Sintesis Inteligencia Emocional

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Síntesis: La Inteligencia Emocional aplicada en los Estudiantes Universitarios

Freddy Bayona
Corporación Universitaria Minuto de Dios
2021

Hoy día, la sociedad actual está sumergida dentro de un ambiente confuso y dinámico,
donde concurren cambios de índole social, económico, político y cultural, que afligen al
funcionamiento de las organizaciones y de las personas en lo concerniente a la relación
trabajador-organización. Ante la escasez de respuestas a las impertinencias del entorno, nace
también la necesidad de suscitar el crecimiento y desarrollo de los trabajadores, como mecanismo
para lograr los objetivos organizacionales, siendo de gran importancia dentro del ejercicio
deseado y los factores motivacionales (Meñaca, Cazallo, Sanz, Bascón, Simanca y Palacio,
2017).

La inteligencia emocional, es un componente importante para el éxito académico, laboral


y la vida cotidiana. Promover una forma inteligente de sentir, manejar emociones y relacionarlas
con la conciencia propicia para adaptación al medio. El cociente intelectual y emocional, aunque
autónomos, prometen una imagen más compensada de la inteligencia general. Es significativo el
diseño de currículos pedagógicos con énfasis en aspectos cognitivo, emocional e interaccionar, ya
que estos se relacionan con el rendimiento académico, el ajuste psicológico y el desempeño
laboral.

El informe presentado por Jacques Delors (1994), insta en la participación de la pedagogía


en la edificación del proyecto de vida personal y sociedad a partir de cuatro pilares
fundamentales:

 aprender a ser
 aprender a conocer
 aprender a hacer
 aprender a convivir.

El desarrollo de las destrezas relacionadas con la Inteligencia Emocional (IE), ha


manifestado tener una atribución objetiva en las dimensiones de índole social, académica y
laboral. Los alumnos con un coeficiente de inteligencia alto, presentan mayor autoestima,
bienestar, satisfacción positiva tanto emocional como interpersonal, apoyo social y baja
disposición en comportamientos agresivos o violentos, asi como bajos síntomas físicos, ansiedad
y depresión.

Inteligencia emocional y rendimiento académico

Según el aporte por Durlack y Weissberg (2011), manifiestan que la educación


socioemocional, acrecienta el aprendizaje académico. Según Goleman (1998), las competencias
emocionales son más importantes para el éxito laboral que el intelecto y el conocimiento técnico,
por lo que permite instaurar conexiones entre el razonamiento, las habilidades emocionales y las
estrategias de resistencia. La IE se relaciona con el control emocional, la habilidad para negociar,
la automotivación, la persistencia, la empatía y la calidad de las relaciones interpersonales, el cual
se convierten en un factor que predice el buen desempeño en contextos educativos y laborales.

La importancia de la Inteligencia Emocional, se basa en la disolución causada por la


teoría del coeficiente intelectual (TCI), que se apoya en las habilidades matemáticas y
lingüísticas, el cual predice el rendimiento académico y el éxito profesional, pero no vislumbra su
evolución a futuro, dicho de otra manera, no estudia la relación entre la IE y el éxito de los
individuos, debido a las competencias sociales y emocionales que comprende. Desde hace
algunas décadas, se está produciendo un cambio en el mercado laboral donde se busca en los
individuos algo más que la formación o experiencia demostrable. Dicha búsqueda se centra en las
actitudes y aptitudes por la cuales el individuo demuestra su capacidad para relacionarse con los
demás y con él mismo, con el fin de poder predecir si el futuro trabajador va a fracasar o por el
contrario podrá llegar a ser un trabajador “estrella” (Goleman, 1998).

En este orden de ideas, Higueras-Galán (2019), destacan el aporte de la IE en relación con


el liderazgo organizacional con responsabilidades ecuánimes, ya que si no son capaces de una
comunicación asertiva, difícilmente podrán exponer los objetivos y necesidades académicas y
empresariales que por ende, no podrán dar cumplimiento a las expectativas. Lo anterior se
fundamenta en teorías comportamentales de ideología, que presenta al líder con respecto a los
demás ya que tienen un dirigente comprometido, y llevara a sus seguidores a q vayan a hacer lo
mismo y de esta forma compartir el mismo objetivo.
Concluyen que el déficit en habilidades de IE afecta a los estudiantes dentro y fuera del
aula, especialmente en cuatro áreas: rendimiento académico, bienestar y equilibrio emocional, en
cuanto a establecer y mantener la calidad en las relaciones interpersonales y en el surgimiento de
conductas disruptivas. Así, los universitarios con mayor IE reportan menor grado de síntomas
físicos, depresión, ansiedad social y mayor empleo de estrategias de afrontamiento activo en la
solución de problemas, e igualmente presentan mayor número de relaciones significativas
positivas y potencial resiliente. Este panorama contrasta con la formación tradicional que enfatiza
las habilidades académicas dejando de lado los componentes de la IE.

Por otro lado, Carrasco (2004) finaliza comentando y aportando que las mujeres hacen un
uso de la autoridad de manera multidireccional y multidimensional, lo que favorece al desarrollo
de los valores y las acciones agrupadas debido al superioridad de la creación de redes informales
y fomento de vínculos entre los miembros de la organización, al tiempo que promueven el uso
compartido de los recursos. En definitiva, lo que se quiere con esta breve síntesis, es identificar
qué habilidades de la IE están más presentes en los estudiantes universitarios, con el fin de
identificar las aptitudes más destacadas que ayuden a orientar la formación profesional de los
mismos y les permita obtener el éxito individual. Por último, hay que mencionar que, pese a que
existen individuos que están más dotados de manera innata en lo relativo a la IE, esta se puede
aprender si las personas están motivadas y lo desean (Serrat, 2017).

Carrasco, J. M. R. (2004). Percepción y medida en la reputación empresarial. Economía


industrial, 3, 117-129.

Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro.


Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI,
Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.

Durlak, J. A., Weissberg, R. P., Dymnicki, A. B., Taylor, R. D. y Schellinger, K. B. (2011). El


impacto de mejorar las relaciones sociales de los estudiantes y aprendizaje emocional: un
metanálisis de intervenciones universales basadas en la escuela. 82 (1), 405-432.
Https: //doi.or
G / 10.1111 / j.1467-8624.2010.01564.x

Goleman, D. (2010). La práctica de la inteligencia emocional. Editorial Kairós.

Higueras-Galán, M. D. (2019). LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LOS EQUIPOS DE


TRABAJO.

Meñaca, I., Cazallo, A. M., Sanz, D. A., Bascón, M., Simanca, J., y Palacio, B. E. (2017).
Modelización de los factores de motivación en el puesto de trabajo. Revista
Espacios, 38(58).

Serrat, O. (2017). Comprender y desarrollar la inteligencia emocional. En Soluciones de


conocimiento (págs. 329-339). Springer, Singapur.

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