Periodo Intra y Post Operatorio Cirugía
Periodo Intra y Post Operatorio Cirugía
Periodo Intra y Post Operatorio Cirugía
Es el acto quirúrgico propiamente dicho; en él se incluyen todos los pasos preparatorios del campo
quirúrgico, la técnica quirúrgica indicada en cada caso, y la reparación de los tejidos.
En el acto operatorio propiamente dicho es de gran importancia que el cirujano bucal y su equipo tengan un
plan quirúrgico bien diseñado (protocolos terapéuticos y organización), y que en caso de que surjan
imprevistos tengan los conocimientos y el juicio necesarios para tomar decisiones acertadas con rapidez y
precisión (ingenio y capacidad de improvisar).
Comprende el lapso de tiempo entre que finaliza la intervención quirúrgica y el momento a partir del cual
puede considerarse que el paciente ya ha recuperado su estado normal. El período postoperatorio
propiamente dicho suele finalizar a los 7- 10 días, coincidiendo con la retirada de los puntos de sutura, si
éstos eran irreabsorbibles.
TRATAMIENTO LOCAL
Es el que se efectúa sobre la zona o herida postoperatoria y sobre el conjunto de la cavidad bucal. Consiste
en:
- -Limpieza de la herida con suero fisiológico estéril que elimine restos o detritus que puedan
contaminarla.
- -Compresión con gasa seca estéril sobre la zona operatoria, para facilitar la hemostasia.
- -Iniciar la ingesta entre 2 y 6 horas después de finalizada la intervención, según el tipo de anestesia
efectuada.
- -Pasadas las primeras 24 horas podrán iniciarse los enjuagues bucales con el fin de mantener una buena
higiene de la herida operatoria y de la cavidad bucal.
- Deben evitarse los irritantes de la cavidad bucal como el tabaco y el alcohol.
TRATAMIENTO GENERAL
Las actitudes y prescripciones postoperatorias de carácter general van orientadas a minimizar las reacciones
de los tejidos intervenidos que son en cierto modo fisiológicas tales como el edema o la aparición de dolor,
además de prevenir complicaciones que puedan incidir sobre ellos como sería la infección de la zona
operatoria.
-Tratamiento antiedema
El edema postoperatorio, principalmente si ha existido resección ósea, es una reacción fisiológica tras la
agresión quirúrgica. La hinchazón o edema, que a menudo se acompaña de equimosis subcutánea o de un
verdadero hematoma, aparece normalmente a las pocas horas de la intervención quirúrgica, pudiendo
progresar hasta las 48 horas.
-Tratamiento antiálgico
-Analgésicos no antiinflamatorios
Esencialmente son los derivados del paraaminofenol cuyo representante más conocido es el paracetamol
(acetaminofén); se absorbe bien y rápidamente por vía oral. Se metaboliza en el hígado y se excreta por la
orina. La eficacia y la potencia analgésica son comparables a las del ácido acetilsalicílico pero inferiores a
las de los AINEs. Al ser su vida media corta y la unión plasmática escasa, requerirá tomas frecuentes; la
dosis recomendada es de 600-900 mg cada 4 ó 6 horas, siempre por vía oral. Una de sus ventajas, al tener
una buena absorción gastrointestinal, es la rapidez con que se obtienen niveles plasmáticos terapéuticos:
empezarían a los 10 minutos y serían máximos a la hora. Tiene también efecto antipirético; a grandes dosis
puede llegar a producir necrosis hepática; es importante remarcar que en alcohólicos bastarían 3 ó 4 gramos
diarios para producir esta complicación. Es el analgésico a preferir en pacientes ulcerosos y en alérgicos al
ácido acetilsalicílico. Se recomienda también en las diátesis hemórragicas. En los pacientes que siguen
tratamiento con anticoagulantes orales puede potenciar la acción de éstos, siempre que se administre a altas
dosis.
Todos estos fármacos son esencialmente analgésicos y antipiréticos pero cuando se quiere que tengan una
acción antiinflamatoria se deberán administrar a dosis bastante más altas. Se absorben bien por vía oral; los
alimentos y los antiácidos retardan pero no modifican su absorción intestinal; traspasan la placenta y
difunden en la leche materna; se metabolizan en el hígado y se excretan por vía renal. Los principales efectos
secundarios de los AINEs son gastrointestinales de tipo menor con frecuentes epigastralgias, dispepsia,
náuseas, vómitos, etc.; estas molestias se reducen si se administran justo después de comer. Pero también hay
consecuencias mayores como son las complicaciones de tipo hemorrágico.
Ante un paciente con riesgo importante de sufrir alguna complicación hemorrágica gastrointestinal, desde el
punto de vista formal, el odontólogo no debe arriesgarse y tiene que efectuar la consulta pertinente al médico
que trata habitualmente dicho paciente; lo que sí parece comprobado es que la coadministración de un AINE
con ranitidina u omeprazol reduce sensiblemente el riesgo de hemorragia.
CONTROLES POSTOPERATORIOS
-Control de la diuresis
El paciente debe orinar voluntaria y espontáneamente en las 8 a 12 horas tras la intervención quirúrgica.
Generalmente la retención urinaria suele ser secundaria a la administración de ciertos medicamentos, en
especial los que se emplean en una anestesia general, pero también debe tenerse en cuenta la mayor
susceptibilidad de algunos pacientes como los prostáticos.
-Fiebre postoperatoria
Una hipertermia moderada de menos de 38°C, durante los 2 ó 3 días siguientes a la intervención quirúrgica,
suele ser frecuente. Se atribuye a los cambios tisulares que se producen en la respuesta inflamatoria que
genera nuestro traumatismo, y que en última instancia serían la consecuencia de mediadores químicos de la
inflamación. Si esta febrícula "fisiológica" persiste después del tercer día del postoperatorio o sobrepasa los
39°C, deberá investigarse su causa e iniciarse la administración de antipiréticos.
Ante la aparición de fiebre superior a los 39°C deben administrarse antipiréticos (ácido acetilsalicílico y
derivados, o paracetamol). No obstante no debe obviarse efectuar un examen general que comprenda:
anamnesis, inspección y examen físico local, regional y general, cultivos de sangre, orina y de líquidos de
exudación o supuración, radiografía de tórax, etc. Tras el conocimiento de la etiología de la fiebre se hará el
tratamiento causal.
Este tipo de problemas suele acontecer en el postoperatorio inmediato (primeras 24 horas) y sobre todo tras
intervenciones quirúrgicas realizadas bajo anestesia general.
Son relativamente frecuentes y en ellas se conjugan factores etiológicos quirúrgicos y anestésicos; las más
destacables son:
- Obstrucción de las vías respiratorias (edema o espasmo laríngeo, hematoma postoperatorio, cuerpos
extraños o secreciones viscosas, etc.). Su tratamiento consistirá en restablecer la permeabilidad de la vía
aérea mediante: modificación de la posición de la cabeza, intubación, traqueostomía o coniotomía de
urgencia, aspiración del material que obstruye la luz (sangre, secreciones, etc.), y se complementará con
oxigenoterapia.
- Atelectasia.
- Embolia pulmonar.
- Neumotórax.
- Neumonía bacteriana.
- Neumonía por aspiración.
Alteraciones de la presión sanguínea
ESTUDIOS PREOPERATORIOS
Según la patología actual o previa, deberán indicarse distintos tipos de estudios preoperatorios con el fin de
garantizar la adecuación y necesidades de nuestra terapéutica quirúrgica. Por este motivo es importante
valorar cuando se haya comprobado cualquier patología preexistente:
- La gravedad y cronicidad de los síntomas, y la estabilidad del estado general del paciente ante la posible
descompensación que pueda inducir el acto quirúrgico.
- La capacidad fisiológica de respuesta del paciente frente al estrés físico y psicológico.
- La medicación farmacológica o cualquier otra medida terapéutica que esté realizando para controlar su
enfermedad.