Novena de Difuntos
Novena de Difuntos
Novena de Difuntos
ORDEN
1. SALUDO Y BIENVENIDAD
2. ACTO DE CONTRICCION
3. ORACION INICIAL PARA TODOS LO DIAS
4. REZO DEL SANTO ROSARIO
5. LECTURA DEL DIA
6. ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS
Amable Salvador, Jesucristo. Eres el Rey de reyes en el país de la dicha. Te pido que
por tu misericordia oigas mi oración y liberes las almas del Purgatorio, en particular,
N... Llévalas de la prisión de las tinieblas a la luz y libertad de los hijos de Dios en el
Reino de tu gloria. Amable Salvador, te doy gracias por haber redimido las pobres
almas con tu preciosísima Sangre, salvándolas de la muerte eterna.
Dios Espíritu Santo, te doy gracias por todos los beneficios con que has santificado,
fortalecido y aliviado a estas benditas almas y en especial por consolarlas en los actuales
sufrimientos con la certeza de la felicidad eterna. Que pronto se unan contigo y oigan
aquellas benditas palabras que las llaman al hogar del Cielo: "¡Vengan, los Bendecidos
por mi Padre! Tomen posesión del Reino que ha sido preparado para ustedes desde el
principio del mundo" (Mt 25, 34).
Oración final para todos los días.
¡Oh Dios! Nuestro Creador y Redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y
volvió a Ti glorioso. Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe (especialmente
N...) Participen de su victoria y disfruten para siempre de la visión de tu gloria donde
Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz.
Amén.
María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los
que han muerto en el regazo del Señor. Amén.
Día primero:
LECTURA BIBLICA: “Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Se
remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”
Is 40, 31.
Señor mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y
santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que por no haberla
tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes aplicar nuestros sufragios y
llevarlos pronto de aquellas penas al cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre
purísima y de San José.
Día segundo:
Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos
como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y
más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las
ánimas de nuestros hermanos del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus
hermanos del cielo.
Día tercero:
Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra:
concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no
pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del
regalo, satisfacer en ésta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a
ellos y a todos llévalos pronto a su descanso.
Día cuarto:
Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este
mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los
que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos
y a todos los pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna.
Día quinto:
Lectura bíblica: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida” Jn 8, 12.
Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no
tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no
hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta
misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su
descanso eterno.
Día sexto:
Lectura bíblica: “Bendice, alma mía al Señor: ¡Dios mío qué grande eres! Te
vistes de belleza y majestad la luz te envuelve como un manto” Salmo 104
Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y
distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del purgatorio, pero
especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos está novena, para
que logren el descanso eterno.
Día séptimo:
Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo
bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los
purificas en el purgatorio con terribles tormentos: te suplicamos, Señor, por los que
murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos
la gloria y a nosotros recibir bien los últimos sacramentos.
Día octavo:
Lectura bíblica; “Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey” Salmo
144
Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los
bienes terrenales y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se
purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y
colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar
de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos.
Día noveno:
Lectura bíblica: “Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí, aunque
muera vivirá.” Jn 11,25.
Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa: mira
propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora de ver tu faz, de
recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y; mirándolos, compadécete de sus penas y
perdona lo que les falta para pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras
y sufragios, los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto
salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la gloria eterna.