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Reporte de lectura "De Gutenberg a Internet Una Historia Social de los Medios de

Comunicación" capítulos 5 y 6.

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa

División de Ciencias y Artes para el Diseño

Licenciatura en Diseño

Seminario de comunicación, diseño y tecnologías de la información

Montoya Becerril David - Matrícula: 2203066239

30 de septiembre de 2021
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Este reporte de lectura aborda una por una y con todo el detalle que el espacio

posibilita, las historias respectivas de los múltiples y nuevos artilugios de comunicación

que, mucho anteriormente que el transistor, prepararon el camino a eso que no sin

exageración se ha denominado «revolución de los medias del siglo xx», El tren fue el

primero ya que instituye el modelo para bastantes otros cambios tanto en arte y literatura

como en tecnología, economía, política y gestión. No es casual que en el año 2000, en los

pasillos exteriores de la sede administrativa de Novel, la compañía de alta tecnología de

Silicon Valley de finales del siglo XX, haya pinturas que representan monumentales

locomotoras norteamericanas.

Las últimas décadas del siglo fueron testigo de una increíble industrialización, al

tiempo que los magnates del tren amasaban fortunas y se iba construyendo un folclore

ferroviario.

advenimiento de la energía a vapor. vapor para el transporte por agua para

aprovechar sus grandes lagos y ríos como fuentes de energía hidráulica. Anterior a la

Independencia, en 1763, William Henry de Pensilvania había construido un motor de vapor

que se adelantaba a Watt, no obstante haber éste visitado Inglaterra 3 años antes. En 1785,

después de lograda la Independencia, John Fitch, mecánico de Connecticut, aprobó una

nave con rueda de paletas, "una nave que llevaba fuego», que patentó en los dos años

siguientes. Se dice que en 1788 James Ramsey impulsó una nave aguas arriba por el río

Potomac y 3 años más tarde obtuvo una patente en Francia.}

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En la década de 1880 se encuentran amplios testimonios de vigoroso florecimiento

de la invención, en que la energía a vapor da paso a la electricidad, y los "medias" ocupan

el centro de la actividad. EI criterio de tiempo empezaba ya a transformarse más

drásticamente aún que a finales de siglo XVII y comienzos del XIX, cuando se lo

estandarizó en zonas o husos horarios.

A finales del siglo además llevaban tarjetas postales. Las primeras tarjetas postales

de la Oficina de Correos, «hojas postales abiertas» , se habían utilizado en 1869 en Austria

y un año después en Alemania y Gran Bretaña. No importaba bastante que alguien los

leyera, sobre todo desde que en la década siguiente, y empezando por Francia, Alemania y

Suiza, se introdujeron las tarjetas postales con fotos, lo que se escribía.

La aceleración del correspondencia precedió la introducción en Gran Bretaña, en

1840, del primer sello postal de todo el mundo, llamativo objeto de arte con la efigie de la

adolescente reina Victoria que con importante prontitud se ha convertido en un

«coleccionable». EI sello postal adherente ha sido un invento fundamental del siglo XIX, el

sello postal como objeto se pagaba con antelación y su costo, el equivalente a la económica

rasa postal de un penique, uniforme para todo el planeta, cualquier persona fuera el destino.

Un subproducto ha sido el sobre engomado.

La telegrafía ha sido el primer gran desarrollo gracias a la electricidad, que en 1889

el primer ministro del Reino Unido, marqués de Salisbury, explica cómo «descubrimiento

extraño y fascinante» que había influido de manera directa en la «naturaleza moral e

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intelectual y que el comportamiento de la humanidad». Había reunido a toda la raza

humana en un gran avión a partir de donde se puede ver todo lo cual se hace y escuchar

todo lo cual se comenta y juzgar toda política que se persiga en el mismo instante en que

tales acontecimientos poseen lugar». No era obvio que «toda la humanidad» estuviera en

dicha postura, pera sin lugar a dudas los políticos tenían ya a su disposición una

herramienta poderosa. No obstante, lo elogiaban en general. De esta forma, en 1856, al

marcharse de la India, Dalhousie había escrito un informe final para los gobernadores de la

Compañía de las Indias Orientales en el cual se refería al correspondencia, el telégrafo y el

tren, como «tres gigantes motores del incremento social que la sagacidad )' la ciencia de los

últimos tiempos había dado [tal vez debió haber comentado "reducido"] a los países

occidentales».

Es amplia la crónica de la ciencia que subyace a la radio, pues se remonta incluso

más allá de la obra del científico alemán Heinrich Hertz (1857-1894).

la radio, culminación de la narración de las comunicaciones del siglo XIX, fue

concebida simplemente como sustituto de la telegrafía, así como los coches, punto

culminante de la historia decimonónica del transporte, fueron concebidos como carruajes

sin caballos: solamente los desearían las personas que tuvieran un carruaje. Pero ocurrió

que la radio mostraría su máxima utilidad en los océanos o en continentes vastos y

escasamente poblados, en lo cual el producido de que sus mensajes señalizados, todos en

Morse, pudieran ser recogidos por personas a las que no estaban dirigidos.
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La radio trajo mucho ruido al mundo, incluso la música de fondo, que disgustaba a

quienes sentían que la canción merecía ser escuchada con atención. Mientras, la historia del

cine, mudo en un principio, que se remonta más allá de Marconi, no sirvió de modelo a

Reith; en Estados Unidos, como en Gran Bretaña, el origen de la radio y los del cine fueron

bastante diferentes. Sin embargo, hubo interacción entre la radio y la televisión, la

transmisión de imágenes y la de sonido. En su forma procedente, la televisión no permitía a

los espectadores girar un mando mundial, como se podía hacer con los receptores de radio,

aunque cada vez era más enorme el tráfico mundial de imágenes, con la producción y el

control de imágenes en la pantalla de televisión en manos de organismos de transmisión

que se habían ocupado del sonido antes que de las imágenes en un tiempo en que el cine

exhibía imágenes sin sonido. El desarrollo de cine y de la televisión dependía por igual de

la cámara, y ésta tenía una amplia historia detrás: la cámara oscura ha sido durante siglos

una herramienta de artistas.

La introducción de la «imagen en movimiento» --el cine- fue el más enorme

cambio tecnológico, aunque previo a que se llevará a la práctica tuvo lugar todo un debate

relativo a los derechos de la fotografía a ser considerada una forma de arte, debates que

anticiparon los que luego se producirían en torno al cine.

El costo de la información en esa trinidad casi sagrada de información, educación y

entretenimiento fue plenamente reconocida mucho antes de que las expresiones «sociedad

de la información» y «tecnología de la información» alcanzarán, en los últimos años setenta

y ochenta, la popularidad de que gozan hoy. Tanto la educación como el entretenimiento

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tienen largas historias que se remontan al mundo antiguo, con la instalación de academias,

bibliotecas, juegos y teatros.

Durante los siglos XIX y xx hubo en educación y entretenimiento más cambios que

continuidades, la mayor parte de los cuales se explica en términos económicos y sociales

una y otra vez que al análisis no se incorpora la tecnología como mera acumulación de

patentes, sino como actividad social que implica además personas y productos. Durante casi

todo el transcurso, las escuelas y las universidades, al menos en inicio, se diferenciaban

visiblemente de las oficinas de los diarios, los estudios de radio y televisión, los teatros, los

cines y los estadios deportivos, aunque podían -ya menudo lo hicieron- integrar cada una o

todas esas cosas. Para la educación es tan cierto como para la tecnología que al mismo

tiempo requiere y produce cambio social y organizacional.

La primera Ley de Educación del Reino Unificado se aprobó (con retraso) en 1870,

y al año siguiente el primer Calendario de días festivos, que establecía determinados días

como fiestas nacionales obligatorias.

Cuando la Guerra Mundial tocó su fin todavía era escasa en los círculos de radio y

de cine la sensibilidad y fervor por la televisión, y en el fondo tal vez hubiera incluso

aprensión. Tampoco había ningún grupo disponible para presionar, como los

radioaficionados que tan decisivo papel había desempeñado en los años iniciales de la

radio. Las elecciones tenían que tomarse desde arriba y, dado los vigorosos intereses en la

radio, la FCC tampoco prestó ninguna ayuda. Quedó atrapada en larguísimos

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razonamientos sobre la tecnología, incluida la televisión en color, y la preferencia por el

VHF sobre el UHF, y cuando entre 1945 y 1949 congeló la instalación de toda estación

nueva, DuMont se vio seriamente perjudicado. En los círculos en teoría informados había

una concepción errónea de las perspectivas de la televisión. Con pocos programas en oferta,

la producción de aparatos de televisión aumentó de 178.000 a alrededor de quince millones

entre 1947 y 1952, año en que había veinte millones en uso. Sin embargo, incluso en 1948,

Business Week, extasiada ante un boom de posguerra, llamó a la televisión «el último y

más estimado lujo de los que poseen poco dinero" y proclamó ese año como «el año de la

televisión-. Lo mismo ocurría con RCA: su capital subió ese año el 134 por ciento sobre la

base de las ventas de aparatos. Un verdadero público de masas empezó a crecer de forma

explosiva semana tras semana, Mientras el apoyo al cine descendía pese a la popularidad de

la definición «era del cine»

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Bibliografía

Briggs, A., & Burke, P. (2002). De Gutenberg a Internet Una Historia Social de los

Medios de Comunicación. Taurus Historia.

http://ubicua.cua.uam.mx/mod/resource/view.php?id=103373