Esqueleto Apendicular

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Esqueleto apendicular

Nombres: Laura Alejandra Muñoz Rodríguez ID: 791183


Jeyson Mauricio Lerma Rojas ID: 804225
Nicolas Morad Camargo ID: 804794

NRC:
4071

UNIMINUTO
.
Miembro superior

El miembro superior o extremidad superior, en el cuerpo humano, es cada una de las


extremidades que se fijan a la parte superior del tronco. Se compone de cuatro segmentos:
cintura escapular, brazo, antebrazo y mano; se caracteriza por su movilidad y capacidad para
manipular y sujetar. Tiene en total 32 huesos y 45 músculos, la vascularización corre a cargo
principalmente de las ramas de la arteria axilar, las principales venas son las cefálicas,
basílicas y axilares, y la mayor parte de su inervación está a cargo del plexo braquial.

El Radio

El radio es un hueso largo, par y no simétrico, situado por fuera del cúbito, en la parte
externa del antebrazo. Como en todos los huesos largos, el radio consta de un cuerpo y
dos extremos, superior e inferior.
Clavícula

La clavícula es un hueso plano alargado, con forma de "S" itálica, situado en la parte
anterosuperior del tórax de los vertebrados.

Acromion

El acromion es una estructura del miembro superior, más específicamente de la escápula,


que se encuentra situado sobre la articulación del hombro. Esta estructura, produce una
curva y se une con otro hueso del hombro llamado clavícula.
El húmero

El húmero está localizado en las extremidades superiores, justamente entre la zona del
hombro y del codo.

El cubito

Situado en la parte interna del antebrazo, el cúbito es un hueso largo, par y no simétrico,
ligeramente inclinado de abajo arriba y de fuera a dentro. Como en todos los huesos
largos, se consideran un cuerpo y dos extremos.
Carpianos

En anatomía, el carpo es una parte del esqueleto de la extremidad superior que se


encuentra en la muñeca. Está compuesta por ocho huesos unidos por ligamentos y que
forman el esqueleto de la muñeca. Se disponen en dos filas: proximal y distal.

Metacarpianos

El metacarpo es una de las tres partes de las que se componen los huesos de la mano y
está formado por los cinco huesos metacarpianos (Ossa metacarpalia), que son delgados y
ligeramente alargados y ocupan toda la palma de la mano.
Las falanges

Las falanges se encuentran ubicadas en las cuatro extremidades distales del cuerpo, es
decir, en manos y pies. Las falanges se clasifican en proximales, medias y distales
dependiendo de su ubicación en el dedo, es decir, de si se encuentran más cerca o más
lejos de los huesos del metacarpo.

Apófisis coracoides

¿Cómo localizar la apófisis coracoides? De acuerdo a la anatomía del hombro, esta apófisis
está localizada en la parte anterior de la escápula, exactamente en el ángulo externo del
omóplato, y en el área interna de la tuberosidad supra glenoidea.
Corredera bicipital

¿Dónde está la corredera bicipital? Está ubicada en la porción anterior humeral del brazo,
justamente en la zona interna del húmero, en lo que se conoce como la diáfisis.

Troquín

Tubérculo menor señalado). El tubérculo menor del húmero o troquín es una


protuberancia ósea que se ubica en la cara anteromedial del hueso. Presenta una
impresión para la inserción del tendón del músculo subescapular.
Fosa subescapular

Esta cara es la que se encuentra en el tórax, del cual está separada por el serrato mayor.
Es cóncava en casi toda su extensión, a esta concavidad se le llama fosa subescapular,
donde se insertan las láminas tendinosas del músculo subescapular.

Epitróclea

¿Dónde se encuentra la epitróclea? Igualmente, conocida como el epicóndilo medial del


húmero, está situada en la parte inferior e interna del húmero, justamente por encima de
otra estructura denominada tróclea humeral.
Cabeza del radio

La cabeza del radio está en la parte superior del hueso radial, justo debajo de su
codo.

Fuentes
Esqueleto miembro inferior

El esqueleto del miembro inferior (esqueleto apendicular inferior) puede dividirse en dos
componentes funcionales: la cintura pélvica y los huesos del miembro inferior libre.
La cintura pélvica está formada por los huesos coxales, que se articulan posteriormente
con el sacro y anteriormente en la sínfisis del pubis para formar la pelvis ósea.

La cintura pélvica une el miembro inferior libre al esqueleto axial, con el sacro como parte
común a ambas estructuras. La cintura pélvica también constituye el esqueleto de la parte
inferior del tronco. Sus funciones de protección y sostén actúan sobre el abdomen, la
pelvis y el periné, así como sobre los miembros inferiores. Los huesos de estos últimos
están contenidos y actúan específicamente como parte del miembro.

El peso corporal se transfiere desde la columna vertebral, a través de las articulaciones


sacroilíacas, hacia la cintura pélvica, y desde esta, a través de cada articulación coxal, hacia
el fémur. Para soportar mejor la postura erguida, en bipedestación, los fémures se
disponen oblicuamente (en dirección inferomedial) en el interior de los muslos, de modo
que en bipedestación las rodillas están adyacentes y se sitúan directamente por debajo
del tronco, restituyendo el centro de gravedad hacia los ejes verticales de las piernas y los
pies. Compárese la posición oblicua de los fémures con la de los cuadrúpedos, en los
cuales estos huesos son verticales y las rodillas están separadas, con la masa del tronco
suspendida entre los miembros.
Los fémures de las mujeres son ligeramente más oblicuos que los de los hombres, debido
a la mayor anchura de la pelvis. En las rodillas, el extremo distal de cada fémur se articula
con la patela y la tibia de la pierna correspondiente. El peso se transfiere desde la
articulación de la rodilla a la talocrural a través de la tibia. La fíbula al no articularse con el
fémur y, en consecuencia, no participa en la transmisión de peso o carga; su función es
proporcionar inserción a los músculos de la pierna y participar en la formación de la
articulación talocrural.

En el tobillo, el peso soportado por la tibia se transfiere al talus, que es el hueso principal
de un arco longitudinal formado por los huesos tarsianos y metatarsianos de cada pie, que
distribuye el peso de modo uniforme entre el talón y el antepié durante la bipedestación,
creando una plataforma flexible, pero estable, para soportar el peso.
Hueso coxal

El hueso coxal definitivo es el hueso grande y plano de la pelvis que está formado por la
fusión de tres huesos primarios (ilion, isquion y pubis), proceso que tiene lugar al final de la
adolescencia. Cada uno de estos tres huesos se forma a partir de su propio centro primario
de osificación; más tarde aparecen cinco centros secundarios de osificación.
El ilion

El ilion, la parte de mayor tamaño del hueso coxal, contribuye a la porción superior del
acetábulo. El ilion consta de porciones gruesas mediales (columnas) para soportar el peso
y porciones posterolaterales delgadas, con forma de ala, que se denominan alas del ilion y
que proporcionan superficies amplias para la inserción carnosa muscular.
Isquion

El isquion forma la parte posteroinferior del hueso coxal. La porción superior del cuerpo
del isquion se une al pubis y al ilion, formando la cara posteroinferior del acetábulo. La
rama del isquion se une a la rama inferior del pubis para formar la rama isquiopubiana,
que constituye el límite inferomedial del foramen (agujero) obturado. El borde posterior
del isquion forma el margen inferior de una profunda indentación denominada incisura
isquiática mayor. La espina isquiática, grande y triangular, del margen inferior de esta
incisura, es un punto de inserción ligamentosa. Esta clara demarcación separa la incisura
isquiática mayor de una indentación más pequeña, redondeada, de superficie lisa y
localización más inferior, denominada incisura isquiática menor. Esta incisura actúa a
modo de tróclea o polea para un músculo que emerge de la pelvis ósea. La proyección
ósea rugosa en la unión del extremo inferior del cuerpo del isquion y su rama es la gran
tuberosidad isquiática. El peso del cuerpo descansa sobre esta tuberosidad cuando la
persona está sentada, y es el lugar de inserción tendinosa proximal de músculos de la
región posterior del muslo.
El pubis

El pubis forma la parte anteromedial del hueso coxal, contribuyendo a la parte anterior
del acetábulo, y proporciona inserción proximal a músculos de la región medial del muslo. Se
divide en un cuerpo, aplanado y de localización medial, y en ramas superior e inferior, que se
proyectan lateralmente desde el cuerpo.

Foramen obturado

El foramen obturado es una gran abertura, oval o irregularmente triangular, en el hueso


coxal, que está limitada por el pubis, el isquion y sus ramas. Salvo por una pequeña vía de
paso para el nervio y los vasos obturadores (el conducto obturador), el foramen obturado
está cerrado por una membrana delgada y resistente, la membrana obturatriz. La presencia
del foramen minimiza la masa ósea (peso), mientras que su cierre por la membrana
obturatriz sigue proporcionando una amplia superficie a ambos lados para la inserción
muscular.
Acetábulo

El acetábulo es la gran cavidad en forma de copa que se encuentra sobre la cara lateral del
hueso coxal, y que se articula con la cabeza del fémur para formar la articulación coxal
(coxofemoral). Los tres huesos que forman el hueso coxal contribuyen a la formación del
acetábulo.

Fémur

El fémur es el hueso más largo y pesado del cuerpo, y transmite el peso corporal desde el
hueso coxal hacia la tibia cuando la persona está en bipedestación. Su longitud es una
cuarta parte de la altura de la persona. Consta de un cuerpo (diáfisis) y dos extremos
(epífisis) proximal y distal.
Tibia y fíbula (peroné)

La tibia y la fíbula son los huesos de la pierna. La tibia se articula con los cóndilos
femorales superiormente y con el talus inferiormente, y al hacerlo transmite el peso
corporal. La fíbula actúa principalmente como lugar de inserción muscular, aunque
también es importante para la estabilidad de la articulación talocrural. Los cuerpos de la
tibia y la fíbula están conectados por una densa membrana interósea compuesta por
potentes fibras oblicuas que descienden de la tibia a la fíbula.

Tibia

Localizada en el lado anteromedial de la pierna, casi paralela a la fíbula, la tibia es el


segundo hueso de mayor tamaño del cuerpo. Se ensancha hacia fuera en ambos
extremos, con el fin de dar una mayor superficie para la articulación y la transferencia del
peso. El extremo proximal se ensancha para formar los cóndilos medial y lateral, que
sobresalen por encima del cuerpo medial, lateral y posteriormente, formando una cara
articular superior, o meseta tibial, relativamente plana. Esta meseta consta de dos caras
articulares lisas (la medial, ligeramente cóncava, y la lateral, ligeramente convexa), que se
articulan con los grandes cóndilos femorales. Las caras articulares están separadas por la
eminencia intercondílea, formada por dos tubérculos intercondíleos (medial y lateral)
flanqueados por áreas intercondíleas anterior y posterior, relativamente rugosas.
Fíbula

La delgada fíbula se sitúa posterolateral a la tibia, a la cual está firmemente unido por la
sindesmosis tibiofibular, que incluye la membrana interósea (fig. 7-10). La fíbula no
interviene en el soporte del peso corporal. Su función principal es servir de inserción
muscular, proporcionando inserción distal a un músculo e inserción proximal a ocho. Las
fibras de la sindesmosis tibiofibular están dispuestas para resistir la tracción neta resultante
de la fíbula hacia abajo.

Los huesos del pie son el tarso, el metatarso y las falanges. Hay 7 huesos tarsianos, 5
metatarsianos y 14 falanges. Aunque es necesario conocer las características de cada hueso
para poder entender la estructura del pie, es importante estudiar el esqueleto de este último
como un todo, así como identificar los principales puntos de referencia óseos en el pie de la
persona viva (Anatomía de superficie de los huesos del pie y Anatomía de superficie de la
región del tobillo y del pie).

Tarso

El tarso (parte posterior o proximal del pie; retropié + mediopié, consta de siete huesos:
talus, calcáneo, cuboides, navicular y tres cuneiformes o cuñas. Tan sólo uno de ellos, el
talus, se articula con los huesos de la pierna.
Fuentes

https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://enfermeria.top/apu
ntes/anatomia/miembro-
inferior/huesos/&ved=2ahUKEwixtK3p7YTzAhVOQTABHbK8A_MQFnoECEgQAQ&usg=A
OvVaw2sDvtjaoODJIcr7J3uS9Xe&cshid=1631844346653
Clasificación Ósea

Clasificación de los huesos según su forma

Largos: presentan una dimensión mayor, que predomina sobre las otras dos. Son la
mayoría, por ejemplo: el fémur, tibia, peroné, las falanges, propios de las extremidades.

Cortos: las tres dimensiones son parecidas. Ejemplo: Huesos del carpo (muñeca) o del
tarso (pie).

Planos: predominan dos dimensiones sobre la otra. Ejemplo: los huesos del cráneo
(parietal, temporal), la escápula, el esternón, costillas, la escápula.

Irregulares: unas partes del hueso tienen unas características y otras, otras. Son,
 por ejemplo, las vértebras, la mandíbula, el maxilar.
Otra clasificación de los huesos:

Sesamoideos: se encuentran en el espesor de un tendón, suelen ser huesos cortos. Por


ejemplo, la rótula o los huesos de la raíz del dedo gordo del pie. Aumentan la potencia del
músculo.

 Neumáticos: presentan aire en su interior, lo que los aligera (disminuye su peso), y

permite que actúen como cavidad de resonancia. Son, por ejemplo, el esfenoides,
maxilar, frontal.
 Accesorios o supranumerarios: aparecen cuando hay un núcleo de osificación
adicional, o cuando dos de ellos no se fusionan. Hay zonas donde aparecen con
frecuencia y hay que saber de su existencia para evitar confusiones con fracturas.
Ejemplo: Hueso al lado del astrágalo (trígono).

Fuente de información:

Principales Accidentes Óseos del esqueleto apendicular


- TRAUMATISMOS DE LA CINTURA ESCAPULAR Y DE LA EXTREMIDAD PROXIMAL Y
DIÁFISIS DEL HÚMERO

Traumatismos de la cintura escapular

 Fracturas de la escápula

 Fracturas húmero proximal

 Fracturas clavícula

Fracturas de la escápula

Epidemiología: Escasa incidencia (5% del total de fracturas del hombro)

- Movilidad sobre la pared torácica

- Protección músculos periescapulares Recuerdo anatómico

- Articulación GH y escapulotorácica

- Cuerpo, cuello y cavidad glenoidea

- Inserciones musculares

- Estructuras nerviosas

En la unión anterosuperior entre el cuerpo y el cuello de la escápula se localiza la apófisis


coracoides. En la cara anterior se inserta el músculo subescapular. En la apófisis
coracoides se inserta el tendón conjunto, constituido por la porción corta del bíceps y el
coracobraquial y la inserción del pectoral menor. La PLB (porción larga del bíceps) se
inserta en el tubérculo supraglenoideo y la PLT (porción larga del tríceps) en el tubérculo
infraglenoideo. El deltoides y trapecio se insertan en la espina de la escápula, el acromion
y la porción lateral de la clavícula. En la cara posterior se inserta el elevador de la escápula
y los romboides mayor y menor a lo largo del borde medial. El supraespinoso ocupa la fosa
superior de la espina y la porción inferior el infraespinoso y el redondo menor y mayor. El
plexo braquial y los vasos subclavios discurren anteriores a la escápula antes de entrar en
la axila. El nervio supraescapular discurre a través de la escotadura escapular en la base
superior de la coracoides y el techo lo constituye el ligamento escapular transverso siendo
una de las posibles causas de compresión. El nervio axilar pasa alrededor de la porción
inferior de la glenoides; además el nervio axilar inerva el deltoides. El nervio
musculocutáneo entra en el tendón conjunto.

Mecanismo de lesión
 Traumatismo directo posterior

 Fracturas de alta
energía
 Accidentes de tráfico o caídas
Las fracturas de escápula son relativamente raras y suelen ser resultado de traumatismos
de alta energía, por lo que conllevan una alta incidencia de lesiones asociadas. El
mecanismo de producción es generalmente un traumatismo directo. Pueden producirse
lesiones por transmisión de fuerzas de manera indirecta a través del brazo o por avulsión
de inserciones musculares o ligamentosas.

Clasificación

Las fracturas de escápula se clasifican en función a la anatomía de lo que se lesiona:

1. Fracturas del reborde glenoideo

2. Fracturas de la cavidad glenoidea

3. Fracturas del cuello: se producen por traumatismo directo, son extraarticulares y no


suelen tener desplazamientos importantes, salvo la asociación con otras lesiones de la
vecindad.

4. Fracturas del cuerpo

5. Fracturas acromion y coracoides (son muy excepcionales)

Las fracturas del cuerpo y espina constituyen el tipo más frecuente (43-74% del total),
seguido de las del cuello extraarticulares y de las de la cavidad glenoidea.Las fracturas de
cuerpo casi nunca requieren tratamiento quirúrgico, sino que se tratan de manera
conservadora.

Fuente de información: https://www.ucm.es/data/cont/docs/420-2014-03-28-


15%20Traumatismos%20de%20la%20cintura%20escapular.pdf

LESIONES TRAUMATICAS DE LOS MIEMBROS SUPERIORES

Hombro

Definiciones: En esta guía se tratan las lesiones de las articulaciones: escapulo humeral
acromio clavicular, esterno clavicular y escapulo torásica.
Luxación Articulación Gleno Humeral Diagnostico:

a) Estudio radiológico

b) TAC (eventualmente ante sospechas de lesiones osteocondrales)

c) RMN
 Oportunidad: estudio radiológico al ingreso; RMN posterior para evaluar lesiones
del labrum, ANEXO manguito rotador o en luxaciones recidivantes.

Braz
o
Fractura de la Diáfisis Humeral
Diagnostico:
a) Examen Clínico

b) Estudio radiológico

c) EMG (en las complicaciones neurológicas) a TRES (3) semanas de la lesión.

 Oportunidad: al ingreso Tratamiento: a) Quirúrgico (con exploración del nervio


radial en caso de corresponder) Oportunidad: dentro de los CINCO (5) días
Inmovilización (TRES (3) semanas) FKT (mínimo: DIEZ (10) sesiones)
Antebrazo

Fracturas diafisiarias de Antebrazo Diagnostico:

a) Examen clínico

b) Estudio radiológico (investigar articulaciones radio cubital proximal y distal)

c) TAC (en caso de fracturas luxaciones)

Oportunidad: al ingreso Tratamiento: a) Incruento (en fracturas sin desplazamiento)

Oportunidad al ingreso Inmovilización: (SEIS (6) a OCHO (8) semanas) FKT (mínimo: VEINTE
(20) sesiones)

b) Quirúrgico (reducción --- osteosíntesis) Oportunidad: dentro de los CINCO (5) días
Inmovilización: (de CUATRO (4) a SEIS (6) semanas) FKT (mínimo: VEINTE (20) sesiones)
Muñeca

Fracturas de radio distal


Diagnostico:
a) Estudio radiológico

b) TAC (eventualmente si hay compromiso intraauricular).

c) RMN (eventualmente en caso de compromiso del fibro cartílago triangular)

Oportunidad: estudio radiológico al ingreso; TAC o RMN posterior Tratamiento: a) Incruento:


(en fracturas no desplazadas estables o reductibles sin conminución cortical)

Oportunidad: al ingreso Reducción Inmovilización (CUATRO (4) a SEIS (6) semanas) FKT
(mínimo: VEINTE (20) sesiones) b) Quirúrgico: (en caso de conminución cortical, compromiso
intraarticular o lesión del fibrocartílago triangular)
Fuente de información:

Fracturas de la Pelvis

La mayoría de las fracturas de pelvis causan mucho dolor, incluso cuando el sujeto está
sentado o tumbado.

Las fracturas pélvicas graves pueden provocar hemorragias potencialmente mortales y


Las radiografías pueden mostrar la mayor parte de las fracturas de la pelvis, pero también
se suele realizar una tomografía computarizada.

Las fracturas menores sólo requieren analgésicos, pero las fracturas más graves deben
 Isquion,
estabilizarse conelun dispositivo
hueso inferiorexterno o consituado
de la pelvis, placas yen
tornillos
la parteinsertados
posterior de forma
quirúrgica.
Los huesos de la pelvis forman la cavidad para la parte superior del fémur y, con el fémur,
La pelvis, que se encuentra en la parte inferior del tronco, se compone de tres huesos:
forman la articulación de la cadera. La pelvis está unida al cóccix (sacro) mediante
ligamentos situados en la base de la columna vertebral. Muchos ligamentos sostienen estos
 Ilion, el hueso más grande y más superior de la pelvis, situado en la parte posterior
huesos en su lugar. Los músculos del muslo (isquiotibiales y glúteos) están unidos a la pelvis
 Pubis, el hueso medio de la pelvis, situado en la parte anterior
por tendones.

Fuente de información:

Lesiones traumáticas de extremidades inferiores

El aparato locomotor humano está formado por el sistema osteoarticular (huesos,


articulaciones y ligamentos) y el muscular (músculos y tendones). Las extremidades
inferiores, además de soportar el peso del cuerpo, son las principales responsables de su
desplazamiento, lo que sin duda las convierte en candidatas preferentes a presentar todo
tipo de lesiones y traumatismos. En el presente trabajo se abordan los más frecuentes, así
como alternativas que desde la farmacia se pueden ofrecer para evitar su aparición, favorecer
su recuperación y minimizar su impacto una vez que se han producido.

El movimiento y la actividad física son inherentes al género humano. Desde bien pequeños
se enseña a los niños a caminar y, un poco más adelante, se les insiste en la importancia de
la práctica habitual de ejercicio físico. Los beneficios del movimiento y de una práctica
deportiva regular son diversos: permite la oxigenación del organismo, libera energía, mejora
la circulación sanguínea, ayuda a prevenir la obesidad, disminuye la tensión arterial,
preserva la fortaleza del tejido conjuntivo, retrasa la degeneración propia del
paso de los años y ayuda a combatir la depresión, entre otras cosas. Además, los deportes
colectivos favorecen la socialización y el compañerismo.

Pero no todo es color de rosa al hablar de deporte y salud: en ocasiones, la actividad física,
tanto recreativa como de competición, conlleva inherentemente el riesgo a lesionar el
aparato locomotor y, en concreto, las partes responsables de los desplazamientos.
Obviamente, algunos deportes comportan una mayor probabilidad de lesión que otros,
siendo los de contacto (fútbol, baloncesto, rugby) y los de velocidad (esquí, squash,
ciclismo, parapente) los que presentan una mayor probabilidad de provocarlos.

Los cánones estéticos y las imposiciones de la moda son, en muchas ocasiones, un


auténtico factor multiplicador para el riesgo de presentar lesiones en las extremidades
inferiores. Plataformas desmesuradas, suelas imposibles, tacones de todo tipo, calzados
opresivos o sujeciones insuficientes del pie son algunas de las «ayudas» que imponemos a
nuestras extremidades inferiores para que cualquier paseo o actividad cotidiana tenga una
elevada probabilidad de acabar en la consulta de un traumatólogo.

Traumatismos

De una forma general, se habla de traumatismo haciendo referencia a cualquier agresión


que presenta el organismo como consecuencia de la acción de agentes físicos o mecánicos
(caídas accidentales, sobrecargas).

En la tabla 1 se incluye una clasificación de los principales traumatismos del aparato


locomotor en función de la zona afectada.
Herida

Es la pérdida de la continuidad de la piel secundaria a un traumatismo. Como


consecuencia, existe un riesgo de infección y la posibilidad de lesiones en órganos o tejidos
adyacentes como músculos, nervios o vasos sanguíneos. La gravedad de las heridas se evalúa
en función de la profundidad, extensión, localización, evidencias de suciedad, presencia de
cuerpos extraños o signos de infección. El tratamiento y abordaje sanitario de las heridas leves
están incluidos en todos los manuales de primeros auxilios y son sobradamente conocidos por
los profesionales farmacéuticos, por lo que los autores no han considerado necesario hacer
más consideraciones al respecto.

Desafortunadamente, el riesgo de presentar lesiones traumáticas en las extremidades


inferiores no se circunscribe exclusivamente a las actividades deportivas, sino que éstas
pueden producirse también por causas ajenas al ejercicio físico
Traumatismos óseos

Las fracturas son lesiones traumáticas que se definen como la pérdida de continuidad en el
hueso. La sintomatología más frecuente que acompaña a este tipo de lesiones es el dolor (que
se hace muy intenso cuando se pretende mover la extremidad afectada), deformidad,
desdibujo, acortamiento (dependerá mucho del tipo de rotura, de la cantidad
y desplazamiento de los fragmentos), inflamación, aparición de hematoma y marcada
impotencia funcional. Cualquier decisión de intervención ante una lesión de este tipo
debe tener en cuenta la posibilidad de que haya habido o se pueda producir una lesión en
las partes blandas adyacentes (vasos sanguíneos, fibras nerviosas), hemorragia y shock
hipovolémico, infección (en fracturas abiertas). El tratamiento definitivo de este tipo de
lesiones pasa por el traslado del afectado a un centro sanitario y debe ser realizado por un
facultativo.

En caso de que se tenga que socorrer a un accidentado en el que se sospeche este tipo de
lesión se tienen que tener en cuenta algunas consideraciones:

•No movilizar al accidentado si no es estrictamente necesario.

•Retirar cualquier elemento compresivo (calzado, elementos de joyería).

•Explorar la movilidad, sensibilidad y pulso distales.

•Inmovilizar el foco de la fractura (sin intentar reducirla), incluyendo las articulaciones


contiguas, con férulas rígidas y evitando los movimientos de la zona afectada o
moviéndola si es preciso en bloque y bajo tracción.

•Si se trata de una fractura abierta, debe cubrirse la herida con apósitos estériles antes de
proceder a la inmovilización.

Fuente de información: https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-lesiones-


traumaticas-extremidades-inferiores-13050007

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