El Método de Leonardo Da Vinci

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Translator

Es humanista por excelencia


El Método de Leonardo Da Vinci
25 de Septiembre de 2009

Como hombre del Renacimiento, Leonardo buscó el saber


preciso, la descripción exacta. Óscar Jairo González
reflexiona sobre la forma como el genio abordó el universo.

EL MÉTODO DE LEONARDO DA VINCI


Leonardo, el Por: Oscar Jairo González Hernández
inventor, es
el hombre
En Leonardo da Vinci, hay una inseparable relación entre
renacentista
que
descubre ella vida y la obra, que esta mediada y apoyada en la
mndo. Foto reflexión teórica y en la práctica del arte. Esta relación es
Óscar Jairoindisoluble e indestructible en Leonardo. La invención, la
González.
creación, la obstinación, la determinación por la
apropiación de un tema, de un proyecto técnico, la observación de la
naturaleza, el deseo inconmensurable por probarlo todo y por
experimentarlo todo, lo hacen un hombre del Renacimiento y un
humanista por excelencia. Haremos una breve exposición alrededor
de lo que hemos denominado en él como: La metódica de la
observación y una relación entre la pintura y la poesía, desde su
obra El Tratado de la Pintura.

La metódica de la observación

Una de las múltiples preocupaciones que tuvo Leonardo da Vinci, sin


duda, radica en el hecho mismo de la observación. Y si bien, es de
mucha importancia para Leonardo, es necesario tratar de saber por
qué y desde dónde le concedía y le daba esa importancia a la
observación.

En Leonardo no dudamos, se dio de manera manifiesta y expresa


esta experiencia, ya que cada momento de su vida, y en sus
escritos, es bastante precisa. Queremos decir, lo que Leonardo
busca con la observación, con está metódica, es la precisión. Es una
observación racional, que pretende hallar la exactitud, la concreción
y la coherencia en las cosas y en la realidad. Esta metódica es,
pues, la de la precisión. No hay verdad, no hay proporción y no hay
simetría sin la precisión y la exactitud en la observación.

Las leyes (si la naturaleza tiene unas leyes, él también tiene las
suyas) de Leonardo se encuentran sólidamente establecidas y
presupuestadas en la observación. Pero es de indicar claramente
que esta observación tiene como elemento fundante la selección.
Decimos, no es una observación que se mueva entre las cosas, que
se lance hacia la nada sin contención y sin equilibrio, desordenada y
caóticamente, no, es una observación que selecciona lo que quiere
ver, lo que le interesa y hacia dónde está orientada, para obtener y
alcanzar lo más importante en la Naturaleza y en el intelecto.

Leonardo, es platónico en este sentido, hay un mundo de la


Naturaleza y un mundo de las ideas.

Dice Leonardo: “El pintor debe estar solo y reflexionar sobre las
cosas que ve, tratando de ellas consigo mismo para seleccionar lo
mejor de lo que ve. Él debe actuar como un espejo que se convierte
en tantos otros colores como los de los objetos que tiene delante. Él,
de esta forma, dará la impresión de ser una segunda Naturaleza.”

Y es desde aquí, desde donde Leonardo, entonces opta por la


observación como método de exploración y acercamiento a la
Naturaleza y la adapta a sus necesidades y a la dimensión y el
deseo de su búsqueda.
Esta observación metódica, estructurada y coherente, debe estar
entonces apoyada en al experiencia. No hay método sin experiencia,
la experiencia es fundamental, porque hay que ver, tocar, sentir y
reflexionar sobre los fenómenos de la naturaleza. Esa experiencia es
nodal ya que no es solamente la experiencia por ella misma, sino
que está sostenida sobre una sustentación teórica. La teoría aquí,
para Leonardo da Vinci, no es aquel producto terminado y acabado,
sino que la teoría es la experiencia, la experimentación misma, por lo
que no tiene un término, por lo que no tiene una medida que la
determine. Es una apertura incontenible, insaciable hacia el
conocimiento de todo.

En este sentido indica Leonardo: “Los que enamorados de la


práctica, prescinden de la experiencia, son como el piloto que sube
al barco sin timón o compás, y nunca saben hacia dónde se dirige.
La práctica debe basarse siempre en una teoría sólida, de la cual la
perspectiva es la guía y la entrada, y sin ella nada puede hacerse
con perfección en cualquier clase de pintura (…)”.

He aquí cómo el mismo Leonardo nos dice que tanto práctica como
experiencia, se necesitan y se requieren para alcanzar los resultados
que se buscan, pero, a la vez, también aduce que la no se puede
obtener nada sin la práctica, sí la podemos llamar así, basada en las
leyes de la perspectiva. Hay que aplicar al método la perspectiva,
para poder seleccionar, para poder memorizar, para poder entender
lo que se observa, porque sí para Leonardo las potencias son:
Memoria, entendimiento, apetito y conscupiscencia, estas deben
estar íntimamente relacionadas con la capacidad y la facultad de la
observación, por la razón y por los sentidos.

La observación metódica: “El ojo, -dice él-, al que llamamos la


ventana del alma, es el medio principal por el que la inteligencia
puede apreciar las obras de la naturaleza de la manera más
profunda y total”, es principio esencial para Leonardo, ya que le
permitió y le posibilitó mantener una constante relación con la
realidad, el mundo, su presente y su pasado, y le abrió posibilidades
hasta ese momento nunca vistas, en la concepción de la pintura y de
la pintura como una ciencia, como aquello que tiene sentido en la
medida en que es resultado de una observación que presiona a la
mente e impresiona a la sensibilidad.

La pintura y la poesía

Una de las mayores disputas que se han presentado en la historia


del arte y de los principios estéticos, es sin duda, la que hace
relación a la pintura y a la poesía. Ya desde Platón, Aristóteles y
Horacio, se había hablado sobre este tema, y principalmente en la
perspectiva de que el poeta miente o que hace ficciones, es un
fabulador e inventa leyendas que pueden ser o no verdad. Ese poder
de invención pues, es cuestionado permanentemente.

Y estas consideraciones hoy continúan siendo debatidas y


controvertidas, con sus pros y sus contras.

Leonardo da Vinci parte de un principio básico en sus reflexiones y


consideraciones en este aspecto, y es el de que: “Quien desprecia la
pintura no ama ni la filosofía ni la naturaleza (…)”, con lo que quiere
expresar que la pintura es el medio, es el instrumento real, concreto
y racional, para abordar la naturaleza, para conocerla y para
experimentarla. El hombre tiene que experimentar primero su
naturaleza y después la naturaleza naturaleza, o sea, ir de una
naturaleza interior hacia la naturaleza interior, del conocimiento
interior al conocimiento exterior. La pintura es para él parte de un
conocimiento interior y no exterior, mientras que la poesía es
exterior, ficcional. No es real, de la naturaleza, queremos decir.

La pintura es una ciencia, y: “(…) Es hija legítima de la naturaleza,


ya que la pintura nace de esta. “; mientras que la poesía: “(…) puede
atemorizar a la gente con descripciones imaginativas del infierno
(…)”. En un sentido, es también lo moral, la virtud que ha de tener el
pintor, es la intuición leonardesca de que el pintor y el poeta han de
tener una ética. Hay un atisbo importante de la ética que deben
observar ambos, para revelar las cosas de la naturaleza, para hablar
de la naturaleza que está relacionada con Dios.

El pintor hace ver y hace visible las cosas, mientras que el poeta no.
El poeta se vale del oído para participarnos de sus visiones, de sus
fantasías y de sus ensoñaciones, mientras que el pintor tiene como
soporte a la naturaleza y en la naturaleza todo es perfecto. Leonardo
admira y se asombra ante la perfección misteriosa e indescifrable de
la naturaleza. “(…) si el poeta -dice Leonardo- con sus
conocimientos por medio del oído, el pintor lo hace por medio de la
vista, sentido éste más noble (…)”. Y si el poeta es el inspirado, el
pintor no, el pintor es racional, ordenado y sistemático en lo que
hace. No hay musa para el pintor, podría decir Leonardo, hay
disciplina y método.

Y si la pintura, que es ciencia, hace manifiesta la naturaleza, hasta


en sus más ínfimos y mínimos detalles, la explora con obsesiva
dedicación, se involucra como un poseído (tensión extrema de la
razón) con ella, la examina hasta en sus más recónditos espacios,
etc; es porque el pintor tiene más preparación y formación
estructurada para realizar esta tarea, más comprometido, más
responsable con la naturaleza, y no así el poeta, que puede
fantasear sobre la naturaleza, pero que no alcanza a captarla en su
plenitud. No tiene la ciencia y así: “(…) El poeta no puede conseguir
con su pluma lo que el pintor con su pincel” Observador de sí mismo
y de la naturaleza, fue, es y será Leonardo da Vinci, tras la
construcción sensible y racional de un método que le llevo a
descubrir e inventar nuevas maneras de hacer mundos.

BIBLIOGRAFÍA:

DA VINCI, Leonardo. Cuaderno de notas. Madird. M.E. Editores.


1993. Págs. 94-99, 117 y 119.
GOMBRICH, E. H. Historia del arte. Madrid. Alianza Editorial. 1984.
VÁLERY, Paul. Escritos sobre Leonardo da Vinci. Madrid. Visor.
1996.
Profesor Departamento de Humanidades. Universidad Eafit.
Noticias relacionadas Comentar Recomendar este artículo
Imprimir

También podría gustarte