1 - La Comunicación y El Siglo XXi
1 - La Comunicación y El Siglo XXi
1 - La Comunicación y El Siglo XXi
Cuanto mayor es la presencia del OTRO, hoy en día omnipresente sobre todo por la
multiplicación de los intercambios que propone la tecnología y la hipervisualización que
generan los medios de comunicación, más importante resulta conocer las reglas de la
comunicación y sus estrategias.
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La base del presente texto es el libro “Pensar la Comunicación”, de Dominique Wolton.
antes que nada un fenómeno normativo, interpersonal y de intercambio con el Otro. No
es posible una vida individual y colectiva sin comunicación.
Más allá de las diversas ópticas que registra la definición de la comunicación, todas ellas
confluyen en el concepto de interacción.
De todos modos no debe confundirse estas dos dimensiones con los protagonistas de la
comunicación.
Puede haber comunicación directa entre dos personas que persiga un objetivo puramente
funcional, en la que una le de a la otra una instrucción a otra para ser cumplida, y ese
cumplimiento deja evidente la eficacia de esa comunicación.
Por eso es falso oponer “la autenticidad de las relaciones privadas” a “la funcionalidad de
las relaciones sociales”. No todo es como parece. La Comunicación tiene en definitiva una
doble hélice que la impulsa, la doble hélice compuesta por los valores normativos y
funcionales, valorizando la importancia del individuo moderno y de las sociedades
complejas de nuestro siglo XXI al mismo nivel.
El Ecosistema Comunicativo
La comunicación es una red de interacciones y relaciones simbólicas entre las personas
que afecta a todos los comportamientos que se dan en la vida institucional y cotidiana. 2
2
Barbero, Jesús. Cultura/Tecnicidades/Comunicación. En Tres espacios lingüísticos ante los desafíos de la
mundialización: Actas del Coloquio Internacional, París, 20 y 21 de marzo de 2001
también de la manera en que esas máquinas y dispositivos nos revelan la realidad en la
que vivimos, es decir, la tecnología del siglo XXI no son solo computadoras, robots,
internet y celulares, sino su impacto en nuestra forma de vivir en una realidad en la que la
computación y los avances en comunicación son parte ineludible de la actualidad.
Pero como vivimos en un entorno cultural, un marco de relaciones que es una creación
humana, todas nuestras relaciones con la realidad no se dan de manera directa sino que
entre nosotros y las circunstancias existen influencias, factores que inciden en nuestra
mirada y comprensión de las cosas, prácticas culturales que nos significan, nos expresan,
a todos esos factores les llamaremos mediaciones.
Las mediaciones son variadísimas: comunican al sujeto con un objeto, a sujetos entre sí,
al adentro y el afuera, a lo sagrado y lo profano, a lo ocurrido y lo posible, al ayer y el
mañana. Sin mediaciones comunicativas el ser humano estaría incapacitado de
comprender y transformar su realidad. Y esas mediaciones están dadas por signos y
técnicas que componen la cultura: herramientas, convenciones, imágenes, clase social,
escrituras, rituales, cultos, relojes, medidas, espejos, leyes, dioses, miedos, memoria,
esperanza, instituciones.
Me comunico con alguien por medio de palabras o gestos, me informo por medio de la
televisión o la radio, mi rol en la escuela se da por medio de normas, me relaciono con
mis amigos por medio del celular, me comunico con dios por medio de un ritual, me
contacto con el tiempo por medio del reloj, puedo saber si estoy lejos o cerca por medio
del sistema métrico, me relaciono con mi aspecto externo por medio del espejo, me
relaciono con mi aspecto interno por medio de un ejercicio de meditación, me comporto
en sociedad por medio de leyes, recuerdo a mis ancestros por medio de la memoria, me
vinculo con el futuro por medio de la esperanza, me curo por medio de la medicina,
entiendo la realidad por medio de mi marco de ideas, construyo mi marco de ideas por
medio de mis experiencias y mi familia, tomo decisiones de consumo por medio de mis
amigos, establezco relaciones de poder por medio de mi posición socio-económica, me
emociono ante una obra de arte por medio de mi sensibilidad, me vinculo con el arte por
medio del lugar donde vivo, y así hasta el infinito.
Básicamente existen dos tipos de mediaciones, las llamadas innatas y las históricas. 3
Las mediaciones innatas son las que no están sometidas a cambios sino que
acompañan a la totalidad de los humanos desde siempre, por ejemplo: capacidad
simbólica, facultad lingüística, el juego, la imaginación, la percepción del tiempo y el
espacio, el imaginario colectivo 4, la memoria, la narración, la esperanza, lo sagrado, lo
trascendente, la socialización.
Las mediaciones históricas son las generadas por la cultura, dependen del tiempo y el
espacio geográfico de cada sociedad y están condicionadas por las mediaciones innatas.
Aquí encontramos a las tecnologías como la escritura, el libro, la imprenta, la televisión,
Internet, los géneros, convenciones icónicas (visuales), estilos. El hombre es un hacedor
de tecnologías (mediadores), es un Homo Faber permanente, y la comunicación es una
práctica atravesada desde siempre y de manera sostenida por dispositivos, desde la
escritura a la campana, de la imprenta a la computadora.
Como manifiesta el sociólogo español Manuel Castells, lo que está cambiando en nuestro
tiempo es la capacidad de utilizar productivamente, en base al avance tecnológico, lo que
siempre ha sido la cualidad distintiva del ser humano: el procesar símbolos.
3
Duch, L. y Chillon, A., Un Ser de Mediaciones. Antropología de la Comunicación Vol. I. Ed. Herder,
Madrid, 2012.
4
El concepto de “imaginario” es utilizado en ciencias sociales para indicar la mentalidad, la cosmovisión o la
conciencia de un hombre o de un conjunto de personas que comparten esa misma forma de mirar la realidad.
Procesar símbolos es lo que esencialmente hace cualquier ser humano cuando habla,
cuando piensa, cuando escribe, cuando diseña, cuando mira televisión, cuando juega,
cuando sueña y en casi todas sus actividades cotidianas, vivimos procesando símbolos,
somos animales simbólicos.
Lo que sucede en el siglo XXI es que esa capacidad de procesar símbolos ha sido
potenciada de modo exponencial por la tecnología y aplicada a la generación de riqueza a
partir del uso de las comunicaciones a distancia o de los aparatos cibernéticos. Así por
medio del procesamiento de información (símbolos) se hacen transacciones comerciales,
se producen bienes destinados al ocio y el entretenimiento, se robotizan las fábricas, se
ama, se intercambia, se interrelaciona todo el planeta.
Por esta razón es que la tecnología de la Comunicación debe ser entendida no como un
mero dispositivo para comunicarse sino en una nueva forma de percibir la realidad y
nuevo lenguaje, producto de nuevas sensibilidades y nuevas escrituras.
Cada vez más las fronteras entre saber e información, entre saber experto y experiencia
personal se van volviendo más tenues, más difusas, porque al compartir todos el mismo
ecosistema de comunicación las fuentes del conocimiento se van des-concentrando de su
centro escolar, se van dispersando, y hoy ya no solo en las entidades educativas es
posible aprender y no solamente la cultura del libro es la única legítima transmisora de
conocimientos.
Existe aquí un problema ya que la escuela, antes el centro exclusivo del conocimiento, y
la familia como transmisora de valores y socialización, hoy deben competir en ese
aspecto con el centro neurálgico del Ecosistema Comunicativo que son los medios de
comunicación, esencialmente los medios audiovisuales. En este marco la escuela debe
dejar esa tradicional actitud defensiva de considerarse atacada y por ende rechazar a los
medios y las tecnologías como “malos”, para encarar una nueva etapa de búsqueda de
inclusión e intercambio con esos otros saberes que ya han dejado de pertenecer solo a la
escuela sino que son parte del intercambio fluido de la comunicación en nuestra sociedad.
“La verdad es que la imagen no es lo único que ha cambiado. Lo que ha cambiado, más
exactamente, son las condiciones de circulación entre lo imaginario individual (por
ejemplo, los sueños), lo imaginario colectivo (por ejemplo, el mito), y la ficción
(literaria o artística). Tal vez sean las maneras de viajar, de mirar, de encontrase las
que han cambiado, lo cual confirma la hipótesis según la cual la relación global de los
seres humanos con lo real se modifica por el efecto de representaciones asociadas con
las tecnologías, con la globalización y con la aceleración de la historia”.
Uno de los componentes fundamentales del Imaginario Social son los mitos. Por ejemplo
el mito de que los jóvenes son revoltosos y rebeldes, o que las mujeres son más débiles
que los hombres o que los disciplinados son más estudiosos, o que el nosotros es más
valioso que el ellos. Al formar parte del imaginario social los mitos organizan el
comportamiento de los grupos, porque se consideran “naturales”, perdiéndose de vista
que ese imaginario, que esos mitos, son construcciones socioculturales. Por eso para
cambiar esos mitos del imaginario debe primero modificarse las prácticas sociales, y eso
es lo que ha pasado con los cambios operados en la comunicación y sus prácticas.
Si el imaginario es un conjunto de significaciones que permiten organizar la realidad y
hace que los miembros de una sociedad coincidan y acepten una serie de premisas
(mitos), ese imaginario afecta nuestras emociones y nuestros deseos.
Así sucede con nuestra visión del cuerpo. Hoy la visión colectiva, nuestro sensorium, en
relación al cuerpo se ha modificado, se ha ido aligerando en base a los cambios de las
prácticas sociales, a la ampliación de libertades, al avance de la superficialidad y el
predominio de lo visual. Del mismo modo ya no se sostiene la idea de que un “buen
estudiante” es un joven “disciplinado”, ya que el modelo de buen estudiante se vincula hoy
también con la creatividad y la sensibilidad.
Cuando dos personas entablan un diálogo se comunican, pero ninguna de esas personas
inventó ese lenguaje. Por eso el lenguaje debe considerarse una herramienta social,
pertenece a la sociedad.
Existe un cuarto modo básico que se ha convertido en nuestro tiempo y nuestra cultura en
el modo de comunicación fundamental y más utilizado que es el de la imagen.
Si existe una intención cuando se formula una comunicación necesariamente debe existir
un objetivo, y para cumplir objetivos se requieren elaborar estrategias para lograrlo.
1. Anticipar
La comunicación lingüística reviste siempre un carácter anticipatorio.
Jugar a entender por anticipado lo que nos va comunicando nuestro interlocutor, ejercer lo
que se llama la facultad de "la empatía", es uno de los objetivos esenciales de la
comunicación.
Un factor trascendente es que Otro se vuelve menos amenazante cuando logramos tener
una anticipación posible a su comportamiento, cuando tenemos empatía con él.
2. Modificar
La comunicación, además de anticipar, tiende a modificar las actitudes ajenas, ya que el
lenguaje es siempre lenguaje para la acción.
La intención por modificar una conducta puede lograrse por medio de la PERSUASIÓN
(estrategia clásica del siglo XX) o por medio de la SEDUCCIÓN (estrategia típica de
nuestro tiempo).
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Aunque hay quienes que consideran que puede producirse Comunicación sin intencionalidad, sin que el
emisor sea conciente de la existencia de un receptor, pero que sin embargo produce en este último cambios y
modificaciones.
que la seducción es un proceso esencialmente emotivo de mayor superficialidad y por
ende de menor permanencia temporal, con mayor tendencia al cambio.
3. Interactuar
El tercero de los objetivos de la comunicación es la interacción, la asunción recíproca del
rol del Otro, tomar imaginariamente el lugar del Otro. Juego de empatías, juego de
socialización. Es sin duda el concepto aglutinante del fenómeno comunicativo, el que está
presente en cada perspectiva y en cada abordaje de este fenómeno.
La Expresión y la Comunicación
Nuestro tiempo, la posmodernidad del siglo XXI, valora la expresión como forma de
comunicación porque expresar es para nosotros sinónimo de ser libre, y ser libre hoy
constituye el valor más preciado de la individualidad.
Todos queremos ser escuchados, todos queremos que nuestras expresiones sean
recibidas. Pero si todos queremos lo mismo, ¿hay alguien dispuesto a escucharnos?
Expresión y Comunicación no son por ende sinónimos naturales, pueden serlo, pero no
siempre lo son. De hecho la expresión bien puede formar parte de un monólogo del que el
otro no sea parte.
Por ello las llamadas Ciencias de la Información y la Comunicación (CIC) no son una
disciplina sino una multidisciplina, es decir, una multiplicidad de enfoques científicos
destinados a analizar un mismo objeto de estudio por demás complejo e interdisciplinario.
Según el análisis de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) podemos sostener que
la multidisciplinariedad en su profundidad significa la posibilidad de una verdadera co-
elaboración intelectual de parte de las diversas disciplinas involucradas, cuyos resultados
no podrían haber sido producidos aisladamente. Para que esto pueda producirse es
necesario que previamente haya sido establecido un terreno común, y en nuestro caso
ese terreno común es el de la Comunicación.
Sobre esta relación entre comunicación y sociedad se presentan diversas corrientes que
varían su mirada sobre este fenómeno.
Los optimistas consideran que todo los que surge de las técnicas de comunicación es
positivo, un instrumento de la transformación social y económica.
Los críticos denuncian los desvíos de la comunicación, de los medios, de sus intereses y
sus ideologías. Sostienen que las industrias culturales dominan a la sociedad.
Los nihilistas manifiestan una doble desconfianza, hacia la sociedad y hacia el hombre,
por lo cual la comunicación no sirve para mejorar las relaciones humanas; los individuos
son sometidos por las técnicas y engañados por ellas. Las imágenes falsean la realidad,
generan simulacros.
Por ello estamos frente aun objeto de estudio muy particular, pero muy importante, que
requiere la aplicación de los especialistas para reflexionar sobre la comunicación humana,
social y técnica, en definitiva, una visión rigurosa y científica.
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PINEDA de ALCAZAR, Migdalia, Los Paradigmas de la Comunicación: Nuevos enfoques teórico-
metodológicos. Diálogos de Comunicación. Nros. 59/60. Octubre 2000