Lectura El Cubo de La Dificultad

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El cubo de dificultad y las tres etapas


del proceso de aprendizaje
(capítulo 2)

El aprender es mucho más agradable cuando se está convencido de que lo que se está
aprendiendo y la manera en que se está aprendiendo tienen sentido. Por lo tanto, se desarrollan
en este capítulo dos marcos de referencia para ayudarte a aprender con casos: (1) una
presentación del reto educativo contenido en el caso y cómo este reto se traduce a las
dimensiones del Cubo de dificultad de un caso; (2) un panorama general de las tres etapas del
proceso de aprendizaje que constituyen la parte central de este texto.

Los participantes en una experiencia de aprendizaje con el método de casos siempre están
limitados por el tiempo. Toma tiempo leer, analizar y discutir cada caso. El objetivo es aprender a
preparar casos de manera rápida y efectiva. Para alcanzarlo, se necesita: (1) saber mejor dónde
invertir el tiempo para cada caso y (2) desarrollar un proceso para el estudio y preparación de
casos que te ayude a lograr consistentemente resultados superiores.

El reto educativo de un caso y el cubo de dificultad

La dificultad o el reto educativo de un caso puede visualizarse a lo largo de tres grandes


dimensiones: analítica, conceptual y de presentación. Cada dimensión tiene tres niveles de
dificultad. En la Figura 2-1 la dimensión analítica se representa en el eje A, la dimensión
conceptual en el eje C, y la dimensión de presentación en el eje P.

Figura 2-1. Las tres dimensiones de la dificultad de un caso

Texto extraído de: Leenders, Michel R.; Erskine, James A.; Mauffette-Leenders, Louise. "Aprende con casos", Ivey
Publishing, 2005. Capítulo 2.
El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

La dimensión analítica

La dimensión analítica de un caso plantea la pregunta, "¿Cuál es la tarea del lector de un caso con
respecto al problema o a la cuestión central del caso?" La tarea analítica depende de cómo se
presente la decisión en el caso.

El caso puede escribirse indicando el problema, las alternativas consideradas, los criterios
utilizados y la decisión final tomada. Por ejemplo, "María López, gerente de finanzas de la
compañía Excélsior, necesitaba fuentes adicionales para financiar un proyecto de expansión y,
después de considerar un préstamo o emisión de acciones, decidió que un préstamo era lo mejor".
La tarea del participante consiste en evaluar si la decisión tomada fue la apropiada y si el proceso
seguido fue correcto; si pudieron haberse considerado otras alternativas y cuáles podrían ser las
consecuencias en el futuro.

Este tipo de caso tiene un nivel de dificultad analítica de uno. En otras palabras, la tarea del
participante es la más sencilla en la dimensión analítica. Por cierto, estos casos tienden a ser un
poco aburridos. La mayoría de los participantes en el proceso de aprender con casos reconocen
que en el momento en que tienen la oportunidad de estudiar un caso, la situación descrita en el
mismo probablemente ya ha sido decidida en la vida real. Sin embargo, hay una diferencia entre
reconocer esto o que se te diga en el caso. Es un poco difícil trabajar atentamente en estos casos
con nivel de dificultad uno cuando ya se sabe la decisión que en realidad se tomó.

Puede escribirse un caso exactamente acerca del mismo problema, indicando o no algunas de las
alternativas, pero excluyendo la decisión final. Este tipo de casos es del segundo nivel de dificultad
en la dimensión analítica y el más comúnmente encontrado en el método de casos. Usando el
ejemplo de la señorita López, anteriormente citado, el caso podría presentarse de la siguiente
manera: "La señorita López, gerente de finanzas de la compañía Excélsior, estaba considerando
fuentes adicionales para financiar un proyecto de expansión y quería determinar si tomar un
préstamo o emitir acciones sería lo más apropiado para obtener capital". La tarea del participante
ahora consiste en analizar la situación, generar otras alternativas, evaluar todas las alternativas a
la luz de criterios de decisión específicos, tomar una decisión y desarrollar un plan de acción y
ejecución.

Un caso sube al tercer nivel de dificultad en la dimensión analítica cuando aun la decisión que hay
que tomar no está identificada. Tan sólo existe una descripción de la situación. Por ejemplo, "La
señorita López, gerente financiera de la compañía Excélsior, estaba evaluando la situación
financiera de su corporación". Ahora la tarea del participante consiste en analizar la situación,
descubrir si es necesario o no tomar una decisión (o más), qué alternativas podrían considerarse,
qué criterios de decisión deberían aplicarse y cuál alternativa es preferible sobre las otras, cómo
podría llevarse a cabo y cuáles podrían ser los resultados. Este tercer nivel de dificultad en la
dimensión analítica, ¡requiere un arduo trabajo!

Así, la manera en que se presente la decisión en el caso puede representar diferentes niveles de
dificultad analítica para el participante. Cuanto más difícil sea la dimensión analítica,
probablemente requerirá más tiempo el análisis del caso.

La dimensión conceptual

La dimensión conceptual o teórica de un caso plantea la pregunta: "¿Qué teorías, conceptos o


técnicas podrían ser de utilidad para el entendimiento y/o resolución de la situación presentada en
este caso?"

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

Los conceptos o perspectivas teóricas pueden estar incluidos en capítulos o en artículos de lectura
asignados para cada caso, o como parte de la información contenida en el propio caso. También
pueden haber sido cubiertos con anterioridad en el curso o en otros cursos. O bien, pueden
aparecer después del caso, una vez que la discusión del caso haya establecido que es necesario
contar con una perspectiva teórica. Al momento de diseñar un curso, el profesor toma una decisión
sobre la mejor manera de integrar los conceptos y teorías en la práctica. Los casos comúnmente
presentan e ilustran más conceptos, teorías, o técnicas de lo que la mayoría de la gente cree.

Al igual que la dimensión analítica, la dimensión conceptual de un caso se divide en tres niveles de
dificultad. La dificultad en el sentido conceptual incluye dos aspectos. Primero, ¿Cuán difícil es el
concepto o teoría?, ¿Puede alguien no familiarizado con esta idea entenderla tan sólo con la
lectura cuidadosa en un libro de texto, o en un artículo, sin tener que recurrir a más explicaciones
en clase? Si es así, este concepto es simple y se le asigna el primer nivel de dificultad. Segundo,
la dificultad conceptual se relaciona con el número de conceptos que habrán de utilizarse de
manera simultánea para hacer frente a la decisión o problema sobre el cual se enfoca el caso. Uno
o dos conceptos simples constituyen un nivel de dificultad del nivel primero.

Fácilmente puede verse qué es lo que hace aumentar el nivel de dificultad conceptual de un caso.
Un concepto simple se torna complejo, requiriendo prolongadas y repetidas discusiones y
explicaciones en clase, en ocasiones hasta el punto que sea necesaria una exposición en clase
por parte del profesor y otras veces por medio de ejercicios. De un solo concepto se pasa a
muchos. Esta es la razón por la cual los cursos integrantes, que requieren material teórico, y de
otros cursos como prerrequisitos, tienden a tener un nivel importante de dificultad conceptual.

Los participantes en el proceso de estudio con casos, requieren tiempo para aprender cuáles son
los conceptos pertinentes o las ideas teóricas y cómo pueden aplicarse en el contexto de cada
caso. La dificultad conceptual es una noción relativa. Lo que puede ser difícil para algunos puede
no ser igualmente difícil para otros que son particularmente hábiles para comprender algún
concepto en especial o que ya lo hayan aprendido antes.

El invertir tiempo para reflexionar acerca de cuáles conceptos, teorías o técnicas surgen en el
estudio de un caso te ayudará a preparar y fundamentar el análisis.

La dimensión de la presentación

El tercer reto educativo en un caso se relaciona con la dimensión de la presentación, la cual brinda
una oportunidad para desarrollar habilidades para la clasificación y organización de la información.
Plantéate la pregunta: "¿Qué es lo verdaderamente importante y qué datos me quedan aún por
obtener?"

La dimensión de la presentación también se divide en tres niveles de dificultad. En el primer nivel


de dificultad, el caso:

1. es breve;
2. está bien organizado;
3. contiene casi toda la información pertinente;
4. contiene muy poca información superflua;
5. está presentado en un formato simple, sencillo y, normalmente, por escrito.

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

Un caso así puede leerse rápidamente y la información pertinente puede captarse con facilidad.
De hecho, una de las críticas del método de casos es precisamente este aspecto. El argumento es
que en la vida real los problemas y las decisiones no se le presentan al que toma decisiones de
manera tan clara, nítida y bien organizada. En realidad, estos casos son muy útiles para
propósitos educativos, ya que permiten concentrarse en las otras dos dimensiones de dificultad de
un caso sin abrumar a los estudiantes con el reto de una presentación demasiado compleja.

Es fácil darse cuenta de que el nivel de dificultad relacionado con la dimensión de presentación de
un caso puede aumentar al cambiar uno o varios de los puntos previamente mencionados. Así:

1. lo breve se vuelve extenso;


2. lo bien organizado se vuelve desorganizado;
3. la información pertinente disponible se vuelve en información pertinente ausente;
4. la escasa información irrelevante, se hace abundante;
5. un formato sencillo, probablemente escrito, se convierte en múltiples formatos, tales
como: documentos escritos con cintas de video, con bases de datos, etc.

Cuanto más grande sea el nivel de dificultad en la dimensión de presentación, mayor será el
tiempo que los participantes deberán invertir para leer, clasificar, poner orden de preferencia,
identificar información ausente, organizar y estructurar los datos. Todas estas habilidades te serán
necesarias y útiles.

El Cubo de dificultad de un caso

Los tres niveles de dificultad a lo largo de cada uno de los tres ejes crean un cubo que contiene
27, sub-cubos (véase la Figura 2-2). De esta manera, un caso ubicado en la posición (3,3,3) es
aquel donde el estudiante será retado a identificar el problema; podrá ser que encuentre dificultad
para entender los conceptos o teorías que tiene que utilizar; y que encuentre dificultad adicional ya
que el caso es extenso, con información superflua y no presentada de manera clara. Tales casos
comúnmente se utilizan al final de algún curso o programa.

En contraste, un caso (1,1,1) es relativamente simple en cada una de las dimensiones. Identifica
tanto el problema como la solución; es simple en cuanto a conceptos, y contiene toda la
información relevante; y además, el material está presentado de manera clara. Tales casos
comúnmente se utilizan al principio de un curso o programa.

Una medida total de la dificultad de un caso puede establecerse utilizando la suma aritmética de
las tres dimensiones. Una dificultad total de entre 3 y 6, por ejemplo, oscila desde lo sencillo en el
punto 3 a lo medio en el punto 6. Entre 7 y 9, el caso puede encontrarse en el extremo superior de
la escala de dificultad. Podrás encontrarte con casos del tipo (3,3,3) que pueden al principio,
parecer extraordinariamente difíciles. En vez de rendirte, encontrarás que el enfoque sugerido en
este libro te permitirá empezar de manera razonable, aun si no logras una comprensión total en el
tiempo disponible.

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

Figura 2-2. El cubo de dificultad de un caso

Entender la posición en el Cubo de dificultad de un caso te permite asignar el tiempo de


preparación de una manera apropiada. Un caso (3,1,1) obviamente requiere más tiempo en la
dimensión analítica que en las otras dos dimensiones. Un caso (1,3,1) requiere una concentración
significativa en la dimensión conceptual y puede considerarse como un caso que "requiere poca
lectura y mucho pensar". Un caso (1,1,3) te empujará a clasificar y concretar la información dada.
Un caso (3,3,3) te exige una extraordinaria cantidad de tiempo y esfuerzo en todas las tres
dimensiones.

El Cubo de dificultad de un caso es una herramienta útil que te ayuda a enfocar los esfuerzos de
aprendizaje en las dimensiones del caso que suponen el mayor desafío. El segundo marco de
referencia en este capítulo, relaciona tu cantidad y calidad de aprendizaje con las tres etapas del
proceso de aprender.

Las tres etapas del proceso de aprender con casos

Lo que el participante hace después que se le ha asignado un caso, puede verse como un
proceso. Cuanto mejor se ejecute el proceso, más gratificante será la experiencia de aprender con
casos.

El proceso de aprender con casos se compone de tres etapas:

1. Preparación individual
2. Discusión en grupo pequeño
3. Discusión en clase

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

Cada una de las tres etapas es vital para el aprendizaje efectivo y cada una de ellas contribuye de
manera diferente a maximizar la cantidad y calidad del aprendizaje. La Figura 2-3 es un diagrama
especialmente importante. Te muestra cómo cada una de las tres etapas contribuye a la calidad y
cantidad de tu aprendizaje de manera progresiva y cumulativa. El objetivo es ayudarte a lograr los
mejores resultados posibles en la mínima cantidad de tiempo. La combinación de las tres etapas,
ejecutadas de manera apropiada y en la secuencia correcta, asegura que tu aprendizaje sea
efectivo. Los siguientes tres capítulos te guiarán y darán consejos específicos acerca de la manera
de proceder a lo largo de estas tres etapas. El tratamiento inicial que se hace de estas etapas en
este capítulo cubre los aspectos básicos de la lógica del por qué estas etapas son necesarias y
cómo contribuyen al aprendizaje efectivo.

Figura 2-3. Las tres etapas del proceso de aprendizaje

Etapa 1 - Preparación individual

Cuando aprendes con casos, el primer paso consiste en la preparación individual. Es la base de
todo el trabajo subsiguiente y, por lo tanto, el fundamento del cual dependen la calidad y cantidad
del aprendizaje con casos. En la preparación individual, adoptas el papel y responsabilidades del
tomador de decisiones en el caso y la tarea de resolver el problema que se confronta. De esta
manera, es necesario familiarizarse con la información contenida en el caso, normalmente a través
de la lectura. Posteriormente, es necesario seguir un proceso de análisis y de resolución. De igual
manera, si ciertos conceptos o teorías entran en juego, lecturas adicionales podrían ser útiles para
el análisis y la resolución del caso. Como verás, una lectura atenta del caso y de material teórico
no basta: tiene que ser enfocada y selectiva. Obliga al lector a adoptar la posición y el rol del
tomador de decisiones en el caso.

Nota que no se te pide que adoptes la personalidad y género del individuo mencionado en el caso.
La intención es que imagines que el tomador de decisiones te cede su puesto y se retira, y tomas
su lugar. De esta manera, aportas tus habilidades personales, conocimientos y puntos de vista a la
situación que hay que hacer frente. La decisión a tomar, el problema a resolver, u oportunidad que
ofrece se hacen tuyos y sólo tuyos durante la etapa de preparación individual. La aceptación de
este rol y la transferencia de responsabilidad es uno de los principales retos en el uso de casos

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

como estrategia didáctica. Naturalmente es mucho más cómodo quedarse fuera como observador
o comentarista de la situación descrita en el caso. Con facilidad se puede pasar del rol de
personaje central del problema a mero observador externo diciendo: "Creo que la persona clave
en la situación debería hacer esto"; esto te compromete menos que: "Bajo tales circunstancias, yo
haría esto". Cuanto antes, durante la etapa de lectura, toma plena posesión y aceptación de lo que
acontece en la situación y adopta tu rol.

La buena preparación individual exige un alto nivel de autodisciplina y arduo trabajo. Debes tener
ambición y compromiso en la búsqueda del análisis correcto, de hallar la solución e implementarla.
Tiene que ver no sólo con la auténtica aceptación del papel del tomador de decisiones en el caso,
sino también con una fuerte motivación individual para hacer el mayor esfuerzo. Una manera
simple de verlo sería compararlo con la vida real. "Si a mí me despidieran por tomar una mala
decisión, o me promovieran por tomar una decisión correcta, ¿cuánto trabajo invertiría en esta
decisión?" Si en la vida y situaciones reales, la gente pierde el sueño cuando piensa en tal
situación y se siente bajo presión, ¿no es apropiado que esta tensión también la sientan los que se
supone que están aprendiendo de esta experiencia de la vida real?

El reto continuo en la preparación individual es, "¿Cuánto puedo hacer por mí mismo dentro del
tiempo disponible?" Es muy tentador depender demasiado de las etapas siguientes: la discusión
en grupo pequeño y en clase esperando encontrar en ellas la respuesta. Sin embargo, hay una
gran satisfacción al aprender a analizar un caso por sí mismo y ser capaz de contribuir la mayor
parte al análisis del caso sin la ayuda de los otros.

Obviamente, cuanto mejor sea la preparación individual, más sencillas serán las etapas siguientes.

Etapa 2 - Discusión en grupo pequeño

La discusión en grupo pequeño provee el enlace vital entre la preparación individual y la discusión
en grupo plenario. Sin embargo, curiosamente, es el paso que más frecuentemente se abandona
debido a que muchos profesores y estudiantes no reconocen la contribución de esta etapa al
proceso total de aprendizaje. A continuación se mencionan ocho razones por las cuales debería
ser norma el tener una discusión en grupo pequeño en cada caso.

1. Para enseñar a otros

No hay mejor manera de aprender que enseñar a otros. La discusión en grupo


pequeño le proporcionará a cada participante la primera prueba de la preparación
individual, "¿Realmente entiendo el problema y el rol que tengo que asumir?" Hay una
enorme diferencia entre creer que se ha entendido algo y tener que demostrarlo. El
proceso total de aprendizaje con casos se basa en la idea de que uno aprende mejor
involucrándose activamente con su propio aprendizaje. Si puedes enseñarle a alguien
más lo que sabes acerca de un caso de tal manera que la otra persona entienda acerca
de lo que estás hablando, entonces también lo entiendes tú.

2. Para fomentar la preparación individual

Es un deber de cada miembro el participar en la discusión en el grupo pequeño. La


presión de los compañeros es muy intensa para que cada individuo del grupo se
prepare adecuadamente. Aunque es posible que un estudiante disimule su falta de
preparación en una clase, es imposible que logre hacerlo en un grupo pequeño. La
discusión en grupo pequeño es una oportunidad para revisar puntos de vista,

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

supuestos, y la propia preparación en contraste con la de los otros; de verificar lo


entendido, escuchar activamente y con actitud crítica hacia los demás, y de defender
las posiciones basadas en convicciones desarrolladas durante la etapa de preparación
individual.

3. Para poder hablar acerca de cada caso

La discusión en grupo pequeño da la oportunidad única a cada miembro de hablar


acerca de cada caso. Puede que no haya tiempo suficiente u oportunidad en la
discusión en clase para que cada uno tenga la ocasión de hablar. Participar en el
proceso de aprendizaje con casos sin tener la oportunidad de hablar acerca de cada
caso con los otros, disminuye el valor del método. Saber que no tendrás la oportunidad
de hablar acerca de un caso, te vuelve pasivo, hace que la preparación individual sea
una labor sin propósito y que la discusión en clase resulte una actividad aburrida.

4. Para desarrollar habilidades de comunicación

La discusión en grupos pequeños te dará la oportunidad de practicar tus habilidades de


expresión oral, de escucha activa, y otras habilidades de comunicación. Cada persona
debe hablar en un grupo pequeño. Así como para los músicos, actores o atletas, la
práctica constante es la única manera de alcanzar altos niveles de rendimiento.

5. Para reconocer las buenas ideas

Es tan importante aprender a reconocer las buenas ideas como el tenerlas uno mismo.
Ser capaz de comparar las ideas propias con las de otros, es una herramienta
administrativa básica que se afina con el método de casos.

6. Para el buen trabajo en equipo

El trabajo efectivo en equipo es fundamental para el éxito organizacional y el participar


en grupo pequeño brinda una práctica valiosa para aprender a contribuir al éxito del
equipo.

7. Para adquirir mayor confianza

Los grupos pequeños también refuerzan la confianza en cada participante de que él, o
ella, no va del todo equivocado(a) en el análisis o en la comprensión del caso. La
discusión en grupo pequeño facilita el debate de puntos de vista en la intimidad y
seguridad de un grupo pequeño en vez de tener que confrontar a toda la clase. El
proceso de discusión en clase puede intimidar a muchos; mientras que el grupo
pequeño ofrece un nivel de confort en que las ideas generadas en la preparación
individual y en el grupo pequeño tendrán valor y por tanto pueden ser expresadas con
toda seguridad en la clase.

8. Para desarrollar relaciones interpersonales

Muchos participantes en el proceso de aprendizaje con casos recuerdan con nostalgia


las discusiones en grupo pequeño como una fuente importante de aprendizaje. Muchos
de ellos, también desarrollan amistades duraderas para toda la vida con los miembros
de sus grupos.

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

Como puedes ver, la discusión en grupo pequeño es también un trabajo arduo. Se requiere
permanecer alerta constantemente, tener una voluntad para dar y recibir, y la habilidad para
trabajar tanto a favor del grupo como de uno mismo y compartir una tarea común de manera
rápida y efectiva.

Ten en cuenta que la discusión en grupo pequeño no significa: "Ahora que todos hemos leído el
caso, preparémoslo juntos". Esta mala actitud consume mucho tiempo y es nociva a la preparación
individual. La discusión en grupo pequeño es, en cambio, un esfuerzo compartido de ayuda mutua
para entender mejor la situación del caso, para utilizar la sinergia de grupo y ver hasta dónde
puede llegar el grupo más allá del análisis ya logrado por cada uno de los miembros. Esta
discusión es un proceso crítico y a la vez delicado: "Estoy aquí para ayudarte, pero eso puede
significar también que no esté de acuerdo contigo, y te lo demostraré". Una buena discusión en
grupo pequeño complementará la preparación individual. Traerá un conjunto de nuevas ideas que
habrían requerido mucho más tiempo para que un individuo las generara solo.

No importa que algunos de los puntos que surjan en el grupo pequeño nunca lleguen a
presentarse en la discusión en clase. Recuerda que eres responsable de tu propio aprendizaje.
Ten por seguro que tu participación seria y activa en el grupo pequeño producirá altos dividendos
en el desarrollo de tus habilidades profesionales.

El tiempo invertido en un grupo pequeño debe ser breve y efectivo. El propósito no está en
"acabar" con el caso. Ubica la discusión en grupo pequeño justo entre la preparación individual y
la discusión en clase y reconoce que aún falta más que aprender. Sin embargo, el arte consiste en
avanzar el aprendizaje tanto como sea posible dentro del tiempo disponible para que la discusión
en clase pueda comenzar a un nivel superior.

Etapa 3 - Discusión en clase

La discusión en clase es el paso final dentro de las tres etapas del proceso de aprendizaje con
casos. Fuera de revisiones ulteriores, la discusión en clase es la ocasión y última oportunidad que
se tiene para desarrollar un entendimiento amplio y completo del caso. El diagrama que describe
el aprendizaje en la Figura 2-3, muestra claramente que es casi imposible que cualquier
preparación a nivel individual o en grupo pequeño pueda llegar al nivel de entendimiento que se
loga al final de la clase. Si de manera colectiva, los estudiantes en la discusión en clase no
presionan para que la calidad y la cantidad del aprendizaje vayan más allá del nivel logrado en las
sesiones de preparación individual y de discusión en grupo pequeño, la clase no habrá sido
buena.

Los participantes poco experimentados a menudo se sienten frustrados por el grado


aparentemente inadecuado de logro a nivel individual y en la discusión de grupo pequeño. Debes
reconocer que, en primer lugar, la pregunta clave al final de la discusión en clase es, "¿Entiendo
ahora de qué trata toda esta situación?" Si la respuesta es "No", asegúrate de solicitar aclaración
de tu profesor o de tus compañeros de clase, ya que aún no te es posible comprender el caso
después de la discusión en clase. Si la respuesta es "Sí", entonces te harás las preguntas: (1) "En
vista de mi entendimiento al final de esta clase, ¿qué he aprendido que me ayude a prepararme
mejor en el futuro?" y (2) "¿Qué deberíamos hacer ahora para obtener mejores discusiones en el
grupo pequeño?"

Esta evaluación crítica y continua es una retrospección esencial para conseguir que el proceso de
aprendizaje mejore constantemente. Al paso del tiempo, la distancia entre la calidad y la cantidad
del aprendizaje logrado durante la preparación individual y la discusión en grupo pequeño, y la

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

obtenida al final de la clase deberá irse reduciendo. Si no es así, este proceso de retrospección no
habrá funcionado bien.

El propósito de la clase no es sólo llegar a un entendimiento amplio del caso y a una solución
óptima del problema o de la decisión involucrada. La discusión en clase también permite que los
estudiantes de la clase tengan la oportunidad de practicar en el grupo plenario, de compartir su
aprendizaje individual y de grupo pequeño con otros, y de ser evaluados por sus compañeros y
por el profesor.

El temor a participar en la discusión en clase puede originarse de dos fuentes principales:

1. Una preparación inadecuada, en lo individual o en el trabajo en grupo pequeño genera


temor. "No se puede ocultar la ignorancia con meras palabras", era una de las frases
favoritas de Bud Wild, ex-director del departamento de periodismo de la universidad de
Western Ontario. Esta clase de temor puede, obviamente, Controlarse con una
preparación adecuada.

Ciertamente esto no significa que solamente las respuestas "correctas" son aceptadas
en clase. Desde la perspectiva de la enseñanza-aprendizaje, las respuestas
"incorrectas" frecuentemente permiten también adquirir un valioso aprendizaje. En la
educación, como en los deportes, la práctica implica cometer errores para que el
verdadero aprendizaje se logre.

2. Un individuo puede tener dificultad para hablar en un grupo grande,


independientemente de la calidad de su preparación previa. Los factores culturales,
sociales y psicológicos pueden reforzar la resistencia personal a hablar en público. Esta
segunda clase de dificultad para hablar ante grupos grandes es más difícil de solventar
que la primera. La primera se soluciona con una adecuada preparación. La segunda
requiere modificación del comportamiento. En el Capítulo 5 se enumeran sugerencias
específicas para ayudar a aquellos que estén en esta segunda categoría.

Hay por lo menos, siete razones por las cuales debes estar preparado para participar en clase.

1. Aprender con la práctica

Aprender con la práctica es una parte esencial del proceso de aprendizaje. Saber que
uno tendrá que participar en una discusión en clase agudiza la preparación individual,
la discusión en grupo pequeño y la calidad de la escucha en la clase misma.

2. Responde a lo preguntado

El profesor puede pedirte que participes en la discusión.

3. Enseñar a otros

Todos en la clase tienen la responsabilidad de ayudar a los otros a aprender. La falta


de voluntad para enseñarles a otros y para compartir tu aprendizaje impide que la clase
se vuelva en una experiencia superior. También da el mensaje de que prefieres actuar
como una esponja, que se alimenta de la información generada por otros, pero que no
contribuyes con lo que sabes. La falta de participación comúnmente se interpreta como
falta de interés para el buen funcionamiento y aprendizaje de tu equipo, lo que no te
creará una muy buena reputación o aceptación entre los propios compañeros. Dado

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El cubo de dificultad y las tres etapas del proceso de aprendizaje (capítulo 2)

que tus compañeros de clase podrían llegar a ser una parte significativa en tu red de
trabajo una vez que te hayas graduado, la opinión que tengan sobre ti puede llegar a
tener consecuencias a largo plazo.

4. Adquirir práctica de hablar en público

Muchos gerentes, como parte de sus actividades diarias, tienen que exponer sus
puntos de vista frente a otras personas, ya sea ante empleados, compañeros,
superiores, un público o los medios de comunicación. La habilidad de hablar en público
es esencial en cualquier posición administrativa.

5. Ser parte del proceso

Es más divertido ser parte del grupo y estar incluido en el proceso que quedarse fuera.

6. Probar las ideas

Nunca sabrás si tus ideas fueron lo suficientemente buenas, si no soportan el rigor de


la exposición y crítica en clase. Tu falta de voluntad para exponerlas a esta prueba
puede generar la sospecha de que tu preparación no ha sido adecuada.

7. Obtener excelentes calificaciones

En muchos cursos la participación en clase es un componente importante de la


evaluación final. La falta de voluntad de participar puede disminuir tu calificación final o
peor aún, ser la causa de que repruebes un curso. Por favor toma en cuenta que este
argumento se ha dejado para lo último; no le des la mayor importancia, debido a que
las otras razones son de más peso. No debería ser el miedo de reprobar lo que te
motive a participar; debería ser el deseo de aprender.

Reflexión posterior a la clase

Es extremadamente útil tener un breve período de reflexión justo después de concluir la clase para
evaluar tu preparación individual y la del grupo pequeño, así como tu participación en la clase en
relación con tu comprensión al final de la clase. Pregúntate: "¿Qué hice – hicimos bien y por qué?"
y "¿Qué se me o se nos ha escapado de hacer y por qué?"

Esta reflexión crítica sienta las bases de una mejora continua a nivel individual en el proceso
personal de aprendizaje. Con mucha frecuencia, los estudiantes se escapan del salón de clase a
la primera oportunidad que tienen, sin hacerse esta rápida reflexión, perdiéndose así la
información necesaria para su proceso personal de mejora.

Conclusión

Contando ahora con el Cubo de dificultad de un caso y con las tres etapas del proceso de
aprendizaje con casos, estás ahora listo para hacer frente a los detalles de cada una de estas
etapas. Así, los próximos tres capítulos proporcionarán mayores detalles acerca de la preparación
individual, sobre la discusión en grupo pequeño, y la discusión en clase.

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