Balaguer
Balaguer
Balaguer
Luego de regresar del exilio el Doctor Joaquín Balaguer se presentó como candidato
presidencial del Partido Reformista, el cual había sido fundado en 1964. Su oponente
más cercano lo fue el Prof. Juan Bosch candidato del PRD, quienes no presentaron
una campaña ofensiva, dando paso así al régimen de los doce años. El partido
Reformista obtuvo un total de 759,887 votos, además de contar con el apoyo de los
Estados Unidos, los grupos poderoso de la nación y militares con pretensiones de
poder.
El largo periodo gubernamental del presidente Balaguer, que va desde 1966 hasta el
1978, lo podemos dividir en tres etapas bien definidas desde el punto de vista
económico:
La primera etapa, que duró un poco más de dos años, fue un periodo de consolidación,
durante el cual se tuvieron que superar los problemas económicos, sociales y políticos
que se derivaron de la Guerra de Abril. Durante esos primeros años, la economía
dominicana tuvo un lento crecimiento, pues las inversiones que se estaban iniciando
todavía no tenían tiempo para rendir sus frutos.
La segunda etapa que se caracterizó por un rápido crecimiento, se inició con la llegada
del año 1969 y se mantuvo hasta que se produjo el primer gran aumento de los precios
internacionales del petróleo, en 1974. Durante esos cinco años (1969 – 1973), el
crecimiento del Producto Interno Bruto fue superior al 11%, promedio anual. Este auge
fue favorecido sólo por las políticas económicas que se vio interrumpido por el alza de
los precios internacionales del petróleo.
La tercera etapa del gobierno del doctor Balaguer, se puede fijar a partir 1974 y se
extiende hasta finales de su mandato en el año 1978. Durante esta tercera etapa, la
economía dominicana sufrió los avatares del aumento del precio del petróleo, lo que
provocó una desaceleración del crecimiento. Así vemos como la tasa de crecimiento
del PIB, pasa de un formidable 12.1% en 1973, a 5.2% en 1975, cuando todo parecía
indicar que la economía dominicana necesitaba con urgencia de un cambio de
orientación y de nuevos estímulos, a la luz de los cambios que se habían producido en
la economía internacional.
El modelo fue aprovechado con los precios relativamente bajos del petróleo, pero altos
para el café, azúcar, cacao.
El Incentivo Industrial
Sin embargo, esta disciplina monetaria, correcta para las circunstancias que enfrentaba
el país, se tradujo en una significativa reducción del crecimiento económico de la
Nación. Bastaría con recordar, que después de haber experimentado crecimientos
económicos superiores al 10.0% anual en los cinco años anteriores al choque petrolero
de 1974, se redujo a tasas entre el 5.2 y 4.4% en los dos años siguientes, y apenas a
un 2.1%, por el 1978. Este bajo crecimiento era convidado un desastre para la mayoría
de los dominicanos en especial para el sector empresarial que se había acostumbrado
a los altos beneficios que acompañaron los años de bonanza, razón por la cual, con
frecuencia, llevaban críticas al Presidente sobre la austera política monetaria seguida
por el Banco Central.
Precisamente, una de las debilidades institucionales que tenía el país en esos años,
era que la clase empresarial no entendía las complejidades de la microeconomía, y por
tanto, muchas veces limitaba sus evaluaciones a la políticas económicas del Gobierno,
exclusivamente en función del nivel de sus ventas.
Inversión extranjera, endeudamiento externo y desigualdad social
Un total 122 millones de dólares fueron erogados por los Estados Unidos entre abril de
1965 y junio de 1966, a fin de evitar la paralización económica total del país. Esta suma
aumentó a 133 millones de dólares anuales durante los tres años siguientes, mientras
que, de junio de 1969 a junio de 1973, la ayuda promedio unos 78 millones por año.
Estos fondos fueron suministrados a través de donaciones y préstamos a largo plazo
negociados vía la AID de los Estados Unidos. Además, el gobierno balaguerista
garantizó la entrada de importantes cantidades de divisas gracias a la cuota azucarera
dominicana en el mercado norteamericano.
El flujo de inversión y ayuda económica proveniente en inmensa medida de los
Estados Unidos contribuyó a dinamizar la economía nacional, haciendo que República
Dominicana gozará de una de las tasas de crecimiento macroeconómico más altas de
América Latina. Sin embargo, los beneficios se concentraron en la pequeña burguesía
local que se consolidaba unida a los intereses extranjeros. Así, desde 1972 la tasa
anual de inflación era de un 15%, el poder adquisitivo del peso descendió en un 26%,
el índice de desempleo ascendió a más del 20%, el de subempleo superó el 60% y se
congelaron los salarios.