Resumen Caravaglia y Marchena Capitulo 12
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Resumen Caravaglia y Marchena Capitulo 12
La mayor parte del metálico que llegaba a la península por las vías legales
transitaba a través de mecanismos comerciales. En los centros mineros se daba
un fenómeno muy especial que ya había llamado la atención de los estudiosos y
economistas de la época: el metal precioso, medida de todos los valores, pero a
su vez, mercancía, abundaba y, por lo tanto, era relativamente barato. Las
restantes mercancías escaseaban y por ende eran relativamente caras.
Está inflación se transmitía, mediante la cinta transportadora de los intercambios
mercantiles a todo el espacio colonial, pero tenía en los reales de minas su punto
más alto. Esos centros eran tributarios de Sevilla. No todo el metálico producido
era exportado, pues una par5te era atesorado por la Iglesia y por los particulares,
y otra parte era utilizada en gastos de defensa internos. Y finalmente, un
porcentaje, bastante escaso por cierto, funcionaba como circulante.
Es interesante señalar que este mismo mecanismo se volvía a repetir en la ciudad
andaluza: aquí también el metal americano era relativamente barato y las
mercancías que llegaban desde toda Europa, relativamente caras. (Circulación de
los metales)
La relación oro/plata descendía a 1:6 en China y ello explica esa fuga del metal
hacia Oriente.
Las minas requieren maderas, mulas, carruajes, sebo para alumbrar sus oscuras
galerías, ladrillos, piedra, tejas, cal y otros materiales de construcción…
Cuando en los años setenta el virrey Toledo introdujo la técnica de la amalgama
en Potosí, también se multiplicaron la fuerza de atracción de Potosí como
mercado.
El trigo y el maíz desde los valles más cálidos, encabezados por el de
Cochabamba, en el oriente andino. Los textiles vastos llegaron desde los
chorrillos, pequeños obrajes rurales, Quito y Cuzco, o desde el Tucuman, que
aportaba sus lienzos de algodón; los vinos y aguardientes desde los valles de la
costa peruana, la coca, cuyas hojas eran de vital importancia para la sociedad
indígena, desde los valles de los Yungas. Más tarde se agregaron el cacao, desde
Guayaquil o la yerba mate, que había hecho un camino increíble, desde
Asunción del Paraguay, bajando hasta Santa Fe.
Las minas iban estructurando a su alrededor círculos de aprovisionamiento
mercantil que corresponden al sistema conocido como círculos de Von Thünen.
Mecanismo que posibilita a su vez la circulación intensa de la plata dentro del
espacio colonial.
Siendo una sociedad fuertemente estratificada de antiguo régimen, el mercado
estaba recorrido por divisiones sociales profundas. En el mundo urbano colonial,
la vestimenta ocupaba un lugar central como elemento de distinción, tanto en la
vida privada, como en las ceremonias públicas.
Aparte de los metales se enviaba desde América a Europa: la grana cochinilla y
el índigo o añil, dos materias tintóreas que resultaron muy importantes para
aprovisionar la industria textil europea de la época. Después de esos productos
se hallaba el azúcar, que fue tomando mayor relevancia desde finales del siglo
XVI y creció enormemente durante el XVII. Junto con otras materias tintóreas
fue el artículo más importante en el tráfico mercantil desde la colonia lusitana y
más tarde, desde las Antillas. Finalmente, hacía el siglo XVIII se sumaron el
cacao, el tabaco y otro producto, el cuero vacuno, derivado de la explotación de
un animal originario del Viejo mundo, pero que se aclimato rápidamente en
algunas zonas americanas.
Ya desde 1503, una disposición de la Corona otorgaba a la ciudad y puerto
andaluz de Sevilla el monopolio del tráfico mercantil con las Indias. Desde allí,
dos instituciones, la Casa de Contratación y más tarde, en 1543, el Consulado de
Mercaderes serían los pilares de las relaciones mercantiles entre España y el
mundo americano, y asimismo entre Europa y sus colonias.
El producto más importante que llegaba a las costas americanas, eran…
hombres, es decir, esclavos negros que las actividades productivas de las tierras
cálidas americanas exigían cada día de forma creciente. Detrás de esa mercancía
tan peculiar se ubicaban los textiles de calidad. Asimismo debemos señalar la
relevancia de ciertos comestibles muy caros al paladar hispánico, como el aceite
o el vino, y dos o tres productos ligados a la explotación minera que escaseaban
en las colonias.
Los comerciantes americanos solían comprar los cargamentos al por mayor para
ir vendiendo después con cuentagotas y, de este modo, acentuar la escasez de
algunas mercancías, consolidando el mecanismo de restricción de la oferta