namientos que sustentan su contenido que han sido descritos, resultan
plenamente aplicables cuando la aplicación de la ley tildada de incons-
titucional se lleva a cabo en un acto proveniente de una autoridad orde-
nadora, pues la determinación que conceda el amparo contra la norma
general deberá hacerse extensiva tanto al acto de aplicación consistente
en la orden respectiva, como a su ejecución. La resolución sobre el
otorgamiento del amparo en relación con los actos ejecutivos por deri-
var de órdenes inconstitucionales ha sido reiterada por este Alto Tribunal
en las jurisprudencias 102 y 103, publicadas en la compilación de 1995,
Tomo I, materia común, páginas 66 y 67, que respectivamente refieren:

"AUTORIDADES EJECUTORAS. ACTOS DE, NO RECLAMADOS POR


VICIOS PROPIOS.— Si la sentencia de amparo considera violatoria
de garantías la resolución que ejecutan, igual declaración debe hacerse
respecto de los actos de ejecución, si no se reclaman, especialmente,
vicios de ésta."

"AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS INCONSTITUCIONALES DE


LAS.— La ejecución que lleven a cabo, de órdenes o fallos que consti-
tuyan una violación de garantías, importa también una violación
constitucional."

No obstante lo anteriormente expresado, la aplicación de la ley puede no


necesariamente darse en torno al acto proveniente de una autoridad
ordenadora, sino también en lo tocante a la ejecución de aquél. En este
supuesto, con base en las reglas de orden lógico que han sido
expuestas, en primer término debe examinarse la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de la orden reclamada, pues en caso de conce-
derse el amparo por dicho acto, tal determinación deberá hacerse
extensiva a su ejecución, pues el otorgamiento del amparo al respecto

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 171

se sustentaría en que este último acto es una consecuencia de una


orden inconstitucional, y no en los posibles vicios propios de la ejecu-
ción, entre los cuales se encuentra la inconstitucionalidad de la norma
jurídica que la fundamenta.

Así las cosas, es de concluir que cuando el problema de constitucio-


nalidad de la ley se presente en torno a los actos de ejecución de una
orden, primeramente deberá emitirse pronunciamiento sobre este último
acto, puesto que la resolución que al respecto se emita, en caso de
concederse el amparo, podría provocar que ya no subsista la cuestión
de inconstitucionalidad de la norma legal en que se apoye la ejecución, al
quedar ésta sin efectos por virtud de la protección constitucional otorgada
en contra de la orden.

Tal supuesto acontece en el presente asunto, puesto que la orden de


aprehensión girada por el Juez responsable resulta ser el sustento
jurídico de la detención del quejoso, llevada a cabo por las autorida-
des ejecutoras, en aplicación del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino
de España. En consecuencia, de estimar que este acto es violatorio de
garantías individuales en perjuicio del demandante, tal determina-
ción deberá hacerse extensiva, por vía de consecuencia, a su detención
material, con lo cual ya no quedaría subsistente el problema de consti-
tucionalidad en torno al referido tratado internacional.

Por el contrario, si se estima que no es el caso de confirmar la concesión


del amparo determinada por el Juez de Distrito respecto de la aludida
orden de aprehensión, deberá realizarse el examen correspondiente a
su acto de ejecución, reclamado por vicios propios, entre los cuales
destaca, de manera preferente, la inconstitucionalidad del tratado interna-
cional que se reclama, al ser el sustento jurídico de la detención.

En las condiciones descritas, dado que el conocimiento y decisión sobre


la orden de aprehensión reclamada debe realizarse de manera prefe-
rente respecto del análisis del tratado internacional que se impugna,
que es sustento de la ejecución de la mencionada orden, este Tribunal
Pleno determina ejercer facultad de atracción para conocer de ella con
base en los razonamientos expresados en el presente considerando.

SEGUNDO.— Los agravios de las autoridades recurrentes son los que se


transcriben a continuación:

SENTENCIA
172 TRATADO DE EXTRADICIÓN

a) De la Secretaría de Relaciones Exteriores en representación del pre-


sidente de la República:

"Primer punto de agravio.— Dado lo anterior el resolutivo segundo en


concordancia con el considerando quinto, causan agravio a la hoy pro-
movente, porque el a quo viola los intereses del recurrente concreta-
mente el artículo 77, fracciones I, III y 78, párrafos primero y segundo, de
la Ley de Amparo, porque pretende apoyar su resolución, (resolutivo
segundo), entre otras consideraciones (considerando quinto), que se
citan a la letra argumentando que es fundado el segundo concepto
de violación, aducido por el quejoso, y dice: ‘Resolutivo segundo de la
sentencia que se impugna: (se transcribe).— Del considerando quinto de
la sentencia que se impugna: (se transcribe).’— Causa agravio al pro-
movente lo considerado por el a quo en el resolutivo segundo de la
sentencia que se combate, en virtud de que en el mismo señala que
la Justicia de la Unión ampara y protege a David Héctor Cantú Díaz,
contra los actos que reclamó en contra del presidente de la República
de los Estados Unidos Mexicanos, la Cámara de Senadores del Con-
greso de la Unión, del secretario de Relaciones Exteriores y del director
jurídico general de la Secretaría de Relaciones Exteriores, entre otras,
por los motivos y para los efectos precisados en el considerando quinto
de la resolución constitucional que se combate, ya que el a quo inter-
preta indebidamente lo que se entiende por delegación de facultades,
con la intervención en el ejercicio de las atribuciones del Poder Ejecutivo
de la Nación lo señalado por la Ley Orgánica de la Administración Pú-
blica Federal en su artículo 2o. donde se establece que: ‘Artículo 2o.-
En ejercicio de sus atribuciones y para el despacho de los negocios
del orden administrativo encomendados al Poder Ejecutivo de la Nación
habrá las siguientes dependencias de la Administración Pública Cen-
tralizada:’.— ‘Secretarìas de Estado, y ……’.— De lo que se desprende
que el presidente de la República para el ejercicio de sus atribuciones y
para el despacho de los asuntos de su competencia cuenta con las
secretarías de Estado y una de ellas como se desprende de los artícu-
los 26 y 28 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal
en su parte conducente a la letra dicen: ‘Artículo 26.- Para el despa-
cho de los asuntos del orden administrativo el Poder Ejecutivo de la
Unión contará con las siguientes dependencias.’.— ‘Secretaría de
Relaciones Exteriores’.— ‘Artículo 28.-…’.— ‘I.…conducir la política
exterior, para lo cual intervendrá en toda clase de tratados, acuerdos y
convenciones en los que el país sea parte.’— De lo que se desprende
que el secretario de Relaciones Exteriores, en efecto intervino, en
estricto sentido, únicamente en una parte del procedimiento de cele-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 173

bración del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua entre los Estados


Unidos Mexicanos y el Reino de España y los actos que realizó fue-
ron única y exclusivamente respecto de los asuntos propios a negociar
el articulado del tratado, examinando, elaborando propuestas y contra-
propuestas, en firmar el texto y otros que constituyen actos que por sí
solos no causan ningún agravio al ahora quejoso. Es así que el secre-
tario de Relaciones Exteriores actuó, como ya se dijo en los informes
justificados correspondientes, con autoridad suficiente en el proce-
dimiento de celebración, avalando dichos actos en sentido material como
órgano del Poder Ejecutivo, con su firma, sin que ello significara que
por tal motivo éstos tomarán el carácter de obligatorios y mucho menos
de Ley Suprema de la Nación, ya que únicamente se trata de actos mero
trámite, que desde el punto de vista constitucional artículos 89, frac-
ción X, y 133, no alcanzan el carácter de obligatorio y por tanto no causan
efecto alguno dentro de la esfera jurídica de los gobernados, ya que los
instrumentos que resulten de tales negociaciones apenas se encuen-
tran en una fase del proceso de su elaboración, de conformidad con el
procedimiento señalado por la propia Constitución Federal.— Queda
claro que la Secretaría de Relaciones Exteriores es una dependencia
de la Administración Pública Centralizada que el Poder Ejecutivo de
la Unión tiene para ejercer atribuciones, y no existe norma que especi-
fique en cuáles pueda intervenir o no pueda intervenir en la celebración
de tratados internacionales, dado que sería imposible para una sola
persona como es el titular del Ejecutivo Federal llevar a cabo todos los
trámites necesarios para la consolidación de las facultades que la Consti-
tución señala, y por tanto, esa misma Ley Fundamental en su artículo 90
a la letra dice: ‘Artículo 90.- La Administración Pública Federal será
centralizada y paraestatal conforme a la ley orgánica que expida el Con-
greso, que distribuirá los negocios del orden administrativo de la Fede-
ración que estarán a cargo de la secretaría de Estado y departamentos
administrativos y definirá las bases generales de creación de las enti-
dades paraestatales y la intervención del Ejecutivo Federal en su ope-
ración.’.— ‘Las leyes determinarán las relaciones entre las entidades
paraestatales y el Ejecutivo Federal, o entre las secretarías de Estado y
departamentos administrativos.’.— Dicha disposición expresa la solución
a dicha problemática señalando la existencia de la Administración Pública
Centralizada y de la ley orgánica que la rige todo lo cual pretende borrar
de un plumazo el Juez recurrido ya que aplica en forma estricta artícu-
los como son 89, fracción X, y 133, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, haciendo a un lado lo señalado por el artículo
90 del propio ordenamiento federal, causando con ello el a quo agravio
a la hoy recurrente, ya que las normas constitucionales no se anulan

SENTENCIA
174 TRATADO DE EXTRADICIÓN

unas con las otras, ni tienen superioridad entre ellas mismas, por lo
cual la sentencia que se impugna debe ser revocada por ese tribunal de
alzada, quien debe ordenar se dicte otra negando el amparo reclamado
por el señor David Héctor Cantú Díaz.

"Segundo punto de agravio.— Causa agravio al recurrente lo considerado


por el a quo en el punto quinto de la resolución que se impugna ya que
la misma no es clara ni precisa, ya que el a quo infringe en perjuicio de la
hoy recurrente el artículo 77, fracciones I y II, de la Ley de Amparo, al no
realizar una apreciación del informe rendido por la hoy recurrente, con-
fundiendo por tanto la facultad de celebrar tratados internacionales
con la firma de los actos tendientes a su celebración y en forma equi-
vocada toma como sinónimo de celebración a la intervención, que el
secretario tuvo el procedimiento de celebración del Tratado de Extra-
dición y Asistencia Mutua celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España, lo que se prueba fácilmente ya que en ninguna
parte de la sentencia que se impugna aparece que se haya hecho
una valoración debidamente fundada y motivada del informe en mención,
ya que el a quo se limita a realizar una serie de razonamientos lógico-
jurídicos en la que se limita a decir que el tratado de aplicación fue
celebrado en desacuerdo a lo que establece la Constitución, si embargo
no señala a qué desacuerdo se refiere, o en qué artículos constitucio-
nales se encuentra expresamente establecido el procedimiento para la
celebración de tratados internacionales, olvidándose de que las autori-
dades estatales únicamente pueden hacer aquello que la ley les señala
y por tanto, al no señalar lo anterior el a quo, a su capricho pretende
la existencia de la violación del artículo 133 constitucional por la simple
intervención del secretario de Relaciones Exteriores en la celebración
del tratado de extradición de mérito, pretendiendo equivocadamente de
igual forma que los trámites realizados para la consecución del tra-
tado internacional se deriven de dicho artículo lo cual es completamente
inexacto, ya que podrán llevarse a cabo cientos de trámites para el sur-
gimiento de algún tratado internacional, pero si los mismos no causan
agravio o consecuencia jurídica alguna a los gobernados, no es dable
que por haberse realizado dichos trámites se determine la inconstitucio-
nalidad de dicho instrumento, ya que en todo caso se encuentran sujetos
a la ratificación del presidente de los Estados Unidos Mexicanos y hasta
en tanto no se lleve a cabo lo anterior, dichos ordenamientos legales no
alcanzan el carácter de Ley Suprema de la Unión, por lo que la interpre-
tación que realiza el a quo es completamente errónea porque basa su
criterio en trámites anteriores a la entrada en vigor del tratado de extra-
dición en aplicación para declararlo inconstitucional, lo que conllevaría

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 175

a que todos los proyectos de ordenamientos legales nacionales o inter-


nacionales fueran inconstitucionales, por lo cual, se solicita a esa auto-
ridad federal de alzada revoque la sentencia que se impugna por este
medio y ordene se dicte otra en la que se indique que la Justicia de la
Unión no ampara ni protege al señor David Héctor Cantú Díaz.

"Tercer punto de agravio.— Causa agravio al recurrente el considerando


quinto de la sentencia que se impugna, en donde equivocadamente el
a quo señala que el presidente de los Estados Unidos Mexicanos tiene
la obligación de intervenir en todos los trámites, pasos, procedimientos y
procesos para la creación de un ordenamiento jurídico, llámese ley, tra-
tado o convenio, para llevar a cabo el cumplimiento de las atribuciones
únicas y exclusivas que la Constitución le concede, sin que exista norma
constitucional expresa o reglamento que a ello conlleve, lo cual está
fuera de toda lógica jurídica como se ha expuesto en los agravios que
anteceden, pretendiendo el Juez recurrido que el titular del Ejecutivo
Federal actúe personalmente en los actos anteriores expresados o que
en su caso, ratifique todos y cada uno de los actos o trámites necesa-
rios para la consecución de instrumentos como es el tratado de extradición
de mérito, pretendiendo el a quo nuevamente con estos razonamientos
equivocados borrar de un plumazo lo señalado en el artículo 90 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, olvidando que
dentro del procedimiento de creación de los ordenamientos jurídicos
en el derecho positivo mexicano, llámense leyes, convenios, tratados o
reglamentos, para su entrada en vigor y por tanto para que tengan obliga-
toriedad se requiere la ratificación de presidente de los Estados Unidos
Mexicanos, que es un acto, no sólo de aprobación sino de ejercicio en el
presente caso de la facultad que le confiere el artículo 89, fracción X,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo
que se solicita a ese tribunal de alzada se revoque la resolución que
se impugna y se dicte otra en que subsanando el agravio causado al
recurrente, se determine que la Justicia de la Unión no ampara ni protege
al señor David Héctor Cantú Díaz.

"Cuarto punto de agravio.— Causa agravio al recurrente la violación


que de los artículos 16 constitucional, y 77 de la Ley de Amparo, hace
el a quo al no fundar y motivar la sentencia que se impugna, al no con-
cretarse con claridad y precisión a las pruebas que integran el asunto
cuya resolución se impugna por este medio, ya que como se desprende
de la misma, la mayoría de las consideraciones que la integran, se reali-
zan equivocadamente con base en apreciaciones que no se encuentran
apegadas a las normas constitucionales o reglamentos que la inte-

SENTENCIA
176 TRATADO DE EXTRADICIÓN

gran, ni en documento que respalde dichas consideraciones, ya que el


a quo señala que el tratado en aplicación pasó al Senado sin la firma
del Presidente de la República, basando nuevamente la inconstitu-
cionalidad del tratado de mérito en actos anteriores a la entrada de su
vigencia, considerándolo por tanto violatorio de garantías individuales,
lo cual está fuera de toda lógica jurídica puesto que si dicho instrumento
legal aún no se encontraba en vigor, no tenía efecto legal alguno en la
esfera de los gobernados por no causarles perjuicio ya que aún no era
Ley Suprema de la Unión, además de que el a quo basó lo anterior en
una mera suposición de que el secretario de Relaciones Exteriores envió
directamente al Senado el tratado de extradición materia del presente
recurso, sin que tuviera base documental para ello, ya que fue el titular
del Ejecutivo de la Unión el que envió dicho instrumento al Senado y
no el secretario de Relaciones Exteriores, por lo que es completamente
falso lo considerado por el a quo ya que si bien es cierto como el mismo
lo reconoce, que el secretario del ramo intervino en el procedimiento de
celebración del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua celebrado entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, dicho documento
fue enviado a la Presidencia de la República para su respectiva sanción
y remisión al Senado de la República y tan lo fue así que el propio
Senado devolvió la aprobación al titular del Ejecutivo para la publica-
ción de la aprobación otorgada al tratado de mérito, por lo que ese
tribunal de alzada debe subsanar el agravio causado a esta secretaría,
resolviendo quede sin efectos la resolución que se impugna.

"Quinto punto de agravio.— Causa agravio al recurrente la errónea


interpretación que el a quo otorga a la ratificación presidencial del
tratado de extradición al asemejarla como reglamentaria del artículo
89, fracción X, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos, dado que dicho acto de ratificación es el acto con el que se con-
cluye el proceso de celebración de un tratado internacional y en ningún
momento es reglamentario de la norma constitucional en cita, cum-
pliéndose en estricto derecho lo señalado por el artículo 76, fracción I,
de la multicitada Ley Fundamental, toda vez que hasta en tanto el
presidente no estuvo de acuerdo con todos los trámites y actos prepa-
ratorios del tratado de mérito, en ejercicio de la facultad que le concede
el multicitado artículo 89, fracción X, como paso culminante del pro-
ceso de celebración, estampó su firma haciendo suyos todos y cada
uno de los actos preparatorios a la entrada en vigor del Tratado de
Extradición y Asistencia Mutua celebrado entre los Estados Unidos
Mexicanos y el Reino de España, por lo que se solicita a ese tribunal de
alzada se revoque la resolución que se impugna y se dicte otra en la

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 177

que subsanando el agravio causado al recurrente, se determine que


la Justicia de la Unión no ampara ni protege al señor David Héctor
Cantú Díaz.

"Sexto punto de agravio.— Causa agravio al promovente la violación


que del artículo 16 constitucional hace el a quo al no fundar y motivar la
sentencia que se impugna, ya que como se desprende de la misma,
la mayoría de sus consideraciones las basa en apreciaciones perso-
nales y no en documento o fundamento legal alguno, ya que no los
señala, como podrá observarse en la que considera respecto de que
el presidente tiene obligaciones constitucionales que no aparecen en la
misma o en ley alguna que expresamente se las señale, adaptando según
su interpretación, lo establecido por el artículo 80 constitucional, del
que pretende desprender obligaciones que no aparecen en su texto
y con ellas quiere borrar de un plumazo lo establecido por otras normas
constitucionales como las que se han señalado en el transcurso del
presente escrito, a mayor abundamiento el a quo afirma que el secretario
de Relaciones Exteriores firmó el tratado en aplicación delegación, situa-
ción que no es cierta porque en el propio documento se mencionan los
preceptos jurídicos que le dan facultad para emitir tales actos, sin embar-
go, el a quo no señala motivo o fundamento alguno para emitir tal criterio,
por lo que ese tribunal de alzada debe subsanar el agravio causado a
esta secretaría, resolviendo quede sin efectos la resolución que se
impugna."

b) De la Secretaria de Relaciones Exteriores, por sí:

"Primer punto de agravio.— Dado lo anterior el resolutivo segundo en


concordancia con el considerando quinto, causan agravio a la hoy
promovente, porque el a quo viola los intereses de esta secretaría,
concretamente el artículo 77, fracciones I, III, y 78, párrafos primero y
segundo, de la Ley de Amparo, porque pretende apoyar su resolu-
ción, (resolutivo segundo), entre otras consideraciones (considerando
quinto), qué se citan a la letra argumentando que es fundado el segun-
do concepto de violación, aducido por el quejoso, y dice: ‘Resolutivo
segundo de la sentencia que se impugna: (se transcribe).’— ‘Del
considerando quinto de la sentencia que se impugna: (se transcribe).’.—
Causa agravio a esta secretaría lo considerado por el a quo en el
resolutivo segundo de la sentencia que se combate, en virtud de que
en el mismo señala que la Justicia de la Unión ampara y protege a
David Héctor Cantú Díaz, contra los actos que reclamó en contra del
presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos, la Cá-

SENTENCIA
178 TRATADO DE EXTRADICIÓN

mara de Senadores del Congreso de la Unión, del secretario de Rela-


ciones Exteriores y del director jurídico general de la Secretaría de
Relaciones Exteriores, entre otras, por los motivos y para los efectos
precisados en el considerando quinto de la resolución constitucional
que se combate, ya que el a quo interpreta indebidamente lo que se
entiende por delegación de facultades, con la intervención en el ejer-
cicio de las atribuciones del Poder Ejecutivo de la Nación lo señalado
por la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal en su artículo
2o. donde se establece que: ‘Artículo 2o. - En ejercicio de sus atribu-
ciones y para el despacho de los negocios del orden administrativo
encomendados al Poder Ejecutivo de la Nación habrá las siguientes
dependencias de la Administración Pública Centralizada:’.— ‘Secreta-
rías de Estado, y ……’.— De lo que se desprende que el presidente de
la República para el ejercicio de sus atribuciones y para el despacho
de los asuntos de su competencia cuenta con las secretarías de Estado
y una de ellas como se desprende de los artículos 26 y 28 de la Ley
Orgánica de la Administración Pública Federal en su parte conducente
a la letra dicen: ‘Artículo 26.- Para el despacho de los asuntos del orden
administrativo el Poder Ejecutivo de la Unión contará con las siguientes
dependencias:’.— ‘Secretaría de Relaciones Exteriores’.— ‘Artículo
28.-…’.— ‘I.…conducir la política exterior, para lo cual intervendrá en
toda clase de tratados, acuerdos y convenciones en los que el país sea
parte;’.— De lo que se desprende que el secretario de Relaciones
Exteriores, en efecto intervino, en estricto sentido, únicamente en una
parte del procedimiento de celebración del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España
y los actos que realizó fueron única y exclusivamente respecto de los
asuntos propios a negociar el articulado del tratado, examinando, elabo-
rando propuestas y contrapropuestas, en firmar el texto y otros que
constituyen actos que por sí solos no causan ningún agravio al ahora
quejoso. Es así que el secretario de Relaciones Exteriores actuó, como
ya se dijo en los informes justificados correspondientes, con autori-
dad suficiente en el procedimiento de celebración, avalando dichos
actos en sentido material como órgano del Poder Ejecutivo, con su
firma, sin que ello significara que por tal motivo éstos tomarán el carác-
ter de obligatorios y mucho menos de Ley Suprema de la Nación, ya
que únicamente se trata de actos de mero trámite, que desde el punto
de vista constitucional artículos 89, fracción X, y 133, no alcanzan el
carácter de obligatorio y por tanto no causan efecto alguno dentro de
la esfera jurídica de los gobernados, ya que los instrumentos que resul-
ten de tales negociaciones apenas se encuentran en una fase del pro-
ceso de su elaboración, de conformidad con el procedimiento señalado

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 179

por la propia Constitución Federal.— Queda claro que la Secretaría de


Relaciones Exteriores es una dependencia de la Administración Públi-
ca Centralizada que el Poder Ejecutivo de la Unión tiene para ejercer
sus atribuciones, y no existe norma que especifique en cuáles pueda
intervenir o no pueda intervenir y por el contrario, como se ha dicho el
artículo 28 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal
otorga al secretario de Relaciones Exteriores la facultad de intervenir
en la celebración de tratados internacionales, dado que sería imposible
para una sola persona como es el titular del Ejecutivo Federal llevar a
cabo todos los trámites necesarios para la consolidación de las
facultades que la Constitución señala, y por tanto, esa misma Ley
Fundamental en su artículo 90 a la letra dice: ‘Artículo 90.- La Admi-
nistración Pública Federal será centralizada y paraestatal conforme a la
Ley Orgánica que expida en Congreso, que distribuirá los negocios del
orden administrativo de la Federación que estarán a cargo de las secre-
tarías de Estado y departamentos administrativos y definirá las bases
generales de creación de las entidades paraestatales y la intervención
del Ejecutivo Federal en su operación.’.— ‘Las leyes determinarán
las relaciones entre las entidades paraestatales y el Ejecutivo Federal,
o entre las secretarías de Estado y departamentos administrativos.’.—
Dicha disposición expresa la solución a dicha problemática señalando
la existencia de la Administración Pública Centralizada y de la ley
orgánica que la rige todo lo cual pretende borrar de un plumazo el Juez
recurrido ya que aplica en forma estricta artículos como son 89, frac-
ción X, y 133, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, haciendo a un lado lo señalado por el artículo 90 del propio
ordenamiento federal, causando con ello el a quo agravio a la hoy recu-
rrente, ya que las normas constitucionales no se anulan unas con las
otras, ni tienen superioridad entre ellas mismas, por lo cual la senten-
cia que se impugna debe ser revocada por ese tribunal de alzada,
quien debe ordenar se dicte otra negando el amparo reclamado por el
señor David Héctor Cantú Díaz.

"Segundo punto de agravio.— Causa agravio a esta secretaría lo con-


siderado por el a quo en el punto quinto de la resolución que se impug-
na ya que la misma no es clara ni precisa, ya que el a quo infringe en
perjuicio de la hoy recurrente el artículo 77, fracciones I y II, de la Ley
de Amparo, al no realizar una apreciación del informe rendido por la
hoy recurrente, confundiendo por tanto la facultad de celebrar trata-
dos internacionales con la firma de los actos tendientes a su celebración
y en forma equivocada toma como sinónimo de celebración a la inter-
vención, que el secretario tuvo el procedimiento de celebración del

SENTENCIA
180 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Tratado de Extradición y Asistencia Mutua celebrado entre los Estados


Unidos Mexicanos y el Reino de España, lo que se prueba fácilmente
ya que en ninguna parte de la sentencia que se impugna aparece
que se haya hecho una valoración debidamente fundada y motivada
del informe en mención, ya que el a quo se limita a realizar una serie de
razonamientos lógico-jurídicos en la que se limita a decir que el trata-
do de aplicación fue celebrado en desacuerdo a lo que establece la
Constitución, sin embargo no señala a qué desacuerdo se refiere, o
en qué artículos constitucionales se encuentra expresamente estable-
cido el procedimiento para la celebración de tratados internacionales,
olvidándose de que las autoridades estatales únicamente pueden hacer
aquello que la ley les señala y por tanto, al no señalar lo anterior el a
quo, a su capricho pretende la existencia de la violación del artículo 133
constitucional por la simple intervención del secretario de Relaciones
Exteriores en la celebración del tratado de extradición de mérito, preten-
diendo equivocadamente de igual forma que los trámites realizados para
la consecución del tratado internacional se deriven de dicho artículo lo
cual es completamente inexacto, ya que podrán llevarse a cabo cientos
de trámites para el surgimiento de algún tratado internacional, pero si
los mismos no causan agravio o consecuencia jurídica alguna a los
gobernados, no es dable que por haberse realizado dichos trámites se
determine la inconstitucionalidad de dicho instrumento, ya que en todo
caso se encuentran sujetos a la ratificación del presidente de los Es-
tados Unidos Mexicanos y hasta en tanto no se lleve a cabo lo anterior,
dichos ordenamientos legales no alcanzan el carácter de Ley Suprema
de la Unión, por lo que la interpretación que realiza el a quo es com-
pletamente errónea porque basa su criterio en trámites anteriores a la
entrada en vigor del tratado de extradición en aplicación para declararlo
inconstitucional, lo que conllevaría a que todos los proyectos de orde-
namientos legales nacionales o internacionales fueran inconstitu-
cionales, por lo cual, se solicita a esa autoridad federal de alzada revoque
la sentencia que se impugna por este medio y ordene se dicte otra en la
que se indique que la Justicia de la Unión no ampara ni protege al señor
David Héctor Cantú Díaz.

"Tercer punto de agravio.— Causa agravio a esta secretaría el con-


siderando quinto de la sentencia que se impugna, en donde equivo-
cadamente el a quo señala que el presidente de los Estados Unidos
Mexicanos tiene la obligación de intervenir en todos los trámites, pa-
sos, procedimientos y procesos para la creación de un ordenamiento
jurídico, llámese ley, tratado o convenio, para llevar a cabo el cumplimien-
to de las atribuciones únicas y exclusivas que la Constitución le concede,

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 181

sin que exista norma constitucional expresa o reglamento que a ello


conlleve, lo cual está fuera de toda lógica jurídica como se ha expuesto
en los agravios que anteceden, pretendiendo el Juez recurrido que el
titular del Ejecutivo Federal actúe personalmente en los actos anterio-
res expresados o que en su caso, ratifique todos y cada uno de los
actos o trámites necesarios para la consecución de instrumentos como
es el tratado de extradición de mérito, pretendiendo el a quo nueva-
mente con estos razonamientos equivocados borrar de un plumazo lo
señalado en el artículo 90 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, olvidando que dentro del procedimiento de crea-
ción de los ordenamientos jurídicos en el derecho positivo mexicano,
llámense leyes, convenios, tratados o reglamentos, para su entrada en
vigor y por tanto para que tengan obligatoriedad se requiere la ratifica-
ción del presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que es un acto,
no sólo de aprobación sino de ejercicio en el presente caso de la facultad
que le confiere el artículo 89, fracción X, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos por lo que se solicita a ese tribunal de alza-
da se revoque la resolución que se impugna y se dicte otra en que
subsanando el agravio causado a esta secretaría se determine que la
Justicia de la Unión no ampara ni protege al señor David Héctor Cantú
Díaz.

"Cuarto punto de agravio.— Causa agravio a esta secretaría la violación


que de los artículos 16 constitucional y 77 de la Ley de Amparo, hace
el a quo al no fundar ni motivar la sentencia que se impugna, al no con-
cretarse con claridad y precisión a las pruebas que integran el asunto
cuya resolución se impugna por este medio, ya que como se desprende
de la misma, la mayoría de las consideraciones que la integran, se rea-
lizan equivocadamente con base en apreciaciones que no se encuen-
tran apegadas a las normas constitucionales o reglamentos que la
integran, ni en documento que respalde dichas consideraciones, ya que
el a quo señala que el tratado en aplicación pasó al Senado sin la firma
del Presidente de la República, basando nuevamente la inconstitu-
cionalidad del tratado de mérito en actos anteriores a la entrada de su
vigencia, considerándolo por tanto violatorio de garantías individuales,
lo cual está fuera de toda lógica jurídica puesto que si dicho instrumento
legal aún no se encontraba en vigor, no tenía efecto legal alguno en la
esfera de los gobernados por no causarles perjuicio ya que aún no era
Ley Suprema de la Unión, además de que el a quo basó lo anterior en
una mera suposición de que el secretario de Relaciones Exteriores
envió directamente al Senado el tratado de extradición materia del
presente recurso, sin que tuviera base documental para ello, ya que

SENTENCIA
182 TRATADO DE EXTRADICIÓN

fue el titular del Ejecutivo de la Unión el que envió dicho instrumento al


Senado y no el secretario de Relaciones Exteriores, por lo que es com-
pletamente falso lo considerado por el a quo ya que si bien es cierto
como el mismo lo reconoce, que el secretario del ramo intervino en el
procedimiento de celebración del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España, dicho documento fue enviado a la Presidencia de la República
para su respectiva sanción y remisión al Senado de la República y tan
lo fue así que el propio Senado devolvió la aprobación al titular del
Ejecutivo para la publicación de la aprobación otorgada al tratado de
mérito, por lo que ese tribunal de alzada debe subsanar el agravio
causado a esta secretaría, resolviendo quede sin efectos la resolución
que se impugna.

Quinto punto de agravio.— Causa agravio a esta secretaría la errónea


interpretación que el a quo otorga a la ratificación presidencial del
tratado de extradición al asemejarla como reglamentaria del artículo
89, fracción X, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos, dado que dicho acto de ratificación es el acto con el que se conclu-
ye el proceso de celebración de un tratado internacional y en ningún
momento es reglamentario de la norma constitucional en cita, cumplién-
dose en estricto derecho lo señalado por el artículo 76, fracción I, de la
multicitada Ley Fundamental, toda vez que hasta en tanto el presidente
no estuvo de acuerdo con todos los trámites y actos preparatorios del
tratado de mérito, en ejercicio de la facultad que le concede el multicitado
artículo 89, fracción X, como paso culminante del proceso de celebra-
ción, estampó su firma haciendo suyos todos y cada uno de los actos
preparatorios a la entrada en vigor del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España, por lo que se solicita a ese tribunal de alzada se revoque la
resolución que se impugna y se dicte otra en la que subsanando el agra-
vio causado a esta secretaría, se determine que la Justicia de la Unión
no ampara ni protege al señor David Héctor Cantú Díaz.

"Sexto punto de agravio.— Causa agravio a esta secretaría la violación


que del artículo 16 constitucional hace el a quo al no fundar ni motivar
la sentencia que se impugna, ya que como se desprende de la misma, la
mayoría de sus consideraciones las basan en apreciaciones personales
y no en documento o fundamento legal alguno, ya que no los señala,
como podrá observarse en la que considera respecto de que el presi-
dente tiene obligaciones constitucionales que no aparecen en la misma
o en el ley alguna que expresamente se las señale, adaptando según su

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 183

interpretación, lo establecido por el artículo 80 constitucional, del que


pretende desprender obligaciones que no aparecen en su texto y con
ellas quiere borrar de un plumazo lo establecido por otras normas consti-
tucionales como las que se han señalado en el transcurso del presente
escrito, a mayor abundamiento el a quo afirma que el secretario de Rela-
ciones Exteriores firmó el tratado en aplicación por delegación, situación
que no es cierta porque en el propio documento se mencionan los
preceptos jurídicos que le dan facultad para emitir tales actos, sin embar-
go, el a quo no señala motivo o fundamento alguno para emitir tal criterio,
por lo que ese tribunal de alzada debe subsanar el agravio causado a
esta secretaría, resolviendo quede sin efectos la resolución que se
impugna."

c) Del Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial del Estado de Nuevo
León, con residencia en Garza García:

"A). La inexacta aplicación y justipreciación de los numerales 76, 77 y


78 de la Ley de Amparo, pues en la especie es inexacto que la resolu-
ción de fecha 20 de junio de 1996, que ordenó la aprehensión y detención
de David Héctor Cantú Díaz, por los delitos de evasión de presos,
abuso de autoridad, coalición y cometidos en la administración de justi-
cia, sea violatoria de garantías individuales en su perjuicio, pues en
efecto y como es de advertirse del cuerpo de la misma, en especial del
material probatorio que se enuncia y que arrojó la averiguación previa,
es más que evidente que quedaron acreditados los elementos que inte-
gran el tipo penal de la estructura jurídica de los delitos señalados, así
como la probable responsabilidad de David Héctor Cantú Díaz en su co-
misión.— En efecto, la inconformidad de este Tribunal radica esen-
cialmente en el resolutivo segundo del fallo que a través de esta vía es
impugnado, toda vez que en el mismo, el Juez de primera instancia
concede al quejoso David Héctor Cantú Díaz, el amparo y protección
de la Justicia Federal que demandó de esta autoridad, dicho resolu-
tivo, cuyo antecedente es el considerando sexto del que ya se habló, es
el resultado de una inexacta valoración de los datos de información
que arroja el sumario.— La resolución que a través de esta vía se com-
bate irroga agravios a este tribunal en su calidad de autoridad res-
ponsable, pues concede injustamente a David Héctor Cantú Díaz el
amparo y protección de la Justicia Federal contra los actos reclamados
de este tribunal, pues tal determinación corresponde a una inexacta
aplicación, y apreciación de los datos de información que obran en el
sumario, los cuales, se sigue sosteniendo, resultaron suficientes para
decretar en su momento la orden de captura contra el ahora quejoso

SENTENCIA
184 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Cantú Díaz.— Sin embargo, a esta autoridad le es menester primero


formular agravios en cuanto a la decisión injustificada del Juez de
amparo, de negarse a sobreseer el presente juicio de garantías, en razón
de que el quejoso previamente había promovido una demanda de amparo
promovida ante el Juez Tercero de Distrito en el Estado, señalando como
acto reclamado el mismo que señaló en el presente juicio de garantías,
por lo que entraña su consentimiento con dicho acto; bajo el argumento
de que la situación jurídica del quejoso es completamente distinta en la
fecha que se promovió el amparo ante el Juzgado Tercero de Distrito en
el Estado, pues en aquél entonces no se encontraba detenido, y además
dicho amparo fue sobreseído fuera de audiencia sin que existieran en
el mismo alguno de los informes justificados de las autoridades res-
ponsables para establecer efectivamente resultaba ser cierto o no el
acto que ahora reclamaba, por lo que no haber constancias en este
procedimiento de que el quejoso se hubiese enterado por medio del
amparo que promovió que ya existía el acto reclamado en su contra, por
lo que no puede decirse que haya consentido expresamente la orden
de aprehensión reclamada como violatoria de garantías, determinación
que consideró beneficia injustamente al quejoso David Héctor Cantú
Díaz, pues esta autoridad en su calidad de responsable en el juicio de
garantías número 829/96-I, promovido por David Héctor Cantú Díaz,
contra actos de ésta y diversas autoridades, compareció ante el Juez
Federal, y rindió su informe justificado, aceptando como cierto el acto
reclamado, por lo que es indiscutible que si el desistimiento del quejoso
de dicho juicio fue sancionado hasta el dieciocho de septiembre de mil
novecientos noventa y seis, éste tuvo tiempo suficiente para imponerse
de los autos y en su caso debe considerarse consentido tácitamente el
acto reclamado de esta autoridad. A fin de brindar a ese Tribunal Cole-
giado un más amplio panorama de lo anterior, me permito remitir copia
debidamente certificada de algunas de las constancias que obran en el
cuadernillo de amparo relacionado con la demanda de garantías
promovida en principio por el quejoso, las cuales deben obrar en el
expediente original llevado en el tribunal que conoció de dicho juicio.—
Adcautelam, se procede en segundo término a manifestar lo siguiente:
El Juez Federal consideró que el elemento de prueba fundamental que
tomó como base esta autoridad para decretar el acto reclamado por
David Héctor Cantú Díaz, resultó ser la declaración ministerial de los ex
agentes de la policía judicial del Estado Oscar Morales Castillo, Sergio
García Elizondo y Erasmo Gabriel Elizondo Hernández, de fecha 9 de
mayo de 1996, quienes en términos similares expresaron a la autoridad
indagadora que aproximadamente a las siete horas con treinta minutos
del día veintinueve de noviembre de mil novecientos noventa y cinco,

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 185

fueron citados por medio de la frecuencia de radio por el entonces


coordinador de aprehensión Rómulo Flores Aldape, quien les dió instruc-
ciones para que acudieran a las calles de Roberto G. Sada y Gómez
Morín en San Pedro Garza García, Nuevo León, y una vez en ese lugar
se entrevistaron con Rómulo Flores Aldape quien llegó a bordo de una
camioneta ‘Silverado’, sin recordar el número de las placas, pidiéndoles
que lo acompañaran sin especificar a qué lugar, pero que únicamente
lo siguieran para efecto de realizar un ‘seis’, queriendo manifestar con
esta clave Flores Aldape que era una investigación, y que como era un
superior jerárquico, obedecieron a su orden, acompañandolo en la unidad
veinticinco que tripulaban, y dirigiéndose por varias avenidas de ese
Municipio hasta llegar al centro comercial ‘Las Villas’, ubicado sobre la
avenida Calzada del Valle y que dentro del estacionamiento Flores
Aldape les pidió que descendieran de la unidad y los invitó a tomar un
café o a almorzar en un local denominado ‘Garabato’, situado dentro
de dicho centro comercial, y que se sentaron en una mesa en la parte
exterior del negocio, percatándose que en otra mesa se encontraba el
licenciado David Cantú Díaz quien en ese tiempo era procurador general
de Justicia del Estado, y observaron que Rómulo Flores Aldape se sentó
con el licenciado David Cantú, en la mesa de éste, la cual era contigua
a la en que ellos se encontraban, percatándose que tanto Flores Al-
dape como el licenciado David, ya tenían prevista esa cita, pues esa
apariencia dieron ya que cuando se saludaron se escuchó que el
comandante Flores le dijo al licenciado David que ya estaba lista lo de
la orden de aprehensión de la familia Morales Mega, a la cual David
Cantú le contestó que le encargaba mucho ese asunto ya que eran
personas muy importantes, contestándole Rómulo Flores, ‘David nunca
te he quedado mal y no te voy a quedar mal en este asunto’, y que esto le
recordaban porque les extrañó que Rómulo Flores le hablara de ‘tu’
al que entonces era procurador general de Justicia, quien le hizo la
siguiente recomendación ‘Rómulo te encargo mucho que nadie se entere
de esto, manéjalo con mucha discreción y hazlo ya de inmediato’, a lo
que contestó el comandante Flores, ‘Ya tengo todo arreglado David, traigo
aquí a la gente para empezar la investigación’ y que posteriormente al
pasar aproximadamente cinco minutos el licenciado Cantú Díaz se levan-
tó de la mesa volviendo a recalcar al comandante Flores ‘Rómulo, ahí te
encargo el asunto y si algo se ofrece me hablas al celular’ retirándose
por un pasillo lateral de dicho negocio, sin percatarse qué tipo de vehículo
abordó, ya que se dirigió a espaldas del negocio y que una vez que se
retiro Cantú Díaz, el comandante Rómulo se dirigió a la mesa con ellos
y les dijo, ‘Muchachos les encargo mucho este asunto, ya que es de gran
interés para el patrón’, refiriéndose al licenciado Cantú Díaz, comen-

SENTENCIA
186 TRATADO DE EXTRADICIÓN

tándoles asimismo, que se trataba de una orden de aprehensión en contra


del señor Daniel Morales, que en su momento les mostró una papelería
con un folder la cual era la mencionada orden de aprehensión, que pos-
teriormente, se dirigieron a la calle Goméz Morín a las afueras del edificio
Torre Alta, acompañándolos el comandante Rómulo Flores para mostrar-
les el domicilio en donde iban a hacer guardia esperando a que saliera un
vehículo deportivo color verde, el cual abordaba el señor Daniel Morales,
que posteriormente se retiró el comandante Flores, y que aproximada-
mente a las diez u once horas salió de dicho domicilio el vehículo que
coincidía con la descripción que les había dado el comandante Flores, el
cual era conducido por una persona de sexo masculino, que dicho vehículo
iba circulando por la calle Gómez Morín hacía el sur, retornándose y
tomando la avenida Roberto G. Sada, por la cual transitó hasta una
gasolinera, donde cargó combustible, que se quedaron esperando atrás
de éste aproximadamente a treinta metros para esperar a que conti-
nuara su marcha, que una vez que salió de dicha gasolinera el vehículo
en mención, volvió a circular por la avenida Roberto G. Sada y aproxima-
damente al pasar seis cuadras lo interceptaron identificándose con dicho
sujeto, diciéndole que eran elementos activos de la policía judicial del
Estado, y una vez que se percataron que era Daniel Morales Kuhne, por
medio de una licencia de chofer que les mostró, procedieron a detenerlo
haciéndole saber si existía una orden de aprehensión en su contra y al
momento de querer esposarlo se asustó y forcejeo, por lo que lo subieron
a la unidad y se retiraron de dicho lugar y al pasar aproximadamente
dos cuadras adelante, comunicaron al comandante Rómulo que ya
habían cumplido con la orden, que si procedía a hacer el trámite
correspondiente a cualquier otro detenido, contestándole éste ‘Nega-
tivo, estén pendientes y proporcionándole al señor un teléfono para que
se comunique con su madre o su hermano, y una vez que estén ahí
procedan a deternerlos, ya que también tiene orden de aprehensión’,
que después de la llamada telefónica, la cual realizó de un ‘Oxxo’, llegó
una señora que se identifico como Victoria Alejandra Khune, detenien-
do también a ésta, que posteriormente llegó un abogado de nombre
Guillermo Delgado Salazar, informándole de lo anterior a Rómulo Flores,
y éste les dijo que lo detuvieran que también tenía orden de aprehensión,
que una vez detenidos, le informaron a Flores Aldape y éste les dijo que
los aguantaran, que se dirigieran a un super ubicado sobre la avenida
Gómez Morín, rumbo a Chipinque y que estuvieran pendientes hasta
nuevo aviso, pasando el tiempo y le seguían hablando a Rómulo Flores
y éste les decía que aguantaran, que para esto hablaban de una fre-
cuencia privada, de la cual no se escucha ni la central ni ninguna unidad
de radio, que los tuvieron detenidos por varias horas sin poder precisar

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 187

cuanto tiempo, hasta que les dio instrucciones Rómulo Flores Al-
dape, diciéndoles que se retiraran del lugar y los pusieran en liber-
tad, preguntándoles en repetidas ocasiones que si estaba seguro de la
orden, contestándoles que si no sabían acatar las órdenes de un
superior, y después de volverle a hacerle mención de su inconformi-
dad, les dijo ‘Ya cálmense muchachos, no hay bronca, ya los afectados
llegaron a un acuerdo y con esto se elimina la orden’, volviéndole a
preguntar que si estaba seguro, porque no querían problemas, a lo cual
les contestó ‘Cumplan con la orden, retírense del lugar, no hay pro-
blema, yo soy abogado aparte esta de por medio el procurador’ por lo
que procedieron a llevar a las personas a su domicilio, disculpándose
con las mismas por la acción que se había llevado a cabo, a lo que
les contestó la señora, ‘No se preocupen oficiales ustedes cumplieron
con su trabajo y con las órdenes que les dieron’, agradeciéndoles el
trato que les habían dado, que de lo anterior, no se le dio conocimiento
a nadie, ni se hizo ningún informe, ya que esas fueron las órdenes que
les dio el comandante Rómulo Flores Aldape, y a éste, el procurador;
agregando el Juez Federal que tales declaraciones, no eran suficientes
para establecer que David Héctor Cantú Díaz hubiese favorecido la fuga
de Daniel Morales Khune; Victoria Alejandra Morales y Guillermo Mora-
les Salazar, quienes fueron detenidos con motivo de una orden de
aprehensión girada en su contra por el Juez de lo Penal del Cuarto
Distrito Judicial del Estado, por los delitos de fraude dentro del proceso
número 710/95, que se les instruyó, orden que fuera ejecutada por
elementos de la policía judicial del Estado el día veintinueve de noviembre
de mil novecientos noventa y cinco, pues de las declaraciones de Oscar
Morales Castillo, Sergio García Elizondo y Erasmo Gabriel Elizondo Her-
nández, que son las únicas que relacionan al hoy quejoso en su supuesta
participación de los hechos, no se desprende que hayan recibido orden
alguna por conducto del entonces procurador David Héctor Cantú Díaz,
para que pusieran en libertad a las personas aprehendidas, ni tampoco
se establece que el comandante Rómulo Flores Aldape les haya dicho
que pusieran en libertad a los detenidos por orden del procurador gene-
ral de Justicia del Estado, pues del hecho de que hubieran escuchado
que este último le decía al entonces comandante Flores Aldape que le
encargaba mucho ese asunto porque eran personas muy importantes,
no puede deducirse ni comprobarse que Cantú Díaz fue persona que
ordenara la libertad de los sujetos que fueron aprehendidos y por tanto
no puede deducirse que haya colaborado o favorecido en su fuga, porque
las declaraciones supuestamente de cargo, no se encuentran robus-
tecidas con otro elemento de convicción para establecer tan siquiera
que el quejoso haya tenido participación intelectual o directamente en

SENTENCIA
188 TRATADO DE EXTRADICIÓN

las órdenes que les diera Rómulo Flores Aldape para liberar a diversas
personas, por lo que no existen indicios para demostrar tan siquiera
presuntivamente la responsabilidad de David Héctor Cantú Díaz en el
delito de evasión de presos.— Criterio al anterior del cual disiente este
tribunal, al considerar que le causaba agravios pues no es resultado
de la valoración adecuada de los elementos de prueba que obran en el
sumario, ya que lejos de considerar correcta la presunción del Juez
amparista, esta autoridad estima que los datos de información que obran
en el sumario sí son suficientes para establecer hasta este estudio pro-
cesal, a manera de probable responsabilidad, el lazo necesario entre el
comportamiento seguido por David Héctor Cantú Díaz y la consumación
del ilícito de evasión de presos que se le reprocha, toda vez que es
incorrecta la apreciación del Juez Federal al considerar que no existen
datos que robustezcan las declaraciones de Oscar Morales Castillo,
Sergio García Elizondo y Erasmo Gabriel Elizondo Hernández, pues
pasó por alto el juzgador que tales declaraciones se encuentran vincu-
ladas entre sí y se encuentran corroboradas unas con otras, por haber
presenciado sus emisores los hechos personalmente, pues como ellos
lo admiten, el día veintinueve de noviembre de mil novecientos noventa
y cinco, llegaron al restaurante ‘Garabatos’, lugar donde se entrevis-
taron Rómulo Flores Aldape y David Cantú Díaz, quien se encontraba
al tanto de la orden de aprehensión existente contra la familia Morales
Mega; refiriendo además que por estar sentados en la mesa contigua a
en la cual se encontraban ellos sentados, lograron escuchar la conver-
sación sostenida entre los multirreferidos Cantú Díaz y Flores Aldape,
estos testimonios, fueron correctamente valorados por este tribunal en
tanto que como ya se dijo, se trata de testigos presenciales, que por
su edad, capacidad e instrucción tienen el criterio necesario para juz-
gar el acto; ello según lo establecido por el artículo 323 del Código de
Procedimientos Penales.— Agravia igualmente a este tribunal, el hecho
de que el juzgador haya pasado por alto que en Código Penal del Es-
tado, el problema de la responsabilidad que es la participación del
individuo hacia la realización de un hecho descrito legalmente como
delito, se contempla y resuelve por el artículo 39 de ese cuerpo legal
que establece que responderán por la comisión delictiva quien o quie-
nes pongan culpablemente una condición de la lesión jurídica, enten-
diéndose por tal, un comportamiento físico o psíquico que trasciende
al delito y que de no haberse producido o no haber existido, tampoco se
hubiera dado la comisión delictiva. Por ello es que para estar en aptitud
de determinar cual es el alcance de responsabilidad de un sujeto en la
comisión de un delito, es necesario descubrir si su comportamiento
ya físico, ya psíquico, trascendió al delito de tal manera que al no pro-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 189

ducirse no se hubiese materializado el resultado. Y en la especie, si de


autos aparece, de las declaraciones de tres personas (los agentes
judiciales encargados de las aprehensiones) que escucharon decir al
entonces procurador General de Justicia del Estado, David Cantú Díaz
al comandante Rómulo Flores Aldape que le encargaba mucho el asunto
de la orden de aprehensión de la familia Morales Mega, ya que eran
personas muy importantes, y que Rómulo Flores le contestó ‘David nunca
te he quedado mal y no te voy a quedar mal en este asunto’, y que esto lo
recordaban porque les extrañó que Rómulo Flores le hablara de ‘tu’
al que entonces era procurador general de Justicia quien le hizo la
siguiente recomendación ‘Rómulo te encargo mucho que nadie se entere
de esto, manéjalo con mucha discreción y hazlo ya de inmediato’,
motivando que el comandante Flores le contestará ‘Ya tengo todo
arreglado David, traigo aquí a la gente para empezar la investigación’; y
que al pasar aproximadamente cinco minutos el licenciado Cantú Díaz
se levantó de la mesa volviéndole a recalcar al comandante Flores
‘Rómulo, ahí te encargo el asunto y si algo se ofrece me hablas al celular’.
Y si tan pronto como concluyó la conversación, esas tres personas,
en compañía de Rómulo Flores Aldape, se dirigieron a ejecutar la orden de
aprehensión expedida contra Daniel Morales Khune, Victoria Alejandra
Morales y Guillermo Delgado Salazar, con los resultados ya consa-
bidos, es bastante factible suponer que efectivamente la conversación
sostenida entre Cantú Díaz y Flores Aldape estaba relacionada con los
hechos, y de esta manera determinar la probable responsabilidad de
Cantú Díaz no tanto como ejecutor directo del evento delictivo, sino
a título de autor intelectual del ilícito, pues se denota que fue quien
planeó los hechos en tanto que sus manifestaciones en el sentido de
encargarle a Rómulo Flores Aldape el asunto, y que éste cuidará de que
nadie se enterara, para lo cual debería manejarse con discreción, y la
contestación de Flores Aldape en el sentido de que nunca le había que-
dado mal y que en ese asunto tampoco lo iba a hacer y que ya tenía
todo arreglado; son datos de información que hacen suponer que el expre-
sado Cantú Díaz estaba al tanto de la conducta ilícita que iba a realizar-
se, tan es así que ofreció al multicitado Flores Aldape que le llamara a su
teléfono celular por si algo se ofrecía. Pero además se corrobora con
el hecho de que el mismo Flores Aldape les mencionó a ellos que les
encargaba mucho ese asunto, ya que era de gran interés para el patrón,
refiriéndose al licenciado Cantú Díaz; igualmente debe recordarse que
para la liberación de los detenidos, el ya citado excomandante les expre-
só que estaba de por medio el procurador, lo cual es creíble pues
aquel le había encargado personalmente el asunto, exigiéndole que se
actuara inmediatamente sin que nadie se enterara, y tan luego que

SENTENCIA
190 TRATADO DE EXTRADICIÓN

terminó la entrevista con él se dirigieron a efectuar la detención, dato


éste que sirve para suponer la ilicitud de conducta del quejoso, pues
David Cantú Díaz había pedido a Rómulo que actuara inmediatamente,
y si Rómulo Flores Aldape actuó de esa manera, no es difícil sostener
que esa era la conducta que el quejoso David Héctor Cantú Díaz espe-
raba de él.— Es preciso abundar sobre la expresión de David Héctor
Cantú Díaz, ‘Ahí te encargo el asunto’, dicha a Rómulo Flores Aldape,
pues denota el conocimiento de Cantú Díaz, acerca de los hechos que
iban a suscitarse pues como ya se dijo, éstos se consumaron tan pronto
como concluyó la entrevista entre Cantú Díaz y Flores Aldape.— Enton-
ces las declaraciones de los multicitados Oscar Morales Castillo, Ser-
gio García Elizondo y Erasmo Gabriel Elizondo Hernández, de ninguna
manera pueden considerarse insuficientes o aisladas para considerar
responsable a David Héctor Cantú Díaz en la comisión del delito de eva-
sión de presos, pues lo que la ley requiere en todo caso, es que no
existía testimonio singular, lo que en el presente caso no sucede, pues
son tres las personas que declararon en términos semejantes y sus
declaraciones se corroboran entre sí. Ahora que además de sus decla-
raciones, debe recordarse que corre agregado al sumario lo expuesto
por el abogado Francisco Javier González Peña, auxiliar de la repre-
sentante legal de la denunciante, quien ante el órgano investigador
declaró que escuchó cuando el Juez Séptimo de lo Civil del Primer
Distrito Judicial del Estado, atendiendo una llamada telefónica contestó
lo siguiente: ‘No señor procurador, no es problema nuestro, si no de ellos
que no ponen de acuerdo’, esta declaración indiscutiblemente debe
adminicularse con la de los exagentes de la policía judicial, pues
debe recordarse que el evento suscitado tenía como fin principal lograr
que Alejandro Morales Mega pagara a Humberto Lobo un adeudo de
varios millones de dólares, que debido a cierta problemática surgida
en el Juzgado Séptimo de lo Civil, no se podía celebrar el acuerdo entre
ellos, ameritando la intervención del entonces procurador David Cantú
Díaz para la solución del conflicto, intervención que viene a corroborar
la presunción en el sentido de su participación en los hechos. Sin que
para sostener esta afirmación se pudiese alegar en contrario que el
licenciado Julio Montes, Juez Séptimo de lo Civil del Primer Distrito
Judicial en ese entonces, hubiese negado haber recibido en aquella
ocasión una llamada del licenciado David Cantú, entonces procurador
General de Justicia del Estado, toda vez que su negativa acerca del
suceso, no es más que una postura defensista en cuanto que de admitir
como cierta dicha versión, pudiese en algún modo resultarle respon-
sabilidad criminal, así que no es de extrañarse que tanto él como su
secretario fedatario, nieguen el suceso, pero éste se corrobora con

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 191

la denuncia de Victoria Alejandra Khune de Morales y la abogada María


del Rocío Leal Arriaga, entonces no es difícil concluir que hay elemen-
tos suficientes para considerar probable la responsabilidad de David
Héctor Cantú Díaz en la comisión del ilícito de evasión de presos, pues
su conducta sí transcendió en forma tal, que de no haberse produ-
cido no se hubiese obtenido el resultado lesivo.— Es oportuno agregar
que el artículo 16 constitucional exige única y exclusivamente para que
la autoridad esté en condiciones de decretar una orden de aprehen-
sión, que se acrediten los elementos del tipo y se haga probable la
responsabilidad del indiciado, lo que significa que se puede echar mano
de indicios y de cualesquier otro dato de información que obre en el
sumario, para presumir fundamente (sic) una responsabilidad penal,
pues respecto de la plena responsabilidad, ese concepto es tarea exclu-
siva que se reserva para la definitiva, una vez que se ejerza plena
jurisdicción, y no para este momento como lo pretende el Juez ampa-
rista en su fallo al desestimar injustificadamente el cúmulo de indicios
que vienen a constituir lo que la doctrina jurídica y la propia jurispruden-
cia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, han dado en llamar
prueba circunstancial y que se basa en los indicios, partiendo de hechos
conocidos a efecto de llegar a la verdad que se busca, así pues, si está
demostrado que inmediatamente después de la reunión sostenida entre
David Cantú Díaz y Rómulo Flores Aldape, en la que Cantú Díaz le
pidió que actuara de inmediato en relación con la orden de aprehensión
existente, se ejecutó una orden de aprehensión contra diversos miem-
bros de la familia Morales Mega y su abogado y que esta orden de
aprehensión provenía de un proceso por fraude iniciado contra ellos;
proceso que a su vez tenía conexidad con otro ventilado ante el Juez
Séptimo de lo Civil en la ciudad de Monterrey, y que para efecto de que
existiera el perdón del ofendido en el proceso del orden criminal, se
requería primero se llegará a un arreglo entre Humberto Lobo y Alejan-
dro Morales Mega y para que el Juez Civil pudiese sancionar el con-
venio, se requirió de la intervención del entonces procurador general de
Justicia David Cantú Díaz, quien había expresado a Rómulo Flores
Aldape que le encargaba el asunto para que fuera manejado con
discreción; debe aceptarse entonces, como más cierta la probable res-
ponsabilidad de Cantú Díaz en la comisión de los ilícitos que se le repro-
chan, pues de otra forma su intervención no se encuentra justificada y
si aparece en cambio con el matiz delictivo que le imputa el Ministerio
Público.— Debe agregarse que se estima desafortunada la decisión del
Juez amparista, en el sentido de que no se acreditó el delito de abuso
de autoridad porque no fue David Cantú quien ejecutó las aprehensio-
nes ordenadas por el Juez de lo Penal de San Pedro Garza García,

SENTENCIA
192 TRATADO DE EXTRADICIÓN

contra Victoria Alejandra Khune de Morales, Daniel Morales Khune de


Morales (sic), Daniel Morales Khune y otras personas, ya que de las
declaraciones de Oscar Morales Castillo, Sergio García Elizondo y Erasmo
Gabriel Elizondo Hernández se desprende que la persona que dio las
órdenes para que no se hicieran los trámites correspondientes respecto
a las aprehensiones cumplidas, era el entonces comandante Rómulo
Flores Aldape, tan es así, que dichos exagentes judiciales señalan que
con la única persona con quien estuvieron en contacto era Flores Aldape.
Postura que causa agravios a este tribunal, pues pasó por alto el juzga-
dor que el Código Penal del Estado admite que la participación en un
delito puede darse en forma directa al tomar parte en la preparación o
en la ejecución del mismo y en forma intelectual, siendo esta última
hipótesis la que encaja a la perfección en tratándose de la conducta
que se atribuye a David Héctor Cantú Díaz, pues esta autoridad, en
base a los razonamientos que ya detalló ampliamente, sigue conside-
rando que la evidencia se inclina hacia el hecho de que el quejoso Cantú
Díaz participó en los hechos, al poner con su comportamiento una condi-
ción para la consumación de los delitos, pues la investidura que tenía
en aquel entonces (procurador general de Justicia en el Estado), fue
determinante para que el Juez Séptimo de lo Civil, sancionara el arreglo
a que llegaron las partes involucradas, y para llegar a éste arreglo, fue
necesario detener a Daniel Morales Khune, Victoria Alejandra Khune
de Morales y a Guillermo Delgado Salazar, sin ponerlos a disposi-
ción del Juez de su causa, manteniéndolos detenidos en forma furtiva
hasta que se pudiese llegar al arreglo pretendido, haciéndose énfa-
sis en que el comportamiento de David Héctor Cantú Díaz al comunicarse
en forma telefónica con el Juez Séptimo de lo Civil del Primer Distrito
Judicial, revela nítidamente su participación consciente y querida (por
consiguiente dolosa) en los hechos suscitados, pues recuérdese que
fue su intervención ante dicho funcionario judicial la que logró que este
admitiera y sancionará, fuera del horario normal de labores del Juzgado,
los actos inherentes a la sanción del convenio celebrado entre Alejan-
dro Morales Mega y Humberto Lobo Morales, quien firmó el convenio
en mención pues se encontraba presionado por la detención de su
esposa e hijo, de la cual David Cantú se encontraba enterado y en coordi-
nación con Rómulo Flores Aldape. Esta forma de participación en los
hechos, indiscutiblemente se encuentra prevista por el Código Penal
en el artículo 39 ya citado, y si los datos de información arrojan indicios
suficientes para enlazar la conducta del impetrante de amparo con el
resultado conocido, es obvio que se satisface con creces los requisi-
tos a que hace referencia el artículo 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, por lo que la resolución que decretó este

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 193

tribunal no lesiona los derechos subjetivos públicos del ahora quejoso,


y sí en cambio la determinación del Juez amparista de considerar
que si lo era; afecta el interés social que este órgano jurisdiccional repre-
senta.— En tales consideraciones se estima que efectivamente, se
acreditó la probable responsabilidad de David Héctor Cantú Díaz en la
comisión de los delitos de evasión de presos, al haber puesto en liber-
tad a Daniel Morales Khune, Victoria Alejandra Khune de Morales y a
Guillermo Delgado Salazar, sin antes haberlos puesto a disposición del
Juez de su causa, no obstante que existía orden de aprehensión y
detención en su contra, y sin que hubiese mandamiento judicial en el
sentido de que podían ser liberados; de abuso de autoridad al no haber
puesto a Daniel Morales Khune, Victoria Alejandra Khune y Guillermo
Delgado Salazar, tan luego como fueron detenidos a disposición del
Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial; aunque debe señalarse que
efectivamente como indica el Juez de Amparo, por la calidad de procu-
rador general de Justicia que tenía el quejoso no le correspondía la
ejecución material de las aprehensiones, pero como ha quedado esta-
blecido, que si el excomadante Rómulo Flores Aldape y sus agentes
una vez ejecutada la orden de aprehensión no pusieron a los deteni-
dos a disposición del Juez de la causa, fue debido a que actuaban
bajo las indicaciones del quejoso, de ahí que le resulte responsabilidad,
aunque de momento no esté acreditado plenamente, sino solamente
en forma presuntiva; de coalición, al haberse puesto de acuerdo con otros
servidores públicos para consumar diversos delitos coligándose de esta
manera para quebrantar la ley; y de los llamados cometidos en la admi-
nistración de justicia, al haber favorecido aprovechándose de su inves-
tidura de procurador general de Justicia del Estado a Humberto Lobo
Morales; primero, dando órdenes para la retención ilícita de los miembros
de la familia Morales Mega y su abogado a fin de presionar a Alejandro
Morales Mega para que llegara a un arreglo con Humberto Lobo Mora-
les respecto de un adeudo que tenía con éste y que había dado origen
a la formación de un proceso del orden mercantil ante el Juez Séptimo de
lo Civil de Monterrey, proceso que a efecto de que pudiera concluir
requirió de la intervención directa el propio encausado, utilizando su
influencia como alto funcionario del Estado.— Es oportuno destacar los
siguientes criterios de jurisprudencia que se consultan en la actualiza-
ción IV del compendio de jurisprudencia y tesis sobresalientes 1974-1975,
de Mayo Ediciones y que se consulta la primera bajo el número 1769 a
página 851 y cuyo tenor es el siguiente: ‘PRUEBA PRESUNTIVA.—
La estimación de la prueba presuntiva, que hagan los tribunales del
orden común no amerita la concesión del amparo, si no se ha hecho
aplicación indebida de los principios reguladores de ese medio de con-

SENTENCIA
194 TRATADO DE EXTRADICIÓN

vicción, o sea a alterado la verdad de los hechos.’.— En tanto que en la


segunda, se publica en la misma página bajo el tenor siguiente: ‘PRUE-
BA PRESUNTIVA.— La prueba circunstancial, que incluso ha sido
llamada la reina de las pruebas, se integra por el natural encadenamiento,
el lógico enlace que existe entre los hechos ciertos, indubitables, de que
parte el juzgador, en forma tal que esa liga lleva precisamente a la con-
clusión necesaria de que están comprobados los elementos del tipo
delictivo de que se trata y la responsabilidad que en el mismo tiene el
inculpado y no otro sujeto.’.— Mientras que la tercera, se consulta a
página 841, bajo el número 1746 y cuyo texto reza: ‘PRUEBA INDI-
CIARIA.— La prueba indiciaria resulta de la apreciación en su conjunto
de los elementos probatorios que aparezcan en el proceso mismos que
no deben considerarse aisladamente, sino que cada uno de los elemen-
tos de la prueba constituye un indicio, un indicador, y de su armonía
lógica natural y concatenamiento legal, habrá de establecerse una ver-
dad resultante que unívoca (sic) e inequívocadamente lleva a la verdad
buscada.’.— La cuarta, bajo el número 1768, a página 850, y cuyo rubro
es del tenor siguiente: ‘PRUEBA PRESUNCIONAL.— La apreciación o
valoración del material probatorio integrándose la prueba presuncional,
es correcta y con estricto apego a derecho, pues la prueba presuncio-
nal es prueba toral en el moderno procedimiento penal.’.— En tanto que
la quinta, se consulta a página 833, bajo el número 1729, y su texto
reza: ‘PRUEBA CIRCUNSTANCIAL, VALORACIÓN DE LA.— La prueba
circunstancial se basa en el valor incriminatorio de los indicios y tiene,
como punto de partida, hechos y circunstancias que están probados y
de los cuales se trata de desprender su relación con el hecho inquirido,
esto es, ya un dato por complementar, ya una incógnita por determinar,
ya una hipótesis por verificar, lo mismo sobre la materialidad del delito
que sobre la identificación del culpable y acerca de las circunstancias
del acto incriminado’.— Bajo el panorama antes descrito y no observa-
dos por el Juez amparista, es indiscutible que la conducta desplegada
por David Héctor Cantú Díaz, reúne los matices de las normas penales
que le reprocha la institución del Ministerio Público, por ello es que la
orden de aprehensión decretada en su contra, reúne con creces los
requisitos y directrices contenidas en el artículo 16 constitucional, así
como el artículo 197 del código adjetivo de la materia, en virtud de ello
es que esta autoridad, solicita de ese cuerpo colegiado revocar el am-
paro y protección de la Justicia Federal inadecuadamente concedido a
David Héctor Cantú Díaz y en su caso, negar dicha protección, por no
ser el acto reclamado violatorio de garantías."

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 195

d) Del agente del Ministerio Público Federal adscrito al Juzgado de Dis-


trito del conocimiento:

"Agravios.— Primero.— El a quo en el considerando cuarto de su sen-


tencia, al declarar infundada la causal de improcedencia que invoqué,
viola el contenido de los artículos 73, último párrafo, 73, fracción XI, y
192, de la Ley de Amparo por falta de aplicación.— En efecto de la tesis
jurisprudencial número P./J.3/96, que aparece publicada a fojas 22, del
Tomo III, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, correspondiente a febrero de 1996, bajo el rubro: ‘DESISTIMIEN-
TO DE LA DEMANDA EN EL JUICIO DE AMPARO. IMPLICA EL
CONSENTIMIENTO EXPRESO DE LOS ACTOS RECLAMADOS, RE-
SULTANDO IMPROCEDENTE UN NUEVO JUICIO CONTRA ELLOS.’,
se desprende que entre los requisitos para que se surta la causal de
improcedencia prevista en la fracción XI, de la Ley de Amparo, se encuen-
tran únicamente: 1. Que se promueva un juicio de amparo contra deter-
minado acto; 2. Que haya desistimiento de la demanda por parte del
quejoso y el consecuente sobreseimiento; y, 3. Que se promueva un nuevo
juicio de amparo respecto a ese mismo acto.— En la especie esos
requisitos quedaron debidamente acreditados, ya que David Cantú Díaz,
promovió un juicio de amparo ante el Juez Tercero de Distrito, señalando
como acto reclamado la orden de aprehensión, emitida en su contra por
el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado, desistién-
dose de dicha demanda y nuevamente en el juicio de amparo en que se
interpone esta revisión, vuelve a solicitar el amparo contra la orden
de aprehensión librada por el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judi-
cial, sin embargo, el a quo desestimó la causal aduciendo en el conside-
rando cuarto de su sentencia: el suscrito considera que dicha causal
de improcedencia invocada en este caso resulta infundada, pues la situa-
ción jurídica del quejoso es completamente distinta en la fecha en que
se promovió el amparo ante el Juzgado Tercero de Distrito en el Estado,
pues en aquel entonces no se encontraba aún detenido, además dicho
amparo fue sobreseído fuera de audiencia sin que existieran en el mis-
mo algunos de los informes justificados de las autoridades responsa-
bles para establecer si efectivamente resultaba ser cierto o no el acto
que aquí reclama, por lo que al no haber constancia en este procedimien-
to de que el quejoso se haya enterado por medio del amparo que pro-
movió ante el Juzgado Tercero de Distrito de que existía el acto
reclamado en su contra, entonces no puede decirse que se tenga por
consentida la orden de aprehensión y detención dictada por la autori-
dad judicial responsable en su persona, con motivo del desistimiento
del primer amparo que promovió.— Lo expuesto por el a quo es total-

SENTENCIA
196 TRATADO DE EXTRADICIÓN

mente contrario al contenido de la tesis jurisprudencial referida y que


invoqué como fundamento para que operara la causal de improceden-
cia prevista en la fracción XI, del artículo 73, de la Ley de Amparo, ya
que en primer término no importa la situación jurídica que guarde el que-
joso respecto a su libertad personal, al promover el primer y segundo
amparo respecto al mismo acto reclamado y agregaríamos que tam-
bién en lo tocante a la misma autoridad responsable, ya que esa situación
jurídica en nada afecta al consentimiento expreso del acto reclamado
que se define en desistirse de la primera demanda de amparo.— Tam-
poco resulta relevante el hecho de que se haya sobreseído en el primer
amparo fuera de la audiencia constitucional, ya que dicho sobreseimiento
fue por haberse desistido el quejoso de la primera demanda, si uno
de los principios fundamentales que rigen el juicio de garantías es el de
instancia de parte agraviada, es obvio que el Juez de amparo, ante
el desistimiento expreso del quejoso se debe sobreseer en el juicio, ya
sea dentro o fuera de audiencia, en este caso concreto el hacerlo fuera
de audiencia no afecta las defensas del quejoso, ya que el sobre-
seimiento se produjo precisamente por una causa imputable única y
exclusivamente al propio quejoso, asimismo el hecho de que el sobre-
seimiento sea fuera de audiencia no afecta la causal de improcedencia
prevista en la fracción XI, del artículo 73, de la Ley de Amparo, ya que
el motivo del sobreseimiento fue porque el quejoso se desistió de la
demanda.— El hecho de que el a quo establezca que no hay constan-
cia de que el quejoso se haya enterado por medio del juicio que promovió
ante el Juzgado Tercero de Distrito que ya existía el acto reclamado en
su contra, por no haber rendido informes las autoridades responsa-
bles, es contrario a las circunstancias objetivas y constancias de los
expedientes. En el primer juicio de amparo, que promovió el quejoso
ante el Juez Tercero de Distrito en este Circuito, al que le correspon-
dió el número 829/96, en su demanda en el capítulo de acto reclamado
el quejoso expresa que: ‘Lo constituye la orden de aprehensión o deten-
ción que según ha tenido conocimiento ha detectado (sic) en mi contra
la autoridad judicial señalada como ordenadora….’, y señala como
ordenadora al Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado.
De lo anterior se desprende que el quejoso tenía conocimiento de ma-
nera precisa que el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial, con
sede en San Pedro Garza García había librado una orden de aprehen-
sión en su contra, ya que la orden fue obsequiada el 20 de junio de
1996 y el amparo lo promovió en agosto de ese mismo año, es decir
con posterioridad a la fecha del libramiento de la orden de aprehensión.
Y asimismo señala en forma expresa y concisa, como responsable, a la
autoridad que en efecto emitió la orden. Es decir, que el quejoso tenía

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 197

pleno conocimiento del acto reclamado y la autoridad emisora del mismo,


porque en todo momento señala tanto el acto como la autoridad de mane-
ra concreta, en el área metropolitana del Estado existen cuatro distritos
judiciales, el primero en Monterrey, el segundo en Guadalupe y el cuar-
to en San Pedro Garza García, el quejoso no los señaló indistinta-
mente, ni de manera conjunta, sino que en forma precisa establece que
la autoridad ordenadora lo es el Juez de lo Penal del Cuarto Distrito
Judicial en el Estado, de donde se desprende que previamente a la
promoción del primer juicio de amparo ante el Juez Tercero de Dis-
trito, tenía pleno conocimiento del acto reclamado y de la autoridad que
lo había ordenado, no obstante, se desistió de dicho juicio.— El Juez
a quo establece que el quejoso no tuvo conocimiento del acto recla-
mado por medio de la promoción del juicio, ya que las responsables no
rindieron sus informes y lo anterior en efecto fue así, ya que el quejoso
tenía pleno conocimiento del acto y la autoridad ordenadora previa-
mente a promover dicho juicio, lo que se desprende de la demanda,
tanto en el capítulo de autoridades responsables como del acto
reclamado, por lo que resulta ocioso establecer que como no se rindie-
ron los informes el quejoso no tuvo conocimiento del acto reclamado
mediante el juicio, ya que lo tenía previamente y si no obstante ello
se desistió del juicio, por los motivos que hayan sido, es obvio que ese
desistimiento satisface plenamente los extremos a que alude la tesis
jurisprudencial referida y el artículo 73, fracción XI, de la Ley de Am-
paro, al no haber estimado operante la causal de improcedencia invo-
cada respecto de la orden de aprehensión, resulta notorio que el a quo
dejó de aplicar los preceptos referidos al inicio del presente agravio, por
ende debe revocarse la resolución y ordenar que se sobresea en el
juicio en lo tocante al acto reclamado consistente en la orden de aprehen-
sión y también que se niega el amparo respecto al acto inherente a la
inconstitucionalidad del tratado de extradición celebrado entre los Esta-
dos Unidos Mexicanos y el Reino de España, al declarar fundado el
agravio que se expresará a continuación.

"Segundo.— La resolución impugnada en esta vía, causa agravio, por


violación manifiesta del contenido de las fracciones I y II, del artículo
77, de la Ley de Amparo, en relación con lo expresado en el considerando
quinto de la misma, que en lo conducente dice: No habiendo más causa-
les de improcedencia hechas valer, lo que procede es entrar al estudio
de los conceptos de violación aducidos por el quejoso David Héctor
Cantú Díaz, los cuales no se transcriben por economía procesal, pero
se dan por reproducidos para todo efecto legal.— En primer lugar, anali-
zaremos el primer concepto de violación aducido por el agraviado el

SENTENCIA
198 TRATADO DE EXTRADICIÓN

cual se declara fundado en atención a lo siguiente. (se transcribe).—


Contrariamente a lo que sostiene el a quo, el tratado celebrado entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, lo inconstitucio-
nal (sic), lo declaró así debido a que no tuvo en cuenta lo aducido en el
informe justificado por el secretario de Relaciones Exteriores y las cons-
tancias que anexo dicho informe.— Contrariamente a lo que sostiene el
Juez, celebrar un contrario o convenio en derecho internacional no
equivale a firmarlo, eso puede ser en derecho civil donde la manifesta-
ción del consentimiento es simple.— En cualquier diccionario lingüísti-
co encontramos que celebrar es hacer solemnemente alguna ceremonia
a acto, en ese sentido el Presidente de la República al establecer la
ratificación y confirmación del tratado lo celebró, dicha ratificación y
confirmación obra a fojas 601, del tomo V, del juicio de amparo, en que
se actúa con la siguiente leyenda: ‘Que el anterior Tratado de Extradi-
ción y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos
Mexicanos y el Reino de España, suscrito en la ciudad de México el día
21 del mes de noviembre del año de 1978, fue aprobado por la Cámara
de Senadores del Congreso de la Unión el día 27 del mes de septiem-
bre del año de 1979, según decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación de día 7 del mes de noviembre del propio año’.— ‘En tal
virtud, yo, José López Portillo, presidente de los Estados Unidos Mexi-
canos ratifico y confirmo el mencionado tratado y prometo en nombre
de la Nación Mexicana cumplirlo y observarlo y hacer que se cumpla y
observe’.— ‘En fe de lo cual, las presentes firmadas de mi mano, auto-
rizadas con el gran sello de la Nación refrendadas por el licenciado
Jorge Castañeda, secretario de Relaciones Exteriores, en la residencia
del Poder Ejecutivo Federal en la Ciudad de México, Distrito Federal, a
los 15 días del mes de noviembre del año de 1979’.— Un procedimiento
para realizar un tratado internacional comprende una serie de pasos,
no concluye con la negociación y firma de los tratados, ya que aún
estampada la firma por plenipotenciarios esto no implica que ya obli-
gan, ya que ello sucede hasta que se cumplen las formalidades cons-
titucionales y el tratado es ratificado, la ratificación es la aprobación
dada por los órganos competentes del Estado, que hace que éste quede
obligado por tal tratado, y en ocasiones esa obligatoriedad se pos-
pone hasta el momento del intercambio de los instrumentos de ratifica-
ción.— En el caso del Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en
materia penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España,
el artículo 43, en sus apartados 1 y 2, respectivamente establecen
que el tratado está sujeto a ratificación y que el tratado entrará en vigor
el primer día del segundo mes a aquél que tenga lugar el canje de ins-
trumentos de ratificación.— Contrariamente a lo que sostiene el a quo

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 199

la ratificación sí tiene lugar en nuestro derecho constitucional, según se


desprende de los artículos 89, fracción I, y 133, de nuestra Constitu-
ción, ya que la celebración de los tratados no es la simple firma de los
mismos, tal y como lo sostiene el a quo, sino que constituyen un acto
solemne por el cual el Ejecutivo de la Unión ratifica y confirma el tra-
tado para hacerlo obligatorio y la aprobación del Senado también viene
a constituir una ratificación, contrariamente a lo que sostiene el a quo,
de la redacción de esos dos preceptos constitucionales no podemos
establecer una prelación ante los actos de celebración y aprobación,
ya que el artículo 133 constitucional no establece que: Todos los trata-
dos que estén de acuerdo con la misma, previamente celebrados y que
se celebren por el Presidente de la República, con aprobación posterior
del Senado, serán ley Suprema en toda la Unión.— Al haberlo con-
siderado así el Juez de Distrito, no se concretó a interpretar la nor-
ma, sino a integrarla con los términos previamente y posterior. Por otro
lado, al no reconocer que la celebración de un tratado es un acto comple-
jo, equiparándola a la simple firma del tratado mal interpretó el contenido
del artículo 89, fracción I, en relación con el 90 de la propia Constitución,
ya que en este último se establece que la Administración Pública Fede-
ral será centralizada y paraestatal conforme a la ley orgánica que expida
el Congreso de la Unión, que distribuirá los negocios del orden admi-
nistrativo de la Federación y estarán a cargo de las secretarías de Estado
y departamentos administrativos, pretendiendo con ello el a quo, que
contrariamente a lo que previene el artículo 90 constitucional, el Ejecutivo
de la Unión realice personalmente todas y cada una de las atribuciones
conferidas en el artículo 89 de la Constitución, pues como quedó asen-
tado la celebración de un tratado no implica únicamente la firma del mis-
mo, sino que requiere de negociaciones previas y de una aprobación y
ratificación posterior, sólo cuando dichos actos fueron efectuados pode-
mos establecer o afirmar que se celebró un tratado, no únicamente
cuando se firmó el mismo.— Asimismo tampoco podemos establecer
que el Ejecutivo haya delegado en el secretario de Relaciones Exteriores
la celebración del tratado referido, ya que según el ‘Diccionario de Dere-
cho’ de Rafael de Pina Vara, la delegación es un acto por medio del que
una función concreta o funciones expresamente determinadas, corres-
pondientes a funcionario, son encomendadas circunstancialmente a otro,
que las ejerce en idénticas condiciones y con igual competencia con que
las pudiera realizar el habitualmente llamado a desempeñarlas, en virtud
de la existencia de una disposición legal que la autoriza. El Ejecutivo de
la Unión no delegó en el secretario de Relaciones Exteriores la facultad
de celebrar el Tratado de Extradición entre los Estados Unidos Mexica-
nos y el Reino de España, sino que éste intervino en una parte de ese

SENTENCIA
200 TRATADO DE EXTRADICIÓN

acto complejo, tal y como es su facultad, conforme lo previene el artículo


90 de la Constitución en relación con el 28 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, para poder afirmar que el secretario de
Relaciones Exteriores celebró el tratado, se requeriría que con su sola
firma al convenio en su carácter de plenipotenciario y una vez ratificado
éste por el Senado, fuera ley obligatoria en toda la Unión, lo que no
sucedió ni en éste ni en otros casos semejantes, ya que el presidente
de la República al ratificar y confirmar el tratado, lo está celebrando, ya
que ese acto es el que le da obligatoriedad.— Además, el a quo al con-
ceder el amparo contra el tratado pretende darle efectos extraterritoria-
les a la Ley de Amparo, al establecer en la parte final del considerando
quinto, a la letra: ‘haciéndose extensiva la protección federal contra los
actos de aplicación del mismo consistentes en la detención del quejoso
David Héctor Cantú Díaz, en la ciudad de Madrid, España’, con lo ante-
rior va más allá de lo previsto en el artículo 1o. constitucional y 1o. de
la Ley de Amparo, ya que sólo pueden ser consideradas como autori-
dades para los efectos del amparo las residentes en el país, pues con
las extranjeras se imposibilita el cumplimiento de lo previsto en el artículo
80 de la Ley de Amparo, además de que las leyes nacionales sólo obligan
a las autoridades residentes en el país.

"Tercero.— Al establecer el a quo en el considerando sexto el amparo y


protección de la Justicia de la Unión en lo tocante a la orden aprehen-
sión, librada en contra del quejoso, en atención a que la misma no reunía
los requisitos del artículo 16 constitucional, al faltar la presunta respon-
sabilidad del inculpado, causa agravios por falta de aplicación de lo
previsto en el artículo 77, fracción I y II, de la Ley de Amparo, ya que
dejó de considerar la constancia que contiene el acto reclamado, de la
que se desprende que sí hay elementos para establecer la probable res-
ponsabilidad del quejoso en los hechos que se le imputan, ya que con-
forme a la tesis jurisprudencial número 619, visible a fojas 385, del
Tomo II, materia penal del Apéndice al Semanario Judicial de la Federa-
ción 1917-1985, que dice: ‘ORDEN DE APREHENSIÓN. SU LIBRAMIEN-
TO NO REQUIERE DE PRUEBAS PLENAS DE LA RESPONSABILIDAD
DEL INCULPADO.— Para dictar una orden de aprehensión no se re-
quiere de pruebas plenas que acrediten la responsabilidad del inculpa-
do sino únicamente es necesario que se reúnan los requisitos a que se
refiere el artículo 16 constitucional, y que se desprendan datos que
hagan probable la responsabilidad del inculpado’.— Asimismo tiene apli-
cación la tesis jurisprudencial número 456, que aparece a fojas 169
en el mismo tomo y Apéndice, que dice: ‘COACUSADO, VALOR DE SU
DICHO.— El dicho del coacusado cuando no pretende eludir su respon-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 201

sabilidad, sino que admitiéndola hace cargos a otro coacusado hace fe


como indicio.’.— Los coacusados Sergio García Elizondo, Oscar Morales
Castillo y Eduardo Gabriel Elizondo Hernández, establecen que solta-
ron a los aprehendidos a raíz de la comunicación que les hiciera Rómulo
Flores Aldape, a instancias de la conversación sostenida con el enton-
ces procurador del Estado David Héctor Cantú Díaz, que el asunto se lo
encargó mucho el procurador del Estado a Flores Aldape, elementos
que son suficientes para el debido libramiento de la orden de aprehen-
sión, ya que la misma no requiere de elementos plenos que acrediten la
responsabilidad."

e) Del subprocurador de Procedimientos Penales "A", en ausencia del


procurador general de la República:

"Agravios.— 1.– La sentencia de referencia en la parte relativa de su


considerando señala: ‘Tercero.— …sí se demuestra la existencia del
acto que se le reclama, pues así aparece de las copias certificadas que
remitió al rendir el informe justificado en representación del Presidente
de la República, y a las cuales se les confiere valor probatorio pleno en
términos de los artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos
Civiles de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, en las cuales se
encuentra el tratado de extradición celebrado entre el secretario de Rela-
ciones Exteriores plenipotenciario del país de México y el ministro de
Asuntos Exteriores por el Gobierno del Reino de España, en fecha veinti-
uno de noviembre de mil novecientos setenta y ocho, por lo que se
considera que dicho acto reclamado resulta ser cierto.— Es erróneo
lo que sostiene el a quo, el tratado entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España, el secretario de Relaciones Exteriores no lo cele-
bró, sino que participó en las negociaciones que llevaron a la firma del
mismo, y contrariamente a lo que sostiene el Juez, celebrar un contrato
o convenio en derecho internacional, no equivale a firmarlo, sino que lo
celebró el presidente de la República, al establecer la ratificación y confir-
mación del tratado, y ser aprobado por la Cámara de Senadores del
Congreso de la Unión el día 27 del mes de septiembre del año de 1979,
según decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del día
7 de noviembre de ese mismo año.— Contrariamente a lo que sostiene
el Juez, celebrar un contrato o convenio en derecho Internacional no equi-
vale a firmarlo, eso puede ser en derecho civil donde la manifestación
del consentimiento es simple.— Asimismo tampoco podemos establecer
que el Ejecutivo haya delegado en el secretario de Relaciones Exteriores
la celebración del tratado referido, ya que según el diccionario de dere-
cho de Rafael de Pina Vara, la delegación es un acto por medio de que

SENTENCIA
202 TRATADO DE EXTRADICIÓN

una función concreta o funciones expresamente determinadas, corres-


pondientes a funcionario determinado, son encomendadas circunstan-
cialmente a otro, que las ejerce en idénticas condiciones y con igual
competencia con que las pudiera realizar el habitualmente llamado a
desempeñarlas, en virtud de la existencia de una disposición legal que
la autoriza. El Ejecutivo de la Unión no delegó en el secretario de Rela-
ciones Exteriores la facultad de celebrar el tratado de extradición entre
los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, sino que éste inter-
vino en una parte de ese acto complejo, tal y como es su facultad, con-
forme lo previene el artículo 90 de la Constitución en relación con el 28
de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para poder
afirmar que el secretario de Relaciones Exteriores celebró el Tratado,
requeriría que con su sola firma al convenio en su carácter de pleni-
potenciario y una vez ratificado éste por el Senado, fuera ley obligatoria
en toda la unión, lo que no sucedió ni en éste ni en otros casos seme-
jantes, ya que el presidente de la República al ratificar y confirmar el
tratado, lo esta celebrando, ya que ese acto es el que le da obligato-
riedad.— Además el a quo al conceder el amparo contra el tratado pre-
tende darle efectos extraterritoriales a la Ley de Amparo, al establecer
en la parte final del considerando quinto, a la letra: ‘haciéndose exten-
siva la protección federal contra los actos de aplicación del mismo consis-
tentes en la detención del quejoso David Héctor Cantú Díaz, en la ciu-
dad de Madrid, España’, con lo anterior va más allá de lo previsto en el
artículo 1o. constitucional y 1o. de la Ley de Amparo, ya que sólo pueden
ser consideradas como autoridades para los efectos del amparo las resi-
dentes en el país, pues con las extranjeras se imposibilita el cum-
plimiento de lo previsto en el artículo 80 de la Ley de Amparo, además de
que las leyes nacionales sólo obligan a las autoridades residentes en el
país.— Por lo que viola los artículos 77 y 78 de la Ley de Amparo, así
como todos y cada uno de los preceptos invocados, al no fundar su
resolución y haber sobreseído en el presente juicio.— 2.— La senten-
cia de referencia en la parte relativa de su considerando cuarto expre-
sa: ‘Cuarto.— Las causales de improcedencia que hagan valer las partes
deben de estudiarse preferentemente a cualquier otra cuestión por ser de
orden público atento a lo dispuesto en la parte final del artículo 73 de la
Ley de Amparo.— En efecto, …como causal de improcedencia la pre-
vista en la fracción XI, del artículo 73 de la Ley de Amparo, …sin em-
bargo el suscrito considera que dicha causal de improcedencia invocada
en este caso resulta infundada, pues la situación jurídica del quejoso es
completamente distinta en la fecha en que se promovió el amparo ante
el Juzgado Tercero de Distrito en el Estado, pues en aquel entonces no se
encontraba aún detenido, y además dicho amparo fue sobreseído fuera

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 203

de audiencia sin que existieran en el mismo alguno de los informes justi-


ficados de las autoridades responsables, para establecer si efectivamen-
te resultaba ser cierto o no el acto que aquí reclama…’.— Lo expuesto
por el Juez de Distrito es totalmente contrario al contenido de la tesis
jurisprudencial número P./J/.3/96, que aparece publicada a fojas 22, del
Tomo III, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, correspondiente a febrero de 1996, bajo el rubro: ‘DESISTIMIENTO
DE LA DEMANDA EN EL JUICIO DE AMPARO. IMPLICA EL CONSEN-
TIMIENTO EXPRESO DE LOS ACTOS RECLAMADOS, RESULTANDO
IMPROCEDENTE UN NUEVO JUICIO CONTRA ELLOS.’, por lo que sí
opera la causal de improcedencia prevista en la fracción XI ,del artícu-
lo 73, de la Ley de Amparo, ya que en primer término no importa la
situación jurídica que guarde el quejoso respecto al mismo acto reclama-
do y a la misma autoridad responsable, ya que esa situación jurídica en
nada afecta al consentimiento expreso del acto reclamado que se define
en desistirse de la primera demanda de amparo.— Tampoco resulta
relevante el hecho de que haya sobreseído en el primer amparo fuera de
audiencia constitucional, ya que dicho sobreseimiento fue por haberse
desistido el quejoso de la primera demanda, si uno de los principios
fundamentales que rigen el juicio de garantías es el de instancia de parte
agraviada, es obvio que el Juez de Amparo, ante el desistimiento expreso
del quejoso, debe sobreseer en el juicio, ya sea dentro o fuera de audien-
cia, en este caso concreto al hacerlo fuera de audiencia no afecta las
defensas del quejoso, ya que el sobreseimiento se produjo precisamente
por una causa imputable única y exclusivamente al propio quejoso.—
Al haber considerado que la causal de improcedencia prevista en la
fracción XI, del artículo 73, de la Ley de Amparo, resulta infundada,
y no sobreseer en el presente juicio conforme al artículo 74, fracción
III, de la misma ley de la materia, viola estos preceptos además de
los artículos 77, 78, 192 y 193 de la Ley de Amparo, y demás preceptos
citados.— 3.— La sentencia de referencia en la parte relativa de su
considerando cuarto sigue expresando: ‘Cuarto.— …Ahora bien, en cuanto
a la diversa causal de improcedencia… que es la prevista en la fracción
XVIII, del artículo 73, de la Ley de Amparo, en relación al artículo 1o.
constitucional, ésta también resulta infundada, pues si bien es cierto
que el quejoso se encontraba en el país de España al momento de ser
detenido con motivo del procedimiento de extradición para dar cum-
plimiento a la orden aprehensión y detención dictada en su contra por el
Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado de Nuevo
León, esto quiere decir que por haber salido de la potestad jurídica de
las autoridades del Estado Mexicano para detenerlo no pueda acudir
a pedir el auxilio y protección de la Justicia Federal contra los actos que

SENTENCIA
204 TRATADO DE EXTRADICIÓN

reclama de inconstitucionales, pues tan es así que se le están aplicando


procedimientos y leyes mexicanas para lograr su detención, aun estan-
do fuera de la República…’.— Se violan los artículos 77, 78 y 1o. cons-
titucionales, ya que el quejoso al haberse sustraído voluntariamente al
orden y justicia mexicanos y encontrarse en el extranjero resulta impro-
cedente que el quejoso se acoja a los beneficios que otorga nuestra
Carta Magna toda vez que como ya se mencionó, éste se encuentra por
propia voluntad en un país diverso al que rige la misma y de la que no
quiso se le aplicara, además que el propio artículo 1o. de nuestra Cons-
titución Federal establece que todo individuo en los Estados Unidos
Mexicanos gozará de las garantías que otorga la Constitución y repi-
tiendo, que el quejoso al haberse sustraído voluntariamente a la justicia
mexicana y al encontrarse en el extranjero resulta improcedente que
se acoja a los beneficios que otorga nuestra Carta Magna, y además en
aquel país, tiene a su disposición los medios de impugnación que esta-
blece la legislación española y serán las autoridades de España las
que deben resolver sobre extradición.— 4.— La sentencia de referen-
cia en la parte relativa de considerando cuarto sigue expresando:
‘Cuarto.— …Por otro lado, la causal de improcedencia… fracción V, del
artículo 73, de la Ley de Amparo, al argumentar que el mismo es impro-
cedente contra actos futuros, consistentes en las consecuencias y efec-
tos legales que se produzcan con motivo del tratado de extradición. Sin
embargo, dicha causal de improcedencia resulta también infundada,
pues en este caso el quejoso sí cuenta con el interés jurídico suficiente
para comparecer a juicio constitucional, pues las consecuencias y efec-
tos de la aplicación del tratado de extradición que se reclama, como
medio para lograr la aprehensión del agraviado, no resultan ser actos
futuros o probables, en atención a que tales consecuencias ya se llevaron
a cabo, pues el quejoso fue detenido en la ciudad de Madrid, España,
con motivo del procedimiento de extradición llevado en su contra por
las autoridades señaladas aquí como responsables, por lo que resulta
inoperante la causal de improcedencia antes señalada.’.— Viola los
artículos 77 y 78 de la Ley de Amparo al resultar incorrecta la apreciación
del tratado consistentes en la detención del hoy quejoso, en la ciudad de
Madrid, España, así como todo el procedimiento de extradición llevado
en su contra por las autoridades señaladas como responsables en la
demanda de garantías quedan fuera del ámbito de validez de la Ley de
Amparo por ejecutarse precisamente por las autoridades extranjeras
y cuyos efectos son extraterritoriales, y toda vez que dicho procedimiento
queda a cargo del Gobierno de España, y es él quien resolverá en un
futuro sobre la procedencia de la extradición del quejoso, resultan ser
actos futuros, por estar pendiente todavía dicho procedimiento de extra-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 205

dición por las autoridades españolas, quien como ya se señaló, son las
que determinarán si se concede su extradición o no.— 5.— La senten-
cia de referencia en la parte relativa de su considerando quinto expre-
sa: ‘Quinto.— No habiendo más causales de improcedencia hechas
valer, lo que procede es entrar al estudio de los conceptos de violación…
…El quejoso reclama de inconstitucional el Tratado de Extradición y
Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos
Mexicanos y el Reino de España de fecha veintiuno de noviembre de
mil novecientos setenta y ocho y publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno de mayo de mil novecientos ochenta, así como
las consecuencias y efectos que deriven del mismo…— …En las rela-
cionadas consideraciones al advertirse que el tratado reclamado no fue
celebrado por el presidente de la República pues aparece firmado en
fecha veintiuno de noviembre de mil novecientos setenta y ocho, sólo
por el secretario de Relaciones Exteriores aun y cuando haya sido facul-
tado plenipotenciariamente por el entonces presidente de la Repú-
blica José López Portillo, es manifiesto que sin su firma pasó al Senado
de la República y en fecha veintisiete de septiembre de mil novecientos
setenta y nueve fue aprobado por dicha Cámara del Congreso de la
Unión, ratificando luego, en fecha quince de noviembre de mil nove-
cientos setenta y nueve el presidente de la República dicho tratado
(foja 601), entonces, es violatorio de garantías por no estar ajustado a
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos…— …pues
tal es el orden que establecen los tres preceptos constitucionales men-
cionados, de manera que lo procedente es conceder el amparo solicita-
do en su contra, haciéndose extensiva la protección federal contra los
actos de aplicación del mismo consistentes en la detención del quejoso
David Héctor Cantú Díaz, en la ciudad de Madrid, España, así como
todo el procedimiento de extradición llevado en su contra por las autori-
dades señaladas como responsables en la demanda de garantías’.—
El Juez de amparo viola los artículos 77 y 78 de la ley de la materia, ya
que no tomó en cuenta ni hizo el estudio de las causales de impro-
cedencia invocadas en el informe justificado rendido por el procurador
General de la República, y sólo se limita a aseverar que no se hicieron
valer las causales, sin entrar al estudio de la fracción IX, del artículo 73,
de la Ley de Amparo, toda vez que los actos realizados por el procurador
General de la República, consistentes en la solicitud de detención preven-
tiva con fines de extradición internacional y la petición formal con fines
de extradición internacional del quejoso, son actos consumados, desde
que fueron formuladas al Gobierno del Reino de España, como se
señala en el informe con justificación rendido por el procurador General
de la República.— Tampoco entra al estudio de la causal de improceden-

SENTENCIA
206 TRATADO DE EXTRADICIÓN

cia prevista en la fracción X, del citado artículo 73, invocada en el citado


informe justificado rendido por el procurador General de la República,
toda vez que, por lo que respecta a la detención preventiva con fines de
extradición internacional, sufrida por el quejoso, debe considerarse que
han cesado los efectos del acto reclamado, al haberse solicitado en
tiempo y forma, la petición formal con fines de extradición, porque ésta
cambia la condición jurídica del hoy quejoso.— Además viola el artícu-
lo 73, último párrafo, toda vez que no examinó de oficio todas las causa-
les de improcedencia y ni siquiera consideró que los actos reclamados
al procurador General de la República, que como en el mismo informe
justificado se señalaron, consistentes en la solicitud de detención preven-
tiva con fines de extradición internacional, así como la petición formal
de extradición internacional del quejoso planteadas ante el Gobierno del
Reino de España son actos consumados desde el momento en que fue-
ron formuladas al Gobierno del Reino de España.— El Juez de Amparo
viola los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo al no haber acatado la
obligatoriedad de la siguiente tesis jurisprudencial número 940, publi-
cada en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, 1917-1988,
Segunda Parte, Salas y tesis comunes, página 1538, que a la letra
dice: ‘IMPROCEDENCIA.— Sea que las partes la aleguen o no, debe
examinarse previamente la procedencia del juicio de amparo, por ser
esa cuestión de orden público en el juicio de garantías’.— Por lo que
viola las disposiciones citadas, además del artículo 74, fracción III, de la
ley de la materia, por no haber sobreseído en el presente juicio, y asi-
mismo, los numerales 77 y 78 de la Ley de Amparo, al momento de
dicta su sentencia.— Incorrectamente el a quo sostiene que el acto recla-
mado consistente en la inconstitucionalidad del tratado es cierto, sin tomar
en consideración que la ratificación sí tiene lugar en nuestro derecho
constitucional, según se desprende de los artículos 89, fracción I, y
133 constitucionales, ya que la celebración de los tratados no es la simple
firma de los mismos, tal y como lo sostiene el Juez de amparo, sino que
constituyen un acto solemne por el cual el Ejecutivo de la Unión rati-
fica y confirma el tratado para hacerlo obligatorio y la aprobación del
Senado también viene a constituir una ratificación, consecuentemente,
como ya se manifestó, el Juez de Distrito no reconoce que la celebración
de un tratado es un acto complejo, equiparándola a la simple firma de un
convenio, olvidando que una vez ratificado éste por el presidente de la
República y por el Senado, esto es lo que le da la obligatoriedad, y no hay
disposición constitucional que establezca un orden estricto que deban
seguir todos los actos necesarios para celebrar un tratado interna-
cional.— Por lo anterior se puede decir que el Ejecutivo no delegó en el
secretario de Relaciones Exteriores la celebración del tratado en comen-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 207

to, ya que las funciones de este último fueron determinadas y circuns-


tanciales, en virtud de la existencia de una disposición legal que lo
autoriza, interviniendo en una parte del acto complejo, como lo es dicha
celebración, tal y como lo previene el artículo 90 de nuestra Carta Mag-
na, en relación con el 28 de la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal, y una vez ratificado el tratado por el presidente de la Repú-
blica y por el Senado, queda confirmado y adquiere el carácter de obli-
gatoriedad.— El a quo viola los artículos 77 y 78 de la Ley de Amparo ya
que no analiza conforme a derecho los hechos de la demanda para
dictar su fallo ni analiza correctamente el acto reclamado además de
que no valoró el informe justificado y omitió fundar su resolución, debien-
do revocar el fallo en comento para el efecto que se sobresea el juicio
constitucional mencionado, toda vez que se concretó a hacer extensiva
la protección federal contra los actos de aplicación del tratado consisten-
tes en la detención del hoy quejoso, en la ciudad de Madrid, España, así
como todo el procedimiento de extradición llevado en su contra por las
autoridades señaladas como responsables en la demanda de garan-
tías.— Además el a quo, al hacer extensiva la protección de la Justicia
Federal contra los actos de aplicación del tratado consistentes en la
detención del quejoso, en la ciudad de Madrid, España, pretende darle
efectos extraterritoriales a la Ley de Amparo, toda vez que la detención
preventiva con fines de extradición internacional del quejoso hecha, así
como el procedimiento iniciado por la petición formal de extradición inter-
nacional quedan fuera del ámbito de validez de la Ley de Amparo por
ejecutarse precisamente por autoridades extranjeras y cuyos efectos
son extraterritoriales, toda vez que el quejoso se encuentra fuera de
este país, y en consecuencia viola la soberanía de aquel país.— Asimis-
mo viola el artículo 1o. constitucional, ya que el quejoso al haberse sus-
traído voluntariamente al orden y justicia mexicanos y encontrarse en el
extranjero resulta improcedente que el quejoso se acoja a los benefi-
cios que otorga nuestra Carta Magna toda vez que, como ya se mencio-
nó, éste se encuentra por propia voluntad en un país diverso al que
rige la misma y de la que no quiso se le aplicara y en aquel país tiene
a su disposición los medios de impugnación que el mismo establece, y
serán las autoridades españolas quienes deberán resolver sobre la
procedencia de la extradición solicitada por México, conforme a su legis-
lación, violando en consecuencia los artículos 74, fracción III, el 73,
fracción XVIII y 1o., todos de la Ley de Amparo, en relación con el ya
mencionado artículo 1o. constitucional."

TERCERO.— No es materia de la revisión el sobreseimiento por


inexistencia de actos decretado por el a quo en el resolutivo primero

SENTENCIA
208 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de la sentencia que se revisa, en virtud de que la parte a quien perju-


dica no interpuso recurso de revisión para controvertir esta determi-
nación.

CUARTO.— El Juez responsable, el Ministerio Público adscrito al Juz-


gado de Distrito del conocimiento y el procurador general de la Repú-
blica, en sus respectivos recursos de revisión, expresan como agravio
el consistente en que el a quo debió decretar el sobreseimiento en el
juicio por lo que toca a la orden de aprehensión que se reclama, al actua-
lizarse la causal de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción
XI, de la Ley de Amparo, en virtud de que dicho acto fue expresamente
consentido por el quejoso, toda vez que al haber promovido un previo
juicio de garantías en que lo señaló como acto reclamado, del cual
desistió por así convenir a su interés, con tal manifestación produjo el
consentimiento relativo.

El Juez de Distrito del conocimiento, en el considerando cuarto de la


sentencia recurrida, desestimó la causal de consentimiento expreso de
los actos reclamados planteada por las autoridades responsables, por
considerar que la situación jurídica del quejoso en el presente juicio es
diversa de la que tenía cuando promovió amparo ante el Juzgado Ter-
cero de Distrito en el Estado de Nuevo León, pues en esa oportunidad
aún no se encontraba detenido, siendo que en dicho juicio se decretó el
sobreseimiento fuera de audiencia sin haberse rendido los informes justi-
ficados respectivos, por lo que no puede tenerse por consentida la orden
de aprehensión con motivo del desistimiento correspondiente.

Con el propósito de determinar si se actualiza o no la causal de impro-


cedencia que se plantea, se atiende a la tesis jurisprudencial 3/96,
sustentada por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia, que
aparece en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo III,
correspondiente a febrero de 1996, página 22, que literalmente expresa:

"DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA EN EL JUICIO DE AMPARO.


IMPLICA EL CONSENTIMIENTO EXPRESO DE LOS ACTOS RECLAMA-
DOS, RESULTANDO IMPROCEDENTE UN NUEVO JUICIO CONTRA
ELLOS.— Entre los principios rectores del juicio de amparo se encuen-
tra el de instancia de parte agraviada, conforme con el cual dicho juicio
sólo puede ser promovido por la parte a quien perjudique el acto recla-
mado. Por consecuencia, es lógico concluir que quien puede promover
el juicio de amparo, salvo lo dispuesto en el artículo 14 de la ley de la
materia, se encuentra también en condiciones de desistir de él. El desis-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 209

timiento en el juicio de amparo implica un desistimiento de la acción


y, por ende, supone el consentimiento expreso de los actos reclamados,
pues el efecto de la renuncia del quejoso, el sobreseimiento en el juicio,
deja a la autoridad responsable en aptitud de obrar o de no hacerlo, en
el sentido asignado al acto reclamado. Como ese desistimiento entraña
un consentimiento expreso de los actos reclamados, si el quejoso pro-
mueve un diverso juicio en contra de los mismos actos reclamados
en aquél del cual desistió, el segundo juicio resultará improcedente, al
actualizarse los supuestos previstos por la fracción XI, del artículo 73,
de la Ley de Amparo. En ese sentido, cuando se satisfacen los requisi-
tos legales, ese desistimiento también puede actualizar los supuestos
de la fracción IV, del numeral citado pues si bien, en principio y como
regla general, una resolución de sobreseimiento —que es la conse-
cuencia del desistimiento del quejoso— no constituye cosa juzgada,
existen casos de excepción a ese principio, como lo ha establecido la
jurisprudencia de la Suprema Corte (publicada en la página novecientos
veintisiete, de la Segunda Parte, del Apéndice al Semanario Judicial de
la Federación de mil novecientos ochenta y ocho) que revelan la inejer-
citabilidad de la acción y dentro de los que se encuentra el relativo al
consentimiento, en ese caso, expreso, de los actos reclamados."

De acuerdo con los razonamientos que contiene el criterio transcrito,


el desistimiento en el juicio de amparo implica el desistimiento de la
acción, dada la conformidad del quejoso con la emisión de los actos
reclamados, lo que deja a las autoridades responsables en plena apti-
tud de ejecutarlos o no, por lo que un posterior juicio de garantías que
se promueva para impugnarlos resultará improcedente, al actualizarse
la causal de consentimiento expreso prevista en el artículo 73, frac-
ción XI, de la Ley de Amparo y, de satisfacerse los requisitos correspon-
dientes, también la establecida en la fracción IV, de dicho numeral, por
existir pronunciamiento judicial con carácter de cosa juzgada.

Sentado lo anterior, cabe destacar que en autos obran copias certifica-


das de la demanda de amparo fechada el siete de agosto de mil nove-
cientos noventa y seis (fojas 558 a 561), en que el quejoso en el presente
juicio de garantías señaló como autoridades responsables y actos recla-
mados, los siguientes:

"Autoridades responsables.— Ostentan ese carácter, como ordenadora:


el C. Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado; como
ejecutoras: el C. Agente del Ministerio Público adscrito a la autoridad
judicial mencionada con antelación y el C. Director de la Policía Judi-

SENTENCIA
210 TRATADO DE EXTRADICIÓN

cial en el Estado. Todas las anteriores autoridades con domicilio conocido


en sus respectivos recintos oficiales.— Acto reclamado.— Lo consti-
tuye la orden de aprehensión o detención que según he tenido cono-
cimiento ha detectado (sic) en mi contra la autoridad judicial señalada
como ordenadora, misma que pretende ser ejecutada por las últimas
responsables. Se reclaman asimismo, las consecuencias y efectos legales
que se deriven del anterior acto reclamado."

Asimismo, en los antecedentes 1 y 2 de dicha demanda, el quejoso


expresó, bajo protesta de decir verdad, lo que se reproduce a con-
tinuación:

"1.— El compareciente presté mis servicios al Gobierno del Estado como


procurador General de Justicia, y con posterioridad a la renuncia de tal
cargo, recibí cédula citatoria para investigar unos hechos supuesta-
mente delictivos denunciados por la señora Victoria Khune de Morales,
en la que se imputaba al suscrito el haber facilitado la integración de una
averiguación en perjuicio de los intereses de la denunciante y de fami-
liares de ésta, alegando inclusive la comisión de hechos delictivos como
el de abuso de autoridad, chantaje y otros.— 2.— Habiendo compare-
cido ante el representante social y negado los hechos imputados, tuve
conocimiento por la prensa de que el Ministerio Público ejercitó acción
penal en contra del suscrito por los delitos de evasión de presos, abuso
de autoridad, coalición y delitos cometidos en la administración de jus-
ticia, ante la hoy autoridad responsable señalada como ordenadora,
quien al parecer obsequió de conformidad el libramiento del acto que
se le reclama."

El informe justificado correspondiente fue requerido al Juez de lo Penal


del Cuarto Distrito Judicial en el Estado de Nuevo León, por virtud de
auto admisorio de catorce de agosto de mil novecientos noventa y seis,
dictado en el expediente de amparo 829/96-I (foja 557), habiendo sido
rendido por dicha autoridad el veintidós de dicho mes y año, en el sen-
tido de reconocer como cierta la emisión de la orden de aprehensión
en contra del quejoso, de veinte de junio de dicho año, por considerarlo
probable responsable de los delitos de evasión de presos, abuso de
autoridad, coalición y delitos cometidos en la administración de justi-
cia, acompañando al aludido juicio de garantías copia certificada de todo
lo actuado en la causa penal 290/96 (foja 562). El dieciocho de septiem-
bre posterior, el Juez Tercero de Distrito de dicha entidad decretó el
sobreseimiento en el juicio con base en el escrito de desistimiento pre-
sentado por el quejoso (foja 563), determinación que causó estado
por virtud de auto de treinta y uno de octubre siguiente.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 211

Los elementos que han sido reseñados permiten advertir que la orden
de aprehensión reclamada en el juicio de amparo 829/96-I y la des-
crita en el resultando primero del presente fallo son la misma, pues se
refieren a la misma causa penal, autoridad responsable y delitos por los
cuales se le consideró al quejoso como probable responsable de su
comisión.

En tales condiciones, como en términos de la jurisprudencia transcrita


con antelación, el desistimiento del quejoso en el previo juicio de garan-
tías que promovió implica el consentimiento expreso con la orden de
aprehensión reclamada, y al haberse atribuido su emisión a la misma
autoridad responsable, en ambos juicios, se actualizan las causales de
improcedencia previstas en las fracciones IV y XI, de la Ley de Amparo.

No impiden llegar a dicha conclusión los razonamientos del a quo en el


sentido de que en el previo juicio de amparo la situación jurídica del que-
joso no era la misma, porque no se rindieron informes justificados y por
estar ahora detenido, porque, respecto de la primera cuestión, de los
antecedentes señalados se aprecia, contrariamente a lo sostenido, que
el desistimiento se produjo con posterioridad a la rendición del infor-
me a cargo del Juez responsable y, en lo tocante a la libertad personal
del quejoso, el hecho de que en el primer juicio estuviese sustraído a la
acción de la justicia y ahora no, en nada modifica su relación con la nor-
ma, porque la eventual ejecución de la orden de aprehensión es una
circunstancia de hecho que no releva al quejoso de ser considerado
como probable responsable de los delitos que le son atribuidos por el
Ministerio Público. Además, con independencia de lo anterior, si como
ha quedado establecido, el desistimiento del juicio de amparo implica el
desistimiento de la acción, resultan irrelevantes los motivos advertidos
por el a quo para desestimar las causales de improcedencia cuya actuali-
zación ha sido patentizada.

Por todo lo expuesto en el presente considerando, al resultar fundados


los agravios propuestos por las autoridades responsables, procede revo-
car la concesión del amparo determinada por el Juez de Distrito del
conocimiento respecto de la orden de aprehensión de veinte de junio
de mil novecientos noventa y seis, dictada en contra del quejoso por el
Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado de Nuevo León,
y decretar el sobreseimiento en el juicio por lo que toca a dicho acto y
autoridad, con fundamento en el artículo 73, fracciones IV y XI, en rela-
ción con el 74, fracción III, de la Ley de Amparo.

SENTENCIA
212 TRATADO DE EXTRADICIÓN

QUINTO.— En lo tocante al Tratado de Extradición y Asistencia Mutua


en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España, la Secretaría de Relaciones Exteriores controvierte la con-
sideración del Juez a quo, en el sentido de tener como cierta la cele-
bración del tratado por la recurrente, aduciendo que se confunde la
intervención y firma de los actos preparatorios con la celebración mis-
ma del tratado, siendo que dicha autoridad sólo intervino en el proce-
dimiento de negociación del documento final.

Con el objeto de examinar el agravio propuesto, se atiende a lo dispuesto


en los artículos 76, fracción I, 80, 89, fracciones I, II y X, 92 y 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo contenido
literal es el siguiente:

"Artículo 80.- Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de


la Unión en un solo individuo que se denominará presidente de los Esta-
dos Unidos Mexicanos."

"Artículo 89.- Las facultades y obligaciones del presidente son las si-
guientes:

"I. Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión,


proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia;

"II. Nombrar y remover libremente a los secretarios del despacho ...

"...

"X. Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, some-


tiéndolos a la aprobación del Senado ..."

"Artículo 92.- Todos los reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes del


presidente deberán estar firmadas por el secretario de Estado o jefe
de departamento administrativo a que el asunto corresponda, y sin este
requisito no serán obedecidos."

"Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión


que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la
misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la República,
con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los
Jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y trata-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 213

dos, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las


Constituciones o leyes de los Estados."

"Artículo 76.- Son facultades exclusivas del Senado:

"I. Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal con


base en los informes anuales que el presidente de la República y el
secretario del despacho correspondiente rindan al Congreso; además,
aprobar los tratados internacionales y convenciones diplomáticas que
celebre el Ejecutivo de la Unión."

Ahora bien, la disposición contenida en el citado artículo 133 de la Ley


Fundamental, en el sentido de que los tratados que estén de acuerdo
con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la Repú-
blica, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de la Unión,
no debe interpretarse con la limitación letrista de que en forma específica
sea el titular del Poder Ejecutivo de la Unión quien necesariamente lo
lleve a cabo en todas sus fases, pues los preceptos constitucionales
transcritos permiten la actuación del titular del Ejecutivo a través del
secretario de Estado correspondiente, siendo que el derecho interno
de cada país determina la forma en que se estructura el órgano supremo
representativo del Estado hacia el exterior y fija los procedimientos y
límites de esa representación.

Por otro lado, la celebración de un tratado no se reduce a la firma del


mismo, sino que se encuentra constituido por todo un procedimiento que
se desarrolla en diversas etapas, en las cuales intervienen los secre-
tarios de Estado que se ocupan de las materias específicas, de con-
formidad con lo previsto en los artículos 2o., 27, fracciones I, II, III y VII
y 28, fracciones I y XI, de la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal, el primero de los cuales establece:

"Artículo 2o.- En el ejercicio de sus atribuciones y para el despacho de


los negocios del orden administrativo encomendados al Poder Ejecu-
tivo de la Unión, habrá las siguientes dependencias de la administra-
ción pública centralizada:

"I. Secretarías de Estado ..."

"Artículo 27.- A la Secretaría de Gobernación corresponde el despacho


de los siguientes asuntos:

"I. Presentar ante el Congreso de la Unión las iniciativas de ley del


Ejecutivo;

SENTENCIA
214 TRATADO DE EXTRADICIÓN

"II. Publicar las leyes y decretos que expidan el Congreso de la Unión,


alguna de las dos Cámaras o el Presidente de la República;

"III. Publicar el Diario Oficial de la Federación;

"...

"VII. Conducir las relaciones del Poder Ejecutivo con los otros Pode-
res de la Unión, con los Gobiernos de los Estados y con las autoridades
municipales; ante estos dos últimos, impulsar y orientar la creación y
el funcionamiento de las juntas de mejoramiento moral, cívico y material."

"Artículo 28.- A la Secretaría de Relaciones Exteriores corresponde el


despacho de los siguientes asuntos:

"I. Promover, propiciar y asegurar la coordinación de acciones en el


exterior de las dependencias y entidades de la administración pública
federal; y sin afectar el ejercicio de las atribuciones que a cada una de
ellas corresponda, conducir la política exterior, para lo cual intervendrá
en toda clase de tratados, acuerdos y convenciones en los que el país
sea parte; ... XI. Intervenir, por conducto del procurador general de la
República, en la extradición conforme a la ley o tratados, y en los exhortos
internacionales o comisiones rogatorias para hacerlos llegar a su destino,
previo examen de que llenen los requisitos de forma para su diligencia-
ción y de su procedencia o improcedencia, para hacerlo del conocimiento
de las autoridades judiciales competentes."

Los anteriores preceptos son acordes con lo dispuesto en el diverso ar-


tículo 90 de la Constitución Federal, cuyo tenor, es el siguiente:

"Artículo 90.- La administración pública federal será centralizada y para-


estatal conforme a la ley orgánica que expida el Congreso, que distribui-
rá los negocios del orden administrativo de la Federación, que estarán
a cargo de las secretarías de Estado y departamentos administrativos y
definirá las bases generales de creación de las entidades paraestatales
y la intervención del Ejecutivo Federal en su operación. Las leyes deter-
minarán las relaciones entre las entidades paraestatales y el Ejecutivo
Federal o entre éstas y las secretarías de Estado y departamentos admi-
nistrativos."

De lo anterior se concluye, como se apuntó previamente, que los secre-


tarios de Estado actúan en los términos de la política y directrices que
les fija el Presidente de la República.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 215

Al respecto esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha susten-


tado el siguiente criterio, que aparece publicado en el Semanario Judi-
cial de la Federación, Tomo XXXV, página 1904:

"SECRETARÍAS DE ESTADO.— Estas secretarías, como componentes


del Poder Ejecutivo, aunque tienen facultades y atribuciones propias,
no por eso dejan de obrar como órganos de ese poder, atendiendo al
funcionamiento interior del mismo, esto es, representando sus pro-
pias funciones, ya que no sería posible que el Presidente de la Repú-
blica interviniera personalmente en todos y cada uno de los actos de
funcionamiento de dicho poder. En tal virtud, todo acto de una secre-
taría de Estado, es acto de la responsabilidad del órgano mismo, y no
independiente y propio sólo de uno de los componentes del Poder
Ejecutivo; de modo que aunque una secretaría de Estado, al rendir su
informe, diga que no hubo acuerdo del presidente de la República, basta
que acepte la existencia de los hechos que se reclaman, para que de
ellos deba considerarse legalmente como responsable, al jefe del Poder
Ejecutivo. Esto se desprende del contexto del artículo 90 constitucio-
nal, que dice: ‘Para el despacho de los negocios del orden administra-
tivo de la Federación, habrá el número de secretarios que establezca el
Congreso, por una ley, la que distribuirá los negocios que han de estar
a cargo de cada secretaría.’"

En esa tesitura, no obstante ser verdad que la Ley Orgánica de la


Administración Pública Federal es una ley ordinaria o secundaria supedi-
tada a la Constitución, no lo es menos que tiene el carácter de re-
glamentaria de un precepto constitucional, a saber, el artículo 90, sin
que, como se ha visto, pugne con el texto de la Ley Fundamental.

Las conclusiones hasta aquí asentadas se corroboran con lo dispues-


to en el artículo 3o. de la Ley sobre la Celebración de Tratados, en cuanto
dispone que es al Presidente de la República a quien corresponde otorgar
plenos poderes, los cuales se encuentran definidos por el diverso
artículo 2o., fracción VI, del propio ordenamiento legal que establece
que para los efectos de esa ley se entenderá por: "VI. ‘Plenos poderes’:
el documento mediante el cual se designa a una o varias personas para
representar a los Estados Unidos Mexicanos en cualquier acto relativo
a la celebración de tratados."

Así las cosas, es evidente que si el Ejecutivo de la Unión tiene como


titular al Presidente de la República; que las secretarías de Estado
ejercen las funciones de su competencia legal por acuerdo del Presidente

SENTENCIA
216 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de la República; que compete al secretario de Relaciones Exteriores, en


términos del citado artículo 28 de la Ley Orgánica de la Administra-
ción Pública Federal, intervenir en toda clase de tratados y convencio-
nes en los que el país sea parte; y que el secretario de Gobernación es
el encargado de conducir las relaciones del Ejecutivo con el Poder
Legislativo y de publicar las leyes y decretos, es inconcuso que aquél
tiene la capacidad legal para intervenir en la celebración de los trata-
dos y convenios en que la República Mexicana sea parte integrante, y
que éste tiene competencia para remitir el tratado al Senado y, en su
caso, ordenar su publicación, siendo obvio, además, que ambos secre-
tarios actúan por acuerdo del presidente de la República.

Además, debe tomarse en cuenta lo acordado en la Convención de


Viena, que constituye Ley Suprema de la Unión en términos de lo previsto
por el artículo 133 constitucional, de cuyo contenido destaca el artículo
7o., que dispone:

"Artículo 7o.- Plenos poderes (este precepto se encuentra reproducido


en lo esencial por el artículo 3o. de la Ley de Celebración de Tratados
antes transcrita):

"1. Para la adopción o la autenticación del texto del tratado o para mani-
festar el consentimiento del Estado en obligarse por un tratado, se con-
sidera que una persona representa a un Estado ...

"2. En virtud de sus funciones, y sin tener que presentar plenos poderes,
se considerará que representa a su Estado;

"a) Los jefes de Estado, jefes de gobierno y ministros de Relaciones


Exteriores para la ejecución de todos los actos relativos a la celebración
de un tratado entre uno o varios Estados y una o varias organizaciones
internacionales ..."

De la lectura del artículo antes transcrito se aprecia que en la Conven-


ción de Viena se reconoció capacidad expresa a los secretarios de
Relaciones Exteriores para la ejecución de todos los actos relativos a la
ejecución de un tratado, sin que sea óbice para tomar en consideración
lo hasta aquí asentado, el hecho de que internacionalmente la conven-
ción no hubiera entrado en vigor a la fecha en que se celebró el tratado
impugnado, ya que la vigencia se refiere únicamente a los recíprocos
efectos vinculatorios entre los Estados que lo suscribieron, pero no impide
que por medio de la incorporación voluntaria de un tratado al derecho

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 217

doméstico, cobre inmediata vigencia para el Estado que lo decide, lo que


sucede con la promulgación, acto por el que se incorpora al derecho
interno.

Así las cosas, es inconcuso que la firma del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y
el Reino de España, en la Ciudad de México, el veintiuno de noviem-
bre de mil novecientos setenta y ocho (fojas 583 a 600), por el secretario
de Relaciones Exteriores y el ministro de Asuntos Exteriores, respectiva-
mente, no constituye propiamente su celebración, si se toma en cuenta
que el objeto de la firma lo constituye la manifestación de voluntad por
parte del Estado en cuanto a la celebración del acto, la cual quedó plena-
mente expresada por el Presidente de la República al haber ratificado el
multirreferido tratado internacional el quince de noviembre de mil nove-
cientos setenta y nueve.

Efectivamente, el aludido tratado internacional fue ratificado por el presi-


dente de la República, lo que permite entender que ya lo había auto-
rizado, dándole plena validez, con base en las facultades que le otorga
la fracción X, del artículo 89, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

Por otro lado, cabe destacar que la firma del tratado es un acto prepa-
ratorio a su aprobación, según deriva de lo dispuesto en el artículo 133
de la Constitución Federal antes transcrito, de lo que se sigue que la
sola firma del tratado constituye sólo una de las fases del procedimiento
para la celebración de los tratados internacionales, de tal manera que
resulta inexacto afirmar que el tratado de extradición que se reclama en
el presente juicio de garantías fue celebrado por el secretario de Rela-
ciones Exteriores, puesto que como ya se indicó, se sujetó a la autori-
zación del presidente y para su validez fue necesaria la aprobación del
Senado de la República.

Sirve de apoyo a lo anterior la tesis XLV/98, sustentada por el Pleno de


este Alto Tribunal y que aparece publicada en el Semanario Judicial
de la Federación, Tomo VII, del mes de mayo de mil novecientos noventa y
ocho, en la página 133, la cual dispone:

"TRATADO DE EXTRADICIÓN INTERNACIONAL CELEBRADO ENTRE


MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA EL CUATRO DE
MAYO DE MIL NOVECIENTOS SETENTA Y OCHO. NO ES INCONSTI-
TUCIONAL POR LA CIRCUNSTANCIA DE QUE EL PRESIDENTE DE

SENTENCIA
218 TRATADO DE EXTRADICIÓN

LA REPÚBLICA NO LO HAYA SUSCRITO PERSONALMENTE, SI INS-


TRUYÓ AL SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES PARA SU
NEGOCIACIÓN, Y LUEGO LO RATIFICÓ PERSONALMENTE.— De la
interpretación sistemática de lo dispuesto en los artículos 76, fracción I,
80, 89, fracciones I, II y X, 92 y 133 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, se concluye que la disposición contenida
en el citado artículo 133, en el sentido de que los tratados que estén de
acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente
de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de la
Unión, no debe interpretarse con la limitación letrista de que en forma
específica sea el titular del Poder Ejecutivo de la Unión quien nece-
sariamente lo lleve a cabo en todas sus fases, incluyendo la suscripción
personal, pues los preceptos constitucionales invocados permiten la
actuación del jefe del Ejecutivo a través del secretario de Estado corres-
pondiente, siendo nuestro derecho interno, como es aceptado internacio-
nalmente, el que determina la forma en que se estructura el órgano
supremo representativo del Estado hacia el exterior y fija los proce-
dimientos y límites de esa representación; por otro lado, la celebración
de un tratado no se reduce a la firma del mismo, la que puede prove-
nir del presidente, del secretario relativo o del representante que aquél
señale, sino que se encuentra constituido por todo un procedimiento
que se desarrolla en diversas etapas, en las cuales interviene otro poder,
además de los secretarios de Estado que se ocupan de las materias
específicas, de conformidad con lo previsto en los artículos 2o., 27,
fracciones I, II, III y VII, y 28, fracciones I y XI, de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, de los que deriva que corresponde
al secretario de Relaciones Exteriores intervenir en toda clase de trata-
dos y convenciones en los que el país sea parte, y al secretario de
Gobernación, conducir las relaciones del Ejecutivo con el Poder Legis-
lativo y publicar las leyes y decretos. En tales condiciones, basta con
que el tratado internacional de que se trate haya sido negociado por
el secretario de Relaciones Exteriores siguiendo las instrucciones
del Presidente de la República y luego ratificado por éste y aprobado
por el Senado, como sucedió por parte de nuestro país en el tratado de
mérito, para que tenga plena validez."

En las apuntadas condiciones, debe concluirse que, contrariamente a lo


determinado por el a quo, resulta inexistente el acto reclamado del secre-
tario de Relaciones Exteriores consistente en la celebración del tratado
que se reclama, motivo por el cual procede declarar fundado el agravio
propuesto por dicha autoridad y decretar el sobreseimiento en el jui-
cio al respecto, con fundamento en el artículo 74, fracción IV, de la Ley
de Amparo.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 219

SEXTO.— Por otra parte, este Tribunal Pleno advierte que en la espe-
cie se actualiza la improcedencia del juicio por las razones que más
adelante se precisan, en lo referente al Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexi-
canos y el Reino de España y su aplicación, cuyo examen oficioso es
procedente realizar con fundamento en el último párrafo del citado artícu-
lo 73, así como en la tesis jurisprudencial 30/97, sustentada por este
propio órgano colegiado, visible en el Semanario Judicial de la Federa-
ción y su Gaceta, Tomo VI, correspondiente a julio de 1997, página 137,
que a la letra dice:

"REVISIÓN. ESTUDIO OFICIOSO DE LAS CAUSALES DE IMPROCE-


DENCIA NO EXAMINADAS POR EL JUZGADOR DE PRIMER GRA-
DO.— Si se trata de una causal de improcedencia diferente a las ya
estudiadas y declaradas inoperantes por el juzgador de primer grado,
no existe obstáculo alguno para su estudio de oficio en la revisión, ya
que en relación con ella sigue vigente el principio de que siendo la impro-
cedencia una cuestión de orden público, su análisis debe efectuarse
sin importar que las partes la aleguen o no ante el Juez de Distrito o
ante el tribunal revisor, de conformidad con lo dispuesto en el último
párrafo del artículo 73 de la Ley de Amparo."

Previamente a la demostración de la improcedencia advertida, se des-


taca que de la demanda de amparo presentada el catorce de octubre de
mil novecientos noventa y siete, se observa que el quejoso precisó, en el
capítulo respectivo, entre otros, los siguientes actos reclamados:

"… d) Del director general jurídico y el director de la consultoría jurí-


dica, dependientes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se les
reclama: Los actos diplomáticos, materiales y jurídicos realizados y que
se pretendan realizar, tendientes a la detención y extradición del com-
pareciente quejoso David Héctor Cantú Díaz, que se ejecutan en base
al tratado cuya inconstitucionalidad se reclama; asimismo se reclaman
las consecuencias y efectos legales que produzcan.— e) Del procurador
General de la República, del director de asistencia legal internacional,
del procurador General de Justicia en el Estado de Nuevo León, se les
reclaman: Los actos materiales y jurídicos tendientes a la detención,
extradición y traslado, del directamente quejoso en apoyo al Tratado
de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal que se menciona y
cuya inconstitucionalidad se reclama en esta vía; asimismo se recla-
man las consecuencias y efectos legales que se deriven del mismo."

SENTENCIA
220 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Asimismo, en el antecedente 4 de su escrito inicial, la parte demandante


expresó lo siguiente:

"4. El Juez responsable obsequia de conformidad la orden de aprehen-


sión en contra del compareciente, habiendo sido detenido en la ciudad
de Madrid, España, el día 17 de septiembre del año en curso, al pare-
cer en base al Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de Espa-
ña y por conducto de las diversas autoridades que como responsables
también se señalan en esta demanda de garantías, tratado el mencio-
nado (sic) que se estima es inconstitucional por no reunir los imperativos
que exige nuestra Ley Suprema para la celebración de tales instrumen-
tos internacionales, por lo que me veo en la imperiosa necesidad de
promover la presente demanda de garantías."

Además, en el capítulo de conceptos de violación de la demanda de


garantías cuya transcripción se hizo en el resultando tercero de esta
resolución, el quejoso expresó lo siguiente:

"… Al ser inconstitucional el tratado que nos ocupa, como consecuen-


cia de ello es ilegal la detención y privación del suscrito quejoso, que
sufre a raíz del procedimiento de solicitud y extradición del mismo, así
como el procedimiento que se inició y que se sigue realizando por las
autoridades encargadas de ello, por lo que en su momento deberá decla-
rarse ilegítimo también el procedimiento de extradición que se lleva por
diversas de las (sic) autoridades señaladas como responsables en esta
demanda de garantías."

De los elementos de convicción que constan en la demanda de garan-


tías que han sido destacados, se advierte que el quejoso endereza sus
argumentos a reclamar de las autoridades mexicanas que han inter-
venido en el procedimiento de extradición instaurado en su contra, el
Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado
entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de España, de fecha veinti-
uno de noviembre de mil novecientos setenta y ocho y publicado en Diario
Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de mil novecientos ochenta,
y designa como acto de aplicación de dichas autoridades la solicitud de
detención provisional con fines de extradición.

Ello es así, porque el Pleno de este Alto Tribunal ha sostenido que para
conocer el acto efectivamente reclamado en el juicio de amparo debe
hacerse un examen integral de la demanda, en virtud de que dicho

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 221

documento debe contemplarse como un todo. La jurisprudencia y tesis


que establecen este criterio se encuentran publicadas en el Semana-
rio Judicial de la Federación, Séptima Época, Tomo 193-198, Pleno,
página 177, y Octava Época, Tomo II, Primera Parte, página 167, que
respectivamente dicen:

"ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE


AMPARO PARA CONOCER EL.— Si del análisis integral del escrito
de demanda se llega al conocimiento de que aunque no de manera
formal en capítulo especial, pero sí dentro del capítulo de conceptos de
violación, se señala como acto reclamado la expedición de una ley, resul-
ta correcto el estudio que se hace de la constitucionalidad de dicho
acto de autoridad, teniéndolo como acto reclamado."

"ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE AM-


PARO PARA DETERMINAR EL.— No obstante que algún acto propuesto
como materia del amparo no se incluya en el apartado de la demanda
referente a los actos reclamados, atento al criterio de esta Suprema
Corte de Justicia, si del análisis integral del escrito de la demanda se
llega al conocimiento de que, aunque no de manera formal, en capítulo
especial, dentro de los conceptos de violación se señala dicho acto
como lesivo de garantías individuales, resulta correcto el estudio que
se haga de la constitucionalidad del mismo, teniéndolo como acto recla-
mado, en virtud de que la demanda debe contemplarse como un todo."

En este orden de ideas y dado que el quejoso controvierte el Tratado de


Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Esta-
dos Unidos Mexicanos y el Reino de España con motivo de la solicitud
de detención provisional con fines de extradición, ejecutada en este
último país, este Tribunal Pleno estima que debe decretarse oficiosa-
mente el sobreseimiento en relación con dichos actos, al actualizarse la
causa de improcedencia prevista en la fracción XVI, del artículo 73, de
la Ley de Amparo.

Ciertamente, esa hipótesis legal dice así:

"Artículo 73.- El juicio de amparo es improcedente: … XVI. Cuando hayan


cesado los efectos del acto reclamado."

Cobra vigencia porque la solicitud de detención provisional constituye


una medida provisional dentro del procedimiento de extradición y sus
efectos se manifiestan únicamente durante la instauración del mismo,

SENTENCIA
222 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de modo que si en la especie tal procedimiento ya terminó, los efec-


tos que aquella medida produjo han cesado y ello torna inejercible la
acción de amparo que nos ocupa.

Veamos. La extradición internacional tiene dos formas de manifesta-


ción: activa y pasiva. Es activa cuando el Gobierno Mexicano se interesa
en la entrega de alguna persona que se encuentra en otro país, y es
pasiva cuando es un gobierno extranjero el que solicita al Gobierno
Mexicano la entrega de un sujeto asentado en nuestro territorio nacional.

En relación con la extradición activa, la Ley de Extradición Internacional


establece en su artículo 3o. lo siguiente:

"Artículo 3o.- Las extradiciones que el Gobierno Mexicano solicite de


Estados extranjeros, se regirán por los tratados vigentes y a falta de éstos,
por los artículos 5o., 6o., 15 y 16 de esta ley.— Las peticiones de extra-
dición que formulen las autoridades competentes federales, de los Estados
de la República o del fuero común del Distrito Federal, se tramitarán
ante la Secretaría de Relaciones Exteriores por conducto de la Procu-
raduría General de la República."

El Tratado de Extradición Internacional y Asistencia Mutua en Materia


Penal celebrado entre México y el Reino de España, que ahora se tilda
de inconstitucional, consta de dos títulos, uno sobre extradición y otro
sobre asistencia mutua. En el de extradición, aparecen diversas normas
de carácter procedimental, para el caso de que en la extradición sólo
concurran las naciones que lo celebraron, a saber:

"1.- Las partes contratantes se obligan a entregarse recíprocamente,


según las reglas y bajo las condiciones determinadas en los artículos
siguientes, los individuos contra los cuales se hayan iniciado un proce-
dimiento penal o sean requeridos para la ejecución de una pena privativa
de libertad impuesta judicialmente como consecuencia de un delito."

"14.- La solicitud de extradición será transmitida por la vía diplomática."

"15.- Con la solicitud de extradición se enviará;

"a) Exposición de los hechos por los cuales la extradición se solicita,


indicando en la forma más exacta posible el tiempo y lugar de su perpe-
tración y su calificación legal;

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 223

"b) Original o copia auténtica de sentencia condenatoria, orden de


aprehensión, auto de prisión o cualquier otra resolución judicial que tenga
la misma fuerza, según la legislación de la parte requirente y de la que se
desprenda la existencia del delito y los indicios racionales de su comi-
sión por el reclamado;

"c) Texto de las disposiciones legales relativas al delito o delitos de que


se trate, penas correspondientes y plazos de prescripción;

"d) Datos que permitan establecer la identidad y la nacionalidad del


individuo reclamado y, siempre que sea posible, los conducentes a su
localización."

"16.- Si los datos o documentos enviados con la solicitud de extradición


son insuficientes o defectuosos, la parte requerida pondrá en conocimiento
de la requirente las omisiones o defectos para que puedan ser subsa-
nados."

"19.-

"1. En caso de urgencia, las autoridades competentes de la parte requi-


rente podrán solicitar la detención preventiva del individuo reclamado.
La solicitud de detención preventiva indicará la existencia de una de las
resoluciones mencionadas en el apartado b) del artículo 15 y la intención
de formalizar la solicitud de extradición. Mencionará igualmente la infrac-
ción, el tiempo y el lugar en que ha sido cometida y los datos que permitan
establecer la identidad y nacionalidad del individuo reclamado.

"2. La solicitud de detención preventiva será transmitida a las autorida-


des competentes de la parte requerida, por la vía más rápida, pudiendo
utilizar cualquier medio de comunicación, siempre que deje constancia
escrita o esté admitido por la parte requerida.

"3. Al recibo de la solicitud a que se refiere el apartado 1, la parte reque-


rida adoptará las medidas conducentes a obtener la detención del recla-
mado. La parte requirente será informada del curso de su solicitud.

"4. Podrá concederse la libertad provisional siempre que la parte reque-


rida adopte todas las medidas que estime necesarias par evitar la fuga
del reclamado.

"5. La detención preventiva podrá alzarse si en el plazo de cuarenta y


cinco días la parte requerida no ha recibido la solicitud de extradición

SENTENCIA
224 TRATADO DE EXTRADICIÓN

y los instrumentos mencionados en el artículo 15. En ningún caso podrá


exceder de un plazo de sesenta días.

"6. La puesta en libertad no impedirá el curso normal del procedimiento


de extradición, si la solicitud y los documentos mencionados en el ar-
tículo 15 se llegan a recibir posteriormente.

"21.-

"1. La parte requerida comunicará a la requirente, por la vía diplomática,


su decisión respecto a la solicitud de extradición.

"2. Toda negativa, total o parcial, será motivada.

"3. Si se concede la extradición, las partes se pondrán de acuerdo para


realizar la entrega del reclamado, que deberá llevarse a efecto dentro
de los sesenta días siguientes a la fecha en que la parte requirente haya
recibido la comunicación a que se refiere el apartado 1.

"4. Si el reclamado no ha sido recibido dentro del plazo señalado, será


puesto en libertad y la parte requerida podrá posteriormente denegar la
extradición por el mismo delito."

"22.-

"1. La parte requerida podrá, después de haber resuelto sobre la solicitud


de extradición, retrasar la entrega del individuo reclamado a fin de que
pueda ser juzgado o, si ya ha sido condenado, para que pueda cumplir
en su territorio una pena impuesta por un hecho diferente de aquel por el
que se concedió la extradición.

"2. En lugar de retrasar la entrega, la parte requerida también podrá


entregar temporalmente al reclamado, si su legislación lo permite, en
las condiciones que de común acuerdo establezcan ambas partes.

"3. La entrega podrá igualmente ser diferida cuando, por las condiciones
de salud del reclamado, el traslado pueda poner en peligro su vida o
agravar su estado."

"25.- En lo no dispuesto en el presente tratado se aplicaran las leyes


internas de las respectivas partes en cuanto regulen el procedimiento
de extradición."

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 225

De los preceptos reproducidos es factible establecer que, adoptando


como criterio de clasificación el del origen de las autoridades que inter-
vienen, el procedimiento para solicitar la extradición por el Gobierno
Mexicano al Gobierno del Reino de España, se integra por estas dos
fases fundamentales:

1. Fase nacional, que culmina con la solicitud formal de extradición por


parte de las autoridades mexicanas.

2. Fase extranjera, que termina con la resolución por la que se otorga o


rechaza la extradición por parte de las autoridades españolas.

Estas etapas tienen varias subdivisiones procedimentales y suelen


aceptar aspectos accesorios contingentes, como ocurre en el caso de
la detención preventiva con fines de extradición.

Esto último es así porque, de acuerdo a su regulación contenida en el


artículo 19 del tratado, antes reproducido, esa solicitud tiene el carácter
de medida accesoria, contingente y de efectos provisionales, ya que
sólo se hará uso de ella en caso de urgencia, o sea, cuando haya riesgo
de que el presunto extraditado se fugue, su vigencia es hasta por un
plazo máximo de sesenta días, y la negativa a llevar a cabo esa deten-
ción o la posterior liberación del presunto extraditado por haber fenecido
el lapso indicado no impide la continuación del procedimiento de extra-
dición.

Así pues, la dinámica procedimental de esa forma diseñada en el tra-


tado lleva a concluir que ambas etapas se suceden de manera necesaria
y condicionada, en tanto que sólo es factible acceder a la segunda fase
si la primera se ha agotado. Consecuentemente, la desaparición de la
primera de ellas, necesariamente incide en la aniquilación de la que
le sucede, pues no puede mantenerse incólume el periodo de ésta si la
solicitud formal de extradición es retirada, verbigracia, porque ha pres-
crito la acción para perseguir el delito respectivo o para ejecutar la pena
impuesta, o inclusive, porque se ha otorgado la protección constitucional
contra esa petición formal.

El objetivo de la primera etapa radica en satisfacer todos y cada uno de


los requisitos para hacer una solicitud formal de extradición, que pone
término a la misma y, a la vez, da vida a la segunda fase.

Bajo ese contexto, si bien la finalidad de la etapa en que intervienen las


autoridades mexicanas es lograr la reintegración a nuestro territorio

SENTENCIA
226 TRATADO DE EXTRADICIÓN

nacional de una persona que se encuentra en un Estado extranjero,


para someterlo a un procedimiento penal o a la ejecución de una pena
previamente impuesta, no debe confundirse esa finalidad con los efec-
tos que esa intervención produce en el procedimiento de extradición.

Es así porque el hecho de que cada una de esas facetas cooperen a la


extradición, no significa que ésta se logre por consecuencia directa de
la primera, sino que es producto única y exclusivamente de la deci-
sión soberana de las autoridades extranjeras, en el caso de que accedan
a esa petición de las autoridades mexicanas.

La finalidad de la solicitud formal de extradición es lograr la extradición


del sujeto perseguido, mediante el proporcionamiento de los elementos
suficientes para propiciar de las autoridades requeridas una resolución
favorable, pero sus efectos sólo tienen el alcance jurídico de ocasionar
que esa decisión se pronuncie, mas no inciden en el sentido en que se
haga. En el caso de que se acceda a la extradición, ésta es producto
de los efectos de la determinación misma, que está bajo la soberanía de
las autoridades españolas que así lo han decidido.

Dicho de otra manera, los efectos de la solicitud formal de extradición


se agotan una vez que la resolución se produce, y la eventual decisión de
extradición no es producto directo de aquellas gestiones de las autori-
dades mexicanas, sino de la decisión que pone fin al procedimiento.

Estimar que la reintegración al territorio nacional de la persona que se


persigue es producto de la solicitud formal de extradición y que, por ende,
aun lograda ésta no han cesado los efectos de aquella petición, implica
aniquilar el orden secuencial del procedimiento que debe instaurarse
para tal fin, pues la extralimitación de los efectos de dicha solicitud su-
prime los efectos de la decisión que otorga la extradición, desconociendo
su carácter soberano.

En suma, los efectos de la solicitud formal de extradición y de cualquier


otro acto de autoridad mexicana que se ubiquen en esa fase, como la
solicitud de detención provisional con fines de extradición, están vigen-
tes sólo mientras no se emita la resolución que acceda o rechace la
extradición, por parte de las autoridades extranjeras, o lo que es lo mismo,
que esta última decisión extingue los efectos de la solicitud formal de
extradición, y es justamente la culminación de ese procedimiento lo que
ocasiona la cesación de los efectos de los actos desplegados en el inter
por las autoridades mexicanas.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 227

Esa conclusión sostenida por este Tribunal Pleno lleva implícitas estas
afirmaciones:

1.El quejoso tiene interés jurídico para reclamar cualquiera de esas


actuaciones de las autoridades mexicanas que se ubican en la primera
fase.

2. Los efectos del amparo que se llegara a otorgar contra cualquiera de


esos actos, no implicaría someter a las autoridades extranjeras al imperio
de la jurisdicción constitucional mexicana y por ende, violar la sobera-
nía de su Estado, porque la ejecución de la sentencia sólo tendrá como
consecuencia el fincar la obligación de las autoridades de México a que
retiren la solicitud de detención preventiva con fines de extradición y, en
su caso, la petición formal de extradición.

3. La resolución pronunciada por las autoridades extranjeras, accediendo


o rechazando la extradición, sí incide en la procedencia del juicio de
garantías que se haya promovido contra actos desplegados por autori-
dades en la primera fase del procedimiento, pero ello no significa que el
juicio de garantías se supedite a la decisión de autoridades que escapen
a su regulación.

En el primer caso, está dotado de interés porque esos actos pro-


vienen de autoridades mexicanas e inciden en la esfera de derechos
subjetivos públicos del quejoso.

Así es porque, en lo atinente a la solicitud de detención provisional con


fines de extradición, ésta estriba en una petición formulada por las
autoridades mexicanas tendente a lograr la privación de la libertad de
una persona que encontrándose en territorio extranjero es destinataria
de una orden de aprehensión o de reaprehensión librada por una auto-
ridad mexicana.

Y por lo que atañe a la solicitud formal de extradición, su finalidad es


lograr que la persona perseguida penalmente por las autoridades mexi-
canas y que se encuentra en una nación extranjera sea reincorporada a
territorio mexicano para someterlo al juicio penal o a la ejecución de
una pena.

Luego, no es obstáculo el hecho de que la solicitud de detención pro-


visional y la petición formal de extradición no sean más que una peti-
ción sin efectos necesariamente vinculatorios para la destinataria, de

SENTENCIA
228 TRATADO DE EXTRADICIÓN

suerte que la detención en el primer caso y la extradición en el segundo


no derive de la conducta desplegada por las autoridades mexicanas
sino de la soberana decisión del Estado extranjero, toda vez que si bien
lo anterior es cierto, igualmente cierto es que la afectación al interés
jurídico del quejoso en ambos casos deriva del hecho mismo de que con
ambas solicitudes se satisface un requisito sin el cual la autoridad extran-
jera no podría llevar a cabo ni la detención ni la extradición. Se trata
de una petición, no de una orden, sí, pero sin ella la autoridad extranjera
no estaría en posibilidades de tomar la decisión conducente.

Así, coadyuva a esos fines porque pone una condición determinante


para lograr la captura y la reintegración a territorio mexicano del desti-
natario de la orden de aprehensión o reaprehensión y, en esa medida,
proporciona al perseguido interés para atacarlas.

En el segundo caso, o sea, que los efectos del amparo que se llegara a
otorgar contra cualquiera de esos actos, no implicaría someter a las
autoridades extranjeras al imperio de la jurisdicción constitucional mexi-
cana y, por ende, violar la soberanía de su Estado, se arriba a esa conclu-
sión por lo siguiente.

Conforme al artículo 80 de la Ley Reglamentaria de los Numerales


103 y 107 de la Carta Magna, los efectos de la sentencia protectora que
eventualmente se dictara contra cualquiera de esos actos desplega-
dos por las autoridades mexicanas, se manifestaría únicamente sobre
esos y no en otros actos, de modo que a consecuencia de esa concesión,
las autoridades mexicanas responsables debieran dejarlos insubsis-
tentes y los alcances de la concesión de amparo ahí se agotarían.

Es cierto que al desaparecer la solicitud de detención provisional y la


petición formal de extradición por efectos de esa concesión, las autori-
dades extranjeras se verían obligadas a liberar al presunto extraditado
y a dar por terminado el procedimiento de extradición, pero no sería por
sumisión a la sentencia de amparo, sino en apego al tratado de
extradición que tienen celebrado con el Estado Mexicano, pues las autori-
dades mexicanas habrían retirado dichas solicitudes. Lo que significa
también que, de seguir actuando tales autoridades extranjeras pese a
la desaparición de esas solicitudes que les sirven de fundamento, no
estarían desatendiendo la sentencia de amparo, sino que estarían incum-
pliendo los preceptos del tratado que les exigen tales peticiones como
de condición esencial para poder actuar.

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 229

Y, finalmente, por lo que hace a la tercera afirmación contenida en esta


ejecutoria, es decir, que la resolución pronunciada por las autoridades
extranjeras, accediendo o rechazando la extradición, sí incide en la pro-
cedencia del juicio de garantías que se haya promovido contra actos
desplegados por autoridades en la primera fase del procedimiento, pero
no implica que el juicio de garantías se supedite a la decisión de auto-
ridades que escapen a su regulación, este Tribunal Pleno llegó a esa
conclusión por lo siguiente.

El artículo 133 del Código Supremo establece:

"Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen


de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, cele-
brados y que se celebren por el presidente de la República, con aproba-
ción del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los Jueces de
cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar
de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constitucio-
nes o leyes de los Estados."

De acuerdo con nuestro marco constitucional y a la naturaleza jurí-


dica de los tratados internacionales, en el ámbito internacional, éstos
son la manifestación del acuerdo de voluntades soberanas de los países
que los celebran, mas en el derecho interno, constituyen ley de la Unión
de observancia obligatoria.

Por tanto, si el Estado Mexicano celebró un tratado con otro país extran-
jero, en el que se diseña un procedimiento al que ambas naciones deben
someterse para lograr la recíproca extradición de personas que se ubi-
quen en los supuestos allí establecidos y, según se apuntó en considera-
ciones previas, ese procedimiento consta fundamentalmente de dos
etapas, una a cargo del país requirente y otra que debe ser agotada por
el país requerido, es claro que, en observancia de ese tratado en el ámbito
nacional, deben reconocerse todos los efectos que trae consigo la actua-
ción de la autoridad extranjera, y no por el hecho mismo de que provenga
de autoridades aunque se trate de extranjeras, cual si se reconociese
imperio en nuestro ámbito nacional, sino porque se trata de un acto que
se ha efectuado a virtud de un tratado que en nuestro ámbito nacio-
nal, de acuerdo con el artículo 133 de la Constitución General de la
República, tiene el carácter de ley.

Caso contrario, es decir, desconocer efectos jurídicos a los actos des-


plegados por autoridades extranjeras en observancia de un tratado, por

SENTENCIA
230 TRATADO DE EXTRADICIÓN

el sólo hecho de ser autoridades de otros Estados, implica despojar a


dicho tratado del carácter de ley que el artículo 133 constitucional le ha
conferido.

Así pues, la imposibilidad de someter a análisis de constitucionalidad el


acto así emitido por una autoridad extranjera, no autoriza a considerar
que puede ser ignorado en nuestro ámbito nacional.

En suma, es obligado concluir que han cesado los efectos de la peti-


ción de detención provisional con fines de extradición reclamada por
David Héctor Cantú Díaz, porque ha concluido el procedimiento de extra-
dición con la decisión de entregarlo a las autoridades mexicanas y ello
hace imposible el examen de las violaciones que a aquella solicitud se
le atribuyen.

Ciertamente, operó tal conclusión, pues en el oficio de seis de octubre


de mil novecientos noventa y ocho, remitido a este Alto Tribunal por el
Juez Primero de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial del Estado de Nuevo
León, se informa lo siguiente:

"Por medio del presente oficio hago de su conocimiento que el día 24


de septiembre del presente año, fue internado a disposición de este
tribunal en el Centro de Readaptación Social del Estado (Cereso), sito
en carretera a Salinas Victoria, kilómetro 1.5 en Apodaca, Nuevo León, el
procesado David Héctor Cantú Díaz, lo anterior al haberse ejecutado
la orden de aprehensión y detención que fue dictada contra el mismo en
fecha 20 de junio de 1996, dentro de los autos del proceso número
290/96, que se inició en su contra y de otros, por los delitos de evasión
de presos, coalición, abuso de autoridad, cometidos en la administra-
ción de justicia. Asimismo me permito informar a esa superioridad que
en fecha 27 de septiembre del año en curso, se declaró formalmente
preso al referido Cantú Díaz, por su probable responsabilidad en la comi-
sión de los delitos de abuso de autoridad, coalición y evasión de presos,
decretándose además en su contra auto de sujeción a proceso, por su
responsabilidad probable en la comisión de los delitos cometidos en la
administración de justicia, según lo justificó con las copias debida-
mente autorizadas por la secretaría de este juzgado que al efecto
anexo. Lo anterior lo hago de su conocimiento a fin de que surta efectos
legales dentro de los autos del toca de revisión número 962/98, dedu-
cido del juicio de amparo número 1187/97, promovido ante el Juzgado
Sexto de Distrito en el Estado de Nuevo León, por David Héctor Cantú
Díaz, contra actos del Juzgado de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 231

del Estado (ahora Juzgado Primero de lo Penal del Cuarto Distrito Judi-
cial del Estado) y otras autoridades."

Como lo refiere el Juez responsable, anexo a su oficio remitió copia


certificada del auto de veintisiete de septiembre de mil novecientos
noventa y ocho, correspondiente a la causa penal 290/96, cuyos pun-
tos resolutivos primero y segundo a la letra refieren:

"Primero.— Quedaron demostrados en autos los elementos que integran


el tipo penal de los delitos de evasión de presos, abuso de autoridad,
coalición, y cometidos en la administración de justicia así como la pro-
bable responsabilidad que en su comisión resultó a David Héctor Cantú
Díaz, en consecuencia:

"Segundo.— Siendo las 18:40 horas del día, mes y año anotados en el
proemio de esta determinación, se decreta auto de formal prisión con-
tra David Héctor Cantú Díaz, por su probable responsabilidad en la
comisión de los delitos de evasión de presos, abuso de autoridad, coali-
ción, quedando en consecuencia bien y formalmente preso por lo que a
esos ilícitos se refiere. Asimismo, se decreta en su contra auto de suje-
ción a proceso, por su probable responsabilidad en la comisión del
ilícito denominado delitos cometidos en la administración de justicia,
quedando formalmente sujeto a proceso por lo que a ese ilícito se
refiere."

Tales elementos de convicción, valorados conforme a los artículos 129


y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación suple-
toria al juicio de amparo, por disposición del artículo 2o. de la ley que lo
regula, prueban suficientemente que el procedimiento de extradición
ha concluido, en virtud de que se accedió a la extradición, e inclusive,
ésta ya se llevó a cabo, pues dicha persona ha sido trasladada a territo-
rio nacional y puesta a disposición de la autoridad judicial que libró la
orden de aprehensión relativa quien, a su vez, resolvió decretarle for-
mal prisión y sujeción a proceso, por los delitos que se le imputan y que
motivaron su extradición. Consecuentemente, no es factible analizar las
violaciones que en su caso se hubieren cometido en la petición recla-
mada, pues los efectos del acto que fue sometido a examen de constitu-
cionalidad han cesado.

Ante ese estado de cosas, procede decretar el sobreseimiento en el


juicio con fundamento en lo dispuesto en los artículos 73, fracción XVI,
en relación con el 74, fracción III, de la Ley de Amparo.

SENTENCIA
232 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Sobreseimiento que debe extenderse hacia el tratado internacional


reclamado, dado que cuando se promueve un juicio de amparo en con-
tra de una ley, tratado o reglamento, con motivo de su aplicación concreta
en perjuicio del quejoso, el juzgador de amparo no puede desvincular el
estudio de esos ordenamientos generales del que concierne a su apli-
cación, por ser este acto el que causa perjuicio al promovente del juicio
y no por sí solos tales ordenamientos, considerados en abstracto.

Es aplicable la jurisprudencia publicada en el Apéndice al Semanario


Judicial de la Federación de 1995, Tomo I, página 210, de rubro: "LEYES
O REGLAMENTOS, AMPARO CONTRA, PROMOVIDO CON MOTIVO
DE SU APLICACIÓN.", transcrita en el considerando primero de este
fallo.

Dada la conclusión a que se llegó, resulta innecesario ocuparse del


estudio de los restantes agravios, pues cualquiera que fuese el resul-
tado de su análisis, en nada variaría el sentido de esta resolución.

Por todo lo dicho en el presente y anteriores considerandos, lo que


procede es revocar la sentencia impugnada y decretar el sobreseimiento
en el juicio.

Por lo expuesto y con fundamento, además, en los artículos 91 y relati-


vos de la Ley de Amparo, se resuelve:

PRIMERO.— En la materia de la revisión, se revoca la sentencia recu-


rrida.

SEGUNDO.— Se sobresee en el juicio de garantías a que este expe-


diente se refiere.

Notifíquese; con testimonio de ésta resolución, remítanse los autos del


juicio de amparo al Juez Sexto de Distrito en el Estado de Nuevo León;
y, en su oportunidad, archívese este asunto.

Así lo resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación por mayoría


de nueve votos de los señores Ministros Azuela Güitrón, Castro y Castro,
Aguinaco Alemán, Gudiño Pelayo, Ortiz Mayagoitia, Román Palacios,
Sánchez Cordero, Silva Meza y presidente Góngora Pimentel, en contra
de los votos de los señores Ministros Aguirre Anguiano y Díaz Romero,
quienes manifestaron que formularán voto de minoría. Los señores
Ministros Gudiño Pelayo, Román Palacios, Sánchez Cordero, Silva Meza

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 233

y presidente Góngora Pimentel estimaron que el sobreseimiento obe-


dece a la cesación de efectos del acto reclamado; y los señores Minis-
tros Azuela Güitrón, Castro y Castro, Aguinaco Alemán y Ortiz Mayagoitia
estimaron que el sobreseimiento obedece a la falta de interés jurídico
del quejoso, y manifestaron que constituirá voto de minoría la parte con-
siderativa del proyecto. Se comisionó al señor Ministro Humberto Román
Palacios para la formulación de la parte considerativa del engrose rectora
del sentido de la resolución.

SENTENCIA
V oto Minoritario
VOTO MINORITARIO QUE FORMULAN LOS MINISTROS MARIANO
AZUELA GÜITRÓN, JUVENTINO V. CASTRO Y CASTRO, JOSÉ VICEN-
TE AGUINACO ALEMÁN Y GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA, EN EL
AMPARO EN REVISIÓN 792/98, PROMOVIDO POR RICARDO JAVIER
ARMAS ARROYO.

Los suscritos estiman que deben prevalecer las consideraciones que


sustentan el sobreseimiento expuestas en el proyecto, las cuales a con-
tinuación se reproducen:

TERCERO.— Debe quedar firme el sobreseimiento decretado en relación


con los actos reclamados del secretario de Relaciones Exteriores, del
procurador general de la República, del subprocurador jurídico de la Pro-
curaduría General de la República, del director general de asuntos legales
internacionales de la Procuraduría General de la República, del titular de
la Oficina Central Nacional Interpol-México, dependiente de la Procura-
duría General de la República, del embajador de los Estados Unidos
Mexicanos en el Reino de España y del cónsul general de los Esta-
dos Unidos Mexicanos en el Reino de España, que se hicieron consistir
en la solicitud de detención preventiva con fines de extradición, que por
cesación de efectos decretó el Juez Federal en el considerando segundo
de la sentencia recurrida, al advertir que dicho acto dejó de surtir efec-
tos desde el momento en que se presentó al Reino de España la petición
formal de extradición del quejoso.

Asimismo, debe seguir rigiendo el sentido del fallo impugnado, el sobre-


seimiento decretado en el considerando tercero del fallo impugnado, por
negativa de los restantes actos reclamados del subprocurador jurídico

235
236 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de la Procuraduría General de la República, del director general de asuntos


legales internacionales de la Procuraduría General de la República, del
titular de la Oficina Central Nacional Interpol-México, dependiente de la
Procuraduría General de la República y del cónsul general de los Estados
Unidos Mexicanos en el Reino de España, así como en relación con
los actos reclamados del embajador de los Estados Unidos Mexicanos
en el Reino de España, consistentes en los actos señalados en el escrito
de ampliación de la demanda, que también fueron negados por dicha
autoridad.

Se afirma lo anterior porque del escrito de agravios se advierte que el incon-


forme no formula ningún argumento tendiente a desvirtuar esos sobre-
seimientos, dado que se concreta a combatir las diversas causas de
improcedencia en que se apoya el sobreseimiento decretado en el con-
siderando cuarto; consecuentemente y ante la ausencia de agravios que
controviertan las razones en que se apoyó el Juez para sobreseer en el
juicio en relación con los actos y autoridades antes precisados, dichos
sobreseimientos deben quedar firmes, sobre la base de que no se surte,
en ese aspecto, ninguna de las hipótesis de suplencia de los agravios.

CUARTO.— Este Tribunal Pleno no se ocupará de los agravios propuestos


en virtud de que advierte que respecto del Tratado de Extradición y Asis-
tencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexi-
canos y el Reino de España y su aplicación, se actualiza diversa causa
de improcedencia a la advertida por el Juez Federal, cuyo examen se rea-
liza de oficio de acuerdo con lo dispuesto en el último párrafo del artículo 73
de la Ley de Amparo, así como en la tesis jurisprudencial 29/93, sus-
tentada por la antes Tercera Sala, que este Alto Tribunal hace suya, visible
en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Tomo 72, diciem-
bre de 1993, página 39, que dice:

"IMPROCEDENCIA ESTUDIO OFICIOSO EN LA REVISIÓN DE MOTI-


VOS DE, DIVERSOS A LOS ANALIZADOS POR EL INFERIOR.—Si bien
es cierto que cuando un Juez de Distrito desestima una causal de improce-
dencia al analizar motivos específicos, si en la revisión no se formula
ningún agravio el pronunciamiento debe tenerse firme, ello no impide que
al resolver el recurso se sobresea en el juicio por improcedente por mo-
tivos diferentes a los analizados por el inferior, pues las cuestiones de
improcedencia son de orden público y deben estudiarse de oficio."

En efecto, de los antecedentes narrados a lo largo de esta ejecutoria, se


advierte que el acto de aplicación vinculado con el Tratado de Extradición

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 237

y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos


Mexicanos y el Reino de España se hizo consistir en la solicitud formal
de extradición, aun cuando el quejoso alude a todos los actos tendientes
a lograr su extradición; en relación con tal acto, este Alto Tribunal estima
que se actualiza la causa de improcedencia prevista en la fracción V, del
artículo 73 de la Ley de Amparo, que establece:

"Artículo 73. El juicio de amparo es improcedente:

"…

"V. Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del quejoso."

La causa de improcedencia mencionada se origina en virtud de que la


solicitud formal de extradición, reclamada de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, de la Procuraduría General de la República y del embajador
de México en España, señalada como primer acto de aplicación del tra-
tado internacional cuya constitucionalidad se impugna, no produce, por
sí misma, afectación alguna al quejoso en su interés jurídico, dado que
sólo se trata de la petición por parte del gobierno mexicano para la
extradición del quejoso, que si bien forma parte del procedimiento de extra-
dición, no vincula la determinación de entrega por parte del gobierno extran-
jero, por las razones que a continuación se expresan.

Para demostrar tal aserto, en primer término debe distinguirse la extra-


dición activa de la pasiva, siendo la primera aquella en que el gobierno
mexicano se interesa en la entrega de alguna persona que se encuentre
en otro país, mientras que la segunda se refiere a la solicitud de un
gobierno extranjero en que requiere al mexicano la remisión de una
persona.

En relación con el tópico a examen, la Ley de Extradición Internacional


(que regula fundamentalmente el procedimiento de extradición pasiva),
establece la aplicabilidad de los artículos 3o. y 16 a la extradición activa:

"Artículo 3o. Las extradiciones que el gobierno mexicano solicite de estados


extranjeros, se regirán por los tratados vigentes y a falta de éstos, por
los artículos 5o., 6o., 15 y 16 de esta ley.— Las peticiones de extradición
que formulen las autoridades competentes federales, de los Estados de
la República o del fuero común del Distrito Federal, se tramitarán ante la
Secretaría de Relaciones Exteriores por conducto de la Procuraduría
General de la República."

VOTO MINORITARIO
238 TRATADO DE EXTRADICIÓN

"Artículo 16. La petición formal de extradición y los documentos en que


se apoye el Estado solicitante, deberán contener: I. La expresión del
delito por el que se pide la extradición; II. La prueba que acredite los
elementos del tipo del delito y la probable responsabilidad del reclamado.
Cuando el individuo haya sido condenado por los tribunales del Estado so-
licitante, bastará acompañar copia auténtica de la sentencia ejecutoriada;
III. Las manifestaciones a que se refiere el artículo 10, en los casos en
que no exista tratado de extradición con el Estado solicitante; IV. La re-
producción del texto de los preceptos de la ley del Estado solicitante
que definan el delito y determinen la pena, los que se refieran a la pres-
cripción de la acción y de la pena aplicable y la declaración autorizada
de su vigencia en la época en que se cometió el delito; V. El texto au-
téntico de la orden de aprehensión que, en su caso, se haya librado en
contra del reclamado; y VI. Los datos y antecedentes personales del recla-
mado, que permitan su identificación, y siempre que sea posible, los con-
ducentes a su localización.— Los documentos señalados en este artículo
y cualquier otro que se presente y estén redactados en idioma extranjero,
deberán ser acompañados con su traducción al español y legalizados con-
forme a las disposiciones del Código Federal de Procedimientos Penales."

De los preceptos reproducidos se advierte que el procedimiento para


solicitar la formal extradición a un gobierno extranjero, es el siguiente:

a) Librada una orden de aprehensión por un Juez Federal o local, en con-


tra de una persona que se encuentre o pueda encontrarse en un país
extranjero, el agente del Ministerio Público Federal o el procurador general
de Justicia de la entidad federativa correspondiente, la comunicará a la
Procuraduría General de la República, con la copia de la orden de
aprehensión.

b) Dicha procuraduría general enviará la petición relativa a la Secretaría


de Relaciones Exteriores, para que por conducto diplomático sea presen-
tada al país requerido. Lo que resuelva el Estado requerido, ya sea orde-
nando o negando la petición, se comunicará por conducto de la embajada
de México a la Secretaría de Relaciones Exteriores y ésta lo comunicará
a la Procuraduría General de la República.

Del mismo modo, debe tenerse presente que si bien de conformidad con
el artículo 133 de la Constitución, los tratados internacionales celebrados
por el presidente de la República y ratificados por el senado se incorporan
como derecho interno a nuestro sistema jurídico, tales documentos, a su
vez, también forman parte de la ley nacional del Estado con quien se han

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 239

celebrado, cuya aplicación corresponde, dentro de su jurisdicción


territorial, en exclusiva, a las autoridades competentes del país extranjero
de que se trate.

Lo anterior implica que, en el procedimiento de extradición activa, la


participación del gobierno mexicano, dentro de su ámbito de competen-
cia, se limite a la solicitud y gestión de la entrega de la persona reque-
rida al gobierno extranjero donde presumiblemente se encuentre, cuyas
autoridades decidirán soberanamente sobre la procedencia o improce-
dencia de dicha petición, con arreglo al tratado internacional que se
hubiese celebrado y a la normatividad de su derecho interno.

En este orden de ideas, cabe colegir que la petición formal de extradi-


ción que se reclama, constituye un acto dentro del procedimiento res-
pectivo que no afecta el interés jurídico del quejoso, en razón de que
sólo consiste en la petición de extradición de una persona a un Estado
extranjero, que no genera obligatoriedad alguna para su detención y
entrega a las autoridades mexicanas requerientes, pues tal decisión
corresponde, en exclusiva, a las autoridades extranjeras, al momento
de resolver si acceden o no a la solicitud.

En tales condiciones, si la solicitud de extradición que se reclama de la


Secretaría de Relaciones Exteriores, del procurador general de la Repú-
blica y del embajador de los Estados Unidos Mexicanos en España y su
transmisión por vía diplomática, no constituyen una determinación que
por sí misma genere afectación a los intereses jurídicos del quejoso,
sino que tal perjuicio depende enteramente de la resolución a cargo de
las autoridades extranjeras al decidir si acceden o no a tal petición,
debe considerarse que se actualiza la causa de improcedencia prevista
en el artículo 73, fracción V, de la Ley de Amparo, que motiva a decre-
tar el sobreseimiento respecto de dicho acto reclamado con apoyo, ade-
más, en el artículo 74, fracción III, del mismo ordenamiento legal.

No impide arribar a tal conclusión el hecho de que el quejoso hubiese


sido detenido por orden de las autoridades del Reino de España y llevada
a cabo su entrega a las autoridades de México, como lo afirma en su
escrito de agravios; puesto que, además de que no fueron señaladas
como responsables las autoridades que materializaron la detención y
extradición del quejoso (y aunque así hubiere sucedido), mediante el
juicio de amparo que se resuelve no se hubiese podido examinar la cons-
titucionalidad de sus actos, puesto que este medio de defensa es pro-
cedente únicamente contra actos de autoridades mexicanas, donde sean

VOTO MINORITARIO
240 TRATADO DE EXTRADICIÓN

aplicadas las normas del ámbito jurídico nacional, sin que proceda para
impugnar determinaciones tomadas por gobiernos extranjeros dentro de
su jurisdicción territorial y conforme a las leyes internas que los rigen.

El sobreseimiento decretado en relación con la solicitud de extradición


debe hacerse extensivo al tratado internacional reclamado, dado que
cuando se promueve un juicio de amparo en contra de una ley, tratado o
reglamento, con motivo de su aplicación concreta en perjuicio del que-
joso, el Juez no puede desvincular el estudio de esos ordenamientos
generales del que concierne a su aplicación, por ser este acto el que
debe causar perjuicio al promovente del juicio y no por sí solos tales
ordenamientos, considerados en abstracto.

Es aplicable la jurisprudencia publicada en el Apéndice al Semanario


Judicial de la Federación de 1995, Tomo I, página 210, que dice:

"LEYES O REGLAMENTOS, AMPARO CONTRA, PROMOVIDO CON


MOTIVO DE SU APLICACIÓN.— Cuando se promueve un juicio de ampa-
ro en contra de una ley o reglamento con motivo de su aplicación con-
creta en perjuicio del quejoso, el Juez no puede desvincular el estudio de la
ley o reglamento del que concierne a su aplicación, acto este que es
precisamente el que causa perjuicio al promovente del juicio, y no por
sí solos, considerados en abstracto, la ley o el reglamento. La estrecha
vinculación entre el ordenamiento general y el acto concreto de su apli-
cación, que impide examinar al uno prescindiendo del otro, se hace mani-
fiesta si se considera: a) que la improcedencia del juicio en cuanto al
acto de aplicación necesariamente comprende a la ley o reglamento;
b) que la negativa del amparo contra estos últimos, por estimarse que no
adolecen de inconstitucionalidad, debe abarcar el acto de aplicación, si
el mismo no se combate por vicios propios; y c) que la concesión del
amparo contra la ley o el reglamento, por considerarlos inconstituciona-
les, en todo caso debe comprender también el acto de su aplicación."

Los argumentos vertidos en éste y en los considerandos precedentes


obligan a este Alto Tribunal a confirmar el sobreseimiento decretado en
la sentencia recurrida.

TRIBUNAL EN PLENO
V oto Minoritario
VOTO MINORITARIO QUE FORMULAN LOS MINISTROS SERGIO
SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO Y JUAN DÍAZ ROMERO, EN EL AM-
PARO EN REVISIÓN 962/98, PROMOVIDO POR DAVID HÉCTOR CANTÚ
DÍAZ.

En la ejecutoria, el voto mayoritario de este Tribunal Pleno determinó


revocar la sentencia recurrida y decretar el sobreseimiento en el juicio
de garantías, decisión en la que concurrieron dos posturas que difi-
rieron en cuanto a la causa de improcedencia que sustenta tal sobre-
seimiento. Por una parte, los señores Ministros José de Jesús Gudiño
Pelayo, Humberto Román Palacios, Olga María del Carmen Sánchez
Cordero de García Villegas y presidente Genaro David Góngora Pimen-
tel, como se aprecia de la ejecutoria, convinieron en que no se surte la
causa de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción V, de la Ley
de Amparo, pero sí la establecida en la fracción XVI, del citado artículo
73 de la legislación de la materia, consistente en la cesación de efec-
tos del acto de aplicación reclamado; mientras que los señores Ministros
Mariano Azuela Güitrón, Juventino V. Castro y Castro, José Vicente
Aguinaco Alemán y Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, como se advierte de
la redacción de su voto minoritario, estimaron que la causa de impro-
cedencia que se presenta en el caso es la señalada en la citada frac-
ción V, del artículo 73.

Los Ministros que suscribimos este voto, en cambio, sostenemos que


no se actualiza ninguna de esas causas de improcedencia del juicio de
garantías; la prevista en la fracción V, del artículo 73 de la Ley de Amparo,
por semejantes razones a las que se precisan en la primera postura
mayoritaria; y la establecida en la fracción XVI, del mismo artículo 73,
por los motivos que adelante se precisan.

241
242 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Con relación a la causa de improcedencia prevista en la fracción V, del


artículo 73 de la Ley de Amparo, a las razones que se citan en la
ejecutoria tendientes a justificar que no se actualiza, deben sumarse
otras, que se vinculan con la naturaleza de la reclamación constitucional.

En la demanda de garantías se impugnó el Tratado de Extradición y Asis-


tencia Mutua en Materia Penal, celebrado entre los Estados Unidos Mexi-
canos y el Gobierno de España, con motivo de su aplicación en la solicitud
de detención provisional del quejoso con fines de extradición, que se
encuentra regulada por el artículo 19 de ese ordenamiento, en los siguien-
tes términos:

"Artículo 19.-

"1. En caso de urgencia, las autoridades competentes de la parte


requirente podrán solicitar la detención preventiva del individuo reclamado.
La solicitud de detención preventiva indicará la existencia de una de las
resoluciones mencionadas en el apartado b) del artículo 15 y la intención
de formalizar la solicitud de extradición. Mencionará igualmente la infrac-
ción, el tiempo y el lugar en que ha sido cometida y los datos que permitan
establecer la identidad y nacionalidad del individuo reclamado.

"2. La solicitud de detención preventiva será transmitida a las autoridades


competentes de la parte requerida, por la vía más rápida, pudiendo utilizar
cualquier medio de comunicación siempre que deje constancia escrita o
esté admitido por la parte requerida.

"3. Al recibo de la solicitud a que se refiere el apartado 1, la parte requerida


adoptará las medidas conducentes a obtener la detención del reclamado.
La parte requirente será informada del curso de su solicitud.

"4. Podrá concederse la libertad provisional siempre que la parte requerida


adopte todas las medidas que estime necesarias para evitar la fuga del
reclamado.

"5. La detención preventiva podrá alzarse si en el plazo de cuarenta y


cinco días la parte requerida no ha recibido la solicitud de extradición
y los instrumentos mencionados en el artículo 15. En ningún caso podrá
exceder de un plazo de sesenta días.

"6. La puesta en libertad no impedirá el curso normal del procedimiento


de extradición si la solicitud y los documentos mencionados en el ar-
tículo 15 se llegan a recibir posteriormente."

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 243

Como es fácil de advertir, la disposición reclamada establece una facul-


tad para los gobiernos tratantes, en el sentido de solicitar del otro, en
caso de urgencia, la detención provisional de una persona, antes de for-
malizar una solicitud de extradición, quedando obligado el gobierno
requerido a adoptar las medidas conducentes para obtener la detención
del sujeto reclamado (punto 3), la que no podrá durar más de cuarenta y
cinco días sin recibirse la petición formal de extradición, y de sesenta
en ningún caso (punto 5).

La anterior apreciación pone de relieve que la reclamación constitucio-


nal se centra en la facultad que esa disposición del tratado establece en
favor de las autoridades, en el caso mexicanas (por ser un procedimiento
de extradición activo), para enderezar una petición de detención provi-
sional; de lo que se sigue que la afectación al interés jurídico del quejoso
dimana de la existencia y ejercicio de esa potestad en favor de una
autoridad, en el caso nacional, lo que aparece se cristalizó con la peti-
ción de detención provisional del solicitante del amparo, acto que indu-
dablemente le para a éste un perjuicio, pues dio lugar, en principio, a su
detención, y después, a su extradición.

Importante también resulta destacar que la comentada disposición del


tratado, por su propia naturaleza emergente, vincula a la autoridad
requerida a proceder de inmediato a la detención de la persona recla-
mada, sin la solicitud formal de extradición y con apenas el conocimiento
de algunos datos, lo que le impide a ésta discernir sobre lo justificado o
injustificado de la petición, pues ante la reunión de los requisitos míni-
mos de conocimiento que establece el punto 1, de ese artículo 19, no
puede, válidamente, negarse a ejecutar la detención, todo lo cual evi-
dencia que la solicitud del gobierno requirente es vinculatoria para el
requerido, por lo menos en lo tocante a esa detención previa e invasora
de la esfera jurídica del individuo reclamado.

Cierto es que después de la detención provisional, de haber existido, el


gobierno requerido actúa soberanamente, pudiendo negar o conceder
la extradición, con vista en la petición formal y los elementos de convic-
ción que le hayan sido aportados, tanto por el gobierno requirente como
por el sujeto reclamado, pero tratándose de esa detención previa, el
gobierno requerido procede desprovisto de esa facultad de decisión,
en atención a la urgencia del caso y, fundamentalmente, a la buena fe e
intenciones del gobierno requirente; esto, de acuerdo con el mismo prin-
cipio que inspira la celebración de tratados, que es la buena fe de los
gobiernos.

VOTO MINORITARIO
244 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Es corolario de lo anterior, que el gobierno requerido puede negarse a


conceder la extradición, pero en los términos en que se encuentra cele-
brado el tratado internacional, reunidos los requisitos mínimos que señala
el artículo 19, punto 1, debe proceder a la detención provisional de una
persona que le sea reclamada "informalmente", por el otro país firmante
del tratado. Por consiguiente, es evidente que la petición de esa natura-
leza dirigida por el Gobierno de México al Reino de España, respecto de
la persona del quejoso, afecta a éste y lo legítima para solicitar la protec-
ción constitucional respecto de esa petición y la disposición en que se
funda.

En abono de lo expuesto cabe citar, como ejemplo de reflexión, que si


durante los cuarenta y cinco días que establece el punto 5, del citado
artículo 19, la autoridad mexicana no realizara la petición formal de extra-
dición, con base en la misma norma del tratado que a la autoridad re-
querida permitió detener provisionalmente al individuo, tendría ésta que
decretar, sin mayor averiguación o comprobación, la libertad del recla-
mado, lo que pone de manifiesto la congruencia de la disposición y par-
ticularmente la naturaleza vinculatoria de la actuación de la autoridad
requirente, en el caso, de la mexicana.

Por las razones expuestas, es patente que se actualiza el interés jurí-


dico del quejoso para reclamar la disposición del tratado internacional
en estudio y su aplicación.

Respecto de la causa de improcedencia prevista en la fracción XVI del


artículo 73 de la Ley de Amparo, consistente en la cesación de efectos
del acto de aplicación reclamado, esto es, de la solicitud de detención
provisional del quejoso, en principio, deben tenerse en consideración los
criterios contenidos en las tesis XLVIII/98 y XLIX/98 de la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visibles en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VII, abril de 1998, respec-
tivamente en las páginas 241 y 242, que dicen:

"CESACIÓN DE EFECTOS DEL ACTO RECLAMADO E INSUBSISTEN-


CIA DE SU OBJETO O MATERIA. LA DISTINCIÓN ENTRE ESTAS CAU-
SAS DE IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO RADICA EN QUE
LA PRIMERA REQUIERE DE LA INTERVENCIÓN DE LA AUTORI-
DAD.— Es factible distinguir la causa de improcedencia del juicio de
garantías prevista en la fracción XVI del artículo 73 de la Ley de Amparo,
consistente en la cesación de los efectos del acto reclamado, de la
establecida en la fracción XVII del mismo dispositivo legal, que entraña

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 245

la insubsistencia del objeto o la materia del acto reclamado. La distin-


ción radica en que la primera requiere de la actividad o participación de la
autoridad, que es la única que puede hacer cesar los efectos de un
acto autoritario, mientras que la actualización de la segunda, aunque
parte de la subsistencia del acto reclamado, necesita que se presente la
imposibilidad de que sus efectos se realicen o continúen realizando por
haber dejado de existir totalmente el objeto o la materia del acto, lo cual
puede suceder por causas ajenas a la voluntad de la autoridad."

"CESACIÓN DE EFECTOS EN AMPARO. ESTA CAUSA DE IMPROCE-


DENCIA SE ACTUALIZA CUANDO TODOS LOS EFECTOS DEL ACTO
RECLAMADO SON DESTRUIDOS EN FORMA TOTAL E INCONDICIO-
NAL.— De la interpretación relacionada de lo dispuesto por los artículos
73, fracción XVI y 80 de la Ley de Amparo, se arriba a la convicción de
que para que la causa de improcedencia del juicio de garantías consis-
tente en la cesación de efectos del acto reclamado se surta, no basta
que la autoridad responsable derogue o revoque tal acto, sino que es
necesario que, aun sin hacerlo, destruya todos sus efectos en forma
total e incondicional, de modo tal que las cosas vuelvan al estado que
tenían antes de la violación constitucional, como si se hubiera otorgado
el amparo, es decir, como si el acto no hubiere invadido la esfera jurí-
dica del particular, o habiéndola irrumpido, la cesación no deje nin-
guna huella, puesto que la razón que justifica la improcedencia de
mérito no es la simple paralización o destrucción del acto de autoridad,
sino la ociosidad de examinar la constitucionalidad de un acto que ya no
está surtiendo sus efectos, ni los surtirá, y que no dejó huella alguna
en la esfera jurídica del particular que amerite ser borrada por el otor-
gamiento de la protección de la Justicia Federal."

De las anteriores tesis descuellan dos elementos determinantes para


estimar actualizada la causa de improcedencia consistente en la ce-
sación de los efectos del acto reclamado: la primera, que precisa de la
actividad o participación de la autoridad, que es la única que puede hacer
cesar los efectos de un acto autoritario; y, la segunda, que no basta que
la autoridad derogue o revoque el acto, sino que es necesario que, aun
sin hacerlo, destruya todos sus efectos en forma total e incondicional,
de modo tal que las cosas vuelvan al estado que tenían antes de la
violación constitucional, como si se hubiera otorgado el amparo, es
decir, como si el acto no hubiere invadido la esfera jurídica del particu-
lar, o habiéndola interrumpido, la cesación no deje ninguna huella.

En el caso, la circunstancia de que a la fecha el procedimiento de extra-


dición haya concluido y el quejoso se encuentre ya en territorio mexicano,

VOTO MINORITARIO
246 TRATADO DE EXTRADICIÓN

a disposición de las autoridades judiciales nacionales, no actualiza la


causa de improcedencia estudiada, pues el acto de aplicación reclamado
no fue dejado sin efectos, ya no por la responsable, sino por ninguna
autoridad nacional o extranjera, habiendo sido sus propios efectos
los que determinaron la detención provisional del quejoso y el inicio
de los plazos para la presentación de la solicitud de la extradición y la
resolución de ésta, siendo esto la base para que actualmente se encuen-
tre restringido de su libertad personal en este país, por lo que no puede
esgrimirse la cesación de efectos.

Sobre el particular, también debe ponderarse lo establecido en la jurispru-


dencia número 57/96 sustentada por el Tribunal Pleno, que aparece
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
IV, octubre de 1996, página 72, que dice:

"ORDEN DE APREHENSIÓN. EL AMPARO EN SU CONTRA ES IMPRO-


CEDENTE CUANDO YA SE DICTÓ FORMAL PRISIÓN Y LUEGO SE
RECLAMA AQUÉLLA EN FORMA AISLADA.— Cuando el amparo se pro-
mueve después de dictada la formal prisión, y no se reclama ésta sino
solamente la orden de aprehensión, resulta improcedente el juicio, no por
haber operado el cambio de situación jurídica, ni por haber cesado sus
efectos, sino porque resulta inadmisible que, en esa hipótesis, se divida
la continencia de la causa y se reclame solamente uno de los actos proce-
sales que afectan al promovente (orden de aprehensión) y el otro no (for-
mal prisión). Tal proceder, además de ilógico, resulta contrario a los
principios de concentración y de economía procesal que inspiran al juicio
de amparo, e inconveniente a todas luces, pues daría lugar a la pro-
moción de demandas mal intencionadas, contrarias a la naturaleza del
juicio constitucional, que tiene como propósito fundamental la defensa
de las garantías individuales y no erigirse en un mecanismo procesal
para entorpecer la administración de la justicia. Estas razones justi-
fican, en tal supuesto, el sobreseimiento del juicio con apoyo en la frac-
ción XVIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, la cual se relaciona
aquí con los principios generales de derecho antes indicados, que son
consustanciales al juicio de garantías y cuya aplicación autoriza el artículo
14 constitucional."

De las consideraciones que dieron origen a esta jurisprudencia y en la


que se llevó a cabo la interpretación de las causas de improcedencia
consistentes en la cesación de los efectos del acto reclamado y en el
cambio de situación jurídica tratándose de actos restrictivos de la libertad
personal, pueden resaltarse las siguientes conclusiones:

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 247

1. Que si el acto reclamado en el juicio de amparo se hace consistir en la


orden de aprehensión y durante el trámite de éste se dicta un auto de
formal prisión, tal circunstancia no hace cesar los efectos de la orden
de aprehensión porque no la deroga ni la deja insubsistente ni hace desa-
parecer sus efectos.

2. Que tratándose de procedimientos judiciales o administrativos segui-


dos en forma de juicio, se surte la hipótesis prevista en la fracción X, del
artículo 73, primera parte, de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103
y 107 Constitucionales, cuando por virtud de un cambio en la situación
jurídica se consideren consumadas irreparablemente las violaciones recla-
madas, por no poder decidirse en tal procedimiento sin afectar la nueva
situación jurídica.

3. Que el cambio de situación jurídica aludido, deriva de las diferentes


etapas en las que se divide el procedimiento judicial o administrativo
seguido en forma de juicio.

4. Que cuando en el juicio de garantías se reclaman violaciones a los


artículos 16, 19 o 20 de la Constitución Federal (según la interpretación
de las disposiciones vigentes en la época en que se emitió la jurispruden-
cia en estudio), opera el caso de excepción previsto en el segundo párrafo
de la fracción X, del artículo 73 de la Ley de Amparo, en el sentido de
que sólo la sentencia de primera instancia hará que se consideren irrepa-
rablemente consumadas las violaciones para los efectos de improce-
dencia.

De acuerdo con lo anterior y atendiendo a la especial naturaleza del


procedimiento extraditorio y a las fases procedimentales en que se encuen-
tra dividido, no resultan aplicables las causas de improcedencia que se
invocan, incluida la prevista en la fracción X, del artículo 73 de la Ley
de Amparo, en razón de que según deriva de las consideraciones que se
sustentaron en la contradicción de tesis que le dio origen, el dictado
de actos posteriores incluido el auto de formal prisión no trae como conse-
cuencia que se tengan por irreparablemente consumados los efectos del
mandato de detención con el que está involucrada la petición de deten-
ción preventiva que es el primer acto de aplicación del tratado, ya que
como lo estimó el Tribunal Pleno no sólo no cesan los efectos de la
orden de restricción de la libertad personal sino que surte plenamente
sus efectos al tenerse por cumplimentada.

Cabe agregar que tampoco resultaría exacto sostener que por haber
concluido el procedimiento extraditorio, en el caso a estudio, proceda

VOTO MINORITARIO
248 TRATADO DE EXTRADICIÓN

decretar el sobreseimiento en el juicio de garantías por haber operado un


cambio de situación jurídica, ya que como se precisó con antelación,
para determinar si realmente operó un cambio de situación en la esfera
jurídica del gobernado, debe atenderse necesariamente a la naturaleza
del procedimiento judicial o del procedimiento administrativo seguido
en forma de juicio, concretamente a las etapas o fases procedimenta-
les en que se encuentre dividido.

Por tanto, es inconcuso que la cumplimentación del mandato de deten-


ción no puede ser considerada como un acto independiente y autónomo
dentro del procedimiento extraditorio, sino que constituye una fase in-
tegral en la que las actuaciones consideradas en forma independiente
carecen de la autonomía, de tal manera que atendiendo a la especial
naturaleza del procedimiento extraditorio, es inaplicable al caso la juris-
prudencia aludida y las causas de improcedencia invocadas en el voto
mayoritario.

Es corolario de lo anterior, que los Ministros que firmamos este voto


estimamos que debe examinarse la constitucionalidad o inconstitucio-
nalidad de los actos reclamados en la demanda de garantías.

Nota: El voto minoritario de los Ministros Sergio Salvador Aguirre Anguiano


y Juan Díaz Romero, fue emitido en el mismo sentido y por los mismos
Ministros que el relativo para el amparo en revisión 792/98.

TRIBUNAL EN PLENO
V oto Minoritario
VOTO MINORITARIO QUE FORMULAN LOS MINISTROS MARIANO
AZUELA GüITRÓN, JUVENTINO V. CASTRO Y CASTRO, JOSE VI-
CENTE AGUINACO ALEMÁN Y GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA,
EN EL AMPARO EN REVISIÓN 962/98, PROMOVIDO POR DAVID
HÉCTOR CANTÚ DÍAZ.

Los suscritos estiman que deben prevalecer las consideraciones que


sustentan el sobreseimiento expuestas en el proyecto, las cuales a conti-
nuación se reproducen:

TERCERO.— No es materia de la revisión el sobreseimiento por inexisten-


cia de actos decretado por el a quo en el resolutivo primero de la sentencia
que se revisa, en virtud de que la parte a quien perjudica no interpuso
recurso de revisión para controvertir esta determinación.

CUARTO.— El Juez responsable, el Ministerio Público adscrito al Juz-


gado de Distrito del conocimiento y el procurador general de la Repúbli-
ca, en sus respectivos recursos de revisión, expresan como agravio el
consistente en que el a quo debió decretar el sobreseimiento en el juicio
por lo que toca a la orden de aprehensión que se reclama, al actualizarse
la causal de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XI, de la
Ley de Amparo, en virtud de que dicho acto fue expresamente consentido
por el quejoso, toda vez que al haber promovido un previo juicio de garan-
tías en que lo señaló como acto reclamado, del cual desistió por así
convenir a su interés, con tal manifestación produjo el consentimiento
relativo.

El Juez de Distrito del conocimiento, en el considerando cuarto de la


sentencia recurrida, desestimó la causal de consentimiento expreso

249
250 TRATADO DE EXTRADICIÓN

de los actos reclamados planteada por las autoridades responsables,


por considerar que la situación jurídica del quejoso en el presente juicio
es diversa de la que tenía cuando promovió amparo ante el Juzgado
Tercero de Distrito en el Estado de Nuevo León, pues en esa oportunidad
aún no se encontraba detenido, siendo que en dicho juicio se decretó el
sobreseimiento fuera de audiencia sin haberse rendido los informes justi-
ficados respectivos, por lo que no puede tenerse por consentida la orden
de aprehensión con motivo del desistimiento correspondiente.

Con el propósito de determinar si se actualiza o no la causal de impro-


cedencia que se plantea, se atiende a la tesis jurisprudencial 3/96, sus-
tentada por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia, que aparece
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo III, corres-
pondiente a febrero de 1996, página 22, que literalmente expresa:

"DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA EN EL JUICIO DE AMPARO.


IMPLICA EL CONSENTIMIENTO EXPRESO DE LOS ACTOS RECLA-
MADOS, RESULTANDO IMPROCEDENTE UN NUEVO JUICIO CONTRA
ELLOS.— Entre los principios rectores del juicio de amparo se encuen-
tra el de instancia de parte agraviada, conforme con el cual dicho juicio
sólo puede ser promovido por la parte a quien perjudique el acto recla-
mado. Por consecuencia, es lógico concluir que quien puede promover
el juicio de amparo, salvo lo dispuesto en el artículo 14 de la ley de la
materia, se encuentra también en condiciones de desistir de él. El desis-
timiento en el juicio de amparo implica un desistimiento de la acción y, por
ende, supone el consentimiento expreso de los actos reclamados, pues
el efecto de la renuncia del quejoso, el sobreseimiento en el juicio,
deja a la autoridad responsable en aptitud de obrar o de no hacerlo, en el
sentido asignado al acto reclamado. Como ese desistimiento entraña
un consentimiento expreso de los actos reclamados, si el quejoso pro-
mueve un diverso juicio en contra de los mismos actos reclamados en
aquél del cual desistió, el segundo juicio resultará improcedente, al actua-
lizarse los supuestos previstos por la fracción XI, del artículo 73 de la
Ley de Amparo. En ese sentido, cuando se satisfacen los requisitos legales,
ese desistimiento también puede actualizar los supuestos de la fracción
IV del numeral citado pues si bien, en principio y como regla general,
una resolución de sobreseimiento –que es la consecuencia del de-
sistimiento del quejoso– no constituye cosa juzgada, existen casos
de excepción a ese principio, como lo ha establecido la jurisprudencia de
la Suprema Corte (publicada en la página novecientos veintisiete, de la
Segunda Parte, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación
de mil novecientos ochenta y ocho) que revelan la inejercitabilidad de la

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 251

acción y dentro de los que se encuentra el relativo al consentimiento,


en ese caso, expreso, de los actos reclamados."

De acuerdo con los razonamientos que contiene el criterio transcrito,


el desistimiento en el juicio de amparo implica el desistimiento de la
acción, dada la conformidad del quejoso con la emisión de los actos
reclamados, lo que deja a las autoridades responsables en plena apti-
tud de ejecutarlos o no, por lo que un posterior juicio de garantías que se
promueva para impugnarlos resultará improcedente, al actualizarse la
causal de consentimiento expreso prevista en el artículo 73, fracción XI,
de la Ley de Amparo y, de satisfacerse los requisitos correspondientes,
también la establecida en la fracción IV, de dicho numeral, por existir
pronunciamiento judicial con carácter de cosa juzgada.

Sentado lo anterior, cabe destacar que en autos obran copias certifica-


das de la demanda de amparo fechada el siete de agosto de mil
novecientos noventa y seis (fojas 558 a 561), en que el quejoso en el
presente juicio de garantías señaló como autoridades responsables y
actos reclamados, los siguientes:

"Autoridades responsables. Ostentan ese carácter, como ordenadora: el


C. Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado; como ejecu-
toras: el C. Agente del Ministerio Público adscrito a la autoridad judicial
mencionada con antelación y el C. Director de la Policía Judicial en el
Estado. Todas las anteriores autoridades con domicilio conocido en sus
respectivos recintos oficiales.— Acto reclamado. Lo constituye la orden
de aprehensión o detención que según he tenido conocimiento ha detectado
(sic) en mi contra la autoridad judicial señalada como ordenadora, misma
que pretende ser ejecutada por las últimas responsables. Se reclaman
asimismo, las consecuencias y efectos legales que se deriven del ante-
rior acto reclamado."

Asimismo, en los antecedentes 1 y 2 de dicha demanda, el quejoso expre-


só, bajo protesta de decir verdad, lo que se reproduce a continuación:

"1.— El compareciente presté mis servicios al Gobierno del Estado como


procurador General de Justicia, y con posterioridad a la renuncia de tal
cargo, recibí cédula citatoria para investigar unos hechos supuestamente
delictivos denunciados por la señora Victoria Khune de Morales, en la
que se imputaba al suscrito el haber facilitado la integración de una ave-

VOTO MINORITARIO
252 TRATADO DE EXTRADICIÓN

riguación en perjuicio de los intereses de la denunciante y de familiares


de ésta, alegando inclusive la comisión de hechos delictivos como el de
abuso de autoridad, chantaje y otros.— 2.— Habiendo comparecido ante
el representante social y negando los hechos imputados, tuve conocimiento
por la prensa de que el Ministerio Público ejercitó acción penal en contra
del suscrito por los delitos de evasión de presos, abuso de autoridad,
coalición y delitos cometidos en la administración de justicia, ante la hoy
autoridad responsable señalada como ordenadora, quien al parecer obse-
quió de conformidad el libramiento del acto que se le reclama."

El informe justificado correspondiente fue requerido al Juez de lo Penal


del Cuarto Distrito Judicial en el Estado de Nuevo León, por virtud de
auto admisorio de catorce de agosto de mil novecientos noventa y seis,
dictado en el expediente de amparo 829/96-I (foja 557), habiendo sido
rendido por dicha autoridad el veintidós de dicho mes y año, en el sen-
tido de reconocer como cierta la emisión de la orden de aprehensión
en contra del quejoso, de veinte de junio de dicho año, por considerarlo
probable responsable de los delitos de evasión de presos, abuso de
autoridad, coalición y delitos cometidos en la administración de justi-
cia, acompañando al aludido juicio de garantías copia certificada de todo
lo actuado en la causa penal 290/96 (foja 562). El dieciocho de septiembre
posterior, el Juez Tercero de Distrito de dicha entidad decretó el so-
breseimiento en el juicio con base en el escrito de desistimiento pre-
sentado por el quejoso (foja 563), determinación que causó estado
por virtud de auto de treinta y uno de octubre siguiente.

Los elementos que han sido reseñados permiten advertir que la orden
de aprehensión reclamada en el juicio de amparo 829/96-I y la des-
crita en el resultando primero del presente fallo son la misma, pues se
refieren a la misma causa penal, autoridad responsable y delitos por los
cuales se le consideró al quejoso como probable responsable de su
comisión.

En tales condiciones, como en términos de la jurisprudencia transcrita


con antelación, el desistimiento del quejoso en el previo juicio de garan-
tías que promovió implica el consentimiento expreso con la orden de
aprehensión reclamada, y al haberse atribuido su emisión a la misma
autoridad responsable, en ambos juicios, se actualizan las causales de
improcedencia previstas en las fracciones IV y XI, de la Ley de Amparo.

No impiden llegar a dicha conclusión los razonamientos del a quo en el


sentido de que en el previo juicio de amparo la situación jurídica del que-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 253

joso no era la misma, porque no se rindieron informes justificados y por


estar ahora detenido, porque, respecto de la primera cuestión, de los
antecedentes señalados se aprecia, contrariamente a lo sostenido, que
el desistimiento se produjo con posterioridad a la rendición del informe
a cargo del Juez responsable y, en lo tocante a la libertad personal del
quejoso, el hecho de que en el primer juicio estuviese sustraído a la
acción de la justicia y ahora no, en nada modifica su relación con la nor-
ma, porque la eventual ejecución de la orden de aprehensión es una
circunstancia de hecho que no releva al quejoso de ser considerado como
probable responsable de los delitos que le son atribuidos por el Ministe-
rio Público. Además, con independencia de lo anterior, si como ha quedado
establecido, el desistimiento del juicio de amparo implica el desistimien-
to de la acción, resultan irrelevantes los motivos advertidos por el a quo
para desestimar las causales de improcedencia cuya actualización ha
sido patentizada.

Por todo lo expuesto en el presente considerando, al resultar fundados


los agravios propuestos por las autoridades responsables, procede revo-
car la concesión del amparo determinada por el Juez de Distrito del
conocimiento respecto de la orden de aprehensión de veinte de junio
de mil novecientos noventa y seis, dictada en contra del quejoso por el
Juez de lo Penal del Cuarto Distrito Judicial en el Estado de Nuevo León,
y decretar el sobreseimiento en el juicio por lo que toca a dicho acto y
autoridad, con fundamento en el artículo 73, fracciones IV y XI, en rela-
ción con el 74, fracción III, de la Ley de Amparo.

QUINTO.— En lo tocante al Tratado de Extradición y Asistencia Mutua


en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España, la Secretaría de Relaciones Exteriores controvierte la considera-
ción del Juez a quo, en el sentido de tener como cierta la celebración del
tratado por la recurrente, aduciendo que se confunde la intervención y
firma de los actos preparatorios con la celebración misma del tratado,
siendo que dicha autoridad sólo intervino en el procedimiento de
negociación del documento final.

Con el objeto de examinar el agravio propuesto, se atiende a lo dispuesto


en los artículos 76, fracción I, 80, 89, fracciones I, II y X, 92 y 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo contenido
literal es el siguiente:

"Artículo 80.- Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la


Unión en un solo individuo, que se denominará ‘Presidente de los Esta-
dos Unidos Mexicanos’."

VOTO MINORITARIO
254 TRATADO DE EXTRADICIÓN

"Artículo 89.- Las facultades y obligaciones del presidente son las si-
guientes:

"I. Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión,


proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia;

"II. Nombrar y remover libremente a los secretarios del despacho ...

"… X. Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, some-


tiéndolos a la aprobación del Senado ..."

"Artículo 92.- Todos los reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes del


presidente deberán estar firmados por el secretario de Estado o jefe
de departamento administrativo a que el asunto corresponda, y sin
este requisito no serán obedecidos."

"Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión


que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la
misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la República,
con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los
Jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y trata-
dos, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las
Constituciones o leyes de los Estados."

"Artículo 76.- Son facultades exclusivas del Senado:

"I. Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal con


base en los informes anuales que el presidente de la República y el
secretario de despacho correspondiente rindan al Congreso; además,
aprobar los tratados internacionales y convenciones diplomáticas que
celebre el Ejecutivo de la Unión ..."

Ahora bien, la disposición contenida en el citado artículo 133 de la Ley


Fundamental, en el sentido de que los tratados que estén de acuerdo
con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la Repú-
blica, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de la Unión, no
debe interpretarse con la limitación letrista de que en forma específica
sea el titular del Poder Ejecutivo de la Unión quien necesariamente lo
lleve a cabo en todas sus fases, pues los preceptos constitucionales
transcritos permiten la actuación del titular del Ejecutivo a través del
secretario de Estado correspondiente, siendo que el derecho interno de
cada país determina la forma en que se estructura el órgano supremo

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 255

representativo del Estado hacia el exterior y fija los procedimientos y


límites de esa representación.

Por otro lado, la celebración de un tratado no se reduce a la firma del


mismo, sino que se encuentra constituido por todo un procedimiento que
se desarrolla en diversas etapas, en las cuales intervienen los secreta-
rios de Estado que se ocupan de las materias específicas, de confor-
midad con lo previsto en los artículos 2o., 27, fracciones I, II, III y VII y
28, fracciones I y XI de la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal, el primero de los cuales establece:

"Artículo 2o.- En el ejercicio de sus atribuciones y para el despacho de


los negocios del orden administrativo encomendados al Poder Ejecu-
tivo de la Unión, habrá las siguientes dependencias de la administración
pública centralizada:

"I. Secretarías de Estado ..."

"Artículo 27.- A la Secretaría de Gobernación corresponde el despacho


de los siguientes asuntos:

"I. Presentar ante el Congreso de la Unión las iniciativas de ley del


Ejecutivo.

"II. Publicar las leyes y decretos que expidan el Congreso de la Unión,


alguna de las dos Cámaras o el presidente de la República.

"III. Publicar el Diario Oficial de la Federación.

"… VII. Conducir las relaciones del Poder Ejecutivo con los otros Po-
deres de la Unión, con los Gobiernos de los Estados y con las autori-
dades municipales; ante estos dos últimos, impulsar y orientar la creación
y el funcionamiento de las Juntas de Mejoramiento Moral, Cívico y Ma-
terial."

"Artículo 28.- A la Secretaría de Relaciones Exteriores corresponde el


despacho de los siguientes asuntos:

"I. Promover, propiciar y asegurar la coordinación de acciones en el


exterior de las dependencias y entidades de la administración pública
federal; y sin afectar el ejercicio de las atribuciones que a cada una de
ellas corresponda, conducir la política exterior, para lo cual intervendrá

VOTO MINORITARIO
256 TRATADO DE EXTRADICIÓN

en toda clase de tratados, acuerdos y convenciones en los que el país


sea parte; ... XI. Intervenir, por conducto del procurador general de la
República, en la extradición conforme a la ley o tratados, y en los exhortos
internacionales o comisiones rogatorias para hacerlos llegar a su des-
tino, previo examen de que llenen los requisitos de forma para su
diligenciación y de su procedencia o improcedencia, para hacerlo del
conocimiento de las autoridades judiciales competentes."

Los anteriores preceptos son acordes con lo dispuesto en el diverso


artículo 90 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal,
cuyo tenor, es el siguiente:

"Artículo 90.- La administración pública será centralizada y paraestatal


conforme a la ley orgánica que expida el Congreso, que distribuirá los
negocios del orden administrativo de la Federación que estarán a cargo
de las secretarías de Estado y departamentos administrativos y definirá
las bases generales de creación de las entidades paraestatales y la inter-
vención del Ejecutivo Federal en su operación.— Las leyes determinarán
las relaciones entre las entidades paraestatales y el Ejecutivo Federal o
entre éstas y las secretarías de Estado y departamentos administrativos."

De lo anterior se concluye, como se apuntó previamente, que los secre-


tarios de Estado actúan en los términos de la política y directrices que
les fija el presidente de la República.

Al respecto esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha susten-


tado el siguiente criterio, que aparece publicado en el Semanario Judi-
cial de la Federación, Tomo XXXV, página 1904:

"SECRETARÍAS DE ESTADO.— Estas secretarías, como componentes


del Poder Ejecutivo, aunque tienen facultades y atribuciones propias, no
por eso dejan de obrar como órganos de ese poder, atendiendo al fun-
cionamiento interior del mismo; esto es, representando sus propias
funciones, ya que no sería posible que el presidente de la República
interviniera personalmente en todos y cada uno de los actos de funcio-
namiento de dicho poder. En tal virtud, todo acto de una secretaría de
Estado, es acto de responsabilidad del órgano mismo, y no independiente
y propio sólo de uno de los componentes del Poder Ejecutivo; de modo
que aunque una secretaría de Estado, al rendir su informe, diga que no
hubo acuerdo del presidente de la República, basta que acepte la exis-
tencia de los hechos que se reclaman, para que de ellos deba con-
siderarse legalmente como responsable, al jefe del Poder Ejecutivo. Esto

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 257

se desprende del contexto del artículo 90 constitucional, que dice: ‘Para


el despacho de los negocios del orden administrativo de la Federación,
habrá el número de secretarios que establezca el Congreso, por una
ley, la que distribuirá los negocios que han de estar a cargo de cada
secretaría.’."

En esa tesitura, no obstante ser verdad que la Ley Orgánica de la Admi-


nistración Pública Federal es una ley ordinaria o secundaria supeditada
a la Constitución, no lo es menos que tiene el carácter de reglamenta-
ria de un precepto constitucional, a saber, el artículo 90, sin que, como
se ha visto, pugne con el texto de la Ley Fundamental.

Las conclusiones hasta aquí asentadas se corroboran con lo dispuesto en


el artículo 3o. de la Ley sobre la Celebración de Tratados, en cuanto
dispone que es al presidente de la República a quien corresponde otorgar
plenos poderes, los cuales se encuentran definidos por el diverso artículo
2o., fracción VI, del propio ordenamiento legal que establece que para
los efectos de esa ley se entenderá por: "VI. ‘Plenos poderes’: el documen-
to mediante el cual se designa a una o varias personas para representar
a los Estados Unidos Mexicanos en cualquier acto relativo a la celebración
de tratados.".

Así las cosas, es evidente que si el Ejecutivo de la Unión tiene como


titular al presidente de la República; que las secretarías de Estado ejer-
cen las funciones de su competencia legal por acuerdo del presidente de
la República; que compete al secretario de Relaciones Exteriores, en tér-
minos del citado artículo 28 de la Ley Orgánica de la Administración
Pública Federal, intervenir en toda clase de tratados y convenciones en
los que el país sea parte; y que el secretario de Gobernación es el encar-
gado de conducir las relaciones del Ejecutivo con el Poder Legislativo y
de publicar las leyes y decretos, es inconcuso que aquél tiene la
capacidad legal para intervenir en la celebración de los tratados y conve-
nios en que la República Mexicana sea parte integrante, y que éste tiene
competencia para remitir el tratado al Senado y, en su caso, ordenar su
publicación, siendo obvio, además, que ambos secretarios actúan por
acuerdo del presidente de la República.

Además, debe tomarse en cuenta lo acordado en la Convención de Viena,


que constituye Ley Suprema de la Unión en términos de lo previsto por
el artículo 133 constitucional, de cuyo contenido destaca el artículo 7o.,
que dispone:

VOTO MINORITARIO
258 TRATADO DE EXTRADICIÓN

"Artículo 7o.- Plenos poderes (este precepto se encuentra reproducido


en lo esencial por el artículo 3o. de la Ley de Celebración de Tratados
antes transcrita):

"1. Para la adopción o la autenticación del texto del tratado o para


manifestar el consentimiento del Estado en obligarse por un tratado, se
considera que una persona representa a un Estado ...

"2. En virtud de sus funciones, y sin tener que presentar plenos poderes,
se considerará que representa a su Estado;

"a) Los jefes de Estado, jefes de gobierno y ministros de Relaciones


Exteriores para la ejecución de todos los actos relativos a la celebración
de un tratado entre uno o varios Estados y una o varias organizaciones
internacionales ..."

De la lectura del artículo antes transcrito se aprecia que en la Conven-


ción de Viena se reconoció capacidad expresa a los secretarios de Re-
laciones Exteriores para la ejecución de todos los actos relativos a la
ejecución de un tratado, sin que sea óbice para tomar en consideración
lo hasta aquí asentado, el hecho de que internacionalmente la conven-
ción no hubiera entrado en vigor a la fecha en que se celebró el tratado
impugnado, ya que la vigencia se refiere únicamente a los recíprocos
efectos vinculatorios entre los Estados que lo suscribieron, pero no impide
que por medio de la incorporación voluntaria de un tratado al derecho
doméstico, cobre inmediata vigencia para el Estado que lo decide, lo que
sucede con la promulgación, acto por el que se incorpora al derecho
interno.

Así las cosas, es inconcuso que la firma del Tratado de Extradición


y Asistencia Mutua en Materia Penal entre los Estados Unidos Mexica-
nos y el Reino de España, en la Ciudad de México, el veintiuno de noviem-
bre de mil novecientos setenta y ocho (fojas 583 a 600), por el secretario
de Relaciones Exteriores y el ministro de Asuntos Exteriores, respectiva-
mente, no constituye propiamente su celebración, si se toma en cuenta
que el objeto de la firma lo constituye la manifestación de voluntad por
parte del Estado en cuanto a la celebración del acto, la cual quedó
plenamente expresada por el presidente de la República al haber ratifi-
cado el multirreferido tratado internacional el quince de noviembre de
mil novecientos setenta y nueve.

Efectivamente, el aludido tratado internacional fue ratificado por el pre-


sidente de la República, lo que permite entender que ya lo había autori-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 259

zado, dándole plena validez, con base en las facultades que le otorga la
fracción X del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

Por otro lado, cabe destacar que la firma del tratado es un acto prepara-
torio a su aprobación, según deriva de lo dispuesto en el artículo 133 de
la Constitución Federal antes transcrito, de lo que se sigue que la sola
firma del tratado constituye sólo una de las fases del procedimiento
para la celebración de los tratados internacionales, de tal manera que
resulta inexacto afirmar que el tratado de extradición que se reclama
en el presente juicio de garantías fue celebrado por el secretario de Rela-
ciones Exteriores, puesto que como ya se indicó, se sujetó a la auto-
rización del presidente y para su validez fue necesaria la aprobación del
Senado de la República.

Sirve de apoyo a lo anterior la tesis XLV/98, sustentada por el Pleno de


este Alto Tribunal y que aparece publicada en el Semanario Judicial de la
Federación, Tomo VII, del mes de mayo de mil novecientos noventa y
ocho, en la página 133, la cual dispone:

"TRATADO DE EXTRADICIÓN INTERNACIONAL CELEBRADO ENTRE


MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA EL CUATRO DE
MAYO DE MIL NOVECIENTOS SETENTA Y OCHO. NO ES INCONS-
TITUCIONAL POR LA CIRCUNSTANCIA DE QUE EL PRESIDENTE DE
LA REPÚBLICA NO LO HAYA SUSCRITO PERSONALMENTE, SI INS-
TRUYÓ AL SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES PARA SU
NEGOCIACIÓN, Y LUEGO LO RATIFICÓ PERSONALMENTE.— De la
interpretación sistemática de lo dispuesto en los artículos 76, fracción I,
80, 89, fracciones I, II y X, 92 y 133 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, se concluye que la disposición contenida
en el citado artículo 133, en el sentido de que los tratados que estén de
acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente
de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de la
Unión, no debe interpretarse con la limitación letrista de que en forma
específica sea el titular del Poder Ejecutivo de la Unión quien
necesariamente lo lleve a cabo en todas sus fases, incluyendo la
suscripción personal, pues los preceptos constitucionales invocados
permiten la actuación del jefe del Ejecutivo a través del secretario de
Estado correspondiente, siendo nuestro derecho interno, como es acep-
tado internacionalmente, el que determina la forma en que se estructura
el órgano supremo representativo del Estado hacia el exterior y fija los
procedimientos y límites de esa representación; por otro lado, la celebra-

VOTO MINORITARIO
260 TRATADO DE EXTRADICIÓN

ción de un tratado no se reduce a la firma del mismo, la que puede


provenir del presidente, del secretario relativo o del representante que
aquél señale, sino que se encuentra constituido por todo un procedimiento
que se desarrolla en diversas etapas, en las cuales interviene otro
poder, además de los secretarios de Estado que se ocupan de las mate-
rias específicas, de conformidad con lo previsto en los artículos 2o., 27,
fracciones I, II, III y VII, y 28, fracciones I y XI, de la Ley Orgánica de
la Administración Pública Federal, de los que deriva que corresponde al
secretario de Relaciones Exteriores intervenir en toda clase de tratados
y convenciones en los que el país sea parte, y al secretario de Gober-
nación, conducir las relaciones del Ejecutivo con el Poder Legislativo y
publicar las leyes y decretos. En tales condiciones, basta con que el
tratado internacional de que se trate haya sido negociado por el secre-
tario de Relaciones Exteriores siguiendo las instrucciones del presidente
de la República y luego ratificado por éste y aprobado por el Senado,
como sucedió por parte de nuestro país en el tratado de mérito, para que
tenga plena validez."

En las apuntadas condiciones, debe concluirse que, contrariamente a lo


determinado por el a quo, resulta inexistente el acto reclamado del se-
cretario de Relaciones Exteriores consistente en la celebración del tratado
que se reclama, motivo por el cual procede declarar fundado el agravio
propuesto por dicha autoridad y decretar el sobreseimiento en el juicio al
respecto, con fundamento en el artículo 74, fracción IV, de la Ley de
Amparo.

SEXTO.— Por otra parte, este Tribunal Pleno advierte que en la espe-
cie se actualiza la improcedencia del juicio por las causas que más
adelante se precisan, respecto del Tratado de Extradición y Asistencia
Mutua en Materia Penal celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos
y el Reino de España y su aplicación, cuyo examen oficioso es proce-
dente realizar con fundamento en el último párrafo del citado artículo 73,
así como en la tesis jurisprudencial 30/97, sustentada por la Segunda
Sala de este Alto Tribunal, visible en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo VI, correspondiente a julio de 1997, pági-
na 137, que a la letra dice:

"REVISIÓN. ESTUDIO OFICIOSO DE LAS CAUSALES DE IMPROCE-


DENCIA NO EXAMINADAS POR EL JUZGADOR DE PRIMER GRADO.—
Si se trata de una causal de improcedencia diferente a las ya estudiadas
y declaradas inoperantes por el juzgador de primer grado, no existe
obstáculo alguno para su estudio de oficio en la revisión, ya que en

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 261

relación con ella sigue vigente el principio de que siendo la improce-


dencia una cuestión de orden público, su análisis debe efectuarse sin
importar que las partes la aleguen o no ante el Juez de Distrito o ante
el tribunal revisor, de conformidad con lo dispuesto en el último párrafo
del artículo 73 de la Ley de Amparo."

Ahora bien, previamente a la demostración de la improcedencia adver-


tida, se destaca que de la demanda de amparo presentada el catorce de
octubre de mil novecientos noventa y siete, se observa que el quejoso
precisó, en el capítulo respectivo, entre otros, los siguientes actos recla-
mados:

"… d) Del director general Jurídico y del director de la Consultoría Jurí-


dica, dependientes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se les
reclama: Los actos diplomáticos, materiales y jurídicos realizados y que
se pretendan realizar, tendientes a la detención y extradición del compa-
reciente quejoso David Héctor Cantú Díaz, que se ejecutan en base al
tratado cuya inconstitucionalidad se reclama; asimismo se reclaman las
consecuencias y efectos legales que produzcan.— e) Del procurador
General de la República, del director de asistencia legal internacional,
del procurador General de Justicia en el Estado de Nuevo León, se les
reclaman: Los actos materiales y jurídicos tendientes a la detención,
extradición y traslado, del directamente quejoso en apoyo al Tratado
de Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal que se menciona y
cuya inconstitucionalidad se reclama en esta vía; asimismo se reclaman
las consecuencias y efectos legales que se deriven del mismo."

Asimismo, en el antecedente 4 de su escrito inicial, la parte demandante


expresó lo siguiente:

"4. El Juez responsable obsequia de conformidad la orden de aprehen-


sión en contra del compareciente, habiendo sido detenido en la ciudad
de Madrid España, el día 17 de septiembre del año en curso, al pare-
cer en base al Tratado de Extradición y Asistencia Mutua en Materia
Penal celebrado dentro de los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de
España y por conducto de las diversas autoridades que como respon-
sables también se señalan en esta demanda de garantías, tratado el
mencionado que se estima es inconstitucional por no reunir los impera-
tivos que exige nuestra Ley Suprema para la celebración de tales ins-
trumentos internacionales, por lo que me veo en la imperiosa necesidad
de promover la presente demanda de garantías."

VOTO MINORITARIO
262 TRATADO DE EXTRADICIÓN

Además, en el capítulo de conceptos de violación de la demanda de


garantías cuya transcripción se hizo en el resultando tercero de esta
resolución, el quejoso expresó lo siguiente:

"… Al ser inconstitucional el tratado que nos ocupa, como consecuen-


cia de ello es ilegal la detención y privación del suscrito quejoso, que
sufre a raíz del procedimiento de solicitud y extradición del mismo, así
como el procedimiento que se inició y que se sigue realizando por las
autoridades encargadas de ello, por lo que en su momento deberá
declararse ilegítimo también el procedimiento de extradición que se lleva
por diversas autoridades señaladas como responsables en esta deman-
da de garantías."

De los elementos de convicción que constan en la demanda de garan-


tías que han sido destacados, se advierte que el quejoso endereza sus
argumentos a combatir la solicitud de detención provisional con fines de
extradición, con apoyo en la orden de aprehensión librada por el Juez
responsable y en el tratado que impugna.

Ello es así, porque el Pleno de este Alto Tribunal ha sostenido que para
conocer el acto efectivamente reclamado en el juicio de amparo debe
hacerse un examen integral de la demanda, en virtud de que dicho
documento debe contemplarse como un todo. La jurisprudencia y tesis
que establecen este criterio se encuentran publicadas en el Semanario
Judicial de la Federación, Tomo 193-198, Pleno, página 177 y Tomo II,
Primera Parte, página 167, que respectivamente dicen:

"ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE


AMPARO PARA CONOCER EL.— Si del análisis integral del escrito
de demanda se llega al conocimiento de que aunque no de manera for-
mal en capítulo especial, pero sí dentro del capítulo de conceptos de
violación, se señala como acto reclamado la expedición de una ley, resulta
correcto el estudio que se hace de la constitucionalidad de dicho acto de
autoridad, teniéndolo como acto reclamado."

"ACTO RECLAMADO, ESTUDIO INTEGRAL DE LA DEMANDA DE AM-


PARO PARA DETERMINAR EL.— No obstante que algún acto propuesto
como materia del amparo no se incluya en el apartado de la demanda
referente a los actos reclamados, atento al criterio de esta Suprema
Corte de Justicia, si del análisis integral del escrito de la demanda se
llega al conocimiento de que, aunque no de manera formal, en capítulo
especial, dentro de los conceptos de violación se señala dicho acto como

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 263

lesivo de garantías individuales, resulta correcto el estudio que se haga


de la constitucionalidad del mismo, teniéndolo como acto reclamado, en
virtud de que la demanda debe contemplarse como un todo."

En este orden de ideas y dado que el quejoso controvierte el Tratado de


Extradición y Asistencia Mutua en Materia Penal celebrado entre los Es-
tados Unidos Mexicanos y el Reino de España con motivo de la solicitud
de detención provisional con fines de extradición, este Alto Tribunal estima
que debe decretarse oficiosamente el sobreseimiento en relación con
dichos actos, al actualizarse la causa de improcedencia prevista en la
fracción V, del artículo 73 de la Ley de Amparo, que dispone la impro-
cedencia del juicio por falta de interés jurídico del quejoso.

Ciertamente, en la especie se actualiza la causa de improcedencia


mencionada en virtud de que la solicitud de detención provisional con
fines de extradición, llevada a cabo por las autoridades de la Secretaría
de Relaciones Exteriores, señalada como primer acto de aplicación del
tratado internacional cuya constitucionalidad se impugna, no produce,
por sí misma, afectación alguna al quejoso en su interés jurídico, dado
que sólo se trata de la petición como parte del procedimiento de extra-
dición, que no vincula a la determinación de entrega por parte del gobierno
extranjero, por las razones que a continuación se expresan.

Para demostrar tal aserto, en primer término debe distinguirse la extra-


dición activa de la pasiva, siendo la primera aquella en que el Gobierno
mexicano se interesa en la entrega de alguna persona que se encuentre
en otro país, mientras que la segunda se refiere a la solicitud de un
gobierno extranjero en que requiere al mexicano la remisión de una
persona.

En relación con el tópico a examen, la Ley de Extradición Internacional


(que regula fundamentalmente el procedimiento de extradición pasiva),
establece la aplicabilidad de los artículos 3o. y 16 a la extradición activa:

"Artículo 3o.- Las extradiciones que el Gobierno mexicano solicite de


Estados extranjeros, se regirán por los tratados vigentes y a falta de éstos,
por los artículos 5o., 6o., 15 y 16 de esta ley.— Las peticiones de extra-
dición que formulen las autoridades competentes federales, de los Estados
de la República o del fuero común del Distrito Federal, se tramitarán
ante la Secretaría de Relaciones Exteriores por conducto de la Procu-
raduría General de la República."

VOTO MINORITARIO
264 TRATADO DE EXTRADICIÓN

"Artículo 16.- La petición formal de extradición y los documentos en que


se apoye el Estado solicitante, deberán contener:

"I. La expresión del delito por el que se pide la extradición;

"II. La prueba que acredite los elementos del tipo del delito y la probable
responsabilidad del reclamado. Cuando el individuo haya sido conde-
nado por los tribunales del Estado solicitante, bastará acompañar copia
auténtica de la sentencia ejecutoriada;

"III. Las manifestaciones a que se refiere el artículo 10, en los casos en


que no exista tratado de extradición con el Estado solicitante;

"IV. La reproducción del texto de los preceptos de la ley del Estado


solicitante que definan el delito y determinen la pena, los que se refieran
a la prescripción de la acción y de la pena aplicable y la declaración auto-
rizada de su vigencia en la época en que se cometió el delito;

"V. El texto auténtico de la orden de aprehensión que, en su caso, se


haya librado en contra del reclamado; y

"VI. Los datos y antecedentes personales del reclamado, que permitan


su identificación, y siempre que sea posible, los conducentes a su locali-
zación.

"Los documentos señalados en este artículo y cualquier otro que se


presente y estén redactados en idioma extranjero, deberán ser acom-
pañados con su traducción al español y legalizados conforme a las dispo-
siciones del Código Federal de Procedimientos Penales."

De los preceptos reproducidos se advierte que el procedimiento para


solicitar la formal extradición a un gobierno extranjero, es el siguiente:

a) Librada una orden de aprehensión por un Juez Federal o local, en


contra de una persona que se encuentre o pueda encontrarse en un país
extranjero, el agente del Ministerio Público Federal o el procurador gene-
ral de Justicia de la entidad federativa correspondiente, la comunicará
a la Procuraduría General de la República, con la copia de la orden de
aprehensión.

b) Dicha Procuraduría General enviará la petición relativa a la Secretaría


de Relaciones Exteriores, para que por conducto diplomático sea presen-

TRIBUNAL EN PLENO
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 265

tada al país requerido. Lo que resuelva el Estado requerido, ya sea


ordenando o negando la petición, se comunicará por conducto de la emba-
jada de México a la Secretaría de Relaciones Exteriores y ésta lo
comunicará a la Procuraduría General de la República.

Del mismo modo, debe tenerse presente que si bien de conformidad


con el artículo 133 de la Constitución, los tratados internacionales cele-
brados por el presidente de la República y ratificados por el Senado se
incorporan como derecho interno a nuestro sistema jurídico, tales
documentos, a su vez, también forman parte de la ley nacional del Estado
con quien se han celebrado, cuya aplicación corresponde, dentro de su
jurisdicción territorial, en exclusiva, a las autoridades competentes del
país extranjero de que se trate.

Lo anterior implica que, en el procedimiento de extradición activa, la


participación del Gobierno mexicano, dentro de su ámbito de competen-
cia, se limite a la solicitud y gestión de la entrega de la persona reque-
rida al gobierno extranjero donde presumiblemente se encuentre, cuyas
autoridades decidirán soberanamente sobre la procedencia o improce-
dencia de dicha petición, con arreglo al tratado internacional que se
hubiese celebrado y a la normatividad de su derecho interno.

En este orden de ideas, cabe colegir que la petición de detención provi-


sional con fines de extradición que se reclama, constituye un acto dentro
del procedimiento respectivo que no afecta el interés jurídico del que-
joso, en razón de que sólo consiste en la petición de extradición de
una persona a un Estado extranjero, que no genera obligatoriedad alguna
para su detención y entrega a las autoridades mexicanas requerientes,
pues tal decisión corresponde, en exclusiva, a las autoridades extranje-
ras, al momento de resolver si acceden o no a la solicitud.

En tales condiciones, si la solicitud de detención provisional con fines de


extradición que se reclama de las autoridades de la Secretaría de Rela-
ciones Exteriores y procurador general de la República no constituye
una determinación que por sí misma genere afectación a los intereses
jurídicos del quejoso, sino que tal perjuicio depende enteramente de la
resolución a cargo de las autoridades extranjeras al decidir sobre si acce-
den o no a tal petición, debe considerarse que se actualiza la causa de
improcedencia prevista en el artículo 73, fracción V, de la Ley de Am-
paro, que motiva a decretar el sobreseimiento respecto de dicho acto
reclamado.

VOTO MINORITARIO
266 TRATADO DE EXTRADICIÓN

No impide arribar a tal conclusión el hecho de que el quejoso hubiese


sido detenido por orden de las autoridades del Reino de España y llevada
a cabo su entrega a las autoridades de México, puesto que, además de
que no fueron señaladas como responsables las autoridades que materia-
lizaron la detención y extradición del quejoso, aunque así hubiere suce-
dido, mediante el juicio de amparo que se resuelve no se hubiese podido
examinar la constitucionalidad de sus actos, puesto que este medio de
defensa es procedente únicamente contra actos de autoridades mexi-
canas, donde sean aplicadas las normas del ámbito jurídico-nacional,
sin que proceda para impugnar determinaciones tomadas por gobiernos
extranjeros dentro de su jurisdicción territorial y conforme a las leyes
internas que los rigen.

El sobreseimiento decretado en relación con la solicitud de extradición,


debe hacerse extensivo al tratado internacional reclamado, dado que
cuando se promueve un juicio de amparo en contra de una ley, tratado o
reglamento, con motivo de su aplicación concreta en perjuicio del que-
joso, el Juez no puede desvincular el estudio de esos ordenamientos
generales del que concierne a su aplicación, por ser este acto el que
debe causar perjuicio al promovente del juicio y no por sí solos tales
ordenamientos, considerados en abstracto.

Es aplicable la jurisprudencia publicada en el Apéndice al Semanario


Judicial de la Federación de 1995, Tomo I, página 210, de rubro: "LEYES
O REGLAMENTOS, AMPARO CONTRA, PROMOVIDO CON MOTIVO
DE SU APLICACIÓN.", transcrita en el considerando primero de este fallo.

Dada la conclusión a que se llegó, resulta innecesario ocuparse del


estudio de los restantes agravios, pues cualquiera que fuese el resul-
tado de su análisis, en nada variaría el sentido de esta resolución.

Por todo lo dicho en el presente y anteriores considerandos, lo que pro-


cede es revocar la sentencia impugnada y decretar el sobreseimiento
en el juicio.

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